Identidad, integración y ciudadanía: el bereber en el contexto de la inmigración

June 8, 2017 | Autor: Mohand Tilmatine | Categoría: Cultural Identity, Berber studies, Inmigracion, Berber studies, Amazigh culture, Berebers Y Diaspora
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Identidad, integración y ciudadanía: el bereber en el contexto de la inmigración

Mohand Tilmatine Universidad de Cádiz Homo Migrans

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uando se habla de inmigración, a menudo se piensa en los ilegales. Se olvida fácilmente que el ser humano siempre ha conocido los desplazamientos, la inmigración y el exilio dejando su tierra de origen. Este fenómeno a veces es tan fuerte, que la inmigración penetra la cultura, la poesía, las canciones populares y entra como hecho cultural en el imaginario colectivo. Puede ocurrir en el ámbito de un solo país. Así los movimientos migratorios tanto dentro como entre provincias distintas de un país (por ejemplo desde Andalucía o Extremadura hacia Cataluña, desde las zonas del Rif marroquí hacia Casablanca, Rabat, o más cerca Tánger en Marruecos). Del mismo modo, esta inmigración puede —como sucede actualmente— traspasar las fronteras. Este movimiento de emigración puede ser motivado por factores de varios tipos: puede tratarse de una inmigración voluntaria (incluso si las razones económicas la sostienen y ocurre en la mayoría de los casos) pero también de una inmigración forzada (huída de la represión política, religiosa y étnica). La diferencia reside en que algunos lo hacen dentro de un marco legal —cuando existe—, otros fuera de éste, porque no existe. Esto

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significa que no hay diferencias fundamentales entre inmigrantes legales e ilegales en lo que a las motivaciones (Push-Factors) se refiere.

Razones o factores de expulsión (Push-Factors) La salida de los rifeños hacia otros países es una necesidad creada por un conjunto de factores y de deficiencias estructurales en el país de origen. El desfavorable estado de la zona, la sequía, la marginalización absoluta, y un aislamiento de la zona ocasionaron que los rifeños tuvieran que emigrar a partir de épocas que se remontan al inicio de la colonización francesa de Argelia (1830), cuando un número importante de Rifeños atravesaba la frontera argelina para trabajar en las zonas de Oran, Arzew o Mostaganem. La casi inexistente de infraestructura en las zonas berberófonas del Norte de África se combina con un factor demográfico elevado. Las densidades sobrepasan los 100 habitantes, con sectores que pueden llegar hasta la cifra de 300/400 habitantes/km2. Esta presión demográfica reduce los esfuerzos de desarrollo económico y puede tener un efecto/impacto directo sobre los recursos naturales (agrícolas y entorno natural) y también sobre la relación entre el consumo y la inversión. La presión demográfica aumenta también la tasa de los inactivos y favorece de este modo la emigración. La falta de perspectivas de mejora económica y/o política, desde hace décadas, contribuye a la creación de la convicción de que sólo la emigración podría dar una salida a los problemas de supervivencia. Los proyectos de inmigración forman parte entonces de las alternativas de vida. Se planean y se integran en los proyectos individuales, colectivos o familiares. En general, la implicación de miembros del gobierno del país de origen en redes de inmigración ilegal actúa como factor repulsivo suplementario hacia la propia institucionalidad gubernamental. Así, muchos inmigrantes reprochan a las autoridades marroquíes que favorezcan directa o indirectamente la

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inmigración ilegal. Se expresan abiertamente sospechas de que las mafias de tráfico de personas tengan cómplices claros entre las autoridades del país.

Razones o factores de atracción (Pull-Factors) Estas operan a menudo en el sentido inverso de los factores de expulsión/repulsión, es decir, estabilidad económica, respeto a los derechos humanos y sobre todo condiciones económicas que permiten soñar con un trabajo y, de este modo, tener la perspectiva de un mejor futuro para ellos y sus familias. También pueden influir otros factores como los lazos históricos entre España y sobre todo la parte norte de Marruecos que corresponde a la antigua zona del protectorado español, la proximidad geográfica, en la zona del estrecho —apenas 14 kilómetros separan las dos orillas—, o incluso las facilidades que ofrece el conocimiento del idioma del país de emigración. Un factor suplementario es la percepción que puede tener el candidato a la emigración del propio país de destino. En la actualidad, la existencia de sistemas de comunicaciones muy competitivos y baratos permite, con pocos medios, abrir una ventana hacia los países europeos avanzados y objetos del deseo de emigración. El fenómeno de las parabólicas y su papel es conocido en todos los países norteafricanos. En donde la población tiene con este medio un instrumento que les permite evitar los programas televisivos nacionales, en general poco creíbles debido a la naturaleza política de los regímenes de estos países. Los programas televisivos europeos, fundamentalmente franceses, italianos y españoles, inicialmente entendidos como una opción informativa distinta a la difundida por los medios locales, desempeñan un papel importante en la constitución de una percepción idónea y desde luego incompleta del mundo europeo. Las imágenes que cada día llenan las ilusiones de las familias norteafricanas muestran un patrón de vida agradable, optimis-

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ta, sin preocupaciones y de bienestar que contrasta con las innumerables dificultades de la vida local. En todo caso, la confrontación de las imágenes europeas con la realidad de esa región no deja duda sobre las diferencias en el nivel de vida entre los países de la orilla norte y sur del Mediterráneo. Por consiguiente, es evidente que la aspiración legítima a una vida digna y mejor pueda ser el mayor incentivo para la toma de una decisión de emigración. A menudo estas impresiones se ven confirmadas por la imagen que transmiten los emigrantes que han conseguido dar el salto hacia el otro lado, y una vez legalizada su situación suelen volver a sus lugares de origen con diversos signos exteriores de riqueza (coches, dinero y mejor ropa). Todos estos factores motivan la emigración ilegal (Tilmatine, 2007). El proyecto de emigración individual, familiar o colectiva, se ve con frecuencia influido de manera decisiva por la existencia de una red de apoyo en el momento de fijar un destino. Los miembros de ésta —parientes, amigos o conocidos— actúan como elementos determinantes para la elección de un sitio concreto, por la ayuda que suponen. Esto explica la concentración de grupos con cierta homogeneidad étnica en lugares determinados (por ejemplo la de rifeños de Nador o de Alhucemas, en Vic en la zona de Barcelona, en Bilbao o en Frankfurt, en Alemania). Estas condiciones se potencian aún más en el caso —peculiar de España— de los dos enclaves españoles en el norte de Marruecos, Ceuta y Melilla.

