HAITI: CONDICIONAMIENTOS DESDE SU INDEPENDENCIA - 1804 \"Repercusión del bloqueo internacional de lso EEUU y la deuda impuesta por Francia sobre el subdesarrollo de Haití\"

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Descripción

TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN HAITI: CONDICIONAMIENTOS DESDE SU INDEPENDENCIA - 1804 “Repercusión del bloqueo internacional de los EEUU y la deuda impuesta por Francia sobre el subdesarrollo de Haití”

Por: Jimmy Jr. Jean Baptiste Kernisant Curso: Máster en Cooperación Internacional y Relaciones Exteriores Tutor/a: Roberto Rey Dios – Director Académico Área Internacional

Fecha de presentación: 12/07/2015

HAITI: CONDICIONAMIENTOS DESDE SU INDEPENDENCIA - 1804

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

COMPROMISO DE AUTOR ................................................................................ 3 DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS ................................................................ 4 INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 5 JUSTIFICACIÓN ............................................................................................. 6 OBJETIVOS ................................................................................................. 10 METODOLOGÍA ............................................................................................ 11 ANÁLISIS HISTÓRICO DE HAITÍ..................................................................... 12 7.1. PERIODO PRECOLOMBINO (5580 a.c. – 1492) .............................................. 12 7.2. PERIODO COLONIAL (1492-1789)............................................................... 14 7.2.1. Comienzo de la Trata de esclavos – S.XVI .............................................. 16 7.2.2. Llegada de los franceses a la isla – S.XVII .............................................. 18 7.2.3. El colonialismo y el comercio triangular – S.XVIII .................................... 21 7.2.4. Las Revoluciones de fin de siglo y eventos internacionales ........................ 25 7.2.4.1. Declaración de Independencia de EEUU (1776) ................................. 25 7.2.4.2. La Revolución Francesa (1789) ....................................................... 29 7.3. PERIODO REVOLUCIONARIO (1789 – 1804) ................................................. 33 7.3.1. Rebeliones en la colonia ....................................................................... 34 7.3.2. Contradicciones en la metrópoli ............................................................ 37 7.3.3. La primera Constitución de Haití – T. Louverture...................................... 40 7.3.4. Declaración de Independencia – J. Dessalines ......................................... 43 7.4. PERIODO NACIONAL (a partir de 1804) ....................................................... 47 7.4.1. Bloqueo comercial americano ............................................................... 48 7.4.1.1. Política exterior Norteamericana – guerras napoleónicas ..................... 48 7.4.1.2. Intereses internos – Comerciantes norteños y plantadores sureños ...... 49 7.4.2. La deuda impuesta francesa ................................................................. 52 8. EVOLUCIÓN DE LOS TRES CONDICIONANTES ESTABLECIDOS............................ 57 8.1. EVOLUCION DEL PIB ................................................................................. 57 8.1.1. Histórico de la economía nacional: productos clave de producción y exportación ................................................................................................... 57 8.1.2. Dependencia nacional actual: productos clave importados ........................ 64 8.2. EVOLUCION DEL COMERCIO INTERNACIONAL .............................................. 68 8.2.1. Histórico del comercio internacional....................................................... 69 8.2.2. Reconocimiento internacional de la República haitiana .............................. 81 8.3. EVOLUCION DE LA DEUDA EXTERNA ........................................................... 89 8.3.1. Ilegitimidad de la deuda ...................................................................... 90 8.3.2. Pago de la deuda impuesta por Francia .................................................. 94 8.3.3. Neo-colonialismo: deudas y dependencia ............................................... 99 8.3.4. Deuda externa situación actual ........................................................... 105 9. APLICACIÓN DE LAS TEORÍA DE DESARROLLO AL HAITÍ DEL S.XIX .................. 108 9.1. POSTULADOS DE ROSTOW ...................................................................... 108 9.2. VALIDACION DEL CONTRARIO – CONTEXTO HAITIANO ................................ 112 9.3. MODELOS DE DESARROLLO ALTERNATIVOS POSTERIORES .......................... 115 10. CONCLUSIONES ........................................................................................ 122 11. RECOMENDACIONES .................................................................................. 137 12. BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................... 139 13. APÉNDICES Y ANEXOS ............................................................................... 152

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HAITI: CONDICIONAMIENTOS DESDE SU INDEPENDENCIA - 1804

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COMPROMISO DE AUTOR

Yo, Jimmy Jr. Jean Baptiste Kernisant, con documento de identidad 20249594-A y alumno del programa académico Máster en Cooperación Internacional y Relaciones Exteriores declaro que: El contenido del presente documento es un reflejo de mi trabajo personal y manifiesto que ante cualquier notificación de plagio, copia o falta a la fuente original, soy responsable directo legal, económico y administrativo sin afectar a las personas e instituciones que hayan colaborado en dicho trabajo, asumiendo las consecuencias derivadas de tales prácticas.

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DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS

La finalización de este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo de mi mujer, Katleen Jean, a la que quiero reservar y dedicar estas líneas: “esta tesis no hubiese visto la luz sin tu ayuda a la hora de organizar todos mis documentos, compilar toda mi bibliografía y sobre todo, no hubiera sido posible sin todo el gran esfuerzo que has dedicado al cubrir un sin fin de tares domesticas mientras yo me centraba en este estudio. ¿Y qué de la inspiración para la elección del tema? Tu pasión por nuestros orígenes encendió una curiosidad imparable en mí, en busca de cuándos y porqués, que ha marcado mi visión del mundo. Soy un gran afortunado al tenerte como compañera”. Por otro lado, no debiera dejar de agradecer a mi padre, Jimmy Jean Baptiste Mercier, por todos los contactos que me proporcionó desde el día que se enteró del tema que iba a tratar en mi tesis. Aunque muchos de los contactos no dieron fruto, reconozco que su insistencia tuvo también mucho que ver en mi motivación para la realización de este trabajo. No querría terminar esta sección sin mencionar a mi tutor, Roberto Rey Dios, quien pacientemente revisó todos mis ejercicios de investigación durante la realización del Máster y pacientemente esperó hasta ver el primer borrador de este estudio (¡¡un año!!). Gracias también por todas tus recomendaciones.

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INTRODUCCIÓN

En la actual crisis económica de escala global, donde las necesidades propias de cada país priman sobre cualquier otra llamada foránea de socorro, surgen voces tímidas pero legítimas que buscan encontrar reconocimiento en el darwiniano mundo del más fuerte: ¿tienen cabida las demandas de anulación de deudas contraídas por los países en desarrollo? ¿Tienen esas deudas que ser asumidas a cualquier precio para sostener el “equilibrio” de las balanzas económicas internacionales? ¿Prescribe el derecho de recurrir sentencias de “muerte nacionales” por el mero hecho del transcurso del tiempo, y la fragilidad de la memoria humana? Muchas preguntas, que en el caso de Haití, se tornan incluso más peliagudas y difíciles de contestar. Pero La pregunta más difícil de contestar es porqué el constante flujo de dinero hacia la isla en forma de ayuda o préstamo, como pocos países en desarrollo hayan recibido, no ha servido para sacar al país de los últimos puestos en las listas de índice de desarrollo humano. Las teorías sobre deudas externas de países en desarrollo intentan explicar el fenómeno de endeudamiento y las mínimas circunstancias que deben darse para su salida de esa situación precaria de hundimiento y dependencia gradual1: “Un país recurre a la deuda externa porque tiene poca renta y poco ahorro interno, debiendo recurrir al ahorro externo, lo que significa una transferencia de recursos de los países desarrollados a los países en desarrollo. Esta transferencia de recursos en teoría tendría que acelerar la expansión del país; ya que habría un aumento de la renta para que aumentara el ahorro interno y los países en desarrollo devolvieran el capital a los países desarrollados. Esto sucede si se dan tres condiciones: - Inversión productiva: es decir, que los países cuando reciban el capital inviertan de forma productiva. - Que se mantenga el crecimiento del comercio internacional: porque la devolución de la deuda exige que los países tengan una serie de divisas y de capital, y eso ocurre cuando pueden vender al exterior sus productos. - El tipo de interés medio de los préstamos que han recibido sea menor al ritmo del crecimiento del país.” Nuestra hipótesis de partida para este trabajo de investigación es que la razón por la que Haití no pudo, ni difícilmente podrá, levantar cabeza es debido a sus condiciones de partida desde su independencia en 1804. ¿Puede que la situación de ruina irreversible del país y su incapacidad de recuperación se deban a sus condiciones de inicio en el momento de su independencia temprana: bloqueo internacional promovido por EEUU y la desmesurada deuda asignada por Francia al país por motivos de “gastos de manutención”?

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INSTITUTO EUROPEO CAMPUS STELLAE, 2011. Bloque II, Tema 7: La Cooperación Internacional Financiera, sección 7.4. Los problemas de la deuda exterior, pp. 104 en: Master en Cooperacion Internacional y Relaciones Exxteriores.

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APÉNDICES Y ANEXOS

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JUSTIFICACIÓN

Según Landes (Landes, 1999), ya a finales del S.XX “La relación entre la renta per cápita de la nación más industrializada más rica, Suiza,… y la del país no industrializado más pobre, Mozambique, era de 400 a 1. Sin embargo 250 años atrás, esta relación entre la nación más rica y la más pobre era quizás de 5 a 1, y la diferencia entre Europa y Asia giraba en torno a 1.5-2 a 1”. ¿Qué causa que unas naciones sean más ricas que otras? En su intento por responder a esta pregunta Adam Smith, en su libro “La riqueza de las naciones” de 1776 originó la ciencia económica como tal. Las sucesivas teorías que irán apareciendo a lo largo de los siglos se centrarán en responder las siguientes dos cuestiones: A: ¿Cómo conseguir el desarrollo de los países? Esta es la cuestión que se han planteado diversos economistas, intelectuales y analistas a lo largo de, al menos, estos dos últimos siglos. Las respuestas a esta pregunta han ido variando a medida que las realidades contrastadas desmentían o ampliaban los factores a tener en cuenta; por lo que se parten de respuestas centradas en el aspecto económico de ideologías simplistas y capitalistas, hasta teorías que envuelven la noción de desarrollo humano a nivel individual en el seno de sociedades pluralistas y con contextos culturales distintos. B: ¿Qué es lo que impide a los países en desarrollo progresar? Esta otra cuestión está íntimamente ligada a la precedente, y su respuesta surge como contrapartida a las hipótesis planteadas en cada modelo de desarrollo económico. Sin embargo, a pesar de la pluralidad de modelos para la pregunta A, la respuesta a la pregunta B es única y consensuada por todos: la deuda externa. “La deuda de los países en desarrollo ha seguido aumentando, y no solo ha limitado sus perspectivas de desarrollo sino también ha mermado su capacidad para crear las condiciones que se requieren para el ejercicio de los derechos humanos, en particular los derechos económicos, sociales y culturales” (Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, 2012). Sin embargo la República de Haití se erige como un caso único en la historia. Haití forma parte de los 39 estados clasificados por el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial (BM) como países pobres muy endeudados (PPME) (FMI, 2014). ¿Cómo es posible que, después de haber pagado íntegramente la deuda que le fue impuesta por Francia en 1825 (90 millones de francos) a cambio del reconocimiento de su independencia -obtenida 21 años antes mediante luchas, guerras y sufrimientos-, aun hoy forme parte de los países altamente endeudados? ¿Pueden los postulados enunciados en las teorías del desarrollo económico dar una respuesta lógica a la situación actual de Haití, y advocar por una aplicación directa de sus fórmulas, o por el contrario, un análisis de la secuencia de las mismas nos ayudaría a detectar una anomalía y/o excepcionalidad del caso histórico particular haitiano? TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS En general las sucesivas teorías fueron proporcionando respuestas a la siguiente ecuación: A + x = B (siendo A: país subdesarrollado, x: respuesta teórica al planteamiento del desarrollo; y B: país desarrollado), si fomento x, fomento el desarrollo del país, y si impido x, imposibilito el desarrollo del país. Para la teoría de modernización la respuesta x es: mediante la acumulación de riquezas, aumento de producción e innovación tecnológica. El aumento de la producción es clave para alcanzar el desarrollo, ya que este aumento de producción debe primeramente abastecer las necesidades de la población, y una vez cubiertas éstas, el excedente bien puede comercializarse en el mercado e incrementar el capital. Se supone que el crecimiento económico lleva a la larga al desarrollo económico y, hasta momentos muy recientes, el FMI y el Banco Mundial utilizaban la renta o producto per cápita como indicador del desarrollo de los países, pero se ha considerado este tipo de análisis un tanto simplificador del problema del subdesarrollo. En realidad, esta x´ planteada por el modelo del liberalismo no es una respuesta completa. Existen otros factores que debieran ser incluidos en esta variable para alcanzar el paso de A a B, pero eso no quiere decir que esta x´ (formando parte de una ecuación con una serie de variables) sea menos relevante. La negación de esta componente (acumulación de riqueza e innovación tecnológica) impide el desarrollo; idea en la que creyó firmemente la “afrentada” República Francesa del S. XIX por lo que hizo todo lo posible para sofocar a su antigua colonia. A pesar de todas las críticas que este modelo ha recibido con el paso de los años -por comprobarse que no se adapta a las realidades de los países y que obvia factores externos fundamentales-, pensamos que es pertinente el aplicarlo a la Haití de 1804 por tres motivos: (i) el punto de partida de desarrollo económico para ese entonces no variaba tanto entre las naciones (básicamente venían todas de una economía tradicional agrícola), (ii) la Riqueza de las Naciones de A. Smith – referente del modelo del liberalismo económico- acababa de ser publicado en 1776, y (iii) las estrategias de bloqueo comercial e impedimento de acumulación de capital ideadas por las potencias enemigas de la nueva República a principios del S. XIX correspondían exactamente a la negación de la respuesta x del modelo de la teoría de modernización. La tan repetida frase de ‘los pobres negros no pueden gobernarse por sí mismos’ afirmada por el mismo sub-secretario de Estado William Philipps2 para justificar ante el presidente Wilson la necesidad de la inminente ocupación americana de la isla en 1915ha sido injustamente aplicada, en varios casos a nivel internacional, para justificar la imposición de criterios proteccionistas e incursiones extranjeras que realmente encubrían ‘otras motivaciones’. Sin embargo, en el caso de Haití, la frase que tenían (y siguen teniendo a raíz de la situación actual) realmente en mente los mandatarios extranjeros – principalmente EEUU y Francia- es ‘los negros pobres no DEBEN gobernarse por sí 2

Es ‘un pueblo inferior’, incapaz “de mantener el grado de civilización que les dejaron los franceses o de desarrollar las más mínima aptitud para una autonomía que les otorgaría el derecho al respeto y a la confianza de la comunidad internacional” (Chomsky, 2006)

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APÉNDICES Y ANEXOS mismos’. “Los haitianos nunca han tenido el poder de decidir sobre el desarrollo de su propio país, y por lo tanto no se les puede acusar del fracaso de su propio desarrollo” (Podur, 2012). Las circunstancias que desembocaron en el golpe de Estado en 2004, el bloqueo de la ayuda internacional incitado por EEUU durante los dos años siguientes del gobierno golpista y la incursión de las fuerzas armadas de la ONU en la operación MINUSTAH, orquestada y liderada por Francia, Canadá y EEUU demuestra que en el bicentenario de la declaración de la nueva República haitiana (1804 - 2004) las cosas seguían exactamente igual que hace 200 años atrás: mismos desafíos, mismas injusticias, mismas opresiones e incluso mismas potencias extranjeras e intereses. Como muy bien apunta Justin Podur en “la nueva dictadura de Haití” (2012), ‘los antecedentes históricos de Haití son importantes para entender la historia reciente del país: en particular, las restricciones en la soberanía política y económica de Haití, impuestas desde el exterior’. Como se analizará más detalladamente en la sección histórica, la situación del país en el 2006 era una réplica de lo que ya ocurría en los amaneceres de la nueva república a finales del S. XVIII: 1. En 2004, un golpe militar, orquestado y apoyado por EEUU, Canadá y Francia, derrocaba al primer presidente democráticamente elegido en Haití desde la creación de la 1ª República Negra; Jean-Bertrand Aristide. A finales del S.XVIII y principios del S. XIX, EEUU y Francia también invirtieron grandes esfuerzos y sumas de dinero para que la recién declarada república no se desarrollara, ni tampoco se alzaran líderes ni Constituciones de ideas opuestas a los intereses franceses o estadounidenses. 2. En 1804, EEUU y Francia coordinaron una aislamiento político (con el no reconocimiento internacional de la República) y económico (con el embargo y prohibición de comercio con los productos haitianos, y la imposición de una deuda de forma ilegítima) para intentar recuperar sus ganancias –en el caso de Francia-, y que la República Negra no prosperase por temor a represalias a en su propia economía esclavista –en el caso de EEUU. Invasiones e incursiones militares a la isla por parte de las dos potencias se sucedieron a lo largo de los años para imponer decisiones y cláusulas en favor únicamente de estas mismas potencias extranjeras, subestimando la legitimidad de la soberanía nacional haitiana. En 2004, un presidente –J. Aristide- reaccionó a la presencia extranjera en el territorio haitiano, constituyéndose así una amenaza directa a los intereses económicos de los aliados, y una nueva invasión extranjera (la MINUSTAH3) fue enviada para controlar a las resistencias populares que exigían una soberanía nacional.

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Operación para el mantenimiento de la paz que el sistema de las Naciones Unidas desplegó en Haití a consecuencia de los disturbios populares en contra del gobierno golpista. Desde 1993, las naciones

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APÉNDICES Y ANEXOS 3. El embargo de la ayuda para el desarrollo destinado al país caribeño, y el embargo de armas a Haití en 2004 fueron exactamente las mismas estrategias utilizadas por el país norteamericano en respectivas ocasiones para fomentar el hundimiento del país caribeño y asegurar su incapacidad de defensa. 4. En los orígenes de la República, la élite mulata -ávida de poder y privilegios que antes solo tenían los blancos colonialistas- se aliaba con potencias extranjeras a conveniencia para mantener sus privilegios dentro de la isla. En la actualidad, un 1% de la población posee casi el 50% de la riqueza nacional, y es esta misma élite la que, en 2004, disciplinaba a MINUSTAH y le advertía de los peligros que el movimiento popular pro-Lavalas (partido defensor de Aristide) podía ocasionar si no se contenía adecuadamente. ¿Existe alguna relación entre la situación actual del país y su imposibilidad de salida a flote, con su legado histórico? ¿Qué es lo que le diferencia del resto de los países de la región, los cuales tienen un nivel de desarrollo mucho más elevado, y una vida como países independientes más corta que Haití? ¿Es la supuesta ‘imposibilidad de autogobernanza’ heredada de la estirpe africana -como defendía William Philipps- lo que ha impedido el crecimiento y desarrollo del país, o han habido factores externos clave inductores de este fracaso de la República? En este trabajo de investigación vamos a intentar analizar las relaciones causales entre las condiciones de partida impuestas al país haitiano por parte de las potencias militares y económicas de la época, y sus consecuencias a largo plazo en el desarrollo económico del país haitiano.

Unidas han desplegado 7 misiones en el país caribeño: Misión civil internacional conjunta ONU-OEA, MINUHA 1, MINUHA 2, MANUH, MITNUH, MIPONUH, MINUSTAH (minustah, 2004).

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APÉNDICES Y ANEXOS

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OBJETIVOS

Objetivo General: Determinar las repercusiones del bloqueo comercial de EEUU (Embargo de Jefferson en 1806) y la deuda impuesta por Francia (ordenanza de Carlos X en 1825) sobre el subdesarrollo de Haití, considerando los condicionantes de partida de la recién declarada independiente República Haitiana en 1804.

Objetivos específicos: A.1. Establecer los condicionantes de partida de la parte occidental de la isla de SaintDomingue (declaración de independencia el 1 de enero de 1804) referentes a la producción y actividad económica. A.2. Comparar las relaciones comerciales a nivel internacional entabladas por la isla como colonia, y después de su independencia hasta su reconocimiento como Estado en 1825 A.3. Determinar las causas del endeudamiento de la República de Haití en 1825 A.4. Aplicar el modelo de desarrollo económico del liberalismo económico/modernización al Haití de principios del S. XIX considerando los condicionantes de partida económicos, comerciales y de endeudamiento establecidos particularmente para la República haitiana. A.5. Validar/contrarrestar las 3 condiciones necesarias para que un país resuelva sus problemas de deuda externa para el caso particular haitiano según el modelo teórico de desarrollo seleccionado.

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APÉNDICES Y ANEXOS

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METODOLOGÍA

Tipo de investigación: Básica Medios: Los medios para obtener los datos utilizados en esta investigación fueron los propios de una investigación documental, usando fuentes documentales diversas (libros, revistas, periódicos, artículos,..). Las únicas limitaciones impuestas fueron el acceso a este tipo de información, requiriendo que todas las fuentes fueran de acceso público desde la red de internet. Para limitar la extensión de este trabajo se concentró el análisis en el periodo que cubre el siglo anterior y posterior a la declaración de la independencia de la republica haitiana (S. XVIII y s. XIX). Fase de exploración: Se hizo una Revisión Literaria de bibliografía relevante a nuestro tema de investigación con un enfoque particular; los temas e ideas que conectaban a las fuentes utilizadas entre sí eran (i) la asunción del control político de los EEUU sobre la República Haitiana desde sus inicios y (ii) la ilegitimidad de la deuda francesa impuesta a su antigua colonia. El Marco Teórico para este tema de investigación fue la teoría de desarrollo económico de la modernización de Rostow y los postulados de su predecesor Adam Smith. Diseño de la Investigación: Se realizó una primera fase exploratoria (familiarización con un tema desconocido hasta el momento), un segundo ejercicio correlacional (visualizando cómo se relacionan o vinculan los eventos entre sí) y un apartado explicativo de conclusiones. Formulación de Hipótesis: Relación Recapitulativa de causas – efectos: 1. Los postulados teóricos para la resolución de la deuda externa de los países en desarrollo asumen que las causas de endeudamiento son: catástrofes naturales, nuevas inversiones, mala administración de los fondos,… ¿Son estos supuestos válidos para el caso de Haití? 2. La imposición de la deuda francesa no se hizo bajo las premisas que rigen el derecho internacional para considerarse legítima. 3. El no-reconocimiento internacional del Estado haitiano a principios del S.XIX tuvo consecuencias directas en el desarrollo económico del país y, en última instancia, en su situación actual de adeudamiento, tras 2 siglos de independencia. Para el análisis de estas premisas, se recapitularon los datos necesarios para distinguir y percibir la evolución productiva del país (centrándose en sus productos mayormente explotados y comerciales –azúcar y café), las relaciones comerciales internacionales con los países europeos y EEUU (potenciales compradores) y la evolución de la deuda externa contraída con los diversos actores y sus intereses.

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APÉNDICES Y ANEXOS

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ANÁLISIS HISTÓRICO DE HAITÍ

En primer lugar procederemos a analizar y exponer, a grandes rasgos, momentos clave de la historia de la colonia de Saint-Domingue, poniendo énfasis en el contexto internacional y local de la colonia a finales del S.XVIII y principios del S.XIX -marco temporal objeto de estudio de este trabajo- con el fin de poder vincular acciones y consecuencias para verificar la validez de la hipótesis planteada en este trabajo de investigación. Los 4 periodos4 en los que se divide normalmente la historia de la isla caribeña son: a. b. c. d.

Periodo Periodo Periodo Periodo

precolombino (5580 a.C. – 1492) colonial (1492-1789) revolucionario (1789-1804) nacional (1804 – a nuestros días)

Para este trabajo de investigación, en el último periodo nacional, se abarcará únicamente hasta la aceptación de la deuda5 en 1825, ya que se considera que las bases y condiciones de partida para la creación de un estado fallido6, para ese entonces, ya se habían cuajado y asentado.

7.1. PERIODO PRECOLOMBINO (5580 a.c. – 1492) Antes de que las 3 naves españolas arribaran a las islas caribeñas por primera vez, la isla Ayiti –nombre por la que era conocida por sus autóctonos- tenía una población estimada de entre 500.000 y 1 millón de personas (Corbett, 1999b). Estos indios (como se les refirió desde un principio) en su gran mayoría acogieron a sus conquistadores con danzas, cortejos y regalos, pensando que habían llegado del cielo, por lo que en la primera visita de Colón, el intercambio del oro que adornaban sus orejas, coronas y máscaras por espejos, cascabeles y otras baratijas, se efectuó de la manera más cordial y pacífica posible. No había mucho oro en la isla, pero los españoles asumieron que lo había en cantidades, lo que causó el trágico desenlace7. Las tierras que se encontraron los primeros colonos españoles –que estos llamaron la Hispaniola- estaba dividida, para eses entonces, en 5 grandes provincias, gobernadas cada una de ellas por un Cacique principal: la Magua (reino de la llanura en el nord-este), 4

Clasificación de Jean Fritzner Etienne (Etienne, 2005). Aunque la ocupación americana y la dictadura de los Duvalier en el S.XX jugaron un rol importante en el detrimento del desarrollo económico de Haití, se prefiere analizar más en profundidad las condiciones de partida, y cómo éstas se proyectaron y afectaron en el futuro. 6 No solo altamente endeudado, Haití ocupa el 9º puesto en la lista de 2014 de los estados fallidos del mundo (Estados fallidos – The Fragile States Index Rankings 2014, The Fund for peace) solo después de Sudán del Sur, Chad, Yemen y Afganistán. Para esta clasificación se toman en cuenta varios indicadores, como la presión demográfica, el movimiento masivo de refugiados internos, el éxodo masivo, la caída del desarrollo económico, la incapacidad del Estado a legitimarse, el deterioro de los servicios públicos, la violación de los derechos humanos y el no respeto a la ley, la debilidad del aparato de seguridad, fractura y conflictos internos, intervención externa, etc… 7 Numerosos viajes de vuelta a la isla en busca del inexistente oro y la indefectible aniquilación de la población autóctona. 5

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APÉNDICES Y ANEXOS el Marien (la zona del norte atravesada por el rio Hatibonico), la Xaragua (banda oeste y sur con una gran cadena montañosa), la Maguana (el centro de la isla) y el Higuey (extremo este). Sus gentes cultivaban principalmente el maíz, el ñame, la patata y la mandioca, de cuyas espigas fabricaban una fécula para la elaboración de la cassava o su pan. La propiedad no se reconocía de modo alguno. Todo era de todos. La propiedad era común y la del suelo, indudablemente también. Todo el resto era el botín de la natura8 que se compartía entre ellos y que todos consumían (NAU, 1894). A pesar de la denominación común de “indios” por parte de los españoles a los nativos, pareciera que había 2 etnias bien distintas que componían el pueblo aborigen de Haití. En todo el Nord-este, sud-este y este de la isla (reinos de Magua y Higuey) las poblaciones pertenecían a la etnia de los “Arawak”. Los arawak por su gran talla, su fuerza muscular, su energía… y todas sus cualidades y vicios que les seguían, se distinguían sin dificultad de los otros indios de Marien y Xaragua (taínos). Una constitución menos robusta, la apatía y la dulzura en el comportamiento, y más sociabilidad caracterizaban a estos últimos (ídem, 1894). Sin embargo, ambas etnias temían a los “caribes”, los más agresivos y guerreros, que habían establecido su lugar de residencia en la cercana isla, conocida hoy por el nombre de Puerto Rico. Estos hacían incursiones a la isla de tiempo en tiempo en busca de cautivos para comer su carne (Corbett, 1999b). Aun siendo estas poblaciones consideradas como “pobres aborígenes con una cultura rudimentaria y tradicional” por los primeros conquistadores, no debemos olvidar que para ese entonces, en la misma región de Centro América, existía una de las más sofisticadas culturas de la América precolombina-prehispánica. Tanto la cultura Maya clásica (200 – 900 E.C.) -con sus principales sociedades en México, Guatemala y Honduras-, como la cultura Maya del Yucatán (900 – 1460 C.E.) destacaron por una organización social sofisticada en la que los ricos comerciantes de la élite cumplían la función de comercialización, redistribución y aprovisionamiento de productos oriundos y exteriores hacia todas las demás poblaciones mayas (Portillo, 2014). Admitiendo que los taínos/arawaks no poseían el avance tecnológico requerido en el modelo de la modernización liberal para obtener una mayor productividad, por otra parte sí que disponían de la materias primas y el capital necesario para generar riqueza: ni el capital ni el factor trabajo estaban limitados por la disponibilidad en el país. La producción no requería ser aumentada para abastecer a la población (1 millón de personas en 75.000 km2), ya que la naturaleza -junto con las técnicas agrícolas del momento respetuosas con el entorno- abastecía a todo la población de una manera prominente. Según el modelo de Rostow, la Ayiti precolombina se correspondía con la “sociedad tradicional”, la primera de las 5 fases para alcanzar el desarrollo. Sin embargo sus análogos de la misma zona regional, Mayas del Yucatán, ya habían alcanzado el estado de condiciones previas al despegue (2ª fase del modelo) y los incas9 del Sur se encontraban en su pleno despegue 8

El historiador Emile Nau la describe en estos términos: “Es la isla más bonita que haya sido fraguada en el seno de los mares y debajo de los cielos espléndidos, pero también es la tierra en el planeta que posiblemente haya bebido más sangre humana” (NAU, 1894). 9 La cultura inca dio origen a uno de los imperios más grandes de la América pre-colombina (el Tahuantinsuyo) comparable a los existentes a la Europa o Asia antigua. La capital del imperio se fundó 3 siglos antes del descubrimiento colombino (en 1200 C.E.); un imperio que amparaba una gran diversidad

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APÉNDICES Y ANEXOS económico. Todo esto nos hace pensar que sin la irrupción de los conquistadores ibéricos los taínos hubieran podido perfectamente, y de forma natural, alcanzar peldaños superiores en la escalera del desarrollo. Por desgracia, el pillaje sufrido de sus recursos naturales y humanos – como veremos en la sección siguiente- comprometieron no solo las potencialidades de las sociedades indígenas de Ayiti, sino las generaciones futuras de sus nuevos pobladores: los sobrevivientes africanos del desplazamiento transatlántico en masa producido durante los siguientes 4 siglos.

7.2. PERIODO COLONIAL (1492-1789) El 6 de diciembre de 1492 Colón desembarca en la isla Kyskeya (Ayiti), En este momento se inaugura el periodo imperial colonial español en las Américas en donde los indígenas serán sometidos a una esclavitud forzada bajo el pretexto de convertirlos al cristianismo. Sin embargo, la dura realidad de la colonización es que ésta provocó la desaparición de los que se pretendía convertir. La movilización de la mano de obra indígena en la extracción del tan codiciado oro desorganizó la agricultura tradicional fundada esencialmente en el cultivo de víveres, y el único método de resistencia que tuvieron los taínos para protestar contra los tratos sufridos fue la destrucción sistemática de las plantaciones10, buscando la reducción de los colonos por el hambre (Etienne, 2005). Desde muy temprano quedó claro que no había mucho oro en la Hispaniola, y los españoles convirtieron a la isla –como método alternativo a sus intereses- en la “cesta de alimentos” de la zona proveyendo los enseres necesarios para los conquistadores que exploraban y conquistaban gentes en el resto del Caribe y Centro América. En el proceso, los Tainos/Arawaks fueron virtualmente esclavizados. Éstos no respondieron bien a su nueva situación de esclavitud; muchos más murieron bajo las nuevas tareas de servidumbre que los que lo hicieron por las nuevas enfermedades europeas (Corbett, 1999b). La insaciable sed que provocó la búsqueda de oro y más tierra desencadenó en la tragedia: “La guerra y los masacres nunca han tenido más víctimas inocentes que estos pobres aborígenes que, en 1492, durante el descubrimiento, formaban una población de cerca de un millón de almas. Quince años pasaron a penas, y solo quedaban un poco más de sesenta mil… La voz potente de Montesinos en favor de los Indios retumbará hasta los pies del trono de España... Después [Montesinos] llegará a la colonia Albuquerque con ordenanzas reales que [desgraciadamente] solo serán ejecutadas a medias. Al igual que señor Las Casas –otro defensor ferviente de los indios- todos sus esfuerzos son en vano. Nada cambia para [el destino] de los indios… cuando llega el obispo Ramírez [a la isla] para remplazar a Diego Colon en la administración del país, apenas habían catorce mil indios….Todos estos acontecimientos ocurren en menos de 26 años y tres siglos nos separan solamente. Se trata por tanto de la historia moderna”. (Nau, 1894)

cultural, dotada de una red vial de caminos, una organización militar, económica, educativa, y con una de las construcciones arquitectónicas más importantes en América del Sur (Portillo, 2010). 10 Este mismo método de auto-defensa y retribución será utilizado por los recién auto-liberados esclavos haitianos 300 años después,… para su propia desgracia, ya que una vez desechos de sus enemigos, ellos permanecieron en la tierra quemada y devastada por sus propias manos.

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APÉNDICES Y ANEXOS Como Fray Bartolomé de las Casas expresa en una de sus cartas dirigidas a la corona española 40 años después de la llegada de Colon, la infinidad de las islas del Caribe, una vez “pobladas de unas gentes amables, inocentes, humildes y muy pacientes” –como él los define- están prácticamente desiertas por las incursiones de los españoles: “En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado, que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos [cientos de miles] de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales de ella docientas personas. La isla de Cuba es cuasi tan luenga como desde Valladolid a Roma; está hoy cuasi toda despoblada. La isla de Sant Juan e la de Jamaica, islas muy grandes e muy felices e graciosas, ambas están asoladas. Las islas de los Lucayos,… en las cuales había más de quinientas mil ánimas, no hay hoy una sola criatura. Todas las mataron trayéndolas e por traellas a la isla Española, después que veían que se les acababan los naturales della… Otras más de treinta islas, que están en comarca de la isla de Sant Juan, por la misma causa están despobladas e perdidas. Serán todas estas islas, de tierra, más de dos mil leguas, que todas están despobladas e desiertas de gente”. (Las Casas, 1552) Las causas de este genocidio fueron dos; (i) las guerras de incursión para apoderarse de más tierras y (ii) la dura servidumbre a la que subyugaban los conquistadores a los autóctonos para trabajar esa tierra a la manera y vieja usanza de los europeos en sus puntos de origen: iglesias, caminos, agricultura extensiva impuesta a las mujeres y explotación minera a los hombres. ¿La motivación? Fray Bartolomé lo señala muy claramente en su carta: “La causa por que han muerto y destruido tantas y tales e tan infinito número de ánimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción de sus personas (conviene a saber): por la insaciable codicia e ambición que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas; a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas”. (Las Casas, 1552)

Sin embargo, las palabras de un fraile no pudieron contener las ambiciones del mundo; esta nueva manera de amasar dinero vino para quedarse; en lugar de bestias, una vez TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS terminado con el género taíno, se fue a buscar el género africano para terminar la obra y entrar en el reposo, el reposo europeo.

7.2.1.

Comienzo de la Trata de esclavos – S.XVI

En esta sección se analizarán las consecuencias que conllevaron la esclavitud de los africanos a escala internacional, y como ésta repercutió en el desarrollo de la tierra que vio nacer la trata de esclavos en masa: la Hispaniola de Colón. A priori estas consecuencias parecen muy obvias, pero esta obviedad se considera oportuno exponerla para unir nexos y lógicas en esta búsqueda de raíces en la erección del árbol de problemas del desarrollo de Haití. La trata de personas empezó con el descubrimiento de América, siendo Portugal11 la que asumió las primicias del transporte de negros, y España12 en la utilización de los mismos para trabajos serviles. Los españoles se dieron cuenta de que la Hispaniola no iba a ser la fuente de oro para la Corona Española, por lo que la convirtieron en la “granja regional” para proveer alimentos durante la conquista del Nuevo Mundo. Lo que empezaron los tainos, muy pronto retomaron los africanos (tan pronto como en 1508 E.C.) convirtiéndose estos en la principal fuente de trabajo (Corbett, 1999b). Así como la burbuja inmobiliaria especuló con la primera necesidad de vivienda de una clase media en auge, el periodo colonialista operó bajo la premisa de que un nuevo mundo por descubrir y conquistar necesitaba una mano de obra inagotable, “barata” y accesible para rentabilizar al máximo los nuevos recursos. Tanto en un caso como en otro, el objetivo principal es el amasar dinero; y cualquier impedimento moral que pudiera surgir, debía sacrificarse a favor del “bien estar” de la sociedad. Una vez disponible toda esta nueva y vasta porción de tierra virgen, y visto que los nativos de estas tierras no demostraron ser lo suficientemente fuertes y aptos para materializar las exigencias de los conquistadores, éstos recurrieron a otras gentes “ociosas”, “ignorantes” y “capaces” para la obra tan necesaria. Como bien se señala en el artículo dedicado a “la esclavitud de los negros y sus consecuencias” del grupo de reflexión de utilidad pública FORUM HAITI (Patat, 2012), la Trata de personas no solo tenía el objetivo de dar forma a las colonias sino el amasar dinero con la creación de un nuevo comercio. Lo que queda bien definido sobre la mesa comercial del nuevo panorama internacional es la diferencia entre la Trata y la esclavitud: la esclavitud sin la Trata se regenera a un ritmo lento; la Trata sin la esclavitud se extingue (Patat, 2012). Aunque no haya duda de que la Trata de personas haya llegado a niveles inimaginables debido a la exorbitante demanda creada por los mercados europeos en sus colonias, hay que admitir un comercio preexistente de personas, de menor escala, en el interior del con11

En 1441 Navegadores portugueses traen a los primeros esclavos negros a Portugal. Esta fecha es la considerada para el comienzo de la Trata negrera atlántica organizada por Europa (Gómez-Martínez, 1998). 12 El primer asiento de negros lo otorgó Carlos I, en agosto de 1518, en beneficio del Duque de Bresa. Se autorizaba en él a la introducción de 4.000 negros a la Indias Occidentales durante un periodo de cuatro años (Gómez-Martínez, 1998).

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APÉNDICES Y ANEXOS tinente africano. Como apunta Saugera (Saugera, 1998) desde el S. VII, con la fulgurante expansión musulmana y la conquista árabe, las comunidades sumisas se vieron obligadas a proporcionar mano de obra servil a los vencedores. Por lo que, casi 10 siglos después, los europeos se encontraron con unos circuitos de trata preexistentes perfectamente establecidos, pero únicamente –para aquel entonces- como parte secundaria del comercio. Con la llegada de los europeos, las operaciones guerreras destinadas a la obtención de cautivos en las regiones interiores se multiplicaron; éstas eran efectuadas por los mismos africanos, ya que raramente los europeos se aventuraban más allá de las costas. La moneda de cambio con los negreros africanos hizo aumentar la escala de estas incursiones para reclutar cautivos, ya que los objetos provenientes de Europa motivaban la codicia más insospechada de los africanos, los cuales no podían ni fabricar ni producir en su territorio: armas de fuego, textiles, alcohol y artículos de metal, vidrio o mimbre. Exactamente los mismo objetos por los cuales los indios autóctonos de las Antillas intercambiaron su oro, su tierra y sus vidas. “La llegada de los europeos a América va a expandir en dimensiones antes insospechadas la trata de negros con consecuencias funestas para África. Se inicia así un capítulo de la historia occidental que ha de durar cuatro siglos. Las ramificaciones para África fueron devastadoras: Se abandonó la agricultura, se formaron verdaderos monopolios entre los reyes del litoral occidental y se llevó cabo el acarreo masivo de cautivos que, procedentes de todas las regiones, eran entregados para su venta en las factorías de la costa. Esta sangría humana detuvo el progreso y el avance de regiones enteras, África fue despoblada de sus hombres y mujeres en edad productiva, y al faltar la fuerza de trabajo, convertido el ser humano en mercancía, sobrevino la ruptura de la unidad tradicional, el espíritu comunitario africano se corrompió” (Gómez-Martínez, 1998).

Según la teoría de la modernización, en estos momentos estamos siendo testigos de la descapitalización de las colonias y los países africanos. Si sus postulados abogaban por un aumento del capital y trabajo de los países “atrasados-tradicionales” para su posible desarrollo, lo que las naciones europeas estaban realizando en este momento de la historia era justamente lo contrario: desproveer de la mano de obra (factor trabajo) en edades productivas en los países africanos, y desproveer del capital de las manos de los propietarios legítimos de las Antillas, a saber, oro, materias primas, explotación masiva de tierras y deforestación,… destinando este capital a tierras ajenas, sin apenas inversión de ningún tipo en las colonias. De hecho, el análisis de renta per cápita de este modelo de desarrollo nos lleva, en los dos casos, a resultados negativos: al reducir la población activa en el caso de los países africanos, y al anular la ciudadanía y el derecho a propiedad en el caso de las colonias. Asistimos claramente en el primer escalón regresivo de estas naciones “atrasadas-tradicionales”, paso atrás inducido y provocado por el comercio negrero transatlántico y no, como cabría esperar, por las ataduras de las sociedades tradicionales.

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APÉNDICES Y ANEXOS

7.2.2.

Llegada de los franceses a la isla – S.XVII

Antes de que la Hispaniola se convirtiera en una isla de interés, los asentamientos españoles se iban expandiendo hacia otras áreas del Caribe, Centro y Sud América, y éstos consideraron más oportuno y económico el proveerse de alimento desde estos nuevos puntos, por lo que la Hispaniola dejó de tener interés y quedó como una isla sin utilidad. Los españoles se concentraron en el sureste -en el asentamiento que posteriormente se conocería por la ciudad de Santo Domingo- y poco a poco el resto de la isla se quedó virtualmente abandonada y despoblada (incluida la parte extremadamente fértil de lo que luego llegaría a ser Haití) (Corbett, 1999b). Mientras tanto, las otras potencias europeas empiezan a hacer intrusiones en el mar del Caribe para apoderase de las mal custodiadas islas por parte de los españoles, una vez constatado el lugar estratégico que constituían estas islas de una latitud y clima más agradable y menos hostil que el norte de las Américas. Los franceses hacen su entrada en la escena de la conquista un poco tarde, como contestación al acuerdo internacional hispano-portugués13 de repartición de las américas, considerado injusto por Francia, Inglaterra y Países Bajos. Así asistimos al escenario de una carrera por el pillaje: las potencias europeas se disputaban los territorios como niños en una casa de dulces a través de la piratería y el comercio ilícito. Cada una de las Coronas europeas, por su parte empezaron a patrocinar a corsarios independientes para acosar a las embarcaciones de las naciones rivales, prometiéndoles parte del botín como aliciente además de la paga de sus servicios. Cuando las potencias dejaron de utilizar sus servicios, éstos no estaban preparados para abandonar su modo de vida tan rápidamente y se convirtieron en ladrones independientes no gubernamentales, los temidos piratas legendarios (Corbett, 1999b). Como bien nos indica Martínez Pereira, los piratas y los corsarios franceses fueron los primeros en atacar a las “posesiones” españolas y portuguesas de las Américas al margen del Tratado, y cuya presencia fue intermitente en la isla de la Tortuga14 (Martínez Pereira, 2011). Será en el S. XVII, con el apoyo del cardenal Richelieu, cuando la expansión colonial francesa conoce su mayor auge: se recupera la isla San Cristóbal y se ocupa la Martinica y Guadalupe entre 1625 y 1635. Será también en este decenio cuando se instale por primera vez una colonia oficial en la isla de la Tortuga en 1629, y por iniciativa de ingleses y franceses, las primeras plantaciones de azúcar15 aparecen en las islas a modo de explotaciones agrícolas monocultivo en busca de la mayor rentabilidad financiera posible. Esta iniciativa, de la parte de Francia, viene acompañada de la obra pionera de Louis XIII en 1642 con su autorización oficial de la Trata de Negros (Patat, 2012).

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El Tratado de Tordesillas firmado en 1494 establecía en beneficio de España y Portugal una división de “las tierras recién descubiertas y aún por descubrir”. Este Tratado reservaba la explotación de las riquezas del Nuevo Mundo a estas dos potencias. Las otras naciones europeas estaban excluidas del repartimiento del “pastel”, pero éstas no tardaron en contestar el monopolio establecido por las potencias de la península ibérica (Etienne, 2005). 14 Isla del océano Atlántico situada a tan solo 12 km de la costa del Noroeste de Haití. 15 La demanda azucarera surge directamente del recién introducido café por los holandeses en Europa 30 años antes (en 1616), cuyo consumo se expandió muy rápidamente por el continente (Sucre et esclavage au XVIIe at au XVIIIe siècles, n.d.).

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APÉNDICES Y ANEXOS Durante la segunda mitad del siglo X.VII la Hispaniola se convertirá en el escenario de incesantes luchas entre franceses, ingleses y españoles por su posesión. Británicos, españoles, criminales en escapada o europeos en busca de una fortuna rápida, todos se ponen a pelear entre ellos durante 30 años en esta isla, en el norte de Haití (Perchellet, 2010). Las nuevas preocupaciones de los españoles y la concentración de sus operaciones en la parte sur este de la isla dejaron espacio para la intrusión de piratas y bucaneros franceses, que una vez asentados, empezaron a desarrollar la agricultura en la parte occidental. Estos nuevos habitantes (forajidos de la ley), solo reconocían al Rey de Francia de forma nominal, hasta que Francia decidió dar protección oficial a la ocupación en un primer momento, para posteriormente lograr imponer su control militar, fundando así la colonia Saint-Domingue16, en la región occidental de la isla. A pesar de que las islas colonizadas por los franceses en el Caribe (Saint-Domingue, Martinica y Guadalupe) no eran nada en comparación con lo conquistado por sus rivales británicos, españoles y portugueses, estas islas -en particular Saint-Domingue- se iba a convertir en la “Perla del Caribe”, una de las colonias más ricas de la historia del mundo. El año 1674 se convierte en el año en el que la Trata de personas pasa de ser un mercado -aunque constante- complementario y exótico en manos de portugueses y holandeses, a ser el centro de la economía mundial del momento. Es en este año en el que las recién establecidas compañías francesa e inglesa de transporte de esclavos (Compañía de Senegal y Royal Company, respectivamente) irrumpen en las costas africanas intentando desbancar el monopolio de los holandeses. La llegada de los franceses e ingleses produce una escalada de los precios de los esclavos en África, que en contra partida, hace bajar el precio de compra de los mismos a su llegada en las Antillas, por el aumento de la oferta para los plantadores de caña de azúcar. Frente a la necesidad de traer mano de obra abundante y barata, las pequeñas Antillas y luego Saint-Domingue, se ven afloradas de trabajadores desplazados por coacción. Los nuevos esclavos hacen aumentar los beneficios de la plantación gracias a su coste relativamente bajo, lo que conlleva a su vez el aumento del número de viajes negreros y de viajes triangulares17. Esta nueva realidad social llegó a regularse con el famoso Código Negro francés de 1685, en donde se definían los derechos y deberes de los esclavos y esclavistas en los puertos comerciales y plantaciones. Este código vino acompañado de otras medidas estatales que favorecían este tipo de comercio, como la reducción a la mitad de los impuestos de aduana del género proveniente de las colonias y cartas patentes que autorizaban la “realización del libre comercio de negros” (Patat, 2012). Pero, además de la mano de obra, se necesitaban nacionales que ocupasen las tierras y tuvieran cierto reconocimiento de la autoridad metropolitana, distante pero reinante. Los franceses, al principio, recurrieron de una mano de obra blanca para dar valor a sus nuevas posesiones (Patat, 2012). Después de la delimitación oficial de fronteras en la isla en16

Realidad que fue finalmente aceptada por España en 1697 con la firma del Tratado de Ryswick poniendo fin así a las luchas entre españoles y franceses por cuestiones fronterizas en la partición de la isla: la parte occidental de la isla era oficialmente cedida a Francia. 17 Ver sección 7.2.3. Comercio triangular del S. XVIII.

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APÉNDICES Y ANEXOS tre españoles y franceses (en 1697 con el Tratado de Ryswick), estos últimos comenzaron a enviar nacionales a Saint-Domingue para poblar la colonia y trabajar la tierra. El 20 de marzo de 1714 una orden Real del Antiguo Régimen francés obligaba a los buques mercantes con destino las Américas de transportar entre 3 y 6 “engagés” según el tonelaje a bordo. (Lachapelle, 1999) Los engagés que eran mandados a las colonias constituían un colectivo que reunía dos tipos de personas: los convictos y sujetos fuera de la ley que eran obligados a abandonar el territorio francés, y campesinos y artesanos voluntarios, ahogados por las deudas, que querían probar suerte al otro lado del Atlántico. Los engagés literalmente se vendían por un periodo de 36 meses, durante el cual debían trabajar en las tierras de su custodiador y terrateniente en las colonias. Éstos trabajaban al lado de los esclavos negros y recibían los mismos tratos que ellos. La diferencia con los esclavos es que al final de los 3 años se les ofrecía una parcela para, a su turno, convertirse en propietarios. La realidad era que pocos llegaban al término de su periodo contractual. La mortalidad entre los engagés era notable: morían jóvenes víctimas del clima, de las mordeduras de serpientes, debido a las malas condiciones higiénicas y de la crueldad de sus amos (Confiant, 2011). La esclavitud de los Negros se impuso progresivamente, los pequeños blancos engagés18, poco maleables y prontos a la revuelta, son remplazados por esclavos negros, que los colonos encuentran más dóciles y más resistentes a las enfermedades tropicales (Bonaventure, 2009). Como vemos, la demanda de una mano de obra barata e ilimitada fue tan solo consecuencia de una cadena de acontecimientos: (1) Potencias europeas envueltas en guerras dinásticas interminables, (2) Reservas capitales de las coronas deterioradas y minadas, (3) Conjeturas de una reserva ilimitada de oro en un Mundo por descubrir, (4) Descubrimiento de las Américas y carrera a toda costa por la apropiación del codiciado oro, (5) Consideración de la fertilidad de las tierras, una vez agotadas las minas, (6) Explotación forzada de las tierras con los nativos del nuevo mundo y su genocidio como consecuencia, y (7) Búsqueda de alternativas para la mano de obra. Además de la caña de azúcar, el café fue introducido como nuevo cultivo comercial, ya que, a pesar de que necesitaba mano de obra, las extensiones de tierra podían reducirse y seguir obteniendo grandes beneficios, y muchos de los engagés liberados optaron por cultivar este tipo de planta19 especialmente en las parcelas montañosas que se les asignaba. 18

Los “engagés” atravesaban el Atlántico gratuitamente con la promesa de su libertad y tierras al final de su contrato. Pero las condiciones de trabajo acaban con la vida de más de la mitad de los engagés, lo que acabó por saberse en Europa frenando así el número de los potenciales candidatos, lo que llevará a la extinción de este tipo de mano de obra 6 años después del Real Decreto de 1714 (TPE LE SUCRE, n.d.). 19 La planta del café fue introducida en las Antillas por los franceses en 1720. El oficial Gabriel Mathieu de Clieu transportó la preciada planta en un recipiente de cristal, y a pesar de las dificultades experimentadas en el navío durante el viaje transatlántico, llegó a las colonias y pudo reproducirla y aclimatarla sin problemas. Para 1726 se recogía la primera cosecha de café y en 1777 se calcula que había en torno a 18 millones de árboles de café en Martinica (Int Coffee Org, 1996). Esta cantera de árboles permitió expandir el cultivo en Haití, México y otras islas caribeñas. Particularmente, la isla de Saint Domingue tenía las condiciones ideales para la reproducción de este cultivo. Haití es la isla más

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APÉNDICES Y ANEXOS En el S.XVIII la isla de Saint-Domingue se convierte en la perla de las Antillas gracias a la rentabilidad del sistema de las plantaciones. Primera productora mundial de azúcar (80.000 t/año) y de café (40.000 t/año), la isla exporta también algodón, índigo y tafia (ron) alimentando los mercados franceses y europeos con productos tropicales. Su comercio exterior llega a sobrepasar en 1790 al de los EEUU. Los agricultores producían los víveres, pero se les estaba prohibido procesar las cosechas en la propia colonia. Todo el género se enviaba a Francia y se procesaba allí. Desde las plantas de procesado, ya en suelo galo, los mercaderes franceses pudieron expandirse por toda Europa y Asia, produciendo así el boom de la economía Francesa (Corbett, 1999b). Al impedir el traspaso de conocimientos a los esclavos se aseguraba que éstos permanecieran en el estado primario de la cadena del mercado: dependientes e incapaces de desarrollar industria alguna que pudiera hacer la competencia a la resurgente Francia. Resurgente, floreciente y reluciente… Gracias a la colonia caribeña, Francia consiguió equilibrar su balanza comercial en Europa20 y llegó a ocupar un lugar primordial entre las grandes potencias europeas (Etienne, 2005). No obstante, sin los esclavos, los beneficios realizados por los negreros, negociantes y colonos franceses hubiesen sido despreciables. Sin ellos, el balance comercial sería deficitario y el presupuesto real [de Francia] no hubiese podido asumir sus gastos militares (Bonaventure, 2009).

