Historia y experiencias de la Red Insterinstitucional de trabajo con Hombres que ejercen violencia, de Yucatán

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Descripción

“Historia y experiencias de la Red Interinstitucional de Trabajo con Hombres que Ejercen Violencia contra las Mujeres de Yucatán” Sergio Moreno Cabrera (1), Edwin Cabrera Basto (2), Juan Canto González (3), Jaime Goyri Ceballos (4) y Andrés Santana Carvajal (5) 1

Introducción El presente documento realiza una breve recuperación histórica del proceso del trabajo con hombres que ejercen violencia y hombres en general, en el estado de Yucatán, reconociendo la influencia y luchas feministas, hasta la reciente conformación y consolidación de la Red interinstitucional de trabajo con hombres que ejercen violencia contra las mujeres, de Yucatán. Incluye un análisis de los logros y retos que a lo largo de su conformación, ha experimentado la Red, ofreciendo reflexiones que sirvan de insumo para experiencias similares y para la consolidación de una agenda de trabajo con hombres, con perspectiva de género. La ponencia fue elaborada por el Comité de seguimiento, estadística e investigación de la Red, al uno de sus miembros comunicar a la coordinación de la Red (IEGY) el interés de participar en el VIII Congreso de la AMEGH, autorizándose la participación en la última junta del año en curso (28 y 29 mayo, Mérida, Yuc.). Este comité está conformado por un grupo de profesionales pertenecientes a espacios académicos y de organizaciones de la sociedad civil, con diversas trayectorias: cuatro son psicólogos y uno médico con experiencia en trabajo con hombres; en todos los casos, se cuenta con sensibilización, intervenciones terapéuticas y 1

(1) Licenciado en Psicología, Maestro en Psicoterapia y estudiante del Doctorado en Antropología del CIESAS-DF; consultor independiente y colaborador en Ciencia Social Alternativa, A.C., [email protected] (2)Licenciado en Psicología, colaborador en Alternativa Yucateca Integral para el Desarrollo Humano A.C., [email protected] (3)Licenciado en Psicología, Maestro en Sexología, Director de Alternativa Yucateca Integral para el Desarrollo Humano A.C., [email protected] (4)Licenciado en Psicología, Maestro en Psicoterapia, y consultor independiente, www.psicologos360.com, [email protected] (5)Médico Cirujano, Maestro en Maestro en Antología social, Maestro en Sexología Clínica, del Centro de investigaciones regionales de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), [email protected]

preventivas con hombres, experiencia en trabajo comunitario, capacitación en la perspectiva de género, masculinidades y sexualidad. Los integrantes del comité han realizado trabajo de investigación y docencia. Antes de la conformación de la Red, ya existía cierta vinculación e interacción la cual ha fortalecido el trabajo al colaborar en comisiones comunes dentro de la red relacionadas con capacitación interna y externa; ha existido muy buena comunicación, se han compartido espacios de responsabilidad, liderazgo y posturas democráticas así como el interés por continuar realizando acciones de incidencia. El documento está organizado en cinco apartados: la primera parte, la introducción; un segundo apartado que hemos llamado marco histórico para encuadrar brevemente el camino que se ha seguido en el Estado en la agenda de la equidad de género, el trabajo con hombres y la conformación de la Red; el tercero es el sustento teórico que da sentido a la Red; un cuarto apartado son las experiencias y aprendizajes dentro de la misma, en cuanto a retos y avances logrados en estos años; finalmente se ofrecen algunas conclusiones y propuestas de cara a sumar a la agenda de política pública que contemple a los hombres.

Marco histórico La lucha por la igualdad y la equidad de género en Yucatán. La lucha por la equidad y la igualdad en derechos y oportunidades entre hombres y mujeres en Yucatán, data de finales del siglo XIX, con las luchas de mujeres como Rita Cetina y Elvia Carrillo, quienes impulsaron acciones para el mejoramiento de las condiciones educativas y la participación de las mujeres en la vida política. Fue en enero de 1916, cuando se celebra el 1er Congreso Feminista en Yucatán donde se pronunció la filosofía, posturas políticas y demandas feministas de aquellos días: mayor educación, más oportunidad de empleo y el reconocimiento

