Huelga de la caña 1933-34

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Descripción

La Huelga de la Caña de 1933 – 34
El estudio realizado por el Taller de Formación Política, nos muestra los límites que Estados Unidos le impone a los países bajo su dominio, y cómo, en la crisis de la huelga cañera de 1933-1934, los dirigentes obreros de la Federación Libre de Trabajadores, y del Partido Socialista, defendieron sus intereses particulares obviando a los trabajadores. Ello les obliga a solicitar la asistencia del Partido Nacionalista, liderado por Pedro Albizu Campos y asistido por Corretjer. El Partido Socialista se fundó en 1915, a raíz de la huelga cañera acaecida ese mismo año. Informa Arturo Bird Carmona en su investigación, que "…el Partido Socialista nace con pretensiones de ser un genuino representante de los trabajadores, descartando las componendas y las fusiones con los partidos de los propietarios".
Eventualmente, el Partido Socialista hizo exactamente lo contrario, al cabo de 18 años se fusiona con el Partido Unión Republicana asegurando la victoria en las elecciones de 1932. Los líderes de la Federación Libre de Trabajadores (FLT) están comprometidos con los grandes intereses estadounidenses. Durante la gran pugna de 1934, se escriben páginas importantes en la historia, tanto del PN como de la misma clase obrera. Corresponderá a Albizu y el liderazgo de su partido pagar las consecuencias de los logros obtenidos para los trabajadores de la caña.
Para 1930, Albizu publica una serie de artículos para el periódico El Mundo, bajo el nombre de Independencia Económica, donde denuncia el interés de los países industrializados por obtener la entrada libre de sus productos en los países atrasados, como una forma de mantener el control de sus mercados. Confirma lo inconveniente de sumar otro estado a la unión estadounidense y expone las razones del por qué la aspiración nacionalista de lograr un desarrollo capitalista independiente para nuestro país. El conflicto básico entre la burguesía capitalista y la clase obrera era, según él, que sus intereses eran inversos a su tamaño y al grado de organización, lo cual les impide la formación de un Estado Nacional. Ello se refleja en la huelga de la caña y la forma en que se desenvuelve el Partido Nacionalista.
Ganar la huelga a favor de los trabajadores era necesario, tanto para el partido, como para los trabajadores de la caña. Michael González Cruz sintetizó la propuesta del manifiesto del Partido Nacionalista realizada en 1932:
"El manifiesto del PN en 1932 propone que los obreros se organicen para exigir las ganancias devengadas por su trabajo en las industrias extranjeras, exige la redistribución de los bienes inmuebles para eliminar el latifundismo y favorece el desarrollo de las industrias nativas… El mismo documento solicita que los puertorriqueños no co-laboren con el régimen colonial y que se convoque a una asamblea constituyente para organizar libre y democráticamente a la sociedad puertorriqueña".
En defensa de la imagen hispanófila y fascista del Partido Nacionalista que le adjudican Ferrao y Pabón, González Cruz señala que el discurso anterior representa los intereses de la clase trabajadora y de los pequeños productores en los comienzos de la Gran Depresión. No cabe duda que la depresión económica de la década del '30, afectó marcadamente al pueblo de Puerto Rico y motivó la huelga cañera de 1933-1934. También describe el nacionalismo albizuista de carácter políticamente liberal y tácticamente revolucionario. Por ejemplo, el PN se une a las iniciativas del Partido Comunista Estadounidense en contra del fascismo en Europa y funda el semanario antiimperialista "Pueblos Hispanos", bajo la dirección de Juan Antonio Corretjer. En esta etapa, ya éste había superado muchas de las ideas del Partido Nacionalista.
El manifiesto del Partido Nacionalista también contiene la posición de Albizu que si fuera necesario utilizar las armas para imponer la independencia política y económica, así se haría. Se entiende, además, lo crucial y vital que resulta el compromiso del joven Partido Nacionalista con la huelga de la caña y con la clase obrera puertorriqueña, para su propia supervivencia.