7.2.3.

El colonialismo y el comercio triangular – S.XVIII

Para entender el enriquecimiento de los países europeos durante los siglos S.XVIII y XIX habría que entender el sistema económico mundial que operaba en aquel entonces. La Trata de esclavos africanos de aquella época fue el motor de la economía internacional, como lo fue el mercado inmobiliario a finales del S.XX. Nos centraremos en el caso de Francia, teniendo siempre presente que no se trató de un caso aislado en esta carrera por la hegemonía económica por parte de los países europeos. La definición que nos da Querelle Riveros del colonialismo es la siguiente: Se conoce por colonialismo la puesta en práctica de las ideas del imperialismo, desde el “descubrimiento” de las Américas en 1492 hasta el repartimiento de África por parte de las naciones europeas, décadas antes de la primera Guerra Mundial en 1914 (Querelle Riveros, 2013). En un análisis retrospectivo, el profesor Riveros confirma que los intereses económicos, la carrera hacia la hegemonía de las potencias y las filosofías utilitaristas-racistas se articularon al unísono para justificar la apropiación de tierras ajenas y las técnicas opresivas e inhumanas utilizadas para “civilizar a los salvajes y obrar en su beneficio”. Las nuevas tierras fuera del antiguo y saturado continente, las oportunidades de inversión para la burguesía, y la mano de obra “barata” para la explotación de materias primas, posibilitaron el levantamiento de un sistema económico napoleónico del que aun hoy se sufren las consecuencias y existen reminiscencias. El Triángulo del Comercio Colonial consismontañosa del Caribe, y aunque las montañas no sean ideales para la mayoría de los cultivos, son la mejor opción para el cultivo del café. Los árboles del café prosperan en suelos húmedos pero bien drenados a altas altitudes. Tal fue así que para 1788 Haití suministraba la mitad del café del mundo. 20 La colonia llegó a ser la más rentable del mundo. Para 1780, era una mayor fuente de ingreso para sus amos que la totalidad de las 13 colonias británicas en Norte américa combinadas (Hallward, 2004).

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APÉNDICES Y ANEXOS tía en tres vértices21 que alimentaban un sistema cíclico: los productos manufacturados fabricados en Europa se intercambiaban, en las costas africanas, por personas arrebatadas de sus lugares nativos; Una vez dictaminada su situación de esclavitud, los comerciantes emprendían largos viajes rumbo al Caribe para vender su preciada mano de obra “barata” en las recién instaladas colonias. Para “civilizar” a estos bárbaros inferiores, la primera y única clase impartida de ‘Educación para la Ciudadanía’ era el trabajo en las plantaciones 6 días a la semana, 14 horas al día y bajo la amenaza del látigo. Una ciudadanía que la potencia dominante no estaba dispuesta a conceder hasta la “graduación” de la colonia: explotación exhaustiva de las materias primas y venta en términos de exclusividad a la colonia de sus productos manufacturados. Así, el último vértice del triángulo (la metrópoli) se beneficiaba doblemente, ya que compraba sus materias primas a precios bajos en las colonias, y vendía sus productos tanto a sus colonias como a los comerciantes de mano barata en África, los cuales posibilitaban la rentabilidad de la extracción de las materias primas. Sin embargo, para que este sistema fuera sostenible en el tiempo, se debía asegurar que las colonias no se industrializaran (evitando competencias “desleales”) y que siguieran necesitando los productos con valor añadido procedentes de las metrópolis, y al mismo tiempo, dogmatizar las filosofías de razas jerarquizadas que aseguraban el mantenimiento del orden y roles de los actores involucrados: esclavos, colonos y Estado. Para mantener este orden, las fuerzas militares se convertían en vigilantes esenciales del sistema, los cuales regían y aseguraban los dos vértices de la base del sistema triangular. Estos mismos militares tuvieron que sacrificar los dogmas del sistema en cuanto veían peligrar la pérdida de sus preciadas tierras conquistadas a manos de rivales europeos, y en numerosas ocasiones tuvieron que echar mano de la población nativa y alistarlos en sus filas para defenderse de otras potencias enemigas. En el caso de Haití, la figura del Gobernador y su “marchausse” militar han sido perpetuadas en la isla a lo largo de los siglos, teniendo siempre el mismo objetivo: el mantener el orden de un sistema injusto y opresivo de masas para beneficio de unos pocos privilegiados. Los negociantes y los armadores de los puertos franceses -los únicos autorizados a comerciar con las colonias francesas en virtud del sistema de “Exclusif”- atravesaban el Atlántico para desprenderse de sus productos manufacturados en la isla, y revender el azúcar y el café en los mercados europeos. El excedente comercial que se desprendió de estas operaciones (de 70 a 80 millones de libras anuales), contribuyó a equilibrar las cuentas de la Corona y aseguraron la prosperidad económica del litoral francés, así como el de las provincias lejanas que proveían el cargamento destinado a la compra de esclavos en las costas africanas y los productos consumidos por los colonos en las islas. El sistema colonial y su corolario, la esclavitud de los Negros, es uno de los pilares fundamentales de la economía del Antiguo régimen (Bonaventure, 2009). 21

En el sistema colonialista, el motor de la economía necesitaba una triple operación: (a) Trueque de productos manufacturados producidos en Europa por cautivos africanos. (b) Transporte transatlántico de los cautivos para hacerles esclavos en las américas (c) Venta y/o trueque de los cautivos a cambio de mercancía de género tropical destinados al consumo europeo (Saugera, 1998)

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APÉNDICES Y ANEXOS Los defensores de la Trata en Francia22 la justificaban con un razonamiento “sin falla”: la prosperidad de Francia está estrechamente ligada a la prosperidad de las colonias, las cuales a su vez dependen enteramente de la llegada regular y masiva de una mano de obra servil. Por lo tanto, la Trata de Negros es una necesidad vital (Saugera, 1998). No faltaban argumentos para justificar lo injustificable; con esta retórica, los colonos y negreros justificaban el mantenimiento de la esclavitud en el Caribe: “La prosperidad de la metrópoli yace en la producción de las colonias; la Trata y la esclavitud son indispensables para asegurarse de la rentabilidad de las plantaciones; el sistema esclavista no puede, por lo tanto, cuestionarse sin perturbar gravemente la economía metropolitana” (Bonaventure, 2009). Debemos resaltar la cantidad de dinero que se manejaba en este negocio y los distintos estratos sociales que se veían involucrados. La manufacturación de los artículos destinados a la Trata era una manera indiscutible de participar en el tráfico negrero. No era raro que los armadores, una vez decididos a invertir en el negocio, necesitaran de la participación de alrededor de unos 20 inversores para recaudar el capital inicial (que normalmente rondaba entre 3 veces más de lo que costaría un viaje corriente transatlántico). Todos podían probar suerte en función de sus medios, desde el modesto tendero al gran banquero. Anunciando unos beneficios inflados de entre el 100% hasta incluso 200% se conseguía involucrar a los necesarios participantes y conseguir el capital. Pero este gran bazar flotante portador de mercancía de género, humana y toda clase de artículos, debía asegurarse por medio de una póliza que solía rondar entre el 7-50% del coste total del navío. Los riesgos eran tan altos y las pérdidas humanas tan frecuentes, que el precio de cada cautivo obtenido con artículos manufacturados europeos -rondando las 65 libras- se alzaba a las 1500-2500 libras por individuo en las costas de las Antillas. Por supuesto, los colonos no podían pagar al contado todo lo que adquirían. El pago de los esclavos se hacía en parte en efectivo, en parte en especie (género tropical) y una gran parte en créditos de hasta 18 meses, para el pago de los cuales representantes de los armadores se quedaban en las colonias hasta la amortización de esos créditos. Es en estos siglos -de prosperidad para unos y de desgracia para otros- que las entidades bancarias empiezan a cobrar importancia como sustentadoras de todo el sistema: proveedoras de crédito, aseguradoras de las inversiones y garantes rigurosos de los pagos e intereses, todos ellos actores clave del proceso. El S. XVIII supuso un gran giro para la banca francesa, y su poder en aumento fue crucial a la hora de tomar decisiones políticas23. Aunque en el seno de la sociedad francesa aparecieron pequeñas voces contestatarias de la Trata de personas (Les Amis des Noirs24) éstas nunca fueron tan lejos como para promover la eliminación total de la escla22

Los análisis de los historiadores muestran que Francia con un 29,3% se situó en la tercera posición en la Trata por el Atlántico, solo antecedida por Inglaterra y Portugal (Saugera, 1998). 23 Después del periodo del Terror (1792-1794) con una Francia económicamente débil y una necesidad de reconstrucción del país fuerte, los banqueros apoyan el golpe de estado que coloca a Napoleón en el poder y se convierten en sus aliados. Motivo por el cual Bonaparte reinstauró la esclavitud en las colonias, presionado por los partidarios de la Trata que veían como sus negocios se iban a pique (INSTITUT POUR L’ÉDUCATION FINANCIÈRE DU PUBLIC, 2006) 24 En Francia, a partir de la segunda mitad del S. XVIII, una corriente abolicionista se empieza a estructurar en reacción del “odioso tráfico” que constituía la Trata de los Negros. Pragmáticos, los abolicionistas franceses focalizaron su combate sobre la Trata, cuya abolición les parece posible a corto plazo sin cues-

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APÉNDICES Y ANEXOS vitud, en perjuicio del sistema económico y de los individuos afectados que “no sabrían cómo actuar con una recién libertad adquirida”. De hecho, el gran argumento de sus oponentes era que millones de personas en Francia vivían del comercio negrero y sufrirían con su desaparición: marineros, obreros en las inmediaciones de las obras navales, industrias metalúrgicas y textiles, artesanos, tenderos ultramarinos, costureros, mesoneros, vinicultores, mujeres y niños, y como no, entidades bancarias25. Hay que imaginarse la desesperación de algunos (más bien de muchos) al oír las noticias de la masacre de los colonos tionar las causas de los intereses de las grandes potencias. Aunque “legitimada” por ciertas interpretaciones de las Escrituras, la Trata les parecía nefasta tanto para África –cuya población estaría amenazada por la extinción- como para Europa misma: gran mortalidad de los marineros, transferencia de riquezas a África, rivalidades comerciales causas posibles de guerras muy costosas… (Bonaventure, 2009). Como vemos por desgracia todas y cada una de las razones dadas para la abolición de la Trata se restringían únicamente a las económicas. El nacimiento de la “Sociedad francesa de los amigos de los Negros” en 1788 se debe entender bajo el contexto del Siglo de las Luces y corrientes filosóficas como las de Montesquieu. Éste rebatió en su libro de Espíritu de las Leyes la incongruencia de la justificación de la esclavitud por parte de los juristas de la época romana, defendiendo una libertad innata, irrenunciable y sin posibilidad de venderse. Pero sus argumentos defendidos en el capítulo 2 de su libro XV, se ven invalidados por el mismo autor –según la opinión pública actual, y no así por los contemporáneos de su época- en el capítulo referente a la esclavitud de los negros (libro XV, capítulo 5). Si antes nos decía que la ley de la esclavitud es tan opuesta a la ley civil como a la natural, en este capítulo Montesquieu defiende que los negros no han adquirido la condición de personas debido “al color oscuro de su piel”, por lo que el “tutelaje de su condición” se ve justificado (IES Las Canteras, 2009b). Esta bipolaridad de argumentos – distinción entre la trata de personas y la esclavitud de los negros- también caracterizará a esta sociedad francesa de finales del S. XVIII, cuyos miembros defendían la igualdad política y social de las personas libres (blancos, mulatos y negros que habían adquirido la libertad), la supresión inmediata de la Trata de personas y una “progresiva” abolición de la esclavitud de los negros; progresiva, porque éstos necesitaban un aprendizaje y tutela por parte de los hombres blancos para obtener una ciudadanía dentro de las sociedades civilizadas. Por supuesto que esta dicotomía de pensamiento estaba influenciada por los intereses económicos de la época, donde la economía imperialista dependiente del sistema colonial era la que había impuesta la “necesidad” a nivel mundial. Los colonos, por su parte, no trataron de manifestar una aparente compasión o amigabilidad respecto a sus “semejantes” sino que, ante los peligros que estas ideas podían provocar a sus intereses económicos – que no eran pocos-, decidieron establecer una sociedad (El club Massiac) para contrarrestar este avance populista, “apaciguador de conciencias”. Los mejores resultados los obtuvieron con el restablecimiento de la esclavitud y la trata de personas en 1802 por parte de Bonaparte, sólo 8 años después de su abolición obtenida gracias a la influencia e insistencia de uno de los miembros destacados de la Sociedad Francesa de los Amigos de los Negros, Grégoire (Meusy, 2010). La protesta contra la Trata no fue necesariamente una campaña contra la esclavitud. La compasión tan a la moda hacia los desgraciados esclavos no conlleva la toma de decisiones tajantes, ni mucho menos la proposición de acciones concretas. La proclamación inmediata de la libertad general sería temeraria y poco prudente: de un lado, los negros “no tenían la suficiente madurez” para la libertad; y del otro lado, el respeto del principio de la propiedad privada –fundamental para la era de las Luces y para los revolucionarios de 1789- se oponía a toda medida brutal que pudiera conducir a la ruina a los plantadores antilleses. Los autores de las Luces tenían plena consciencia del carácter revolucionario del abolicionismo y de los tiempos necesarios para su puesta en obra (Bonaventure, 2009). 25

No hay duda de que estas mismas entidades bancarias fueron las que instigaron a la arruinada Francia, después de las guerras napoleónicas, a exigir una indemnización a la ya liberalizada republica haitiana desde hacía más de 20 años. Se trataba de indemnizar a los afectados de las pérdidas sufridas; pero no solo a los colonos, como cabía esperar, sino a toda la sociedad francesa, ya que se impuso como indemnización una cantidad que suponía el presupuesto nacional anual de Francia.

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APÉNDICES Y ANEXOS por parte de los esclavos en 1791 ocurrida en la colonia de Saint-Domingue, y de la pérdida definitiva de la isla en 1804. No cabe duda que Francia como nación debe su enriquecimiento de los siglos XVIII y XIX a la Trata de personas. A pesar de que los beneficios reales que los armadores llegaron a realizar rondaban en una media de 7%, si se siguió con la Trata largo tiempo después de su interdicción es porque los armadores negreros encontraban un interés en hacerlo. Aunque el 56% de armadores negreros se aventuraron en la Trata africana una única vez, había familias ilustres en la Trata de Negros que hicieron decenas de expediciones y millones de libras de beneficios, cuyos descendientes aun hoy disfrutan de su legado valorado en miles de millones de euros (Saugera, 1998). Como concluye Eris Saugera en su artículo “La traite des Noires en 30 questions”, dos siglos después de la desaparición de la Trata Negrera como institución legal… la opulencia no ha cambiado de bando, y la distancia entre el mundo africano y el europeo va aumentando cada día; el primero, estrangulado por una deuda extranjera colosal, va mal, mientras que el segundo, aunque en crisis, continua un desarrollo que ninguna deuda africana va a frenar.

7.2.4. Las Revoluciones internacionales 7.2.4.1.

de

fin

de

siglo

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eventos

Declaración de Independencia de EEUU (1776)

Se nos olvida a veces, pero como bien se ha apuntado, Haití es la segunda nación más antigua de las américas (Watkins, 2003). Segunda, y no primera, ya que los EEUU se adelantaron unas 3 décadas a la isla caribeña. Buscando similitudes entre los dos países, Watkins nos subraya que los dos países no pudieron suprimir la esclavitud de sus fronteras sin una lucha sangrienta entre facciones internas sumidas en una guerra civil de las cuales aún hoy se pueden ver sus secuelas,… en los descendientes de las dos facciones. Sin embargo los EEUU tienen la renta per cápita más alta de las Américas y Haití la más baja. Procedamos a analizar los orígenes del primero26 para entender mejor su influencia en el desarrollo del segundo. La guerra con la metrópoli británica de las 13 colonias establecidas en territorios americanos la desencadenó la imposición de impuestos sobre el té y el timbre, considerados abusivos por los colonos. Ya desde el primer asentamiento británico en Norteamérica, Virginia27, se establecieron las raíces de un resentimiento por parte de los colonos hacia las 26

“Los dos siglos de relaciones entre las dos repúblicas más antiguas del Nuevo Mundo ilustran de nuevo la persistencia de los temas políticos fundamentales, de sus raíces institucionales y de los elementos culturales que los acompañan” (Chomsky, 2006) 27 En 1607 el famoso soldado John Smith estableció el primer asentamiento británico en la costa oeste de Norte América, en Virginia. Gracias a una boda mixta entre uno de los colonos y una nativa indígena (Pocahontas), el asentamiento pudo sobrevivir gracias a la ayuda de los indios, que tras años de luchas, finalmente se decidieron a ayudar en el aprovisionamiento de comida. Sin embargo, una vez acomodados e instruidos en el cultivo de la tierra, como la compañía transportista “Virginia Company” en concepto de derechos y tasas, arrebataba gran parte de las cosechas obtenidas con mucho esfuerzo por parte de los colonos, el gobernador del asentamiento designado por la compañía tuvo que aumentar los derechos de

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APÉNDICES Y ANEXOS imposiciones de tributos de parte de la Compañía de Virginia, primeramente, y de la corona británica con posterioridad, una vez que ésta reclamara los suelos “descubiertos” como suyos. Los colonos no percibían como justo el asignar parte de las cosechas adquiridas con tan grande esfuerzo a los que, por motivos de intolerancia y persecución religiosa, les obligaron a tomar la opción de abandonar sus posesiones al otro lado del Atlántico. Declarándose una nación independiente, los colonos americanos ya podían acordar una alianza formal con el gobierno francés y obtener asistencia francesa en la guerra contra Gran Bretaña (US DEPARTMENT OF STATE, 2009-b). En 4 julio de 1776 se aprobó el texto definitivo de la Declaración de Independencia28 por parte del Parlamento estadounidense. El texto de la independencia había sido esbozado por Thomas Jefferson, y revisado por Benjamin Franklin y John Adams. El texto finalmente aprobado surgió como resultado de un largo debate en el que se suprimió una cuarta parte de su original en donde se criticaba el comercio de esclavos (Aparisi M., 1990). Curiosamente, esta supresión debería haber descalificado a este texto para ser considerado como “pionero en derechos humanos”, pero la historia escrita suele obviar este detalle, y en general se elogia este escrito como una plasmación de los derechos fundamentales básicos: la igualdad de todos los seres humanos, el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Sin embargo la transcripción de la parte suprimida del texto nos da las claves del porqué una potencia europea (Inglaterra), líder mundial en la trata de esclavos, de repente se convierte en la más acérrima abolicionista de la Trata en el S. XVIII: “Inglaterra ha declarado cruel guerra a la misma naturaleza humana, violando sus más sagrados derechos a la vida y a la libertad en las personas de distantes gentes que jamás la habían ofendido, capturándolas y conduciéndolas a otro hemisferio para someterlos a la esclavitud o haciéndolas sufrir la más miserable de las muertes durante su transporte hacia aquí…. El Rey cristiano de Gran Bretaña…. Resuelto a mantener abierto un mercado donde se compran y venden hombres, ha prostituido su derecho de veto reprimiendo toda iniciativa legislativa encaminada a prohibir o restringir tan execrable comercio… Y ahora incita a esas gentes a alzarse en armas contra nosotros [los colonos americanos] comprando la libertad que él les robó con el asesinato del pueblo a quien les impuso, y redimiendo así los crímenes que antes cometió contra las libertades de un pueblo, instándolas a cometer crímenes contra la vida del otro”. (Aparisi M., 1990) propiedad de los colonos, para que éstos trabajasen más de lo estrictamente necesario. Reconociendo el potencial de Virginia como “caja de hacer dinero” a través del cultivo del tabaco, el para entonces rey de Inglaterra, James I, revocó los estatutos de la Virginia Company en 1624, declarando la tierra descubierta ‘colonia de la Corona’, que sería gobernada a partir de ese momento por agentes de la Corona británica (Hardesty, 2005). 28 El detonante: Los edictos de la Corona británica promulgados 100 años antes, obligando a que todos los productos provenientes de Norte América debían pasar primeramente por los puertos ingleses, desembocaron en una enemistad comercial entre colonos y británicos, haciendo florecer el comercio de contrabando por parte de los primeros para aumentar sus beneficios. La gota que colmó el vaso: la clausura del puerto de Boston y la declaración de la ley Marcial en Massachusetts como medidas para obligar al pago de impuestos a la Corona Inglesa por parte de los colonos (US DEPARTMENT OF STATE, 2009-b).

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Los ingleses vieron la oportunidad de derribar a sus rivales con la ayuda de la sublevación de los numerosos esclavos presentes en las colonias tanto americanas como francesas, y una vez más, los motivos altruistas y genuinos quedaron relegados a otros “más importantes” de carácter económico. Del mismo modo, a pesar de sus rotundas declaraciones y esfuerzos documentados para erradicar la esclavitud y trata de personas, en T. Jeffereson existían dudas sobre la igualdad esencial entre blancos y negros. Su vida misma revela grandes contradicciones, ya que como dueño mismo de esclavos, sus declaraciones quedaron como simple habladurías oportunistas. De todos modos, el Congreso solo tuvo que esperar 2 años, con el Tratado de Alianza con Francia, para obtener el reconocimiento francés de la independencia norteamericana y su reconocimiento internacional 7 años después29, en 1783, en el Tratado de París (US DEPARTMENT OF STATE, 2009-b). Pero hagamos una marcha atrás en la historia. Para entender esta férrea oposición a la no inclusión en la Declaración de Independencia estadounidense referencias a la esclavitud debemos analizar someramente el contexto económico y religioso del país. Desde sus orígenes, lo económico y lo religioso han ido de la mano en el seno de la sociedad americana y por eso no se puede entender lo uno sin lo otro. Sus fundadores fueron protestantes que prefirieron abandonar sus tierras de origen a sus creencias, ante la amenaza del brazo inquisidor católico. La posibilidad de poder establecer colonias, con la tolerancia religiosa como base de la sociedad, era un atractivo que no podía desecharse fácilmente. Pero no solo del “espíritu” vive el hombre, y cuando las creencias espirituales empezaron a discrepar con los principios económicos del momento hubo que acallar una de las voces, ya que “no se pude servir a dos señores; a Dios y a las riquezas30”. Kristen Block hace una exposición muy interesante en su estudio “Cultivating inner and outer plantations” (Block, 2010) para tumbar el supuesto mito que exalta las acciones abolicionistas pioneras en los EEUU de los Quakers. Éstos, según Block, desde su nacimiento como grupo religioso en el S. XVII, también debatieron por largo tiempo dentro del seno de las Sociedades de Amigos31 la pertinencia de la esclavitud de personas a la luz de las Escrituras; debates que no fructificaron en una posición abolicionista hasta mediados del S. XVIII. Dos generaciones enteras y muchas reuniones tuvieron que pasar hasta que

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En cambio, la República Haitiana tuvo que esperar 22 años para su reconocimiento francés –no sin antes pagar una “debida indemnización” a cambio- y su reconocimiento por parte de los EEUU no llegará hasta 1862, 58 años después de obtener su independencia. Pareciera que finalmente, no todos los hombres son creados iguales, ni tienen el mismo derecho a la libertad y búsqueda de felicidad como hicieron creer en el Congreso casi un siglo antes. 30 N.T., Lucas 16:13 31 (Nombre con el que se conoce a las congregaciones cuáqueras). Los Amigos tenían una lucha interna por intentar reconciliar sus principios religiosos de universalismo, paz y amor hermano con la realidad social de la desigualdad y violencia en la Norteamérica esclavista. Además, el éxito económico del que se beneficiaban con estas prácticas aseguraba una protección a la Sociedad en caso de persecuciones, agravios y multas, las cuales eran muy frecuentes a causa de sus convicciones. Y por desgracia el “pan de cada día” pesó más que los principios de la creación del hombre a la imagen de Dios y la libre elección conferida al mismo desde su creación (Block, 2010).

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APÉNDICES Y ANEXOS John Hepburn32 publicara en 1715 su “Ensayo para probar la ilegalidad de hacer hombres esclavos” en medio de un silencio incómodo, lentamente instalado en las comunidades Cuáqueras esclavistas. El factor religioso va a tener un lazo intrínseco con el flujo y reflujo de la esclavitud de los negros en la sociedad norteamericana. Sin embargo la relación entre el protestantismo y la evolución de la esclavitud hacia su abolición sigue siendo problemática. Los historiadores se ponen de acuerdo al decir que el uso de la mano de obra servil en las colonias inglesas fue bastante tardío (comparado con las otras colonias donde ésta sí que existía: las Antillas y América latina) pero que, a continuación, su amplitud y sus características serán decididamente específicas (racismo basado en el color de la piel, consecuencias institucionales, etc…) ya que los EEUU serán el último país en abolir la esclavitud33. El enraizamiento de la esclavitud de los negros en América del Norte aparece como fruto de un proceso relativamente largo. Es a partir de 1680 cuando se consolida el paso de “una sociedad con esclavos” a “una sociedad esclavista”, concretizado por la adopción, en Virginia, del primer código reglamentario34 de la esclavitud de los negros. A pesar de que se intenta legitimar la esclavitud con los textos sagrados35, los historiadores (Claude Fohleu y Olivier Petre-Grenouille, entre otros) insisten que las verdaderas razones detrás de la necesidad de una legislación para institucionalizar la esclavitud eran económicas y políticas. Esto se corrobora con la tasa tan baja de práctica religiosa en el Sur profundo de los EEUU. En 1730 solo el 10% de los blancos de Kentucky, de Alabama, de Tennessee y de Mississippi están afiliados a una iglesia. Más preocupados de la rentabilidad que de “la salvación de las almas”, los propietarios de plantaciones temían el potencial subversivo del Evangelio, y el carácter irreligioso de éstos era uno de los principales obstáculos a la evangelización de los negros. Así se verá que la esclavitud se desarrollará en los espacios menos religiosos (las colonias del Sur) donde los propietarios de plantaciones se caracterizaban por su desconfianza de todo lo religioso. En las colonias del Norte, más puritanas y abiertas socialmente, la esclavitud permanecerá más marginal, lo que no impedirá la conservación de los prejuicios raciales muy claros. Indirectamente, la Nueva Inglaterra del Norte de los EEUU también se beneficiaba de la Trata de esclavos, por los beneficios que ésta generaba en el mercado local de los puertos y los mercados. Las colonias inglesas ven cohabitar dos tipos complementarios de rentabilidad: una agrícola esclavista y la otra industrial comercial, las cuales se cruzaban en un mismo camino con la llamada “ética protestante de los hombres de negocios” (Zehr, 2012). Una de las justificaciones de la esclavitud había sido la evangelización “de los pobres salvajes”, pero habría que comprender –visto los altos índices de conversión entre la población afro-descendiente- el traumatismo que representó para los negros el desgarramiento “John Hepburn vio la esclavitud expandirse alrededor suyo en New Jersey, pero nunca se convirtió en un propietario de esclavos. Como el separatista Keith, desafió a los quakers a ver la injusticia en la esclavización de los africanos” (Block, 2010). 33 En 1863 con Abraham Lincoln, mismo año en el que los EEUU reconocen a Haití como nación independiente. 34 Curiosamente antes del famoso Code Noir de Louis XIV de 1685. 35 La teología cristiana ha hecho derivar la situación de esclavitud de los negros de la maldición de Cam, hijo de Noé. 32

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APÉNDICES Y ANEXOS de la tierra natal, la brutalidad de la Trata y el horror del viaje transatlántico. Los numerosos muertos y la incesante servidumbre significaron para muchos el “fracaso de los dioses africanos”. La necesidad de nuevas referencias y un sentido religioso extremadamente fuerte convirtió a los esclavos sensibles a la predicación del evangelio36. La religión se convirtió en gran parte en el factor de estabilidad social y de aceptación por parte de los negros, encontrando éstos la libertad interior por la experiencia de la conversión. Es por eso que asistimos a muy pocas revueltas o escapadas (marronage) en los EEUU. Las revueltas pertenecen a una élite instruida, que ha tenido tiempo a la reflexión y que inspira su violencia en un profetismo bíblico aplicado a la situación de opresión (de ahí la negación de la instrucción a la población negra por parte de los blancos). Los EEUU conocerán una evolución paradoxal que acentuará la delimitación Norte-Sur; mientras que en el Norte la esclavitud desaparece progresivamente y que ciertos Estados van incluso hasta abolirla (Vermont 1777, Pensilvania 1780), en el sur explosiona. Al día siguiente de la independencia, la expansión hacia los nuevos territorios del Oeste, la fuerte natalidad y sobretodo, la aparición de la cultura del algodón contribuirán, más que nunca, al pilar de la necesidad económica (Zehr, 2012). 7.2.4.2.

La Revolución Francesa (1789)

La ironía de la libertad es que es un concepto que está íntimamente ligado con la generosidad. Cuanto más retenga “mi semejante”, más oprimido me sentiré y privado de “mis derechos”. Esto es lo que provocó la caída del Antiguo régimen, en donde cada uno de los peldaños sucesivos de la sociedad francesa dijeron ‘basta’ a la concentración de privilegios y opresión del resto para el mantenimiento de los mismos: la aristocracia contra el Rey, los burgueses contra la aristocracia, los campesinos y artesanos contra los dirigentes y su regulación de precios impuestos,… y los esclavos negros de las colonias,… Desgraciadamente estos últimos quedaron al margen de toda protesta y reivindicación de derechos, ya que su voz era demasiado incómoda para ser oída por el resto. Totalmente excluidos de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, el “color” de la piel de los hombres esclavizados les desprendía de toda condición como ‘hombres’ y como ‘ciudadanos’. Sin embargo, muy a pesar del resto, esa voz no pudo ser contenida en la isla de Saint-Domingue, y el grito de libertad de su independencia en 1804 tan solo representaba la germinación de la semilla que había sido plantada en la plaza de la Bastilla 15 años antes. Procedamos a realizar un breve análisis de los eventos que desencadenaron esta mecánica revolucionaria en el territorio francés. Albert Souboul, en su “Compendio de Historia de la Revolución Francesa”, explica la caída del Antiguo Régimen: Mientras las estructuras del Antiguo Régimen se mantenían en la sociedad y en el Estado, una “verdadera revolución de coyuntura” multiplicaba las tensiones sociales: crecimiento demográfico y alza de precios fueron las causas que -combinando 36

Pero irónicamente, esta evangelización de los esclavos en Norteamérica ayudó a que no se produjera la temida revuelta de esclavos a modo de protesta por su condición de servidumbre como ocurrió en Haití. La convicción de una redención espiritual, en lugar de física, ayudó a los esclavos a resignarse y aceptar su destino “permitido por el Creador”; en cambio, el laicismo de la Francia Revolucionaria, defensora de la igualdad y los derechos humanos, condujo inevitablemente a la protesta de los desprovistos de todo derecho.

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APÉNDICES Y ANEXOS sus efectos- agravaron la crisis. La población del reino puede calcularse en unos 19 millones de habitantes hacia finales del S.XVII, y en unos 25 la víspera de la Revolución [un siglo después]. En cambio Inglaterra en esa época no contaba con más de 9 millones de habitantes. Además había que sumar el hecho de que la media de vida eran los 29 años poco antes de la Revolución. Este desarrollo demográfico aumentó la demanda de productos agrícolas y contribuyó al alza de precios. El aumento fue muy desigual según los productos; más importante para los alimenticios que para los fabricados, para los cereales más que la carne: estas características son propias de una economía que ha permanecido esencialmente agrícola; los cereales ocupaban entonces un lugar importante en el presupuesto popular, su producción aumentaba poco, mientras que la población aumentaba rápidamente y la competencia de los granos extranjeros no podía intervenir. (Soboul, 1979a) En la sociedad tradicional francesa del Antiguo Régimen (primera etapa según el modelo de desarrollo económico de Rostow) la aristocracia agravaba económicamente el sistema señorial imperante. Por medio de los edictos de selección, los señores se atribuían la tercera parte de los bienes que pertenecían a las comunidades rurales. En este sistema, las rentas que tenían que pagar los campesinos a los propietarios de las tierras en el viejo mundo fueron aumentando paulatinamente a lo largo de los siglos S. XVI y XVII, pero en el S. XVIII se duplicaron por decenios. Efectivamente, el siglo XVIII se caracteriza por un alza excesiva y verdaderamente anormal de las rentas de fermage37. En los 20 años precedentes a la revolución francesa los precios se duplicaron debido a una búsqueda infundada de los propietarios por enriquecerse a costa de sus trabajadores tras una pequeña subida de los precios de los productos agrícolas (Sée, 1906). Al otro lado del Atlántico, los gobernadores e intendentes de Luis XVI reinaban aun sobre impresionantes posesiones en las Antillas38. Las Antillas eran el orgullo de las colonias 37

En la Francia feudal del Antiguo Régimen, a pesar de que una gran parte de los campesinos poseían tierras, el tamaño de éstas no les permitía producir la cantidad mínima de víveres para sobrevivir. Muchos de estos campesinos, como consecuencia, se encontraban con la obligación de alquilar o vender sus tierras, y/o de buscar trabajo como asalariados en tierras ajenas. La renta de los campesinos que trabajaban a título de asalariado en una propiedad se otorgaban de dos formas principales: o bien percibiendo una cantidad fija (de víveres o dinero) o bien, mediante el reparto de la mitad de la cosecha obtenida entre los campesinos asignados en la parcela en cuestión, y revertiendo la otra mitad al propietario. En el primer caso hablamos del “fermage” y en el segundo de “métayage” (Sée, 1906). Sin duda, el métayage imponía al agricultor unas cargas más duras que las del fermage. El autor A. Young en su “Voyages en France” en 1789 afirma que el fermage solo se aplicaba en una octava parte de toda Francia; en el resto el métayage era la norma (YOUNG, 1789). Esta opresión llevó a la larga a las revueltas de los campesinos y burgueses que llegaron a cuestionar el sistema establecido, donde los propietarios de tierras se enriquecían más a costa del empobrecimiento progresivo del resto. Las crecientes protestas de los campesinos oprimidos -que cada vez encontraban más dificultades para pagar sus rentas o sobrevivir con ellas-, y la limitación de capital y tierras fértiles, eran el principal obstáculo al desarrollo económico de la vieja Europa de aquel entonces: todo un continente exhausto amparando potencias rivales entre sí, con una economía basada en todos ellos principalmente en la agricultura y explotación de tierras. La aparición de una extensión “ilimitada” de tierras en el Nuevo Mundo abrió la posibilidad de desplazar el plateau de la economía hacia cúspides insospechadas. ¿El factor limitante en este caso? La mano de obra. 38 Saint-Domingue, Guadalupe, Martinica, Marie-Galante, Desirade, les Saintes, una parte de SaintMartin, Santa Lucía y Tobago ; en América del Sur Guyana, en américa del Norte Saint-Pierre y Miquelon,

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APÉNDICES Y ANEXOS francesas. En ellas había alrededor de 600.000 esclavos originarios de África y 30.000 hombres de color libres, para 55.000 blancos en 1788. Las explotaciones mineras y las plantaciones eran florecientes, cosa que atrajo a muchos oportunistas; la mentalidad de los colonos estaba dominada por el deseo de hacer fortuna antes de volver a Francia. Los establecimientos en las Antillas proveían, en efecto, los productos alimenticios coloniales a la metrópoli y, a su vez, se aprovisionaban únicamente de ésta por el régimen de exclusividad. Versalles entendía reinar realmente sobre sus colonias como de las otras provincias francesas se tratase. Sin embargo, en las distantes colonias empezaron a ocurrir dos fenómenos: el reclamo de una mayor autonomía por parte de los colonos, y la creación de una gran preocupación dentro de la comunidad de los negros animados por los hombres de las Luces39 que se propagaron hasta sus círculos. En las colonias, la riqueza determinaba la organización social, la cual se basaba en la certitud de la superioridad blanca. Una organización que los colonos blancos no querían cambiar pero que vieron amenazada por las nuevas ideas de la Sociedad Francesa de los Amigos de los Negros40 creada en 1788 por Brissot (Lentz, 2006). La clase dominante del Antiguo Régimen no estaba unida para defender el sistema que garantizaba su primacía. Frente a ella estaba el “Tercer Estado” en pleno apogeo: los campesinos, a quienes exasperaba el régimen feudal; los burgueses, que se irritaban ante los privilegios fiscales y honoríficos; en fin, un Tercer Estado unido por su hostilidad común contra el privilegio aristocrático (Soboul, 1979a). En esta unión surgió el club de los jacobinos. El club de los jacobinos fue el grupo político motor de la revolución francesa. Basados en el concepto democrático de Rousseau expuesto en “El contrato social”, defendían la soberanía popular y la primacía de la voluntad general. Ésta última no se “equiparaba a la suma de las voluntades individuales sino que procedía de un interés común”, definición que ayudó a defender diversas posturas totalitarias tanto en la época contemporánea como en épocas futuras. Dentro del seno de los jacobinos se produjo una escisión entre los partidarios del derrocamiento del Rey y el establecimiento de la República, y los que defendía una monarquía constitucional por miedo a posibles invasiones por parte de monarquías e imperios circundantes. Esta segunda ala –posteriormente denominada girondinos- fue liderada por diversas personalidades pertenecientes a la sociedad de Amigos de los Negros. El ala republicana y revolucionaria se afianzó en el seno de los jacobinos y se produjo la revolución esperada. Entre 1792 y 1794 asumieron el poder y pudieron –más bien, intentaron- poner en práctica sus ideales de Libertad-Igualdad articulados en la Declaración de 178941. Desgraciadamente, las consecuencias que pronosticaron los girondinos se cumen África y sobre las costas del continente negro Saint-Louis de Senegal, ile de France, Mauricio, isla Borbon (Reunion a partir de 1793), en el océano índico las Sechelles, y en las Indias, los cinco departamentos Pondichery, Karikal, Mahe, Yanaon y Chandernagor (Lentz, 2006) 39 El Siglo de las Luces o Ilustración en frase de uno de sus más importantes representantes, D’Alembert: “lo discuto, analizo y agito todo” (Wikipedia, Ilustración). 40 Ver nota 24. 41 Aunque A, Souboul defiende que la burguesía francesa del S.XVIII elaboró una filosofía apoyándose de una manera tan sólida en la razón, que esta filosofía –la cual criticaba al Antiguo Régimen y contribuía a su ruina-, revestida de un valor universal, se refería a todos los franceses y a todos los hombres (Soboul,

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APÉNDICES Y ANEXOS plieron, ya que Francia entró en guerra con las principales potencias europeas y se impuso un bloqueo comercial con el objetivo de sofocar a la nueva república francesa. El balance que dejaba la Revolución Francesa era un país en estado de ruina, hambruna, saqueos, inflación de precios y desvalorización de activos42. En 1793 los jacobinos instauran el periodo de 11 meses conocido como “el Terror”, durante el cual se aplicó el dirigismo económico con miras a abastecer a la población y al ejército para evitar una posible insurrección popular. Las confiscaciones se generalizaron, la recaudación de impuestos fueron rutinarios y el precio de los alimentos de primera necesidad fueron limitados. Sin embargo, este intervencionismo generalizado pretendía liquidar a la “ya decadente nobleza francesa y a los principales grupos económicos de la burguesía francesa de la época, que prefirieron llegar a acuerdos con las naciones rivales de Francia antes que ver amenazados sus privilegios.” Es por eso que muchos de los miembros del club Massiac43 fueron ejecutados en ese periodo o se exiliaron en el Nuevo mundo. Muchos de estos burgueses perseguidos

1979a), consideramos que "a todos los franceses y a todos los hombres"... esos dos conceptos, no tenían definiciones universales, al contrario, eran conceptos de aplicación muy limitada, como veremos más adelante en la sección 7.3.2. Contradicciones en la metrópoli. 42 “El hambre de floreal (verano del 1795) llevó a las masas a la desesperación. A medida que la primavera avanzaba, el abastecimiento disminuía. La ración cotidiana, un cuarterón, el nivel más bajo antes de germinal (abril 1795), fue lo normal; el reparto estaba mal organizado; las amas de casa esperaban, a veces en vano a las puertas de las panaderías. En toda Francia las algaradas se generalizaron; en Normandía, a lo largo del Sena, los amotinados envalentonados atacaban a los convoyes con destino a la capital. El alza de precios continuaba mientras que la disminución de mercancías, especialmente de combustible, aumentaba el paro. En una población alimentada por debajo de lo normal desde hacía varios meses y que había agotado todos sus recursos, el hambre de floreal-prairial, año III, tuvo efectos catastróficos: hambre social que recaía principalmente en las clases populares. El Gobierno rehusaba establecer un racionamiento general y el dinero permitía subsistir a los ricos gracias al mercado libre. Hombres y mujeres caían de inanición en las calles, la mortalidad aumentó y los suicidios se multiplicaron. ‘No se encuentra en las calles –dice el reaccionario ‘Messager du Soir’ el 27 de abril de 1795- más que caras pálidas y descarnadas en las que están pintados el dolor, la fatiga, el hambre y la miseria” (Soboul, 1979b). De ahí la importancia de la misión de Sonthonax a la isla de Saint-Domingue en ese mismo año para restablecer el orden en la perla de las Antillas, la cesta de aprovisionamiento de la Francia, para entonces moribunda. Ver sección 7.3.2. Contradicciones en la metrópoli. 43 Los dueños de las plantaciones de Saint-Domingue constituyeron una asociación en 1788 que representara sus intereses ante las instituciones políticas francesas. En un principio, su principal objetivo era conseguir una mayor independencia administrativa y política de la colonia con respecto de la metrópoli para gestionar sus asuntos de ultramar a través de Asambleas coloniales. Éstas pretendían un acceso directo al rey para sus peticiones, y desprenderse de su subordinación a la Asamblea General, donde agentes partidarios de la abolición de la Trata de personas ponían en riesgo y entredicho el fundamento mismo de la génesis de sus inmensas riquezas, cosa que no estaban de ningún modo dispuestos a renunciar (Pérez Minaya, 2013b). Con la revolución francesa y la Declaración de los Derechos del hombre y del Ciudadano en 1789 apareció un nuevo escenario que los integrantes del club Massiac ya habían presagiado y temido durante años: los mulatos de sus colonias -que para esa época ya eran propietarios de la tercera parte de las plantaciones y poseían una cuarta parte de los esclavos de la isla- exigían la ciudadanía activa se extendiera a su colectivo, ya que cumplían con los requisitos (franceses de 25 años, contribución a la nación de forma tangible con el pago de impuestos y propia administración de propiedades, y ser personas libres) y en la Declaración no se hacía mención alguna de distinción de color. Los colonos de Saint- Domingue temían que una “flexibilización de la ciudadanía activa” supondría el inicio del derrumbamiento del sistema colonial esclavista en su totalidad y la petición fue denegada en el seno del club. Tradicionalmente la ciudadanía activa estaba restringida de facto al colectivo de los blancos y era ésta la única que permitía un acceso a la esfera política y gubernamental. Que los mulatos accedieran a la administración de las Asambleas coloniales supondría –según ellos- el inicio de la supresión de la esclavitud y el comercio de personas (Gómez, 2007)

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APÉNDICES Y ANEXOS durante el Terror pudieron retornar al país galo tras el ascenso de Napoleón Bonaparte (Soboul, 1979b). En definitiva, se podría decir que a finales del S.XVIII Francia estaba en un gran aprieto: la burguesía –aunque dividida- pudo finalmente derrocar al Antiguo Régimen a través de incursiones, saqueos y matanzas a la nobleza ayudados de una masa popular hastiados de los abusos cometidos por esta clase privilegiada. Desde el exterior, las realezas de los países vecinos aislaron política y comercialmente a la Francia revolucionaria, a tal punto que obligó a los nuevos dirigentes a imponer un sistema de racionamiento de los alimentos para evitar la muerte de su población debido a la escasez. Sin embargo, el lobby de los burgueses de ultramar, no estaban dispuestos a que las mismas ideas revolucionarias llegaran a Saint-Domingue; lo que interesaba era el Antiguo Régimen puro y duro regulando el sistema esclavista impuesto, fundamento de sus beneficios, y única fuente de ingresos seguros –en eses momento- para la República Francesa. Las ideas de igualdad y ciudadanía debían quedarse en la metrópoli, y sus oponentes tardaron en convencer a la Asamblea de lo contrario, seguramente por la apremiante hambruna y necesidad sufridas en el Paris del último decenio de siglo: Saint Domingue era una fuente de recursos valiosísima que no se podían permitir el lujo de perder.

7.3. PERIODO REVOLUCIONARIO (1789 – 1804) "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrecheces de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recibidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!" (Miguel de Cervantes, 1615) A pesar del esfuerzo de muchos para que no pasara, el espíritu de la Revolución Francesa llegó a la isla de Saint-Domingue. Sumado a la brutalidad del sistema esclavista de los franceses44 y la relación de 10-1 de la población oprimida y la libre45, se pusieron las bases para la última revolución (Corbett, 1999b).

“Sería [in]útil hablar del ejemplo de “civilización” que los franceses dejaron al 90% de la población de la isla de Saint-Domingue. Un antiguo esclavo contaba que los franceses les colgaban cabeza abajo, los ahogaban metidos en sacos, les crucificaban en tableros de madera, les enterraban vivos, les aplastaban en morteros, les forzaban a comer excrementos, les echaban vivos para ser devorados por gusanos, o sobre hormigueros, o incluso los ataban fuertemente a estacas en pantanos para ser devorados por mosquitos, les tiraban dentro de calderos de sirope de carne en ebullición, y cuando no, les despellejaban a golpes de látigo para extraer la riqueza que ha contribuido a dar a Francia su billete de entrada al club de los ricos” (Chomsky, 2006). 45 Los franceses descuidaron el hecho de que el número de esclavos se incrementó de manera indiscriminada, y en 100 años la colonia llego a la peligrosa ratio de 10-1 entre esclavos y libres. En 1791 había 500.000 esclavos y alrededor de unas 50.000 personas libres, de los cuales 30.000 eran de color, 44

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APÉNDICES Y ANEXOS

7.3.1.

