Hacia teoría cognitiva integrada de la disponibilidad léxica. El léxico disponible de los estudiantes castellano-manchegos (2006)

September 4, 2017 | Autor: N. Hernández Muñoz | Categoría: Sociolinguistics, Psycholinguistics, Lexical Availability, Disponibilidad léxica
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Descripción

Natividad Hernández Muñoz

HACIA UNA TEORÍA COGNITIVA INTEGRADA DE LA DISPONIBILIDAD LÉXICA: EL LÉXICO DISPONIBLE DE LOS ESTUDIANTES CASTELLANO-MANCHEGOS

EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

COLECCIÓN VITOR 177 c Ediciones Universidad de Salamanca y Natividad Hernández Muñoz

1ª edición: Marzo, 2006 I.S.B.N.: 84-7800-470-X Depósito Legal: S. 230-2006

Ediciones Universidad de Salamanca Plaza de San Benito, s/n 37002 Salamanca (España) Página en internet: http://webeus.usal.es Correo-e: [email protected] Realización: Nemática, S.L. Impreso en España – Printed in Spain

Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse ni transmitirse sin permiso escrito de Ediciones Universidad de Salamanca CEP. Servicio de Bibliotecas

3 RESUMEN La tesis doctoral Hacia una teoría cognitiva de la disponibilidad léxica: el léxico disponible de los estudiantes castellano-manchegos∗ tiene como objetivo central

contribuir

desde

un

enfoque

interdisciplinario

(y

novedoso)

al

establecimiento de los fundamentos teóricos del léxico disponible, en relación con el hecho de que la producción de dicho léxico es una tarea cognitiva compleja en la que intervienen diversos elementos psicológicos más allá de los puramente lingüísticos. Está dividida en dos partes. La primera (capítulos del uno al cinco) aborda la descripción de las características de la producción del léxico disponible desde una perspectiva psicolingüística: el tipo de actividad cognitiva generadora del léxico; las propiedades, intrínsecas e intrínsecas, que hacen que las palabras sean más o menos disponibles; y finalmente, la importancia del componente semántico o formal en la producción de los listados de términos. Además de una profunda revisión teórica y experimental en torno a los interrogantes planteados, tanto en el marco del léxico disponible como en el de la Psicolingüística, el trabajo incluye diferentes experimentos psicolingüísticos que, con ayuda de procedimientos estadísticos, corroboran o matizan las conclusiones obtenidas. La segunda parte de la tesis doctoral (capítulos del seis al ocho) aborda el estudio del léxico disponible particular que ha funcionado como corpus de referencia para la primera sección de la investigación: el léxico disponible de Castilla- La Mancha. En ella se describen las peculiaridades del área de estudio, así como de la muestra seleccionada (680 estudiantes, 34 centros educativos y 17 centros de interés o categorías semánticas). También se detallan los procedimientos metodológicos de recogida de los materiales y su estandarización. A continuación, se realiza un análisis cuantitativo de los datos generales y un estudio sociolingüístico de acuerdo con diversas variables sociales establecidas (sexo, titularidad del centro, residencia de los padres, nivel sociocultural y provincia). El análisis cualitativo estudia los dialectalismos y las voces regionales encontradas en los listados. Para terminar, el capítulo nueve recoge, relaciona y sintetiza las conclusiones generales de ambas partes de la investigación.



Este trabajo ha sido llevado a cabo gracias al proyecto de investigación del Ministerio de Ciencia y Tecnología BFF 2001-1005.

4 El trabajo incluye, además, el diccionario general de léxico disponible de Castilla-La Mancha, un índice alfabético de las entradas del diccionario, los diccionarios particulares de las variables sociales y, finalmente, unos anexos donde pueden consultarse los materiales utilizados en los experimentos y las tablas estadísticas.

5 ABSTRACT Lexical availability has been a successful topic of research in Linguistics from the fifties to the present. It refers to the efficiency in production of words belonging to a determined category as associates to that category. Lexical availability has also been studied within the linguistic domain as a way to measure and evaluate the vocabulary known by a community. Research in lexical availability pursues the creation of empirical records in the form of dictionaries of the vocabulary ordered by topic and by the “measure of availability”. These dictionaries and the studies focused on them have an important application in a range of domains such as Socio-linguistics, Psycholinguistics, Etnolinguistics, and Education. This thesis deals with the phenomena of available lexicon from a cognitive background. Even though López Morales (1999) argues that the psycholinguistic perspective is one of the necessary foundations of the integrated theory of lexical availability, little research has been carried out on this topic. Regarding this subject, the main goal of this work is to contribute to the development of a general theory of the available lexicon with findings from the cognitive sciences, and especially, cognitive Psychology. Thus, there are two main objectives. Each of them is developed in the corresponding section of the study: 1. Describing and analysing the cognitive foundations of lexical availability in order to explain some of the linguistic characteristics of available vocabularies. Thus, some of the theoretical features of linguistic perspective have been reformulated, and experimental and terminological aspects have required a restatement. The first five chapters focus on this topic. It has been exceptionally difficult to select from psycholinguistic works those theories and experiments that may contribute to lexical availability. Along with evidence from previous research on Psychology and lexical availability, three experiments have been carried out. Through them, the “lexical availability” property of words is studied to further our understanding of the cognitive factors that determine it. The first of the experiments deals with the oral and written tasks. The second one tries to identify the variables that influence the measure of availability. Finally, the third experiment addresses priming in category generation tasks with bilingual speakers.

6 2. The second part of the thesis focuses on the available lexicon of CastillaLa Mancha, a large region in the centre of Spain. It consists of five provinces: Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, and Toledo. Little research has been conducted involving areas larger than one province of Spain (Arnal et al. 2003 and Galloso 2004). A previous work had already collected available lexicon from Cuenca (Hernández Muñoz 2002, 2004). Methodology from this work as well as from other available lexicon records has been taken into account (Samper 1998, Mateo 1998, López Morales 1999, González Martínez 2002, Gómez Devís 2003, Arnal et al. 2004, Bellón 2004, Galloso 2004 and Bartol 2004). In the research project concerning available lexicon of Castilla-La Mancha 680 students were asked to produce words related to seventeen topics during two minutes. Chapter six describes social and geographic characteristics of the studied area and the community of speakers involved. Both the procedure of data collection and standarization methods applied to materials are summarized. Chapter seven highlights the quantity of words produced in each category as well as social variables that predict higher or lower lexical production. Chapter eight reviews particular terms that are not included in standard dictionaries (e.g. dialectal and recently created words). Chapter nine provides a summary of the general conclusions. Finally, the thesis includes the Dictionary of Lexical Availability of Castilla- La Mancha.

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ÍNDICE INTRODUCCIÓN

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PRIMERA PARTE: FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD CAPÍTULO 1. EL LÉXICO DISPONIBLE Y EL PARADIGMA COGNITIVO 1.1. Introducción: en busca de una teoría integrada de la disponibilidad

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1.2. Uso y léxico disponible

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1.3. Los estudios de disponibilidad en las Ciencias Cognitivas 1.3.1. Nacimiento y desarrollo de las Ciencias Cognitivas 1.3.2. Dos presupuestos básicos: los universales y la categorización 1.3.3. Multidisciplinariedad

36 36 38 40

1.4. Acercamientos psicolingüísticos al estudio del léxico disponible 1.4.1. Normas de referencia experimental 1.4.2. Sobre la organización mental del léxico disponible 1.4.3. Psicolingüística de la adquisición y del hablante bilingüe

41 42 43

1.5. Conclusiones del capítulo primero

45

44

CAPÍTULO 2. MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA 2.1. Introducción 2.1.1. Concretando los interrogantes 2.1.2. Algunas consideraciones previas

49 49 50

2.2. Bases psicológicas y neurológicas del léxico 2.2.1. Definiendo el lexicón mental 2.2.2. La gran implicada: la memoria semántica 2.2.2.1. Sistemas de memoria 2.2.2.2. Organización funcional 2.2.2.3. La organización de la memoria semántica 2.2.3. ¿Y el cerebro? Bases neuroanatómicas de la selección léxica

53 55 59

68

2.3. Hacia un modelo de producción léxica 2.3.1. El modelo de W. J. M. Levelt 2.3.2. Escribiendo palabras: el modelo de A. Caramazza

71 73 77

2.4. Conclusiones del capítulo segundo

82

8

CAPÍTULO 3. SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA 3.1. Introducción

85

3.2. Entendiendo la generación experimental de palabras 3.2.1. La asociación libre de palabras 3.2.2. Fluencia semántica 3.2.2.1.Aplicaciones actuales 3.2.2.2.Problemas de la fluencia semántica 3.2.2.3.Parámetros de la fluencia semántica 3.2.2.3.1. Agrupaciones y cambios 3.2.2.3.2. Errores 3.2.2.3.3. Contexto 3.2.2.3.4. Priming 3.2.2.3.5. Canal

87 88 94

3.3. Experimento 1: Léxico disponible oral vs. léxico disponible escrito 3.3.1. Marco teórico 3.3.2. Metodología 3.3.3. Análisis cuantitativo: valores generales 3.3.4. Análisis estadístico 3.3.4.1. Número de palabras dadas por cada informante 3.3.5. Compatibilidad 3.3.6. Análisis cualitativo 3.3.7. Conclusiones del experimento

113 117 120

3.4. Conclusiones del capítulo tercero

121

108 108 110 111 112

CAPÍTULO 4. HACIA LA IDENTIDAD DE LA DISPONIBILIDAD: CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS 4.1. Introducción

127

4.2. La categorización 4.2.1. Categorización del léxico disponible 4.2.2. Categorías semánticas 4.2.3. Teoría de los prototipos 4.2.4. Otros modelos estructurales 4.2.5. Esbozo de una taxonomía de los centros de interés

130 130 134 135 145 150

9

4.3.Variables cognitivas y disponibilidad léxica 4.3.1. Variables categoriales: la tipicidad 4.3.2. Variables cognitivas intrínsecas 4.3.2.1.Edad de adquisición 4.3.2.2.Frecuencia 4.3.2.3.Imaginabilidad 4.3.2.4.Familiaridad 4.3.2.5.Longitud

156 156 158

4.4. Experimento 2: Variables que influyen en la disponibilidad 4.4.1. Hipótesis inicial 4.4.2. Método de recogida de los valores 4.4.3. Análisis estadísticos 4.4.4. Análisis descriptivo 4.4.5. Correlaciones entre las variables 4.4.6. Análisis de regresión múltiple 4.4.7. Análisis de regresión múltiple en dos niveles 4.4.8. Discusión

168 169 170 173 174 176 178 182 183

4.5. Conclusiones del capítulo cuarto

185

CAPÍTULO 5. SOBRE SIGNIFICADOS Y FORMAS 5.1. Un interrogante clásico: ¿significado o forma? 5.1.1. Las palabras son crípticas 5.1.2. Los informantes hablan por sí solos 5.1.3. Y los investigadores ¿qué opinan? 5.1.4. ¿Los indicios experimentales resuelven el problema? 5.1.5. Recapitulación

189 189 192 195 200 207

5.2. Facilitación semántica, bilingüismo y disponibilidad 5.2.1. Manifestaciones de priming en el léxico disponible 5.2.2. Memoria léxica del bilingüe y priming 5.2.3. Experimento 3: priming en el índice de disponibilidad: estudio en bilingües 5.2.3.1.Bases teóricas del experimento 5.2.3.2.Metodología 5.2.3.3.Resultados 5.2.3.4.Análisis estadístico

208 208 212 215

5.3. Conclusiones del capítulo quinto

224

10

SEGUNDA PARTE: ESTUDIO DEL LÉXICO DISPONIBLE DE CASTILLA-LA MANCHA CAPÍTULO 6. METODOLOGÍA 6.1. Introducción: revisando la metodología

229

6.2. Sobre Castilla-La Mancha: marco geográfico, socioeconómico y demográfico 6.2.1. Marco geográfico 6.2.2. Geografía socioeconómica 6.2.3. Demografía

230 230 234 238

6.3. La muestra 6.3.1. Centros educativos 6.3.2. Variables sociales 6.3.2.1.Sexo o género 6.3.2.2.Nivel sociocultural 6.3.2.3.Residencia de los padres 6.3.2.4.Variable geográfica 6.3.3. La encuesta

243 243 253

6.4. Edición de los materiales 6.4.1. Algunas matizaciones previas 6.4.2. Criterios de edición generales 6.4.3. Criterios de edición de cada uno de los centros de interés

265 266 273 279

6.5. Conclusiones del capítulo sexto

301

264

CAPÍTULO 7: ANÁLISIS CUANTITATIVO 7.1. Introducción

305

7.2. Resultados globales 7.2.1. Resumen de los índices globales de Castilla-La Mancha 7.2.2. Número de vocablos 7.2.3. Promedio de respuestas 7.2.4. Índice de cohesión 7.2.5. Comparación con otras comunidades de habla

306 306 307 309 310 314

7.3. Comparación de las variables sociales 7.3.1. Variable “sexo” 7.3.2. Variable “titularidad del centro” 7.3.3. Variable “Residencia de los padres” 7.3.4. Variable “Nivel sociocultural” 7.3.5. División territorial: provincias 7.3.6. Resumen de las diferencias sociolingüísticas significativas 7.3.7. Índices de cohesión y vocablos en las variables sociales

319 323 327 330 337 346 354 356

11 7.4. Conclusiones del capítulo séptimo

360

CAPÍTULO 8. ANÁLISIS CUALITATIVO: DIALECTALISMOS 8.1. Introducción

365

8.2. El español hablado en Castilla-La Mancha

366

8.3. Los dialectalismos en el léxico disponible

369

8.4. Dialectalismos en el léxico disponible de Castilla-La Mancha 8.4.1. Palabras dialectales en los diccionarios normativos 8.4.2. Palabras dialectales no recogidas en los diccionarios normativos 8.4.2.1.En los diccionarios dialectales 8.4.2.2.Aparecidas en otros léxicos disponibles 8.4.2.3.Cuyo significado se puede deducir de un derivado incluido en los diccionarios normativos 8.4.3. Palabras “no documentadas” 8.4.3.1.Compuestos de verbos más sustantivo 8.4.3.2.Profesiones 8.4.3.3.Otras voces 8.5. Resultados y conclusiones del capítulo octavo

373 373 379

387

386

CAPÍTULO 9. CONCLUSIONES GENERALES

403

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

415

TERCERA PARTE: DICCIONARIO DE LÉXICO DISPONIBLE DE CASTILLA LA MANCHA Y ANEXOS DICCIONARIO DE LÉXICO DISPONIBLE DE CASTILLA-LA MANCHA

437

ÍNDICE ALFABÉTICO DE ENTRADAS DEL DICCIONARIO

683

ANEXOS Anexo 1 Anexo 2 Anexo 3 Anexo 4

777 835 835 845

TOWARDS AN INTEGRATED COGNITIVE THEORY OF LEXICAL AVAILABILITY. Summary and Conclusions

935

A mi abuela Isabel y a mi tío Miguel que nos dejaron mientras tanto.

Agradecimientos Este trabajo es fruto de la colaboración, la generosidad y la entrega de muchas personas a las que no puedo dejar de citar. En primer lugar, gracias al profesor Julio Borrego por su dirección y sabiduría, especialmente porque me ha enseñado a amar y a respetar el trabajo de investigación bien hecho. Gracias también al profesor José Antonio Bartol, por sus acertados consejos, el trabajo compartido durante este tiempo y la energía positiva. También han sido de gran ayuda la confianza y el apoyo recibidos de los profesores miembros del equipo de Léxico Disponible de la Universidad de Salamanca, Carmen Fernández Juncal, Elena Bajo, Javier de Santiago, Rosario Llorente, José J. Gómez (especialmente al principio... y al final). Cuando estaba lejos y el tiempo apremiaba, el profesor Emilio Prieto de los Mozos y muchos de los ya citados contribuyeron desde Salamanca a la recogida de los datos para los experimentos, mi más sincero agradecimiento a todos ellos. Gracias al departamento de Lengua Española de la Universidad de Salamanca por su acogida durante estos años y en especial a su director Luis Santos. No puedo dejar de nombrar a otros profesores salmantinos que también hicieron un hueco en sus agendas para responder a mis preguntas: el profesor de Estadística Quintín Martín y el profesor de Psicología y Educación Emilio Sánchez de Miguel. There is a special place for my second “academic home”, the Department of Psychology of the University of York. Professor Andrew Ellis and Dr. Cristina Izura taught me everything I know on Psycholinguistics. Thank you very much for your time, your patience and your friendship. Gracias a todos los investigadores dedicados al léxico disponible que generosamente me enviaron artículos, me regalaron libros, contestaron a mis dudas, me dieron ideas y fueron los mejores guías en mi caminar investigador. Los verdaderos protagonistas de esta tesis son los alumnos, los profesores y los centros educativos de Cuenca, Guadalajara, Albacete, Ciudad Real y Toledo que participaron en la recogida del léxico disponible así como los alumnos de la Universidad de Salamanca y la Universidad de York que participaron en los experimentos. Gracias también a todos aquellos que me acompañaron y me dieron posada durante mis viajes por tierras manchegas y serranas: Patricia Suárez, Juan Antonio Muñoz, Jesús Villegas, Vicente Simón, Juan Olivares y Esperanza Gómez. Y a aquellos que de un modo u otro colaboraron con las encuestas, las listas, los programas informáticos, etc.: Jesús Escudero, Ángel Costa, Daniel Cerrato, Alberto Martín y Ned Rasmussen. Gracias también a David y Alejandro de UNDANET por escuchar y transformar mis sueños. Y para terminar, gracias a todos mis amigos, que saben esperar; a mis padres por su estabilidad y su escucha, a mi hermana Ana,traductora e informante sin igual, y a mi hermano David por su inestimable compañía, humana y musical, especialmente en los momentos más difíciles. Y gracias a Jose, por todo. “Semejante es a un tesoro escondido en el campo…”

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INTRODUCCIÓN El trabajo de investigación que aquí presentamos es fruto de cinco años de esfuerzo intenso y motivador. El germen del proyecto se sitúa en el año 2000, cuando después de finalizar los cursos de doctorado la profesora Carmen Fernández Juncal y el profesor Julio Borrego Nieto me hablaron por primera vez del Proyecto Panhispánico de Léxico Disponible, de la posibilidad de colaborar en el equipo investigador del Departamento de Lengua Española y de dirigir hacia allí los pasos en mi formación como investigadora. De aquellos años y de las sugerencias del profesor Julio Borrego, también proviene mi interés por uno de los aspectos de dicha línea de la investigación: los fundamentos epistemológicos de léxico disponible, qué significa “ser disponible”, dónde se encuentran las auténticas causas de que una palabra sea más disponible que otra. La magnitud del reto que suponía hacerse estas preguntas desde una perspectiva global era tal, que hubo que concretar y aislar los interrogantes hacia uno de los campos implicados en la producción del léxico disponible: la Psicolingüística. Así, amparados por las reflexiones de Mackey (1953), que consideraba que el automatismo psicológico era determinante en el empleo de algunas palabras independientemente de las circunstancias y las necesidades, y de Humberto López Morales (1999), que depositaba en el enfoque psicolingüístico uno de los caminos hacia una teoría integrada del léxico disponible, se fueron precisando las líneas del proyecto de tesis doctoral . Un pleno conocimiento de la realidad del léxico disponible requería el desarrollo previo de un corpus, con todas las implicaciones experimentales, teóricas y corporativas que requiere este tipo de trabajos de campo, que, además, tienen como objetivo ser incluidos en un cada vez más extenso conjunto de vocabularios disponibles dentro del Proyecto Panhispánico. El primer acercamiento a las dificultades de recogida de datos, edición y análisis de los materiales fue llevado a cabo en mi Trabajo de Grado, defendido en 2002 y publicado por las Ediciones Universidad de Salamanca en 2004. En él se recogía el léxico disponible de los estudiantes preuniversitarios conquenses analizado desde un punto de vista sociolingüístico. Parte de los materiales de aquella investigación se encuentran incluidos aquí, pero, sobre todo, sus contribuciones fueron decisivas en el presente trabajo porque me aportaron la experiencia necesaria para abordar una tarea más