de votar y ser votadas (Villagómez, 2003).No fue sino hasta octubre de 1953 cuando se logra el sufragio para las mujeres en el Estado de Yucatán. Posterior a esto, la lucha feminista Yucateca evolucionó a la par de los movimientos feministas de los años 60. Entre los 60 y 80, se continuó peleando el respeto a ejercer el voto y la promoción de los derechos sexuales y reproductivos. Fue entre mediados de los 80 y finales de los años 90, cuando en paralelo a los acuerdos internacionales de las Convenciones de Belem Do Pará y Beijing (en 1994 y 1995 respectivamente), se impulsaron nuevos movimientos en el Estado de cara a la no violencia hacia las mujeres y situaciones laborales dignas, entre otros derechos. Entre las organizaciones pioneras en la promoción y defensa de estos derechos para y desde las mujeres se encontraban la Unidad de Atención Sicológica y Sexológica y Educativa para el Crecimiento Personal (UNASSE), APIS Sureste, A.C. y el grupo de Mujeres en lucha por la Democracia. Hacia finales de los años 90 y principios de los años 2000, incidieron en la generación de instituciones dirigidas a la igualdad de género y la no violencia2. Aun con estos logros, el movimiento de mujeres en el Estado se ha mantenido y diversificado, ya que la falta de reconocimiento y respeto de derechos continúan. Las primeras instancias públicas para promover y defender los derechos de las mujeres fueron: la “Casa de la Mujer” en el año 2001 (hoy Instituto Municipal de la Mujer de Mérida), el Instituto para la Equidad de Género en Yucatán (IEGY) en el año 2002, así como el Programa de Violencia Familiar de la Subdirección de Salud Mental de los Servicios de Salud de Yucatán. Dentro de la academia, la Universidad Autónoma de Yucatán se acerca a la perspectiva de género en 1997, a través de un proyecto de capacitación en temas de género, participación social,

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Conversación con Mtra. Nancy Walker Olvera (Red de Mujeres Yucatán; Ciencia Social Alternativa, A.C. [Kóokay]), a partir de los trabajos y producciones que se presentarán por los 100 años del 1er Congreso Feminista en Yucatán. La información proporcionada de manera preliminar, será parte de textos y actividades que se socializarán en 2016 en el Estado.

derechos, sexualidad, etc., lo cual derivó un trabajo interno de investigación y publicación muy importante en el Estado, en temas de derechos de la mujer, género y masculinidad. El impacto de la perspectiva de género en los espacios académicos ha ido más allá de la UADY. Diversos programas académicos como psicología, derecho, antropología y ciencias del área de la salud, han ido incorporando en sus programas, su filosofía y/o modelos educativos, un lenguaje de género y/o contenidos afines3. A más de cien años de luchas feministas en nuestro Estado, se han multiplicado los grupos y organizaciones y grupos civiles que llevan a cabo acciones de sensibilización, educación, incidencia en política pública, denuncia y acompañamiento jurídico en materia de equidad de género, no violencia hacia las mujeres, derechos sexuales y reproductivos, vih, diversidad sexual, etc., tales como: Indignación, UNASSE, APIS Sureste, Red de Mujeres, CESSEX, Alter-Int, Ciencia Social Alternativa, Ellas crean, Kanankil, Grupo Multisectorial, REPAVIH, Oasis San Juan de Dios, DUMIS, Brazos abiertos, Buenas intenciones, etc. Como en la mayor parte del mundo, el trabajo para erradicar la violencia hacia las mujeres, reconocer sus derechos y promover la equidad de género inició por y desde las mujeres. Seidler (1991) expresa que nosotros los hombres, de una u otra manera, nos vimos movidos en lo público y en lo privado, así como en lo racional y en lo emocional, con este devenir de luchas históricas. Compartimos a continuación uno de tantos efectos dominó de estas luchas: el caso del trabajo con hombres en Yucatán. El trabajo con hombres en Yucatán. Aun cuando en México los antecedentes del trabajo con hombres que ejercen violencia se remonta a poco más de 30 años, en el estado de Yucatán las primeras apuestas en dicho sentido

3Quienes escriben, hemos sido docentes en diferentes universidades públicas y privadas en materias y temas afines.