Rebeliones en la colonia

Procederemos a describir las estructuras sociales existentes en la isla caribeña cuando se produjo la llegada de la noticia, a oídos de los pobladores de ultramar, del revocamiento del Antiguo Régimen gracias a la Revolución Francesa. Mientras la burguesía francesa intentaba su ascensión hacia el poder bajo la bandera de los Derechos Humanos, los burgueses de Saint-Domingue (los propietarios blancos) supieron muy bien desde un principio cómo hacer para aprovecharse y hacer aumentar su riqueza: el fundamento de la sociedad colonial debía basarse exclusivamente en el color de la piel con el fin de asegurar los puestos de poder y limitar la titularidad de la propiedad. La distinción entre los distintos grupos sociales de la isla se implanta desde el inicio. Los Bossales, negros llegados directamente de África, -normalmente desde las costas de Senegal-Gambia y Benin- son los que constituyen el eslabón más bajo. Se distinguían de los esclavos creoles -éstos nacidos ya en la isla y acostumbrados a depender de un amo- los cuales ocupaban los puestos domésticos y/o capataces, máxima responsabilidad a la que podía aspirar un esclavo dentro del sistema implantado. Del otro lado, los hombres libres, (los blancos, los mulatos libres y los negros libres), que según el Código Negro46 tenían los mismos derechos jurídicos, también tenían atribuida una gradación teñida de colores -del más “blanco o puro” al más “negro”- a la hora de poner en práctica los derechos legislados lo cual causó no pocas disputas y carreras hacia el poder. Los mulatos y los negros libres formaban dos grupos en plena ascensión a los largo del S. XVIII tanto demográfica como económicamente. Desde 1785, los mulatos poseían cerca de un tercio de las tierras y una cuarta parte de los esclavos de la isla. Su prosperidad y su competencia económica no cesaron de inquietar a los colonos blancos que a lo largo de los años se mofaban cada vez más abiertamente de las disposiciones del Código Negro. Los colonos blancos establecieron una barrera racial contra esos mulatos y Negros que hacían el “error” de tener éxito [según las normas del Código Negro] con el fin de no poner en paridad los dos colores; la segregación de repente aparece como una necesidad de salvaguarda a la sociedad colonial esclavista. Se multiplican las interdicciones profesionales para los hombres de color (en la milicia, la administración colonial, cirujanos,…) y se refleja en la restricciones políticas (no tienen ninguna representación en la Asamblea colonial) y civiles (prohibición de llevar espada, de llevar vestimenta lujosa,…) (Bonaventure, 2009). Ante esta situación, los mulatos se alían formando un grupo social que reclama una igualdad de derechos, sin exigir por el contrario, la abolición de la esclavitud, de la cual ellos mismos se benefician y lucran. En la víspera de la Revolución Francesa, los blancos (los cuales dominaban la vida política de Saint-Domingue) se encuentran divididos entre la casta de los plantadores, riquísimos aristócratas insertados en el comercio mundial, y el grupo de los “pequeños blancos”, artanto mulatos como negros (Corbett, 1999b). 46 El Código Negro regía la vida colonial reconociendo los dos estatus: los libres sujetos del rey y los esclavos extranjeros, asimilados a bienes muebles y enteramente privados de todo derecho. (Code noir/1685/ortographe modernisée, 2010)

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APÉNDICES Y ANEXOS tesanos, comerciantes, antiguos engagés, con poco poder adquisitivo y visceralmente segregacionistas por miedo a la subida al poder de los mulatos y de los negros libres que les hacían competencia directa en la carrera de la escalada económica y social. Los intereses de estos mismos blancos se volvían a encontrar cuando se trataba de ciertas reivindicaciones fuertes: la modificación de las disposiciones del “Exclusif” que les impedía comerciar libremente con los ingleses y los americanos, protestas contra la injerencia de la administración real que intentaban recaudar impuestos y regular la relación entre amos y esclavos, y -aunque en sectores más reducidos- la independencia de Saint-Domingue asentada sobre bases análogas a las de los EEUU: una nación esclavista gobernada por los blancos. La víspera de 1789, la colonia de Saint-Domingue era un barril de pólvora a punto de explotar… y explotó. El orden de la colonia empezó a resquebrajarse con la llegada de la Revolución Francesa a la isla. Los colonos temían que la “Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano” se aplicase allí, pero quedó muy claro desde el principio que estos derechos solo se aplicaban a los hombres blancos, europeos y propietarios. Los affranchis se levantaron en pos de una inclusión de su persona en esta ciudadanía, lo que provocó enfrentamientos entre plantadores de ambos bandos. De 1789 a 1791, la Revolución burguesa parece olvidar el legislar sobre la Trata y la esclavitud, en flagrante contradicción con sus propios principios de libertad e igualdad natural. Los hombres son libres e iguales en derecho… en la metrópoli solamente. La Constituyente llega incluso a constitucionalizar la esclavitud el 13 de mayo de 1791 durante su primer debate parlamentario sobre las colonias. Así, en 1791, después de 3 años de revolución, Saint-Domingue aún queda relegada y sumisa a una legislación del Antigua Régimen. Aprovechando la lejanía de la metrópoli, los colonos hacen prevalecer una política autonomista y sobretodo se consigue mantener a la Asamblea parisina en la ignorancia del estado de guerra civil que reinaba en Saint-Domingue (Bonaventure, 2009). Pero no sería por mucho tiempo… ya que paralelamente, los esclavos “enmarronados” (a la fuga47) estaban a punto de convulsionar los fundamentos de la colonia, sin vuelta atrás. La brutal muerte del mulato Vicent Ogé48 a manos de los colonos blancos por su intento de la aplicación literal del Código Negro, llegó a los oídos de la Asamblea de Paris lo que

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Los negros a la fuga, la mayor parte Bossales, se “marronaban” (marronage): se escondían en las Mornas, esos bosques inaccesibles de las montañas haitianas y desbrozaban nuevas tierras para alimentarse (Bonaventure, 2009). 48 A pesar de lo que se pudiera pensar, este mulato franco-dominicano, defendía con una convicción ferviente el mantenimiento de la esclavitud [de sus hermanos “lejanos”] e intentó buscar aliados entre el lobby de los plantadores, pero estos por su condición de hombre de color, no lo aceptaron como uno de los suyos. Vicent Ogé se dirigió al grupo de influencia de Plantadores en París (el club Massiac) para resaltar el cuidado que había que tener con el principio de libertad, por la interpretación que al mismo tiempo podían dar los esclavos negros. En eso sentido sugería que había que tomar todas las medidas necesarias si no se quería presenciar un espectáculo funesto: “Vemos la sangre que corre, vemos nuestras tierras invadidas, los objetos de nuestra industria arrasados, nuestros hogares incendiados, vemos a nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestras mujeres, nuestros niños degollados y mutilados, vemos al esclavo que levanta el estandarte de la revuelta, las islas no serán más que un vasto y funesto estrujón; el comercio está destruido, la Francia recibe una plaga mortal, & una multitud de ciudadanos honestos se ha empobrecido, arruinado; nosotros perdemos todo…” (Gómez, 2005). La exactitud de la premonición de lo que iría a ocurrir 15 años después en Saint-Domingue es espeluznante.

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APÉNDICES Y ANEXOS derivó en la inmediata promulgación del decreto del 15 de mayo de 1791, en el que se reconocían a los negros hijos de padre libre como plenos ciudadanos. Los mulatos, tras la negativa del Consejo Colonial a aplicar el decreto en la colonia, se aliaron con los negros esclavos para sublevarse y tomar las armas en contra de los dirigentes. No obstante, en cuanto consiguieron lo pretendido, traicionaron a sus negros aliados entregando a los mejores guerreros -que habían participado en las revueltas- al bando contrario como moneda de cambio49. Paralelamente a la guerra entre blancos y mulatos tras la noticia del decreto del 15 de mayo 1791, varias centenas de esclavos –decepcionados con la traición de los mulatos- se reúnen en una ceremonia vudú alrededor de la figura de Boukman. Un sacerdote Voudou que vivió en la región de Limbé50, donde las comunicaciones clandestinas entre los esclavos eran frecuentes gracias a los pasos de montaña. Boukman organizó la célebre reunión religiosa de esclavos africanos en el Bois-Caiman, en la región de Morne Rouge en agosto de 1791. Esta reunión tuvo por objetivo el mentalizar a los esclavos para el golpe a los opresores con una sublevación. Después de esta reunión los esclavos prendieron fuego a decenas de plantaciones en la región del Norte (Laguerre, 2011). Los esclavos se revelaron con un reclamo claro: la Libertad y la Libertad Universal. Sus líderes, entre los cuales se encontraba Toussaint Louverture, afirmaban: “Sí caballeros, somos tan libres como ustedes (…) Somos sus iguales, por derecho natural, y si la naturaleza se congratula asimismo dando una diversidad de colores a la raza humana, no es un crimen haber nacido negro, ni una ventaja haber nacido blanco” (Martínez P., 2011). Para gran sorpresa de los blancos, perplejos ante las capacidades de la organización de los esclavos, esta revuelta es un emblema de levantamiento en masa con un objetivo preciso: la toma de Cabo Haitiano. La ciudad no es conquistada, pero los negros se convierten en los amos de las áreas campesinas lindantes. Los amos de las plantaciones circundantes, en cuanto pueden, huyen de sus tierras y se refugian en las ciudades (Bonaventure, 2009). La revuelta de esclavos de 1791 aterrorizó tanto a Europa como al puesto de avanzada europeo (EEUU) que acababa de proclamar su independencia. Los Estados Unidos, que tenían lazos comerciales activos con la colonia francesa, enviaron a los dirigentes franceses 750.000$ de ayuda militar al igual que tropas para ayudar a reprimir la revuelta (Chomsky, 2006). La Francia Revolucionaria de la última década del S.XVIII no se podía permitir el lujo de tolerar esas irregularidades, sobre todo en la perla de las Antillas, la cesta de aprovisionamiento de la Francia, para entonces moribunda, por lo que el restablecimiento del orden en la colonia se tornó una necesidad de primer orden.

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Los 400 negros entregados a la burguesía colonial fueron embarcados y ya en alta mar, con cadenas puestas al cuello, lanzados hacia las profundidades, donde perecieron ahogados (La Revolución Haitiana, Yanet Martínez n.d.) 50 El valle de Limbé está muy bien aislada de las otras regiones limítrofes gracias a la cadena montañosa del norte.

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APÉNDICES Y ANEXOS

7.3.2.

Contradicciones en la metrópoli

Lo que se suponía que debió ser una Declaración Universal, hizo resaltar más la “particularidad de los derechos”, no en tanto a su contenido sino con respecto a su titularidad. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 llamaba a la destrucción de los privilegios aristócratas proclamando el fin del feudalismo y a la eximición de impuestos, proclamando libertad e igualdad de derechos a todos los seres humanos y un acceso a la administración pública basada en talento y no por herencia. Pero la realidad es que la definición de seres humanos no se aplicaba ni a mulatos, en su mayoría libres, ni mucho menos a los negros esclavizados por el sistema colonial. El abanico de privilegiados en el sistema económico implantado se ampliaba, de la monarquía a propietarios adinerados, pero no se universalizaba. La sociedad francesa se asemejó a la clásica griega, con una diferenciación muy clara entre ciudadanos y siervos del sistema, pero a diferencia de ésta, la ciudadanía no podía ser ni adquirida con riquezas, ni otorgada por el emperador regente a individuos concretos por sus méritos; el color de la piel se erigió como barrera infranqueable en la carrera hacia la ciudadanía y la pertenencia a la élite. Ni las riquezas acumuladas “honestamente” desempeñando las prácticas esclavistas normalizadas y aceptadas fundamento del sistema, ni mérito alguno en servicio a la nación, harían borrar la “sangre manchada” incapacitante para la pertenencia a la ciudadanía tan deseada. Desgraciadamente, lo que debiera haber sido una injusticia a ser derribada por las clases oprimidas, se convirtió en una injusticia a ser enmendada para incluir a uno de los dos colectivos oprimidos, y solo a uno (los mulatos), ya que el sistema económico dependía y subsistía de una clase trabajadora amordazada (los negros esclavizados). Sin esta mordaza todo se tambalea, todos hablan, todos piden, todos exigen y se demuestra que la mayoría no siempre tiene razón en este delicado castillo de naipes de la economía. El debate en la Asamblea de la metrópoli es acaparado por el problema de los derechos políticos de los mulatos, relegando al segundo plano el debate de la esclavitud. Los mulatos, viajan a Paris para revindicar en la Asamblea su igualdad jurídica y política con respecto a los colonos. Los esfuerzos de los mulatos se ven recompensados, al final de 1791, con la declaración del 28 de septiembre que todo individuo es considerado libre, sin importar el color de piel, tan pronto pisara el suelo francés (revocando el decreto anterior de mayo de ese año que declaraba libre sólo a los nacidos de padre libre). Y al fin, el 4 abril de 1792, una ley promulgada por la Asamblea establece la igualdad política de los mulatos (Bonaventure, 2009). Con la preocupación de la situación del norte de la isla después de la revuelta de los esclavos, la Asamblea legislativa envía en junio de 1972 tres comisarios civiles (entre los cuales, Sonthonax) a la isla de Saint-Domingue teniendo como misión oficial la aplicación de la ley de 1792 y de reprimir la insurrección de los esclavos que acababa de estallar. Pero para sorpresa de los comisarios, a su llegada se enfrentan de hecho a una revuelta de los colonos blancos – esta vez aliados con los ingleses- para impedir toda intromisión de la Asamblea Parisina en los asuntos de la colonia. Además hay un contento generalizado entre la comunidad de esclavos negros, ya que la ley del 1792 sólo concierne a los mulatos, y la esclavitud sigue vigente. Sin consultar con la Asamblea nacional, los comisarios TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS toman medidas de emergencia: integran a los esclavos a la fuga (marrones) en el ejército, y otorgan la libertad a los que pelean por la República después de su ayuda decisiva en la batalla del Cabo haitiano, un año después. El 29 de agosto de 1793 Sonthonax proclama la libertad general en la parte norte de la isla, reforzada con la abolición del Código Negro. Finalmente, el 3 de febrero de 1794, una diputación “tricolor” (un negro, un mulato y un blanco) enviada por Sonthonax expone delante de la Convención Nacional la situación de Saint-Domingue y las maniobras del partido colonial aliado a la contra-Revolución realista. Al día siguiente los diputados, por unanimidad, expanden la conquista de la libertad general a todas las colonias francesas, sin indemnizaciones a los colonos. Gracias a la insurrección de los esclavos y al coraje de Sonthonax, Francia se convierte en el primer país en abolir totalmente la esclavitud sin moratoria51 (Bonaventure, 2009). Y es ahora, con el anuncio de la abolición de la esclavitud, que la figura de Toussaint Louverture52 entra en acción. Como ya se ha mencionado, entre 1793 y 1802, Francia y Gran Bretaña están en guerra, y España también se une a los enemigos de la Francia Revolucionaria, imponiendo un bloqueo internacional con el objetivo de asfixiar al nuevo régimen anti-monárquico y, por otro lado, para poder apoderarse de la tan apreciada isla de SaintDomingue, convertida de ahora en adelante en un punto estratégico del Caribe. El 9 de septiembre los ingleses desembarcaron en Jeremie (cabo en el sur oeste de la isla) con 9.000 soldados, sin la intención de abolir la esclavitud53, cosa que anima a unirse a sus filas tanto a colonos como a mulatos. Ante este panorama, muchos de los negros – y entre ellos Louverture- ven como única vía de escapada, para su situación de servidumbre, el alistarse en el ejército de los españoles que avanzaba lentamente desde el otro extremo este de la isla. Sin embargo, con las noticias de la abolición de la esclavitud de junio de 1794, Francia pasa a ser la fuente de la libertad e igualdad54 que Louverture no podía encontrar ni en el bando de los españoles ni de los ingleses, por lo que se pasa al bando francés, momento en el cual empieza su ascensión en la carrera militar55 y política (Perchellet, 2010).

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Desgraciadamente fue reinstaurada 8 años después en todas sus colonias; habrá que esperarse hasta 1848 para la abolición definitiva de la esclavitud en territorios franceses. 52 Toussaint Louverture nació en 1743 cerca del Cabo-Francés, al norte de Saint-Domingue. Educado por un affranchi [liberto] sabía leer y escribir y conocía los rudimentos de la medicina, fue también liberado antes de la Revolución Francesa. Su objetivo era una [cierta] independencia de Saint-Domingue bajo un poder negro (Lentz, 2006) 53 En esta lucha por la libertad, las potencias enemigas de Francia jugaron un papel importante. Tanto ingleses, estadounidenses y españoles -aunque esclavistas en sus propios territorios- se habían lucrado de los intercambios comerciales de contrabando con la isla caribeña, y preferían suministrar armamento en la isla (en el caso de los norteamericanos) y alistar en sus filas a los haitianos (en el caso de los españoles) con tal de que Francia perdiera su prosperidad y exclusividad comercial en el Caribe. En medio de esta guerra encarnizada por la hegemonía, “la facilidad con la que los criollos, esclavos y mulatos libertos se aliaban, cada uno a su turno, con las potencias rivales, en función solamente de sus intereses etnocomunitarios, mostraba que ningún lazo social unía a la población” (Bouffartigue, 2008). 54 Al comienzo de 1794 más de dos tercios de la colonia estaban en manos de las potencias rivales de Francia, especialmente Inglaterra y España. Acorralados por las tropas inglesas y españolas, los franceses se ven obligados a hacer un llamado general a los esclavos sublevados para pelear contra las fuerzas extranjeras a cambio de prometerles la libertad (Etienne, 2005). 55 Tras ser nombrado general de brigada en 1795 y de la división en 1796, llega a comandar la armada de Saint-Domingue tras la marcha de su jefe predecesor (Lentz, 2006).

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APÉNDICES Y ANEXOS A pesar de la victoria de Sonthonax en el norte de la isla y su intento de restablecimiento del orden con unas reformas políticas y agrarias, para ese entonces (junio del 1794) Francia solo controlaba el Cabo haitiano y Port-de-Paix en el Norte, y una franja en el Sur. Las fuerzas inglesas ocupaban el Oeste y el Sur, y los españoles el Este. En la primavera de ese mismo año Toussaint Louverture invierte la relación de fuerza entre las potencias al pasarse de un bando al otro. El antiguo coronel de la armada española, seguido de 4.000 hombres, se pone de ahí en adelante al servicio de la República francesa anti-esclavista. La verdad es que si no fuera por la adhesión de Toussaint Louverture (antiguo jefe de los esclavos insurrectos) a la causa de la República en mayo del 1794, la soberanía de Francia sobre la isla se hubiera perdido seguramente para siempre (Etienne, 2005). Gracias a su colaboración, se reconquista la parte Sur de Saint-Domingue, lo que le valió para ser recompensado con el título de general. Una vez los comisarios abandonan la isla, el nuevo general ejerce, de todas todas, el poder en la isla; nada se hace sin su aprobación. El orden louverturiano se impone en Saint-Domingue, constituyendo la armada la columna vertebral del nuevo régimen (cuyo mantenimiento suponía el 60% de los gastos de la colonia), muy al pesar de los comisarios franceses enviados a la isla entre los años 1795 y 1801. Al final del año 1801, después de 10 años de problemas revolucionarios y 8 invasiones extranjeras, el territorio de la colonia fue al fin unificado y pacificado bajo el control del general jefe. Cuando Bonaparte se instala en el Consulado el clima está enrarecido y singularmente degradado con respecto al tema de las colonias. Bonaparte mismo parece ambiguo con respecto al tema. De un lado garantiza a los Negros su libertad. Por otro lado, se rodea de consejeros esclavistas, se casa con una martiniquesa criolla, se irrita de la autonomía creciente del nuevo general negro al mando de la isla, Toussaint Louverture, y sueña con un imperio americano centrado en Saint-Domingue y la Luisiana56. A través de la Constitución del año VIII, hace sacar a Saint-Domingue del derecho común con el artículo 94 estipulando que el régimen de las colonias se determinaba con leyes especiales, lo que abría paso a un trato diferente entre las colonias y la metrópoli. Por su parte, los miembros del club Massiac volvieron de su exilio con la llegada de Bonaparte al poder, y defendieron ante el recién primer Cónsul en 1799 su teoría sobre el desastre imperante en la colonia Saint-Domingue de anarquía y quiebra económica tras la emancipación de los esclavos decretada en 1794. Este decreto fue “un gran error” que debía ser emendado con la restauración de las normas anteriores a 1789 y la restauración de la esclavitud y Trata de Negros. Finalmente el propio Bonaparte quedó convencido de estas argumentaciones, e instigado por “las provocaciones”57 del general negro, en di56

Para Bonaparte, la cuestión central en materia de colonias no era la de la esclavitud. La guerra con Inglaterra, las colonias eran un punto estratégico en una época donde las flotas se perseguían a través de los océanos y donde los navíos franceses necesitaban beneficiarse de remansos seguros para descansar (Lentz, 2006). 57 Toussaint hizo varios errores que Bonaparte consideró como provocaciones: (i) la 1ª fue el negarse a ser el segundo en comando provocando la marcha del general Michel de la isla, (ii) y la segunda fue el anuncio de Louverture de que una comisión iba a trabajar sobre una constitución para Saint-Domingue. Las cartas de Bonaparte que debían haber establecido la nueva organización y orden en la isla fueron ignoradas, por lo que Louverture fue eliminado de la armada, ya desde Francia (Lentz, 2006).

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APÉNDICES Y ANEXOS ciembre de 1801 el primer Cónsul envía a Saint-Domingue a su cuñado Leclerc a la cabeza de una armada de 30.000 hombres58. Con instrucciones secretas, esta armada consigue la deportación de los principales oficiales negros59, el desarme de la población y el rápido restablecimiento del sistema esclavista. Ya en 1802, decretó la “Ley relativa a la trata de Negros y al régimen de las colonias” en la que se recogían las enmiendas pertinentes para hacer aplicar estas acciones (Gómez, 2005). Sin embargo, el intento de restablecimiento del sistema esclavista provocó una resistencia popular enorme, que junto con la fiebre amarilla, diezmaron las tropas francesas. Dessalines, antiguo teniente de Tousssaint y nuevo comandante jefe de la armada negra, consigue la primera gran derrota de las fuerzas napoleónicas. Con la batalla de Vertières se sella la independencia de la isla el 1º de enero de 1804 y se consagra la originalidad de una doble revolución: la de los esclavos negros contra sus amos blancos y la de una colonia contra su metrópoli (Bonaventure, 2009).

7.3.3.

La primera Constitución de Haití – T. Louverture

Detengámonos un poco más en los años en que Louverture lideró la colonia, culminando este periodo con la promulgación de la primera Constitución Haitiana. En ella Toussaint reflejará la visión que tenía para Saint-Domingue –sociedad y economía haitiana- que por sus contradicciones internas (innovadora en algunos aspectos, pero retrógrada en otros) no será reconocida como un gran paso a delante con respecto a su homóloga francesa. El periodo comprendido entre 1794 y 1802 está marcado esencialmente por los esfuerzos de Louverture por expulsar, por un lado, las potencias extranjeras del territorio de SaintDomingue y, por otro lado, por frustrar las peticiones de los antiguos libertos (affranchis) por el dominio político, económico y social dentro de la colonia. Para finales de siglo, a Louverture le encomendaron como objetivo primordial el deshacerse de sus enemigos, tanto internos como externos. Una vez promocionado a la función de gobernador de la colonia, promulgó en 1801 una Constitución que le daba título de gobernador general de por vida con el derecho de nombrar a su sucesor (Etienne, 2005). Pero no sin dificultades,… desde su nombramiento como gobernador de la isla en 1796, los mulatos y colonos intentar sabotear su mandato y se revelan en contra de esta decisión. Las insurgencias en contra de su nombramiento son constantes, lo que provoca el envío de la segunda expedición de Sonthonax a finales de ese mismo año. Una terrible lucha de Los propietarios de las plantaciones de la colonia no pensaban que el envío de las fuerzas navales por parte de Napoleón para hacer cumplir esta nueva resolución en “las colonias rebeldes” desembocaría en la pérdida irreversible de sus latifundios y haciendas azucareras en manos de sus esclavos, y finalmente, en la emancipación definitiva de la colonia. 59 El 7 de junio de 1802 fue arrestado, transferido a un navío de la flota y transportado a Francia. Llegó el 12 de julio. Dos semanas más tarde, un dictamen consular le destituyó de su grado de general de división y se ordenó su internamiento en el fuerte de Joug cerca de Pontarlier, desde el cual escribió una súplica al Primer Cónsul, Bonaparte, que nunca obtuvo respuesta. Mal calentado, mal alimentado, sometido a un régimen carcelario severo, Jean-Dominique Toussaint-Louverture murió el 7 de abril de 1803 en de una indiferencia general (Lentz, 2006). 58

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APÉNDICES Y ANEXOS intereses entre las clases de los Negros y los Mulatos lleva a una guerra civil hasta el año 1800. Con unas tropas muy superiores en número los generales negros ganan la guerra y Rigaud, Pétion y Boyer (los generales mulatos) parten en exilio a Francia60 a finales de ese año. Con la anexión total de la isla, Louverture redacta un documento “Reglamento de Cultura” base de la Constitución a promulgar a principios del año siguiente (Perchellet, 2010). Contrariamente a lo que cabría esperar, la 1ª Constitución de Haití de 1801 no nace de un sentimiento patriótico, distintivo y revolucionario con aires independentistas. El texto surge como la confirmación abolicionista en contra de la esclavitud y en contra de cualquier pretensión del estado francés de perpetuar el estatus inferior de las clases oprimidas sustentadoras del sistema económico colonial. El texto -que nunca fue 61 ratificado por el cónsul Bonaparte - declaraba a todos los residentes de la colonia de Saint-Domingue “libres y franceses”, y al general Toussaint –ex esclavo negro condecorado general por sus méritos militares al expulsar a los españoles e ingleses de la islagobernador de por vida. Pero irónicamente, la libertad volvía a limitarse y restringirse, -en el texto mismo- para los propios trabajadores de las plantaciones a través de cláusulas62 que les vinculaban a las tierras en las que, previamente a la Constitución promulgada, estaban asignados en tanto que esclavos. Al parecer Toussaint quería demostrar a la madre Francia, que la colonia podía continuar siendo productiva y servir a la nación sin el estigmatismo de la esclavitud. La inclusión en el artículo 5, respecto a la definición de la igualdad promulgada, del tipo de superioridad autoritaria que regiría a partir de entonces, desvirtuó lo que pudiera haber sido una declaración universal: “No existe ninguna otra distinción a parte de las virtudes y talentos, ni otro tipo de superioridad que la otorgada por la ley en el ejercicio de los cargos públicos” (trad. Abidor, 1998). Ya antes de conseguir la independencia, Toussaint pondría las bases que presidirían desde ese momento en la isla para acceder al poder: los residentes de Saint-Domingue eran libres, pero no libres para elegir ni su gobernador ni el oficio o el tipo de economía que desempeñarían. Los artículos sobre sufragios y votaciones eran inexistentes, con lo que no se abordaba la cuestión que había mantenido dividida a la isla desde los inicios de la Estos mismos volverán a bordo de la expedición a Saint-Domingue del sobrino de Bonaparte, Leclerc, en 1802 (Perchellet, 2010). 61 La constitución de Toussaint Louverture fue considerada por Francia como un manifiesto de independencia, y el orgulloso Napoleón Bonaparte, el conquistador de Europa y Egipto, no podía aceptar esta afrenta a la soberanía francesa (Etienne, 2005). 62 El “Reglamento de Cultura” era básicamente la reintroducción del trabajo forzado de los negros en las plantaciones: una adaptación del sistema de fermage en el que los campesinos son obligados a trabajar en parcelas privadas; éstos reciben ¼ de la cosecha producida, otro ¼ iba para el propietario y el 50% restante la recuperaba el Estado. Los negros descontentos con la repartición, se rebelan contra Louverture y su “nuevo” trabajo forzado, y como consecuencia la producción agrícola de la colonia se hunde. En un año y medio las cantidades producidas caen en un 1/3 (Perchellet, 2010). 60

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APÉNDICES Y ANEXOS revolución: el acceso a la ciudadanía activa (con sus respectivos derechos de voto y acceso al poder). Desgraciadamente, el afán legítimo por una libertad negada durante siglos, junto con la convicción –esta vez infundada- de que esa libertad debía ser “protegida” desde una posición de poder de por vida, impidieron tener una visión más universal y humanitaria por parte de Touissaint. El texto de Toussaint “obraba para conciliar las exigencias de la libertad absoluta y las desideratas de la metrópoli, como el marco del relanzamiento de la economía y la organización de la agricultura sobre la base de la pequeña propiedad. La ausencia del sentimiento nacional e independentista en 1801 estaba explícito en el artículo primero, en cabeza, puesto así por la Convención: todos los hombres nacen, viven y mueren libres y franceses” (Bouffartigue, 2008). La redacción de una Constitución completó la unificación territorial en julio de 1801. Se proclama a Saint-Domingue fiel colonia francesa, dotándola de un cuerpo legislativo, de un poder judicial completo. Sin embargo está unión territorial no conllevó la unificación social; la visión económica de Louverture era la de un hombre del Antiguo Régimen: restaurar el esplendor del sistema de plantaciones, pero bajo la dirección de negros. Los jefes militares se convierten en la nueva aristocracia territorial de la isla. Hasta que el mismo sobrino de Toussaint se subleva en el Norte pidiendo la repartición justa de las tierras expropiadas a los antiguos colonos (Bonaventure, 2009). Mientras tanto en Francia, el ofendido Napoleón por la promulgación del manifiesto y la burguesía colonialista en exilio se preparan para el restablecimiento de la esclavitud. Una flota de 30.000 hombres liderada por el sobrino del Cónsul, Leclerc, es enviada a la isla la cual desembarcará el 2 de febrero de 1802 en Cap-Haitien. Depuesto de cualquier protección, Toussaint es engañado, encadenado y saqueado de todo su dinero y pertenencias. Finalmente, como el plan de Bonaparte dictaba, fue deportado a Francia. Su arresto conmocionó a muchos de sus compatriotas; justo antes de embarcar dijo: “Con mi derribo habéis abatido solamente el tronco del árbol de la libertad de Saint-Domingue… sus raíces volverán a brotar, ya que éstas son numerosas y profundas” (Perchellet, 2010). Tras su defunción en el fuerte Joux en Francia, después de su arresto y deposición de cargo comandados, Bonaparte expeditó varios textos que devolvían el estatus de la colonia al régimen existente antes de la revolución francesa, anulando el dictamen63 del Consejo de 1783. Oficialmente la esclavitud y el concepto de ciudadanía blanca francesa volvían a la colonia,… y eso era algo que nadie estaba dispuesto a aceptar; ni mulatos ni negros. La idea de libertad se convirtió en el lema revolucionario por excelencia que llevó a la Declaración de Independencia el 1 de enero de 1804: la premisa “la libertad o la muerte” remplazará definitivamente la inscripción de la República francesa (Bouffartigue, 2008).

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El dictamen del 23 de junio de 1802, prohibía a la gente de color entrar en el territorio de la metrópoli sin autorización expresa. Según una encuesta de 1808, habían entre 1500 y 2000 negros en Francia, donde la mitad de estos vivían en la región de Bordeaux. Ninguno de estos eran esclavos, contrariamente a lo que pasaba en las colonias conservadas por Francia (Lentz, 2006).

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APÉNDICES Y ANEXOS

7.3.4.

Declaración de Independencia – J. Dessalines

“Haití se convierte en el único ejemplo de la historia en el que un pueblo esclavizado rompe sus cadenas y obliga con las armas a una gran potencia colonial a retirarse” (Chomsky, 2006). Cuando las topas de Leclerc quisieron desarmar a la población a partir de la primavera del 1802, una sublevación espontánea coge cuerpo en las provincias y se reavivará con la noticia del restablecimiento de la esclavitud en la vecina isla Guadalupe (Bonaventure, 2009). Esta resistencia popular junto con el azote de la fiebre amarilla entre las tropas francesas, diezmaron el número de estas en unos meses64. Como nunca antes había ocurrido, y nunca más ocurrirá en la historia, la isla se subleva de forma unánime bajo el comando de un antiguo oficial de Toussaint, Jean-Jacques Dessalines65. Los generales mulatos en el Sur y Dessalines en el Norte emplean todas las fuerzas contra las tropas francesas. En la última batalla de Vertières el 18 de noviembre de 1803 en el norte, las tropas de Dessalines obtienen un triunfo sin precedentes contra el reducto de los franceses y mes y medio después se declara la independencia de la República de Haití (Perchellet, 2010). Tras la derrota de la armada francesa, el general Dessalines declaró el nuevo estado independiente, donde el término “ciudadanos” (por mucho tiempo ignorado por parte de la antigua metrópoli) se empleará de forma sistemática a lo largo de todo el texto de la Declaración. Un año después, se promulgará la primera Constitución del Estado-nación66 donde la cuestión de la ciudadanía seguirá siendo preeminente. Una ciudadanía -de ahora en adelante vinculada y definida únicamente a través del suelo haitiano- que desgraciadamente, a pesar de su modernidad, no consiguió alcanzar los términos universales deseados necesarios para la creación de un sentimiento nacional, ya que al restringir esa ciudadanía por motivos de inmigración, fracaso económico o color de piel67 articulaba un texto en el que se pretendía atajar y limitar las cuestiones y prejuicios de una sociedad pluri-étnica y clasista particulares del momento, lo cual, en lugar de limar las diferencias, las acentuó si cabe más al dejarlas por escrito. El ciudadano descrito en la Constitución de 1805 - trabajador de cualquier oficio mecánico, soldado al servicio de la nación y a partir de ahora conocido con el nombre genérico de “negro68”- no consiguió Leclerc, con la salud empeorada, pide un refuerzo de emergencia de 10.000 hombres a Francia ya que sólo le quedaban 2.000 hombres, con el riesgo de perder toda la colonia (Perchellet, 2010). 65 Jean-Jacques Dessalines, -un antiguo esclavo y víctima de un amo cruel y bruto, guerrero furioso y declarado enemigo de los blancos, especialmente de los franceses- fue la persona que desgarró la banda blanca de la bandera tricolor de Francia y determinó que la bandera de Haití sería de dos bandas, azul y roja, para simbolizar que el “blanco” había sido arrancado de Haití (Corbett, 1999a). 66 En el orden político, la nueva Constitución promulgada en 1805, además de establecer la “libertad y la igualdad universal”, a semejanza de su predecesora de 1801, se nombraba Emperador de Haití al líder de la revolución, Jean-Jacques Dessalines (Martínez P., 2011). 67 *Art.12: ningún blanco, cualquiera que sea su nacionalidad, pondrá el pie en este territorio a título de amo o propietario, y no podrá en el futuro adquirir ninguna propiedad. 68 Se podría pensar que la utilización de este término genérico fue un intento por agrupar a todos los haitianos bajo una misma denominación, obviando paletas coloreadas y matices blanqueadores o de negritud; pero nuestro punto de vista pone el acento sobre la mención específica en el texto escrito de una diferenciación del género humano basado meramente en la pigmentación de la piel. Una mención de 64

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APÉNDICES Y ANEXOS implantar el sentimiento de una patria unida con ciudadanos iguales y derechos reconocidos. “La independencia de Haití no fue fruto de una construcción colectiva de su sociedad; fue el fruto racional de la necesidad de cortar definitivamente el camino (utilizando la baza de la soberanía nacional) al restablecimiento de la esclavitud” (Bouffartigue, 2008), la cual no será definitivamente abolida en los otros territorios franceses hasta 1848. La independencia de Haití ponía fin a más de 3 siglos de colonización y esclavitud. Pero esta hazaña fue muy mal vista a ojos de las grandes potencias69, ya que era un muy mal ejemplo para sus colonias repletas de esclavos. Estas potencias hicieron todo lo posible para evitar la propagación de la ‘plaga haitiana’, y además del no reconocimiento de este nuevo Estado, todavía pesaba la amenaza de una nueva ofensiva de Francia70. Frente a esta situación, Dessalines pondrá en marcha una política de militarización total de la sociedad civil haitiana para prevenir todo ataque francés (Etienne, 2005). Dessalines se encargó de fortalecer el orden interno masacrando a los colonos franceses que todavía quedaban en la isla, a excepción de médicos, sacerdotes y soldados polacos y alemanes que habían apoyado la revolución. El exterminio de alrededor de 20.000 franceses tuvo grandes consecuencias para Haití, dando a sus críticos algo concreto a lo que agarrarse, y ayudar a construir la imagen de una nación salvaje71 incapaz de formar parte de la comunidad internacional (Corbett, 1999a). Pero irónicamente, era esa misma comunidad internacional la que perpetuaba el sistema “salvaje” de la Trata de personas. la nacionalidad (en términos de nacimiento) hubiera acabado, posiblemente de una vez por todas, con los prejuicios y complejos, transmitidos de generación en generación, vigentes aun hoy en día en la sociedad haitiana. 69 La revuelta tuvo consecuencias importantes. Estableció el dominio de Gran Bretaña en el Caribe y posibilitó a sus antiguas colonias norteamericanas un gran paso al Oeste, ya que Napoleón, una vez abandonada la esperanza de un imperio en el Nuevo Mundo, vendió la Luisiana a los EEUU. Sin embargo la victoria se consiguió a coste de un gran precio. Una gran parte de la riqueza agrícola del país fue destruida, así como la tercera parte posiblemente de la población (Chomsky, 2006). 70 Napoleón no se quedó inerte ante su derrota y pérdida de la colonia. Para recuperar Saint-Domingue intentó apoyarse con los EEUU. Éstos se mostraron abiertos y en dos ocasiones el Congreso votó leyes prohibiendo el comercio entre los mercantes americanos y residentes de la parte occidental de la isla. Pero este bloqueo fue totalmente ineficaz. Los mercaderes americanos no respetaron el embargo. Además fueron los comerciantes ingleses los que aprovecharon las circunstancias para instalarse sin oposición en Puerto-Príncipe y otros puertos del país. Sólo a partir del embargo de Jefferson en 1807, concerniente a todos los productos y comercio con todos los beligerantes europeos que se tensó la soga al cuello de la recién independizada isla (Lentz, 2006). 71 En la carta que escribió Louverture en respuesta a un discurso de Vaublanc -un colono propietario de esclavos negros- defendiendo el salvajismo y la ignorancia de los negros, escribió: “Admitimos que ha habido crímenes terribles cometidos por ex esclavos en Saint-Domingue, pero la violencia en la colonia no fue mayor que la habida en la Francia metropolitana. Si los negros de Saint-Domingue eran ignorantes y groseros como Vaublanc proclamaba, debieran ser excusados de sus acciones. Pero ¿se podría decir lo mismo de los numerosos caballeros franceses, que a pesar de sus “ventajas educativas y civilización”, cometieron crímenes horribles durante la Revolución Francesa? Si algunos negros cometieron crueldades [y por consiguiente] se puede deducir que todos los negros son crueles, sería legítimo el acusar de bárbaros a los franceses europeos y todas las naciones del mundo. Y si la traición y los errores de unos en Saint-Domingue justificaba la vuelta al viejo orden [la esclavitud] ¿no sería lo mismo cierto en Francia? ¿No estaría justificado el afirmar, basándose en la violencia de la Revolución Francesa, que los franceses eran “indignos de la libertad” y “hechos solo para la esclavitud” y debieran ser puestos otra vez bajo el régimen de los reyes? Sabemos, sin embargo, que sin importar el color, la única distinción que debiera existir entre los hombres, es la del bien y el mal. [Toussaint Louverture, Carta al Directorio, 27 de octubre 1797, en Tyson, Louverture, pp.36-43).

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APÉNDICES Y ANEXOS En esta época, la nueva República parece un islote independiente en medio de un estanque colonial. La esclavitud es abolida, los colonos expulsados y las tierras vacantes. El país con un embargo internacional debido a la afrenta que había hecho a Francia, debía valerse por sí mismo (Perchellet, 2010). El primer problema a resolver: las tierras. La desaparición de la clase de los amos dejó un vacío enorme y planteo el problema de la repartición de los bienes vacantes dejados por los colonos ¿Qué hacer con las tierras, fuente principal de las riquezas de la antigua colonia? ¿Se nacionalizaban, se vendían o se distribuían entre los agricultores? Dessalines optó por la primera opción72, lo que le costó la vida después de solo 2 años a la cabeza del Estado. Con Dessalines, todas las tierras que habían pertenecido a un colono blanco pasaban a ser incontestablemente del Estado. Esto pudo haber sido un paso previo para una redistribución equitativa y justa de las tierras, ya que los campesinos se habían adelantado y se apropiaron de las tierras por su propia cuenta entre 1804 y 1806. Desgraciadamente, las tierras se distribuyen casi exclusivamente en beneficio de la élite negra militar, y las revueltas de los campesinos comienzan (Perchellet, 2010). Dessalines decide restaurar el sistema que Toussaint intentó instaurar bajo su mandato. Bajo este sistema de “fermage” la tierra pertenecía al gobierno. Los trabajadores, ligados a las parcelas, recibían el 25% del valor de las cosechas para ser distribuido entre ellos. Sin embargo sus vidas eran vigorosamente reguladas y la disciplina era estricta. Aunque el látigo esclavo había desaparecido, la disciplina se servía del palo cocomacaque73. Dessalines era severo, incluso cruel, que demandaba una obediencia inquebrantable y gobernaba con mano de hierro. El creciente descontento con el gobierno de Dessalines, sobre todo en el sur donde predominaban los mulatos, provocó algunas revueltas y mientras el emperador Dessalines marchaba para poner orden, fue asesinado en octubre de 1806 (Corbett, 1999a). El caos producido tras la muerte de Dessalines sumergió al país en una guerra civil que produjo la separación del país en dos naciones bajo dos líderes diferentes durante los siguientes 12 años. Henri Cristophe asumió la sucesión del antiguo mandatario Jacques I. Por su parte, Alexandre Petion, figura política líder en el sur y mulato, tenía otras ideas. Cristophe, a diferencia de Dessalines, creó una gran nobleza y organizó un reino en las mismas líneas de las monarquías europeas. Comenzó un ambicioso proyecto de educación, al menos para los niños y la élite, y dedicó mucha riqueza y energías en la construcción de monumentos y edificios74. Henri I insistió en reforzar el sistema de fermage que comenzó Dessalines con firmeza y disciplina, llegando a conseguir que la producción de azúcar volviera al 75% de lo que fue la producción bajo el dominio de los ¿Cómo alguien iba a conseguir que gente libre hiciera el trabajo que antes era hecho por esclavos? El sistema de plantaciones dejó de existir en la primera década después de la independencia (Corbett, 1999a) 73 Un palo de madera sólida, artículo Voudou utilizado como instrumento de guerra y para encantamientos. Al parecer los Arawaks o taínos ya lo utilizaban en sus campañas guerreras y los esclavos traídos a la isla caribeña lo adoptaron para la realización de ceremonias voudous. 74 De los que los más característicos son el palacio de Sans Souci y la Citadelle en la cima de la montaña de La Ferrier. 72

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APÉNDICES Y ANEXOS franceses antes de la revolución. Pero este éxito fue al mismo tiempo el principio del fin de su reinado. Las masas haitianas no lucharon una guerra de independencia para ser de nuevo introducidos en un sistema social que se parecía mucho a la esclavitud de antaño. El mundo de Henry I se colapsó una vez que Petion fallece en el sur y Jean-Pierre Boyer, su sucesor, lanza un ataque al norte. Muchas de las masas se sublevaron, en una indignación general en contra del fermage establecido y el carácter dictatorial del gobernante, y al final, en lugar de ser capturado por sus enemigos, Cristophe se suicida finalizando así el periodo de las dos Haitís. Por su parte, Alexandre Petion fue, principalmente, un líder del “no hacer nadad”. Tenía una armada que utilizó para mantener la tranquilidad en el país. Al contrario que sus predecesores, no hizo nada para revigorizar la economía. La decisión más determinante de Petion fue la distribución de la tierra entre sus partidarios y sus soldados, ya que la Tesorería del Estado no tenía fondos. Petion dividió la tierra en pequeñas parcelas creando un país de campesinos viviendo de su propia tierra a través de una agricultura de subsistencia teniendo muy poca -por no decir ninguna- influencia en el gobierno, en la vida en las ciudades y mucho menos relación alguna con el mundo exterior. El cultivo de azúcar desapareció prácticamente y fue siendo sustituido paulatinamente por el café, el cual podía ser cultivado por agricultores individuales en pequeñas parcelas. Dado que la élite en las ciudades -principalmente mulatos asociados de Petion- eran los brokers del café, y solo pagaban a los campesinos una pequeña miseria por el café, se produjo la ejemplificación de una creciente radicalización de un sistema dividido en dos clases75. Por un lado, una élite enriquecida con el comercio internacional del café, y en el otro lado las masas de los negros pobres campesinos ganándose la vida de mala manera haciendo agricultura de subsistencia. Este modo de vida que emergió en la Haití de Petion, difiere muy poco del Haití que conocemos hoy en día. La élite -un poco más color variopinta que en pasado, pero aún sigue siendo una minoría- sigue extrayendo su riqueza de los campesinos, los cuales viven en condiciones de extrema pobreza e impotencia (Corbett, 1999a). Llegados a este punto cabría comparar –como ya han hecho otros autores- el caso de Haití y el de Cuba, la primera y la última nación latinoamericana en obtener la independencia. En los dos casos, con la elaboración de sus `primeras constituciones, había que “posicionarse sobre la cuestión de una nación criolla articulada sobre criterios étnicos o no. A la hora de fundar un estado de derecho, las cuestiones de nacionalidad y de ciudadanía se posicionan, puntiagudas y fundamentales, dentro de estas dos sociedades ricas en azúcar, hasta ese entonces producido de forma intensiva dentro de un sistema esclavista” (Bouffartigue, 2008). Mientras en el caso haitiano el posicionamiento sobre la cuestión de la esclavitud fue la línea divisoria entre las distintas comunidades, en el caso cubano, fue la independencia de la madre patria el lazo de unión de todas ellas. Así como el caso haitiano fue de medias tintas, el cubano decidió elegir entre fundamentarse sobre “Una clase de gobernantes muy pequeña en tamaño y una vasta masa de gentes corrientes ha sido siempre la norma en Haití y es una de las más grandes barreras para la emergencia de Haití como una nación con una igualdad democrática seria” (Corbett, 1999b). 75

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APÉNDICES Y ANEXOS principios que automáticamente harían perder a los plantadores su capital y azúcar, u otorgar privilegios a las leyes del mercado denegando cualquier esperanza a la situación de los esclavos y la evolución de su situación (Bouffartigue, 2008). Estos dos principios, en principio excluyentes, se plantearon de una forma clara en la revolución cubana y se optó por primar y por basarse en principios unificadores; no porque existiera una superioridad moral o sensibilidad distinta, sino porque la esclavitud, afortunadamente, no era la única forma de mantener el sistema económico existente de las medianas plantaciones. Al final la presión fiscal y la represión política de la metrópoli pesaron más que las posturas racistas aún vigentes en la época. Contrariamente a lo que pasó en Haití, la armada contribuyó a reunir a los cubanos alrededor de una identidad nacional renovada. El texto haitiano, en su definición de una ciudadanía ligada al suelo, se mostraba en su principio abierta. Pero en el caso de Cuba, la definición de la nacionalidad por elección de valores, excluyendo toda consideración étnica, social, cultural u otra, es mucho más remarcable. El mandato presidencial cubano tampoco permite hacer una comparación con el caso haitiano, ya que el derecho a voto, en el marco del régimen imperial que inauguró Dessalines y que se perpetuará a lo largo de los decenios, no da cabida a un empoderamiento de la población ni acceso al mandato de forma igualitaria. (Bouffartigue, 2008). Los cubanos dieron la espalda a la creación constitucional de una ciudadanía étnica: todo mayor de 30 años y nacido en la isla podía acceder a la presidencia. Y las mismas condiciones se establecían para votar que para ser elegido. Ningún ciudadano estaba excluido por principio. Contrariamente, como ocurrirá hasta casi 200 años después en las elecciones presidenciales de 1996, en Haití la designación al poder se hará de una forma arbitraria, hereditaria o impuesta a base de golpes militares, acompasando los vaivenes de los intereses étnicos y el aumento o reducción de sus fuerzas imperantes.

7.4. PERIODO NACIONAL (a partir de 1804) “Con la primera República Negra del Mundo y la primera nación independiente de América Latina se le dio un golpe durísimo al sistema moderno/colonial. Las potencias imperiales, en respuesta, le impusieron al novel estado un ceñido bloqueo cultural, económico y político para que su ejemplo no se expandiera” (Martínez P., 2011). Las naciones blancas de Europa y los EEUU se negaron a reconocer la independencia76 haitiana y boicotearon las relaciones comerciales con Haití. El mundo de propietarios de esclavos blanco quedó completamente indignado con la victoria de la Haití revolucionaria sobre Francia. En un mundo de blancos con esclavos, que éstos últimos consiguieran su libertad por su propia mano, era una situación que provocaba pavor. Se temía que esta revuelta se tomara como ejemplo por parte de los esclavos mantenidos en cautividad en 76

Como nadie reconocía formalmente a Haití como nación independiente, ésta era, para el mundo entero, una colonia en rebelión (Corbett, 1999a).

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APÉNDICES Y ANEXOS las diferentes colonias del Nuevo Mundo. Esta era una especial preocupación del sur de los EEUU donde la agricultura, economía de algodón y tabaco eran completamente dependientes de la mano de obra esclava (Corbett, 1999b). Por otra parte Francia, humillada ante sus rivales y moribunda tras incesables guerras, encontrará apoyo en los EEUU, y en una simbiosis de intereses –la lucha contra enemigos comunes: Inglaterra y los negros insurrectos de Haití- se orquestará una estrategia mortal contra el desarrollo de la antigua colonia: el bloqueo comercial internacional y el no reconocimiento del país. Viendo que el estrangulamiento comercial no era respetado íntegramente por todas las potencias europeas (ya que los ingleses, holandeses y alemanes siguen haciendo comercio de contrabando con la isla) el plan “B” para conseguir “el golpe de estacada definitivo” dará los resultados esperados: la inmensurable deuda impuesta que volverá a poner a la colonia virtualmente bajo el yugo de la metrópoli francesa. Una deuda que los EEUU se encargarán de que sea pagada íntegramente con la intervención de la Banca Nacional Haitiana durante la invasión americana a principios del siglo siguiente. Procedamos a analizar las dos fases de esta estrategia mortal.

7.4.1.

Bloqueo comercial americano

Deberíamos hacer un alto y ampliar el espectro de nuestra investigación. El Embargo de Jefferson de 1807 se debe analizar desde dos perspectivas: la política exterior de los EEUU en un mundo inmerso en las guerras napoleónicas, y al mismo tiempo, los intereses nacionales e internos de los ciudadanos americanos, plantadores en el sur y comerciantes en el norte. Estas dos perspectivas, con objetivos distintos y puntos de vista en cierto modo enfrentados en cuanto a prioridades, convergirán en un solo asunto: la no inclusión de la recién declarada república haitiana en la lista de países reconocidos por los EEUU. 7.4.1.1.

Política exterior Norteamericana – guerras napoleónicas

La decisión política que llevó al edicto del Embargo por parte del entonces presidente de EEUU se describe de una manera resumida en la enciclopedia Thomas Jefferson: “el impressement –la imposición- a los navegantes norteamericanos se convirtió en un elemento clave para los EEUU, especialmente durante las guerras napoleónicas (1803-1815). Después de ser testigos de los horrores de la guerra con Francia, muchos marines ingleses desertaban las filas de “Su Majestad la Reina” y se enrolaban en los barcos mercaderes norteamericanos. Para recuperar a los desertores, las press gangs –bandas de presión- inglesas abordaban barcos norteamericanos. Sin embargo, Inglaterra tendía a apropiarse de cualquier individuo que pudiera hacerse pasar por soldado inglés, a menos que el tripulante pudiera probar su ciudadanía estadounidense. Aproximadamente solo 1.000 de los estimados 10.000 hombres capturados en los barcos norteamericanos probaron ser ciudadanos ingleses. …En una carta enviada por James Madison a los enviados diplomáticos representantes de los EEUU al Reino Británico se explicaba la situación: Consideramos una bandera neutral, en alta mar, como un salvavidas para aquellos que navegan bajo este estandarte. Gran Bretaña, contrariamente, reclama su derecho a registrar y apropiarse de sus propios sujetos; y bajo esa cubierta, como no puede ocurrir ni TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS permitirse, a menudo se apropian y roban ciudadanos de los EEUU y ciudadanos o sujetos de otras naciones neutrales, navegando en alta mar, bajo la protección de la bandera estadounidense” (Thomas Jefferson Encyclopedia, 1995). El trasfondo de estos “apropiaciones indebidas” era la batalla encarnizada por la hegemonía entre las dos potencias europeas, Inglaterra y Francia. Éstas batallaban por la preeminencia en Europa, y racionalizaban el despojo de los barcos norteamericanos como causas colaterales de la guerra y necesarios para su supervivencia. (US DEPARTMENT OF STATE, 2009a). El Congreso de los EEUU interpretó estas confiscaciones de personas forzadas como una declaración de guerra a un país soberano, pero a pesar de las presiones, Jefferson convenció con su estrategia de castigo económico a las potencias europeas en lugar de un ataque militar, por lo que se prohibió el comercio norteamericano (importaciones y exportaciones) con todas las naciones del globo. Con todo, el Embargo resultó ser poco práctico como medida coercitiva y fue un fracaso tanto diplomática como económicamente. (Jones, 2013). Desde su promulgación, la ley produjo gravámenes devastadores a la economía norteamericana y a sus ciudadanos. La evasión masiva de las restricciones, el contrabando practicado por los mismos comerciantes estadounidenses y los cabos sueltos legislativos redujeron enormemente el impacto del embargo en sus objetivos intencionados en Europa. Los mercaderes británicos se apropiaron de las lucrativas rutas comerciales abandonadas por los barcos norteamericanos debido al Embargo. La demanda de los artículos británicos aumento en Sudamérica, contrarrestando las pérdidas sufridas por las leyes de “no-importación” norteamericanas. (Thomas Jefferson Encyclopedia, 1995). Como vemos el principal motivo del Embargo de Jefferson fue político y un intencionado instrumento de castigo contra Inglaterra y Francia77. Aunque se probó que fue un fracaso, y el mismo Jefferson tuvo que retirarlo 3 días antes del final de su mandato, las secuelas del Embargo en la economía haitiana se resintieron por décadas; el fracaso en minar las economías europeas se tornó en éxito para frenar las oleadas independentistas negras del Caribe. 7.4.1.2.