18 HACIA UNA TEORÍA COGNITIVA INTEGRADA DE LA DISPONIBILIDAD ambiciosa: la elaboración del léxico disponible de Castilla-La Mancha. Este corpus, que comprende las cinco provincias castellano-manchegas, además, ofrecía las posibilidades de análisis requeridas para el desarrollo de un estudio detenido del componente psicológico de la disponibilidad. A la realización de este proyecto contribuyeron la concesión de una beca FPU, un proyecto de investigación concedido al equipo de investigación de disponibilidad léxica de la Universidad de Salamanca y dos estancias en el Departamento de Psicología de la Universidad de York. Los objetivos del trabajo que aquí presentamos quedan definidos de la siguiente manera: En primer lugar, reflexionaremos sobre los fundamentos cognitivos del léxico disponible y sobre los procedimientos psicológicos que lo sustentan, para, a través de ellos, dar explicación a algunos de los fenómenos lingüísticos manifestados en él. Queremos que sea ésta, nuestra modesta aportación a la consecución de la teoría integrada de la disponibilidad en todas sus dimensiones científicas. En el devenir de este objetivo reflexionaremos sobre el léxico disponible como fenómeno cognitivo complejo, no exclusivamente lingüístico; para lo cual alteramos en cierta manera la relación que la Psicolingüística había tenido con los estudios de disponibilidad. Ya no se consideran las posibles aplicaciones de los estudios de léxico disponible a dicho campo teórico, ni tampoco las aplicaciones de la Psicolingüística a la “disponibilidad”, sino que se parte de los presupuestos psicolingüísticos como base paradigmática de nuestra investigación. Este enfoque, en parte “innovador”, ha requerido una adaptación, no siempre fácil, en muchos niveles: en primer lugar, en aspectos teóricos y epistemológicos, y también, en planteamientos empíricos y en precisiones terminológicas. Una de las consecuencias de este reenfoque cognitivo es la necesidad de prescindir de algunos elementos clásicos en los estudios del léxico disponible, como la revisión histórica de la línea de investigación desde los antecedentes franceses, canadienses, escoceses, la cuna hispánica de Puerto Rico y su posterior extensión a otros países hispanoamericanos y a España. Esta revisión teórica clásica ha sido llevada a cabo por algunos magníficos trabajos que nos preceden y a los que haremos referencia en repetidas ocasiones. Nuestras necesidades metodológicas, por otro lado, nos llevan en primer lugar a justificar el marco interdisciplinario que hemos adoptado y en segundo lugar, a revisar los modelos psicolingüísticos más relevantes en la producción del léxico. Hay que

INTRODUCCIÓN

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destacar que dentro de la variedad de los trabajos psicolingüísticos tampoco ha sido fácil discernir entre unos y otros, para encontrar aquellos que más relación e interés tienen para los estudios de disponibilidad. El proceso de revisión y de síntesis de los trabajos teóricos y empíricos ha sido lo más exhaustivo posible. A pesar de ello, somos conscientes de que quizá alguno haya podido quedarse relegado en el camino, entre la proliferación de experimentos dedicados a analizar el comportamiento del lexicón mental. El segundo gran objetivo del trabajo, y no menos importante, es la elaboración y el posterior estudio del léxico disponible de Castilla-La Mancha. Sólo dos obras anteriores habían abordado la consecución de léxicos disponibles de más de una provincia española: el trabajo de Victoria Galloso (2002), que presentaba de manera independiente los resultados de las tres provincias que componen el distrito universitario de Salamanca (Ávila, Salamanca, y Zamora); y el libro de Arnal, Castañer, Enguita, Lagüéns y Moliné, publicado en 2004 sobre el léxico disponible de Aragón, que comprendía Huesca, Zaragoza y Teruel. La presentación del diccionario castellano-manchego se completa con un estudio cuantitativo desde el punto de vista de sociolingüístico y de un análisis cualitativo de las palabras dialectales que aparecen en los listados. El corpus ha sido elaborado mediante las pautas generales del Proyecto Panhispánico que fueron establecidas en los primeros trabajos de Humberto López Morales y en las posteriores reuniones científicas celebradas en Bilbao y San Millán. Sin embargo, para mantener un desarrollo coherente con el primer objetivo del trabajo, la redacción de los procesos de elaboración, edición y análisis viene acompañada de una reflexión constante fruto de la visión cognoscitiva. Es singular que el diccionario de léxico disponible de Castilla-La Mancha vea la luz el mismo año en que se celebra el cuarto centenario de la publicación del Quijote, obra que es, sin duda, el mayor divulgador del legado cultural de la región. El trabajo se estructura en torno a la resolución de estos objetivos generales y para tales fines se han establecido tres partes bien diferenciadas. La primera parte, titulada Fundamentos cognitivos de la disponibilidad, aborda el estudio del léxico disponible desde la disciplina psicolingüística en múltiples facetas, para lo cual, además de someter a un análisis las teorías psicolingüísticas contemporáneas y las investigaciones empíricas que parecían más ricas en su potencial científico y de contrastar estos hallazgos con los resultados de nuestro corpus, se han realizado tres

20 HACIA UNA TEORÍA COGNITIVA INTEGRADA DE LA DISPONIBILIDAD experimentos de corte psicolingüístico coincidiendo con los tres objetivos particulares de este primer gran bloque de trabajo: el tipo de actividad llevada a cabo en la producción de léxico disponible, los factores que predicen que una palabra sea más disponible que otra, y el estatus de las unidades léxicas producidas en los listados. La segunda parte corresponde al estudio del léxico disponible castellanomanchego. Finalmente, la tercera incluye el diccionario del léxico disponible de Castilla-La Mancha, los anexos y el resumen y las conclusiones en inglés. A continuación describiremos uno a uno los capítulos que conforman cada una de las tres partes para que el lector sepa en todo momento dónde se encuentra y hacia dónde camina en su avance hacia el cumplimiento de los objetivos generales. El capítulo primero funciona como introducción a toda la primera parte de la investigación. En él se justifica la perspectiva cognoscitiva adoptada, al considerar el léxico disponible como un fenómeno multidisciplinar en el que confluyen la mayor parte de los paradigmas que se ven implicados en las llamadas Ciencias Cognitivas. La llegada a dicho planteamiento interdisciplinario se produce también a través de las teorías lingüísticas de Marconi y de Fernando Lara, ya que estos autores conciben el léxico como un componente de la lengua variable que ha de ser definido, entre otras perspectivas, desde su estatuto mental. El capítulo concluye con la descripción de los antecedentes más cercanos a nuestra investigación: aquellos trabajos, relativamente escasos, que han tratado el tema del léxico disponible desde una perspectiva psicolingüística, al menos en su concepción, y que tomaremos como punto de partida en algunos de los apartados de la exposición. No podíamos comenzar el análisis particular de los procesos mentales implicados sin establecer el marco teórico y estructural en el que situamos la producción del léxico disponible. A este objetivo particular se dedica el capítulo segundo. En él también se concretan los interrogantes con respecto a la naturaleza de la disponibilidad que guiarán los capítulos siguientes. Era imprescindible situar dos conceptos básicos en los procesos psicológicos, dada su estrecha relación con el tema que nos ocupa: el lexicón mental y la memoria semántica. También veremos cómo las investigaciones neurológicas pueden aportarnos indicios de los correlatos fisiológicos de producción de palabras asociadas a un campo nocional. Finalmente, hemos seleccionado los modelos de producción léxica que mejor se adaptan a la realidad del léxico disponible (entre ellos destaca el modelo de Willem Levelt). Ellos constituirán el marco procedimental de nuestras explicaciones posteriores.

INTRODUCCIÓN

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Si el primer capítulo funcionaba como introducción y justificación de nuestro enfoque y el segundo revisaba las bases teóricas de la producción léxica en Psicolingüística, los capítulos tercero, cuarto y quinto abordan ya aspectos concretos de la activación del léxico disponible en torno a los tres grandes interrogantes que citamos anteriormente (aun así, a lo largo de las páginas haremos referencia a otras incógnitas que abren posibles caminos de estudio y reflexión). El tercer capítulo regresa en cierto modo a la concepción primigenia del léxico disponible (o “léxico de interés” como lo llamaban los autores franceses) ya que analiza el tipo de actividad productora. La especialización de las pruebas asociativas en estos últimos cincuenta años y las conclusiones extraídas de los estudios empíricos que las utilizan, puede informarnos de gran parte de los comportamientos observados en las encuestas. Algunos de los parámetros estudiados como condicionantes de la producción en Psicología Experimental también son factores de influencia en el léxico disponible. ¿Hasta qué punto atribuimos algunas peculiaridades a fenómenos puramente léxicos cuando se trata de condicionamientos cognitivos extensibles al conjunto de individuos? El experimento que hemos diseñado para este apartado no es completamente original, pero sí es el primero realizado desde una motivación puramente analítica (y no de necesidad práctica) en el contexto en el que nos situamos, y que, además, utiliza programas estadísticos para demostrar la verdadera trascendencia de las diferencias entre el léxico disponible producido de manera oral y el léxico disponible producido mediante encuestas escritas. El capítulo cuarto es uno de los más complejos y más representativos de toda la investigación, ya que trata directamente de las peculiaridades que convierten a una palabra en más disponible que otra. Podría, asimismo, dividirse en dos partes diferenciadas: la primera dedicada a estudiar los condicionantes que proceden exclusivamente de los centros de interés como núcleos aglutinadores de unidades léxicas en los procesos de categorización; la segunda complementa a la primera, puesto que estudia el componente que no depende de los centros de interés sino de las peculiaridades intrínsecas de las palabras. El experimento incluido en este apartado analiza una serie de variables cognitivas (tipicidad, edad de adquisición, familiaridad, imaginabilidad, frecuencia y longitud) que pueden influir en la “disponibilidad”, dando lugar a un planteamiento muy sugerente y, en nuestra opinión, esclarecedor.

22 HACIA UNA TEORÍA COGNITIVA INTEGRADA DE LA DISPONIBILIDAD El capítulo quinto está dedicado a uno de los interrogantes más difíciles de abordar: qué tipo de unidades léxicas son las que se producen en las encuestas y qué tipo de unidades perviven como entradas en los listados; es decir, qué entidad real tiene una “expresión” dada por un informante, o un “vocablo” publicado. Aparentemente desde un punto de vista funcional (o práctico) la respuesta es sencilla, sin embargo, cognitivamente, las unidades producidas en el léxico disponible se mueven inextricablemente entre una sucesión de “conceptos” o una sucesión de “formas léxicas”. Este aspecto está en relación con el nivel de representación de la arquitectura funcional (semántico o fonológico-ortográfico) donde se produce la selección del léxico en las actividades productoras. Con el objetivo de observar el comportamiento de las unidades implicadas en nuestros corpora, hemos diseñado un tercer experimento que, con ayuda del efecto de facilitación semántica y el ejemplo de los hablantes bilingües, intenta mostrar qué aspecto del léxico disponible es más influenciable, si los conceptos o las formas léxicas. El capítulo sexto abre la segunda parte del trabajo dedicado al léxico disponible castellano-manchego. En él se describen las peculiaridades geográficas y demográficas del universo de estudio. También se detallan todos los aspectos metodológicos (tamaño de la muestra, instrumento, procedimiento, variables sociales, etc.) que han implicado la recogida del corpus. Y finalmente, se exponen los procedimientos de edición de los materiales. Todo esto, se realiza desde una perspectiva crítica interdisciplinaria según los hallazgos procedentes de la primera parte del trabajo. Al análisis cuantitativo de los resultados se dedica el capítulo séptimo. Es éste uno de los apartados más relevantes en el contexto de las investigaciones panhispánicas, pues arroja ciertos resultados diferenciales con respecto a las tendencias observadas en otros estudios precedentes, especialmente con respecto a la actuación de las variables sociales. En primer lugar, describimos y analizamos los resultados globales en torno a los índices matemáticos que pueden considerarse clásicos en esta trayectoria científica: el número de palabras totales, el número de vocablos o palabras diferentes, el promedio de respuestas, el índice de cohesión y la densidad. La proliferación de trabajos en esta área ha posibilitado recientemente la extracción de conclusiones generales interdialectales en relación al comportamiento cualitativo de los centros de interés (Samper Padilla, Bellón y Samper Hernández

INTRODUCCIÓN

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2003). Las conclusiones sobre los resultados generales castellano-manchegos se articulan en torno a las comparaciones con este modelo general. En segundo lugar, comparamos la actuación léxica de cada una de las variables sociales de la muestra con ayuda de análisis estadísticos que determinan cuáles de ellas, y en qué centros de interés, manifiestan una mayor producción léxica. El octavo capítulo analiza el corpus léxico obtenido desde un punto de vista cualitativo. Está dedicado a destacar la singularidad de algunos de los vocablos recogidos en las listas. Así, intentamos determinar el peso específico de los términos dialectales en el conjunto de las palabras disponibles, el de las palabras consideradas no normativas y el de las creaciones léxicas individuales (o colectivas). Para terminar, un noveno y último capítulo recoge las conclusiones generales del trabajo de investigación que no son sino un reflejo de las conclusiones particulares de cada uno de los capítulos y del cumplimiento de los objetivos e hipótesis expuestos en la presente introducción. Por su parte, el apartado bibliográfico detalla las referencias utilizadas a lo largo de la exposición. Como última aportación (y no por ello menos primordial) se incluyen en la tercera parte los diccionarios generales del léxico disponible de Castilla-La Mancha ordenados por índice de disponibilidad y alfabéticamente. A continuación, se encuentran los anexos y el resumen de los capítulos y las conclusiones completas en inglés. En los primeros se incluyen los materiales utilizados en los experimentos y los cuadros estadísticos completos según el siguiente esquema: Anexo 1: Experimento 1. Encuestas orales vs. encuestas escritas 1.A. Cuadros estadísticos: número de palabras dado por cada informante 1.B. Listados de disponibilidad escrita y oral Anexo 2: Experimento 2. Variables cognitivas que influyen en el índice de disponibilidad 2.A. Palabras experimentales 2.B. Instrucciones para las encuestas de tipicidad, edad de adquisición, imaginabilidad y familiaridad 2.C. Lista de palabras para los cálculos estadísticos ordenadas por centros de interés

24 HACIA UNA TEORÍA COGNITIVA INTEGRADA DE LA DISPONIBILIDAD

Anexo 3: Experimento 3. Priming y disponibilidad léxica en bilingües 3.A. Palabras de disponibilidad “intermedia” seleccionadas para el experimento 3.B. Listados completos de palabras 3.C. Cuestionario sociocultural 3.D. Parte tercera, evaluación del conocimiento de la L2 3.E. Cuadros estadísticos de medidas repetidas Anexo 4: Análisis estadísticos por número de palabras producidas y variables sociales. 4.A. Cuadros estadísticos t-test variable “sexo” 4.B. Cuadros estadísticos t-test variable “titularidad del centro” 4.C Cuadros estadísticos t-test variable “residencia de los padres” 4.D Cuadros estadísticos ANOVA variable “nivel sociocultural” 4.E Cuadros estadísticos ANOVA variable “provincia” 4.F. Cuadros estadísticos t-test, modalidades de realización de la encuesta Esperamos que el lector nos acompañe con el mismo espíritu abierto a nuevas perspectivas con el que nosotros empezamos esta investigación y que el material aquí presentado pueda contribuir, desde sus limitaciones, al desarrollo de la línea de la investigación de la disponibilidad léxica.

PRIMERA PARTE: FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

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CAPÍTULO 1. EL LÉXICO DISPONIBLE Y EL PARADIGMA COGNITIVO “El sujeto que ha aprendido a utilizar una palabra, ha aprendido a tratar el mundo de forma ordenada” (E. H. Lennenberg, 1982)

1.1. INTRODUCCIÓN: EN BUSCA DE UNA TEORÍA INTEGRADA DE LA DISPONIBILIDAD « Para los hablantes de Castilla-La Mancha la voz más disponible en el centro de interés Muebles es mesa. Según esto, podríamos decir que mesa es la palabra que primero viene a la mente de la mayor parte de los sujetos de dicha comunidad lingüística cuando piensan en los muebles y que su activación es relativamente fácil y sencilla -al menos cuando de enumerar muebles se trata. También podríamos decir que esa palabra, por alguna razón que no sabemos determinar, ocupa un lugar privilegiado con respecto a otras palabras de la misma categoría semántica.» Así podría comenzar un comentario sobre cualquiera de los léxicos disponibles particulares que hasta el momento se han realizado en el territorio hispanohablante: cuáles son las voces más disponibles, cuáles son los centros de interés que producen una mayor nómina léxica, qué términos comparten los grupos sociales establecidos, etc. Muchas son las páginas que se han escrito desde un punto de vista descriptivo sobre los vocabularios disponibles particulares; sin embargo, las precisiones sobre qué quiere decir que una palabra es más disponible que otra suelen estar limitadas a comentarios parecidos a los que apuntábamos en el primer párrafo: que viene con prontitud a la mente, de activación fácil y sencilla, que ocupa un lugar privilegiado en la organización mental... ¿Qué es realmente una palabra “disponible”? ¿Qué tipo de léxico está representado en los vocabularios disponibles? Como hemos leído en la introducción, a intentar responder estas cuestiones se dedica estre trabajo de investigación. La tarea no es sencilla, así que habremos de ir desentrañando poco a poco cada uno de los aspectos que contribuyen a la creación del fenómeno de la “disponibilidad” en la producción del léxico. Comencemos por el principio. Como se ha demostrado en los últimos años, los estudios de léxico disponible están siendo una línea de investigación muy productiva en el mundo hispánico.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Desde sus comienzos, varios autores (Carcedo 1998, López Morales 1999, entre otros) dibujaron un panorama muy prometedor en cuanto a las futuras aplicaciones en los diferentes campos de la Lingüística: enseñanza de la lengua, Sociolingüística, Dialectología, Psicolingüística y Etnolingüística. Algunos de estos estudios se han desarrollado con innegable éxito. Sin embargo, todavía son muchos los interrogantes que quedan sin resolver en la propia definición de “léxico disponible”. Gran parte de ellos están relacionados con una de las aplicaciones más alabadas, pero sin embargo, menos desarrolladas: la Psicolingüística. La acción de actualizar palabras disponibles es una tarea cognitiva compleja que conlleva la puesta en funcionamiento de diferentes estrategias lingüístico-psicológicas que es necesario analizar para comprender y valorar de manera global qué es el léxico disponible. De hecho, López Morales ya constataba la importancia del aparato psicológico en la propia identidad de la “disponibilidad”: “esperemos que pronto se pueda contar no sólo con una teoría psicológica de la disponibilidad léxica que conjugue factores como memoria semántica, familiaridad, etc... sino con toda una teoría integrada de la disponibilidad” (1999:26). Lennenberg (en Lennenbeg et alii, 1982:23) en sus trabajos pioneros sobre los fundamentos del lenguaje humano se preguntaba lo siguiente: “¿qué conocimiento sobre el lenguaje debe poseer un neurofisiólogo antes de intentar investigar sobre sus correlatos cerebrales?”. Si trasladamos precavidamente esta pregunta a nuestro universo de trabajo y comenzamos nuestra andadura interdisciplinaria, nos preguntamos: ¿qué conocimientos sobre la realidad psicológica del léxico debe poseer un lingüista antes de investigar sobre el léxico disponible? Antes de comenzar a dilucidarlos, sin embargo, debemos justificar nuestra visión de la disponibilidad como una tarea cognitiva en la que los procesos psicológicos subyacentes condicionan en gran medida el vocabulario producido. Para ello en este capítulo revisaremos las teorías sobre léxico que mantienen como referencia implícita o explícita los procesos mentales y que, en nuestra opinión, sirven de marco para la realidad del léxico disponible; en segundo lugar, situaremos los estudios de léxico disponible en el marco de las Ciencias Cognitivas; y, para terminar, resumiremos los acercamientos al enfoque psicolingüístico que ya se han llevado a cabo en los estudios de disponibilidad léxica y que nos servirán de referencia en los comentarios y experimentos ulteriores.