surgen hace14 años (2001) cuando la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento, crea el Centro Integral para la Atención a la Violencia Intrafamiliar (CIAVI, conocido como “Casa de la Mujer”), cuyos servicios incluyeron el primer grupo para trabajar con varones que ejercían violencia4, basado inicialmente en el modelo de CORIAC, aunque al paso de los años fue registrando variaciones (Canto y Cueva, en Escoffié et al, 2010). El trabajo con hombres se llevó a cabo en las instalaciones del CIAVI hasta 2008, año en el que a partir del cumplimiento con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia a nivel nacional (H. Congreso del Estado de Yucatán, 2007), así como de una apuesta institucional de un mayor trabajo con hombres, se crea el Centro de Atención y Prevención de la Violencia Masculina (CEAVIM), ubicado cerca del periférico poniente de la ciudad de Mérida, con el fin de combatir la violencia hacia la mujer (Canto y Cueva, en Escoffié et al, 2010). A pesar de la novedad de este proyecto, factores como cambios de administración, presupuesto y poca claridad sobre el impacto real de sus acciones, hizo que se cerrara en el año 2012. En 2013, el CIAVI se convierte en el Instituto Municipal de la Mujer (IMM). El trabajo con hombres ha continuado a partir de una reflexión interna que busca trabajar desde un enfoque preventivo y ya no de atención a hombres que ejercen violencia, para lo cual ha buscado diseñar y pilotear nuevas estrategias5. Las instalaciones destinadas al CEAVIM, fueron reinauguradas en julio de 2014 como Sede Poniente de los Servicios del IMM (Sipse, Noticias). A nivel estatal, a través del IEGY, se lleva a cabo un Diplomado en atención y prevención de la violencia familiar6, y un primer Seminario en género, masculinidades y trabajo con hombres. Este primer seminario derivó en años posteriores en varias capacitaciones que contaron con la 4

“Programa de Atención a Hombres con Problemas de Violencia en la Familia”. Informes internos a partir de dos procesos de consultoría en esta materia, a cargo de Sergio Moreno Cabrera y Jaime Goyri Ceballos, en 2013 y 2014. 6 El primero en 2006, entre el IEGY, INDESOL y CORIAC; el segundo, en 2008, entre el IEGY y la organización Hombres por la Equidad, A.C.; información proporcionada por Antrop. Israel Gamboa (IEGY). 5

presencia de otras organizaciones como Los Forkados, A.C. de Monterrey y APIS-DF. Algunos de los vínculos que en esos seminarios se generaron, fueron insumos fundamentales para la conformación de la Red. Para 2009, el IEGY inaugura el Centro de Atención y Reeducación para Hombres (CAREH), ubicado en el poniente de la ciudad, cuyo trabajo se ha basado en parte en los modelos de atención a HEV de CORIAC, así como de Hombres por la Equidad, A.C; aunque también han tomado capacitaciones con otros grupos y experiencias a nivel nacional (Caamal, 2012). A la par, los Servicios de Salud de Yucatán a través de la Subdirección de Salud Mental, empiezan a considerar la posibilidad de trabajar con varones, recibiendo capacitación por parte de Salud y Género A.C. en el año 2008, de manos del investigador Benno De Keijzer y Gerardo Ayala; pilotearon el Programa reeducativo para mujeres víctimas de violencia y de hombres agresores, desde un enfoque de salud pública, mismo que hasta la fecha siguen aplicando. En estos años, algunas organizaciones civiles y académicas se han ido involucrando en estos temas a nivel de investigación, trabajo comunitario y formación académica (Ciencia Social Alternativa, A.C., UADY, Instituto Kanankil, A.C.,CEPCHIS-UNAM y Alter-Int, A.C.), razón por la que han sido parte importante en la documentación y generación de acciones en el trabajo con hombres en general (Escoffié et al, 2010), así como de una presencia constante y valiosa a lo largo de la conformación de la Red. Historia y conformación actual de la “Red interinstitucional de trabajo con hombres que ejercen violencia hacia sus parejas, en Yucatán”7. Antes de la conformación oficial de la Red, ya se comenzaba a hablar de la necesidad de crear vínculos entre actores/as clave de instituciones públicas y organizaciones civiles, a partir de los 7En la pasada reunión de marzo de 2015, los/as asistentes aprobaron el cambio de nombre de la red por el de Red

Interinstitucional para la Reeducación de Hombres Agresores, para estar en concordancia a lo expresado en la LGAMVLV, 2007, en esta materia. Más adelante se hacen algunas reflexiones en relación al nombre.

