Identificación de componentes orgánicos como aglutinante de la decoración post-cocción al pseudo-cloisonné de cerámica arqueológica.

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Descripción

ESCUELA DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE OCCIDENTE

SECRETARÍA DE INNOVACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA

“Identificación de componentes orgánicos como aglutinante de la decoración post-cocción al pseudo-cloisonné de cerámica arqueológica. Estudio de caso de objetos provenientes de los sitios La Higuerita, Tala, Jal., Plan del Guaje, Tonalá, Jal. y Cerro del Teúl, Teúl de González Ortega, Zac.” TESIS QUE PRESENTA

MARIELA SARAI CARRILLO DÍAZ PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE LICENCIADA EN RESTAURACIÓN DE BIENES MUEBLES

Directoras de Tesis Dra. Martha Lorenza López Mestas Camberos Lic. Martha Cecilia González López Asesores Q. Miguel Ángel Canseco Martínez QFB. Elvira Ríos Leal

GUADALAJARA, JALISCO

19 DE DICIEMBRE DE 2014 1

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A Cecy

A mi madre

A Clau

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Science is the attempt to make the chaotic diversity of our sense experience correspond to a logically uniform system of thought. Albert Einstein

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AGRADECIMIENTOS

Les ofrezco un profundo agradecimiento a mis co-directoras de tesis Lorenza López Mestas y Cecilia González quienes, desde que la vida les dio la tarea de transmitirme una parte de su enorme conocimiento, creyeron en mí y depositaron su confianza personal y profesional pudiendo lograr, después de varios años, la consolidación del presente trabajo. Es preciso plasmar mi admiración por ambas, ya que son además de destacadas profesionales cada una en su disciplina, maravillosas personas que me apoyaron de diversas maneras para poder estudiar esta carrera. Así mismo, ofrezco un agradecimiento a los arqueólogos Lorenza López Mestas, Marisol Montejano, Laura Solar y Peter Jiménez, responsables de las piezas en estudio, por facilitarme el acceso a las colecciones, promoviendo el trabajo interdisciplinario que forma parte importante de este trabajo. Particularmente doy las gracias a Laura y a Peter por las facilidades en el comienzo de este trabajo y por acercarme al mundo de la arqueología de Occidente. Agradezco también a Miguel Ángel Canseco y Elvira Ríos por colaborar con la realización de los análisis instrumentales, compartiendo no solamente su experiencia profesional sino también su enorme amabilidad y cariño. Por otro lado, agradezco a Rodrigo Esparza por favorecer la realización de varios de estos estudios. Doy gracias a la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente por la formación profesional y otorgarme un estandarte que llevo con orgullo. Además, 7

agradezco al Instituto Nacional de Antropología e Historia por el apoyo para la realización de este trabajo y por darme la oportunidad de poner en práctica mis conocimientos para la conservación del patrimonio cultural mexicano. Incluyo en estos agradecimientos a Claudia Blas por sus constantes asesorías, información, bibliografía, entre otros, que fueron enriqueciendo de manera importante el contenido de esta investigación. Agradezco a Jocelyn Alcántara por ayudarme en la consolidación de la interpretación de los resultados. Extiendo el agradecimiento a Maricela Esquivez, Pedro Enríquez, Guadalupe Villegas y Roberto Jacobo, quienes colaboraron en la obtención de algunas materias primas. De igual manera doy gracias a Osvaldo Díaz por todas las facilidades otorgadas en la biblioteca de la ECRO y su amabilidad, paciencia y apoyo a lo largo de toda la carrera. No puedo evitar hacer mención de mi gratitud a todas las personas que me ayudaron en mi crecimiento personal durante este proceso. Me gustaría comenzar expresando mi enorme cariño y agradecimiento hacia Cecy, quien me ha apoyado incondicionalmente desde hace tanto tiempo, construyendo maravillosas experiencias profesionales y de vida: con esas profundas, y a veces sin sentido, discusiones de química y restauración por las tardes; varios momentos de consuelo en tiempos difíciles con la firmeza y ternura maternal que la caracteriza; por ser amiga, cómplice, mentora y casi madre adoptiva; a quien con estas simples palabras no será posible retribuir mínimamente pero espero que la vida me dé la oportunidad de hacerlo. Mi gratitud es también para mi madre a quien le debo gran parte de lo que soy, que me condujo a salir adelante igual que ella lo hizo y me enseñó a ser responsable y a hacer siempre lo mejor posible, y quien también me apoyó en la culminación de este trabajo. Le doy mil gracias a Clau, mi Ollita, quien me ha apoyado incondicionalmente desde el inicio de la carrera y me ha acompañado como amiga y casi hermana en el quehacer profesional y personal; sin su importante ayuda, pero sobre todo sin su enorme 8

cariño y compañía, en esas tardes de tesis en las que avanzábamos poco pero nos reíamos mucho para descargar las frustraciones, esto no hubiera sido posible. También quiero agradecer a los muéganos, quienes me adoptaron como parte de su grupo, me brindaron su amistad y de quienes aprendí que, a pesar de las diferencias entre cada uno, trabajando en equipo pueden lograrse muchas cosas y que todo es mejor divirtiéndose. Finalmente, sin restar importancia, expresaré mi gratitud a todas mis amigas y amigos por brindarme su sincera amistad, a Mary, Judith, Juan, Ramón, Ivette, Aura, Luis, Enrique, Tía Laura, Martha y Toño, apoyándome moralmente durante este proceso y quienes nunca dejaron de preguntar por mi avance ni de darme ánimos para continuar.

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INDICE

AGRADECIMIENTOS ...........................................................................................................................7 ÍNDICE ..............................................................................................................................................11 INTRODUCCIÓN................................................................................................................................15 Justificación......................................................................................................................................16 Objetivos ..........................................................................................................................................19 Objetivos específicos:...................................................................................................................19 Estructura de la investigación ..........................................................................................................20 CAPÍTULO 1 LA CERÁMICA DECORADA AL PSEUDO-CLOISONNÉ. MARCO HISTÓRICO.........................................23 1.1 La cerámica y su decoración.......................................................................................................23 1.2 La decoración pseudo-cloisonné................................................................................................26 1.2.1. Antecedentes del término..................................................................................................26 1.2.2. Temporalidad y distribución...............................................................................................33 1.2.3 Características formales y de diseño ..................................................................................39 1.2.4 Iconografía ..........................................................................................................................45 1.3 Las vasijas al pseudo-cloisonné en los sitios de La Higuerita, Plan del Guaje y El Cerro del Teúl 47 1.3.1. La Higuerita ........................................................................................................................49 Contexto geoclimático .............................................................................................................49 11

Investigaciones arqueológicas ................................................................................................. 49 1.3.2 Plan del Guaje..................................................................................................................... 53 Contexto geoclimático............................................................................................................. 53 Investigaciones arqueológicas ................................................................................................. 54 1.3.3. Cerro del Teúl .................................................................................................................... 56 1.4 Contexto social actual ............................................................................................................... 58 CAPÍTULO 2 ANTECEDENTES EN EL ESTUDIO MATERIAL DE LA DECORACIÓN PSEUDO-CLOISONNÉ SOBRE CERÁMICA ....................................................................................................................................... 61 2.1 Componentes inorgánicos ......................................................................................................... 62 2.2 Componente orgánico ............................................................................................................... 69 2.3 Conformación de la policromía ................................................................................................. 75 2.3.2 Capa pictórica ..................................................................................................................... 77 2.3.3 Aglutinante ......................................................................................................................... 80 Proteínas ................................................................................................................................. 81 Polisacáridos............................................................................................................................ 81 Aceites ..................................................................................................................................... 82 CAPÍTULO 3 PROBLEMÁTICAS PARA LA CONSERVACIÓN DEL PSEUDO-CLOISONNÉ APLICADO A CERÁMICA PREHISPÁNICA................................................................................................................................. 85 3.1 La conservación in situ............................................................................................................... 86 3.2 La conservación en laboratorio ................................................................................................ 89 3.3 La importancia del conocimiento de la técnica de factura de la decoración para definir criterios de intervención ............................................................................................................................... 96 3.4 Implicaciones de la existencia de un componente orgánico como aglutinante de la decoración para su conservación y restauración ............................................................................................... 99 3.4.1 La técnica de factura ........................................................................................................ 100 3.4.2 El contexto de enterramiento .......................................................................................... 101 12

3.4.3 Deterioros de la decoración pseudo-cloisonné: proceso patológico de un padecimiento 103 3.4.4 Comentarios finales de posibles aglutinantes orgánicos del pseudo-cloisonné.................108 CAPÍTULO 4 DISEÑO METODOLÓGICO EXPERIMENTAL .....................................................................................111 4.1 Análisis formal, técnica de factura y diagnóstico de las piezas pertenecientes a los sitios arqueológicos La Higuerita, Plan del Guaje y Cerro del Teúl ..........................................................114 4.1.1 Análisis formal ...................................................................................................................114 La Higuerita ............................................................................................................................114 Plan del Guaje ........................................................................................................................116 Cerro del Teúl .........................................................................................................................117 4.1.2 Técnica de factura ............................................................................................................118 La Higuerita ............................................................................................................................118 Plan del Guaje ........................................................................................................................121 Cerro del Teúl .........................................................................................................................123 4.1.3 Diagnóstico material.........................................................................................................126 La Higuerita ............................................................................................................................127 Plan del Guaje ........................................................................................................................130 Cerro del Teúl .........................................................................................................................135 4.2 Selección de especímenes ........................................................................................................138 4.3 Descripción de los métodos analíticos empleados ...................................................................139 4.3.1 Espectroscopía Infrarroja por Transformada de Fourier con Reflectancia Total Atenuada (FT-IR con ATR)...........................................................................................................................141 4.3.2 Cromatografía de Gases y Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución .......................142 Cromatografía de Gases con Detector de Ionización de Flama (GC-FID)................................143 Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución con Detector de Índice de Refracción (HPLC-IR) ...............................................................................................................................................144 4.4 Desarrollo de la experimentación ............................................................................................145 4.4.1 Elaboración de patrones ...................................................................................................145 4.4.2 Toma de muestras.............................................................................................................148 4.4.3 Análisis con FT-IR con ATR .................................................................................................151 13

4.4.4 Cromatografía .................................................................................................................. 152 CAPÍTULO 5 RESULTADOS DE LOS ANÁLISIS Y DISCUSIÓN ................................................................................ 154 5.1 Resultados del FT-IR con ATR .................................................................................................. 154 5.1.1 Espectros de muestras patrón.......................................................................................... 154 5.1.1 Espectros de muestras de pseudo-cloisonné .................................................................... 157 5.2 Discusión de los resultados del FT-IR con ATR......................................................................... 160 5.3 Resultados de GC-FID y HPLC-IR .............................................................................................. 163 5.3.1 GC-FID.............................................................................................................................. 163 5.3.2 HPLC-IR ............................................................................................................................ 166 5.4 Discusión de resultados de GC-FID y HPLC-IR.......................................................................... 167 CAPÍTULO 6 CONCLUSIONES ............................................................................................................................. 169 6.1 Líneas de investigación............................................................................................................ 172 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................ 175 ANEXOS ......................................................................................................................................... 189 ANEXO 1 ........................................................................................................................................ 191 ANEXO 2 ........................................................................................................................................ 193 Referencias.................................................................................................................................... 203 ANEXO 3 ........................................................................................................................................ 205 ANEXO 4 ........................................................................................................................................ 211 ANEXO 5 ........................................................................................................................................ 217

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INTRODUCCION

El hombre ha plasmado su cosmovisión y percepción de la vida y del contexto en que se sitúa y desarrolla en diversos objetos que ha facturado por medio de la manipulación de sus recursos. Son estas piezas, el medio a través del cual podemos conocer los diversos aspectos que dan cuenta de la cotidianeidad de las sociedades pasadas y del sistema cultural en que se desenvolvían. Un ejemplo importante corresponde a la cerámica prehispánica con decoración al pseudo-cloisonné, la cual, además de ser particular en cuanto a la técnica de elaboración: policromía, materiales, complejidad y finura, se encuentra cargada de símbolos y escenas iconográficas que aportan información importante al estudio en el modo de vida de estas sociedades y su manera de proyectar en éste su perspectiva del universo. La técnica decorativa al pseudo-cloisonné actualmente es reconocida en el ámbito arqueológico por ser característica del occidente de México en época prehispánica, aunque ha sido encontrada esporádicamente desde el sureste mexicano hasta más allá de la frontera septentrional mesoamericana. El término empleado para este tipo de policromía tiene su origen en la asignación que algunos exploradores y arqueólogos le otorgaron en sus reportes de recorridos de superficie y excavaciones. Esta técnica decorativa tiene implicaciones tecnológicas particulares y ha sido encontrada asociada a contextos importantes, por lo que son consideradas como objetos suntuosos. Cabe aclarar que fue utilizada en la decoración de objetos de diversa naturaleza: cerámica, concha, 15

guajes y posiblemente textiles o madera, sin embargo, el caso de estudio se encuentra limitado a la cerámica, ya que es la más abundante, facilitando la accesibilidad como primer acercamiento al desarrollo del presente tema. Las principales investigaciones que se han realizado específicamente del pseudocloisonné fueron efectuadas por Noemí Castillo Tejero y Thomas Holien entre las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado. El trabajo de Castillo se enfocó tanto en la problemática de la delimitación del término de acuerdo a la técnica de factura y a la identificación de los materiales utilizados en numerosos fragmentos de diversos sitios. Por su parte, Holien abordó el tema desde una perspectiva más antropológica, relacionando algunos hallazgos arqueológicos y piezas de saqueo para conocer su distribución, iconografía e iconología, funciones, relaciones de intercambio y posible evolución a la actualidad. A partir de entonces, son pocos los datos que se han publicado acerca del estudio de esta decoración. De hecho, el presente trabajo es el primero en abordar el tema como objeto de estudio de la restauración, donde la necesidad de conocer los materiales para favorecer la conservación.

Justificación En el año de 2005, se presentó la oportunidad de tener un acercamiento a una vasija con decoración al pseudo-cloisonné, en el segundo semestre de la licenciatura dentro del Seminario-Taller de Restauración de Cerámica. Se trataba de una Olla Códice proveniente del sitio arqueológico La Higuerita, en el municipio de Tala en Jalisco, la cual tenía algunos años de ser extraída del contexto arqueológico por la arqueóloga Lorenza López Mestas. Antes de la intervención, se conocía la fragilidad de la decoración por experiencias previas de la profesora Cecilia González, sin embargo, la pieza presentó una problemática particular durante los procesos de liberación y limpieza, lo cual condujo a implementar soluciones específicas y, a su vez, generó diversas incógnitas con respecto a los materiales constitutivos y su comportamiento frente a la humedad. 16

Para el año 2006, como parte de las actividades que realizaba para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), trabajé en la microexcavación y limpieza de un bloque de piezas con decoración al pseudo-cloisonné proveniente de la excavación del sitio de Plan del Guaje, en Tonalá, Jalisco. En esta práctica ya se tenía cierto conocimiento de las vicisitudes de esta técnica decorativa, por lo que se tomaron ciertas medidas preventivas para evitar pérdidas; no obstante, hubo casos particulares en los que era latente la fragilidad de la policromía. Como otra experiencia personal, el acercamiento a piezas con decoración de este tipo en 2009, procedentes de saqueo pero entregadas al Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl, en Teúl de González Ortega, Zacatecas, me permitió apreciar ciertas diferencias con respecto a las vasijas de los otros dos sitios. Los colores de la policromía eran especialmente brillantes y variados y el estado de conservación se apreciaba considerablemente mejor. Por todo lo anterior surgió, entre otras cosas, la inquietud por conocer el tipo de material que mantenía fijos los pigmentos de la decoración a la cerámica. Por las observaciones realizadas durante las intervenciones mencionadas de las piezas de La Higuerita y Plan del Guaje, era evidente que este posible material aglutinante empleado en la elaboración era soluble al agua después de su extracción; sin embargo, no fue posible determinar la causa de dicha propiedad, es decir, si el origen de este comportamiento se debe a la naturaleza química del material empleado originalmente en su factura o si la solubilidad es debida al deterioro que éste ha tenido en el contexto de enterramiento, donde se sabe que los materiales están expuestos a transformaciones químicas importantes. También se generó la interrogante con respecto a las diferencias de las cerámicas del Cerro del Teúl, pues se evidenciaba que varios de los materiales podrían ser diferentes, por lo que se consideró relevante saber si el material utilizado para adherir los colores también fuese de otra naturaleza y si esto influía en el estado de conservación. Como ya se mencionó anteriormente, existen análisis previos en identificación de pigmentos de esta técnica decorativa, sin embargo, hasta la fecha no se han realizado 17

para el aglutinante, por lo que esta tesis será el punto de partida para la identificación del material orgánico empleado en piezas que comparten características técnicas y formales. Aunque existe la posibilidad de tener acceso a más de estos objetos en otras colecciones, se decidió centrar el universo de estudio en estas tres debido a que las arqueólogas responsables de ellas mostraron gran interés en la investigación, facilitando la accesibilidad a las piezas y el desarrollo del trabajo. Además, el estudio de los objetos de estos tres sitios arqueológicos amplía el conocimiento sobre su forma de producción en otras sociedades contemporáneas. Esto aporta información que amplía el alcance hacia otras disciplinas como la Arqueología, ayudando a encontrar o descartar vínculos tecnológicos de esas sociedades. Los resultados obtenidos permitirán generar y complementar una base de datos con más objetos cerámicos de este tipo pertenecientes al Occidente del país. Con esto se podrá contribuir a la delimitación del término “pseudo-cloisonné” que ha sido empleado en diversas decoraciones de pintura post-cocción. En la actualidad, la Conservación y Restauración en México cuenta con un diseño metodológico para el acercamiento a su objeto de estudio y uno de los procedimientos necesarios es el análisis del estado de conservación que requiere, primeramente, la identificación de los materiales constitutivos y el proceso de factura (Cruz, 2000). Entonces, a partir de la problemática de desconocer los materiales empleados en la manufactura del pseudo-cloisonné y, por ende, la falta de comprensión de sus procesos de deterioro, dentro de la práctica profesional surge la inquietud y la necesidad de realizar análisis instrumentales que permitan despejar estas incógnitas, por lo tanto, el presente trabajo resulta fundamental para el conocimiento de la técnica de factura de una decoración que no ha sido estudiada con fines de conservación. Esta investigación también es relevante debido a que ha implicado un trabajo multidisciplinar y multiinstitucional. Esto confirma cómo la disciplina de la restauración está colocada en medio de conocimientos humanísticos y científicos, por lo que logra consensos entre estos campos de estudio con la finalidad de conservar el patrimonio cultural en México. 18

Objetivos El objetivo general de la presente investigación fue el de identificar el posible aglutinante empleado en la factura de la decoración post-cocción al pseudo-cloisonné en cerámicas arqueológicas mediante el empleo de métodos instrumentales. Fueron analizadas piezas con

dicha decoración provenientes de los sitios La Higuerita, en Tala y Plan del Guaje en Tonalá, ambos en el estado Jalisco, y Cerro del Teúl en Teúl de González Ortega, Zacatecas.

Objetivos específicos: 

Realizar el diagnóstico de cada elemento con pseudo-cloisonné perteneciente a las tres colecciones, como herramienta metodológica para la evaluación y selección de las piezas que cumplieran las características requeridas para la aplicación de análisis instrumentales.



Solicitar los permisos correspondientes al Consejo de Arqueología del INAH para la extracción de muestras.



Efectuar la toma de muestras de pseudo-cloisonné, respetando la integridad estética y estructural de los objetos cerámicos.



Preparación de muestras patrón de posibles materiales utilizados, necesarias para realizar comparaciones y buscar posibles correspondencias.



Efectuar la identificación de posible aglutinante con las técnicas de Espectroscopía de Infrarrojo por Transformada de Fourier y Cromatografía de Gases y de Líquidos.



Interpretar y discutir los resultados para complementar los datos existentes acerca de la técnica de factura de la decoración al pseudo-cloisonné aplicada a cerámica.



Comenzar una base de datos con los resultados de las técnicas aplicadas, que pueda ser ampliada y sirva como referencia para que esta y otras disciplinas incrementen el conocimiento de los materiales utilizados en época prehispánica en el occidente de México.

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Estructura de la investigación En la primera parte del Capítulo 1 se comienza con una breve explicación de los tipos de decoraciones prehispánicas mesoamericanas que se conocen, a fin de identificar y diferenciar las características tecnológicas del pseudo-cloisonné. Posteriormente se realiza una síntesis de los hallazgos arqueológicos de este tipo de piezas, los cuales condujeron al empleo del término para identificarlas; también se expone la distribución espacial y temporal, así como las características formales e iconográficas que suelen presentar estas vasijas. En la segunda parte, se realiza una somera descripción del contexto geoclimático de los tres sitios de los cuales provienen las piezas en estudio (La Higuerita, Plan del Guaje y Cerro del Teúl), además de una reseña de los asentamientos prehispánicos que ocuparon estas zonas y su relación con el pseudo-cloisonné. Finalmente, se describe la manera en que actualmente es valorada esta técnica decorativa. En el Capítulo 2 se abordan los antecedentes en el estudio de los materiales y la técnica de factura particulares del pseudo-cloisonné; a partir de los cual se desglosan los componentes y se mencionan las posibles materias primas que pudieron ser utilizadas como aglutinantes, de acuerdo con referencias de investigadores del Occidente. Adicionalmente se exponen las características necesarias para que un aglutinante funcione como tal y, de manera general, la composición y estructura química que conforma cada uno de estos materiales. El Capítulo 3 aborda la problemática de conservación que ha presentado esta suntuosa decoración, desde el momento en que es encontrada en excavaciones arqueológicas hasta cuando ya se encuentra en laboratorio. A partir de esto, se realiza una discusión que relaciona los deterioros identificados con las posibles causas que los generan. En el Capítulo 4 se expone el diseño metodológico experimental desarrollado para este trabajo. Para ello se realizó el análisis formal, la identificación de la técnica de factura y el diagnóstico de todas las piezas con pseudo-cloisonné de los tres sitios. Posteriormente, se presentan las piezas seleccionadas para la toma de muestras y se 20

describen, de manera general, los principios del funcionamiento las técnicas analíticas utilizadas: FT-IR con ATR, GC-FID y HPLC-IR. En la última parte de esta sección, se explican todos los procesos realizados en esta experimentación, desde la elaboración de muestras patrón, la toma de muestras de decoración y, finalmente, los análisis instrumentales realizados y sus especificaciones. El Capítulo 5 presenta los resultados obtenidos de cada técnica analítica y, a partir de la interpretación de éstos, la discusión de resultados, donde se conjunta la información de los antecedentes de los capítulos previos con los resultados químicos. Finalmente, en el último capítulo se exponen las conclusiones generales como resultado de este trabajo, además de las posibles líneas de investigación que pueden ser estudiadas a futuro dentro de la Restauración pero igualmente con un trabajo multidisciplinario.

21

22

CAPITULO 1 LA CERAMICA DECORADA AL PSEUDOCLOISONNÉ. MARCO HISTORICO

1.1 La cerámica y su decoración En el ámbito del arte y la arqueología el término cerámica “se refiere a utensilios de cocina y de mesa y a objetos de arte fabricados de barro” (Rice, 1998: 4). En el México prehispánico muchos de estos objetos no solamente cumplían una función utilitaria o meramente estética, sino que además estaban cargadas de simbolismo tanto en su forma como en su decoración y fueron usadas como ofrendas en altares, tumbas y templos (Ségota, 2004). El estudio de la cerámica es uno de los principales puntos de atención para la arqueología, pues éste ha constituido “uno de los recursos de que dispone para conocer las posibles relaciones entre culturas y establecer secuencias cronológicas” (García y del Valle, 1988: 249). Es por esta razón que la mayoría de las investigaciones de estos materiales prehispánicos ha sido y es realizada principalmente por arqueólogos. Sin embargo, Sugiura (2008) señala que solamente a partir de datos etnográficos es posible deducir el proceso productivo de este tipo de objetos cerámicos, donde se reconocen convencionalmente cinco etapas para la construcción del cuerpo: “extracción, preparación y amasado de las arcillas, la formación y acabado de las piezas, el secado y finalmente la cocción” (Sugiura, 2008: 45). Por otro lado, existen también estudios importantes que abordan, de manera general, los aspectos tecnológico y físico-químico de cerámicas de 23

baja temperatura a los que corresponden las prehispánicas (Rice, 1998), razón por la cual no se profundizará en dicho tema. No obstante, es necesario referirlo someramente más adelante, ya que los diversos tipos de decoración encontrados en el Occidente pueden realizarse desde la formación del cuerpo cerámico hasta después de haberse re la cocción. En la tabla 1.1 se sintetizan las técnicas decorativas identificadas en cerámica prehispánica mesoamericana de acuerdo con Lorenza López Mestas y Cecilia González (2005). En dicha tabla puede observarse que algunas decoraciones implican la eliminación de material cerámico, mientras que para otras se adicionan materiales o se realizan ambas acciones como en el caso del champb-levé. A excepción del esgrafiado, donde se retira parte del barro cocido que constituye la pieza para llevar a cabo una decoración postcocción aplicada sobre cerámica, es necesario el empleo de un aglutinante que presente cualidades adhesivas y cohesivas1, que permita fijar partículas de color. No obstante, cada técnica decorativa presenta características visuales y materiales diversas, lo que las convierte en un objeto de interés para su restauración, donde la problemática de conservación específica debe ser estudiada.

1

La definición de aglutinante y lo relacionado con el concepto será estudiado en el capítulo siguiente.

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Tabla 1.1. Técnicas decorativas en cerámica arqueológica prehispánica Momento de conformación

Nombre

Incisa

Breve descripción

Líneas realizadas en el barro fresco con un instrumento punzante

Pintura precocción

Aplicar pigmentos en la superficie en el barro seco

Calado

Extraer con un instrumento material de las paredes en el barro fresco

Punzonado

Marcas con la punta de un instrumento en el barro fresco

Estampado

Imprimir la forma con un sello o un molde no convencional

Aplicaciones

Formas pre-modeladas de barro añadidas al cuerpo cerámico

Pre- cocción

Durante la cocción

Negativo

Aplicación de cera para bloquear los espacios con diseños específicos

Esgrafiado

Líneas con un instrumento punzante

Colores fugitivos o pintura postcocción Embutido Post- cocción Fresco

Champb-levé

Pseudo-cloisonné

Aplicar pigmentos en la superficie Aplicar pigmentos en líneas esgrafiadas o incisas Colocar una capa de estuco de cal y aplicar pigmentos antes del fraguado Bajorrelieve en el cuerpo cerámico y rellenando con pintura Una capa gruesa de color donde se excavan los diseños los cuales son rellenados con pintura

25

1.2 La decoración pseudo-cloisonné 1.2.1. Antecedentes del término Actualmente, a pesar de que no se conoce el posible aglutinante que pudo ser empleado para aglutinar y adherir los materiales minerales que componen el pseudo-cloisonné, sus características técnicas y visuales la vuelven una decoración particular que ha sido objeto de estudio desde principios del siglo pasado. De acuerdo con Thomas Holien (2001) el primero en describir brevemente y dibujar una vasija con decoración

al

pseudo-cloisonné

fue

Charnay en 1888, dibujada nuevamente dos años después por Peñafiel en una impresión de edición limitada llamada Monumentos del arte mexicano antiguo, sin especificar su procedencia ni otra

Figura 1.1. Cajete trípode dibujado por Peñafiel en 1890 (Tomado de Holien, 2001).

descripción más que señalada como “decoración única” (Figura 1.1). Sin nombrar aún la técnica decorativa, pero señalando su aparente proceso de elaboración, el antropólogo físico Aleš Hrdlička en 1903 a su paso por Totoate, Jalisco, encontró dos vasijas asociadas a entierros cremados, cuya decoración denominó “pintura incrustada” (Hrdlička, 1903) (Figura 1.2). Por la misma época, Carl Lumholtz señaló haber encontrado vasijas similares a las mostradas por Hrdlička y detalló que fueron realizadas con la técnica actual de los tarascos, refiriéndose posiblemente a las lacas michoacanas, aunque añadió que la cocción era posterior a la aplicación de la decoración (Lumholtz, 1902).

26

Figura 1.2. Fotografías del interior y exterior de las vasijas encontradas por Aleš Hrdlička en Totoate (Imágenes tomadas de Hrdlička, 1903).

27

Figura 1.3. Dibujos de algunas de las ollas adquiridas por Lumholtz en Estanzuela (Imágenes tomadas de Lumholtz, 1902).

Manuel Gamio aparentemente utilizó por primera vez el término cuando fue comisionado para visitar los monumentos arqueológicos de Zacatecas; recorriendo el sitio de Alta Vista localizó, en excavaciones dentro del salón de las columnas, algunas inhumaciones con vasijas asociadas; estas últimas las describió como “piezas de cerámica de ornamentación superpuesta, ó de cloisonnés” (Gamio, 1910: 486). Su definición factiblemente se basa en una analogía visual con la técnica decorativa en metales llamada cloisonné en francés y tabicado o alveolado en español, cuyo procedimiento consiste en soldar finas tiras de metal a la placa del soporte y posteriormente se aplican esmaltes para rellenar los espacios (Calvo, 1997) (Figura 1.4 a). Al parecer esta técnica tuvo su origen en 28

el Imperio Bizantino y se extendió por Europa, en la cultura islámica y llegó al Lejano Oriente, principalmente a China, donde se adaptó la técnica a cerámica de alta

temperatura

adquiriendo

gran

relevancia y profusión, siendo conocida actualmente como esmaltado (Figuras 1.4 b y c). Gordon Ekholm en una publicación de 1940 fue quien propuso el término “pseudocloisonné” en tiestos y fragmentos de guajes identificados con el llamado

a

cloisonné por Gamio (Castillo, 1968). Sin embargo, para 1942 determina suprimir el prefijo pseudo, por carecer de contenido descriptivo, a esta decoración prehispánica y

propone entonces

el

nombre

de

“cloisonné pintado” (Ekholm, 2008) sin especificar

la

técnica

debido

b

al

desconocimiento del aglutinante utilizado. La primera en realizar un estudio a fondo del concepto, fue Noemí Castillo en 1968, quien inicialmente se preocupó por establecer las características propias de

c

esta decoración haciendo evidente el uso tan inconstante del término, lo que causaba especulaciones en cuanto a la técnica de manufactura, ya que los

Figura 1.4. a) Imagen de San Jorge matando al Dragón hecha en placa de oro con pseudocloisonné, S XV; b) Plato esmaltado de la dinastía Quing; y, c) Tazón esmaltado de la dinastía Ming (Imágenes tomadas de cloisonné.com)

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investigadores en diversos sitios del país, por su simple apariencia, en ocasiones sólo mencionaban la presencia de “cloisonnés” sin describir o ilustrar las piezas. En otros casos, por ejemplo, se utilizaba indistintamente tanto “cloisonné” como “estuco”, entre otros términos. Castillo describe las diversas técnicas pictóricas y algunas decorativas para establecer las diferencias con el pseudo-cloisonné, haciendo énfasis tanto en los materiales como en el proceso de factura. Dentro de sus comparaciones concluye que al parecer ninguna de las técnicas tradicionales conocidas coincide con la del pseudocloisonné. Thomas Holien (2001) también realiza una importante investigación bibliográfica que confirma y profundiza en el uso indiscriminado del término “pseudo-cloisonné” por parte de los arqueólogos para describir decoraciones post-cocción de vasijas de diversos sitios. El autor manifiesta que en realidad ninguna palabra define o describe la decoración, puesto que los términos que se han empleado no incluyen ni la técnica de factura ni los materiales empleados. Por otro lado, utiliza el término “investment”2 para clasificar genéricamente esta decoración que, al igual que otras decoraciones prehispánicas, presenta tres componentes: pigmento, aglutinante y un mineral que forma un recubrimiento con un espesor característico. A partir de estas investigaciones, la técnica de factura fue adoptada por los arqueólogos mesoamericanistas, asumiendo que el proceso consistía como se muestra en la figura 1.5 en: inicialmente aplicar sobre la superficie de un objeto cerámico, ya cocido (a), una capa de color que varía de gris claro a oscuro (b), en la cual se marcan (c) y excavan diseños dejando en bajorrelieve el delineado (d); posteriormente, los espacios son rellenados con pigmentos de colores (e y f), ya sea rojo, rosa, amarillo, naranja, blanco o verde (Ekholm, 2008; Lister y Howard, 1955; Noguera, 1965; Castillo, 1968; Kelley y Abbott, 1971; Holien, 2001).

