HACIA UNA EVALUACION DIALOGANTE PROPOSITIVA Y HUMANISTA

June 29, 2017 | Autor: D. Calvo Sarmiento | Categoría: EVALUACION DE APRENDIZAJES
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Hacia Una Evaluacion Dialogante Propositiva Y Humanista
Posteado: 21/09/2008 "Comentarios: 0 " Vistas: 1,325 "
Presentación: Este escrito contiene ideas y puntos de vista que el suscrito autor ha venido construyendo y valorando en el crisol diario de la practica educativa, en mi calidad y condición de Docente y Directivo docente en Santiago de Cali fundamentalmente. Lejos de pretender pontificar alrededor de la Evaluación en general, se trata esta vez de sugerir miradas discretas y holísticas sobre el hirsuto y denso campo de la Evaluación Educativa, en tiempos en que campea de manera hegemónica la postura "Objetivadora" que tiene como una de sus banderas mas preclaras la evidencialización de los aprendizajes. Si bien ello, considera el suscrito, necesario para propósitos de política institucional, intrínsecamente se hallan en el proceso educativo, otras realidades , otros intersticios a través de los cuales es menester asomarnos como educadores de nuevo tipo en pórticos iniciales del siglo XXI. Condensa el suscrito autor, la posición sincrética que hace fiel de balanza, entre la posición clásica objetivista de corte tecnofílico y la posición humanista y holístico ecológica, pues si bien debemos los humanos mucho a la máquina como producto humano, también es demasiado lo que debemos a nuestra condición de seres sentipensantes en el tercer planeta del sistema solar de Helius. Danilo Calvo Sarmiento Aspectos críticos y edificantes para una Nueva Institución Educativa La entropía social de los actuales tiempos: Como alguna vez lo estableciera en uno de sus escritos Simón Bolívar, la Educación en general marca o refleja el Estado de la sociedad. Ella avanza si aquella igualmente avanza, retrocede si aquella retrocede, y se abandona si igualmente esta se abandona. NO existe fácilmente por lo tanto a contrapelo de lo dicho, un ejemplo en que esta reciprocidad, entre la sociedad y la escuela, no aparezca nítidamente establecida. Así las cosas, en la sociedad abierta del mundo de hoy, desde la Patagonia hasta el golfo de Urabá en el Atlántico, y desde allí hacia el Norte topando con la gélidas tierras del Ártico, no hay aún, un paraíso, o una sociedad nirvánica donde la paz , la tranquilidad y el "desarrollo" no sean expresión del Estado de cosas en la Educación. En general se puede entonces asumir que hay pues como lo dijera ya a mitad del siglo pasado, un líder popular, " un gran desorden bajo los cielos". Una perenne inestabilidad caótica sacude de tiempo en tiempo las sociedades humanas y en consecuencia las otras criaturas que ocupan un locus fisiconatural en el suelo americano. Bajo los conceptos de la dinámica de poblaciones, la ecología intenta explicar tales fenómenos de transhumancia, pero detrás de los tecnicismos, el hálito inspirador o propulsor de las mutaciones demográficas, es del resorte socio-antropológico y cultural por supuesto. Las inequidades en el uso de los recursos para vivir dignamente y llevar una existencia feliz, obran en todos los contextos mencionados, como motores de primera línea para estos agitados cambios, sin dejar de señalar otras rémoras del fenómeno societal. La degradación de las condiciones para vivir dignamente, impulsada por la carencia progresiva de dinero y con él , el acceso a los bienes de capital y los servicios de la sociedad, originan en diversas latitudes del orbe reclamaciones colectivas enraizadas en la cosmovisión particular que se conecta de cerebro a cerebro y constituye al final un tejido simbólico, un imaginario colectivo que identifica metas y deseos conjuntos, satisfechos unos e insatisfechos otros, pero al fin y al cabo de acicate para movilizaciones , colisiones y conflictos que sinonimizan turbulencia social e inestabilidad, originando así amenazas al statu-quo y muchas veces interinidad de gobiernos y Estados. La pobreza, definida hace tiempo por Oscar Lewis como la incapacidad para solucionar las necesidades básicas de existencia, es hoy por lo tanto, un fenómeno que pervade un gran numero de naciones en el orbe, y como si fuera una gigantesca mancha de petróleo en el océano social, se explaya progresivamente y amenaza con su ruinosa presencia en países que antes gozaban de equilibrio social. Los valores de uso y valores de cambio que aprendimos en la economía del ayer, son hoy piezas del museo económico, cuando eran otras cifras, otras nominaciones, otras teorías y conceptos y otras necesidades pulsadas por la sociedad del hombre. Lo que ayer tenía un