HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES: LO IMPREVISIBLE, LO EMERGENTE, ENCUENTROS Y AFFORDANCES

July 17, 2017 | Autor: G. Benítez Gutiérrez | Categoría: Information Systems, Architecture, Complexity Theory, Teoría De Sistemas, Tecnologías emergentes
Share Embed


Descripción

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES: LO IMPREVISIBLE, LO EMERGENTE, ENCUENTROS Y AFFORDANCES PRESENTA: GABRIEL BENÍTEZ GUTIÉRREZ TEMA DE INVESTIGACIÓN: “ARQUITECTURA Y SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN: FORMAS CONTEMPORÁNEAS DE HABITAR”

UIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA: CAMPO DE CONOCIMIENTO DE DISEÑO ARQUITECTÓNICO 2º. SEMESTRE TEMA SELECTO: ANTROPOLOGÍA DEL DISEÑO: TRANSDICIPLINA Y COMPLEJIDAD. IMPARTIDO POR: MTRO. GUSTAVO CASILLAS LAVÍN 05 DE JUNIO DE 2014

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

[3]

I.

LO IMPREVISIBLE

[4]

II.

DE LO EMERGENTE

[5]

III.

ENCUENTROS Y AFFORDANCES

[9]

IV.

A MODO DE CIERRE: HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES

[13]

BIBLIOGRAFÍA

[16]

RETROALIMENTACIÓN DEL CURSO

[17]

2

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

INTRODUCCIÓN

Este documento discurre en tres momentos de desarrollo: a) lo imprevisible, b) lo emergente, c) encuentro y affordances; y uno de cierre: hacia una integración de interfaces. De lo imprevisible, cuestiono en parte que tanto es o deseamos que la realidad cotidiana sea: un mundo dominado por eventos regulares o atípicos. Genero un experimento mental de las relaciones productivas en la interconexión de dispositivos y/o servicios. ¿Qué pasaría si mi refrigerador supiera qué me falta algo y lo ordenara automáticamente? Lo relevante sería, hasta qué punto esa pequeña acción podría reajustar el sentido mismo de las posibilidades para definir situaciones más o menos imprevistas. Acerca de lo emergente: es una búsqueda por hacer coincidir o dialogar lo que de inicio podría ser una paradoja, entre a) las reglas que se generan de forma ascendente (las emergentes) y b) las que en los diferentes sistemas, a su vez, provienen de reglas descendentes (como el código genético o las leyes sociales en el marco de la estructura jurídico-política). Sobre el encuentro y los affordances: es posible en este punto decir que se sintetizan los dos anteriores. Que se encuentran. En virtud, que ha sido a través de encuentros imprevistos o que a la postre llamaré ‘inesperados’ los que son de forma alguna, el vehículo de los sistemas emergentes, capaces de auspiciar reglas que se formen en el nivel inferior, en la acera de las calles, o entre las hormigas que dejan rastro por medio de feromonas, que se hace posible elevar un orden mayor, del que podemos en mayor o menor medida ser conscientes del delicado y fundamental papel que jugamos en la organización de esa totalidad (la ciudad como ejemplo de autoorganización más grande que hemos creado). Aunado a lo anterior, tomo de ejemplo al actual edificio de Posgrado de la UNAM como una oportunidad perdida (hasta el momento) de diseñar-construir un espacio para la interacción social entre pares que escenifiquen o estén en posibilidad de formar un microcosmos emergente de lo transdisciplinar. Al final, cierro con una perspectiva que trata de lidiar con el paradigma de la tecnología digital y el espacio arquitectónico. Mediante una eventual integración de interfaces como estrategia u óptica de diseño, que auspicie un equipo de diseño de múltiples disciplinas hacia la comprensión del espacio humano como entorno de interacción en los inicios del siglo XXI. 3

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

I.

LO IMPREVISIBLE

“Ante todo debemos preservar la absoluta imprevisibilidad y la total improbabilidad de nuestras mentes interconectadas. De ese modo podremos mantener abiertas todas las posibilidades, como hemos hecho en el pasado.”1 Lewis Mumford

Esta es la cita que posiblemente más clarifica la “intuición negativa” que me produce el mundo programado en lo digital. La eventual unificación del código binario (ceros y unos) en toda clase de productos –refrigeradores, mesas, relojes, lámparas, butacas de cine, puertas, autos, televisores, incluso prendas de vestir2- hace tan lúcida como turbia, la imagen e imaginación de nuevas formas de relación entre artefactos-artefactos, individuos-artefactos así como, individuos entre sí. Hablo de una visión de mundo tecnificada que opera en una estructura informática que organiza “las partes con el todo”, de una homologación de productos en el lenguaje máquina (lo digital). ¿Qué significaría la interconexión de múltiples productos y/o servicios en el entorno humano? Esta cuestión es ponderable, en medida que seamos capaces de idear o jugar una estimación de lo que implica relacionar a-b; donde ‘a’ y ‘b’ pueden ser, en vías de este u otro experimento mental (o real), cualquier cosa. Tras establecer una relación de este tipo a-b y siendo prudentes con exigir una mínima de lógica, asocio una intencionalidad o regla: digamos que ‘a’ sea capaz de solicitar algo a ‘b’ y que este corresponda la petición. Consideremos a=refrigerador y b=supermercado. Cuando ‘a’ identifica que tienes solo dos litros de leche, se activa la orden que solicita a ‘b’ el abastecimiento del complemento (4 litros más); después, se genera un cargo automático a tu tarjeta de crédito y en poco tiempo, algún repartidor (quizás un autómata) lleva la leche faltante a tu casa. En la cita de Lewis Mumford, considera: “debemos preservar la absoluta imprevisibilidad y la total improbabilidad de nuestras mentes interconectadas”. Pero la condición de lo no previsto, es algo que puede estar o no en nuestras mentes. El ejemplo de la leche que se “autoabastece” no se encuentra precisamente determinado por nuestras mentes y sí por un sistema interconectado. Así, lo previsible no dependería stricto sensu de nosotros y nos dejaría ‘libres’. Sin embargo, es paradójico, que al nosotros no tener que hacernos cargo de la ausencia de leche, estamos 1

