Historia y Arqueología en la primera mitad del siglo XXI en San Fernando. II Foro sobre Arqueología de San Fernando (Cádiz)

July 6, 2017 | Autor: E. Vijande-Vila | Categoría: Cultural Heritage, Prehistory, Achaeology
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Descripción

HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI EN SAN FERNANDO

II Foro sobre Arqueología de San Fernando (Cádiz)

Eduardo Vijande Vila Jose Juan Díaz Rodriguez y Antonio M. Sáez Romero

(Coordinadores)

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright y bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático y su distribución.

Fotografía de cubierta: Bronces fenicios del entorno subacuático de Sancti Petri ( Foto: Sáez Espligares) © de la edición: Los coordinadores © de los textos y fotografías: Los autores Edita: Eduardo Vijande Vila, Jose Juan Díaz Rodríguez y Antonio M. Sáez Romero Comité Organizador del II Foro sobre Arqueología de San Fernando Maquetación y diseño: Quintana imagen y comunicación S.L. Depósito Legal: ISBN: Impreso en España

PREFACIO En una ciudad como San Fernando, antigua Isla de León, en la cual los elementos relacionados con el Patrimonio Histórico – Arqueológico emergen a cada paso que damos, configurando una enorme riqueza potencial, la necesidad de conocer adecuadamente estos hitos y de su inserción en un discurso histórico real se presentan como empresas imprescindibles para la mejora del estado actual de la ciudad, para la integración de su heterogénea composición social y para la configuración de una identidad basada en un pasado común que sirva de referente. La investigación de este rico pasado isleño no ha sido desafortunadamente (y aún menos desde una perspectiva arqueológica) una de las señas de identidad de nuestra ciudad hasta fechas recientes, momento en el que asistimos a un cambio en la valorización de este tipo de estudios. La realidad socioeconómica que vivimos en la actualidad está demostrando que se hace necesario un cambio estructural en los pilares de la productividad económica, por lo que se están buscando nuevos elementos sobre los que se asienten las bases de un modelo alternativo que ayude a generar riqueza y bienestar social. En este sentido, son muchos los sectores sociales que ven en la Cultura y el Patrimonio nuevos factores de desarrollo y despegue económico que transformen la realidad social de San Fernando y le devuelva un destacado lugar en el eje cultural de la bahía de Cádiz. Es cierto que la ciudad comienza lentamente a tomar conciencia de dicho Patrimonio Histórico – Arqueológico. Para ello ha sido de vital trascendencia la regularización de las leyes de protección de Patrimonio con la consiguiente normalización de las actividades arqueológicas preventivas al socaire de los procesos de desarrollo urbanístico que San Fernando ha vivido en la última década. Dichos trabajos arqueológicos han permitido sacar a la luz importantes restos y vestigios de nuestro pasado. Zonas de hábitat, de necrópolis, áreas de comercio y de actividad industrial o incluso lugares sacralizados de diversas culturas y periodos han resurgido del olvido al haberse mantenidos ocultos bajo el subsuelo de nuestra ciudad. Gran parte de estas novedades generadas han sido además dadas a conocer en la última década en medios científicos especializados (revistas y congresos nacionales e internacionales) promovidos por instituciones y universidades, alcanzando el pasado de la ciudad una difusión y papel destacadísimos entre los especialistas en la disciplina, en cualquiera de las etapas históricas en las que se han producido hallazgos, por lo que podemos considerar a la ciudad como un referente en este sentido en el marco de la bahía. El porcentaje de intervenciones publicadas así sobrepasa sobradamente el alcanzado por las localidades vecinas, también enormemente ricas patrimonialmente, lo que constituye un éxito fruto del esfuerzo de nuevos investigadores que han conseguido traspasar las fronteras de “lo local” para colocar los hallazgos isleños en un contexto científico internacional.

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Sin embargo, esta importante repercusión especializada no se ha visto refrendada en paralelo por una difusión de estos resultados de excavaciones y estudios a la sociedad isleña en general. Somos conscientes de la necesidad de divulgación de estos resultados para que el ciudadano de a pie tenga consciencia de su Historia. Y es por ello que los organizadores de esta iniciativa creemos que se dan las circunstancias propicias para que se pueda llevar a cabo un nuevo balance de la investigación arqueológica e histórica de la ciudad a en estos momentos, de ahí que se haya organizado el II Foro sobre Arqueología de San Fernando. Las páginas que el lector tiene ante sí son el resultado de un avance de las ponencias que se han programado para este congreso, en las cuales los propios investigadores que en la actualidad impulsan esta sana dinámica científica exponen con un lenguaje didáctico y en un formato menos especializado unas breves pinceladas sobre los resultados de algunas de las actuaciones arqueológicas más importantes acaecidas en los últimos años en San Fernando.

Cartel anunciador del II Foro sobre Arqueología de San Fernando. Historia y arqueología en la primera década del siglo XXI.

Es por tanto que esta pequeña edición se presenta como una obra que en pocas páginas ofrece una visión actualizada de la Historia de la ciudad desde los orígenes más remotos hasta la época moderna, partiendo, eso sí, de las novedades que desde la Arqueología se han producido en los últimos tiempos. Se inicia esta obra, ofreciéndose un recorrido por la evolución de la ciencia arqueológica en la ciudad a través de diversos trabajos arqueológicos que

Mapa del término municipal de San Fernando con la localización de los yacimientos arqueológicos registrados en la Carta Arqueológica Municipal de San Fernando (Bernal et alii 2005) 6

marcaron un antes y un después en su evolución metodológica. Le sigue un estudio sobre la paleogeografía del territorio isleño, es decir; un análisis de las transformaciones físicas que han existido en el suelo de la ciudad con la existencia de una laguna interior en época prehistórica, la modificación de la línea costera a lo largo de los tiempos históricos, etc. Los capítulos sobre época prehistórica analizan el poblamiento humano durante esta época, destacando especialmente los yacimientos situados entre el IV y el II milenio a.C. De éstos, por lo reciente de su hallazgo y su importancia, el yacimiento de Campo de Hockey merece una especial atención, analizándose tanto espacial como socialmente la distribución de la necrópolis neolítica documentada. La ocupación humana en San Fernando se mantiene durante el I milenio a.C.; con una intensificación del poblamiento y del aprovechamiento de los recursos en época fenicia y púnica, donde en esta parte de Gadir se instaló un espacio cultual de primer orden como fue el Templo de Melqart y numerosos talleres alfareros que se asentaron por buena parte de la Isla. Para época romana, dos serán las actividades económicas que destacan. De ahí que se presenten dos textos en los que por un lado se mencionan las actividades vinculadas con la explotación de los recursos pesqueros; y por otro el mantenimiento de la tradición alfarera, si bien ahora desarrollada según los parámetros de producción existentes en dicha época. Y todo ello, relacionándolo con el tipo de instalaciones habitacionales rurales que se desarrollaron en una zona que por sí sola no ostentó un estatus jurídico propio, sino que formó parte del territorio de la ciudad de Gades. El devenir histórico nos lleva a época medieval, etapa caracterizada en la investigación actual por la edificación del que por aquel entonces fue centro del concejo de La Puente: nos estamos refiriendo al Castillo de San Romualdo, que desde el año 2000 está siendo objeto de minuciosos estudios arqueológicos que han permitido conocer su fecha de construcción, sus características arquitectónicas o la propia evolución de la fortaleza. Si el Castillo de San Romualdo fue el germen de la ciudad, siendo un hito en el paisaje entorno al cual debió desarrollarse el núcleo habitacional que daría origen al poblamiento de la Isla de León ya en época moderna, el camino del arrecife también contribuiría a éste posibilitando la vertebración de todo el poblamiento de época moderna.

Su localización parcial en diversos puntos de la C/ Real durante los trabajos arqueológicos desarrollados con motivo de la construcción del Tranvía Metropolitano de la Bahía es objeto también de un análisis sucinto en estas páginas. Pero si en algo se caracteriza el territorio isleño en época moderna-contemporánea es por su posición geoestratégica en la bahía de Cádiz y su relevante papel militar, lo que hace que en su perímetro se instalaran una serie de baterías defensivas, de las cuales merecen especial atención las ubicadas en el entorno del Puente Zuazo. Esta construcción, icono de la ciudad, ha tenido siempre un papel relevante en el devenir histórico de San Fernando, sobre todo en los acontecimientos bélicos relacionados con la Guerra de la Independencia, cuyo bicentenario nos encontramos celebrando las ciudades de la bahía gaditana. El análisis de los procesos de rehabilitación del puente, de las fortalezas anejas y del Real Carenero, primer astillero construido en la bahía de Cádiz, junto con la restauración del Castillo de Sancti Petri serán los textos que cierren este breve epítome de los principales hitos y monumentos de la historia isleña. En definitiva, un contenido amplio pero condensado en pocas páginas con el que se pretende configurar una panorámica actualizada de la Historia de la ciudad desde la perspectiva de la investigación arqueológica, y al mismo tiempo dar a conocer al gran público los resultados de excavaciones que hasta el momento apenas habían trascendido a partir de breves notas en los medios de comunicación. Con todo ello, pretendemos acercar al ciudadano su pasado y el gran valor patrimonial existente en la ciudad, generando así una toma de conciencia que facilite su conocimiento y valoración. Como ya señalábamos anteriormente, creemos que el Patrimonio Histórico – Arqueológico y su aprovechamiento social deben constituirse como ejes socio-económicos de la ciudad, para lo cual resulta fundamental un correcto y actualizado conocimiento y difusión del mismo, objetivo central de este II Foro sobre Arqueología de San Fernando. En San Fernando, a 1 de octubre de 2011. Los editores.

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GADEIRA, AD PONTEM, AL QANATIR, LA PUENTE Una perspectiva diacrónica de la aportación arqueológica al discurso histórico de la ciudad de San Fernando. Antonio Sáez Espligares

Las escasas, poco precisas y a veces contradictorias fuentes documentales sobre la historia antigua de la Isla deLeón han obligado a los investigadores del pasado en las todas épocas a recurrir a los hallazgos arqueológicos como recurso para fundamentar sus argumentos históricos. Los textos conservados hasta nuestros días de antiguos geógrafos e historiadores que hacen referencia a nuestro término han propiciado un desmesurado número de dispares interpretaciones paleo geográficas. La gran riqueza arqueológica del suelo isleño favoreció desde antiguo el descubrimiento casual de restos materiales del pasado. Hemos de añadir a esto que diversos factores han influido a acelerar estos hallazgos, destacamos: La acción natural erosiva y otros fenómenos naturales como las grandes mareas y maremotos. Otro agente a destacar es la explotación de los recursos minerales del suelo de la isla desde épocas muy remotas. Es caso de las roturaciones agrícolas y salineras, las canteras de arcillas, yesos, cal y rocas para la construcción. Sin duda el yacimiento que aglutina un mayor número de estos factores es Sancti Petri y su entorno, por ello las noticias más remotas sobre el descubrimiento de piezas arqueológicas en nuestro término son precisamente en este lugar durante el siglo XVI. Estos y sucesivos hallazgos han confirmado la localización del conocido templo fenicio-romano de MelqartHércules en este enclave.

Figura 01: Plano de las excavaciones de P. Quintero en el Cerro de la Batería en 1931-1932.

Los descubrimientos casuales han propiciado en algunos casos el inicio de estudios científicos de los yacimientos. Es el caso, con gran precocidad en la historia de la arqueología gaditana, de las excavaciones y estudios arqueológicos a comienzos del siglo XIX, del ilustrado arquitecto vasco afincado en la Isla de León: Pedro Ángel de Albisu, quien tuvo la oportunidad de prospectar las zonas de Sancti Petri, Camposoto y Cerro de los Mártires. El aprovechamiento de las canteras y minas que cubrían la mayor parte de los terrenos de la Isla, han motivado la desaparición de los depósitos de restos del pasado. En el caso de los elementos arquitectónicos y artísticos realizados en piedras marmóreas eran directamente convertidos en cal de gran calidad como la que producían los reputados hornos de la zona del Cerro de los Mártires. Otros recursos eran directamente reciclados para cubrir los numerosos pedidos de sillares y materiales constructivos para las fortificaciones gaditanas y posteriormente para la edificación del Arsenal de la Carraca, la población militar de San Carlos y la propia Real villa de la Isla de León y sus defensas.

