Ideologías en Acción

July 27, 2017 | Autor: Héctor Diomede | Categoría: Ideology
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Descripción

Ideologías en Acción (IV) Funciones, Usos y Estrategias Héctor Diomede*

Lo que desarrollaremos aquí, bajo el título Ideologías en Acción, son las distintas funciones, usos, estrategias o modos que la ideología asume en el discurso social, según lo expresan las distintas teorías. De entre los muchos intentos de clasificar a las ideologías –algunos mejores que otros, malogrados los más- es quizá la de Geuss, R. (1982)1 el producto más satisfactorio, a pesar que vale también para él lo que sucede con los ejemplos, que siempre cojean por alguna parte. Geuss, R. propone una clasificación en tres categorías de ideologías, a saber, (a) descriptivas; (b) peyorativas y (c) positivas. Para Geus las ideologías descriptivas se identifican tomando en consideración como plano de corte la antropología. Así como el marxismo habla de base económica y superestructura ideológica, los nuevos aportes de la antropología traen consigo a la consideración un esquema tripartito: tecnología (o tecnología/economía), estructura social e ideología. ¿Qué comprende la ideología desde este punto de vista? Las creencias que los miembros sostienen, los conceptos que usan, las actitudes que disposiciones psicológicas que demuestran, los motivos, deseos, valores, predilecciones, objetos de arte que trabajan, rituales religiosos, etc. La ideología en sentido peyorativo, para seguir a Geuss, es una teoría de la ideología que asume como programa una visión crítica de las ideas, creencias y actitudes de los miembros en una sociedad particular. Diría yo que podríamos remontarnos en la historia con Napoleón, con Marx-Engels e incluso hasta Francis Bacon. En la visión de Geuss este enfoque de ideología cree que las personas son engañadas acerca de sí mismo y de sus intereses. En términos generales la ideología en este enfoque es ilusoria y falta conciencia. Peyorativa también lleva una carga negativa. La tercera clasificación de Geuss es la ideología en sentido positiva. Las personas tienen necesidades existenciales (vitales y cosmogónicas) y se guíaban para ello en patrones aprobados de acción, ideales y valores. Geuss comenta el caso de Lenin, éste desconfiaba de las ideas y creencias del proletariado, por tal motivo, la cosmovisión correcta del proletariado debe ser introducida “desde el exterior”. Es entonces que hace un llamado a los “intelectuales del partido” para elaborar una “ideología independiente”. Está claro –dice Geuss- que cuando Lenin habla así de ideología no lo hace en sentido descriptivo ni peyorativo, sino en sentido positivo. De esta manera, pasamos de la “falsa conciencia” a la 1

Geuss, R. (1982) “The Idea of a Critical Theory. Habermas & Frankfurt School”, Cambridge University Press, Cambridge.

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“conciencia del proletariado”. La definición de Geuss coincide en parte, con lo que otros autores llama la “visión neutra” de ideología. Para los sociólogos Abercrombie, N., Hill, S. y Turner, B. (1988)2 el concepto de ideología lo categorizan en tres agrupamientos clave: 1) como tipos específicos de creencias, 2) como una creencia falsa o distorsionada (visión marxista) y, 3) como un conjunto de creencias que abarcan el conocimiento científico, la religión y las creencias cotidianas sobre las conductas apropiadas, sin importar si son verdaderas o falsas. La definición “neutra” (aunque para nada neutra), la ideología es un conjunto de ideas, creencias y valores. Pero no es así para el resto de los distintos enfoques más o menos sistémicos, sobre todo del marxismo. No nos queda pues otro remedio que, extraer de ellas los usos, funciones o estrategias que le asignan (explícita o implícitamente) las principales teorías. Por lo tanto, no se espera que todas serán convergentes ni congruentes, ni formen parte de un todo estructural, pero nos darán un sustancioso listado de las modalidades que asume la ideología en la acción. Algunas se subsumen en otras categorías “bolsa” mientras que otras se encuentran relacionadas o concatenadas. Pero deberá recordarse que esta lista que proponemos no es exhaustiva. También podrá verse cada uno de estos usos, funciones o estrategias, como un “minidiccionario”, porque cada una de ellas pueden leerse como una unidad en sí misma, por separado, con sus recortes bibliográficos. Ariño Villarroya, A. (2007)3 nos ofrece un Cuadro interesante tomado de Thompson, J. B. (1990)4 que a continuación transcribimos: MODOS DE OPERACIÓN SEGÚN THOMPSON Modos Generales Algunas estrategias típicas de Construcción Simbólica Legitimación

Racionalización Univerlización Narrativización

Disimulacióm

Desplazamientos Eufemización Tropos

Unificación

Fragmentación

Reificación

Estandarización Simbolización de Unidad Diferenciación Expurgación del Otro Naturalización Eternalización Nominación / Pasividad

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Abercrombie, N., Hill, S. y Turner, B. (1988) “Dictionary of Sociology”, Londres. Ariño Villarroya, A. (2007) “Ideología” en Ideología, Creencias y Representaciones Sociales, Cerrato, J. y Pamomari, A., Promolibro, Valencia. 4 Thompson, J. B. (1990) “Ideology and Modern Culture”, Polity Press, Londres. 3

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Es muy posible, que en el presente trabajo nos encontremos con ellas o bajo otra forma de denominación más clásica en la literatura sobre este tema.

i.