Seminarios de capacitación en materia de género, masculinidades y trabajo con hombres, primero facilitados por Hombres por la Equidad, A.C. en los años 2008, 2009, y 2010, y posteriormente por el grupo Los Forkados en 2011 y 2012. En este tenor, el IEGY guía la conformación de la Red en el año 2011, definiendo para 2012 el primer reglamento de la misma, definiendo atribuciones, funciones y comités de trabajo8. La firma de un convenio en ese año, permitió la continuidad de la Red tras el cambio de administración estatal, aun cuando las instituciones integrantes de la Red y el reglamento, han estado en constante cambio y actualización hasta la fecha. Algo constante ha sido la Coordinación General de la Red bajo la responsabilidad del IEGY, específicamente, a través de los integrantes del CAREEH (Centro de atención y reeducación a la violencia masculina). En 2013, se concreta un proceso de planeación que permite orientar las líneas de trabajo para lograr una mayor articulación e impactos. Se definió la frecuencia y contenido de las reuniones (tres al año, tanto para capacitación como para planeación de actividades), las instituciones integrantes en ese momento y otras a invitar, así como el seguimiento a los comités de trabajo. Entre 2013 y 2014 el IEGY y el CAREEH, pasaron por cambios administrativos y de personal, derivando en la reubicación de algunos funcionarios-colegas de la Red que habían iniciado los trabajos con HEV, incluida una lamentable e inesperada pérdida de un colega9. Estos cambios desaceleraron involuntariamente los trabajos de la Red en este periodo, aunque continuó, retomando su ritmo para mediados de 2014, en parte, por el acompañamiento y consultoría de APIS-DF. La Red ha continuado sus acciones, reuniéndose tres veces al año, por espacio de tres días en una misma semana. Se han detectado necesidades de capacitación interna las cuales han sido 8Puede consultarse una de las primeras versiones del reglamento (2012), en la liga:

http://cedoc.inmujeres.gob.mx/ftpg/Yucatan/Yuc_meta10_1_Informefinal.pdf 9Fallecimiento del compañero, Psic. Luis Gazca Barceló, en julio de 2014.

atendidas tanto por profesionales fuera de la Red como desde el interior, compartiendo algunos modelos de trabajo. Se han re-definido los comités de trabajo así como sus integrantes. La planeación de actividades se ha pensado para antes de que termine la administración actual (2012-2018). Finalmente, se definió un Formato Único de Canalización para hombres que llegan a las diversas dependencias, aún en proceso de pilotaje, así como la necesidad de capacitar a los mandos medios y altos de las instituciones presentes en la Red. Actualmente, la Red está conformada por diversas instituciones públicas y privadas que trabajan en temas de género, prevención de la violencia, atención a hombres que ejercen violencia y/o masculinidades, desde una perspectiva de género, sea a nivel preventivo, de atención, investigación, docencia y/o capacitación10, con población de cualquier grupo étnico, orientación sexual o condición socioeconómica que radique en el Estado de Yucatán. Este trabajo conjunto ha buscado sumar, entre sus integrantes, esfuerzos y aprendizajes. Entre las atribuciones de las/os integrantes de la Red, de acuerdo a la última versión del reglamento interno (marzo de 2015), destaca: a) obtener información interna en materia de atención, prevención e investigación, a través de los formatos que valide la Red; b) identificar y canalizar a las instituciones que integren o no la Red y que en su caso competa, a los hombres que ejercen violencia contra su pareja; c) mantener constante comunicación con las/los demás integrantes de la Red, para dar seguimiento a los casos, canalizaciones, información, etc.; d) mantener vinculación constante con las instituciones de gobierno relacionadas con la

10De acuerdo a la minuta de la reunión de la Red, de enero de 2014, las organizaciones participantes fueron:

instituciones estatales: Instituto de Equidad de Género del Estado de Yucatán (IEGY), Hospital Regional “Dr. Agustín O’Horan” (módulo de atención a la violencia), el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS, Mérida), dirección de salud mental de los Servicios de Salud de Yucatán (SSY), Fiscalía General del Estado de Yucatán (FGE), Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya del Estado de Yucatán (INDEMAYA), Desarrollo Integral de la Familia (DIF Yucatán). Instituciones municipales, académicas y OSC’s: Instituto Municipal de la Mujer (IMM), Centro de Investigaciones Regionales “Dr. HideyoNoguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Ciencia Social Alternativa A.C. (Kóokay), APIS Sureste, Instituto Kanankil, Alternativa Yucateca Integral para el Desarrollo Humano A.C. (Alter-Int).

reeducación de HEV en el marco ley de acceso (H. Congreso del Estado de Yucatán, 2014); e) proponer la política pública en materia de atención y sanción a hombres agresores, con base a lo estipulado en el Sistema estatal para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, y en la Ley de acceso; f) promover los mecanismos necesarios para el cumplimiento de las disposiciones en materia de atención a HEV; y g) tener disposición para compartir información que las Instituciones consideren importante para nutrir el trabajo de la Red, pudiéndose negar si no lo consideran necesario para el trabajo de la misma.