EL LÉXICO DISPONIBLE Y EL PARADIGMA COGNITIVO

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1.2. USO Y LÉXICO DISPONIBLE La mayor parte de las definiciones recientes de “palabras disponibles” hacen referencia al “caudal léxico utilizable en una situación comunicativa dada (la cursiva es mía)” (López Morales 1984:62, Galloso 2002:3, Samper et alii 2003:29, Gómez Devís 2003:49, Serrano Zapata 2003:929, entre otros). Del mismo modo, tradicionalmente se han asociado al vocabulario disponible los conceptos de términos comunes o usuales, ya que consiguen reflejar con mayor verosimilitud el uso real que los hablantes hacen del vocabulario -en contraste con los términos frecuentes representados en los cómputos de frecuencia (Carcedo 1998). Dubois et alii (1998:203) definen vocabulario disponible como “el conjunto de palabras con una frecuencia baja y poco estable, pero usuales y útiles, que están a disposición del interlocutor (la cursiva es mía)”. Según esto, podemos destacar un cierto concepto de “uso” asociado implícitamente a las voces disponibles, en especial cuando se hace referencia a su posible aplicación a una “situación comunicativa”. En efecto, se trata de un léxico potencial que pertenece al vocabulario activo de los hablantes y que, como tal, podría ser actualizado en la comunicación cotidiana, pero la prueba de obtención del léxico disponible nada nos dice sobre si los hablantes son capaces de usar un determinado término: ¿ser capaz de nombrar una palabra es ser capaz de usar una palabra? Las definiciones de los autores franceses, sin embargo, hacen referencia a las palabras que vienen a la mente en el curso de la asociación de ideas (Michéa 1953:341), no en el discurso cotidiano. El léxico disponible no es un léxico usado en un contexto real, es un léxico producido en una situación experimental y en cierto modo artificial, ya que escasamente en la vida cotidiana necesitamos realizar este tipo de enumeraciones de elementos de una categoría (un ejemplo podría ser escribir la lista de la compra o hacer una maleta, pero aun así las motivaciones contextuales estarán siempre influidas por otros factores personales). Galisson en la definición de disponibilité que incluye en su diccionario para la enseñanza de las lenguas extranjeras reseña esta “nécessité de provoquer par divers procédés” (1976:159) en la obtención de las palabras temáticas. En realidad, la tarea de enumerar palabras es una manera de evaluar las capacidades lingüísticas de un sujeto de manera aislada y experimental.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Tomemos ahora una opinión proveniente del mundo de la Psicología: Aitchison al valorar la asociación de palabras como medio de estudiar la organización del léxico en la mente observa, entre otras cosas que comentaremos más adelante, este mismo problema de artificialidad del método de emisión: “thinking up an immediate response to just one word is a somewhat unnatural kind of activity so may not reflect ordinary speech proceses (la cursiva es mía)” (1994:83)1. En conclusión, los vocabularios disponibles aportan una mayor cercanía al uso de las voces que la que reflejan los vocabularios de frecuencia anteriores, sin embargo, ese cierto “uso” no es necesariamente el que realizamos en un acto de habla, ni en una situación comunicativa concreta. Para profundizar más en este hecho vamos a tomar como punto de partida la teoría de la competencia léxica de Diego Marconi. Este autor italiano, identifica la competencia léxica de manera general con la capacidad de usar las palabras2. Pongamos un ejemplo extraído de su obra (2000:79) con una de las voces que forman parte del léxico disponible de Castilla-La Mancha en el centro de interés Animales: un hablante es competente en el uso de ornitorrinco cuando puede describir cómo es un ornitorrinco, dónde vive, de qué se alimenta, cuando puede relacionarlo con otros animales, cuando ve un ornitorrinco en el campo o en una foto y lo reconoce, cuando es capaz de dibujarlo, etc. Si aunamos todas estas habilidades, ser capaz de utilizar una palabra implica principalmente dos destrezas fundamentales, que Marconi agrupa de la siguiente manera:

1

López Morales (1999:11) también destaca el carácter artificial de las pruebas asociativas controladas que sirvieron como base a la metodología del léxico disponible (puede leerse la cita completa en el apartado 3.1.). 2 Marconi establece la diferencia que existe entre la competencia léxico-semántica y la competencia semántico-estructural (esta segunda entendida como captar los significados de una expresión compuesta a partir de los significados particulares que la componen). La competencia semántica general engloba a esas dos (es decir, la competencia léxica es un componente esencial de la competencia semántica pero no es equivalente a ella) y ambas están en estrecha relación con la competencia sintáctica (2000:137). Otra de las diferencias nítidas que el autor constata es la que existe entre la teoría de la competencia (individual) y la teoría del significado y la semántica (lenguajes públicos) (2000:106). Sean estas notas meros apuntes teóricos, ya que el objetivo de estas páginas no es estudiar el concepto de competencia general ni de competencia léxica, sino tan sólo ofrecer un marco para la reflexión sobre el concepto del uso en el léxico disponible.

EL LÉXICO DISPONIBLE Y EL PARADIGMA COGNITIVO

o

La

competencia

inferencial,

que

puede

definirse

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el

conocimiento de la red de conexiones que se establece entre una palabra y el resto de las voces y las expresiones lingüísticas del mismo sistema. Incluye destrezas como la inferencia semántica, la paráfrasis, la definición y el hallazgo de sinónimos.

o

La competencia referencial, que aúna las capacidades para proyectar

las palabras en el mundo real, principalmente de dos maneras: nombrando (reconocer un objeto y encontrar la palabra) y aplicando (entender una palabra dada y escoger el objeto), lo que hace que no sea sólo una destreza puramente lingüística. Para Marconi, ambas competencias son discretas, esto es, un hablante puede ser muy competente referencialmente en la aplicación de una palabra pero incapaz de establecer inferencialmente la relación entre sus propiedades y las de otros elementos lingüísticos y viceversa. También destaca que la Neuropsicología ha encontrado indicios de su imagen intuitiva, ya que existen pacientes que pueden ser dañados en una sola de las destrezas generales. Otra de las presuposiciones psicológicas que establece el autor italiano es la existencia de dos tipos de léxico, un léxico semántico que contiene la información semántico-conceptual sobre las voces y un léxico de educto que conserva las representaciones fonéticas y gráficas de las palabras. Ambos tipos de léxico participan en las destrezas inferenciales y referenciales. Así, por ejemplo, se pueden distinguir dos etapas en el nombrar y el aplicar de la competencia referencial: en el nombrar el proceso va del reconocimiento del objeto a la palabra y por eso, primero se hará uso del léxico semántico y después se buscará la palabra en el léxico de educto; en el aplicar, primero se procesará la forma de la palabra en el léxico de educto y después se desplazará la atención al léxico semántico3 para identificarla en el mundo exterior. Siguiendo la arquitectura que propone Marconi, ¿qué destrezas de la competencia léxica ponen en funcionamiento los sujetos cuando realizan una prueba 3

Esta es una distinción simbólica y abstracta de los procesos no exenta de problemas. En el capítulo segundo haremos un comentario más detallado tanto de las teorías sobre los almacenes de representación léxica como de las que versan sobre la arquitectura de los procesos que los ponen en funcionamiento.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

de disponibilidad? En principio, la tarea de elicitar el léxico disponible es tan sencilla como enumerar palabras relacionadas semánticamente. Por tanto, el léxico disponible no se asocia a las destrezas referenciales de la competencia léxica sino que se incluye dentro de las inferenciales. La competencia inferencial del individuo, que requiere el uso de los dos tipos de léxicos (semántico y de educto), no ha de concebirse como un ejercicio simple de establecer relaciones entre palabras, sino de un complejo sistema de rutas a través del léxico semántico combinado con el léxico de educto (2000:92). A propósito del uso y de las relaciones inferenciales entre las palabras, Marconi puntualiza lo siguiente: “Sentimos que nuestro conocimiento de cómo usar una palabra está entrelazado inextricablemente con nuestro conocimiento de cómo usar otras muchas palabras. Esto es verdad hasta cierto punto: no implica que, para saber cómo usar una palabra, debemos saber cómo usar todas las otras palabras, ni que debemos saber cómo usar las otras palabras en la misma medida en que sabemos cómo usar la palabra original” (2000:71)

Cuando un hablante produce una lista de léxico disponible no significa que sepa cómo incluir en el discurso cotidiano todas esas palabras. El alcance de sus conocimientos puede indicarle que las palabras están relacionadas y pertenecen a la misma categoría semántica4, pero puede no conocer el significado de alguna de ellas y estar incapacitado para utilizarla en un determinado contexto real. Continuando con el ejemplo que utilizamos anteriormente, puede ser que un hablante esté llamando ornitorrinco a lo que en realidad es un oso hormiguero. Incluso puede suceder que el informante sólo sepa que ornitorrinco es un nombre de animal. Explicitar que una palabra pertenece a los animales no implica tener algún otro conocimiento sobre esa palabra ni poder usarla. En conclusión, en disponibilidad nunca sabremos si se está llamando a los gatos, gatos y a los perros, perros. Lo que sí sabemos es que esas “formas” existen en la mente del hablante y que poseen algún

4

A lo largo de estas páginas utilizaremos como sinónimo de centro de interés la construcción categoría semántica que es la denominación extendida en los trabajos psicolingüísticos para un núcleo temático que engloba una serie de elementos léxicos que comparten ciertas características. Otras denominaciones que emplearemos para referirnos a los tradicionales centros de interés serán campo nocional, área temática, etc.

EL LÉXICO DISPONIBLE Y EL PARADIGMA COGNITIVO

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tipo de carga semántica relacionada con su inclusión en un grupo de elementos que comparten características. Otro de los aspectos importantes en la teoría de los estudios de disponibilidad es la variabilidad del léxico disponible individual. Ya Galisson comentaba que “d’un individu á un autre, le vocabulaire disponible mais non fréquent varie beaucoup plus, en nature et en importance, que le vocabulaire fréquence” (1976:160). Esta gran variación interpersonal puede suponer un inconveniente a la hora de considerar la entidad de los vocabularios disponibles colectivos. Marconi también realiza algunas puntualización al respecto de la competencia inferencial ya que “dada la diversidad de competencias individuales en el nivel inferencial ninguna elección [...] representa más que (el lado inferencial) de una competencia particular” (2000:72). Por consiguiente, según el autor italiano, hay que abandonar todo intento de crear una competencia inferencial “comunitaria” o de ilustrar el núcleo común de todas las competencias individuales. Cada hablante posee un sistema de relaciones interno diferente que no se refleja en ningún estándar semántico social, y menos en los diccionarios tradicionales. ¿Qué sucede entonces con los diccionarios de léxico disponible que recogen una muestra de la competencia inferencial comunitaria? Comparemos un diccionario de léxico disponible y un diccionario ad usum: las diferencias entre ellos no radican sólo en cuestiones formales de organización de los materiales, sino que, aunque ambos recogen saberes colectivos, el diccionario tradicional posee una dimensión léxico-semántica plana, en el sentido de que se trata de un valor semántico normativo socialmente aceptado, mientas que el vocabulario disponible se ha producido en un ejercicio de la competencia léxica individual- no decimos que del uso individual- y computa, por medio de cálculos estadísticos, una generalización de dicho ejercicio lingüístico. Quizá por eso, para mantener la identidad de abstracción de competencias léxicas individuales, el papel de los expertos que manipulan los datos de los estudios de disponibilidad ha de ser casi imperceptible5. La teoría de la competencia léxico-semántica propuesta por Marconi no es una teoría estrictamente lingüística, sino que necesita de otros niveles de conocimiento. El mismo autor reconoce que para explicar cabalmente una 5

Otra cuestión importante es cómo concebimos la normatividad en los diccionarios de léxico disponible. El problema teórico sobre cómo se transforman los datos individuales en datos colectivos y en “norma” puede suscitar diversas opiniones. Esta cuestión deberá quedar para reflexiones posteriores.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

competencia léxico-semántica, que integre cómo los elementos léxicos se proyectan en el mundo real, se debe entender el fenómeno globalmente, como un proceso de la mente humana que implique a todos los niveles de la cognición. Del mismo modo, el léxico disponible, como realidad dependiente de la competencia léxica inferencial de los individuos, se debe entender también como un hecho cognitivo y no exclusivamente lingüístico. Otro de los autores que aboga por considerar el fenómeno léxico desde una perspectiva cognitiva interdisciplinaria es Luis Fernando Lara: “La complejidad real de la palabra y del léxico tiene una dimensión lingüística, una dimensión cognoscitiva (psicológica) y una dimensión neurológica. La dimensión lingüística es epistemológicamente anterior a las otras dos, pues tanto la Psicología como la Neurología toman necesariamente como dato el fenómeno lingüístico. Dicho de otra manera, son la palabra y el léxico los observables iniciales de esas dos ciencias; son los que le dan entidad a sus objetos de estudio” (en prensa)

Estas palabras resumen un hecho ampliamente comentado: gran parte de la Psicología y la Lingüística poseen el mismo objeto de estudio, el lenguaje; pero, sin embargo, la manera de acercarse a él es tradicionalmente diferente. Slobin (1979) establecía con claridad una de las principales diferencias entre la Lingüística y la Psicología: los psicólogos tratan de descubrir los mecanismos del lenguaje intentando demostrar sus teorías en un contexto controlado, valiéndose de datos experimentales; en cambio, los lingüistas tradicionales elaboran las descripciones de la lengua como datos del resultado de la autointrospección de su propio conocimiento de la lengua6. En nuestra opinión, estas diferencias diametralmente opuestas en cuanto a la metodología de trabajo han desaparecido progresivamente, en especial gracias a la revolución cognitiva que experimentaron ambas disciplinas (de ella trataremos en el próximo apartado). Hoy en día las diferencias entre la Psicolingüística de los psicólogos y de los lingüistas se debe solamente a los distintos orígenes de las ciencias (Aguado 2000). Volvamos a la teoría sobre el fenómeno léxico que plantea Luis Fernando Lara. El autor mexicano enfoca la naturaleza del léxico como un valor complejo, 6

Esta fue una afirmación muy extendida en esas décadas. También Luria (en Lennenberg y Lennenberg 1982) diseccionaba el método de acercamiento de ambas ciencias, adscribiendo a la Lingüística el método estructurológico o hipotético-deductivo y a la Psicología un método experimental.

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considerando el significado de cada palabra como un hecho cognoscitivo, y no como una entidad rígida heredera del método estructuralista. Así, el significado de una palabra (y de un campo nocional) es un fenómeno procesal y no un fenómeno fijo ni estático. Si esto es así, el hecho de que una palabra sea más o menos disponible es ineludiblemente un fenómeno tan variable como la realidad del significado léxico. Esto justificaría la variabilidad de los léxicos disponibles individuales de la que hablábamos anteriormente. La defensa de una novedosa concepción del sistema léxico conlleva la búsqueda de un nuevo método de organización que difiera de los diccionarios monolingües tradicionales, que ofrecen una sistematización de valor descriptivotaxonómico que no responde a la verdadera naturaleza del vocabulario. Así, el autor mexicano defiende la creación de una arquitectura léxica dinámica y compleja de carácter explicativo. Uno de los ejemplos de sistemas que responden a esta nueva concepción son los vocabularios disponibles, “demostraciones de la manera en que los miembros de un grupo social, o incluso de toda una comunidad lingüística comparten una memoria del léxico, que documentan la realidad de léxico como hecho social” (Lara, en prensa). A través de este planteamiento no sólo impulsa el léxico disponible como una certera forma de acercarse a la construcción de una nueva teoría del léxico, sino que termina por confirmar que la única manera de entenderlo es considerando su participación en los procesos complejos de la cognición humana, en los que se funden elementos lingüísticos, psicológicos, filosóficos, neurológicos y antropológicos. Una vez que hemos constatado la naturaleza cognitiva del léxico disponible a través de las teorías de Diego Marconi sobre la competencia léxica y de Luis Fernando Lara sobre la naturaleza del sistema léxico, el siguiente paso será intentar situar los estudios de disponibilidad dentro del dominio de las Ciencias Cognitivas, lo que nos traslada definitivamente a un marco interdisciplinario.

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1.3. LOS ESTUDIOS DE DISPONIBILIDAD EN LAS CIENCIAS COGNITIVAS 1.3.1. Nacimiento y desarrollo de las Ciencias Cognitivas7 El paradigma8 de las Ciencias Cognitivas es el marco y el punto de encuentro de las disciplinas que se ocupan de los diferentes aspectos de la cognición, entendida como “el conjunto de capacidades que exhiben determinados sistemas – naturales o artificiales- para comportarse de manera inteligente” (Wilson y Keil 2002:xxxi). La aparición del enfoque cognitivista en los años 50, basado en el interés por desentrañar y comprender la mente humana, supuso un cambio de orientación para gran parte de las ciencias, especialmente para la Psicología y la Lingüística (fusión que dio lugar a la Psicolingüística9). El periodo de tiempo entre este punto de inflexión científico y la actualidad ha recibido el nombre de segunda revolución cognitiva10 (Jenkins 2002:14). Herederos de las teorías del procesamiento de la información, los cognitivistas conciben la mente humana como un procesador de la experiencia que recibe del exterior. Su objetivo principal es conocer cómo el ser humano adquiere información sobre el mundo en el que vive, cómo la representa,

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Aunque en un principio (y todavía algunos autores) utilizan la expresión Ciencia Cognitiva en singular, en este trabajo hemos preferido seguir la opción propuesta por los autores de la Enciclopedia MIT de las Ciencias Cognitivas (Wilson y Keil 2002) según la cual consideran más realista y prudente hablar de Ciencias Cognitivas en plural, ya que el desarrollo del estudio de la cognición ha resultado tan complejo en las últimas décadas que las mejores intenciones de todos los investigadores no han sido suficientes para alcanzar el ideal de ciencia unitaria que se propuso en un comienzo. Nos ha parecido interesante incluir la definición de Ciencia Cognitiva que proponen: “empresa común en la que convergen los intereses de distintas disciplinas y que, bajo un mínimo de supuestos compartidos y un máximo de colaboración, aspira a esclarecer los enigmas planteados desde antiguo sobre el conocimiento y la capacidad de conocer, y sobre sus capacidades asociadas” (Wilson y Keil 2002:xxxi). 8 Entendemos paradigma en el sentido kuhniano: “realizaciones científicas universalmente reconocidas que durante cierto tiempo proporcionan modelos y soluciones a una comunidad científica” (Kuhn 1971:13) 9 El nacimiento de la Psicolingüística puede fecharse en el verano de 1951, cuando el Social Science Research Council realizó en la universidad de Cornell un seminario interdisciplinario sobre el lenguaje en el que participaron psicólogos y lingüistas. Fue a partir de las obras de Chomsky cuando la interacción entre Psicología y lenguaje cobró especial importancia; de hecho, la Psicolingüística actual conserva muchos de los principios chomskianos de la gramática universal. A pesar de la relación tan íntima que existe entre Lingüística y Psicolingüística, a la segunda se la considera una rama de la Psicología Cognitiva y por esa razón suele alternar con el término de Psicología del Lenguaje, aunque algunos autores defienden que son dos disciplinas diferentes. 10 La primera revolución cognitiva se llevó a cabo en los siglos XVII y XVIII cuando se incluyó el estudio del la mente en la teoría cartesiana.

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cómo la transforma y almacena y cómo la recupera para poder utilizarla cuando la necesite. Ruiz Vargas resume así la revolución cognitiva:

“El resurgimiento del cognitivismo en Psicología se produjo en el seno de una revolución cognitiva de amplio espectro que transformó no sólo a la propia Psicología sino a disciplinas tales como la Lingüística, la Inteligencia artificial, la Antropología, la Filosofía y las Neurociencias. Los investigadores de todos estos campos cayeron en la cuenta de que se estaban planteando las mismas o parecidas cuestiones sobre la naturaleza de la mente humana, y por lo tanto, tenía sentido aunar esfuerzos para conseguir un objetivo común: entender cómo percibimos, pensamos, recordamos, usamos y comprendemos el lenguaje, aprendemos, etc. El resultado fue la aparición […] de un nuevo campo interdisciplinario llamado ciencia cognitiva que se define como “ciencia de la mente” (1994: 37)

Figura 1. Esquema de la interacción de las Ciencias Cognitivas

Filosofía

Psicología

Lingüística

Inteligencia Artificial

Antropología

Neurociencia ¿Cómo se articulan todos esas disciplinas? En primer lugar, todas tienen como objeto de referencia la cognición y en consecuencia, el estudio de los procesos de la mente humana. La única diferencia es que cada una de ellas aborda una de sus manifestaciones concretas. Carreiras constata dicha diversidad: “la mayor parte de los investigadores en Ciencia cognitiva aceptan que hay múltiples niveles de descripción del sistema cognitivo, de moléculas a pensamientos y que la meta de la ciencia es una descripción completa a todos esos niveles” (1997:47). Otro de los núcleos de unión es la consideración del lenguaje humano como eje central de la cognición11. Algunos autores como Piaget consideraban que la competencia 11

El intento de llegar al conocimiento de la estructura de la mente a través del lenguaje no es reciente: el filósofo racionalista Leibniz ya lo defendía. Fue J. L. Austin, encaminado por Wittgesntein, el

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

lingüística formaba necesariamente parte de la competencia cognitiva general de los sujetos. De ahí que la parcela de la investigación de la lingüística tradicional haya sido invadida no sólo por psicólogos, sino también por filósofos, sociólogos, informáticos y antropólogos.