La emigración norteafricana Los países norteafricanos proporcionan, desde hace muchos años, grandes contingentes a la industria y la economía europea. Argelia tiene probablemente la inmigración más antigua, debido a que ésta empezó después de la represión que siguió a la rebelión kabilia de 1871 (Rinn, 1891 y Yacono, 2004).

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La movilización forzada de los argelinos durante la Primera Guerra Mundial aumentó de manera sensible el número de los kabileños en el territorio francés. De los 80 000 argelinos registrados en Francia entre 1914 y 1919, alrededor de 87 por ciento de ellos eran originarios de departamentos kabileños (Khellil, 1994: 12). Esta fuerte presencia se mantuvo hasta la década de 1960, los kabileños constituían todavía 60 por ciento del conjunto de la emigración argelina (Tribalat, 1995: 20). La corriente migratoria aumentó aún más después de la independencia del país en 1962 y llegó a 900 000 personas en 1975, aproximadamente. Dos factores claves revertirán esta tendencia: la decisión argelina de interrumpir la emigración hacia Francia en la década de 1970 así como la política de naturalización francesa con el consiguiente acceso de un gran número de argelinos a la nacionalidad francesa. En 2004, de seis nuevos franceses, tres eran de origen norteafricano.1

La evolución de la inmigración marroquí La presencia de marroquíes en Francia se hace notar más tarde, alrededor de 1945. Como en el caso de Argelia, el número de inmigrantes marroquíes fue aumentando de manera clara después de 1960, y llegó en 2004 a más de 600 000 personas (Borrel, 2006). Los proyectos de inmigración de los marroquíes empezaron a implantarse con la política migratoria europea de las décadas de 1960 y 1970 cuando el desarrollo económico de los países europeos del norte necesitaba una mano de obra suplementaria. Esta situación coincidía con un desequilibrio estructural en Marruecos, entre la presión demográfica y las capacidades de

1 Ministére de l’ emploi, de la cohésion sociale et du logement: “Inmigration et présence étrangeré en France en 2004”. Rapport annuel de la direction de la population et des migrations. Synthése, 8 [ http: //www.travail.gouv.fr / IMG /pdf /rapportimigration2004 synthese.pdf ].

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absorción del mercado laboral que hizo necesaria la elaboración de acuerdos con países de la Comunidad Europea como Alemania (1961), Francia (1963), Bélgica (1964) y Holanda (1969), para el reclutamiento de trabajadores marroquíes. En el periodo de 1969-1974 se alcanza una fase de explosión migratoria. En una tercera fase (de 1975 hasta la década de 1980) se confirma la estabilidad de la comunidad rifeña expatriada en los países del norte de Europa y, sobre todo, el carácter definitivo de su implantación en Europa. En esta época empieza a darse un fenómeno de reagrupación familiar que produce un efecto estabilizador en dicha inmigración en los países de acogida. El colectivo de los marroquíes que viven en el extranjero se convierte rápidamente en un factor clave de la estabilidad económica y política del país de origen. Sin embargo, se resisten los gobiernos europeos a enterrar el mito del retorno en los países de origen. También en el caso de Marruecos, las zonas berberófonas —en general zonas de montañas y de escasos recursos económicos— aportan la proporción mayoritaria de la inmigración. El norte de Marruecos, principalmente las ciudades de Nador y de Alhucemas encabezan los movimientos (Belguendouz, 1993: 13). A finales de la década de 1980 e inicio de 1990, la comunidad rifeña expatriada en el norte de Europa es más diversificada. Conviven jóvenes de la segunda generación, se reequilibra la estructura de la distribución por sexo y se encuentra empleada en su mayoría en el sector terciario. La intensificación de los flujos migratorios choca con un mercado de trabajo, el cual paulatinamente se saturó y por consiguiente fue incapaz de asimilar los nuevos grupos al contrario de lo que sucedía en la década de 1970. Pero la economía no ha cambiado mucho en los países de origen. El Norte de Marruecos sigue dependiendo de una agricultura relativamente pobre y de actividades ligadas al comercio paralelo con Melilla o Ceuta, los dos enclaves españoles en el territorio marroquí. La población que se encuentra desde dé-

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cadas atrás volcada al exterior sigue con sus proyectos de emigración como alternativa a la falta de progresar en su país.

Marroquíes en España La aparición de España como nuevo miembro de la Unión Europea, y sus perspectivas de desarrollo económico transformaron rápidamente al país en una alternativa migratoria. Según los datos del inse2 el número total de marroquíes empadronados en España en 2008 alcanza la cantidad de 644 688. La evolución de esta inmigración desde la implantación del visado en 1991 con 30 000 personas (López García, 2004: 214), se hace patente a partir del 2000 a la vista de los números siguientes: Año 2000 2001 2004 2005 2007    20084

Total población no española 923 879 1 370 657 3 034 326 3 730 610 4 519 554 5 220 577

