Historias religiosas como narrativas imperiales en el Perú del siglo XVII

Este ensayo analiza el significado histórico y político de la historiografia religiosa producida en la ciudad de Lima entre aproximadamente 1620 y 1680. El significativo corpus de alrededor de una veintena de historias y narrativas históricas no tuvo paralelo en ninguna otra capital colonial hispanoamericana de la época y convirtió a Lima en el principal centro de la discusión histórica del siglo XVII. 1 Pese a su volumen, la historiografía religiosa no fue materia de estudio crítico sino hasta 1910, cuando el pionero estudio de José de la Riva Agüero y Osma, La Historia en el Perú, incluyó por vez primera reflexiones sobre el discurso histórico y las circunstancias de producción de la crónicas denominadas " conventuales. " 2 Si bien el ilustre polígrafo dedicó su primer estudio crítico al discurso histórico de las historias religiosas, sus comentarios tuvieron un marcado sesgo minusvalorativo basado en el contexto institucional de su composición, que Riva Agüero atribuyó-en claro alarde liberal-a la decadencia intelectual del ámbito barroco. El estilo de la prosa, la proliferación de temas píos y el hecho de que fueran escritas casi cien anos después de la Conquista, llevó a Riva Agüero a considerar este tipo de historias como fuentes de escaso valor para el estudio de las civilizaciones andinas prehispánicas, así como de los episodios políticos más significativos de los primeros decenios del orden colonial. Las fuentes históricas de " segunda mano " –como etiquetó Riva-Agüero a las crónicas conventuales-no tuvieron mejor suerte en la apreciación de los historiadores de generaciones siguientes como Pedro Benvenutto Murrieta y Raúl Porras Barrenechea, y no veríamos un giro en la perspectiva de análisis de estas