Hegemonía y sociedad civil en los procesos políticos del Cono Sur contemporáneo

Hegemonía y sociedad civil
en los procesos políticos del Cono Sur contemporáneo

Octavio Humberto Moreno Velador

En esta intervención planteo que en los procesos políticos y sociales que se presentan actualmente en Ecuador, Venezuela y Bolivia, ha resultado fundamental la influencia de la participación ciudadana y popular desde el espacio de la sociedad civil. En este sentido se propone que la participación popular es el elemento central que distingue a estos procesos, en especial con respecto a los históricos populismos latinoamericanos, ya que a diferencia de ellos, en estos la incorporación popular en el funcionamiento de los gobiernos nacionales no ha sido vertical, (es decir a través de prácticas como el corporativismo o el clientelismo), sino más bien horizontal, a través de presencia activa de movimientos sociales, organizaciones independientes, sindicatos, uniones, etc. En este sentido, aunque se mantienen las prácticas de la democracia liberal y representativa, existen vínculos y vías de participación mucho más intensas que apuntan a la posible consolidación de una democracia participativa. Este es un rasgo que ha acompañado a estos procesos desde su primigenia formación en los años noventa y que en la actualidad alimenta su potencial transformador.
Bajo un enfoque sociológico se plantea que los procesos de cambio político graduales se han presentado en el contexto de deslegitimación neoliberal y de reestructuración de las fuerzas sociales en estos tres países. Se plantea la existencia de un momento orgánico (no coyuntural) donde los agregados populares organizados como bloques, han impulsado cambios importantes en sus gobiernos nacionales y en sus propias condiciones sociales. Esta organización de bloques que va en contra de la hegemonía neoliberal posee su fuerza en la convergencia de múltiples organizaciones civiles de diferentes grupos, haciendo posible el surgimiento de frentes electorales y amplios grupos de apoyo popular que han impulsado a los candidatos de izquierda y sus gobiernos transformadores.
Consideramos al cambio político actual como una lucha que se ha librado no solo en la institucionalidad propiamente estatal, sino desde el interior de la sociedad civil, un espacio donde los frentes políticos organizados plantean su transformación; siempre considerando que el objetivo último es la transformación del Estado y de las condiciones materiales de existencia. En este sentido, la razón de que el Estado sea el objeto de lucha para las fuerzas de la sociedad civil tiene que ver con que, más allá de que exista una voluntad por reificar al Estado, o adoptar una postura Estado-céntrica, el hecho es que en las actuales condiciones el Estado sigue siendo la figura central del poder en los países latinoamericanos. Además de que la autoridad estatal es un elemento fundamental para transformar las condiciones imperantes, no para expandir el Estado hasta sus últimas consecuencias (como ha sucedido con otras experiencias históricas) sino para utilizarlo como una herramienta de transformación.
Así, separándose de la posibilidad de que estos procesos sean expresión de revolución pasiva entendidas como: "el proceso de transformación "desde lo alto" en el que se recupera una parte de las demandas "de abajo", pero quitándoles toda iniciativa política autónoma" (Portantiero, 1981:44), consideramos que en ellos se encuentra presente una lucha que busca reconstituir a las sociedades a través de una propuesta de resignificación identitaria proyectada hacia la conquista de los gobiernos nacionales. Un proceso donde los grupos organizados se abocan por una reforma intelectual y moral de la política nacional para dotar de poder a las clases populares y los ciudadanos en general, y donde estos actúan como un gran conjunto de grupos independientes para buscar apropiarse del Estado como un ente que anteriormente estuvo enajenado por grupos de poder político y económicos minoritarios. Esto desde mi perspectiva bien podría discutirse y entenderse como la búsqueda de un nuevo sentido de la acción histórica (Vilas, 1994:523-528).
Estos son contenidos que se pueden apreciar en el tipo de reformas políticas de Estado que se han realizado en Venezuela, Bolivia y Ecuador, al impulsar proyectos de reformas constitucionales que hacen diferencia respecto a la situación previa a su llegada al poder. En el caso de Bolivia la reforma constitucional indigenista, en Ecuador las reformas constitucionales y en Venezuela la " Nueva Constitución" de 1999, entran dentro de una concepción del derecho renovadora. En tanto es a través de estas reformas como se moldea tanto al Estado como al ciudadano, y los contenidos sociales derivados de esta transformación. Situación que se encuentra considerada en el pensamiento gramsciano cuando este afirma que: "el Estado debe ser concebido como "educador" en cuanto que tiende precisamente a crear un nuevo tipo o nivel de civilización" (Gramsci, 1999:25).
De igual forma a través de las reformas constitucionales se han impulsado proyectos políticos de nacionalización económica, en especial en lo relativo a la industria de los hidrocarburos y también en sectores claves de la producción de materias primas para la producción industrial, reformas que opera (n) esencialmente sobre las fuerzas económicas, que organizan y desarrollan el aparato de producción económica, renovando la estructura. Una serie de reformas que apuntan a un proyecto global de transformación civilizacional (Gramsci, 1999:25).
Un aspecto fundamental en estos procesos ha sido el tipo de cambio político que se ha presentado, ya que la propuesta política de los gobiernos en estos países se ha alimentado desde el gran agregado popular, una relación donde la participación ciudadana ha jugado un rol indispensable. Este aspecto bien puede considerarse de acuerdo a la premisa de Marx en la que se establece que ninguna sociedad se impone tareas para cuya solución no existan ya las condiciones necesarias y suficientes o que éstas no estén al menos en vías de aparición y desarrollo, dado que la alimentación de principios aceptados e impulsados ha partido de la base popular. En este sentido la creación de nuevos sentidos desde la iniciativa ciudadana y popular ha jugado un rol importante en los procesos, como contenidos insertos dentro de las propias propuesta y demandas del agregado popular (Gramsci, 1999:32).