Sustento teórico de la Red Para entender y fundamentar el quehacer actual y por venir de la Red, hacemos un breve recuperación teórica de conceptos como género, masculinidad, poder, patriarcado, violencia, trabajo con hombres y política pública. La categoría género es una categoría y herramienta de análisis relacional, introducida en las ciencias sociales en los años sesenta, la cual ha permitido profundizar la condición y construcción de lo femenino y lo masculino, que ha venido desarrollándose de acuerdo a los diversos procesos histórico y culturales de la sociedad (Lamas, 1996; Garda y Huerta, s/f). La idea central de la perspectiva de género ha sido diferenciar el hecho biológico (sexo) del social (género) cuando explicamos y reproducimos nuestras relaciones, características y roles, dadas las diferenciaciones y jerarquías que esto ha generado (Lamas, 1996; Ramírez, 2002). Esta clasificación social basada en diferencias biológicas, deriva en situaciones de desigualdad por razones de género (Lamas, 1996), en donde todo aquello considerado como masculino, se ha significado en una posición de superioridad y de mayor reconocimiento público, mientras que lo femenino, se ha construido desde ideas de inferioridad y minusvalía.

Nuestros significados de las personas y de los objetos del mundo son construcciones bipolares que tienden a naturalizarse, siendo así que hemos construido sociedades y sistemas basados en un orden social patriarcal, que valora lo masculino por encima de lo masculino, tan arraigado en lo simbólico que no necesita justificación (Bordieu en Lamas, 1996; 1998). Es así que, desde la perspectiva de género, la violencia hacia las mujeres puede entenderse como una de las manifestaciones más graves de una estructura patriarcal, donde su uso se vuelve un medio para legitimar las relaciones desiguales poder (Torres, 2001). El trabajo de la Red no podría ser entendido de otra forma que no fuera desde una perspectiva de género, y desde las luchas históricas feministas que han denunciado dicho sistema patriarcal. Trabajar con hombres sin esta perspectiva, sería trabajar para discursos conservadores y acríticos del tipo de “derechos de los hombres” que han buscado recuperar la “esencia” masculina y el orden natural de las sociedades (Menjívar, 2004). Es así que la Red tiene que fundamentar su comprensión de la masculinidad, a partir de aquellas definiciones y concepciones han sido críticas y con perspectiva de género en los llamados estudios de la masculinidad (Menjívar, 2004; Vargas, 2009). Es decir, aquellas que reconocen la lucha feminista, que se basan en la perspectiva de género y que entienden que la masculinidad es en realidad una amplia y diversa gama de construcciones enmarcadas en contextos históricos, políticos, económicos y socioculturales específicos. Esto permite apostarle a su cambio y a la creación de formas de ser hombres (masculinidades) basadas en la equidad, la igualdad, la no discriminación, la salud y los derechos humanos. De lo anterior podemos inferir entonces, que la labor de la Red, a pesar de estar claramente delimitada en estos momentos en lo referente a los hombres que ejercen violencia, sus acciones futuras podrían ser más que solo la atención y reeducación de HEV. En este tenor, Olavarría

(2003) plantea que se hace cada vez más necesario en las políticas de salud pública y de seguridad ciudadana, diseñar e implementar programas integrados de prevención de la violencia doméstica, tomando al hombre como sujeto de las acciones de prevención. A esto agregaríamos, de las acciones de promoción de la equidad, la salud, los derechos, etc. En este sentido, la pertinencia de trabajar con los hombres estaría dada no solo por las afectaciones que sus identidades y relaciones de género tienen en la vida y salud de las mujeres y comunidades, sino porque los hombres en sí mismos, son parte también de dichas comunidades. Las acciones de prevención y promoción del derecho a vivir libres de todo tipo de violencia, implica entonces reconocer que no todos los hombres viven y se relacionan desde formas hegemónicas y dominantes, sea por razones de edad, etnia, preferencia sexual, etc., sea para la identificación de aliados a los procesos de construcción de equidad, como para el reconocimiento de aquellos hombres en situaciones de vulnerabilidad social, política y/o económica, no por ser hombres, sino por su estatus de ciudadanía, al igual que las mujeres. Figueroa (2014) advierte que ha existido un diseño de políticas públicas dirigidas a dar respuesta a los fenómenos de la violencia, la salud sexual, la desigualdad y discriminación de género, etc., basados en estereotipos identitarios de lo que somos los hombres y las mujeres. Es decir, parten de una idea de la masculinidad que es violenta, dominante, hegemónica, desconociendo la posibilidad de pensar e incluir a otros hombres que están cuestionando, resistiéndose o creciendo desde discursos y relaciones distintas a las dominantes; reconocen situaciones de vulnerabilidad basadas en el género, desde la experiencia de las mujeres, invisibilizando aquellas que viven niños, jóvenes y algunos hombres en situaciones de vulnerabilidad.