Total marroquíes

> 236 517 > 299 907 > 474 523 >    557 2193 > 621 295 > 644 688

Las estadísticas confirman que la mayor parte de la inmigración marroquí en Europa (Holanda, Otten y De Ruiter, 1993; Alemania, Tilmatine, 1994) es de lengua amazige.5 Situación 2 http://www.ine.es. Población por país de nacimiento, nacionalidad y sexo. Datos a nivel nacional. 3 De un total de 774 240 africanos. 4 Avance del Padrón a 1 de enero de 2008: Población por país de nacimiento, nacionalidad y sexo (ine). 5 El término amazige es un neologismo en idiomas europeos propuesto desde la uca en sustitución del más común pero —sobre todo en los países de origen— indeseado bereber. Las bases y discusión de esta propuesta y bibliografía sobre el tema pueden verse en M. Tilmatine (1998-1999). A continuación se utilizaran indistintamente los dos términos. Véase para el idioma alemán M. Tilmatine (1995). Por lo que respecta al uso de la palabra “ama-

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que se reproduce también en el nuevo país de inmigración: España (Martín Muñoz, 2003: 47), si bien se puede observar en los últimos años que dicha procedencia se ha ampliado y extendido a otras zonas y grandes ciudades de Marruecos.

Identidad y lengua materna La comunidad amazige no aparece como tal en las estadísticas, ni en documentos oficiales —se desvanece como grupo especifico—.6 De hecho, para los Estados, las instituciones e incluso para el imaginario social español y europeo, los bereberes son identificados en parámetros más generales de definición identitaria tales como “musulmán”, “árabe”, “magrebí”, “norteafricano”, “moro”, o en el mejor de los casos, “marroquí” y “argelino”. En el ámbito de la educación, esta situación tiene como consecuencia directa que en los países europeos donde viven comunidades importantes de amazigófonos se den, en el marco de los llamados cursos de lengua y cultura de origen (elco),7 clases de lengua árabe, en su versión clásica (Tilmatine, 1997). Esto con la supuesta finalidad de ayudar al niño en el proceso de integración escolar y social en general. Esta situación también puede observarse —hasta ahora— en todo el conjunto del Estado español, con la excepción notable de Cataluña, como se explicará posteriormente.

zigh” en francés, véase A. Boukous, 1994, p. 11. Sin embargo, está claro que la verdadera extensión del uso de la palabra se hace independientemente de estas propuestas en el marco del trabajo cotidiano de las asociaciones y otros agentes culturales. 6 Es interesante apuntar en este marco que los participantes en la manifestación del domingo 26 de mayo de 2002 en Barcelona, organizada por la asociación de los indocumentados, llevaban por primera vez pancartas escritas en el alfabeto amazige tifinagh, subrayando así su voluntad de ser identificados con su verdadera lengua y cultura. 7 En adelante elco.

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El amazige, lengua sin Estado, no existe oficialmente para los países de acogida que, por imperativos de realpolitik, toman en consideración para atender este problema la posición de los Estados de origen; en este caso, Marruecos, que les manda los profesores de árabe. Se reflejan así las posiciones ideológicas oficiales de los países de origen que tampoco reconocen esta lengua y cultura autóctona del África del norte. Sin embargo, la existencia y el desarrollo de un movimiento reivindicativo amazige en la Kabilia argelina y que se refuerza cada vez más en Marruecos, tiene sus efectos también en la diáspora amazige en Europa (Tilmatine, 2004). Tanto en los países de origen como en los de acogida, el desarrollo de las reivindicaciones se hace a través de una red cada vez más densa de asociaciones y militantes amaziges que descubren su función de intermediarios entre el grupo y la sociedad que los recibe. Contribuyen a menudo mediante una labor educativa a la divulgación de valores humanos de ciudadanía moderna y también a la revitalización de una conciencia amazige y así al fortalecimiento del movimiento asociativo. Sus principales objetivos se plantean desde una perspectiva europea apoyándose en instrumentos legales que les otorga dicha sociedad.

De ese modo nació, por ejemplo, una Coordination des Berbères de France8 en el 2002. En su primer congreso del 18 y 19 de diciembre de 2004 cerca de París bajo el lema: “Un enjeu d´egalité et de cohésion sociale et nationale dans une France plurielle”, los Franco-Berbères aparecen como ciudadanos franceses que se comprometen en la vida pública y contribuyen a la cohesión social. Entre sus objetivos se citan la reapropiación de los valores de la civilización amazige y su reinterpretación en favor de una integración republicana armoniosa. Defi-

8 http://www.cbf.fr/sommaire_leger.php3; http://cbf.fr/article_leger.php3?id_ article=293

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nen sus principios como eminentemente laicos inscritos en los principios de los Derechos Humanos. Con el cambio generacional, la comunidad amazige se está transformando en el instrumento de renovación y de organización de una nueva identidad que reivindica la inscripción de la dimensión amazige como parte integrante del patrimonio intercultural francés, contribuyendo así de manera sustancial al debate sobre el llamado “modelo republicano de integración francés”. Favorecer y apoyar estas tendencias serviría probablemente para evitar la deriva extremista —sobre todo islamista— tal como se ha visto últimamente en Holanda y Alemania. Ésta es favorecida por el vacío político debido al desinterés de las autoridades por estas comunidades, porque son consideradas hasta ahora como un “elemento exterior” a la sociedad de acogida. En el contexto europeo actual, convendría analizar estas experiencias. A pesar de la diferencia de situaciones es indudable que ayudaría en la búsqueda de soluciones duraderas, justas y sobre todo respetuosas de la diversidad que caracteriza también a la sociedad española. En el ámbito institucional, estamos poco a poco saliendo de aquellos tiempos de mistificación con respecto al reconocimiento de la lengua y cultura de origen (Tilmatine, 1997) para entrar en una fase de tímido avance que se traduce, en algunos países europeos, en un inicio de reconocimiento institucional, pero casi en ningún caso se plantea de manera verdadera como un cambio radical de la currícula para propiciar una mejor integración de los alumnos.

La lengua materna como lugar de construcción identitaria En general, la importancia de la consolidación de la lengua materna en el desarrollo de la personalidad del niño, en la estructuración de su identidad y de su equilibrio psíquico, en el proceso de aprendizaje, es un hecho reconocido por los especialistas.