2

Pudiera traducirse como “revestimiento”.

30

Figura 1.5. Esquema del proceso general de factura de la decoración pseudocloisonné (Basado en Castillo, 1968).

Es importante señalar que en la actualidad aún existe confusión para el reconocimiento de esta técnica decorativa, por lo que también es imprescindible corroborar que los reportes arqueológicos de cerámica con pseudo-cloisonné realmente se refieran a esta técnica. El colorido y la apariencia no son las únicas características del pseudo-cloisonné y, por ello, es necesario ampliar las investigaciones, ya que entre los autores mencionados hay propuestas diferentes con respecto a la técnica, tanto en la secuencia de los procesos como en los posibles materiales utilizados. Por ejemplo, en 31

imágenes expuestas por Weigand y Beekman (1998) aparecen vasijas procedentes de una colección privada señalados como “con diseños emblemáticos en pseudo-cloisonné” (Figura 1.6), las cuales visiblemente difieren tecnológicamente de la imagen expuesta en la misma página de una de las ollas obtenidas por Lumholtz en Estanzuela (Figura 1.7a), que actualmente se encuentran en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Otro caso corresponde a una vasija procedente de Teotihuacán resguardada en el Museo Nacional de Antropología, la cual se encuentra catalogada como pseudo-cloisonné estilo michoacano y fue analizada por Ruvalcaba et al. (2009); sin embargo, visualmente se aprecian diferencias importantes con los dos ejemplos anteriores (Figura 1.7b).

Figura 1.6. Vasijas señaladas por Weigand y Beekman (1998) con pseudocloisonné, aunque aparentemente presentan un fondo rojo generalizado sobre el cual se pintaron diseños amarillos, blancos y azules.

b

a

Figura 1.7. a) Olla efigie con pseudo-cloisonné expuesta por los mismos autores, corresponde con el proceso tecnológico más reconocido como esta decoración (Imagen tomada de Weigand y Beekman, 1998: 51). b) Vasija catalogada como pseudocloisonné estilo michoacano donde se aprecia que el color negro se encuentra como color de fondo y los colores están sobrepuestos. (Imagen tomada de Ruvalcaba et al., 2009)

32

1.2.2. Temporalidad y distribución Las investigaciones arqueológicas han permitido ubicar la decoración pseudo-cloisonné prácticamente en el primer milenio de nuestra era dentro del Clásico tardío/Epiclásico (ca. 450 d.C. a 900 d.C.). Los hallazgos indican la presencia de esta decoración principalmente en las regiones conocidas como el Occidente y Noroccidente mesoamericanos, predominantemente en los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit, Michoacán, Durango, Guanajuato y Aguascalientes (Kelley, 1974), en parte de San Luis Potosí y en el sur de Querétaro e Hidalgo (Tula) tardíamente y con adaptaciones locales (Solar, 2006). En el Mapa 1.1 se señalan los sitios más importantes donde se ha reportado cerámica pseudo-

.

12

. .. . . . . .. . .. . . . . . .. . . . . . 1

8

7

10

14 2

5

22

20

13 18

2 1

11

4

16

19

15

3

23

24

6

1-Alta Vista. 2-La Quemada. 3-Ixtépete-El Grillo. 4-Cerro Encantado 5-Totoate. 6-El Cóporo 7-Cerro del Huistle. 8-La Florida. 9-Estanzuela. 10-Buenavista. 11-La Purísima. 12-Schroeder 13-Momax 14-Los Pilarillos. 15-Ahualulco. 16-Ixtlán del río. 17-Jiquilpan. 18-Cerro Tepizuasco. 19-San Aparicio. 20-El Teúl. 21-El Ocote. 22-El Piñón. 23-La Higuerita. 24-Plan del Guaje. 25-Sayula

9

25

17

Mapa 1.1. El sombreado indica la propuesta de Charles Kelley en 1974 de la zona de distribución de la cerámica pseudo-cloisonné. También se señalan los principales sitios donde se ha reportado hasta la actualidad (Mapa tomado y modificado de Pérez, 2007: 146)

33

cloisonné en el Occidente y en los siguientes párrafos se hará referencia a algunas de las excavaciones más trascendentes. Hasta el momento el origen preciso de esta decoración es desconocido; sin embargo, Jorge Ramos y Lorenza López Mestas consideran al pseudo-cloisonné como originario del Occidente (Ramos y López Mestas, 1999) debido a su presencia tan temprana (no exclusivamente de cerámica) desde el Preclásico tardío y Clásico temprano dentro de la tradición de Tumbas de Tiro. Dicha presencia es reportada, por primera vez, por Marie-Areti Hers en 1983 en excavaciones de entierros de este tipo en el sitio Cerro del Huistle, Zacatecas, donde encontró diseños en pigmentos de colores que presumiblemente habían perdido un soporte orgánico. En este mismo estado, en el rescate de la tumba de tiro en La Florida ubicada en el municipio de Valparaíso, encabezado por la arqlga. Laura Solar en el año 2009, se encontraron vestigios de esa decoración, aparente,

sin pero

algún cercanos

soporte a

un

material de apariencia fibrosa que aún no ha sido analizado para su identificación. Los diseños de La Florida, que se aprecian en la figura 1.8,

son

solamente

figuras

geométricas de círculos, cuadros y triángulos enmarcados por líneas, aunque

debido

conservación

no

al

estado fue

de

factible

Figura 1.8. Detalle de figuras geométricas de colores en bloques de tierra extraídos de la tumba de tiro de La Florida. Fotografía del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl-INAH.

identificar la posible técnica de factura. En la rica ofrenda funeraria de la tumba de tiro de Huitzilapa ubicada en el municipio de Magdalena, Jalisco, fechada hacia el 65 d.C., fueron halladas algunas formas geométricas elaboradas con pigmentos pero sin soporte, además de un hacha de piedra con resto de pigmento. Otros objetos muy importantes que formaban parte de la 34

suntuosa ofrenda fueron trompetas de caracol decoradas con diseños de serpientes bicéfalas y cruces al pseudo-cloisonné con colores variados como el rosa, naranja, negro, rojo, blanco, verde y amarillo (López Mestas, 2004). En el caso de estos últimos objetos (Figura 1.9), cabe señalar la diferencia tecnológica con la conocida para cerámica, pues al parecer se utilizó tanto el color gris como algunos otros pigmentos para colocar bandas o segmentos que posteriormente fueron

excavados

diseños

(Lorenza

para

formar

López

los

Mestas,

comunicación personal, 2014). Secuencialmente,

durante

el

periodo Clásico tardío/Epiclásico, las Figura 1.9. Trompeta de caracol con pseudocloisonné encontrado en la tumba de tiro de Huitzilapa (Imagen tomada de: www.mna.inah.gob.mx

investigaciones arqueológicas señalan que el pseudo-cloisonné se convirtió en elemento decorativo importante para

cerámica, a tal grado que en conjunto con otros elementos forma parte de varios complejos cerámicos que distinguen estos periodos.3 Estas cerámicas son marcadores de una importante relación que se extiende desde el valle de Atemajac, en Jalisco, hasta Chalchihuites, en Durango y Zacatecas (Holien, 2001). En este mismo sentido, Peter Jiménez explica detalladamente las esferas de interacción que comunican rasgos en un corredor geográfico que ocupa el “área del Valle de Atemajac-el Cañón de Juchipila-los Altos-el Valle de Malpaso-Chalchihuites” (Jiménez, 1989: 25) donde ha sido más notable la presencia de esta cerámica.

3

Solar (2006) cita a Smith et al. (1960) para definir el concepto de complejo cerámico de la siguiente manera: […] la cerámica de una cultura o región que se conoce para un intervalo de tiempo particular. Como tal es directamente comparable con la cerámica conocida para otra cultura, o la misma cultura en diferente región, durante un intervalo de tiempo particular, si la cerámica está documentada con el mismo nivel de abstracción y en los mismos términos de síntesis (tipos y variedades de un complejo). (: 5)

35

Para este periodo, en Jalisco ha sido encontrada cerámica con esta decoración en numerosos sitios y como parte del complejo cerámico llamado El Grillo, sitio que se relaciona fuertemente con el Ixtépete conformando la denominada cultura Ixtépete-El Grillo (Beekman, 1996). Una de las principales características de esta fase es el cambio en patrones funerarios manifestado en la sustitución de tumbas de tiro y de pozo por tumbas en forma de caja con un complejo cerámico caracterizador dentro del cual forma parte el pseudo-cloisonné (Beekman, 1996). Por su parte, Lorenza López Mestas y Marisol Montejano (2009) manifiestan la profusión de esta técnica decorativa en conjunto con el negativo y nuevos tipos cerámicos como marcadores importantes de una reordenación de los grupos humanos en Jalisco conformando nuevos centros ceremoniales para dicha época, dejando atrás la tradición Teuchitlán del periodo anterior. El primer hallazgo de cerámica perteneciente al complejo El Grillo con esta decoración, fue realizado en un rescate por Javier Galván en el año de 1976, donde encontró algunas ollas miniatura asociadas a un entierro de tumba de caja en el fraccionamiento Tabachines (Galván, 1976). En 1969, Otto Schöndube y Javier Galván encontraron una ofrenda con algunas vasijas de este tipo en el Ixtépete; sin embargo, ya que el río cercano al sitio las dejó expuestas no fue posible el registro completo del contexto. Un posterior hallazgo de este tipo decorativo fue reportado por Otto Schöndube en un rescate en el Hospital de Belén en la ciudad de Guadalajara en 1982, donde fue localizada una olla al pseudo-cloisonné, aunque antes de la excavación fue removida, por lo que se desconoce su contexto preciso (Schöndube, 1983). Resultado de excavaciones hechas hace poco más de diez años, para el sitio de la Higuerita en Tala, Jalisco, López Mestas y Montejano (2009) reportan algunos entierros primarios y secundarios de la única tumba que presentó restos humanos (Caja Oeste), los cuales tenían copas pseudo-cloisonné ofrendadas. Así mismo, en el sitio de Plan del Guaje en Tonalá, Jalisco, también se encontraron numerosas vasijas como parte de la rica ofrenda funeraria de un entierro secundario (Montejano, 2007). Ambos hallazgos hacen evidente la utilización de la cerámica de este tipo para rituales funerarios de personajes de elite dentro de sociedades jerarquizadas y la posible importancia del linaje, donde la 36

profusión de entierros secundarios en el complejo El Grillo (al que pertenecen ambos sitios) evidencia la necesidad de estrechar la relación con los antepasados por el grupo dirigente (López Mestas y Montejano, 2009). En 1908, en el extremo septentrional de la zona en estudio, Manuel Gamio realizó el primer hallazgo de cerámica con esta decoración asociada a un entierro de la cultura Chalchihuites,

en

Zacatecas4,

dentro del conjunto arquitectónico conocido como el Salón de las Columnas del centro ceremonial de Alta Vista. Décadas después, en los 70, Charles Kelley fue uno de los principales investigadores de dicha cultura, los resultados lo llevaron a considerar a la cerámica pseudocloisonné como Chalchihuites,

diagnóstica de ya

que

fue

encontrada asociada a diversas fases cronológicas que ha fechado desde el 200 d.C. al 1000 d.C.; sin

Figura 1.10. Fotografía de la ofrenda in situ encontrada por Kelley donde se observan las copas con pseudocloisonné (Imagen tomada de: www.mna.inah.gob.mx).

embargo, es durante el Epiclásico que se vuelve más destacada su producción (Pérez, 2007). En 1971, se realizó uno de los principales hallazgos en el mismo Salón de las Columnas, pues fueron encontradas cuatro copas y un fragmento de pipa decorados al pseudo-cloisonné asociadas a un entierro que

4

“El término Cultura de Chalchihuites se refiere a una serie de eventos culturales relacionados que tuvieron lugar en el occidente de Zacatecas y Durango, en México entre 100 ó 200 y 1,250 ó 1,300 años d. C. Durante ese tiempo, la Cultura de Chalchihuites representó la extensión máxima, en esa dirección, del área cultural mesoamericana y de su civilización, a lo largo de la ladera oriental de la Sierra Madre Occidental” (Kelley, 1983: 3).

37

se muestra en la figura 1.10 (Medina & García, 2010: 217), piezas a las cuales se refieren de la siguiente manera: Sin embargo, otro tipo de cerámica aparece en pequeñas cantidades formando parte de esa fase y en Alta Vista es la llamada Vista Paint Cloisonné encontrada en un entierro que se supone se refiere a Tezcatlipoca. Esta cerámica muestra técnica y diseño sofisticados y es claramente una intrusa en la cultura local así como en las locales de La Quemada y Totoate. En Jalisco y Michoacán se han encontrado lozas emparentadas ampliamente distribuidas; los diseños se parecen a los de Mesoamérica Central, incluyendo a los de Teotihuacan, y son de un contenido altamente ceremonial. En la cultura Chalchihuites es una cerámica para tumbas asociada al sacrificio humano. Parece haber tenido su origen en un centro del Occidente de México que representó tal vez una unidad política regional que caía bajo el control teotihuacano (Aveni, Hartung y Kelley, 1982: 208).

Hace más de una década, en el espacio arquitectónico conocido como La Ciudadela en el sitio arqueológico de La Quemada, Zacatecas, Achimm Lelgemann encontró en excavación dos vasijas con la decoración en estudio. Estas piezas fueron depositadas en el norte y oeste a manera de ofrenda y acompañadas de numerosos fragmentos de varias cerámicas de este mismo tipo esparcidos alrededor con Figura 1.11. Fotografía de un espejo de pirita procedente del sitio Grewe, Arizona (Imagen tomada de: www.mna.inah.gob.mx).

intenciones rituales (Pérez, 2007). Al norte del país, la técnica al pseudo-cloisonné

fue

encontrada

decorando placas de piedra arenisca que soportaba espejos en los sitios de Snaketown (fechados entre 700 y 900 d. C.) y Grewe, Arizona (Figura 1.11) y en Pueblo Bonito, Nuevo 38

México (Ekholm, 2008). En el nororiente se ha reportado en El Bolsón de Mapimí, La Cueva de Paila y en el área de la Huasteca (Holien, 2001). Con respecto a temporalidades más tardías o fuera del área del Occidente y Noroccidente mesoamericano existen pocos hallazgos que Enrique Pérez menciona: Se ha reportado su existencia tardía entre los materiales cerámicos en la región central del Altiplano en Tula, sitio asociado al río Pánuco Moctehuma (río Tula), durante el Posclásico Temprano (Braniff 1972:292, Holien 1977); y en la sierra nevada en el sitio de Tenenepango, en Puebla. De temporalidad incierta aparece en la cuenca de México (Braniff 1972: 292) en sitios como Atzcapotzalco, Teotihuacán y Culhuacán (Holien 1977) en la zona Maya aparece en Chichen Itzá (complejo Sotuta) del Posclásico Temprano 900-1200 d. C. (Pérez, 2007: 148).

1.2.3 Características formales y de diseño La aplicación de esta técnica decorativa sobre objetos cerámicos fue muy común desde el Clásico tardío o Epiclásico, principalmente en la decoración de ollas, copas y cajetes de carácter ritual, es decir, vasijas que funcionan como contenedores pero que no demuestran huellas de uso por lo menos sobre la decoración. Sólo un caso especial hasta el momento es la flauta hallada por Kelly en Alta Vista, puesto que no se han encontrado referencias de otro tipo de objetos cerámicos a los ya mencionados decorados con esta técnica. En el caso de las ollas el cuerpo es generalmente de forma esférica o globular (Figura 1.12); sin embargo, también existen algunas variantes, como por ejemplo las ollas efigies procedentes del sitio de Plan del Guaje (Figura 1.12b) y Estanzuela, Jalisco, así como también una olla antropomorfa procedente del sitio de El Cóporo, en Guanajuato (ver Pérez, 2007: 145), o algunas de las piezas de El Otero, Michoacán, que presentan un cuerpo de silueta compuesta (Figura 1.12e). Las copas son de soporte anular o de 39

pedestal, predominantemente con cuerpos hemisféricos (Figuras 1.13b, c y d), aunque hay algunos ejemplares con paredes rectas como en la figura 1.3a. Los cajetes son normalmente de paredes rectas divergentes o hemisféricos de base anular (Figura 1.14).

b a

d c

e

Figura 1.12. a) Olla Códice procedente de La Higuerita (Fotografía del autor). b) Olla efigie procedente del sitio Plan del Guaje (Fotografía del autor). c) Olla globular procedente de Alta Vista (Imagen obtenida de www.mna.inah.gob.mx). d) Olla miniatura del sitio Plan del Guaje (Fotografía: Ramón Avendaño). e) Olla Códice procedente del sitio El Otero (Imagen obtenida de www.mna.inah.gob.mx).

40

a

b

c Figura 1.13. Copas con decoración pseudo-cloisonné procedentes de varios sitios: a) La Quemada (Imagen tomada de: Museo La Quemada, postal); b) La Higuerita (Fotografía del autor); c) Cerro de Teúl (Fotografía del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl); d) Plan del Guaje (Fotografía: Iris González).

d

a b

c

Figura 1.14. a) y b) Cajetes de base anular procedentes del Cerro del Teúl (Fotografías del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl). c) Cajete de base anular de La Florida (Imagen obtenida de Cabrero, 2012).

41

En relación a los motivos decorativos, existe una gran diversidad, la mayoría son figurativos, principalmente representaciones naturalistas y/o geométricas (Figura 1.15), entre los primeros se pueden observar algunos motivos zoomorfos como aves y reptiles o bien algunos animales mitológicos. Lo anterior se puede observar claramente en algunos de los ejemplares de Alta Vista o del Cerro del Teúl, en Zacatecas (Figuras 1.16 b, d y e). En ocasiones suelen aparecer también personajes ricamente ataviados como los que decoran las vasijas de Estanzuela y Totoate en Jalisco, o incluso los de las vasijas del sitio de La Higuerita (Figura 1.16a), también en Jalisco, el Cerro del Teúl, en el sur de Zacatecas (Figura 1.16b), o El Cóporo, en Guanajuato (ver Pérez, 2007: 145). Finalmente es importante mencionar que en los diseños geométricos abundan las líneas en zig-zag, los ojos, las grecas escalonadas y las líneas horizontales paralelas (Figura 1.15).

b

a

c

d

Figura 1.15. Detalles de diseños geométricos en piezas procedentes de Cerro del Teúl (a, b y d) (Fotografías del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl) y de Plan del Guaje (c) (Fotografía: Juan Rivera).

42

b a

d c

e

f

Figura 1.16. Detalles de diseños antropomorfos ataviados y zoomorfos procedentes en vasijas con pseudo-cloisonné procedentes dela Higuerita (a) (Fotografía del autor), Alta Vista (b y e) (Imágenes obtenidas de: www.mna.inah.gob.mx), Cerro del Teúl (Fotografías del autor, PACT-INAH) y El Otero (f) (Imagen obtenida de www.mna.inah.gob.mx).

43

Thomas Holien estableció un sistema de clasificación y descripción para este tipo de cerámica. En él incluye la descripción formal del objeto, seguida de la zona de la vasija que se encuentra decorada, las características tecnológicas, así como la composición y los elementos convencionales del diseño (Holien, 2001: 409-411). Esta sistematización resulta muy importante ya que, como se mencionaba en párrafos anteriores, existen ciertos patrones estilísticos claramente perceptibles que permiten considerar los datos mínimos necesarios para el registro de cualquier obra que presente esta decoración. En este sentido, cabe destacar que es posible realizar una propuesta de ficha clínica específica que considere estos aspectos, propuestos por Holien, dentro del apartado de estudio formal, aunado a las observaciones realizadas con respecto al proceso tecnológico y a los deterioros específicos que serán expuestas en capítulos posteriores, para así conformar el registro de técnica de factura y estado de conservación, de acuerdo con la metodología de la Restauración para un primer acercamiento a la obra. Adicionalmente, el mismo Holien (Ibíd.) llega incluso a generar una categorización estilística regional en donde distingue 12 áreas: cultura Chalchihuites rama Súchil, cultura Chalchihuites rama Guadiana, Guadalajara-Ixtlán-Sayula, cuenca del lago de Chapala, río Lerma Medio, alto río Santiago, Occidente, Altiplano Central, Costa Occidental, Suroeste de E.U.A., Mesa del Norte y área de la cultura Huasteca. Sin embargo, es probable que a la fecha sea necesario complementar el análisis con los hallazgos arqueológicos de las últimas tres décadas.

44

1.2.4 Iconografía Entre los investigadores que han hablado sobre el significado de la compleja iconografía plasmada en esta cerámica es comúnmente aceptada la elevada carga ritual y simbólica de sus motivos decorativos, lo cual también se presume si tomamos en cuenta los escasos, pero relevantes, contextos rituales en donde han sido encontradas estas vasijas, así como también la complejidad de la técnica decorativa en comparación con la de otros tipos cerámicos. Las investigaciones arqueológicas y la analogía etnográfica han sido hasta el momento los principales recursos para acercarse al entendimiento del simbolismo plasmado en la cerámica pseudo-cloisonné. Sin embargo, hasta ahora son muy pocos los estudios iconográficos que se han realizado con este tipo de cerámicas y para los fines de este trabajo baste con mencionar algunas de las propuestas del significado iconográfico de algunas vasijas. En el ya mencionado hallazgo de Charlles Kelley en Alta Vista, se localizó un entierro en masa en donde las cuatro copas decoradas con esta técnica se encontraban dispuestas en cada uno de los cuatro puntos cardinales. Tomando este hallazgo como principal ejemplo, Holien (2001) habla de una relación formal por la presencia de ollas y copas en las ofrendas donde se encontró pseudo-cloisonné, por lo que llama a esta asociación el Complejo Copa-Olla como elementos que evocan la intoxicación ritual con bebidas; ademá,s señala que las variaciones formales se deben a modificaciones locales, como en el caso de los cajetes trípodes y del soporte anular (Ibíd.). Dicha propuesta acota que no necesariamente ambos elementos formales deben presentar decoración pseudocloisonné, sino que otro tipo cerámico puede llegar a sustituirlo materialmente, mas no iconográficamente. Por su parte Anthony Aveni, Horst Hartung y Charles Kelley (1982: 202) también describen algunas de los motivos principales de las mismas copas: “La copa de cada vasija de sacrificio está decorada con la representación de un águila; las águilas llevan en sus picos y garras emblemas de serpientes o relámpagos” (Figura 1.17). Tanto la disposición en que fueron ofrendadas las piezas, como las características formales e 45

iconográficas, fueron interpretadas como elementos rituales característicos realizadas al dios Tezcaltlipoca por los mexicas descritas en algunos códices (Holien 2001).

Figura 1.17. Dibujos del interior de algunas de las copas encontradas por Charlles Kelley en Alta Vista (Imagen tomada de Pérez, 2007).

En 1992 Phil Weigand analizó a fondo los componentes simbólicos de dos de las vasijas de Lumholtz. En una de ellas señala los atributos presentes, los cuales corresponden a Ehecatl (dios del viento y del firmamento), por lo que prefiere llamar a este personaje como un proto-Ehecatl. En el segundo caso Weigand, habla de la posible representación de cuatro personajes con importantes diferencias en sus atavíos, por lo que presume una jerarquía específica para cada uno y menciona que podrían tratarse de gobernantes, divinidades y/o sacerdotes relacionados, aunque no necesariamente de manera temporal, como lo sería por ejemplo un linaje dinástico (Weigand, 1992). Así mismo, Weigand identifica por lo menos 51 posibles glifos que son repetitivos en las vasijas con pseudo-cloisonné. Por su parte Nora Rodríguez (2009) interpreta las copas de Alta Vista, encontradas por Gamio, a partir de la “nueva analogía etnográfica”, la cual resulta útil en los casos 46

donde no se cuenta con referencias históricas directas. Su propuesta retoma algunas propuestas de las posibles coincidencias entre la ideología del pueblo wixaritari (huichol) y la iconografía plasmada en las vasijas arqueológicas y considerando que la cosmovisión de los antepasados de los huicholes hubiera tenido alguna relación con la de la cultura Chalchihuites (Medina y García, 2010). La representación del águila devorando la serpiente que se encuentra en las piezas prehispánicas que Rodríguez analiza, pudiera tener una correspondencia simbólica con lo que Robert Zingg (1982), citado por la misma autora, reportó que para los huicholes es la lucha cósmica entre los animales del Padre Sol y de la Abuela Crecimiento, lucha que permite el equilibrio del mundo, ya que remite a los cambios de temporada de lluvias y secas. Finalmente y con respecto al origen de esta cerámica, algunos investigadores han hecho notar una similitud estilística clara con las representaciones teotihuacanas (Ekholm, 2008; Kelley 1974; Aveni, Hartung & Kelley, 1982; Jiménez 1989 y 1995; Strazizich, 1995). Para Javier Galván, la cerámica pseudo-cloisonné corresponde a una imitación de las vasijas decoradas al fresco. En contraste, Ekholm (2008) fue el único en proponer que la cerámica al fresco de Teotihuacán es una probable imitación del pseudo-cloisonné o como él le llamó “cloisonné pintado”, aún sin conocer los hallazgos posteriores de esta técnica al interior de tumbas de tiro.

1.3 Las vasijas al pseudo-cloisonné en los sitios de La Higuerita, Plan del Guaje y El Cerro del Teúl Con la finalidad de ayudar en el entendimiento de la técnica de factura de este tipo de cerámica y en específico del aglutinante utilizado, se seleccionaron para el presente trabajo algunas vasijas procedentes de los sitios: La Higuerita y Plan del Guaje, en la zona central de Jalisco, así como del Cerro del Teúl, en el sur de Zacatecas. Como pudo observarse en el mapa 1.1, estos tres sitios se ubican en el área central de la zona 47

identificada con presencia de vasijas con pseudo-cloisonné y, como puede apreciarse en el mapa 1.2, se localizan en los valles de Atemajac, Tequila y Tlaltenango, respectivamente, resultando evidente la mayor accesibilidad y cercanía entre los primeros dos. Esto último es relevante ya que hace referencia a las esferas de interacción señaladas anteriormente propuestas por Kelley en 1974, ya que probablemente las características geográficas influyeron en las direcciones de la comunicación y los intercambios culturales que se reflejan en los objetos.

Mapa 1.2. Mapa orográfico del centro-norte de Jalisco y sur de Zacatecas donde se señalan con puntos rojos los sitios de las piezas en estudio (Mapa obtenido de www.inegi.gob.mx).

Las ofrendas y las estructuras arquitectónicas donde fueron encontradas las vasijas con pseudo-cloisonné en los dos sitios de Jalisco forman parte del complejo Ixtépete/El Grillo abordado anteriormente. Por su parte, del Cerro del Teúl ha demostrado mayores 48

relaciones con sitios más al norte, lo cual posiblemente sea el reflejo de una diferencia perceptible en el uso de materiales de las piezas, por lo menos de algunos pigmentos, más brillantes y variados, además con un mejor estado de conservación (ambos aspectos serán abordados en el Capítulo 4). A partir de estas observaciones, del interés de las arqueólogas responsables de las colecciones por el desarrollo de esta investigación y la posibilidad de ampliar el alcance de los análisis, se decidió abarcar los ejemplares de estos tres sitios, ya que desde esta perspectiva pudieran conocerse, entre otras cosas, algunas conexiones. A continuación se presentan datos generales de cada uno de los sitios con el objetivo de contextualizar las piezas en estudio.

1.3.1. La Higuerita Contexto geoclimático Este sitio se localiza en la parte central del estado de Jalisco, específicamente al noreste de la cabecera municipal de Tala, ubicada en al este de la región conocida como Valles, es decir, dentro de la zona orográfica del valle de Tequila (aledaño al volcán del mismo nombre), misma que a su vez se encuentra en el extremo poniente del eje neovolcánico transversal (www.inegi.org.mx, 2013). El clima del municipio de Tala es semi-cálido subhúmedo, con una temperatura media anual de 20.5°C. La precipitación media anual para este lugar es de 970 mm (SIEG de Jalisco, 2012). Investigaciones arqueológicas En este lugar se llevó a cabo un proyecto de rescate en el año 2002 a cargo de la arqueóloga Lorenza López Mestas, en el que se excavó una plataforma monumental de forma rectangular, siendo de los pocos vestigios que aún se conservaban, pues el crecimiento urbano ha hecho desaparecer gran parte del asentamiento. Este sitio, junto con Plan del Guaje, están incluidos como parte del complejo cultural conocido como El 49

Grillo (López Mestas y Montejano, 2009). Como ya se mencionó, este complejo cuenta con elementos constructivos y tipos cerámicos muy característicos. Además, La Higuerita es considerado un sitio ceremonial importante por sus dimensiones y su destacada tradición funeraria, lo cual refleja que “[…] estas tumbas pertenecieron a miembros de la elite dominante y, probablemente, integrantes de un linaje o grupo de parentesco ampliado” (López Mestas & Montejano, 2009, p.142). En general, la excavación e investigación de este sitio ha permitido fechar su ocupación en el periodo Clásico, aproximadamente del 450 al 650 d. C., aportando una fecha más temprana para este complejo (El Grillo) que las que habían sido propuestas algunas décadas atrás. Esto resulta importante para la arqueología regional, ya que es posible conocer las relaciones que pudo tener con otras sociedades mesoamericanas contemporáneas. Las excavaciones se realizaron en una plataforma monumental, al centro de la cual fueron hallados tres contextos de enterramiento denominados “tumbas de caja”, las cuales fueron dispuestas con orientación a los puntos cardinales (López Mestas y Montejano, 2009). Este espacio funerario dentro de la plataforma estaba delimitado por un muro de piedra. Fueron excavadas dos de estas tumbas, la oeste y la sur; sin embargo, dentro de esta última había en realidad dos tumbas, una sobre otra y separadas entre sí por jal 5, mismas que fueron nombradas como Sur I y Sur II. Las piezas de pseudo-cloisonné que interesan en este trabajo fueron recuperadas de las tumbas Sur I y Oeste. El contexto de la Caja Sur I es descrito de la siguiente manera:

[…] estaba cubierta por una banqueta de piedras, debajo de la cual también se hallaron dos agrupamientos de ofrendas. Al igual que en la Caja Oeste, sobre el jal se colocó un piso de barro preparado encima del cual se depositaron los restos óseos, las ofrendas y después la banqueta mencionada. Los huesos se encontraban en muy mal

5

“También llamada PIEDRA POMEZ o TEPOJAL: Es un tipo de piedra volcánica extrudida, la cual se produce cuando la lava es expulsada por un volcán con un alto contenido de agua y gases denominados volátiles.” (cladimaco.com, 2014).