Johnson, Steven, Sistemas emergentes: o que tienen en común, hormigas, neuronas, ciudades y software, tr. María Florencia Ferré, FCE, Madrid-México, 2003, p. 11. 2 Conocida como “ropa inteligente”, “wearable Technology” o hasta “tecnología ponible”. El asunto es la tendencia que existe en este tipo de desarrollos tecnológicos. Al respecto, en el portal del Universal en línea se puede encontrar la noticia “Phablets y ropa inteligente, tendencias de 2014”. Consultado el 02 de junio de 2014 en http://www.eluniversal.com.mx/finanzas-cartera/2014/ropainteligente-988143.html

4

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

condicionados a siempre tenerla, lo que eventualmente redundaría en una previsibilidad que solo un accidente o error podría interrumpir (falta de fondos en la tarjeta, un problema en la ruta de envío, crisis de lácteos, etc.). Naturalmente, no hay absolutos, ni siquiera en el caso antes planteado. Lo imprevisible no depende necesariamente de nosotros ni de los objetos. Pequeñas circunstancias pueden alterar procesos; pues a pesar de que el sistema informático a-b tenga una tarea bien definida, habría un cierto margen de error que depende del número de factores que pueden intervenir para que lo ‘programático’, en sentido exacto y de su alta predictibilidad, no se cumpla a cabalidad. Lo anterior deviene en la asimilación de fenómenos complejos que se encuentran ‘interferidos’ por eventos y circunstancias no predecibles. Esto será así, en medida que se posibilité esta noción ‘caótica’ o desordenamiento en la interconexión de los objetos y de estos con los humanos (que ejercen un relativo control sobre estos). Solamente un sistema cerrado, en el que el flujo de energía y/o materia fuere de tal forma constante e infinito en su repetición, que sería capaz de nulificar la transformación. Sin embargo, habría argumentos para estimar que existe multiplicidad de cambios en el Universo y en escalas distintas (desde el impacto de un meteorito, hasta el aletear de una mariposa) y que estos afectan al sistema social y con este, alteran el funcionamiento de los sistemas informáticos. A pesar de esta complejidad de eventos, no todo es impredecible. Existe certeza sobre ciertos fenómenos físicos o químicos, o cuando no exactitud si regularidad. Pondría ejemplos simples, tales como la evaporación del agua a una x temperatura en una x altitud geográfica; el ciclo de rotación y traslación de la Tierra; la fuerza gravitacional u otros muchos fenómenos cotidianos que hacen, ‘regular’ la vida que tenemos. La cuestión que me surge es: ¿hasta qué punto podemos nosotros socialmente, controlar el conjunto de eventos que se suscitan en un determinado lugar o incluso desearlo? ¿Bajo qué contextos preferimos lo espontáneo o imprevisto? ¿O resulta conveniente? Quizás, la más pertinente en el contexto de este ensayo sería: ¿qué podemos hacer los diseñadores para proyectar objetos o situaciones de interacción ante estas cuestiones?

II.

DE LO EMERGENTE

Ante el contexto antes planteado, de una existencia humana ‘arrojada’ en estado de yecto como planteará Heidegger, somos seres que habitamos entre la latencia de lo ‘regular’ y lo ‘atípico’ para nuestra comprensión (no por ello irracional o sin explicación lógica). La consideración en los sistemas emergentes por Steven Johnson se asocia una exposición del cómo se construyen las reglas en un sistema determinado, con base en el tipo de organización que en vez de ir de arriba hacia abajo (en forma descendente) como un Rey que tomare las decisiones concernientes a un pueblo y a su configuración… los problemas del conjunto, se resuelven por acciones locales que vienen de la base, que emergen, dice al respecto: “En un lenguaje más técnico, son sistemas complejos de adaptación que despliegan comportamientos emergentes. En estos sistemas, los agentes 5