Aparatos del estado

Según Althusser el Estado se asegura la reproducción de “las relaciones de producción” por medio del aparato represivo e ideológico. Los AIE (Aparatos Ideológicos del Estado) funcionan –sostiene- masivamente con la ideología predominantemente. Lo que incluye como instituciones de los AIE son: a) religioso, b) escuela, c) familia, d) sistema judicial, e) sistema político, f) los sindicatos, g) los medios de comunicación, h) la cultura (literatura, arte, deportes, etc.). Escribe Althusser, L.: “Por lo que sabemos, ninguna clase puede tener en sus manos el poder del Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los Aparatos Ideológicos del Estado”.5

ii.

Apariencia

Para el marxismo también, la “apariencia” no coincide con “lo que realmente es”, en esto consiste el fetichismo de la mercancía que confunde la mera apariencia del valor de cambio, con lo que es el producto del trabajo. Escribe Villoro,L. (1979) “El pensamiento económico realiza una inversión del todo semejante a la ideológica. No solo porque cosifica un producto social (el valor de cambio) como si fuera una propiedad de la mercancía, sino que trastrueca la relación entre las relaciones de producción y entre esos productos”.6 Zizek sostiene que Marx utilizó la expresión “fetichismo”, para hacer referencia a lo real versus lo falso, el fetiche religioso de los judíos, el Dios-Becerro de Oro, que se presentaba en apariencia como real, pero no lo es. Lo mismo sucede con el valor de cambio de la mercancía, solo tiene la apariencia.

iii.

Cinismo

Zizek apoyándose en una frase de Marx de El Capital que dice “ellos no lo saben, pero lo hacen”, sostiene que existe una función cínica de la ideología que es la propone Sloterdijk, P. (1989)7, quien va más más allá de la falsa conciencia en una visión cínica: “ellos saben muy bien lo que hacen, pero aun así, lo hacen”. Ahora bien, la función cínica, no debe confundirse con una forma del sarcasmo e ironía, con que popularmente suelen enfrentarse a las clases dominantes, y que Sloterdijk llama “kinismo”, sino algo completamente distinto. Escribe Zizek: “El cinismo es una posición directa de inmoralidad –el modelo de sabiduría cínica es concebir la probidad, la integridad, como una forma suprema de deshonestidad, y la moral como una forma suprema de libertinaje, la verdad como la forma suprema de mentira. El cinismo es, por lo tanto, una especie de “negación de la negación” pervertida de la ideología oficial..”8. Si por ejemplo, se confronta el enriquecimiento por medios non

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Althusser, L. (1989) “Ideología y Aparatos Ideológicos del Estado” en La Filosofía como arma de la Revolución, Siglo XXI, México. 6 Villoro, L. (1979) “El Concepto de Ideología en Marx y Engels” en Ideología y Ciencias Sociales, Bunge, M. et.al., Universidad Nacional Autónoma de México, México. 7 Sloterdijk, P. (1989) “Crítica de la Razón Cínica”, Taurus, Madrid. 8 Zizek, S. (2009) “El sublime objeto de la ideología”, Siglo XXI, Madrid.

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sacntos con el robo, el cínico dirá –siguiendo a Zizek- que el enriquecimiento non sanctos es más efectivo y además está protegido por la legal.

iv.

Comunicación deformada

Para el filósofo Jürgen Habermas –un filósofo tardío vinculado con la Escuela de Frankfurtla ideología es una comunicación sistemáticamente deformada por el poder, El “discurso” es el medio de dominación y el modo de legitimación de la relación de fuerzas en la sociedad. (Eagleton, T., 2005). Garrido Vergara, L. (2011)9 siguiendo Habermas10 clasifica a la acción social en “acción comunicativa” y “acción estratégica”, a partir de esta última desprende dos nuevos pares de acción en su tipología: “acción abiertamente encubierta” y “acción abiertamente estratégica”, y de la primera, es decir de la “acción abiertamente encubierta”, dos nuevos pares, a saber: “engaño consciente” (manipulación) y “engaño inconsciente” (comunicación sistemáticamente distorsionada). Lo que sostiene Habermas es que la acción sistemáticamente distorsionada, tiende a volverse invisible por su propia normalidad. Habermas distingue entre ciencias instrumentales, ciencias históricas hermenéuticas y ciencias sociales críticas. Ricoeur, P. (2001) escribe: “Las ciencias sociales críticas tienen un carácter distintivo porque nos permiten realizar el rodeo necesario para explicar el principio de deformación, un rodeo indispensable para poder comprender lo que en realidad se ha deformado”.

v.

