Hasta Siempre Eraclio Zepeda

June 16, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Chiapas, Escritor, Fernando Álvarez Simán, Eraclio Zepeda Ramos
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Descripción

Domingo 20 de Septiembre del 2015 diario de chiapas

opinión

Reflexiones Fernando Álvarez Simán

Para Elva, Masha y Milena; con un abrazo solidario

H

ijo orgulloso de sus raíces, padre amoroso, hermano solidario, esposo dedicado, abuelo tierno, amigo entrañable, maestro de generaciones de alumnos de muchas partes del mundo, pero profundamente tuxtleco y por tanto chiapaneco y universal. Todo eso era Eraclio Zepeda Ramos; quien cultivó como nadie de su generación el arte de la conversación, de la escritura y la lectura. Escritor precoz que a los veinte años escribió su primer libro, Eraclio Zepeda era también un actor exitoso, ejerció el periodismo, fue promotor del teatro, viajero incansable, conocedor de las culturas del mundo, lector voraz y estudioso de la idiosincrasia y la cultura chiapaneca. Conocido y reconocido local, nacional e internacionalmente por su obra que desde su primer texto publicado se convirtió en referente de las letras chiapanecas y mexicanas; Eraclio Zepeda Ramos era identificado simple y cariñosamente como Laco. Lo mismo por su familia que por sus compañeros de escuela, por sus colegas con los mismos intereses literarios, que por sus vecinos del icónico barrio tuxtleco de San Roque que lo vio nacer, igual por sus compañeros de armas en la escuela militarizada que fue testigo de la formación de su primer grupo literario, por sus camaradas de lucha política y por sus lectores; entre los que se encuentran muchos jóvenes. Laco Zepeda deja este este mundo el 17 de septiembre de este año para convertirse en un inmortal. La madrugada de ese día viejas dolencias respiratorias hacen que a los 78 años de edad en Tuxtla Gutiérrez; a pocos metros del lugar donde nació y vivió su infancia y primera juventud; diera su último respiro terrenal. Como un ciclo de vida que nace y que se cierra, Laco hasta el último momento nos demostró que se puede ser orgullosamente local y a la vez universal. Al conocerse la triste noticia, literalmente todo México expresó su pesar, las redes sociales registraron el hecho y este se replicó de una manera impresionante; probablemente desde la aparición de las nuevas tecnologías pocos personajes mexicanos y chiapanecos lograron en dichas redes la unanimidad y el consenso que sobre la obra, la influencia literaria y social que logró Laco Zepeda. Y eso no tiene más significado que el cariño del pueblo y de la vigencia de su obra; que nos invita a todos y especialmente a los chiapanecos a leerla, releerla y promoverla.

Laco buscando la utopía Viajero incansable recorrió la ruta de Marco Polo, viajó a la China Comunista cuando el mundo resentía el fenómeno de la guerra fría y el país oriental se preparaba para convertirse en la potencia económica que es hoy; también conoció la Rusia comunista y defendió hasta con la vida el triunfo de la revolución cubana. Prácticamente no hubo parte del mundo que Laco Zepeda no recorriera, pero lo hizo pensando en que siempre y cuando no olvidará sus orígenes chiapanecos, el mundo sería su hogar. De los primeros docentes en español

