Homoparental model in Nicaragua

June 14, 2017 | Autor: Lázaro Carrillo | Categoría: Politics, Homosexuality, Familiy
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Descripción

La exclusión del modelo familiar homoparental en el ordenamiento jurídico de Nicaragua está justificado en argumentos desfasados de instrucción, procreación y educación familiar. Lázaro Adolfo Carrillo Amador.

Resumen Este ensayo sostiene que los argumentos en contra de la crianza de hijos por parejas homosexuales o transgéneros en Nicaragua descalifican los estudios psicológicos y sociales realizados dentro de la comunidad científica. Se analizarán los estudios realizados especialmente en Latinoamerica, ya que las estructuraciones sociales, culturales y opinión pública son muy similares en todos los países de habla hispana. Se asociará los resultados de los estudios con la realidad social nicaragüense. Se pondrá en duda el concepto de La Mejor Familia Posible. Se discutirán los problemas de socialización y convivencia que engloba el nuevo modelo familiar y se tratara de dar una propuesta y crítica a la normalización. 1. La familia homo-parental en Nicaragua La familia es la institución más valorada, antigua y querida de la sociedad. “Es universal. Todos los pueblos hasta los más primitivos lo han percibido, que cuando a un chico le gusta una chica y cuando una chica le gusta un chico y deciden compartir la vida (…) Eso ya es familia” (Benigno, B., 2010, P. 42) En el código de la familia de Nicaragua se hace referencia a que el estado y la sociedad deben velar por los derechos, la tolerancia, solidaridad y cuido de las familias. En la conceptualización de familia se explica que existen varios modelos familiares: mono-parentales, biparentales y unipersonales, pero en ninguna parte habla acerca de las familias homoparentales como una realidad a tomar en cuenta. Esto debido a que el concepto de familia está basado en la unión de hecho estable, que es el matrimonio entre un hombre y una mujer. Borgen y Carballo (2015) explican que al no ser reconocidas las familias homoparentales en el ordenamiento jurídico, estas no disponen de: “seguro médico de la pareja, vocación sucesoria, indemnizaciones por accidentes, enfermedad o muerte del conyugue, acceso a pensiones, reconocimiento de las parejas ante instituciones bancarias o financieras, acceso a programas sociales para familias o parejas y beneficios como licencias de matrimonio o viudez” (P.47). En consecuencia de esta exclusión, se hicieron protestas en el año 2012 cuando se anunciaba la creación del código de la familia que entró en vigencia en el presente año 2015, los protestantes

reclamaban la incorporación de la familia homo-parental en la conceptualización de Familia en el código de la familia, en respuesta de las protestas, el reciente código flexibiliza el término de Familia pero no incluye al modelo homo-parental de forma explícita en el documento legal ya que está basado en un modelo familiar tradicional. En Nicaragua no se habla de la posibilidad de que familias homoparentales adopten un hijo y establezcan una familia, debido a que la unión de hecho estable es exclusivamente entre un hombre y una mujer, por lo que resulta difícil vislumbrar la aprobación de la adopción por una pareja abiertamente homosexual. Sin embargo, indican Gonzáles y Rivas (2010) que queda abierta la posibilidad que una persona homosexual adopte si nos basamos en un modelo familiar unipersonal, el cual es constituido por una persona natural. Sin embargo, si esta persona consigue una pareja y desea constituir una familia de forma formal y constitucional, se encontrará con muchos obstáculos que le harán imposible disfrutar de todos los beneficios de una familia. Cabe señalar que se da también el caso en los que una persona que constituyó previamente una familia de unión de hecho estable se reintegre a una institución familiar homo-parental y se conforme una familia. La posibilidad de incorporar a la familia homoparental en nuestro ordenamiento jurídico es de largo plazo puesto que no se pueden compartir los mismos privilegios debido a una incongruencia del rol de padre y madre en la institución familiar. Al haber dos padres o dos madres se crea confusión de los roles y por consiguiente un vacío jurídico en la constitución y otras leyes. Esto es debido a los beneficios y obligaciones que brinda la unión de hecho estable y la familia, las leyes de protección del patrimonio familiar, la constitución familiar y procesos legales. Unos de los problemas que engloba las familias homoparentales que deciden procrear un niño mediante inseminación artificial o por alquiler de vientre es en cuanto a la beneficencia, justicia e interés superior del hijo al predicar el deseo sexual de los padre con diferente orientación sexual. Es decir que el niño concebido por los medios que ofrece la tecnología y la biología no tiene la potestad de decidir sobre el vínculo social y afectivo que se desarrollará en su vida a diferencia del niño que es adoptado, lo cual podría desencadenar un desorden en su personalidad o inestabilidad familiar. Es difícil garantizar los derechos de la pareja homosexual o transexual y del niño en conjunto. Por lo que sociedades que han legalizado esta práctica tratan de proteger los derechos reproductivos o derechos sexuales de la mujer en específico, por lo que queda en ella el control de la procreación. Para el alquiler de vientre, es un proceso más complicado que requiere varios requisitos previos para su aprobación. No se encontró registro específicos de cuántos casos de inseminaciones artificiales o alquiler de vientre se han dado en Nicaragua o si alguna pareja homosexual ha utilizado de éste método para la procreación. Sin