Figura 02: Hornos púnicos excavados en Torre Alta los años 1987-1988. 8

El año 1931, Pelayo Quintero Atauri, prestigioso arqueólogo y entonces director del Museo Provincial de Cádiz, realizó unas excavaciones en terrenos próximos al Cerro de los Mártires y que él denominó Collado Ursiniano en alusión al supuesto lugar del sacrificio de los santos copatronos locales : San Servando y San Germán. El gran éxito de esta primera campaña en las que localizó varias estructuras antiguas suscitó una segunda intervención acompañado en esta ocasión por la gran especialista francesa de la cultura fenicio-púnica, Miriam Astruc, entonces becaria del Museo de Louvre. Estos estudios sistemáticos constituyeron un hito de capital importancia en la historia de la arqueología local (Figura 01) A mediados del siglo XX, la demanda masiva de áridos para los rellenos en la Bahía de Cádiz de la base americana de Rota y la futura Barriada de la Paz en Cádiz, motivó un desmesurado crecimiento de las canteras en Gallineras y Cerro de los Mártires en la Isla. Con ello aumentaron los hallazgos fortuitos y la destrucción de yacimientos, superando los estragos de tiempos precedentes. En agosto de 1960, el profesor de la Universidad de Sevilla, Francisco Collantes de Terán, efectuó excavaciones arqueológicas en la zona de Gallineras, donde se localizaron los restos de una villa romana con mosaicos, un taller alfarero y una necrópolis. Estos trabajos inexplicablemente no tuvieron continuidad salvo las labores de rescate realizadas por aficionados locales y el grupo Geryón en contacto con el Museo Arqueológico Provincial de Cádiz. A mediados de los años 70 del siglo XX, esta misma institución dirigió una actuación de urgencia en la misma zona excavada por Pelayo Quintero en 1931. Eran los restos de una terma doméstica romana que eran amenazados por el avance inexorable de una cantera.

Ya en colaboración con la Universidad de Cádiz y bajo la dirección del profesor José Ramos Muñoz, se excavó el yacimiento prehistórico de El Estanquillo. Se completaron estos trabajos con prospección general del término municipal. Se intensifica la labor investigadora con el fin del siglo XX con nuevas excavaciones en Torre Alta, los Cargaderos, Sector III de Camposoto, Pery Junquera y un largo etcétera de intervenciones terrestres y acuáticas. Toda esta tarea quedó recopilada en la Carta Arqueológica de San Fernando en 2002.

Figura 03: Participantes en algunos de los primeros trabajos arqueológicos de la década de los sesenta realizados en la zona sur de San Fernando.

También en 1980 tras los estragos de una cantera en la carretera de Gallineras, Antonio Álvarez Rojas, realizó algunas catas para delimitar un conjunto de piletas de época romana, sin que se llegara a efectuar la necesaria excavación del complejo alfarero-salazonero. Constituido en 1984 el Grupo Municipal de Estudios Históricos de San Fernando, se acumulan los trabajos de prospección y excavación, ante el empuje destructivo que supuso la enorme expansión urbanística que sufrió la ciudad en ese momento. Entre las numerosas actuaciones asesoradas y algunos casos dirigidas por los técnicos de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, destacamos Las excavaciones de los Hornos Púnicos de Torre Alta y la villa roma de la avenida de la Constitución de 1978. (Figura 03 y 04)

Figura 04: Conducción de ladrillos y galería atribuidos a una posible mina de época antigua excavada en el Cerro de los Mártires. 9

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GEOARQUEOLOGÍA COSTERA DE LA ISLA DE SAN FERNANDO El Proyecto Antipolis. Oswaldo Arteaga Horst D. Schulz Anna-María Roos

Teniendo en cuenta que el objetivo fundamental de las jornadas pretende un cometido divulgativo dirigido a un público general, culto pero no experto, la ponencia que presentamos constará de tres partes expositivas, acompañadas de unas correspondientes proyecciones ilustrativas. Una primera, reseñando las técnicas actualmente aplicadas por la Geoarqueología, tomando como referencia las empleadas en la praxis para la realización del Proyecto Antípolis. En segundo lugar quedarán resumidos los principales conocimientos paleogeográficos y paleoambientales relativos a los cambios observados en la Bahía de Cádiz, siempre desde las perspectivas de la isla de San Fernando respecto del archipiélago gaditano. Finalmente, como una tercera síntesis remarcaremos, esta vez en relación con el proceso histórico del litoral, las cuestiones antrópicas que durante el Holoceno fueron coadyuvando a las transformaciones de la naturaleza hasta alcanzar las mismas la fisonomía del paisaje actual. En base a los resultados obtenidos en el Proyecto Antípolis hemos elaborado varios imágenes de la Bahía de Cádiz, que muestran una vista de su paisaje de Oeste a Este, como si fuera contemplado desde un globo aerostático, en distintos momentos que a partir de la época del máximo de la Transgresión Flandriense resultan interesantes desde el punto de vista arqueológico e histórico. Éstas son las siguientes: la bahía en los tiempos neolíticos hace unos 6500 años; en la época de los primeros asentamientos fenicios, hace unos 3000 años; en el Alto Imperio Romano, hace unos 2000 años; y en la época medieval del califato de Córdoba, hace unos 1000 años. Para remarcar los cambios en el paisaje acontecidos, a continuación se adelanta la reconstrucción más antigua de hace unos 6500 años en comparación con una vista de la bahía actual.

Figura 01: Proyecto Geoarqueológico Antípolis (Bahía de Cádiz). Representación gráfica de una reconstrucción de la bahía, cuando el mar alcanzó su nivel más alto en el Holoceno, después de finalizar la Transgresión Flandriense hace unos 6500 años. La vista se toma desde un punto elevado de Oeste a Este (Arteaga, Schulz Y Y y Roos, 2008: 49). 10

Se consignan en esta ponencia científica presentada al II Foro sobre Arqueología de San Fernando los resultados interdisciplinares que durante el otoño del año 2000 fueron obtenidos para la delimitación paleogeográfica del entorno costero de la “Isla de León” durante los tiempos prehistóricos, protohistóricos, antiguos y medievales, en el marco de investigación del Proyecto Geoarqueológico Antípolis.

Figura 02: Proyecto Geoarqueológico Antípolis (Bahía de Cádiz). A: Representación gráfica de una reconstrucción de la bahía, cuando los fenicios arribaron a sus costas hace unos 3000 años. B: Representación gráfica de una reconstrucción de la bahía en el Alto Imperio romano hace unos 2000 años. Las vistas se toman desde un punto elevado de Oeste a Este (Arteaga, Schulz y Roos, 2008: 50)

Figura 03: Proyecto Geoarqueológico Antípolis (Bahía de Cádiz). A: Representación gráfica de una reconstrucción de la bahía en la época del califato de Córdoba hace unos 1000 años. B: Representación gráfica de la actual bahía. Las vistas se toman desde un punto elevado de Oeste a Este (Arteaga, Schulz y Roos, 2008: 51).

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LA OCUPACIÓN DE LA ACTUAL SAN FERNANDO POR SOCIEDADES PREHISTÓRICAS. Balance de dos décadas de estudios e investigaciones. José Ramos Manuela Pérez Eduardo Vijande

1. Playa de Camposoto, 2. El Estanquillo 3. Camposoto 4. La Marquina A 5. La Marquina B 6. La Marquina C 7. Pago de la Zorrera, 8. Núñez 9. Huerta de Suraña A 10. Huerta de Suraña B 11. Huerta de la Compañía 12. Casa de Soto 13. Pago de Retamarillo 14. La Calera 15. Huerta del Contrabandista 16. Huerto del Tesoro-Colegio 17. Edificio Berenguer 18. Avenida de la Constitución 1 19. Granja Ardila, 20. Avenida Pery Junquera 21. Villarubí 22. Salina del Corazón de Jesús 23. Avenida Reyes Católicos 24. Cayetano Roldán 25. Playa de Fadricas 26. Casería de Ossio. Figura 01:Yacimientos prehistóricos localizados en el T.M. de San Fernando.

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El término de San Fernando cuenta con una superficie de 32 Km2, conformando un relieve básicamente llano, en el que las zonas más elevadas se sitúan en el Cerro de los Mártires y en Camposoto en una cota de unos 30 m.s.n.m. Esto genera un paisaje de tipo abierto, de suaves laderas. Su estructura geológica destaca por la presencia de materiales postorogénicos del Plioceno en la plataforma amesetada de la ciudad. En el Cerro de los Mártir es hay isleos de materiales del Trías -arcillas y yesos- y del Mioceno Superior -arcillas, arenas y calcarenitas-. El resto del territorio lo constituyen materiales recientes cuaternarios. En los años 80 del siglo pasado se habían localizado por varios aficionados locales evidencias de productos arqueológicos atribuidos a etapas prehistóricas que habían quedado depositados en el depósito municipal, germen del futuro Museo Histórico de San Fernando. Se habían dado noticias de los sitios de Camposoto, Casería de Ossio y Pago de la Zorrera. Además, en 1983 se realizó por parte del Museo Arqueológico Provincial de Cádiz una excavación en la zona de La Marquina, con registros del IIº milenio a.n.e. La excavación arqueológica de urgencia realizada por nuestro equipo de la Universidad de Cádiz en enerofebrero de 1990 en El Estanquillo aportó dos niveles de ocupación vinculados a grandes rasgos al Vº-IVº y al IIº milenios a.n.e. respectivamente. Su estudio y el contexto con el registro de evidencias de ocupaciones prehistóricas en la Bahía y Banda Atlántica de Cádiz nos llevó a plantear un proyecto general de investigación a la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que se desarrolló en la década de los 90 del siglo pasado, titulado: La ocupación prehistórica de la campiña litoral y banda atlántica de Cádiz. La primera campaña de prospección arqueológica superficial, del mencionado proyecto se realizó en el otoño de 1992 en el término de San Fernando, donde participamos de forma activa José Ramos, Manuela Pérez, V icente Castañeda, Jorge Cepillo, Francisco Martínez y Antonio Sáez. Colaboraron los entonces estudiantes Manuel Montañés y Cristina García. Hemos realizado una actividad en paralelo de control de los productos arqueológicos depositados en el Museo Histórico de San Fernando, y de estudio de los lugares de procedencia, sobre todo en la zona sur de San Fernando. Este trabajo y la prospección intensiva en la mencionada zona, que en los años 90 aún era rica en huertas permitieron

documentar muchos enclaves nuevos y confirmar las áreas de distribución-dispersión de los productos depositados en dicho museo (Ramos, coord., 2008. Apéndice III). De este modo hemos podido documentar como nuevos registros, y valorar datos de un total de 20 nuevas localizaciones prehistóricas.(Figura 01) En 1991, Francisco Giles y su equipo estudiaron un yacimiento paleolítico estratificado en la Avenida de la Constitución 1. En el marco del proyecto de prospección se realizaron estudios paleogeográficos y geomorfológicos.

Se documentaba una significativa presencia de enclaves neolíticos del Vº-IVº milenios a.n.e., enmarcados en yacimientos de la Bahía de Cádiz. El registro de los enclaves del IIº milenio se comprendía también en relación a la organización socioeconómica de la formación social, en el marco de la definición de sociedades clasistas iniciales, organizadas en la periferia en torno a centros nucleares.

En su momento nos llamó la atención la concentración de enclaves prehistóricos en la zona sur de San Fernando, cuestión lógica al ser la zona menos urbanizada en aquellos años. De todos modos se localizaron también hallazgos en la zona centro y norte de San Fernando. La prospección ha tenido varios niveles de intensidad. Ha sido mayor el seguimiento y control de los espacios situados en La Mesa de San Fernando (casco urbano y zona sur, incluida la zona militar), quedando las áreas de actual marisma, salinas y caños, con un nivel inferior de registros, debido a las dificultades de acceso y a lo reciente de su configuración como unidad natural de marismas. La prospección arqueológica que realizamos en San Fernando nos permitió vincular la relación de los yacimientos localizados con los del interior de las campiñas inmediatas. Se analizó la geología de los sitios, recursos, y se profundizó en el análisis de estos yacimientos en el marco de las ocupaciones de las sociedades tribales neolíticas y de las sociedades clasistas iniciales en la banda atlántica y bahía de Cádiz.

Figura 02: Elementos de hoz del II milenio del yacimiento de El Estanquillo (Ramos, 1993).