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Tampoco parece difícil imaginar que se deba demostrar la interdependencia entre estos factores y una buena integración. El idioma materno amazige también es —como todos los demás— de máxima importancia para facilitar el aprendizaje de otros idiomas, sin olvidar personas bi o multilingües pueden tener un importante papel en la sociedad.9 Argumentos que se basan en amplias investigaciones las cuales se encuentran en una base de datos de Finlandia llamada nordbas, confirman la importancia del idioma materno en la infancia y en la escuela.10 Entonces, ¿por qué negar a estos hijos de inmigrantes lo que es válido para los hijos de los autóctonos, es decir, la enseñanza del idioma materno? ¿Por qué se rechaza en algunos países algo que se permite en otros? ¿Sería por el principio de igualdad debido al supuesto gran número de nacionalidades, de lenguas y culturas representadas en la escuela? Si fuera éste el argumento, entonces se podría al menos aplicar este principio a los casos en los cuales “hijos de inmigrantes” constituyen bloques muy numerosos. En Alemania, por ejemplo, a partir de 10 o 12 personas, según las zonas, se toma en cuenta su lengua materna. Pero además, existe el caso de Melilla (rifeño) y de Ceuta (árabe dialectal), donde el alumno de lengua no española puede ser mayoritario respecto al total de alumnos. El pretendido principio de igualdad se pone aquí en evidencia.

¿Lengua materna o lengua del Estado? La lengua materna acompaña al niño desde que empieza a hablar hasta la escolarización. Está presente en sus primeros pa9 Los resultados de distintas investigaciones en Suecia, dentro del “Plan de estudios para la educación infantil”, demuestran que un niño que recibe apoyo cultural y lingüístico en su idioma materno desde muy temprana edad, tendrá más facilidades en la escuela. Muchas veces interviene también como puente entre el lenguaje de la enseñanza infantil y el idioma del hogar [http://modersmal.skolverket.se]. 10 http://nifnt1.nifin.helsinki.fi/nordnew/select.asp?lang=engelska

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sos en la vida y en el desarrollo progresivo de su personalidad. Las primeras palabras de este niño serán escuchadas en la mayor parte de las familias con admiración; se repiten con orgullo. El niño recibe halagos y un cierto reconocimiento. Con la lengua como base se relaciona con su entorno y las personas que lo rodean. Al mismo tiempo que su dominio de la lengua va consolidando sus movimientos y sus comportamientos. Se establece una relación íntima entre la primera lengua y el equilibrio psíquico del niño. Éste se verá, sin embargo, amenazado en el momento en que se establezca el primer contacto con la escuela, la guardería o el jardín de infancia. De repente, el niño se encuentra frente a una situación radicalmente diferente. No encontrará el mismo reconocimiento, no recibirá los mismos halagos. Tendrá que comunicarse en otra lengua y se dará cuenta de que la suya no desempeña ningún papel en la escuela. Podrá vivir esta situación como el hundimiento de un edificio psíquico, un choque, en la medida que sus capacidades no serán utilizadas ni siquiera reconocidas. Será tratado como un niño sin voz, que no dice ni comprende nada. Huérfano de lengua, corre el riesgo —al final— de perder autoestima y reaccionará, en algunos casos, con un repliegue en sí mismo o un comportamiento agresivo. Los niños que gozan del beneficio de tener lenguas maternas reconocidas, con fuerte carga simbólica, incluso prestigiosas, como el inglés o el francés, no parecen tener que luchar con las mismas dificultades. Por el contrario, los hijos de inmigrantes con lenguas no reconocidas dependen de conceptos o de programas pedagógicos que tienen en cuenta su verdadera lengua materna, sobre todo en los primeros años de escolarización, tienden a desarrollar su capacidad en esta lengua. Sin embargo, los países que proponen una enseñanza de la lengua y cultura de origen (elco), lo hacen sin pensar previamente en estudios de tipo sociolingüístico de las diferentes comunidades para poder responder con precisión a preguntas del tipo ¿Cómo enseñar una cultura?, ¿Cómo evitar que la enseñan-

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za de la lengua extranjera no tenga connotaciones negativas por el hecho de ser considerada una cultura inmigrada infravalorada? ¿Cómo evitar, por ejemplo, el riesgo de ghetoización o incluso de segregación? Además de este tipo de problemas, ya conocidos y que explican en parte el fracaso de la elco, hay que tomar en cuenta que no se da la importancia necesaria a otra dificultad específica. Los países de acogida se conforman —en lo que respecta a los países norteafricanos— con los esquemas explicativos de dichos países, ajustándose a los datos oficiales que proponen en sus materiales didácticos y a unos contenidos culturales limitados sólo a los parámetros de la araboislamidad, con el árabe como única lengua oficial, es decir, como lengua materna de los niños procedentes de estos países. A primera vista, los gobiernos de los países de acogida sólo tienen ventajas. Esta posición les permite no herir la susceptibilidad política de los lugares de origen, liberarse de su responsabilidad delegando todos los inconvenientes que implica esta enseñanza y, finalmente, ahorrándose en parte los gastos que conllevaría el cargo de la elco. Una visión muy limitada puesto que estos niños son o serán españoles, franceses o alemanes. Si falla la integración, son estos países quienes tendrán que asumir los gastos correspondientes, no los de origen. También es importante sumar a lo anterior que no hay una convergencia de intereses de las diferentes partes: los padres ven la preservación del Islam como uno de los objetivos principales de la elco y por eso quieren que se enseñe el árabe clásico, lengua por excelencia de dicha religión. Los profesores y los pedagogos, en general, perciben objetivos lingüísticos (mejora del handicap de la lengua), las administraciones apuntan a la integración, mientras que los propios niños piensan sobre todo en objetivos prácticos. Por estas razones, tanto los gobiernos norteafricanos como los países de acogida en Europa consideran que la lengua de origen o materna sería naturalmente el árabe clásico (o estándar).