Intereses internos – Comerciantes norteños y plantadores sureños

El mismo Congreso que había denunciado las expoliaciones ilegales de sus ciudadanos por parte de los británicos, contradictoriamente veía la Trata de esclavos como necesaria, y la declaración de independencia de Saint-Domingue como un peligroso ejemplo para sus plantaciones sureñas de algodón. Al parecer, los negros y sus reinos africanos no tenían el mismo derecho de reclamar a sus ciudadanos capturados en confiscaciones ilegales, ya que éstos no tenían reconocida su soberanía y no eran reconocidos como Estados78. Ni 77

Aunque 15 años antes los EEUU habían enviado remesas y ayuda militar a Francia para contener la revuelta de esclavos en Saint-Domingue, ahora el pillaje de los navíos americanos en alta mar de la desesperada Francia -que acababa de vender la Luisiana en 1803 por 80 millones de francos a los EEUU por su imposibilidad de defender eses territorio y la colonia de Saint-Domingue simultáneamente- hizo que ésta también fuera incluida en la lista negra de los EEUU. 78 El reconocimiento de un estado como tal y su concepción fueron determinantes a la hora del repartimiento del continente africano por parte de los franceses e ingleses a finales del S. XIX. La soberanía de los reinos africanos fue una ’ridícula’ idea que fue fácilmente derrocada en las mentes

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APÉNDICES Y ANEXOS que decir tiene lo que suponía este reconocimiento para la República de Haití; a los ojos del mundo, Haití a pesar de su independencia, seguía siendo una colonia francesa rebelde, y era esa rebeldía, y la no conformación con las “leyes de las naciones”, lo que les invalidaba para ser reconocidos como estado. Como presidente, T. Jefferson propuso una unión de potencias en contra del régimen de dominación negra de Toussaint Louverture, general militar y antiguo esclavo que lideró la revuelta que desembocó en la independencia haitiana. Pero en cuanto se enteró de las grandes ambiciones de Bonaparte en las Américas (compra de la Luisiana a los españoles y asegurar el punto de entrada estratégico en la isla de Saint-Domingue) cambió de parecer y se opuso a la expedición de Leclerc, sobrino de Bonaparte, enviada para retomar el poder en la isla rebelde (Matthewson, 1996). Tanto Inglaterra –enemigo de antaño de Francia- como EEUU permanecieron neutrales, y fue esa no intervención la que facilitó el desenlace de la expedición: derrota flagrante de la campaña militar francesa por falta de refuerzos y miles de muertos por fiebre amarilla. Tanto EEUU como Inglaterra mantuvieron el comercio de contrabando con los haitianos durante los años previos a la independencia por motivos claramente estratégicos79, pero tanto un país como el otro terminaron con esas relaciones comerciales tras la independencia. Escandalizados por las “masacres” de 1804 llevadas a cabo por el general Dessalines, sucesor de Louverture, con la comunidad blanca inmediatamente después de la declaración de independencia, los británicos rompieron relaciones oficiales con el General Dessalines (Matthewson, 1996). Desde la perspectiva norteamericana, el presidente John Adams -antecesor de Jeffersondeclaraba: “una débil e independiente Saint-Domingue bajo líderes negros indígenas era preferible a una colonia dominada por “galos turbulentos” (Mathewson, 1996). Pero como ya hemos dicho, este apoyo indirecto y sutil a Haití desapareció una vez Jefferson en el poder. Éste se enfrentó a un nuevo paquete de presiones domésticas no sufridas por Adams. Las conspiraciones de esclavos ocurridas en Virginia en 1800 y 1802 se asumían que habían sido instigadas por separatistas de Saint-Domingue o por incluso franceses blancos. La reacción fue la promulgación de un paquete de medidas legislativas dirigidas a negros y mulatos libres en el territorio americano, a los que se les instaba a salir del estado. (Mattewson, 1996). Esta fobia a la independencia negra y al abolicionismo impregnó la política exterior con Haití en las enmiendas sucesivas que se iban haciendo al Embargo de Jefferson. El comercio americano con los negros revolucionarios era ilícito – según dijo Albert Gallalin en el Congreso- y contrario a la ley de las naciones. En 1805 se aprobaron circulares complementarias al Embargo que obligaban a los barcos norteamericanos involucrados en el comercio de las Indias Occidentales a llevar armamento en sus navíos a utilizar exclusivamente para su defensa y desautorizaba ávidas de beneficios y conquistas. 79 El doble juego de las potencias movía el péndulo de los intereses hacía el lado que más convenía a cada momento. La política británica, bajo las influencias de James Stephen a partir de 1800, empezó a identificar la abolición de la esclavitud con el interés nacional –después de haber estado a la cabeza de naciones involucradas en la Trata de esclavos-. Esta estrategia de apariencias tenía mucho que ver con el impedimento de la producción de la riqueza colonial que pudiera impulsar los esfuerzos militares de los franceses. Como Jefferson, los británicos dieron la bienvenida a la victoria haitiana y la concibieron como una derrota de los franceses (Matthewson, 1996).

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APÉNDICES Y ANEXOS cualquier venta de armas a los negros haitianos. En Febrero de 1806 se introdujo otra circular que prohibía a los mercaderes comerciar con ninguna porción de la antigua colonia francesa que no estuviera en posesión de Francia (evidente declaración indirecta del no reconocimiento de la república haitiana). El incumplimiento de esta circular se penalizaba con la confiscación tanto del barco como de la mercancía. Hasta entonces, los mercaderes habían evadido las leyes por más de un siglo, el contrabando era la norma en Saint-Domingue, pero las leyes de 1805 y 1806 pusieron a los mercaderes en alerta al saber que no recibirían asistencia del gobierno federal si tenían dificultades en Haití, por lo que el comercio con la republica haitiana disminuyó drásticamente. Sin embargo las voces en los EEUU no eran unánimes con respecto al comercio con la isla. Los comerciantes de Nueva Inglaterra al norte de EEUU se habían beneficiado mucho del comercio de contrabando y no estaban dispuestos a renunciar de una forma tan repentina. Muchos ciudadanos del norte se apoyaban en ideas anti-esclavistas que advocaban por la consistencia de los principios de la Revolución Norteamericana – Vida, Libertad e Igualdad- y pedían a los EEUU “apoyo” (en forma de flexibilización de los términos restrictivos comerciales) a los esclavos insurgentes. Tim Matthewson, en su artículo “Jefferson y el No-reconocimiento de Haití” hace entrever que Jefferson estaba en medio de una guerra interna entre comerciantes del norte y esclavistas del sur; los unos querían continuar con sus compra-ventas y contrabandos con la isla, y los otros no querían reconocer al país como tal por si diplomáticos haitianos se paseaban por las plantaciones de Carolina del Sur dando “ideas” a sus cautivos que no convenían. Al final, con respecto al caso de Haití, los intereses del sur prevalecieron y se entendió que la revolución haitiana era una amenaza ideológica; un ejemplo de esclavos que habían desalojado a sus amos, y como tal, era una amenaza a la esclavitud (base de la economía americana) y a la “hegemonía blanca”. Como consecuencia el comercio haitiano pasó de 6.7 millones de dólares en 1806 a 1.5 millones de dólares en 1808. Con todo, el Embargo Internacional perjudicaba, y mucho, a los comerciantes americanos y Jefferson tuvo que firmar la retirada del fracasado embargo en marzo del 1809. Pero en su lugar, casualmente, se promulgó el acta del 1 de marzo que abría de nuevo el mercado norteamericano con todos los países, excepto con Inglaterra y Francia, y sus posesiones (incluidas sus colonias; Haití considerada -a pesar de su independencia- como una de ellas). Por lo que el Congreso consiguió eliminar lo que perjudicaba a los intereses nacionales tanto en política exterior (libre navegación de los barcos en alta mar) como interior (no reconocimiento de la república de esclavos) y mantenía sus políticas de asfixia contra Haití. Sus ataques a Haití persistieron en tanto que la esclavitud persistió. A pesar de todo, en 1820 el comercio norteamericano con Haití revivió, pero el no reconocimiento del país persistirá hasta 1863, año en el que se produce la secesión de los estados sureños.

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APÉNDICES Y ANEXOS

7.4.2.

La deuda impuesta francesa

“La victoria de los haitianos horrorizó a los vecinos esclavistas de la isla los cuales apoyaron las reivindicaciones francesas de enormes reparaciones, aceptadas finalmente en 1825 por la élite al poder en Haití, que reconocieron que estas reparaciones constituían una condición previa a la entrada de la isla en el mercado mundial. El resultado se traduce en decenios de dominación francesa de las finanzas de Haití con un efecto catastrófico sobre la frágil economía de la nueva nación… EEUU fue la última gran potencia en insistir en que Haití quedara marginada de las naciones y solo la reconocieron en 1862” (Chomsky, 2006). El 1 de enero de 1804 dejo a Haití con grandes tareas a enfrentar: (i) estaba virtualmente arruinada, (ii) pocas más de 350.000 personas sobrevivieron a la revolución; y a esto habría que sumar que (iii) su riqueza -el cultivo de azúcar, café, especias e índigo- estaba físicamente en ruinas después de que la mayoría de las plantaciones se hubiesen quemado o asolado, (iv) la población haitiana estaba poblada por recién liberados campesinos que no querían trabajar para nadie y estaban esperando obtener su propia tierra, y por si fuera poco (v) la comunidad internacional era grandemente hostil hacia esta nación de antiguos esclavos80 ya que la revolución de la servidumbre haitiana era un temerario modelo para estas naciones. A pesar de los esfuerzos de los primeros líderes (Dessalines y Cristophe) por mantener el nivel de producción de la isla y continuar con los intercambios comerciales tan importantes habidos hasta la fecha para desarrollar una economía fuerte que -aunque al margen de la “legalidad internacional”- empezaba a dar sus frutos, los mandatarios haitianos se iban a enfrentar al golpe de retribución francés que hipotecó el futuro de los haitianos -hasta más de 10 generaciones posteriores-, y del que aun hoy no ha podido levantarse. El Tratado de Viena de 1815 ratificó la repartición y delimitación de fronteras especificados en el Tratado de París del año anterior, que las potencias europeas, tras la derrota de Napoleón I y la consiguiente restauración de la monarquía de los Borbones en Francia, imponían al país galo. Francia defendió al máximo sus intereses para que, al menos, las fronteras se restablecieran tal y como existían antes de la Revolución Francesa en 1789, para perder lo menos posible ante sus potencias rivales. La concesión de la parte francesa de la isla de Saint-Domingue, aunque ya independiente desde hacía más de una década, aparecía en el documento como muestra del desprecio internacional hacia la “colonia rebelde e insumisa” que las potencias, en su mayoría esclavistas y racistas, se negaban a reconocer como Estado independiente (Portillo, 2011). Por su parte, Francia, ante el volumen de comercio de contrabando que esas mismas potencias rivales realizaban con el joven Estado, exigía un respeto internacional a la asfixia económica que el Imperio francés había decretado contra la ex colonia a la espera

En esos momentos EEUU, Francia, Inglaterra y España eran naciones donde la esclavitud estaba normalizada, legislada y regulada en todos sus territorios. 80

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APÉNDICES Y ANEXOS de poder reconquistar sus tierras (Matthewson, 1996). Esa asfixia deseada81, aunque apoyada y reforzada por los americanos con el embargo de Jefferson de 1809, una década después perdía su fuerza, ante la carrera de las potencias por la hegemonía comercial en las Américas. Inglaterra, desde el inicio de la república haitiana, aunque no reconocía la independencia del nuevo Estado, instaló a sus comerciantes en los puertos comerciales de la isla y “lejos de facilitar la eventual retoma de la posesión francesa, animaban más bien la franco-fobia nacida en Haití a la colonización y a los horrores de la guerra colonial. Los comerciantes ingleses hacían muy buenos negocios con Haití, y la marina inglesa hacía visitas de cortesía en los puertos de Saint-Domingue. Por su parte, el gobierno haitiano favorecía el comercio inglés, reduciendo a la mitad los derechos aduaneros de entrada de la mercancía y de la flota inglesa en Haití. Así recompensaba a Inglaterra por no haberse entrometido en la operación de sofoco económico del nuevo Estado decretado con el Tratado de París de 1814” (Joachim, 1975). En Francia, las crisis económicas82 de sucedían una tras de otra y los banqueros, acreedores y comerciantes empezaban a considerar como única solución a sus problemas una regularización de sus relaciones con la excolonia. Mientras Francia se negaba a entablar oficialmente relaciones diplomáticas con Haití, los otras potencias se beneficiaban con el comercio de los productos allí producidos; productos que acaban comprando a estas otras potencias (cacao a Portugal y Gran Bretaña, algodón y lana a Inglaterra y Turquía, tabaco a EEUU y Gran Bretaña,…) los cuales recibían anteriormente directamente de la colonia con su antiguo régimen de “exclusif”. Los antiguos colonos eran perseguidos por los acreedores y veían como único remedio a sus males –tras aceptar la imposibilidad de la recuperación de “sus bienes y tierras”- el concepto de indemnización económica83. Los rumores falsos de una cuantiosa suma de dinero acumulada por los regentes del norte de Haití alimentaban las esperanzas de recuperación, tanto de éstos como de los agentes de la alta banca francesa, que ya especulaban con las importantes consecuencias que tendría el impulso de la economía con un capital de tal calibre (se estableció el mito de que las arcas haitianas tenían un tesoro de 234 millones de francos). ”El gran concepto de libertad de comercio estaba en auge. Se debían tomar medidas que permitieran el libre acceso al almacén de Haití, hasta ahora vetado. Al final, los intereses financieros y los intereses comerciales se ponían de acuerdo admirablemente para exigir el reconocimiento de la independencia haitiana” (Joachim, 1975). Pero tanto los ex colonos como la alta banca no

La expansión de la miseria a todo el país en su conjunto fue garantizada por el aislamiento de la arruinada economía haitiana en las décadas siguientes a la independencia por parte de Francia (Hallward, 2004). 82 La producción industrial francesa al principio del S.XIX no aumentó a un ritmo satisfactorio, en comparación con Inglaterra. Según la estadística francesa, el comercio exterior sufrió una bajada continuada entre 1820 y 1823, y en 1824 ni siquiera pudo retornar a los números de 1820 (Joachim, 1975). 83 Entre 1806-1814 las relaciones entre Haití y Francia son suspendidas, pero a partir de 1814, varias misiones diplomáticas francesas se suceden. Medina –el emisario francés enviado a Henri Cristophe- es ejecutado en tierras haitianas, y hasta el fin de su reinado (1820) el rey del norte no negociará nunca ninguna indemnización financiera o ventaja comercial alguna con la antigua metrópoli (Perchellet, 2010). Sin embargo J.P. Boyer, dirigente mulato en el sur, asediado por el bloqueo y por las dificultades económicas, decidió reestablecer negociaciones con Francia para lograr el reconocimiento de la independencia del país (Martínez P. ,2011). 81

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APÉNDICES Y ANEXOS querían afrontar la realidad del joven Estado: con las reformas estructurales agrarias84 encaminadas a desviar la producción agraria de exportación hacia una economía más interna de autosuficiencia, y con el sofoco internacional comercial se podía constatar que las importaciones haitianas de azúcar pasaron de 140 millones de libras en 1789, a 5 millones en 1818, a 2.5 millones en 1820 y a únicamente 590 libras en 1824, a las vísperas del reconocimiento francés de 1825 (Joachim, 1975). Con todo, las clases oligarcas mulatas haitianas -en torno al entonces presidente JeanPierre Boyer- deseaban ver una legitimación de su recién adquirido poder por parte de la ex metrópoli a toda costa y cuanto antes, ante el temor de una revolución popular de las masas populares que querían ver expandidos los derechos adquiridos tras la revolución. Tras una década de negociaciones fallidas entre los representantes de los dos países, poco a poco fueron pesando las condiciones de Francia en las bases de un posible reconocimiento oficial: una indemnización a los antiguos colonos y unos privilegios comerciales con la ex metrópoli en posición ventajosa frente a las otras potencias85. Los infundados temores de una posible reconquista de la isla por parte de Francia si no se aceptaban los términos –infundada, ya que el imperio estaba arruinado y necesitaba desesperadamente entrar en la competencia de los mercados del Nuevo Mundo- y el desprecio percibido por los haitianos al no ser incluidos en la lista de países americanos que iban a ser reconocidos por Gran Bretaña en el comunicado de enero de 1825, hicieron que Boyer viera en la oferta86 francesa de reconocimiento a cambio de una indemnización87 de 150 millones de francos, en abril de ese mismo año, como una Las clases dirigentes no pudieron restaurar la economía de plantación dirigida al mercado exterior y a la exportación. Este modelo económico, fundado en la época colonial, en grandes unidades de producción (plantaciones) era una abominación para los agricultores los cuales veían en estas unidades el símbolo de su antigua esclavitud. Éstos solo estaban interesados en los huertos de víveres para el consumo que les proporcionaban lo suficiente para su subsistencia. Todo esfuerzo realizado en el S. XIX para promover un cierto desarrollo industrial en el país fracasó. Dos causas explican este fracaso: el peso de la dependencia con respecto al mercado mundial y la inestabilidad política (Etienne, 2005). 85 “Todas las naciones podían mantener libremente intercambios comerciales con Haití, excepto los franceses. Los haitianos recibían a todas las banderas en amistad, pero las flotas francesas no se toleraban” (Joachim, 1975). 86 Firmado por el rey Carlos X el 17 de abril de 1825, y ratificado por el Senado haitiano el 11 de julio del mismo año, este mandato fue la primera mancha de aceite en el acto de la independencia haitiana. El enviado especial del rey, el barón de Mackau, acompañado de una verdadera flota de guerra (14 navíos), tenía la misión de hacerlo aceptar, de lo contrario Haití sería tratada como enemiga y sujeta a un bloqueo impenetrable. También, de un plumazo y de forma amenazante, Francia quiso detener el sacrificio de los valerosos de 1804, y de golpe hipotecar una independencia adquirida al precio de sangre. En 1831, el mandato fue revisado a través de un tratado y la indemnización de 150 millones de francos fue reducida a 90 millones. Este mandato denigrante, desde ese momento, empujo a Haití al fracaso haciendo de ese modo que perdiera la oportunidad de convertirse en una nación respetada con una economía envidiada (Haiti-Reference, 2004) 87 Carlos X había declarado en privado que promulgó la ordenanza del 17 de abril de 1825 “sobre todo en favor de la clase más desafortunada y la más inocente de sus desdichas”. Esta perifrasi designaba a los antiguos colonos de Saint-Domingue. En aquel entonces, la apelación de “colonos de Saint-Domingue” abarcaba muchas cosas. No solamente a los rescatados de la revolución haitiana repatriados a Francia – cuyo número no debía sobrepasar las 8.000 personas según la estimación del Comité de los colonos presente en 1804-, se denominaba también a todas las personas que, en caso de indemnización o reconquista, a cualquier título tendrían un derecho a ejercer en una porción del suelo o sobre un habitante de la antigua Saint-Domingue,… en fin toda persona con una relación con la antigua colonia por muy lejana que esta fuera: antiguos propietarios, funcionarios coloniales, viudas, hijos y nietos, hermanos, hermanas y primos, sobrinos, aliados, herederos, donantes,… Y después de todos estos, los acreedores. 84

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APÉNDICES Y ANEXOS “victoria del pueblo haitiano”. Los americanos e ingleses, molestos por ver a los franceses reconquistar con tan buen provecho la posición privilegiada de antaño, no se privaron de burlarse del gobierno que pagaba tan caro el reconocimiento de una soberanía nacional incontestable que ya tenía (Joachim, 1975). La indemnización representaba para Haití 5 veces el valor medio anual de sus exportaciones, y aunque después de muchas peripecias Haití suprimía los privilegios comerciales otorgados a Francia en 1830, la deuda se confirmaba para 1838 para una suma reducida a 90 millones de francos: suma aún muy difícil de soportar para el presupuesto de este pequeño Estado. Al final, la normalización efectuada en 1825 abría una brecha en la Independencia haitiana. El joven Estado perdía dignidad y capacidad de construir normalmente las bases materiales para su desarrollo nacional que su gobierno creía ganar en seguridad. Francia iba a ejercer sobre la nación una dominación financiera exclusiva y una dominación comercial compartida hasta la intervención militar de los EEUU y hasta la neo colonización por parte de esa potencia al principio del S. XX. (Joachim, 1975). La indemnización de los 150 millones de francos obligó al gobierno de Boyer a pedir un empréstito a un banco francés para afrontar los primeros pagos88. Nacía así la doble deuda externa de Haití, el altísimo precio que el Estado de afrodescendientes tuvo que pagar para ser reconocido como tal en la arena internacional. Precio que, sin embargo, no alcanzó para que Haití participara del Congreso de Panamá89 de 1826, del cual fue excluido a pedido expreso de EEUU (Martínez P., 2011). Los autores Peter Hallward y Florent Bonaventure asienten y confirman nuestra hipótesis de trabajo: la imposición del rescate francés al Estado Haitiano fue un factor clave para explicar el impedimento del despegue de su economía: “Ante la casi bancarrota del país haitiano, Francia “cedió” y redujo finalmente la deuda en 90 millones de francos a devolver en 30 años gracias a los derechos de aduana retenidas sobre las exportaciones. Con este préstamo, una espiral de endeudamiento se pone en marcha que somete a la isla a las finanzas de la metrópoli. Asociados a los problemas políticos internos y a los estragos de la mono producción cafetera (la cual aumentó su dependencia al mercado mundial), estos hándicaps

Estos 8.000 rescatados de 1820 se convirtieron en 1838 en 20.000 familias. En 1833 se designan oficialmente 25.838 aspirantes a la indemnización colonial de Haití. Una petición del 3 de mayo de ese mismo año hace alusión a una cifra de 100.000 interesados. Estas familias estaban repartidas por toda Francia (Joachim, 1975). 88 Para finales del S.XIX los pagos de Haití efectuados a Francia consumían alrededor del 80% del presupuesto nacional; Francia recibía la última entrega en 1947. Los haitianos tuvieron así que pagar a sus opresores de origen 3 veces – a través del trabajo inicial de los esclavos, a través de compensaciones por las pérdidas “ocasionadas” a los franceses con la liberación de esta mano de obra, y con los intereses del pago de esta compensación. No existe ningún otro único factor que jugara un rol tan importante en el establecimiento de un país endeudado sistemáticamente; una condición que a su vez justificó una larga serie de debilitamientos y apropiaciones a punto de pistola (Hallward, 2004). 89 “Asamblea diplomática celebrada en la ciudad de Panamá en 1826 convocada por el libertador venezolano Simón Bolívar con el objetivo de buscar la unión o confederación de las Estados de América, en un proyecto de unificación continental” (Wikipedia – Congreso de Panamá).

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APÉNDICES Y ANEXOS estructurales contribuyen a explicar la ausencia de despegue de la economía de Haití durante el S. XIX” (Bonaventure, 2009).

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APÉNDICES Y ANEXOS

8. EVOLUCIÓN ESTABLECIDOS

DE

LOS

TRES

CONDICIONANTES

Una vez expuestos los antecedentes históricos de una forma detallada, en esta segunda parte de nuestro estudio vamos a retomar los objetivos planteados, a saber, cómo los tres requisitos indispensables para la expansión y desarrollo del país -según los modelos teóricos de desarrollo económico- evolucionaron en la República de Haití en los primeros 100 años a partir de la declaración de su independencia: (i) Inversión productiva – PIB, (ii) comercio internacional, y (iii) préstamos adquiridos.

8.1. EVOLUCION DEL PIB Haremos un recorrido a través de los distintos marcos temporales en los que los historiadores dividen la historia de Haití, para enumerar los principales bienes (y servicios) producidos, y los distintos sistemas económicos implantados para producirlos, y así valorar el capital disponible y producido en este particular territorio. No entraremos en cifras y detalles en esta sección; realizaremos únicamente una descripción de los productos y los sistemas de producción para evitar ser repetitivos, ya que en la siguiente sección de comercialización se especificarán las cifras correspondientes.

8.1.1. Histórico de la economía nacional: productos clave de producción y exportación Periodo Precolombino Antes de 1492, con la isla en estado virgen y repleta de recursos naturales, la producción primaria se limitaba a las necesidades de sus habitantes en un equilibrio sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Entre los productos más valiosos (para nuestra cultura occidental) se encontraba el oro, del que los colonizadores daban testimonio de su abundancia en sus cartas. Al parecer, los Arawaks explotaban el oro rivereño recogiendo las pepitas de oro en los lechos de los ríos (BME, 1999), pero la historia desveló que las reservas de oro eran más limitadas de lo que se creyó en un principio. Podríamos decir que, antes de la llegada de los conquistadores, los Taínos y Arawaks supieron conservar sus reservas y capital intactos por milenios y generaciones,… una suntuosa cesta que iba a ser vaciada en los 5 siglos posteriores a manos de sociedades foráneas y ajenas a la relación simbiótica entre hombre y natura. Periodo colonial español Con la irrupción de los españoles entramos en el periodo colonial de la isla caribeña, en el que se adoptarán dos sistemas económicos coloniales sucesivos: la colonia de conquista con los españoles y, posteriormente, la colonia de plantación de los franceses, de peculiaridades similares pero con características económicas, étnicas y culturales muy TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS particulares. Según la clasificación90 de Chantal Berthelot (Berthelot, 2003) las colonias de conquista, nacidas a partir de la sumisión militar de un pueblo autóctono por parte de una metrópoli, generaban sociedades fundadas en relaciones conflictivas entre las diferentes etnias componentes… lo que se reflejó en la Ayití colombina. Tras la llegada de los españoles, todas las provincias de la isla – ahora convertidas en la Hispaniola- debían pagar a los “nuevos dueños” un tributo anual de algodón, de víveres o de granos de oro. Serán la agricultura y la explotación minera las que constituirán las mayores canteras de producción de la colonia. Durante este periodo la explotación de las minas de oro hicieron fortuna en la colonia y en la corona española. Desgraciadamente el precioso metal entró en declive desde 1512, y para 1545 las minas ya se habían agotado, con el agravante de que los indios perecían cada vez más rápido (BME, 1999). En cuanto a la producción agrícola, serán los españoles los que introducirán la planta de azúcar en 1492. Aunque los españoles estaban interesados únicamente en el oro, el azúcar hace tímidamente su aparición como producto estelar desde 1506. Su producción fue posible gracias a la presencia de animales cuadrúpedos trasladados desde el viejo continente. El capital necesario para la producción en masa de este producto estaba disponible en mano de los funcionarios, los cuales atraídos por la perspectiva de los beneficios que sacaron con el oro de las Antillas, podían ahora disponer de préstamos del Estado (Saint-Louis, 2004). Al final, como los españoles no estaban dispuestos ni a cultivar la tierra ni a trabajar en las minas, todos estos factores contribuyeron a la rápida decadencia de la Hispaniola (BME, 1999), y al prácticamente abandono de la misma. Periodo colonial francés Si la base de la economía original de la colonia bajo el dominio de los españoles fue las plantaciones de azúcar y las explotaciones mineras, los nuevos colonos se van a centrar en la agricultura. Los franceses continuaron con la economía del azúcar e introdujeron el café. También había otros cultivos como el algodón y el cacao para el chocolate, pero el azúcar y el café eran los más importantes. Durante el periodo francés, el sistema de plantaciones basado sobre el trabajo forzado hizo que Haití fuera una operación enormemente rentable. La economía haitiana estaba en directa competencia con la región Nord-este de Brasil el cual había sido previamente la fuente principal de azúcar para Europa (Watkins, 2003). Las colonias de plantación esclavistas características de la época colonial francesa del S. XVII, al igual que las colonias de conquista -resultado de la confrontación y la sumisión-, 90

Han existido tres grandes tipos de colonias: (i) Las colonias de conquista -colonias africanas, latinoamericanas, asiáticas, neo-caledonesias o polinesias -, (ii) las colonias de plantaciones, y (iii) las colonias de población - resultado de la transferencia de una parte de la población metropolitana hacia un nuevo territorio poco habitado, generando sociedades en principio no muy diferentes de las de la metrópoli (Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda,…) (Berthelot, 2003). Este último tipo no son sujeto de nuestro estudio, al no aplicar en nuestro caso.

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APÉNDICES Y ANEXOS van a generar sociedades donde las relaciones humanas son tensas dentro de este sistema económico opresor piramidal y clasista… pero muy productivo. Como explica C. Berthelot en su informe presentado al Consejo Económico Francés el propósito de estas colonias era exclusivamente el satisfacer las necesidades de la metrópoli con productos exóticos -especialmente azúcar- basándose en una unidad de producción (la plantación) cuya organización respondía enteramente a la consecución de ese objetivo. La colonia importa su capital, el know-how y los insumos; ella exporta sus productos en exclusividad a las colonias (Berthelot, 2003). Sin embargo en este último punto divergimos de la opinión de Berthelot. El autor nos quiere hacer ver que había un intercambio equitativo y simbiótico entre la colonia y la metrópoli, lo que no era el caso. El capital no se invertía en las colonias, sino que salía de ellas, y por otro lado, el Know-how venido de Francia era celosamente guardado entre sus ciudadanos, excluyendo al resto de los otros grupos que conformaban la sociedad haitiana (de ahí que Dessalines decidiera salvaguardar los médicos y especialistas blancos de la masacre de 1806). Desgraciadamente en el caso de Saint-Domingue no había habido ninguna transferencia de conocimientos entre la metrópoli y la colonia en busca de un desarrollo de la última, ya que eso iría en contra de todo principio de rentabilidad económica: el capital extraído es únicamente para la metrópoli y su beneficio, toda inversión fuera del continente constituía el fortalecimiento de una posible competencia fuera de las fronteras de la república Francesa. Tanto es así que la rentabilidad del sistema de las plantaciones en Saint-Domingue, celosamente promovida, hizo también fortunas en Francia. Recordemos que la colonia se convierte en la primera productora mundial de azúcar (80.000 t/año) y de café (40.000 t/año) lo que tenía un fiel reflejo en la gran mayoría de la población de la isla: una desproporcionada mano de obra esclavizada “necesaria” para la producción de tales cantidades. Será también durante este periodo donde se dará la aparición de la élite, fruto del sistema implantado, la cual se encargará de producir lo “servicios” y contribuir al PIB del territorio. La especialización económica de las plantaciones y la generalización del funcionamiento en la colonia conllevan lógicamente un nivel muy bajo de los intercambios comerciales entre las plantaciones dentro de la misma colonia. La dependencia de la plantación en relación al exterior va a favorecer la creación de una actividad comercial importación-exportación intermediaria entre el agricultor y el industrial metropolitano. Estos comerciantes aseguraban tanto el aprovisionamiento de la plantación en insumos y bienes de consumo, como la exportación de los productos, y rápidamente disfrutaron de una situación económica privilegiada que permite la acumulación de los beneficios y de capital (Berthelot, 2003). Este periodo verá un incremento espectacular de su producción y capital, pero en detrimento de los recursos naturales existentes al utilizar técnicas de explotación masivas dejando una huella ecológica imposible de asumir por las generaciones futuras. En la colonia de Saint-Domingue el azúcar es el cultivo noble y el café es el más común. El azúcar necesitará grandes extensiones de tierra en las planicies, en cambio, el café se acomodaba muy bien en las montañas, por lo que la tala de los bosques empezó de TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS manera indiscriminada para la explotación masiva de las tierras. “Tras haber estado estrechamente ligado a la Trata y a la esclavitud, el cultivo noble del azúcar será justamente acusado durante la revolución de la libertad que dará a luz a la República de Haití, el primer Estado negro del Nuevo Mundo. Esta mercancía será sacrificada en la priorización a los alimentos de subsistencia. Sus acusadores no sabían que durante su trayecto [histórico], el azúcar fue llevado por [la tutela d] el progreso técnico, por no decir científico, para satisfacer las exigencias de la competencia en el mercado [internacional]. ¿No fue éste un olvido fatal para el proyecto emancipador [de la nueva República]?” (Saint-Louis, 2004) De hecho será esta industria azucarera y el procesado de la materia prima en la metrópoli la que permitirá la revolución industrial en Francia a partir de 1840. La industria azucarera no podrá desarrollarse en Haití por el rechazo y progresivo abandono que sufrió su explotación desde la revolución, como menciona Saint-Louis, pero también porque la industria y el knowhow nunca fueron ni implantados ni transferidos a la colonia. Periodo nacional En 1780, cerca del 40% de todo el azúcar importado por Gran Bretaña y Francia, y 60% de todo el café mundial provenía de la pequeña colonia de Saint-Domingue. Pero tras la independencia las cosas cambiaron. Durante los primeros años de la etapa nacional, a principios de 1800, la cohesión, autonomía y finanzas de Haití permanecían en un estado precario. La nueva “República negra” estaba aislada diplomática y económicamente, y se enfrentaba a la amenaza constante de intervenciones de potencias extranjeras. Tras la independencia hubo tentativas para mantener la agricultura de plantación de gran escala de la época colonial pero esos esfuerzos estaban condenados al fracaso. (Watkins, 2003). Hubo una gran lucha entre las clases dominantes y los dirigentes que querían establecer una economía de plantaciones centrada en la gran propiedad y produciendo cultivos de exportación [a la vieja usanza de la colonia francesa] y una masa campesina cuyo objetivo era el tener una pequeña explotación, producir alimentos para sobrevivir y adquirir los otros productos de primera necesidad a través de los intercambios comerciales de sus víveres agrícolas91. Desde ese momento se estableció la contradicción fundamental entre las dos visiones de desarrollo económico de Haití que perduran aun hoy en nuestros días: por un lado, el capitalismo agrario y comercial, y por el otro la pequeña producción de mercancías (Mathurin y Bayard 2008). La tierra se distribuyó entre granjas de pequeña escala que solo consagraban una pequeña parte de sus recursos a la plantación del azúcar y el café. Normalmente el rendimiento de los cultivos se consumía a escala doméstica y solo una fracción se dedicaba a los productos estrella de importación del momento.

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El sistema de plantaciones –el motor de la economía haitiana- se encontraba en ruinas tras años de conflictos bélicos. A pesar del igualitarismo predicado por el nuevo régimen revolucionario, la sociedad haitiana continuaba siendo jerárquica, con grandes disparidades en cuanto a riqueza entre los mulatos libertos y los negros recién emancipados. Después de la salida de la mayoría de los colonos franceses, la minoría mulata ocupó su puesto como la nueva élite en el seno de la sociedad haitiana. Los campesinos en el medio rural resistieron a los esfuerzos de los propietarios mulatos para reimplantar las plantaciones de azúcar, prefiriendo en su lugar el trabajar la tierra de forma independiente (FRD, 2006).

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APÉNDICES Y ANEXOS

Después de los fracasos de los años 1807-1820 de las tentativas de las élites de la nueva República para imponer al campesinado –los nuevos libertos- las condiciones de trabajadores agrícolas o de siervos sobre las grandes plantaciones, el hiato evolucionará hacia una cohabitación bajo tensión y compartimentada: los campesinos en sus pequeñas parcelas en las montañas, los grandes propietarios en sus plantaciones en las planicies y los comerciantes de la importación – exportación sobre las costas marítimas. La cuestión agraria, tanto en términos de estructura como de cuadro jurídico, va a abandonarse en una especie de “laissez-faire” y ninguno de los tres protagonistas nunca tendrá la seguridad de la tenencia de su propiedad. La captación de los excedentes agrícolas de los pequeños agricultores ha supuesto la baza principal de esta lucha que continua en la actualidad en diversas formas92 (Mathurin y Bayard, 2008). Sin embargo, en medio de esta lucha interna nacional para establecer la estrategia principal de desarrollo para la debilitada nación, el golpe de gracia de la indemnización vino para posicionar los 3 enfoques en diámetros opuestos y romper la cuerda de la que todos estaban tirando. Aunque la indemnización aceptada por el presidente Boyer en 1825 ayudó a asegurar la independencia política de Haití, impuso una carga económica aplastante que pesó enormemente en las generaciones futuras. Durante el siglo XIX, ni la sucesión de presidentes que abolían y cambiaban la constitución a voluntad, ni la indemnización de Francia que arrastró y hundió hasta niveles insospechados la economía haitiana, ayudaron a levantar el país (FRD, 2006). La informalidad de la gestión de las tierras93 (continua subdivisión, posesión sin actas notariales, fermage y métayage como sistemas arrendatarios de las tierras,…) no animaron a las inversiones territoriales y a la protección del suelo. Al contrario, estas situaciones perpetuaron la sobreexplotación y a la deforestación con sus efectos negativos sobre la conservación de los suelos. Los datos hablan por sí solos:

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“Después de 5 generaciones, la mayoría de las experiencias de las grandes plantaciones se ha saldado con un amargo fracaso; la debilidad de las leyes sobre la cuestión agro-territorial va a dar lugar a la fragmentación excesiva tanto de la gran como la pequeña propiedad. El sistema agrario instalado quasi de facto en los años 1820-1830 donde el país contaba con 500.000 habitantes pudo funcionar al permitir a los agricultores vivir de sus propias parcelas y a los grandes propietarios –especuladores de los víverescompartir con los comerciantes de la importación-exportación los beneficios sacados de los intercambios comerciales con el campesinado. Este sistema se mantuvo también gracias a la protección del Estado haitiano el cual también gravaba de impuestos los productos de exportación y los productos importados para garantizar esta cohabitación asimétrica. En los años 1950-1960, bajo la presión de más de 2,5 millones de habitantes, el sistema agrario se fisuró. Desde entonces, la problemática agraria y territorial se ha convertido en un verdadero desastre para el Estado haitiano ante el aumento de los conflictos violentos territoriales. Aun hoy, la cuestión agraria representa uno de los hándicaps más importantes para el desarrollo agrícola e industrial del país.” (Mathurin y Bayard, 2008) 93 Ya desde 1833, Louis Joseph Janvier, basado en las observaciones de la realidad del medio rural predijo las perspectivas dolorosas del futuro del país: “la estructura agraria, el fortalecimiento del latifundismo condenan a Haití a tener el mismo destino que Irlanda. Ser un mortero de fundición con campesinos explotados dentro”; pero las élites haitianas no se preocuparon a penas de esta crisis anunciada (Mathurin y Bayard, 2008).

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APÉNDICES Y ANEXOS Tabla. Evolución de la deforestación de Haití de 1492 a 2006 Año 1492 1791 1945 1986 2000 % de cobertura forestal 95% 50% 21% 4% 2%

2006 1.5%

Fuente: « Etat des lieux de la sécurité alimentaire en Haïti » (Mathurin y Bayard, 2008)

Como vemos, la historia de la deforestación de Haití no es obra única de su campesinado. El proceso comienza con el “aclarado” por parte de los colonos españoles de las planicies para el cultivo de los cereales y continua con los franceses, los cuales, además de las grandes plantaciones de índigo, tabaco, azúcar y algodón en las planicies, liquidaron bosques vírgenes en las montañas para instalar sus explotaciones cafeteras y para su explotación de madera preciada. Pero además, el 30% perdido durante los primeros 150 años de la república también pueden aquejarse a la deuda francesa. Al principio del periodo nacional, el Estado promovía las talas masivas de madera maciza y madera tintórea las cuales continuaron durante casi un siglo. Los ingresos de la exportación de esta madera preciosa servían para pagar la indemnización del Estado haitiano a Francia y constituía una especie de “tapadera” para asegurar la paz social. Una vez las reservas madereras empezaron a escasear se planteó de nuevo la extracción minera como alternativa desesperada para pagar la pesada deuda y el 28 de noviembre de 1860 la primera ley minera aparece con la presidencia de Nicolas GEFFRARD, y hasta finales de siglo se hacen pequeñas concesiones para la prospección del territorio norteño con descubrimientos intermitentes de yacimientos de cobre. Y es en este momento cuando los EEUU hacen su irrupción abrupta en el territorio. Durante la mayor parte del S.XIX, los EEUU mantuvieron relaciones distantes con Haití. El gobierno norteamericano retuvo el reconocimiento de Haití hasta 1862, cuando la necesidad de tiempos de guerra obligó a hacerlo para establecer relaciones cordiales con la nación del Caribe tan estratégica. A principios del S.XX la inestabilidad crónica de Haití, sus finanzas precarias y la amenaza de una invasión europea provocaron numerosas intervenciones breves por parte de la marina de los EEUU. Hasta que en julio de 1915 el asesinato del presidente Vilbrun Guillaume dio la excusa perfecta para una invasión definitiva… (FRD, 2006). Los intereses estadounidenses en la isla estaban en juego, no solo la posición estratégica en el Caribe y la crecida influencia alemana en Haití en los albores de la primera Guerra Mundial, los intereses económicos pesaban tanto o más que los políticos de los cuales un ejemplo podría ser la compañía “Hayti Mines Company” establecida en 1910 con base en Nueva York, la cual tomará el control de la compañía predecesora explotando los yacimientos de cobre en la isla. Sus trabajos de extracción se paralizarán 10 años después tras la extracción de alrededor de 436 toneladas de mineral de Cobre (BME, 1999). Por otra parte, los EEUU también contribuyeron a la reducción de la cobertura vegetal durante los primeros decenios del S.XX ya que durante la primera guerra mundial las empresas estadounidenses eliminaron sistemáticamente bosques para cultivar el sisal y el caucho, materias primas necesarias para fabricar artículos de la economía bélica (Mathurin y Bayard, 2008).

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APÉNDICES Y ANEXOS A modo resumen, E. Mathurin y B. Bayard, en su informe de valoración de la seguridad alimentaria en Haití (Mathurin y Bayard, 2008), proporcionan una buena distinción de etapas94 en la evolución del país desde 1804 hasta nuestros días, considerando el binomio económico dominante/dominado: (a) 1804-1915: promoción de las exportaciones agrícolas tradicionales (café y madera) /desarrollo de cultivos de subsistencia. (b) 1915-1967: Promoción de exportaciones agro-industriales y minerales (sisal, azúcar, bauxita) / extensión de los cultivos de subsistencia (maíz, arroz, alubias). (c) 1967-1994: Promoción de exportaciones industriales y turísticas / desarrollo del comercio informal y continuación de los cultivos de subsistencia. El modo de inserción marginalizada de los Haití en la economía mundial, desde su revolución anti-colonialista y anti-esclavista hasta nuestros días, sumada a las actitudes negativas de las élites económicas y políticas en relación al bien público así como a la sociedad haitiana nunca ha permitido una cierta acumulación interna a nivel de país como la que ha ocurrido en otros países de Latino américa. De una dependencia comercial y financiera de las potencia europeas de 1825 a 1915 –principalmente Francia- Haití ha pasado desde entonces a nuestros días a estar bajo la influencia [y dictadura] de la potencia de los Estados Unidos. La forma en que Haití va a resolver su soberanía externa en los años 1825 -1862 le lleva a sacrificar su soberanía interna y desde entonces el Estado se apropia de las características siguientes: (i)Un Estado depredador, preocupándose únicamente de los intereses de la oligarquía y del exterior actuando a menudo en contra de la nación. (ii)Modalidades de toma y mantenimiento del poder basadas siempre en la violencia. (iii)La sub-administración, asegurando la prestación de servicios únicamente a una minoría y en espacios restringidos del país. (iv)La híper-centralización del poder en el seno del ejecutivo sentado en la capital de Puerto-Príncipe. (v)En fin, la ineficiencia del Estado en sus funciones primordiales.

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Las tres etapas usan como hitos la declaración de independencia en 1804, la ocupación militar estadounidense de la isla en 1915, la muerte del dictador Papa Doc (Duvalier) en 1967 y la toma del poder del primer presidente elegido democráticamente, Aristide en 1994.

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APÉNDICES Y ANEXOS

8.1.2. Dependencia importados

nacional

actual:

productos

clave

“Jean-Bertrand Aristide, aparte de sus intentos por aumentar el salario mínimo y de otras medidas sociales para la mayoría de los haitianos que vivían en la pobreza extrema, Aristide planeaba nacionalizar los recursos de su país, un paso que significaría más dinero para los haitianos y menos para las multinacionales. Un mes después, Aristide fue derrocado en nombre de la “comunidad internacional” en un golpe de Estado orquestado por EEUU, Francia y Canadá. Hoy la “comunidad internacional” vuelve a gobernar Haití, al estilo colonial” (Lévesque, 2013). Algunos de los economistas de la actualidad caracterizan a la economía haitiana en el S.XXI del siguiente modo: La economía haitiana sigue siendo la menos desarrollada del hemisferio occidental. El potencial existente para el crecimiento económico es impedido por la inestabilidad política, la falta de infraestructuras y la severa deforestación y erosión del terreno (FRD, 2006). Desgraciadamente, uno de los factores que no se enumeran en esta lista –y a menudo se sortea intencionalmente- es la dependencia de los intereses de la comunidad internacional. Durante su dictadura y sobre todo, desde el derrocamiento de los Duvaliers en los años 80, los requisitos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a la hora de conceder los préstamos a la moribunda Haití han pesado mucho. La cura para la desesperada pobreza en Haití del FMI incluía más reducciones de salarios los cuales ya hundieron a la población a niveles de hambruna, privatización del sector estatal, reorientación de la producción doméstica favoreciendo los cultivos comerciales (cash crops) populares en los supermercados norteamericanos y la eliminación de las tarifas de importación. Fueron la última de las tres, la más fácil de implementar, la que tuvo un mayor impacto inmediato. Con la tarifa al arroz fuera del medio –bajada del 50% al 3%Haití, anteriormente autosuficiente en cultivos, fue invadida con el grano subsidiado americano, y la importación de arroz aumento de 7.000 toneladas en 1985 a 220.000 en 2002. Hoy en día el arroz nacional ha casi desaparecido y una secuencia similar eliminó le sector avícola haitiano, costando alrededor de 10.000 empleos (Hallward, 2004). Como resultado de estas y otras relacionadas “reformas” económicas, la producción agrícola cayó del 50% del PIB a finales de los 1970 hasta solo 25% a finales de los 1990. El tener los salarios más bajos del hemisferio ha animado a principalmente compañías americanas o contratistas a contratar a alrededor de 60.000 personas en este sector y a compañías como Kmart o Walt Disney a continuar pagando 11 céntimos la hora para confeccionar pijamas y camisetas. Las compañías se benefician de exenciones de impuestos por al menos 15 años y tienen libertad para repatriar todos los beneficios siendo obligadas a hacer un mínimo de inversión en equipamiento e infraestructura en el país. Lo peor llegó con la privatización de los pocos activos públicos que le quedaban a Haití. TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS Cuando la central azucarera estatal se privatizó en 1987, por ejemplo, fue comprada por una única familia que muy rápidamente la cerró, despidió a su personal y empezó a importar azúcar más barato de los EEUU para venderlo a precios inferiores del mercado doméstico. Al final se convirtió en el exportador azucarero con más beneficios del mundo, y Haití en 1995 importaba 25.000 toneladas de azúcar americano y la mayoría de los campesinos ya no pueden ni siquiera comprarlo (Hallward, 2004). En los otros sectores que apenas habían comenzado a despegar ha ocurrido lo mismo; la producción industrial de pollos y de huevos ha desaparecido prácticamente desde hace dos décadas ante la competencia de los productos importados. La totalidad de las filiales de criaderos sufre de una insuficiencia de infraestructuras de producción, de conservación y de comercialización, pero no ya por la falta de inversión estatal; como en el caso mencionado anteriormente, la privatización de la industria estatal haitiana seguida de su cierre inmediato han contribuido a que el desempleo haga estragos en la sociedad civil. Desafortunadamente con la actual presidencia de Martelly, parece que las cosas continúan en el mismo rumbo. EEUU y el BM simplemente están volviendo a redactar la Constitución de Haití para beneficiar a las compañías mineras. El artículo 36-5 de la Constitución haitiana estipula: “El derecho a la propiedad privada no se extiende a las costas, fuentes, ríos, cursos de agua, minas y canteras. Forman parte del dominio público del Estado”. Está claro que la actual legislación de Haití no permite perforar sin una convención minera firmada. Pero la compañía minera estadounidense Newmont obtuvo una “exención” de la actual legislación de Haití sin siquiera la aprobación de la legislatura títere de Haití. [El presidente de Haití] Martelly lo firmó unilateralmente violando la Constitución de Haití. Para hacerse una idea del alcance de esta maniobra, el dato revelador: solo los recursos mineros de Haití se han calculado en 20.000 millones de dólares. “Inversores estadounidenses y canadienses han gastado más de 30 millones de dólares en los últimos años en perforaciones exploratorias y otras actividades relacionadas con la minería en Haití” (Lévesque, 2013). ¿Y qué del gran parque industrial financiado por los EEUU recientemente inaugurado en el norte del país? El Parque Caracol se promovió como una manera de descentralizar el país y crear potencialmente entre 20.000 y 65.000 empleos. Un año después los resultados están lejos de las expectativas: un año después de que empezara a operar solo trabajan en el parque 1.388 personas. Además, una investigación de Haiti Grassroots Watch (HGW), entre una muestra de trabajadores, concluyó que la mayoría de los agricultores echados de sus terrenos para construir el parque siguen sin tener tierras. El Parque Industrial Caracol ha contribuido a reducir aún más lo que quedaba de agricultura local en Haití, erradicada tras años de una brutal política exterior estadounidense. Como bien señala la experta en Haití Isabeau Doucet “en la década de 1950 la agricultura suponía más del 90% de las exportaciones de Haití; hoy, el 90% de las exportaciones son del sector de la confección, mientras que se importa más de la mitad de la comida del país” (Lévesque, 2013). La realidad es que El producto interior bruto (PIB) anual por habitante es el más bajo de la región: 617€ (DATOS MACRO, 2013). La situación de la agricultura, la cual contribuye más TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS del 21% al PIB, es inquietante. Los resultados tan precarios de la economía se explican en parte por la debilidad y la volatilidad de las inversiones. La tasa de inversiones aunque creciente, sigue siendo deficiente. En el año 2004, los gastos de inversión pública representaban el 21% del total de gastos contra un 78,7% para los gastos corrientes. En el presupuesto del estado para el ejercicio 2014-2015 se proveyeron unos gastos de inversión del orden del 45% del total del presupuesto, de los cuales solo el 30% precederán de la Tesorería del Estado. Pareciera que a el funcionamiento del Estado pesa mucho en la economía haitiana, aun así éste no tiene la capacidad para ejecutar y asumir todas las inversiones previstas. Con todo, ciertas inversiones se han podido realizar en el sector del comercio –sector prioritario de la élite desde la génesis de la República-, sin embargo la agricultura sigue sin recibir el apoyo financiero necesario para su crecimiento y desarrollo. Con un presupuesto del estado del orden del 40% del PIB, y con una dependencia de la ayuda internacional para las inversiones de un 70% (Le Moniteur, 2014) se debe cuestionar la factibilidad y realismo del mismo.