valor edificante en el Estado y la sociedad, hoy tales valores , en el mejor de los casos aparecen lejanamente diluidos o simplemente en el peor de los casos, ni se les oye ni se les vé, y por lo tanto no se registran sentidamente. El "desarrollo" de la Ciencia y la Tecnología ha traído aparejado igualmente, la apertura de brechas entre las generaciones que ven aumentar la distancia entre quienes acceden al conocimiento y en quienes aferrados a la cultura atávica de sus mayores, ven con no poco desconcierto y asombro, las conmociones provocadas por un ambiente globalizador que ha logrado tejer una intrincada red de símbolos y códigos, capaces hoy de disminuir valor a la vida (el máximo bien) y restarle subsecuentemente importancia a la muerte. Mientras que por un lado el viejo continente se agrupa, diluye fronteras, quita aranceles comerciales que facilitan el intercambio y las demás relaciones de producción, en el nuevo continente americano, el coloso del norte comienza a ver desmoronarse sus pies de barro, como consecuencia de desatinadas intervenciones en el ajedrez geopolítico, y merced a indisposiciones y transformaciones internas de su propia idiosincrasia. Un paisaje social así descrito, que corresponde a la realidad de pié en el suelo y allende los mares, señala que instituciones tan seculares y tradicionales en la historia de la humanidad como la Escuela, están siendo percutidas por el influjo incesante del caótico oleaje sociocultural, y en razón de ello la Escuela es hoy también un escenario convulso y no menos complejo, a la que en el mare magnun multitribal, de clases, estratos y sectores se le inquiere sobre su eficacia , su eficiencia, su calidad, su compromiso histórico y sobre su devenir. 2. La eficacia instrumental de la Escuela en época de Crisis socioeconómica. Ciertamente la Escuela en medio de la batahola social de hoy, se constituye –no como en el pasado se le asumía bajo la forma de faro orientador-en una herramienta de la sociedad y el Estado para mantener la homeóstasis social, en una correlación de fuerzas que poco a poco y con aceleración sin pausa, está radicalizando su existencia en términos de la tenencia y dominio de mayores bienes materiales por parte de una minoría poblacional, versus quienes día a día, amén de ser la infinita mayoría creciente, sobreviven con menos de la mitad de un dólar diario. Tal como lo arguye la teoría reproduccionista de Durkheim, la Escuela se entronizó en su momento, en escenarios de radicalización de fuerzas para garantizar que las relaciones de producción y la base económica fuera mantenida a partir de un trabajo en la superestructura ideológica, es decir a través de la instancia Escolar asumida como mecanismo que difundiera las ideas de eternizar esas estructuras sociales, y de pancronizar las relaciones de producción pre-existentes. En nuestro presente, asistimos a un momento de desacralización del mundo escolar en connivencia con un sentimiento de inocuidad del conocimiento parcelario y escolar que se imparte ("Se dicta") en los escenarios formales de las aulas, el patio del recreo y las oficinas administrativa de la institución Educativa. Existe hoy un mayoritario desprecio por la Teoría, por la palabra, por el diálogo y en contravía desde hace un tiempo se inflan las velas de un pragmatismo cerril y utilitarista, de la práctica como único criterio de verdad, de la acción directa e inmediata, de la presencia física. Es decir estamos bajo una atmosfera de Neo-positivismo ramplón que dolorosamente ha atravesado, el corazón y el pensamiento de la Escuela como ente pensante y reflexionador, en medio de un ambiente cotidiano y gris que carcome la perplejidad y que invade y homogeniza la acción de la masa profesoral de la Escuela de principios del siglo XXI. Bajo tal óptica lo que fácilmente emerge es la corporización de un sentimiento de vacío esencial. La escuela ya no es el pivot desde el que gira la vida de progreso social, no es de manera significativa, como quedó dicho atrás, el faro orientador del buque social. Sus mejores galas fueron asunto del pasado, en el que se admiraba el saber y poco se privilegiaba el tener. Hoy como sabemos todos, bajo la férula y capitel del positivismo, lo que impregna los sentidos determina los resultados, independientemente de si lo que parece ser en realidad lo sea. Quizá esta afirmación condense de alguna manera matices apocalípticos, pero también es cierto que la Escuela , como institución estatal o social debidamente materializada , que proyecta una imagen concreta, posiblemente haya mutado hacia otros estadíos de transformación , que bien pudiéramos anticipar, constituyen su desnaturalización