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Entonces, el problema es de orden político e ideológico debido a que se trata de una revisión de la acepción lengua materna y de su reconocimiento oficial en África del Norte y en los países de acogida. También habría que revisar la actitud que considera casi sistemáticamente el árabe como lengua materna de los marroquíes y por lo tanto como postulado y base de trabajo. Las consecuencias pueden ser catastróficas debido a que en los países europeos donde se dan clases de lengua y cultura de origen, se les enseña también árabe clásico a niños de lengua materna amazige (bereber) reflejando así una situación absurda que recuerda la de los países de origen, donde los niños escriben una lengua que no hablan (el árabe clásico) y hablan una lengua que no escriben porque no es reconocida oficialmente (el amazige o el árabe dialectal).

Pequeños pasos hacia un reconocimiento En los últimos años y con la presión originada por el auge del movimiento reivindicativo amazige se están dando algunos signos de reconocimiento. Incluso en países lejanos, pero abiertos a las lenguas minoritarias como Canadá, en donde esta lengua y cultura goza de cierta aceptación reconocimiento, ya que está codificado por el Ministerio de la Educación de Ontario desde noviembre de 2001 para facilitar su enseñanza a quienes desean estudiarla en todo el país.11

11 Por el momento existen dos clases en Ottawa, una en el nivel de primaria (de 4 a 12 años) y otra en el de secundaria (a partir de 13 años, abierta también para adultos). Dicha enseñanza está gestionada por the Department of International Languages, Institución que depende del Ottawa-Carleton School Board, un Consejo Escolar de Ottawa-Carleton, instancia responsable de la Educación pública en Ottawa y su región, que depende directamente del Ministerio de la Educación de Ontario.

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En los países de origen La región movilizadora de estas reivindicaciones es la Kabilia en Argelia. Desde hace más de 22 años pide el reconocimiento del amazige como lengua nacional y oficial. El estatuto de lengua nacional votado por las dos cámaras del parlamento argelino en abril de 2002 —aunque todavía su alcance más bien es simbólico— ha necesitado más de un año de sangrientos enfrentamientos con las fuerzas de la policía y de la gendarmería argelinas que han causado hasta la fecha la muerte de 115 jóvenes, miles de heridos y centenares de presos kabilios. Además se organizó un boicoteo general de un año en el sistema escolar de toda la región hasta la creación de una institución encargada de la introducción del amazige en las escuelas: el Alto Comisariado a la Amazigidad (“Haut Commissariat à l´Amazighité”) así como de una especialidad de estudios amaziges en las dos universidades kabilias de Tizi-Ouzou y de Bugía (1990 y 1991 respectivamente). Marruecos vivió una situación similar. El 17 de octubre de 2001, en Ajdir, provincia de Khénifra, el Rey firmaba un Dahir que da pie a la fundación del Instituto Real de la cultura amazige (ircam) con la misma misión: enseñar el amazige en la escuela. A pesar de las críticas, fundamentalmente por parte de la militancia amazige, la creación de estas dos instituciones contribuyó parcialmente, por lo menos, a disminuir la estigmatización de la cuestión amazige en estos dos países. Francia Debido a la importancia y la profundidad histórica de la inmigración norteafricana en Francia, principalmente argelina, claro que este país ha avanzado en la reflexión sobre la integración de las comunidades berberófonas. Los últimos años se han producido pequeños avances en este sentido. La firma del 7 de mayo de 1999 por Francia de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias del 05.11.1992 parece abrir nuevas

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perspectivas para un posible reconocimiento del amazige como lengua de Francia. De hecho, al reconocer la existencia de lenguas sin territorio, el documento ha puesto el dedo en la llaga de la realidad lingüística francesa que transciende la de lenguas regionales. De modo que Francia no puede evitar el debate sobre el papel de ciertas lenguas importantes de la inmigración como el amazige, para el cual algunos investigadores reclamaban desde hacía tiempo un estatuto como “lengua de Francia” (Chaker, 1997: 29). Una posición apoyada actualmente por el profesor Bernard Cerquiglini, encargado por el propio gobierno francés de elaborar el inventario de las lenguas de Francia. El lingüista, que prefiere el término de lenguas históricas, a lenguas sin territorios, sigue haciendo una lectura más flexible y diversificada de la realidad lingüística francesa. Para el autor del informe sobre las lenguas regionales y minoritarias de Francia, el hecho de que cierto número de franceses hayan siempre hablado el árabe o el amazige, o sea, otro idioma distinto al francés sin dejar nunca de ser franceses y que éstos hayan decidido en un momento determinado, por razones históricas o políticas, instalarse en Francia provoca una situación que cuadra perfectamente con los conceptos de lenguas regionales o de minorías. El profesor Cerquiglini recuerda, además, que el amazige no está protegido en ningún país. Este idioma incluso está amenazado y no se puede comparar por eso con otros idiomas de la inmigración francesa como el italiano, el chino o el portugués que gozan de un estatuto de lengua nacional y oficial en sus respectivos países de origen y son enseñadas como lenguas extranjeras en Francia.12 Esto no significa, por supuesto, que nos encontremos ante un inminente reconocimiento del amazige. La negativa rotunda del Consejo Constitucional francés13 de dar su consentimiento 12 Cfr. por ejemplo el periódico francés Libération del 5 de julio de 1999 que dedica un dossier a este tema [www.liberation.fr/languesregio]. 13 Decisión nº 99-412DC del 15 de junio de 1999.

