Identidad argentina e identidad porteña en Buenos Airesitos de Pipo Pescador

August 30, 2017 | Autor: Carmela Fischer Díaz | Categoría: Identidad
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Descripción

Identidad porteña e identidad argentina en Buenos Airesitos de Pipo
Pescador
Carmela Fischer Díaz[1]
Universidad de Castilla-La Mancha

Resumen

El libro Buenos Airesitos es un recorrido por Buenos Aires, en el
que Pipo Pescador narra la ciudad con una mirada poética,
asombrada y divertida. Esta lógica del paseo, del flâneur que
camina y reflexiona sobre aquello que los demás solo se limitan a
utilizar, es la misma que propone Pipo Pescador a los niños y a
los padres.
La escritura sobre Buenos Aires adquiere la forma de un
palimpsesto, porque la ciudad cambia constantemente. Esta
metamorfosis queda inscrita en el texto que, de la primera edición
(1990) a la segunda (2007) incorpora nuevas semblanzas y despliega
un tono más incisivo e irónico.
"Este es un libro de amor dedicado a Buenos Airesitos. (...) No
esperés encontrar todas las fuentes, los edificios, las plazas y
las calles, porque son tantos, que sólo cabrían en un libro
infinito; un libro-planta al que constantemente le crecieran hojas
nuevas. Vos mismo podrías continuar escribiendo esta obra..."
enuncia desde el prólogo el autor, sentando las bases de una obra
colectiva.
Dentro de este V Congreso, creemos interesante analizar esta
propuesta de literatura infantil latinoamericana, como exponente
de una escritura actual de la identidad argentina.



Palabras clave

ciudad, porteño, identidad, costumbres, escritura, participación



Abstract

The book entitled Buenos Airesitos is a journey through Buenos
Aires city, in which Pipo Pescador narrates the city such a
poetical, astonished and enjoyable glance.
This logic about the walk, about the flâneur that walks and
reflects on what others simply use is the same logic which Pipo
Pescador suggests to the children and their parents.
The writing about Buenos Aires seems to be a palimpsest because of
the constant changes the city suffers.
This metamorphosis can be traced in a text which from its first
edition (1990) to the second one (2007) includes some new profiles
and displays a more incisive and ironic tone.
"This is a love book dedicated to Buenos Airesitos. (…) Do not
hope to find every fountain, not every building or every square or
streets in it, because there are so many that they could only be
put together in an infinite book; a plant-book which constantly
grows new leaves. You could carry on the writing of this book
yourself…" declares the author in the prologue, establishing the
bases of a collective work.
Within the framework of this V Congress, we believe it interesting
to analyse this proposal about Latin American children literature
as an exponent of the current writing of an Argentine identity.















Pescador, Pipo (1990) Buenos Airesitos. Buenos Aires: Ediciones
Paulinas.
Pescador, Pipo (2009) Buenos Airesitos. Buenos Aires: El narrador
Pipo Pescador es el nombre artístico de Enrique Fischer, nacido en
Gualeguaychú, Argentina, en 1946. Escritor, músico y autor
teatral, Pipo Pescador se dedica a los niños desde hace treinta y
cinco años. Ha sido pionero en ofrecer al público infantil un
hecho artístico (literario, televisivo o teatral) de calidad, en
el cual el niño no se limita a contemplar, sino que participa
activamente como protagonista. Esta forma de relación entre los
niños y el arte, que ya había sido estudiada y difundida desde la
pedagogía, fue revolucionaria en los medios de difusión públicos
latinoamericanos, cuando Pipo Pescador comenzó a trabajar, a
comienzos de los años setenta.
Su canción del Auto de papá es famosa en España a través de Los
Payasos, que se apropiaron de ella, después de trabajar junto a
Pipo Pescador en la televisión argentina.
Pipo Pescador es autor de veintitrés espectáculos teatrales, de
los cuales seis están dedicados al mundo de la lectura. Ha
protagonizado programas de televisión entre 1972 y 2003 en
Argentina, ha grabado once discos y publicado veintiún libros
infantiles. En España, colaboró en el programa La Cometa blanca.
Ha sido distinguido con numerosos premios: el Konex, el María
Guerrero y el Carlos Gardel, entre otros.
A pesar de su enorme éxito, de su originalidad y de ser el autor
de una obra infantil grabada a fuego en el corazón de dos
generaciones de argentinos, Pipo Pescador sigue siendo un gran
desconocido en los ámbitos académicos. En esta comunicación, me
referiré al libro Buenos Airesitos, del cual existe una edición de
1990, a cargo de Ediciones Paulinas, y otra a cargo de la
Municipalidad de Buenos Aires[2], que se encuentra en imprenta.