Se pudieron realizar estudios específicos de los recursos marinos, así como la utilización de la ganadería doméstica, como significativo recurso económico a partir del Vº milenio a.n.e. El análisis del yacimiento de El Estanquillo y el registro entonces documentado nos permitió organizar la secuencia diacrónica de los sitios localizados y plantear la dependencia en la organización social respecto a los núcleos de asentamiento situados en tierra firme, en las campiñas del interior. Como consecuencia de la campaña de prospección de 1992 en San Fernando se pudieron documentar los siguientes yacimientos. (Figura 02 y 03)

Figura 03: Elementos de hoz del II milenio del yacimiento de El Estanquillo (Ramos, 1993).

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El desarrollo progresivo de un modelo de urbanismo que ha transformado enormemente el espacio anteriormente ocupado por zonas militares y huertas, conllevó una paulatina documentación de evidencias, en diversas zonas del T.M. en los años 90, como Sector III de Camposoto, asociados a ocupaciones de Prehistoria Reciente, Residencial David Fase III –productos del IIº milenio a.n.e.-, Sector III de Camposoto, parcelas C, D y F -registros paleolíticos-. Un salto importante en la investigación arqueológico de San Fernando lo constituyó el proyecto Antípolis, desarrollado en los años 2000 y 2001, por un equipo interdisciplinar dirigido por los profesores Oswaldo Arteaga (Universidad de Sevilla) y Horst D. Schulz (Universidad de Bremen). Desde una visión dialéctica de la geoarqueología han estudiado la incidencia de las transformaciones del medio en las diferentes sociedades. Han podido documentar una reconstrucción de las diferentes líneas de costa en diversas etapas del Holoceno y en tiempos históricos. En 2002 miembros del equipo del Museo Histórico Municipal de San Fernando, con motivo de la construcción de Residencial Géminis, dentro del perímetro del yacimiento de Cerro de la Batería localizaron fragmentos de cerámicas a mano, que confirmaban el registro del IIº milenio a.n.e. de nuestra prospección de 1992. Un nuevo estudio de prospección se realizó con motivo de la Carta Arqueológica Municipal de San Fernando que en lo relativo a los yacimientos prehistóricos sintetiza y recopila los datos que se habían ido produciendo desde nuestra prospección de 1992. Hay que destacar nuevas aportaciones significativas, como consecuencia de los años transcurridos. La presentación de 3 nuevos sitios: I27.Eucaliptos, I-29.Sector III de Camposoto y I-28.Residencial David. Había también referencias a documentación de productos del III milenio a.n.e. en la zona de Huerta de la Compañía. Un hallazgo muy destacado fue la documentación de Calle Asteroides, con un interesante registro estratigráfico del IIº milenio a.n.e. La presentación de nuestra memoria del proyecto banda atlántica de Cádiz permitió revisar de nuevo los datos localizados hasta 2008, aportando información individualizada de cada yacimiento, con una introducción de la historia de la investigación de cada sitio, localización geográfica y geológica, cartografía, coordenadas, valoración de las áreas de dispersión, cronología relativa, productos arqueológicos y una valoración sucinta.

Con posterioridad el gran hallazgo ha sido la localización, excavación y estudio del yacimiento de Campo de Hockey, con ocupaciones del IVº y IIº milenios a.n.e., que harán replantear las ocupaciones prehistóricas en San Fernando en su contexto de la Bahía de Cádiz. En este trabajo presentado al IIº Foro sobre Arqueología de San Fernando expondremos una síntesis de los datos y registros disponibles vinculados con las ocupaciones por sociedades prehistóricas en el actual término municipal de San Fernando. Se incidirá en los modos de vida y de trabajo desarrollados por estas sociedades cazadorasrecolectoras, tribales comunitarias y clasistas iniciales en el contexto de la Bahía y Banda Atlántica de Cádiz. También queremos plantear la necesidad de seguimiento de las investigaciones arqueológicas y prehistóricas y sobre la necesaria valoración de los modestos enclaves prehistóricos -que pueden todavía localizarse en perfiles estratigráficos, y espacios no urbanizados de la ciudad-, que constituyen una parte destacada del legado histórico y no deben ser descuidados en los controles y estudios arqueológicos. Asimismo, es necesario un paso adelante después de toda una trayectoria de aportaciones y debates teóricos en arqueología, en la búsqueda de respuestas a las preguntas planteadas. En estos momentos de mayor tecnificación es necesaria una reflexión sobre la práctica de nuestra profesión con un trabajo que sólo puede hacerse en equipos amplios de especialistas, dado que algunas preguntas que se plantearon en 1994 aún no están solucionadas

EL YACIMIENTO AEQUEOLÓGICO DE CAMPO DE HOCKEY. Un poblado de seis mil años en la isla de San Fernando Eduardo Vijande Vila

Las investigaciones arqueológicas desarrolladas en San Fernando desde principios de los años 90 del siglo pasado, han contribuido a incrementar exponencialmente el conocimiento sobre la época prehistórica en nuestra ciudad. Pese a todo, descubrimientos como el del poblado de Campo de Hockey en el año 2007 nos ponen de manifiesto lo poco que, todavía, conocemos sobre la Historia de nuestra ciudad. Si interesantes son los descubrimientos arqueológicos desarrollados durante las tres últimas décadas, más interesantes si cabe son los yacimientos arqueológicos que quedan por descubrir y que, si no acabamos por destruir , nos acercarán al conocimiento de nuestros orígenes. Con anterioridad al descubrimiento de Campo de Hockey, la escasa entidad ( a priori ) de los yacimientos prehistóricos conocidos, llevaron a plantear la hipótesis de una ocupación marginal de la Isla de San Fernando, relacionada con actividades concretas como la siega, la ganadería o la recolección de especies vegetales y productos marinos. Esta hipótesis se vio además reforzada por la propia orografía insular ofrecida por nuestra ciudad en esa época. Por lo tanto, hasta el descubrimiento del yacimiento de Campo de Hockey la Prehistoria Reciente de este territorio se mostraba muy débil. Para época Neolítica únicamente teníamos constancia de una serie de localizaciones superficiales y de un nivel de excavación documentado en el yacimiento de El Estanquillo. Este nivel no presentaba estructuras y sus excavadores lo interpretaron como un área marginal en el asentamiento, en al marco de las erosiones de la ladera. El periodo Calcolítico (III milenio a.n.e.) era y sigue siendo un total desconocido en nuestro territorio. No tenemos constatados yacimientos superficiales adscribibles a estos momentos y, menos aún, estructuras o niveles arqueológicos. Probablemente este vacío de conocimiento de más de mil años responda a un vacío en la investigación y futuras excavaciones arrojen luz sobre este interesante momento histórico. La Edad del Bronce (II milenio) sí se encuentra algo mejor representada; la excavación de El Estanquillo permitió la documentación de un enterramiento, un área de producción y un área de consumo adscribibles según sus excavadores al Bronce Pleno.

Figura 01: Labores de excavación y conservación de los enterramientos de la Necrópolis de Campo de Hockey.

En el año 2007 los trabajos para la construcción de un campo de hockey hierba pusieron al descubierto –y destruyeron- numerosos restos arqueológicos pertenecientes 15

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a la Prehistoria Reciente. En julio de 2007 D. Antonio Sáez Espligares (Subdirector del Museo Histórico Municipal de San Fernando) comunicó a la Delegación Provincial de Cultura dichos hallazgos y, poco después, la empresa de arqueología FIGLINA, S.L., desarrolló una excavación arqueológica entre agosto de 2007 y julio de 2008 dirigida por D. Eduardo V ijande Vila. El yacimiento de Campo de Hockey se localiza en la zona sur de San Fernando, muy próximo al conocido Cerro de los Mártires, en una pequeña vaguada que de forma suave acaba desembocando en el Caño de Sancti-Petri. Se asienta en una tradicional zona de huertas, en terrenos de suelos de tipo Rincones muy aptos para el desarrollo de cultivos de secano. En época neolítica la Isla de San Fernando era uno de los principales islotes que conformaban el archipiélago gaditano, junto a las Islas de Cádiz, la Isla de Sancti Petri y la Isla de Camposoto. Pero, pese a esta insularidad, la Isla de San Fernando presentaba un gran potencial de recursos susceptibles de ser utilizados por estas comunidades (suelos para el desarrollo de prácticas agrícolas y ganaderas, rocas y minerales para la confección de herramientas y, obviamente, una amplia variedad de recursos marinos). Las diversas estructuras de hábitat y de almacenamiento localizadas en el yacimiento de Campo de Hockey, unidas a la existencia de un gran necrópolis perfectamente planificada, nos atestiguan la intensa ocupación que experimentó la Isla de San Fernando desde, al menos, finales del V milenio a.n.e. (Figura 01)

Figura 02: Enterramientos en fosa simple. 16

En este yacimiento se han documentado estructuras y niveles de ocupación para dos fases muy concretas de la Prehistoria Reciente: - Para la Edad del Bronce (II milenio a.n.e.) se han localizado diversas estructuras interpretadas como fondos de cabañas. Dos de estos fondos de cabañas se han hallado en la necrópolis neolítica, con la consiguiente destrucción de algunos enterramientos. Igualmente, observamos la reutilización de la parte superior de los pozos de almacenamiento neolíticos como estructuras de hábitat en el II milenio a.n.e. - A época Neolítica (tránsito V-IV milenios a.n.e.) corresponden un total de 5 estructuras circulares (pozos) concentradas en la parte central del solar. Creemos que fueron utilizadas como “silos” de almacenamiento, desconociéndose hasta el momento qué tipo de producto o productos fueron los almacenados. Lo que sí resulta evidente, a tenor de las dimensiones de estas estructuras, es que el almacenamiento fue masivo. Por otro lado, en la parte baja del solar se ha localizado una necrópolis de gran interés ya que se trata de uno de los pocos testimonios de enterramientos de tipo individual registrados en la Baja Andalucía para estas cronologías. Esta necrópolis constituye hasta el momento el cementerio más extenso y más antiguo de la Bahía de Cádiz durante la Prehistoria. Nos mostramos muy interesados en el estudio de esta necrópolis Neolítica. El elevado número de enterramientos, y su buen estado de conservación, nos va a permitir desarrollar un estudio antropológico que nos ayude a conocer mejor los modos de vida de estos primeros pobladores isleños. Los ajuares constituyen igualmente una línea de investigación de gran interés. La presencia de los elementos de ajuar de mayor valor en las tumbas más notables nos sugiere incipientes procesos de jerarquización. Igualmente, el estudio de los objetos exóticos (ámbar, variscita, turquesa, etc.) nos aportan datos sobre las redes de distribución de productos y las desigualdades sociales existentes.(Figura 03) Se han localizado un total de 83 enterramientos en esta necrópolis neolítica. Son inhumaciones individuales (aunque existen algunos casos de enterramientos dobles o triples), con los sujetos depositados sobre el lado derecho, con piernas y brazos flexionados y con las manos ubicadas a la altura del pecho o bajo el rostro. Hemos constatado una gran variedad de estructuras funerarias que van desde las

más simples a las más monumentales: enterramientos en fosa simple, fosas con lajas de arenisca en uno de los laterales, fosas con lajas a modo de cubierta, cistas, fosas con túmulo y un enterramiento de tipo megalítico.(Figura 04) El estudio de la necrópolis nos va a permitir conocer mejor “el mundo de los muertos”, pero también “el mundo de los vivos”, en claro contraste con los datos obtenidos del análisis de las áreas de hábitat y de producción y del estudio del territorio en el que estas comunidades se desenvolvieron. Son muy numerosas las preguntas que le estamos formulando a esta magnífica necrópolis de Campo de Hockey, y se hace necesario un estudio interdisciplinar (antropológico, malacológico, paleopatológico, mineralógico, traceológico, palinológico, antracológico, etc.) para dar respuesta a estos interrogantes y acercarnos, de este modo, al conocimiento de las sociedades que habitaron el territorio insular de San Fernando durante la Prehistoria Reciente.

Figura 03: Enterramiento en fosa con lajas laterales inclinadas 45º (E4-C13A).

Por último, queremos dejar bien claro que Campo de Hockey no constituye la totalidad del yacimiento prehistórico, sino una parte indeterminada del mismo. Una vez finalizada nuestra excavación arqueológica podemos decir que este yacimiento prehistórico es de excepcionales dimensiones. Hemos excavado un tercio de la necrópolis, quedando otro tercio por excavar bajo el actual césped del campo deportivo (desgraciadamente, el tercio restante quedó destruido por la acción inicial de la maquinaria). Asimismo, hemos podido comprobar cómo este asentamiento se extiende fuera de los límites de este solar en dirección este, oeste y norte. Desgraciadamente, los terrenos que se extienden hacia la zona oriental fueron edificados sin control arqueológico. Confiamos en que las administraciones competentes velen por la salvaguarda de este yacimiento en los solares que aún quedan por edificar al oeste y norte de Campo de Hockey.

