HACIA UN ESTUDIO METODOLÓGICO DEL ALCANCE Y CONTENIDO DE LA HISTORIA DE LA fARMACIA

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Descripción

BOLETIN de la Sociedad

Española

de Historia de la Farmacia CIENCIA,

AÑO XXVI

MADRID, JUNIO DE

LITERATURA

Y ARTE

1975

NUM. 102

Depósito Legal.-M. 1.047 - 1958

SUMARIO INVESTIGACION.-Cátedra de Historia de la Farmacia por

y Legislación Farmacéutica de Granada,

J. L. Valverde.-Contribución a la Historia de la Farmacia en Galicl¡;¡, por A. Charro Arias

y María Pilar Charro Salgado.-Cátedra de Historia de la Farmacia y Legislación Farmacéutica de Granada,

por

SECUNDUM

J.

L. Valverde y J. A. Pérez Romero.-DIVULGACION.-Nuestra

ARTEM.-Noticias.-BIBLIOGRAFIA.-Revista

de

Libros.-Revista

Portada.-FIAT de

Revistas.

Cátedra de Historia de la Farmacia y Legislación Farmacéutica de Granada Hacia un estudio metodológico del alcance y contenido de Historia de la Farmacia J. L. Valverde

En la celebración del XXV aniversario de la Sociedad Española de Historia de la Farmacia, que marca por sí mismo múltiples factores positivos que hacen que tengamos que rendir sincero homenaje a cuan­ tos hicieron posible esta realidad nos obliga, a los que hoy pretendemos continuar la labor, a una meditación serena sobre el camino recorrido y los obj etivos con seguidos para, tras un análisis crítico, trazarnos un programa de trabajo coordi nado para i ntentar cubrir ciertos campos que son fundamen tales para un m ej or conoci miento de nuestra área .

- 1 12 La historiografía farmacéutica española es ya amplia, como lo refleja claramente los mil quinientos artículos que ya han sido recogidos e n nuestra Bibliografía Española de Historia de l a Farmacia (Granada, 1970), a los que hay que sumar casi cerca de otro millar que ya tenemos reco­ pilados y que confiamos que, dentro de este año, esté terminada. su edición como segundo volumen de dicha B ibliografía. En conjunto, es un caudal de noticias, amplio y complejo, que será necesario sistemati­ zar. El valor de estos estudios, como no podía ser de otra forma, es su­ mamente heterogéneo e incluso mucho de lo escrito como « historia de la Farmacia» tal vez encaje mejor dentro de diversos capítulos de la Historia de las Ciencias o de la medicina. Esta situación nos obliga a plantearnos la responsabilidad de intentar esbozar una metodología so­ bre las premisas básicas que deberían presidir nuestro quehacer y los 9bjetivos, a corto y largo plazo, que como miembros de la Sociedad Es­ pañola de Historia de la Farmacia en general, y en particular cada uno de nosotros debería perseguir en su quehacer. Creo que ha llegado el momento de que abordemos seriamente Jos problemas teóricos de la H istoria de la Farmacia; es decir, que formu­ lemos nuestros criterios particulares sobre el contenido y extensión que le otorgamos a nuestra disciplina, así como abordar la compleja me­ todología de su estudio, con el fin de intercambiar puntos de vista para intentar definir, en cierta medida, nuestro campo y clarificar la situación. A nuestro entender, el « Contraste de pareceres» debería montarse desde la premisas básicas. Entre otros interrogantes consideramos que habrá que responder, como en otras disciplinas hermanas, a los siguien­ tes: a) Descripción de los elementos q ue la componen baio el punto de vista de su problemática particular; b) Qué opinión ha sido establecida sobre ella por distintos autores; c) Qué enfoq ue particular se tiene ; d) Qué elementos de estudio e investigación se pueden utilizar; e) Cómo se nuede enseñar, de qué forma, contenida y extensión; f) Cómo se puede participar en el esfuerzo de investigación para aumentar el conocimiento y com­ prensión, tanto personalmente como implicando a otros. Por natu raleza, la Histori a de Ja Farmacia parece deber ser « interdis­ ciplinaria» . Pero quien habla de puentes puede hablar también de fron­ teras. Y quien evoca lo « interdisciplinario» puede también encontrar convergencias y colaboraciones, así como enfrentamientos, choques y disputas. Aún con el riesgo de asombrar, diré que la historia de la