1. La lectura del paisaje. De Buenos Aires a Buenos Airesitos


Un paisaje no se capta al primer vistazo. Hace falta tiempo,
numerosas miradas y una educación esmerada de los sentidos, para
distinguir lo efímero de lo permanente; para disfrutar cada
detalle.
Buenos Airesitos es el nombre con el que Pipo Pescador bautiza un
Buenos Aires literario, que él ha imaginado. Buenos Airesitos es
una ciudad en pequeña escala, idealizada y hondamente poética, por
la que se desplazan Pipo Pescador y los niños. Esta calidad
escenográfica, de ensueño, de vacío, que confiere el autor a la
ciudad, detiene la turbación cotidiana, para permitir una
percepción plena de aquello que, habitualmente, es territorio
vedado.
La obra está configurada por una serie de capítulos sueltos, en
los que el autor propone a los niños, recorridos, metáforas y
reflexiones sobre Buenos Aires. Las ventanas, los parques, los
mercados, las guarderías, las estatuas... conforman el universo
cotidiano, que comparten los habitantes de la gran ciudad.
Ninguna historia sirve de hilo conductor entre los capítulos, más
allá de la que, implícitamente, hace referencia a la condición de
la escritura: alguien que camina y que mira. Pipo Pescador
transita Buenos Aires y acumula sensaciones que, más tarde,
convierte en texto. El libro se despliega, entonces, como
descripción, celebración, crítica o nostalgia de la ciudad.
El poeta-narrador (Pipo Pescador) y los niños son los flâneurs de
Buenos Airesitos, al igual que Baudelaire, lo fue de París. El
flâneur es aquel que se desplaza por la ciudad y la observa desde
la orilla. Forma parte de la cotidianeidad, pero permanece fuera
de los circuitos que la configuran. Como no está inmerso en la
rutina, posee el tiempo y la distancia necesaria para poder
interpretar lo que ve. Se permite disfrutar los espacios que los
demás sólo utilizan. Si para el trabajador, el metro supone calor,
prisas, amontonamiento, para el poeta y para el niño, es "un
hormiguero iluminado" o "el bolsillo de la ciudad, secreto y
misterioso".
La lectura simbólica de la ciudad es una tarea reservada a los
poetas y a los niños, porque ambos comparten la percepción
asombrada y lúdica de la realidad. Ellos son los que transforman
Buenos Aires en Buenos Airesitos.
Desde el punto de vista narrativo, el texto tiene una estructura
muy simple: un narrador adulto, identificado con el personaje Pipo
Pescador (reconocido por los niños argentinos), que escribe en
primera persona y se dirige a un público infantil, implícito en el
texto: "Yo te escribiré algunas cosas sobre la ciudad que, estoy
seguro, alguna vez pensaste." El narrador actúa como guía y
acompaña al niño en un paseo imaginario, iniciándolo en la
flânerie y mostrándole el espíritu lúdico, mágico e histórico de
la ciudad.
La voz adulta y la infantil se confunden por momentos. El autor
habla de sí mismo como de un niño. Al hacerlo, recuerda su propia
niñez y entreteje su experiencia infantil con la de los demás.
Hace de la infancia un espacio compartido.
En el capítulo "Saludo", Pipo Pescador reflexiona sobre la
relación entre el libro y la realidad:
"No esperés encontrar todas las fuentes, los edificios, las plazas
y las calles, porque son tantos que solo cabrían en un libro
infinito; en un libro abierto que se agrande cada día; un
libro-planta al que constantemente le crezcan hojas nuevas."