1.3.2. Dos presupuestos básicos: los universales y la categorización La revolución cognitiva no podría haberse llevado a cabo sin el empuje de las teorías chomkianas sobre la gramática universal. Chomsky postulaba que el lenguaje humano sólo era explicable en función de los principios innatos y universales que operaban en la mente del hablante. Teniendo esto como principio subyacente, en las Ciencias Cognitivas sólo una vez que se ha formulado una hipótesis de que algo es universal es cuando se pasa a considerar parte de la organización mental peculiar del ser humano. Así, acumulando universales procedentes de diversas ciencias, se podrá llegar a explicar, siempre parcialmente, cómo está estructurada la mente (Acero, Bustos y Quesada 1996). Las últimas tendencias, impulsadas de nuevo por los trabajos de Chomsky y Pinker, entre otros12, van más allá de los universales lingüísticos innatos y se acercan al genoma humano. Así nace la Biolingüística, que acepta que los universales han de estar de alguna manera incorporados a la dotación genética y que se podrían estudiar en ella de un modo riguroso. De este modo, los principios de la gramática universal son una “caracterización abstracta de mecanismos físicos que, en este caso, reflejan estructuras nerviosas genéticamente especificadas” (Jenkins 2002:161). La Biolingüística considera que hay un “órgano mental” de la facultad del lenguaje análogo a un órgano físico. Así, la Lingüística puede sugerir propiedades internas básicas de la facultad del lenguaje que planteen importantes y decisivas cuestiones a la Biología (Jenkins 2002). Junto a los universales lingüísticos y psicológicos, hay otra serie de principios cuya existencia se encuentra en las bases compartidas de las Ciencias Cognitivas: uno de ellos, que afecta directamente al léxico disponible, es el concepto de la categorización. La Lingüística Cognitiva busca activamente las relaciones entre primer autor plenamente consciente de que nuestro lenguaje es parte integrante de nuestra praxis como humanos y que hacia él debería inclinarse la Filosofía (Acero, Bustos y Quesada 1996:22). 12 Fue Lennenberg a finales de los cincuenta el primero en afirmar que la capacidad humana para el lenguaje puede explicarse sólo sobre la base de las propiedades biológicas del cerebro del ser humano y el tracto vocal.

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el pensamiento conceptual, la experiencia corpórea y la estructura lingüística, debido a que el lenguaje es considerado un instrumento privilegiado de conceptualización de la realidad del mundo, que se sirve de los mecanismos generales de la cognición13 (Lennenberg 1975, Cuenca y Hilferty 1999). Considerar la categorización como mecanismo de organización de la información obtenida a partir de la aprehensión de la realidad propicia que las categorías semánticas lingüísticas no sean autónomas respecto a la organización de las categorías conceptuales generales14. Un hecho reconocido es que las categorías cognitivas son tanto más accesibles a los hablantes de una lengua concreta cuantos más lexemas específicos representan a esa categoría (por ejemplo, para el hablante general español es más fácil reconocer la categoría Ropa que Calefacción porque a priori hay más lexemas asociados a la primera que a la segunda). Estos presupuestos de organización del conocimiento humano sobre la realidad están implícitos en el concepto de léxico disponible por el simple hecho de utilizar un procedimiento de extracción del léxico basado en la parcelación en categorías o centros de interés, procedimiento proveniente de la Psicología Experimental. Micheá consideraba que: “la capacidad de evocación al enfrentarse a estos centros de interés está determinada no sólo por variables sociales, geográficas y culturales, sino también por la aptitud del hablante para reducir la diversidad de objetos a un menor número de clases lógicas” (1953:140)

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Otro de los temas asociados a las preocupaciones fundamentales de las Ciencias Cognitivas es la relación entre pensamiento y lenguaje, que tampoco podemos tratar aquí. Uno de los autores que abordan este tema es Vygotsky (2001): volveremos a mencionarlo al hablar de la formación de los conceptos. 14 Gran parte de los psicólogos considera que existen determinantes ambientales, biológicos y culturales de las categorías. Los realistas como Rosch y sus colaboradores postulan que las categorías son reflejo de la realidad mientras que los nominalistas consideran que son constructos arbitrarios heredados culturalmente. Si ampliamos el espectro de influencia, los externistas consideran que no sólo las categorías sino también los conceptos están condicionados por la realidad ya que todos los humanos interaccionan con un único mundo a través de las mismas modalidades preceptuales. La tendencia contraria la observamos en las palabras de Rivano (1999): “El concepto se hereda como tal en el lenguaje (u otros sistemas simbólicos, rituales, códigos sociales, etc.) no en la experiencia sin más o directa. El concepto mejor podrá entenderse como un formato para la experiencia. El concepto viene de la experiencia pero aparece desprendida de ésta y muchas veces la formatea”. Para revisar la polémica sobre la existencia objetiva o subjetiva de los conceptos se puede consultar Acero, Bustos y Quesada (1996, capítulo 4).

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1.3.3. Multidisciplinariedad Estamos viendo a lo largo de todo este capítulo cómo en la capacidad de evocación del léxico disponible median inextricablemente muchos aspectos de la cognición humana relacionados con la habilidad de procesar la información del mundo exterior a través de las estructuras mentales. Igualmente, son diversas las ciencias que se encargarían de estudiar los niveles que pueden establecerse en la producción de listas de palabras asociadas a una determinada categoría semántica. Para responder a qué disciplinas se vincula directamente el léxico disponible hemos elaborado un dibujo en el que se representan las Ciencias Cognitivas que más pueden ayudar a comprender la naturaleza del vocabulario disponible.

Figura 2. Disciplinas implicadas en la teoría general del léxico disponible

El léxico disponible está representado por la parte sombreada con un color más oscuro. También aparece sombreado en gris el alcance de la Lingüística con relación a las otras disciplinas. Todo lo que atañe a la variación formal de las palabras disponibles emitidas por los hablantes y al concepto de vocablo como unidad semántica se incluiría en la Lingüística; en este último aspecto también contaríamos con la ayuda de la Filosofía del Lenguaje, así como en lo referente a la conceptualización del mundo y la categorización. La Neurolingüística nos aporta la información necesaria para identificar los correlatos físicos de dicha categorización y a su vez de los procesos fisiológicos-psicológicos que provoca la actualización del léxico disponible, y finalmente la Psicolingüística describe tanto el tratamiento

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cognitivo de los conceptos como el de los almacenes de las formas gráficas o fonéticas de las palabras, con lo que regresaríamos de nuevo a la Lingüística. A este esquema se le podría añadir también el campo de la Inteligencia Artificial o la Lingüística Computacional, que también trabaja con el grado de cercanía de las palabras en el lexicón mental para crear redes léxicas simuladas, y la Antropología Lingüística que, al igual que la Filosofía del Lenguaje, participa del estudio de los condicionantes, en este caso sociales y culturales, de la categorización. A estas disciplinas y a su integración dentro de la teoría cognitiva del léxico disponible iremos haciendo referencia a lo largo de los capítulos que siguen.

1.4. ACERCAMIENTOS PSICOLINGÜÍSTICOS AL ESTUDIO DE LÉXICO DISPONIBLE. Como comentábamos al comienzo del capítulo, desde la inclusión de los estudios de léxico disponible en el mundo hispánico se han resaltado sus “posibles aplicaciones” a la Psicolingüística. Al principio, aunque en casi todos los trabajos se mencionaban las teorías de organización del lexicón mental como marco de referencia, las aplicaciones prácticas (experimentales, curriculares, normativas...) no fueron más que eso, “posibilidades” que escasos autores se decidían a afrontar. Un trabajo pionero fue publicado por López Morales en 1993, donde trataba las bases psicolingüísticas de la planificación curricular del aprendizaje del léxico. En él destacaba la utilidad del léxico disponible como instrumento auxiliar en el diseño de las planificaciones pedagógicas para la enseñanza del léxico. En él también ponderaba unos “beneficios que podrían obtenerse de estos saberes” en el terreno de la Psicología de la Educación, pero que todavía no habían podido, o sabido, explotarse, aunque empezaban a emerger. En esta última década, sin embargo, el tratamiento del léxico disponible como una realidad psicológica a la vez que lingüística se ha desarrollado progresivamente. Ha llegado el momento de recapitular y de analizar lo que los investigadores han aportado al estudio del componente cognitivo de la disponibilidad para después poder avanzar en esta compleja tarea, objetivo central de esta tesis doctoral. A continuación haré una breve descripción de los estudios que, desde el marco de los estudios de disponibilidad léxica, han hecho referencia al paradigma de

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la Psicología del Lenguaje. Muchos de los aspectos que trataremos en los siguientes capítulos tienen como referencia alguno de estos trabajos y serán descritos con mayor profundidad entonces. Dividiremos la exposición en tres grupos: en primer lugar los estudios que tienen como objetivo la elaboración de normas de referencia para otras investigaciones, en segundo lugar, los estudios de carácter teórico sobre la organización léxica, y finalmente, los estudios aglutinados en torno a la Psicología Evolutiva o de la Adquisición y al fenómeno del bilingüismo.

1.4.1. Normas de referencia experimental Una de las necesidades de los estudios psicolingüísticos experimentales es la existencia de compendios de valores o índices asociados a palabras y a categorías semánticas, con el objetivo de que los investigadores puedan contar con ellos en el diseño de las pruebas. A este respecto, los estudios de léxico disponible se presentan como una herramienta brillante para la obtención de los índices que tienen que ver con la vinculación categorial de las palabras. La novedad que aportan en cuanto a la manera de computar las palabras que se articulan en torno a un núcleo categorial (difiriendo así de las pruebas de tipicidad tradicionales15) consiste en que el índice de disponibilidad pondera no sólo el número de veces que aparece una palabra en las listas de las encuestas, sino el orden de aparición en dichas listas. En 1982 Soto, Sebastián, García y del Amo publicaron un trabajo (ajeno a los todavía incipientes estudios de disponibilidad) de gran importancia en su momento para la Psicolingüística española, ya que fue el primer inventario de normas de referencia categorial en lengua castellana: “Un instrumento de trabajo especialmente dirigido a aquellos investigadores interesados en la formación, organización y memoria de categorías naturales [...] a partir de datos obtenidos con adultos puede facilitar la realización de ulteriores estudios con niños y la aplicación de dichos resultados a trabajos pedagógicos” (1982:186)

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Este tipo de pruebas valora los grados de prototipicidad de los ejemplos de una categoría. Este aspecto será tratado en el capítulo cuarto.

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El mismo enfoque práctico puede darse a los diccionarios de léxico disponible ya que en ellos se pueden obtener las referencias de pertenencia categorial para un número muy elevado de palabras. Todavía existe una ventaja más en el empleo de la disponibilidad léxica: permite a los investigadores calcular sus propias normas de referencia para el grupo de sujetos con el que esté trabajando. En esta línea, va a aparecer un artículo (Izura, Hernández Muñoz y Ellis, en prensa) asociado a cierta parte de esta investigación, como veremos, en el que se han recopilado los valores de disponibilidad léxica, edad de adquisición, familiaridad, disponibilidad, imaginabilidad para 500 palabras castellanas ordenadas en cinco campos nocionales: Partes del cuerpo, Ropa, Muebles, Animales e Inteligencia. Otro de los compendios de normas experimentales requeridos por las Ciencias Cognitivas es el que compone las baterías de ejercicios para el diagnóstico y la evaluación de las enfermedades semántico-degenerativas que afectan especialmente a los sectores de la población de edades más avanzadas. Una de las pruebas que evalúan la integridad de la memoria semántica es la estrategia de enumerar palabras que pertenecen a una determinada categoría. Para ello utilizan una prueba de “fluencia semántica” o “fluencia de categoría” semejante a la empleada en disponibilidad16. Los corpus de disponibilidad léxica son reflejo del comportamiento de adultos jóvenes sanos y por lo tanto, pueden ser utilizados para este fin con una pequeña adaptación al protocolo clínico-experimental. Urrutia (2001) es la primera autora que ha incluido una prueba de disponibilidad tal y como se conoce en Lingüística, en una batería de evaluación clínica de la actuación semántico-léxica en el trabajo llevado a cabo en la Universidad de la Concepción bajo la dirección de Max Echeverría.

1.4.2. Sobre la organización mental del léxico disponible En cuanto a los acercamientos teóricos que intentan desentrañar algunas de las incógnitas de la ordenación mental del léxico disponible son varios los trabajos realizados: 16

A lo largo de estos capítulos utilizaremos la denominación fluencia semántica o fluencia de categoría en lugar de fluidez semántica o de categoría –otra de las posibles traducciones del inglés semantic fluency o category fluency- ya que es la más extendida en la bibliografía psicolingüística del español. La prueba experimental a la que hacemos referencia consiste en que un sujeto debe nombrar todas las palabras que conozca pertenecientes a una categoría semántica durante un espacio de tiempo deteminado. Profundizaremos en este ejercicio lingüístico en el capítulo tercero.

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Romero Rubilar (2000) aplicó una prueba de disponibilidad léxica junto con una prueba de categorización, donde estudiaba el grado de prototipicidad de los ejemplos que aparecieron en las listas. Cuanto mayor índice de cohesión obtenía un campo nocional, es decir, cuanto más cerrado o compacto aparecía por el hecho de que las respuestas de los informantes eran más coincidentes, mayor regularidad había en la clasificación de la tipicidad de sus elementos. En este estudio, ya se vislumbraba la relación tan íntima que existe entre la disponibilidad léxica y la tipicidad. Galloso (2002), teniendo en cuenta las bases teóricas de la teoría de la red (cobweb) como manera de representación del lexicón mental, estableció una taxonomía de las relaciones asociativas observadas en los corpus de disponibilidad. Su organización basada en distinciones lingüísticas: significante similar, significante y significado similares, significado similar, antonimia, hiperonimia y otros casos, tiene muchos puntos en común con la propuesta de Aitchison (1982) sobre las relaciones asociativas básicas: coordinación, colocación, superordinación y sinonimia. Acercarse al estudio de la organización del lexicón mental es una tarea compleja y ardua (de ello trataremos en el capítulo siguiente); cualquier trabajo sobre un fenómeno de producción aislado, como es la producción del léxico disponible, sólo ofrece una visión parcial del funcionamiento de la mente. Sería necesario observar dicho fenómeno en todas sus manifestaciones, contextos y variaciones para poder extraer cualquier tipo de conclusión generalizadora. Por ello, sería imprudente extender aquellos indicios segmentados que se obtienen de la observación de los vocabularios disponibles a la organización del lexicón mental. En nuestra opinión, el camino más certero es someter a análisis las teorías que existen sobre los procesos en los que toma parte el lexicón mental y observar si alguno de sus presupuestos se manifiesta en la evocación de léxico disponible.

1.4.3. Psicolingüística de la adquisición y del hablante bilingüe La aplicación de las encuestas de disponibilidad a los niveles educativos más básicos ha sido uno de los desarrollos más fructíferos de los estudios de léxico disponible fuera del Proyecto Panhispánico. Sin embargo, el aspecto psicolingüístico de la adquisición ha sido tratado de una manera marginal (tan sólo existen algunos

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trabajos como el que citamos anteriormente de López Morales (1993)). Son más frecuentes los trabajos de corte académico-curriculares, en línea con el enfoque pedagógico de los primeros autores franceses, que se han desarrollado especialmente en Hispanoamérica: elaboración de diccionarios escolares (Sánchez Corrales y Murillo 1999 en Costa Rica), presentación de materiales prácticos como el CDRom Interactivo Vocabulario Disponible (Echeverría, Chile), o la evaluación del aprendizaje del español como lengua extranjera (Carcedo 2000, Samper Hernández 2002, entre otros trabajos). En la Península Ibérica algunas investigaciones con escolares han mostrado cómo la disponibilidad léxica es una herramienta más que suficiente para valorar la adquisición de la competencia léxica por parte de los alumnos (Samper Hernández 2003) y la reflexión docente (Manjón-Cabeza 1999). Al igual que sucede con la enseñanza del léxico en el ámbito académico, el acercamiento al estudio del léxico disponible del hablante bilingüe dentro del territorio nacional se ha llevado a cabo desde una perspectiva lingüístico-descriptiva más que desde un interés cognoscitivo real. Destacan los trabajos desde un enfoque sociolingüístico en las áreas vasco parlantes (Azurmendi 1983) y los trabajos del litoral mediterráneo catalano-parlante (en Lérida Serrano Zapata, 2003; en Valencia Terrádez, 1996 y Gómez Devís, 2003, en Castellón Blas y Casanova 2001-2003 y 2001, entre otros). Todos estos estudios tienen mucho que decir en cuanto a las manifestaciones procedimentales del léxico bilingüe y esperamos que se adhieran al enfoque cognitivista en breve tiempo.

1.5.

CONCLUSIONES DEL CAPÍTULO PRIMERO

Uno de los objetivos fundamentales que tienen ante sí los investigadores que trabajan en léxico disponible es construir una teoría integrada de la disponibilidad léxica que abarque todas sus dimensiones y que dé respuesta a los interrogantes fundamentales que siempre han acompañado a la identidad del léxico disponible. En nuestra opinión, para conseguir acercarse a esta teoría integral es imprescindible trabajar desde una perspectiva interdisciplinaria. Algunos autores como Diego Marconi o Luis Fernando Lara ya han propuesto, desde sus teorías de la competencia léxica y de la naturaleza del léxico respectivamente, una consideración del fenómeno léxico como un sistema complejo en el que se entrelazan destrezas psicológicas, fisiológicas y lingüísticas.

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El ejercicio de producir el léxico disponible, si bien contrasta con los recuentos de frecuencia anteriores en que se refleja más de cerca la competencia de los individuos y los procesos reales que subyacen a la producción del léxico, constituye un método artificial de activación y enumeración de palabras. Las destrezas que se requieren en su producción se incluyen dentro de la competencia léxica inferencial (conocimiento de la red de conexiones establecidas entre una palabra y el resto de los elementos del mismo sistema lingüístico) y no de la referencial. Siguiendo el esquema teórico de Marconi (2000) necesitamos dos tipos de léxico, el semántico y el de educto (que más tarde identificaremos con las dos representaciones abstractas de las palabras en las teorías psicológicas). La consideración de la exclusividad de las destrezas inferenciales en los procesos de activación del léxico disponible provoca que no sepamos con seguridad si los hablantes son capaces de utilizar con eficiencia esas palabras en el discurso cotidiano, ya que para incluirlas en las listas sólo requieren el conocimiento básico de que pertenecen a cierta clase de palabras pero no la información necesaria para su aplicación referencial. Por tanto, habría que matizar la afirmación tradicional de que el léxico disponible es el caudal de léxico “utilizable en una situación comunicativa dada”. Otro de los aspectos derivados de la teoría de la competencia léxica de Marconi es la variabilidad de la competencia léxica individual y el hecho de las dificultades epistemológicas encontradas a la hora de crear una competencia inferencial “comunitaria” -realidad que enfrentan los etudios de disponibilidad léxica. Las diferencias interpersonales en la competencia individual, causantes de la variabilidad intrínseca a la disponibilidad de las palabras –prueba de ello es que necesitamos un gran número de informantes para estabilizar cualquier tipo de resultados cuantitativos, tanto los índices de disponibilidad de las palabras como los promedios de respuesta -, residen en un fenómeno tan variable como la realidad del significado léxico (Luis Fernando Lara, en prensa). En conclusión, estas cuestiones sobre la identidad del léxico no pueden ser afrontadas sin una perspectiva interdisciplinaria que considere el sistema lingüístico como la herramienta fundamental de la cognición humana. En esta línea, la actualización del léxico disponible emerge como una “tarea cognitiva compleja” en la que se ponen en funcionamiento todos estos mecanismos del procesamiento de la

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información. Por lo tanto, el paradigma más afortunado para encuadrar el estudio del léxico disponible en su búsqueda de una teoría integradora son las Ciencias Cognitivas, marco que consideraremos guía de nuestra investigación. Algunas de las disciplinas que se enumeraban como campos de aplicación de los estudios de disponibilidad (Psicolingüística, Etnolingüística, Lingüística Cognitiva) servirán no como destino, sino como punto de partida para emprender la labor de desentrañamiento de la realidad del léxico disponible. Junto a ellas emergen las restantes disciplinas que conforman las Ciencias Cognitivas: Neurología, Filosofía del Lenguaje, Inteligencia Artificial…, que serán utilizadas también a lo largo del trabajo como referencia para las explicaciones y los experimentos planteados, en especial en torno al fenómeno de la categorización, esencial en la determinación de la “disponibilidad”. Dentro de este enfoque multidisciplinario, destacará la Psicolingüística, ya que no podremos hallar un límite entre Lingüística y Psicología, al igual que no existe manera de separar el hecho de que perro sea la palabra más disponible de Animales (1) por ser el término más comúnmente leído, escrito, escuchado o dicho por los hablantes o (2) porque las conexiones cerebrales que unen animales y perro sean más activas y eficientes. A partir de ahora, el objetivo de estas páginas será intentar dar explicación a los fenómenos lingüísticos manifestados en el léxico disponible por medio de los comportamientos psicológicos que lo subyacen. Afortunadamente, no somos los primeros en adoptar una perspectiva cognoscitiva al trabajar con el léxico disponible de una comunidad de habla: en este capítulo también hemos resumido brevemente los estudios precedentes que abordaron la tarea. En los capítulos siguientes se intentarán integrar de un modo coherente sus hallazgos más significativos, los nuestros y aquellos realizados en las diversas Ciencias Cognitivas.