El programa del Partido Nacionalista propone un desarrollo capitalista independiente, pero de darse, vendría siendo otra versión del existente. Para José Luis González, ello implica que siempre habría explotadores, pero que, en vez de extranjeros serían nativos. Por ello, señala que el Partido Nacionalista era fundamentalmente un partido revolucionario pequeño-burgués.
Luis Ángel Ferrao, por su parte, cita a Corretjer para exponer que dentro del mismo partido hubo grandes diferencias de pensamiento, cuando tilda a Albizu de ser un líder burgués, sin burguesía que dirigir. Ferrao utiliza esta cita para acentuar el cisma dentro del PN, y de paso cuestionar, a cuál de las dos ideologías representa en realidad el Partido Nacionalista bajo el liderato de Albizu, a la de la clase trabajadora, o a la de la burguesía nacional. Corretjer también afirma en su ensayo sobre Albizu Campos, que su "...incapacidad para dejar organizada y funcionando una nueva sindical…", obedecía a su ideología pequeño burguesa.
Ferrao señala que los periódicos: "La Palabra" y "La Acción", son los voceros más importantes del nacionalismo; porque los mismos salen a la luz pública en los años más cruciales de la vida del partido (1935-1937). El fundador de "La Palabra" fue Juan Antonio Corretjer, y destaca entre los directores y colaboradores de ambos periódicos a: Julia de Burgos, Clemente Soto Vélez, y J. M. Toro Nazario.
Joserramón Melendes, alude a lo que significa para Corretjer el comienzo de escribir la historia, desde el pueblo y con el pueblo: "…para mí el pueblo es la clase obrera, dueña de su propia ideología, de su propia organización y de su propio canto". Corretjer señaló siempre a la clase obrera y su lucha como su razón para no desistir, reconociéndola como el sostén del país.
La huelga de la caña de 1934, es el evento que inicia la confrontación entre el PN; y la administración colonial y el gobierno de Estados Unidos. Esta histórica huelga tuvo lugar cinco años después de la depresión de 1929, cuando el 30% de la población puertorriqueña estaba desempleada. En el año anterior a la huelga de la caña, la Puerto Rico Emergency Relief Administration (PRERA) distribuyó alimentos y realizó proyectos de infraestructura de emergencia para aliviar la grave situación de desempleo, en la cual sólo un 35% de la clase obrera tenía trabajo. Mientras el costo de vida continuaba subiendo, el salario de los trabajadores se reducía. Además, los dueños tenían la opción de desalojar a los obreros, si recurrían a la protesta o a la huelga, ya que vivían dentro de la plantación en una especie de aldea edificada por la compañía. A pesar de los riesgos, la huelga comenzó en enero de 1934.
La escritora norteamericana Ruth Mary Reynolds, secretaria de la Liga Americana Pro Independencia de Puerto Rico, informó ante el Congreso de los Estados Unidos que la industria de la caña en Puerto Rico era la única industria que los Estados Unidos necesitaban. Por esta razón, el discrimen que hubo entre el productor del país y el estadounidense y el monopolio de dicha industria. Juan Antonio Corretjer las menciona en sus escritos: La Central Aguirre, localizada en Salinas, y La Central de Fajardo, propiedades de un consorcio norteamericano; South Puerto Rico Sugar Co., que molía más del cuatro por ciento de toda la caña cortada en Puerto Rico, y por último las centrales de la Eastern Associates. Con estas centrales en huelga se paraliza el grueso de las corporaciones azucareras, base de la economía imperialista, latifundista y ausentista, estadounidense.
Otra práctica de las corporaciones azucareras era pagar a los asalariados con boletos que solo tenían valor en sus propias tiendas. Los obreros se vieron forzados a tomar a crédito para subsistir. Esta práctica monopolista, además de injusta, pone en riesgo el libre mercado en Puerto Rico. Los contratistas les cobraban a los desempleados 25¢ por conseguirles trabajo, les otorgaban préstamos a un interés excesivo que les costaba hasta el 20% del salario semanal. A los obreros se les obligaba a trabajar por pieza, o se les reducía el salario. Este tipo de arreglo convenía a la central y al colono, porque no tenían que vincularse directamente con los obreros y dificultaba la organización sindical.