A lo largo de su obra, Pipo Pescador recurre una y otra vez a la
planta/árbol como símbolo del crecimiento. Una de sus canciones
más famosas, "Semilla chiquita", narra la expansión vital de una
semilla, hasta convertirse en árbol. Los niños representan la
canción, partiendo de una posición fetal, moviendo sus brazos e
incorporándose, hasta alcanzar su máxima altura. Crecer significa
perdurar y fructificar. Implica abrirse a la amplitud del cielo y
al mismo tiempo, permanecer arraigado a la tierra. En Buenos
Airesitos, la metáfora del árbol se extiende al libro, que
multiplica sus hojas en una extensión física, que es, al mismo
tiempo, extensión espiritual.
El autor invita a los niños a pasear, a conocer Buenos Aires y a
narrarla. "Vos mismo podés continuar escribiendo esta obra."-
afirma Pipo Pescador desde la primera página. La ciudad se
convierte así en pre-texto cambiante, que pide ser constantemente
leído e interpretado. En este sentido, y siguiendo una célebre
tradición borgiana, el autor es lector y el lector se convierte en
escritor por medio de la lectura. Como señala Roland Barthes en El
susurro del lenguaje: "Cada lectura vale por la escritura que
engendra, y así hasta el infinito".
Cuando Pipo Pescador afirma: "Vos mismo podés continuar
escribiendo esta obra", hace explícita una de las bases
fundamentales de toda su producción: dejar siempre un espacio
abierto para que el niño ingrese en la corriente artística
propuesta y despliegue su propia creatividad. De esta manera, el
niño no es sólo espectador del hecho estético, sino que se anima a
prolongarlo.
"Yo sigo caminando por Buenos Airesitos. (...) No será difícil que
un día nos encontremos vos y yo en algún parque o trajinando
calles. Si esto ocurre, acércate a mí y marcharemos un rato
juntos. Cambiaremos impresiones sobre este libro. Podrás
mostrarme algo que descubriste y yo no conocía o,
simplemente, contemplaremos en silencio la ciudad."
El barrio es el lugar amado, el "lugar feliz" del que hablaba
Gastón Bachelard en su Poética del Espacio. El barrio funciona
como micromundo perteneciente a un sistema mayor. Es la ciudad en
miniatura. En esa zona de relativa protección, el niño experimenta
nuevos retos, atreviéndose poco a poco, a ampliar su recorrido.
Andar por el barrio es similar a viajar en tiovivo: el
reconocimiento constante de lo que nos rodea y la distancia corta,
que nos permite divisar, al instante, la figura familiar.


2. Las dos ediciones de Buenos Airesitos


En 1980 la dictadura militar argentina suprimió el programa de
televisión de Pipo Pescador, alegando que "no les gustaban las
mariconadas". Fue entonces cuando el escritor decidió exiliarse
con su familia a España, donde vivió hasta 1984. En Madrid,
comenzó a redactar las primeras páginas sobre Buenos Aires. Ya de
regreso a la Argentina, continuó escribiendo y en 1990, la
editorial Paulinas publicó Buenos Airesitos. Esta primera edición,
presenta un Buenos Aires altamente idealizado y estático, como una
estampa. El tono emocionado y pleno de metáforas evoca un Buenos
Aires sublimado, que el autor recuerda, pero no experimenta a
diario. El texto posee, además, un humor sutil y lúdico, que
conecta muy bien con el público infantil. Dice en el capítulo
"Lluvia":
"Los caminantes se comportan de manera distinta los días de
lluvia. Corren de un portal a otro, saltan como acróbatas
los ríos de mentira, que surgen de las esquinas, o pasan
lentamente cobijados bajo sus paraguas, que son amapolas
negras florecidas en las calles."
De todas las imágenes posibles de Buenos Aires, elige aquellas que
enriquezcan el mito. Aporta una mirada de la ciudad como pura
energía estética y literaria, formada por miles de presencias que
la han configurado. No se trata pues, de un recorrido superficial,
sino de un mapa íntimo. El autor acompaña el camino con un plano
de sus lecturas e inquietudes artísticas, que regala a los niños
como legado cultural.
"Jorge Luis Borges, el escritor, inmortalizó una manzana de
Palermo Viejo, nombrando las cuatro calles que la rodean en
una bella poesía. Es la manzana comprendida entre Paraguay,
Gurruchaga, Guatemala y Serrano. (...) Benito Quinquela
Martín, el pintor, descubrió que el agua puede ser verde,
azul, amarilla, roja y violeta y que los viejos barcos
olvidados atesoran belleza y emoción."
La edición de 2007, a cargo de la Municipalidad de Buenos Aires,
es más extensa. Incorpora poesías y tiene un tono más irónico y
chispeante. Sobre la calle Florida, por ejemplo, Pipo Pescador
escribe:
"Hace mucho tiempo, las peatonales eran calles como las otras, de
calzada y acera, pero los automóviles transitaban cada vez
menos y los peatones, cada vez más. La calle empezó a
estrecharse, porque la usaban poco, y las veredas a
ensancharse, porque las usaban mucho, hasta que las dos
veredas se juntaron y la calle desapareció."
En la edición de 2007, la metáfora continúa siendo la figura
fundamental que estructura toda la expresión, pero el lirismo
desbordante de la versión de 1990, toma ahora un carácter más
social y crítico.
"También se puede practicar inglés en los "shoppings" (centros
comerciales). Los carteles ponen "for sale", en lugar de "en
venta", out-let" en lugar de "liquidación" (...) Los panchos
se llaman "hot dogs", y "lo siento", se dice "sorry". Cuando
entra un turista norteamericano y se dirige en inglés a la
vendedora, ésta pone cara de terror, porque nació en Villa
Crespo y no entiende ni una palabra."
En esta última edición, el autor agrega capítulos dedicados a
edificios públicos de reciente construcción o a nuevas
profesiones, como el paseador de perros, que configuran el paisaje
urbano. También quita partes que han quedado obsoletas, en el
constante ir y venir de la ciudad.
Buenos Airesitos mantiene el tono nostálgico de una edición a
otra. Las antiguas costumbres, son narradas a los niños, con la
esperanza de evitar su desaparición:
"Los restaurantes que tienen mantel de papel blanco son una
preciosidad. Lamentablemente quedan poquitos, pero quedan.
Los chicos pueden comer tallarines con pesto y dibujar
bichos raros en la mesa."