50

estado de conservación; aunque se detectaron algunos huesos largos muy fragmentados en la esquina SW, así como pequeños pedazos de hueso cubiertos por bateas de cerámica. Las ofrendas se ubicaron en agrupamientos hacia las cuatro esquinas y adosadas a los muros; consisten en abundante cerámica, macrolascas de obsidiana y cuentas de piedra verde y turquesa (López Mestas y Montejano, 2009:

141-142).

Las vasijas con pseudo-cloisonné de la Caja Sur I son un tecomate y una Olla Códice (Figura 1.18). Cabe mencionar que el descubrimiento de esta tumba sucedió debido a los trabajos que se realizaban para la construcción de una escuela, en los cuales se dañó una de las esquinas de la tumba donde se encontraba depositada la olla códice, por lo que se desconoce el grado de alteración que ocasionó la maquinaria en esta sección (Lorenza López Mestas, comunicación personal, 2005). En la Caja Oeste, se encontraron varios individuos como entierros primarios y varios secundarios. La ofrenda de esta inhumación resultó ser la más rica en materiales, ya que fueron rescatados más de un centenar de objetos cerámicos, de los cuales 19 fueron copas con decoración pseudo-cloisonné. En este caso, seis copas (Grupo 9) fueron depositadas cerca de uno de los individuos, hacia el sur (Figura 1.19), otras tres más se encontraban intercaladas en el grupo hacia el oeste donde se estaban la mayoría de las piezas amontonadas y las diez restantes se encontraron en un nivel superior hacia el muro este.

51

a

b

Figura 1.18. Caja Sur I, vista oblicua desde el sur, donde se muestran los lugares donde se encontraban depositados el tecomate (a) y la Olla Códice (b) y detalles de éstas in situ (Fotografías del Proyecto Arqueológico La Higuerita).

52

Muro este

Grupo 9

Figura 1.19. Caja Oeste, vista oblicua desde el oeste, donde se señala con un círculo la ubicación de las seis copas con pseudo-cloisonné del Grupo 9. Fotografía: Proyecto Arqueológico La Higuerita.

1.3.2 Plan del Guaje Contexto geoclimático Este sitio se localiza en el municipio de Tonalá, Jalisco, en el extremo oriental del valle de Atemajac, ubicado en el borde oeste de la barranca del río Santiago (López Mestas y Montejano, 2009: 143) (Figura 1.20). El clima en este sitio es semicálido subhúmedo, las lluvias se presentan en verano (631mm anuales), aunque por su parte el invierno es semiseco y la primavera seca y semicálida, considerando en general una humedad media (Salazar, 2003, en Montejano, 2007). El arrastre de secciones aledañas elevadas tiende a depositarse en las pendientes. El bosque tropical caducifolio donde se encuentra Plan del Guaje genera que el contenido de materia orgánica sea de media a alta (Ibíd.). 53

Figura 1.20. Excavaciones en Plan del Guaje. Proyecto Arqueológico Plan del Guaje. Fotografía: Marisol Montejano.

Investigaciones arqueológicas Plan del Guaje se encuentra muy cercano al sitio de Coyula, registrado en los años 70 del siglo pasado como un sitio importante y considerado como posible centro rector de la zona, con plataformas monumentales y una ocupación clara del Epiclásico (Ibíd.). Al parecer, el sitio de Plan del Guaje fue identificado como una unidad residencial con uso funerario, pero de dimensiones menores al de Coyula. Aparentemente los datos apuntan a que en este sitio no se realizaron actividades productivas, sino sólo de consumo de bienes de prestigio, los cuales debieron ser adquiridos y consumidos por un grupo de élite (López Mestas y Montejano, 2009). En el año 2006 se realizó un proyecto de rescate arqueológico en este sitio encabezado por la arqueóloga Marisol Montejano. En la excavación fue localizado un 54

conjunto arquitectónico dentro del cual, en la Unidad Sur, se encontraron seis entierros cuyas ofrendas corresponden tipológicamente al complejo El Grillo (Montejano, 2007). Uno de ellos, el Entierro 2, se trató de un posible entierro secundario donde sólo se rescataron la bóveda craneal y algunos huesos largos en posición vertical, pero a su vez presentaba la ofrenda más numerosa “de más de 90 piezas de cerámica y un collar de 134 cuentas de piedra verde y concha” (Ibíd.: 141). De entre todas las vasijas, las que interesan en este trabajo son las 23 que tienen decoración pseudo-cloisonné, incluyendo varias copas de base pedestal y ollas de varios tamaños. Como se muestra en la figura 1.21, la mayoría de las piezas se dispusieron de forma lineal delimitando el sureste de la tumba, colocando las ollas y posteriormente las copas; un poco más hacia el centro fue colocada una olla efigie de mayor tamaño que pertenece al mismo grupo. En el sur fueron ofrendadas una olla globular y cuatro ollas miniatura alineadas más cerca de la esquina suroeste.

Grupo C, Bloque Norte

Grupo C

Grupo D

Cráneo Entierro 2 Grupo E

Figura 1.21. Sección sur de la ofrenda del Entierro 2 vista desde el oeste; se encuentran circuladas las vasijas con decoración pseudo-cloisonné y se señalan los grupos a los que pertenecen. Proyecto Arqueológico Plan del Guaje. Fotografía: Marisol Montejano.

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1.3.3. Cerro del Teúl El sitio Cerro del Teúl se localiza en el municipio de Teúl de González Ortega (Figura 1.20), en el sur del estado de Zacatecas y dentro de la Provincia de la Sierra Madre Occidental (SPP, 1981). El municipio presenta dos tipos de climas: semicálido subhúmedo y templado subhúmedo; ambos con lluvias en verano y precipitación invernal muy baja. El primero de ellos se encuentra en la cabecera municipal, de donde provienen los objetos arqueológicos en estudio, presentando una precipitación media anual entre 600 y 1000 mm y una temperatura media de 18 a 22°C (Ibíd.).

Figura 1.20. Cerro del Teúl visto desde el norte. Fotografía del autor.

A partir del año 2008 se ha desarrollado un proyecto arqueológico de manera permanente, el cual ha sido dirigido por los arqueólogos Peter Jiménez y Laura Solar. Dicho proyecto ha centrado sus actividades en el llamado Conjunto Oriente, en donde se ubican los principales y más grandes conjuntos arquitectónicos del antiguo centro ceremonial. Estos trabajos han arrojado numerosos hallazgos que corresponden a estas diversas temporalidades; de hecho, la arqueóloga Laura Solar (2012) ha señalado que el sitio cuenta, por lo menos, con 18 siglos de ocupación prehispánica continua,

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remontándose probablemente a varios siglos antes de Cristo y hasta la entrada de los españoles a la región. Dentro de los vestigios más antiguos se encuentran los que pertenecen a la llamada Tradición de Tumbas de Tiro (ca. 100 a.C.-400/450 d.C.), mientras que algunos tipos cerámicos diagnósticos atestiguan la ocupación del Clásico temprano y medio. Así mismo, se tiene bien establecida la intensa ocupación del periodo Epiclásico (600-900 d.C.), del cual es muy característica la cerámica con decoración al pseudo-cloisonné, misma que formaba parte importante de las redes de interacción de la época y que vinculó a este sitio con asentamientos como La Quemada y Altavista al norte (Solar, 2012). El siguiente periodo identificado en la secuencia del sitio es el Postclásico temprano y medio, el cual representa el momento de apogeo y ocurre aproximadamente entre los años de 900 a 1350 d.C. Es en este momento cuando el sitio participa en la llamada red Aztatlán de la costa del Pacífico y se adoptan una ideología, sistemas y estilos constructivos y tecnológicos propios de la época. Finalmente, varias fuentes históricas atestiguan la ocupación caxcana del asentamiento durante el Postclásico tardío, periodo que marca la última ocupación indígena del asentamiento (Ibíd.). Enfocándose en el periodo Epiclásico, periodo en el que la cerámica pseudocloisonné forma parte importante de la vajilla ritual, es importante mencionar que hasta el momento aún no se han recuperado piezas completas de esta cerámica en contextos de excavación (sólo tiestos). Sin embargo, se cuenta con numerosas piezas, la mayoría de ellas completas, que proceden de contextos saqueados y que fueron entregadas al INAH por parte de algunos pobladores del municipio. Todos estos objetos evidencian una impresionante destreza tecnológica, pues es posible observar dentro de la técnica decorativa líneas muy finas, detalles y diseños intrincados que manifiestan una verdadera especialización en el manejo de esta técnica.

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1.4 Contexto social actual La importancia de un bien cultural radica esencialmente en la valoración que le otorga el grupo social en el que se encuentra inmerso. En la actualidad los objetos arqueológicos prehispánicos son transmisores materiales de significados que el arqueólogo debe inferir para divulgarlos, es decir, son principalmente de interés en el ámbito académico para la investigación de los grupos humanos que los crearon. Para la Restauración, este tipo de objetos se encuentran en un proceso de revaloración mediante el cual se intenta conocer el uso que tuvieron originalmente. Las investigaciones arqueológicas permiten acercarse al conocimiento del valor original codificado en estos objetos, lo que a su vez promovió su creación. En ocasiones, las piezas y la información obtenida son expuestas al público, donde continúa este proceso de revaloración, ahora por un grupo social más amplio. Con este objetivo, “la restauración contribuye a la lectura del objeto arqueológico y a su construcción, porque hace fehaciente su organización y la pone a disposición de otros observadores” (Jiménez Ramírez, 2004). La cerámica con decoración pseudocloisonné es un claro ejemplo de ello, donde una oportuna intervención permite la apreciación del discurso iconográfico de manera más completa y, al mismo tiempo, procura su preservación, tanto para su presentación al público como para el futuro. Las vasijas con pseudo-cloisonné fueron objeto de estudio en décadas pasadas por la arqueología y también apreciadas estética y tecnológicamente desde principios de siglo por viajeros y exploradores en el Occidente y Noroccidente de México. La importancia que ha adquirido esta decoración en el ámbito arqueológico desde los primeros hallazgos y hasta el momento es sintetizada por Ramos y López Mestas (1999: 256) de la siguiente manera: Se ha señalado una serie de características propias que operan y determinan el carácter ceremonial de este tipo cerámico, entre las que se cuentan: una estandarización formal y funcional de la decoración; una cohesión iconográfica como referente ideológico; la asociación recurrente de artefactos específicos; contextos 58

recurrentes de depositación, como serían las áreas funerarias; así como una práctica de uso contemporáneo a nivel regional (Holien, 1979; Kelley, 1974).

Desde otra perspectiva, cada vez más la interdisciplinariedad de los últimos años ha permitido que estos artefactos de origen prehispánico sean adoptados como objeto de estudio de otras ciencias con intereses particulares. Por ejemplo, es cada vez más común que la Restauración, encargada de la conservación de estos bienes, se sirva también de otras disciplinas, como la física y química, para generar conocimiento que sea utilizado para su propio fin y, a su vez, estas áreas científicas generen metodologías específicas con nuevas tecnologías.

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CAPITULO 2 ANTECEDENTES EN EL ESTUDIO MATERIAL DE LA DECORACION PSEUDO-CLOISONNÉ SOBRE CERA MICA

En el campo de la Restauración, el estudio material se refiere a la identificación de aquellos aspectos que conforman el objeto en sentido tangible, es decir, todas aquellas materias primas que se utilizaron en la elaboración, así como de los procesos necesarios para su factura. La conjunción de este conocimiento genera una idea de las características formales y visuales de la obra una vez concluida su elaboración y antes que se integre a la sociedad misma que lo concibió para determinado fin. Comparando esta concepción original con los deterioros presentes al momento del reconocimiento, se deducen entonces los mecanismos que pudieron generar las transformaciones en el objeto y sus posibles causas. Es decir, es punto de interés para la disciplina el conocer la naturaleza de los materiales, su composición e interacción entre sí y con el medio que les rodea para entender su transformación. Así pues, es a partir de esta investigación que el restaurador realiza un proceso cognitivo que le permite determinar los criterios de intervención más adecuados para cada objeto en particular, mismos que serán analizados en apartados posteriores para el caso de estudio. Para los procesos anteriormente descritos, la Restauración se sirve del conocimiento generado, tanto de otras disciplinas como por sí misma. En la presente cuestión, las fuentes principales son el resultado de investigaciones realizadas décadas 61

atrás por algunos arqueólogos y antropólogos que se preocuparon por definir los componentes del pseudo-cloisonné. Ciertamente, la mayoría de los pocos análisis arqueométricos realizados se enfocaron al estudio e identificación de los componentes inorgánicos de tiestos y pocos objetos completos con esta decoración; esto debido principalmente al desarrollo tecnológico con el que se contaba para este tipo de material desde hace más de medio siglo. Sólo dos investigadores han intentado encontrar, por diferentes medios, el posible origen del aglutinante que se presume fue empleado para dicha técnica decorativa y que serán expuestos más adelante. Resulta poco asertivo el intentar analizar la posible existencia de un componente orgánico en el pseudo-cloisonné, sin tomar en cuenta los análisis realizados con anterioridad a sus compuestos inorgánicos, ya que todos los elementos constituyentes interaccionan entre sí para otorgarle características y propiedades particulares que a la vez son las que la distinguen del resto de las decoraciones. Así pues, a continuación se exponen los análisis realizados, tanto arqueométricos como etnohistóricos, preámbulo a las posibilidades del presente estudio.

2.1 Componentes inorgánicos El primero en reportar estudios de esta decoración fue Gordon Ekholm (2008) realizados en 1942 por el Sr. Jones, del Laboratorio de Etnobotánica de la Universidad de Michigan. El reporte de este análisis indica que el mineral del “material principal” -factiblemente refiriéndose a la capa de color gris- posiblemente fue calcita, ya que se señala que algunos “cristales de cuarzo” no mostraron reacción al ácido clorhídrico como el resto del material 6. Los anteriores resultados fueron confirmados por el Dr. Matson, entonces curador del museo de la misma universidad, mediante luz polarizada bajo el microscopio

6

Reacción química de efervescencia que sucede en compuestos con presencia de carbonatos como la calcita.

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(Ekholm, 2008 ). Además, se efectuaron las mismas pruebas por dichos investigadores a muestras de artesanías de lacas de Uruapan de esa época, concluyendo que el material que conformaba esta capa no era dolomita como había informado el mismo Ekholm al encargarlas. Con respecto a los pigmentos de los demás colores solamente se pudo comprobar, de manera general, su naturaleza inorgánica por su estabilidad por exposición al calor y, específicamente, la posible composición calcárea del blanco por estudio a través de la reacción con HCl. En secuencia cronológica, Noemí Castillo (1968) realizó importantes estudios arqueométricos a la pasta y a la decoración de numerosos tiestos y algunas vasijas procedentes de diversos sitios. Éstos consistieron, principalmente, en observaciones microscópicas para reconocer la estratigrafía; posteriormente, análisis petrográficos y, en algunos casos, químicos. Realizó una clasificación importante tanto de la técnica como de los materiales utilizados en 60 muestras provenientes de 12 sitios y diez de origen desconocido. En el Anexo 1 se muestra una tabla con algunos de los resultados particulares que Castillo obtuvo con respecto a los materiales constitutivos de la decoración. Cabe señalar que esta autora utiliza el término capa-base para referirse a la capa gris o negra que es aplicada inicialmente y sobre la cual se excavan los diseños, por lo que se empleará de igual manera a partir de ahora. Castillo (1968) reporta que la pasta de los tiestos muestreados y analizados por petrografía procede del mismo sitio donde fueron encontrados, pues los desgrasantes7 son originarios de yacimientos cercanos a los mismos. Con este dato y tomando en cuenta la variabilidad de tipo de piezas, la misma autora afirma que se trata de una moda del estilo decorativo y no de comercio de objetos. Como se puede observar en la gráfica 2.1, los componentes que identificó Castillo como posibles cargas para la capa-base presentaron tres variables: cal, arcillas y mezcla de

7

Los desgrasantes o cargas son materiales que se añaden al barro al momento de la construcción del cuerpo cerámico, con la finalidad de distribuir las fuerzas de contracción y expansión al momento del secado y la cocción.

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cal y arcillas, predominando esta última. Por otro lado, realizó una caracterización aparte del material empleado como pigmento para este estrato, donde la mayoría mostraron presencia de carbón vegetal y, eventualmente, malaquita o arcillas limoníticas (Gráfica 2.2). Se identificó sólo una variante local en el sitio del Cóporo, Gto., donde el color de la capa fue dado por arcillas limoníticas que originaron tonalidades rojizas (Castillo, 1968).

Gráfica 2.1. Posibles cargas identificadas en la capa-base por Noemí Castillo donde se muestra el porcentaje de presencia en el total de los especímenes.

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Gráfica 2.2. Posibles pigmentos identificados en la capa-base por Noemí Castillo donde se muestra el porcentaje de presencia en el total de los especímenes.

Con respecto al material utilizado para embutir los espacios excavados, los resultados arrojaron la presencia de pigmentos minerales, predominantemente de fácil obtención, que bien pueden ser también de cada localidad: limonita, malaquita, hematita y cal (Castillo, 1968). Hubo algunas excepciones claramente identificadas como el caso del cinabrio, probablemente importado de la Sierra Madre del Sur y parte de Querétaro y Guanajuato, donde se conocen yacimientos de mercurio (Castillo, 1968). Cabe señalar que resulta necesario confirmar la procedencia de los pigmentos, para lo cual podrían aplicarse técnicas no destructivas como la fluorescencia de RX para conocer los elementos traza y compararlos con depósitos de cada lugar. Los materiales que más destacaron por abundancia fueron la cal blanca y la malaquita para los colores blanco y verde, respectivamente (Gráfica 2.3). Los pigmentos de color rojo también fueron cuantiosos, pero en este caso el porcentaje fue muy similar entre la hematita y el cinabrio, además de la combinación de ambos.

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Gráfica 2.3. Posibles pigmentos de relleno identificados por Noemí Castillo donde se muestra el porcentaje de presencia en el total de los especímenes.

En el aspecto tecnológico, fueron encontradas hasta cinco variantes en los colores de relleno: en algunos casos se empleó una mezcla de cal con los pigmentos; en otros casos se aplicó una capa de cal y posteriormente la de pigmento; otra variante fue la mezcla de pigmentos con arcillas en sustitución de cal; una más donde se presentaron combinadas dos de las anteriores; y, finalmente, una variante donde sólo se utilizó cinabrio para rellenar los campos. Poco más de una década después, Marie-Areti Hers publicó algunas observaciones de vestigios de esta técnica decorativa en las excavaciones de la tumba de tiro en Cerro del Huistle. En esta investigación apunta que los materiales empleados para la elaboración del pseudo-cloisonné son muy similares a los caracterizados por Castillo para La Quemada: la capa-base presentó carbonato de calcio, arcillas y carbón vegetal, mientras que los pigmentos de relleno identificados fueron carbonato de calcio, hematita y limonita (Hers, 1983). Cabe resaltar que el color verde empleado en estos ejemplares fue hecho con

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celadonita (Hers, 1983), señalado por la autora como de procedencia local aunque en ninguno de sus datos especifica la técnica utilizada para su análisis. Otro estudio importante que ha sido publicado más recientemente fue el de Nicola Strazizich (2002), quien menciona los materiales constitutivos de la decoración que se conservó en algunos fragmentos de vasijas procedentes de La Quemada, aunque tampoco señala la técnica analítica utilizada para la identificación. Para la capa-base hace mención de tierra de diatomeas como carga, lo cual resulta un dato muy interesante, ya que el uso de este material otorgaría características muy particulares de brillo, textura, color, plasticidad e higroscopicidad. Además, fue caracterizada ilmenita como el mineral que aporta el color negro de este estrato. En cuestión del tema los pigmentos de relleno fueron identificados: celadonita para el pigmento verde; geotita y limonita en el amarillo y, hematita o, con menos frecuencia, rutilo mezclado con minerales arcillosos para los rojos. También fue reportado que todas las celdas de color fueron primeramente rellenadas con calcita y posteriormente con los pigmentos. Además, las variaciones tonales se llevaron a cabo mediante mezclas con calcita, volviendo los colores más claros (Strazicich, 2002). Algunos datos presentados por Strazicich son iguales a los resultados que obtuvieron Castillo y Hers décadas atrás, mientras que otros complementan o contrastan. Por ejemplo, los tres estudios coinciden en el uso de hematita y limonita como pigmentos y algunas arcillas del mismo origen. Strazizich no menciona cal como componente de la capa-base, pero señala una mezcla de arcillas con minerales dentro de los cuales puede estar o no incluida la calcita. Por su parte, es posible que una de las mencionadas como arcillas por Castillo se trate en realidad de la tierra de diatomeas que describe Strazizich. Una variación importante entre estos estudios es la caracterización del pigmento verde. Castillo señala que todos los pigmentos verdes en sus muestras estaban constituidos por malaquita, mineral a base de cobre, con casos aislados de azurita; sin embargo, en su trabajo no reporta análisis específicos que identifiquen este catión (Cu+) más allá de la petrografía. Como ya fue apuntado, Strazizich y Hers no mencionan qué tipo de análisis químico realizaron o su fuente bibliográfica; no obstante, destaca que la 67

celadonita, utilizada en este color, se encuentra en yacimientos cercanos a los sitios de La Quemada y Cerro del Huistle, respectivamente; sin embargo, Strazizich apunta que la “huella digital” en la composición química determinó la procedencia de los minerales. Otro dato contrastante es la caracterización efectuada por Strazizich, donde la ilmenita aparece como el material que otorga el color a la capa-base y que no fue reconocido por Castillo o por Hers, quienes mencionan que el color negro es dado por el uso de carbón vegetal en todos los especímenes. Recientemente Patricia Acuña (2012) expone el resultado de varios análisis de una muestra de origen prehispánico que señala como la “laca prehispánica”, en un tecomate procedente del cerro La Garrafa en el Estado de Chiapas. 8 Aquí se identificó la presencia de carbonato de calcio correspondiendo con los datos obtenidos por Castillo y los reportados por Ekholm. El ejemplar, que logra apreciarse en la figura 2.1, evidentemente no parece la misma técnica del pseudo-cloisonné del Occidente, en la que una capa-base es excavada y rellenada de colores.

Figura 2.1 Vistas de un tecomate con una decoración llamada “laca prehispánica” procedente del cerro La Garrafa, Chiapas (Imagen obtenida de Acuña, 2012).

8

En este caso además del uso del MEB se utilizó Energía Dispersiva de Rayos X (EDS) y Fluorescencia de Rayos X.

68

2.2 Componente orgánico Dentro de los mismos análisis que Ekholm encargó a la Universidad de Michigan en 1942, también se buscaron residuos de materiales grasos como aglutinante, presumiendo la correspondencia con las lacas michoacanas. En este estudio no fueron encontrados resultados favorables en las muestras de contexto arqueológico pero tampoco se especifica el método utilizado (Ekholm, Excavaciones en Guasave, Sinaloa, 2008 ). Una fuente bibliográfica importante en el desarrollo del presente tema de investigación es la tesis doctoral de Thomas Holien (2001), quien se preocupó por realizar una extensiva compilación de datos etnohistóricos procurando, entre otras cosas, encontrar la posible evolución de la técnica del pseudo-cloisonné, principalmente del aglutinante utilizado. Dicha investigación presenta una fuerte tendencia a relacionar la técnica prehispánica con el actual trabajo de las lacas o maques realizadas en Michoacán, atendiendo a que previamente algunos autores como Carl Lumholtz en 1902, Gordon Ekholm para 1942, Donald Brand en 1944, Herbert Spinden para 1948 y Miguel Covarrubias en 1957 ya habían propuesto o asegurado esta correspondencia (Holien, 2001: 32-33). En términos generales, Holien propone que es muy evidente que los procesos entre las características observables del pseudo-cloisonné y las artesanías actuales son sistemáticamente paralelos, aunque reconoce que no existe una referencia precisa que describa la elaboración de una decoración como la que actualmente se conoce como pseudo-cloisonné. Las fuentes que cita este autor hablan del uso prehispánico del aceite de chía9 y el aje 10 para decorar y/o barnizar o lustrar vasijas en el centro de México y en el área maya, entre ellos las obras de Fray Bernardino de Sahagún y Fray Diego de Landa.

9

El aceite se extrae de las semillas de la planta de chía, como se le conoce comúnmente en México. Ver más en el Anexo 2. 10 El aje es una “Grasa animal que se obtiene de la cocción y trituración del cuerpo de un insecto hemíptero denominado Llaveia axin o Coccus axin […] Este insecto habita en ciertos arbustos o árboles como el ciruelo, el jobo, la acacia, el piñolero, el palo mulato, etc.” (Ordóñez et al., 2002: 252).

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Castillo (1968) transcribe una descripción hecha por Sahagún en una versión de 1956, en donde hace referencia de algunas maneras de decorar con laca las jícaras y venderlas: El que vende jícaras cómpralas de otro para tomarlas a vender y venderlas bien, primero las unta con cosas que las hacen pulidas; y algunos las bruñen con algún betún con que las hacen relucientes, y algunas las pintan rayando o raspando bien lo que no está llano, ni liso y para que parezcan galanas úntanlas con axin o con los huesos de zapotes amarillos molidos, y endurécelas o cúrales al humo, colgándolas en la chimenea y todas las jícaras véndelas poniendo aparte o por sí las que traen de Guatimela y las de México, y las de otros pueblos unas de las cuales son blancas, otras prietas, otras amarillas, otras pardas, unas bruñidas de encina, otras untadas con cosas que les dan lustre, unas son pintadas, otras llenas sin labor […] (: 17-18)

La descripción resulta un poco confusa con respecto a las decoraciones, Castillo (1968) lo interpreta como referencia a lacas monócromas proponiendo que el incrustado fue resultado de la influencia de los taraceados árabes, mientras que Holien (2001) y Acuña (2012) aseguran que Sahagún también habla de la técnica incrustada. En este sentido, tampoco se conoce una fuente que hable del origen de las lacas michoacanas; sin embargo, Gonzalo Obregón asegura que Francisco P. de León en su obra Los esmaltes de Uruapan demostró que la técnica no tenía su origen en influencias orientales más que en los diseños a partir del siglo XVIII (Obregón, 1964), aunque el mismo Holien remite a algunos autores que señalan viajes de navíos orientales a la Nueva España desde la segunda mitad del siglo XVI (Holien, 2001). En el trabajo de las lacas michoacanas es claramente diferenciada la existencia de dos técnicas: el maqueado y el incrustado (Castillo, 1968; Holien, 2001; Ordóñez et al., 2002). El proceso de maqueado implica “la aplicación de una capa de ‘tiza o dolomía’ de color deseado y en la de un aceite (generalmente de chía) con gotas de aje, […] una vez seca la capa se procede al pulido de la misma valiéndose de un lienzo suave” (Castillo, 1968). Por otro lado, la técnica conocida como incrustado y que es tradicional del 70

municipio de Uruapan, es a la que todos los autores hacen referencia y que, aparentemente, podría llevar el mismo procedimiento que la decoración prehispánica en estudio, donde una vez maqueado el objeto se marcan los motivos decorativos, extrayendo el material previamente aplicado para rellenar nuevamente los huecos con el mismo procedimiento que al inicio; finalmente, una vez seca la incrustación, ésta se pule con un lienzo suave aplicando aje. Ordóñez et al. especifican un poco más los materiales colorantes utilizados:

El aje […], el aceite de chía o de chicalote […] y una tierra blanca pulverizada de origen mineral denominada dolomía (carbonato doble de magnesia de cal), a la que se agregaban otras tierras y diversos colorantes de origen mineral (como las tierras), vegetal (como el palo de Brasil) o animal (como la grana) (Ordóñez et al.,2002: 253).

Sin embargo, estudios recientes de Patricia Acuña (2012) realizados a lacas michoacanas de la época virreinal, han revelado datos importantes con respecto a la evolución de la composición de la mezcla a lo largo de varios siglos. En objetos que datan de finales del siglo XVI o principios del XVII, se caracterizó el uso de puzolanas, mediante Microscopio Electrónico de Barrido (MEB-EDS), como material constitutivo de

la

decoración de piezas que además mostraban un muy buen estado de conservación (Acuña, 2012). Por otro lado, ejemplares elaborados a partir del siglo XVIII presentaban otros minerales constitutivos como sulfato de calcio y ocasionalmente dolomita, además de presentar mayores deterioros. Estos análisis ponen en cuestión el uso de dolomita como el material tradicional descrito por los frailes. Por otro lado, Acuña también menciona que al parecer en las muestras más antiguas existen vestigios de algún aglutinante orgánico, dato también trascendente, ya que demuestra que a pesar del uso de puzolanas era necesario el empleo de un aglutinante que permitiera la adhesión al soporte, como se ha señalado para el pseudo-cloisonné.

71

Por otro lado, Holien evoca el tiempo de secado lento que caracteriza a los aceites secantes como una factibilidad para realizar el corte en la capa-base cuando aún no secaba completamente. Sin embargo, en reportajes actuales de la técnica tradicional es mencionado que este proceso se realiza “ya que se secó bien” la capa de laca (Sánchez, s.f.). De acuerdo con Castillo, la plasticidad o suavidad de la capa-base era una

característica

del

momento

de

factura, ya que bajo el microscopio no se observaron marcas de herramienta sobre la Figura 2.2. Tallos de otate (Imagen obtenida de http://www.enciclopediagro.org/).

superficie

de

cerámica

que

se

efectuaran al momento de excavar la decoración, lo cual indica que no se

trataba de un utensilio tan afilado o duro, para lo que ella propone el uso de una tira de otate11 como herramienta para realizar los cortes y la extracción (Castillo, 1968). En relación a lo anterior, vale la pena aludir el caso de la aplicación de bol para estofado en escultura virreinal, el cual contiene como materiales constitutivos cola de conejo y arcillas rojas muy plásticas. Esta mezcla hace permisible generar capas de grosor considerable con cierta flexibilidad y, además, es posible reblandecerlas con agua por lo menos al poco tiempo de su aplicación. Otros materiales orgánicos de los cuales se tiene registro de su uso para fines artísticos en época prehispánica son los mucílagos de tzauhtli y de nopal. En ambos casos no se cuenta con una referencia directa que los relacione con el pseudo-cloisonné o con

11

Otate: nombre que deriva de los aztequismos: otatli: caña dura; ótatl: caña maciza y recia. Es una planta parecida al carrizo, pero de mayor tamaño y resistencia; tallo cilíndrico, leñoso, con nudos a 10 cm uno de otro, aproximadamente; color verde o verde amarillento; alcanza unos 10 m de alto. (Guerrero Cultural Siglo XXI, rescatado en 2012 en http://www.enciclopediagro.org/index.php/indices/indice-flora-y-fauna/1206otate).