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

que residen en una escala comienzan a producir comportamientos que yacen en una escala superior a la suya: las hormigas crean colonia, los habitantes de una ciudad crean barrios, un software de reconocimiento de patrón simple aprende a recomendar libros. La evolución de reglas simples a complejas es lo que llamamos “emergencia”.”3 Las posibilidades de interacción en la base por medio de unidades relativamente simples, sean las hormigas, los individuos, el software o las células, pueden llegar a conformar estos sistemas emergentes. A pesar de ello, coexiste una estructura u organización que podría considerar ‘jerárquica´ o cuando menos preexistente. Por ejemplo, en el caso de la biología, Steven Johnson menciona: “Nadie cuestiona que el ADN ejerce una influencia extraordinaria en el desarrollo de nuestras células ni que cada célula de nuestro cuerpo contiene el mismo mapa genético.”4 Este código es precedente a las interacciones actuales entre las células; sin embargo, considera el autor, que “las células hacen algo más que obedecer los dictados del ADN. Además, aprenden de sus vecinas. Y sin esa interacción local, el plan maestro de nuestro código genético sería absolutamente inútil.”5 El código genético establece las ‘bases de ordenamiento’ de la emergencia (metafóricamente, constituye un territorio para que suceda). De las interacciones posteriores. Se ejerce así, desde esta perspectiva, una noción dialéctica entre la estructura, digamos rígida que es el ADN y, las propiedades emergentes o fluidas que podrían eventualmente reconfigurar la estructura. En la autopoiesis, es posible aclarar este punto sobre las propiedades emergentes, Matura y Varela consideran: 



Hay en la naturaleza propiedades radicalmente emergentes, que surgen de sus componentes base, pero que no se reducen a ellos. La vida celular es un caso ejemplar de una tal propiedad emergente, y sobre esta base puede definirse lo vivo de una manera precisa y aún formalizable. La autopoiesis establece las condiciones necesarias para una serie evolutiva porque determina un tipo de individuos, pero no se pronuncia sobre la manera como esos individuos adquieren cambios estructurales que les permiten una deriva evolutiva rica y diversas. 6

Los cambios estructurales son los asociados a los ácidos nucleicos y las proteínas como soporte de la herencia celular.7 Lo anterior me hace situar, tan siquiera la relación compleja que coexiste entre cambios estructurales profundos como los del ADN y ARN y las propiedades emergentes en las células (que son actuales). Lo anterior, enfocado en el marco social de la toma de decisiones y de los planteamientos emergentes, me hace cuestionar ¿no estamos acaso en un continuo de estructuras jurídico-políticas

3

Johnson, op. cit. p. 19. Ibíd., p. 76 5 Ibídem. 6 Matura, Humberto y Varela, De máquinas y seres vivos. Autopoiesis: la organización de lo vivo. Editorial universitaria, Santiago de Chile, 1998, p. 46. 7 Ibíd., p. 47. 4

6

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

que regulan el comportamiento social y que de alguna forma, son como los ácidos nucleicos y las proteínas que cargan una larga herencia social sobre las formas de autoproducción en la ciudad? El cómo actuamos localmente, en los márgenes de nuestro vecindario, podría estar llevándonos hacia unas formas de organización urbana, de un “superorganismo” (la ciudad), al cual eventualmente estamos forjando desde la base. Sin embargo, también sería oportuno, que con la apenas desarrollada explicación sobre estos patrones de herencia genética y social, consideremos este orden profundo de largos procesos de evolución y desarrollo; y se observe, que estamos ante una dialéctica de por lo menos dos niveles: a) el de la herencia y b) el de la actualización. Me permito ampliar esta explicación, con el afán de esclarecer una problemática subyacente en la consideración de la emergencia y que podría ser, el interpretar, como en algún momento menciona el mismo Steven Johnson, que no basta con el solo hecho de poner a interactuar un conjunto considerable de entidades (p. ej. células) para asegurar que se van a suscitar fenómenos emergentes y que a la larga construyan reglas desde sus componentes base, de forma ascendente. Así, de la autopoiesis, nosotros, como especie, somos un ápice de una larga cadena evolutiva que nos ha dotado de ‘dispositivos genéticos’8 para actuar y dar paso y pensar en lo sistemas emergentes. Pienso en dado caso, que hay una interdependencia entre la interacción de componentes (células, hormigas, personas, etc.) y las bases estructurales que eventualmente se forman con largos procesos temporales (el ADN, las leyes sociales, la misma ciudad, etc.). Es parte de este acoplamiento, el que hace una suerte de unidad entre el fenómeno que se asienta a largo plazo: sobre las bases de la memoria, la evolución, la tradición, o cualquier forma de estructura arraigada, y las eventuales configuraciones que cambian los estados de los organismos, las ciudades o las colonias. “Ser y hacer son inseparables en una unidad autopoiética, lo que constituye su modo específico de organización. Nuestra experiencia está indisolublemente amarrada a nuestra estructura. No vemos el espacio del mundo, vivimos nuestro campo visual.” "De máquinas y seres vivos", de Humberto Maturana y Francisco Varela. 1995. Finalmente, en la misma explicación de Steven Johnson, sobre las ciudades, sitúa que somos en realidad inconscientes y que conviene que así sea para contribuir al orden superior (las células para con los órganos, los sujetos para con las ciudades, las hormigas para con las colonias). Las ciudades viejas o formadas naturalmente como expone Cristopher Alexander, empiezan a gestar esta presencia ‘añeja’ de tradición en las edificaciones antiguas que eventualmente nos resulta atractivas, incluso a los arquitectos o diseñadores,9 a quienes se nos asocia con la “voluntad de cambio” o “innovación”. Hay en estos procesos asentados con el tiempo (en la arquitectura y hasta en las formas inmateriales de la sociedad, como la moral) un sentido que asociaría a estas 8

Esta consideración sobre “dispositivos genéticos”, la retomo de otra asignatura del posgrado de la UNAM: “Filosofía y Arquitectura” con el Mtro. Jaime Irigoyen Castillo, en su explicación sobre la poético o poiesis (hacer profundo del orden) en el nivel biológico y evolutivo que ha formado susodichos dispositivos. 9 Alexander, Christopher, A city is not a tree, Reprint from the magazine Design, London: Council of Industrial Design, N° 206, 1966.