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CAPÍTULO 2. MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA “People are more than curious about language; they are passionate. The reason is obvious. Language is the most accessible part of the mind. People want to know about language because they hope this knowledge will lead to insight about human nature” (Pinker, 1994:404)

2.1.INTRODUCCIÓN

2.1.1. Concretando los interrogantes El primer requisito para intentar configurar una teoría integrada que explique cualquier parte de la realidad es dar coherencia y unidad al fragmento de universo que se va a tratar. En nuestro caso, ya hemos visto que la disponibilidad léxica es un fenómeno más complejo de lo que aparentemente podía pensarse en un principio. Por ello, necesitamos trazar los límites de lo que consideramos el componente cognitivo de la disponibilidad. Ya apuntamos que las Ciencias Cognitivas intentan describir cómo el ser humano procesa la información que recibe del exterior y la transforma en conocimiento interior del mundo. La producción del léxico disponible, ejemplo de tarea cognitiva compleja, más allá de consistir en un recuento de las unidades léxicas producidas por una sintopía de hablantes, manifiesta la manera en que los hablantes de una lengua codificamos el mundo que nos rodea y no sólo eso, sino que también refleja cómo lo almacenamos y somos capaces de reconstruirlo desde un estímulo verbal. De acuerdo con las doctrinas filosóficas composicionales, a partir del entendimiento de cada una de las partes que integran un proceso podemos inferir el significado global del mismo. Si transponemos esta afirmación al fenómeno del léxico disponible, la comprensión del fenómeno global vendrá dada si respondemos a un suficiente número de interrogantes parciales. Para completar la pregunta central que nos hacíamos -¿cuál es el componente cognitivo de la disponibilidad?- podemos enunciar otras preguntas particulares como: (1) ¿qué actividad están realizando los informantes cuando responden a una encuesta de disponibilidad léxica?, ¿es una tarea consciente o inconsciente?,

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¿refleja directamente la arquitectura de los niveles de procesamiento mental o tan sólo estrategias de acceso a esos niveles?; (2) ¿cómo se define la cualidad de disponible?, o, dicho de otro modo, ¿qué estamos diciendo realmente cuando afirmamos que un término es más disponible que otro?, ¿es una cualidad intrínseca de las palabras, un reflejo de la estructura categorial o un producto de los mecanismos cognitivos?; y (3) ¿qué tipo de selección léxica se lleva a cabo al realizar una encuesta de disponibilidad?, ¿a qué niveles de procesamiento afecta este proceso de selección léxica?, ¿es una tarea meramente semántica, formal, o de ambos tipos? El primer bloque de preguntas afecta al tipo de tarea que se lleva a cabo, el segundo a los términos evocados y el tercero a los procesos mentales. A intentar responder a estos interrogantes están dedicados los capítulos tercero, cuarto y quinto respectivamente. Sin embargo, no podíamos abordar estos razonamientos particulares sin realizar la revisión teórica que con esta introducción comenzamos. No sólo porque resulta imprescindible acoger un marco sólido y contrastado, sino también porque los modelos que explican los procesos cognitivos de las lenguas naturales son más cercanos al campo de la Psicología Experimental y en algunos aspectos, pueden resultar ajenos a los parámetros de la Lingüística en la que se ha encuadrado tradicionalmente el léxico disponible17. Comencemos con algunas precisiones epistemológicas y terminológicas.

2.1.2. Algunas consideraciones previas A) Dado que el estudio de los procesos de la mente humana no puede llevarse a cabo con la observación directa y que las hipótesis trabajan sólo con los productos de esos procesos, cualquier diseño experimental ha de partir de un modelo teórico que intente explicar la arquitectura cognitiva. Por esta razón, los experimentos sirven 17

Una de las dificultades con las que nos encontramos en este trabajo fue la asimilación terminológica de las diferentes disciplinas. En el primer capítulo ya citamos los casos de centro de interés (léxico disponible) y categoría semántica (Psicolingüística) y de fluencia de categoría (Psicología Clínica y Experimental) asociado a prueba de disponibilidad (léxico disponible). En ocasiones posteriores precisaremos otras posibles convergencias terminológicas que puedan ser relevantes.

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meramente para confirmar o replantear teorías elaboradas con anterioridad, pero por sí mismos no pueden configurar teorías aisladas. Así ocurre con la producción del léxico disponible. Altman (1999:19) explica que toda línea de investigación experimental tiene como objetivo fundamental reducir el número de hipótesis que puedan explicar el fenómeno que nos interesa, ya que por sí misma no puede dar sentido a una hipótesis completa. Como tal, las pruebas de disponibilidad léxica no pueden probar ni construir el diseño de un modelo nuevo de organización del léxico, pero sí probar la efectividad de otras propuestas anteriores. Nuestro reto será, por lo tanto, comprobar con cuáles de las teorías contemporáneas sobre producción léxica son compatibles nuestros resultados. B) Dentro de la diversidad de teorías de procesamiento del lenguaje, han sido más estudiados y diseñados los modelos de reconocimiento y comprensión del lenguaje que los de producción (Valle, Cuetos, Igoa y del Viso 1990); entre otras razones porque no podemos medir el tiempo de producción tan fácilmente como el tiempo de reconocimiento. En la producción se examina el flujo desde el significado hasta el sonido y en el reconocimiento el camino desde el sonido hasta el significado (Aitchison 1994). Carreiras enuncia de esta manera el problema: “lo que hace extremadamente difícil realizar experimentos sobre producción es que no conociendo lo que piensa el hablante, no sabemos cuál es el input de los procesos de producción” (1997:29). La disponibilidad léxica se encuentra dentro de esos estudios experimentales sobre producción en los que el inicio del proceso está bajo control del sujeto y no del experimentador -estudios que, por otra parte, De Vega y Cuetos (1999:49) clasifican como “observacionales”, ya que únicamente se analiza el resultado de la producción. C) Existen dos dicotomías clásicas en la Psicolingüística de las últimas décadas que conviene situar porque nos serán útiles para los apartados posteriores: teorías modulares vs. teorías interactivas, conexionismo vs. simbolismo. Como es reconocido, las teorías psicolingüísticas se han desarrollado en torno a dos modelos de arquitectura funcional18: las teorías modulares y las teorías interactivas. Las primeras se caracterizan por un funcionamiento serial y autónomo 18

Entendemos por arquitectura funcional el conjunto de niveles de procesamiento. De Vega y Cuetos (1999:39) precisan que “la comprensión de la arquitectura funcional del lenguaje es algo más que la identificación de procesos; supone, además, que debemos explicar su organización temporal y el modo en que se comunican entre ellos”.

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de módulos encapsulados o niveles de procesamiento y una comunicación unidireccional de “abajo a arriba” (en comprensión) y de “arriba a abajo” (en producción). Por el contrario, las teorías interactivas consideran que existen injerencias entre los procesos superiores e inferiores con un flujo de información bidireccional, ya que la activación se produce en paralelo, de manera simultánea y/o múltiple. Aunque en un principio se consideraron tendencias antagónicas, “la modularidad y la interactividad ya no son consideradas una dicotomía sino dos extremos de un continuum a lo largo del cual pueden variar en su grado de autonomía diferentes procesos” (Taboss 1993: 277, la traducción es mía). Uno de los frutos de esta diferenciación estructural es la oposición clásica entre las teorías modulares representadas por Fodor (1983) y las conexionistas19 desarrolladas a partir de Rumelhalt y McCleland (1986). El conexionismo se ha entendido como oposición al modularismo (véase el párrafo anterior) debido a que la mayor parte de los modelos conexionistas implementan arquitecturas interactivas, pero no existe ningún impedimento lógico para que una red conexionista sea modular. El problema actual al que se enfrentan los teóricos es cifrar cómo y cuándo se produce la interacción, no elegir de una forma categórica entre las dos arquitecturas20. El paradigma conexionista, sin embargo, sí puede considerarse como antagónico del simbolismo. El paradigma simbólico, que representa el núcleo clásico del pensamiento sobre el procesamiento de la información, concibe la mente como un sistema funcional y computacional, apoyado en la metáfora del ordenador, que procesa símbolos físicos significativos; mientras que el paradigma conexionista, que ha sustituido la imagen computacional por la cerebral, considera que la cognición no implica la manipulación de signos con significado sino una red de unidades mentales interconectadas21. 19

En

cualquier

caso,

no

podemos

olvidar

que

ambas

Los modelos conexionistas se denominan también “redes neurales artificiales”. Esta denominación sugiere que las unidades de procesamiento son análogas a las neuronas o grupos de células del cerebro. 20 En años recientes varios autores han tomado interesantes posiciones conciliadoras entre modularismo y conexionismo. Una muestra de la evolución de ambos presupuestos aparece en las obras Altmann y Shillock (eds.) (1993) y Altmann (ed.) (1995) en el que autores diferentes abordan tanto posturas modularistas o conexionistas, como conciliadoras de ambas tendencias con el objetivo de lograr una teoría común del acceso al léxico. 21 Cuando los estudios de disponibilidad han hecho referencia a las teorías psicolingüísticas que los sustentan, han utilizado siempre metáforas del paradigma conexionista -a través del el modelo de las redes semánticas (véase 2.2.2.3.)- aunque no se han adherido explícitamente a él. Por ejemplo, López Morales (1999:25), Galloso (2002:100) y Gómez Devís (2003:61) emplean la siguiente terminología:

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representaciones son metafóricas, es decir, que representan abstracciones de los posibles estados de la cognición22. En este trabajo de investigación, sin embargo, nuestro objetivo no consiste en describir ni sintetizar estas, llamémoslas, teorías centrales del procesamiento del lenguaje, ni sus sucesivas reelaboraciones, sino en describir aquellos modelos particulares que puedan enmarcar satisfactoriamente el proceso de selección y producción léxica puesto de manifiesto en las tareas de disponibilidad; para lo cual hemos escogido dos modelos diferentes, uno propuesto por William Levelt y sus colaboradores y otro propuesto por Alfonso Caramazza23. Esto no significa que a lo largo de la exposición no vayamos haciendo referencia a otros modelos parciales de procesamiento del lenguaje (como la síntesis presentada por Fernando Cuetos para la escritura) que en nuestra opinión pueden arrojar luz sobre los fenómenos implicados en la selección de términos dentro de las categorías semánticas.

2.2. BASES PSICOLÓGICAS Y NEUROLÓGICAS DEL LÉXICO Comencemos con algunas cifras: para Altmann (1999:59) un niño de un año de edad conoce unas 100 palabras, un hablante adulto entre 60000 y 75000 palabras. Cuando el hablante adulto hable seleccionará entre unas 30000 palabras, cuando el niño hable seleccionará sólo entre unas 10 palabras. Aitchison (1994:6) apunta que si el adulto es culto el número de palabras puede llegar a elevarse a 150000, entre las que es capaz de activar el 90%. Un hablante nativo de una lengua produce en una conversación fluida 150 palabras por minuto, lo que significa dos o tres palabras por segundo; su mente es capaz de seleccionar la palabra más adecuada en el discurso con una velocidad de 200-400 milisegundos (Radford, Atkison, Britain, Clahsen y Spencer 2000:317), y de reconocer un término de su propio lenguaje en 200

“teoría de la red”, “nódulos de unidades léxicas conectadas las unas con las otras”. Recordemos que el conexionismo no es en sí mismo un modelo de producción léxica, sino un conjunto de principios funcionales que rigen los diferentes modelos adscritos a él. 22 Una de las características que definen a los modelos cognitivos es que están basados en sistemas metafóricos, ya que no aluden directamente al comportamiento físico del cerebro sino a explicaciones abstractas de los fenómenos. El propio concepto de activación es una de las metáforas más extendidas (Marslen-Wilson 1995). También el uso de la palabra neurona en las redes conexionistas es un uso metafórico, ya que no se está hablando de células nerviosas, sino de nodos abstractos que suponen conjuntos de activaciones. 23 Estos dos modelos son el resultado de una búsqueda profunda en la que no se ha encontrado un único modelo enteramente satisfactorio que explique todos los procesos mentales implicados en el léxico disponible.

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milisegundos. Los guarismos son sólo eso, aproximaciones, y desafortunadamente, la competencia léxica de un hablante esconde muchos más interrogantes que transparentes respuestas. Según Carreiras (1997:12) el concepto del acceso al léxico adquiere diferentes acepciones dependiendo del autor y del modelo teórico en el que se encuadre. El psicolingüista español insiste en diferenciar bien entre acceso, selección e integración del léxico. El acceso consiste en cómo se proyecta el input sensorial en las representaciones de la forma léxica y cómo se activan estas. La selección es el proceso por el cual se elige un único elemento del conjunto total de elementos activados. Finalmente, la integración, que no participa en las pruebas de disponibilidad –al contrario que las dos anteriores-, describe cómo se integran las características semánticas y sintácticas en una palabra que está siendo reconocida en la representación de una frase. Continuemos con el método dialéctico que adoptamos en la introducción y situémonos ante un estudiante que contesta en la encuesta de léxico disponible al centro de interés Profesiones de la siguiente forma: “médico, oculista, pediatra, enfermera, profesor, maestro, albañil” ¿Cómo codifica la experiencia del mundo que posee en el universo de las Profesiones?, ¿cuáles son las características conceptuales que diferencian a cada una de las profesiones: “trabaja con enfermos”, “gana más dinero”, “profesión mayoritariamente femenina”?, ¿dónde conserva almacenadas esas unidades semánticas?, ¿qué papel desempeña la memoria en esa activación de las diferentes profesiones?, ¿cómo llega a decidirse en primer lugar por el concepto de “médico”?, ¿existe un almacén de significados donde encuentre, por ejemplo, “médico especialista en los ojos” y otro de formas donde estén oculista y oftalmólogo?, ¿por qué de entre ellas escoge primero la palabra oculista?, ¿cómo refleja mientras tanto el cerebro la activación de la categoría?, ¿qué partes de su cerebro se activan cuando evoca “médico especialista en los ojos” y cuáles cuando escribe oculista ? Las preguntas que atañen al léxico disponible no son ni más ni menos que las cuestiones básicas que han planteado la mayor parte de los investigadores que se dedican al estudio de la cognición del léxico:

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(1) ¿cómo codificamos la realidad que nos rodea?, ¿cuáles son las unidades primeras de codificación?, ¿dónde almacenamos esas unidades?, (2) ¿existe un almacén de significados y otro de formas?, ¿cómo se aprenden nuevos conceptos?, ¿y nuevas palabras?, (3) ¿cómo refleja el cerebro estos procesos mentales?

En esta mezcla de incógnitas, los teóricos de la mente, han trazado tres campos de estudio que se corresponden con estos interrogantes planteados y que son de importancia palmaria en la descripción de los procesos cognitivos del léxico disponible: (1) la memoria semántica, (2) el lexicón mental y (3) las bases neurológicas de la producción léxica. A continuación trataremos de ellos comenzando por el lexicón mental, ya que es probablemente la realidad cognitiva más citada en los estudios de disponibilidad, pero también la más compleja de determinar.

2.2.1. Definiendo el lexicón mental Uno de los grandes interrogantes de la Psicolingüística es la identificación de las representaciones mentales. Nuestra experiencia intuitiva nos dice que pensamos con palabras e imágenes. Esta dualidad del constructo psicológico, llamada “hipótesis dual”, es defendida por algunos grupos de estudiosos como Paivio. Otros, en cambio, defienden un formato de representaciones proposicionales único, abstracto y semántico. Este segundo formato proviene del campo de la lógica filosófica y de las aportaciones de Frege y su lenguaje formal de las proposiciones24. Estas teorías intentan desentrañar cómo codificamos la realidad que nos rodea, cuál es el primer mecanismo de transformación de la información. Aunque este problema subyace a toda profundización en las representaciones mentales, conceptuales y léxicas, no deja de afectarnos tangencialmente en nuestro intento por abordar las implicaciones cognitivas del léxico disponible de los hablantes de una lengua 24

Este formalismo proposicional fue también la génesis de las teorías sobre la memoria semántica de Collins y Quiliam (1969) y Collins y Loftus (1975). Estos dos trabajos fueron el punto de partida de los modelos de redes semánticas (ver el punto 2.2.2.3.) que ha sido anteriormente citados en los trabajos de disponibilidad como el realizado por Urrutia (2001).

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natural. Por esta causa, lo abandonaremos momentáneamente para centrarnos en las manifestaciones de las representaciones lingüísticas (volveremos a tratarlo en el capítulo cuarto cuando abordemos la entidad de los conceptos, que no son sino abstracciones de la realidad que nos rodea y, en el capítulo cinco, al discernir el componente semántico y formal de las entradas recogidas en los diccionario de léxico disponible). El concepto de lexicón mental puede entenderse en el sentido más amplio del término: el almacén de palabras (representaciones mentales) que contiene la información semántica o conceptual, la información sintáctica y las unidades léxicas (Aitchison 1994, Altmann (ed.) 1995). Otros autores, en la misma línea, cuando se refieren al lexicón mental consideran que se trata del centro de integración de todos los procesos del lenguaje, ya que contiene las unidades abstractas que median entre la información acústico-fonética y la interpretación semántica y sintáctica (MarslenWilson 1989). La definición de Garnhan (1992) es también de corte generalista: “mental state of knowledge about words” que incluye cómo se deletrea una palabra, como se pronuncia, como se inserta en el discurso, qué significa, etc... Otras definiciones, sin embargo, nos acercan a concepciones más reduccionistas. En la mayoría de los estudios en lengua inglesa, pioneros en este campo, cuando se habla de lexical access se hace referencia a la activación de las formas de las palabras, mientras que cuando tratan del significado conceptual, utilizan el término meaning. La diferencia entre el lexicón mental (mental lexicon) y la memoria semántica (semantic memory) podría ser, de manera un tanto simplista, que el primero constituye los almacenes de las formas de las palabras mientras que la segunda hace referencia a los almacenes de conceptos. Esta distinción es la que establecen Levelt, Roelofs y Meyer (1999) en su modelo de producción de palabras aisladas que tomaremos como referencia (véase figura 7). Para facilitar la comprensión de la arquitectura funcional del léxico disponible, en nuestra investigación tomaremos esta última acepción de lexicón mental, sin perder nunca la perspectiva de que en él está implicado un conjunto global de funciones. De hecho, esta es una de las principales advertencias que hacen los psicolingüistas: es prácticamente imposible aislar el lexicón mental, entendido como el conjunto de unidades de información que de alguna manera almacena la mente humana, siempre ha de integrarse en los diferentes procesos de actividad lingüística, ya sea reconocimiento o producción, lo que dificulta todavía más la

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capacidad de enunciar hipótesis aisladas sobre la actividad y la composición del mismo (Altmann (ed.) 1995). En los estudios centrados en el lexicón mental hay que marcar una distinción entre aquellos que indagan en cómo están las palabras almacenadas, ordenadas o codificadas en la mente y aquellos que estudian cómo esas palabras son activadas y evocadas. La dualidad almacenaje y activación no es tan sencilla como parece, ya que sólo podemos acceder a datos parciales de ambos procesos. Las conclusiones sobre el almacenaje de los términos no serán sino especulaciones basadas en las características de la producción (especialmente en las carencias de determinados aspectos de la producción). Marslen-Wilson (1993) defiende que es imprescindible tanto una teoría de la representación como una teoría del proceso, ya que la forma léxica ha de ser evaluada en función de las necesidades procedimentales, por lo que concluye que la representación mental de la forma léxica ha de ser altamente abstracta25. Esto añade un problema que comentaremos más adelante pero que adelantamos ahora: no tenemos certeza de que los resultados obtenidos en los estudios sobre el almacenaje del léxico sean fiel reflejo de la ordenación de las palabras, sino quizá tan sólo de las estrategias que el hablante tiene para rescatar esas entradas. Este inconveniente emerge en todos los métodos experimentales, tanto en los estudios con pacientes como en los experimentos con personas sanas, de ahí que los psicolingüistas no puedan decidir en muchas ocasiones cómo interpretar los indicios obtenidos (Aitchison 1994). Otra de las observaciones que interesa sobremanera a los estudios de léxico disponible es si las relaciones morfológicas están representadas en el lexicón de manera independiente26. Igualmente, aunque de manera más tangencial, nos interesa saber en qué nivel se sitúa la información sintáctica, si ligada a la información léxica o a la semántica, y de qué manera se inserta en los procesos de selección léxica. 25

Un ejemplo de ello es que los principios fonológicos necesariamente determinan las propiedades de la forma léxica para enfrentarse a la variación de superficie (diferencias en las variación fonética dependiendo del contexto fonológico). 26 Cuestión determinante, por ejemplo, para las zonas de contacto de lenguas como son en España el litoral mediterráneo, Baleares, País Vasco y Galicia, debido a que muchas de las interferencias se producen en el nivel morfológico y no en la raíz de la palabra. Algunos autores como Butterworth (1983) defienden que en el lexicón hay una representación para cada una de las formas morfológicas (verbos conjugados, palabras derivadas, etc.). Una segunda opinión la mantienen psicolingüistas como Taft (1985), que postula que las representaciones léxicas sólo incluyen las raíces de las palabras. Una completa reflexión sobre la presencia de la morfología en el lexicón mental aparece en los capítulos 7 y 8 de Altmann y Shillock (eds.) (1993) para el inglés y en De Vega y Cuetos (1999) para el español.