adscritos al Instituto de Lenguas Extranjeras en China, coincide en esa estancia entre otros con Sergio Pitol. En Cuba fue testigo de las primeras nacionalizaciones de las empresas americanas y de la tarea de alfabetización; ejerció también la docencia en la Universidad de Oriente y abrazó las armas como cabo durante la invasión de Playa Girón. La primer tarea dada por su experiencia en el manejo de armas fue la de enseñar a los jóvenes milicianos el arte de disparar, pero luego del fracaso de la invasión su responsabilidad fue crear la Compañía Especial de Combate, una unidad especializada en ataque y contraataque, encargada de dar seguridad a la ciudad de Santiago de Cuba. Incluso conoce a su amigo de toda la vida, el Pintor San Cristobalense Carlos Jurado y entabla también una amistad muy entrañable con el poeta del “pulgarcito de América”, con el salvadoreño Roque Dalton. En Cuba, Laco arriesga la vida y cree que corrió con suerte porque divertido siempre cuenta que fue bautizado dos veces; la primera vez en Tapachula de manera clandestina porque su madre era una creyente fervorosa, no así su padre. Pero cierto día, Don Laco decide bautizar a Laquito y su madre no se opone a la idea. De China llega a Rusia luego de un fascinante viaje de una semana por el tren Transiberiano y aunque la idea era solo estar de paso para regresar a México, el encuentro en Rusia con el histórico dirigente comunista mexicano Arnoldo Martínez Verdugo lo convierte en el corresponsal de “La Voz de México” el órgano de difusión del Partido Comunista mexicano. De esta manera Laco ejerce el periodismo cuatro años en la Rusia comunista y de esa manera viaja por todas las repúblicas que conformaban el bloque soviético. Viajes que se extienden por toda Asia Central e incluso hasta la India donde el entonces embajador mexicano y futuro Premio Nobel de Literatura Octavio Paz, se entera de su llegada y sostienen una larga conversión sobre la India, México y Chiapas.

El activismo social y político Conocida su faceta actoral, Laco le dio vida al General Francisco Villa en la producción de Paul Leduc llamada “Reed. México insurgente”, aunque su experiencia venía de la época estudiantil cuando participa en el “Grupo de Teatro Experimental de Chiapas”. Pero en una nueva producción cinematográfica denominada “Campanas Rojas” Laco vuelve a interpretar al General Villa y hasta un cortometraje en donde aparece fue nominado a al premio de la academia americana de las artes y ciencias cinematrográficas, es decir el Oscar. Cine, radio y televisión se sumaron a la tarea de promotor de la cultura de Laco Zepeda, es decir; fue un constructor nato de instituciones y proyectos populares que dejaron una profunda huella entre las que destacan también el grupo de orientación campesina de la CONASUPO y el Teatro de Orientación Campesina. Incluso fundó el Partido Mexicano Socialista y el Partido Socialista Unificado de México con

la finalidad de unir las distintas corrientes de pensamiento de izquierda donde incluso fue candidato a diputado federal y precandidato a la presidencia de México. Testigo del cisma político nacional de 1988, Eraclio Zepeda también fue miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática. Con la experiencia que le dejaba el haber vivido de cerca y ser testigo privilegiado del nacimiento y la consolidación de la revolución cubana, la crisis cultural y el cambio económico del régimen chino y las transformaciones de los países socialistas bajo la órbita Rusa que exigían más libertad política e individual; Laco Zepeda sabía que nada se detiene, todo se transforma y que las mismas personas cambian para bien o para mal. Luego de sus largas estancias europeas y asiáticas, en Chiapas estalla la rebelión zapatista y es entonces que es invitado a encabezar la Secretaría General de Gobierno de Chiapas; desde esta posición concilia intereses encontrados, suscribe acuerdos difíciles de lograr y logra la gobernabilidad que el estado necesitaba para generar la necesaria estabilidad. Ese es el único puesto político y administrativo que Laco ocupó en su vida, ya que los anteriores cargos eran del orden cultural y de promotor social.

Laco Escritor Siempre, desde muy niño Laco Zepeda supo que sería escritor y es que en la casa paterna podía faltar cualquier cosa, menos un ameno libro que leer e incluso anécdotas locales que escuchar, sobre todo en la voz de su padre. Llegaron así los cuentos Benzulul, Asalto nocturno, Ratón que vuela, Horas de vuelo, Quien dice la verdad. Las novelas Las grandes lluvias, Tocar el fuego, Sobre esta tierra, Viento del siglo; la obra de teatro El tiempo y el agua y; los poemas La espiga amotinada, Ocupación de la palabra y Elegía a Rubén Jaramillo entre otras obras. Multipremiado en México y en varios países, Eraclio Zepeda recibió la Medalla Conmemorativa del Instituto Nacional Indigenista; el Premio Xavier Villaurruti; la medalla conmemorativa del 50 aniversario de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura otorgado por la SEP en 2014, y la Medalla Belisario Domínguez, otorgada por el Senado de la república. Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y del Sistema Nacional de Creadores de Arte y en Chiapas recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y de la Universidad Intercultural, dos instituciones educativas que convirtieron a Eraclio Zepeda en profeta en su tierra. Recibió también el Premio Chiapas en 1983. Su prolífica obra recibió el reconocimiento de sus pares, quienes lo llenaron de elogios. Por ejemplo Octavio Paz dice que “La primera y única vez que vi a Eraclio Zepeda me pareció una montaña. Si se reía la casa temblaba, si se quedaba quieto veía nueves sobre su cabeza, es la quietud, no la inmovilidad un signo fuer-