Producto interior Bruto Haití ejercicio 2013 - 2014 Mill HTG Ramas de actividades constantes Agricultura, silvicultura, Crianza y Pesca 3.311G Industrias extractivas 19G Industrias manufacturación 1.201G Electricidad y Agua 70G Edificación y Trabajos Públicos 1.586G Comercio, Restauración y hoteles 4.322G Transportes y Comunicaciones 1.158G Otros servicios comerciales 1.779G Servicios no comerciales 1.705G Rama ficticia -967G Valor añadido bruto total 14.184G Impuestos menos subvenciones de los productos 1.248G Producto interior Bruto 15.432G

Mill €

% PIB

1.324 € 8€ 480 € 28 € 634 € 1.729 € 463 € 712 € 682 € -387 € 5.674 € 499 € 6.173 €

21,5% 0,1% 7,8% 0,5% 10,3% 28,0% 7,5% 11,5% 11,0% -6,3% 91,9% 8,1% 100,0%

Fuente: Instituto Haitiano de Estadística e Informática (IHSI, 2013)

Como se puede ver en la tabla anterior, los sectores que contribuyen menos al PIB (Industrias, Comunicaciones y Transporte) denotan el abandono en el que se encuentra el parque de infraestructuras del país. No se invirtió durante la época de las colonias y tampoco se pudo hacer durante el periodo nacional, y por los mismos motivos: la evasión del capital. El crecimiento global tanto en la industria como en la manufacturación se ha ralentizado debido a una falta de capital de inversión, y esto ha afectado a la población. Además de la alta tasa de desempleo, Haití carece de la mano de obra cualificada necesaria para expandir su economía. La salida de cerebros es masiva, y muchos de los trabajadores capacitados del país dejan el país para encontrar mejores oportunidades en el extranjero. La agitación política ha resultado en la emigración de los trabajadores más valiosos hacia los EEUU y Canadá. Los más de 500.000 haitianos en la ciudad de Nueva York y los más de 400.000 en Miami representan una pérdida de formación y expertise TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS que Haití ha sido incapaz de remplazar (FRD, 2006). Con respecto a la seguridad alimentaria del país, las importaciones de alimentos han visto un aumento bastante rápido a lo largo de los últimos años95 debido a la debilidad de la producción nacional. La dependencia creciente del país con el exterior nos obliga a analizar los riesgos asociados a la capacidad del país para importar productos alimentarios. La exportación de productos agrícolas y no agrícolas constituye la tercera fuente de entrada de divisas en el país, detrás de las transferencias privadas y de la ayuda externa (Mathurin y Bayard, 2008). Hasta los años 80, las importaciones en Haití se mantenían relativamente modestas. A principio de los años 90 empezaron a tomar una dimensión considerable. Con la liberalización de la economía, volúmenes importantes de productos alimentarios, especialmente el arroz, serán importados al país. Este aumento de las importaciones ha hecho aumentar el déficit comercial del país y ha consagrado la dependencia del país con respecto al mercado internacional para satisfacer las necesidades alimentarias de la población. Con todos estos datos confirmando la dependencia total del Estado haitiano a la merced de las potencias del norte, opiniones como las del Señor Alexis Bernadel nos hacen caer de nuestro asombro: “Antes de su independencia en 1804, la república de Haití fue una de las colonias más ricas bajo la Corona Francesa, gracias a su vocación agrícola. Después de su independencia el país permaneció siempre como país basado en la agricultura, sin embargo la república nunca ha tenido momentos de paz desde la consecución de esta independencia. Esto crea un clima de inestabilidad causando la huida de los inversores. La moneda del país se ha literalmente desinflado ante el dólar americano debido a una gran masa monetaria en circulación, promovida por las autoridades de turno. En lugar de encontrar las verdaderas causas de su problema, los haitianos prefieren culpar a los americanos que -según mi opinión- los utilizan como chivo expiatorio, acusándolos de la injerencia en su política interior” (Bernadel, 2005) Desgraciadamente esta esta es la opinión de algunos que han querido culpabilizar a los haitianos de sus luchas internas e incapacidades en lugar de equilibrar la balanza hacia los factores externos incitadores de estas luchas internas. Lo asemejaríamos a la inculpación de los niños por tener caries, eludiendo las responsabilidades de otros adultos que, a escondidas y conscientemente, proveen de manera continua los dulces a éstos, desautorizando las normas de conducta de los propios padres. La visión para la República Haitiana de los primeros padres no era de agrado al resto de las potencias, y éstas hicieron lo posible para que esa visión de futuro se fragmentara, disolviera y acabara por desaparecer en el seno de una sociedad ahogada por sus luchas de supervivencia, y desautorizada en el panorama internacional por la aceptación del pago de una indemnización sofocante e injusta para restituir lo que sangre, sudor y lágrimas habían 95

el 35% de las importaciones de Haití proceden de los EEUU. Otros de los países a los que se recurre a la hora de importar productos son las Antillas holandesas, Malasia y Colombia (FRD, 2006).

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APÉNDICES Y ANEXOS conseguido eliminar: la sumisión de Haití a los intereses ajenos. Destruir la soberanía alimentaria del Sur global es una práctica común utilizada por el Norte global a través de organismos internacionales como el Banco Mundial y el FMI. El objetivo es mantener al Sur dependiente del Norte y crear un mercado para la exportación, engañosamente calificado de “ayuda alimentaria” por la prensa y para ocultar su verdadero propósito: el dumping. La comunidad internacional no está contribuyendo a reconstruir Haití. Está perfeccionando el colonialismo en Haití con sus compañías y utilizando a la población de Haití como mano de obra esclava para disparar sus beneficios. La sorprendente diferencia entre la lentitud de los trabajos de reconstrucción para los haitianos frente al rápido auge de la industria de hoteles de lujo demuestra que en Haití los extranjeros son lo primero. Desgraciadamente, la supremacía blanca y la esclavitud continúan sanas y salvas en la “perla de las Antillas” (Lévesque, 2013).

8.2. EVOLUCION DEL COMERCIO INTERNACIONAL …El bloqueo sufrido por Haití después de declararse independiente y la extorsión de Francia que lo hizo pagar por su libertad, hizo de Haití la primera Cuba. Haití fue aislada al nacer, condenada al ostracismo96 y le fue negado el acceso al comercio, las finanzas y al desarrollo institucional por Francia con el apoyo de otras naciones esclavistas. Los franceses levantaron el bloqueo después de 21 años, extorsionando a Haití para que pagara una "deuda de independencia", por la pérdida de sus "propiedades"… Estados Unidos, retuvo el reconocimiento de Haití como nación durante 58 años. El bloqueo a Cuba tiene ya 48 años97 y sigue la cuenta. El cerco a Cuba fue el castigo por la declaración de Cuba de su independencia económica de Estados Unidos, ya que luego de la ocupación norteamericana de Cuba en 1898, la isla se había convertido en virtual colonia norteamericana. El propósito del bloqueo,… era poner a Cuba de rodillas. Su propósito era eliminar al líder de la Revolución cubana y derrocar su gobierno… a Cuba hay que hacerla pagar un alto precio para enseñar la lección a los otros potenciales rebeldes. Como a Haití en el siglo XIX (Juventud rebelde, 2010).

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En la Grecia antigua, destierro a que se condenaba a los ciudadanos que se consideraban sospechosos o peligrosos para la ciudad. 97 A día de hoy son 53 años, pero a diferencia de Haití, Cuba pudo continuar con su desarrollo económico con la anulación de la deuda que su antigua metrópoli (España) quería imponerle por su independencia, gracias –irónicamente- al apoyo de los EEUU que ocupaban la isla para ese entonces. Afortunadamente para Cuba, este bloqueo verá su fin en este 2015 con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Una vez más, EEUU llega tarde para reconocer lo que el resto de países entablaron hace ya unas décadas.

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APÉNDICES Y ANEXOS En esta sección resumiremos y comentaremos el recorrido histórico que el autor haitiano Alain Turnier hace en su obra “Los EEUU y el mercado haitiano” como complemento a las secciones 7.4.1. y 7.4.2. de este trabajo de investigación. “Los héroes que nos legaron esta tierra… comprendieron que, para responder tanto a las necesidades de guerra como a las de la administración de un país, las relaciones comerciales con países terceros eran ineludibles… Un país no puede evolucionar como un sistema cerrado. Necesita a los otros para asegurarse salidas, consolidar alianzas y adquirir los bienes y servicios que es incapaz de producir por múltiples razones” (Turnier, 1955). Turnier no hace más que confirmar el segundo postulado de la hipótesis de este trabajo, a saber, que uno de las exigencias indispensables para posibilitar el desarrollo económico lo constituye un comercio internacional dinámico y en expansión para conseguir la divisa necesaria para la acumulación de capital. Sin embargo el autor corrobora que la República de Haití siempre ha tenido una situación de déficit comercial crónico desde la independencia del país en el S.XIX hasta nuestros días. Y esto ocurrió por la concentración de esfuerzos en únicamente fortalecer el comercio exterior desatendiendo el comercio y la inversión en el ámbito nacional interno. Los hechos han demostrado ampliamente que el comercio no puede en ningún caso desembocar en un pleno empleo, cuestionando así la concentración de los esfuerzos en la comercialización de la mayoría de los gobiernos haitianos y su constante negligencia de los sectores agrario e industrial. El autor concluirá que la industrialización es la clave del desarrollo económico tal y como ha demostrado los EEUU al inicio del siglo pasado y hoy China y otros potencias económicas de ayer y hoy. En esta sección, a diferencia de la anterior, solo nos centraremos a analizar la actividad comercial existente entre los años inmediatamente anteriores a la independencia hasta el reconocimiento de la soberanía de la República haitiana por parte de los EEUU, considerando este periodo crucial para que se sellara el destino de esta pequeña nación.

8.2.1.

Histórico del comercio internacional

Periodo colonial francés: “El comercio de las Antillas cae necesariamente dentro del sistema natural del comercio de los EEUU. Nosotros somos necesarios para ellas [las Antillas], y ellas nos son necesarias; y habrá comercio entre nosotros dos. Si los gobiernos prohíben este comercio, se producirá igualmente de manera clandestina” (John Adams, 3 de julio 1783) En la época donde John Adams trazaba tanto el destino comercial y político de una parte de América, los EEUU acababan de escapar del asedio de Inglaterra -y por consiguiente de las restricciones del régimen colonial-, y constituían aun un país de agricultores, de pescadores y mercaderes cuyos productos de exportación más importantes eran la harina, TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS el tabaco, el arroz, la carne y el pescado salado. A cambio, ellos recibían principalmente productos manufacturados, azúcar, melaza y sal. Su industria apenas dio a luz. Con más o menos una producción limitada a la harina, el papel y artículos de cuero, los EEUU daban servicio a la demanda local. La primera hilandería de algodón –instalación rudimentaria accionada por la fuerza motril de un caballo- se construyó tan tardíamente como en 1789. En 1790 los EEUU contaban con apenas 4 millones de habitantes y su comercio exterior no supera los 36 millones de dólares98. A los hombres de Estado europeos les parecía totalmente improbable que el país tuviera un prometedor futuro comercial. Nadie podría haber previsto el estallido en Europa -3 años más tarde- de un conflicto ruinoso y prolongado, que provocó una demanda excepcional de los productos americanos y que aportó a la economía americana un impulso que lejos de estar muerto, desde hace tiempo, le permitió al país tomar las proporciones de un gigante. Una de las preocupaciones de esta joven nación [EEUU], como todos los Estados que acaban de nacer, era la búsqueda de salidas a su mercado, y esta preocupación era de una importancia considerable embaucada por el hecho de que Inglaterra –como la tradición del colonialismo dictaba- reservaba en general el acceso de sus mercados a los productos de la industria inglesa. La importación de productos extranjeros estaba formalmente prohibido en las posesiones inglesas. Dentro de las Antillas que, según John Adams, caían bajo la órbita del sistema comercial de los EEUU reinaba la colonia de Saint-Domingue, orgullo y triunfo del régimen de depredación colonial: Esta colonia exportaba en el año 1789 más de 140.000.000 libras de azúcar, 68.000.000 libras de café, más de 6.000.000 libras de algodón, 930.000 libras de índigo, y 150.000 libras de cacao. En el año anterior el comercio exterior de SaintDomingue se valoraba en 214.000.000 de francos, es decir 42.000.000 de dólares al cambio de conversión de la época, superando incluso el de los EEUU. La metrópoli proveía a la colonia de productos alimentarios y artículos manufacturados de algodón, en seda, papel, loza, ferretería, jabón,…

Comercio exterior colonia Saint-Domingue en 1788 Comercio exterior

Exportaciones

Importaciones

País Francia EEUU Inglaterra Total Francia EEUU Inglaterra Otros Total

Total (Fr.) 149.077.000,00 3.263.000,00 120.000,00 152.460.000,00 54.570.000,00 5.922.000,00 69.000,00 1.047.000,00 61.608.000,00

Fuente: (Turnier, 1955)

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En 1790, la colonia de Saint-Domingue, con 500.000 personas, llegaron a realizar un comercio exterior de un 15% superior al de todos los EEUU.

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APÉNDICES Y ANEXOS El carácter esencialmente agrícola de las economías de EEUU y Saint-Domingue no excluyó las posibilidades de intercambio entre estas. Además, la especialización a ultranza de la colonia en el cultivo de la caña de azúcar y café, la hacía completamente dependiente del exterior en términos de la subsistencia de los colonos y esclavos, y sus relaciones comerciales con los EEUU fueron desde muy temprano asumiendo una importancia preponderante a pesar del arsenal de interdicciones impuestas por las metrópolis y conocidas bajo el nombre de “Pacto Colonial”. Las Colonias habían sido creadas para la metrópoli. Su aprovisionamiento y la compra de su producción era patrimonio de la madre patria. Se concebían como unas plantaciones vastas, trazadas a la imagen de las necesidades de la metrópoli y donde no se debía dejar crecer ningún establecimiento industrial, a excepción de los talleres de alfarería, ladrillos, hornos,… Por decreto del 26 de enero de 1684 se prohibió a todas las colonias francesas el establecer nuevas refinerías azucareras, pero la prohibición fue absoluta 4 años antes de este mismo decreto en todas las colonias. Francia -al igual que Inglaterra con sus Navigation Act de 1651 y Molasse Act de 1773-, empleó grandes esfuerzos en la aplicación del Pacto Colonial. Una ordenanza de 1727 castigaba con pena de galeras a los que infringiesen los reglamentos contra el comercio extranjero. Pero la marina de Francia, aun en tiempos de paz, no era capaz ella sola de asegurar el aprovisionamiento de los colonos, lo que obligaba a los gobernadores de Saint-Domingue, -cuando la llegada de harinas, salazones y otros eran insuficientes- a abrir los puertos de la colonia al comercio extranjero. Lo que era rápidamente penalizado por la metrópoli resultando en el remplazo de los gobernadores. Sin embargo, estas interdicciones se levantaron parcial y temporalmente en puntos concretos de acceso a la isla (Môle Saint-Nicolas) en momentos precisos a causa de las guerras anglo-americanas, epidemias y terremotos ocurridos a lo largo del S.XVIII. Una vez que se consideró por parte de la metrópoli que las circunstancias extraordinarias dejaban de tener validez, el viejo sistema producía de nuevo los frutos amargos de la exclusividad: la especulación de los precios, el contrabando y un estilo de vida caro. Los plantadores de Saint-Domingue podrán reprochar al comercio metropolitano -amo exclusivo del mercado colonial- de fijar arbitrariamente los precios de los artículos manufacturados, y de dejar que los productos alimenticios de la colonia se acumularan para después comprarlos a precios bajos99. Pero el escandalo fue tan grande que llevó al Consejo de Estado, por decreto del 30 de agosto de 1784, a suprimir el almacén de Môle Saint-Nicolas y a autorizar tres puertos francos en Saint-Domingue: En Cap-Haïtien (norte), Puerto-Príncipe (Oeste) y en Les Cayes (Sur), donde el comercio exterior podía aportar la resina, alquitrán, cuero, ganado vivo y salazón a cambio de ron, sirope, tafia y algunos artículos de origen francés. Sin embargo, esta concesión provocó la indignación de los mercaderes franceses, los cuales reclamaban la vuelta a los “viejos principios”, lo que desembocó en la anulación de los decretos. 99

Esta misma estrategia será utilizada por la élite haitiana a la hora de comercializar con los campesinos para sacar el mayor beneficio posible.

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APÉNDICES Y ANEXOS La Escuela Mercantil, que inspiró la política de los reyes durante el S. XVII, desarrolló una doctrina económica con un largo camino histórico, pasando del principio de restricciones severas al culto de la libertad soberana de la tesis a la antítesis. Montesquieu estudiando la relación de las leyes con el comercio escribió entonces: “Los pueblos más refinados encontrarán que las colonias eran objetos de comercio… el objetivo de esas colonias era, en efecto, el practicar el comercio en las mejores condiciones –que no se tienen con los pueblos vecinos- con las cuales todas las ventajas son recíprocas. Hemos establecido que únicamente la metrópoli podrá negociar en la colonia, y esto con gran razón, porque el objetivo del establecimiento ha sido la extensión del comercio, no la fundación de una ciudad, de un imperio… También recibimos que el comercio establecido entre las metrópolis no supone de ningún modo el permiso de las colonias, las cuales quedan bajo el estado de prohibición [de comercializar directamente con éstas]. La desventaja de las colonias que pierden la libertad de comercio es visiblemente compensado por la protección de la metrópoli la cual les defiende con las armas o las mantiene por sus leyes” (Turnier, 1955). A su turno, Turgot precisó: “Hay que consentir de buena gracia dejar a las colonias una entera libertad de comercio, cargándolas con gastos en razón de su defensa y su administración, y empezar a verlas no como provincias en servidumbre, sino como Estados amigos, protegidos si se quiere, pero extranjeros y separados” (Turnier, 1955). Con el conflicto bélico entre Inglaterra y Francia, EEUU decide declarase neutral y así encontrarse en la situación de abastecer a todas las potencias beligerantes y a sus posesiones en las Américas, en especial las colonias francesas, que para eses entonces la metrópoli aprovisionaba con dificultad y de forma irregular debido al bloqueo establecido por la superioridad aplastante de la flota inglesa. Por los decretos de 19 de febrero y 26 de marzo de 1793, Francia se vio obligada a poner un pie sobre la igualdad en las colonias del comercio de los estadounidenses y el de los nacionales. En el espacio de unos meses los americanos monopolizan el comercio de SaintDomingue, con un ardor equiparable, en el abastecimiento de la colonia en los puertos bajo dominación francesa y en los que son controlados por los ingleses, a pesar de las protestas reiteradas por parte de las dos potencias beligerantes. Era normal que Inglaterra intentara por todos los medios hambrear las posesiones del enemigo100 y asestarle un golpe fatal separándolas de su madre-patria. Por decreto del 6 de noviembre 1793, Inglaterra autoriza el embargo de todos los navíos –incluso los neutrales- que transportaran provisiones hacia las colonias francesas. Las dificultades suscitadas con los EEUU en el momento de ejecutar estas medidas, llevarán a Inglaterra a sustituirlo, en enero 1794, con un nuevo decreto permitiendo la toma de los barcos que transportasen artículos de contrabando de guerra que se dirigieran a un puerto bajo el golpe del bloqueo. En 1795, Inglaterra decretó el bloqueo de las colonias francesas. Con estas medidas se fortaleció la piratería dentro de un círculo vicioso y se convirtió muy rápidamente en una necesidad. Para 1797, el abastecimiento de Saint-Domingue reposaba 100

Esta misma estrategia será utilizada por Jefferson para estrangular a la recién nacida República.

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APÉNDICES Y ANEXOS nada más que en los ataques de los corsarios franceses [a todo navío tanto americano como inglés]. Por lo que el Congreso americano, por un acto del 13 de junio de 1798 decretaba la ruptura de las relaciones comerciales de los EEUU con Francia y sus dependencias. Toussaint decidió de romper el viejo Pacto colonial; el 6 de noviembre de 1798 escribía al presidente Adams para solicitarle la reanudación de las relaciones comerciales, garantizando al pabellón americano respeto y protección contra los corsarios franceses. El gobierno americano, convencido que el disfrute de los privilegios comerciales acordados por Toussaint era imposible sin la cooperación de Inglaterra,… firmó el 20 de abril de 1799 con el general inglés Maitland dos acuerdos reglamentando el comercio de SaintDomingue con las dos potencias, previendo la designación de uno o dos puertos de entrada donde los pasaportes aprobados por Toussaint serían entregados por los agentes ingleses y americanos a los navíos de sus respectivos países, para permitirles el comerciar con los otros puertos de la colonia. El 20 de junio de 1799 el presidente Adams autoriza la reanudación del comercio con los puertos bajo el control de Toussaint… y se inaugura una era de armonía en las relaciones comerciales de los EEUU con SaintDomingue, las cuales hacían las delicias de los mercaderes americanos, pero que solo durará durante la regencia de Toussaint. Toussaint tenía el claro presentimiento que el Tratado de Morfontaine del 30 de septiembre de 1800 -poniendo fin al estado de guerra entre Francia y EEUU- se llevaría por delante uno de los principales diques contra el desatamiento de la cólera de Bonaparte. La paz de Amiens originó la marcha de las fuerzas expedicionarias que a la vez rompieron en pedazos la carrera del genio negro y pondrán fin a la edad de oro de las relaciones comerciales entre Saint-Domingue y los EEUU. Con la llegada de Leclerc se decreta el bloqueo de todos los puertos de Saint-Domingue, a excepción de Cap-Haïtien y Puerto-Príncipe que se encontraban bajo su autoridad, y ordenó la confiscación de todos los barcos que intentaran aprovisionar las tropas de Toussaint. Jefferson, solicitado para intervenir en favor de los comerciantes americanos, se cruzó de brazos. Las provisiones americanas fueron indispensables para las tropas francesas durante los dos meses siguientes a su llegada, pero a pesar de lo dictaminado por Bonaparte, el restablecimiento del Pacto Colonial fue impedido por eventos dramáticos que conducirán a la declaración de la independencia de la República de Haití. Inmediatamente y seguida al endurecimiento de la guerra en Europa, los escuadrones ingleses se precipitaron a las Antillas y aislaron a Saint-Domingue de la metrópoli. Sin preocuparse ni por un momento de la presencia de la flota inglesa, el comercio americano reinó de nuevo en la colonia –tanto en los puertos bajo dominación de los rebeldes como en los sujetos a las tropas francesas de Leclerc-, a pesar de los temores de su próxima independencia. El 23 de junio, con la certitud de un triunfo cercano y definitivo de libertad, Dessalines escribió a Jefferson en vista a la intensificación del tráfico comercial TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS entre los EEUU y los puertos bajo su dominación cuyo número aumentaba rápidamente. Como Toussaint, Dessalines prometió total protección a los pabellones americanos y recalcó las “enormes cosechas que tenían almacenadas, y las más risueñas que aún se están preparando para ese mismo año”. Francia solicitó en vano la intervención del gobierno americano contra el aprovisionamiento de los rebeldes; los americanos confirmaron que sus comerciantes estaban satisfechos de que sus envíos estaban siendo pagados debidamente por los habitantes de la isla, y que le correspondía a Francia y no a EEUU el cumplimiento de la ley vigente en sus territorios (Turnier, 1955). Como vemos el aislamiento internacional por parte de Francia y la normalización del contrabando por parte de los EEUU estuvieron desde los mismos orígenes de la República. Periodo nacional: Después de la independencia, Francia –aun sin digerir la vergonzosa derrota- comienza a atacar a los navíos comerciantes americanos como medida desesperada para cortar el aprovisionamiento de su antigua colonia101 y su desarrollo económico produciéndose ante sus mismos ojos. Desde sus diversas bases, Francia quiso precipitarse sobre el tráfico haitiano-americano y hambrear a los “bandoleros”. Como respuesta, desde Nueva York partió una flotilla armada de 80 cañones, cargada de municiones navales y ocupada por 700 hombres, con destinación Haití. Dos meses después llegaba de vuelta al puerto neoyorquino el primer convoy armado con 12 navíos, llegada que fue celebrada por todo lo alto con brindis: “al comercio estadounidense, cuyas velas se extienden sobre todos los mares, y al gobierno haitiano fundado sobre la verdadera base de la libertad, la voluntad del pueblo”. Sin embargo la agresividad de los corsarios y el enfado del gobierno francés se acentuaron. A punto de perder la paciencia, Napoleón exigió la supresión total del tráfico comercial haitiano-americano. Lo que finalmente dio fruto con el embargo de Jefferson el 28 de febrero de 1806, cuando el gobierno americano promulgó una ley prohibiendo todas relaciones comerciales entre los EEUU y Haití. Jefferson cedió a las amenazas de Francia cuya colaboración le parecía indispensable para la adquisición de la Luisiana –compra formalizada en 1803 tras la pérdida de Haití, en la que Francia prefirió vendérsela a EEUU a que su competidor inglés obtuviera una mayor ventaja-, y por otra parte a la presión de los esclavistas sureños americanos que temían que sus propias plantaciones acabasen quemadas a semejanza de lo que ocurrió años antes en SaintDomingue. Justo un mes antes, el decreto de Dessalines del 10 de enero de 1806, establecía que los cargamentos de exportación debían componerse de un tercio de azúcar, un tercio de algodón y un tercio de café. Esta medida que tenía como objetivo probablemente la 101

Durante los dos años siguientes a la independencia el comercio americano ocupó la primera plana en Haití: la nueva república absorbía al menos dos tercios de la totalidad de las importaciones del país (Turnier, 1955).

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APÉNDICES Y ANEXOS estimulación de la industria azucarera -que para ese entonces estaba en un vertiginoso declive -, y a mantener la exportación de este producto que el extranjero comenzaba a desdeñar por culpa de falta de técnicos competentes y a causa de la ruina de las instalaciones (su preparación dejaba mucho que desear), pero esta medida102 estorbaba a las operaciones comerciales y produjo un gran descontento entre los capitanes, los cuales estaban obligados a comprar los productos alimenticios de los que no siempre tenían necesidad, según una proporciones que no eran de su conveniencia. Con el derrocamiento de Dessalines, Haití se escindió en dos Estados. Cristophe en el norte se preocupó del aprovisionamiento del país como una condición indispensable para la consolidación de la libertad. En su proclamación del 24 de noviembre de 1806 anunciaba al comercio extranjero la supresión de las trabas y ofrecía su garantía a todos los pabellones: “No importa bajo que barco os mostréis, el gobierno se compromete a vigilar atentamente para asegurar vuestras personas y vuestros intereses”. Cristophe llegó a suprimir los derechos de salida de los tres productos estrella de la exportación haitiana: el azúcar, el algodón y el cacao. Por su parte el Senado de Petion suprimió la obligación de componer los cargamentos por tercios y restableció la libertad de las consignaciones. A pesar de los esfuerzos de Jefferson y las insistencias de los estados sureños, el embargo de 1806 no extinguió el flujo de intercambios entre los EEUU y Haití. La ingeniosidad de los mercaderes encontró un subterfugio: los barcos invertidos en el tráfico se cubrían de banderas suecas o danesas, aunque el gobierno danés –sin duda bajo la presión de Francia- prohibió a sus sujetos de comercializar con Haití. A pesar de que la ley del embargo no fue prolongada en 1809, el tráfico comercial haitiano-americano retomó su curso pero a una escala drásticamente menor y muy lentamente. Este letargo provocado sin duda por la reorientación comercial que los tres años de embargo habían impuesto a los EEUU, fue mantenido por la guerra de 1812-1814 entre este país e Inglaterra.

Dessalines intentaba desesperadamente realizar lo que se le ha criticado a Haití de no hacer: no perder el tren de la industrialización en el que iban a montarse gran parte las potencias europeas y del que a Haití se le denegó el billete de subida. La precaria industrialización azucarera que habían dejado los franceses en la isla, y de las cuales solo algunas quedaron en pie tras las guerras de la independencia, tuvo demasiados impedimentos para prosperar de la manera debida: Falta de medios y expertise Bloqueo comercial francés a todos los productos haitianos. Dificultades del cultivo del azúcar, tradicionalmente cultivado en grandes plantaciones, por la negativa del campesinado haitiano a trabajar arrendados en unidades de explotación Acuerdos comerciales de contrabando muy poco ventajosos para la nueva República desesperada por vender lo que fuera-, y muy lucrativos para los navíos de las demás naciones. 102

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APÉNDICES Y ANEXOS

Exportaciones americanas hacia las posesiones francesas Años 1809-1810 1810-1811 1811-1812 1813-1814 1814-1815* 1817-1818

Dólares 108.970,00 408.885,00 287.631,00 178.179,00 1.805.039,00 130.551,00

Fuente: (Turnier, 1955) *Tratado de Viena103

Sin la competencia de los americanos, Inglaterra casi monopolizó el comercio exterior haitiano y sacaba beneficios enormes, lo que permitió a Haití atravesar los años penosos del principio, durante los cuales Francia había conseguido enrolar a los EEUU en su tentativa desesperada de la aniquilación por hambruna de su antigua colonia. Petion agradeció a los comerciantes ingleses establecidos en el país y les prodigó señales de animosidad. Tras la petición de esos comerciantes, Petion redujo alrededor de un 25% los derechos de importación en 1808. Por su parte Cristophe redujo del 10% al 5% los derechos de importación sobre los productos de procedencia inglesa con el acto del 15 de octubre de 1814. Sin embargo la insistencia de los EEUU en no reconocer oficialmente a la nueva República, con el tiempo llevó a que las relaciones comerciales entre estos dos países se imposibilitaran, sobre todo con el reino del norte de Cristophe. Al contrario, se dieron privilegios a los ingleses sobre los americanos, cosa que estos últimos quisieron revocar en varios intentos sin ceder a su negativa del reconocimiento. Aun después de la muerte de Cristophe y la reunificación del país bajo Boyer, la presidencia haitiana se negó a dar un trato privilegiado a los EEUU sin que éstos antes dieran el primer paso hacia el tan ansiado reconocimiento (Turnier, 1955). Al principio del año 1825, tras el reconocimiento de algunos Estados del Sur de los EEUU por parte de Inglaterra, el gobierno haitiano decidió que la preferencia tarifaria en favor de los productos ingleses ya no tenía razón de ser104 y se votó la ley del 20 de abril de 1825 que fijaba en 12% los derechos “sobre las mercancías o producciones de todo el país sin distinción, introducidos por los barcos extranjeros”. Las mercancías extranjeras transportadas en barcos nacionales se veían afectados por un 8% únicamente. Por otro lado, Francia, con la caída del Imperio y con el fin del bloqueo continental plasmado en el tratado de Paris, puso toda su energía para reconquistar su posición comercial con la isla, pero para no mostrar su aceptación de la independencia de su antigua colonia, lo hacía 103

Con el Tratado de Viena, donde se especificaba que los territorios franceses volvían a las fronteras existentes antes de 1789, Saint-Domingue volvía aparecer como francesa a los ojos internacionales, pero esa ilusión duró muy poco, como bien muestran las cifras de los años posteriores de las exportaciones americanas. 104 Los haitianos vieron esto como una ofensa; si Inglaterra reconocía la independencia de una de sus colonias “rebeldes”, ¿porque no lo hacía con Haití y continuaba manteniendo relaciones comerciales de forma informal?

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APÉNDICES Y ANEXOS bajo barcos extranjeros. Pero todo quedó en una carrera de contrabandos e insignificante en comparación con el pasado glorioso de la isla. En resumen, para 1822 las importaciones en Puerto-Príncipe solo eran:

Importaciones en 1822 Procedencia EEUU Alemania y Holanda Inglaterra Francia Total

USD 410.292,00 203.163,00 200.192,00 136.558,00 950.205,00

Fuente: (Turnier, 1955)

No hay más que comparar los datos de las importaciones realizadas 40 años antes en la colonia bajo el dominio francés (12.000.000,00 de dólares), para entender la situación en la que se encontraba Haití. Una caída del 90% de las importaciones nos puede dar una idea del aislamiento al que mantuvieron a la República Negra durante años y la efectividad de esta medida para conseguir su estrangulamiento económico como dictaminaban las órdenes enviadas por parte de Francia al resto de las naciones. También será a partir de este año 1822 [tras la desesperación de un gobierno por salir a flote] cuando la exportación de la madera de acajou tomó fuerza pasando de una media anual de 115.000 troncos para el periodo de 1818-1821 a 4.5 millones de árboles para el periodo que va de entre 1827-1830. Y al contrario, las exportaciones haitianas de café se redujeron drásticamente con la revuelta de esclavos de 1791, las guerras de la independencia a principios de S.XIX y la guerra civil entre Cristophe y Petion. En 1827, durante un viaje a través del país, Charles Mackenzie pudo notar las laderas de las montañas llenas de árboles de café cuyas cosechas se desperdiciaban a falta de brazos interesados. Turnier nos explica que las plantaciones de algodón sufrieron la misma suerte105. Las más de 15.000 hectáreas produciendo alrededor de 6 millones de libras anualmente, fueron quemadas durante las guerras de la Independencia. Para el año 1830 las exportaciones de este producto sobrepasaban a penas 1 millón de libras. La industria azucarera, fundamento esencial de la prosperidad colonial, declinó rápidamente en Haití tras las destrucciones de la guerra, debido a la falta de capital y de conocimientos técnicos, y las exportaciones de azúcar que para el año 1818 aún eran de 5.4 millones de libras cayeron hasta las 200.000 libras en 1822 y tan solo 32.000 en 1826.

105

La población se negó a continuar con el sistema esclavista de las grandes plantaciones. La parcelación de la tierra y el cultivo de subsistencia fue la norma entre la población campesina y, a pesar de los esfuerzos de la élite por reestablecer el sistema de cultivo de grandes unidades, nunca se ha vuelto a poder imponer el trabajo en masa a la población liberada.

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APÉNDICES Y ANEXOS Otro golpe mortal para la economía haitiana fue la abertura del mercado internacional en las posesiones inglesas. Con la perpetuación del Pacto Colonial en esas islas, Haití constituía la única zona de mercado abierta integralmente a los productos americanos en el Caribe. Será a partir de 1830 cuando las posesiones inglesas se abrieron, sin ninguna restricción, al comercio americano. A penas empezaron a beneficiarse de la eliminación preferencial de la tarifa acordada con los barcos ingleses que Boyer “aceptó” la ordenanza del 17 de abril de 1825 por la cual Carlos X reconocía la independencia de Haití. Además de la indemnización de 150 millones de francos, la ordenanza estipulaba, en favor de Francia una reducción del 50% de los derechos percibidos sobre las mercancías y navíos tanto a la entrada como a la salida de los puertos. Aunque en principio esto no suponía una gran amenaza para los EEUU por su ventaja de cercanía, éstos acordaban compartir con Francia el favor del 50% a la salida confiando a los barcos franceses el transporte de los productos comprados en Haití. Boyer, queriendo protegerse contra esta eventualidad altamente perjudicial para la fiscalidad del país, intentó hacer jurar a los sujetos franceses encargados de transportar la mercancía comprada que toda la mercancía a bordo les pertenecía, y que no existía ningún interés de ninguno extranjero o cualquier otro ciudadano de otro país o Estado ligado a la misma. Pueril y vana preocupación: a partir de julio de 1825, los barcos franceses reinaban soberanamente en los puertos haitianos gracias a la extensión del favor del 50% a todos los clientes extranjeros de Haití106. Reconocimiento Francés: La ordenanza de Carlos X marcó un punto de inflexión en las relaciones entre Haití los EEUU. El reconocimiento oficial de la República suprimía todo argumento lógico contra el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, y la negación de los EEUU a seguir el ejemplo de Inglaterra, Holanda, Suecia, y Dinamarca -que en 1826 establecieron sus consulados en Haití- se convirtió en una mera ofensa motivada por el prejuicio de color de piel, incompatible con el cortejo y deferencia del gobierno haitiano había tenido hasta el momento con los agentes comerciales americanos (Turnier, 1955). Las iniciales muestras de firmeza del gobierno haitiano ante los agentes sin acreditación diplomática se tornaron en actos más precisos y contundentes, como por ejemplo el establecimiento de una tasa de aduana de 10% adicional para los barcos americanos en marzo de 1828. Al igual que ocurrió en el pasado, los extranjeros sin consulados en la isla, disfrazaron sus barcos con nombres haitianos para pasar por barcos nacionales y estar exentos de las tasas. Como la flota nacional “se extendió” de una forma inexplicable, el gobierno optó por eliminar la discriminación entre barcos extranjeros y nacionales, pero a su vez, reclamó un tratamiento similar en favor de los barcos haitianos en los puertos extranjeros: “Las naciones que no tengan tratados con la República, que impongan en sus puertos bajo su dominio, sobre los barcos haitianos, o sobre sus productos por ellos importados, otros 106

Otra forma de impedir el desarrollo económico del país, reduciendo a la mitad los ingresos del Estado y lo poco que les entraba ya estaba comprometido para el servicio de la deuda a Francia.

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APÉNDICES Y ANEXOS derechos u otros derechos más fuertes que los aplicados a los barcos de las otras naciones en estos mismos puertos, serán tratados en Haití con la misma base de reciprocidad” (ley 1829, art.VI; Turnier, 1955). Ante la discriminación tarifaria sufrida por parte de los barcos americanos Sam Israel contemplo la pérdida del mercado haitiano y sugirió a su gobierno, en un momento terrorífico, el envío de un barco de guerra. Pero la amenaza no llegó a término. Al contrario, en 1838 el gobierno haitiano a través de la circular del 23 de febrero dirigida a los tribunales civiles, “prohibía el tolerar a partir de esos momento ninguna persona, bajo ningún pretexto, que hiciera acto en calidad de agente consular sin haber sido oficialmente autorizado para ejercer con el execuátur indispensable del gobierno”. El avance industrial de los EEUU era principalmente fruto del “embargo act” y del “non intercourse act” ya que la prohibición de los intercambios con el exterior, decretados como represalia contra los problemas y perjuicios causados a la marina mercante americana por el bloqueo continental, había forzado a las fábricas locales a producir la gran parte de los artículos que habitualmente se importaban de Inglaterra (Turnier, 1955). Pero en el caso de Haití, las fábricas locales eran inexistentes, el capital conseguido durante los primeros años de la República se esfumaron con el servicio de la deuda. Para los EEUU el bloqueo fue una oportunidad, para Haití un golpe mortal del que parece que no se recuperará nunca. Durante los años 1847-1849 se produjo una grave crisis económica en Haití provocada por la reanudación –según el convenio del 15 de mayo de 1847- del servicio de pago de la indemnización suspendido desde 1843, la expedición contra la República Dominicana en marzo 1849, los gastos para la coronación de Soulouque y las emisiones masivas de billetes, pasando el monto en circulación de 3.5 millones de dólares a 8.1 millones en 1848, y 12.3 millones en 1849. La subida súbita del cambio provocó la subida de los precios y pesó sobre el comercio, a tal punto que en el mes de septiembre de 1848 solo entró un único barco en el puerto de Puerto Príncipe. A pesar de la falta de las relaciones diplomáticas oficiales debido a la negativa de los EEUU de reconocer a la República los estadounidenses no querían renunciar a los beneficios comerciales de los que habían estado disfrutando hasta el momento, por muy ínfimas que fueran las cantidades intercambiadas a los ojos de la nación emergente. A principio de los 60s del S.XIX el agente americano Seth Webb trasladaba su gran preocupación a la administración de Abraham Lincoln. El gobierno americano, decía, debía sin más tardar, acreditar a un agente diplomático en el país, ya que Francia, Gran-Bretaña y España acababan de ascender el rango de sus agentes en Haití del de cónsul general al de Encargado de Asuntos con el fin de arruinar el comercio americano. El pueblo haitiano de gran animosidad, no comprará nada más a los EEUU a excepción de casos de fuerza mayor. De hecho, desde el reconocimiento de Francia y demás naciones, las exportaciones haitianas aumentaron, muy a pesar de los EEUU. Sin embargo el capital entrante no sirvió nada más que para pagar el servicio de la deuda y enriquecer las arcas de los acreedores TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS y comerciantes intermediaros receptores de comisiones abusivas. Debido al fracaso del intento de relanzar la industria azucarera en Haití, la República se vio obligada a talar los árboles, convirtiéndose la madera de Campeche el nuevo producto estrella de exportación, contribuyendo así el pago de la deuda a la deforestación indiscriminada del país.

Exportaciones totales de Haití Años

Café (lb)

Palo de Campeche (lb)

1830 1845 1859 1860 1861

42.479.802 41.002.571 41.712.106 60.514.294 45.660.889

16.087.571 68.181.588 88.177.600 104.321.200 105.757.050

Madera de Caoba (troncos) 4.557.939 7.904.285 2.690.044 2.264.037 1.659.272

Algodón

Cacao

1.368.809 557.480 938.056 668.735 1.139.439

457.451 1.397.364 1.581.806 1.304.561

Fuente: (Turnier, 1955)

Las exportaciones haitianas de palo de Campeche aumentaron considerablemente, pasando de una media anual de 117.000$ para el periodo de 1830-1835 a 440.353$ en 1855-56, y a 516.545$ en 1856-57. Reconocimiento estadounidense - el tratado de 1864: El primer Cónsul General de los EEUU llegó a tomar su puesto en Puerto-Príncipe en septiembre de 1862. Se apresuró a comunicar al ministro de asuntos exteriores de los deseos del gobierno de los EEUU para firmar con Haití un tratado de amistad, de comercio y de navegación que constituirá el acto bautismal de las relaciones diplomáticas entre los dos países. El acuerdo se aceptó, a excepción de la cláusula107 americana autorizando la posesión de bienes inmobiliarios a causa de la prohibición de la constitución haitiana. Tras la firma de eses tratado, el estado haitiano fue presionado para que suprimiera la tasa consular de 1% para los productos americanos en 1881. Por otro lado, Francia también empleó maniobras cínicas para imponer otro tratado al débil Estado haitiano (después de haber perdido su trato preferencial de forma unilateral por parte del gobierno haitiano desde 1830); empezó reclamando en favor de la compañía francesa Transatlantique el pago en un plazo breve de tiempo de la deuda de 250.000$, y justo en el momento en el que el gobierno haitiano, para liberarse de esa deuda, negociaba un préstamo local, Francia le prometió, en 1900, de renunciar a su demanda si Haití aceptaba el proyecto de Tratado: exención de derechos de aduana adicionales del 50% y de 33% a la importación respectivamente a las leyes de 1876 y 1888, para una lista larga de productos franceses. Haití no tuvo más remedio que aceptar… (Turnier, 1955). Este tratado con Francia provocó el recelo de los EEUU, y éstos revindicaron el trato preferencial del país más favorecido del artículo V del tratado firmado entre los dos países en 1864, para exigir una bajada de sus impuestos. Las discusiones sobre este tema 107

Esta misma cláusula fue posteriormente impuesta a punto de pistola al parlamento haitiano bajo la ocupación americana en 1915.

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APÉNDICES Y ANEXOS desembocaron en la denuncia del tratado de amistad haitiano-americano de 1864. Vemos que durante todo el S.XIX las dos potencias (EEUU y Francia) hicieron todo lo posible para conseguir los productos haitianos al menor costo, enriqueciéndose a su costa, y evitando por todos los medios que los ingresos percibidos por los haitianos –capaces de aumentar el capital necesario para el desarrollo económico del país- les fueran devueltos de un modo u otro. Un país cuyo presupuesto nacional descansaba en su gran mayoría en los derechos de entrada, todo acuerdo de la naturaleza de reducción de estos derechos, era un suicidio nacional.

8.2.2. Reconocimiento haitiana

internacional

de

la

República

En los años 90 se produjeron casos de extremismo nacionalista en los estados nacientes los cuales provocaron que la comunidad internacional se uniera en contra del reconocimiento de gobiernos de estados violadores de la legalidad internacional. Pareciera que ese fue la interpretación que se hizo a principios del S.XIX con el caso haitiano, ya que la rebeldía de los oprimidos contra sus opresores no cabía en la legalidad vigente. Como hemos visto en la sección anterior, hubo una relación directa entre el comercio internacional (segundo requisito para la expansión económica) y el reconocimiento del Estado. Una vez la República fue reconocida oficialmente por parte de las otras naciones estuvo en posición de entablar intercambios en paridad de condiciones –teóricamentegracias a una soberanía de Estado asumida de facto en el acto de reconocimiento. Decimos teóricamente porque, en el caso haitiano, como ya estamos acostumbrados a reconocer, hubo muchos ‘peros’. En este apartado intentaremos analizar qué es el Reconocimiento de Estado, los mínimos condicionantes para que se dé, la aplicación de estos supuestos a la República haitiana y su posición ante una comunidad internacional sancionadora. ¿Qué son los Estados, cómo surgen y quién determina su existencia? La definición generalmente aceptada de lo que constituye un Estado está establecida en la Convención Interamericana sobre Derechos y Deberes de los Estados, firmada el 22 de diciembre de 1933. En su Artículo 1 dispone lo siguiente: “El Estado como persona internacional debe reunir las condiciones siguientes: 1ª) población permanente, 2ª) territorio determinado, 3ª) gobierno, 4ª) capacidad de entrar en relaciones con otros estados108” (Aviles santa, 2011). A la hora de definir el reconocimiento de Estos la Organización de Estados Americanos estipula que El reconocimiento a un Estado, es un acto declarativo por el cual uno o varios

108

Será precisamente este cuarto requisito el que será cuestionado por las potencias europeas en el caso de Haití. Requisito que no fue cuestionado en el caso de EEUU 20 años antes.

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APÉNDICES Y ANEXOS Estados soberanos, en forma expresa o tácita, comprueban la existencia sobre un área territorial determinada de una sociedad humana, política y jurídicamente que se ha constituido en un nuevo Estado soberano. (Art. 9 y 10 Carta de la OEA; Universidad Nacional Chimborazo, 2000). Sin embargo se debe tener en cuenta que el reconocimiento es un acto de la voluntad109 exclusiva de un Estado, fundamentado en su poder soberano. Según nos explica Avilés Santa (Aviles santa, 2011) Pueden existir varios escenarios que den pie al reconocimiento de un Estado:

a) División de Estado: un estado existente podría fragmentarse en diversos estados. Ejemplos: la ex Yugoslavia, la división pacífica de Checoslovaquia o la separación de Eritrea de Etiopía en 1994 o la más reciente separación de territorio acontecida en África a través de la creación del Estado de Sudán del Sur, mediante consulta popular a principios del años 2011. b) Unión de estados: es posible que estos se unan para crear un nuevo estado. c) Descolonización: durante el Siglo XX, la aprobación de Resoluciones 1514 y 1541 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (en los años 50 y 60) promovió que una gran cantidad de Estados surgieran por la libertad política impulsada desde la ONU para que la descolonización fuera concedida por sus antiguos amos colonizadores europeos, particularmente en África y Asia. Desgraciadamente, Haití hacía ya 150 años que se había independizado de su antiguo colono por la fuerza, y para ese entonces el organismo de las naciones unidas ni siquiera se había creado. d) Al mismo tiempo, varias entidades nacionales, en las que las manifestaciones culturales y lingüísticas son evidentes y se distinguen de la nación de la que forman parte, han deseado ser Estados. Existen dos teorías jurídicas tradicionales establecidas por el Derecho Internacional, para el reconocimiento de Estados: la constitutiva que establece que el nuevo sujeto no tiene derecho hasta no ser reconocido, y la declarativa que propugna la existencia de los derechos y obligaciones internacionales desde el momento que el nuevo Estado o gobierno cumple los requisitos mínimos del derecho internacional para ser considerado como tal: 1. Controlar el territorio y la población en cuestión. 2. Poseer una administración gubernamental organizada. 3. Tener la capacidad de actuar efectivamente para concertar obligaciones internacionales y cumplirla 4. Que la entidad haya buscado ganar el reconocimiento de los sujetos del Derecho Internacional Público (DIP). El reconocimiento no es requisito para existir. La Carta de la Organización de Estados 109

En otras palabras, el que un Estado o una organización internacional reconozca a un Estado no implica una obligación de reconocimiento por parte de otro Estado (Aviles Santa, 2011). Según el Derecho Internacional ninguna de las potencias europeas tenía la obligación de reconocer a Haití como soberana.

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APÉNDICES Y ANEXOS Americanos (OEA) reconoce que la existencia política de un país es independiente del reconocimiento por parte de cualquier otro Estado. Incluso antes de ser reconocido, el Estado tiene derecho a defender su integridad e independencia. Por ello, el Estado se considera que existe desde que declara su independencia (Universidad Nacional Chimborazo, 2000). Desgraciadamente Haití fue constituido antes de la creación de ambos organismos (OEA y NNUU), y para ese entonces, a pesar de cumplir con los 4 requisitos, ningún Estado lo reconoció como tal y permaneció en el limbo hasta ceder a la presión francesa y aceptar la deuda impuesta para su legítimo reconocimiento. F. J. Avilés Santa (2011) enumera cuales son las ventajas de ser un Estado-nación. Teóricamente, el reconocer un territorio como Estado permitiría que: i.

Se consolide el control soberano del Estado sobre su territorio ante el resto del mundo, (la percepción correcta de que hay real control en los asuntos internos). A pesar de su reconocimiento en 1825, el control de los asuntos de Haití nunca ha estado 100% en las manos de los gobernantes haitianos. El perpetuado control de Washington sobre los asuntos políticos y económicos haitianos es por todos sabido y admitido.

ii.

Se reconozca al Estado un sistema de normas que lo protegen de la intervención extranjera, que en esencia es igual reconocimiento que al resto de las demás naciones. La invasión americana del territorio haitiano en 1915 hasta 1934, ante la pasividad del resto de los estados, es prueba fehaciente de que aun en el S.XX tal protección no se había concedido a la República de Haití.

iii.

El nuevo Estado pueda establecer acuerdos de todo tipo con otros Estados y pueda defender sus intereses particulares (como en asuntos comerciales e inversión extranjera ante la comunidad de naciones), como hemos visto en la sección del comercio internacional que Haití estableció con las potencias, estos acuerdos se realizaron a expensas de un reconocimiento formal como estado. De hecho, fue este el principal motivo perseguido por los dirigentes haitianos, el poder comercializar en términos de paridad con sus “semejantes”. Sin embargo, la presión tanto de los EEUU como de Francia hacía que el defender los intereses particulares haitianos fuera una misión imposible.

iv.