Entonces, si el sistema patriarcal tiene como referente lo masculino por encima de lo femenino, como hechos sociales que definen las características, identidades y relaciones de las personas, el entendimiento del patriarcado debe ir más allá de los hombres. El patriarcado como sistema de relaciones desiguales rebasa los cuerpos, está presente en las instituciones públicas y privadas de orden político, económico, cultural y social, desarrollando prácticas y políticas basadas en el abuso, la violencia y la violación de los derechos humanos en lo individual y lo colectivo (Ramírez, 2005; Domínguez-Ruvalcaba, 2013). Por esta razón, nuestra labor como Red podría ser entendida no solo desde la denuncia y reeducación de “los agresores”, sino de cualquier práctica o política que violente a cualquier persona en situaciones de vulnerabilidad, por razones de género. Debido a esto, las formas y posibilidades de trabajo con hombres de cara a la prevención de la violencia y la promoción de sociedades equitativas e igualitarias, pueden ir más allá de solo la atención a los hombres que ejercen violencia, reconociendo que para lo último, existen importantes trabajos y recomendaciones para la práctica, acordes que el marco de referencia que hemos expuesto (Vargas, 2009; Álvarez y Pérez, 2012). Finalmente, dentro de la generación de las políticas públicas dirigidas a hombres, retomamos el análisis que hace Juan Guillermo Figueroa respecto a la complejidad y diversidad en la construcción de las mismas, sea por las diferentes concepciones que las personas e instituciones involucradas tienen sobre el objeto de construcción de política pública, como por la diversidad de instituciones, intereses y formas de trabajo (gubernamentales, civiles, académicas). La experiencia de la Red ha sido esta: diversa en entendimientos, aproximaciones, capital social y formas de trabajo. Sin embargo, creemos que la apuesta sigue siendo la promoción de acciones

colectivas que derive en políticas que traspasen las administraciones, que sean construcciones participativas y que den respuesta a necesidades reales de la sociedad (2014).

Experiencias y aprendizajes de la Red Grandes retos. Durante la conformación de la Red, se han presentado retos que de una u otra forma han impactado en el trabajo que se pretende realizar. Uno de los retos más importantes ha sido la asistencia fluctuante de algunos/as integrantes. Por un lado, se debe al cuestionamiento de algunas instituciones sobre su presencia en la Red, por no trabajar directamente con hombres que ejercen violencia o por no saber cómo aterrizarlo a su población. Por otro lado, los cambios de las administraciones públicas y la renovación de los mandos superiores, propicia que algunos/as representantes asistan de forma irregular o que se pierda la continuidad de su participación en la Red, sea por falta de interés o sensibilización de sus autoridades, o por no tener claro el impacto real de su participación en la Red, en su institución. Entre las consecuencias más significativas de esta fluctuación identificamos una lentitud en los procesos de toma de acuerdos en lo relativo al reglamento, comités y planeación; así como la capacitación continua en temas básicos sobre género y violencia, de cara a procurar un tamizaje común de conocimientos, lo que ha limitado el uso efectivo de los tiempos durante las reuniones. Es por esto que monitorear los factores por las que asistimos o dejamos de hacerlo, se torna focal para articular las acciones y compromisos que deriven en resultados tangibles, identificando si es necesario redistribuir las tareas, los compromisos o lo tiempos de las reuniones de trabajo.