Farmacia se busca aún, que está mal asegurada de su campo y que permanece como terreno de controversia, tanto en la enseñanza como en la investigación. Pero hay q ue apresurarse a preguntar si no pro­ vendrá todo esto de la naturaleza ambivalente de esta disciplina. La Historia de la Farmacia es Historia y Farmacia. Debilidad coneénita y fuente de sus problemas. Pero tal vez ésta no sea su mayor dificultad, sino el poder demarcar el objeto ele su estudio, es decir, la Farmacia. ¡Qué se entiende por Farmacia?, ¿dónde empieza y dónde termina lo f(;lrmacéutico? Más aún, en el caso de conse7!,uir delimitar «lo farmacéu­ tico », dentro ele este campo nos encontramos con dos facetas bastante diferentes: de un lado, «lo científico», y de otro lado, «lo sociológico», y

·

- 1 13 como protagonista de unas acc iones u otras el mismo farmacéutico y a la hora de estudiar a éste, su labor y acción, que si bien en muchos ca­ sos, no siempre, se ha centrado en algo esencialmente farmacéutico, ha podido tener una acción decidida en el arte, la literatura, la política o en alguna rama de la ciencia bien alej ada de lo más típicamente farma_ . céutico: ¿H emos de ocuparnos también de esto? E n esta serie constante y creciente de desmembramientos no se puede olvidar la dependencia y relac iones de lo farmacéutico con lo médico y en general con la ciencia. Ante esta amalgama de situaciones, depen­ dencias y falta de delimitaciones precisas, j ustifica la afirmación pre­ liminar expresada y al mismo tiempo esta situación nos emplaza a tener que realizar un análisis amplio y profundo de esta problemática. Para nosotros mismos es todo un reto que tenemos que afrontar, y no nos duele el decirlo, aceptamos el reto y las páginas que siguen serán fieles testigos de esta búsqueda. ·

La Historia de la Farmacia, ya lo hemos dicho, es de un lado «Histo­

ria» y de otro «Farmacia». Tanto un concepto como otro requiere y exige un amplio tratamiento.

Un primer intento de aproximación a esta problemática nosotros la hemos recogido en un libro elaborado en 1 97 1 ( 1 ) al que nos remitimos. Tras el análisis crítico de lo que se entiende por historia y el plan­ teamiento de lo que puede considerarse hoy como Farmacia, se hace necesario realizar un balance crítico de la seri e de interpretaciones, más o menos amplias, que nos han dej ado los cultivadores de la Historia de la Farmacia, en distintos países y en España, respecto a sus objetivos y alcan ces. Este punto lo analizamos en un trabaj o indepen diente que se publicará en el próximo número de este Boletín . Tras estas precisiones se hace necesario pasar a hacer un anáhsis de las implicaciones fundamentales de la Historia de la Farmacia, bajo el punto de vi sta metodológico, para lo cual nos remitimos a uno de nues­ tros trabaj os recientemente publi cados (2). en don de se expon en funda­ mentalmente las con exiones de la Historia de la Farmacia con la Histori a d e la Cien cia, la Hi stori a de la Medicin a y los dem ás campos de la cul­ tura, in terpretan do la histori a de la ciencia como Historia de la cultura científica de los ,hombres, así como el papel que ti ene la Historia de la Ciencia, en gen eral, en la edu cación del hombre mod ern o . En definitiva, el plan team iento de trabaj o que propon emos y al cual hemos i n tentado dar una pri mera respuesta en nuestro estudio citado al principio ha si do el siguiente: 1. Ver qué histori a se ha hecho o se ha preten d i do hacer en el mun­ do, en di stin tas épocas y circunstan cias. 2 . I n ten tar perfi lar lo que se entien de por Farmacia y, an te las ideas contrapuestas, aceptar una solución de compromiso. 3. Realizar un « panell » con los diversos trabajos de histori a de la farm acia que se han realizado hasta el momen to , que vi ene a m ostrar claramen te dos facetas: a) lo que cad a autor enten día que era farmacia , y b) el tipo de hi stori a de esa farmacia qu e él realiza.