72

algún otro artefacto en el Occidente; sin embargo, ninguno es lejano de ser una opción factible por su origen y distribución geográfica en esa época. El tzauhtli fue empleado como adhesivo y aglutinante en la época prehispánica y colonial. Es extraído de seudobulbos de las orquídeas y su proceso de extracción y usos fueron documentados desde el siglo XVI en el Códice Florentino (González, 1996) y por Francisco Hernández, médico e historiador de Felipe II, en su obra Historia de las plantas de la Nueva España, donde señala:

[..] se prepara con ella un gluten excelente y muy tenaz que usan los indios y principalmente los pintores para adherir más firmemente los colores, de suerte que no se borren fácilmente las figuras. Se corta la raíz en trozos pequeños, se seca al sol y se muele, y con el polvo se prepara este famoso gluten. Podía ser llevada esta planta a España, pues vive en cualesquiera lugares, altos o bajos, y principalmente en los más cálidos. (Hernández, 1943, págs. 376-378)

Este material fue ampliamente estudiado por Rocío González (1996) quien reporta como principales usos el de adhesivo para mosaicos de plumas y como aglutinante de papel, pinturas, esculturas de pasta de caña, entre otros. En el caso de la pintura reconoce la poca bibliografía existente al respecto, tal es el caso de la previa descripción de Hernádez (1943), quien nunca especifica a qué tipo de soporte se aplicó. La mayoría de las referencias corresponden a grupos con los cuales los españoles entraron en contacto y realizaron el registro de estas actividades, como los mexicas o los tarascos. Es importante señalar que en análisis recientes de la policromía del relieve monumental de la diosa Tlaltecuhtli del Templo Mayor, fueron encontradas bajas concentraciones de glucosa y manosa como aglutinante (Barajas, 2012) 12, por lo que se presume podría tratarse del mismo tzauhtli.

12

El método analítico utilizado en este estudio fue la cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas.

73

El posible uso del mucílago de nopal en obras pictóricas fue estudiado por Diana Magaloni en las pinturas murales del sitio arqueológico de Cacaxtla, en el estado de Tlaxcala; dicha identificación fue realizada por métodos cromatográficos (Magaloni, 1994) encontrando coincidencias entre los azúcares de una muestra patrón y una prehispánica. Schöndube menciona algunas de las especies de plantas endémicas del occidente mexicano previo a la introducción de especies por los españoles: “También estaba la chía, que se añadía a algunas bebidas, la papaya, el maguey o agave; los humildes nopales” (Schöndube, 2006: 209). De los cuales la chía y el nopal pueden ser considerados como materia prima para la extracción de sustancias aglutinantes de las que se conocen referencias. Adicionalmente, Rocío González (1996) reporta varias de las especies de orquídeas productoras de tzauhtli presentes en todos los estados del occidente y noroccidente donde se ha reportado la presencia de pseudo-cloisonné. En todos los casos mencionados, donde fueron identificados posibles aglutinantes para objetos con finalidades artístico-simbólicas, los grupos sociales prehispánicos que los utilizaron no se encuentran relacionados temporal ni geográficamente con el uso del pseudo-cloisonné; sin embargo, si se comerciaron artefactos a largas distancias durante diferentes épocas, por lo que no resulta imposible que también el conocimiento de las propiedades de los materiales fuera ampliamente conocido e incluso aplicado para diversos fines a través del tiempo. Dentro de los aglutinantes convencionales a los que el hombre tiene fácil acceso se cuentan algunas proteínas. Estos compuestos están presentes de manera abundante en la naturaleza, principalmente en animales. No se ha encontrado alguna referencia etnohistórica que hable del uso de sustancias proteicas para fines decorativos en cerámica; sin embargo, ha sido documentada la existencia y la domesticación de varias especies animales en época prehispánica, de las cuales pudieron obtenerse proteínas tanto del huevo como por la cocción de los huesos. Por ejemplo, se mencionan algunas especies animales de las cuales pudo extraerse material proteico y que pudieron ser los domesticados en esa época como “el perro y el pavo, […] y el pato muscovy que todavía se ve como ave de corral en algunos ranchos aislados de la región” (Schöndube, 2006: 210). 74

Por otro lado, en contextos arqueológicos se han encontrado restos óseos de animales endémicos a los cuales evidentemente tuvo acceso el hombre: “[…] venado, pecarí, liebre, conejo, armadillo, tejón, zarigüeya, perrito de las praderas, pato, ganso, paloma, codorniz, tortuga, pescado, cangrejo y langostinos, entre muchos otros”, de los cuales también era factible obtener materia prima para diversos fines. Otro de los compuestos naturales disponibles con posibilidades de este uso son las gomas que exudan algunas especies de árboles. Un ejemplo de éstos procede del árbol conocido como huizache, del cual se tienen referencias de su uso prehispánico solamente como planta medicinal en el Códice Florentino (BDMTM-UNAM, 2009). Sin embargo, María Vázquez (2010) señala otras especies que contienen estas gomas y de las cuales se tienen registros etnográficos de su empleo para pintar en las Tierras Bajas Mayas. En términos generales de la técnica de manufactura, Kelley y Abbott (1971) proponen que los técnicos que realizaban este trabajo conformaban un gremio artísticoceremonial de especialistas en cada generación, que esencialmente tenían conocimientos tanto de la técnica como del contenido religioso. Esto es importante para poder entablar premisas acerca del origen del conocimiento tecnológico, su

transmisión espacial y

temporal y las probables adaptaciones locales que pudieran ser necesarias. Por lo anterior, y en base a la procedencia identificada de la cerámica y de los pigmentos del sitio de La Quemada, parece factible que el aglutinante pueda también tener su origen en alguna especie local, vegetal o animal, para obtener las mismas propiedades y características necesarias en la elaboración del pseudo-cloisonné.

2.3 Conformación de la policromía Dentro de los análisis arqueológicos, desde hace varias décadas, el material que añade color a la superficie de una pieza cerámica es considerado una decoración y se clasifica de acuerdo a la cantidad de colores aplicados. Así pues, cuando existe sólo un color en toda la superficie se le llama monócroma, cuando son dos diferentes se conoce como bícroma 75

o también a partir de esta cantidad es considerada polícroma; en este caso se suele sustituir “decoración polícroma” con la acepción “policromía”. Como fue señalado en el capítulo anterior, el pseudo-cloisonné es considerado una clase de decoración postcocción, por ello entra en la clasificación de polícroma. El pseudo-cloisonné difiere del resto de las decoraciones de cerámica mesoamericana y de técnicas pictóricas tradicionales, aunque sí comparte características visuales con otros tipos prehispánicos y ciertas similitudes materiales con técnicas de pintura que no deben ser pasadas por alto. Este fenómeno pareciera generado por una combinación particular e interesante de varias técnicas que otorgan propiedades formales y cromáticas especiales sobre un soporte poco convencional. En el caso de estudio, es posible generar una discusión en torno a la acepción que debería emplearse. Gómez (2002) señala una importante diferencia entre policromía y capa pictórica para objetos reconocidos como artísticos:

La policromía es más un ‘maquillaje’ que no se debe asimilar a una representación pictórica que sugiere una forma ficticia, sino a la iluminación o acabado de una escultura o elemento arquitectónico u ornamental cuyo modelado viene dado ya por la forma plástica (Gómez, 2002: 17).

Por lo anterior, el pseudo-cloisonné no está lejos de ser considerado como obra pictórica, pues como se ha visto no se trata de una simple policromía que decora elementos tridimensionales, como en el caso de la escultura policromada, sino que el estrato de color forma por sí mismo una imagen que es la transmisora material del significado que el ejecutor de la obra intentó plasmar. Si bien es cierto que estas definiciones son utilizadas por la disciplina de la historia del arte para objetos “artísticos”, resulta importante efectuar una revaloración del pseudo-cloisonné no solamente desde el punto de vista arqueológico, sino también de la trascendencia de su componente expresivo. El reconocimiento implicaría la apreciación de la imagen generada, su contenido simbólico y la destreza con el uso de los materiales para lograrla. En este 76

sentido, para las obras pictóricas que incluyen componentes iconográficos, también Gómez menciona que éstas pueden estar conformadas por una gran diversidad de imágenes “[…] pasando desde la expresión de una mancha gestual, formas geométricas, fitomorfas, zoomorfas y representaciones humanas, hasta la de escenas y paisajes” (Gómez, 2002: 18). Por otro lado, no puede ignorarse la funcionalidad visual de la capa-base, la cual no otorga per se efectos volumétricos, ya que la imagen final se presenta de manera bidimensional; sin embargo, debe existir una razón por la cual no solamente se pintó todo el diseño sobre las vasijas, sino que se determinó llevar a cabo todo el complejo proceso que ya ha sido descrito.

2.3.2 Capa pictórica Los estratos que normalmente constituyen una obra pictórica, ya sea mural o de caballete, son tres: soporte, base de preparación y capa pictórica. Si se intentara cotejar el presente caso de estudio con una obra pictórica, el soporte correspondería al cuerpo cerámico aunque, como también se mencionó en el apartado del marco histórico, ha sido encontrada sobre otro tipo de soportes inorgánicos como placas de pirita, u orgánicos que presumiblemente se trataron de guajes, textiles o madera , o mixtos como los caracoles. En el caso del pseudo-cloisonné no se cuenta con una base de preparación como tal, la cual se emplea para otorgar un aspecto uniforme a la superficie y favorecer la adhesión al soporte (Calvo, 1997), sino que los pigmentos fueron colocados directamente sobre la cerámica. No obstante, como se expuso anteriormente, se han observado capas blancas de cal por debajo de algunos pigmentos de relleno, las cuales pueden estar cumpliendo una o varias funciones. Por un lado, es posible que se empleara el carbonato de calcio para mejorar la adherencia de algunos pigmentos o aumentar el brillo del color mediante la vibración con el blanco de fondo; aunque pudiera tener alguna otra finalidad técnica, como por ejemplo ocupar más espacio y así utilizar menor cantidad de pigmentos, 77

los cuales pudieron estar más lejos del alcance del artista, como en los casos que identificó Castillo (1968) de La Quemada o algunos observados en Cerro del Teúl. El estrato que funciona como transmisor de una imagen es conocido como capa pictórica. Ésta, de manera general, se conforma por la mezcla de un pigmento o carga a manera de suspensión en una sustancia filmógena, la cual cohesiona las partículas de color y a su vez las adhiere al estrato donde será aplicada (Matteini y Moles, 2001; Gómez, 2002). Es posible reconocer, entonces, que el estrato que podría resultar equivalente en el pseudo-cloisonné a una capa pictórica está conformado por dos tipos de mezclas que cumplen funciones distintas: la capa-base y los pigmentos de relleno. Como se expuso en el primer apartado, los análisis presentados por Castillo (1968) y Strazicich (2002) con respecto a la identificación de elementos inorgánicos, coinciden en que la capa-base difiere de manera importante con los pigmentos de relleno, en cuanto a la composición química y la cantidad de materiales presentes. Sin embargo, ambas mezclas se encuentran estratigráficamente en un mismo nivel y, en conjunto, funcionan como transmisoras de la imagen, por lo que se puede considerar que su conformación responde de manera importante a intenciones también estéticas y no solamente técnicas. Así pues, la capa-base tiene como componente constante una carga finamente molida, ya sea cal o tierra de diatomeas de acuerdo con la bibliografía, además de un pigmento que le otorga su color característico que va de gris claro a negro (dado por carbón vegetal o ilmenita según los reportes).13 Por otro lado, los pigmentos de relleno han sido identificados como pigmentos minerales, ya sean solos o eventualmente combinados. Es importante destacar que “Los pigmentos están constituidos por unos polvos muy finos, coloreados, e insolubles. Al mezclarse con el aglutinante forman una pasta más o menos densa que manifiesta propiedades cubrientes a veces muy relevantes” (Matteni & Moles, 2001: 25). Así, los materiales no deben reaccionar químicamente entre sí al ser mezclados, para que se

13

Esto está basado en la bibliografía y no se realizarán análisis del material inorgánico, ya que el objetivo de este estudio se concentrará en el posible material orgánico empleado.

78

conserven las características cromáticas, y una de las propiedades más importantes de los pigmentos

es

su

estabilidad,

especialmente

los

minerales

que

componen

mayoritariamente el pseudo-cloisonné. Cabe destacar la adición de cal a ciertos pigmentos en especímenes de algunos sitios, posiblemente con la finalidad de emplearla como carga. A continuación se presenta una definición de carga en una capa pictórica, con la que pueden entenderse algunas posibles causas del uso del mineral mencionado:

Las cargas son materiales orgánicos o inorgánicos sin color, generalmente blancos, de bajo índice de refracción (similar al del aglutinante con el que se ligan). Sirven para mezclar con pigmentos, para dar menor cuerpo al pigmento y hacerlo más transparente, para abaratar el pigmento o crear ciertos efectos especiales en la pintura (Palet, 1997).

Sin embargo, todos estos materiales no poseen, por sí solos, la capacidad de adherirse a la superficie, por lo que es necesario un material que funcione como aglutinante, para así formar una capa pictórica. Por dicha razón, se presume la adición de un aglutinante tanto en la capa-base como en los pigmentos de relleno, lo que a su vez conforma la hipótesis de este trabajo, ya expuesta con antelación. También en el arte pictórico existe una manera de clasificar las obras de acuerdo al aglutinante utilizado, a lo que se conoce como técnicas pictóricas. En el presente caso de estudio, la naturaleza del aglutinante empleado es desconocida, por lo que no es posible determinar, de acuerdo con la clasificación tradicional, si pertenece a alguna técnica pictórica. Castillo (1968) ya intentó aclarar este aspecto, exponiendo la falta de datos que confirmen los términos empleados por los exploradores que asociaron la decoración postcocción pseudo-cloisonné de cerámica arqueológica con técnicas como el fresco, el secco o al óleo.

79

2.3.3 Aglutinante Un aglutinante es una sustancia con la capacidad de cohesionar partículas de pigmento y cargas entre sí y, a su vez, poder adherirlas a una superficie determinada (Calvo, 1997); en estos compuestos también se suele buscar que su adición no altere significativamente las propiedades cromáticas de las partículas de color. Los aglutinantes se clasifican por su composición química en inorgánicos y orgánicos; estos últimos serán explicados a profundidad, ya que son el tema de interés del presente de estudio. Los aglutinantes inorgánicos son también llamados aglomerantes; constituyen sólidos conformados por cristales que alternan con las partículas de pigmento (Gómez, 2002). Un ejemplo sería el caso de la técnica pictórica conocida como fresco, donde la cal aglutina el color, que fue propuesto por varios investigadores para el pseudo-cloisonné como se expuso anteriormente. Los compuestos orgánicos que se emplean como aglutinantes están químicamente conformados por largas cadenas de átomos de carbono a los cuales normalmente se unen átomos de hidrógeno y dependiendo del componente también hay oxígeno, nitrógeno y azufre con diversos tipos de enlaces entre sí. Este tipo de moléculas pueden estar clasificadas como proteínas, polisacáridos o aceites de acuerdo con sus componentes y estructura. Las proteínas y los polisacáridos son conocidos como polímeros, ya que son macromoléculas que están conformadas por moléculas más sencillas llamadas monómeros; así, cada tipo de compuesto orgánico está conformado por un tipo específico de monómeros o unidades estructurales. Sin embargo, los aceites utilizados en el arte pictórico no son polímeros, sino hasta tiempo después de ser aplicados en una superficie, ya que las reacciones químicas que experimentan naturalmente al volverse sólidos los transforma en macromoléculas.

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Proteínas En el caso de las proteínas o polipéptidos, las unidades estructurales son llamadas aminoácidos, cuya característica primordial es la presencia del grupo funcional amino 14, es decir, un átomo de nitrógeno unido a hidrógenos y a un carbono que, a su vez, se encuentra enseguida de un grupo funcional ácido carboxílico (Brown, LeMay, Bursten y Murphy, 2009). Cuando estas unidades estructurales se unen entre sí para conformar el polímero, el grupo funcional amino se transforma en amida y presenta la siguiente estructura general, donde R es una cadena policarbonada diferente para cada aminoácido que está unido:

R

R

Figura 2.3. Representación del enlace amida (abajo) a partir del enlace de dos aminoácidos (arriba) por la pérdida de agua (Basado en Peris, 2007).

Polisacáridos Los polisacáridos están conformados por la unión de numerosas moléculas de azúcares, los cuales se conforman por cadenas de enlaces de carbono, hidrógeno y oxígeno. Estas últimas se clasifican en hidroxialdehídos o aldosas y polihidroxicetonas o cetosas

14

El grupo funcional se define como el sitio de reactividad de una molécula, por lo que determina su comportamiento.

81

(González, 1996), de acuerdo con el tipo de átomos que se unen para formar el grupo funcional.

Cuando

monosacáridos

se

forman

unen el

los enlace

glucosídico, cuyo grupo funcional es un éter, como se aprecia en la figura 2.4. Las moléculas de los polisacáridos son predominantemente de tipo lineal; sin embargo, las gomas y mucílagos que se utilizan

como

aglutinantes

son

normalmente ramificados y conformados por varios tipos de azúcares, por lo que son clasificados

como

heteropolisacáridos

(González, 1996). Este tipo de moléculas

Figura 2.4. Formación de un enlace glucosídico a partir de la unión de dos azúcares (Tomado de http://medicina.usac.edu.gt).

presentan ciertas propiedades como solubilidad y adhesividad, gracias a la elevada cantidad de grupos hidroxilos (OH) que forma enlaces entre los hidrógenos (MasscheleinKleiner, 1995). Como ejemplos de estos polímeros ya mencionados se encuentran la baba de nopal, el tzauhtli y la goma de huizache. Aceites Los aceites secantes, como se conoce a los tipos de aceites empleados en obras pictóricas, son moléculas conocidas como triglicéridos, conformados por la unión ácidos grasos insaturados y glicerol. Los ácidos grasos son largas cadenas de carbono, con uno o más enlaces dobles entre carbonos, además de un grupo funcional ácido carboxílico en el extremo; los ácidos grasos más comunes en los aceites secantes son el oleico, linoléico y linolénico. El glicerol es un alcohol (grupo funcional OH) de tres carbonos y se une a tres ácidos grasos (que pueden ser iguales o diferentes) mediante hidrólisis para constituir un enlace éster, el cual se convierte en el grupo funcional del triglicérido.

82

Una vez que el aceite fue aplicado como parte de una obra pictórica, los enlaces dobles reaccionan con el oxígeno atmosférico y se oxidan formando enlaces entrecruzados entre una cadena y otra de ácidos grasos (Figura 2.5), formando un polímero de muy elevado peso molecular (Peris, 2008). De entre las referencias mencionadas, el aceite de chía es considerado como un aceite secante pues lo constituyen los tres principales ácidos grasos mencionados (Figura 2.5).

Figura 2.5. Representación de la oxidación de los ácidos grasos que conforman los triglicéridos de los aceites secantes (Tomado de Peris, 2007).

Finalmente, cabe destacar que cada tipo de aglutinante de origen orgánico natural, ya sea polisacárido, lípido o proteína, presenta características particulares que son determinadas por la conjunción de sus propiedades físicas y químicas, las cuales deben ser observadas y evaluadas empíricamente por el artista durante el proceso de factura para determinar el procedimiento correspondiente. Sin embargo, cuando pigmentos y aglutinante se combinan, se crean características físicas específicas de cada mezcla que permiten su manipulación y trabajo en determinada manera, para que el objeto adquiera la imagen y forma deseada una vez que quede concluido.

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84

CAPITULO 3 PROBLEMATICAS PARA LA CONSERVACION DEL PSEUDO-CLOISONNÉ APLICADO A CERAMICA PREHISPANICA

La problemática de conservación de la decoración al pseudo-cloisonné ha sido reportada por investigadores décadas atrás reconociendo que “es un tipo de decoración inusual y a veces espectacular cuando la aplicación frágil es fortuitamente conservada” (Holien, 2001: 7). Por otro lado, Kelley y Abbott (1971) hicieron una importante distinción en la que señalan que la base negra es más resistente que los colores de relleno que son altamente fugitivos. Por su parte, Ekholm (2008) describe esta decoración como quebradiza con apariencia de gis, mientras que Galván (1976) atribuye su fragilidad a que fue aplicada posterior a la cocción. A partir de estos reportes arqueológicos, es posible presumir que la fragilidad de esta decoración es predominantemente debido a los materiales utilizados y a la técnica de factura, comparada con otras decoraciones cerámicas, pues a pesar de que se ha localizado en sitios distantes con características climáticas y geológicas diversas, son inminentes los faltantes o fragilidad del estrato. Por otra parte, tomando como base la definición de Salvador Muñoz del concepto de conservación, específicamente dentro de la disciplina de la Restauración, donde establece que es la actividad que consiste en adoptar medidas directamente sobre un bien, para que éste experimente el menor número de alteraciones (Muñoz, 2003), resulta inminente encontrar dichas condiciones más aptas para esta decoración, ya que lamentablemente el estado de conocimiento parcial de la técnica de factura evita que la investigación en torno al tema se desarrolle. 85

De manera personal, gracias a la experiencia en el ámbito escolar y laboral, principalmente en conservación de cerámicas con decoración al pseudo-cloisonné procedentes de excavaciones en Jalisco, se logró observar durante los procesos de microexcavación y limpieza que la decoración era extremadamente frágil en determinadas condiciones, puesto que los objetos de un sitio y otro presentaron problemáticas diferentes, tanto por el momento en el que se realizó la intervención como por las características particulares de las piezas. Por dicha razón, más adelante se expondrán las problemáticas observadas en los procesos mencionados, ya que fue en estos momentos donde surgió la interrogante de la constitución del pseudo-cloisonné.

3.1 La conservación in situ La conservación in situ, en ocasiones también llamada conservación arqueológica, se realiza desde hace poco más de 20 años en México (Orea, Grimaldi y Magar, 2001), cuyo objetivo principal consiste en procurar la recuperación de la mayor cantidad de información del hallazgo y su contexto, al mismo tiempo que se facilita el estudio posterior de los objetos (Alonso López, 1996). Dentro de los trabajos en campo pueden realizarse actividades ya sea de conservación o conservación preventiva. Los primeros implican la intervención directa sobre los objetos, realizando procesos que garanticen la estabilidad estructural; por otro lado, la conservación preventiva se preocupa de controlar los agentes que pueden llegar a incidir en el objeto para evitar de forma indirecta el deterioro. Al momento de realizar el hallazgo de objetos en un contexto arqueológico, éstos son susceptibles a transformaciones, “debido a que la materia se encuentra en una búsqueda constante de equilibrio termodinámico con su medio” (Guevara, 2001) y dicho proceso se ve alterado por la incidencia de agentes externos de manera abrupta reiniciando procesos de deterioro (Alonso Olvera, 1998). Inmediatamente después de que los objetos son liberados “los principales factores que pueden causar deterioro son el 86

cambio de temperatura, luz, humedad, pH y salinidad, aunado a estos están los agentes biológicos, y los objetos asociados al contexto donde se encuentran” (Guevara, 2001). Orea et al. (2001) señalan la importancia que tiene para la conservación de bienes arqueológicos no realizar tratamientos in situ, principalmente consolidaciones, puesto que se elimina la posibilidad de análisis químicos o bioquímicos a futuro, los cuales aportan datos importantes del contexto o del objeto mismo y que deben realizarse únicamente si se ha definido previamente que lo que se desea conservar es sólo la forma de la pieza. Por esta razón, es necesario conservar los objetos en condiciones lo más similar posibles o por lo menos sin fluctuaciones, con acciones de conservación preventiva, en tanto se realiza el registro gráfico y

fotográfico del hallazgo, así como también durante su

levantamiento y transporte al laboratorio. El trabajo en campo debe realizarse muy de cerca con el arqueólogo responsable de la excavación, pues la comunicación entre los especialistas es la clave para rescatar los objetos en las mejores condiciones, junto con la mayor cantidad de información de su contexto. Ciertamente, lo más deseable es la planeación del levantamiento, en la cual se puedan prever el tipo de materiales que pueden encontrarse y los mejores métodos para realizar tratamientos emergentes y el levantamiento. Las condiciones en un hallazgo pueden presentar innumerables variables que implican diversos factores, desde las características del contexto, el tipo de material, las condiciones ambientales, el tiempo, los recursos del proyecto, entre otros. Sin embargo, resulta necesario exponer las recomendaciones básicas que permitan la conservación de piezas con decoración al pseudo-cloisonné desde su hallazgo hasta su traslado al laboratorio. Como referencia, es imprescindible mencionar los tratamientos de rescate realizados a las piezas encontradas en el sitio Plan del Guaje (Figura 3.1). A pocos días del hallazgo por la arqueóloga Marisol Montejano, la profesora Cecilia González realizó una visita al sitio. Algunas vasijas fueron extraídas en bloque por el Seminario-Taller de Restauración de Cerámica (STRC) de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO) en el año 2006. El objetivo principal fue evitar la desecación en campo y con ello el desprendimiento de la policromía, teniendo ya conocimiento del 87

comportamiento de esta decoración frente a las fluctuaciones de humedad, gracias a las observaciones realizadas en la intervención de la Olla Códice, Elemento 7, Grupo A, Caja Sur I, proveniente de La Higuerita un año antes (caso que será expuesto más adelante); por ello, se determinó que lo más adecuado sería que las piezas recibieran tratamientos de conservación en laboratorio.

Figura 3.1. Levantamiento en bloque de vasijas con pseudocloisonné en Plan del Guaje. Fotografía: Daniel Gallo.

La deposición de los objetos era muy compleja, ya que las piezas se encontraban ofrendadas en forma de herradura, apiladas y colocadas de costado (identificadas como Grupos C, D y E). Por esta razón, se determinó levantar previamente las vasijas que no ostentaban dicha decoración, para permitir la accesibilidad al conjunto con pseudocloisonné. Posteriormente, se

dividió en tres secciones de manera transversal con

espátula de pintor, eliminando la tierra excedente para delimitarlos. En cada sección se detalló el banqueo que había realizado previamente la arqueóloga previamente durante el 88

hallazgo e inmediatamente después se inició con la colocación de capas de protección: la primera fue una capa de Egapack® colocada de manera longitudinal; la segunda capa fue conformada por varios fragmentos de papel aluminio, ajustando mediante presión manual para amoldar a la forma de las piezas cerámicas; la última capa fue de vendas enyesadas cortadas en trozos pequeños y dispuestos alternadamente para evitar la contracción unidireccional al secar. Debido a la complejidad del terreno no fue posible cortar la tierra con una lámina continua, por lo que fue necesario auxiliarse de espátulas para cortar el soporte de manera paulatina y liberar el bloque. Una vez eliminadas las concreciones de tierra que lo adherían, el bloque fue volcado sobre una charola plástica y, en algunas ocasiones, la parte de matriz expuesta fue cubierta con la misma estratigrafía de protección del anverso. Finalmente, fueron envueltos en plástico burbuja y sujetados con cinta canela a la charola para su transporte. El mismo día fueron trasladadas a la ECRO donde se había preparado una cámara de monitoreo para recibirlas (González, comunicación personal, 2014).

3.2 La conservación en laboratorio Una vez que los materiales arqueológicos se encuentran en laboratorio “la velocidad y los diversos tipos de cambios a los que se someten los objetos dependen tanto de las características de la materia prima como las de su nuevo ambiente” (Filloy, 2000). Es por esta razón que las facilidades que un ambiente controlado ofrece deben ser aprovechadas al máximo; con ello es posible establecer condiciones ambientales que favorezcan la conservación de los objetos provenientes de excavación, para introducirlos en un proceso de climatización que permita su posterior intervención sin su detrimento material. Una vez estabilizados, los objetos son analizados más detalladamente, tanto macro como microscópicamente, con la finalidad de poder identificar la técnica de factura, materiales constitutivos, posibles usos y mecanismos de deterioro (Suárez, 2011). 89

Sin embargo, controlar las condiciones de un objeto después de su levantamiento no siempre es posible. En numerosas ocasiones, las piezas arqueológicas llegan a manos del restaurador tiempo después de la excavación, generalmente por la falta de recursos para la asesoría de un profesional en campo. Laura Suárez (2011) enumera y describe de forma generalizada los procesos más comunes realizados a cerámica arqueológica en laboratorio: microexcavación, limpieza, unión de fragmentos, reposición de faltantes, resane y reintegración de color. Sin embargo, cada pieza presenta problemáticas específicas que pueden incluir todos estos procesos, incluso sólo uno o muchos más. La Olla Códice, Elemento 7, Grupo A, Caja Sur I, es una olla globular con decoración pseudo-cloisonné que fue hallada en el sitio La Higuerita, municipio de Tala, Jalisco, en el año 2002 por la arqueóloga Lorenza López Mestas (comunicación personal, 2005). La compleja iconografía que fue lograda mediante la aplicación de esta decoración hace que sea reconocida por los arqueólogos como una Olla Códice. La ofrenda a la cual pertenecía esta olla fue “matada”, es decir, fracturada de forma intencional por razones rituales al momento de colocarla (López Mestas, comunicación personal, 2005). Esta pieza fue encontrada fragmentada y, al igual que el resto de los objetos rescatados del sitio, fue resguardada en el Centro INAH Jalisco, dentro de contenedores de cartón. En el año 2005, como parte de la práctica del STRC en la ECRO, me fue asignada esta pieza para iniciar su intervención. El objeto se encontraba fragmentado, los tiestos se estaban cubiertos de tierra de contexto la cual unía a varios de ellos entre sí, por lo que era necesario realizar microexcavación y limpieza para lograr apreciar las características de los fragmentos. Se comenzó con la limpieza mixta de tiestos independientes, esto mediante el empleo de agua-alcohol 1:1 y espátulas dentales para retirar las concreciones más grandes de tierra y con hisopo ya cerca de la superficie. Durante el proceso se observaron desprendimientos que fueron resueltos como se describe a continuación (Figura 3.2):

Debido a que al secarse, la decoración se desprendía de la pasta y quedaba adherida a la concreción de tierra, fue imprescindible fijar la decoración mediante el goteo, con una 90

jeringa, de una solución de Paraloid B72 al 3% en xilol. En ocasiones, esta concentración no fue suficiente y se aumentó gradualmente al 5%, 7.5% y finalmente se llegó al 15%, consiguiendo así una mayor estabilidad de la capa pictórica. A pesar de esto, se desprendía la tierra junto con la decoración, por lo que se procedió a fijar las escamas, con el adhesivo Mowithal B60H diluido en una concentración del 15% en acetona. (López Mestas y González, 2005).

Figura 3.2. Abajo, imagen del proceso de fijado de la decoración de un tiesto de la Olla Códice; a la derecha, un detalle del proceso. Fotografías: Claudia Blas.