Puerto Rico se encontraba en los albores de una profunda transformación estructural. La dirección de la Federación Libre de Trabajadores, firma un convenio con los representantes de las centrales azucareras, en representación de los obreros, sin consultarles. La coalición del Partido Unión Republicana y el Partido Socialista habían ganado las elecciones, pero tenían sus intereses comprometidos con los Estados Unidos. Los líderes del PS eran básicamente los mismos líderes de la FLT, por tanto, al constatar que ambas obviaron sus reclamaciones, los obreros optan por acudir al Partido Nacionalista para que dirija su huelga. Nos relata Corretjer: "Una noche, la humilde casita de madera…hogar de Albizu Campos, se vió inesperadamente visitada por un grupo de macheteros de los cañaverales de Fajardo. Era una comisión. Los acompañaba un prominente líder nacionalista de Fajardo: Jesús Siaca Pacheco…Albizu aceptó".
En enero de 1934, se funda en Guayama la Asociación de Trabajadores Puertorriqueños. Fajardo y Humacao también organizaron sus secciones. Medina López informa que, "mientras Albizu Campos, al frente de los macheteros de Fajardo, marchaba hacia Ceiba, los de las centrales de Aguirre y de Guánica también se levantaron en huelga". La evolución de los eventos aparenta favorecer a los trabajadores en el transcurso de la huelga. En Yabucoa el comercio y la opinión de la prensa cooperan con los huelguistas. El rotativo El Imparcial escribe,
"La entrada de Albizu Campos en la lucha proletaria señala un cambio trascen-dental en el temperamento de los huelguistas y amenaza seriamente la existencia de la subsidiaria local de la American Federation of Labor".
Durante el proceso de la huelga de la caña de 1934, suceden varios factores sobresalientes. Albizu establece vínculos con el pueblo puertorriqueño al responder al llamado de los líderes de la huelga para dirigirlos. El evento le confiere mayor autoridad que al Partido Socialista y a los jefes de la unión. La respuesta de la metrópoli no se hace esperar. Ante la amenaza al sistema colonial, el presidente Franklin D. Roosevelt, impone al general del Ejército de los Estados Unidos, Blanton Winship, como gobernador de Puerto Rico, apenas un mes después de comenzar la huelga. La policía se militariza. Cuando culmina la huelga, el Presidente Roosevelt visita a Puerto Rico.
Melendes opina que hubo un choque entre los intereses colonialistas estadounidenses y los intereses del movimiento de liberación puertorriqueña del PN. González Cruz señala que durante el proceso de huelga, el Jefe de la Policía Insular, Francis E. Riggs, amenazó con usar la Guardia Nacional para llevar rompe huelgas a las plantaciones, factorías, y muelles. Se estima que la huelga se extendió a 25 pueblos del país, con la participación activa de unos 16,000 obreros. No obstante, los trabajadores señalan que en realidad el doble de los pueblos se afectaron con la huelga y que la mayoría de los obreros se paralizaron, confirmando que la información oficial había sido manipulada. El Taller de Formación Política llega a la conclusión de que nuestra industria nacional …"resolverá los problemas de Puerto Rico y de su propia independencia política en virtud de la cual nuestro país tendrá el dominio de sus aduanas, y así podrá fomentar su propia industria y adquirir mercados en el exterior para sus productos en justa reciprocidad."
Corretjer señaló, que Albizu y Riggs entablaron comunicación a través del ingeniero independentista Félix Benítez Rexach, y Riggs admitió que las demandas obreras eran justas. Éste se comunica posteriormente con la Asociación de Productores de Azúcar, y les obliga a honrar las demandas de los obreros. Entre los logros estipulados por convenio contaron con: la jornada de trabajo de ochos horas, salario mínimo de los picadores, de 80¢ en el interior y 90¢ en la costa, y el pago de salarios en moneda legal. Todos los obreros de la industria de la caña recibieron aumentos y salarios mínimos.