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para ratificar el tratado, al considerar que la carta europea de lenguas regionales contiene cláusulas contrarias a la constitución, tuvo como consecuencia un frenazo al ímpetu de los observadores más optimistas. La batalla por el reconocimiento oficial de la lengua amazige está todavía lejos de conseguir una victoria. Sin embargo, las perspectivas de una mejora de la situación del amazige en Francia nunca han sido tan buenas, sobre todo porque la lucha para la ratificación de la carta europea parece movilizar grupos minoritarios (vascos, occitanos, bretones y corsos) apoyados por diversas personalidades y asociaciones amaziges.14 De cualquier modo, un reconocimiento del amazige no se puede conseguir sin un cambio en la relación de fuerzas. Es decir, todo movimiento en la posición del gobierno al respecto pasa necesariamente por una presión muy fuerte, lo que, a su vez, supone un refuerzo importante del movimiento amazige, una cohesión más clara de sus posiciones y principalmente una presencia mucho más activa en el escenario público y político francés y en general europeo. Un asunto que parece ahora claro para varias asociaciones que intentan —pese a rivalidades internas— trabajar en este sentido. Una clara señal de la progresiva visibilización del movimiento amazige en Francia fue el anuncio hecho por el Ministerio de Educación Nacional francés, el 13 de febrero del 2002, después de un encuentro con representantes de asociaciones culturales amaziges en el cual su ministerio se comprometía a asegurar clases de amazige para los colegios públicos. Hasta ahora, casi 2 000 candidatos que elegían cada año esta lengua en el bachillerato no disponían de ninguna clase de preparación. Tenían que recurrir a formaciones propuestas fuera de los colegios por asociaciones amaziges. 14 Véase, por ejemplo, el llamamiento-petición: “Pour que vivent nos langues” iniciado por la asociación que lleva el mismo nombre (46, rue Branda, 29 200 Brest).

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Según André Hussenet, director adjunto del gabinete de Jack Lang, anunció en 2002 la incorporación de berberófonos así como otros profesores que dominan el idioma amazige. «L›objectif est de faire en sorte que des élèves qui parlent une langue dans un cadre familial valorisent leurs compétences à l›école» (Le Monde, 16 de febrero de 2002). Esta noticia constituye, sin ninguna duda, una prueba de que la estructuración de la comunidad amazige, su protagonismo, así como el haz lingüístico amazige en Francia de manera más general, cada vez se vuelven más visibles (Tilmatine, 2000/2001). El compromiso creciente de las asociaciones ubicadas en Francia se refleja en la promoción de la enseñanza de la lengua amazige en el ámbito de la inmigración. Plantean de este modo la cuestión de la lengua de los inmigrantes como una de las lenguas amazige en uso en este país.15 Holanda Menos espectacular pero mucho más efectiva es la presencia de la comunidad amazige en Holanda, donde los amazigófonos disponen de muchas posibilidades para poder comunicarse en su idioma materno gracias a la presencia de traductores en varios servicios sociales o públicos como en hospitales, correos, ayuntamientos, emisoras de radio, etcétera (Otten y Ruiter, 1993). En estas condiciones no es difícil imaginar que decisiones similares, que tengan en cuenta el factor amazige en el desarrollo de la política de integración, vayan a tomarse también en otras zonas o países de Europa.

15 Por cierto, este caso en Francia no prueba el fenómeno de transición intergeneracional tipo que preveían la desaparición completa de lenguas y culturas al pasar algunas generaciones (Giles, Bourhis y Taylor, 1997).

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España En España es claro que la situación es diferente de la que encontramos en los países con una larga tradición de inmigración. La creación progresiva de asociaciones, sobre todo en provincias con una alta tasa de la población inmigrante, aparece más bien como una realidad emergente. Dicho con otras palabras, la comunidad amazige —como varios otros grupos de inmigrantes— vive en paralelo, a veces, incluso al margen de la sociedad de acogida. Esta observación, que es válida de manera diferenciada para todos los países del norte de Europa, lo es aún más en un país como España. Las razones son varias: la presencia relativamente reciente de la comunidad amazige en el territorio español, una imagen negativa, así como un rechazo social persistente en el imaginario de las poblaciones locales, una situación administrativa que hace de muchos de ellos unos sin papeles, la inseguridad y la inestabilidad de una comunidad todavía poco enraizada socialmente y, por consiguiente, su ausencia casi completa del escenario político o cultural de España, etcétera. Sin embargo, también hay una cierta evolución que permite prever que de manera paulatina las cosas pueden evolucionar hacia el inicio de un proceso de reconocimiento por parte de las instituciones españolas. También en la actualidad existen asociaciones culturales amaziges en algunas ciudades como Bilbao, Granada, Almería, Madrid y, sobre todo, Barcelona. De la misma manera, varias iniciativas han sido tomadas en la Comunidad Autónoma de Andalucía para mejorar la aproximación a estos problemas. Tanto la investigación como las instituciones parecen haber asimilado la importancia de crear los medios necesarios para estudiarlos a fondo. Andalucía Así, en el ámbito de Andalucía, el marco iniciado por los seminarios acerca de la inmigración puede constituir un foro positi-

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vo y productivo. De hecho, este interés por la inmigración se refleja en el Plan Andaluz de Educación de Inmigrantes que prevé en su 2a edición actualizada en el cuarto objetivo “facilitar el aprendizaje de la lengua materna para que el alumnado no pierda su cultura de origen”. Las medidas previstas para cumplir con este objetivo son los siguientes: 1. Apoyo a programas para el aprendizaje y desarrollo de la lengua y cultura materna. 2. Elaboración de materiales didácticos para la enseñanza de la lengua materna del alumnado inmigrante.

3. Gestión ante los países de origen para que faciliten profesores con el fin de que los alumnos hijos de inmigrantes tengan un buen dominio de su lengua y cultura materna y para que el resto de los estudiantes tengan la opción de aprenderlas.16 ¿Co-oficialidad en Melilla? Está claro que ni la historia ni el número de inmigrantes de lengua amazige permiten equiparar la situación de España con la de Francia, donde, como se ha visto, se pide el reconocimiento del amazige como lengua de Francia. Pero, por un lado, un reconocimiento no tiene por qué significar siempre otorgar un estatuto de lengua del Estado. Hay varias formas y maneras de valorizar la lengua y la cultura de una comunidad determinada del país. Por otro lado, si nos referimos a una ciudad española como Melilla, donde se estima que alrededor de la mitad de la población habla la lengua amazige, entonces cambian completamente los datos y los criterios.