esencial. Ya no es la Escuela, la Schola con sus rituales, sus personajes y sus rutinas y procedimientos de antaño. Es hoy una alternativa entre otras, de aprehender el conocimiento de varias maneras , que no son ortodoxas. En este sentido puedo argüir entonces, que la Escuela ha perdido su eficacia instrumental, porque de un lado no es la misma que otrora durante muchos siglos se distinguió, y de otro asumiendo su cabal existencia no llega a representar su inmanencia estratégica, es decir no proyecta su impronta en la mente de sus estudiantes y ciudadanos como, aquella entidad de la cual surgían prestigiosos seres humanos pensantes, con perfiles de liderazgo connnotado y poseedores de una formación particular que entre las múltiples y diversas escuelas de formación se distinguían unas de otras. En la asunción de que la Escuela proyectaba en cada estudiante una forma particular de resolver problemas, de acometer el mundo de acuerdo con su filosofía de hombre pluri o "unidimensional", así entonces, el paisaje de ahora en nuestro tiempo corresponde a una realidad palmaria: la impronta que cada institución tenía en el imaginario colectivo de la ciudad, en el mejor de los casos es un simple daguerrotipo y en el peor de los casos corresponde a nostálgicos recuerdos de un pasado glorioso. A este eslabón argumentativo podemos adicionar el simple hecho de que la Escuela dejó mellar su filo formativo y propositivo a la sociedad civil, al abandonar sus prácticas que otrora desarrollaba, como aquellas de implementar áreas y asignaturas con alto palmarés didáctico, que jamás abandonaron el rigor conceptual y disciplinario para encausar a sus educandos en el sendero del conocimiento y la admiración por el saber. Profesores epónimos que hoy tras la cortina de los años aún tenemos el placer y la bonhomía de recordarles con admiración y respeto, y porque siendo ellos "el modelo a seguir", efectivamente con su sapiencia pudieron orientar vidas y almas en el cambiante mundo de entonces. Contrariamente a ello, nuestra institución Educativa de hoy (llamada hoy así bajo la concepción gerencialista) se le compele a amarrar su destino según las tensiones y pulsiones del mercado, es decir según la "demanda" del afuera institucional, por lo que suele ser considerada como "incubadora" de preparación de mano de obra barata y calificada para resolver los problemas del modo de producción del neo-colonialismo salvaje, inequitativo y asimétrico que hoy padecemos en Colombia. Desde la postura teórica de Vigotsky, hasta la formulación teórica de Henry Giroux, se ha visualizado la escuela como la generadora del cambio social, pués es este el espacio físico y cognitivo donde las ideas se debaten, se rumian los pensamientos y se liberan los espíritus para decantar finalmente lo que la sociedad requiere en el ámbito ciudadano y productivo. El cambio del modo de producción Feudal, según nos registra la Historia, se hizo por el agenciamiento de la Escuela, porque esta institución social en los diversos talleres de aquel entonces cocía los sueños, los anhelos que se plasmaron finalmente en los ideales de cambio mas sublimes como en la Revolución Francesa, y otros conflictos sociales que en su momento abrieron capítulos nuevos de desarrollo social de la humanidad. En contextos de crisis socioeconómica, hoy la escuela como institución que ha de laborar sobre el saber, entidad que labra su quehacer sobre el pensar, no ha servido en nuestros contextos nacionales para superar la crisis socioeconómica actual, registrada en nuestro diario vivir como la carencia de empleo , la trashumancia voluntaria o el desplazamiento forzado, la dolorosa fractura de valores axiológicos fundamentales, y la violencia campante que vulnera a la vida como el mas importante de los Derechos y valores sociales de la humanidad. Además de ello muy sutilmente la escuela y sus agentes de hoy han dejado florecer anti valores que calan la conciencia subjetiva de padres de familia y sobre todo de educandos en proceso de formación. Desde una atalaya teórica como la que representa Giroux, corresponde por tanto al maestro y a los demás agentes pedagógicos de la escuela, sobre todo a los maestros como intelectuales, aproximar su vivencia cotidiana al pálpito de la institución, analizar e intervenir desde su individual posición para que los procesos educativos se perfeccionen, todo lo cual sería signo y señal de una nueva actitud naciente en los actores del proscenio educativo, pues auscultar con detalle las sutilezas, las nimiedades inclusive del mágico espacio del aula, y visionar con preocupación sana el devenir de la Escuela, es en cierta forma auscultar la propia vida. De parecida forma tal como lo dijera Italo Calvino en su ya clásico libro "Seis propuestas para el próximo milenio" en lo Soft, muchas veces lo mágico es tan pequeño e inasible que no salta a simple vista y se requiere por tanto una cierta sensibilidad de espíritu para fondear en las causas de un fenómeno. 