Figura 04: Túmulo de la estructura megalítica E11-C14.

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UNA PARTE MÁS DE GADIR: actividades económicas y cultuales desarrolladas por los fenicios en el actual territorio isleño. Antonio M. Sáez Romer o

Ha existido tradicionalmente la creencia, que aún perdura en ambos sectores de la ciudad, de que su historia y los vestigios más antiguos del pasado común isleño no remontaban a una antigüedad comparable a la de municipios vecinos, dotados de una verdadera historia memorable y digna de ser investigada y cultivada. Los restos que maltrechos y abandonados iban aflorando paulatinamente en el término municipal fueron por ello habitualmente minusvalorados y silenciados, cociendo a fuego lento durante demasiado tiempo el caldo de la falta de una conciencia sobre el verdadero papel de dichos vestigios y su significado histórico y social. En ello ha pesado sin duda la inexistencia de investigaciones profundas durante mucho tiempo en los archivos y sobre el terreno, y la conformación en base a estas ausencias de dogmas indiscutibles como el que la ciudad y el poblamiento de la zona no existieron antes de la instalación de los colectivos militares y arsenales en el siglo XVIII. Una prospección epidérmica en la bibliografía erudita generada sobre la historia de la ciudad hasta fechas muy recientes puede proporcionar una idea aproximada del calado que dicha tradición ha adquirido en el inconsciente general isleño,

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pero también encontramos buenas muestras de ello en las más recientes celebraciones de efemérides decimonónicas (como el bicentenario constitucional y del sitio francés recientemente finalizado) que han hecho pasar prácticamente de puntillas de forma invisibles algunos de los hallazgos arqueológicos isleños más punteros registrados en la bahía en las últimas décadas, caso de la famosa y malparada necrópolis prehistórica del actual Campo de Hockey . Teniendo en cuenta estos presupuestos de partida, podría pensarse que estas tendencias están fundamentadas en la ausencia de restos, o en su poca importancia, pero sobre todo en que el estado de nuestros conocimientos fruto de la negación y del olvido debería ser hoy prácticamente nulo. Nada más lejos de la realidad, como lo prueban los contenidos de varias salas del museo municipal, si bien es verdad que el camino a recorrer hasta el estado de la cuestión actual no ha sido rápido ni sencillo. De hecho, si en general la investigación arqueológica del subsuelo de la ciudad no ha florecido hasta dos décadas atrás (con la consiguiente falta de incorporación de sus datos a la construcción de una renovada historia isleña, contextualizada y no excluida de la bahía), el estudio de la fase fenicio-púnica ha sido uno de los principales impulsores de este estímulo, aunque continua siendo aún hoy una gran desconocida para el gran público fuera de los circuitos de información científicos. Su incorporación al discurso global del pasado fenicio de la bahía ha sido compleja, debido a la enorme descompensación de información y tradición con la que se contaba, pero los trabajos de los últimos años han conseguido devolver al territorio insular meridional a su papel originario en el entramado metropolitano que conformó el asentamiento fenicio-púnico trimilenario de Gadir . Este poblamiento prerromano de lo que hoy es San Fernando estuvo polarizado en dos facetas íntimamente ligadas pero netamente diferenciadas desde el inicio de la presencia fenicia en la bahía en los albores del I milenio a.C.: por una parte, el famoso santuario de Melqart, principal lugar de culto de la ciudad antigua; y por otro, un enorme engranaje conformado por explotaciones de tipo industrial relacionadas tanto con la pesca como con la extracción de sal, tintes purpúreos o sobre todo la alfarería. Estos serían los dos ejes principales del poblamiento antiguo de la isla de Cádiz y de la costa de la bahía durante muchas centurias, viéndose

potenciado el sistema en época romana a partir del nacimiento de una economía con más intervención del capital privado y de un mecanismo de ocupación del territorio más estandarizado (centuriatio/fundi) en el que las explotaciones rurales dispersas (villae), a veces de gran tamaño, dispondrían habitualmente de complejos industriales (pars fructuaria) además de lujosas áreas residenciales ( pars urbana). Conocemos poco de la pesca o de la extracción de sal, dos actividades que sin duda se vieron beneficiadas por la formación ya entonces de las primeras marismas de limos grises similares a las que actualmente rodean la ciudad, espacios óptimos para labrar tajos de salinas, corrales y esteros y practicar la pesca con diversas artes (tanto redes como anzuelos, arpones o nasas). El aprovechamiento salinero debió ser muy importante ya desde

época fenicia, dado que era un producto de primera necesidad (para la cocina y conservación de los alimentos, entre los cuales destacan las salazones de pescado) y objeto de comercio de gran valor, y seguramente las zonas intermareales del entorno del actual caño de Sancti Petri albergaron tajos y esteros incluso hasta las proximidades del islote homónimo. Precisamente en este extremo meridional del actual San Fernando se alzaba el famoso templo principal dedicado a Melqart, divinidad tutelar de Gadir , el cual probablemente contó con pocas estructuras monumentales (acaso una torre o faro rodeado de capillas, almacenes de ofrendas y edificios administrativos) pero se mostraba con su sobriedad como un hito vital en la navegación a la llegada a la bahía tras cruzar

Figura 01: Bronces fenicios del entorno subacuático de Sancti Petri (Foto A. Sáez Espligares). 19

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las Columnas de Hércules y en la despedida de los navegantes que retornaban a múltiples destinos en el Mediterráneo, delimitando el límite meridional del territorio de la ciudad. Además del peculiar culto desarrollado, que incluyó la realización de aclamados oráculos que hicieron famoso internacionalmente el santuario, este templo debió ejercer importantes funciones relacionadas con la acumulación de saberes (archivos y bibliotecas, visitas de eruditos) y la gestión de la navegación y el comercio, recibiendo tanto en época fenicia como romana una parte de los beneficios de las empresas (diezmo) como ofrendas por la protección del dios y la obtención de buenos augurios. Es posible que la acumulación de riquezas permitiese su intervención en negocios muy lucrativos, como las cercanas salinas o alfarerías diseminadas por la isla gaditana. Algunos autores han relacionado incluso el templo con la aparición de la moneda de Gadir entre los siglos IV/III a.C., siendo la primera ciudad de toda la zona del Estrecho en contar con acuñaciones propias y adaptarse así a las nuevas exigencias de un mundo ya por entonces cada vez “más global”. Este santuario debió ser fundado con anterioridad o al mismo tiempo que la propia ciudad, en los inicios del I milenio a.C., tal y como recuerda el geógrafo griego Estrabón (III, 5, 5) cuando señala que “(…) en la tercera expedición fundaron Gadir y alzaron el santuario en la parte oriental de la isla y la ciudad en la occidental” . (Figura 01)

Figura 02: Distribución del poblamiento de época púnica en la bahía de Cádiz.

Figura 04: Horno alfarero tardopúnico de Torre Alta (foto V. Castañeda Fernández). 20

A pesar de su innegable importancia no sólo en la historia local, sino en general en el devenir de los fenicios occidentales, las investigaciones en pos de la búsqueda y análisis del templo han sido hasta hoy muy intermitentes y de escasa profundidad. Gracias a diversos hallazgos puntuales de estatuaria romana y exvotos fenicios, existe hoy cierto consenso en que su ubicación estaría en la franja delimitada por la Punta del Boquerón, el islote de Sancti Petri y la desembocadura del propio caño, sin que hasta ahora se hayan realizado campañas arqueológicas subacuáticas sistemáticas o exploraciones en lugares como las áreas dunares de la punta sur de la isla.De cualquier forma, la relación del templo con el territorio insular parece poco cuestionable, y algunos textos como nuevas descripciones debidas a Estrabón (III, 5, 3) dejan claro su situación: “El Herakleion está en la otra parte, hacia el oriente, en el lugar donde la isla se acerca más a la tierra firme, de la que no está separada más que por un canal de un estadio de ancho”.

Podemos señalar sin titubeos que se trata de la gran asignatura pendiente de la arqueología fenicia de la bahía gaditana, que esperemos se vea incentivada para su desarrollo con medidas como la reciente restauración del castillo dieciochesco que hoy ocupa el islote. Pero si alguna actividad económica fue característica en la Antigüedad del terreno ocupado por San Fernando fue sin duda por la implantación de un gran número de talleres dedicados a la producción de cerámicas, que aprovecharían entre los siglos VI y I a.C. la abundancia en la isla de arcillas y material vegetal para alimentar los hornos. Es posible que estos alfares se ordenasen en pequeñas parcelas, situadas en áreas donde los recursos naturales eran óptimos, y que fuesen explotadas en régimen de usufructo durante un tiempo, construyendo hornos de adobe, grandes fosas usadas como cantera y como vertedero, pequeñas necrópolis donde se enterraban los artesanos y otras zonas presumiblemente destinadas a almacenes, tornos, pintado, etc. Aunque en estos talleres se fabricaron gran cantidad de tipos de cerámicas diferentes, como vajillas de mesa de uso cotidiano, recipientes de almacenaje doméstico, morteros, figuras de terracota de uso cultual, entre otros, sobre todo su actividad se centró en la manufactura de ingentes cantidades de ánforas, que posteriormente transportarían en su interior las salazones de pescado que eran una de las principales fuentes de riqueza de la ciudad y de la región del Estrecho.

Figura 03: Horno 1 del alfar fenicio tardoarcaico de Camposoto (foto A. Sáez Espligares).

El estudio arqueológico de la morfología y dispersión mediterránea de estas ánforas ha permitido constatar que el comercio de estos productos dirigido desde la bahía gaditana alcanzó amplísimas zonas del Mediterráneo central y oriental, siendo celebrada la salazón de Gadir en la comedia y en los tratados médicos griegos de época clásica como una de las de mejor calidad y mayor precio. Actualmente, el estudio intenso que se está llevando a cabo de estos talleres cerámicos está aportando una valiosa información arqueológica e histórica que trasciende con mucho los límites de la microhistoria local, y se está revelando como uno de los principales pilares en la investigación sobre la ciudad antigua.

Figura 05: Sellos estampados sobre ánforas de Torre Alta (fotos A. Muñoz Vicente/ A. Sáez) 21

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TIEMPOS DE CAÑAILLAS, ATUNES Y PÚRPURA EN AD PONTEM Y AD HERCULEM. Recodificando la memoria de San Fernando en la Antigüedad Clásica. Darío Bernal Casasola

En este trabajo se analizará de manera sucinta la visión que actualmente tenemos de la aglomeración secundaria constituida en San Fernando en época romana y en la Antigüedad Tardía, pues al carecer de estatuto jurídico no llegó a constituir nunca una ciudad en sentido estricto. Por el contrario, fueron dos hitos significativos, el santuario de Hercules Gaditanus en la costa –antiguo templo de Melqarty el puente de acceso a hacia Gades –Puente Zuazo- los que se convirtieron en focos de atracción poblacional generando esos dos núcleos, conocidos como Ad Pontem y Ad Herculem, que citan las fuentes itinerarias romanas. (Figura 01) Se analizarán las evidencias arqueológicas romanas conocidas tratando de reflexionar sobre la fisonomía que pudo tener San Fernando en la Antigüedad Clásica y en la Antigüedad Tardía, incidiendo en la importancia del paso del acueducto de Cádiz por esta zona de la Isla de león o en el patrón de asentamiento característico de este asentamiento insular, caracterizado por villae productivas situadas en el litoral, volcadas en la explotación de recursos del mar .

Figura 01: Mapa de San Fernando en el que se ha diseñado el trazado hipotético de las Vías Augusta y Heraklea, así como la posible localización de los topónimos Ad Pontem y Ad Herculem (a partir de Sáez et alii 2004). 20

La Bahía de Cádiz se ha caracterizado, desde tiempos inmemoriales, por su importancia en la explotación de los recursos marinos. En el ciclo de la pesca y de la industria conservera este ámbito geográfico ha operado de manera integrada desde al menos época púnica, momentos en los cuales se instalaron en la Isla de León los alfares nutrientes de envases anfóricos para las conservas ultramarinas. Con la conquista romana y con la entrada oficial de Gadir en la órbita itálica desde finales del s. III a.C. las actividades alfareras y pesqueras continuaron, constituyendo un fiel exponente del mantenimiento de las tradicionales locales y de las ventajas del pacto con Roma. A partir de época tardorrepublicana y especialmente a inicios del s. I d.C., con César y Augusto y en la política general de mutación del paisaje cultural de la bahía gaditana, en San Fernando asistimos a cambios estructurales de gran importancia.