16  Falta subrayar que el punto 3, difícilmente en el caso del alumnado bereber, es realizable si se tiene en cuenta que los países de origen no sólo no reconocen este idioma como tal, sino que además persiguen a los defensores de la lengua y cultura amaziges.

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En este caso, estamos frente a una situación que respondería perfectamente al espíritu de la carta europea de las lenguas regionales y minoritarias de 1992. También se puede comparar la situación de ciudadanos como los vascos, los gallegos, los valencianos o los catalanes a los melillenses de lengua amazige. ¿Cómo explicar esta segregación sabiendo que un gran número de partidos políticos y de asociaciones culturales amaziges17 habían pedido en 1994, con ocasión de la discusión del estatuto de autonomía de la ciudad de Melilla, un estatuto de co-oficialidad para el amazige? Esta solicitud ha sido reiterada otra vez en septiembre de 2004 para pedir la co-oficialidad del amazige en Melilla, lengua hablada por 40 por ciento de la población local. Con excepción de los partidos llamados constitucionalistas, Partido Popular (pp) y Partido Socialista Obrero Español (psoe), siete partidos han apoyado esta petición. ¿Cómo se puede a la larga denegar a una parte de la población lo que se le da a otra parte del país? ¿Cómo refutar que se mide aquí claramente con distintos raseros? Cataluña Se puede suponer que las reivindicaciones amaziges tienen mejor recepción en Cataluña debido a una historia y sensibilidad específicas para cuestiones de minorías, y también a cierta experiencia en políticas de integración de poblaciones de inmigrantes de origen distinto. Un acontecimiento importante —aunque de alcance simbó­ lico— en el sentido de un reconocimiento progresivo de esta ­lengua y cultura en el Estado español proviene del parlamento ­catalán que ha adoptado —como único gobierno europeo— una re­solución de apoyo a la identidad, la lengua y la cultura amazige.

17 Se trata de los partidos políticos: Izquierda Unida, Partido Independiente Hispano-Bereber, Coalición por Melilla, Vértice Socialista, Democracia Socialista, así como las asociaciones culturales Comisión Islámica, Amigos del Tamazight, Asociación Cultural Tarifasht, Comunidad Musulmana.

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El texto de la resolución publicado en el Butlletí oficial del Parlament de Catalunya del 22 de abril de 2002, manifiesta su “rechazo de la represión indiscriminada contra la población de la Kabilia argelina así como su apoyo a la reivindicación del respeto de la identidad, de la lengua y de la cultura del pueblo amazige en el Norte de África”. La resolución pide al gobierno del Estado que “introduzca en las negociaciones bilaterales con los gobiernos del Norte de África el respeto de todos los derechos humanos y en especial los que se refieren al derecho a la identidad amazige”, pero sobre todo “promover en el marco educativo la enseñanza del amazige en el mismo nivel que las demás lenguas de la nueva inmigración y proponer la incorporación experimental del estudio de la lengua y del pueblo amazige entre las opciones académicas de la oferta universitaria”. En abril de 2005, se celebró la IV Primavera Amazige de Barcelona, debido a la aplicación de un programa del Amazige. El Departamento de educación se comprometió a proporcionar una experiencia de enseñanza del amazige en algunas escuelas catalanas. Entre 2006 y 2007, la experiencia se extiende a ocho escuelas en el ámbito de Cataluña. Otro factor destacable en este sentido es la decisión de creación de un Observatorio Catalán de la Lengua Amazige (ocla) desde noviembre de 2007 como resultado de un convenio de cooperación entre las universidades de Cádiz, de Barcelona y la Generalitat de Cataluña a través de la “Casa de las Lenguas–Linguamón”.18

Un verdadero reto social y de la civilización Todos estos acontecimientos demuestran que se necesita movimiento en la situación actual. En los diversos ejemplos, existen varias soluciones y aproximaciones a estos problemas.

18 http://www.linguamon.cat/ocla

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Hemos visto a causa de la importancia de la enseñanza de la lengua materna en la integración escolar y social de los niños que varios países empezaron a promover el uso del amazige en varios ámbitos sociales, así como en la escuela o la universidad. Sin embargo, me parece que lo más interesante, es el movimiento que se está produciendo con respecto a la aproximación misma de esta problemática. Un avance importante, en este sentido, es la publicación de la Carta europea de lenguas minoritarias, que en el artículo uno introduce el concepto de “Lenguas sin territorios” para definir lenguas habladas en un Estado europeo pero que no están relacionadas con un espacio geográfico específico. A partir del debate sobre las lenguas de Francia, se ha conseguido el avance más significativo en 1998 con la recomendación de considerar a la lengua amazige como “lengua de Francia”. El Mediador de la República recoge, en su informe al Presidente de la República esta petición y recomienda la enseñanza de las lenguas non estatales como el amazige y el kurdo, prefiriendo hablar en estos casos de lenguas históricas. También es interesante que tanto la Carta europea de las lenguas minoritarias como las posiciones de los informes institucionales apuestan por una política de protección de idiomas minoritarios en peligro de desaparición y no gozan de ningún reconocimiento oficial en ningún sitio o país, tal es el caso del amazige o del kurdo. Este matiz distingue la situación del amazige del árabe, por ejemplo, o del turco, también idiomas de grandes comunidades de inmigrantes en Europa, porque estos idiomas sí gozan de la protección de los Estados además de su enseñanza a nivel escolar y universitario. La importancia de estos acontecimientos reside en que se podría abrir de este modo la vía a un camino que debería llevar nada menos que a un posible reconocimiento del amazige como una lengua de Europa. En este sentido, la situación en Melilla reúne las mejores condiciones. Es difícil llegar a otra conclusión puesto que 40 por ciento de los Melillenses son ciudadanos españoles que ha-