3. La evaluación como periscopio para enrumbar la "nueva" Educación. Si bien hemos de considerar primero, que la Evaluación es la fase del proceso Enseñanza Aprendizaje tan compleja que hoy constituye un verdadero campo de Investigación, conviene por tanto reconocer también que en su práctica, la evaluación no pocas veces ha dejado tras de sí una estela multivariada de incomprensión, injusticia y poca garantía evidente de ser exacta y absoluta. Definida por varios autores (que en lo fundamental coinciden conceptualmente) la Evaluación consiste en juzgar, dar valor, calificar, ponderar, el estado nivel o grado de presentación de una virtud, competencia o fenómeno; la evaluación en este contexto debe ser asumida bajo dos ópticas: La evaluación de los aprendizajes. La evaluación organizacional de la institución educativa. La evaluación de los aprendizajes. Considerando el virtuosismo del maestro para utilizar métodos didácticos idóneos y armónicos con la esencia de las asignaturas, la formulación de indicadores o señales indicantes al docente de que su alumno interpretó, codificó y decodificó, cabalmente los contenidos desarrollados con profesionalismo, de lo que se trataría seguidamente sería diseñar las estrategias para que en efecto y de manera evidente el educando revele este alcance que habíamos imaginado como maestros. Bajo esta ruta crítica, que no podría ser absoluta, la actividad evaluativa llevada a cabo a través de diversos mecanismos y estrategias, debería incluir un soliloquio, esto es, una autoconfesión institucional, que establezca la proporción de la temática enseñada en ¿Cuánta calidad y cantidad fue aprehendida por el estudiante?, y si de pronto los contenidos no apropiados, no interiorizados por el educando se debieron a una escasa o inadecuada estrategia utilizada por el profesor para la enseñanza, y no por falta de "capacidad" del estudiante en cuestión. Desde este enfoque refulge la concepción binomial que jamás se debe eclipsar, de que en el mundo real e institucional quien enseña, igualmente aprende en la relación dialógica entablada con el educando. Es decir que el proceso Enseñanza- aprendizaje no es unidireccional y al contrario su desplazamiento entre los términos es recíproco. Ello supone además que es menester reflexionar, no solo en lo que aprendió el estudiante del educador, sino en lo que pudiera haber aprendido de haber utilizado el maestro mejores herramientas de información y comunicación dialogada, lo cual apunta a considerar igualmente que las cohortes estudiantiles de año en año son diferentes en su composición y cualificación, y por ello uno de los cuestionamientos que el docente también debería hacerse en sana justicia, es saber ¿Qué tánto la promoción o el grado de estudiantes tal, le permitió avanzar, poner a prueba, validar y confirmar conocimientos y estrategias pedagógicas y educativas?.. , todo lo cual constituye un haber intelectual que muy escasamente se conoce y se difunde de manera institucional. No es por tanto un pecado avenir hacia el reconocimiento de que no solo es el educando quien se puede equivocar y arrojar malos resultados en las evaluaciones, que además estando en la edad escolar se convierten en fustigantes revelaciones en medio de las reuniones de padres de familia al socializar estos tristes resultados; sino también de que el maestro o el educador como ser humano durante el lapso de tiempo considerado pudo equivocar las formas, los mecanismos y en general las herramientas para hacer interesar , y luego incorporar en la mente del estudiante los preciados conocimientos impartidos adecuadamente. El campo de la Evaluación hoy todavía por tanto es un gigantesco iceberg del cual solo hoy se aprecian sobre la superficie algunos fenómenos y problemas. Están subtendidas seguramente otras implicancias mas sutiles y nos menos importantes que las explícitas. De ese orden de implicancia abisal, me parece que están aquellas evaluaciones regularmente formuladas o implementadas, nó sobre lo cognitivo sino sobre lo actitudinal, sobre lo axiológico, sobre el mundo de las creencias y los comportamientos culturales. De este fenómeno lo que resulta importante de desbrozar es la técnica o la concepción desde la cual se apunta a "calificar" por ejemplo una asignatura a partir de la actitud que muestre el estudiante hacia el área académica, que dicho sea paso está