El nuevo Estado puede buscar y obtener ayuda internacional directa de otros países u organizaciones internacionales (principalmente en asuntos económicos, financieros y humanitarios), el caso más triste con relación a esta falta de ayuda internacional fue el caso de Simón Bolívar, el cual recibió el asilo, ayuda financiera y apoyo militar para sus campañas militares libertadoras de la América Latina, pero que no cumplió su palabra de liberar a los esclavos tras su victoria, el cual también se fue a la tumba sin reconocer a Haití como Estado. En el caso de la matanza de Trujillo de miles de haitianos en su afán por ‘blanquear’ a los dominicanos en los años 30 del S.XX, los términos de indemnización pactados en Washington (750.000$) ni siquiera fueron cumplidos en su totalidad.

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APÉNDICES Y ANEXOS v.

El nuevo Estado puede formar parte y solicitar admisión a organismos internacionales con el fin de lograr políticas que garanticen sus intereses, Sin embargo Haití fue excluido del congreso bolivariano de Panamá en 1826.

vi.

El nuevo Estado puede poseer personalidad jurídica, demandar en foros nacionales e internacionales para reivindicar sus derechos. El anuncio de la devolución de la deuda impuesta por Francia por el presidente Hollande en mayo de 2015 en razón de su visita al país dejó muchas expectativas, pero cuando se mencionó que la deuda era moral, ya se dejó entrever que los 20.000 millones estimados a día de hoy pagados por la república Haitiana no verían la luz en las arcas del estado.

Tras las definiciones que las NNUU y la OEA dan del reconocimiento, han surgido dos posturas en relación al derecho de reconocimiento que tienen los Estados. Autores como Avilés Santa acentúan la no obligatoriedad del mismo, es decir, el carácter voluntario del acto (teoría constitutiva del reconocimiento adoptada por las NNUU). En cambio, otras voces destacan, dentro de la legislación internacional, las clausulas declarativas del reconocimiento, a expensas de que otros estados oficialicen sus relaciones o no con el sujeto (teoría declarativa del reconocimiento según la OEA). Vemos como la UNACH, en sus temarios de legislación internacional Pública, puntualizan que el Nacimiento del Estado, se da cuando ocurre la coexistencia de sus tres elementos constitutivos: territorio, población y gobierno (UNACH, 2000), obviando el cuarto requisito de tener la capacidad de entablar relaciones dentro de una comunidad internacional. Estos tres elementos coexistieron en el momento de la declaración de la independencia de la República Haitiana, y de acuerdo con esta interpretación, Boyer no debiera haber nunca firmado la ordenanza de Carlos X. En cambio. Avilés Santa presenta el tema en cuestión de una forma totalmente distinta: El reconocimiento de estados es la aceptación voluntaria y soberana de la igualdad en la existencia de distintas naciones, con sus derechos y obligaciones incluidos, y que los intereses políticos de algunas potencias del mundo pueden intervenir para que no proceda el reconocimiento. Además, que existen ejemplos recientes que tienen como fundamento para el reconocimiento de gobiernos la condición inescapable del ejercicio democrático del poder, vital elemento para la legitimidad del gobierno y para ser aceptados por todos los países y organizaciones internacionales (Avilés santa, 2011). Una vez más, el caso haitiano es un triste ejemplo de la manipulación de la teoría para adaptarse a los intereses de los detractores. En su génesis, los intereses esclavistas unieron sus fuerzas para que el reconocimiento no tuviera lugar; una vez impuestos los términos de ese reconocimiento, su estatus nunca llegó a la paridad con los otros estados a la hora de establecer acuerdos comerciales y fue obligada a priorizar los intereses foráneos al desarrollo del propio país. En última instancia, cuando Haití por fin tiene su primer presidente elegido democráticamente la comunidad internacional se las ingenia para derrocarlo y colocar un presidente “marioneta” que se alinee con las políticas extranjeras y no con los intereses propios del país. El mismo Avilés, tratando el tema de Haití, expone las contradicciones de la comunidad internacional al respecto en estas dos últimas décadas de su historia, al margen de lo que TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS ocurrió en sus orígenes: Haití no logró reconocimiento de su gobierno durante los primeros años de la década del 90 del Siglo XX110. Aun cuando fue el segundo país que obtuvo su independencia en el hemisferio americano, Haití ha sido ejemplo de carencia de desarrollo económico y falta de democracia en gran parte del periodo de sus gobernantes en el poder. En 1986, tras acabar con la dictadura de los Duvalier, el país se dirigía a vivir un periodo de cambio constitucional y, por ende, la apertura a un régimen democrático. En 1991, el sacerdote y líder del partido Lavalas, Jean Bertrand Aristide, fue electo presidente, siendo el primero elegido democráticamente en la historia de la república. Sin embargo, el General Raoul Cédras, con apoyo de las fuerzas armadas de Haití, realizó un golpe de Estado contra Aristide el 29 de septiembre de 1991. Aristide tuvo que salir del país, mientras la Junta militar asumía el control. La comunidad internacional apoyó a Aristide, negándose a reconocer a las nuevas autoridades haitianas e impusieron sanciones económicas contra el país mediante la aprobación de resoluciones de la Organización de Estados Americanos y del Consejo de Seguridad de la ONU. Incluso, el Presidente estadounidense, Bill Clinton, designó a una delegación para negociar la salida de la Junta Militar del gobierno y el regreso de Aristide a la presidencia. El Consejo de Seguridad autorizó la intervención militar para derrocar a la Junta Militar, pero antes de la intervención, los militares golpistas salieron del poder y abandonaron el país. De esa forma, Aristide regresó al poder y nuevamente el gobierno haitiano fue reconocido por la comunidad internacional. Posteriormente, el mundo fue testigo de eventos acontecidos en Haití en los cuales el reconocimiento del gobierno volvió a estar en entredicho (principalmente por el golpe de Estado organizado en contra de Aristide en 2004, que provocó su salida del país y su vuelta nuevamente en marzo de 2011) y por eventos naturales de magnitud catastrófica (terremoto de 12 de enero de 2010) que dejó al gobierno haitiano sin condiciones para gobernar al país. La reacción de la comunidad internacional no ha sido uniforme en diversas circunstancias similares. (Avilés Santa, 2011) En la actualidad se utilizan estas cláusulas del reconocimiento estatal dentro de la comunidad internacional para coordinar una postura conjunta en contra de gobiernos o movimientos que no respeten las normas y legislación internacional pública acordadas en el seno de estas sociedades. Las sanciones inter estatales, como medida de represalias, existen desde hace tanto tiempo como existen los desacuerdos entre estados. Al contrario, las sanciones multilaterales modernas, pronunciadas por el Consejo de Seguridad de la Vemos como casi 2oo años después de obtener su independencia, su soberanía es puesta en entredicho de nuevo por la comunidad internacional, alegando esta vez, a la incapacidad de autogobernarse y desarrollarse económicamente, objetivo y efecto primordial que, irónicamente, esa misma comunidad internacional estuvo persiguiendo para la República haitiana durante décadas… 110

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APÉNDICES Y ANEXOS ONU, existen como tal desde la postguerra. Es cierto que en el caso de Haití no hubo ningún consejo de Naciones Unidas, pero el consenso de las Potencias Europeas y EEUU al respecto, junto con el Tratado de Viena tras la derrota de las tropas napoleónicas permiten extrapolar las sanciones aplicadas a la recién independizada colonia de esclavos y asemejarla a las sanciones multilaterales modernas. Debido a que se implican a los Estados con intereses marcadamente divergentes en forma de confrontación, las relaciones internacionales tradicionalmente dan lugar a acciones unilaterales de un Estado contra otro debido a que el primero se siente supuestamente lesionado o perjudicado por las acciones del segundo. Éstas pueden presentar las características de una sanción: son principalmente las represalias, las cuales parecen responder a comportamientos hostiles y se manifiestan frecuentemente a través de un bloqueo marítimo en particular y el embargo. Se trata de medidas que normalmente serían ilegales, pero que se convierten en legales – siempre que no incluyan el uso de la fuerza111 ya que están diseñadas para combatir un acto ilegal cometido con anterioridad-. Estas acciones son particularmente numerosas entre los siglos XVII y XIX, un periodo que vio la desaparición del ius publicum europeum derivado de la época medieval y el surgimiento de los Estado-nación que apenas cesarán de competir entre sí. A continuación son las medidas de represalia –denominadas también contra medidas- las que serán perfectamente lícitas según el derecho internacional ya que, aunque vinculantes y fraudulentas, éstas no incluyen ningún tipo de uso de fuerza y responden a actos en sí legítimos, pero desagradables, cometidos por el Estado a las apuntan estas medidas (IHEDN, 2009). Estas sanciones, a pesar de estar dirigidas a los gobiernos, acaban siempre siendo evadidas por los representantes gubernamentales y sus efectos son absorbidos por la sociedad civil a la que se quiere proteger de los actos abusivos del gobierno sancionado. Para muchos países o sociedades poco desarrolladas, el efecto de las sanciones será devastador para el Estado al que éstas están dirigidas, en el plano económico, social y cultural. La historia ha demostrado que las sanciones económicas no pesan sobre la voluntad de los dirigentes del país objeto; éstas afectan mucho más a la población que a la clase dirigente, y en cierto modo, apuntarían a la desaparición de uno de los tres componentes que constituyen los pilares de un Estado: su población.

La aceptación de la deuda francesa se hizo bajo la amenaza de los cañones de la flota francesa, por lo que se puede considerar que sí se usó la fuerza en la aplicación de las represalias a los haitianos. La visión de los franceses se basaba en las creencias católicas de la “guerra justa” justificativas de la ocupación de las américas del S.XVI: En la guerra es lícito hacer todo lo necesario para la defensa del bien público Es lícito recobrar las cosas perdidas y sus intereses. Es lícito resarcirse con los bienes del enemigo de los gastos de la guerra y de todos los daños causados por él injustamente. El príncipe que hace una guerra justa podrá hacer cuanto sea necesario para mantener la paz y la seguridad frente a sus enemigos. Después de obtenida la victoria, recobradas las cosas y asegurada la paz, se puede vengar la injuria recibida de los enemigos y castigarlos por las injurias inferidas. 111

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APÉNDICES Y ANEXOS El IHEDN concluye que las sanciones internacionales son útiles en el sentido en el que se puede evitar conflictos de gran amplitud, pero si estas sanciones han permanecido durante más de 30 años, éstas ya no responden a todas las problemáticas del conflicto. Si por un lado puede que sean útiles, las sanciones sin embargo son insuficientes por ellas mismas para conseguir los objetivos que se pretenden conseguir como atestiguan los fracasos registrados en la historia (IHEDN, 2009). Para la Haití del S. XIX las sanciones eran indiscriminadas, dirigidas tanto al gobierno como a su población, y la cuestión moral ni siquiera se planteaba, ya que los ex esclavos no tenían, a ojos de la comunidad internacional, el estatus ganado de ciudadanos, ni por consiguiente tenían derecho a un gobierno soberano que les regulara. ¿Cuáles fueron las consecuencias de estas sanciones para el pueblo haitiano? Si consideramos la clasificación de sanciones que propone el Instituto de altos estudios de la Defensa nacional Francesa (IHEDN, 2009) en el S.XIX Haití estuvo expuesta a todos los tipos de sanciones existentes: (i) Sanciones diplomáticas dirigidas a los gobernantes de un estado, los cuales se ven excluidos de las actividades de los organismos internacionales, (ii) Sanciones militares consistentes en el embargo del armamento o la supresión de la ayuda o de las operaciones de entrenamiento militar, y (iii) Sanciones económicas, comerciales y financieras. ¿Y qué de los efectos? Los efectos de estas sanciones se pueden rastrear tanto en la fragilidad permanente del gobierno, sobre la población y sobre el medio ambiente: a) sobre el gobierno: la deuda impuesta por Francia hizo que se priorizaran los pagos, y se vaciaran las arcas del estado incapacitando el pago de funcionarios y los servicios públicos. Otros de los efectos producidos por estas sanciones económicas fueron el Aumento de la concentración del poder, dispensación de favores y repartición de los pocos recursos dejados en Haití en los círculos de poder. La perpetuación de las sanciones provocó que éstas fueron cada vez más eludidas, especialmente en forma de contrabando, y favoreció la corrupción a todos los niveles. b) Sobre la población: los efectos son más obvios con la caída drástica del PIB durante los 20 años inmediatos a la declaración de la independencia, y la ausencia total de los servicios públicos por falta de capital para la inversión. De todos los servicios públicos, los que más minaron a la población fue la inaccesibilidad a la educación, la cual hubiese permitido una toma de conciencia por parte de la población de las cuestiones relevantes para la mejora de las condiciones de vida y hubiese fomentado la capacidad de la población para ser un actor principal en la construcción de su propio futuro. c) Sobre el medio ambiente: ya hemos visto en la sección anterior que la búsqueda alternativa de recursos para el pago del servicio de la deuda fue en detrimento de la preservación de los recursos naturales, en lo que desembocó en última instancia en la destrucción de la cubierta vegetal del país. “Para contrarrestar la globalización de la esclavitud de 1804, los haitianos habían hecho un pacto con la inteligencia y el coraje para recuperar su orgullo como seres humanos TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS ante un mundo de blancos que les quería reducir al nivel de bestias de carga útiles para el trabajo servil sobre las plantaciones hasta la muerte. Dos siglos más tarde,…, los descendientes de esos haitianos deben encontrar vías y medios para oponerse a una comunidad internacional que aún cree poder -con las fuerzas militares extranjeras y un gobierno títere a sueldo- continuar con una política de sufrimiento y de humillación. Haití ha sido la gran víctima de la victoria de Occidente sobre el planeta. No se ha beneficiado de ninguno de los progresos de la tecnología y de la ciencia en los sectores del comercio, de la agricultura y de la industria. Tampoco ha sacado partido de la subida de los EEUU como potencia hegemónica en el mundo. En esta etapa de la globalización salvaje, Haití se vuelve a encontrar abajo en el listado de Estados fallidos con un gobierno que no consigue ni siquiera recibir la confianza de su propia población. Desde que hizo la conquista de Haití a través del genocidio de los indios y la institución de la esclavitud, la comunidad internacional propaga y desarrolla sus redes de corrupción, según sus propios términos, para extirpar las riquezas que hicieron de Saint-Domingue la más próspera de las colonias… La fuerza de occidente es el haber sabido actuar con dos manos, infligiendo la primera el terrorismo a otros pueblos por sus armas, y la segunda haciendo ese terrorismo llevadero por la dulce voz del evangelio recomendando a los pueblos esclavizados que acepten sus condiciones para tener la felicidad eterna en el más allá. Esta alianza de la espada y la cruz para santificar los poderes con las amenazas y los temores siguen siendo el mayor baluarte que protege el status quo contra las patadas de la multitud. El cinismo de la comunidad internacional solo es igualada por la codicia de los comerciantes vendedores de carne humana que han tejido las redes de corrupción en todos los puertos abiertos al comercio exterior y que después de la independencia de Haití, duramente ganada en 1804, sembraron las semillas de la división entre los haitianos para que se desgarren entre sí. La estrategia de la comunidad internacional utilizará el imperialismo cultural, el racismo y el chantaje del aislamiento a las élites haitianas para dividir a las masas campesinas y evitar la construcción de un estado de derecho. Esto se hizo con la habilidad y delicadeza en el S.XIX, cuando los diplomáticos franceses, ingleses, alemanes y americanos acreditados en Haití se aseguraron que el escándalo del Estado marronado [esclavo escapado de su amo], por el cual las élites se mataban entre sí, continuase sin grandes cambios. Los pocos miembros de la intelectualidad haitiana que entendieron este juego funesto no podrán luchar, con sus armas irrisorias, contra la situación de inercia impuesta por las fuerzas escurridizas de los comerciantes consignatarios aliados a los militares feudales. La telenovela de cañones imponiendo indemnizaciones y deudas, la formación de las élites haitianas por el clero bretón, la ocupación americana, la emigración de los campesinos haitianos a Cuba y a la República Dominicana, el fomento de las clases medias contra las élites, las ocupaciones extranjeras en repetidas ocasiones, constituyen los momentos más importantes de la guerra de baja intensidad que la comunidad internacional somete a la sociedad haitiana. Una guerra no declarada en la que las fuerzas de la MINUSTAH, con su presencia en el suelo haitiano, revelan la gravedad cotidiana. TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS En momentos en el que la mayoría de los haitianos se está dando cuenta del callejón sin salida de este modelo de negligencia impuesta, la comunidad internacional está desesperada y no puede utilizar los motores convencionales para salir de su estancamiento. Una vez enterada de su magistral fracaso originario de los guetos bidonvilles, de los balseros y de la criminalidad rampante, la comunidad internacional decidió cancelar “parte” de la deuda de Haití112. Por lo tanto, se extiende la longitud de la soga colocada en el cuello de los haitianos para que éstos puedan continuar -como los zombis en la famosa pintura de Héctor Hyppolite- trabajando en la ilusión de la libertad. Las políticas de desestabilización de la comunidad internacional se han vuelto más audaces y más abiertas… Desde que la Agencia De Inteligencia Central (CIA) financió a los militantes contra-revolucionarios en Nicaragua con la venta de drogas y armas en Irán (el escándalo del Irangate) se permiten todo tipo de golpes para asegurar el mantenimiento de un orden en decadencia que se niega a desaparecer. La comunidad internacional es el mayor obstáculo a la solución de los problemas de Haití. Con el planeta como su campo de operaciones, esta comunidad de desgracia no ha roto con su explosiva crueldad productora de sangre y lágrimas. Sus aparentemente buenas intenciones solo son engaños para sofocar la justicia y la dignidad. Como lo hicieron en 1804, rompiendo para siempre el modelo dominante de esclavos, los haitianos deben inventar otro modelo de sociedad en el mundo actual. Esta invención debe hacerse lejos de los lugares de poder y división que crean la dinámica de extraversión en la que todos pierden. La demanda de dignidad es alta en todos los estratos sociales para llegar a borrar el consenso mediocre que una cierta clase política ha construido negociando la ocupación del territorio nacional. Un nuevo comienzo es necesario para poner fin a estas ocupaciones extranjeras que instalan fábricas de cretinos y mendigos. La estupidez ha durado bastante” (Pean, 2009).

8.3. EVOLUCION DE LA DEUDA EXTERNA En cuanto a la tercera exigencia para la expansión de la economía de un país –tipo de interés medio de los préstamos inferior al crecimiento del país- para el caso haitiano hay muchos incisos a hacer. Veremos que la deuda asignada a la República Haitiana no fue fruto de préstamos contraídos para conseguir un capital inicial de inversión para dotar al país de los servicios mínimos a sus ciudadanos, sino que fue impuesta desde el exterior, de una forma ilegal e ilegítima –dirán los legisladores del derecho internacional- para servir a los intereses de estados foráneos y ajenos al interés nacional haitiano, y cuyo servicio pagador encaminó eventualmente a la petición de más crédito para sufragar el capital evadido. En esta sección de nuestro trabajo de investigación veremos que la situación actual del 112

Los datos indican que en el 2010 la deuda externa de Haití fue condonada por la comunidad internacional en un 50%, pero tan solo 3 años después, las cifras vuelven a niveles incluso superiores a momentos anteriores al terremoto. Ver tabla “Evolución del PIB y Deuda Pública de Haití” en sección 8.3.1.

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APÉNDICES Y ANEXOS país haitiano es un cúmulo de deudas odiosas e ilegítimas contraídas a lo largo de los dos siglos de su existencia; y a pesar de que los actores responsables han sido claramente identificados, no se ha permitido ningún tipo de investigación hacia este sentido.

8.3.1.

Ilegitimidad de la deuda

“Para poder juzgar la nulidad de un contrato de préstamo, no solo hay que estudiar cuidadosamente las cláusulas del contrato sino también las circunstancias que rodean la firma del mismo y el destino real de los fondos demandados” (Vivien y Lamarque, 2011). Antes de comenzar a analizar los eventos históricos e hitos que repercutieron en las sumas a sufragar por parte de la República haitiana a otras naciones, procederemos a definir y clasificar los tipos de deudas de forma general, basándonos en el documento realizado por la Asamblea de los Pueblos Acreedores de Deuda Histórica, Social y Ecológica durante el Jubileo Sur del año 2004 (Jubileo Sur, 2004). Como bien presentan en su documento, la ilegitimidad expresa un consenso generalizado y fundado en argumentos racionales, de que una realidad es injusta e inmoral. Las deudas ilegítimas son aquellas derivadas de préstamos que financian o dan como resultado conductas, mecanismos o fenómenos que atentan contra el desarrollo de la vida digna de las personas y/o ponen en peligro la convivencia pacífica entre los pueblos. En la mayoría de los casos son aquellos préstamos que (en contratación o renegociación, en aquello que financian o en sus efectos) generan mecanismos o comportamientos que violan los derechos humanos –individuales o colectivos- económicos, sociales o culturales. Entre estos comportamientos encontramos la opresión de los pueblos, el genocidio, las guerras imperialistas, la corrupción, la distribución desigual de la riqueza, la generación de la pobreza, la arbitrariedad, la intervención de las soberanías o desastres ecológicos (Observatorio de la deuda, 2005). Como hemos visto, las circunstancias que rodearon a la primera deuda impuesta a la república haitiana, reúne gran parte de estos comportamientos injustos: -

Opresión de los pueblos: Los intereses de la Francia imperialista, desde incluso antes de la independencia de la república haitiana, fueron siempre asegurar la supremacía del Imperio y la subyugación de la colonia a los intereses del mismo. Eso se consiguió en un primer momento con la negación de la ciudadanía francesa a la población mayoritaria de la colonia restringiéndola a los franceses blancos, y una vez perdida la colonia tras las guerras de 1803, con el no reconocimiento de la soberanía de la recién inaugurada república haitiana. El pueblo haitiano fue oprimido en todas las esferas posibles (política, económica y social) y obligado a aceptar unas condiciones de servicio de deuda injustas y perjudiciales para su propio desarrollo.

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APÉNDICES Y ANEXOS -

Guerras Imperialistas: La carrera hacia el poder entre las primeras potencias en los siglos XVII y XVIII, y el desgaste económico que éstas sufrieran a causa de los conflictos bélicos, obligaron a una sobreexplotación de las colonias para recuperar, en el mínimo tiempo posible, los recursos ya casi inexistentes en la metrópoli Francesa. El exigir una deuda que suponía el presupuesto nacional francés de un año a una colonia perdida ya hacía más de 20 años, fue una estrategia de última hora para solucionar el déficit en las arcas nacionales francesas e impulsar la economía estancada del Imperio.

-

Distribución desigual de la riqueza: Las bases del sistema económico mundial de la actualidad, en donde se promueven las dinámicas con favoritismos hacia los países del norte, se asentaban ya con el colonialismo: unos países se apropian y enriquecen a costa de otros, y estos últimos pierden y se empobrecen en una espiral sin fin. Toda la riqueza que permitió a Francia ser una de las potencias más grandes de Europa provenía de lo que se explotaba en la isla Saint Domingue.

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Generación de la pobreza: El bloqueo comercial internacional impuesto a la recién República de Haití y su prohibición para comercializar sus productos generaron y propulsaron los primeros mecanismos de empobrecimiento del país (guerras por los recursos del país, guerras por el poder interno, deslealtades al poder reinante interesadas, contrabando de mercancías,…)

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Intervención de las soberanías extranjeras: Tanto Francia con la imposición de su deuda injustificada, como EEUU en su ocupación de la isla a principios del S. XX para asegurar el pago de la misma (entre otros de sus tantos intereses), han confirmado el perpetuado intervencionismo de las potencias extranjeras en los asuntos políticos de la isla, y de una manera especial en el asunto de su deuda externa.

No debiéramos olvidar que otras deudas contraídas posteriormente también pueden ser catalogadas como ilegítimas ya que están ligadas a la corrupción de la fuerza gobernante (por ejemplo las contraídas durante la era de los Duvalier) y a un desvío del objetivo que los fondos recibidos debían haber sido destinados. Pero, ¿Cómo se determina que una deuda es ilegítima? Desde la Asamblea de los Pueblos Acreedores se propone que, en cada caso particular, se haga una investigación para determinar (a) cómo se originó la deuda, (b) quién pidió el préstamo, (c) bajo qué circunstancias o para servir a qué interese, y (d) a qué fue destinado el dinero del préstamo. Estas preguntas se contestarán en los apartados posteriores detalladamente. Según las respuestas obtenidas a estas preguntas se podría hacer la siguiente clasificación (Observatorio de la deuda, 2005): i) Deudas de opresión: Son aquellas deudas que se contraen para financiar actividades agresivas o criminales contra la población, para comprar armas con las que reprimir levantamientos populares, etc… (ejemplo deudas del régimen del Apartheid en Sudáfrica). Aunque las deudas contraídas por los Duvalier son tradicionalmente catalogadas como deudas de corrupción (ver más abajo) no hay TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS dudas de que el régimen del dictador se sirvió de los préstamos para mantenerse en el poder, y oprimir a los círculos de oposición en el territorio haitiano y/o expulsarlos del mismo. ii) Deudas de guerra: son las derivadas de préstamos que financiaron planes bélicos con fines imperialistas o anexionistas. En nuestro caso de estudio, no aplica. iii) Deudas de corrupción: cuando los fondos solicitados por los Estados son desviados directamente a las cuentas personales de gobernantes o destinados a “caprichos públicos”. El ejemplo que los académicos ponen para este tipo de deuda es, ni más ni menos que el dictador Duvalier en Haití. iv) Deudas de élites: Son resultado de préstamos solicitados por el Estado para beneficiar exclusivamente a una minoría de la población que disfruta de una posición beneficiosa política o económicamente. En Haití, los intereses de la élite mulata y la distinción de clases se han perpetuado desde el periodo colonial hasta nuestros días. Si hoy por hoy, a pesar del gran endeudamiento del país, la élite sigue disfrutando de privilegios y control tanto económico como político del país, se podría concluir que los fondos que han llegado a Haití han ayudado a que el sistema de clases instaurado se perpetúe. v) Deudas de desarrollo: resultados de préstamos para realizar proyectos de desarrollo que fracasaron, pero que fueron muy rentables para los bancos y proveedores extranjeros. Desgraciadamente, esta es una deuda que la mayoría de los países en desarrollos tienen en sus archivos. Las condiciones tan duras impuestas por los organismos internacionales para que los países deudores implantaran los ajustes estructurales en sus estructuras estatales han demostrado ser la consecuencia del empobrecimiento paulatino y cada vez más acusado de cada uno de ellos. En este saco también se incluye a Haití, en donde a pesar de los préstamos recibidos en el pasado, e incluso a pesar de cancelaciones de parte de la misma tras el terremoto del 2010, la deuda sigue escalando a un ritmo vertiginoso; mientras que esas mismas agencias y proveedores extranjeros continúan obteniendo ganancias y beneficios para sus propias estructuras internas de las necesidades del pueblo haitiano. vi) Deudas de Salvamiento: Aquellas generadas por reestructuraciones económicas, financieras o institucionales que prometían el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. A parte de estas clasificaciones de tipos de deudas, en los últimos años han empezado a defenderse los conceptos de “deuda odiosa” y “deuda impagable” por parte de organizaciones que abogan por las cancelaciones totales de las deudas contraídas por los países que hoy ocupan los puestos más bajos en los rankings de crecimiento económico e índices de desarrollo humano. En el caso de la deuda odiosa, sus defensores se basan en que este concepto deriva del TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS concepto que han señalado los tribunales y expertos en derecho en la resolución de litigios en los cuales se cuestionaba la obligación de pagar una deuda pública cuando un estado o gobierno heredaba el estado de deuda anterior. Una deuda se considera odiosa cuando el préstamo se toma sin el consentimiento de la población (por un régimen despótico), se utiliza en contra de los intereses o el bienestar de la población, y todo eso se realiza con el consentimiento de los acreedores (Observatorio de la deuda, 2005). Con esta definición se podría denunciar incluso a la deuda ocasionada por los bancos españoles a causa de la crisis del 2008 a los que se tuvo que rescatar con dinero público, -en contra de la opinión pública-, y que luego se demostró que fue desviado para otros fines debido a la corrupción de las entidades financieras. El Centre for International Sustainable Development Law (CISDL) de la universidad canadiense McGill propuso una definición general para deuda odiosa que parece apropiada: Las deudas odiosas son aquellas que fueron contraídas contra los intereses de la población de un Estado, sin su consentimiento y con conocimiento de cause de los acreedores”. Esta definición avanzada implica que los acreedores privados que prestaron dinero a regímenes (legítimos o no), o a empresas que gozan del beneficio de la garantía del Estado para proyectos que no fueron consultados democráticamente y que son nocivos para la sociedad, se arriesgan a ver sus créditos anulados (Toussaint, 2004). El caso113 que dio origen al concepto de deuda odiosa data del S. XIX cuando EEUU, después de la liberación de Cuba de la dominación colonial hispana y la siguiente caída bajo protectorado norteamericano, no reconoció la deuda cubana heredada de la corona española, basándose en que “había sido impuesta al pueblo de Cuba sin su consentimiento y por la fuerza”. En la conferencia de paz Hispano-americana celebrada en Paris 1898, la delegación norteamericana argumentó que Cuba, como Estado sucesor, no tenía ninguna obligación de asumir la carga de la deuda contraída por un régimen de dominación colonial, que es per se negación de derecho, y que este régimen de dominación había ignorado de manera intencionada los derechos del principal interesado: el pueblo cubano. La comisión114 evaluadora dio la razón a EEUU y la deuda se consideró odiosa, y por tanto nula. Sin embargo, la ironía del caso es que no estableció precedente formal ya que hasta día de hoy los EEUU no han firmado para ser regulados por la Corte Criminal Internacional, cosa que Haití sí115. El concepto de deuda odiosa, no obstante, se formalizó y pasó a formar parte del derecho internacional con el dictamen del Juez Taft en el caso116 de Gran Bretaña contra Costa Rica en 1930.

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Precedente legal en la historia aceptado por entidad internacional mediadora, que en este caso benefició a una potencia. Esa misma imparcialidad se debería mostrar en casos similares, pero por desgracia, no es así, porque no interesa a esas mismas potencias con voz y voto en el sistema internacional de comercio actual. 114 La Comisión argumentó que la “deuda fue creada por el gobierno de España para sus propios intereses y por sus propios agentes. Cuba no tuvo voz en esta cuestión”. La Comisión agregó que “los acreedores aceptaron el riesgo que tenían sus inversiones”. El litigio se cerró con la firma de un tratado entre España y EEUU, en Paris en 1898 (Toussaint, 2004). 115 Aun así, a día de hoy el Tratado todavía no ha sido ratificado por la República Haitiana (CICC, 2013). 116 El Tribunal internacional de arbitraje declaró que los préstamos otorgados por un banco británico al Presidente Tinoco de Costa Rica eran nulos porque los préstamos no sirvieron a los intereses del país,

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APÉNDICES Y ANEXOS Por otra parte, la deuda impagable hace referencia a aquella, que aunque siendo legítima, no se puede pagar sin dañar los derechos humanos (DDHH) de la población del país deudor, o comprometiendo la calidad de la vida de sus habitantes o de las siguientes generaciones (Observatorio de la deuda, 2005). “No se puede esperar de un Estado que cierre sus escuelas, sus universidades y sus tribunales, que abandone los servicios públicos dejando su comunidad sumida en el caos y la anarquía simplemente por el hecho de que así dispondrá de dinero para reembolsar a sus acreedores, extranjeros o nacionales” (Comisión de Derecho Internacional de Naciones Humanas, 1980; ídem, 2005). Hay un consenso entre los movimientos sociales críticos con de los sistemas crediticios en considerar que el pago de una deuda es sostenible cuando un gobierno puede pagarla con los recursos que quedan después de asegurar que se cubren las necesidades humanas básicas de TODA la población. Esto sin deteriorar el medio ambiente y sin comprometer futuras perspectivas de desarrollo humano (Observatorio de la deuda, 2005). Estos mismos movimientos sociales ven como medida necesaria la realización de Auditorías Públicas Integrales (API) de la deuda externa de los países del Sur, con el objetivo de determinar la legitimidad o ilegitimidad de la deuda exigida. El objetivo de estas auditorías cubriría también la demanda de restituciones y responsabilidades judiciales a aquellas personas y/o instituciones que permitieron, fomentaron e hicieron uso de créditos ilegítimos.

8.3.2.

Pago de la deuda impuesta por Francia

Haití sirve como un excelente ejemplo de la subyugación a través de la deuda, que Marx describió como esencial para la acumulación de origen y la continua expropiación de recursos. Durante los últimos 200 años, Haití ha sido re-colonizada a través de sistemas financieros internacionales y extranjeros; a pesar de su revolución de esclavos y su logro de obtención de la libertad, Haití continua bajo servidumbre por la deuda, y aunque se hayan cancelado algunos prestamos, otros nuevos se han realizado, perpetuando el ciclo del neo-colonialismo financiero. La violencia del sistema colonial no terminó una vez los antiguos esclavos echaron a los franceses, declarando la independencia de Haití el 1 de enero de 1804. Más bien, la “fuerza bruta” del sistema colonial militar fue perpetuada por el colonialismo financiero. sino al interés personal de un gobierno antidemocrático…. “El banco debe probar que el dinero fue prestado al gobierno para que reciba un uso legítimo. No lo hizo” fueron las palabras del Juez Taft. Los regímenes legales que sucedieron a las dictaduras latinoamericanas en los 80 (Argentina, Uruguay, Brasil, Chile,…) podrían haber recurrido al derecho internacional para conseguir la anulación de las deudas contraídas por los regímenes militares. No lo hicieron. El gobierno norteamericano se cuidó bien de sugerirlo. Y con razón: las dictaduras fueron apoyadas activamente (cuando no fueron puestos en el poder) por EEUU, siendo los bancos norteamericanos los principales acreedores (Toussaint, 2004). Esto mismo se podría aplicar al caso haitiano, ya que tras la intervención de la Tesorería Nacional en la ocupación en 1915, y tras el control de la Banca Nacional a través de Citibank el servicio de pago de la deuda pasaba a manos de los estadounidenses, los cuales se encargaron de que se pagase íntegramente. Los mismos argumentos se podrían haber utilizado tanto para la anulación de la deuda impuesta por los franceses y para el pago de las deudas contraídas por los Duvalier, pero tampoco interesó a los EEUU en esta ocasión, porque no jugaba a su favor.

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APÉNDICES Y ANEXOS Marx sostuvo que el sistema colonial forzó la implantación del sistema de crédito; el desarrollo del sistema de crédito internacional crea la deuda que subyuga a la colonia y continúa proporcionando recursos para el colonizador (Global South, 2010). Y esto no puede ser de otro modo… La historia acaba demostrando que los intereses de las potencias siguen siendo los mismos, a pesar de los años, aunque se nos intente hacer creer lo contrario. La práctica de la Trata ha dado lugar a una condenación, retrospectiva, por parte de toda la comunidad internacional, firmemente unida para reprobar lo que encontraba perfectamente lícito dos siglos antes (Blancpain, 2003). La deuda de la independencia es un caso raro e inexplicable. En el Congreso de Viena de 1815 Francia hizo reconocer al resto de las potencias todos sus derechos sobre su “colonia de Saint-Domingue” –a pesar de su declaración de independencia 11 años antes-. Por esta razón, ningún Estado no quiso reconocer oficialmente la nueva República de Haití hasta que la misma Francia hubiese dado su aprobación. Durante los años siguientes Francia intentó que Haití volviera a sus estatus de colonia bajo su dominio, pero los dirigentes haitianos se negaron. Ante las discusiones infructuosas surgió la proposición de una indemnización a los colonos. Aunque Haití se independizó echando fuera a los franceses en 1804, veinte años después, Francia recuperó el control económico sobre el país mediante la imposición de una indemnización desmesurada, por la cual la nueva nación se endeudaría por los siguientes 122 años. En los años siguientes a 1804, Francia envió comisionarios a Haití para retener los lazos coloniales, ante los cuales los lideres haitianos reafirmaron la independencia de su nación (Global South, 2010). Carlos X decidió de su propia iniciativa y autoridad, bajo la forma de la ordenanza del 17 de abril de 1825, que la indemnización sería de 150 millones de francos pagables en 5 tramos anuales iguales de treinta millones. Envió un escuadrón a Puerto-Príncipe para presentar la ordenanza y obligar su aceptación al gobierno haitiano, el cual no tuvo más remedio que aceptarlo. En los puertos de Puerto Príncipe había 14 navíos con 528 cañones, que constituían un argumento diplomático muy convincente (Blancpain, 2003). Además Francia tenía que conceder una preferencia arancelaria del 50% a Francia. Durante los próximos 4 años el presidente Boyer intentó renegociar los términos del acuerdo, pero Francia no cedía, convencida117 de que “el mundo entero sabía de la posesión de las riquezas de la antigua Saint-Domingue”… Muchos historiadores, como Robert y Nancy Heinl, están convencidos de que el presidente haitiano de entonces aceptó la ordenanza porque básicamente “no tenía otra opción”. Aunque las formas y los términos del acuerdo eran humillantes y resultarían perjudiciales para el desarrollo de la nación, el Estado haitiano no tenía otras alternativas. El comandante jefe francés declaró a los haitianos que “o escogían una vida nueva en paz y felicidad o el gran escuadrón enviado [y atracado en los puertos haitianos] empezarían las operaciones militares. A pesar de que Boyer firmó el acuerdo, todavía hoy se nos hace difícil comprender como los franceses podían justificar la exigencia de compensaciones por 117

Tras la concesión de varios préstamos para pagar la deuda impuesta, Francia salió convencida y estuvo dispuesta a reducir el pago.

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APÉNDICES Y ANEXOS la pérdida de sus esclavos. De hecho, Haití es el único país donde se ha obligado a los antiguos esclavos pagar a otra nación por su libertad (Global South, 2010). La deuda de la independencia pagada por Haití a Francia participa de un conjunto de actos de piratería de la comunidad internacional que contribuyen al pillaje del capital haitiano. Toda la política exterior francesa del S.XIX ante la corralada Haití tenía como principal objetivo el mantenerla en una inestabilidad total. Las Consecuencias, según la asociación Francia-América Latina (F.A.L., 2008): i.

Una espiral de endeudamiento: pillaje de los recursos mineros, relaciones comerciales desiguales, endeudamiento para pagar la deuda, retenciones de impuestos sobre el café para garantizar el pago.

ii.

Un control de la producción cafetera por parte de Francia: todo el café haitiano producido con grandes dificultades y esfuerzos, pero vendido a precios ridículos dictaminados por la ordenanza de Carlos X- se dirige al Puerto de Havre en Francia.

iii.

El café se somete a una doble tarificación aduanera: en el contexto de la negociación de la deuda, la estrategia francesa consiste en bajar los precios de los productos manufacturados procedentes de Haití.

La indemnización a Francia dejó minusválida a la economía haitiana casi de inmediato. Para el primer pago de los 30 millones de francos, el presidente Boyer hipotecó los ingresos de Haití y para los 6 millones de intereses resultantes del crédito agotó la liquidez de las reservas de la tesorería nacional (Global south, 2010). El primer tramo de 30 millones se pagó con los fondos provenientes de un préstamo pedido en Paris, pero el gobierno haitiano no pudo pagar los otros cuatro pagos exigidos. Por lo que el gobierno entabló negociaciones para obtener una reducción del monto y una extensión del plazo de pago. Las negociaciones concluyeron el 12 de febrero de 1838 con una bajada a 90 millones de la indemnización, es decir el reembolso ya efectuado de 1825 más un complemento de 60 millones en lugar de 120. Esta vez, el acuerdo de 1838 no fue acompañado de presiones militares y políticas para su firma (Blancpain, 2003), la sumisión de la colonia ya se había conseguido a través de otros métodos. Incluso con esta reducción Haití era incapaz de pagar esta enorme cantidad de dinero. Para finales del S.XIX Haití estaba enviando el 80% de sus ingresos nacionales a Francia. Para pagar su “deuda” a Francia, Haití solicitó préstamos a otros países, principalmente EEUU, Alemania y [como no] Francia, hundiéndose a sí misma cada vez más en el endeudamiento118. Los préstamos pedidos por Haití han servido principalmente para consolidar otros múltiples préstamos de carácter local generalmente en unas condiciones leoninas y cuya acumulación condujeron, en muchas ocasiones, a poner al gobierno al

118

Por ejemplo en 1922 los EEUU prestaron a Haití 40 millones de dólares. Así el ciclo de pago de la deuda y nuevos préstamos continuó: la indemnización que había sido impuesta a los haitianos les posicionó en un aprieto y fueron obligados a buscar cada vez más préstamos de otras naciones, sin tener alivio alguno de la deuda aplastante (Global South, 2010).

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APÉNDICES Y ANEXOS borde de la banca rota119. Las condiciones de los préstamos se presentaban bastante severas debido, por una parte a la inestabilidad política y social de Haití que hacía valerse a los bancos franceses de una prima de riesgo, y por otra parte, a las generosas comisiones que se atribuían los intermediarios franceses y haitianos. Los 90 millones fueron efectivamente pagados a Francia en poco más de 60 años, ya que durante los periodos de conflictos internos, los pagos se suspendían. El último ingreso tuvo lugar en 1883,… pero se tardó en pagar los intereses otros 64 años más. En 1947 Haití finalmente terminó de pagar la deuda de la indemnización a Francia.

Prestamos obtenidos por el gobierno Haitiano finales S.XIX Fecha

1875 1896 1910

Monto nominal

Recibido por el gobierno

23.852.910,00 21.842.235,00 50.000.000,00 38.753.744,00 65.000.000,00 45.700.000,00

% del principal

91,6% 77,5% 70,3%

Fuente: (Blancpain, 2003)

Pero para ese entonces 1947 Haití estaba tan despojada que se vio obligada a pedir más préstamos, de los cuales no todos los fondos fueron destinados a levantar el país, desgraciadamente. Una gran parte de estos préstamos -alrededor del 40%- fueron pedidos por los dictadores Duvalier, quienes dirigieron el país entre 1957 y 1986. Se estima que cuando Baby Doc huyó del país tomó 900 millones de dólares de estos préstamos con él. Aún más, una gran cantidad de estos préstamos fueron pedidos por los regímenes militares que gobernaron desde 1986 hasta 1990. Aunque los abusos y mal uso de los recursos por parte de los Duvaliers y los regímenes militares eran ampliamente conocidos y reportados, los países y las instituciones financieras continuaron prestándoles dinero. Esta deuda fue utilizada, no para el beneficio de la población, sino para financiar la opresión de la misma. Desde el terremoto de enero de 2010 se han hecho más préstamos y Haití sigue estando agobiada con la deuda. A pesar de los anuncios de condonación de deuda tras la catástrofe y la presión de la opinión pública, las “donaciones” siempre vienen con letra pequeña120.

119

Otro ejemplo: el 25 de julio de 1902 el gobierno contrató un préstamo local de 250.000 HTG con un tipo de cambio del momento de 2,53 HTG para 1 USD. Por lo que recibió 98.814 USD. Sin embargo se comprometió a reembolsar el equivalente en dólares de 250.000 HTG más una tasa de interés del 1% mensual, en base a una tasa de cambio de 1,25 HTG para 1 USD, es decir, un valor nominal de 200.000 USD (Blancpain, 2003). 120 En enero 2010 el FMI dio a Haití un préstamo de ayuda de emergencia de 102 millones de dólares sin intereses, pero que tendría que ser reembolsados tras el transcurso de 5 años, añadiendo a la deuda de 166 millones de dólares ya contraída con el FMI. En julio de ese año, el FMI canceló 258 millones de dólares de la deuda haitiana, pero ese mismo día lanzó otro préstamo de 60 millones. Haití deberá empezar a pagar este préstamo en 2016, y vendrá adjunta con las condiciones de la “estabilidad macroeconómica”, “control de la inflación” y “fortalecimiento de la gobernanza fiscal” (Global South, 2010).

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APÉNDICES Y ANEXOS

Año 2013 2012 2011 2010 2009 2008

Evolucion del PIB y Deuda Pública de Haití Deuda PIB (Mill €) Var. Anual (Mill €) 6.369 € 4,20% 1.371 € 6.138 € 2,90% 1.021 € 5.402 € 5,50% 647 € 4.991 € -5,50% 875 € 4.728 € 3,10% 1.325 € 4.450 € 0,80% 1.704 €

%PIB 21,55% 16,63% 11,98% 17,53% 28,02% 38,28%

Fuente: (Datosmacro, 2013)

Este tipo de pretensión de “alivio de la deuda” no es raro. Mucha cancelación de la deuda de las instituciones financieras y naciones prestamistas requiere y exige nuevas formas de endeudamiento, nuevas condiciones impuestas y nuevas expropiaciones de los recursos naturales. Marx resumió la cancelación de la deuda del FMI y la nueva dispensación de la deuda de una forma simple: “No era suficiente que el banco diera con una mano y quitara más con la otra; se tuvo que mantener, incluso mientras recibía dinero, como el eterno acreedor de la nación hasta el último céntimo prestado” (Global South, 2010). Aunque el Fondo concedió parte de la deuda con la cancelación de una parte, tomó de forma simultanea otra cantidad cargándoles con una deuda que seguirá retrasando el día que Haití pueda lograr su verdadera independencia. Se ha demostrado la completa dependencia de Haití de los préstamos del exterior con la paralización del país que se dio con el embargo de EEUU en 2001 de toda ayuda destinada a Haití. Agobiada con su deuda inicial a Francia de 90 millones de francos, Haití ha tenido que depender de los fondos extranjeros con el fin de devolver los préstamos pedidos, y luego costearse las infraestructuras y servicios, con lo que nunca tuvo la oportunidad de desarrollarse a causa de esta deuda anterior. El poder del sistema de crédito internacional reside en que logra mantener a Haití atascado en un ciclo de deuda y nuevos préstamos; incluso si Haití quisiera rechazar nuevos préstamos o si de repente negara sus recursos a los préstamos actuales, tiene pocas alternativas -por no decir ninguna otra opción disponible- para liberarse de la deuda y desarrollarse independientemente que la de dar marcha atrás y volver a pedir préstamos del exterior (Global South, 2010). Se debe romper con el ciclo infernal de la deuda, ya que al igual que se demostró en los países africanos, desde la explosión de la crisis de la deuda en 1982, los flujos han sido de los países en desarrollo hacia los países industrializados, de la Periferia hacia el Centro y no a la inversa como pretenden insistentemente los dirigentes de las instituciones financieras internacionales (Toussaint, 2004). Desde su incepción la colonia de Saint-Domingue fue concebida para abastecer a la metrópoli y enriquecerla a su costa. A pesar de la declaración de la independencia, el flujo de las riquezas se ha mantenido en el mismo sentido (de la colonia a la metrópoli) gracias a la imposición de la deuda y el afianzamiento estricto de sus pagos. Los créditos que el Estado Haitiano ha pedido a lo largo de los años nunca han sido utilizados para el crecimiento de los activos del estado. Desde la deuda de la TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS independencia hasta las deudas registradas a lo largo de la historia, estos créditos han servido para cubrir los esfuerzos bélicos (conflictos armados internos) y para cubrir los actos “soberanos” del Estado con el objetivo de proteger a los hombres en el poder. Estas deudas se contrajeron con el Banco Nacional de Haití bajo el control de Francia el cual fue remplazado por el Banco Nacional de la Republica de Haití (BNRH) dirigido por el consorcio Franco-Americano-Alemán y los bancos extranjeros establecidos en Francia y EEUU. El servicio de la deuda ha absorbido normalmente la totalidad de los ingresos del Estado. [Para poder crecer económicamente] un país debe tener el control de su Banco Central y debe determinar con él la financiación necesaria para su economía, es decir el nivel de deuda que se debe permitir a los sectores públicos y privados (Turnier, 1955).

8.3.3.