Distorsión

En realidad la función “distorsionada” de la ideología, es una categoría amplia que suma otras categorías específicas como función ideológica. Primero con Napoleón, pasando por Marx y otros pensadores afianzaron una idea negativa de ideología y una función distorsionada de la realidad. La noción negativa de ideología ha llegado hasta el presente bajo distintas formas, pero perduró “su uso en el lenguaje cotidiano” como “mistificación” y “creencias falsas o sesgadas”. Así es posible sostener: “Los otros tienen ‘ideologías” nosotros tenemos ‘conocimientos u opiniones bien fundadas” 11

La “falsa conciencia”, es una relación “invertida” entre la “mente y la realidad”. En Marx esta visión se corresponde con la conocida aseveración “no es la conciencia lo que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia”12. Para Marx la ideología es la de clase dominante.

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Garrido Vergara, L. (2011) “Habermas y la Teoría de la Acción Comunicativa”, Razón y Palabra, n° 75, Primera Revista especializada en Comunicación, www.razonypalabra.org.mx 10 Tomado de Habermas, J, (1987) “Teoría de la Acción Comunicativa”, Volumen 1: Racionalidad de la Acción y racionalidad social”, Taurus, Madrid. 11 Van Dijk, T. A. (2011) “¿Un estudio lingüístico de la ideología?”, en Discurso, Cognición y Educación. Ensayos en Honor a Luis A. Gómez Macker, Parodi Sweis, G. (ed) Ediciones de la Universidad Católica de Valparaíso, Chile. 12 Marx, K. (1859) “Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política”.

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Para el marxismo también, la “apariencia” no coincide con “lo que realmente es”, en esto consiste el fetichismo de la mercancía que confunde la mera apariencia del valor de cambio, con lo que es el producto del trabajo. Lo mismo vale esa ideología como mera ilusión, una visión ilusoria de la realidad. Para otras corrientes de pensamientos, las ideologías –en plural- son aquellas que ven llegar junto a la verdad en un hermoso envoltorio de mentiras. Geertz, C. (1973) por otra parte comentando a Karl Mannheim dirá: “…la ideología tiene por añadidura, la desafortunada cualidad de estar psicológicamente ‘deformada’ (‘torcida’, ‘contaminada’, ‘falsificada’, ‘distorsionada’, ‘empañada’) por la presión de emociones personales como el odio, el deseo, la ansiedad o el temor”. 13

vi.

Dominación

El enunciado de Marx-Engels en la “Ideología Alemana” de 1845 (aunque esta obra no se dio a conocer sino mucho tiempo después) que las ideas dominantes son la expresión de la clase dominante, se repite en el “Manifiesto Comunista” de 1748 donde se explicita que la burguesía es la clase dominante del proletariado. Tal como la visualiza el marxismo, la dominación en un modo de “opresión suave”, generalmente no violenta, a través de la cultura, la religión y la ley. Una modalidad son los Aparatos Ideológicos del Estado, según Althusser. “La ideología se explica porque cumple con una función social específica: ser un instrumento de dominio. No es el producto de una ilusión psicológica ni podría desaparecer al curar esa ilusión; es resultado de una necesidad social, porque realiza una tarea indispensable para mantener las relaciones materiales existentes y, por ende, el dominio de clase”.14 Analizando la obra de Abercombie, N., Hill, J. y Turner, B. (1998)15, sobre la tesis de la ideología dominante, conocida bajo la sigla TID, Therborn, G. (2003)16 sostiene que la tesis de los autores se basa en los siguientes postulados: “1) Existe una ideología dominante…2) Las clases dominantes se “benefician” de los efectos de la ideología dominante…3) La ideología dominante incorpora a las clases subordinadas y las hace políticamente pasivas…4) Los mecanismos por los que se transmite la ideología debe tener la fuerza suficiente para superar las contradicciones internas de la estructura de la sociedad capitalista”. Eagleton, T. (2005)17 agrega el siguiente ejemplo: “No todas las ideas originadas dominantes son necesariamente ideológicas; por el contrario, una clase dominante puede asumir ideas que han germinado en otro lugar y adaptarlas a sus fines. La clase media inglesa encontró la mística de la monarquía ya preparada para ella por una clase dominante anterior, y la adaptó de manera eficaz a sus fines”. 13

Geertz, C. (1973) “La ideología como sistema cultural” en El Proceso Ideológico, Verón, E. (comp.) Editorial Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires. 14 Villoro, L. (1973) “El Concepto de Ideología en Marx y en Engels”, FCE, México. 15 Abercombie, N., Hill, S. y Turner, B. (1998) “La Tesis de la Ideología Dominante”, Siglo XXI, México. 16 Therborn, G. (2003) “Las Nuevas Cuestiones de la Subjetividad”, en Ideología, Un mapa de la cuestión, Zizek, S. (comp.), FCE, Buenos Aires. 17 Eagleton, T. (2005) Ob. cit.