7

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

bases estructurales de orden profundo que nos hacen preservar y mantener ciertos patrones de organización y conducta, que acaecen en formas más o menos definidas. Entonces, encuentro esta condición dualista, mejor dicho dialéctica, entre los cambios que se asientan en una larga estructura de la que poca o nada de consciencia tenemos (los procesos de la ciudad o el ADN) y las actuaciones en colectividad que empiezan a establecer parte de esta inteligencia colectiva desde unidades relativamente simples.

De la toma de decisiones en lo emergente Retomando la cuestión sobre la toma de decisiones, sería necesario situar, que algo de consciente debe haber en la posibilidad de actuar en lo individual para con los órdenes que se conforman en lo colectivo. De entender la naturaleza de lo emergente y poder formar parte de ella. Pienso en alguna forma de incentivar, quizás, desde la perspectiva del diseño, una estrategia que posibilite las conductas emergentes mediante la interacción. Este es el cauce en el que considero interesante y fecunda esta exposición. De otra manera, estaríamos ante un llano proceso descriptivo, al cual podemos mirar a la distancia y decir “pero bueno, ya sabemos que la emergencia está ahí y que hagamos lo que hagamos en algún momento va suceder”. Lo que sería equivalente a asumir un rol. Encuentro una paradoja en el ser consciente como agente social en procesos emergentes. Estaremos de acuerdo, que la consciencia es la que posibilita una acción orientada con determinados alcances y en una razón prospectiva. Sin embargo, si quisiera tomar, el concepto de la acción emergente orientada, la participación consciente, podría considerarse un potencial riesgo, un desestabilizador de la masa que trabaja inconscientemente hacia un fin que desconoce,10 entonces ¿será posible tomar consciencia como agente dentro de un sistema emergente? Las formas de gobierno en la sociedad, las conocidas jerarquizas en las empresas públicas o privadas, los monopolios y oligopolios, los poderes fácticos, las leyes, los código tácitos o explícitos están siendo parte de esa estructura aparentemente rígida de “guiar” o poner orden a las acciones de una determinada colectividad. No creo que la emergencia sea finalmente una apuesta hacia una “anarquía” o que pertenezca siquiera a un discurso político, que es trasladable con la visión de los de abajo y hacia arriba (lo ascendente). Sería un poco como engañar y hacer una retórica insulsa el suponerlo de esa manera. Lo que observo, es que estas reglas ascendentes establecen en el sistema social, bajo ciertas formas de organización, más o menos conscientes, desde un gueto hasta una colectividad de cierta orientación política, un reacomodamiento de la estructura social, que considero está fuertemente estratificada bajo los parámetros que la queramos observar: económico, cultural, político, etc. Lo emergente (en la sociedad) forma parte de una dinámica que está reorganizando el cuerpo social, no sé si haga justicia a una causa trascedente de equilibrio social o ambiental.

10

En tanto, x individuo al darse cuenta de la generación de reglas desde la base, asuma un rol “central” o “dominante” en la organización y rompa la construcción u organicidad de tipo ascendente.

8

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

Considero mejor, tratar de asistir a la paradoja de si la consciencia es verdaderamente un límite en los movimientos emergentes (quizás en una escala distinta, un pequeño grupo experimental) sin establecer, o evitando jerarquías tajantes que entorpezcan la actuación colectiva (lo que sería una regulación descendente). Ensayar es la única alternativa que encuentro viable.

III.

ENCUENTROS Y AFFORDANCES

Apoyándome en el texto hasta ahora desarrollado, relacionaré el sentido de lo emergente y lo imprevisible con un tercer elemento: el encuentro.   

Encuentro es pues la relación de dos entidades en tiempo y lugar. Inesperado es una latencia permanente del encuentro no planeado que dinamiza el sistema, lo enriquece. Lo emergente es el resultado de un encuentro inesperado.