A este último apartado se prestará especial atención, tratando de rememorar los aspectos que hicieron importante a San Fernando durante la ocupación romana, que no son otros que la pesca y la industria conservera. La importancia de sus salinas - campi salinarum -, la producción de salazones y salsas saladas de pescado, la acuicultura posiblemente y la manufactura de púrpura son algunos de sus elementos

más señeros. (Figura 02) Precisamente la explotación de moluscos marinos –cañaillas especialmente- ha sido desde siempre una de las características de esta localidad gaditana, llegando incluso a determinar su gentilicio (Figura 03). Esta Intensiva explotación del murex brandaris y del hexaplex trunculus encuentra en recientes excavaciones arqueológicas una confirmación manifiesta (c/ Luis Milena), pues además de la importancia de estos productos en la gastronomía y en las industrias haliéuticas –pesqueras- su potencialidad para la obtención del preciado colorante violáceo, la púrpura, fue otro de los aspectos más lucrativos de estas comunidades litorales. (Figura 04) Tras haber pasado casi una década de la elaboración de la Carta Arqueológica de San Fernando, publicada en el año 2005 pero con información de las anualidades precedentes, se tratará asimismo de reflexionar sobre las novedades conseguidas en los últimos años, contextualizando, en la medida de lo posible, los hallazgos arqueológicos romanos más significativos acontecidos en los últimos años. Y, especialmente, intentaremos parangonar el modelo poblacional constatado en San Fernando en la Antigüedad con otras localizaciones romanas del Círculo del Estrecho y de las provincias occidentales del Imperio en las cuales existe información sobre aldeas o aglomeraciones menores -los vici y pagi- pudieron ser de similar naturaleza.

Figura 02: Vista parcial de una de las piletas documentadas en la villa romana de Gallineras (foto archivo MHMSF).

Figura 03: Detalle de diversos ejemplares de murex brandaris y hexaplex trunculus (cañaillas) fracturados intencionalmente provenientes del conchero de la C/ Luis Milena.

Figura 04: Perfil estratigráfico del conchero documentado en la C/ Luis Milena. 23

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ALFARES ROMANOS INSULARES. El motor de la economía en San Fernando durante la Antigüedad Clásica.

Defendemos el concepto de Historia Local como método histórico de analizar lo concreto, lo particular dentro de una globalidad que en ocasiones descuida o excluye esos detalles que hacen de la Historia esa amalgama de hechos y sucesos que poco a poco se van desarrollando y van gestando sin casi darnos cuenta una sociedad. Pero esa defensa en la Historia Local no debe estar enfrentada con lo mencionado en las líneas anteriores. Una Historia Local que no mire en el entorno para explicar el porqué de los sucesos y no los contextualice en ese espacio, nunca podrá ser útil para la sociedad que la demanda.

José Juan Díaz Rodríguez

Y es que si San Fernando se caracteriza a lo largo de la Historia por algo, es porque sea el tiempo histórico que sea, sea el grupo social que sea, todos los sucesos que los historiadores y arqueólogos relatan, no pueden desasociarse de lo acontecido en el resto de la Bahía de Cádiz. En este sentido, hablar de época romana en San Fernando es hablar del Gades romano (Figura 01), y no porque existiera una relación de dependencia con la actual ciudad de Cádiz, sino que en la Antigüedad, el término de ciudad no sólo integraba el espacio situado intramoenia, es decir; el terreno situado al interior de las murallas sino que se extrapolaba a todo su territorium, es decir; toda esa área del entorno inmediato en el que se desarrollaban las actividades cultuales, económicas, comerciales o incluso propias del inframundo.

La isla de San Fernando presenta un pasado patrimonial envidiable que debe ser conocido, conservado y difundido por todos sus conciudadanos, pues no hay dignidad más alta que la de poder llevar por bandera la Historia de tu ciudad y sentirte identificado con las raíces históricas de la tierra que te ha visto nacer, crecer y desarrollarte como persona. Todo esto debería realizarse desde la objetividad más absoluta sin caer en localismos inoportunos, perniciosos y trasnochados que se alejan de la más fiel lectura de los acontecimientos históricos que aquí se han desarrollado desde las primeras ocupaciones humanas hasta la actualidad. Querer descifrar San Fernando y su Historia en singular, sin contar con lo vivido (y en ocasiones sufrido) en el entorno inmediato de su bahía de Cádiz, dejaría un mensaje aislado e incompleto cuyas claves no serían apenas esbozadas.

Por eso como Gades romana también debe entenderse el área de necrópolis que se situó en lo que en

Figura 1: Reconstrucción ideal de la zona urbana de Gades en época altoimperial (Dibujo de F. Salado en Guerrero et alii 2001). 24

época contemporánea se ha conocido como el Cádiz de extramuros, así como los territorios de la actual Rota, El Puerto de Santa María, Puerto Real, San Fernando o Chiclana; áreas éstas que ya fueran insulares –como fue San Fernando- o en la retrotierra –caso del resto- se caracterizaron por ser intensamente explotadas por los gaditanos de la época. Allí se ubicaron las villae o asentamientos rurales en los que además de las dependencias residenciales se instalaron fábricas para la transformación y aprovechamiento, principalmente, de los recursos pesqueros pero también de aquellos procedentes de la explotación de la tierra –viñedos, ganado, etc.-. Junto con estas villae, en la tierra firme además se han documentado instalaciones industriales exentas de todo tipo de ambiente residencial, lo que indica el grado de aprovechamiento y producción que alcanzó la bahía de Cádiz en época romana. La concentración de estos asentamientos en determinadas áreas de la bahía de Cádiz dio lugar a aglomeraciones secundarias rurales que, careciendo de status iuridicus propio, generaron una serie de topónimos que son rastreables por la Arqueología en nuestro días. Así la identificación del topónimo Ad Portum que aparece en los vasos de Vicarello –inicios de época imperial- debe relacionarse con algunas de estas aglomeraciones existentes en la retrotierra, ya sea en el actual término municipal de Puerto Real o en el de El Puerto de Santa María. Por su parte, en el llamado Itinerario Antonino –s. III d.C.- aparecen los topónimos de Ad Pontem y Ad Herculem

para referirse a los asentamientos rurales que se concentraron respectivamente en torno a los hitos del Templo de Hércules en la vía Heraklea y seguramente alrededor del Puente Zuazo en la zona de paso de la vía Augusta del continente hacia las islas. Estas dos concentraciones debieron agrupar diferentes villae, puesto que como particularidad con el resto de la bahía, por el momento en San Fernando se desconocen instalaciones productivas autónomas que no puedan relacionarse con áreas de hábitat anexas.(Figura 02) En este sentido, en la zona meridional de San Fernando, y jalonando el caño de Sancti Petri, se situaron varias de esas villae como ejemplifican los yacimientos de Avda. Constitución, Cerro de la Batería, Gallineras – Cerro de los Mártires oAlmadraba – Casa Pepe En todas ellas, se visualiza un aprovechamiento intensivo de los recursos, sobre todo marinos, traducido en la localización de numerosas piletas que pudieran haber sido utilizadas para salar pescado o para incluso cultivarlo y engordarlo a modo de piscifactorías. De igual forma, la explotación de otro de los recursos naturales por excelencia de este territorio, como fueron los múrices –cañaillas- y el empleo de sus glandes purpurigéneos para la industria textil debió ser otra de las puntas de lanza del elenco productivo de estas instalaciones. Por último, pero como veremos a continuación no por ello menos importante, también en el territorio de la actual San Fernando se ubicaron diversos talleres alfareros anexos a esas villae que favorecieron la exportación y comercialización de los productos elaborados a partir de su envasado en ánforas

Figura 2.: Mapa del término municipal de San Fernando con la localización de los yacimientos arqueológicos de época romana registrados en la Carta Arqueológica Municipal de San Fernando (Bernal et alii 2005). 25

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Figura 3: Detalle de uno de los hornos de cocción cerámica documentados en el alfar de Gallineras – Cerro de los Mártires (foto archivo MHMSF).

Figura 4: Producción cerámica del alfar de Gallineras – Cerro de los Mártires donde se pueden observar restos de ánforas (nº 1-5), cerámica común (nº 6), material latericio (nº 7), lucernas (nº 8) y máscaras (nº 9). Dibujos de A.M. Sáez y R. Corzo (1982).

Figura :. Fallo de cocción de un ánfora del taller alfarero de La Almadraba. 26

manufacturadas en dichos alfares. En esto, San Fernando no fue ajeno al resto de la bahía de Cádiz donde casi un centenar de figlinae –talleres alfareros- estuvieron activos en diferentes momentos del mundo romano. Esta multiplicación de sitios destinados a una misma actividad productiva en un área geográfica concreta ha venido denominándose en la bibliografía más reciente como foco de producción. En la Hispania romana son varias las zonas que presentan concentraciones industriales de este tipo, asociadas muchas veces como industria suplementaria a otras como pueden ser las relacionadas con la producción del aceite o con el vino. Ejemplos de estos focos de producción pueden ser los emplazados en torno al valle del Guadalquivir con motivo de la necesidad de poseer contenedores anfóricos para el envasado del aceite bético o los existentes en la costa nororiental peninsular relacionada con la actividad vitivinícola. En nuestro caso, las alfarerías gaditanas, y en esto las ubicadas en San Fernando mantienen esa característica, tuvieron como principal objeto manufacturado unos prototipos de ánforas que se emplearon para la conservación de pescado salado y de salsas procedentes de la maceración de éstos. En este sentido, la industria alfarera florecerá al socaire de la efervescencia de la fama que en todo el mundo romano consiguieron las salsas y salazones gaditanas; fama que por otro lado fue recogida por distintos autores latinos como Estrabón, Columela o Galeno. Una de las particularidades que presenta la zona insular de San Fernando con respecto al resto del territorium continental de la Gades romana se encuentra en la existencia de una tradición alfarera prerromana que se remonta a época fenicia tardoarcaica sin evidencias duraderas de discontinuidad hasta época romana, mientras que en el resto de espacios no insulares no será hasta época tardorrepublicana, básicamente en el s. I a.C., cuando esta actividad comience a llevarse a cabo en dichos territorios. Es a partir de esos momentos cuando también en San Fernando podemos hablar de una alfarería plenamente romana, puesto que en las décadas anteriores desde que Gadir había pasado a la órbita romana a finales del s. III a.C., los sistemas de producción, la arquitectura alfarera y los modelos tipológicos de piezas cerámicas púnicas no habían sufrido grandes transformaciones. Sin embargo, desde el s. I a.C. y más concretamente a partir de su segunda mitad se observa en el registro arqueológico de los alfares de San Fernando ciertos cambios estructurales que nos remiten ya a modos de producción netamente romanos. Desde esos momentos dichos cambios quedarán fijados en el repertorio cerámico y en la arquitectura alfarera de los talleres, los cuales irán aumentando tanto en número como en niveles de