El proceso más problemático fue la separación de varios fragmentos que se encontraban adheridos entre sí por la tierra de contexto; en este caso, la adhesión de la decoración era mayor a la matriz arcillosa que al mismo soporte cerámico. La propuesta de la profesora Cecilia González fue colocar el bloque de tiestos dentro de una cámara de humidificación, esto con el objetivo de humectar de manera paulatina y constante todos los materiales a fin de alcanzar una humedad relativa (HR) elevada y estable (Figura 3.3). Con este procedimiento se pretendía generar la disminución de la fuerza de cohesión de la 91

tierra por debajo de la fuerza de adhesión de la policromía a la cerámica. Este proceso se realizó de la siguiente manera:

Para esto, se armó un dispositivo que comprendía una cámara de cristal cuadrangular, donde fueron colocados los fragmentos empalmados sobre una gradilla que permitiera la circulación de la humedad; se utilizó una lámina de plástico para establecer conexión entre el humidificador y la cámara, se cubrió con plástico Egapack y se selló con cinta adhesiva, con lo que se obtuvo un sistema casi cerrado, dejando salir parcialmente la humedad por un orificio, pero siempre manteniendo la saturación de la humedad. Cuando se observaba que las concreciones, en conjunto con los fragmentos estaban totalmente humedecidos, se sacaron del sistema y se continuó con la remoción del lodo con un bisturí, manteniendo un control del secado de los fragmentos húmedos cubriéndolos con bolsas de poliuretano [polietileno], para conservar la humedad y que la evaporación fuese lenta y gradual, con el fin de evitar contracciones diferenciales entre las arcillas y causar mayores deterioros. El empleo de este método resultó favorable, pues la separación fue casi inmediata al sacarlos de la cámara y sin pérdidas de policromía (López Mestas & González, 2005).

Figura 3.3. Cámara de humidificación utilizada en la intervención de la Olla Códice. Fotografía del autor.

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En este último caso la humectación favoreció la realización de la microexcavación y limpieza con la menor cantidad de pérdida de decoración. Esto debido probablemente a que las moléculas de agua hidrataron la arcilla aumentando su volumen y disminuyendo su dureza y la adhesión a la policromía. Al finalizar el proceso de unión de fragmentos, se realizó un fijado general con Paraloid B72® por aspersión con aerógrafo; cabe señalar también, que después de casi nueve años de haber fijado la Olla Códice de La Higuerita, la decoración se observa estable y la superficie no aparenta tener cambios cromáticos. Otro fenómeno importante es la pérdida de decoración pseudo-cloisonné que tuvieron algunas copas de este mismo sitio, pero de una ofrenda diferente. Estas piezas fueron re-decoradas, es decir, originalmente fueron decoradas pre-cocción y durante la cocción, con técnica al negativo en rojo sobre naranja o monócromas en naranja, todas con acabado pulido, posteriormente les fue aplicado el pseudo-cloisonné lo que ocasionó falta de adhesión al sustrato (González, comunicación personal, 2014). En el ya mencionado caso de extracción en bloque de los objetos provenientes de Plan del Guaje, el mecanismo que se realizó para una climatización cuando las piezas se encontraban ya en laboratorio, fue la implementación de una cámara de humidificación que mantuviera los bloques de piezas extraídos en un nivel de humedad relativa (HR) en un rango constante, para evitar que la tierra aún contenida secara y ocasionara con su contracción el desprendimiento de la decoración. Esto se logró construyendo un espacio cerrado con plástico bajo una mesa; dentro, la humedad era incrementada y estabilizada con un humidificador ultrasónico marca Sun Shine modelo HUM005, monitoreando el nivel con un termohigrómetro marca Radio Shack modelo 63-1032. Cuando se estabilizó la humedad relativa se comenzó el proceso de desecación y microexcavación controlada del Bloque 1 Norte la siguiente manera:

Una vez asegurado el bloque en una cama de arena, con un bisturí se realizó un corte longitudinal y luego otro perimetral para retirar la parte superior del yeso junto con la lámina de aluminio y la película plástica que envolvían el bloque, para dejar al descubierto las piezas con la misma disposición que presentaban en el pozo de excavación. 93

Al final de cada jornada de trabajo, con un aspersor se humectaban las piezas nuevamente, se colocaban algodones húmedos alrededor del bloque para conservar el nivel de humedad, y se cubría la caja de plástico con plástico burbuja. El nivel de la tierra se fue rebajando con una espátula de dentista, al tiempo que se procuró humectar constantemente con un aspersor para conservar la humedad y facilitar la remoción del material. Cuando las concreciones más grandes ya habían sido eliminadas, se limpiaba la superficie de las piezas con hisopo rodado impregnado con agua destilada, hasta el punto en el que todas las piezas fueran evidentes, por lo que para cada elemento se llegó a una profundidad diferente que fue registrada en los esquemas, señalando el punto cero como el más alto. Se utilizó una retícula con medidas de 5x5 cm por cuadrante para realizar el registro gráfico. (González & Montejano, 2006)

Figura 3.4. Proceso de microexcavación del Bloque 1 Norte. a) Eliminación parcial del material amortiguante colocado en el levantamiento; b) microexcavación con espátula dental; c) Vista general del bloque sobre cama de arena una vez que se limpió el primer nivel visible. Fotografías: Cecilia González y del autor.

94

Durante este proceso, la Olla miniatura, Elemento 6, Grupo C, Pozo 5742, Bloque 1 Norte, manifestó falta de adhesividad

de

la

decoración;

para

mantener las escamas en su lugar, fue necesario aplicar de manera emergente y debido a que la pieza se encontraba húmeda Primal AC33 al 3% por goteo (Figura

3.5).

Valorando

la

adhesión

insuficiente del polímero aplicado, una vez

Figura 3.5. Proceso de fijado por goteo del Elemento 6. Fotografía del autor.

liberado y seco el objeto, se aplicó Paraloid B72® al 5% para asegurar la adhesión de algunas escamas y proseguir con la limpieza. Por otro lado, las piezas del Cerro del Teúl demuestran una mayor preservación de la decoración donde, a pesar de tener elevada complejidad en el diseño, se observa mejor adherencia de la capa-base y de los colores de relleno. En la intervención de la Copa de base pedestal con decoración pseudo-cloisonné 2013PJ039, solamente se observó fragilidad al momento de retirar concreciones salinas de la superficie del pigmento de relleno, para lo cual fue necesario fijar con Paraloid B72®, para poder realizar la remoción con bisturí. A partir de las primeras observaciones realizadas con la microexcavación y limpieza, los objetos de suntuosa pero frágil policromía provenientes de La Higuerita y Plan del Guaje, es posible proponer algunas recomendaciones referentes principalmente a la humedad relativa. De manera general, es recomendable evitar fluctuaciones; los rangos no deben ser muy bajos o muy altos, ya que aparentemente el comportamiento diferencial entre el soporte cerámico, que es más estable, y la decoración que presenta características higroscópicas, al manifestar variaciones dimensionales genera su propio desprendimiento.

95

3.3 La importancia del conocimiento de la técnica de factura de la decoración para definir criterios de intervención No cabe duda que la situación actual de la Restauración en México y diversas partes del mundo, conduce a la misma disciplina a valerse de diversas herramientas que le permitan conocer a fondo su objeto de estudio. Ciertamente, “el conocimiento de las propiedades de los materiales que constituye un bien material es indispensable para poder elegir materiales y métodos de restauración adecuados” (González R. , Tesis de licenciatura, 1996). Pero, finalmente surge la interrogante de la realización de análisis científicos a los objetos y la utilidad de esto para la Restauración: ¿por qué realmente esta clase de estudios sirve a la Restauración?, ¿en qué punto convergen las disciplinas y cuál es el límite en el campo de estudio? Una de las principales funciones de la restauración consiste en “preservar los datos que contiene la obra ante todo, para que los investigadores puedan estudiarlos y contribuir el conocimiento sobre el ser humano” (Alcántara, 2000). A fin de cubrir esta necesidad y como parte de la profesionalización de la disciplina, en nuestro país se ha generado una metodología específica donde no sólo se observa el estado material del objeto para realizar una intervención, sino que se han establecido una serie de instancias que deben ser tomadas en cuenta. Adriana Cruz (2000) los agrupa en cuatro procesos fundamentales: contextualización y valoración, análisis del estado de conservación, propuesta de restauración

y, finalmente, documentación. Estos son los pasos que

normalmente suelen encaminar a una intervención integral, con una evaluación crítica que le sirve al restaurador para comprender el estado actual del objeto y generar el nuevo estado que será transmitido al futuro. Dentro del análisis del estado de conservación, Cruz Lara (Ibíd.) señala que, como primer paso, es necesario realizar la identificación de los materiales que conforman el objeto. De esta manera se podrán conocer las materias primas empleadas y la técnica, para poder entender entonces los efectos de deterioro existentes y que son propios de cada tipo de material en un contexto específico. 96

En el caso de estudio de las cerámicas con decoración al pseudo-cloisonné no se cuenta con este conocimiento previo específico y es necesario realizar una investigación que permita llegar a él. Los análisis por métodos instrumentales más modernos “significan un complemento útil a los análisis microscópicos y microquímicos, ya que aportan aspectos nuevos más específicos y no obtenibles por otras vías” (Cabrera, 1994), y se convierten en una herramienta imprescindible, debido a la carencia de datos históricos acerca de los materiales y la técnica de factura de esta decoración. Mucho se ha discutido acerca del uso de ciencias exactas, como la Química, la Física y la Biología en el ámbito de la Restauración. Esto debido a que hace algunos años llegaron a convertirse en parte de la metodología a tal grado que, con la justificación de una total objetividad en la intervención, se dejaban de lado todos aquéllos aspectos que aportaran subjetividad a una intervención, nombrada a partir de entonces como Restauración científica. Como respuesta a esta situación, surgió la llamada “teoría contemporánea de la Restauración”, la cual se preocupó por aquellos valores inmateriales y subjetivos que un objeto restaurable posee y cuestiona la pertinencia y verdadero alcance de los análisis científicos. Sin embargo, en la actualidad se pretende que el estudio de un objeto sea de manera integral, donde se conjunten el conocimiento de la materialidad y su significado actual, para conformar un discurso coherente en el contexto actual de la obra intervenida y que a su vez favorezca su conservación. Por lo anterior, es necesario hablar de una “ciencia aplicada a la Restauración”, a la que se conoce como “una rama de la ciencia que se ocupa de los problemas planteados en esta disciplina” (Muñoz, 2003). Dicha vertiente tiene como objetivos específicos, de acuerdo con Reedy (citado por Muñoz, Ibíd.): a)

Conocer los componentes materiales de los objetos

b)

Conocer los procesos de deterioro de los objetos

c)

Conocer las técnicas y materiales empleadas en restauración

Tomando en consideración los puntos anteriores, cabe destacar que la metodología utilizada en este estudio se enfoca principalmente en la materialidad de 97

objetos arqueológicos, lo cual suele conocerse como estudios arqueométricos15. En este sentido, es importante el apoyo en la investigación arqueológica y etnohistórica, pero además, resulta trascendental abordarlo desde la perspectiva de la Restauración como parte de su objeto de estudio. En cuestiones prácticas, la cerámica al pseudo-cloisonné se convierte en uno de estos objetos cuando surge la necesidad de su preservación como testigo material de numerosos signos plasmados en el momento de su elaboración varios siglos atrás y que ahora buscan ser reinterpretados. Actualmente, la tendencia que promete llevar a cabo una restauración íntegra consiste en la actuación de un sistema interdisciplinario, donde Ciencias Sociales y Exactas en conjunto con la Restauración aborden el objeto desde sus propios puntos de vista, pero que al mismo tiempo confluyan y se complementen en aras de la conservación del patrimonio cultural. Es por esto que “el experto en restauración tiene que ser, además, un estudioso de ambas disciplinas para poder intervenir de la manera más adecuada, logrando no solo la recuperación de la obra sino, sobre todo, de su significado.” (Matteni, 2001). Es aquí donde comienza la investigación y el papel de la Restauración como una ciencia generadora de conocimiento de una manera independiente, por lo menos, del ámbito arqueológico, ya que esta ciencia puede ocupar parte del estudio del objeto como lo son su iconografía, uso, técnica de factura y contexto de enterramiento, pero sólo la restauración puede estudiar y determinar cómo estos factores inciden en el estado actual del objeto proyectado en sus patologías y proponer, a partir de esto, una intervención que promueva su conservación, pero también transmita un discurso plenamente sustentado. Para este caso en particular, es necesario cotejar los estudios arqueológicos previos, tanto de Noemí Castillo, Thomas Holien y Nicola Strazicich, junto con las observaciones durante las intervenciones ya efectuadas y los resultados que se obtengan del análisis instrumental, para entonces poder construir las pautas que permitan dar un

15

La Arqueometría se ocupa, principalmente, de análisis científicos de los objetos arqueológicos, aunque también se ha incluido el análisis de objetos artísticos en periodos históricos. (Montero, García y LópezRomero, 2007)

98

paso más en el conocimiento de la técnica decorativa al pseudo-cloisonné y, por ende, de la cultura prehispánica en el Occidente de México. Desde el punto de vista de la Restauración, este acercamiento científico apoyará en el desarrollo de la metodología propia de la disciplina “que se lleva a cabo mediante la imbricación constante de una práctica y una reflexión abstracta y científica” (Schneider, 2009); dando lugar a la ejecución de intervenciones fundamentadas donde los procesos dependan y sean determinados a partir de las características materiales y significantes del objeto y no en sentido contrario. Mauricio Jiménez (2004) señala la importancia de las relaciones de derivación a partir de las cuales la Restauración comienza a desentrañar el proceso de ontogénesis. En un principio este fenómeno ocurre mediante la observación del estado actual, donde se infieren sus transformaciones y estados previos. A partir de esto, es posible realizar acciones predictivas del comportamiento a futuro, tanto del objeto como de los materiales y procesos de intervención aplicados, para recomendar un contexto ambiental conveniente.

3.4 Implicaciones de la existencia de un componente orgánico como aglutinante de la decoración para su conservación y restauración Hasta el momento, las pocas fuentes que hablan de la posible técnica de factura del pseudo-cloisonné, coinciden en la factibilidad de que un componente orgánico fuera utilizado como aglutinante. Pensando en dicha eventualidad, es necesario adentrarse un poco en las implicaciones tanto tecnológicas como de todos aquellos factores que inciden en el patrimonio cultural y que son objeto de estudio de la Restauración. Además, cabe mencionar que la existencia de un aglutinante orgánico sería de gran interés no sólo para la Restauración, sino también para la Arqueología, pues abre pautas para efectuar investigaciones acerca del origen natural del aglutinante, ya sea una resina, aceite, 99

mucílago, entre otros, así como su posible procedencia. Es sabido que, tratándose de un componente de esta naturaleza, es ciertamente muy complicado encontrar las correspondencias con las especies endémicas a partir de análisis instrumentales, debido a las anomalías de las estructuras químicas degradadas por un contexto arqueológico. Sin embargo, esta ciencia puede valerse también de otras herramientas como las antropológicas y etnohistóricas, para intentar reconstruir parte del pasado prehispánico, tanto en la técnica como en visiones cosmológicas palpablemente propiciadas por redes de intercambio ideológico y comercial. Así pues, en términos de conservación, las posibilidades del conocimiento obtenido de esta investigación tendrían tres aportaciones consecuentes importantes, que son cruciales para la disciplina y, a su vez, conducen el presente estudio: a) Conocer la naturaleza química del supuesto aglutinante para definir la técnica de factura. b) Descifrar el proceso ontogénico en conjunto con los deterioros

de dicha

decoración. c) Comenzar discusiones críticas con respecto a métodos y criterios de restauración adecuados para estos bienes y el cuestionamiento de los ya aplicados. Si se logra saber si se utilizó algún aglutinante y de qué tipo es, entonces se puede definir qué ocasiona el deterioro para que la Restauración busque los criterios más adecuados para este tipo de material y los procesos de conservación que son necesarios para evitar o tratar los deterioros.

3.4.1 La técnica de factura En sentido tecnológico, el proceso de factura que incluye el empleo de material orgánico en la decoración consistiría en la preparación de una mezcla de arcillas, cargas y aglutinante que cubrirían el cuerpo de las vasijas, aunque se desconoce si la combinación 100

se realizaría directamente sobre el cuerpo cerámico, como en el caso del maque michoacano actual (propuesta de varios autores abordada anteriormente), o si la elaboración sería previa y se aplicaría en estado líquido para hacer un baño o mediante brocha o en estado sólido a manera de pasta; cabe señalar que existe la posibilidad de que ocasionalmente se aplicara por capas como se expondrá en una vasija en el capítulo siguiente. Una vez que los diseños fueran excavados se rellenarían con pintura, es decir, una mixtura de pigmentos y aglutinante, con algunas cargas eventuales que, en este caso, sólo podía ser de consistencia pastosa, aplicado con herramientas como pinceles o espátulas o mezclado sobre la pieza como proponen varios autores por la correspondencia con el maque. Los factores que determinan el estado material de un artefacto durante su devenir en el tiempo se pueden clasificar de manera general en dos grupos: intrínsecos y extrínsecos. Los primeros se refieren a las particularidades del objeto, determinadas por sus materiales constitutivos y técnica de factura; los segundos, a las características del contexto que lo rodea (Guevara, 2001). Sin embargo, en pocas ocasiones es un solo factor el que genera deterioros en un bien, ya que normalmente las causas intrínsecas son acentuadas por factores externos o viceversa, las características propias de los materiales son facilitadores de ciertas alteraciones.

3.4.2 El contexto de enterramiento Al finalizar la factura de la decoración de estas vasijas (las cuales no presentan huellas visibles de uso posterior), fueron ofrendadas en contextos donde comenzó su proceso ontogénico (transformaciones en el tiempo), cumpliendo en primera instancia con el uso ritual para el que fueron elaboradas. Consecutivamente, el objeto es transformado tanto por la matriz donde fue enterrado como por los elementos a los que estuvo asociado. Las alteraciones materiales ahí generadas pueden llevarse al cabo de unos segundos como 101

hasta a lo largo de varios siglos, por diferentes causas y mecanismos. No obstante, en la mayoría de los casos, el restaurador solamente logra apreciar la manifestación de estas transformaciones en el bien cultural, debiendo atender a su conocimiento y a la investigación para entender los procesos y posteriormente el origen. A diferencia de la mayoría de los objetos culturales que se encuentran en uso o formando parte de un acervo, las piezas arqueológicas presentan en su proceso el común denominador de permanencia bajo tierra por un lapso determinado de tiempo, diacrónicamente mayor en objetos prehispánicos -como en el caso de estudio- que en los coloniales. Este suceso es sumamente relevante para el estado de conservación de los objetos de este tipo, pues las incidencias de los procesos edafoquímicos en los suelos son tales sobre los objetos orgánicos, que solamente en ciertos contextos el material logra preservarse. En el caso de los materiales arqueológicos, los factores extrínsecos de tipo ambiental son determinantes en la generación de transformaciones en los objetos enterrados, agentes que son ocasionados principalmente por el clima y las características fisicoquímicas del suelo (Brito, 1999; Guevara, 2001; Alonso, 1998; Grimaldi, 2001), donde la incidencia de ambos genera las condiciones específicas que forman el contexto. Como elementos del clima destacan el agua (gravitacional, subterránea e higroscópica) y la temperatura (Guevara, 2001). Dentro de las características del suelo se encuentran: composición, tamaño y forma de partícula, pH, gases disueltos, profundidad y procesos edafogenéticos (Guevara, 2001). Esta situación ha llevado a la disciplina a cierta especialización en el estudio y tratamiento de este tipo de objetos, desde el momento del hallazgo, su traslado e intervención posterior. Los materiales orgánicos tienden a ser mucho más susceptibles de deterioro químico por los agentes externos, más aún en un contexto de enterramiento. Por un lado, estos materiales son utilizados por algunos organismos como alimento. González (1995) menciona que si existe un porcentaje de humedad relativa (HR) de 65%, con poca ventilación y ausente de luz, los microorganismos pueden desarrollarse y debilitar los materiales. 102

Todas estas características del suelo conforman un sistema de agentes que actúan de un modo en particular con cada tipo de material y su técnica de factura, produciendo una vasta cantidad de variables patológicas del patrimonio cultural, a tal grado que dos objetos similares en una misma ofrenda pueden presentar deterioros diferentes. Sin embargo, es posible acotar algunos efectos de deterioro que sí se presentan de manera constante en cada material, aunque en menor o mayor grado, como es el caso de la decoración en estudio.

3.4.3 Deterioros de la decoración pseudo-cloisonné: proceso patológico de un padecimiento En términos médicos, una patología es el conjunto de síntomas que manifiesta una enfermedad (Real Academia Española, 2001). Esta similitud ha sido abordada en algunos trabajos de investigación en el ámbito de la Restauración, principalmente en bienes culturales inmuebles (Broto, 2006; Correal, 1994) y algunos bienes muebles (Contreras, 2010). Así pues, al extrapolar esta definición se podría usar como analogía de patología el faltante de la decoración pseudo-cloisonné sobre cerámica, donde el proceso patológico (mecanismos) logra ser analizado y entonces deducir las posibles causas. Una de estas últimas puede ser la presencia de un aglutinante orgánico que genera esta “enfermedad” o padecimiento; sin embargo, es factible presumir que otra posibilidad es que los materiales utilizados conjuntamente y su interacción con el contexto sean los responsables, ya que pocas veces los factores son aislados. No obstante, como en muchos casos médicos, es necesario realizar análisis para tener mayor certeza de las causas de las alteraciones. Ahora bien, como parte del trabajo de la Restauración existe la oportunidad y la necesidad de hacer algunas inferencias del devenir de los objetos, construidas a partir de la observación de las patologías y algunos de sus procesos. Estos últimos se han identificado en el pseudo-cloisonné como los siguientes deterioros: higroscopicidadsolubilidad (si no es original de factura), craqueladuras, escamación, pulverulencia, falta 103

de adhesión al soporte e incidencias mecánicas. Así pues, a continuación se describen estas transformaciones observadas en el objeto de estudio y sus probables causas.  Higroscopicidad-solubilidad Esta particularidad puede ser la principal causa de pérdida de la decoración en correlación con su contexto de enterramiento, puesto que la humedad a la que son expuestos estos objetos genera la hidratación y el reblandecimiento del pseudo-cloisonné. El origen de este efecto es una de las principales incógnitas por resolver a partir de los resultados de este estudio, pues si los análisis confirman la presencia de un aglutinante orgánico y determinan la naturaleza de éste, será entonces posible establecer si es una característica propia de la decoración o si es propiciado por la alteración del material orgánico.



Craqueladuras Están presentes tanto en la capa-base como en la pintura de relleno. Se manifiestan como delgadas fisuras o grietas sin un patrón aparente y de manera poco prolongada. Es posible que este fenómeno se origine por el secado abrupto del estrato al momento de la factura , contrayendo el aglutinante, o por fluctuaciones de la humedad en el contexto (Figura 3.6).

104

Figura 3.6. Detalle de la decoración exterior de una copa procedente de Plan del Guaje donde se observan craqueladuras en los colores rojo y amarillo. Fotografía del autor.



Escamación Este tipo de desprendimiento de la decoración ha sido identificado principalmente en la capa-base y esporádicamente en los pigmentos de relleno. Este efecto se puede apreciar como separación de la decoración desde el soporte cerámico y normalmente es de 0.1 a 2.0 cm de extensión (Figura 3.7). El desprendimiento se ha observado por alguna acción mecánica durante su manipulación y, en ocasiones, la separación está limitada por el craquelado. Las causas probables de esta alteración pueden ser también las fluctuaciones de humedad en el contexto o el deterioro del aglutinante; cualquiera de los anteriores aunado al contacto físico con el material constitutivo, donde ya no existe suficiente anclaje mecánico entre el soporte y la decoración.

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Figura 3.7. Detalle de la decoración interior de una copa de Cerro del Teúl, donde se aprecia escamación de la capa-base y craqueladuras en los demás colores. Fotografía del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl-INAH.



Pulverulencia Este deterioro se ha detectado únicamente en las zonas de color que rellenan los espacios excavados en la decoración. Se manifiesta como falta de cohesión de las partículas de pigmento desprendiéndose como polvo (Figura 3.8). Dentro de las posibles causas se pueden mencionar algunas reacciones químicas debido a las características del suelo (pH, gases disueltos, etc.). En caso del empleo de un aglutinante en la factura, la pérdida de cohesión estaría originada por un proceso de despolimerización sucedido en el contexto.

106

Figura 3.8. Detalle de sección de color verde que se percibe pulverulenta de la decoración exterior de un cajete de base anular del Cerro del Teúl. Fotografía del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl-INAH.

 Falta de adhesión al soporte Se han observado algunos ejemplares con este problema que se debe principalmente a la reutilización de las vasijas, donde la decoración presenta una extrema fragilidad notablemente mayor a la sensibilidad propia de la decoración. Los casos referidos son de algunas piezas procedentes de La Higuerita y Plan del Guaje, que inicialmente fueron concebidas con un acabado de superficie no apto para generar el anclaje del pseudo-cloisonné, como es el pulido (Figura 3.9).

Figura 3.9. Olla miniatura procedente de Plan del Guaje donde se aprecia la cerámica roja pulida debajo del pseudocloisonné. Fotografía del autor.

107

3.4.4 Comentarios finales de posibles aglutinantes orgánicos del pseudocloisonné Como se ha explicado con antelación, para la determinación del proceso de deterioro de un aglutinante primero debe conocerse su composición química; sin embargo, a partir de las referencias antes citadas acerca del posible material utilizado en época prehispánica, en conjunto con las problemáticas de conservación observadas, es posible realizar algunas conjeturas de las transformaciones que presentan estos materiales ante la humedad. Por un lado, la disolución al agua puede deberse a la naturaleza química del material empleado originalmente como aglutinante en su factura; aunque por otro lado, esta característica puede ser generada por el deterioro que el material ha tenido en el contexto de enterramiento, donde se sabe que puede estar expuesto a transformaciones por el contacto con el suelo y ser degradado. En experiencia personal, al momento de realizar micro-excavación a ollas con pseudo-cloisonné de dos sitios diferentes, fue claramente observada la fragilidad que evidenciaba la decoración, demostrando la afinidad del estrato con el agua, de manera que presentaba una alta capacidad de absorción y solubilidad ante la misma. Esto es un fuerte indicativo de que el aglutinante empleado tiende a comportarse, en origen, como un polisacárido o una proteína, ya que estos materiales son total o parcialmente solubles en agua. Ahora bien, tomando en cuenta la propuesta antes abordada de Holien (2001), es necesario aclarar que cuando se emplean aceites secantes, en este caso el de chía y/o aje, “la capa filmógena formada está constituida por materiales insolubles en agua y posee elevada hidrofobicidad, por lo que una vez formada constituirá una eficaz protección contra los efectos de la humedad en los pigmentos y capas inferiores” (Peris, 2008). Entonces, si la decoración al pseudo-cloisonné fue elaborada primordialmente de esta manera, indicaría que el contexto de enterramiento de los objetos produce un deterioro a tal grado que los ácidos grasos polimerizados se vuelven solubles al agua. Esto puede tener su origen en la ruptura de los dobles enlaces cuando aún la molécula no se 108

encuentra completamente polimerizada o por la separación de las cadenas en este mismo lugar cuando el ácido graso se encuentra ya oxidado, formando ácidos carboxílicos de bajo peso molecular formando comúnmente ácido azelaico (Ibíd). Por otro lado, como fue expuesto en el capítulo anterior, tampoco es posible hablar de la cal como aglutinante inorgánico, puesto que un porcentaje elevado de los especímenes analizados por Castillo no presentaron este compuesto como constituyente. En todo caso, si se se hubiera empleado cal este estrato sería insoluble, ya que una de las características del hidróxido de calcio como técnica decorativa es que, una vez que fragua adquiere esta propiedad y se vuelve altamente resistente. Esto significaría que, en caso de presentar deterioro, éste sería de origen químico y se manifestaría predominantemente como pulverulencia y no como escamación. Se ha observado poca cantidad de pigmento blanco conservado comparado con otros colores, esto conduce a reflexionar si en este caso el origen de dicho deterioro tiene que ver con la interacción que tienen las partículas de este pigmento con el aglutinante que probablemente se empleó. En síntesis, este análisis de los procesos patológicos de la decoración al pseudocloisonné acerca cada vez más a la hipótesis de varios investigadores desde los primeros hallazgos y ratificada desde finales de los 60´s por Noemí Castillo (quien asume esta técnica como post-cocción) en cuanto a la factible presencia de un aglutinante. Por ello es imprescindible, desde varias ciencias, tener un conocimiento objetivo que confirme o deseche esta teoría; para esto, se requiere de un análisis científico con apoyo de la investigación arqueológica y etnohistórica.

109

110

CAPITULO 4 DISEN O METODOLOGICO EXPERIMENTAL

Como se mencionó al inicio de esta investigación, el objetivo principal es la identificación de componentes orgánicos como aglutinante de la decoración pseudo-cloisonné de cerámica arqueológica proveniente de los sitios La Higuerita, Plan del Guaje y Cerro del Teúl. Para alcanzarlo, se propuso un diseño metodológico experimental que consistió inicialmente en realizar la observación y registro de cada uno de los objetos de las tres colecciones, cuya finalidad es determinar el estado actual de cada uno. Se ha señalado con antelación que en la actualidad existe una metodología específica para el registro dentro de la disciplina de la Restauración, de manera que, atendiendo a ello, se realizó el registro de los datos generales de cada pieza, características formales y de técnica de factura, su estado de conservación incluyendo las intervenciones anteriores y cualquier dato particular que aportó información relevante. La información anterior fue condensada y analizada para realizar la selección de especímenes aptos para la toma de muestras que serían sometidas a los análisis experimentales. Como parte de este proceso selectivo se evaluaron los requerimientos técnicos de las muestras, cotejando con las posibilidades que ofrece cada pieza cerámica conforme a los datos obtenidos para determinar la pertinencia de la extracción. Posteriormente, se identificaron las zonas adecuadas, donde no se comprometía de manera importante las características visuales de la obra.