Cuando algo se genera con relativa espontaneidad o toma un camino distinto al habitual, será posible considerar que estamos ante un patrón de emergencia. En la vida diaria, podríamos estimar cada cuándo estamos ante esta clase de encuentros. Una forma fácil de aproximarnos a esta situación, se produce cuando entablamos una conversación con un desconocido(a) y de la interacción se forma una relación no descrita o estimable con previedad. Pienso en analogía con las redes neuronales y la sinapsis, seres sociales que entre más interrelacionados estén, mayores son las posibilidades de construcción social, en la que puede estimarse una “inteligencia colectiva”. La ciudad “el sistema de autoorganización más grande del planeta” está sujeto a estas posibilidades, podría estarlo. Para Steven Johnson concuerda con la visión de Jane Jacobs quien en su libro The Death and Life of Great American Cities, se manifestaba en contra de una “planificación urbanística que sacaba a la gente de las calles porque reconocía que tanto el orden como la vitalidad de las ciudades en funcionamiento provenía de las reuniones improvisadas e informales de los habitantes en esas calles.”11 Es decir, del encuentro inesperado. De ahí entonces, que la visión de una realidad ajustada a una programación reduzca el flujo de información, que limite los encuentros inadvertidos. En el ejemplo que situaba al principio de este ensayo, sobre qué pasaría si el refrigerador cobrase este gesto “saber cuándo algo falta” y pedirlo para que nunca falte. Nos dejaría ante un margen de eventual inoperancia, al menos de esa acción y de la exposición que esta representa. Es decir, que el sujeto que se encuentra en un determinado momento “sin leche” en su casa y debe salir a buscar en un x lugar de abastecimiento se pone en una situación que es a su vez atravesada por un flujo de otras personas y posibilidades, accidentes (no en el sentido de lo trágico y si de lo imprevisto) que lo harán salir, aun por risible que sea este ejemplo, de una situación rutinaria o claramente atendida. Ahora bien, ¿Cuál es la capacidad real que tenemos los diseñadores de hacer que los seres humanos multipliquen sus encuentros relativamente desconocidos? Retomando la lectura de 11

Johnson, op. cit. p. 84.

9

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

Steven Johnson, señala como en el plano de las ciudades para Jacobs, estas no fueron “creadas por comisiones centrales de urbanismo, sino por la acción de un nivel inferior, de desconocidos no clasificables que van y vienen alrededor de sus asuntos en la vida pública.”12 Lo no clasificable obedece sin duda, a lo no planeado, o descrito con previedad.

De la posibilidad de diseñar escenarios emergentes La obsesión que parece estar contenida en la formación –todavía- de algunos diseñadores desde urbanistas, arquitectos, industriales o hasta modistas, es una lógica de control y estaticidad en el dominio de los productos que diseñan. Este fetiche por un objeto inmaculado que no es transgredido (trasformado, mutado, adaptado) por el usuario o habitante, es justamente la situación que hace de nuestros productos, objetos marginales que están ausentes de ofrecer cualidades potenciales. Este es el punto medular de la construcción compleja en el ejercicio del diseño bajo un paradigma distinto, interpretando y apelando a una construcción emergente de los fenómenos más que a una sobre-determinación (descendiente) que cancela futuras adaptaciones por parte quien interactúa con los objetos (de cualquier orden). Lo anterior es fácilmente relacionable con el concepto Affordance u ofrecimiento: es la cualidad de un objeto o ambiente que permite a un individuo realizar una acción.13 Si bien, en el contexto del valor de uso, desde Marx y tiempo atrás, incluso remontándome al utilitas vitruviano, los productos contienen esta ‘cualidad’ que posibilita la acción. El asunto distintivo del affordance, es que aquí las acciones no son prescritas –al menos no necesariamente- por el diseñador; antes bien, es comprendido un affordance, como una posibilidad que ‘nace’ o ‘emerge’ mediante la interacción sujeto-objeto. En forma sintética, surge como un a posteriori y no un a priori. Esto no implica que no haya una previsualización de lo posible en un entorno u objeto determinado (material o inmaterial) con un conjunto de elementos prefijados en el objeto por parte de los diseñadores. Sino que se abren las posibilidades de acción al entrar en juego la relación activa sujeto-objeto, con base en dos factores dominantes: a) las experiencias previas del sujeto; estableciendo asociaciones, semejanzas o analogías; y b) la interacción con el entorno u objeto. Con base en lo visto en el curso, esta posibilidad del affordance, está intrínsecamente relacionada con los modelos mentales que somos capaces de generar sobre un X objeto, tanto los diseñadores como los potenciales usuarios (ver esquema 1.1). Esta visión de diseño, nos lleva ante el paradigma de la interacción. Pues es mediante la relación efectiva entre el usuario o habitante con el objeto u entorno que se hace posible el encuentro y quizás, el descubrimiento de las cualidades inherentes a un producto, ajustando dialécticamente el modelo mental del usuario e incluso las propiedades del objeto o ambiente.

12

Johnson, op. cit. p. 84. Pucillo, F., & Cascini, G., A framework for user experience, needs and affordances, Design Studies (2013), http://dx.doi.org/10.1016/j.destud.2013.10.001 13

10

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

Esquema 1.1 Relación de modelos [del pensamiento y productos]

Hasta cierto punto, esto sería posible reflejarlo con la diferencia entre un producto que metafóricamente es flexible contra otro rígido. La flexibilidad en el producto asegura la eventual apropiación por parte de un universo mayor de usuarios, de los sujetos que interactúan, incluso auspiciando cierto éxito al producto. Sin embargo, esto es parcial. Hemos observado en el curso, como los valores simbólicos pueden operar en el mercado, al punto que, un objeto menos flexible puede ser más apropiado para un grupo social. Por ejemplo, las restricciones en la instalación de software por parte de terceros en los celulares de Apple, son poco relevantes para los consumidores de estos productos, quienes ‘sacrifican’, deliberadamente o no, estas prestaciones por otras. Estamos así, entrando en la valoración, de hacer “redituable” un objeto en la relación triádica de los valores de uso, de cambio y simbólicos (ver esquema 1.2).