Un ejemplo del impacto en la capacitación y formación en niveles comunes deseables, es el reciente cambio de nombre de la Red, pasando de una acepción de los hombres desde el ejercicio de su violencia, a los hombres como agresores. Si bien la Ley estatal se refiere a ellos como agresores, una propuesta de lineamientos a nivel nacional para trabajar con hombres (Vargas, 2009), invita a hablar de ellos como “hombres que ejercen violencia”, dadas las posibilidades de cambio que esto implica. Otro reto ha sido el olvido o falta de cumplimiento de tareas establecidas por comités lo que detiene el flujo y compromisos de trabajo al interior de la Red. Esto se ha explicado en repetidas ocasiones en las reuniones, por factores de exceso de trabajo, por compromisos adquiridos previamente, por tener que priorizar proyectos o acciones institucionales que a diferencia de la Red, sí cuentan con financiamiento y de los que se exigen mayores resultados y/o por cambios de personal. Figueroa (2014) analiza la diferencia entre las políticas públicas que surgen en contextos democráticos, de aquellas de tipo gubernamental. Las primeras se gestan junto con la participación social activa para elevar el impacto de las acciones gubernamentales, mientras que en las segundas, la sociedad como diferentes grupos de interés son espectadores del proceso de construcción de la política, la cual permanece vigente solo durante el periodo de gobierno de quienes las promovieron (Cabrero, en Figueroa, 2014). ¿Desde qué idea de política se ha dado el involucramiento de los/as integrantes de la Red en las acciones y procesos de la misma? ¿Ha sido desde una visión de política que se construye colectivamente, a pesar del paso de las administraciones? ¿Ha sido desde una visión gubernamental desde la cual la participación de sus integrantes está supeditada a los tiempos de las administraciones partidistas? ¿Qué factores favorece a que sea de una, otra o ambas formas?

Quizá este trabajo no permita dar una respuesta a cada una de estas preguntas, aun así queremos ofrecer algunas preguntas a modo de provocaciones para pensar en posibles respuestas a futuro, recordando que quienes escribimos, pertenecemos a organizaciones civiles y/o académicas, lo cual sin duda plantea un sesgo. Dicho esto, ha llamado la atención que las personas que mayor presencia y constancia han tenido desde la conformación de la Red, han sido las pertenecientes a la sociedad civil y la academia. Nos referimos a las personas y no a las instituciones, pues en ese sentido serían varias las instancias de gobierno que han estado desde la fundación de la Red. Entonces, ¿qué relación hay entre la mayor asistencia y presencia de personas de organizaciones de la sociedad civil, con las visiones de política pública y política gubernamental, de cara al funcionamiento de la Red? ¿Qué relación existe entre la mayor fluctuación de servidores/as públicos, con dichas visiones? Hace unas semanas, tres compañeros de instituciones públicas que habían estado presentes desde hace un tiempo en la Red, anunciaron que ya no continuarían debido a que habían sido cambiados de área o institución; un compañero de la sociedad civil les recordó que la pertenencia a la Red puede ser también a título personal. Sin embargo ya no se tuvo respuesta. Pasando a otro tema, un aspecto que no es un reto en sí, pero devela uno que lo es, tiene que ver con la participación de consultores externos en la organización, capacitación y planeación de la acciones de la Red. Por un lado, ha sido un logro que mencionaremos más adelante. El reto va hacia la falta de consolidación de nuestra capacidad autogestiva para que en tiempo y forma cumplamos con las tareas a las que nos comprometemos. Si bien hemos gestionado algunas capacitaciones al interior, los tiempos y la efectividad de nuestras reuniones cuando no hay consultores externos, es menor y más lenta.

Esto impacta también en la falta de productos que al momento hemos tenido, tanto de cada reunión de trabajo, como de los años de conformación de la Red. La continuidad, lograr las reuniones, la presencia de consultores, el reglamento y los convenios son sin duda productos, pero del proceso organizativo de la Red, no de los objetivos y alcances que busca. Hablar de esto nos devela también que, de las tres organizaciones consultoras con las que la Red ha trabajado en estos años, los objetivos, honorarios y productos esperados de las mismas, no han sido del conocimiento de todos/as las integrantes. Quizá una forma de apuntalar los productos dentro de las sesiones de trabajo, sería conocer qué resultados se acuerdan en cada consultoría. Resulta entonces un reto entender los procesos de consultoría externa como acompañamientos puntuales, reconociendo primero nuestra capacidad de tomar decisiones y cumplir con los acuerdos. Mientras no existan acciones que visibilicen nuestro trabajo como Red, la necesidad de difundir nuestra existencia se vuelve fútil. Para una mayor consolidación, se requiere mayor inversión de tiempo y compromiso. Avances y logros. Indudablemente, la posibilidad de articular por primera vez en todo el país, una Red interinstitucional que pueda brindar atención a hombres que han cometido algún acto de violencia, representa un reto por sí misma ya que depende de la suma de voluntades de todas/os las/os actoras/os involucradas/os; esta articulación nos parece un avance. La identificación y creación de comités ha sido una acción concreta que vehicula el trabajo, le da cause (Comités de Vinculación y normatividad, de Seguimiento y estadística, de Comunicación así como el de Ética y seguridad de las mujeres). La posibilidad que brindan los fondos federales para la transversalización de la perspectiva de género (INMUJERES) ha permitido la capacitación constante a las/os participantes de la red, por