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Como muchos autores también sostienen que la “dominación” nunca es total, siempre hay críticas, grietas, reacción.

vii.

Estereotipos

Un estereotipo es una afirmación que conlleva una apreciación de la realidad con juicios falsos o no verdaderos. Los estereotipos son generalización mentales del todo de las ideas, creencias y valores. Las ideologías incluyen estereotipos, en cuanto son accesibles de apelar a las personas. Por lo general, el “enemigo” es tratado bajo un estereotipo.

viii.

Estilo de pensar

En principio Marx enfrenta al pensamiento de Hegel y al idealismo. Esta doctrina es una forma de ver al mundo, un estilo de pensar que se expresa en: a) en Hegel las ideas cobran realidad y se cosifican, b) el desarrollo histórico y social se explica por el desarrollo de las ideas, y c) lo anterior oculta el verdadero ser del hombre. Como sabemos Marx enfrentó a lo que llamó ideología alemana18, caracterizada como una filosofía crítica, mantenía el orden de las cosas en la abstracción de las ideas. Pero si algo tenían en común los idealistas alemanes el modo de pensar la religión. Por eso Marx emprende un fuerte enfrentamiento con la interpretación de la religión de Feuerbach. Precisamente “a esa mentalidad o estilo de pensar denomina Marx ‘ideología’. La palabra parece haber sido acuñada para referirse a la filosofía de Hegel y de los jóvenes hegelianos. De ahí el adjetivo ‘alemana’ para distinguirla de la ‘ideología’ francesa, de Destutt de Tracy” (Villoro, L., 1979)19. Para Marx los “estilos de pensar” formaban parte de la superestructura (ideológica).

ix.

Falsa Conciencia

Marx y Engels escriben en La Ideología Alemana sobre la “conciencia”. Un dato anecdótico al pasar, cuando escriben esta obra Marx tiene 27 años y Engels 25. Después de desarrollar las cuatro etapas del desarrollo histórico y socioeconómico, sostienen “caemos en la cuenta que el hombre tiene también conciencia” y siendo que el lenguaje es tan viejo como la conciencia, afirman “el lenguaje es la conciencia práctica”. La conciencia es un producto social, dirán, “conciencia del mundo inmediato y sensible que nos rodea”, “conciencia limitada con otras personas y cosas fuera del individuo”, “conciencia de la naturaleza”. El modo de pensar ideológico, sostiene Marx, está ‘invertido’ y ello lo convierte en “falsa conciencia” (falche Bewutseins). Por eso, congruente con su pensamiento no existe ni una ideología verdadera ni una “ideología proletaria” al estilo Lenin. “Pero no cualquier concepción falsa es ideológica, sino un tipo de peculiar de falsedad cuyas características resume Marx con el término metafórico de ‘inversión’, aunque esa falsedad está supuesta en 18

Para diferenciarla de la ideología francesa. Villoro, L. (1979) “El Concepto de Ideología en Marx y Engels” en Ideología y Ciencias Sociales, Bunge, M. et.al. , Universidad Nacional Autónoma de México, México. 19

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la gran mayoría de las concepciones religiosas, filosóficas y políticas habidas hasta ahora” (Villoro, L., 1979)20. Engels en una carta a Franz Mehring escribe: “La ideología es un proceso que se opera por el llamado pensador conscientemente, en efecto, pero con una conciencia falsa. Las verdaderas fuerzas propulsoras que lo mueven, permanecen ignoradas para él; de otro modo, no sería tal proceso ideológico. Se imaginan, pues, fuerzas propulsoras falsas o aparentes. Como se trata de un proceso discursivo, deduce su contenido y su forma del pensar puro, sea el suyo propio o el de sus predecesores”.21 Lo que se discute en el marxismo es la introducción del mentalismo. Así García Sierra, P. sostiene: “Pero con esto, Marx y Engels han abierto problemas de fondo que ellos mismos ni siquiera tuvieron tiempo de formular. Pues la idea de una «conciencia falsa» implica, desde luego, la idea de «conciencia», y ni Marx ni Engels han ofrecido un análisis mínimo de esta idea. Incluso han arrastrado usos mentalistas de la misma (como cuando Marx expone las diferencias entre una abeja y un arquitecto diciendo que éste «se representa en su mente la obra antes de hacerla»). No es posible, sin embargo, seguir adelante sin responder a esta pregunta: ¿qué idea mínima de conciencia es preciso determinar para que pueda alcanzarse su especificación de «falsa conciencia»?”22

x.