producción durante toda la centuria siguiente, en la cual se alcanza el cénit. En la actual San Fernando estuvieron activos para dichos momentos los alfares de Pery Junquera 2, CIR – Eucaliptos, La Almadraba – Casa pepe, Gallineras – Cerro de los Mártires, Cerro de la Batería, Centro Atlántida, Entorno del Castillo San Romualdo y Fadricas (Figura 03) . Sin embargo, y como ocurre en el resto del polo productivo gaditano el s. II d.C. será un momento de crisis para este sector, desapareciendo la mayor parte de estos talleres, si bien la actividad no va a cesar por completo puesto que enclaves alfareros como los de Gallineras – Cerro de los Mártires o Fadricas mantendrán o incluso aumentarán (caso de ese último) su productividad. Este languidecimiento de la industria alfarera gaditana en momentos medio imperiales será aún mayor para época tardorromana donde el panorama es desolador, pues de los más de cincuenta talleres activos durante época altoimperial, apenas se mantuvo en funcionamiento un único establecimiento sito en el término municipal de Puerto Real; el alfar de Puente Melchor. A éste y de manera puntual le acompañó un taller ubicado en San Fernando, el de la C/ Albardonero, lo que indirectamente vuelve a demostrar la importancia de este territorio insular en el devenir de la alfarería gaditana incluso en el ocaso de su industria romana. Ya se ha puntualizado que el principal mercado de estos centros productivos fue la industria salazonera, al ser las ánforas el principal producto elaborado en estas figlinae. La gran mayoría de los modelos anfóricos de salazones gaditanas serán torneados en los talleres isleños, aunque si hay que destacar alguno en cuanto a su nivel de producción deberíamos nombrar a un ánfora que se comienza a manufacturar a partir de época augustea –finales del s. I a.C.- y que se mantendrá como icono de los envases de salazón de pescado gaditano hasta final de la centuria siguiente. Nos estamos refiriendo al modelo conocido en el ámbito científico con la nomenclatura de Dressel 7/1 1. Pero no sólo de salazones vivieron los alfareros locales. Junto con el modelado y posterior cocción de ánforas, en la gran mayoría de los alfares isleños se completó el elenco productivo con otro tipo de piezas cerámicas como pudieron ser diversos modelos de ladrillos, cerámicas comunes o incluso elementos de un uso y calidad más refinada. En este último caso, el protagonismo se lo lleva el alfar de Gallineras – Cerro de los Mártires donde, además de los elementos antes citados, en los hornos altos situados en las inmediaciones de la actual ermita se fabricaron otros objetos de mayor calidad. En este sentido, se conoce la existencia de un alfarero, de nombre Caivs Ivnivs Dracvs, que debió trabajar en dicho taller , pues en diversas

lucernas – candiles romanos de iluminación-, documentadas en ese lugar se han encontrado estampada su firma CIUNDRAC. Junto con esas lucernas, en este mismo taller la diversificación de objetos de mayor calidad fue palpable al haberse podido asegurar la fabricación de terracotas y haberse planteado la posible producción de otros tipos de objeto tales como vajillas de calidad –tipo Terra Sigillata Hispánica o vasos de paredes finas- (Figura 04). Para no extendernos más, no quisiéramos terminar sin admitir de nuevo que la alfarería fue una pieza clave en el desarrollo de la actividad económica de la Gades romana, y por ende de los espacios que formaron parte del territorium de esa ciudad, en la cual la actual San Fernando no fue, como hemos podido observar, ajena a ese fenómeno. Sin embargo, y como perspectivas de futuro, el Patrimonio visible de esa realidad alfarera romana es aún poco tangible. En este sentido, los datos sobre los que hemos basado este análisis parten de una base seccionada de los propios yacimientos objeto de estudio, pues éstos nunca han podido formar parte de proyectos científicos de excavación integral, que favorecerían sustancialmente el conocimiento de esta problemática, confirmando o puntualizando las hipótesis de trabajo aquí planteadas. (Figura 05) Por último, y ligándolo al sentido de los primeros párrafos de este trabajo, las oportunidades que a nivel de Patrimonio Arqueológico se nos presentan en torno a la cuestión alfarera pueden ser muy alentadoras, puesto que aunque existen casos en los que algunos yacimientos alfareros han sido prácticamente arrasados, tenemos otros yacimientos como pueden ser los alfares de Gallineras – Cerro de los Mártires, Cerro de la Batería o Fadricas donde una buena colaboración entre instituciones y el lógico desarrollo de los trabajos de excavación, estudio y conservación del Patrimonio previo a cualquier futurible desarrollo urbanístico en esas zonas, deben mostrar a la ciudadanía el valor cultural y la potencialidad de este tipo de Patrimonio Arqueológico asociado a una de las actividades productivas y por ende económicas claves para el desarrollo de la Humanidad.

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HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI EN SAN FERNANDO II Foro sobre Arqueología de San Fernando (Cádiz)

ARQUEOLOGÍA PREVENTIVA Y CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA LOCAL: la intervención arqueológica desarrollada con motivo de la construcción del tranvía urbano (2009-2010). María Luisa Lavado Florido

Figura 1: Horno de época púnica descubierto en la calle Real. 28

Desde los últimos meses del año 2008 hasta los inicios del pasado 2010 se han venido ejecutando diversos trabajos de vigilancia arqueológica e intervención preventiva puntual generados por los trabajos de construcción del nuevo trazado del tranvía metropolitano que unirá las ciudades de Cádiz, San Fernando y Chiclana y por la instalación de diversos servicios soterrados afectados por la misma obra. El discutido trazado del tranvía a su paso por territorio isleño se ha desarrollado desde el nudo viario situado en el acceso a la ciudad caracterizado por la famosa fuente de Tusquets (junto al polígono Janer) hasta desembocar en un nuevo puente paralelo al vetusto Puente Zuazo, cruzando completamente la trama urbana a través de la arteria principal heredera del camino real medieval y moderno y más remotamente de la via augusta de época romana (C/ Real). El avance progresivo de las obras, que han necesitado de remociones del subsuelo de diverso volumen según las particularidades de cada zona, han constituido parte del paisaje de muchos rincones de la ciudad durante casi dos años y han generado la curiosidad de muchos isleños que apostados en los márgenes de la calle han asistido al afloramiento de variopintos restos de nuestro pasado histórico. Han sido numerosos los tramos de este largo trazado de la nueva infraestructura en los que se han recuperado restos de ocupaciones de época antigua, correspondientes a hallazgos de diversa importancia, extensión y significación. Entre los hallazgos de mayor antigüedad podemos destacar la excavación en la confluencia de la calle Real con el pequeño callejón Diputado Ciscar de una zona alfarera de época púnica y tardopúnica caracterizada por un horno de planta circular y un destacado número de fosas de desechos que lo rodeaban. La estructura presentaba un estado de conservación excepcional a pesar de la gran cantidad de conducciones y pozos contemporáneos que se situaban bajo la acera actual, habiéndose preservado la parrilla casi íntegramente y buena parte del alzado de los muros de adobe de la cámara de cocción. Pudieron excavarse parte de los estratos de colmatación interior y de las mencionadas fosas o testares en los que se documentó un gran volumen de materiales cerámicos producidos por este u otros hornos cercanos, entre los cuales eran muy abundantes ánforas de diversos tipos y cerámicas comunes típicas de la etapa datada entre los siglos V-III a.C. Estas fosas relacionadas con la actividad del alfar se extendían tanto en dirección al barrio de Las Palmeras como hacia la actual Avenida de la Marina, zonas en las que se conocía por anteriores intervenciones la importancia de la producción cerámica púnica relacionada con Gadir. (Figura 01)

De época romana los restos han sido más abundantes y repartidos, destacando los notables hallazgos del tramo situado en la conjunción de la calle Real y la carretera que conduce a la playa de Camposoto, justo frente al conocido local de Los Tarantos. En este punto se han documentado restos de un asentamiento rural de época romana imperial del que pudieron excavarse varias estancias, en las cuales se encontraron elementos como un fragme nto de columna de piedra y abundantes cerámicas de uso cotidiano. Se tr ata de un modelo de asentamiento bien conocido en la ciudad relacionado con las villas rurales a través de las cuales se explotó intensamente el territ orio de Gades, correspondiendo posiblemente otros restos documentados junto al Castillo de San Romualdo (plaza Font de Mora y alrededores) al mismo tipo de instalaciones (Figura 02). En esta zona se excavaron restos de unas posibles termas domésticas de época imperial, así como acumulaciones de materiales cerámicos que también pueden ser relacionadas con la alfarería. En otros puntos de la calle Real, como la zona de San Francisco-Alameda o la plaza del Carmen también h an sido recogidos materiales romanos dispersos cuya interpretación no es sencilla debido a la puntualidad de los hallazgos y la falta de asociación a estructuras. (Figura 03)

Otro importante grupo de hallazgos corresponde a testimonios de la ciudad de época moderna y contemporánea inicial, como por ejemplo diversas fosas y pozos diseminados por muchos puntos atravesados por el trazado de la calle Real que contenían desechos de estos momentos. Asimismo, hay que citar entre este conjunto de evidencias más recientes las estructuras documentadas entre el Puente Zuazo y el antiguo mesón del Duque, que incluyen diversas canalizaciones subterráneas de gran capacidad y restos de lo que pudo ser el “camino del arrecife”, es decir, la calzada real que unía Cádiz con el continente. Finalmente, junto al propio puente las tareas de control previas a la construcción del nuevo paso elevado provocaron el inesperad o hallazgo de un excepcional conjunto de diecisiete cañones de hierro que habían quedado enterrados por el fango gris de las marismas posiblemente tras e l final de los asedios franceses de inicios del siglo XIX, piezas recientemente restauradas y actualmente en depósito en la ciudad para su disfrute (Figura 04) . Dada la envergadura de la zona intervenida y el gran número de vestigios excavados el estudio integral de la intervención se encuentra aún en curso de desarrollo, interviniendo en él diversos investigadores especializados en algunas de las épocas y tipos de evidencias mencionadas. Aún así, en un momento inicial del análisis de una actuación preventiva recién finalizada, podemos señalar que el conjunto de testimonios arqueológicos rescatados del olvido ha aportado de nuevo pruebas contundentes de la gran fertilidad de todo el territorio isleño (incluido el casco urbano actual) y de la p otencialidad de la investigación arqueológica preventiva aplicada al desarrollo urbano de la ciudad. El estudio de todos estos yacimientos contribuirá a mejorar nuestros conocimientos de muchos puntos de La Isla de los que hasta ahora no teníamos información alguna, ayudando al mismo tiempo a matizar otros aspectos que au nque conocidos o sospechados no disponían de actuaciones regladas y metodológicamente modernas.

Figura 2. Estructuras murarias del asentamiento romano localizado frente a Los Tarantos.

Figura 3.: Posible hipocaustum romano excavado frente al Castillo de San Romualdo.

Figura 4. Canalización de época moderna, en su recorrido frente a la Capitanía. 29

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EL LOGAR DE LA PUENTE: aproximación al San Fernando medieval a partir del resultado de las intervenciones arqueológicas y los estudios paramentales en el Castillo de San Romualdo. Raquel Utrera Burgal Miguel A. Tabales Rodríguez Antonio Sáez Espligares Antonio M. Sáez Romero

El Logar de La Puente de Cádiz es actualmente uno de los enclaves menos conocidos de la etapa medieval de la bahía gaditana, en especial debido a la escasez de documento s disponibles, al desconocimiento arqueológico no subsanado hasta fechas muy recientes y a la falta de estudios monográficos al respecto, ya que salvo contadas y valiosas excepciones, hasta el momento su mera existencia como entidad poblacional medieval ha pasado casi desapercibida para la mayor parte de la comunidad investigadora. En San Fernando, la investigación arqueológica medieval se ha centrado en tres yacimientos: El Sector III de Camposoto, la desembocadura del caño de Sancti-Petri y el Castillo de San Romualdo. La intervención arqueológica encuadrada en el Plan Parcial Sector III de Camposoto, en el término municipal de San Fernando, fue realizada en 1998 y bajo la dirección de D. Francisco Javier Alarcón Castellano. En una superficie de 1.800 m2 se localizaron 12 fosas y 15 estructuras siliformes, de muy diversas formas y tamaños, excavadas en el terreno natural, compuesto por arenas rubefactadas. Entre los distintos rellenos que colmataban estas estructuras se extrajo un amplio lote de cerámicas de época almohade. Estos hallazgos fueron presentados en el I Foro de Arqueología de San Fernando, celebrado en noviembre de 2001. (Figura 01) En los años 1993 y 1994, con motivo de los trabajos de prospección arqueológica subacuática para la redacción de La Carta Arqueológica Subacuática de la Bahía de Cádiz, coordinada por Dña. Mercedes Gallardo Abárzuza, en la desembocadura del Caño de Sancti Petri, se localizó un abundante lote de material arqueológico con una dilatada cronología. Fueron identificados varios pecios con numerosas piezas cerámicas almorávides y almohades en muy buen estado de conservación, que han sido estudiadas y publicadas D. Francisco Cavilla Sánchez–Molero. El castillo de San Romualdo declarado Monumento Nacional en el año 1931, es el edificio más emblemático de la ciudad de San Fernando y posiblemente el más desconocido por sus vecinos debido al olvido en el que se sumió en el siglo XX ya que hasta hace relativamente poco tiempo, estuvo en manos privadas destinándose sus estancias a diferentes usos (viviendas, establecimiento hostelero, cristalería, etc.) que junto a las edificaciones anexas, enmascararon el monumento.