- 1 14 4. Acto seguido, tras esta información, hemos pasado a presen­ tar una visión sinóptica de lo que, a nuestro juicio, debe ser el contenido y alcances de la Historia de la Farmacia en el momento actual. S. En ese análisis queda patente las implicaciones básicas de nues­ tra disciplina, de un lado, con la metodología y problemática de la histo­ ria de la Ciencia, y de otro, con la Medicina. Analizando también su amplia y polémica situación en relación con las distintas esferas de la cultura. Llegados a este punto, teniendo a nuestro alcance debidamente clasi­ ficado y clari ficado todo este material, tenemos necesar:_iamente, tras su estudio y valoración, y juntamente con nuestra idiosincrasia propié'.l y forma de ver e interpretar las cosas, de lo cual no puede nadie sustraerse, exponer como vemos nosotros nuestra propia disciplina, dentro del marco un iversitario y cómo enfocamos nuestra investigación e intentamos en­ señarla. ·

La doble faz de la Historia de la Farmacia

Tras este largo deambular, de un lado para otro, para intentar preci­ sar la auténtica naturaleza de la Farmacia y por lo tanto de su Historia, tan ligada por un lado a la Medicina por la finalidad de su . creación, pero con bases y métodos de trabajo dentro de las más puras ciencias y co­ partícipe de sus problemas, podemos ya pasar con cierta tranquilidad a considerar como un todo la Historia de la Farmacia y a· precisar su es­ tructura y el método de trabajo que tenemos que seguir, tanto en su confección, y por lo tanto en su investigación, como en su enseñanza. Esto nos lleva de la mano a considerar dos aspectos -doble faz . de una misma cuestión- que se descubren en la Historia de la Farmacia, de forma similar a otras ciencias o actividades, a los ojos del estudioso: 1 ) Como campo de investigación, y 2) como disciplina académica, es de­ cir, como objeto de e nseñanza. Estas dos vertientes propuestas por Laín Entralgo y Luis S . Granjel para la Historia de la Medicina, · nos pueden ser perfectamente válidas. Como campo de investigación La Historia de la Farmacia entendida como «campo de investigación»

tiene por meta: descubrir según arte las vicisitudes que práctica farmacéutica han venido experimentando desde existe testimonio. Esta faceta lleva implícito e l problema de las fuentes de las que nos ocuparemos en un próximo aparecerá en este Boletín.

la ciencia y que de ellas fundamental trabajo, que

Como disciplina académica

Bajo el punto de vista de la enseñanza de la Historia de la Farmacia « Como disciplina académica», parafrase�ndo a Laín Entralgo, el docente informa, en el sentido originario de la ·palabra « da forma» a la mente del ·que aprende. El ideal de la ciencia es ver y hacer ver las cosas segun la verdad; pero la especial condición de la inteligencia humana, inmersa

1 15 «Volens nolens » en una tradición y parcialmente configurada por ella, exige que los hombres tengan que contemplar la verdad según la historia. Aprendiendo historia como hábito intelectual, el discente hace suyo un método para la posesión de la verdad; lo cual es todo antes que histori­ cismo o_ relativismo histórico. Hoy deseamos detenernos un poco en este punto, uesto que son muchos los que, incluso dentro de los propios claustros universitarios , no tienen una idea precisa de los obj etivos que persigue la enseñanza de la Historia de la Farmacia, y menos la orientación y desarrollo que nos esforzamos en proporcionar. Para información de unos y con el deseo de fomentar el jntercambio de puntos de vista a los que nos re­ feríamos al principio, vamos a pasar a exponer nuestro criterio sobre el enfoque, contenido y exposición que consideramos que debe ser el adecuado para la enseñanza de la H istoria de la Farmacia, en las ac­ tuales circunstancias en que se encuentra la formación universitaria de los estudiantes de Farmacia en nuestro país. S iguiendo con el esquema de trabaj o que proponemos, una vez sal­ vados y debidamente expuestos el contenido, obj etivos y metodología general e implicaciones de nuestra materia con otros campos del saber, así como de precisar las fuentes primordiales para su estudio e inves­ tigación a escala internacional, es decir, tras la descripción baj o todos los puntos de vista y delimitación de nuestra materia, llega el momento de precisar de todo el amplio contenido de la Historia de la Farmacia, ¿qué conocimientos se le deben transmitir a los futuros licenciados? ¿De qué forma? y ¿baj o qué punto de vista? Orientaciones sobre el posible contenido de un curso de Historia de la Farmacia