mediada por la persona del Maestro o profesor , un ser humano que tiene su naturaleza subjetiva y sus voliciones de ser imperfecto. No obstante, se ha venido cometiendo el error de evaluar-calificar un aprendizaje cognitivo a partir de otros ámbitos, y la relación entre los ámbitos o componentes no es explícita y la mas de las veces son de la órbita autónoma del profesor. Conciliando los diversos hechos y fenómenos traídos por la Evaluación, efluye espontánea y certeramente la responsabilidad que le cabe a ésta operación institucional, como la causante del Fracaso Escolar. Son muchos los casos en los que como fruto de la Evaluación, proyectos de vida se truncan, hasta suicidios se cometen, vidas profesorales que se ciegan indiscriminadamente en todo el mundo, rupturas familiares que aparecen y un archipiélago de fenómenos diversos contrae. En esencia la evaluación está detrás del Fracaso escolar , y este denota un fracaso académico con graves consecuencias como las que aéreamente he señalado, a más de que en la práctica se está vulnerando el derecho a la educación. En el sentido señalado entonces, se advierte el sumergimiento de la Educación en el país, en un mar de agitación e incertidumbre social, que permea y llega a la medula académica administrativa de la institución escolar debatiéndola, acosándola y lo que es peor diluyéndola a partir de sus influjos violentos y heteromorfos. Por tal razón se advierte la necesidad desde tal situación, avizorar que está pasando, que está sucediendo tanto al interior de la Educación como por fuera de ella, y en tal virtud un periscopio teórico-pedagógico nos pudiera entonces orientar hacia costas mas benéficas y efectivas para desarrollar el rol que históricamente le ha de corresponder a la institución escolar. 4. HACIA UNA EVALUACIÓN DIALOGANTE, PROPOSITIVA Y HUMANISTA. "Dime el agua que corre Es agua de fuente, de cumbre o de valle? ANTONIO MACHADO Partiendo de la prognosis educativa entreverada en las páginas anteriores, y estableciendo la evaluación como el lente a partir del cual se observa el estado del proceso Enseñanza y Aprendizaje, emerge la necesidad, - para propósitos de esta ponencia-, de establecer mi particular eje Z, reconociendo que en el eje X de las coordenadas del debate pedagógico se encuentran las posiciones a favor de la Evaluación objetiva, autoritarista y tecnocrática, versus las posiciones en el eje Y que entifican las posiciones a favor de la no evaluación, de la Constatación humanista, la verificación conductual entre otros. La primera consideración que debo hacer en contextos sociales de incertidumbre, es que dando un paso adelante , frente al escenario que nos convoca como educadores de principios del siglo XXI, esta propuesta es en sí misma perfectible en blanco y negro y está investida de razonamientos, preocupaciones y disquisiciones personales, compartidas unas veces y otras mantenidas en el quiet-brain, con colegas en el hirsuto y complejo ágora educativo. La evaluación como práctica educativa en el proceso enseñanza aprendizaje es necesaria y saludable, tanto para la institución educativa en su conjunto como para el docente considerado insularmente, en virtud a su necesidad espiritual –ideal- de mejorar, de vibrar con rutinas y procedimientos que le hagan la vida mas amable y provechosa. De lo que se trata aquí entonces, es establecer el tipo de evaluación que el docente ha de realizar sobre las enseñanzas impartidas a sus estudiantes, y en general, de cómo el currículo de la institución educativa, a partir de la subsecuente evaluación, debería mejorarse o consolidarse de cara a la satisfacción de necesidades de la comunidad educativa adyacente y vecinal. La primera de las inquietudes nace del reconocimiento autocrítico, de que esta operación evaluativa según lo formula la Ley General de educación y sus Decretos Reglamentarios debe ser Integral, permanente y contínua, con lo cual se establece el primer escollo metodológico, ya que algunos profesores llegan a niveles altos de exegetismo y miopía pedagógica de realizarla repetidamente, pués a ojos de todos se ha visto la deserción estudiantil, cuando por vía de ejemplo el profesor o la profesora todos los días de su clase interroga, evalúa, califica y esculca supuestamente el haber cognitivo de sus estudiantes respecto a su asignatura o a lo visto en su última clase. Con ello el ejercicio evaluativo a más de ser casi ritualista, llega a ser tensionante y terrorífico, sobre todo en estudiantes de grados inferiores de la Educación básica, quienes a la postre visualizan esta práctica evaluativa como algo mas desgastado dela Escuela y su profesor, a lo que dejan ver muchas veces