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Figura 1: Silos de época almohade excavados en 1998 en el área de Camposoto.

En el año 1999 pasa a propiedad del Ayuntamiento y desde el año 2000 se van sucediendo diferentes campañas arqueológicas de apoyo a la restauración del edificio[1], proporcionando una gran información y sentando la base de la actuación paramental que se inició en el año 2003 con una aproximación arqueológica, realizada por Miguel Ángel Tabales Rodríguez. En esa intervención se estableció la secuencia principal de los procesos constructivos y se localizaron elementos fundamentales, destacando la puerta original de acceso al recinto. El resultado del estudio permitió concluir que el castillo es una construcción bajomedieval, posiblemente un convento fortificado realizado durante el reinado de Alfonso X “el Sabio”, y probablemente construida por alarifes jerezanos. Durante los años 2006 y 2007 se lleva a cabo una nueva intervención arqueológica de apoyo a la restauración (coordinada por Miguel Ángel Tabales y Antonio Sáez Espligares y dirigida por Raquel Utrera Burgal) que continúa el estudio paramental iniciado en el año 2003. Este trabajo conllevó además una intervención de subsuelo que se realizó paralelamente tanto en la planta baja del edificio como en la primera planta, donde el refuerzo de muros y bóvedas requirió el vaciado de los rellenos del trasdós de estas. (Figura 02)

Figura 2. Proceso de excavación del patio de armas del Castillo de San Romualdo.

La actuación arqueológica contó un gran equipo de profesionales que con sus trabajos han aportado una gran información al conocimiento del edificio (análisis tipológico y constructivo de los paramentos, analíticas variadas de los elementos constructivos, estudios paleopatológicos, estudios de materiales, estudio numismático, restauradores, etc.). (Figura 03) El resultado de estos trabajos es el conocimiento de la evolución edilicia completa del monumento, documentándose varios procesos constructivos relacionados con las etapas más importantes de su historia, desde sus inicios hasta el siglo XXI. En resumen, aunque los orígenes concretos de la edificación están por resolver, la fortaleza se erigió como una pequeña edificación en la zona occidental, más baja y pequeña que la actual y rodeada de un cerco perimetral almenado que dio paso a la construcción interior de las naves y las estancias abovedadas que la caracterizan. Desde entonces, sus diferentes usos han ido conformado el aspecto que hasta hace relativamente poco teníamos de la fortaleza. (Figura 04)

Figura 3. Panorámica general del castillo, mostrando las diversas fases constructivas.

[1] Hasta el año 2004 se han efectuado diversas actuaciones en el edificio llevadas a cabo por el Museo Histórico Municipal de San Fernando en colaboración con el Museo Municipal de Algeciras y codirigidas por Antonio Torremocha Silv a y Antonio Sáez Espligares. El resultado fue el descubrimiento de un foso alrede dor del edificio y la localización en el interior de diversos niveles de pavimentación y de criptas relacionadas con la iglesia barroca. 31

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La investigación confirma las conclusiones, en cuanto a su datación, realizadas en el año 2003, es decir, se trata de una construcción bajomedieval, realizada durante la segunda mitad del siglo XIII, con mano de obra mudéjar y posiblemente sobre una edificación anterior. Entre los hallazgos más importantes de esta intervención destacan la documentación de la edificación primigenia rodeada de un cerco almenado, el sistema de acceso a la cubierta de la nave oeste, la aparición de elementos constructivos o decorativos de diferentes épocas: cruces en arcos interiores, hornacinas, merlatura artillera, pinturas murales gótico-mudéjares y frescos religiosos de los siglos XVII y XVIII, varios pozos de agua en el patio de armas, diferentes niveles de pavimento en las estancias interiores y una zona de enterramientos en la nave oriental.(Figura 04) Todo el trabajo realizado durante esta actuación ha servido para conocer aún más la historia de esta edificación permitiendo además recuperar elementos patrimoniales fundamentales de la construcción que no han hecho sino aumentar su valor de cara a la restauración destacando aún más la importancia y singularidad de este Bien de Interés Cultural, para el uso y disfrute de la sociedad.

Figura 4. Arcos y bóvedas de las estancias del ala occidental del Castillo de San Romualdo.

Figura 5. Cruz patada del lienzo sur del castillo, colocada sobre la puerta original. 32

ESTUDIO DE ESTRATIGRAFÍA VERTICAL DEL PUENTE ZUAZO. San Fernando. Miguel Ángel Tabales Rodríguez Juan Miguel Pajuelo Sáez

El estudio paramental del puente Zuazo se realizó por encargo de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía para esclarecer el desarrollo constructivo de la edificación a lo largo del tiempo y como posible guión para la futura restauración de dicha estructura. De la tres partes de las que consta habitualmente un estudio de este tipo; estratigrafía, tipología y construcción, solo se pudo llevar a cabo el estudio estratigráfico pero con resultados de gran interés científico e histórico.(Figura 01)

Figura 01:. Vista antigua del puente.

Tras el estudio estratigráfico del puente Zuazo se puede llegar a una serie de conclusiones acerca de su evolución histórica así como de una secuencia cronológica definida: El puente actual es principalmente una construcción comenzada en torno a la mitad del siglo XVI y que se acaba a principios del siglo XVII. Según la descripción de las defensas de Cádiz de 1609, conservada en el archivo de Simancas, el puente se hallaba acabado y mínimamente asegurado desde hacía cuatro años. El puente está fortificado desde 1605 con una cortina y dos caballeros, así como un foso de más de 200 pies de ancho. Una representación del asalto anglo-holandés a Cádiz en 1596 muestra a los invasores cruzándolo y el último trozo del mismo rematado con tablones para permitir el paso, hecho que concuerda con la descripción del estado del puente por aquellas fechas de Horozco en su historia de Cádiz. Pag. 114. “Las cuales no habrán menester quitar los bajeles medianos después de que se levante y acabe todo lo que ha de ser el edificio, y se cierren los arcos por que ahora en el Inter que se acaban pasan por encima de unas grandes vigas y mástiles que atraviesan de la pared del un arco al otro, la cual madera se quita y descompone para que pasen los navíos y galeras, si les es forzoso el paso por no embarazarse en desarbolar”. (Figura 02)

Figura 02: Vista de la superposición del puente sobre la estructura antigua. 33

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Estratigráficamente encontramos en la orilla de Puerto real una estructura más antigua sobre la cual se construye el puente renacentista. Esta estructura está definida por una moldura de media caña en su parte superior y la obra en sillería de opus cuadratum notablemente diferente a la obra del XVI-XVII, con unas medidas en sus módulos que corresponden a estándares romanos. En cuanto a su cronología solo se puede establecer una cronología comparativa a través de las fuentes documentales al no haberse podido establecer una estratigrafía definitoria durante la intervención arqueológica llevada a cabo durante el año 2005.

Figura 03: Detalle de la estructura antigua con los encastres modernos y contemporáneos.

Debido a su posición estratégica y a su situación geográfica las obras en el puente son continuas a lo largo del tiempo tanto para evitar su deterioro como para protegerlo de amenazas de carácter bélico. Su posición estratégica le viene dada por ser el único punto de unión con el continente de Cádiz y el único lugar por el que traer tropas y alimentos en caso de ataque.

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Desde antiguo se conoce la existencia de un puente que salvaba el caño de Sancti Petri y permitía el paso del acueducto hacia Cádiz, también la calzada romana que partía de Cádiz y recorriendo la costa llegaba a la propia Roma. A partir del siglo IV, siguiendo a Avieno en su Ora Marítima, Cádiz es un campo de ruinas, lo que lleva a pensar en un gran deterioro de las infraestructuras y en particular del acueducto y por lo tanto del puente por el que cruzaba. De época musulmana no tenemos noticias acerca del estado del puente aunque parece que seguía en funcionamiento pero sin que se llevaran obras de reparación y mejoras en el mismo, continuando su deterioro. (Figura 04)

Figura 05: Plano de fases del puente.

A comienzos del siglo XV, Juan II de Castilla otorgó a Don Juan Sánchez de Zuazo, el señorío del Castillo y Lugar de la Puente, por merced del 19 de noviembre de 1408, y con facultad para formar mayorazgo. Recogido en un documento de los Zuazo, se dice que la principal renta de la familia era la de una barca "... que podría utilizar los pilares del puente como amarres”. De esto se puede inferir que los ojos del puente se habían derrumbado quedando solo los pilares del mismo y habiendo de utilizar una barcaza para el paso de personas y mercancías lo que redundaba en pingües beneficios para los Zuazo. Pero no es hasta el siglo XVI que con motivo de la construcción del puente Horozco hace una semblanza de la historia del puente. Pag. 115. “Del tiempo que esta isla estuvo en poder de los moros se desbarató mucho este puente o casi todo, cuyas ruinas repararon después con enmaderamientos los reedificadores de esta ciudad, conservándose aquello hasta cerca de nuestros días que, no pudiéndose más, se desbarató con temporales, y se pasaban a esta ciudad en barcos, y en no tener aquellos antiguos cimientos no se si se hubieran animado ahora a tan grande fábrica como la que tiene, según lo mal que se acude a las cosas públicas, y a la grande costa con que hoy se labra y edifica”. (Figura 05) Edición de 1591. Pag. 221. “Su fundación fue sobre las muestras y ruinas de los antiguos cimientos que habían sido de la puente y caños por donde se traía el agua del Tempul”.

Figura 04: Rotura de la estructura antigua para la colocación de un nuevo ojo.

De todo lo anterior se desprende que la estructura previa sobre la que se apoya en puente del XVI-XVII son los restos del antiguo puente romano con una cronología relativa de los siglos I-II d.C. y cuya construcción se atribuye a Balbo el menor.

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ALMENASUR. Plan Estratégico de Recuperación de Fortificaciones Costeras de San Fernando. Francisco Javier Toledo Coello María José Sánchez Aragón

• La creación de una RED EUROPEA con IBEROAMÉRICA representa la RELACIÓN, UNIÓN y COOPERACIÓN entre los distintos sistemas defensivos litorales y arsenales a ambos lados del Atlántico. • Los USOS y FUNCIONES de estos conjuntos deben estar enfocados a su mayor accesibilidad y como nuevos servicios urbanos con repercusión sobre la sociedad, significando un gran potencial para el futuro de sus poblaciones. • La FINANCIACIÓN debe ser multidepartamental, en una coordinación ejemplar con Ferrol y Cartagena, siendo esta última modelo del resto de los conjuntos fortificados españoles y del Caribe Iberoamericano. FASES DE INTERVENCIÓN Y RECUPERACIÓN 1 a FASE: SITIO HISTÓRICO “PUENTE SUAZO Y FORTIFICACIONES ANEJAS”

A finales del año 2003, la Gerencia Municipal de Urbanismo de San Fernando, asistida técnicamente por el Máster de Restauración y Rehabilitación del Patrimonio de la Universidad de Alcalá (Alcalá de Henares - Madrid), pone en marcha el proyecto Almenasur: Plan Estratégico de Recuperación de Fortificaciones Costeras de San Fernando. Este proyecto, que pretende recuperar y poner en valor el patrimonio defensivo de la ciudad, se basa en las siguientes conclusiones del I Congreso Internacional de Patrimonio "Criterios de Restauración y Fortificaciones Costeras": • Las fortalezas litorales deben recuperarse en el marco de los SISTEMAS DEFENSIVOS a que pertenecen, mediante la figura de los PLANES ESTRATÉGICOS. San Fernando se engloba dentro de la Bahía de Cádiz, que a su vez forma parte del Sistema Defensivo Atlántico - Estrecho de Gibraltar. • El PLAN DIRECTOR es el método interdisciplinar idóneo para acometer la restauración de estos conjuntos; así, ALMENASUR, PLAN ESTRATÉGICO DE RECUPERACIÓN DE LAS FORTIFICACIONES COSTERAS DE SAN FERNANDO responde a este criterio. La primera fase de ALMENASUR es el "Proyecto de Adecuación, Rehabilitación y Mejora del Entorno del Sitio Histórico Puente Suazo y

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Fortificaciones Anejas", aprobado por los Ministerios de Fomento y Cultura dentro del Plan de Castillos y Arquitectura Defensiva.