111

Cuando fue determinado el número de muestras factible de obtener de cada colección, se procedió a solicitar los permisos correspondientes al Consejo de Arqueología del INAH exponiendo los requerimientos. Una vez con la autorización, se efectuó la toma de muestras: una de La Higuerita, dos de Plan del Guaje y dos más de Cerro del Teúl. Por otro lado, se efectuó también la preparación de muestras de polímeros naturales para generar

patrones

de

comparación,

con

la

finalidad

de

encontrar

posibles

correspondencias con las muestras de pseudo-cloisonné. Posteriormente, se realizó el análisis de los patrones y las muestras con el método de Espectroscopía Infrarroja por Transformada de Fourier con Reflectancia Total Atenuada (FT-IR con ATR) por el químico Miguel Ángel Canseco Martínez, en el Instituto de Investigación en Materiales de la Universidad Autónoma de México. Así mismo, con las mismas muestras se efectuaron posteriormente los análisis de Cromatografía de Gases con Detector de Ionización de Flama (GC-FID) y Cromatografía de Líquidos con Detector de Índice de Refracción (HPLC-IR) por la Dra. Elvira Ríos Leal en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados de la Universidad Politécnica Nacional. Los resultados serán presentados en el siguiente capítulo. A continuación se expone el diagrama de flujo de las actividades propuestas para esta investigación:

112

113

Investigación preliminar

Registro de características formales, técnica de factura y estado de conservación

DIAGRAMA DE FLUJO

Gestión de permisos Consejo de Arqueología

Selección de obra a analizar

Preparación de muestras patrón con probables aglutinantes

Toma de muestras

Investigación bibliográfica y redacción de tesis

Interpretación y discusión de resultados

Análisis con FTIR con ATR

Análisis con GC-FID y HPLC-IR

4.1 Análisis formal, técnica de factura y diagnóstico de las piezas pertenecientes a los sitios arqueológicos La Higuerita, Plan del Guaje y Cerro del Teúl

4.1.1 Análisis formal El análisis formal responde a la identificación de las características del cuerpo cerámico con respecto a su forma, de acuerdo con convencionalismos utilizados por la Arqueología, para reconocer el uso que pudo tener el objeto. De manera general, las piezas de cerámica de estos tres sitios son únicamente vasijas, es decir, piezas que por su forma tienen la capacidad de ser contenedores, de los cuales es posible identificar tres tipos: ollas, copas y cajetes. Los ejemplares que cuentan con decoración pseudo-cloisonné de La Higuerita son copas, una olla y un tecomate, en Plan del Guaje solamente existen ollas y copas, mientras que en Cerro del Teúl hay copas y cajetes. La Higuerita

Como ya se mencionó en el primer capítulo, son 21 los objetos decorados con pseudocloisonné encontrados en las excavaciones realizadas en este sitio, 19 corresponden a copas, una olla y un tecomate. Las piezas provienen de las Tumbas de Caja Sur I y Oeste; en la primera fueron halladas las dos vasijas que difieren formalmente del resto y las demás, que corresponden a copas, fueron encontradas en la segunda. A continuación se presenta una tabla con los datos de cada pieza:

114

Tabla 4.1 Piezas cerámicas con pseudo-cloisonné de La Higuerita Título*

Datos Arqueológicos

Olla Códice

Elemento 7, Grupo A, Caja Sur I

Tecomate

Elemento 35, Grupo D, Caja Sur I

Copa

Elemento sin número, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 5, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 6, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 7, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 8, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 9, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 10, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 11, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 12, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 13, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 14, Grupo 2, Caja Oeste

Copa

Elemento sin número, Grupos 9, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 1, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 2, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 3, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 4, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 5, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura

Elemento 6, Grupo 9, Caja Oeste

Copa de base anular

Elemento 74, Grupo 10, Caja Oeste

* No fue incluida la palabra pseudo-cloisonné del título original, ya que todas presentan esta decoración

115

Plan del Guaje El total de piezas que cuentan con decoración pseudo-cloisonné de este sitio asciende a 23, todas como parte de la ofrenda del Entierro 2 de la Unidad Sur. De estas piezas, diez son copas de base pedestal y 13 ollas: una globular efigie y 12 globulares (diez de ellas miniaturas).

Tabla 4.2 Piezas cerámicas con pseudo-cloisonné de Plan del Guaje Título*

Datos Arqueológicos

Olla globular

Elemento 2, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 3, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 4, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 5, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 6, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 7, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 8, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 11, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 12, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 13, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 14, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 15, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 16, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 17, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 18, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 19, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal

Elemento 20, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla efigie

Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742

Olla globular

Elemento 6, Grupo D, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 1, Grupo E, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 2, Grupo E, Pozo 5742 116

Tabla 4.2 Piezas cerámicas con pseudo-cloisonné de Plan del Guaje Título*

Datos Arqueológicos

Olla miniatura

Elemento 3, Grupo E, Pozo 5742

Olla miniatura

Elemento 4, Grupo E, Pozo 5742

* No fue incluida la palabra pseudo-cloisonné del título original ya que todas presentan esta decoración

Cerro del Teúl Dentro de las vasijas que fueron entregadas al INAH, a través del proyecto, se cuenta en total con nueve piezas: cuatro cajetes de base anular y cinco copas de base pedestal.

Tabla 4.3 Piezas cerámicas con pseudo-cloisonné de Cerro del Teúl Título*

Número de inventario

Copa de base pedestal

2013PJ023

Copa de base pedestal

2013PJ024

Copa de base pedestal

2013PJ038

Copa de base pedestal

2013PJ039

Cajete de base anular

2013PJ040

Cajete de base anular

2013PJ073

Cajete de base anular

2013PJ074

Copa de base pedestal

2013PJ0158

Cajete de base anular

2013PJ0159

* No fue incluida la palabra pseudo-cloisonné del título original, ya que todas presentan esta decoración

117

4.1.2 Técnica de factura La técnica de factura de los objetos cerámicos consiste en la identificación del procedimiento empleado por el alfarero al momento de levantar los cuerpos cerámicos así como de su posterior decoración. Sin embargo, se enfatizará en detalles particulares observados en la técnica de la decoración, a fin de que esta información ayude a conocer más acerca del tema en estudio. Todas las piezas fueron elaboradas en barro cocido a baja temperatura, probablemente en una fogata, puesto que presentan variaciones en la cocción y golpes de fuego que hablan de una atmósfera heterogénea. Las arcillas utilizadas varían hasta en un mismo sitio, aunque en varias piezas no logran apreciarse; de manera general, tienden a ser claras en colores como bayo, amarillo, rosa o naranja. El estudio de los desgrasantes no se aborda en este texto, ya que eso requiere mayor detalle e investigación. La Higuerita Existen algunas diferencias en cuanto a la construcción de los cuerpos de estas vasijas, aunque de manera general en las copas se utilizaron moldes no convencionales para los cuerpos y se añadieron rollos o placas para colocar los soportes. Por otro lado, la Olla Códice fue elaborada a partir de rollos con los soportes pre-modelados y añadidos posteriormente (López Mestas y González, 2005). En el caso del tecomate, al parecer se emplearon placas y moldes no convencionales. Resulta importante mencionar que en la Olla Códice y en el tecomate se observan algunas transformaciones que se realizaron intencionalmente antes de ser enterrados (Figura 4.1). En el primer caso, la pieza carece de los tres soportes y solamente hay vestigios de éstos en la unión con el cuerpo. En el tecomate existe un desgaste intencional en el borde, donde se aprecia el canto de la cerámica, esto conduce a presumir que el objeto originalmente se trataba de una olla y le fue retirado el cuello (López Mestas y González, 2004).

118

Figura 4.1. A la izquierda, vista de la base de la Olla Códice donde se observan las huellas donde se encontraban los soportes. A la derecha, boca del tecomate donde se aprecia el canto de la pasta cerámica. Fotografías del autor.

Es de llamar la atención la gran cantidad de piezas que fueron re-utilizadas, es decir, recibieron una decoración original pre-cocción con un acabado pulido que, posteriormente, se cubrió con pseudo-cloisonné. Las copas presentan colores como rosa o naranja en la superficie y algunas tienen una línea roja en el borde y/o diseños muy tenues al negativo en el cuerpo (Figura 4.2a); algunas de estas piezas muestran un texturizado en la pasta de origen desconocido (Figura 4.2b). Adicionalmente, es posible apreciar, desde el borde hasta el cuello de la Olla Códice, una decoración roja pre-cocción con acabado pulido; no obstante, es difícil precisar hasta dónde se extiende, ya que la mayoría está cubierta por la decoración, aunque hay secciones del cuerpo en las que aún se observa parte del rojo debajo del gris como se observa en la figura 4.2c.

119

a

c

b Figura 4.2. a) Copa donde se aprecia una banda color rojo en el borde con acabado pulido bajo la capa-base gris. b) Copa donde son evidentes numerosos rayones en la pasta. c) Olla Códice donde se observa la decoración roja pre-cocción donde se ha perdido mayor cantidad de pseudo-cloisonné. Fotografías del autor.

En todas las piezas de este sitio se observa la técnica de factura del pseudocloisonné con el proceso general, es decir, primero se aplica la base gris la cual se excava y se rellenan los vacíos con pigmentos. La capa-base es de color gris medio,16 aunque

16

Recuérdese que en el Capítulo 2 se mencionó la adopción de este término al hablar de la capa gris, que es colocada al inicio de la elaboración de la decoración pseudo-cloisonné en la cual se excavan los diseños.

120

existen variaciones con tonos ligeramente más azules y otros más oscuros. En algunos casos se utilizó el color de la capa-base para formar algunos diseños sin la necesidad de excavar (Figura 4.3). Con respecto a los pigmentos de relleno, el color que se encuentra en la mayoría de las piezas que aún lo conservan es el rojo; sin embargo, se ha observado adicionalmente amarillo y verde en la Olla Códice y blanco en el Elemento 74, Grupo 10, Caja Oeste (López Mestas y González, 2005).

Figura 4.3. A la izquierda, detalle de personaje de la Olla Códice donde se aprecia el faldellín y otros detalles conformados por la capa-base. A la derecha, algunas figuras geométricas formadas por la base gris en el interior de una copa. Fotografías del autor.

Plan del Guaje En general, los cuerpos cerámicos de las piezas que presentan esta decoración fueron elaborados a partir de placas sobre moldes no convencionales con formas hemisféricas. Los soportes de las copas fueron pre-modelados también con placas y posteriormente añadidos; los bordes de las ollas se realizaron agregando un rollo o placa delgada, dando la forma por pellizcado. En el caso de la Olla efigie, la figura añadida fue modelada a mano

121

en una placa, unida por arrastrado y decorada mediante incisión y punzonado (González y Montejano, 2009). La mayoría de las vasijas de Plan del Guaje con este tipo de decoración al parecer fueron elaboradas ex profeso, es decir, su acabado de superficie alisado conduce a presumir que desde la construcción se pensó en que la cerámica sería cubierta con pseudo-cloisonné pues con esta característica se facilita el anclaje (Figura 4.4a). Sin embargo, existen cuatro ollas en las que es posible observar un acabado de superficie de color rojo muy liso que da la apariencia de pulido o bruñido (aunque no es posible apreciar marcas), donde la decoración post-cocción no parece premeditada, por lo que es posible pensar en una reutilización.

b

a Figura 4.4. a) Olla en la que logra apreciarse la superficie de la pasta cerámica a la que fue colocada la decoración post-cocción (Fotografía: Daniel Gallo). b) Olla miniatura que presenta una superficie roja pulida bajo el pseudo-cloisonné (Fotografía: Giovana Jaspersen).

El color de la capa-base de las piezas en estudio es variado, pues va de gris muy claro a gris medio;17 en varias ocasiones también se utilizó este material para formar

17

Colores Munsell registrados: 10YR 7/1, Gley 1 7/N, Gley1 8/10Y, GLEY 2 6/5PB.

122

figuras. Por otro lado, los pigmentos de relleno aquí presentes son rosas, rojos y amarillos, con algunos posibles residuos de blanco y verde (González y Montejano, 2009). Cerro del Teúl La simetría de los cuerpos de los nueve objetos estudiados de este sitio, indica que fueron elaborados a partir de placas colocadas sobre moldes no convencionales (Figura 4.5). En el caso de las copas, el cuerpo y el soporte se realizaron de manera independiente y, posteriormente, se unieron mediante arrastrado; en cambio, al cuerpo de los cajetes de base anular les fue añadido un rollo o una placa delgada para conformar el soporte. Las vasijas pseudo-cloisonné de este sitio aparentemente fueron también elaboradas con la finalidad de ostentar dicha decoración, pues todas las piezas estudiadas presentan un acabado de superficie alisado, con lo que probablemente se facilitó el anclaje de la capa-base (Figura 4.5a). Solamente los cajetes de base anular 2013PJ040 y 2013PJ159 tienen pintura roja pre-cocción, con acabado de superficie pulido en el exterior del soporte; esto evidencia la finalidad del alfarero por dejar el cuerpo de los cajetes preparados para recibir la decoración post-cocción y complementar la imagen con la franja roja que genera la decoración del soporte (Figura 4.5b).

a

b Figura 4.5. a) Detalle de copa donde se aprecia la superficie de la cerámica en faltantes de pseudocloisonné. b) Cajete que presenta el soporte con decoración pre-cocción rojo pulido. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografías del autor.

123

Analizando la técnica de factura de la decoración de estas vasijas fue posible apreciar que la capa-base fue colocada de manera convencional; sin embargo, cabe señalar que el color de este estrato es prácticamente negro. La mayoría de las delineaciones son muy finas y las representaciones muy intrincadas que, en conjunto, denotan una enorme destreza en la técnica. Los pigmentos de relleno de estas piezas se distinguen por ser más diversos, ya que hay verdes, amarillos, rosas, rojos, naranjas y blancos, además de ser éstos abundantes y brillantes. En algunas zonas se utilizó el mismo material de la capa-base para conformar figuras, al igual que en las vasijas de los otros dos sitios. Se aprecian algunas particularidades generadas en el proceso de elaboración que vale la pena resaltar. Algunas de las piezas de este sitio presentan una base blanca aplicada previamente a la colocación de algunos pigmentos rojos y amarillos, proceso también identificado por Castillo (1968) para tiestos de La Quemada. (Figura 4.6) Esta característica está presente sólo en los colores mencionados, incluso en piezas que contienen tonos variados; además, se aprecia que la superficie de estas zonas se encuentra con un acabado más compacto, liso y saturado que los colores que no cuentan con el fondo blanco.

Figura 4.6. A la izquierda el detalle del exterior de un cajete y a la derecha el interior de una copa, en ambos casos se aprecia una capa blanca debajo de los colores de relleno. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografías del autor.

124

Se observan algunas “reintegraciones” donde se perdió parte de alguna línea de la capa-base y fueron completadas posteriormente con los pigmentos de relleno por el mismo artífice o, en otros casos, aparentemente no se colocó la línea negra y se delimitaron los espacios sólo con los pigmentos (Figura 4.7). En la copa de base pedestal 2013PJ024 existe una forma en zig-zag que fue recortada, pero que no se excavó en su totalidad, lo cual permite apreciar el grosor del instrumento utilizado (Figura 4.8a). Otra particularidad es la presencia de capa-base en las copas 2013PJ023 y 2013PJ024, al interior de los soportes; en la primera al parecer estuvo todo cubierto, aunque solamente se conserva la sección unida al cuerpo; en el segundo caso se encuentra en las paredes, mas no llega hasta la unión con el cuerpo (Figura 4.8b).

a

b

Figura 4.7. a) Interior de una copa donde aparentemente se utilizó el color rojo para cubrir algunas secciones donde se perdieron partes de la capa-base. b) Exterior de un cajete donde los colores de relleno no están separados entre sí por líneas de capa-base. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografías del autor.

125

a

b Figura 4.8. a) Copa de base pedestal 2013PJ024 que presenta la línea de corte de la capa-base marcada. b) Interior del soporte de una copa donde se aprecia que las paredes presentaron capabase. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografías del autor.

Existen algunas piezas que forman parte de la misma colección a la que pertenecen las vasijas en estudio, que presentan restos de pigmento con la apariencia de ser pseudocloisonné sobre una decoración al negativo hecha pre-cocción. Es difícil precisar si este fenómeno se deba a que fueron redecoradas y debido al acabado de superficie pulido que todas tienen se desprendió la decoración, o al contacto que pudieron tener con otras piezas de la misma ofrenda que sí fueron decoradas. Lo anterior se presume a partir de que piezas cerámicas procedentes tanto de contextos de Tumba de Tiro (Solar, 2010) como del Epiclásico (Solar y Padilla, 2013) han presentado estos residuos. Sin embargo, en general los cajetes de base anular con decoración al negativo con estos residuos de pigmento, que son las piezas pertenecientes al Epiclásico, presentan mayor cantidad de vestigios de este tipo en la superficie, que las del Preclásico que son cajetes trípodes y ollas miniatura.

4.1.3 Diagnóstico material El diagnóstico material consiste en hacer la identificación de los efectos de deterioro presentes en cada una de las piezas para, posteriormente, entender el mecanismo que se llevó a cabo para que el objeto llegara a ese estado y, finalmente, determinar la o las 126

causas. Conocer el origen de las transformaciones es vital en la disciplina, puesto que con esto es posible detener, desacelerar o prevenir el deterioro en el objeto o bienes que puedan presentar la misma problemática. La Higuerita Como fue señalado en el capítulo anterior, la pérdida de policromía es el padecimiento característico de la decoración pseudo-cloisonné, en la colección de La Higuerita es posible encontrar faltantes mínimos del 20% hasta casi la pérdida total. Como puede observarse en la tabla 4.4, algunas piezas presentan escamación, pulverulencia e higroscopicidad-solubilidad y sólo una craqueladuras; sin embargo, ninguna de ellas tiene falta de adhesión al soporte debido a un acabado de superficie tan liso como en ejemplares de otros sitios. Es importante señalar que todas las piezas fueron intervenidas en diversas temporadas de trabajo dentro del STRC de la ECRO, por lo que algunos de estos deterioros ya fueron tratados mediante procesos de fijado y la escamación, pulverulencia o higroscopicidad-solubilidad no se encuentran activas; razón por la cual no fueron contemplados en la tabla, aunque originalmente sí estaban presentes en las piezas, según fue señalado en los informes correspondientes. Como fue descrito en el capítulo anterior, estos deterioros son resultado de la posible presencia y alteración de un material orgánico como aglutinante, debido tal vez a su propia naturaleza y a la exposición a una importante cantidad de agentes físico-químicos y biológicos presentes en el suelo donde fueron depositados. Todas las piezas presentan abrasión en la superficie, la cual pudo también ser generada por las partículas de diferente granulometría del contexto de enterramiento que, debido a la humedad presente y al reblandecimiento de la decoración, pueden resultar muy abrasivas. Algunos de los deterioros sobre el pseudo-cloisonné de estas vasijas, que claramente fueron generados en el contexto de enterramiento, son las manchas. Por un lado, existen manchas de manganeso que son generadas por bacterias que fijan este 127

metal (Pickering y Cuevas, 2003). Solamente el tecomate tiene una gran mancha amarilla posiblemente de azufre y algunas manchas de naturaleza desconocida que aparentan ser residuos de material orgánico como alguna resina (López Mestas y González, 2004) (Figura 4.9).

Figura 4.9. Vista oblicua del tecomate, donde al lado izquierdo se aprecia la mancha amarilla presumiblemente de azufre. Fotografía del autor.

128

E. 7, G. A., C. S. 1 E. 35, G. D., C. S. 1 E. s/n, G. 2, C. O. E. 5, G. 2, C. O. E. 6, G. 2, C. O. E. 7, G. 2, C. O. E. 8, G. 2, C. O. E. 9, G. 2, C. O. E. 10, G. 2, C. O. E. 11, G. 2, C. O. E. 12, G. 2, C. O. E. 13, G. 2, C. O. E. 14, G. 2, C. O. E. s/n, G. 2 y 9, C. O.

Otros

Restauración

Intervenciones anteriores

Otras manchas

Manchas de manganeso

Tierra de contexto

Rayones

Concreciones salinas

Abrasión

Falta de adhesión al soporte Higroscopicidadsolubilidad

Pulverulencia

Escamación

Craqueladuras

% Aprox. faltante general

Datos arqueológicos

TABLA 4.4 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de La Higuerita

20 45

SR

30 25 60 55 93 60 80 85 99 70 97

50

129

E. 1, G. 9, C. O. E. 2, G. 9, C. O. E. 3, G. 9, C. O. E. 4, G. 9, C. O. E. 5, G. 9, C. O. E. 6, G. 9, C. O. E. 74, G. 10, C. O.

Otros

Restauración

Intervenciones anteriores

Otras manchas

Manchas de manganeso

Tierra de contexto

Rayones

Concreciones salinas

Abrasión

Falta de adhesión al soporte Higroscopicidadsolubilidad

Pulverulencia

Escamación

Craqueladuras

% Aprox. faltante general

Datos arqueológicos

TABLA 4.4 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de La Higuerita

25 70 95 95 99 25 25

S= Mancha amarillenta, posible azufre. R= Mancha café oscuro, posible resina.

Plan del Guaje Los porcentajes de faltante son menores en las vasijas de Plan del Guaje, puesto que no superan el 60% en la decoración más deteriorada. De manera general, estas piezas presentan deterioros muy similares a las de La Higuerita y también en este caso todas fueron intervenidas en la ECRO, por lo cual, a continuación se explicarán los deterioros que no ha sido mencionados y solamente están presentes en esta colección. 130

En las piezas de Plan del Guaje es probable que la mayor conservación se deba a los procesos de rescate, climatización y microexcavación en laboratorio que estas piezas recibieron, ya que evitaron que la contracción de la tierra de contexto o de la misma decoración, debido a la desecación abrupta, generara mayores desprendimientos. En experiencia personal, las tierras que contenían tanto las piezas de La Higuerita como las de Plan del Guaje eran arcillosas con inclusiones angulosas;18 sin embargo, estas últimas se encontraban en mayor cantidad en el segundo sitio arqueológico. También es importante apuntar que la arcilla de la Higuerita era de color café y muy plástica, aunque más rígida debido a la cantidad de inclusiones; en cambio, la de Plan del Guaje era color café muy oscuro y menos plástica. Las características de esta última ocasionan que la contracción de la matriz sea menor pero a su vez favorece un secado rápido. Un deterioro que no fue mencionado anteriormente y que parece constante en la decoración

pseudo-

cloisonné de esta colección es un “efecto de picado”, es

decir,

numerosos

orificios que generan una superficie irregular, que resulta muy evidente en la capa-base

de

algunas

piezas (Figura 4.10). Esta alteración pudo generarse por la incidencia de las numerosas

inclusiones

Figura 4.10. Base de una olla donde se aprecian pequeñas marcas en la superficie del pseudo-cloisonné. Fotografía del autor.

angulosas que presentaba

18

También cabe señalar que en La Higuerita se colocó un piso de barro extremadamente rígido que estaba en contacto con algunas piezas con pseudo-cloisonné.

131

la tierra de este contexto durante el reblandecimiento de la decoración por la presencia de humedad elevada. Un caso particular es la olla miniatura, Elemento 7, Grupo C, pues al parecer presenta exfoliación en algunas zonas, alteración que consiste en el desprendimiento de delgadas láminas, en este caso de la capa-base, que no ocupan el espesor completo del sustrato (Figura 4.11). Para que este deterioro suceda, primero debe existir una estratificación de la capa (al menos dos capas); por ello es que probablemente la causa sea la técnica de manufactura, es decir, que la capa-base se aplicara por capas subsecuentes, posiblemente por retoque o para engrosar al estrato, no en un mismo momento o debido la falta de incorporación de todos los componentes. Esto sucede cuando existe falta de anclaje entre una capa y otra, por las características de las dos superficies unidas, fenómeno que normalmente se acentúa por diferencias de humedad entre las capas y fluctuaciones de humedad o temperatura en el contexto, donde ocurre un esfuerzo diferencial de los estratos por dilatación o contracción.

Figura 4.11. Detalle de exfoliación en el cuello y borde del Elemento 7. Fotografía: Ramón Avendaño

132

E. 2, G. C E. 3, G. C E. 4, G. C E. 5, G. C, E. 6, G.C E. 7, G. C E. 8, G. C E. 11, G. C E. 12, G. C E. 13, G. C E. 14, G. C E. 15, G. C E. 16, G. C E. 17, G. C

Otros

Restauración

Intervenciones anteriores

Otras manchas

Manchas de manganeso

Tierra de contexto

Rayones

Concreciones salinas

Abrasión

Falta de adhesión al soporte Higroscopicidadsolubilidad

Pulverulencia

Escamación

Craqueladuras

% Aprox. faltante general

Datos arqueológicos

TABLA 4.5 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de Plan del Guaje

20 10

P

20

p

15

P

15

P

20

X

20

P

35

P

25 40

p

40

T

30 7.5

P

20

T

133

E. 18, G. C E. 19, G. C E. 20, G. C E. 24, G. C E. 6, G. D, E. 1, G. E E. 2, G. E E. 3, G. E E. 4, G. E

Otros

Restauración

Intervenciones anteriores

Otras manchas

Manchas de manganeso

Tierra de contexto

Rayones

Concreciones salinas

Abrasión

Falta de adhesión al soporte Higroscopicidadsolubilidad

Pulverulencia

Escamación

Craqueladuras

% Aprox. faltante general

Datos arqueológicos

TABLA 4.5 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de Plan del Guaje

25

PT

45

TPR

40

TP

55

*

60 25

P

15

R

15 15

P

P= Efecto de picado X= Exfoliación local T= Transformación química R= Marcas de raíces

134

Cerro del Teúl El estado de conservación de la decoración de las vasijas de este sitio es mucho mejor (Tabla 4.6), a pesar de que fueron extraídas por saqueo. Existen varias razones probables por las que el pseudo-cloisonné se preservó en un grado mayor; una de ellas puede ser la diferencia en la utilización de determinados materiales constitutivos (pigmentos y/o aglutinante), puesto que a simpe vista la decoración se observa más estable y con abundancia de pigmentos muy brillantes, lo cual puede indicar que los materiales disponibles localmente son en general más estables. También es posible que el evidente dominio de la técnica haya generado que la decoración fuera más firme o compacta, formando una superficie más resistente a las incidencias externas. Otra posibilidad que pudo favorecer el estado de conservación es el contexto de enterramiento, puesto que la mayoría de las piezas de esta misma colección (incluyendo los cajetes de base anular al negativo contemporáneos, mencionados anteriormente) tienen depositadas en la superficie concreciones salinas insolubles (Figura 7.12), las cuales en algunos casos han ayudado a conservar la decoración como fue el caso de piezas de Tumbas de tiro que conservaron policromías post-cocción, incluso en superficies bruñidas, y que fueron protegidas por una gruesa capa de sales que también se observaron en las paredes de las cámaras de tumbas del sitio (Carrillo, 2010). Estas sales han sido identificadas como sulfatos por reacciones a la gota, aunque posiblemente se encuentren combinadas con silicatos como señalan Susan Buys y Victoria Oakley (1993) y que son arrastrados de la roca madre por filtraciones de agua y depositados en las piezas (Carrillo, 2012).

135

Figura 4.12. Vista del interior de un cajete donde se observan concreciones salinas blancas, principalmente cerca del borde. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografía del autor.

Un deterioro presente en todas las piezas es la presencia de concreciones de color blanco grisáceo sobre la decoración, presumiendo que se trata de las sales mencionadas anteriormente, aún no identificadas. Sin embargo, existen otras concreciones muy blanquecinas que se aprecian muy pulverulentas, pero se desconoce su naturaleza. Como se aprecia en la figura 4.13, un efecto muy particular de la copa de base pedestal 2013PJ038, es la presencia de craqueladuras en la base blanca y que no se reflejan en el color que se colocó encima. Éstas posiblemente se debieron a que sucedió un secado abrupto, que la mezcla tenía una excesiva cantidad de aglutinante o que la propia naturaleza de éste generó contracción al secar.

136

Figura 4.13. Detalle de craquelado en la capa blanca colocada debajo del color rojo. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografía del autor.

En el interior del cuerpo del cajete 2013PJ073, decorado con líneas que forman círculos concéntricos, se observan marcas de corte en la cerámica, perpendiculares a las líneas de la capa-base, por lo que se asume que se utilizó un objeto más duro que la cerámica; desafortunadamente la tierra y sales depositadas en esta pieza y en el cajete de base anular 2013PJ074, que presenta el mismo tipo de decoración, no permiten evaluar completamente la causa pero, al parecer, fueron realizados luego de su extracción. El cajete de base anular 2013PJ040 tiene en la superficie unas incisiones circulares de una posible herramienta metálica y, además, cuenta con deyecciones de insecto; ambas alteraciones posiblemente fueron generadas por agentes externos donde fueron almacenadas después del saqueo. Finalmente, otro deterioro de tipo visual presente en cinco piezas son las intervenciones anteriores, en este caso de unión de fragmentos. Para esta acción se utilizó, presumiblemente, un adhesivo comercial que penetró en los poros de la cerámica y la decoración, generando manchas oscuras y, adicionalmente, en una de ellas se añadió una pasta epóxica para reforzar la unión. 137

D M

2013PJ073

15

I

2013PJ074

5

Otros

40

Restauración

2013PJ040

Intervenciones anteriores

50

Otras manchas

2013PJ039

Manchas de manganeso

Gp

Tierra de contexto

55

Rayones

2013PJ038

Concreciones salinas

Gp

Abrasión

50

Falta de adhesión al soporte Higroscopicidadsolubilidad

2013PJ024

Pulverulencia

45

Escamación

% Aprox. faltante general

2013PJ023

Craqueladuras

Número de inventario

TABLA 4.6 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de El Cerro del Teúl

2013PJ015 8

55

2013PJ015 9

85

G= Golpe I= Incisiones D= Deyecciones de insecto M= Marca de posible herramienta

4.2 Selección de especímenes Como se especificó en la introducción del diseño metodológico, se realizó una selección de las vasijas factibles de ser muestreadas para el análisis. Los criterios que determinaron las opciones fueron los siguientes: 1. Que las piezas se encontraran disponibles para ser evaluadas. 138

2. Aquellas que aún conservaran en su superficie una cantidad considerable de pseudocloisonné. 3. Que tuvieran una zona donde la extracción no afectara de manera importante la lectura de la imagen, según los requerimientos de los estudios a realizar. 4. Que no hubieran recibido una intervención en la decoración con procesos de fijado o consolidación en la sección que se considerara más viable. Finalmente, se determinó obtener, por lo menos, una muestra de la capa-base de una pieza de cada sitio y una muestra de algún pigmento, que en este caso se optó por el rojo o rosa debido a su mayor abundancia en las tres colecciones.