Esquema 1.2 Triada de valores [de uso, de cambio y simbólico] 11

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

De tal manera, las cualidades aprehensibles en los affordance, quedan ante una compleja red de valores, una axiología que se divide y estratifica en diferentes categorías desde las socioeconómicas hasta otras de naturaleza simbólica. Más todas estas se mantienen interrelacionadas, haciendo que por ejemplo, el valor de cambio ‘elevado’ se pueda asociar a un ‘valor simbólico’ X; así como, un vehículo de ‘lujo’ es en esa medida proporcional a el ‘status’ que representa en la sociedad y es redituable para un consumidor con x poder adquisitivo (o incluso en detrimento de su economía). El diseñador esta entonces, ante una matriz, verdaderamente compleja que se ha de ver esclarecida en medida que se tenga claro a quién o quienes se dirigen el producto. En términos mercadológicos, a qué sector del mercado se está orientando el producto. Como sabemos, una empresa X de autos, cuando lo que vende se orienta a diferentes públicos y no es categóricamente exclusiva (digamos la marca Ferrari), genera modelos que se ajustan a ciertas “necesidades” reales o creadas de los diferentes tipos de consumidores que la sociedad agrupa. Así, hay conceptos para personas que son ‘adventure’, ‘intrepid’, etc. Que se pueden asociar a ciertas relaciones cualitativas reales (digamos que posibilitan acciones: más velocidad, mayor confort o seguridad, etc.) y otras que son llanamente de representación simbólica, como el ‘status’, prestigio y hasta el “buen gusto”. Obviar estos valores en los affordances, sería desterrar el universo social, que es en sí, simbólico. El diseño es parte de este entramado y estratificación de valores, de modelación de sujeto, de modelación de los objetos y hasta de modelación incluso, de diseñadores (¿?).

Auspiciar encuentros inesperados Retomando la relación del encuentro inesperado y los affordances. Considero que aquí está la pista, independientemente de a qué público responda X diseño [habrá algunos más heterogéneos que otros] pero ideemos que el objetivo del diseño trasciende en este momento el mercantilismo de satisfacer los ‘ideales’ estéticos o funcionales de un grupo social. Me refiero, a pensar el ejercicio de diseño como un posibilitador de encuentros inesperados, y no en una poética ramplona o romántica, y sí, de la construcción de una interacción social más basta, rica y permeable. Observar el diseño como un sistema abierto y en ese sentido, complejo, generado intencionalmente un conjunto nuevo de conexiones entre usuarios que “usualmente” no se encontrarían y diseñadores-usuarios-comerciantes. Este es el sentido que observo en la óptica del diseño cuando interpreto los sistemas emergentes y está fuertemente asociado a la condición de los affordances. A la pregunta de cómo incentivar estas relaciones que son al cabo encuentros. Pienso que las cualidades intrínsecas de los diseños debieren invitar a esto. La forma de hacer esto posible es seguramente, de distinto orden; basta con imaginar la lógica intrínseca entre el diseño de un edificio, una cafetera y un vestido. Más habría que encontrar el nivel de affordance-encuentro que sea posible en cada caso. Por cierta obviedad, un objeto de escala urbano-arquitectónica sería el que estaría más apto a producir estas conexiones ‘inactivas’ entre seres sociales. Por ejemplo, la

12

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

disposición de uno o varios lugares de convivio entre sujetos de diferentes áreas, generaría una sinergia particular, un intercambio distinto. El nuevo edificio del Posgrado de la UNAM es un prototipo ejemplar de lo contrario. A pesar de su disposición radial, de tener un centro como eje rector y dominante de la edificación; carece de affordances, medidas reales para que la gente ‘desconocida’ e incluso la conocida, se encuentre y haya una eventual construcción y entramado social emergente. El centro está ahí, y es plenamente asignificativo para un acoplamiento entre pares, nótese que no estoy juzgando sus cualidades ‘estéticas’. Adolece a tal punto de sitios de encuentro, que sus propiedades más elementales y características están ausentes: espacios de lectura, foros de participación colectiva, área de impresión y fotocopiado, zonas de descanso, recreación y/o reposo; han sido categóricamente invisibilizadas o desatendidas, cuando pudieron ser, estos sitios de encuentro, potencializados mediante una visión de affordances orientados a la lógica de un centro de estudios transdisciplinar. Que sería, hipotética o idealmente, el motivo de la construcción. Trascender el hermetismo disciplinar al que se acusa en distintos foros de debate de no auspiciar los avances científicos, tecnológicos y humanísticos que nuestra sociedad enfrenta en las condiciones “emergentes” que el siglo XXI demanda. Así, vemos como, en el contexto real del espacio en el que nos desarrollamos, el Posgrado de la UNAM, se ha disuadido una posibilidad valiosa en el ejercicio de diseño con miras a una búsqueda de la transdiciplina y lo emergente. Es quizás esta, la imagen que aclara la posibilidad del diseño para gestar bajo ciertas condiciones específicas, una salida, que desde la óptica de los affordances y el encuentro inesperado, haría emerger o al menos proyectar ciertos estados como auténticas interfaces, que coadyuven el hermetismo social, la falta de participación entre agentes de cambio. ¿Alguien será acaso consciente de las posibilidades inherentes de –verdaderamente- interrelacionar a las personas de un posgrado como el de la UNAM? IV.