El triunfo del Partido Nacionalista, bajo Albizu y Corretjer, se acepta a regañadientes de parte del sistema colonial. Como consecuencia de ese magnífico logro histórico, el régimen colonial y la metrópoli, le declaran la guerra al Partido Nacionalista. González-Cruz destaca seis consecuencias inmediatas de importancia, siendo la primera la orden emitida por Riggs: que se dispare a matar a los nacionalistas. El 24 de octubre de 1934, la Policía embosca y asesina a cuatro jóvenes nacionalistas frente a la Universidad de Puerto Rico, suscitando manifestaciones de protesta contra el abuso policial en todo Puerto Rico.
El régimen colonial de los Estados Unidos, por su parte, inunda el país con una serie de programas del Nuevo Trato, tratando de frenar el avance del nacionalismo, a la vez que se recurre a la violencia para detener el activismo del pueblo nacionalista. El Partido Socialista y el Partido Republicano pierden influencia en las masas por su inacción ante los reclamos de los obreros de la caña. De la convulsión socio-política resultante surge el Partido Popular Democrático, en respuesta al capitalismo salvaje, con una imagen distinta de estado benefactor. "Los hechos acaecidos en estos turbulentos años treinta fueron la causa que movió a Luis Muñoz Marín a organizar la Acción Social Independentista (ASI), que más adelante se convirtió en el Partido Popular Democrático bajo el lema de Pan, Tierra y Libertad. Doce años después se transformaría en represor y carcelero de los nacionalistas."
Al asesinato de cuatro jóvenes nacionalistas, le sigue una cadena de asesinatos de parte de la policía colonial y como respuesta, los nacionalistas llevan a cabo ajusticiamientos. En 1936, Hiram Rosado y Elías Beauchamp, los jóvenes nacionalistas autores del ajusticiamiento del coronel Francis Riggs, jefe de la policía, son asesinados por la policía dentro del cuartel en San Juan.
Corretjer comenta que la profundidad social de esta huelga aplacó a la clase obrera, para la reorganización sindical de la huelga portuaria de 1938. Surge más tarde, la Confederación General de Trabajadores de Puerto Rico, de ideología independentista que se consolida en 1940. Pero, sin la participación de Albizu y Corretjer, porque en 1937, la Corte Federal les impone condenas de seis a diez años de cárcel, a ambos, y a otros seis dirigentes nacionalistas por conspirar para derrocar al gobierno de los Estados Unidos. El 21 de marzo, del mismo año, un Domingo de Ramos, el PN organiza una demostración para protestar por el encarcelamiento de sus líderes y conmemorar la abolición de la esclavitud cuando la policía hace despliegue de su violencia disparando en contra de la multitud, donde asesinan a 19 personas e hieren a 200 más. Dichos actos se conocerán como La Masacre de Ponce.
Estos episodios de represión política perduraron, pero con el asesinato del hijo de Juan Mari Brás en 1976 ocurre un hecho insólito; Mari Brás decide dar un ejemplo patriótico singular y de humanismo frente a la tumba de su hijo muerto, con este breve discurso:
"No es la venganza lo que puede animar los corazones de seres tan hondamente heridos, que no podrían satisfacerse con un sentimiento tan banal, pequeño y mezquino como la venganza. Solo cuando transformemos ese martirio en heroísmo, el pueblo entero, el pueblo por el que cayó Chagui, por el que han caído todos en esta jornada más que centenaria, levantará a los cielos el monumento de una patria nueva, de una patria hermosa, de una patria donde no puedan darse jamás crímenes como este".
La represión política continuó, pero la reacción de Mari Brás dejó una huella admirable en la historia político-social puertorriqueña, de su generación para las venideras. Lo trascendental de la huelga de la caña de 1933, estriba en que Puerto Rico como país, bajo la dirección del Partido Nacionalista, organiza la lucha y logra arrancar de manos extranjeras el control de la clase obrera y la concesión de todas las demandas. No obstante, cabe señalar que hubo dos efectos contraproducentes para la desmovilización de las masas, y el evidente duelo desigual entre el PN y el imperio estadounidense.