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Aunque en el léxico disponible no haya que emitir los términos en un contexto oracional, la aparición de ciertas clases de palabra (sustantivos, verbos, adjetivos) o de formas flexivas y derivativas indica que la actualización de información morfosintáctica no depende exclusivamente del contexto discursivo (véase también el caso del singular y el plural en 5.1.4.2.). Algunos autores como Altmann (1999) no dudan en abandonar las metáforas empleadas tradicionalmente para considerar que el lexicón mental no es sino un conjunto altamente complejo de circuitos neurológicos. Toda la información correspondiente al lexicón mental se almacena dentro de la estructura neurológica del cerebro. Un estímulo, como Profesiones, percibido a través del sistema auditivo estimula (o activa) distintas zonas del circuito. Altmann (1999:73) señala con cierto énfasis que al léxico no se accede, que el léxico se activa dentro de la estructura neurológica. El significado de una palabra no es más que la pauta de actividad de unos circuitos neurológicos que asociamos con cierta parte de la experiencia. La activación de la expresión Profesiones supondrá para dos hablantes distintos la activación de dos conjuntos de neuronas distintas pero que corresponderán a cierta parte de la experiencia compartida27. En consecuencia, el aprendizaje de un término, como oftalmólogo, o la adscripción de un elemento a una categoría como Profesiones -y por lo tanto, el hecho de que aparezcan unas palabras u otras en las listas de disponibilidad de un hablante concreto- responde a que las asociaciones entre determinadas activaciones de neuronas y determinados contextos van fortaleciéndose hasta reflejar los mismos contextos para diferentes hablantes. Esta postura más cercana a la fisiología del cerebro nos parece más interesante que las metáforas de corte abstracto. Por ello, vamos a profundizar un poco más en las peculiaridades de los circuitos neurológicos. Hay tres principios neuroquímicos básicos en el funcionamiento neuronal: 1. Si una neurona se estimula lo suficiente, estimulará a aquellas con las que esté conectada. La velocidad de los impulsos corresponde a la fuerza de la señal.

27

Chomsky (1995) hace referencia a esta misma relación fisiológico-experiencial cuando afirma que los genes diseñan el mecanismo del lenguaje y la experiencia su contenido.

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2. El impulso de una neurona puede hacer más o menos probable que una neurona genere un impulso propio, es decir, puede inhibir o excitar a la siguiente neurona. 3. Las conexiones entre neuronas pueden cambiar. Esta última característica es crucial, los circuitos de neuronas están cambiando constantemente y estos cambios nos permiten aprender de la experiencia. Los tipos de modificaciones en las redes pueden ser debidos al desarrollo de nuevas conexiones, a la pérdida de conexiones antiguas o a la modificación en las conexiones. Esta descripción neurofísica coincide con las teorías psicológicas que defienden que el contenido del lexicón mental no está fijado, sino que cambia con la adición de nuevas palabras, con la alteración de la pronunciación de las ya registradas y con la creación de nuevas palabras y nuevos significados. Estas conclusiones son el correspondiente fisiológico de la teoría de la variabilidad de la competencia inferencial de Marconi (2000) y de la realidad variable del significado léxico de Fernando Lara (en prensa) que consideramos en el primer capítulo.

2.2.2. La gran implicada: la memoria semántica Si en un momento determinado un hablante quiere recordar y actualizar una palabra como coche a partir del estímulo que supone el centro de interés Transportes, envía la señal “transportes” a un sistema general de almacenamiento del conocimiento, no exclusivamente lingüístico. Allí se encuentra codificada toda la información perceptiva y conceptual que refleja la concepción implícita que el sujeto tiene del mundo y que, por tanto, marca los límites de todo aquello que ha de ser comunicado. Este gran almacén cognitivo es lo que los autores llaman memoria semántica28. Uno de los más importantes psicólogos de la memoria de todos los tiempos, Tulving, define la memoria semántica como “the memory necessary for the use of language. It is a mental thesaurus, organized knowledge a person possesses about 28

Sartori, Coltheart, Miozzo y Job (1994:538) han insistido en que no se puede igualar el término de memoria semántica con el del lexicón. El lexicón se encuentra dentro de la memoria semántica pero junto con él convive el conocimiento enciclopédico del mundo. Los autores concluyen: “semantic memory has become for the psychologist what the lexicon is for the linguist”. Como podemos deducir, la concepción de lexicón en este trabajo es diferente a la de lexicón mental que venimos utilizando.

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words and other verbal symbols, their meaning and referents, about relations among them, and about rules, formulas and algorithms for the manipulation of these symbols, concepts and relations” (apud Sartori, Coltheart, Miozzo y Job 1994:537). 2.2.2.1. Sistemas de memoria

Urrutia (2001) apunta que la evocación del léxico disponible es una actividad cognitiva compleja que va más allá de los procesos mnemotécnicos superficiales y que implica el funcionamiento de la memoria más profunda. Según la autora chilena, el proceso de recuperación de las palabras más disponibles en torno a una categoría afecta a la memoria a largo plazo, al contrario que otras actividades lingüísticas que requieren exclusivamente el uso de memoria a corto plazo o memoria operativa. Desde que la naturaleza de la memoria pasó a concebirse como un sistema múltiple y no unitario29, los especialistas en memoria humana han diseñado diferentes clasificaciones de los subsistemas de la memoria. En los primeros modelos existen sólo dos sistemas funcionales: una memoria a corto plazo y una memoria a largo plazo. Más tarde se incorporaron los esquemas donde se establece una memoria declarativa (explícita) y una no declarativa (implícita). Figura 3. Taxonomía de la memoria según Squire (Ruiz Vargas 1994)

29

En el gran cambio se produjo en los años setenta y ochenta fueron cruciales las aportaciones de Endel Tulving (1972) que, basándose en trabajos empíricos definió por primera vez los sistemas de memoria episódica (autobiográfica) y semántica (información general de conocimiento del mundo).

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De este esquema propuesto por Squire nos interesan fundamentalmente dos elementos (marcados con sendos círculos en la figura 3). El primero es la memoria semántica, por ser el almacén donde se insertan los conocimientos conceptuales, y el segundo, el priming semántico30, es un proceso de “facilitación” de respuestas particulares que reside en la memoria implícita y que se manifiesta en el léxico disponible (por esta razón le dedicaremos un apartado en el capítulo quinto, véase 5.2.). Así explica Holyoack los efectos del priming: “Por ejemplo, si la palabra azafrán, ha sido estudiada recientemente, es mucho más probable que la persona genere azafrán cuando se le pida que enumere flores, incluso aunque no recuerde explícitamente haber estudiado la palabra” (2002:37).

En todas las taxonomías mnémicas hay un lugar para la memoria semántica. Lo realmente interesante no es tanto la confluencia entre los investigadores al delimitar esta parcela de conocimiento, como las relaciones que establece con el resto de subsistemas. Generalmente suele aparecer en relación con la memoria episódica que contiene los recuerdos personales de la vida del sujeto (en la figura 3 denominados como eventos). Ruiz Vargas (1994) recoge otra clasificación de los sistemas de la memoria humana basada en Tulving (1983) donde se especifican los sistemas de memoria, así como sus variantes terminológicas y su modo de recuperación. En la figura 4 podemos leer que la memoria semántica también es llamada sistema de conocimiento, memoria genérica o memoria categorial.

30

Hemos mantenido el término inglés a lo largo del trabajo. Aunque también hay algunos psicólogos españoles que utilizan la traducción facilitación semántica, la mayor parte de los profesionales utilizan el término original (entre ellos los traductores de la Enciclopedia MIT de las Ciencias Cognitivas).

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Figura 4. Clasificación de los sistemas de la memoria humana según Tulving (Ruiz Vargas 1994)

2.2.2.2. Organización funcional Cuando se considera al ser humano como un ser procesador de información, perspectiva central de las Ciencias Cognitivas, es necesario considerar que en él se encuentran no sólo los mecanismos de almacenamiento de dicha información, sino también las herramientas para recuperarla con efectividad. Las capacidades de recuperación han de estar directamente relacionadas con la eficacia y la precisión de los sistemas de almacenamiento. Craik y Lockhart (1972) abandonaron definitivamente las teorías estructurales que describían la memoria como un almacén y se centraron únicamente en las operaciones de codificación y recuperación de la información. Los códigos de memoria tienen una organización funcional de tipo jerárquico: para codificar un determinado tipo de información en el nivel Nx se requiere la codificación en los niveles N1, N2, N3....Nx (De Vega 1984). Los niveles más superficiales corresponden al procesamiento de los rasgos físicos de las unidades mnémicas, mientras que los niveles más profundos corresponden a las propiedades abstractas de tipo semántico (información requerida para llevar a cabo la decisión léxica en las encuestas de disponibilidad). Cada una de las unidades

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mnémicas genera varios códigos posibles o trazos de memoria, una para cada nivel N1, N2..., que corresponden a atributos uniformacionales como funciones lingüísticas, sistemas sensoriales, sistemas espaciales, información episódica, etc. La mayor profundidad de codificación, que conlleva un mayor número de niveles donde se encuentra registrado el recuerdo, genera trazos de memoria más duraderos. En consecuencia, hemos de entender que puede que las palabras más disponibles sean aquellas cuya unidad mnémica tenga unos trazos más profundos, conseguidos a través de experiencias más intensas o de mayor número de entradas de información. Así, conceptos como coche, sobre el que tenemos gran cantidad de experiencias acumuladas, o Marruecos, si acabamos de hacer un viaje y tenemos una única experiencia del país pero muy intensa, tendrán una representación más profunda en la memoria semántica que otras palabras cuya codificación ha sido más superficial. En esta línea, Michéa (1953, apud Carcedo 1998:15) ya destacaba que las palabras con alto índice de disponibilidad ofrecían una mayor riqueza en asociaciones verbales, visuales, afectivas, etc., lo que corresponde a esa supuesta profundidad de las unidades de la memoria31. Carcedo también resume la doctrina del autor francés con estas palabras: “el vocabulario disponible responde a las necesidades o a las curiosidades que varían según las circunstancias, la profesión, la edad; sus elementos parecen fijarse en la memoria más bien en virtud de la solidez de las estructuras mentales de las que hace parte, el interés y el orden material, intelectual o afectivo que merced a su débil e irregular frecuencia” (Michéa 1953, apud Carcedo 1998:15-16)32

Continuando con el estudio de la memoria semántica, la recuperación de los contenidos que en ella se incluyen se realiza a través de diferentes canales, no sólo del lingüístico, y se ve condicionada directamente por parámetros situacionales o contextuales. Este hecho plantea un interrogante a la disponibilidad, ya que se da por supuesto que la evocación de las palabras que se dan en condiciones experimentales es similar a la que sucedería en una situación de discurso real en la que se abordara el 31

Esto también tiene relación con el hecho de que la mayoría de las palabras de las listas de léxico disponible corresponden al nivel básico de organización categorial, que por naturaleza posee más cantidad de referencias al modo en que el ser humano se relaciona con el mundo. De estos aspectos trataremos en el capítulo cuarto (véase 4.2.3). 32 Esta afirmación también se verá confirmada con las relaciones que la edad de adquisición de las palabras y la familiaridad con los conceptos parecen tener con el léxico disponible. De ellas hablaremos en repetidas ocasiones a partir del capítulo cuarto.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

tema en cuestión. Sin embargo, en una situación real el medio de evocación y las características contextuales también influirían en la selección de las palabras utilizadas. Sería muy interesante contar con mediciones de la disponibilidad en momentos en los que el hablante no está siendo evaluado explícitamente. Este tipo de experimentos futuros se deberían enfocar desde del paradigma pragmático. 2.2.2.3. La organización de la memoria semántica

Hemos visto que evocar una palabra implica una activación bidireccional de conocimiento

tanto

lingüístico

como

extralingüístico33

(sensorial,

motor,

episódico...). La memoria semántica no sólo se encarga de contener el conocimiento conceptual del mundo como parte de la memoria a largo plazo, también es el eslabón que une la facultad del lenguaje con el resto de los conocimientos que integran la mente humana. Según el psicólogo de la memoria Ruiz Vargas: “La memoria semántica permite la adquisición, retención y utilización de la información factual en el sentido más amplio. La representación estructurada de esta información -el conocimiento semántico- tiene como función principal el modelado cognitivo del mundo” (Ruiz Vargas 1994:158).

Aunque la función de la memoria semántica en el conjunto de los procesos cognitivos ha sido ampliamente aceptada por la comunidad de científicos, la organización de la misma, así como la cualidad de las representaciones que la componen es uno de los aspectos más debatidos. Un esquema de los niveles de representación a los que las diferentes teorías tienen que dar lugar y sentido puede extraerse de este esquema de Schereuder y Flores d’Arcais (1989). En él se observan desde abajo a arriba la representación de la información semántica (todo conocimiento, más allá de lo estrictamente lingüístico), la representación de los conceptos de las palabras y por último, la relación con la forma de las palabras.

33

Distintos aspectos del significado de una sola cosa ponen en marcha circuitos diferentes. Así el olor del campo, la vista de un paisaje campestre y la escucha de la palabra campo estimulan distintos aspectos del significado de una sola cosa y ponen en marcha diferentes circuitos que corresponden a diferentes aspectos de una misma experiencia.

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65

Figura 5. Niveles de representación de la información semántica (Schereuder y Flores d’Arcais 1989)

Los modelos más importantes de organización de la memoria semántica son34:

1.

Teoría de los rasgos (feature theory) o teoría descomposicional.

Esta teoría, introducida por Katz y Fodor (1963) y ampliada posteriormente por Chomsky (1965), considera que el significado de una palabra puede descomponerse en un conjunto de rasgos a los que se les puede asignar una serie de marcadores semánticos de valor positivo o negativo, dependiendo de si la palabra los posee o no. Por ejemplo, el rasgo animado, tendría un marcador positivo (+) en conceptos como perro, pero negativo (-) en piedra. Uno de los desarrollos de este modelo es la teoría de los primitivos semánticos que considera que existen una serie de primitivos conceptuales innatos y atómicos que comparten todas las lenguas (COSA, LUGAR, ACCIÓN, DIRECCIÓN, EVENTO, MANERA, CANTIDAD, CAUSA y MOVIMIENTO). Otro de los desarrollos de esta teoría es la semántica de procedimientos (procedural semantics) de Johnson-Laird (1983), que considera que los componentes del significado pueden ser definidos como procedimientos computacionales. 34

Esta clasificación ha sido elaborada a partir de los comentarios de Schereuder y Flores d’Arcais (1989), de Garnhan (1992) y de la lectura de los trabajos citados en la relación.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

2.

Teoría de las redes semánticas (semantic networks)

Figura 6. Modelos de redes semánticas

Parte de una red semántica de Steyvers y Tenenbaum (2005) creada a partir de la asociación libre de palabras. El camino más corto entre volcán y dolor está marcado: Volcán (volcano)-HawaiRelajación (relax)- calmar (soothe)- dolor (ache)

Esta teoría desarrollada por Collins y Quilian (1969) y Collins and Loftus (1975) considera que las unidades de la memoria semántica, que son idealizaciones abstractas llamadas nodos (nodes), están organizadas en redes asociativas (véase figura 6). En estas redes, constituidas por conjuntos de nodos unidos por conexiones (links), la activación de la información semántica se propaga jerárquicamente, dependiendo de la fuerza intrínseca de cada una de las conexiones. Este modelo ha servido como marco teórico para el desarrollo de la mayoría de los modelos semánticos computacionales sobre el aprendizaje, almacenamiento y procesamiento de unidades (Steyvers y Tenenbaum, 2005).

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

3.

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Teoría de los prototipos (Prototypes theory)

Como explica ampliamente Lakoff (1987), los trabajos pioneros de Eleanor Rosch (1978) y sus colaboradores, que hunden sus raíces en las teorías del filósofo del lenguaje Wittgenstein (1953), supusieron un cambio de perspectiva profundo y revolucionario en la concepción de la categorización del mundo por parte de los seres humanos y en la organización de la memoria semántica. Por las implicaciones tan relevantes que tiene en el léxico disponible, esta teoría, basada en que los conceptos se definen en relación con un elemento prototípico central de su categoría, será analizada ampliamente en capítulos posteriores. 4.

Postulados de significado (Meaning postulates)

Carnap expuso en 1952 esta teoría, la cual, más que definir cómo son las representaciones semánticas, explica detalladamente en términos de lógica filosófica las relaciones que se establecen entre ellas; por ejemplo, “para una determinada palabra x existen necesariamente una y, z...”. Dentro de los planteamientos filosófico-semánticos también pueden incluirse los modelos procedentes del formalismo proposicional (Frege 1892, apud Acero, Bustos y Quesada 1996)35. De estos cuatro modelos de representación de la información de la memoria semántica,

la

bibliografía

del

léxico

disponible

ha

hecho

referencia

fundamentalmente al segundo y al tercero. Como indicábamos en la nota al pie número 21, se han utilizado modelos y conceptos muy generales provenientes de la teoría de las redes semánticas y del paradigma conexionista (López Morales 1999, Urrutia 2001, Galloso 2002, Gómez Devís 2003), aunque en algunas ocasiones también se ha utilizado como referencia la teoría de los prototipos (Romero Rubilar 2000). A modo de conclusión parcial, consideramos que tradicionalmente el fenómeno del léxico disponible se ha relacionado con la idea del lexicón mental de los hablantes (entendido en sentido restringido), cuando, en nuestra opinión, la memoria semántica es la responsable de la primera organización de los conceptos que se acaban escribiendo en los listados. Una prueba de ello es que los ejercicios de fluencia semántica, que pueden equipararse en cierta manera a los realizados para 35

Para más detalles sobre las representaciones proposicionales consultar el capítulo 6 de Manuel de Vega (1984).

68

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

recoger los corpora de disponibilidad, son utilizados en Psicología Clínica para diagnosticar problemas en la memoria semántica de los individuos. Nuestra atención pues, como especialistas en léxico disponible, se debe dirigir tanto a los procesos que rigen el lexicón mental como aquellos que implican a la memoria semántica.