su total desgano y apatía frente al resultado negativo de su evaluación. Existen aún mecanismos de evaluación implementados tanto en Educación básica y media, así como Universitaria, que no guardan el rigor que uno esperaría entratándose de certificar institucionalmente la aprobación o nó de un año lectivo, curso o programa. Se trata de los llamados "trabajos en grupo", mecanismo éste que ha sido originado de la mala resonancia de conceptos que hoy están en boga en círculos académicos autorizados, tales como: "trabajo colaborativo", "Trabajo asociado", "Trabajo Grupal" Aprender a vivir juntos etc". La experiencia ha indicado que en estos episodios de socialización del conocimiento, en el que se atribuye a un grupo de 2 o mas estudiantes la presentación de un trabajo académico, este implementa en su interior buenamente la división social y técnica del trabajo, endilgando a cada cual según su habilidad un tipo concreto de tarea o actividad, pero igualmente la arquitectura grupal ha permitido hendijas a través de las cuales se ha filtrado la comodidad, la irresponsabilidad y lo acomodaticio de algunos de sus miembros, todo lo cual indica que el trabajo de aprehender un conocimiento a partir de la búsqueda de sus fuentes de información, procesamiento de datos , explicación, argumentación y presentación formal del trabajo no refleja un trabajo equilibrado y totalizante en su grado de apropiación. La evaluación de este tipo de trabajos grupales en consecuencia vadea por supuesto, la subjetividad y la imprecisión, pues en el mejor de los casos el grupo, dentro del cual por ejemplo, Dos (2) miembros trabajaron el 90% de los contenidos y sus tareas implicantes, permite que la buena calificación obtenida, igualmente recaiga sobre aquellos otros miembros del grupo que poco o nada hicieron por la ejecución del mismo. Bajo la consideración de que aleatoriamente se escoja un miembro del grupo para exponer adecuadamente lo que el trabajo grupal elaboró, también pervade la idea de injusticia e irracionalidad, pues tampoco se trataría de que todos "tengan" que aprender lo de todo el grupo, pues negaría entonces la especialización y la división social del trabajo. Desde otro arista la evaluación educativa, en contexto actuales de Colombia con la promulgación del Decreto 0230 de Febrero de 2002, acusa zonas oscuras, densas y también claras y bien intencionadas. Sin querer hacer un prolijo estudio y reflexión sobre la norma en comento, para lo que estoy señalando, existe un fenómeno capital que amerita un análisis detenido y exhaustivo. Acogiéndonos a que los procesos o las técnicas evaluativas implementadas a lo largo del periodo académico por el profesor, fueron idóneas y concomitantes con sus contenidos específicos, todo lo cual señalaría que la calificación de fin de periodo está ajustada a los cánones que desde siempre ordena la Pedagogía y la didáctica, el asunto se torna especial cuando de un curso son cerca de la mitad ó mas del 70% los que por haber "perdido" la asignatura (o el Área), deben "Recuperar". Esta opción que la Ley ofrece a los educandos, se ha tornado en no pocas instituciones en un singular espacio-temporal que se distingue de los lapsos "normales" del período académico, caracterizado entre otros aspectos por la secuencialidad de clases dictadas en cada uno de los salones por cada profesor, los tiempos de descanso etc. Bajo el tiempo que otorga la norma para las famosas recuperaciones, las instituciones se tornan en agitadas colmenas humanas, aumentan la dinámica , el Stress, todo porque en general se ha visto por parte del estudiante típico que, asistiendo buenamente a las clases, y sin desarrollar mayor esfuerzo por aprender y demostrarlo a sus profesores, desarrolla en cortos días una fortaleza un afán y todo un barullo para recuperar las malas calificaciones obtenidas a lo largo del periodo académico. Así las cosas tales episodios de recuperación han venido lastrando la idea de que diacrónicamente, esto es, a través del tiempo con ritmo y sin pausa en general los estudiantes deben ir desarrollando sus aprendizajes a su vez que racional y en forma "dosificada", el profesor ha ido des-arrollando las temática en clase. Por lo tanto se ha venido cultivando en el imaginario colectivo estudiantil, que solo basta esforzarse durante una semana de recuperaciones para que a través de exposiciones, exámenes, trabajos prácticos o maquetas, la mala calificación asignada , se torne en buena, con lo cual el próximo período irá tramitándose de igual o parecida forma y contribuyendo entonces a estimular en el estudiante la idea de dejarlo todo para después o a última hora. Todo ello comporta pués un atentado