Hegemonía

El concepto de hegemonía viene indisolublemente unido a Antonio Gramsci, y es una noción más amplia que ideología, ya que la contiene pero sugiere y dice mucho más. “Gramsci normalmente utiliza la palabra hegemonía para referirse al modo en que el poder gobernante se gana el consentimiento de aquellos que sojuzga –aunque en ocasiones utiliza este término para referirse a la vez a consentimiento y coacción”. (Eagleton, P., 2005) Así Corbiére, E. (2001) escribe: “Para Antonio Gramsci uno de los teóricos marxistas del concepto, se trata de una síntesis de entre dirección y dominación, entre consentimiento y fuerza, que debe ser entendida en dos sentidos: como capacidad de un determinado grupo para dirigir a los aliados, y como acción de fuerza hacia sus adversarios. Desde el punto de vista político, los problemas de la hegemonía son fundamentalmente cuestiones de clase”.23 Debiéramos tener en cuenta, dos cosas en relación a la posición de Gramsci, en primer lugar, La Ideología Alemana de Marx-Engels, no se había dado a publicidad, por lo que desconocía una parte sustancial del pensamiento marxiano. En segundo lugar, él entiende que la estrategia de marxismo de occidente no es igual al marxismo soviético, y separa estado de sociedad civil. Para Rusia es estado es todo, para Occidente la clave es la sociedad civil. La sociedad burguesa, sostiene Gramsci ejerce su dominación a través de la hegemonía, la cual se ejerce sin violencia -por medio de un liderazgo intelectual y moral20 21 22 23

Ibídem Carta enviada desde Londres el 14 de julio de 1893. García Sierra, P. Diccionario Filosófico. http://filosofia.org/filomat.

Corbiére, E. (2001) “Hegemonía” en Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas, Di Tella, T. et al, EMECE, Buenos Aires.

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logrando la adhesión y el consentimiento de las clases subordinadas. Pero la hegemonía, no es solo de la sociedad burguesa, para Gramsci “el proletariado puede llegar a ser la clase dirigente y dominante en la medida que tenga éxito en crear un sistemas de alianzas que le permita movilizar a la mayoría de la población trabajadora contra el capitalismo y el Estado burgués”.24 Una actualización de hegemonía surgirá a partir del enfoque postmarxista en el trabajo publicado originalmente en 1985 de Laclau, E. y Moufle, C. (2004)25. Laclau, E. (2000)26 había escrito: “Hegemonía es más que una categoría útil en cuanto define el terreno mismo en que una relación política se constituye verdaderamente”. Según Retamozo, M. (2011)27 el término “hegemonía” en Laclau y Moufle, es una categoría con tres conceptos, concibiendo que las categoría no tienen un único contenido sino múltiples contenidos, entiende por ello “una lógica formal teórica que propone herramientas para el abordaje de fenómenos”. ¿Qué tenemos como categoría de hegemonía? Resumamos: a) la dicotomía entre universalidad/particularidad, b) la operación por la cual una particularidad asume la universalidad y con ello una relación hegemónica, c) la lógica de la categoría hegemónica en la que se dan cuatro nociones para el análisis: articulación, discurso, punto nodal y significante vacío. Los tres usos conceptuales de hegemonía en Laclau y Moufle a los que alude Retamozo, M. (2011)28 son: 1) la lógica de constitución de la sociedad, 2) la lógica política y 3) la lógica de las identidades políticas.

xi.

Ilusión

Lo que Marx y Engels sostienen en La Ideología Alemana cuando afirman: “Los pensamientos de la clase dominante son en cada época pensamientos dominantes”, tiene según el marxismo consecuencias tanto para la clase de la burguesía como para las clases subordinadas bajo su dominio. ¿Por qué son los pensamientos dominantes? Ya no están bajo relaciones “materiales” de poder, sino bajo “ideas” abstractas que expresan la relación material. Estas ideas abstractas, fantasmagóricas, falsas ideas si se quiere, son las “ilusiones” en las conciencias de los individuos. Cuando Marx, K. (2005)29 en su noción de superestructura incluye en ella a “las ilusiones”, junto a los sentimientos, modos de pensar y condiciones de vida. Escribe Villoro, L. (1979): “No es producto de la una ilusión psicológica ni podría desaparecer al curar esa ilusión; es el resultado de una necesidad social, porque realiza una tarea indispensable para mantener esas relaciones materiales existentes, y por ende, el dominio de clase”.30 Zizek, S. (2003) se pregunta dónde está la ilusión ideológica en el “hacer” o en el “ “saber”; y se responde que a primera vista está en el saber porque es “una discordancia entre la gente lo que hace y lo que piensa”. Sostiene, poniendo un ejemplo, que el marxiano clásico del 24