embargo, el hospital como el Vivian Pellas y el Centro de Fertilidad de Nicaragua ofrecen de estos métodos de concepción al público. La creencia popular-religiosa en Nicaragua sostiene que las parejas homosexuales no tienen derecho a concebir a un niño porque es naturalmente imposible, sin embargo, este método es una alternativa al adopto para poder concebir una familia. Sin embargo, esta práctica es sumamente cuestionada por la bioética, que a como explican Lange, Botta y Provenzano (2002) “Es una disciplina reciente (…) por la cual la sociedad tiene derecho a opinar y decidir acerca de los aspectos éticos de los avances tecnológicos de la medicina” (p. 13) Esto en pocas palabras se refiere a procurar distinguir lo moralmente correcto dentro del cambio de la biología. La bioética y la inseminación artificial toman muy en serio el deseo de los padres con diferente orientación sexual, ya que lo menos que se quiere es que se empodere el interés superior del hijo. Esta práctica es discutida además por su ilegitimidad en sociedades cristianas o católica. Se puede presumir la inexistencia de parejas homosexuales que hayan utilizado técnicas de fecundación asistida como la inseminación artificial o alquiler de vientre, a causa de razones legales o económicas, ya que el ordenamiento jurídico no habla de ello explícitamente. (González, P.; Rivas, M., 2010) Los precios de una inseminación artificial rondan arriba de los cinco mil dólares americanos en los hospitales que ofrecen de esta práctica en el país, según información brindada por la administración de los centros el día 10 de Agosto de 2015, este precio es accesible por una minoría muy reducida en Nicaragua. Es recomendable que las familias opten por adoptar y no por la inseminación artificial o alquiler de vientre ya que de esta manera se otorga el principio de interés superior del menor al integrarse a un modelo familiar homoparental. Los niños pueden llegar a sentir que hay algo erróneo en este modelo familiar o la necesidad de una figura de paternidad y maternidad en su familia.

Puede apreciarse dicha manifestación en el siguiente extracto: Extracto1: E: ¿Los niños han preguntado por su padre? C: Los niños se han ido acostumbrando a vernos a nosotras como madres, aunque tampoco les hace falta su figura paterna porque mi ex marido viene a visitarlos de vez en cuando, aunque la responsabilidad de mantenlos recae en mí y mi pareja. Ellos preguntan cuando su papá se ausenta mucho y dicen que les hace falta, pero solo por presencia, porque no le hace falta nada de lo material que nosotras les proveemos

Convivencia, desarrollo emocional y personal de infantes en núcleos familiares no convencionales.