a la ética y al concepto amplio de Educación en valores como la Responsabilidad. Desgajado del mismo fenómeno de recuperaciones, la institución educativa sufre un cambio de ritmo, un cambio de didácticas y de pedagogías, las cuales siendo aún buenas no se sistematizan y se difunden abiertamente, y las mas de las veces dejan entrever, que las instituciones todavía son inmaduras en enfrentar cambios de ritmo, que se traduce muchas veces en que solo los estudiantes recuperantes están dentro del aula y los demás se les "premia" anticipándoles las vacaciones, o en el peor de los casos, desentendidos por sus buenos resultados académicos, torpedean la disciplina en pasillos y demás instancias de la Institución Educativa. Concomitante con lo anterior, también es preciso señalar desde el lado intrínseco del asunto, que tampoco es bien conocida la política que cada institución educativa desarrolla a través de cada profesor para las actividades de recuperación, pués algunos docentes con el legado de sus años de experiencia como estudiante y como profesional educativo, señalan que las actividades de recuperación deben ser mas cargadas de dificultad y exigencias que las desarrolladas en tiempo normal del periodo académico, todo lo cual comporta un rictus de penalidad o de castigo. Durante el periodo de recuperaciones por tanto, existen también profesores que solo remiten a confeccionar un test o prueba objetiva para que el educando "recupere" la mala calificación inicialmente obtenida, con lo cual no puede acrecentar la certeza de si en realidad el muchacho o educando tipo, aprendió efectiva y eficazmente. Desde hace mucho tiempo las pruebas objetivas han sido sentadas en el banquillo de los acusados, y sobre ellas los juicios de valor emitidos dejan traslucir su ineficacia y paradojalmente su carencia de objetividad, pues según lo decantado investigativamente, "un juicio de evaluación en un tema o asignatura, expresado de la forma que sea –una nota, por ejemplo- adquiere el significado de un juicio sobre la valía personal". Si lo anterior corresponde a los aspectos formales de la práctica evaluativa, en los aspectos endógenos se ha registrado, que con el afán del Ministerio y el gobierno de hacer de la Evaluación un proceso rodeado de "objetividad y cientificidad", en relación a los maestros, la legislación proveída, no se compadece realmente con las condiciones de trabajo , de carácter físico estructural en que desarrollan su labor atendiendo a personalidades complejas en desarrollo, a múltiples grupos y muchas veces a contenidos educativos pluriversos. Ello señala por tanto que la Evaluación de los aprendizajes tienen en su esencia y práctica una multitud de vasos comunicantes que le determinan muchas veces su eficacia y su eficiencia. Estas estructuras rizomáticas que determinan hacia afuera los efectos o formas de la evaluación , no son justipreciadas por las directivas ministeriales o en las Secretarías de Educación de las sedes regionales. No obstante, considerando la entropía de los actuales tiempos, reflexionando y acordando una visión no sesgada de la Institución Escolar, se advierte como decíamos al principio, que "la educación de una época es la época reflejada en la Educación" (J.P. Sartre), razón por lo demás válida que nos impulsa a reconocer que la Escuela es un espacio multicultural, como lo sostenía Vigotsky, a la que acuden diversos seres humanos con voliciones y sentimientos y necesidades dispares, para lo cual se hace imperioso que los procesos académicos sean visualizados también con pluralismo que admita el consenso y el disenso, y que los acuerdos emerjan solo como producto de la lucha por la verdad y la justicia. Bajo la consideración de esta naturaleza multicultural de la Escuela de hoy, enriquecida por la llegada de flujos migratorios humanos etc., se ve con justicia la entificación de un organismo denominado por el Decreto 0230 de Febrero de 2002, como la COMISION DE EVALUACION Y PROMOCION, integrada pluralmente por la Rectoría de la Institución o su delegado, hasta tres(3) profesores, y un padre de Familia por cada grado que atienda la entidad educativa. La composición cuanti-cualitativa de la citada comisión erigida por el decreto mencionado, adolece de una consideración trascendental: El estudiante como sujeto-objeto del proceso de enseñanza –aprendizaje no aparece debidamente representado en este organismo decisorio, con lo cual la pulsiones y la mirada infantojuvenil del ser humano en proceso de formación no tiene quien lo agencie y represente debidamente. Este aspecto se torna capital, cuanto es capital la visión del adulto padre de familia. Si bien la Constitución Nacional