Gramsci, A. (1971) “Selections from the Prision Notebooks”, Lawrence & Wishart, Londres, tomado de El Concepto de Ideología, Vol. 2, Larraín, J. (2008), LOM Ediciones, Santiago de Chile. 25 Laclau, E. y Moufle, C. (2004) “Hegemonía y Estrategia Socialista. Hacia una radicalización de la democracia”, FCE, Buenos Aires. 26 Laclau, E. (2000) “Nuevas reflexiones sobre la Revolución de nuestro tiempo”, Nueva Visión, Buenos Aires. 27 Retamozo, M. (2011) “Tras la huellas de Hegemón. Usos de la hegemonía en la teoría de Ernesto Laclau”, Utopía y Praxis Latinomericana, Año 16, N°55, Maracaibo, Venezuela. 28 Retamozo, M. (2011) Ob. cit. 29 Marx, K. (2005) “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, Longseller, Buenos Aires. 30 Villoro, L. (1979) Ob. Cit.

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llamado fetichismo de la mercancía: al dinero; que es la condensación, una materialización de las relaciones sociales. Trae a colación otro tema clásico del marxismo: “la reificación”, las relaciones tras las cosas, las relaciones sociales, las relaciones entre los sujetos. Para agregar: “La ilusión es, por lo tanto doble: consiste en pasar por alto la ilusión que estructura la relación efectiva y real con la realidad. Y esta ilusión inconsciente que se pasa por alto es lo que podría denominar la ‘fantasía ideológica’ ”.31 Ipola de, E. (1971) nos habla de la “ilusión objetiva” a partir del siguiente razonamiento: “…muy arraigada en la tradición marxista –se la encuentra en Marx mismo-, tesis según la cual la ideología es siempre un ‘sistema de representaciones, ideas, discursos, significaciones deformantes, mistificantes, enmascaradores, ocultadores, falsos y falsificadores’. Estos apelativos son generalmente empleados como sinónimos, aunque estén lejos de serlo. Digamos, para resumir, que dicha tradición define a la ideología como el dominio de la ‘ilusión objetiva’…”32

xii.

Integración

La ideología como “argamasa” social. Considerada a las ideologías como sistemas de ideas, creencias y valores, provee a sus miembros la integración vía el consenso que necesitan para visualizar la identidad. .Como las ideologías tienden a ser hegemónicas, la integración es crucial para ganar sustentabilidad. En este campo las creencias juegan un papel más importante que las ideas y los valores, ya que determinados ritos y ceremonias (seculares y religiosas) actúan como reforzadores de la integración, por medio de lo que podríamos llamar la vía sentimental y la religiosidad popular. Siguiendo la lectura de Althusser, L. (1989)33 uno de los aparatos ideológicos -la escuela, en cuanto la instrucción pública- se vincula con la cohesión o integración social, gracias a un auditorio permanente y voluntario que le permite adoctrinar a partir de los contenidos ideológicos de sumisión. Marta Harnecker (1974) sostiene entonces: “…la ideología no se limita a ser solamente una instancia de la superestructura; ella se desliza también por las otras partes del edificio social, es como el cemento que asegura la cohesión del edificio. La ideología cohesiona a los individuos en sus papeles, en sus funciones y en sus relaciones sociales” 34

xiii.

Justificación

Toda ideología busca justificarse a sí misma. “La ideología, en efecto, es justificación”35 Las ideologías políticas tienen un mecanismo para garantizar la lealtad de seguidores y la defensa de posición contra sus opositores. A veces llega a situaciones irrisorias. Pero quisiera destacar, que no es solo un recurso de la ideología sino también de la ciencia. Un 31

Zizek, S. (2003) “El Sublime Objeto de la Ideología”, Siglo XXI, Buenos Aires. Ipola de, E. (1971) “Análisis de Ideologías”, Conferencia en FLACSO Chile, Servicios de Librería Nueva Visión, Serie Ens 180, mimeo, Buenos Aires. 33 Althusser, L. (1989) “Ideología y Aparatos Ideológicos del Estado” en La Filosofía como arma de la Revolución, Siglo XXI, México. 34 Harnecker, M. (1974) “Los Conceptos Elementales del Materialismo Histórico”, Siglo XXI, México. 35 Adorno, T. y Horkheimer, M. (1971) “La Sociedad”, Editorial Proteo, Buenos Aires. 32