El Sitio Histórico “Puente Suazo y las Fortificaciones Anejas” está ubicado en los términos municipales de Puerto Real y San Fernando, en la provincia de Cádiz. Este enclave está inscrito con carácter Específico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de Sitio Histórico, según el decreto publicado en el BOJA No 60 de 28 de Mayo de 1998. Así mismo, el Puente Suazo está declarado BIC por la Comunidad Autónoma de Andalucía desde 1985. El Sitio Histórico “Puente Suazo y las Fortificaciones Anejas”, se compone de las siguientes unidades y elementos: A. PUENTE SUAZO Puente Suazo- Caballero Suazo- Batería de Santiago- Batería de la Concepción. B. REAL CARENERO Almacenes de artillería y sala de armas- Capilla y cuarto de capellán- Alojamiento para oficiales de teneduría y contaduríaAlmacenes de jarcias y tejidos- Teneduría o almacén generalViviendas para maestres, escribanos y otros dependientes del Arsenal- Batería de Alburquerque- Batería del ÁnguloDique de Pizarro.

C. BATERÍAS DEFENSIVAS Batería de San Pedro- Batería de San Pablo- Batería de San Ignacio. La importancia del Sitio Histórico, además de su valoración histórica y patrimonial, radica en su posición estratégica, ya que ha sido hasta los años 60 el único paso por tierra a la isla de Cádiz. Este hecho ha favorecido que fenicios, cartagineses, romanos, musulmanes y cristianos hayan utilizado el puente como nexo de unión con el resto del continente. Como lugar de paso, el Sitio Histórico ha sido defendido en todas las épocas de su historia, desde el primitivo Castillo de la Puente (S. XIII), pasando por la reconstrucción y fortificación del puente (S. XVI- XVIII), y por último, el complejo sistema de avanzandillas y baterías levantadas para la Guerra de la Independencia (S. XIX). Por último, su ubicación en un brazo de mar, protegido tanto del hombre como del combate directo del oleaje, ha proporcionado que fuera refugio de embarcaciones, generándose en torno a él una de las industrias más asentadas en la Bahía de Cádiz, la industria naval. 2 a FASE: DOCUMENTACIÓN, EXCAVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LAS FORTALEZAS DEL CAÑO DE SANCTI-PETRI. El Caño de Sancti-Petri ha desempeñado históricamente una función estratégica fundamental para la Isla de León, para Cádiz y para La Carraca, no en vano comunica la bahía con el Atlántico, ejerce de barrera entre la Ínsula Gaditana y la Península y baña buena parte del perímetro carraqueño. Se comprenderá entonces que en momentos de agitación bélica resultara esencial preparar su defensa. Aunque de ninguna manera pueden ignorarse los proyectos acometidos durante el siglo XVIII, e incluso antes, su estudio alargaría de manera considerable esta reseña por lo que sólo citaremos sintéticamente los componentes el complejo defensivo activado en los años de la Guerra de la Independencia. Comenzando por la Punta del Boquerón, las baterías se disponían con el siguiente orden: San Genís, Urrutia y Aspiroz, San Melitón de la Calavera (próxima al caño de Dos Hermanas), las Conchuelas o San José del Bausel (en la otra orilla del caño de Dos Hermanas), Gallineras, los Ángeles,

el reducto de San Judas (frente a la desembocadura del caño de Chiclana), la batería de San Pedro y el reducto inglés del Zaporito. A ello habría que unirles los complejos defensivos de La Carraca. 3a FASE: FORTIFICACIONES Y BUNKERES DE LA PLAYA DEL CASTILLO Y RIO ARILLO Es la zona que presenta, en principio, menos vestigios de construcciones defensivas, conservándose tres búnkeres en la zona de la Punta del Boquerón; un bunker y restos de otros dos, en la zona de Río Arillo; así como los restos de la cortadura del Castillo de la Alcantarilla, también en la zona de Río Arillo. 4a FASE: SISTEMA DEFENSIVO DEL SACO INTERIOR DE LA BAHIA DE CADIZ Desde que se atraviesa las líneas de tiro de Puntales y Matagorda, en los términos municipales de Cádiz y Puerto Real, el posible desembarco en la costa isleña se defendía por una serie de recintos defensivos y baterías repartidas en esta zona litoral, ubicada en los cabos y saliente de la misma: Torrealta, Batería de la Casería, Batería del Lazareto, Sitio de Fadricas o Punta Cantera. LA INTERVENCIÓN EN EL CASTILLO DE SANCTI-PETRI IMPLANTACIÓN Y ADECUACIÓN • Localización de individuos de cynomoriun coccineum en el área de trabajo, ésta se realizará a mediados de febrero, periodo en el que se inicia el desarrollo floral, permitiendo su localización por aparición de su parte aérea. • Localización y desactivación de proyectiles con carga explosiva. • Estudios arqueológicos terrestres y submarinos. • Labores de limpieza general del islote. Incluidas labores de desbroce necesarias para la total eliminación de especies de flora exóticas invasoras tales como Agave Americana y Opuntia sp. muy abundantes en el entorno del castillo. • Actuaciones de implantación y ejecución de medios especiales provisionales. • Limpieza y adecuación de aljibes. 37

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Figura 01: Vista general de los trabajos en curso en el Castillo de Sancti Petri.

Figura 02: Torre y patio del castillo en la fase final de las labores de rehabilitación.

ACTUACIONES EN LA ESTRUCTURA DEL CASTILLO • En primer lugar, se realizará la demolición controlada de los elementos de fábrica en equilibrio inestable. • Retirada de elementos de cubierta. • En tercer lugar, recogida y acopio de escombros a reutilizar. • En cierto lugar se procederá al picado de rejuntados y revestimientos mediante medios manuales sencillos. • Limpieza de vegetación herbácea y leñosa. Se contempla el uso de herbicidas, para asegurar la eliminación de estas. Estos productos no son tóxicos para animales ni personas y debido a su baja solubilidad permanecen largo tiempo. Están constituidos por derivados de la triazina que son absorbidos por las raíces como la clorotrizina o por las hojas como la metroxitrizina, recomendándose esta última por se operativamente más fácil de usar. • Por último contempla la realización de limpiezas mecánicas mediante cepillado en seco como por proyección de abrasivo tipo perla de vidrio. En este capítulo también se recogen las labores a realizar por parte de los equipos de supervisión arqueológica y biológica. (Figura 01) REGENERACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN ESTRUCTURAL COMPRENDE LAS SIGUIENTES ACTUACIONES. • Rejuntado de paramentos mediante mortero de cal natural. Tanto en paramentos de sillería, de mampuestos o de ladrillo. • Reposición de faltantes con sillares, mampuestos y piezas de ladrillo, según paramentos. • Cajeado y reposición de piezas deterioradas. • Reconstrucción del perfil original de ladrillos, mampuestos y sillares. Mediante mortero de regeneración en base a ligante en cal natural. • Reconstrucción del perfil superior de muros. • Labores de consolidación e hidrofugación de paramentos, mediante el uso de compuestos acrílicos y siliconas • Inyección y sellado de grietas y fisuras mediante la inyección de lechada de cal y resinas epoxis. • Acabados mediante enlucidos de diferentes dosificación y puesta en función del nivel de exposición del paramento soporte. REPOSICIÓN DE CUBIERTAS DE MADERA Y RECUPERACIÓN DE PAVIMENTOS. • Ejecución de entramados en cubierta utilizando, en lo posible, madera recuperada.

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• Recuperación de pavimentos existentes, mediante su cepillado, ripiado y rejuntado. • Ejecución de solados y pavimento incluyendo las labores de preparación del terreno para solar. (Figura 02)

Con esta intervención se ha dado cumplimiento a los objetivos del Plan de Ordenación de Recursos Naturales y Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural de la Bahía de Cádiz.

Y DESAGÜE. ACTUACIONES DE DRENAJE • Revisión, reparación y ejecución, en las salas donde se han recuperado las cubiertas los canalones bajantes y gárgolas originales. • Desaterramiento, limpieza y reparación del sistema de desagüe superficial de los patios y estancias interiores.

INTERVENCIÓN EN LOS BIENES INMUEBLES Se han llevado a cabo las tareas de restauración y acondicionamiento que se explicitan a continuación tanto en el Real Carenero como en las Baterías de San Pedro, San Pablo y San Ignacio, consistentes en: • Demoliciones de construcciones adicionales. • Demoliciones de las ampliaciones verticales de los almacenes del Real Carenero. • Demoliciones de los tabiques de los almacenes. • Desmonte y retirada de las cubiertas y forjados de los almacenes, aprovechando un 60 % de las tejas existentes. • Picado de los revocos de yeso y cemento en los paramentos verticales tanto exteriores como interiores. • Levantado de canalizaciones eléctricas y de telefonía. • Levantado de tuberías de fontanería y de desagües. • Levantado de rejas de cerrajería en muros. • Levantado de carpintería de cualquier tipo en fábrica, incluidos cercos, hojas y accesorios.

ACTUACIONES PREVISTAS DE PROTECCIÓN MARINA. • Ejecución de muros de gravedad de sillería de hasta 10m de altura. • Relleno y compactación de los terrenos cementados trasdosados de los muros. • Construcción del embarcadero • Adecuación del fondo marino hasta la cota -1.00, eliminando los picos rocosos. • Ejecución de un nuevo embarcadero tipo dique vertical de hormigón en masa anclado al estrato rocoso para minimizar sus dimensiones. • Colocación de elementos de amarre y defensa. ACTUACIONES DE DIFUSIÓN CUL TURAL. • Señalización relativa a los valores ambientales y a las normas de uso del Espacio Natural Protegido en el itinerario del Castillo. • Suministro y colocación de paneles informativos. • Colocación de planos históricos para consulta. • Creación de un espacio WEB de libre acceso. LA INTERVENCIÓN EN EL PUENTE SUAZO INTERVENCIÓN EN EL MEDIO FÍSICO La intervención en el medio físico se ha basado fundamentalmente en la limpieza general del área de intervención, la recuperación de los fosos defensivos mediante la excavación de los caños mareales del Sitio Histórico, así como en restablecer los procesos y funciones ecológicas, y las interacciones bióticas y abióticas, con objeto se regenere el ecosistema, actualmente degradado.

Figura 03: Estructuras del Real Carenero situadas junto el nuevo puente sobre el caño. 39

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Se han realizado excavaciones en el área delimitada por el Real Carenero, no incluida dentro de la zona de restauración de marismas mareales, hasta la cota de cimentación de los almacenes. En cuanto a las actuaciones relacionadas con la regeneración y rehabilitación estructural, las obras realizadas son: • Cajeado de las construcciones de fábrica de los almacenes hasta una cota de 20 cms. sobre la rasante actual. • Reconstrucción de los alzados originales de las construcciones. • Reconstrucción de los forjados según proyecto. • Reconstrucción de las dos crujías del almacén de Jarcias y Velas. • Ejecución de nuevas cubiertas según proyecto.(Figura 03) En cuanto a las tareas de restauración propiamente dichas, se han realizado las siguientes actividades: • Saneo y limpieza de todos los paramentos verticales de las construcciones. • Eliminación de todos los restos orgánicos y manchas de óxido. • Tratamiento con inhibidores los elementos metálicos originales. • Rejuntado de la sillería y mampostería con morteros de cal natural. • Cosido de las fisuras e inyectado las grietas detectadas.

Figura 04.: Conjunto de edificios descubiertos en los trabajos arqueológicos en el Real Carenero. 40

El capítulo de carpintería que comprendía tanto la carpintería de madera de pino, como la cerrajería en ventanas y vidrios se ha materializado según el proyecto. Por último, se han llevado a cabo las tareas y actuaciones recogidas dentro de las obras de instalaciones e infraestructura recogidas en el proyecto (saneamiento y alcantarillado, iluminación y electricidad u urbanización y acondicionamiento exterior) casi en su totalidad. URBANIZACIÓN Se ha llevado a cabo la ejecución de itinerarios peatonales dentro del área de intervención, comunicando las baterías defensivas entre sí, y con el Real Carenero. Esta actuación se ha llevado a cabo mediante la ejecución de pasarelas de madera. Para salvar los diferentes caños mareales se han ejecutado puentes, también de madera. (Figura 04) Asimismo, en el Real Carenero, también se ha urbanizado con plataformas de madera. Por último, se ha dotado a las baterías defensivas de energía eléctrica y abastecimiento de agua corriente, aunque será necesaria la ejecución de la segunda fase para su puesta en uso. Igualmente se ha ejecutado las obras de iluminación de las áreas II y III, así como la iluminación monumental del Real Carenero.

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I

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