Neo-colonialismo: deudas y dependencia

A pesar de la Declaración sobre la concesión de la Independencia a los países y pueblos coloniales de la Asamblea General de la ONU en 1960, los hilos sutiles de los nuevos imperialismos hacia esos mismos pueblos se hacen evidentes en la misma declaración: …Teniendo presente que los pueblos del mundo han proclamado en la Carta de las Naciones Unidas que están resueltos a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres… Convencida de que la continuación del colonialismo impide el desarrollo de la cooperación económica internacional, entorpece el desarrollo social, cultural y económico de los pueblos dependientes y milita en contra del ideal de paz universal de las Naciones Unidas, Afirmando que los pueblos pueden, para sus propios fines, disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales sin perjuicio de las obligaciones resultantes de la cooperación económica internacional, basada en el principio del provecho mutuo, y del derecho internacional,… Proclama solemnemente la necesidad de poner fin rápida e incondicionalmente al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones;….(NNUU, 1960) ¿Qué entienden por “cooperación” económica internacional? ¿Cabe el término de cooperación en relaciones bilaterales claramente desiguales? ¿Cuáles son las obligaciones resultantes de la cooperación económica internacional que pueden limitar el uso legítimo de las materias primas de cada país soberano? ¿Qué provecho “mutuo” cabe entre territorios devastados por la explotación masiva de sus materias primas y sus mismos habitantes durante siglos, y territorios enriquecidos gracias a esas mismas explotaciones, protegidos contra la inmigración “ilegal” y comercio no adscrito a las reglas impuestas por TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS las potencias? La respuesta a todas estas preguntas es categórica y rotunda: “La dependencia de las importaciones de las metrópolis, la concentración de las producción en ciertas materias primas para exportar a Europa y la carencia de los medios técnicos y del capital, y la conservación de la propiedad de las industria en manos de colonizadores suponen la continuación del control económico sobre antiguos países colonizados” [neocolonialismo – wiki]. La nación más pobre del hemisferio occidental lleva décadas recibiendo ayuda exterior, pero tras el devastador terremoto de 2010, esta dependencia ha adquirido proporciones mayúsculas (Faus, 2014). Como bien saben las autoridades haitianas estas ‘ayudas’ se han convertido en fuente esencial de ingresos para el sostenimiento del presupuesto nacional. Un presupuesto nacional en el que ámbitos como el transporte, en donde el 90% de los costes lo cubren los donantes internacionales, y en educación el 50%, deja a merced de las voluntades foráneas las decisiones críticas para el desarrollo del país. Y como agudamente apuntaba Justin Podur en el apartado de conclusiones de su ‘La nueva dictadura’ (Podur, 2012) La Comunidad Internacional nunca ha ayudado a otro país a que se convierta en una historia de éxito. Sólo los haitianos pueden salvar a Haití. Sin embargo, eso solo puede ocurrir desde Puerto Príncipe, no desde Washington, ni en Nueva York, ni en el seno de las Naciones Unidas: “La dependencia de Haití de los donantes internacionales, y el constante flujo de expatriados a Puerto Príncipe no son nada nuevos. El terremoto simplemente la ha acentuado a gran escala y ha puesto al descubierto el papel gigantesco de Washington en la reconstrucción; un rol que se suma a la gran influencia diplomática de la que ha gozado históricamente EEUU en Haití de la mano de intervenciones militares e injerencias políticas, que han supuesto, en ocasiones, la paralización de ayuda humanitaria. Casualidad o no, fue en Washington donde pasó buena parte de su exilio el presidente Jean-Bertrand Aristide tras el golpe de estado en 1991 y hasta su retorno en 1994. Ahora tras el seísmo, Washington se ha erigido simbólicamente en la segunda capital de Haití, y a veces incluso parece ser la primera” (Faus, 2014). Ahora bien, no sería ni justo ni realista el adjudicar el fracaso haitiano exclusivamente a causas externas. Hay varios estudios -como el publicado en el Journal of Economic Growth en junio 1996, titulado ‘Political Instability and Economic Growth’ (Alesina et al., 1996)que relacionan directamente las turbulencias políticas en un país y una tasa económica decreciente. La 1ª República Latina se ha ganado la fama de corrupta e inestable en cuanto a temas relacionados con el poder y la política desde su mismo nacimiento en 1804. Sin embargo este trabajo de investigación quisiera determinar hasta qué grado las circunstancias impuestas desde el exterior han limitado, e incluso impedido, ese crecimiento que otras naciones, con mismos niveles de inestabilidad política, sí que han podido conseguir. La Deuda y Ayuda al Desarrollo van de la mano; son dos caras de una misma moneda utilizada con un único objetivo: mantener los lazos de dependencia de los países del Sur hacia sus antiguos colonos del Norte. TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS La conclusión a la que llegan Vicent Ferraro y Melissa Rosser en su artículo “Deuda Global y Desarrollo del Tercer Mundo” (Ferraro y Rosser, 1994) no podía ser más alentadora: Las deudas económicas del mundo en desarrollo nunca serán pagadas [a sus acreedores] totalmente, simplemente porque la gente que vive en los países en desarrollo no pueden permitirse [el lujo] de devolverlas. Hace 20 años ya se apuntaba que la forma en la que se definía el concepto ‘pobreza’ determinaba el tipo de políticas que se elegían para combatirlas. Según los autores, los que utilizaban el análisis de la renta como medidor de la pobreza, veían al crecimiento económico como la mejor respuesta a la pobreza en el mundo. Cualquier incremento de la productividad eventualmente produciría un efecto de difusión hacia todos los sectores de la economía del país y consecuentemente, a cada familia e individuo. Por otro lado, los que favorecían el análisis de las necesidades básicas no concebían que el crecimiento económico fuera suficiente para erradicar la pobreza en el mundo, y enfatizaban más las preguntas que cuestionaban cómo esa riqueza estaba distribuida. Los defensores de esta postura citan evidencias de que muy pocos de los beneficios de la productividad aumentada llegan a los más desventajados en los países pobres. Defienden, en cambio, programas que se centren directamente en los más vulnerables a través del subsidio y la redistribución de servicios y necesidades básicas. En el caso que nos ocupa, la historia de Haití ya había demostrado casi 200 años antes que la segunda postura es la más ajustada a la realidad: Haití fue la isla caribeña más fructífera del mundo colonial, pero de esa riqueza solo disfrutaban unos pocos, muy pocos; unas minorías solo preocupadas por obtener más poder y nunca dispuestas a ‘compartir’ sus beneficios con el resto de la población. La primera teoría no cuenta con la predisposición humana a acumular sin límites, a pesar de que a veces sea a expensas del otro. Ferraro y Rosser explicaban la lógica del endeudamiento: alguien se endeuda con la esperanza de realizar una inversión que le producirá el dinero suficiente, tanto para pagar la deuda como para generar un crecimiento económico que en si sea sostenible. Sin embargo las deudas contraídas después de la crisis del petróleo de 1973-1974 –como bien observaron estos analistas- no siguieron esta lógica. Los préstamos contraídos estaban siendo utilizados para pagar consumos actuales y no para inversiones productivas. En Haití, después del pago integral de la deuda impuesta por Francia en 1947, los préstamos contraídos –especialmente en la era de los Duvalier- sirvieron para financiar cuentas particulares en unos casos y consumos actuales en otros. Desgraciadamente –como nos recuerdan Ferraro y Rosser en su artículo- las instituciones como el FMI o Banco Mundial han atribuido el fracaso de sus programas estructurales, impuestos en los países en desarrollo para su supuesto resurgimiento e incorporación al 1er mundo, a la mala gestión de los fondos de esos países en cuestión, y a la subida desproporcionada de los intereses que las deudas en sí estaban creando. William Cline (Cline, 1984) quiso demostrar que los factores externos de un país eran significativamente más importantes y condicionantes que las causas internas de la ineficiencia y la corrupción. Las consecuencias del aumento del precio del petróleo y TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS del índice real de intereses, junto con las pérdidas incurridas por la reducción del volumen de exportaciones y por las condiciones de comercio desfavorables121, las valoraba en 401.000 millones de dólares para los países en desarrollo en el periodo de dos años (1981-1982). Con estos datos, los autores concuerdan en que los países en desarrollo siempre serán relativamente más pobres que los países industrializados avanzados mientras que éstos dependan principalmente de sus materias primas para las ganancias de sus exportaciones. “El comercio no es un método efectivo para superar la pobreza relativa si los valores de las materias primas no consiguen mantener el mismo ritmo que los valores de los productos manufacturados” (Ferraro y Rosser, 1994). Se mencionan a los países del Este de Asia como excepción a esta regla, ya que éstos sí que han sido capaces de expandir sus exportaciones de productos manufacturados, mejorando así su situación económica relativa gradualmente en las últimas décadas. Sin embargo, otros países no han sido tan exitosos con sus estrategias, y el resurgimiento de medidas proteccionistas contra los productos manufacturados provenientes de los países en desarrollo hará este tipo de transición únicamente más difícil. Las tres consecuencias de la crisis de la deuda de los países en desarrollo las enumeran del siguiente modo: 1. Evasión de capital: Es significativo el flujo de capital que sale del país para financiar la deuda. En 1988 los países más pobres del mundo enviaron unos 50.000 millones de dólares a los países ricos. No solo eso, el FMI recibió 8.600 millones de dólares más en concepto de pagos de préstamos y cargos por intereses que en los préstamos concedidos en sí (Ferraro y Rosser, 1994). Dinero que podría haber sido usado para construir escuelas u hospitales en los países en desarrollo se ha estado yendo a países industrializados. Para aumentar su moneda de cambio, los países en desarrollo se han visto forzados a vender más recursos a precios reducidos, agotando así los recursos no renovables para el uso de las generaciones futuras122. 2. Violencia política: El segundo efecto de la disminución de los estándares de los niveles de vida de la población en los países endeudados es el potencial incremento de la violencia política. Ya hace 20 años atrás estos analistas predecían lo que ha ocurrido en muchos países africanos, pero muy especialmente en Haití: “La inestabilidad política puede hacer [y ha hecho] las cosas más difíciles para que sobrevi-

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Durante la crisis de la subida del petróleo de 1982-1983 Los países en desarrollo empezaron a experimentar un descenso secular de la demanda de sus productos, en tanto que los países desarrollados apretaban los cinturones de sus economías para pagar el petróleo e instituían tarifas y cuotas de aduanas para reducir la balanza de sus déficits. Según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) los precios de las materias primas bajaron un 28% entre 1981-1982, y en el mismo periodo, los intereses de los créditos aumentaron un 50% en términos nominales y un 75% en términos reales (Ferraro y Rosser, 1994). 122 Haití ha agotado sus recursos; con un 2% de manto vegetal en su territorio poco puede hacer en materia de exportación de materias primas. El caso del arroz es muy significativo: Haití se ha convertido en importador de un producto que desde generaciones se cultivaba en el propio país.

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APÉNDICES Y ANEXOS van los regímenes democráticos y,… puede llevar [y de hecho ha llevado] a regímenes autoritarios”. Igualmente, las presiones populares pueden llevar al establecimiento de regímenes hostiles a la economía de mercado, alentando así el escenario para confrontaciones dramáticas entre los países deudores y las agencias externas que establecen los términos de reprogramación de la deuda o alivio de la misma. Finalmente, la violencia política puede conllevar materias concernientes a la seguridad internacional, cosa que ha ocurrido en el caso de Haití. La democracia ha sido excepciones puntuales a lo largo de la historia haitiana. Las revueltas populares ayudan a sufragar políticas antiglobalización, ya que la comunidad internacional se concibe como una fuerza opresora y que impone intereses ajenos a la población autóctona. La presencia de la misión estabilizadora de paz de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) es la consecuencia más directa de las recurridas pretensiones de amenazas de la seguridad internacional. El artículo de Ferraro y Rosser apunta a que los gobiernos deudores se verían forzados a pedir ciertas concesiones en la devolución de la deuda para mantener su legitimidad frente otras entidades y soberanías nacionales. Como bien abogan los miembros de la organización World development Movement, las deudas han hecho que los gobiernos rindan cuantas más a los donantes que a los votantes. La dependencia y servidumbre es tal que el autogobierno y toma de decisiones a favor de la población gobernada se hace imposible, especialmente si esas decisiones son contrarias a los intereses foráneos. 3. Estancamiento del mercado internacional: La tercera consecuencia de la crisis de la deuda global afecta a los países desarrollados en sí. El aumento de la pobreza en los países en desarrollo conlleva a la reducción del crecimiento de la economía en los países desarrollados. Los países deudores se ven obligados a reducir drásticamente sus importaciones para aumentar sus ahorros en moneda extranjera para poder pagar la deuda. El coste global del que se habló en los círculos prestamistas fue la masiva morosidad de los países deudores, la cual pudo haber tenido como consecuencia el desmoronamiento del sistema bancario internacional. En 1982, la envergadura de la deuda mexicana, acompañada de la sobreexposición de la banca privada al ser los principales prestamistas de México, levantó la posibilidad del colapso financiero de una manera extensiva, reminiscencias de los fracasos financieros de 1930s. Las únicas soluciones que se han visto hasta el momento son el repudio de la deuda por parte de los países deudores de una forma unilateral (pero al no haberse realizado una propuesta seria para una difusión generalizada, coordinada y extendida del repudio de la deuda global esta opción no ha sido muy fructífera, principalmente por el temor a las represalias de los países ricos y entidades financieras), el reajuste de los tiempos y métodos para la devolución del pago, y la reducción de la deuda. Sin embargo esta última opción tiene muchos detractores ya que pudiera tener el efecto de reducir o incluso TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS eliminar la posibilidad de cualquier préstamo bancario futuro para proyectos de desarrollo económico. Solo cuando un crecimiento económico sostenible sea real en los países altamente endeudados podrá la comunidad internacional empezar a determinar los índices manejables y métodos para la devolución de la deuda… La crisis de la deuda es solo un síntoma del sistema económico internacional que tolera una pobreza creciente y abismal como una condición normal… La reducción de las restricciones comerciales de los productos procedentes de los países en desarrollo sería una buena iniciativa para incorporar a los países pobres paulatinamente en el sistema económico internacional (Ferraro y Rosser, 1994). Pero lejos de esto, la misma UE con sus Fondos Europeos de Desarrollo otorgados tras la suscripción de Acuerdos de Asociación Económicos, sigue tirando la cuerda hacia su propio campo123. Estos Acuerdos -encaminados en la búsqueda de la apertura recíproca de mercados- prevén la supresión inmediata de los derechos de aduana sobre los productos originarios de los países signatarios entrando en la UE, y la supresión progresiva de los derechos de aduanas sobre los productos originarios de la unión Europea a su entrada en los países signatarios. Estos acuerdos prevén igualmente (i) la prohibición del aumento o de la creación de derechos de aduana de importación, (ii) la prohibición de cuotas de importación o de exportación, (iii) la supresión progresiva de las subvenciones para la exportación de los productos agrícolas de la UE, (iv) interdicción de prácticas comerciales desleales, y (v) permitir el establecimiento de medidas de salvaguardia multilaterales temporales (Wikipedia – Accords de Partenariat Économique). A pesar de que estos acuerdos proporcionen un componente de asistencia para el desarrollo de los países signatarios a través de la liberación de fondos para áreas muy concretas, sabemos que estas ayudas –por la misma naturaleza de las mismas- nunca conseguirán un desarrollo de los países en desarrollo equiparable al de los estados miembros de la UE. A nuestro parecer, estos acuerdos han cambiado de nombre, pero esencialmente son los mismos instrumentos que los países desarrollados han utilizada para que los flujos de la riqueza permanezcan circulando en el mismo sentido: de la periferia al centro. Y la invasión de Haití por parte de miles de ONGs tras el reciente seísmo y la ineficacia124 de las acciones de las mismas es testigo de ello.

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Actualmente está en vigor el 11º FED Programa Indicativo Nacional (2014-2020) de cooperación entre la Unión Europea y Haití. La UE pondrá a disposición del gobierno haitiano un presupuesto de 420 millones de euros bajo el título de Fondos Europeos de Desarrollo (11º FED: 2014-2020). Este monto será repartido entre las cuatro áreas de planificación: (a) Educación, (b) Desarrollo Urbano e infraestructuras, (c) Reforma del Estado y (d) la Seguridad Alimentaria (BONFED, 2013).

“Cuando el devastador terremoto del 2010 niveló Haití en 2010 millones de personas donaron fondos a la cruz Roja Americana. La caridad recaudó casi 500 millones de dólares. Fue uno de los esfuerzos de recaudación más exitosos de la historia… La Cruz Roja americana se comprometió a ayudar a los haitianos a reconstruir el país, pero después de cinco años… es difícil saber dónde se fue todo el dinero. NPR y ProPublica fueron en busca de los $500 millones y encontraron una serie de proyectos mal gestionados, gastos cuestionables y reclamos de éxito muy dudosos, tras la revisión de cientos de páginas de documentos y correos electrónicos internos de la organización, así como entrevistas con una docena de actuales y antiguos funcionarios… La Cruz Roja dice que ha proporcionado viviendas a más de 130.000 personas, pero el número de viviendas permanentes que la organización ha construido es de 6” (Sullivan, 2015). 124

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8.3.4.

Deuda externa situación actual

A pesar de que tras el terremoto del 2010 gran parte de la deuda externa fue condonada por la mayoría de los acreedores –en parte por la presión a la opinión pública que hicieron los grupos defensores de la cancelación de la deuda de los países en desarrollo- de los $863 millones en los que se quedó la deuda exterior total de Haití a finales del 2010 tras las sucesivas cancelaciones (IMF, 2012) a finales del 2013 la deuda pública en Haití ascendía a 1.358€ millones (o $1.765 millones), siendo la subida anual respecto 2012 de 35% (DATOS MACRO, 2013a). ¿Pero qué refleja esta subida exponencial de la deuda con relación a las grandes sumas de dinero que ha recibido el país haitiano en concepto de ayuda exterior durante la última década? Lo hemos dicho anteriormente y lo repetimos: La Comunidad Internacional nunca ha ayudado a otro país a que se convierta en una historia de éxito (Podur, 2012) El concepto de que instituciones y gobiernos adinerados pidieran cualquier cantidad de dinero en la estela de tal desastre trágico fue una narrativa emotiva y atrayente que movió a las masas populares a la acción. Fue una gran victoria para Haití, un éxito enraizado en nociones de justicia y compasión. Pero también, que duró muy poco. Justo días después del terremoto, nuevos préstamos fueron concedidos al gobierno haitiano, algunos de los cuales pudieran haber incluido el tipo de condiciones dañinas que fueron la antesala de la historia de la deuda en los países en desarrollo… La contracción de la deuda a menudo se hace en secreto, con detalles de acuerdos y letras pequeñas que muchas veces se mantienen escondidas e incluso al margen de la legislatura del país. La falta de trasparencia ha contribuido grandemente a la explosión de la deuda en el mundo de los países en desarrollo, gran parte de ella ilegítima en su naturaleza. A pesar de todo, el resultado final es que el alivio de la deuda de Haiti fue temporal. Los datos del Banco Mundial y el FMI de 2012/2013 muestran que la deuda de Haití, una vez más, vuelve a superar los $1.000 millones. En cierto sentido, era de esperar. Después de todo, un país empobrecido, en medio de la realización de grandes esfuerzos para la carísima reconstrucción nacional, va a necesitar claramente fondos adicionales. La pizarra no fue borrada del todo. Aun así, la historia de Haití también demuestra que el alivio de la deuda, aunque crítica, simplemente está tratando el síndrome de un problema mayor. Si países como Haití quieren salir de debajo del peso de sus deudas y florecer al fin, la totalidad del sistema internacional de préstamos y créditos debe reformarse por completo. (Hanauer, 2014). Muchos activistas están explorando la vía legal para exigir la devolución del pago de la deuda haitiana de la independencia y la anulación de la deuda odiosa contraída en el S.XX por el régimen dictatorial de Duvalier125. Argumentan que existe campo legal para 125

La deuda odiosa se estima de 750 millones de dólares después del fin de los Duvaliers, además de

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APÉNDICES Y ANEXOS ello ya que la Unión Europea firmó el documento final de la Conferencia de Durban que estipula (artículos 13 y 14) que la esclavitud debe ser reconocida como crimen contra la humanidad. Este texto reconoce también la necesidad de enseñar esta historia y de pagar reparaciones (artículos 98 y 100) (F.A.L., 2008). Pare el caso de la deuda francesa pareciera muy fácil el exigir reparaciones ante la justicia, ya que fue la utilización de la violencia, y no un tratado o una deliberación de un tribunal internacional, el factor bajo el cual la indemnización fue exigida. Pero los distintos mandatarios franceses han hecho lo posible para que la demanda de Aristide126 fuera retirada y olvidada en el cajón de los recuerdos. Lo mismo se podría decir de F. Hollande actual presidente de la República francesa que en su última visita a Haití (el 12 de mayo 2015), antes de recibir la justificada demanda por parte del pueblo haitiano se adelantó en su discurso políticamente correcto con la mención de la “deuda moral” que Francia tenía ante los haitianos. Pero después de nuestra reflexión sobre la ayuda al desarrollo en Haití, no pensamos que unos 100 millones en ayuda puedan reparar el daño causado durante los 2 siglos de penurias que sufrieron generaciones para pagar un impuesto injusto e ilegítimo. Hay quien apela a la casuística de “causa mayor”. La jurisprudencia en el campo del Derecho internacional reconoce que un cambio de circunstancias en las condiciones de ejecución de un contrato puede volverlo nulo. Eso significa que los contratos que requieren el cumplimiento de una sucesión de compromisos en el futuro están sometidos a la condición de que las circunstancias no varíen. El argumento de fuerza mayor y del cambio fundamental de las circunstancias se aplica de manera evidente a la crisis de la deuda de los 80. En efecto, fueron dos factores fundamentales exógenos, los que provocaron la crisis de la deuda en los países africanos a partir de 1982: el alza dramático de las tasas de interés impuesta a nivel internacional y la caída de los precios de las exportaciones de los países de la periferia. La aparición de ambos factores fue provocada por los países acreedores. Se trata de casos de “fuerza mayor” que modifican fundamentalmente la situación impidiendo a los deudores cumplir con sus obligaciones. Se podría defender que Haití también vio modificadas sus condiciones de partida, y el momento propicio para reclamar esta fuerza mayor fue en 1838 cuando se dio cuenta que le era imposible pagar el resto de los 4 pagos estipulados en la ordenanza de 1825. Los sucesivos acuerdos comerciales desventajosos para su economía contraídos con las demás naciones, la negación de los EEUU a reconocerlos como nación independiente y las condiciones desproporcionadas para la obtención de los préstamos franceses –todos estos que la familia Duvalier desvió 900 millones de dólares de las arcas del Estado en el momento de su huida del país (F.A.L., 2008). 126 En abril del 2003, el presidente Aristide, desesperado y privado de fondos, intentó reunir a sus compatriotas con la demanda de que, en el año del bicentenario de la independencia haitiana, Francia debía devolver los 90 millones de francos que Haití había sido forzada a pagar entre 1825 y 1947. Asumiendo una rentabilidad baja del 5% anual en intereses, calculó que la suma era ahora equivalente a 21.000 millones de dólares americanos. A pesar de que Haití ha sido “impecable” a la hora de pagar a Francia, no había ningún caso legal para su solicitud de reembolso. Pero por desgracia, ninguno de los miembros de la oposición democrática al régimen de Aristide tomó esta solicitud en serio (Hallward, 2004)

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APÉNDICES Y ANEXOS factores exógenos- imposibilitaban el pago de la indemnización exigida, ya de por sí, ilegitima (Toussaint, 2004). El autor del artículo “¿Debe Francia restituir a Haití el pago de la indemnización?” (Tontongi, 2010) nos recuerda que las condiciones perniciosamente draconianas y golosas de la indemnización habrían sido imposible de satisfacer para cualquier otro país, pero para Haití -que se levantaba a penas de los desastres de la guerra civil y de la guerra de la independencia- fue el colmo: “la pobreza de la Haití moderna, dijo Anthony Phillips, está inextricablemente ligada a la deuda de la indemnización. Tras el fracaso de los impuestos aduaneros directos, los ingresos que pagaron la deuda provenían de los mismos productos que habían hecho de Haití una colonia lucrativa. La economía haitiana permaneció atada a la exportación de productos alimenticios tropicales, madera, azúcar y especialmente el café… Las consecuencias de un tal drenaje, aunque no sorprendentes, fueron devastadores para el Tesoro público. La educación, la salud y las infraestructuras se mantuvieron sin financiar a lo largo de todo el S.XIX”. Aunque no haya un precedente legal,… la demanda de restitución se funda sobre los principios sólidos de derechos, sin contar naturalmente, con los principios de los derechos morales los cuales exigen reparaciones por daños causados a otros. Así el hecho de que la esclavitud fuese reconocida y condenada como crimen en los tratados internacionales firmados por Francia antes de 1825, esto anula la validez de la solicitud de indemnización por los bienes obtenidos a través de una práctica considerada como criminal. En cuanto a la deuda de los EEUU hacia Haití, es otra historia. Los EEUU no solo tienen una deuda moral con los haitianos por haber participado militarmente y haberles ayudado en su independencia y por haber favorecido la compra de Luisiana, por la adquisición de más del doble de su superficie en aquella época, sino también por la deuda en valor monetaria de su pillaje a Haití ocurrido entre los años 1910 y 1947, fecha del último pago de la indemnización. También existe la deuda de la destrucción de la agricultura haitiana por la adquisición manipulada de tierras de cultivo y su asignación a la explotación exclusiva del sisal y la caña de azúcar, la sustitución de los cerdos negros y marrones por los cerdo blancos, el arroz local por el arroz estadounidense subsidiado por el gobierno federal, compitiendo así con la producción local. Existe sobre todo la deuda de reparación debida a la masacre de los resistentes y civiles haitianos durante la ocupación que duró de 1915 a 1934, pero que continuó encubierta con la complicidad con los dictadores crueles, siervos de las oligarquías, la permisividad hacia la burguesía parásita y depredadora que despelleja al país a carne viva (Tontongi, 2010).

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APÉNDICES Y ANEXOS

9. APLICACIÓN DE LAS TEORÍA DE DESARROLLO AL HAITÍ DEL S.XIX A pesar de que hoy en día las teorías de la modernización (1960) y sus predecesoras estén ampliamente superadas por otras teorías de desarrollo posteriores más completas, en este estudio consideramos importante analizarlas a la luz del contexto histórico de las guerras imperiales del S.XIX para sustentar la idea que venimos defendiendo desde el inicio del estudio: el fracaso en desarrollo económico de la República de Haití fue, desde el origen, el resultado de un compendio de esfuerzos coordinados por las potencias del momento (específicamente Francia y EEUU) basados en los postulados de las teorías económicas del momento, iniciadas por Adam Smith (1723-1790) de una forma práctica, y refinadas y dotadas de un cuerpo teórico con las 5 etapas de Rostow, casi 2 siglos después.

9.1. POSTULADOS DE ROSTOW El término DESARROLLO se entiende como la condición social dentro de un país, en la cual las necesidades autóctonas de su población se satisfacen con el uso racional y sostenible de recursos y sistemas naturales. La utilización de los recursos estaría basada en una tecnología que respeta los aspectos culturales y los Derechos Humanos. Esta definición general de desarrollo incluye la especificación de que los grupos sociales tienen acceso a organizaciones y a servicios básicos como educación, vivienda, salud, nutrición y, sobre todo, que sus culturas y tradiciones son respetadas dentro de un marco social de un estado-nación en particular. (Reyes, 2009) Hay que entender los antecedentes de los primeros intentos de formulación de teorías en el campo de la sociología. Las teorías de Darwin fascinaron al mundo intelectual y rápidamente se adaptaron las premisas de la evolución a las sociedades humanas para explicar por qué unas eran más “civilizadas” y presentaban un “avance” más característico respecto a otras. Las teorías evolucionistas afirmaban que las sociedades evolucionarían desde la barbarie127 hasta la civilización encarnada por las sociedades industrializadas de finales del S. XIX. La edad de oro de la colonia de Saint-Domingue coincidió con el Siglo de las Luces, o la Ilustración en Europa, y esto no fue una coincidencia. La Ilustración europea del S.XVIII, que celebró el poder de la razón humana, tuvo una serie de centros, incluidos Inglaterra, Francia y Escocia. Una figura principal de la Ilustración escocesa fue Adam Smith, quien 127

Personalmente consideramos estas teorías discriminatorias, irreales y fragmentarias, ya que el colonialismo y la trata de personas durante más de 4 siglos constituyeron una regresión y perversión total de la moralidad de toda la humanidad, a coste de la cual, las grandes potencias se construyeron sus imperios y baluartes, hoy en día “en peligro” y cuestionados por la inmigración masiva de los hijos de esa generación esclavizada y desprovista de todo futuro por siglos y siglos.

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APÉNDICES Y ANEXOS tomó de Newton su estrategia de investigación y ofreció un esquema de la evolución gradual de la sociedad. Las ideas principales fueron las de la división del trabajo impulsada por la innovación técnica que, por la vía de la regulación de la “mano invisible del mercado”, generaba avance material y moral (Preston, 1999). Como nos recuerda Preston en su obra Development Theory; An Introduction, cabe señalar que la obra de Smith es anterior a la Revolución industrial y también a la Revolución francesa, por lo que antes del apogeo de la perla de las Antillas, su obra y teorías estaban en circulación, por lo que podríamos decir que su obra inspiró a la economía política del S.XIX. En su “Riqueza de las naciones” (1776) afirmó el método newtoniano de partir de primeros principios para reconstruir la complejidad del mundo observado. Smith presenta un modelo de la economía como un sistema en desarrollo que se centra en el refinamiento de la división del trabajo, guiado por el mercado, que asegura, si no hay interferencias, el crecimiento evolutivo de la riqueza de la nación… A medida que la teoría mercantil encontró expresión en la práctica, en los primeros años de la expansión del capitalismo mercantil europeo, hubo conflictos entre las naciones comerciales que buscaban proteger esferas exclusivas de actividad (Preston, 1999).

ANÁLISIS DE LA INTERDEPENDENCIA ECONÓMICA Y SOCIAL EN LA DIVISIÓN DEL TRABAJO COMPLEJA

Tierra

Trabajo

Tecnología/Capital

La institución del mercado ordena y regula la actividad

OBJETIVO: IDENTIFICAR LA BASE PARA EL ORDEN ESPONTÁNEO DEL SISTEMA DEL MERCADO DINÁMICO EN EL REINO UNIDO

Figura: Adam Smith y el orden espontaneo del mercado (Fuente: (Preston, 1999))

En esta Figura esquemática de las teorías de Adam, ya se constata que dos de los factores que hemos estado analizando en este trabajo como fundamentales para el crecimiento económico, ya se incluían como tales en el S. XVIII: (i) Capital e inversión y (ii) el comercio. TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS Para ese entonces, en los círculos ingleses los teóricos del mercantilismo sostenían que la actividad económica se centraba en el comercio y el intercambio. La conclusión que se sacó de este criterio de la naturaleza de la actividad económica fue que el Estado debía ser lo bastante fuerte para romper los patrones feudales de restricción del comercio en el ámbito nacional. En los que respecta a al comercio externo, los mercantilistas adoptaron el criterio de que el Estado debía ayudarlos lo más posible en su competencia con los mercaderes de otros países, ya que el papel del comercio exterior era, principalmente, el de acumular riqueza en la forma de metales preciosos (Preston, 1999). La obra de Smith articula el nuevo interés capitalista liberal comercial en periodo de fines de S.XVIII en la Gran Bretaña. El grupo contra el cual Smith esgrimió sus argumentos eran los proponentes del capitalismo mercantil, los cuales otorgaban al Estado un rol bastante activo y regulador, en cambio Smith abogaba por un capitalismo mucho más liberal (la ‘mano invisible del mercado’ velará por los intereses de todas las partes), aunque no total, haciendo algunas alusiones a la necesaria institución estatal. La obra de Smith se interesa particularmente en mostrar cómo la libre búsqueda de la ganancia privada puede elevar los niveles de vida de toda la comunidad. Según Smith, el crecimiento económico se conseguía mediante una distinción entre el ingreso bruto y el ingreso neto de una sociedad: el primero era la suma total de la producción de la economía, mientras que el segundo era el superávit disponible para la inversión productiva después de haber deducido todas las necesidades de reproducción de la sociedad en los niveles de vida vigentes (Preston, 1999). Aplicando los postulados de Adam Smith al Haití del 1804, se constata [como ya lo hicieron los franceses en aquel entonces] que los haitianos poseían el factor ‘tierra’ y el factor ‘trabajo’ en sus manos. El único factor que las potencias imperialistas podrían limitar u obstruir era la Tecnología/capital, impidiendo el incremento del capital y la transferencia de la tecnología, y todo ello, como no, regulado con las “mano invisible del mercado”. Los haitianos, desgraciadamente, se concentraron en el factor que se les escapaba de las manos –el comercio- y desatendieron la tierra y el trabajo, dando soluciones de arrendamiento y trabajo de la tierra que nunca funcionaron. Al final, los tres factores fueron mermados y se volvieron inoperativos consiguiendo así el impedimento del desarrollo de la economía tan buscado por las potencias (Francia y EEUU). El superávit necesario para la inversión nunca vio la luz en las tierras haitianas. Estas ideas incipientes fueron la base e inspiración de la teoría de las etapas o fases de crecimiento económico que postuló Walter Whitman Rostow en 1960 en su obra titulada con el mismo nombre (Stages of Economic Development). Este modelo estructuralista neoliberal de crecimiento económico es un intento explicar y caracterizar las distintas etapas que llevan a una economía subdesarrollada a desarrollarse hasta alcanzar un estado óptimo de alto consumo. El modelo postula el crecimiento económico en 5 etapas básicas de duración variable: (i) Sociedad tradicional, (ii) Condiciones previas al despegue, (iii) Despegue económico, (iv) Camino hacia la madurez, y (v) Edad del consumo en masa, cuyos ejemplos más recurridos en Europa son, por orden: sociedad feudal, TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS Ilustración, Revolución Industrial, nacimiento del intercambio internacional y era del bienestar social. En su modelo se pueden entrever tres nociones básicas que compartirá con el conjunto de corrientes derivadas del evolucionismo, (tanto en materias de ciencias, sociales y económicas): -

Carácter cuantitativo con que se sostiene la caracterización de las diferencias entre sociedades (“unas tienen más que otras”)

-

La universalidad del proceso mediante el cual se produce el tránsito desde menos a más.

-

La existencia de una secuencia lineal para el desarrollo de etapas, lapsos o momentos sucesivos, lógicamente encadenados y empíricamente reconocibles.

A continuación enumeraremos las etapas tal y como lo hace Preston en su obra (1999): La situación inicial es la sociedad tradicional: “una sociedad cuya estructura se ha desarrollado dentro de funciones de producción limitadas, basada en la ciencia anterior a Newton y en la tecnología…” La falta de ciencia y tecnología modernas impuso límites inevitables a tal sociedad. Rostow pasa, después a caracterizar esta sociedad tradicional en función de su base agrícola, se forma de gobierno basada en el clan y su mentalidad fatalista. La segunda etapa del proceso tiene que establecer condiciones previas para que el despegue hacia el crecimiento auto-sostenido. Es ejemplificada por Europa Occidental a finales del XVII y comienzos del XVIII, cuando la sociedad medieval se desintegra, la ciencia moderna crece y el comercio se desarrolla. En la tercera etapa del despegue el crecimiento económico se vuelve normal. “las fuerzas que contribuyen al crecimiento económico, que producen brotes y enclaves limitados de actividad moderna, se expanden y llegan a dominar a la sociedad”. Un grupo particular tiene que aprovechar las oportunidades ofrecidas por sus recursos dentro de la economía en expansión. La tasa de inversión de capital característica aumenta de 5 a 10% del ingreso nacional, y se establece con rapidez una serie de sectores de la industria. “En una década o dos tanto la estructura básica de la economía como la estructura social y política de la sociedad se transforma de tal forma que una tasa constante de crecimiento puede ser regularmente sostenida”. Esta es la etapa en la que se encontraba la colonia de SaintDomingue justo antes de las guerras de la independencia. Los registros de los datos económicos de la isla para 1788 confirman la explosión de las transacciones económicas. La élite haitiana no quiso o no pudo [gran debate a desarrollar] invertir el gran capital acumulado. El desarrollo e implantación de industrias fue nulo, de hecho, después de la independencia la industria azucarera (con gran potencial en ese momento) quedó abandonada por la imposibilidad de la élite de reimplantar el sistema de plantaciones con el campesinado recién liberado.

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APÉNDICES Y ANEXOS En la cuarta etapa del impulso hacia la madurez hay un periodo largo de progreso, con 10 a 20% del ingreso nacional invertido en una nueva capacidad de producción. Las industrias ahora avanzan con ímpetu y firmeza, maduran y se estabilizan. Al mismo tiempo, nuevas industrias entran en escena. Como hemos visto, en Haití, las nuevas empresas que entraron en escena han sido las multinacionales extranjeras (sobre todo americanas) desbancando a las industrias nacionales, y obligando al país a importar, y a aceptar los salarios miserables que dictaminan estas empresas a sus empleados y en última instancia, al gobierno. En la etapa quinta –periodo de gran consumo masivo- los sectores principales se apartan de las industrias pesadas hacia el abastecimiento de bienes de consumo duraderos y servicios en el mercado de consumo y, al mismo, se establecen dispositivos de bienestar social. Como se observa, los postulados de Rostow describían el camino recorrido por los países como EEUU, Inglaterra y Alemania desde el S.XVII. Sin embargo, la mera acumulación de riqueza no explica el estancamiento de la mayor parte de los países en desarrollo. Las mayores críticas de esta teoría liberal señalan que el modelo no revela cómo, ni basado en qué, y con la ayuda de qué fuerzas tiene lugar el deseado cambio en la estructura política y social. El modelo obvia el aspecto fundamental del motor del crecimiento de estos países: su obtención de materias primas, mano de obra “barata” y recursos naturales del exterior (sus colonias). ¿Pueden los países en desarrollo, hoy por hoy, extraer en masa sus pocos recursos naturales restantes como lo hicieron estas potencias europeas en su momento de sus colonias? ¿Podrían estos países subdesarrollados colonizar a otro país y esclavizarlos para conseguir la necesaria acumulación de capital y despegar hacia su revolución industrial? Este “modelo” (por llamarlo de alguna manera) no puede ser reproducido como tal y ser aplicado en los países en desarrollo, ya que las premisas de las que parten no son ni éticas ni legales dentro del marco del Derecho Internacional. No por eso debiéramos desechar todos los componentes de este postulado. “Lo que sí conviene analizar es el impulso hacia el desarrollo industrial, ya que el examen de la evolución económica del Tercer Mundo confirma que, sin el progreso de la agricultura, la industrialización tropezaría con un cuello de botella estrangulador constituido por el estancamiento de la demanda interior” (Jimenez Barrera, 2011).

9.2. VALIDACION DEL CONTRARIO – CONTEXTO HAITIANO El punto de partida alternativo confronta a la teoría de la modernización con la cuestión del contexto histórico en el cual el impacto de las ‘fuerzas de la modernización’ en las sociedades indígenas ‘tradicionales’ se encuentra primeramente, y en gran medida, en el contexto de la colonización… [Un enfoque de este calibre] es indispensable para conseguir una sociología del desarrollo más fructífera y crítica. … Uno de los elementos básicos de este nuevo enfoque sería el concepto de la situación colonial como un fenómeno social global e histórico TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS caracterizado por ciertas formas de explotación –económica, política, cultural y racial- la cual polariza las sociedades colonas de las colonizadas. Esta conceptualización… está en directa oposición con la derivada de la teoría de la modernización, la cual no permite identificar las dinámicas y las contradicciones de la situación colonial como sui generis con el compromiso y convencimiento de analizar en términos de elementos ‘tradicionales’ y ‘modernos’, que solo pueden desembocar en una dinámica dentro del concepto de ‘transición’, o un movimiento a lo largo del continuum tradicional-moderno. Por esta razón la noción de una ‘sociedad dual’ es conveniente para la teoría de la modernización ya que divide claramente los países subdesarrollados entre sectores atrasados (tradicionales) y avanzados (modernos) sin considerar la relación simbiótica entre los dos, lo que puede ser analizado en términos de creación de subdesarrollo. Sin embargo, es precisamente en los mecanismos de la inauguración del ‘proceso de modernización’ –es decir, la intrusión de la economía de mercado y la imposición de la administración moderna y la estructura de impuestos- donde encontramos el fundamento de la creación del subdesarrollo en el marco de la política económica del imperialismo. La naturaleza del impacto económico y cultural de la modernización está ligado a los imperativos de la metrópoli del imperialismo y resulta en procesos de cambio que desafían los requisitos de la teoría de la modernización. La empresa económica indígena es destruida, se le niega salidas, o una gran parte de sus excedentes son incautados para [satisfacer] los intereses de la metrópoli. La ‘formación de una mano de obra’ –un tema central en la literatura de la modernización- generalmente significa una mano de obra no cualificada, barata y no imprescindible, obligada a través de distintos medios a trabajar en las minas y/o plantaciones pertenecientes a empresas europeas. La urbanización se convierte esencialmente en la creación de centros de administración parásitos y racialmente segregados, y en el albergue de actividades mercantiles dominadas por los expatriados. Una posición en la burocracia colonial o en la oficina de una compañía extranjera se convierte en el puesto de trabajo ideal para aquellos con poca o alguna formación, y la ‘clase media’ que emerge en estos términos es en sí misma subdesarrollada, sin estar empleada en la producción, ni en la invención, ni en la construcción ni en la mano de obra (Bernstein, 1971).

La teoría de la modernización alegaba que si los países atrasados querían modernizarse debían abandonar sus tradiciones y avanzar en la senda desbrozada por los países occidentales. En consecuencia, el retraso económico y político de los países en desarrollo no sería el resultado del colonialismo / imperialismo, sino de su carácter de sociedades tradicionales, y su aversión a la modernización (Escribano, 2006). Sin embargo, esta teoría la consideramos retorcida y maliciosa, ya que la forma que proponen para superar “los obstáculos de las sociedades tradicionales” son métodos que suponen más y más beneficios a las sociedades neo-imperialistas a coste de los países en desarrollo: comercio e inversión extranjera y ayudas de cooperación al desarrollo; los brazos colonialistas e imperialistas de los países del norte en los países del sur.

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APÉNDICES Y ANEXOS Como comentábamos en la introducción de este trabajo, para la teoría de la modernización (también llamada del ‘liberalismo’) la respuesta X a la ecuación del desarrollo económico de un país es: mediante la acumulación de riquezas, aumento de producción e innovación tecnológica. Como hemos visto, en Haití la Tesorería Nacional fue saqueada constantemente, desde el rescate impuesto francés, los intereses de los préstamos pedidos a los banqueros franceses para pagar esa deuda y la irresponsabilidad de la mayoría de los gobernantes títeres cegados por los intereses ajenos (al país y al pueblo haitiano) y propios (ilegítimos). Estos intereses tampoco favorecieron una innovación tecnológica dentro del país ni la hicieron posible. Adelantándose a todo planteamiento teórico, la república francesa sabía que sus productos manufacturados tenían un valor añadido que podía ser comprado en masa de manera permanente en las colonias, mientras éstas no pudieran fabricar estos productos por sí mismas. Según los planteamientos de la modernización el aumento de la producción es clave para alcanzar el desarrollo, ya que este aumento de producción debe primeramente abastecer las necesidades de la población, y una vez cubiertas éstas, el excedente bien puede comercializarse en el mercado e incrementar el capital. Las continuas revueltas en Haití se producían porque toda la producción agrícola –monocultivo- era destinada a pagar la deuda, y los precios comerciales de las cosechas otorgados a los campesinos no eran justos en el eslabón más bajo de la cadena de valor. Los campesinos reclamaban a los sucesivos gobernantes tierras propias (una mejor repartición de las tierras expropiadas a los ex colonos) y en cuanto éstos no pudieron suplir su demanda -tras las revueltas, quema de tierras y toma de armas- la población, por iniciativa propia, instauró una agricultura de autoconsumo en parcelas individuales. El 25% de la cosecha reservado al agricultor en el sistema de fermage implantado en la recién establecida República, no daba para suplir las necesidades básicas de la población, pero el 50% de las cosechas que el Estado reclamaba a los agricultores era destinado principalmente a pagar el rescate forzado, por lo que el círculo para mantener al pueblo haitiano subyugado al imperio francés estaba bien cerrado desde el inicio. Los economistas clásicos del s.XIX veían el crecimiento económico como resultado de una acumulación de factores de producción: capital y trabajo. Si estos factores estaban limitados por la disponibilidad en el país, el crecimiento económico necesariamente se vería afectado. Se consideraba el papel de la acumulación del capital especialmente importante, ya que permitía aumentar el rendimiento (cantidad de capital por trabajador) y hacer al trabajador más productivo (Escribano, 2006). De ahí que el ataque a la Republica Negra fue en esta misma dirección: restringir la posibilidad de acumular capital al máximo y a toda costa. Haití tenía la mano de obra (más de 500.00 esclavos), por tanto el factor trabajo disponible, sin embargo un capital restringido limitaría, inevitablemente, la rentabilidad de ese trabajo, razón por la cual que los franceses concentraron todos sus esfuerzos en expoliar y descapitalizar a su antigua colonia, evitando así su crecimiento económico. El crecimiento no podía explicarse meramente con la acumulación de riqueza; el avance tecnológico proporcionaría una mayor productividad de los factores de producción. Por lo que mantener una economía basada únicamente en el sector primario formaba parte de la estrategia de ahogamiento; lo que antes se vendía en las costas africanas occidentales a TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS cambio de personas en el triángulo de la Trata, ahora se intercambiaba directamente por materias primas exóticas en un comercio desigual, ventajoso como venía siendo siempre para la metrópoli. ¿Cómo es posible que una economía que, según los postulados de Rostow, se encontraba en la etapa 3 de despegue en 1804 pueda dos siglos después encontrarse en la etapa inicial de su proceso? Pareciera que las dos décadas de inversión que Rostow consideraba como necesarias para afirmar la etapa de despegue, correspondieran con las dos décadas de aislamiento internacional y pillaje de las arcas nacionales con la imposición de la indemnización. Las dos décadas perdidas de Haití, cruciales para su desarrollo. Las dos décadas centradas en mantener a toda costa un comercio exterior que les estaba vetado y en conseguir -con grandes esfuerzos y grandes movilizaciones forzadas de la poblaciónun capital que les fue arrebatado de un plomazo con la firma de la ordenanza de Carlos X. Desde sus inicios la producción en la República de Haití ha estado dirigida al mercado exterior, siendo el mercado interno de poca envergadura; desde su génesis sólo se ha potenciado el sector primario y la dependencia del exterior ha sido abrumadora. En este caso también, la negación de la respuesta x’, es decir, el no contribuir a estos tres factores (equilibrio de inversiones en los 3 sectores, dinamismo del mercado interno y reducción de las importaciones) contribuye a la no consecución del desarrollo del país, aunque, en este caso tampoco, esto no quiera decir que estos tres factores sean los únicos que deban tenerse en cuenta. En la siguiente tabla se ha hecho un ejercicio de aplicación de las etapas de Rostow al caso haitiano a lo largo de sus 2 siglos de historia para demostrar que, a pesar de que una escalada lineal hacia el progreso y desarrollo -tal y como lo planteaba el teórico- no es un modelo que englobe todos los factores influyentes, ni es aplicable de una forma indiscriminada en todos los casos, un descenso en la escalera del desarrollo sí que se puede inducir fácilmente con el impedimento de los factores considerados por Rostow como imprescindibles. Al igual que los contemporáneos de Adams Smith creían, la práctica mercantil del momento y sus resultados corroboran que la aplicación de los postulados contrarios desemboca en el retroceso económico. *Ver Anexo 1 – Regresión en las Etapas de Rostow de Haití

9.3. MODELOS POSTERIORES

DE

DESARROLLO

ALTERNATIVOS

Para finalizar nuestro estudio revisaremos brevemente algunas de las teorías del desarrollo económico que aparecieron posteriormente a la de Rostow fruto de las críticas de su planteamiento al corroborarse los defectos del mismo. La teoría de la modernización consideraba que los mercados dentro de los países en TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS desarrollo sí que funcionan, a diferencia de las teorías posteriores que consideraban que los mercados en los países pobres no funcionaban como en los países ricos, razón por la cual no se desarrollaban. Rostow consideraba que los mercados en estos países debían simplemente equilibrarse y redistribuirse entre los tres sectores para alcanzar el dinamismo y fuerza esperados, al mismo tiempo que se reducía la dependencia del mercado exterior para abastecer las necesidades internas. En este sentido, la escuela neoclásica no consideraba la existencia de obstáculos tecnológicos ni institucionales, por lo que la reasignación de uno a otro sector (desde el primario a secundario y terciario) estaba asegurado por las reglas del mercado. Por el contrario las teorías de desarrollo posteriores asumirán la existencia de “fallos de mercado” (o intereses de mercado) en las economías tradicionales que obstaculizaban dicha reasignación. El crecimiento no es lineal, sino que necesita de ciertos impulsos; impulsos que sólo podían proceder de la intervención estatal. Además, en algunos países se abogaba por un proteccionismo necesario para impedir la “explotación” por parte de los países industrializados. Para la edificación de una industria NACIONAL se necesitaba, según estas teorías, de un cierto aislamiento de la competencia internacional a través de la sustitución de productos importados por productos nacionales. Como argumento se ponía sobre la mesa que ningún país se ha industrializado sin proteger su industria en su etapa inicial. La idea de desarrollo mediante la sustitución de importaciones y la promoción de exportaciones debe ir acompañado de una figura fuerte de Estado y una acción gubernamental planificadora en este sentido, haciendo participe a la acción social, política y cultural del país en cuestión. La sustitución de las importaciones está encaminada hacia la satisfacción de necesidades del mercado interno mediante el incentivo de los productos nacionales (Escribano, 2006). El caso cubano es el más cercano en similitudes y características al haitiano, y es aquí donde se puede ver que el aislamiento forzado (por el bloqueo americano) que tuvieron que realizar y el control estatal de las intereses del mercado dieron sus frutos con un desarrollo que de lejos hubiese querido su vecina República de Haití dejada a la “libertad” de los vientos y mareas de intereses comerciales internacionales. Además, estas teorías basadas en los postulados de Adam Smith encontraron su talón de Aquiles en los intereses individuales de los granjeros: a estos no les interesaba el invertir en mejoras agrícolas (maquinaria, semillas, nuevas tecnologías,…) pues no podían recuperar lo invertido. Los pequeños agricultores se salieron del mercado y se dedicaron a la agricultura de autoconsumo o al trueque en pequeña escala en los mercados locales. El resultado fue una crisis agrícola que aún muchos países pobres siguen sufriendo. En algunos casos, a pesar de que se implanten estrategias de equilibrio macroeconómico para aumentar el PNB, conseguir ahorro y que el país pueda invertir, el esfuerzo es insuficiente. La realidad en los países subdesarrollados demuestra que el alcanzar el ahorro necesario en estructuras débiles, donde el 100% del PNB no es suficiente para ni siquiera abastecer las necesidades de la población, se torna imposible y desalentador. Pero las conclusiones que se pudieron sacar en la casuística empírica del planeta, en TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS relación al crecimiento económico, permitieron realizar el siguiente listado con pruebas fehacientes (Temple, 1999):  No hay convergencia, los países pobres no están acortando distancias con los ricos.  Los rendimientos del capital físico SÍ son decrecientes.  El impacto de la política económica es muy importante en las tasas de crecimiento, especialmente el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, probablemente por su efecto sobre la inversión en capital.  Los rendimientos de la educación son muy importantes.  Los rendimientos de la inversión en Investigación y Desarrollo son elevados.  El crecimiento demográfico no parece tener efectos tan adversos.  La desigualdad en la distribución de la renta reduce el crecimiento.  El acceso a la financiación parece un factor importante de crecimiento. La teoría de la dependencia nace al confirmar que a pesar del aumento de producción de ciertos países, éstos no llegaban a desarrollarse. La teoría neoclásica anterior consideraba que el desarrollo se logra procurando un mercado interno potente y saneado, equilibrando los 3 sectores primario, secundario y terciario, un flujo económico estable y poca dependencia del exterior. Sin embargo tras los fracasos corroborados en ciertos países, unas voces surgieron para señalar que había ciertos factores que operaban en los países pobres que no afectaron a los países ricos en su desarrollo. Los analistas defensores de esta nueva teoría empezaron a considerar como importante la capacidad de absorción de los avances tecnológicos por parte de la mano de obra (capital humano de conocimientos) tras el estudio de países con elevadas tasas de inversión en capital físico y bajas tasas de crecimiento económico, al igual que el proteccionismo de los intereses del mercado perjudiciales, responsabilidad que recaía sobre el Estado (Escribano, 2006). En este modelo se designan a los países desarrollados como CENTRO y los subdesarrollados como PERIFERICOS. El problema del subdesarrollo se explica fundamentalmente como consecuencia del desarrollo de los países CENTRO. Lo novedoso es que no se concibe el subdesarrollo como un fenómeno natural, sino más bien como consecuencia del desarrollo alcanzado durante siglos por los países más avanzados, que se logró a costa de la colonización, la que alimentó la acumulación originaria de capitales y posibilitó el desarrollo capitalista de los mismos (Jiménez Barrera, 2011). El problema fundamental está identificado en la deficiente estructura productiva de estos países, incapaces de desarrollar su industria. Una industria que a los países CENTRO no les interesa que prospere, para que la demanda de sus productos no se vea mermada.