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conocido epistemólogo, conocido bajo su “seudónimo de guerra”, Imre Lakatos36, en un artículo sobre programa de investigación37 en el cual da razón de los criterios de los científicos(as) frente a una teoría. Cuando algunas de sus hipótesis auxiliares (de segundo orden) son refutadas, con el método hipotético-deductivo popperiano “cae” la teoría. Pero no sucede así en la realidad dice Lakatos, los científicos para defender lo que él llama el “núcleo duro” de la teoría en cuestión se desarrolla un “cinturón de seguridad” con un grupo de nuevas hipótesis ad hoc, que hace que la teoría no caiga. Por cierto, es más complicado que esto, pero quería señalar que en ambos casos (en la ideología y en la ciencia) existen “mecanismos” o mejor dicho metodologías para mantenerlas con “vida”. Esto nos da una idea de lo que pasa con la “justificación” en las ideologías. Ricoeur, P. (2008) sostiene que la ideología posee un rasgo simplificador y esquemático, se expresa en clave, en código, para agregar: “Este carácter codificador de la ideología es inherente a su función justificadora”.38

xiv.

Mitos

El mito es un relato de una historia imaginaria que altera y distorsiona lo real, creando una realidad ideológica que está vaciada de contenido social, pero que sirve a los intereses dominantes y hegemónicos. No se oculta la realidad sino que la llena de un nuevo sentido. Burthes, R. (1980) sostuvo que: “El significante del mito se presenta en forma ambigua: es, a la vez, sentido y forma, lleno de un lado, vacío del otro”.39 El mito, como para de las conjunto de creencias sociales, es una forma de reducción simplificada e intencionada que busca cambiar lo real por medio de la supresión de hechos y valores a cambio de resaltar otros, con la finalidad de darles credibilidad, forjar un relato e internalizarlo en cada individuo. Matterlart, A. et al (1976) sostiene: “Sería erróneo creer que los administradores del mito se encuentran solamente en la clase llamada dominante, o grupo que monopoliza el poder económico y el poder de la información. El medio liberal de comunicación de masas, no es el único vehículo de propagación para los mitos. En realidad, este medio no hace otra cosa que ratificarlos, reactualizarlos diariamente; o sea, en cierto modo, expresarlos y comunicarlos, haciéndolos aflorar a la superficie de la sociedad”.40 El mito podría decirse, desde la vertiente ideológica es una forma de ocultamiento, mostrando otra cosa.

xv.

Racionalización

“Es posible que una ideología no ‘exprese’ simplemente intereses sociales sino que los racionalice”, escribe Eagleton, T. (2005).41 La racionalización es un concepto que viene del

36

Su nombre real era Samuel Lipsitz “El falsacionismo y la metodología de los programas de investigación” 38 Ricoeur, P. (2008) “Hermenéutica y Acción”, Proteo, Buenos Aires. 39 Barthes, R. (1980) “Mitológicas”, Siglo XXI, Madrid. 37

40 41

Mattelart, A. et al (1976) “Los Medios de Comunicación de Masas”, El Cid, Buenos Aires.

Eagleton, T. (2005)

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psicoanálisis donde el sujeto trata de presentar una explicación congruente de sus actitudes, de sus ideas y de sus sentimientos entre otras cosas, y donde quedan velados los motivos. Comenta Ariño Villarroya, A. (2007)42 que un modo en el cual se expresa la racionalización en la ideología norteamericana es en el individualismo competitivo y la meritocracia, según el esfuerzo es recompensado con el éxito. Pero esta idea también oculta que la pobreza es resultado de la responsabilidad individual y no de falta de oportunidades. La racionalización explica la desigualdad y mantiene la creencia que el mundo es un lugar justo para vivir. Como escribió con sorna Anatole France (1955) “La Ley en su majestuosa igualdad, prohíbe tanto al rico como al pobre dormir bajo los puentes, mendigar en la calles y robar pan”.43 xvi.

Reflejo

Marx, K. y Engels, F. (1975) usan dos metáforas una de la óptica “la cámara oscura” y otra de la “arquitectura”. En la primera, la ideología es producto de un el “reflejo”, sublimaciones de la conciencia. La “moral, la religión y el resto de la ideología”44 –sostiene- no tienen un desarrollo propio sino que dependen de “la producción y de las relaciones de producción” que el hombre desarrolla. En la segunda metáfora, Marx, K. (2005) propone los conceptos de base y superestructura. Escribirá: “Sobre las diversas formas de propiedad, sobre las condiciones materiales de existencia, se levanta toda una superestructura de sentimientos, ilusiones, modos de pensar y concepciones de vida diversos y plasmados de modo peculiar”45

xvii.