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te. La tierra áspera que esconde tesoros y dragones, el lugar donde viven los muertos y los vivos guerrean”. Juan Rulfo dijo que “Quien lee a Eraclio Zepeda siente la ternura que él lleva en su corazón, un hombre que expresa ternura, que sabe desarrollar y desenvolver, y sobre todo expresar la ternura tiene que crear ternura”; para el dramaturgo Emmanuel Carballo: “Laco Es un joven, bueno, es un joven que ve con amor y solidaridad los problemas humanos, sus cuentos, además de arte, son documentos”, y para Rosario Castellanos la obra de Laco es “Una literatura donde hay una conciencia vigilante que no quiere quedarse las meras imágenes de las cosas, que quiere tocar raíces, que quiere tocar su testimonio en el sitio que le corresponde dentro del conjunto de datos, que sobre Chiapas se han ido reuniendo”.

El Legado No hay un chiapaneco que al leer la obra de Laco Zepeda no se sienta identificado aún si viva en la Costa, los Altos o cualquier otra región; como nadie lo ha hecho, Laco Zepeda retrató el “ser” y el “sentir” de Chiapas, de su gente, sus costumbres y su idiosincrasia. Lo mejor de todo es que con su obra, Laco hizo a nuestras costumbres universales y por eso su legado será eterno y universal. Sobre todo también porque su prosa fresca y natural es del gusto de la juventud; en ese sentido el mejor homenaje a su legado es leerlo y promover la lectura de su obra. Al pesar de su desaparición física, se le sumó prácticamente todo México; y es que la cultura chiapaneca no se entiende sin las aportaciones y los rescates de la tradición oral que realizaba Laco. Por ello las redes sociales, los noticieros televisivos, los rotativos, la radio y todo medio de comunicación posible reprodujeron la noticia de su deceso. Políticos escritores, intelectuales, comentaristas, analistas y periodistas expresaron su admiración y respeto por la obra de Laco Zepeda. “Siempre he pensado que ser profundamente local es el único camino que te lleva realmente a la universalidad. Únicamente se puede ser universal si se es profundamente nacional. Si tus raíces están bien asentadas en tu tierra, los frutos pueden estar en cualquier lugar del planeta”, decía Laco y a la palabra le ponía la acción, viajero incansable, observador agudo, solidario con las causas más justas, sus libros, sus relatos y el rescate de la historia chiapaneca es lo que hicieron a Laco un escritor de la cotidianeidad local; nuestro escritor; y su calidad lo llevó a poner el nombre de Chiapas en alto. Todos los homenajes que quieren hacérsele, grandes, pequeños, locales o nacionales son merecidos; nadie como Laco nos hizo tan universales. Lo ideal es también leerlo, releerlo, promover el estudio formal de su obra e impulsar la lectura entre las nuevas generaciones. Sencillo en el trato, pero franco y solidario; la enorme virtud de Laco es que era además un hombre bueno e increíble ser humano; por ello cultivó el arte de coleccionar amigos verdaderos y estas líneas son el homenaje sincero de uno de los amigos que honró con su amistad y que le duele su partida. Adiós Laco, Adiós. Alcanzaste a “Don Chico, el que vuela” te despojaste de la carga terrenal y te convertiste en espíritu; abrazo solidario a Elva, tu compañera de viaje, de ideas y de sueños, a tus hermanos, tu hija, tu nieta. Te llora Chiapas. Te lloramos todos.

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