En general, los argumentos en contra de la familia homoparental se centran en la procreación y la educación familiar de los padres o madres homosexuales a sus hijos. Existen muchas especulaciones que el niño que crece en una familia homo-parental tendrá problemas emocionales, de personalidad, socialización y de identidad. Dale O’Leary (2004) afirma que las parejas homosexuales no son lo suficientemente estables para darle la estabilidad que necesita un niño, además de que los niños llegarán a sentir que hay algo equivocado en su deseo natural de tener un padre del sexo opuesto. En general, las justificaciones que sostienen las limitaciones de los derechos de las familias homoparentales son dos: La primera se debe al ambiente “criminal” al cual el niño es expuesto, y la segunda es el impacto negativo de una familia homoparental en el desarrollo del niño. El primer argumento involucra el estado legal de la homosexualidad en la sociedad. El segundo asume que existe una consecuencia negativa en el desarrollo del niño en las prácticas sexuales de los padres de familias del mismo sexo

Por otro lado, es difícil decir que la estabilidad familiar es consecuente de la identidad de género de quienes forman el núcleo familiar, la inestabilidad en las relaciones es común en cualquier familia, en el año Bottini del Reyl (2013) hace referencia al informe de la Asociación Norteamericana de Psicología del año 2005, donde se afirma que “ningún estudio ha descubierto que los hijos de padres o madres homosexuales presenten desventajas en algún aspecto significativo de los en relación a los hijos de padres heterosexuales” (p. 35). Es difícil pensar que una familia heterosexual educará mejor que una homosexual por el simple hecho ser heterosexuales. Por el contrario queda abierta la posibilidad que las familias homoparentales eduquen mejor a sus hijos en cuanto a identidad y desarrollo personal ya que la mayoría de las parejas homosexuales vienen de una familia tradicional, donde probablemente se les reprimía por su orientación sexual. La personalidad es uno de los grandes misterios del universo de la psicología, es inexplicable y muy singular en las personas. Se ha demostrado que el contenido de la personalidad de un individuo es la mezcla de lo derivado de los sistemas sociales, educacionales, culturales que se dan a través de la socialización, sin embargo, se ha comprobado que la personalidad se convierte en un sistema independiente mediante las relaciones que mantiene con su entorno y a la particularidad de su propia experiencia vital (Chavarría, 2015). Resumiendo la construcción de la personalidad, se sabe que las familias homo-parentales podrían inducir al infante hacia la homosexualidad, sin embargo, es imposible moldear una personalidad porque el ser humano es naturalmente espontáneo y singular. Somos todos unos experimentos irrepetibles.

En cuanto a la forma en que la familia homoparental educa a sus hijos, ha desmostrado (González, 2002) en un estudio del desarrollo infantil y adolescente que:

En cuanto a sus estilos educativos, estos padres y madres parecen educar a sus hijos con un estilo que incluye altas dosis tanto de afecto y comunicación como de exigencias y disciplina “inductiva”, basada en el establecimiento de normas claras y razonadas. Todo ello configura un perfil educativo acorde con el estilo “democrático” que definió Baumrind hace ya algunas décadas y del que distintos estudios han demostrado sus favorables consecuencias para el desarrollo sano y armónico de niños y niñas. (P. 35) Muñoz (2013) lo deja bastante claro en una frase: “La exclusión mal justificada, forma de exclusión que sugiere intensamente la existencia de prejuicios” (P. 29) La sociedad nicaragüense se preocupa mucho por la familia y mantiene sus conceptos conservadores para preservar la familia tradicional y mantener la estabilidad social.