del país, determina taxativamente que la responsabilidad de la Educación de los hijos está en primer lugar en la Familia y en segundo término en la institución escolar, quien media justamente entre las dos instituciones es el estudiante, y éste en calidad de sujeto-objeto del proceso educativo, debe tener voz, debe manifestar su pensamiento, su querer, su sentimiento alrededor de los procesos evaluativos particulares de la institución educativa. Muchos comentarios y muchas observaciones se han hecho en los espacios formales e informales de la Escuela , que señalan dentro de la arquitectura administrativa que la ley determinó para la Institución Educativa , que el PERSONERO ESTUDIANTIL, es una figura decorativa, que no funciona, cuyo rol es lánguido y poco efectivo. Pues en esta propuesta, y conforme con lo dicho, la comisión de Evaluación y Promoción configurada por el Decreto 230 de 2002, debe enriquecerse y fortalecerse con la figura del Personero Estudiantil, quien de esta manera si vería la comunidad estudiantil y profesoral su utilidad práctica y su rol solónico. La mirada y pensamiento de un estudiante de grado 11º., elegido como Personero estudiantil, tiene la fuerza perspectivista necesaria para saber interpretar los avances limitaciones y justos deseos de sus representados, pues desde la colina del Grado terminal de la Educación Media, se pueden inteligir e interpretar con lente estudiantil, las dificultades , sentimientos y deseos de los grados inferiores de la Educación básica. Seguirá siendo la Evaluación un espinoso tema a considerar, siempre que el sistema educativo , cualquiera que este sea, no cree métodos y maneras mas frescas y lozanas para conocer a los sujetos. De Perogrullo es advertir que justamente la evaluación es la forma en que la escuela intenta conocer a sus educandos. Por eso gran valía tuvo Giner de los Ríos cuando dijo: "Evaluamos porque no conocemos a los sujetos." El examen es una manera de discernir qué hace o qué ha hecho el estudiante cuando no podernos conocerlo personalmente. Y, como en el sistema educativo cada vez se puede conocer menos el estudiante, porque lo tratan muchos profesores a la vez y ninguno lo vé, se da una desconexión de las informaciones sobre el sujeto que afianza la necesidad de las pruebas o exámenes. Por lo anterior, una evaluación que vaya al sujeto, que lo interpele , que lo decodifique, que pueda indicar informalmente al educador sus anhelos, sus intereses y sus frustraciones sin necesidad de sentarlo a rayar sobre el papel su pensamiento y sus voliciones, será una evaluación sin muros en la espalda ni fusiles al frente de quien se interroga. Una manifestación limpia obtenida a partir de situaciones informales de la vida escolar o la vida citadina, nos arrojará mas luz que las contenciones y rictus de un examen en hileras de pupitres. En este sentido la Evaluación deberá ser dialogante, deberá propulsar la comunicación entre el estudiante y el profesor, hecha y cimentada sobre valores universales, y sobre necesidades trascendentales para vivir en este planeta. Ello supone que la Evaluación así imaginada, no prescinda de la razón, no huya del logos, y al contrario lo cultive, lo maneje y sea convertido por ambos (profesor y estudiante) en una herramienta comunicacional, que debe transcurrir por caminos lúdicos, comprensivos, abiertos, que caracterizan la conversación entre humanos y la llamada amable escucha. Una evaluación en contextos de incertidumbre, debe propender por que a partir del diálogo surjan propuestas, surjan ideas y se conjunten en un abigarrado haz de iniciativas y cogitaciones ojalá de carácter inductivo que explayen hacia el universo. Un tanto bajo el enfoque de E. Sábato reconocer los vacios del pasado y formular hacia lo macro pasando por lo mesóptico, soluciones a problemas. La naturaleza propositiva de la Evaluación concitará indudablemente los aprendizajes significativos del estudiante y más allá , desde la perspectiva holísticoecológica, los aspectos neguentrópicos de un futuro imaginado por el estudiante y comunicado adecuadamente al profesor. Finalmente la evaluación por tanto remitirá al enfoque multidisciplinar y sobre todo al conocimiento transdisciplinar, que busca para la humanidad del siglo XXI, una mejor comunicación con entornos allende los mares y los espacios del universo, una optima interlocución planetaria de naturaleza cognitiva que rescate el pensamiento, la palabra, la teoría, el ejercicio intelectual, en perfecto respeto y consideración del ser humano como sujeto sentipensante.

Mgr. DANILO CALVO SARMIENTO. Directivo Docente Santiago de Cali


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