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blan el amazige. Es interesante notar a este efecto que la Unión Europea recoge este dato en su informe sobre las lenguas minoritarias de Europa, llamado the Euromosaic Study que incluye la lengua “tamazight”, el amazige. Sin embargo, este informe concluye con un diagnóstico negativo de la situación de esta lengua.19 A la luz de estos datos y a la espera de decisiones políticas a este efecto, se recomienda de manera persistente que las autoridades de los distintos gobiernos dentro del Estado español — especialmente en las zonas de fuerte implantación de inmigrantes— reflexionen con seriedad la cuestión, sus consecuencias tanto a nivel pedagógico, didáctico y social.

Equiparar los derechos De manera más general, el conjunto del Estado español necesita cambiar radicalmente en la aproximación que se ha tenido hasta ahora de la inmigración. La situación de la enseñanza de la lengua materna sólo comprende una parte del problema. En este orden, es necesario considerar una cuestión fundamental que nunca se plantea de manera seria: reflexionar las posibilidades de cambiar el sistema —o sea la escuela— para adaptarla a las nuevas realidades sociológicas y demográficas del país, en lugar de seguir 19 “Tamazight is in a fraught situation. The absence of an institutional and official presence, of the means of social reproduction of the language (education, mass media) and the lack of a solid network of local cultural associations that could use Tamazight and bolster its position within the community mean that its survival is in jeopardy. In addition, mention must be made of the language’s total lack of prestige in the business world. The presence of a large number of Berbers in the areas close to the town has done nothing to improve the situation, because the Berbers are in a precarious situation wherever they live (no schools, no mass media, no official recognition of their language, etc. The only factor in favour of Tamazight is the fact that families are still passing on the language to their children”. Cfr. http://europa.eu.int/ comm/education/policies/lang/ languages/langmin/euromosaic/es4_en. html

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pensando en vanos caminos para adaptar el nivel del alumno

extranjero a una ─histórica─ realidad. Por otro lado, el fuerte aumento de la población extranjera en España ha convertido la inmigración en un argumento de especulación política. La aproximación a estas cuestiones está dominada por el debate sobre los llamados sin papeles, lo cual desvía los discursos hacia temas como la inseguridad y la criminalidad, fácilmente asociadas a la inmigración. Estas condiciones no facilitan, por supuesto, el debate sobre los derechos de esta población, todavía percibida como un cuerpo extraño o, incluso, como una malformación de la sociedad. Tanto en el ámbito político como también sociocultural no parece que se pueda todavía hablar de una disposición a reconocer la diversidad de la sociedad española. Queda aún mucho camino por recorrer. Por consiguiente, parecería ingenuo o quizás irrealista pedir en el ambiente político actual que se trate a los inmigrantes como parte integra de la sociedad de acogida con los deberes pero también con los mismos derechos que los autóctonos.

¿Cambiar de chip? [...] chaque culture particulière fait raisonner quelque chose de l’universel, sans qu’aucune ne puisse prétendre seule à l’universalité. Hannah Arendt

El primer paso, en el sentido de un verdadero cambio, sería, por consiguiente, dejar de identificar al inmigrante como a un inmigrante, es decir como a alguien de fuera, que está de manera provisional. Recordamos que los alemanes y los holandeses utilizan la palabra Gastarbeiter/Gastarbeider, literalmente trabajador invitado para hablar de los inmigrantes. Una cosa que parece anodina pero que nadie se pregunta: ¿Hasta cuándo se considera a un inmigrante como inmigrante?

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¿Diez, quince, veinte años? ¿Toda su vida? ¿Entonces, será que uno nace inmigrante o que de algún modo lleva en sí un pecado de origen? En un Estado de derecho debe prevalecer la misma justicia para todos, inmigrantes y nativos. El inmigrante tendría que desaparecer como concepto de duración indeterminada puesto que una vez que su situación administrativa se arregle se debería transformar en un miembro como cualquiera de la sociedad. Entonces es absolutamente necesario reorientar el debate hacia la equiparación de derechos entre (los actuales) extranjeros y autóctonos tanto en los ámbitos sociales, culturales como políticos y empezar a reconocer a los inmigrantes simplemente como ciudadanos a quienes se debe apoyar en su aspiración de formar parte de la sociedad civil y de participar con plenitud en la vida social y política del país. Dicho de otra manera, cambiar la idea según la cuál la integración de un extranjero significaría formatearlo hasta que se parezca lo más posible a un autóctono. Los mismos derechos. Esto significaría no sólo el derecho a enseñar la lengua materna del niño, sino también tomar las medidas necesarias para evitar que su idioma materno se convierta, precisamente en el colegio, en algo amenazante tanto para el propio alumno como para su entorno. Reconciliar al estudiante con la lengua y la cultura de sus padres debería constituir un objetivo prioritario en las aulas. Para conseguir una coexistencia armoniosa sin desembocar en el enfrentamiento, son necesarias nuevas leyes que consagren la igualdad de todos en todo. Estos pasos no se pueden concretar objetivamente sin una política consecuente de naturalización. La integración no es únicamente de carácter político, conlleva además aspectos culturales y lingüísticos. Préstese atención a que el debate sobre la integración cultural casi siempre se reduce a la religión. Estos modelos no deberían significar borrar toda especificidad de los varios colectivos que pueden convivir en un país determinado.

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Finalmente, se debe apostar de manera decidida por un pacto social basado en valores universales como los derechos humanos, la laicidad, el pluralismo político y cultural, y de manera más general, las libertades públicas, individuales y colectivas. Una apuesta por la ciudadanía, para todos.

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