3. Identidad porteña e identidad argentina


Buenos Airesitos es una obra escrita y re-escrita en consonancia
con los cambios de la ciudad y con la evolución personal del
autor, pero siempre conserva ese espíritu de crónica costumbrista,
a caballo entre la inmediatez y la permanencia, que identificó
durante mucho tiempo a la literatura sobre Buenos Aires. Este
estilo le imprime un carácter fuertemente localista. Es posible
leer Buenos Airesitos sin conocer la ciudad, pero parte de la
magia se diluye en la traducción de los vocablos o en la narración
de hechos que los habitantes conocen y pueden recuperar
rápidamente. En este sentido, es un libro con una fuerte impronta
pragmática. Tanto en el ámbito lingüístico, como en el gráfico.
En Buenos Airesitos la identidad porteña y la argentina, se
perfilan a través de un recorrido por los símbolos, físicos y
lingüísticos, conceptuales y gráficos, que avalan la pertenencia a
un grupo.
Hablar de Buenos Aires y de sus costumbres es hablar de la cultura
e identidad rioplatense (tango, malevos, pizza, pastas italianas,
asado), que difiere mucho de la cultura andina, incaica o
patagónica, pertenecientes a otras partes de Argentina y que, a
menudo, quedan relegadas. Margarita Gutman y Jorge Hardoy
(1992:14) explican:
"La ciudad (Buenos Aires) era desde 1776 la capital del más pobre
y menos poblado de los cuatro virreynatos de España y
América, pero muy pronto se convirtió en el centro de uno de
los movimientos revolucionarios que lograron la
independencia. Desde entonces, la historia de Buenos Aires y
de Argentina quedaron interconectadas y lo que ocurría en
ella atraía la atención de todo el país."
En este sentido, Buenos Airesitos es un libro de cultura porteña,
con telón de fondo argentino.
El sentimiento patriótico es tratado en el libro como uno más,
dentro del universo infantil, pero mantiene el lugar privilegiado,
que se le ha otorgado en la educación pública argentina, desde
Sarmiento. Como señala Ignacio Irazuzta (2001: 163)
"el nacionalismo argentino edificado sobre la impronta de la
inminente heterogeneidad cultural, encontró en los símbolos
patrios un medio idóneo, pero fundamentalmente raudo, para
la construcción de una identidad abarcadora, capaz de
resolver aquella heterogeneidad".
La presencia de El Cabildo (edificio emblemático argentino en
donde se declaró la independencia de España) o La Plaza de Mayo,
en el centro de la ciudad, refieren un Buenos Aires unido
históricamente al nacimiento de la nación argentina. Ignacio
Irazuzta (2001: 159) afirma:
"la ciudad proyecta sobre su terreno un tiempo (historia) y un
espacio (territorio) significantes de una totalidad social
(nacional). Buenos Aires se erige así como lugar del
encuentro entre el orden inclusivo de lo nacional y la
singularidad de lo local."
Sobre El Cabildo, escribe Pipo Pescador,
"es el tatarabuelo de los otros edificios, pero no tiene ni una
arruga, ni una mancha, ni un rayón en la pared. Las vísperas
de los días de fiesta, iluminado, parece una fogata, una
montaña nevada, o la Luna, posada como una paloma sobre la
Plaza de Mayo."
Aquí el autor juega con la mitología en torno a El Cabildo, que lo
imagina siempre de un blanco inmaculado. (La realidad es que un
férreo mantenimiento, obliga a pintarlo continuamente para que no
proliferen en él los graffiti).