4.3 Descripción de los métodos analíticos empleados La Química analítica involucra todos los métodos que se utilizan para determinar la composición química de la materia (Skoog, Holler y Nieman, 2001). Éstos se clasifican históricamente en clásicos e instrumentales; estos últimos comenzaron a desplazar a los primeros a principios del siglo XX. Los clásicos incluyen reacciones químicas con compuestos específicos para laidentificación, mientras que los instrumentales utilizan fenómenos que en su mayoría “requieren una fuente de energía para estimular una respuesta medible que procede del analito” (Skoog et al., 2001: 2). Convencionalmente, por motivos de accesibilidad y costos, en el campo de la Restauración la identificación de componentes orgánicos constitutivos de un objeto se ha realizado principalmente por el método clásico conocido como microquímico o “análisis a la gota”. Los procedimientos correspondientes fueron adoptados de la histoquímica 19 y se basan en la tinción de grupos funcionales característicos de aceites, proteínas y carbohidratos empleados en la factura de capas pictóricas. Por otro lado, desde hace 19

“[…] es una rama particular del análisis químico que hace uso de reacciones específicas, sobre todo colorimétricas, para la evidenciación e identificación de diferentes estructuras sobre una lámina delgada de un tejido biológico” (Matteini y Moles, 2001: 69)

139

algunas décadas, los análisis instrumentales, en especial los no destructivos, han ido adquiriendo gran importancia en el estudio del patrimonio cultural. Este tipo de estudios permiten no solamente identificar de manera más específica los tipos de moléculas constitutivas que los métodos clásicos, sino que además la cantidad de muestra requerida es mucho menor y, en algunos casos, no es necesaria, ya que la lectura puede realizarse directamente sobre el objeto. El empleo de análisis microquímicos resulta complicado para el estudio del posible aglutinante en el pseudo-cloisonné, debido a que son pocas las muestras que pueden extraerse de colores aptos para lograr apreciar la coloración generada exclusivamente por los reactivos en el aglutinante, sin que interfieran los pigmentos. Esta limitante ocasiona que no se pueda hacer comparación para corroborar resultados. Además, el contexto del cual provienen estos objetos tiende a deteriorar en alto grado los compuestos orgánicos, donde la cantidad que haya logrado conservarse puede ser mínima. Para la realización de análisis más precisos, se determinó en la presente investigación el uso de métodos analíticos instrumentales, debido a su elevada sensibilidad y capacidad de caracterización a nivel molecular y atómico con muestras muy pequeñas. La selección de estas técnicas se realizó a partir de las referencias bibliográficas que señalan a la espectroscopía infrarroja y a la cromatografía de gases y líquidos como las más útiles y prometedoras para el análisis de materiales orgánicos que constituyen el patrimonio cultural (Peris, 2008; García, 2008). De forma particular, se determinó el uso de FT-IR con ATR como estudio inicial ya que el equipo permite la colocación de una muestra mínima directamente y sin preparación previa; por lo que se utilizaría solamente una pequeña fracción de cada muestra de pseudo-cloisonné. Posteriormente, lo restante se sometería a los análisis de cromatografía (GC-FID y HPLC-IR), los cuales requieren la extracción de los componentes, por lo que es necesaria una mayor cantidad de muestra (considerando que las muestras de material original en este caso son muy pequeñas) para poder analizar el residuo de la extracción que en este caso se presumía era mínimo debido a la antigüedad y probable deterioro del material orgánico. 140

4.3.1 Espectroscopía Infrarroja por Transformada de Fourier con Reflectancia Total Atenuada (FT-IR con ATR) La espectroscopía se ocupa del estudio de la estructura de las moléculas mediante las reacciones físicas de su interacción con la luz. Es posible realizar la detección de la energía que es absorbida, reflejada o transmitida por los movimientos que presentan los tipos de enlaces que componen la molécula. Por dicha razón es que esta técnica analítica es empleada para la caracterización de componentes orgánicos, pues las diferencias entre ellos se presentan principalmente en la estructura y forma de asociación entre los átomos. La espectroscopía infrarroja se basa en la identificación de los enlaces químicos característicos que conforman los compuestos orgánicos, mediante la detección de la reflexión de radiaciones electromagnéticas vibracionales particulares, utilizando la energía con longitudes de onda del infrarrojo medio que se ubican entre 4000 a 660 cm-1 (Brewster, VanderWert y McEwen, 1970). La Espectrometría Infrarroja por Transformada de Fourier utiliza una pieza llamada interferómetro, que permite un análisis simultáneo en todo el espectro; las señales son captadas mediante numerosos detectores y un microprocesador convierte de manera inmediata toda la información utilizando la transformada de Fourier y se obtienen las amplitudes de onda generadas por la muestra a manera de espectro (Rouessac y Rouessac, 2003). El método de reflectancia total atenuada (ATR) consiste en el uso de un material de índice de refracción elevado que sostiene la muestra y ocasiona que el haz penetre débilmente, atenuando la señal y generando varias reflexiones (Ibíd.). Con esto es posible realizar la lectura directamente sobre la muestra en su conjunto, sin necesidad de alguna preparación especial como disolución o extracción de los componentes orgánicos (Ibíd.). Técnicamente, para realizar la lectura en el espectroscopio es necesario realizar lo siguiente:

Para obtener el espectro de una muestra, primero se obtiene el espectro del fondo mediante la transformada de Fourier del interferograma que proviene de dicho fondo 141

(disolvente, agua del ambiente y dióxido de carbono), después se obtiene el espectro de la muestra y finalmente se calcula la relación entre ambos espectros para trazar la gráfica de absorbancia o transmitancia20 frente a la longitud de onda o el número de onda (Skoog,

West, Holleret al., 2010: 786).

El análisis con FT-IR con ATR es un método no destructivo que en las últimas décadas ha ido adquiriendo gran importancia en la identificación de componentes orgánicos, por su característica no destructiva y altas posibilidades en el procesamiento de espectros que permite análisis de micromuestras (Rouessac y Rouessac, 2003). Esto facilita enormemente el estudio del patrimonio cultural, ya que es importante extraer la menor cantidad posible de material original.

4.3.2 Cromatografía de Gases y Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución La cromatografía se describe en términos generales de la siguiente manera: El principio sobre el que se funda el proceso cromatográfico para la separación de los componentes de una mezcla es el distribuirlos en dos fases diferentes (por ejemplo, en dos líquidos inmiscibles, en un líquido y un sólido, en un líquido y un gas, etc.). Una de las dos fases (fase móvil21) se caracteriza por su movilidad respecto de la otra (fase estacionaria22). Así, la disposición diferenciada de los componentes en cada una de las fases lleva a su separación. Las dos fases son dos sustancias con propiedades físicoquímicas muy diferentes de modo que una solución entre ellas no sea posible. (Matteini

& Moles, 2001: 87)

20

Absorción o transmisión de la energía infrarroja que tiene la muestra cuando es expuesta a ella. La fase móvil es un gas o un líquido que arrastra los componentes de la muestra (Gómez, 2008). 22 La fase estacionaria es un líquido o un sólido que puede retener los componentes de la muestra de acuerdo a su afinidad (Gómez, 2008). 21

142

Los equipos se encargan de registrar los tiempos de retención de cada compuesto presente en la muestra, este lapso corresponde al tiempo en minutos desde que la muestra es inyectada hasta la aparición del pico en el detector cuando sale de la columna cromatográfica. El tiempo de cada componente es particular, por lo cual aporta información cualitativa y se refleja en un cromatograma a manera de pico, la altura o área de éste indica la cantidad (García, 2008). A partir de este principio, existen diferentes tipos de cromatografía de acuerdo con la naturaleza de las fases, que a su vez son más adecuadas para el análisis de determinados compuestos. En el presente estudio se utilizaron dos cromatografías, tomando en cuenta la naturaleza de los patrones a analizar y la disponibilidad de materiales y equipo: una llamada Cromatografía de Gases con Detector de Ionización de Flama (GC-FID) y la otra Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución con Detector de Índice de Refracción (HPLC-IR); a continuación se describen los principios generales de cada uno se éstas. Cromatografía de Gases con Detector de Ionización de Flama (GC-FID)

La cromatografía de gases (GC) consiste en el empleo de gases como fase móvil además de vaporizar la muestra a analizar, el gas arrastra la mezcla y ambos entran en la fase estacionaria. Esta fase puede tener afinidad a determinados componentes de la muestra y retenerlos en lapsos diferentes. El detector percibe la temperatura específica o el tiempo de retención (si la temperatura se mantiene estable) a la que cada componente del analito se evapora (García, 2008). Debido a que no todas las sustancias presentan la propiedad de ser volátiles se requiere obtener los derivados que sí lo sean, mediante el procesamiento con reacciones químicas con la mezcla, para ser sometidos a este tipo de análisis (Matteini & Moles, 2001). Es importante señalar que esta técnica requiere de muestras estándares que faciliten la comparación de los tiempos registrados, ya que de no ser así solamente se obtiene una medición relativa (Ibíd.). 143

Para la realización de análisis mediante esta técnica, es necesario tomar en cuenta que los compuestos a analizar deben ser estables a las temperaturas que utilizan estos equipos para volatilizar, es decir, deben tener las características de ser volátiles y a su vez estables a temperaturas desde los 50 hasta los 300°C (Christian, 2009). La ionización de flama es un tipo de detección que mide la polaridad de los compuestos orgánicos cuando son expuestos a una flama donde la medición corresponde a la cantidad de átomos de carbono y a su estado de oxidación (Ibíd.). Este tipo de detector es altamente sensible pues permite medir concentraciones de partes hasta por mil millones, además de ser insensible a la mayoría de compuestos inorgánicos (Ibíd.). Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución con Detector de Índice de Refracción (HPLC-IR) En esta cromatografía, la fase móvil se trata de un líquido y la fase estacionaria corresponde a un sólido. Por tal motivo, se utiliza para el análisis de compuestos que no son volátiles o que se descomponen con la exposición a altas temperaturas (García, 2008). Entonces, “los parámetros fundamentales en HPLC para la separación son función de las propiedades del sólido adsorbente, de la fase móvil y de la naturaleza del soluto (García, 2008: 177). En esta técnica, debido a la baja difusión entre ambas fases, es necesario el uso de presiones altas para favorecer la elución23. El tipo de detector IR se constituye por una celda de vidrio dividida, una sección de referencia y la otra de la muestra. La primera contiene sólo la fase móvil y la segunda recibe la muestra junto con el solvente, ambos son irradiados por un haz de luz, que registra las diferencias de la flexión que generan los componentes de la muestra con respecto al eluyente solo (Shodex, s.f.).

23

Proceso mediante el cual los solutos son arrastrados a través de una fase estacionaria por el movimiento de una fase móvil (García, 2008: 175).

144

4.4 Desarrollo de la experimentación En este apartado se describe el proceso experimental, para el cual el paso inicial fue la extracción de materiales para la generación de patrones de comparación; posteriormente, se realizó la toma de muestras de decoración pseudo-cloisonné y, finalmente, se efectuaron los análisis experimentales de FT-IR con ATR y GC-MS.

4.4.1 Elaboración de patrones El objetivo principal fue la extracción de materias primas orgánicas naturales disponibles en la región desde épocas prehispánicas, cuyas propiedades fisicoquímicas son tales que presentan posibilidades de haber funcionado como aglutinantes para técnicas decorativas post-cocción sobre cerámica como el caso de estudio. Esto serviría para generar patrones de comparación con los resultados de los análisis de la decoración y encontrar posibles correspondencias. Para esto se eligió por lo menos un compuesto de los principales grupos de polímeros que se han utilizado a lo largo de la historia para conformar capas pictóricas, es decir, algunos tipos de lípidos, proteínas y polisacáridos. Retomando la información del Capítulo 2, acerca de las especies de las que se conoce su presencia prehispánica en la región, se determinó utilizar para este estudio: baba de nopal, goma de huizache y mucílago de chía como ejemplos de polisacáridos, aceite de chía como patrón de lípidos y huevo de guajolota y cola de conejo como ejemplos proteínicos. 24 La metodología utilizada para cada material se expone a continuación:

24

Los especímenes utilizados fueron solamente elegidos por disponibilidad, sin realizar a fondo la búsqueda de todas las especies autóctonas, puesto que se trata de un primer acercamiento al estudio de los materiales de esta región. Más información de los materiales utilizados puede verse en el Anexo 2.

145

 Baba de nopal Los ejemplares

fueron

cortados

directamente del Cerro del Teúl. Se extrajo el mucílago poniendo los nopales, previamente picados, a macerar en agua durante 24 horas. Se obtuvo un líquido transparente y viscoso; posteriormente, se aplicaron capas de este mucílago con una brocha de pelo sobre la superficie limpia de un vidrio. Una vez seco por

Figura 4.14. Empleo de bisturí para retirar la película de baba de nopal del vidrio. Fotografía del autor.

evaporación, se retiraron las pequeñas láminas casi a manera de polvo mediante

el uso de un bisturí (Figura 4.14) y finalmente se almacenaron en frascos de vidrio. 

Huevo de guajolota

El huevo fue conseguido de guajolotes criados en corral en el municipio de Teúl de González Ortega. El huevo fue abierto y se separaron la yema de la clara, luego se aplicaron películas de cada componente sobre un vidrio mediante una brocha (Figura 4.15). Enseguida se retiraron las capas ya secas,

mediante

un

bisturí,

y

se

almacenaron por separado en frascos de vidrio. 

Cola de conejo

La cola de conejo fue adquirida de manera comercial en la ciudad de Guadalajara, en presentación

de

perla.

Las

perlas

se

Figura 4.15. Colocación de la yema del huevo sobre un vidrio. Fotografía del autor.

hidrataron con agua purificada durante 24 146

horas y posteriormente se colocó la cola a baño María para convertirla a estado líquido. Luego se disolvió al 10% en agua purificada y se volvió a calentar a baño María; enseguida se aplicó la cola tibia en estado líquido sobre vidrio para formar películas que una vez secas fueron retiradas con bisturí e igualmente almacenadas en un frasco de vidrio. 

Goma de huizache

La goma fue tomada directamente del tronco de un árbol de huizache, localizado al pie del Cerro del Teúl, y almacenada en un frasco de vidrio. 

Aceite de chía

En este caso las semillas de chía fueron compradas en un local comercial del municipio de Teúl de González Ortega. Inicialmente se molieron las semillas en un mortero de porcelana y, posteriormente, se colocaron en un vaso de precipitados y se agregó hexano, dejando reposar por 36 horas

en

extracción

una en

campana

de

laboratorio.

Se

obtuvieron dos fases, en la parte superior la capa de aceite y en la inferior los residuos de las semillas con un poco de líquido turbio que parecía agua mezclada también con algún otro componente de la semilla. El aceite fue separado por Figura 4.16. Proceso de decantación del aceite. Fotografía del autor.

decantación y almacenado en un frasco (Figura 4.16).

147



Mucílago de chía

Las semillas de chía en este caso fueron adquiridas en la Ciudad de México. Para la extracción del mucílago se colocaron en agua y fueron calentadas a 50°C durante 1 hora, posteriormente se filtró el líquido resultante y se aforó con agua.

4.4.2 Toma de muestras Se realizó la extracción de cinco muestras de pseudo-cloisonné, tres de capa-base y dos de pigmento rojo. En la tabla que se muestra a continuación se exponen los datos de las piezas y en la figura 4.19 se ilustran los objetos muestreados.

Tabla 4.7 Piezas seleccionadas para la extracción de muestras Sitio

Capa-base

Pigmento Rojo

“Copa” La Higuerita

Elemento s/n, Grupo 9, Caja

_

Oeste Plan del Guaje

Cerro del Teúl

“Olla efigie”

“Copa de base pedestal”

Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742

Elemento 16, Grupo C

“Cajete de base anular”

“Copa de base pedestal”

2013PJ073

2013PJ023

La toma de muestras se realizó una vez que las piezas y la zona específica fueron seleccionadas. Antes de comenzar el procedimiento, se tomaron fotografías generales y de detalles para evidenciar el estado de la pieza antes de la extracción. Posteriormente, se realizaron esquemas para señalar la zona de la extracción (Ver Anexo 3); además, se 148

elaboró una plantilla en la cual se tuviera 1 cm2 como ventana para poder tener una referencia de la superficie que sería extraída (Figura 4.17).

Figura 4.17. Ejemplo de plantilla utilizada para la toma de muestras. Fotografía del autor.

El corte de la decoración pseudo-cloisonné, tanto de capa-base como de pigmentos, se realizó con una navaja de bisturí nueva en cada ejemplar para evitar contaminación y la muestra fue almacenada en frascos de vidrio nuevos (Figura 4.18). Se realizó registro fotográfico de cada proceso.

Figura 4.18. Proceso de toma de muestra en algunas vasijas. Fotografías del autor.

149

Adicionalmente, se tomó una muestra de tierra asociada que fue retirada del Elemento 24, Grupo C, de Plan del Guaje durante el proceso de restauración en el año 2006 y que hasta la fecha se encontraba almacenada en una bolsa de polietileno con cierre hermético. Esto con el objetivo de conocer los posibles contaminantes que aporta el suelo en el contexto y que aún pudiera contener la muestra de decoración de esta pieza.

Figura 4.19. Vasijas a las cuales se le extrajo muestra de decoración: La Higuerita (a), Plan del Guaje (b y c) y Cerro del Teúl (d y e). Fotografías del autor.

150

4.4.3 Análisis con FT-IR con ATR El objetivo de este análisis fue realizar espectros patrones mediante FT-IR con ATR de algunos compuestos orgánicos de diversa naturaleza que pudieron emplearse en época prehispánica como aglutinantes en la factura de decoración pseudo-cloisonné, así como analizar muestras de dicha técnica decorativa con el mismo método infrarrojo para realizar comparaciones y encontrar posibles correspondencias. Operativamente se realizaron dos sesiones: en la primera se realizaron los espectros de las muestras patrón que ya estaban preparadas, así como una muestra de tierra asociada a una de las piezas y las muestras de material original arqueológico. En esta misma sesión se realizó la preparación para la extracción del aceite de chía. Fueron inicialmente analizados para la generación de espectros patrón los compuestos naturales siguientes: 1. Baba de nopal 2. Clara de huevo de guajolota 3. Cola de conejo 4. Cola de conejo molida 5. Yema de huevo de guajolota 6. Goma de huizache

Antes de realizar los análisis para generar los espectros, fue necesario establecer el background, el cual realiza una lectura del ambiente y el resultado es eliminado de los futuros espectros. Posteriormente, todas las muestras patrón fueron colocadas en estado sólido y sin disolver sobre el detector mediante una espátula. No obstante, las láminas de cola de conejo que se habían obtenido no permitían obtener un espectro claro, debido al gran espacio de aire que generaban, por lo que el responsable determinó moler cola de conejo en perla (directo del envase comercial) en un mortero de ágata. También en el caso de la goma de huizache fue necesaria la molienda para poder colocarla sobre el accesorio de ATR.

151

Además, se generó el espectro de la muestra de tierra asociada al Elemento 24, Grupo C, de Plan del Guaje. Esto con el objetivo de observar a partir de los espectros si los contenidos de la tierra de contexto pueden llegar a contaminar las muestras de decoración pseudo-cloisonné en estudio. Finalmente, se analizaron las cinco muestras de pseudo-cloisonné extraídas de piezas originales procedentes de los tres sitios arqueológicos. La cantidad necesaria para colocar en el detector fue muy pequeña, por lo que se utilizó solamente una fracción de la decoración extraída. La secuencia fue la siguiente: 1. Rosa Plan del Guaje 2. Rojo Cerro del Teúl 3. Capa-base Higuerita 4. Capa-base Cerro del Teúl 5. Capa-base Plan del Guaje

En la segunda sesión se repitió un espectro de la capa-base de La Higuerita, ya que en el primero no se obtuvo un espectro claro. También se realizaron comparaciones de la muestra original con su tierra asociada, utilizando la muestra de tierra como background de manera que el resultado de un nuevo espectro de la olla efigie de Plan del Guaje fuera solamente del componente orgánico de la misma. Finalmente, se efectuó el análisis del aceite de chía en estado líquido que resultó de la extracción 25.

4.4.4 Cromatografía El objetivo de este análisis fue separar los componentes de algunos compuestos orgánicos endémicos que pudieron ser empleados para la elaboración del pseudo-cloisonné mediante técnicas cromatográficas, así como realizar posteriormente este mismo análisis

25

Con esta técnica analítica no se realizó análisis de mucílago de chía.

152

a muestras originales de pseudo-cloisonné para encontrar posibles correspondencias. El estudio se efectuó con dos técnicas diferentes de acuerdo al tipo de compuestos que se intentaba comparar, así pues, como se mencionó al inicio del capítulo se utilizó Cromatografía de gases con detector de ionización de flama (GC-FID) para la caracterización de ácidos grasos y Cromatografía de líquidos con detector de índice de Refracción (HPLC-IR) para polisacáridos, ambos tanto en patrones como en muestras de decoración. A continuación se describen los procedimientos realizados por la Q.F.B. Elvira Ríos Leal y el I.Q. Gustavo Medina en ambas técnicas. En este estudio Las muestras patrón fueron casi las mismas que se utilizaron en los anteriores solamente se añadió una muestra de mucílago de chía. El tratamiento de las muestras fue realizado consecutivamente en embudos de separación para lograr extraer componentes de diferente naturaleza. Debido a la polaridad química de los patrones, inicialmente cada muestra se disolvió en 2ml de agua y se agitó por 15 minutos para extraerlos. Posteriormente, para la extracción de ácidos grasos de naturaleza no polar se adicionaron 2ml de hexano y se volvió a agitar por el mismo lapso dejando separar las capas; se separaron ambas fracciones y se llevaron a secar mediante proceso de vacío para evitar la degradación de los compuestos. En el residuo se repitió el proceso dos veces más para lograr extraer la mayor cantidad de componentes orgánicos. La fracción acuosa seca se aforó con agua a 200µl, de esta fracción una alícuota se analizó por Cromatografía de Líquidos para obtener un perfil cromatográfico de compuestos de Pesos Moleculares (PMs) de mayor a menor. Para esto se utilizó un Cromatógrafo Perkin Elmer Series 200, con Detector de Índice de Refracción y una columna TOSOH Bioscence TSK gel G5000PW 7.8mm X 30cm, 10µ. La fracción orgánica también seca se derivatizó hidrolizando y metilando los ácidos libres y como metil ésteres se determinaron los ácidos grasos por Cromatógrafo de Gases Perkin Elmer Auto System con Detector de Ionización de Flama, con nitrógeno como gas de acarreo y con una columna Zebron FFAP de 30m, 0.25mm X 0.25µm.

153

CAPITULO 5 RESULTADOS DE LOS ANALISIS Y DISCUSION

5.1 Resultados del FT-IR con ATR 5.1.1 Espectros de muestras patrón En la figura 5.1 pueden observarse los espectros de las muestras patrón; las interpretaciones de éstos se realizaron en base a las tablas presentadas por Ralph Shriner (2012) y R. Brewster, C. VanderWert y W. McEwen (1970).  Baba de nopal  Se observa una banda ancha con la parte más estrecha en 3200 posiblemente de enlaces O-H asociados (Miguel Canseco, comunicación personal, 2013). En los análisis cromatográficos realizados por Diana Magaloni (1994) fueron identificados como azúcares característicos de la baba de nopal la galactosa, arabinosa, xilosa y ramnosa.  Posiblemente el banda de 1594 sea del enlace C=O (Shriner, 2012) que se encuentran en los monosacáridos. En el caso de las bandas que se encuentran entre 1000 y 1400

154

pueden corresponder al estiramiento 26 del C-O o a la flexión de los O-H de los alcoholes (Ibíd.).

 Aceite de chía  Se observan varias bandas características: una de los dos más importantes en 2924 a los dobles enlaces de los ácidos grasos insaturados (Brewster et al, 1970). Por otro lado, la otra banda prominente se encuentra en 1743 que, junto con el de 1160 y algunas cercanas, son características de los estiramientos de los enlaces ésteres que se encuentran en los triglicéridos, el primero del C=O y el segundo del C-O (Shriner, 2012).

 Clara de huevo de guajolota  Dos bandas características de amidas: la primera en 3283 corresponde al estiramiento del N-H; la segunda, en 1636, se trata de la vibración de estiramiento del C-O y flexión del N-H (Ibíd.), posiblemente igual que en 1534.  Dos bandas más en 2930 y 2962 del estiramiento del enlace N-H (Ibíd.).  Yema de huevo de guajolota  Presenta bandas tanto de proteínas como de grasas que contiene la yema. Las cimas de los lípidos son más intensas y se encuentran entre 2921 y 2852 por largas cadenas hidrocarbonadas; también tiene el de 1743 de los ésteres de los triglicéridos, pero en mucha menor proporción comparado, por ejemplo, con el aceite de chía. Las bandas de proteínas se localizan en 3283, 1648 y 1541, de manera similar como pudo registrarse en el espectro de la clara del mismo tipo de huevo.

26

El estiramiento (ya sea simétrico o asimétrico) y la flexión (angular) son los tipos de movimientos más comunes que manifiestan los enlaces cuando son sometidos al infrarrojo y son característicos de cada tipo de molécula, por lo que se reconocen como “huella digital” (Rouessac y Rouessac, 2003).

155

 Cola de conejo  Bandas características que corresponden a las amidas en las proteínas son en 3302 y 3272, por el estiramiento del enlace N-H; los picos de 1634 y 1532 corresponden al estiramiento de C-O y 1450 al estiramiento del C-N. Los aminoácidos que conforman el colágeno son: cisteína, glicina, prolina, hidroxiprolina (Peris, 2008).  Goma de huizache  Se observa la banda entre 3250 a 3400 que corresponde al estiramiento de los O-H de los azúcares; el pico en 1031 corresponde al estiramiento de C-O, la cima en 1419 que podría trarse de la flexión del enlace O-H, el de 1597 por el estiramiento del enlace C=O de cetonas; los anteriores característicos de los polisacáridos.

Figura 5.1. Espectros obtenidos de patrones: baba de nopal, aceite de chía, clara de huevo de guajolota, yema de huevo de guajolota y cola de conejo (Espectros: Miguel Canseco, 2013).

156

5.1.1 Espectros de muestras de pseudo-cloisonné Como es posible apreciar en la figura 5.2, todas las muestras presentaron prácticamente las mismas bandas con variaciones únicamente en cuanto a intensidad. La principal banda se presentó entre 1000 y 1030, en ocasiones con una segunda dentro del mismo rango, éstas acompañadas de otra en 906-910. Picos menores se encontraron en 1640-1630, 1410-1415 y 795-785. Dos de los espectros, el rojo de La Higuerita y el gris de Plan del Guaje, tienen un par de cimas muy claras en 3695-3700 y 3625-3530; los demás parece que también los presentan, pero en medio de varios picos que, en conjunto, podrían tratarse de ruido27 (Miguel Canseco, 2013, comunicación personal). A continuación se presentan los espectros de las cinco muestras analizadas con FT-IR.28 95

MC R OJO P LA N D E L GUA JE MC R OJO CE RRO D E L TE UL MC G RIS P LA N DE L GU A JE

90

MC G RIS LA H IGU E R ITA MC G RIS C E R RO DE L TE U L

85 MC GRIS CERRO DEL TEUL

Bandas 1410-1415

80

Bandas de CO2

75

%T

70 65

Bandas 3700-3530

Bandas 1640-1630

Banda de 3200 a 3400

Bandas 795-785

60

55

Bandas 906

50

45

Bandas 1000-1030

40 35 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

Figura 5.2. Los cinco espectros FT-IR con ATR de las muestras de pseudo-cloisonné con las bandas más importantes señaladas; cada uno se distingue por un color (Espectros: Miguel Canseco; imagen: Mariela Carrillo, 2013).

27

El ruido se refiere al límite de sensibilidad del equipo de infrarrojo que no corresponde a la muestra (Claudia Hernández, comunicación personal, 2014). 28 Los espectro de forma independiente se encuentran en el Anexo 4.

157

Las bandas entre 1000-1030, 905-910, 3300-3500, 3625-3530 y 3695-3700, fueron detectadas por la base de datos del software InterpretIR+, dentro del mismo programa OMNIC®

utilizado

para

generar

los

espectros,

como

coincidentes

con

aluminosilicatos/arcillas caoliníticas (Figura 5.3).

Figura 5.3. Comparación del espectro de muestra color rojo procedente de Plan del Guaje con las bandas características de arcillas caoliníticas/aluminosilicatos existente en la base de datos del equipo. Espectros: Miguel Canseco; imagen: Mariela Carrillo, 2013.

Como fue posible observar, los resultados de las muestras de pseudo-cloisonné representan un espectro en donde no es posible determinar un solo componente. Como se mencionó anteriormente, existe una coincidencia de la mayor parte de las bandas con el espectro de arcillas caoliníticas/aluminosilicatos que encontró la base de datos del equipo, lo cual evidentemente corresponde a los componentes inorgánicos que conforman la decoración, puesto que en esta técnica analítica no se realizó la extracción

158

de componentes orgánicos. Debido a esto, es necesario enfocarse en las bandas donde no interfieren las arcillas que correspondería a los restos de material orgánico aún presentes. Así pues, las bandas a tomar en cuenta se localizan en 1640-1630, 1415-1410 y 795-785. Estas bandas se insertan en los rangos señalados por Shriner (2012) y Brewster et al (1970) como correspondientes a las amidas: la banda en 1640-1630 correspondería al estiramiento del enlace C-O y flexión del N-H; la que se ubica en 1415-1410 podría tratarse del estiramiento del enlace C-N; y, la de 795-785 sería una banda por el balanceo de la unión N-H. Como puede apreciarse en la figura 5.4, al momento de comparar el espectro de la muestra extraída del Elemento 24, Grupo C, de Plan del Guaje, con la muestra de tierra de contexto que le fue retirada años atrás durante su restauración, ambos parecen muy similares, aunque en el de la tierra la intensidad está entre 1300 y 1700. Esto conduce a presumir que la interacción entre el objeto cerámico y el contexto produce posiblemente migración de compuestos.

Figura 5.4. Espectros obtenidos del Elemento 24, Grupo C (rojo) y de la tierra de contexto que se encontraba adherida a éste (azul). Espectros: Miguel Canseco; imagen: Mariela Carrillo, 2013.

159

5.2 Discusión de los resultados del FT-IR con ATR Retomando los análisis previos a los compuestos inorgánicos por otros investigadores, posiblemente los aluminosilicatos detectados se traten de las arcillas que mencionan Castillo (1968) o Strazizich (2002) como componentes de la capa-base y de los pigmentos o contaminación del contexto puesto que, como pudo observarse anteriormente, también la tierra de contexto presentó estas bandas. Eliminando estas bandas muy definidas, las resultantes son muy pocas y de tamaño muy reducido, las cuales es posible que se trate de componentes orgánicos aún presentes en las muestras. Sin embargo, cabe resaltar que también el espectro de la tierra asociada presentó estas bandas, pero en menor intensidad, lo cual puede deberse a la migración de componentes del aglutinante hacia el suelo o viceversa. Sin embargo, debido a que todos los espectros de la decoración de las otras piezas presentaron las mismas bandas y proceden de contextos de enterramiento diversos, se presume que se trate del componente orgánico aún presente en el pseudocloisonné. Si se comparan entonces los espectros de las muestras de decoración con los de los patrones de naturaleza proteica, como son el de cola de conejo y huevo de guajolota, es posible apreciar que no todas las bandas coinciden; sin embargo, resulta necesario tomar en cuenta que el pseudo-cloisonné es un material deteriorado por agentes del contexto de enterramiento (agua, pH, etc.), el cual puede alterar algunas de sus características químicas y, por consiguiente, se puede reflejar como ligeros desplazamientos de las bandas en IR. Por lo pronto, las bandas que presentan los resultados de la decoración coinciden con los rangos que los autores mencionados señalan para las amidas. Como se muestra en la figura 5.5, María Luisa Gómez (2008: 205) presenta un espectro también complejo de una mezcla de carbonato de calcio y cola animal, en donde señala como bandas del carbonato los que se encuentran en 712, 876 y 1428 y especifica que el pico del componente proteínico está en 1654, el cual se encuentra dentro del rango característico de las amidas, que debe corresponder, como ya fue mencionado 160

anteriormente, a los enlaces C-O y C-N presentes en las proteínas (Brewster et al., 1970; Rouessac et al. 2003; y Shriner et al., 2012). Algunas de las bandas del carbonato de calcio que detecta Gómez (2008) podrían incluso corresponder con bandas de enlaces de las amidas presentes los espectros de las muestras de pseudo-cloisonné, por lo que, probablemente, ella toma en cuenta sólo el que se localiza en 1654 para descartar el material inorgánico que interfiere en los mismos rangos.

Figura 5.5. Espectro FT-IR presentado por Ma. Luisa Gómez (2008) de una mezcla de carbonato de calcio y cola animal; en rojo está señalada la banda identificada como característica de las proteínas.

Mediante esta técnica analítica fue posible observar que ninguna banda corresponde con el aceite de chía en estado líquido. Sin embargo, contemplando la similitud del aceite de linaza con el de chía, tampoco correspondería ninguno con el aceite de chía en estado sólido, ya conformando capas pictóricas, como se muestra en el espectro de una pintura del siglo XIX (Figura 5.6), donde las bandas de 1739, 2926 y 2865 corresponden a los ácidos grasos al igual que en estado líquido (Juanes y Ferrazza, 2012). En todo caso, si se tomara en cuenta el deterioro mencionado por Peris (2008) para los 161

ácidos grasos en pinturas al óleo, donde se empleó aceite de linaza (muy similar en composición al de chía), el espectro del pseudo-cloisonné demostraría picos característicos de ácidos carboxílicos que se forman cuando se hidrolizan los ácidos grasos reticulados. Estas cimas se observarían como: una banda ancha de estiramiento de los O-H de 3340 a 2500, un pico prominente de estiramiento del C=O entre 1780 y 1660, así como dos bandas cercanas una entre 1430 y 1350 y otra entre 1325 y 1200 (Shriner, 2012). Por lo tanto, la única correspondencia sería la banda ancha de 3340 a 2500; sin embargo, en este caso la presencia de arcillas evita tomarla en cuenta.