Llegamos a la encrucij ada en que el profesor q ue domina, o tiende a dominar su materia, ba_io todos los puntos de vista, ha de pararse a meditar, muy seriamente, de todo ese complejo acúmulo de conocimien­ tos de los que se puede sacar partido para distintas final idades, cuales se selecci onan para transmitirlos al alumno como representativos de la discipl ina que cursan. Es en este momento, y no en otro. cuando e] Profesor se puede permitir cierta l ibertad y podrá confeccionar una {< HiStoria de l a farmaci a» . apta para proporcionar el máxi mo beneficio en J a formaci ón global del alumno. Es en este punto donde el profesor puede lícitamente concebir una historia más o menos « personal» o « privada » para exponerla a sus alum­ nos de acuerdo con la circun stancia de éstos y las posibilidades que le m arquen en el plan de estudios global. Pero lo que es inaceptable es intentar exponer este concepto de la asignatura, concebida para ser enseñada a unos alumnos determinados y en unas circunstancias dadas, como si ese fuera el concepto real de la materia que se explica .

. El ejercicio de este « quid pro quo » dentro de una cátedra u niversita­ ria resultaría tan poco ético com o lo fue, en muchos casos , esa práctica

- 1 16 en el ej ercicio profesional farmacéutico durante rriuchos siglos. I nsisti­ mos, una cosa es el concepto contenido y metodología de una materia en sentido general y otra cosa muy distinta puede ser lo que se vea obliga­ do el profesor a explicar a sus alumnos, por las circunstancias que le marquen a la disciplina dentro de un plan de estudios, e incluso por la « recepción» que se observe o sea previsible que se pueda dar entre los alumnos. Lo que sigue ahora, en nuestro estudio, va encaminado a determinar el contenido y la forma de exposición que nosotros creemos que debe darse a la Historia de la Farmacia como disciplina académica. Lógica­ mente no se trata de hacer tabla rasa de todo lo expresado hasta aquí, ni mucho menos; sino simplemente es que nos vemos obligados a es­ coger claramente un puñado de puntos básicos sobre los cuales apoyar nuestra propia exposición a los alumnos, pues se comprende perfecta­ mente que no se les puede dar una historia de la farmacia pura ni abarcando todos los aspectos de su campo, hay que seleccionar del todo

lo que se crea más representativo y formativo, pero como ocurre a todos los profesores, no siempre pueden limitarse a explicar el contenido pro­ pio de su disciplina y ha de salirse muchas veces de su propio campo para precisar una serie de conceptos generales previos que sin ser de su materia, resultan imprescindibles contar con ellos para comprenderla. Esto que ocurre en todas las disciplinas, en la nuestra se ve profunda­ mente agravado. Hemos de hablar de la historia de un campo particular para poder darle sentido y comprenderla el alumno debería poseer un conocimiento de historia general adecuado (desgraciadamente olvidado por completo al llegar a nuestras aulas), así como otros conocimientos· culturales generales. Al no ser así, el profesor de Historia de la Farma­ cia se ve obligado a salirse de su campo específico para exponer un marco adecuado a su disciplina. Esto es una realidad insoslayable. Pero que esto sea inevitable no quiere decir que la Historia de la Farmacia sea eso que se ve obligado a explicar. Esta situación se da en todas las disciplinas. Pero lo que no sería aceptable, bajo ningún concepto, es que al Profesor de una disciplina particular le- invadiera tanto esta necesidad circunstancial que llegara a formarse él mismo el «Concepto» de que eso es su disciplina y expusiera esos elementos «Circunstanciales» v extraños a la materia propiamente dicha como algo constitutivo de la esencia de la disciplina. Esto no . conducirá a otra cosa que a una lamentable desorientación y un golpe de múerte a la propia materia. pues si no se controla adecuadamente esta tendencia, puede llegarse al extremo de que en .vez de explicar «His­ toria de la Farmacia» se explique de todo menos eso:
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