A MODO DE CIERRE: HACIA UNA INTEGRACI ÓN DE INTERFACES

Bajo las nociones expuestas, y construido un eslabón de marco teórico o analítico, deseo complementar esta visión de la interacción (comunicación en dos vías), con lo que sería intencionalmente provechoso para mi tema de investigación. El paulatino crecimiento de las formas de interacción conocidas como HCI (HumanComputer Interaction) dejan un panorama de relaciones sociales que se entreteje entre las posibilidades del espacio arquitectónico de carácter físico y las interacciones directamente asociadas a los procesos de información digital, sea por medio de computadoras, tablets, teléfonos inteligentes hasta las últimas tendencias de electrodomésticos, autos o ropa inteligente. A lo largo del curso se ha ejercido un paralelismo entre las formas en que tomamos decisiones en el plano del cerebro humano y la computadora. De qué tanto podríamos decir que pensamos como ordenadores o que estos piensan como nosotros. Más allá de esta interesante disertación relativa al campo de la inteligencia artificial y de las ciencias cognitivas en general. Lo que observo, es que se posibilita una integración de distintos entornos para entender el espacio humano.

13

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

Lo humano en el espacio, es una confabulación de símbolos expresados en diferentes lenguajes o digamos códigos, que nos hacen aprehensible desde el saber que hay una escalara y sirve para ir a determinado lugar hasta guiarnos por una aplicación en el celular de geolocalización (GPS). El desarrollo de la “wearable technology” o “tecnología ponible” intensificará la identificación de lo humano en su ambiente a través de los dispositivos que usa, viste o calza. El asunto es en primera instancia, definir, que si el sujeto, agente social de interacción, sigue “equipándose” de gadgets, estaremos entonces, desde la perspectiva de cualquier diseño de entender esa relación interactiva mediada por los dispositivos, como un complemento o incluso parte de los sujetos (el ejemplo del primer Ciborg aceptado por un gobierno)14 que hará reformular este marco de interpretación sobre lo que el ser social-humano es, asumiendo que somos en tanto nos comportamos en el mundo. Esta sería una noción de base para cuestionar ¿qué hacer desde el campo del diseño, cómo teorizar y cómo ejercer? Existe también una alternativa, tanto más conservadora, que sería negar la trascendencia o importancia de estos cambios en un área como la del diseño arquitectónico; y no niego que sería incluso válido asumir (para algunos) que el espacio atmosférico no tendría por qué verse interferido por lo que los sujetos hacen con la tecnología o el que tanto se entienden a partir de ella (o que llanamente no es trascedente). En tanto, se considere, que la materialidad arquitectónica es aséptica a estos cambios. ¿Pero no son objeto de estudio de la arquitectura los cambios sociales? Esta es la parte antropológica del espacio en la que quisiera entrar, nos entendemos a partir del conjunto de objetos que nos pertenecen o con los que interactuamos, que forman extensiones de nuestro ser, como lo teorizó Marshall McLuhan, estudioso de los medios de comunicación, que resultaría casi un profeta de las actuales relaciones que sostenemos con el conjunto de gadgets y del universo interconectado que hemos creado. Retomando el punto de los affordances y ahora con base en las interfaces, ¿no queda para el ejercicio del diseño, en las múltiples ramas que se le asocie, una posibilidad de interconectar o de des-conectar al ser humano a fin de que se lleven a cabo o se traten de posibilitar experiencias en el sentido cualitativo con base en el tipo de objeto o entorno en el que se encuentre? ¿De qué es posible el espacio arquitectónico como se lo concibe tradicionalmente para posibilitar “encuentros inesperados”? ¿Qué podría suceder si conectamos interfaces digitales con los diferentes estados físicos de la materia organizada en el espacio? ¿Qué tendríamos qué aprender como diseñadores para pensar en el espacio humano como un conjunto de interfaces que están deliberadamente interrelacionadas? ¿Es acaso esto conveniente? El juego que se puede producir, ya está en realidad sucediendo, en el día a día de las personas que viven interconectadas. Desde un simple, buscar una dirección o dejar que el GPS guie nuestro trayecto “el mejor posible”, con menos tráfico, de a-b; posibilita un panorama nuevo para 14

Neil Harbisson se presenta como "el primer ciborg reconocido oficialmente por un Gobierno". Es artista, tiene 30 años y vive en Barcelona. Nació con un problema: veía en blanco y negro. Introdujo el color en su vida mediante un dispositivo electrónico insertado en su nuca que traduce los tonos en sonidos. Tras dudas y rechazos, el Gobierno británico aceptó finalmente la foto oficial para el pasaporte con ese tercer ojo cibernético.” Narra la noticia en el diario El País. Consultado el 02 de junio de 2014 en http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2012/01/17/actualidad/1326803391_782100.html