La mejor familia posible; La visión tradicional en tiempos modernos. Normalización y socialización de las familias homoparentales en comunidades de la sociedad

En particular, las justificaciones que sostienen las limitaciones de los derechos de las familias homo-parentales son dos: El primero se debe al ambiente no convencional y catalogado por algunos como “criminal” al cual el niño es expuesto y el segundo es el impacto negativo de una familia homo-parentales en el desarrollo del niño. El primer argumento involucra el estado legal de la homosexualidad en la sociedad. El segundo asume que existen consecuencias negativas en el desarrollo del niño en las prácticas sexuales de los padres de familias del mismo sexo. Toda sociedad establece roles entre sus adeptos y esto con el propósito de organizarla. La familia está establecida por dos roles diferentes, el padre y la madre, se piensa que normalmente la madre es quien debe cuidar de los hijos y el padre proveer las necesidades de la familia. Sin embargo cuando una persona descubre que tiene una orientación sexual distinta, esta presenta dificultades para adaptarse a un rol específico que está establecido acorde a los comportamientos de la heterosexualidad. Soza (2015) expresa que “La identidad homosexual se construye en contra de los mandatos establecidos socialmente” (P.22). La homo-parentalidad sufre de constante discriminación por parte de la sociedad ya que como anteriormente se dijo, este modelo de familia va en contra de lo que la sociedad cree normal y correcto. La construcción social de la realidad de las comunidades homosexuales se ve opacada por la gigantesca comunidad de fe cristiana o católica. Según Córdoba (2015) en su reportaje para el Nuevo Diario, casi el 80% de la población está en desacuerdo con que las parejas del mismo sexo se casen, revelan los resultados de la más reciente encuesta de Borge & Asociados, que consultó a 1,008 personas entre el 15 y el 24 de mayo en todo el país, excepto en el Caribe Norte, Caribe Sur y Río San Juan.

En concreto las familias homoparentales, pueden tener varias lecturas, pero además la velocidad de la época actual hace que las transformaciones sociales en estas familias, sean más diversas y dinámicas. Por lo tanto, queremos destacar que el Trabajo Social, estrechamente ligado desde sus comienzos a los procesos de cambios sociales, debería seguir aportando evidencia empírica para la construcción de una línea de investigación de carácter emergente en fenómenos sociales contemporáneos. Montalbán, Domínguez y Castilla resltan que: Las investigaciones sobre el fenómeno homoparental no deben pasar desapercibidas para los profesionales del Trabajo Social porque son quienes intervienen con este tipo de familias. En general debemos vincular estas investigaciones sociales a los procesos de transformación de la misma con el objetivo de iniciar acciones de sensibilización y desarrollar programas de intervención que dieran lugar a cambios sociales favorables desde una óptica alternativa a la normalización. (P. 307)

La aceptación de la homosexualidad como una realidad social no es aceptada en la familia de acuerdo Zúñiga (2012) que manifiesta que “únicamente 4 de 10 personas aceptarían que una persona homosexual viviera en su casa” (P. 243). Esto evidencia el rechazo que sufre la comunidad homosexual en la sociedad. El proceso de normalización se está dando desde las universidades, donde el estudiantado muestra aceptación de la homosexualidad como una realidad social en contraste con la población que son padres o madres de familia, Zúñiga (2012) concluye con su investigación de las familias homoparentales en México que los jóvenes entre los 12 y 29 años de edad no se sienten discriminados por su orientación y que se percibe un aumento tenue de permisividad frente a la condición homosexual. El proceso de normalización en cuanto a tema de identidad de género se ha visto opacado por las características de las interacciones sociales que existen entre las distintas comunidades que la componen. El contraste ideológico y estigma social hace difícil que se hable de esta temática con la libertad que amerita.

La normalización de la homosexualidad y de la familia homoparental inicia indudablemente con el diálogo sano. El diálogo sano se empieza evitando los descalificativos con los que se vinculen la disidencia, deshonra o infamia ya que utilizando esos términos se estigmatiza la oposición y se impide el debate público; del mismo modo que antes se le llamaba hereje a cualquiera que pusiera en duda la doctrina de la iglesia católica, hoy criticar una ideología liberal como lo es la diversidad de género vincula a fobias y estereotipos, por ejemplo: Homofobia, bifobia, transfobia, machismo e intolerancia. Es imperativo un cambio en el discurso social y una propuesta que incluya las preocupaciones de todos los estratos sociales.

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