2.2.3. ¿Y el cerebro? Bases neuroanatómicas de la selección léxica Los procesos de producción de palabras se originan en último término a partir de procesos fisiológicos centralizados en el sistema nervioso cerebral. Gracias al desarrollo de nuevas técnicas en las Neurociencias se han podido obtener grandes avances en la descripción y comprensión de los procesos mentales que afectan a la producción léxica. Las técnicas de exploración más utilizadas en Neurolingüística -a las que haremos referencia a lo largo de estas páginas- son: •

EEG: electroencefalograma



MEG, magnetic encephalography: magnetoencefalograma



Electrophysiological brain potential: registro de potenciales evocados

(patrones eléctricos) •

PET, positron-emission tomography: tomografía de emisión de

positrones (cambios en el flujo sanguíneo) •

FMRI, functional magnetic resonance imaging: resonancia magnética

funcional ¿Dónde se sitúa la actividad lingüística en el cerebro? La respuesta tradicional indica que se produce una activación de las áreas cerebrales del hemisferio izquierdo cercanas a la fisura silviana entre las que destacan las áreas de Broca y de Wernicke. Concretemos todavía más: ¿qué parte específica se ha de activar para recuperar y actualizar el léxico disponible? Al igual que otros niveles de representación de los procesos lingüísticos, el lexicón mental no parece ser una unidad funcional situada en una única área específica de la corteza cerebral. En sus experimentos con las categorías semánticas de animales, partes del cuerpo, y frutas y vegetales, Tranel, Damasio y Damasio apuntan que “we do not see the neural sites

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

69

[…] as “centers” holding explicit records of words forms but rather clusters of neuron ensembles that hold dispositional records for the transient reconstruction of word forms, in appropriate sensory and motor structures, when processing of the concepts of the corresponding entities activates those ensembles” (1997:85). El sistema clásico de estructura neural basado en el modelo de Tranel et alii (1997) postula que, dadas las mismas condiciones, los individuos sanos desarrollan el mismo tipo de sistema a gran escala basado en tres unidades estructurales: •

Regiones que participan en el conocimiento conceptual.



Regiones que participan en el conocimiento formal (morfológico y

fonémico) de las palabras. •

Regiones que funcionan como unidades de mediación entre las

anteriores. Damasio, Grabowski, Tranel, Hichwa y Damasio (1996) presentan un estudio en el que utilizando la técnica PET rastrean las bases neuroanatómicas de las diferentes categorías semánticas en pacientes con daños cerebrales e individuos normales. En su experimento los sujetos tenían que nombrar los objetos que aparecían en 327 dibujos agrupados en tres categorías semánticas: personas, animales y herramientas. Los análisis muestran que existen unas áreas adicionales que median entre aquellas que portan el conocimiento conceptual (aquel que contiene las características físicas de los objetos y que determina la acción sensora y motora durante las interacciones entre el organismo y el objeto dibujado) y las áreas lingüísticas perisilvianas. Lo más interesante para nosotros es que cada categoría semántica presenta unas áreas intermedias diferentes, de lo que podría deducirse que las categorías (y los centros de interés) no sólo son constructos abstractos sino que tienen una base neurológica. Los autores destacan como conclusión que los sistemas neurológicos que subyacen a una unidad léxica se encuentran segregados en el cerebro, al menos parcialmente, por lo que se podría deducir que existen diferentes sistemas neurológicos: unos, para codificar el significado y otros, para codificar la forma de los conceptos. También Müller (1999) llega a la conclusión de que hay evidencia neurofisiológica que muestra que las diferentes categorías tienen diferentes representaciones corticales. Analiza a través de EEG y MEG la actividad eléctrica

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

sincrónica de grandes grupos de neuronas en el córtex. Se observaron diferencias entre categorías de amplio alcance, tanto gramaticales36 como semánticas: palabras de clase cerrada (palabras funcionales) y palabras de clase abierta (palabras con contenido semántico), palabras concretas y abstractas (hecho que coincide con la gran vulnerabilidad de los términos abtractos en los pacientes), nombres y verbos, e incluso registraron un estatus especial para los nombres propios. Otra de las diferenciaciones neuroanatómicas que puede resultar de mayor interés para nuestros objetivos particulares es aquella que se establece entre las regiones que se activan en la fluencia de categoría semántica (o disponibilidad) y las regiones que rigen la fluencia de categoría fonológica (prueba que consiste en decir todas las palabras que se conozcan que comiencen por una determinada letra). La segunda centra su actividad en el lóbulo frontal y la primera se realiza en el córtex temporal izquierdo (Crowe 1998, Maess, Friederici, Damián, Meyer y Levelt 2002). Audenaert, Brans, Laere, Lahorte, Versijpt, Heeringen y Dierckx (2000) precisan en un estudio con sujetos normales que las dos tareas activan la zona del córtex prefrontal izquierdo inferior, pero sin embargo la fluencia de categoría se completa también con la activación del córtex prefontal inferior derecho. A modo de resumen, los avances en las técnicas neurológicas pueden realizar numerosas aportaciones al campo del estudio de los centros de interés. Los estudios muestran que las categorías semánticas tienen bases neurales diferentes y que la fluencia de categoría, y en consecuencia, la producción del léxico disponible, emerge como una tarea que requiere la activación de áreas concretas como el córtex temporal izquierdo. Carreiras (1997), sin embargo, advierte que la investigación neuropsicológica tiene, en algunas ocasiones, excesivos “tintes localizacionistas” al intentar transladar las restricciones del funcionamiento cerebral a las teorías de procesamiento y, por lo tanto, es preciso mantener cierta cautela y no dejarse deslumbrar simplemente por la técnica, que se presta a muchas interpretaciones que pueden llegar a ser poco rigurosas.

36

Otros estudios sobre las diferencias entre el sustrato neurológico en las categorías gramaticales han sido llevados a cabo por Caramazza y Hillis (1991), Hillis y Caramazza (1995) y Rapp y Caramazza (1997).

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

71

2.3. HACIA UN MODELO DE PRODUCCIÓN LÉXICA. Hasta este momento hemos revisado algunos de los sistemas de información (memoria semántica y lexicón mental) imprescindibles en la enumeración de los términos de las tablas de léxico disponible, así como la proyección neurológica de los mismos. Sin embargo, nada hemos apuntado de cómo trabajan e interaccionan estos dos “almacenes”. Nuestra siguiente pregunta es: ¿cómo fluye la información desde la memoria semántica al lexicón mental y después a nuestra boca o a nuestra mano? o dicho de otro modo, ¿qué procesos lleva a cabo la mente de un individuo cuando responde a un ejercicio de léxico disponible? La solución a este interrogante sólo nos la pueden ofrecer los modelos de producción léxica. Antes de comenzar hay que señalar que las coincidencias entre los teóricos que trabajan en producción de palabras se reducen a dos (Caramazza 1997): (1) la información semántica, la sintáctica y la fonológico-ortográfica corresponden a diferentes niveles de representación, (2) probablemente el acceso a estos niveles de representación se realice de manera secuencial en la producción del lenguaje. Las divergencias, sin embargo, son más numerosas: la elección de niveles de procesamiento

discretos

o

interactivos,

de

representaciones

semánticas

componenciales u holísticas (unitarias), localistas o distribuidas, la aceptación de un componente morfológico o de representaciones formales uniformes, la activación serial o en paralelo de los diferentes niveles, etc. En nuestro caso, a la hora de explicar los procesos cognitivos del léxico disponible hemos preferido no asociarnos a ninguno de los paradigmas teóricos que resumimos en 2.1.2., ni de los modelos de representación de la memoria semántica (véase 2.2.2.3.), sino adoptar un modelo reciente de producción léxica, sin entrar en otro tipo de discusiones teóricas. Entre las diversas propuestas consultadas hemos seleccionado la de Willem J. M. Levelt, porque, además de ser reconocido por la comunidad científica, describe de manera muy eficiente la producción de palabras aisladas y desvela algunas de las incógnitas planteadas. Sin embargo, como veremos, no cubre todos los estadios de la producción del léxico disponible y por esa razón, completaremos el proceso con las aportaciones de Caramazza (1997).

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

2.3.1. El modelo de Willem J. M. Levelt37 (1999, 2001; Levelt, Roelofs y Meyer 1999) Este modelo está basado en la dicotomía ontogénica generalmente aceptada entre el sistema conceptual y el sistema articulatorio38 (observable ya desde el aprendizaje de los niños pequeños39), que posibilita al hablante de una lengua natural realizar cada una de las unidades conceptuales en una infinidad de maneras distintas. La información empírica que sustenta el modelo procede principalmente de errores en el habla y experimentos cronométricos con personas sanas. Las características generales de la teoría son: •

Sistema serial de dos componentes (serial two-System Architecture): selección léxico-semántica y codificación de la forma (2001:13464)



Existen tres clases de nodos (véase la figura 8): el concepto léxico

(conceptual level), el lemma (lemma level) y la forma fonológica de la palabra (lexical level)40 •

La activación se produce a través de las conexiones de una red (Feed-

foward activation-spreding network) en la que no hay lazos o uniones inhibitorias41 entre las unidades. La selección se produce por adecuación al contexto. •

Se desarrolla paralelamente a un modelo computacional llamado

WEAVER++ •

Sistema basado en el axioma de Okham (c.1285-1349): “La pluralidad

no debe proponerse sin necesidad”; en otras palabras, el mejor modelo de

37

Willem J. M. Levelt es psicolingüista del Instituto Max Planck for Psycholinguisics (Países Bajos).. Esta dicotomía será la que nos haga plantearnos en el capítulo quinto si la decisión que hace que una palabra se produzca en primer lugar y sea, en consecuencia, más disponible que otra, se realiza en el sistema conceptual o en el formal. 39 El sistema conceptual y el sistema articulatorio son inicialmente independientes ya que las primeras producciones del niño están dictadas por la semántica, mientras que el proceso de fonematización y de adquisición del silabario es independiente (Levelt et alii 1999). 40 Como vemos la terminología utilizada (concept, lemma y lexical form) puede inducir a la confusión ya que en Lingüística se utilizan estos términos para designar unidades lingüísticas de paradigmas distintos. Dado que no existe una palabra castellana satisfactoria para designar el nivel intermedio entre el concepto y la forma léxica, seguiremos utilizando la forma inglesa en cursiva lemma. 41 Una unión inhibitoria es aquella que al producirse, desactiva o impide que se activen otras conexiones. 38

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

73

producción es el más simple, ya que no se deben establecer más argumentos que los mínimos necesarios42.

Figura 7. Esquema general de producción de palabras (Levelt el alii. 1999)

Este sistema posee cuatro niveles generales de procesamiento que pueden dividirse a su vez en dos grandes grupos, (1, 2) y (3, 4): 1. 2. 3. 4.

Activación del concepto léxico Selección de los lemmas La codificación morfológica y fonológica La codificación fonética

1. Activación del concepto léxico La información que un hablante quiere expresar en un mensaje es sistematizada a través de los conceptos léxicos43. Existen múltiples maneras de 42

Algunos autores han contestado a esta fundamentación ideológica con palabras de Einstein: “Things should be made as simple as posible, but not simpler”.

74

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

referirse a la misma sección de la realidad, al mismo objeto. La perspectiva tomada condiciona la selección de uno u otro núcleo conceptual ya que no existe una conexión sencilla entre cada concepto y su forma léxica. En este nivel se plantea una cuestión polémica: ¿Cómo son las representaciones de los conceptos léxicos? Los autores están divididos entre aquellos que consideran que existe una relación de conceptos léxicos unitarios y aquellos que defienden que existe un conjunto de rasgos primitivos conceptuales44. Levelt defiende

el

carácter

indivisible

de

los

nodos

conceptuales.

Se

apoya

fundamentalmente en dos causas. La primera es el llamado “problema de los hiperónimos”: cuando se activan los rasgos semánticos de una palabra, por definición, se activan todos y cada uno de los rasgos de los hiperónimos que posee: así si activamos ‘perro’, también activaremos ‘mamífero’, ‘animal’, ‘ser vivo’, etc. Sin embargo, ¿por qué nadie dentro de los errores típicos dice animal cuando quiere decir perro? La conclusión es que los conceptos semánticos son unidades holísticas, es decir, indivisibles, y que no se activan por rasgos, ya que esto, podría dar lugar a confusiones. La segunda razón es la falta de existencia de un efecto de complejidad semántica por el cual, si las palabras estuvieran divididas en rasgos, aquellas semánticamente más complejas deberían de tardar más tiempo en activarse. 2.

Selección de los lemmas

Una vez que tenemos el concepto que queremos expresar se produce una activación del lemma correspondiente almacenado en el lexicón mental (unidad funcional concebida ad hoc que media entre conceptos y formas y que contiene la información sintáctica de la palabra). Un mismo concepto puede activar diferentes lemmas; ¿cuál será entonces el seleccionado finalmente? Aquel que alcance un nivel más alto de activación debido a su adecuación al contexto. Quizá ha sido este nivel de procesamiento el punto que más críticas ha recibido en la teoría de Levelt y sus colaboradores, ya que algunos psicolingüístas no ven la necesidad de estas unidades abstractas llamadas lemmas. Para demostrar su utilidad, los autores se apoyan en diversos estudios empíricos y en el modelo computacional WAVER++, que funciona más efectivamente con ayuda de estas unidades. 43

El autor reconoce que existe el llamado verbalization problem, que alude a los estadios intermedios entre la realidad tal y como la perciben los seres humanos y su representación mental y verbal. 44 Véase el apartado 2.2.2.3. sobre modelos de las representaciones de la memoria semántica.

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

3.

75

Codificación fonológica y morfológica En este proceso se extrae del lexicón mental la forma de las palabras que

codifica dos clases de información: la información estructural (morfemas) y la información segmental (para la producción articulatoria). Debido a que no existen movimientos inhibitorios, el sistema permite que las alternativas semánticas (cuasisinónimos) sean fonológicamente activadas aunque no sean las soluciones finalmente producidas. Es decir, si activamos el concepto “electrodoméstico que mantiene los alimentos fríos” las respuestas podría ser nevera, refrigerador o frigorífico, todas se activarían a nivel conceptual y en sus respectivos lemmas. En el acceso al código fonológico se produce la selección. Si en un comienzo son igualmente activadas, ¿qué nos hace decidirnos por una u otra solución? Sencillamente el contexto. Sin embargo, desde el paradigma de la disponibilidad léxica la descripción es más compleja: cuando no hay un contexto de comunicación real ¿qué variable decide qué palabra es la activada en primer lugar? Según Levelt la frecuencia marca la diferencia, ya que la producción es más lenta para las palabras infrecuentes que para las palabras frecuentes (entre 50-110 milisegundos). Más adelante volveremos a incidir en el tema de la frecuencia y de cómo, según nuestra opinión, no podemos limitar a ella la selección léxica de la palabra (véase 4.3.2).

4. Codificación fonética Levelt y sus colaboradores reconocen que su teoría realiza un análisis parcial del proceso que atañe a la codificación fonética (Levelt et alii 1999:5). Su objetivo principal se centra en cómo es computada la información articulatoria en el nivel fonológico. Para ellos, la unidad mayor de coarticulación es la sílaba, por lo que el hablante extrae primeramente la información referente al silabario general de la lengua. Este silabario mental sería un almacén de los programas gestuales completos, al menos para las sílabas más frecuentes de un determinado lenguaje natural. Los autores no abordan la producción escrita, sólo la oral (véase phonetic encoding, articulation y sound wave en la figura 7).

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Figura 8. Esquema de la producción de la palabra ESCORT en inglés (Levelt et alii 1999)

Finalmente, para completar su teoría, ayudados por diversas técnicas neuroanatómicas (electrophisiological brain potencial, MEG, PET y fMRI) presentan un esquema cerebral que acompaña a la descripción de cada uno de los niveles de procesamiento (véase figura 9).

Figura 9. Áreas cerebrales implicadas en la producción de palabras aisladas (Levelt 2001)

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

77

Si trasladamos esta estructura funcional de Levelt a la producción del léxico disponible los procesos mentales implicados se sucederían de la siguiente forma: un sujeto escucha o lee el rótulo de un centro de interés como Animales. Entonces se produce una activación en la memoria semántica del concepto léxico de ‘animales’ y de aquellos asociados a él como ‘perro’, ‘gato’, ‘cebra’... Después, se activan los lemmas correspondientes de cada uno de esas representaciones semánticas ya dentro del nivel que consideramos lexicón mental. A continuación, al propagarse la activación de todos estos lemmas al nivel de las formas fonológicas se produce el proceso de selección definitivo, que define la palabra más disponible para ese sujeto. Al carecer de un concepto discursivo y situacional, el elemento que contribuye a discernir entre el conjunto de lexemas fonológicos activados es la frecuencia. Dentro de esta arquitectura funcional hay dos elementos que podemos someter a discusión. El primero es el hecho de que la frecuencia sea el factor que defina la selección (y por lo tanto, la disponibilidad) de las palabras. Aquellas palabras más disponibles serán, pues, las más frecuentes. Nuestra intuición nos inclina a pensar que no necesariamente, en primer lugar porque nos parece una respuesta excesivamente simplista, y en segundo lugar porque consideramos que el nivel de la memoria semántica tiene mucho más que aportar al “ser disponible” de las voces. Para comprobar el alcance de la hipótesis leveltiana sobre la frecuencia y la decisión léxica hemos diseñado un experimento que recogemos en el capítulo cuarto. La segunda reflexión a la que llegamos después de insertar la producción del léxico disponible en el modelo de Levelt es que todavía hay una parte de los procesos implicados escasamente representada: aquella que va desde el lexema fonológico hasta la escritura de la palabra. ¿Cómo influye el hecho de que los estudiantes escriban las palabras en un cuestionario? ¿hay alguna diferencia funcional entre el léxico disponible oral y escrito? 2.3.2. Escribiendo palabras: el modelo de Alfonso Caramazza45 (1997) En nuestro discurso de ideas hemos preferido explicar la teoría de Levelt con anterioridad, ya que ofrece una información más pormenorizada con respecto a los 45

Alfonso Caramazza pertenece al Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard, en Cambridge (EEUU).

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

procesos intermedios de la selección léxica. El último estadio de la producción que incluye la escritura gráfica, es tratado de una manera tangencial y por esta razón, hemos acudido al modelo de otro gran psicolingüista especialista en producción. Las dos teorías no pueden ser fusionadas en una sola, ya que poseen algunas diferencias antagónicas en los niveles de representación. Antes de describir el modelo general y centrarnos en los procesos de producción fonológica y gráfica, resumamos estas diferencias entre ellos. Características generales del modelo de Caramazza y diferencias con el modelo anterior46: •

Parte de los presupuestos de la neuropsicología cognitiva basados en

los indicios de pacientes con daños cerebrales, especialmente en aquellos que tienen daños en un canal concreto, el oral o el escrito, y que conservan intacta la actuación lingüística en el canal no dañado (Levelt partía de datos experimentales con sujetos sanos y de un modelo de producción artificial) •

Concepción componencial del significado (frente a la percepción

unitaria de Levelt)47 •

Independencia del nivel sintáctico y autonomía de la información

fonológica y ortográfica. La información fonológica puede ser activada sin necesidad de activar la gramatical: existen sujetos con daños en la información gramatical sólo en tareas orales o sólo en tareas escritas, al igual que existen errores semánticos sólo en un canal específico (Levelt defiende una activación constante de la información sintáctica en el nivel del lemma) Caramazza da a su modelo el nombre de Independent Network Model of Lexical Access (IN). Como reza el título, la información se agrupa en tres redes 46

Hay que tener en cuenta que ninguno de los dos analiza la realización temporal de cada uno de los procesos (si se producen serialmente o en paralelo), ni tampoco la dinámica (si son procesos discretos o interactivos). 47 Recordemos que Levelt aludía al problema de los hiperónimos como razón para considerar las representaciones holísticas o unitarias (véase el punto 1 del 2.3.1, activación del concepto léxico). Caramazza da su propia solución al problema de los hiperónimos desde la concepción componencial del significado: la cantidad de información activada que pasa del nivel semántico al nivel formal es una proporción del total de rasgos seleccionados. Así, si hipotéticamente el significado de perro lo conformaran 10 rasgos (animal, cuatro patas, mamífero, amigo del hombre, ladra, etc.), la activación del rasgo semántico “animal” y de la forma animal sólo supondrá 1/10. Por tanto, un cohipónimo como gato probablemente tendrá más posibilidades de ser producido por equivocación ya que supera en número de rasgos compartidos (por ejemplo 6/10: mamífero, animal, amigo del hombre, cuatro patas, etc.), a animal (1/10) y se activa con mayor intensidad en el nivel formal. Por esta razón, hay más posibilidades de que se cometa un error al confundir perro con gato que con animal.

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

79

independientes (representación semántica, rasgos sintácticos y lexemas ortográficos y fonológicos) que se activan en dos niveles, como puede observarse en la figura 10. 1.

Lexical-semantic

network:

Agrupaciones

componenciales

de

propiedades, rasgos y predicados semánticos. 2.