3.1. La forma porteña de ilustrar


Ambas ediciones fueron ilustradas por el autor, a partir de
fotografías decoradas por encima. Pipo Pescador ha comentado al
respecto[3]:
"Tuve especial cuidado en quitar de las fotografías la gente, los
coches y cualquier vestigio temporal. Después pinté los
edificios del color que me gustaría que tuvieran, coloreé el
cielo, dibujé más palomas, más árboles. Hice gráficamente,
lo mismo que con el texto: transformé el Buenos Aires real
en un Buenos Aires fantástico, liberado del desencanto".
No es la primera vez que Pipo Pescador utiliza la ilustración como
medio expresivo. En Buenos Airesitos, fusiona su propio estilo de
dibujo y de fotografía, con la tradición de los pintores
filetistas, que decoraron la Buenos Aires de principios de siglo
veinte, tan cercana al tango. El fileteado porteño es un arte
decorativo popular que nació espontáneamente, para alegrar los
grises carros municipales, que circulaban por la ciudad.
Horacio Ferrer definió el filete con estas palabras:
"Tradición plástica y elegancia humilde de la Buenos Aires
popular, el filete es el ornamento cariñoso y altivo de
carros y camiones, de carteles de almacén y de ventanitas
floridas. Un arte que ha pasado de maestro en discípulo,
dándole originalidad argentina a antiguos modelos
decorativos europeos." 
De manera que Pipo Pescador incorpora a su trabajo sobre Buenos
Aires, diferentes tradiciones de la cultura argentina y porteña,
que están en el ambiente y que el autor pasa por su tamiz
creativo.


2. La inmigración


Buenos Aires, la gran urbe, es de una diversidad tan apabullante
que en sí misma parece contener, a la manera de un aleph, todo lo
existente. Buenos Airesitos "es pura magia, un teatro vivo con
millones de actores e infinitos telones que siempre cambian". La
heterogeneidad cultural, la multiplicidad, es la marca de Buenos
Aires, de la identidad porteña y de la identidad Argentina. Así lo
recuerda Pipo Pescador en su "Saludo" de presentación.
"Atravesando la puerta del Museo Larreta, (...) estarás en una
casona de España. En Barracas, un edificio multicolor te
recuerda un templo egipcio: es la Logia Masónica de la calle
San Antonio. (...) Un león cazador de enorme porte, ruge en
Plaza Holanda."
La presencia simbólica de la inmigración se despliega por todo
Buenos Aires. Edificios, comidas, acentos, lenguajes, que
configuran una forma de ser típicamente porteña.


3.3. Lenguajes porteños


Los pocos personajes que aparecen en Buenos Airesitos, actúan como
extras cinematográficos y se los identifica sólo por el trabajo
que realizan. Son personajes arquetípicos y, sus diálogos, lugares
comunes que ya forman parte de la cultura popular de la ciudad.
"Damas y caballeros, me sabrán perdonar si distraigo su
caracterizada atención por unos instantes o interrumpo su
pensamiento grato, su descanso mental o simplemente la
lectura de su periódico preferido..."
Este es el discurso que pronuncian textualmente una y otra vez los
vendedores de lapiceras, encendedores, calcetines o peines,
que trabajan en los colectivos (autobuses).
Sobre su gusto por el tango Pipo Pescador comenta:
"Tengo una influencia de las letras de tangos que hablan sobre
Buenos Aires; que la evalúan, que la adoran. El cantar o
hablar sobre Buenos Aires es una tradición de trovadores.
Buenos Airesitos es un tango para niños".
Y efectivamente el libro incluye un tango, que habitualmente Pipo
Pescador canta en sus espectáculos infantiles:
"Buenos Airesitos la ciudad/donde nací y estoy creciendo/quiero
"chamuyarte" del amor/del "metejón" que con vos
tengo./Cuando yo camino por tus calles/me parece que te beso
con los pies..."
"Chamuyar" (Susurrar al oído, normalmente palabras amorosas) y
"metejón" (enamoramiento) pertenecen al lunfardo, que es el
lenguaje arrabalero del tango. El verso "Cuando camino por tus
calles me parece que te beso con los pies", retoma la tradición
tanguera del caminante enamorado de su ciudad. Como en ese tango
de Gardel que dice: "que el rodar en tu empedrao es un beso
prolongao que te da mi corazón" .
La situación socioeconómica argentina está muy presente en el
texto, como "bajo continuo". La falta de dinero, el oficio
improvisado, los ingenieros que trabajan de taxistas, los
paseadores de perros... son realidades cotidianas propias de una
sociedad en crisis, sobre las que Pipo Pescador propone una
reflexión, acorde a la sensibilidad infantil.
En "Hoteles y pensiones" escribe:
"En las puertas siempre hay gente tomando mate. El encargado
prefiere gastar litros y litros de agua, barriendo con la
manguera, mientras charla con el portero de la casa vecina,
que hace lo mismo. Muchas personas ya comprendieron que el
agua es un tesoro que no podemos despilfarrar, pero otros
continúan sordos a toda advertencia."