Extracto de un ensayo historiográfico inédito de Chadys A. Pagán.
Organización que realiza trabajo de investigación sobre la historia del movimiento obrero puertorriqueño, y quel utiliza el nombre de la colectividad como autor de sus investigaciones. Taller de Formación Política, La Cuestión Nacional-El Partido Nacionalista Obrero Puertorriqueño, (Río Piedras: Edit. TFP, 1982), 9, 207.
Arturo Bird Carmona, A Lima y Machete. La huelga cañera de 1915 y la fundación del Partido Socialista, (Río Piedras: Ed. Huracán, 2001), 138.
Taller de Formación Política: Huelga en la Caña 1933-34, (Río Piedras: Ed. Huracán, 1982), 10–11.
Taller de Formación Política: La Cuestión Nacional-El Partido Nacionalista Obrero Puertorriqueño, (Río Piedras: Edit. TFP, 1982), 99.
Ibíd, 30.
Michael González Cruz, Nacionalismo Revolucionario Puertorriqueño 1956 – 2005, (San Juan: Ed. Isla Negra, 2006), 34-35.
Ibíd, 33-34.
Para 1943, aproximádamente; ya que Corretjer es excarcelado en 1942.
Entre febrero de 1943 y octubre de 1944 publica en la sección "Cuento Semanal". Juan Manuel Delgado, Juan Antonio Corretjer,Semblanza, (Florida: Ed. Guazábara., 1985), 19.
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Taller de Formación Política: La Cuestión Nacional-El Partido Nacionalista Obrero Puertorriqueño, (Río Piedras: Ed. Huracán, 1982), 110.
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Juan Antonio Corretjer, El Líder de la Desesperación, ([Sin Ciudad]: Publicaciones de la Liga Socialista, Imprenta Romualdo Real), 54.
Luis Ángel Ferrao, Pedro Albizu Campos y el nacionalismo puertorriqueño, (Harrisonburg: Ed. Cultural., 1990), 18.
Joserramón Melendes, Juan Antonio Corretjer. Poesía y Revolución, (Río Piedras, Puerto Rico., 1981), 260.
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Riggs participó directamente en el desarrollo de la Guardia Nacional de Nicaragua al servicio de Anastasio Somoza.
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Taller de Formación Política: La Cuestión Nacional-El Partido Nacionalista Obrero Puertorriqueño, (Río Piedras: TFP, 1982), 101-102.
Taller de Formación Política: Huelga en la Caña 1933-34, (Río Piedras: TFP, 1982), 158.
Michael González Cruz, (PPT) ¡Huelga en la caña! Internet, Academic.uprm.edu/~michaelg/HTMLobj.../huelga_en_la_ ca_a_.ppt, accesado en mayo de 2011.
Las muertes quedan impunes.
Marisa Rosado, El Nacionalismo y la Violencia en la Década de 1930, (San Juan: Ed. Puerto Inc, 2007), 118.
Juan Antonio Corretjer, El Líder de la Desesperación, ([Sin Ciudad]: Publicaciones de la Liga Socialista, Imprenta Romualdo Real, 1978), 12.
Santiago Mari Pesquera es asesinado por Henry W. Coira-Story, quien alegó seguir las órdenes de la mafia cubana que mantiene vínculos con la Marina de Guerra de Estados Unidos y los escuadrones de la muerte que se organizaron en la Policía de Puerto Rico. Michael González Cruz, Nacionalismo Revolucionario Puertorriqueño 1956 – 2005, (San Juan: Ed. Isla Negra, 2006), 41.
Comisión por la verdad y la justicia. Puerto Rico: Palabras de Juan Mari Brás al momento de dar sepultura a su hijo, Santiago Mari Pesquera. Internet, disponible desde http://viejo.verdadyjusticia.net/casos/chagui/palabras_mari_bras.html, accesado en Abril de 2013.

Juan Antonio Corretjer, El líder de la Desesperación, ([Sin Ciudad]: Publicaciones de la Liga Socialista, Imprenta Romualdo Real, 1978), 12.


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