14

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

interpretar los desplazamientos en auto, caminando o hasta en bicicleta para los habitantes de una comunidad. El teléfono inteligente se alza como el dispositivo madre de la relación Humano-Máquina. Uno que es capaz de almacenar, organizar y sistematizar (hasta cierto punto) la vida del sujeto en el espacio. A sabiendas de que ya un buen número de personas disponen de este artefacto característico, ¿no podríamos emprender alguna estrategia de diseño arquitectónico con el mismo? Lo mismo sería para relacionar como para desvincular (pasiva o activamente) la relación del Humano-Máquina para que surjan un conjunto de nuevas experiencias. No se trata propiamente de que nosotros, sujetos omnipotentes, diseñemos interfaces de todo tipo (entendiendo el espacio urbano-arquitectónico como una), eso sería como regresar al arquitecto renacentista o a una utopía de mal gusto; antes bien, se trata de buscar equipos transdisciplinarios que puedan conciliar esta realidad de integración de la tecnología digital en la vida diaria, de la forma más (no encuentro mejor palabra) interesante, posible. Cerraría este texto bajo una aproximación esquemática del espacio humano (que es mucho más amplio que los casos expuestos): a) Físico atmosférico: que prescinde el sujeto de la inmersión en entorno sintéticos-digitales esté conectado o no. b) Interfaces digitales: en el sentido de estar solo en las interacciones del entorno sintético (sin referencia a otras partes del mundo físico) desde los videojuegos, la Interfaz Gráfica de Usuario (GUI) o Interfaz Táctil de Usuario (TUI), etc. c) Mixto: coincide con asociar directamente signos o componentes del espacio físicoatmosférico apoyados en una interfaz digital. Realidad Aumentada (AR), manejo de elementos físicos controlados desde interfaces digitales, hasta ejemplos tan simples y cotidianos como el uso del GPS (que puede estar claramente en una GUI o TUI). Estas serían algunas pautas para seguir articulando el tiempo de relaciones que hoy día, y proyectivamente, pueden resultar características en el entorno humano y que debido a la homologación del código digital en la manipulación de productos se hacen cada vez más plausibles la vinculación entre territorios antes desconectados para el ejercicio de diseño.

15

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

BIBLIOGRAFÍA

     

Johnson, Steven, Sistemas emergentes: o que tienen en común, hormigas, neuronas, ciudades y software, tr. María Florencia Ferré, FCE, Madrid-México, 2003. Matura, Humberto y Varela, De máquinas y seres vivos. Autopoiesis: la organización de lo vivo. Editorial universitaria, Santiago de Chile, 1998, p. 46. Alexander, Christopher, A city is not a tree, Reprint from the magazine Design, London: Council of Industrial Design, N° 206, 1966. Pucillo, F., & Cascini, G., A framework for user experience, needs and affordances, Design Studies (2013), http://dx.doi.org/10.1016/j.destud.2013.10.001 Phablets y ropa inteligente, tendencias de 2014. Consultado el 02 de junio de 2014 en http://www.eluniversal.com.mx/finanzas-cartera/2014/ropa-inteligente-988143.html Millás, Juan José, El ciborg del tercer ojo, El País. Consultado el 02 de junio de 2014 en http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2012/01/17/actualidad/1326803391_782100.ht ml

16

HACIA UNA INTEGRACIÓN DE INTERFACES// GABRIEL BENÍTEZ

RETROALIMENTACIÓN DEL CURSO

Temática La red de temas expuestos es de una amplia diversidad para la comprensión del ejercicio del diseño a la luz de la complejidad. Desde el paradigma de la tecnología informática hasta las asociaciones con las ciencias duras, queda un entramado vasto de tópicos, que agradezco el tratamiento tan comprensible con el que se los hace ver. Sea por medio de esquemas o ejemplos prácticos. Estos últimos, son de muchísima utilidad para que podamos bajar los contenidos por alejados que se nos apetezcan, al campo del diseño. Sin duda es un curso revitalizante en el contexto de los affordances de esta maestría. Es necesario ampliar estas inquietudes que surgen sobre la marcha, reforzarlas con debates, asistir a foros. En verdad considero, que el consolidar eventualmente, una línea de investigación en el campo de diseño sería la aportación, a la que yo apostaría con un curso de las características de este. Dinámica En lo general me parece muy adecuado que podamos entablar una mesa de diálogo, generar aportaciones que vayan de la interpretación que se tienen de los textos y que ampliemos así el abanico de apreciaciones sobre un contenido. Han sido amenas cada una de las sesiones, y se ha sentido esta permeabilidad de poder participar en cualquier momento, este ambiente de confianza. Que a decir verdad, en tanto pedagógica esta valoración, a veces se centra esta conducción del aprendizaje demasiado en un saber del profesor y no tanto en la generación de un entorno adecuada para la interacción, esto es en realidad muy apreciable. A fin de dar un comentario más allá de la felicitación por el curso, pienso que nos ocupó mucho el libro de Steven Johnson y que si bien es aportador, había en los archivos digitales previstos y dados, un buen número de documentos interesantes que si bien algunos fueron abordados en las clases, a modo de contenidos referenciales, podríamos haber leído otros cuantos. Esta es una observación menor, considerando que a lo largo del curso se sortearon un número estimable de textos y recursos para apoyar a quien deseara profundizar en algún contenido.

Me sumo a la propuesta de participar y apoyar la apertura del lado ‘b’ de este tema selecto o que se convierta en seminario.

¡Gracias por tan ejemplar y dinámico curso, larga vida!

17

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.