4. Participación de los adultos


Buenos Airesitos es un libro que permite diferentes lecturas. Una
eminentemente literaria, en la tranquilidad de una habitación.
Otra curiosa, con un diccionario y un mapa en la mano. También
vale la verificación y observación "in situ" de lo narrado. Buenos
Airesitos es un libro para niños, pero no cae en tópicos que
garanticen asépticamente esta pertenencia genérica. Los adultos
también pueden disfrutarlo y constantemente se los incorpora como
lectores posibles. A este respecto escribía Andersen (citado por
Soriano 2005:77)
"...atrapo una idea para grandes que cuento después para los
niños, recordando que a menudo mamá y papá están escuchando
y que también hay que entregarles algo a ellos".
Este libro y el libro en general, es entendido por Pipo Pescador
como lazo de unión entre el niño y los adultos, como invitación a
un tiempo compartido.


5. Últimas palabras


En este breve comentario, nos hemos propuesto mostrar de qué
manera Pipo Pescador reflexiona sobre la identidad porteña y la
identidad argentina, a través de la experiencia del paisaje y de
los símbolos que configuran la ciudad. La narración poética de lo
cotidiano, enriquece la mirada del niño y otorga positividad a su
espacio de vida, al mismo tiempo que lo liga a su realidad y lo
proyecta hacia el futuro.




9. Referencias bibliográficas
Bachelard, Gastón (1991) Poética del espacio. México: Fondo de
Cultura Económica.
Barthes, Roland (1987) El susurro del lenguaje: más allá de la
palabra y la escritura. Barcelona: Paidós.
Ferrer, Horacio (1990) Oratorio Carlos Gardel. Cita disponible en
web: www.muscia.com
Gutman, Margarita y Hardoy, Jorge Enrique (1992) Buenos Aires.
Madrid: Ed. Mapfre.
Irazuzta, Ignacio (2001) Argentina, una construcción ritual:
nación identidad y clasificación simbólica en las sociedades
contemporáneas. Bilbao: Servicio Editorial, Universidad del País
Vasco/Euskal Herriki Unibersitatea.
Manen, Max van y Levering, Bas (1999) Los secretos de la infancia.
Intimidad, privacidad e identidad. Barcelona: Paidós Educadora
Ortega, Julio (1988) Crítica de la identidad. La pregunta por el
Perú. México: Fondo de Cultura Económica.
Rovira, José Carlos y Navarro, José Ramón (eds.) (1994) Actas del
I Coloquio: Literatura y espacio urbano (Alicante 1993). Alicante:
Fundación Cultural CAM.
Sebreli, Juan José (2003) Buenos Aires, vida cotidiana y
alineación seguido de Buenos Aires ciudad en crisis. Buenos Aires:
Sudamericana.
Soriano, Marc (2005) La literatura para niños y jóvenes: guía de
exploración de sus grandes temas. Buenos Aires: Colihue
Suárez Muñoz y Ángel Martos Núñez, Eloy (coord.) (2000) Identidad
cultural del niño, tradiciones y literatura infantil. Badajoz:
Servicio de Publicaciones Diputación Provincial de Badajoz.
Vázquez-Rial, Horacio (1996) Buenos Aires 1880-1930. La capital de
un imperio imaginario. Madrid: Alianza Editorial.







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[1]c/Pedrera Alta, 44. 3ºA 13003. Ciudad Real. España. Te: 926230980;
[email protected]
[2] Todas las citas de Buenos Airesitos pertenecen a la edición de la
Municipalidad de Buenos Aires. Para este trabajo, hemos consultado el
ejemplar de imprenta.
[3] Entrevista realizada a Pipo Pescador en Madrid, el 3 de septiembre de
2007.
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