parte de facilitadoras/os con experiencias fuera del estado de Yucatán, permitiendo a las/os asistentes tener aprendizajes nuevos en temas como violencia, masculinidades y modelos de atención. Sumado a lo anterior, la conformación de la Red por sí misma invita al personal de las instituciones generar, conocer y/o fortalecer el trabajo conjunto en materia de violencia que ejercen los hombres, permitiendo así ubicar a personas/aliadas estratégicas dentro de las estructuras institucionales, que faciliten los canales de comunicación. De la mano se encuentra la posibilidad de socializar entre las instituciones de la Red, sus modelos o estrategias de atención/prevención. Estos intercambios han sido impactos positivos a nivel de conocimiento de otras experiencias, dado su potencial de fortalecer las formas de trabajo de cada institución y organización. Como hemos señalado, el papel de los/as consultores externos ha agilizado varios procesos internos y ayudado en la clarificación al momento de planear nuestras acciones. Así mismo, se logró crear un Formato Único de Canalización Interinstitucional11, que permita la posibilidad de orientar la atención que los hombres requieren dependiendo de sus características y necesidades; por ejemplo, si llegase al DIF un hombre solicitando atención en maya, pudiera ser canalizado al INDEMAYA, o si viviera con vih entonces, al CAPASITS.

Conclusiones y propuestas finales La posibilidad de trabajar multidisciplinariamente, y eventualmente de modo transdisciplinario, permite la creación de espacios más colaborativos entre las instituciones. De la mano está la necesidad cada vez mayor de contar con más espacios y organizaciones que

11En la última reunión de marzo de 2015 se entregó a cada institución de manera impresa dicho formato, explicándose su uso

(Minuta marzo 2015). Según nos informaron, el instrumento aún está pilotéandose y lo han utilizado solo dos instituciones.

trabajen en la detención de la violencia que ejercen los varones, así como en la creación de formas alternativas de masculinidades en el estado de Yucatán. Descentralizar los servicios de la capital del estado es también un reto ya que los tiempos, distancias, recursos, personal capacitado e incluso la lengua son factores que se ponen en juego en el trabajo que falta por hacer en el interior del Estado. Diversos factores como los cambios en la Ley sobre la atención en violencia, la creación y cierre de espacios de atención a hombres, procesos electorales en los tres niveles, así como los cambios de administración impactan de manera directa la efectividad y capacidad organizativa de Redes como la nuestra, cuestionando también qué tipo de compromiso y visión tenemos de estos espacios en la construcción de políticas públicas. La Red ha pasado por dos administraciones públicas municipales como estatales, lo que impacta en el seguimiento de programas y asignación de recursos. A pesar de lo anterior, cada vez es mayor la consolidación de los Comités de trabajo, obteniendo resultados internos aunque pocas actividades coyunturales. Por ello que las propuestas que ofrecemos, son: a) mayor compromiso personal , profesional e institucional que supere los cambios administrativos y partidistas; b) capacitación constante, teniendo claridad de los objetivos, productos y formas de evaluación; c) promover la investigación desde lo local que derive en una mayor comprensión del fenómeno y la justificación de este tipo de iniciativas; d) de cara a lo anterior, la posibilidad de que como Red, la gestión de recursos sea continua, con base al logro de objetivos; y e) finalmente, que esta y cualquier Red que trabaje con hombres desde una perspectiva de género, haga pronunciamientos públicos y recomendaciones a instancia públicas y privadas, ante situaciones de violencias, discriminación y vulnerabilidad por razones de género, lo cual no solo difunda la existencia de la Red, sino su compromiso político con la equidad y la no violencia.

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