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APÉNDICES Y ANEXOS Este es uno de los argumentos que hemos venido defendiendo a lo largo del estudio, a saber, que el desarrollo de las potencias –en nuestro caso específico, Francia- se debe gracias y sobre todo a la riqueza expoliada en Saint-Domingue durante siglos, no solo durante el periodo colonial, sino también tras la indemnización colosal para la obtención de la independencia y los intereses de los préstamos generados desde entonces. Estas teorías beben mucho del enfoque marxista del desarrollo, el cual afirma que la internalización del capitalismo condujo a la traslación de sus problemas hacia las fronteras internacionales. Los orígenes del subdesarrollo lo sitúan en esa dura lucha desigual entre países, de la que los países desarrollados emergieron como verdaderas potencias económicas, en tanto que los países en desarrollo salieron como economías deformadas, coloniales y dependientes de los primeros (Jiménez Barrera, 2011). Los dependalistas consideran que las naciones periféricas experimentan su mayor desarrollo económico cuando sus enlaces con el centro están más débiles. Esto es justo lo que Francia pretendía evitar: que la dependencia de Haití con respecto a la metrópoli desapareciera. Jiménez Barrera nos lista las principales conclusiones a las que se llegó una vez contrastados estos postulados con los casos reales:  Para rebasar el subdesarrollo no existen caminos cortos, y la historia ha demostrado que su alcance fue en última instancia el resultado del curso de la historia económica de la humanidad, bajo las condiciones del capitalismo, y causantes en mayor o menor medida de que algunos países alcanzaran el desarrollo económico, en tanto que otros se sub-desarrollaron; ambos procesos son simultáneos y se manifiestan como dos caras de una misma moneda.  Las teorías económicas tradicionales no son un camino a seguir, y por ende no sirven como modelo a seguir para alcanzar el desarrollo de la gran mayoría de los países en la actualidad.  No se deben pasar por alto los grandes obstáculos al desarrollo: a) El comercio internacional b) Gran dependencia financiera heredada de las instituciones internacionales al servicio de los países desarrollados c) La impagable deuda externa como acicate del subdesarrollo. En el caso de Haití, estos 3 obstáculos se dieron a la vez desde la declaración de su independencia, imposibilitando su desarrollo desde el inicio, como venimos diciendo, por lo que estas conclusiones confirmarían nuestras hipótesis. La principal crítica a esta teoría es que la dependencia considerada perjudiciales los vínculos de estos países con las corporaciones transnacionales, y ponen a EEUU como TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS ejemplo de colonia que pudo romper el círculo vicioso del subdesarrollo (Reyes, 2009). Sin embargo consideramos que no se puede comparar a los EEUU con el resto de colonias, ya que este país utilizó la Trata de personas, conquista de territorio y subyugación de ciertas etnias como motor de su crecimiento económico. La realidad siempre ha afectado al progreso de las teorías de desarrollo; la descolonización impulsó el análisis hacia la consecución de la independencia económica y la industrialización -cosa que Haití nunca consiguió-, mientras que la crisis de la deuda externa de los 80s redirigió el desarrollo de las teorías128 hacia el ajuste estructural y la estabilización macroeconómica. Sin embargo la voz de alarma vino de la comunidad civil internacional veladora de los derechos, cuando se advirtió de las desastrosas sociales de los procesos de estabilización y ajuste: (i) caída de la renta per cápita, (ii) empeoramiento de la distribución de la renta, (iii) descenso del gasto en servicios sociales per cápita, (iv) descenso de las tasas de escolarización, y (v) aumento de la pobreza. Las experiencias de este segundo enfoque (acentuación de la brecha entre ricos y pobres y la descapitalización de los servicios sociales básicos) recondujeron el análisis hacia el desarrollo humano (Escribano, 2006). La teoría del desarrollo humano surge de una progresiva humanización del concepto de desarrollo que se encuentra frecuentemente en conflicto con el tema de aumento de producción, ya que al centrarse meramente en lo económico se deja de lado el valor de lo social dentro de un país. El desarrollo económico no es suficiente; si no existe una mejora social y humana todo esfuerzo es en vano. El desarrollo humano busca la consecución de estos 3 objetivos: (i) Disponibilidad de productos: mediante el aumento de la producción (mayor oferta, mayor oportunidades), (ii) Aumento de la esperanza de vida: un mínimo de bien estar y sanidad garantizados para todos., y (iii) Acceso a la educación (tasa de alfabetización): ayuda a conocer y aprovechar mejor las oportunidades. Por tanto el desarrollo humano se concibe como un proceso que abarca tanto crecimiento económico y modernización social, consistente ésta en el cambio estructural de la economía y las instituciones (económicas, políticas, sociales y culturales) vigentes en el seno de una sociedad, cuyo resultado último es la consecución de un mayor nivel de desarrollo humano y una ampliación de la capacidad y la libertad de las personas (Escribano, 2006). Para Amartya Sen, un trabajador sano, bien alimentado y con una cualificación elevada resulta más productivo y contribuye en mayor medida al crecimiento. Según Sen, el 128

Otras teorías de menor calibre se intentaron hacer hueco para explicar lo que las otras teorías no llegaban a explicar, como la de Simon Kuznets (premio nobel de Economía 1971), denominada teoría del goteo, la cual defendía la necesidad de sacrificar a los desposeídos para alcanzar el desarrollo -en una primera etapa- para dejar concentrar la riqueza, dejar que la copa se llene, y sólo entonces se podría producir el derrame de la misma. Este era el supuesto efecto goteo. En Haití los 200 años de historia han demostrado que la copa se ha llenado, pero nunca se ha derramado. Los desposeídos siguen olvidados y las riquezas crecen desmesuradamente y pero aun así, los depósitos bancarios y envío de divisas hacia el extranjero se perpetúan.

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APÉNDICES Y ANEXOS desarrollo de las capacidades de las personas en busca del desarrollo de su propio proyecto vital redunda en el beneficio del conjunto de la sociedad; cuando esto no es así, debe recurrirse al estado de derecho para asegurar la armonía social. En Haití, la élite nunca ha sido refrenada por su afán de beneficio personal a costa del empobrecimiento del resto de la población. Y el Estado no ha podido hacer nada contra esto. La perpetuación de la estratificación social del S.XVIII en base a la pigmentación de la piel sigue dictaminando las prioridades de los gobiernos haitianos a la hora de establecer políticas en el país. Desgraciadamente, en la Haití del S.XXI siguen habiendo ciudadanos con plenos derechos de propiedad, participación en la vida política y reconocimiento, y otros (muchos, desgraciadamente) siguen siendo ignorados al margen de la Constitución. La teoría del desarrollo humano incorpora la noción del respeto al medio ambiente como otro factor a tener en cuenta. El crecimiento sostenible aparece como necesidad de caracterizar al crecimiento económico compatible con la preservación del entorno. El desarrollo puede ser no sustentable cuando pone en peligro los equilibrios macroeconómicos, políticos y sociales, o el patrimonio cultural (en sentido antropológico) de una sociedad. En este sentido, numerosos analistas consideran la naturaleza autoritaria de los regímenes políticos de los países africanos y en el mundo árabe, y a la mala gestión económica de los mismos como causas importantes de sus fracasos económicos (Escribano, 2006). Pero un análisis del fenómeno fuera de contexto del comercio internacional hace desviar las miradas sobre otros culpables muy implicados en estos fracasos y beneficiados por éstos. Si consideramos que el 70% de la cubierta vegetal de la isla de Saint-Domingue fue arrasada en los periodos coloniales, durante los primeros pagos de la deuda como fuente alternativa de recursos, y durante la ocupación americana del territorio haitiano, poco pudo quedar para que unos gobernantes desesperados (y en muchos casos incompetentes, por qué no decirlo) plantearan estrategias sostenibles y respetuosas con el legado de las generaciones futuras. ‘No se puede enseñar a hacer pasteles cuando solo queda la guinda del pastel’. El desarrollo humano constituye un tema convergente y multidisciplinario. El desarrollo y la inclusión social que conlleva están relacionados con la participación activa, afectiva, plena y libre de los individuos, grupos sociales y comunidades. Un rasgo que se encuentra en lo fundamental de la inclusión social es la efectiva participación de los ciudadanos. En este sentido se incluye un condicionante indispensable para el desarrollo: la ciudadanía. No obstante este concepto provocó ya en el pasado cierto tipo de discriminaciones, en lugar de una inclusión universal. Es lo que ocurrió con la Revolución Americana y la Revolución Francesa. La exclusión de algunos sujetos dentro de esa definición de ciudadanía invalidó el concepto en sí como premisa de igualdad y universalidad. Nos reafirmamos sobre el comentario de Justin Podur: Sólo los haitianos pueden salvar a Haití.

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10. CONCLUSIONES A continuación procederemos a exponer las principales conclusiones derivadas del presente trabajo de investigación, dando respuesta a los 5 objetivos planteados desde el inicio: A.1. Establecer los condicionantes de partida de la parte occidental de la isla de Saint-Domingue (declaración de independencia el 1 de enero de 1804) referentes a la producción y actividad económica.

3 condicionantes de partida pesaron grandemente en el destino de la República de Haití, los cuales determinaron y dirigieron el camino hacia el subdesarrollo del país: (i) un territorio heredado por una población afrodescendiente que había sido comercializada a través de la Trata, y oprimida con la esclavitud durante siglos, (ii) minusvalía incapacitante del país causada y exigida por los 3 siglos de colonialismo, y (iii) negativa por parte de la comunidad internacional de reconocimiento de la soberanía del territorio durante 20 años, en el corazón de una de las partes más estratégicas del mundo del S.XIX: A.1.1. Población comercializada y oprimida  La esclavitud forzada de personas africanas detuvo el progreso y el avance de regiones enteras, tanto para el continente negro como para los afrodescendientes deportados a tierras de ultramar. La ruptura de la unidad familiar y falta de unidad entre los pueblos proviene en gran parte de un África despoblada de hombres y mujeres en edad productiva, los cuales fueron forzados a procrear a conveniencia, sin apego familiar posible durante siglos.  Al pueblo haitiano, al igual que a todos los esclavos desterrados a tierras ajenas del Nuevo Mundo, se les negó el derecho al progreso por generaciones; la denegación de la educación a la población afrodescendiente por parte de sus captores estaba enraizada en el temor a una violencia inspirada en un profetismo bíblico aplicado a su situación de opresión, o en las ideas revolucionarias de la ilustración en cuanto a la igualdad y racionalidad del ser humano. La restricción del acceso a la educación durante siglos y generaciones consiguió que este sector de los seres humanos tuviera que luchar para revindicar su humanidad sin las herramientas naturales para ello. A.1.2. Minusvalía incapacitante causada por el colonialismo  En las colonias francesas se mantuvo celosamente el sistema económico impuesto a través de limitaciones muy precisas, que debían ser cumplidas estrictamente; la prohibición expresa del desarrollo industrial en las colonias marcó un proceder en la esencia de la economía haitiana que perdura hasta hoy. Por decreto, en 1684 se TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS prohibió a todas las colonias francesas el establecer nuevas refinerías azucareras, y para 1804, las pocas que sobrevivieron las guerras de la independencia quedaron en ruinas. Desgraciadamente en la actualidad, el sistema financiero también tiene factores inamovibles de los cuales depende la sostenibilidad global del sistema como insisten los defensores del sistema económico actual-, y el capacitar a los países del Sur para su propio desarrollo y empoderamiento dentro del mercado internacional es algo que va en contra de los intereses mismos de las potencias del Norte.  Si la base de la economía original de la colonia bajo el dominio de los españoles fue las plantaciones de azúcar y las explotaciones mineras, los colonos franceses se van a centrar exclusivamente en la agricultura; un legado distintivo del colonialismo francés que va a sellar la economía futura y cerrar las puertas a otros tipos de actividades económicas. Para 1804, nos encontramos con una excolonia expoliada y maltratada por los abusos de una explotación agrícola masiva y de concentración, que tratará de resurgir de sus cenizas tras las guerras de la independencia.  La esclavitud es abolida, los colonos expulsados y las tierras vacantes. Toda la producción de plantaciones fue destruida, tanto el azúcar como el algodón pasaron a mejor vida con la llegada de la emancipación. Las más de 15.000 hectáreas produciendo alrededor de 6 millones de libras anualmente, fueron quemadas durante las guerras de la Independencia. El país, con un embargo internacional debido a la afrenta que había hecho a Francia, debía valerse por sí mismo a partir de un país en llamas. A.1.3. Negativa de reconocimiento de la soberanía territorial  La presencia de una banca francesa empoderada y en aumento –la cual era dependiente en gran medida del sistema triangular de la Trata- hará una gran presión en los lobbies franceses para intentar recuperar lo perdido, e impedir a toda costa el reconocimiento de la soberanía haitiana.  Las naciones blancas de Europa y los EEUU se negaron a reconocer la independencia haitiana y boicotearon las relaciones comerciales con Haití. Francia, humillada ante sus rivales y moribunda tras incesables guerras, encontrará apoyo en los EEUU, y formalizará una simbiosis de intereses.  Después de la independencia, la constante amenaza de una nueva invasión francesa hizo concentrar bastante de los esfuerzos económicos en el mantenimiento de una fuerza militar en la isla, cuyo sostén suponían el 60% de los gastos de la colonia. Esta será una práctica que perdurará hasta nuestros días; el mantenimiento de la institución supone más a la nación, en términos económicos, que lo que realmente esas institución invierte en la nación.

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APÉNDICES Y ANEXOS A.2. Comparar las relaciones comerciales a nivel internacional entabladas por la isla como colonia, y después de su independencia hasta su reconocimiento como Estado en 1825 Las consecuencias del boicot realizado al nuevo Estado Negro cambiaron radicalmente las cifras de la antigua Perla de las Antillas; título que perdió en el instante mismo de la emancipación. Libertad y riqueza siempre han sido antagónicas e incompatibles en la parte occidental de la isla caribeña. A.2.1. Situación en 1788  Primera productora mundial de azúcar (80.00 t/año) y de café (40.000 t/año), los excedentes de las operaciones comerciales contribuyeron a equilibrar las cuentas de la Corona francesa y aseguraron la prosperidad económica del litoral francés. Cerca del 40% de todo el azúcar importado por Gran Bretaña y Francia, y 60% de todo el café mundial provenía de la pequeña colonia de Saint-Domingue. El comercio exterior de Saint-Domingue se valoraba en 214.000.000 de francos, es decir 42.000.000 de dólares al cambio de conversión de la época, superando incluso el de los EEUU.  A pesar del Pacto Colonial y el Exclusif francés -por los cuales la colonia debía entablar relaciones comerciales únicamente a través de la metrópoli-, todas las demás potencias mercadearon y utilizaron a la isla según los intereses del momento; tanto EEUU como Inglaterra mantuvieron el comercio de contrabando con los haitianos durante los años previos a la independencia por motivos claramente estratégicos, pero tanto un país como el otro terminaron con esas relaciones comerciales tras la independencia. El doble juego de las potencias movía el péndulo de los intereses hacía el lado que más convenía a cada momento. Al igual que Jefferson, los británicos dieron la bienvenida a la victoria haitiana y la concibieron como una derrota de los franceses, lo que no quitó el que ninguno de los dos países, ni EEUU ni Inglaterra, reconociera la soberanía de Haití, ya que el mantenimiento de la República haitiana en una condición de desigualdad a la hora de mantener acuerdos convenía, y mucho, a estas potencias. A.2.2. Situación durante periodo nacional  Una caída del 90% de las importaciones nos puede dar una idea del aislamiento al que se mantuvo a la República Negra durante años, y de la efectividad de esta medida para conseguir su estrangulamiento económico como dictaminaban las órdenes enviadas por parte de Francia al resto de las naciones.

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Importaciones haitianas de azúcar Año 1789 1818 1820 1822 1824 1826

volumen (libras) 140.000.000 5.400.000 2.500.000 200.000 590 32.000

 Después de la independencia, Francia –aun sin digerir la vergonzosa derrotacomienza a atacar a los navíos comerciantes americanos como medida desesperada para cortar el aprovisionamiento de su antigua colonia. Muchos autores dicen que constituyendo Haití el país comprador de 2/3 de la totalidad de exportaciones americanas durante los primeros años tras la independencia, éste le debe su supervivencia al contrabando estadounidense, ya que de lo contrario el bloqueo de Francia la hubiera ahogado definitivamente en el hambre.  El “horrendo” y desafiante ejemplo de la republica negra, que ponía en entre dicho la legitimidad y sostenibilidad de las plantaciones sureñas de EEUU, minó las pocas relaciones que este país tenía con Haití. El frenar las olas independentistas negras del Caribe se convirtió en una estrategia prioritaria y se materializó con el Embargo de Jefferson. El embargo de 1806 prohibía a los mercaderes comerciar con ninguna porción de la antigua colonia francesa que no estuviera en posesión de Francia (evidente declaración indirecta del no reconocimiento de la república haitiana). La fobia a la independencia negra y al abolicionismo impregnó la política exterior con Haití en las enmiendas sucesivas que se iban haciendo al Embargo, dirigidas a restringir cada vez más los cabos sueltos legales que pudiesen animar a los almirantes a tener relación comercial alguna con los recién liberados esclavos. Como consecuencia el comercio haitiano pasó de 6.7 millones de dólares en 1806 a 1.5 millones de dólares en 1808. Sus ataques a Haití persistieron en tanto que la esclavitud persistió en EEUU.  Alianza EEUU/Francia contra Haití y sus enemigos (potencias competidoras): hubo un consenso en el bloqueo comercial internacional y el no reconocimiento del país. Viendo que el estrangulamiento comercial no era respetado íntegramente por todas las potencias europeas, el plan “B” para conseguir “el golpe de estacada definitivo” dará los resultados esperados: la inmensurable deuda impuesta que volverá a poner a la colonia virtualmente bajo el yugo de la metrópoli francesa. Una deuda que los EEUU se encargarán de que sea pagada íntegramente con la intervención de la Banca Nacional Haitiana durante la invasión americana a principios del siglo siguiente.  La hostilidad hacia Haití por parte de la comunidad internacional y su deliberada marginalización significará que la Revolución Industrial pasará de largo a la isla TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS caribeña. Después de 200 años después de la Revolución haitiana, se puede decir que Haití es una nación en la que la Revolución Industrial nunca llegó (Corbet 1999b). Tras la independencia, los primeros dirigentes intentaron estimular la industria azucarera, que en esos momentos se encontraba en descenso vertiginoso, pero no produjo frutos por la falta de técnicos competentes y debido al estado de ruina de las instalaciones existentes.  La diversificación de cultivos ocurrida bajo la presidencia de Boyer, lejos de generar un aumento de la productividad, significó su descenso en la escala del desarrollo al no considerar la unidad agraria de la plantación como modelo. Asediado por el bloqueo y por las dificultades económicas, Boyer decidió reestablecer negociaciones con Francia para lograr el reconocimiento de la independencia del país (Martinez P., 2011). Las pequeñas parcelas de supervivencia inauguradas bajo el gobierno de Petion han perdurado hasta nuestros días con consecuencias adversas sobre todo para el medio ambiente. Los campesinos han estado usando técnicas que perjudican la fertilidad del suelo, quemando la capa de cobertura y el exceso de sembrado de cultivos lo cual también ha consumido gran parte del suelo. Por último, ya que el único combustible del país es la madera, poco a poco la gran foresta haitiana ha sido talada abrumadoramente para la fabricación del carbón. La deforestación de la tierra ha provocado que el suelo no aguante y se erosione gravemente durante las lluvias torrenciales, frecuentes en la zona (Corbett, 1999b).  Henri I insistió en reforzar el sistema de fermage que comenzó Dessalines con firmeza y disciplina, llegando a conseguir que la producción de azúcar volviera al 75% de lo que fue la producción bajo el dominio de los franceses antes de la revolución. Pero a pesar de este gran logro, las exportaciones se vieron limitadas por el embargo estadounidense, y los excedentes no proporcionaron el capital esperado.  Durante los dos siglos de la historia haitiana los dirigentes se han mostrado incapaces de dar una solución coherente a la cuestión agraria. Será la visión de los agricultores la que va a prevalecer –distribución de las tierras y el primado del cultivo de víveres al de género comercial- en detrimento de todo proyecto de integración del sector agrícola en un proceso global del desarrollo del país, lo que resultó en una extrema parcelación de las tierras (Etienne, 2005). A diferencia de la mayoría de los países Latinoamericanos y del Caribe, el desarrollo del latifundio orientado a la exportación fue limitado por la difusión y generalización de la supervivencia de la propiedad de pequeños agricultores, y en la actualidad el 93% de los agricultores haitianos aún tienen al menos acceso a su propia tierra. Sin embargo, la reducción del tamaño de las parcelas de media 0.8 hectáreas, combinado con la caída de los precios de productos agrícolas, la drástica erosión del suelo y la falta de inversión crónica, asegura que la mayor parte de estos agricultores mantengan su independencia a costa de una miseria efectivamente permanente (Hallward, 2004). No obstante, a la hora de sopesar las consecuencias TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS de unas malas políticas agrarias adoptadas por un gobierno y las de un bloqueo comercial internacional, sumado a la imposición de una indemnización de las dimensiones de la orden de Carlos X, se confirma –como demostró W. Cline- que los factores externos de un país son significativamente más importantes y condicionantes que las causas internas de la ineficiencia y la corrupción.

A.3. Determinar las causas del endeudamiento de la República de Haití en 1825

Las causas del endeudamiento no son las asumidas comúnmente en los postulados teóricos para la resolución de la deuda externa (catástrofes naturales, nuevas inversiones, mala administración de los fondos,…). En el caso de Haití, el endeudamiento fue impuesto para conseguir lo que el bloqueo comercial por sí solo no consiguió: el re-sometimiento de la colonia a los deseos e intereses de sus colonizadores. No fue un préstamo demandado por el más débil, sino forzado por el más fuerte para cubrir sus propias necesidades.  Al final del S.XVIII Francia entró en guerra con las demás potencias europeas monárquicas, las cuales le impusieron un bloqueo comercial con el objetivo de sofocar a la nueva República Francesa. El estado ruinoso en el que llegó a estar Francia a causa de este bloqueo justificaba la negativa a dejar partir la colonia de Saint-Domingue en manos de los rebeldes esclavos. El envío de navíos de guerra por parte de Napoleón era una medida de represalia, pero también un intento por asegurar el aprovisionamiento alimentario del que había disfrutado Francia durante dos siglos. Paradójicamente, la situación de asedio también la vivió la recién establecida República de Haití, y al igual que su “antigua madre”, sufrió ataques deliberados y compaginados para sofocar al país. Sin embargo, las actitudes de los gobiernos en los dos casos fueron muy distintos: mientras en Francia se desvalijaba a la aristocracia y se repartían las tierras y demás bienes entre el pueblo por motivos de supervivencia, en Haití, las tierras y los beneficios elitistas se repartían entre los generales. Con todo, el estado ruinoso y de endeudamiento en el que quedó Francia tras la revolución y guerras napoleónicas propició la imposición de la deuda faraónica a la antigua colonia francesa -de casi el doble de lo que se pidió por toda Luisiana a los EEUU-, y que se pagó íntegramente entre 1825 y 1947- la cual contribuyó enormemente a la devolución del país galo a su posición de liderazgo entre las primeras potencias europeas.  Si a la hora de defender los intereses de la República, y no perder el control a manos de los colonos blancos defensores de la monarquía, Sonthonax proclamó la abolición de la esclavitud sin indemnizaciones de ningún tipo a los antiguos amos en 1794, los términos difirieron -sin justificación válida- 30 años después cuando los antiguos colonos exigían indemnizaciones a Haití en concepto de pérdidas. La historia nos demuestra la incongruencia de la deuda de la independencia y las contradicciones de Francia, ya que en el pasado ya se había declarado la libertad de los oprimidos sin indemnizaciones a los opresores. TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS  Las naciones blancas de Europa y los EEUU se negaron a reconocer la independencia haitiana y boicotearon las relaciones comerciales con Haití. Esto fue una de las causa del desarrollo de “las dos Haitís”: estaba la nación oficial gobernada por los mandatarios y élite -pero centrada únicamente en las principales ciudades-, y la Haití de las provincias, donde la vasta mayoría de la población vivía, lejos de los mandatarios e ignorados por éstos, en donde el agricultor intercambiaba sus productos agrícolas -café mayoritariamente- de gran valor comercial internacional por productos de necesidad básica. Este sistema de las dos Haitís, aun dominante hoy en día, hizo que el desarrollo de la democracia en el país fuera virtualmente imposible. Las masas de la Haití rural eran, y continúan siendo, incultas. Tanto la revolución industrial como la revolución democrática pasaron de largo en Haití (Corbett, 1999b).  La situación crítica de Francia resuelta con la deuda impuesta a Haití: En Francia, las crisis económicas de sucedían una tras de otra y los banqueros, acreedores y comerciantes empezaban a considerar como única solución a sus problemas una regularización de sus relaciones con la excolonia. Los agentes de la alta banca francesa, ya especulaban con las importantes consecuencias que tendría el impulso de la economía con un capital de tal calibre. La indemnización representaba el presupuesto anual nacional de Francia y para Haití representaba 5 veces el valor medio anual de sus exportaciones.  La deuda fue el requisito que entendieron los dirigentes haitianos como imprescindible para entrar en el comercio mundial. Las reivindicaciones francesas de enormes reparaciones, fueron aceptadas finalmente en 1825 por la élite al poder en Haití, ya que reconocieron que estas reparaciones constituían una condición previa a la entrada de la isla en el mercado mundial (Chomsky, 2006). La indemnización de los 150 millones de francos obligó al gobierno de Boyer a pedir un empréstito a un banco francés para afrontar los primeros pagos. Para finales del S.XIX los pagos de Haití efectuados a Francia consumían alrededor del 80% del presupuesto nacional; Francia recibía la última entrega en 1947. No existe ningún otro único factor que jugara un rol tan importante en el establecimiento de un país endeudado sistemáticamente. “Ante la casi bancarrota del país haitiano, Francia “cedió” y redujo finalmente la deuda en 90 millones de francos a devolver en 30 años gracias a los derechos de aduana retenidas sobre las exportaciones. Con este préstamo, una espiral de endeudamiento se pone en marcha que somete a la isla a las finanzas de la metrópoli. Asociados a los problemas políticos internos y a los estragos de la mono producción cafetera (la cual aumentó su dependencia al mercado mundial), estos hándicaps estructurales contribuyen a explicar la ausencia de despegue de la economía de Haití durante el S. XIX” (Bonaventure, 2009).

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A.4. Aplicar el modelo de desarrollo económico del liberalismo económico/modernización al Haití de principios del S. XIX considerando los condicionantes de partida económicos, comerciales y de endeudamiento establecidos particularmente para la República haitiana.

A pesar de que el Saint-Domingue de finales del S.XVIII correspondía a la tercera etapa de Rostow, una vez obtenida la independencia, los dirigentes propusieron como modelo el sistema económico de la Francia pre-revolucionaria: el sistema del Antiguo régimen, representativo de las sociedades tradicionales de la primera etapa de Rostow. Por los motivos que fueren, se quiso duplicar y aplicar este sistema en Haití con Toussaint, Dessalines y Cristophe,… la visión económica de Louverture era la de un hombre del Antiguo Régimen: restaurar el esplendor del sistema de plantaciones, pero bajo la dirección de negros (Bonaventure, 2009). Más tarde, Petion dividió la tierra en pequeñas parcelas creando un país de campesinos viviendo de su propia tierra a través de una agricultura de subsistencia teniendo muy poca influencia en el gobierno, en la vida en las ciudades y mucho menos relación alguna con el mundo exterior. El cultivo de azúcar desapareció prácticamente y fue siendo sustituido paulatinamente por el café, el cual podía ser cultivado por agricultores individuales en pequeñas parcelas. Una clase de gobernantes muy pequeña en tamaño y una vasta masa de gentes corrientes ha sido siempre la norma en Haití y es una de las más grandes barreras para la emergencia de Haití como una nación con una igualdad democrática seria (Corbett, 1999b). Desde la inauguración del periodo nacional haitiano se estableció la contradicción fundamental entre las dos visiones de desarrollo económico de Haití que perduran aun hoy en nuestros días: por un lado, el capitalismo agrario y comercial, y por el otro la pequeña producción de mercancías. Se podría concluir que los responsables de la ausencia de una reforma agraria fueran los dirigentes mismos de Haití; sin embargo el espolio del capital a través de la deuda y la imposición de medidas fiscales desfavorables, la falta de inversiones en el territorio y de transferencia de conocimiento, y la negación del reconocimiento de la soberanía haitiana y de la entrada en el mercado internacional pesaron más en la balanza del subdesarrollo del país. A.4.1. Evolución del PIB  Se ha comprobado que, en general, el potencial existente para el crecimiento económico es impedido por la inestabilidad política, la falta de infraestructuras y la severa deforestación y erosión del terreno (FRD, 2006). Todos estos factores se dieron en el Haití del S.XIX y posteriores. TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS  Huella ecológica y destrucción de la cobertura vegetal durante el periodo colonial francés: este periodo verá un incremento espectacular de su producción y capital, pero en detrimento de los recursos naturales existentes, al utilizar técnicas de explotación masivas, dejando una huella ecológica imposible de asumir por las generaciones futuras. La pérdida del 80% de la cobertura vegetal del país se debe a los abusos del periodo colonial (50%) y los servicios del pago de la deuda (30%). Especialmente para este último factor, se ha comprobado la relación entre la tala de árboles y el pago de la indemnización, ya que los ingresos de la exportación de la madera maciza de Campeche sirvieron para pagar la indemnización del Estado haitiano a Francia. Por otro lado, las políticas de Petion, la continua subdivisión de parcelas, posesión sin actas notariales, fermage y métayage como sistemas arrendatarios de las tierras,… no animaron a las inversiones territoriales y a la protección del suelo. Al contrario, estas situaciones perpetuaron la sobreexplotación y a la deforestación con sus efectos negativos sobre la conservación de los suelos.  La dependencia de la plantación en relación al exterior establecida con el Pacto colonial va a favorecer la creación de una actividad comercial importaciónexportación intermediaria entre el agricultor y el industrial metropolitano. La falta de un desarrollo del comercio interior, y el dirigir exclusivamente la producción de la colonia al mercado exterior marco una tendencia que obvió la inversión dentro del territorio haitiano. Por otra parte se ha confirmado que “el comercio no es un método efectivo para superar la pobreza relativa si los valores de las materias primas no consiguen mantener el mismo ritmo que los valores de los productos manufacturados” (Ferraro y Rosser, 1994). Para aumentar su moneda de cambio, los países en desarrollo se han visto forzados a vender más recursos a precios reducidos, agotando así los recursos no renovables para el uso de las generaciones futuras.  El rechazo del azúcar por parte de la población y la insistencia de la élite por mantener el mismo sistema comercial dependiente del exterior fueron factores incompatibles que fueron en detrimento de la acumulación del capital estatal. La falta de una búsqueda de soluciones alternativas propicio la marginalización de Haití en el proceso de industrialización en el S. XIX, proceso clave del desarrollo económico como han demostrado países como EEUU y China en el pasado.  Ya en el S.XX, la privatización de la industria de manufacturados –con presiones fiscales muy débiles siempre contraproducentes para las arcas del estado- y la concesión de licencias a empresas extranjeras para la extracción de los recursos mineros (valorados en más de 20.000 millones USD) han hecho que se priorizaran los intereses foráneos sobre los intereses nacionales, y fomentado el expolio continuo de los recursos haitianos. A.4.2. Comercio Internacional  El aislamiento internacional por parte de Francia y la normalización del contrabando TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS por parte de los EEUU se mantuvieron activos desde los mismos orígenes de la República. Al final Francia consiguió enrolar a los EEUU en su tentativa desesperada de la aniquilación por hambruna de su antigua colonia; cediendo Jefferson a las amenazas de Francia, el gobierno americano promulgó una ley prohibiendo todas relaciones comerciales entre los EEUU y Haití. Las sanciones diplomáticas, militares y económicas impuestas a la República Haitiana tuvieron efectos sobre el gobierno (vaciado de las arcas, concentración del poder y promoción de la corrupción), la población (caída drástica del PIB y ausencia total de servicios públicos) y el medio ambiente (destrucción de la cubierta vegetal).  El haber dirigido la economía totalmente hacia el comercio exterior, e intentar “naufragar las olas y venturas del océano del mercado internacional, destruyó el navío haitiano, el cual no estaba preparado para ese tipo de viajes transatlánticos”. Tanto para EEUU como para Cuba, el bloqueo exterior impuesto por las potencias fueron momentos para concentrarse en los recursos disponibles en el interior y fortalecerse desde dentro, pero Haití no supo, no quiso o no pudo mirar a su interior… con una élite empecinada en el comercio exterior, y una comunidad internacional obstinada por destruir a la república independiente negra, la desigualdad de fuerzas desembocó en la ruina del más débil. Los volúmenes de exportaciones hacia la excolonia procedente de otros países antes y después de la independencia muestra que Los países querían comercializar con la Haití-colonia, no con la Haití independiente. El remonte del volumen de las transacciones comerciales con Haití tras el Tratado de Viena de 1814 (en el que se estipulaba que Francia retomaba las posesiones bajo su dominio antes de 1789) y su inmediato desplome una vez los haitianos reafirman su independencia son muestra de ello.  La eliminación de las tarifas de importación fue la medida que tuvo un mayor impacto inmediato en la economía haitiana. A lo largo del S.XIX la fiscalidad del país, tan importante para llenar las arcas del Estado, fue mermada constantemente por las peripecias de las otras potencias para no respetarla. La comunidad internacional sigue imponiendo las condiciones ventajosas a su favor, condiciones que al mismo tiempo son muy perjudiciales para el débil Estado haitiano, el cual a cada intento que hace para recuperar lo que se le ha robado, más hondo se le empuja en la fosa en la que se le ha recluido. El exclusif comercial -exigido por las demás potencias para entrar en acuerdos comerciales con Haití- provocaba la especulación de precios, el contrabando y la inflación general de los precios. Estas tres consecuencias siguen vigentes en el Haití del S.XXI.  La insistencia de los EEUU en no reconocer oficialmente a la nueva República, con el tiempo llevó a que las relaciones comerciales entre estos dos países se imposibilitaran: los estadounidenses lo querían todo, sin renunciar a nada. Privilegios de importación, seguir sin reconocer oficialmente a Haití por sus intereses esclavistas sureños y el exclusif preferencial. No estaban dispuestos a renunciar a ninguna de estos beneficios, ni entonces, ni ahora.  Desde el reconocimiento de Francia y demás naciones, las exportaciones haitianas TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS aumentaron, muy a pesar de los EEUU. Sin embargo el capital entrante no sirvió nada más que para pagar el servicio de la deuda y enriquecer las arcas de los acreedores y comerciantes intermediaros receptores de comisiones abusivas. Vemos que durante todo el S.XIX las dos potencias (EEUU y Francia) hicieron todo lo posible para conseguir los productos haitianos al menor costo, evitando por todos los medios que los ingresos percibidos por los haitianos generaran un capital suficiente para empoderar a la débil e incipiente República.  La carrera hacia la independencia la perdió Haití; a pesar de su prematura declaración, no obtuvo ningún beneficio por haberlo hecho con antelación a sus vecinas. Con la perpetuación del Pacto Colonial en esas islas a principios del S. XIX, Haití constituía la única zona de mercado abierta integralmente a los productos americanos en el Caribe. Será a partir de 1830 cuando las posesiones inglesas se abran, sin ninguna restricción, al comercio americano, perdiendo Haití su condición de exclusiva en el Caribe, en los momentos más duros para su economía.  La perpetuidad de la dependencia haitiana de la comunidad internacional ya se reflejó a finales del S. XX. Hasta los años 80, las importaciones en Haití se mantenían relativamente modestas. Sin embargo, a principios de los años 90 empezaron a tomar una dimensión considerable. Este aumento de las importaciones ha hecho aumentar el déficit comercial del país y ha consagrado la dependencia del país con respecto al mercado internacional para satisfacer las necesidades alimentarias de la población. Además, la pérdida total del control de la soberanía nacional también se puede achacar al control de las finanzas del Estado por parte de la comunidad internacional a través de la ayuda oficial al desarrollo y sus cuestionables resultados obtenidos en términos de desarrollo del país.  Dentro del Derecho internacional, la teoría declarativa del Reconocimiento Internacional apoya la idea de que Haití no tendría por qué haber aceptado la imposición francesa de la indemnización a cambio del reconocimiento. Desde el momento de su independencia, su soberanía era plena. Según el Derecho Internacional, los bloqueos comerciales o embargos son medidas lícitas para sancionar a otros Estados, pero el uso de la fuerza –como ocurrió en el caso de la imposición del pago de una indemnización bajo la amenaza de más de 400 cañones de guerra- invalidaría cualquier legitimidad de esa acción ante cualquier tribunal.  Ninguna de las 6 ventajas enumeradas para los Estados reconocidos internacionalmente, y esperadas por los gobernantes haitianos a cambio de la aceptación de la indemnización –control soberano del territorio, protección de intervenciones extranjeras, posibilidad de acuerdos para la defensa de propios intereses, obtención de ayuda internacional directa, formar parte de organismos internacionales y poseer personalidad jurídica para reivindicar sus derechosfueron percibidas por el Estado Haitiano tras su reconocimiento otorgado por Francia. Al contrario, este reconocimiento condicionado fue el principio de la caída en picado de la República.

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APÉNDICES Y ANEXOS A.4.3. Servicio de la deuda externa  Haití es el único país donde se ha obligado a los antiguos esclavos pagar a otra nación por su libertad; Los dirigentes no tuvieron otra alternativa; la oferta del reconocimiento vino bajo la amenaza de guerra si se rechazaba. El desgastado país que mal sobrevivió durante los primeros 20 años de su periodo nacional se resignó a su fatal destino, sin saber que los navíos atracados en sus puertos eran probablemente lo único que le quedaba a la Francia moribunda de entonces. La deuda de Haití no responde a la lógica normal de endeudamiento; no fue ni voluntario, ni con el fin de generar un crecimiento sostenido. Fue una medida de chantaje que no produjo los frutos esperados derivados del reconocimiento internacional.  La aceptación del pago de la indemnización tuvo como consecuencias (i) la espiral sin fin del doble endeudamiento, con la imposición de una deuda ficticia para el pago de la cual se obligó a pedir más créditos, (ii) el control de la producción haitiana por parte de las potencias extranjeras y (iii) la doble tarificación aduanera de los productos haitianos con el fin de rebajar aún más si cabe los precios de producción en territorio haitiano. Para finales del S.XIX Haití estaba enviando el 80% de sus ingresos nacionales a Francia. Gracias a la imposición de la deuda y el afianzamiento estricto de sus pagos, el flujo de las riquezas se ha mantenido en el mismo sentido (de la colonia a la metrópoli). La pobreza de la Haití moderna está inextricablemente ligada a la deuda de la indemnización.  Haití sirve como un excelente ejemplo de la subyugación a través de la deuda: La “fuerza bruta” del sistema colonial militar fue perpetuada por el colonialismo financiero. Al final, es de lo que trata la servidumbre: el obtener más recursos y beneficios a través de la opresión y el mantenimiento de una clase baja numerosa, prescindible y sin derecho ni a voz no voto. La implantación del sistema de crédito internacional proporcionaba a los amos del Norte la estrategia perfecta para mantener los grilletes de los siervos del Sur. Francia recuperó el control económico sobre el país mediante la imposición de una indemnización desmesurada. Bíblicamente uno se convertía en esclavo de otro cuando no podía pagar la deuda que había contraído con este último. Pareciera que el ex esclavo haitiano, el cual se había liberado de su injusta y cruel servidumbre, fuera devuelto a su posición de siervo de una forma ‘justa’: pagando una indemnización ilícitamente impuesta.  Los tipos de deudas teóricos que determinan la ilegitimidad de una deuda, que aplican en el caso haitiano son (i) deuda de opresión, (i) deuda de corrupción, (iii) deuda de élites, (iv) deuda de desarrollo, y (v) deuda de salvamiento. Todos estos comportamientos injustos detectados, según los principios del Derecho Internacional, son causa para la descalificación de la demanda de la indemnización al pueblo haitiano. Por otro lado, el concepto de deuda odiosa, no es teórico clasificatorio, sino que tiene base jurídica y precedentes en el Derecho Internacional, por lo tanto se podría aplicar al caso haitiano en la Corte Penal TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS internacional. Una vez declarada una deuda como “odiosa” es automáticamente nula ante la justicia. No cabrían conceptos como reducciones condonaciones de parte, o aplazamientos. Al contrario, si hubiese sido pagada íntegramente –como en el caso de Haití- se podrían exigir devoluciones e indemnizaciones por daños y perjurios. A parte de la indemnización francesa, el 40% de los préstamos contraídos con los organismos internacionales durante el S.XX por parte de los regímenes militares constituyen parte de la deuda odiosa; estos préstamos financiaron abusos y desvíos de los fondos, nunca contribuyeron al desarrollo de los servicios públicos sino al sostenimiento del poder de dictaduras represivas.

A.5. Validar/contrarrestar las 3 condiciones necesarias para que un país resuelva sus problemas de deuda externa para el caso particular haitiano según el modelo teórico de desarrollo seleccionado.

El marco teórico del desarrollo económico analizado en este trabajo de investigación – el modelo de modernización de Rostow- adopta una serie de premisas que deben ser rebatidas. Al contrario de lo que se asume, el subdesarrollo de un país no se debe concebir como un fenómeno natural, sino más bien como consecuencia del desarrollo alcanzado durante siglos por los países más avanzados, que se logró a costa de la colonización, la que alimentó la acumulación originaria de capitales y posibilitó el desarrollo capitalista de los mismos. La noción de una ‘sociedad dual’ es conveniente para la teoría de la modernización ya que divide claramente los países subdesarrollados entre sectores atrasados (tradicionales) y avanzados (modernos) sin considerar la relación simbiótica entre los dos, lo que puede ser analizado en términos de creación de subdesarrollo. Consideramos que la 1ª fase de la teoría de Rostow erróneamente propone como método de superación el establecer los métodos que tradicionalmente han asegurado el mantenimiento de los mecanismos de transferencia de riqueza de los países del Sur hacia los del Norte. Se obvian las consecuencias del colonialismo/imperialismo. Finalmente, encontramos que la única explicación de que Haití haya descendido en la escala del progreso de Rostow -desde su fase de despegue de finales del S.XVIII hasta la primera fase de sociedad tradicional del S.XXI- son las dos décadas perdidas de Haití. Pareciera que las dos décadas de inversión que Rostow consideraba como necesarias para afirmar la etapa de despegue, correspondieran con las dos décadas de aislamiento internacional y pillaje de las arcas nacionales con la imposición de la indemnización. A.5.1. Inversión en el país  Como Adams Smith ya postulaba en el S.VXIII, el capital y la tecnología serán los factores a promocionar para la expansión económica. La limitación de los mismos provocaría el efecto contrario, como muy bien comprobaron las potencias TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS esclavistas en el S. XIX. El factor Tecnología/capital era el único factor a merced de la antigua metrópoli, al igual que la ‘mano invisible del mercado’: los haitianos poseían el factor ‘tierra’ y el factor ‘trabajo’ en sus manos. El único factor que las potencias imperialistas podrían limitar u obstruir era la Tecnología/capital, impidiendo el incremento del capital y la transferencia de la tecnología.  El aumento de la producción en Haití se vio limitado por factores internos (en lugar de buscar alternativas al sistema de plantaciones, los dirigentes se empeñaron en establecer un sistema a la vieja usanza del Antiguo Régimen en la República, y dirigir sus políticas únicamente hacia el comercio exterior) y externos (lo poco obtenido en los campos de producción eran destinado al servicio de la deuda).  Las causas del fracaso de los intentos de promoción del desarrollo industrial en el S.XIX son la dependencia del comercio mundial y la inestabilidad política. A.5.2. Comercio exterior - importaciones  Constatar que el Haití del periodo colonial francés se podría asemejar a la etapa de despegue de Rostow, pero los condicionantes impuestos a la Republica a partir de la obtención de su independencia provocaron el proceso inverso: una regresión hasta la primera etapa, de la que aun hoy Haití sufre y lucha por salir.  La visión práctica de la funcionalidad del mercado exterior del S.XVIII -el papel del comercio exterior era, principalmente, el de acumular riqueza- dictaminarán las estrategias de las potencias extranjeras para estrangular a la república Negra. Una de las formas utilizadas para limitar el cúmulo de capital será la restricción del acceso al mercado.  A pesar de que A. Smith abogaba por dejar funcionar libremente a las riendas del mercado, ya que éstas –según él- se regían por normas que beneficiaban en última instancia a todos, la ‘mano invisible del mercado’ -a saber, la mano de los países CENTRO-, fue en detrimento de una nación a la que se le negaba el reconocimiento. El comercio desigual perpetuó el expolio continuo de la riqueza nacional. Las teorías posteriores de desarrollo reconocen que el mercado tiene fallos a la hora de reasignar recursos de uno a otro sector de producción, y que la intervención estatal se convierte en necesaria para conseguir tal fin, mediante una sustitución de productos importados por productos nacionales.  La forma en que Haití va a resolver su soberanía externa en los años 1825 -1862 le lleva a sacrificar su soberanía interna. Los intereses del Estado Haitiano siempre se equipararán a los intereses de la élite, marginalizando al resto de la población agraria. Como la élite siempre ha estado con los ojos puestos en el comercio exterior y dependiente de las potencias extranjeras, este tipo de gobierno ha sido promovido por los interesados (Francia y EEUU). Esta fue la causa del derrocamiento de Aristide por parte de la comunidad internacional, el primer TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS presidente elegido por el pueblo que se interesó en las necesidades del pueblo. De una dependencia comercial y financiera de las potencia europeas de 1825 a 1915 – principalmente Francia- Haití ha pasado desde entonces a nuestros días a estar bajo la influencia [y dictadura] de la potencia de los Estados Unidos. A.5.3. Interés de la deuda  Durante el siglo XIX, ni la sucesión de presidentes que abolían y cambiaban la constitución a voluntad, ni la indemnización de Francia que arrastró y hundió hasta niveles insospechados la economía haitiana, ayudaron a levantar el país.  La presión de la deuda y la represión política han puesto en servidumbre no solo las generaciones de la Haití revolucionaria, sino también a sus descendientes por generaciones. Al final la presión fiscal y la represión política de la metrópoli han pesado mucho más sobre la economía y sociedad haitiana, que los postulados racistas referentes a la ciudadanía negra y la imposibilidad de auto-gobernarse. Las excolonias, estranguladas por una deuda colosal, van mal, mientras que las potencias europeas, aunque en crisis, continúan con un desarrollo que ninguna deuda africana (ni haitiana) va a frenar.  Las políticas del BM y el FMI están todas encaminadas para mantener al Sur dependiente del Norte y crear un mercado para la exportación de sus productos.

Validación de la Hipótesis:  Los grandes obstáculos al desarrollo de Haití han sido: (i) el comercio internacional, (ii) la dependencia financiera, y (iii) la impagable deuda externa. La perpetuación de las restricciones en estos tres ámbitos a lo largo de dos siglos han imposibilitado el desarrollo, o al menos, han constituido las causas principales del subdesarrollo actual de Haití.  Los actores que en mayor medida han contribuido al enraizamiento de estos obstáculos al desarrollo son, EEUU –con su dictamen del rol de Haití en el comercio internacional- y Francia –con su imposición de la indemnización de 1825 de una manera ilegítima. De forma conjunta, ambos países -Francia en el S.XIX y EEUU en el S.XX respectivamente-, han consolidado y sellado la dependencia financiera del país caribeño, devolviéndole a un estado de servidumbre del que, desgraciadamente, solo podrá salir con otra revolución drástica.

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11. RECOMENDACIONES Comercio internacional  La posible solución para restablecer un equilibrio entre CENTRO y PERIFERIAS en las relaciones comerciales internacionales sería la reducción de las restricciones comerciales de los productos procedentes de los países en desarrollo. Esta medida sería una buena iniciativa para incorporar a los países pobres paulatinamente en el sistema económico internacional (Ferraro y Rosser, 1994).  Teniendo en cuenta que el desarrollo económico no es suficiente, y que si no hay una mejora social y humano todo esfuerzo es en vano, el gobierno haitiano debiera encaminar sus políticas hacia la reducción del volumen de sus importaciones. La sustitución de las importaciones está encaminada hacia la satisfacción de necesidades del mercado interno mediante el incentivo de los productos nacionales. (Escribano, 2006). Dependencia financiera y deuda externa -

Existen vías dentro del derecho internacional por las que se puede abordar el tema de la devolución de la deuda impuesta: (i) la Unión Europea firmó el documento final de la Conferencia de Durban que estipula (artículos 13 y 14) que la esclavitud debe ser reconocida como crimen contra la humanidad. Este texto reconoce también la necesidad de enseñar esta historia y de pagar reparaciones (artículos 98 y 100), (ii) apelación de la causa mayor para la cancelación de la deuda haitiana: Se podría defender que Haití también vio modificadas sus condiciones de partida, y el momento propicio para reclamar esta fuerza mayor fue en 1838 cuando se dio cuenta que le era imposible pagar el resto de los 4 pagos estipulados en la ordenanza de 1825. Los sucesivos acuerdos comerciales desventajosos para su economía contraídos con las demás naciones, la negación de los EEUU a reconocerlos como nación independiente y las condiciones desproporcionadas para la obtención de los préstamos franceses –todos estos factores exógenos- imposibilitaban el pago de la indemnización exigida, ya de por sí, ilegitima. Por otra parte, el hecho de que la esclavitud fuese reconocida y condenada como crimen en los tratados internacionales firmados por Francia antes de 1825, anula la validez de la solicitud de indemnización por los bienes obtenidos a través de una práctica considerada como criminal.

 Teniendo en cuenta los hallazgos y conclusiones respecto al crecimiento económico se podría recomendar que el destino de esta restitución de la deuda pagada debiera ser: (i) la educación, (ii) Investigación y Desarrollo), (iii) redistribución de la renta y, (iv) acceso a financiación.  La constatación de la transferencia de las riquezas de Haití a Francia y de Haití a los diferentes bancos que financiaban la deuda de la independencia está bien TRABAJO FINAL DE INVESTIGACIÓN

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APÉNDICES Y ANEXOS establecida. Reclamaciones detalladas presentadas por los poseedores de esclavos para su compensación, incluyendo el valor monetario de la “pérdida” de los esclavos, y que constituyen el fundamento para la demanda del gobierno francés, están documentadas. Del mismo modo, los términos de la orden de 1825 y las actas de las negociaciones han sobrevivido. El gobierno francés ha reconocido haber recibido el pago de 90 millones de francos-oro. La historia del primer pago (24 millones de francos oro) transportados a través de París, sacando las arcas de Ternaux Grandolphe y Compañía para ser depositados en los cofres del Tesoro Francés también está registrado (Tontongi, 2010). ¿Qué es lo que impide que se acepte una restitución de la deuda ilegítima y odiosa al pueblo haitiano ante la Corte Penal Internacional? Pareciera que el dosier es un tema tabú del que pocos se atreven a hablar, ya que éste supondría el fin de la servidumbre, el fin del enriquecimiento a costa de otros, el fin del Haití que conocemos hoy en día, tan provechoso para unos pero tan injusto para muchos otros.

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