Representaciones Colectivas

Ya Durkheim había afirmado que las “representaciones colectivas” era un constructo creado por decantación de generación en generación, fruto de la colaboración de mentes individuales que han combinado esfuerzo, voluntades, conocimientos y experiencias. En cierto sentido, son como las categorías kantianas. Para Durkheim son formas de conciencia que la sociedad impone a los individuos. Moscovici, S. (1979) las representaciones sociales son más dinámicas que las representaciones colectivas de Durkheim, no son únicamente construcciones mentales sino que se crean y recrean en cada interacción, así afirma: “Las representaciones sociales son entidades casi tangibles. Circulan, se cruzan y se cristalizan sin cesar en nuestro universo cotidiano a través de una palabra, un gesto, un encuentro. La mayor parte de las relaciones sociales estrechas, de los objetos producidos o consumidos, de las comunicaciones intercambiadas están impregnadas de ellas”.46 Para el marxismo, las representaciones colectivas son parte del “sistema de auto-represión y autocensura” como parte de los “instrumentos de más eficaces de dominación social” (Matterlart, A., et al, 1976).

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Ariño Villarroya, A. (2007) Ob. cit. France, A. (1955) “El Lirio Rojo”, Ed. G. Kraft, Buenos Aires. Marx. K. y Engels F. (1975) “La Ideología Alemana”, Pueblos Unidos. Buenos Aires.

Marx, K. (2005) “El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Longseller, Buenos Aires. Moscovici, S. (1979) “Representación Social: Un Concepto perdido” en El psicoanálisis, su imagen y su público, Huemul, Buenos Aires. 46

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xviii.

Sospecha

A partir de los llamados maestros de la sospecha (Nietzche, Marx, Freud), puede decirse que cualquier mensaje debe ser decodificado, y buscar su mecanismo ideológico que arrastra o amarra ocultado detrás de un velo. Porque entre lo real y la realidad, existe siempre la mediación de lo ideológico. Este mecanismo debe darse por supuesto y premisa de toda comunicación social. La sospecha incluye un dudar razonable, por cierto dentro de un marco ideológico, puesto que éste puede sobrepasarse. Ricouer, P. (2001) escribe: “Sobre la base de este tipo de crítica relacioné en otro lugar el marxismo con lo que llamo la escuela de la sospecha.47 No compartir la ilusión de época es precisamente mirar detrás de esa ilusión o, como dicen ahora los alemanes, ‘hintergragen’, preguntar sobre lo que está detrás de lo ostensible”.48

xix.

Superestructura

Hay dos conceptos de Marx a los cuales siempre se vuele, es el de base y superestructura. Así lo plantea en una de una sus obras más conocidas publicadas 1869: “Sobre las diversas formas de propiedad y las condiciones sociales de existencia, se levanta toda una superestructura de sentimientos, ilusiones, modos de pensar y concepciones de vida diversos, plasmados de un modo peculiar. La clase entera los crea y loa forma derivándolas de sus bases materiales y de las relaciones sociales correspondientes. El individuo suelto, al que se le imbuye la tradición y la educación. Podrá creer que son los verdaderos móviles y el punto de partida de su conducta.”49 La conclusión a la que llega Marx aquí es que la superestructura ideológica está determinada por la base material, es un enunciado “macro” de lo que ya había anticipado en el nivel “micro”- cuando sostuvo en una obra de 1844 que: “El conjunto de estas relaciones de producciones forma la estructura económica de la sociedad, la base material donde se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”.50 De cualquier modo el tema de la superestructura ha dado mucha tela para cortar y se han escrito ríos de tinta. Solo citaremos una famosa carta de Engels al respecto:

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Ricouer se refiere a su obra “Freud and Philosophy”.

Ricoeur, P. (2001) “Ideología y utopía”, Gedisa, Barcelona. Marx, K. (2005) “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, Longseller, Buenos Aires. 50 Marx, K. (1964) “Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política” en Historia y Elementos de la Sociología del Conocimiento, EUDEBA, Buenos Aires. 49

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“....Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda. La situación económica es la base, pero los diversos factores de la superestructura que sobre ella se levanta --las formas políticas de la lucha de clases y sus resultados, las Constituciones que, después de ganada una batalla, redacta la clase triunfante, etc., las formas jurídicas, e incluso los reflejos de todas estas luchas reales en el cerebro de los participantes, las teorías políticas, jurídicas, filosóficas, las ideas religiosas y el desarrollo ulterior de éstas hasta convertirlas en un sistema de dogmas-- ejercen también su influencia sobre el curso de las luchas históricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma. Es un juego mutuo de acciones y reacciones entre todos estos factores, en el que, a través de toda la muchedumbre infinita de casualidades (es decir, de cosas y acaecimientos cuya trabazón interna es tan remota o tan difícil de probar, que podemos considerarla como inexistente, no hacer caso de ella), acaba siempre imponiéndose como necesidad el movimiento económico”.51

(*) Profesor Emérito de la Universidad del Salvador

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Carta del 22 de setiembre de 1890 de F. Engels a J. Bloch.

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