Por otro lado, partiendo del hecho de que estos movimientos plantean como su campo de lucha al propio Estado a través de una conquista gradual desde la sociedad civil, está presente una forma de lucha política que es esencialmente diferente de las propuestas de la toma del poder por la vía armada y la consecuente destrucción del entramado estatal. Colocándose estos procesos como revolucionarios en su contenido, pero reformistas en su estrategia.
En este contexto la crisis hegemónica del neoliberalismo, acaecida en estos tres países y visible en los amplios ciclos de movilización popular registrado desde finales de la década de los noventa, y los malos resultados de la democracia liberal y representativa reducida a su calidad meramente procedimental, han jugado un rol central en el momento político, ya no de manera coyuntural, sino más bien como un fenómeno orgánico a sus propias formas, en tanto el agotamiento de sus contenidos ha provocado el surgimiento de "las condiciones necesarias y suficientes para que determinadas tareas puedan y por lo tanto deban ser resultas históricamente" (Gramsci, 1999:32). En este sentido los resultados negativos del neoliberalismo sobre las clases populares de los países de Latinoamérica ha permitido la existencia de las condiciones "necesarias y suficientes para su transformación".
La lucha de estos movimientos político-sociales por la conquista gradual del Estado se ajusta a una lucha por la reformulación del poder estatal a favor de las clases populares, en tanto conciben al Estado como "organismo propio de un grupo destinado a crear las condiciones favorables para la expansión del grupo"… "presentados como la fuerza motriz de la expansión universal, de un desarrollo de todas las energías nacionales" (Gramsci, 1999:40) (El caso más claro y ejemplificador es la situación de la población indígenas en un país como Bolivia). Así tenemos que en tanto estos movimientos se postulan como críticos del orden neoliberal y de la absorción del Estado por los grupos favorecidos por este proyecto civilizacional, la conquista y reformulación progresiva del Estado apunta a reestructurar esta relación y de transformar los contenidos que mueven al propio Estado. De manera que, desde esta perspectiva es posible plantear a estas luchas como nuevas formas revolucionarias ante el Estado y el poder.
En síntesis consideramos que existen siete ejes de acción política esenciales que caracterizan a los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuadr contemporáneos:
Presencia de una intensa participación popular independiente como elemento originario de las experiencias de formación de frentes electorales y posteriormente como elemento fundante de estos gobiernos. Esta participación fue originada desde la sociedad civil a diferencia de los estados populistas en donde la participación popular era propiciada por los propios gobiernos.
Presencia de políticas de integración ciudadana en la política estatal a través de la democracia participativa, ejercida a través de movimientos político-sociales independientes o afines, partidos políticos, instituciones de gobierno, etc.
Postulación de una política estatal de integración socioeconómica de las mayorías populares, basada en la creación de una institucionalidad destinada a dotar de servicios públicos de protección como: salud, alimentación, educación y empleo.
Propuesta política-programática de fortalecimiento del Estado como agente económico activo y de control en las economías nacionales. Estas propuestas se mueven dentro de un esquema de organización económica capitalista, aunque presumiblemente buscan también una transformación hacia alternativas económicas pos-capitalistas.
Una propuesta de gobierno que pasa por la renacionalización de las decisiones de interés público, en demérito de las agendas de subordinación internacional de los intereses nacionales.
Presencia de un proceso de integración político- social identitaria a nivel nacional, en la que se considera la existencia de múltiples nacionalidades, así como la integración indiferenciada de los diferentes grupos étnicos nacionales.
Postulación de una ambiciosa plataforma de integración regional alternativa con otros países y gobiernos a través de iniciativas de cooperación económica y política.
La existencia de una tensión permanente entre los impulsos transformadores de la sociedad civil y los gobiernos, y los resabios y herencias políticas, económicas y sociales.
En conjunto estos ocho puntos resumen la agenda de transformación que obedecen y caracteriza a lo que nosotros describimos y analizamos como gobiernos nacional-populares. En los que la agenda de transformación ha venido determinada desde los fenómenos de movilización social, la organización de movimientos, de partidos y frentes electorales, y finalmente de gobiernos nacionales. Postulamos que lo Nacional-Popular como proyecto de transformación política, económica y social en América Latina posee un contenido revolucionario en el sentido de transformación de las sociedades latinoamericanas. Caracterizados estos como procesos con una amplia participación popular, con una estrategia pacifica, basada en la democracia participativa y que utiliza al Estado como una herramienta a favor de la transformación de las condiciones imperantes. Un fenómeno que posee un sentido fundamental de asociación entre los gobiernos nacionales, sus políticas estatales y las masas populares, posibilitando una reapropiación gradual de las propias estructuras de Estado por parte de la sociedad civil. Y en tanto la forma como se ha planteado el cambio social y económico en Venezuela, Bolivia y Ecuador es a través de la transformación progresiva del poder estatal y sus contenidos.