Figura 5.6. Espectro FT-IR presentado del aceite de linaza presente en una pintura mural del siglo XIX analizada por Juanes et al (2012), donde se señalan las bandas propias de los ácidos grasos (con flechas rojas), las cuales corresponden con las que presentó el aceite de chía en estado líquido.

162

5.3 Resultados de GC-FID y HPLC-IR 5.3.1 GC-FID Los resultados de los cromatogramas en esta técnica aplicada a ácidos grasos indicaron que el 80% de las muestras de pseudo-cloisonné tuvieron de entre cuatro y nueve coincidencias con los tiempos de retención de los ácidos grasos existentes en el patrón de cola de conejo29 (los cromatogramas independientes pueden ser consultados en el apartado de Anexos). En la siguiente tabla se condensan los resultados reportados por la Q.F.B. Elvira Ríos Leal: TABLA 5.1 RESULTADOS DE ÁCIDOS GRASOS EN LAS MUESTRAS CON TÉCNICA CG-FID SITIO

La Higuerita

Plan del Guaje

Cerro del Teúl

MUESTRA PATRÓN DE

ELEMENTO

COLOR

“Copa” Elemento s/n, Grupos 2 y 9, Caja Oeste

Gris

Cola de conejo

“Olla efigie” Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742

Gris

Cola de conejo

“Copa de base pedestal” Elemento 16, Grupo C

Rosa

Cola de conejo

Muestra de tierra asociada a Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742

-

Aceite de chía

Gris

Aceite de chía

Rojo

Cola de conejo

“Cajete de base anular” 2013PJ073 “Copa de base pedestal” 2013PJ023

COINCIDENCIA

29

Con este tipo de análisis no es posible definir la especie de la cual proviene la proteína, solamente se toma en cuenta la similitud como un posible origen animal.

163

A continuación se muestran algunos cromatogramas para ejemplificar las correspondencias entre los patrones y las muestras de pseudo-cloisonné identificadas por Leal:

Figura 5.7. Arriba: cromatograma obtenido de cola de conejo por GC-FID. Abajo: cromatograma de la muestra de la Copa de base pedestal, Elemento 16, Grupo C, de Plan del Guaje con la misma técnica; en éste se señalan con flechas rojas las nueve bandas que coinciden con las de la cola de conejo (Cromatogramas: Elvira Ríos, 2014).

164

Figura 5.8. Arriba: cromatograma obtenido de aceite de chía por GC-FID. Abajo: cromatograma de la muestra de la Cajete de base anular, 2013PJ073, de Cerro del Teúl con la misma técnica; en éste se señalan con flechas rojas las seis bandas que coinciden con las del aceite (Cromatogramas: Elvira Ríos, 2014).

165

5.3.2 HPLC-IR Los resultados obtenidos por esta técnica cromatográfica, que se efectuaron con la finalidad de identificar correspondencias de polisacáridos entre los patrones y las muestras tipo, revelaron resultados más complejos, pues en los especímenes de pseudocloisonné aparecen mezclas variadas de bandas de los patrones donde predominaron las que presentaron el mucílago de chía y la baba de nopal; sin embargo, hubo algunas pocas correspondencias con la cola de conejo. A continuación se presenta una tabla donde se especifican las correspondencias de cada muestra de decoración con los patrones que fueron también reportados por Ríos (2014) y algunos ejemplos en cromatogramas (Figura 5.9). 30 TABLA 5.2 RESULTADOS DE POLISACÁRIDOS EN LAS MUESTRAS CON TÉCNICA HPLC-IR SITIO

ELEMENTO

COLOR

“Copa” La Higuerita

Elemento s/n, Grupos 2 y 9, Caja

Gris

Oeste “Olla efigie” Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742 Plan del Guaje

“Copa de base pedestal” Elemento 16, Grupo C Muestra de tierra asociada a Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742 “Cajete de base anular”

Cerro del

2013PJ073

Teúl

“Copa de base pedestal” 2013PJ023

30

MUESTRA PATRÓN DE COINCIDENCIA Cola de conejo + Baba de nopal

Gris

Mucílago de chía + Baba de nopal

Rosa

Mucílago de chía

-

Gris

Rojo

Mucílago de chía-Cola de conejo Baba de nopal Mucílago de chía + Baba de nopal

Los cromatogramas de cada uno se muestran en Anexo 5

166

Figura 5.9. Cromatogramas de muestras de pseudo-cloisonné obtenidos por HPLC-IR donde se señalan las correspondencias con los cromatogramas de mucílago de chía (MC), baba de nopal (BN) y cola de conejo (CC). Arriba: Copa, Elemento s/n, Grupo 9, Caja Oeste, de La Higuerita. Abajo: Olla efigie, Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742, DE Plan DEL Guaje (Cromatogramas: Elvira Ríos, 2014).

5.4 Discusión de resultados de GC-FID y HPLC-IR

Los estudios cromatográficos realizados fueron de una gran importancia para la complementación de los análisis previos con la técnica FT-IR con ATR. Específicamente, la técnica de GC-FID ayudó a reafirmar la posible naturaleza proteica del aglutinante. En este 167

sentido, se puede decir que la metodología de procesamiento de las muestras fue de gran utilidad, ya que se conocieron los componentes de los ácidos grasos de forma individual. La importancia de esto radica en que los procesos de deterioro que llegó a tener el aglutinante en el contexto de enterramiento pudieron haber alterado en un grado indeterminado la estructura polimérica; sin embargo, al hidrolizar o separar en unidades estructurales tanto las muestras patrón como las muestras de pseudo-cloisonné, es posible tener información más compatible entre sí que pueda ser comparada. Es decir, de esta manera se pudieron analizar los componentes de manera independiente en todas las muestras y no moléculas completas de patrones recién extraídos versus moléculas de las muestras tipo, que tienen altas posibilidades de no encontrarse íntegras debido al deterioro. Cabe destacar que con esta técnica de cromatografía de gases también se pudo visualizar una posible diferencia con el material aglutinante utilizado en el color rojo de relleno de las celdas de la muestra del Cerro del Teúl. Esta información podría ser analizada nuevamente con otra técnica para ser corroborada. Además, con la GC-FID fue posible identificar de manera más específica la divergencia del material orgánico contenido en la tierra de contexto comparada con la muestra de color gris de Plan del Guaje a la cual se encontraba asociada, descartando la pérdida total del aglutinante o una contaminación importante debida a los componentes del medio de enterramiento. Por otro lado, la cromatografía de líquidos ayudó a conocer la presencia de compuestos solubles en agua, posiblemente polisacáridos adicionales a las probables proteínas animales en las muestras de pseudo-cloisonné. Esta información también resulta de gran importancia pues al parecer el aglutinante empleado presenta gran cantidad de componentes de naturaleza diversa.

168

CAPITULO 6 CONCLUSIONES

Gracias a los análisis instrumentales realizados con la técnica espectroscópica FT-IR con ATR y las cromatográficas GC-FID y HPLC-IR fue posible corroborar la hipótesis de la presencia de componentes orgánicos que conforman el aglutinante utilizado en la factura de la decoración pseudo-cloisonné. La evidencia experimental sugiere que el aglutinante está conformado por compuestos de diversa naturaleza, por lo menos ácidos grasos y polisacáridos. Sin embargo, los resultados de las técnicas FT-IR con ATR y GC-FID apuntan a que el principal componente del aglutinante utilizado tiene posiblemente su origen en una proteína animal. Cabe mencionar que también fue posible encontrar diferencias, en cuanto a la composición, entre los constituyentes orgánicos de la decoración de una vasija y la tierra de contexto que le fue retirada durante la intervención, mediante una técnica altamente sensible como la cromatografía. Esta diferencia también resulta relevante para comenzar a conocer el alcance del deterioro de estos materiales en contexto, pues el compuesto orgánico que compone al pseudo-cloisonné conserva su naturaleza en algún grado, aunque aún es necesario ampliar la investigación para poder confirmarlo. Como parte de la metodología requerida para los exámenes analíticos, se generaron espectros patrón de algunos materiales disponibles en época prehispánica, los cuales pudieron ser utilizados para diversos fines. Con esto se comenzó a formar una base

169

de datos que será fundamental para futuras investigaciones de aglutinantes de decoración post-cocción de cerámica arqueológica del Occidente de México. Si bien con los análisis realizados a la decoración no ha sido posible precisar el origen de la proteína, el uso de algún animal ya sea de caza o doméstico para este fin no parece ahora tan lejano. El empleo de estos recursos en época prehispánica, específicamente el manejo y la crianza de conejos y liebres en Teotihuacán (contemporáneo al uso de pseudo-cloisonné en el Occidente), recientemente investigado por Somerville et al (2014), es de gran importancia puesto que existe la posibilidad del empleo de estas especies, no solamente para alimentación, sino también para el factible aprovechamiento del material como pudo ser la extracción de colágeno con propiedades aglutinantes que quizá se relacione de alguna manera con la factura del pseudo-cloisonné. Cotejando las observaciones realizadas durante las intervenciones de objetos cerámicos con pseudo-cloisonné, en conjunto con los resultados obtenidos de los análisis, es posible presuponer que el comportamiento que presenta esta decoración posteriormente a su excavación, se deba en cierta medida a la posible naturaleza proteica del aglutinante. De esta manera, el aglutinante pudo ser, en origen, soluble o parcialmente soluble en agua y, por lo tanto, la sensibilidad de la decoración a la humedad quizá no es a causa del deterioro en contexto. En el presente estudio el trabajo interdisciplinario resultó de gran importancia, pues fue necesario reunir la información existente generada por las diversas disciplinas que estudian el patrimonio cultural, desde las perspectivas propias de análisis, ya sea desde el punto de vista de las ciencias sociales o exactas, para conocer los antecedentes y las posibilidades que encaminaran esta investigación. Sin embargo, es necesario resaltar que a pesar de que la hipótesis de la existencia de un aglutinante orgánico ya se había planteado décadas atrás por varios investigadores, es desde la perspectiva del objeto de estudio de la Restauración donde surge la necesidad imperante de conocer los materiales constitutivos para un fin en sí mismos, que es la intervención de estos objetos de la manera más favorable para su preservación. 170

Con este trabajo, aún no se descarta completamente la hipótesis de la derivación del pseudo-cloisonné al actual maque michoacano, propuesta y estudiada extensamente por Thomas Holien, sino que se abren nuevas líneas de investigación para conocer más a fondo la complejidad que hasta el momento presentan los materiales. Es posible pensar en una técnica mixta de proteínas y polisacáridos, que posteriormente pudo ser trasformada o adaptada regionalmente durante los varios siglos que ocupó el Postclásico, donde no se tienen evidencias de la continuación en el uso de pseudo-cloisonné sobre cerámica. También cabe resaltar el importante análisis realizado recientemente por Patricia Acuña, donde la evidencia experimental señaló que algunas piezas de maque de finales del S. XVI y principios del XVII (las más tempranas conocidas hasta el momento) no presentan dolomita en su composición, como se maneja en la mayoría de la bibliografía, sino puzolanas y que, a su vez, difiere de una decoración prehispánica a la que reconoce como posible antecedente. La intervención previa de piezas con esta suntuosa decoración, no solamente condujo a generar la problemática de conocer los materiales constitutivos, sino a efectuar tratamientos emergentes y oportunos que fomentaron la preservación integral de estos objetos. En este sentido, cabe resaltar los resultados altamente favorables de los trabajos de levantamiento in situ durante las excavaciones y de las medidas preventivas para realizar una aclimatación gradual al momento que se realizaba la microexcavación en laboratorio de los objetos provenientes de Plan del Guaje. Con estos procesos se evitaron numerosas pérdidas de decoración y se facilitó la intervención posterior. Así pues, es posible resaltar la importancia de la participación que debe tener el restaurador desde el momento del hallazgo, pues resulta imprescindible realizar climatización y secado gradual a la par de los procesos de microexcavación y limpieza para la conservación del pseudocloisonné. Por su parte, la intervención en laboratorio de la olla códice, procedente de La Higuerita, manipulando las condiciones de humedad durante la microexcavación y limpieza, a pesar de que la intervención fue muy posterior a su extracción, también 171

permitió conservar en lo mayor posible el importante discurso iconográfico materializado en una compleja y frágil técnica pictórica.

6.1 Líneas de investigación En las muestras analizadas se pudieron encontrar correspondencias entre los ácidos grasos presentes en el pseudo-cloisonné y los de la muestra patrón correspondiente a las proteínas. Para corroborar el empleo de proteínas como aglutinante, resultaría conveniente realizar análisis de Cromatografía de Gases con Espectrómetro de Masas (GC-MS) de proteínas, para lo cual será necesario determinar la factibilidad del estudio y la cantidad necesaria de muestra, sin poner en riesgo la decoración de las piezas. Dicho estudio podría ser efectuado en el CIVESTAV del IPN. Por otro lado, aunque las vasijas con pseudo-cloisonné intervenidas presentan un buen estado de conservación después de varios años de su intervención, con este primer acercamiento a los materiales constitutivos orgánicos valdría la pena retomar el tema de las intervenciones realizadas y evaluar los materiales aplicados mediante análisis instrumentales como MO-UV, MEB, FT-IR, entre otros, propiedades como la penetración, envejecimiento, resistencia, etc. Lo anterior, en conjunto con nuevas investigaciones a futuro podría conducir a la propuesta del empleo de nuevos materiales consolidantes o fijativos o a continuar con el uso de los ya empleados hasta el momento. Gracias a que con esta investigación se determinó una técnica post-cocción y el uso de un aglutinante posiblemente proteico, resultaría interesante la reconstrucción de la técnica de factura mediante el uso de probetas, conjuntando los resultados con los estudios de pigmentos de investigaciones anteriores. Esto sería útil, por un lado, para conocer más a fondo el proceso de preparación de materiales y la técnica de aplicación y sus particularidades. De manera general, es imprescindible continuar con el análisis de éstos y otros materiales constitutivos y las técnicas de factura de los objetos prehispánicos en el 172

Occidente de México, pues este estudio es apenas un preámbulo al conocimiento de los posibles recursos utilizados por las sociedades en esta región, desconocidos aún en muchos aspectos, información de vital importancia para entender los mecanismos de deterioro y así poder realizar intervenciones favorables para la conservación.

173

174

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188

ANEXOS

189

190

F

E

D

La Quemada, Zac.

La Paila, Coahuila La Quemada, Zac. Colotitlán, Jal. La Quemada, Zac. Alta Vista, Zac La Quemada, Zac.

El Cóporo, Gto. La Quemada, Zac.

Tenenepango, Pue. Colotitlán, Jal. Amatitlán, Jal.

Tula, Hidalgo

Jiquilpan, Mich Amatitlán, Jal. La Quemada, Zac.

B

C

La Quemada, Zac.

SITIO

A

TIPO

MUESTRA NO. 7 9 26 28 34 35 38 39 40 41 42 47 53 54 55 61 62 65 66 67 69 70 14 17 29 30 31 33 36 37 43 44 45 52 56 57 58 59 60 64 68 6 11 15 16 18 32 46 48 50 51 116 1 12 27 2 8 49 19 20 21 22 23

Cal

Arcillas

Cal y arcillas

Componentes Carbón vegetal

CAPA BASE

Malaquita

Arcillas limoníticas

Pigmentos

Otros

Malaquita

Malaquita y crisocola Limonita

Arcillas limoníticas

?

Hematita

Cinabrio

Hematita y cinabrio

DECORACIÓN PIGMENTOS

Algunos de los resultados de los análisis realizados por Noemí Castillo (1968)

Azurita

?

Cal rosa

Cal blanca

Arcilla blanca

ANEXO 1

191

192

ANEXO 2 Aceite de chía

La chía

La chía (Salvia hispánica) “es una planta anual, de verano, que pertenece a la familia de las Lamiaceae; es originaria de áreas montañosas de México” (Di Sapio, Bueno, Busilacchi, & Severin, 2008).

Figura 1. A la izquierda la planta de chía y arriba la semilla. Fotografías tomadas de: www.fcagr.unr.edu.ar

La semilla de la chía tiene un alto contenido de ácidos grasos insaturados, aproximadamente el 33% (Di Sapio, Bueno, Busilacchi, & Severin, 2008), Adicionalmente,

193

la semilla de chía presenta los siguientes componentes de acuerdo con Osvaldo Di Sapio, Mirian Bueno, Héctor Busilacchi y Cecilia Severin (2008): 

23% de proteína, con aminoácidos esenciales entre los cuales se encuentra la lisina



714 mg de calcio en la semilla entera y 1180 mg en las semillas parcialmente desgrasadas (harina)



6,4 mg de hierro



390 mg de magnesio



700 mg de potasio



1.057 mg de fósforo



buenos valores de cinc y manganeso, muy pobre en sodio



27% de fibra, principalmente soluble

Otros estudios reportan que este aceite “contiene, adicionalmente, compuestos con potente actividad antioxidante, como ácido cafeíco, miricetina, quercetina y kaemperol” (Solís, 2006). Aceite de chía

El 75% de los ácidos grasos en el aceite de chía son insaturados, predominando el linolénico con un 50.7%, el linoléico con 18.8% y en menor cantidad el oleico en 6.9% del total (Solís, 2006). A continuación un cuadro comparativo presentado por Di Sapio et al (2008) donde se exponen las diferencias en composición con otros compuestos considerados con altos niveles de ácidos grasos. Cuadro 1: Composición de los ácidos grasos de la chía, lino, pez menhaden

194

Cola de conejo

El conejo

El conejo pertenece al orden Lagomorpha, que en conjunto con la liebre y la pica se conocen como lagomorfos. Los dos primeros pertenecen a la familia Leporidae (IB-UNAM). La alimentación de estos mamíferos es principalmente de “pastos, hierbas, arbustos y algunas partes de los árboles” (INECC, 2007). En general se distribuyen por todo el mundo aunque no presentan gran diversidad pues sólo existen 78 especies (IB-UNAM), de las cuales 14 se encuentran en México de acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático: Cuenta con nueve diferentes especies de conejos, ocho conocidas científicamente como Sylvilagus y una más como Romerolagus, más cinco diferentes tipos de liebres conocidos como Lepus. La mayoría de estos conejos y liebres (ocho en total) son endémicos o exclusivos de nuestro país, y se restringen a zonas muy pequeñas con excepción del conejo montés o mexicano (Sylvilagus cuntcularlus) y de la liebre torda (Lepus caüotfs), que a pesar de ser endémicos viven en una superficie relativamente mayor dentro del territorio nacional (INECC, 2007). Cola de conejo

La cola de conejo, ya sea en presentación granulada o en polvo se obtiene de la piel o partes del conejo; ya que su uso es conocido

tradicionalmente

en

Europa,

probablemente la especie más utilizada para su elaboración y comercialización sea Figura 2. Conejo Oryctolagus cuniculus de donde posiblemente se extrae la cola. Imagen obtenida de:

www.asociacionparquecordillera.cl

195

Oryctolagus cuniculus (conejo europeo que se muestra en la Figura 2). El colágeno constituye el principal componente de las colas animales, el cual está conformado por glicina, prolina e hidroxiprolina y el peso molecular varía de 40,000 a 10,000 (Masschelein-Kleiner, 1995), aunque también están presentes algunas otras proteínas y glicerina (Peris, 2008). La estructura de este compuesto forma tres cadenas enrolladas helicoidalmente unidas por puentes de hidrógeno, no obstante sus propiedades físicas y químicas dependen de la fuente de extracción y del proceso (Peris, 2008).

Figura 3. Cola de conejo en presentación en perla. Imagen obtenida de: www.classic-conservation.com/

196

Baba de nopal

Nopal

De acuerdo con el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, el nopal (Figuras 4 y 5) presenta las siguientes características:

Pertenecen a la familia de las cactáceas, que son plantas carnosas de formas diversas que almacenan jugos lechosos o gomosos que les permiten resistir la sequía; tienen una cutícula muy gruesa casi todos con espinas y por lo general sin hojas. Crecen en climas cálidos y templados; en su flores constan de cáliz de muchos sépalos y pétalos, estambres indefinidos y ovario ínfero; su fruto es una baya. Se reproducen por semilla o por fragmentos de tallo.

Pertenece al grupo de las Platyopuntias que se caracterizan por presentar los tallos redondos y aplanados. Los nopales tienen tallos articulados, compuestos de piezas ovales o redondeadas (pencas) cubiertas de grupos de espinas, pues las hojas solamente se ven durante algún tiempo en pencas jóvenes. Sus flores en su mayoría son amarillas y crecen en la parte superior de las pencas.

Son plantas típicamente mexicanas, muy abundantes y variadas particularmente en las regiones áridas. Algunas especies existen por el norte y sureste de los Estados Unidos y por el Sur hasta Argentina y Chile, pero México posee el mayor número de especies (CUCBA-UDG).

De acuerdo con esta misma fuente (CUCBA-UDG), la penca de nopal presenta los siguientes componentes:      

Agua 6.840% Grasa 2.158% Carbohidratos 43.016% Proteínas 5.254% Fibra 14.320% Cenizas 28.412% 197

Figura 4. Plantas de nopal. Fotografía tomada de: colotlan.wordpress.com

Figura 5. Detalle de pencas de nopal del municipio de Teúl de González Ortega, Zac. Fotografía: Juan Rivera, 2011.

Baba de nopal

De acuerdo con Nora Pérez (2009), la composición de la baba o mucílago de nopal presenta la siguiente composición: El extracto acuoso del mucílago del nopal se ha caracterizado como un polisacárido compuesto de proporciones variables de D-galactosa, L-arabinosa (formando tanto anillos de furanosa como piranosa), D-xilosa y L-ramnosa, siendo estos los principales monosacáridos neutros. Asimismo, se ha notado un alto contenido de ácido D-galacturónico. La estructura primaria propuesta para este mucílago consiste de una repetición lineal de una “unidad” estructural compuesta principalmente por la unión (1-4) de ácidos _-D-galacturónicos interrumpidos por la inserción (1-2) de unidades de L-ramnosa. Unidas al O(4) de los residuos de L-ramnosa se encuentran cadenas de trisacáridos de _(1-6)-D-galactosa. Los residuos de galactosa a su vez presentan cadenas laterales ya sea en sus posiciones O(3) u O(4). La composición de estas cadenas laterales es compleja: al menos 20 tipos de oligosacáridos (principalmente disacáridos y trisacáridos) han sido identificados. Éstos invariablemente contienen residuos de L-arabinosa presentes como residuos unidos por medio de enlaces O(1-5) así como unidades únicas de D-xilosa presentes como grupos terminales, dando una relación xilosa:arabinosa aproximada de 1:2 (Pérez, 2009).

198

Huevo de guajolota

El guajolote

El guajolote, como se le conoce generalmente en México al pavo (Melleagris gallopavo L.)31, es un ave que puede encontrarse en estado silvestre y mayoritariamente domesticado (Figura 6). “El hábitat típico del guajolote silvestre son los bosques de pinoencino, pero se le puede encontrar también en bosques de coníferas, bosques de encino, matorral xerófilo y en bosques mesófilos, debido a que se adapta con facilidad a esos ambientes” (Márquez, García, González, & Tarango, 2005). En el territorio mexicano se han identificado cuatro subespecies que han existido y/o aún existen: M. g. gallopavo, M. g. mexicana, M. g. merriani, M. g. intermedia; de éstas, la primera es la que corresponde al pavo domesticado (Camaco-Escobar, Jiménez-Hidalgo, Arroyo-Ledezma, & SánchezBernal, 2011).

Figura 6. A la izquierda un guajolote o pavo domesticado; imagen obtenida de: www.larednoticias.com.

31

Existen más de 30 nombres populares, además de las denominaciones en las lenguas indígenas existentes en México.

199

De manera natural, el guajolote “es un excelente granívoro y consume cualquier tipo de alimento (vegetal o animal) según la época del año, requerimientos nutricionales, y según la diversidad, abundancia, disponibilidad y

apetencia de los nutrimentos”

(Márquez, García, González, & Tarango, 2005). Huevo de guajolota

Existen ciertas diferencias en composición entre la clara y la yema de huevo, probablemente incluyendo el de guajolota (Figura 7). Los datos para el huevo en general indican que la clara contiene cerca del 87% de agua, 12% de proteínas y aproximadamente un 2% de polisacáridos (Masschelein-Kleiner, 1995). El 65% de las proteínas de la clara la constituye la ovoalbúmina, formando una disolución acuosa coloidal que expuesta al calor tiene la capacidad de coagularse (MasscheleinKleiner, 1995; Peris, 2008); esto mismo sucede “cuando está diluida y extendida en una capa fina, y exponerse a la luz” (Peris, 2008: 20).

Figura 7. Huevo de una guajolota de crianza en el municipio de Teúl de González Ortega, Zac. Imagen del autor, 2013.

Por otro lado, la yema es una emulsión que contiene más del 51% de agua, más un porcentaje del 17 al 38 de proteínas (livetina y fosvitina), así como cerca del 2.2% de lecitina la cual ayuda como surfactante (Masschelein-Kleiner, 1995).

200

Goma de huizache

Huizache

La planta conocida como huizache en la región de occidente de México presenta las siguientes características: Arbusto espinoso o árbol pequeño, perennifolio subcaducifolio, de 1 a 2 m de altura la forma arbustiva, de 3 a 10 m la forma arbórea, con un diámetro a la altura del pecho de hasta 40 cm. Copa redondeada. Hojas plumosas, alternas, frecuentemente aglomeradas en las axilas de cada par de espinas, bipinnadas, de 2 a 8 cm de largo incluyendo el pecíolo, con 2 a 7 pares de folíolos primarios opuestos y 10 a 25 pares de folíolos secundarios. Tronco corto y delgado, bien definido ramificado desde la base con numerosos tallos. Ramas ascendentes y a veces horizontales, provistas de espinas de 6 a 25 mm de longitud. […]Sus brillantes flores están apiñadas en bolas densas y mullidas y con frecuencia cubren el árbol en forma tal que éste da la sensación de una masa amarilla. […] Vainas moreno rojizas, semiduras, subcilíndricas, solitarias o agrupadas en las axilas de las espinas, de 2 a 10 cm de largo (CONAFOR-SEMARNAT).

Figura 8. A la izquierda, arbusto de huizache del municipio de Teúl de González Ortega, Zacatecas; arriba, detalle de goma exudada del tronco. Fotografías del autor.

201

Se localiza en prácticamente todos los

estados de la República Mexicana, a

excepción del Edo. De México, Tlaxcala y el Distrito Federal (CONAFOR-SEMARNAT). Tiene la capacidad de crecer en una amplia gama de suelos ya sean muy arenosos hasta muy arcillosos: “rendzina, xegorendzina, vertisol, arenoso, húmedo, caliza, yeso, lutita y aluvión” (CONAFOR-SEMARNAT). Debido a esto suele encontrarse cerca de caminos, arroyos, terrenos que se encuentran en desuso, donde predominan climas cálidos o semicálidos, con precipitaciones anuales medias (CONAFOR-SEMARNAT). Goma de huizache

No se han encontrado reporte de la composición química específica de la goma de huizache; sin embargo, se sabe que la estructura polimérica de polisacáridos de las gomas de acacias es muy compleja, pues están conformadas por una gran variedad de azúcares (algunas contienen ácido urónico) distribuidos irregularmente y en composiciones variables (Masschelein-Kleiner, 1995).

202

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Peris, J. (2008). Estudio analítico de materiales empleados en barnices, aglutinantes y consolidantes en obras de arte mediante métodos cromátográficos y espectrométricos. Valencia: Universidad de Valencia.

204

ANEXO 3

205

206

207

208

209

210

ANEXO 4 Espectros FT-IR con ATR

MC B A B A D E NOP A L

96

MC BABA DE NOPAL

94 92 90 88 86 84

1046.5

80

3198.7

76

1396.1

1515.1

1239.5

78

74

1115.2

%T

82

72 70 68

1594.0

66 64 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

MC C HIA

MC CHIA

1099.3

3010.0

80

1237.9

1458.4

85

721.8

1375.6

90

552.2

590.5

95

565.5

100

1160.9

%T

75

70

2853.4

65

60

55

2924.0

1743.2

50

45 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

211

MC C LA RA D E G UA JOLOTA

95 MC CLARA DE GUAJ OLOTA 90 85

558.1 567.8

65

1396.1

2962.3 2930.8

%T

70

1075.3

1309.8

75

1235.4

80

1449.1

60 55

45

1534.3

3283.2

50

1636.7

40 35 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

MC C OLA DE CO NE JO P OLV O 2

99 MC COLA DE CONEJO POLVO 2 98 97 96 95 94 93 3674.8 3627.8

90

3851.0

91

88

3561.3

89 3729.6

85

1532.9

1646.5 1634.8

3302.8

86

3275.4

87 3584.7

%T

92

84 83 82 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

212

95

MC Y E MA D E HUE V O

90

1088.8

1235.7

1648.1

65 1743.3

%T

70

1162.8

1541.5

3283.9

75

1465.2

80

1377.8

3009.1

85

60 MC YEMA DEHUEVO 2852.1

55

50

45

2921.9

40 35 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

MC G OMA D E HUIZA CH E

95

MC GOMA DE HUIZACHE

90

85

80

1597.0

556.6

1419.6

2927.1

70

65

60

55

1031.7

50

45 3309.3

%T

75

40 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

213

MC G RIS LA H IGU E R ITA

MC GRIS LAHIGUERITA 1634.8

95

3416.4

90

3690.5

85

3616.1

80

%T

75

910.6

70

65

60

55

1001.3

50

3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

100

MC G RIS P LA N DE L GU A JE

MC GRIS PLAN DEL GUAJE 95 90

2355.2

85

792.9

80 75

65 60 55 50 45 40 1023.5

%T

70

35 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

214

MC P LA N DE L GU A JE TIE RRA 2

-0.00

MC PLAN DEL GUAJE TIERRA 2

-0.02

1110.1

-0.06

3694.4

-0.04

3616.1

-0.08

-0.12 -0.14

906.4

Absorbance

-0.10

-0.16 -0.18 -0.20 -0.22 -0.24 -0.26 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

100

MC R OJO P LA N D E L GUA JE

MC ROJO PLAN DEL GUAJ E 95

2359.1

90

785.1

80

3627.8

85

906.4

70

65

60

55

50

45

1030.4

%T

75

3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

215

MC G RIS C E R RO DE L TE U L

95 MC GRIS CERRO DEL TEUL

2930.8

90

2355.2

85 80

70

%T

906.4

65

560.6

3367.5

785.1

75

60 55 50 45 40

1027.3

35 30 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

MC R OJO CE RRO D E L TE UL

95 MC ROJO CERRO DEL TEUL

2359.1

90

3416.4

80

796.8

85

75

910.4

65 60 55 50 45 40 1008.6

%T

70

35 3500

3000

2500

2000

1500

1000

Wavenumbers (cm-1)

216

ANEXO 5 Cromatogramas de GC-FID

217

218

219

220

221

Cromatogramas HPLC-IR

222

223

224

225

226

227

228

229

230

231

232

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