Lexical-sintactic network: propiedades sintácticas de una palabra

(categorías gramaticales, género, tiempo, etc.). Los nodos están agrupados en subredes de lazos inhibitorios correspondientes a las diferentes funciones sintácticas (nodos categoriales: N, V; nodos de género: M, F...). 3.

Phonological-lexeme

and

Orthographic-Lexeme

networks.

Representaciones específicas para cada modalidad de emisión, oral o escrita como lexical items (lexical stems); estos nodos también tienen propiedades inhibitorias cuando están en competición.

Figura 10. Estructura del modelo IN

80

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

El autor describe así el funcionamiento de su sistema: “The production of a word involves the following sequence of events. A selected lexicalsemantic representation propagates activation towards the lexical-syntactic and the P-and Olexemes networks. Not all syntactic features can be activated by semantic network. For example, with the exception of natural, gender-marked words[…], gender features do not receive activation from the semantic network. However, grammatical, category and verb tense features, for example, do receive activation from the semantic network […]. Under normal circumstances the activation of syntactic nodes from the semantic network is not sufficient for a grammatical feature to reach thresholds. Selection of the full set of grammatical features of a word requires the prior activation and selection of the modalityspecific lexical node” (1997:195)

En primer lugar, una vez que se activa el concepto de una categoría, como “Animales” y sus ejemplos, como “perro” o “caballo”, se produce la selección de las formas léxicas guiadas por la modalidad de producción, es decir, dependiendo de si el mensaje adopta una forma escrita u oral. Esta diferenciación entre las formas fonológicas y las formas ortográficas es debida a que en algunas ocasiones la capacidad para deletrear una palabra está intacta en los enfermos, pero no así la capacidad para emitir cadenas fonológicas adecuadas; igualmente hay ocasiones en las que los sujetos cometen errores semánticos en la modalidad oral pero no en la escrita. En este sistema no es necesario el nivel del lemma intermedio (unidad de mediación sintáctica) entre las representaciones semánticas y léxicas. Otra de las incorporaciones de Caramazza de importancia palmaria para la disponibilidad es el hecho de que la información sintáctica se activa independientemente, lo cual quiere decir que, cuando activamos el concepto, no es necesario seleccionar toda la información sintáctica, sino que los rasgos gramaticales vienen mediados por el momento en el que escribimos o emitimos una cadena de habla. Este hecho está basado en la existencia de disociaciones de clase gramatical en enfermos (anomias de verbos o sustantivos exclusivamente), lo que implica que la información sintáctica es otra de las dimensiones en las que el sistema léxico está estructurado y que la selección de una palabra no garantiza la activación completa de la relación de sus rasgos sintácticos asociados. En la prueba de disponibilidad los sujetos no tienen que integrar la información sintáctica. Ello no quiere decir que no la activen: de hecho la mayor parte de los procesos de activación se dan

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

81

inconscientemente. Pongamos un ejemplo: si, como establece Caramazza, no hay selección de género gramatical en el nivel del significado, ¿por qué entonces hay ciertas palabras con moción de género que predominan en femenino o en masculino? ¿Es, de acuerdo con Levelt, la frecuencia de uso de una forma u otra la que determina en el nivel fonológico el género de la palabra? Este interrogante queda de momento sin resolver. Lo más interesante para nuestros objetivos es que este autor postula que no es necesario el paso por el nivel de representación fonológico para el proceso de escritura. Esta opinión representa una de las dos tendencias existentes en los modelos de producción escrita. Cuetos (1991) resume los dos itinerarios de recuperación de elementos léxicos: la ruta grafémica, en la que se incluye el modelo de Caramazza y que consiste en admitir que el nivel semántico está directamente unido al “almacén” grafémico de la lengua, y la ruta fonológica, según la cual el nivel fonológico media entre el semántico y el gráfico. En esta segunda propuesta son necesarias unas leyes de transformación de fonema a grafema (Ellis 1982). Después de analizar las dos posturas, Fernando Cuetos concluye que puede ser que para la escritura productiva48 “ambas rutas funcionen conjuntamente” (1991:38). Otro de los apuntes de Cuetos sobre la escritura es que en el almacén grafémico también opera la frecuencia como favorecedor de la selección de un elemento u otro. Así, independientemente de la ruta escogida, las palabras activadas y producidas en primer lugar aparecen vinculadas a la frecuencia desde diversos modelos de producción. Sea o no sea la frecuencia el elemento determinante en la selección léxica para las actividades que carecen de contexto discursivo, se nos plantea otro interrogante con respecto a la selección de la ruta fonológica o grafémica. Si aceptamos el modelo de Caramazza que hemos propuesto, suponiendo que la selección se produzca en el nivel de la forma como proponen Levelt y otros, los resultados de las encuestas orales y escritas serán diferentes cualitativamente, ya que la selección se produce en “almacenes” aislados, en el fonológico y en el grafémico, respectivamente, y tal vez los criterios de selección (entre ellos la frecuencia) no sean equivalentes. Por ejemplo, hay palabras que son muy frecuentes en el canal oral 48

El autor español utiliza la terminología de escritura productiva frente a escritura reproductiva procedente de Vigotsky. El léxico disponible se engloba en la escritura productiva: toda aquella que transforma una representación conceptual que el escritor tiene en su mente en una representación gráfica.

82

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

pero no en el escrito y viceversa. Si las respuestas son idénticas en ambas modalidades metodológicas, hay más posibilidades de que el criterio de la ruta fonológica sea más acertado (siempre y cuando aceptemos que la decisión, como propone Levelt, se produce en este nivel). Partiendo de las hipótesis que plantean estos dos modelos hemos diseñado otro experimento con encuestas orales y escritas que incluimos en el capítulo tercero.

2.4. CONCLUSIONES DEL CAPÍTULO SEGUNDO En este segundo capítulo hemos querido resumir el marco teórico desde el cual vamos a describir las implicaciones cognitivas que subyacen al léxico disponible de los hablantes de una determinada lengua. Para ello, en primer lugar, hemos situado brevemente las principales corrientes teóricas en el procesamiento de la información: modularistas e interactivas, conexionistas y simbolistas, con el objetivo de aclarar algunas dicotomías tradicionales, así como de clarificar algunos términos fundamentales para la comprensión de los fenómenos que vamos a analizar. Dejando a un lado las controversias sobre las dicotomías clásicas en Psicolingüística, hemos profundizado en los dos niveles de representación que contienen la información necesaria para producir los términos asociados a una categoría semántica. El primero de ellos, el lexicón mental, ha formado parte desde un principio de la conciencia teórica de los investigadores de disponibilidad léxica. El segundo, la memoria semántica, ha aparecido en los estudios de manera menos explícita, a pesar de que en ella se produce la primera selección del material implicado. El concepto de lexicón mental tiene un alcance difuso en la bibliografía sobre Psicolingüística. En nuestro trabajo lo entendemos como el “almacén de las formas de las palabras” al igual que hacen Levelt et alii (1999). Quedan de esta manera establecidos dos niveles de representación de la información contenida en el sistema cognitivo-lingüístico humano –una de las pocas afirmaciones que comparte la comunidad científica-: la representación del significado de las palabras (en la memoria semántica) y las representaciones de la forma de las palabras (en el lexicón mental)49.

49

Estos dos niveles corresponden al léxico semántico y léxico de educto citados por Marconi (2000). Véase 1.2.

MODELOS DE PRODUCCIÓN LÉXICA

83

Unido a la memoria semántica aparece por primera vez el concepto de primimg semántico, procedimiento de facilitación de respuestas particulares que forma parte de la memoria implícita de los hablantes y que parece tomar parte de los procesos inconscientes puestos en funcionamiento en disponibilidad. Otra de las conclusiones que aportan las teorías sobre la organización de la memoria es que aquellos recuerdos (conceptos, palabras, sensaciones, emociones...) que poseen unos trazos más profundos, ya sea por la intensidad de la experiencia o por la repetición de experiencias más superficiales, son recordados con mayor facilidad y durante más tiempo. Aquí se apunta una de las claves para definir qué es exactamente una palabra “disponible”. En la misma línea, aunque tradicionalmente se utilizan muchos tipos de metáforas para describir la organización de la información semántica y léxica, sabemos que, en realidad, la memoria semántica y el lexicón mental se reducen a un conjunto altamente complejo de circuitos neurológicos. Por tanto, el último eslabón de la cadena explicativa lo constituye el soporte físico de los procesos mentales, la actividad cerebral. En este punto hemos intentado resumir los principales hallazgos de la neurociencias en torno a la organización y la activación del léxico. Los resultados de los experimentos indican que las categorías semánticas parecen tener entidad neurológica y que hay ciertas zonas del cerebro implicadas de manera especial cuando los individuos responden a un ejercicio de fluencia de categoría semántica (córtex temporal izquierdo y córtex inferior izquierdo y derecho). La observación del léxico disponible no puede probar ni constituir por sí sola una tesis sobre los procesos mentales de la producción léxica, pero sí comprobar la compatibilidad con las teorías científicas contemporáneas más aceptadas. Los trabajos de disponibilidad previos, al hablar de modelos psicolingüísticos de organización mental, han hecho referencia a las teorías de las redes de nodos léxicos (metáforas terminológicas asociadas con el Conexionismo) y en menor grado a la teoría de los prototipos. En este estudio, sin rechazar estas propuestas más generalistas, hemos optado por seleccionar un modelo concreto de producción léxica desarrollado por Willem Levelt y sus colaboradores del Instituo Max Plank de Psicolingüística. Adoptamos esta arquitectura funcional, ya que trata la producción de palabras aisladas y ofrece respuestas sugerentes en cuanto a los procesos de selección léxica. Destacan entre estas últimas que sitúa el proceso de selección léxica en el nivel fonológico y que postula que la frecuencia es la máxima responsable de la

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

decisión definitiva. A raíz de estas propuestas nos han surgido nuevos interrogantes en relación con el léxico disponible: ¿es realmente en el nivel formal (fonológico u ortográfico) donde se produce la selección de las palabras? ¿Es realmente la frecuencia el elemento más decisivo en la selección léxica? La mayor parte de las encuestas realizadas en los estudios de disponibilidad son de carácter escrito, lo que implica añadir al diseño funcional los procesos grafémicos, ortográficos y motores pertinentes. Ya que W. Levelt no profundiza en este punto, hemos acudido a la propuesta realizada por A. Caramazza basándose especialmente en estudios clínicos con pacientes. Según ésta, existen dos vías de producción léxica independientes entre sí que permanecen conectadas al “almacén” semántico por trayectorias independientes. Por ejemplo, si un individuo quiere escribir la palabra mesa necesita acudir al “almacén” de significado en primer lugar, y después al “almacén” grafémico sin pasar necesariamente por el fonológico, ruta que queda exclusiva de la lengua oral. Si aceptamos esta propuesta: ¿cada canal de producción, oral o escrito, realiza su selección léxica particular guiada por criterios diferentes?, ¿afecta el cambio de canal a los vocabularios disponibles?, ¿corroboran nuestros resultados el modelo del autor italiano? Con estos planteamientos nuestro discurso retoma el comienzo del capítulo. Las preguntas que nos han surgido al considerar los modelos de producción léxica de Levelt y Caramazza tienen su proyección en los tres bloques de cuestiones que establecíamos en la primera parte de la introducción y justifican el diseño de los tres experimentos que incluiremos en los capítulos tres, cuatro y cinco (encuestas orales vs. escritas, búsqueda de características que como la frecuencia puedan influir en la selección léxica y observación del priming en los niveles semántico y formal respectivamente).

85

CAPÍTULO 3. SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA “La conciencia se refleja en una palabra como el sol en una gota de agua. Una palabra es a la conciencia lo que una célula viva el conjunto del organismo, lo que un átomo al universo. Una palabra es un microcosmos de la conciencia humana” (Vigotsky 2001: 229)

3.1.

INTRODUCCIÓN

Si nuestro objetivo es entender cognitivamente el léxico disponible, el primer elemento que debemos analizar con profundidad es el ejercicio que sirve como estímulo para la producción del mismo. Comprendiendo la actividad generadora de las palabras, su nacimiento, desarrollo, proyección, el tipo de investigaciones en las que actualmente se utiliza, sus fines científicos, las variaciones que permite el método y los problemas que plantea, podremos valorar de manera más precisa qué tipo de actualización léxica se produce en el léxico disponible tal y como se conoce dentro de la Lingüística Aplicada y en el marco del Proyecto Panhispánico. A menudo, en el análisis científico, la clave para entender los fenómenos procede de un ejercicio de distanciamiento de la materia estudiada y de la observación de esa realidad desde una nueva perspectiva analítica. En nuestro caso, la mirada procedente del universo de la Psicología Experimental y, en especial, de la Psicolingüística, multiplicará las capacidades de compresión del léxico. Esta ampliación de paradigma se justifica no sólo en la búsqueda de una perspectiva distinta, sino también en una vuelta a los orígenes de los estudios de disponibilidad en los que el grupo de investigadores franceses aplicó una técnica procedente de la Psicología empírica para la obtención de un léxico “temático”50 que completara los diccionarios de frecuencia anteriores. Cuando Gougenheim, Michéa, Rivenc y Sauvageot, en proyectos promovidos por la UNESCO, se plantearon la recopilación de un ‘léxico de base’ limitado a las unidades esenciales del vocabulario, las pruebas asociativas gozaban de cierto auge. Aquel novísimo grupo de investigadores seleccionó una prueba de asociación

50

Estas palabras “temáticas”, aquellas que se producen en torno a un tema dado, se oponen a las “atemáticas”, que son las palabras que se pueden encontrar regularmente en un texto con independencia de su contenido. Las primeras suelen ser sustantivos, las segundas palabras gramaticales y verbos comunes (Michéa 1950).

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

controlada a la que modificaron sucesivamente los parámetros experimentales hasta diseñar un método satisfactorio para la obtención del léxico útil para sus fines. Este tipo de pruebas no eran sino un “modo artificial de lograr que se realizaran en la superficie, a través de listas escritas o grabadas, las palabras de que disponía un determinado hablante, o un grupo específico de ellos, para su uso inmediato” (López Morales, 1999:11, la cursiva es mía). Como dijimos en el apartado 1.2., el hecho de que se trate de un ‘método artificial’ de producción del léxico conlleva algunas implicaciones sistemáticas a las que se suman los problemas procedentes de la dificultad de desentrañar los productos de la mente humana. Muestra de la compleja realidad de las pruebas asociativas primitivas es la especialización empírica que han sufrido en Psicología desde los años 50 hasta nuestros días, principalmente producto de la necesaria disociación de fenómenos implicados, para poder obtener unos indicios fiables de la actividad mental51. A analizar el tipo de prueba utilizada en la producción del léxico disponible, sus mecanismos, su problemática, su evolución en la Psicología Experimental y sus implicaciones en la Lingüística, se dedica este capítulo. Dentro de las alternancias metodológicas que se han llevado a cabo a lo largo de los estudios de disponibilidad léxica nos ha parecido especialmente sugerente una de ellas: ¿hasta qué punto es similar el léxico generado por escrito y el generado oralmente? En los experimentos psicolingüísticos de casos clínicos se alternan las pruebas de fluencia semántica escritas y orales. Sin embargo, la obtención de los índices de disponibilidad en el Proyecto Panhispánico se ha venido realizando tradicionalmente a través del canal escrito. Algunas investigaciones paralelas han planteado la recogida oral de los datos y la respuesta general concuerda en que los resultados de ambos tipos de pruebas son similares. Recordemos que Alfonso Caramazza propone dos protocolos procedimentales en la producción de las palabras 51

En realidad, las pruebas asociativas son un espectro muy grande de posibilidades metodológicas. Existen las pruebas de asociación libre (los sujetos responden con la primera palabra que se les viene a la mente) y las de asociación controlada (el investigador da unas pautas que son las que guían las respuestas del sujeto); también las de asociación discreta (sólo se responde con un término) o de asociación continua (se responde con una lista de términos, bien cerrada –diez, veinte, etc.- o limitada a un tiempo determinado –medio minuto, un minuto, dos minutos). Las pruebas de disponibilidad siempre pertenecieron a la asociación controlada y continua; hubo variación en los parámetros de la continuidad: primero se pedían listas cerradas de veinte respuestas durante un tiempo máximo de 15 minutos (Michéa, Gougenheim, Rivenc y Sauvageot; Mackey), después se pasó a la producción de listas abiertas controladas por un tiempo determinado (Dimitrijévic) que fue fluctuando (cinco minutos Dimitrijévic o Ruiz Basto, tres minutos López Chávez) hasta llegar a los dos minutos canónicos del Proyecto Panhispánico.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

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escritas y de las palabras orales. Desde este marco teórico hemos planteado un nuevo experimento que compara la disponibilidad de dos muestras, una escrita y otra oral y determina estadísticamente las diferencias entre ambas, para validar, si es el caso, el uso indistinto y la comparación entre encuestas orales y escritas.

3.2.

ENTENDIENDO LA GENERACIÓN EXPERIMENTAL DE

PALABRAS ¿Cómo se obtiene el léxico disponible de un hablante? La respuesta más aceptada explica que a través de un ejercicio de producción léxica que consiste en que un informante escribe todas las palabras que conoce sobre unos determinados temas durante un tiempo determinado. Así de sencillo, o de complejo. En Psicología Experimental actual existen dos actividades que se basan en los mismos principios de activación del léxico, pero que debido a una especialización progresiva y a algunas diferencias metodológicas clave han dado lugar a dos campos de investigación distintos. En nuestra opinión, ambas pruebas han de ser tenidas en cuenta para la comprensión de la disponibilidad léxica tal y como la entendemos en el marco del Proyecto Panhispánico. Estas son: (1) La asociación libre de palabras (free word association) (2) La fluencia semántica o fluencia de categoría (semantic fluency o category fluency) (1) En la asociación libre de palabras se encuentra probablemente el impulso genesiaco de la disponibilidad léxica. El experimento básico de asociación de palabras es probablemente una de las bases empíricas más antiguas en el desarrollo de la Psicolingüística Experimental. Locke ya intentaba dibujar la estructura de la mente a través de la descripción de las relaciones entre las asociaciones léxicas. La actualización sucesiva de dos palabras implica que estas dos formas se encuentran situadas en lugares próximos dentro del lexicón mental. La tarea es sencilla: consiste en decir la palabra o palabras que primero vengan a la mente después de escuchar o escribir otro término que funcione como estímulo. La producción puede ser discreta o continua, es decir, que implique sólo la evocación de un término o de una lista de términos asociados unos con otros.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

(2) La fluencia verbal es una prueba de evaluación de las capacidades léxicas de un individuo. Tradicionalmente hay dos pruebas de fluencia verbal: la fluencia fonética, en la que se facilita al sujeto una letra o sonido (P, F, R, etc.) y tiene que enunciar todas las palabras que conozca que comiencen por esa letra o sonido; y la fluencia semántica, en la que se da al individuo el nombre de una categoría semántica (animales, vegetales, cosas vivas, etc.) y tiene que enunciar en un tiempo limitado todas aquellas palabras que pertenezcan a esa categoría. La producción del léxico disponible tal y como hoy en día se conoce es una prueba de fluencia semántica o fluencia de categoría. Sin embargo, ya que en el planteamiento inicial y en el posterior desarrollo de la generación del léxico disponible subyacen algunos de los presupuestos de la asociación de palabras, consideramos que es conveniente revisar las investigaciones en ambas líneas de trabajo52.

3.2.1. La asociación de palabras Como hemos comentado anteriormente, la asociación de palabras ha sido un método muy fértil en el desarrollo de las investigaciones sobre el lexicón mental. La respuesta a: ¿Cuál es la primera palabra que te viene a la mente cuando oyes...? aunque no ha dado solución a todas las incógnitas existentes, ha contribuido a desentrañar la organización del componente léxico-cognitivo. El trabajo de Clark (1970) supuso un asentamiento teórico de la asociación libre de palabras en el terreno de la Lingüística, aunque ya existía un amplio recorrido anterior a partir de los trabajos de Cramer (1968) y Deese (1962). Este desarrollo estaba fundamentado en las bases de la doctrina psicológica del asociacionismo53- y de la teoría semántica 52

McEvoy y Nelson (1982) hicieron un estudio comparativo entre los grupos léxicos formados a raíz de las respuestas a una prueba categorial de asociación discreta (en la que los participantes sólo tenían que dar una palabra después del estímulo inicial, animales: perro) y de las respuestas a una prueba de asociación continua (donde los participantes producían una lista de términos animales: perro, gato, liebre…) con la misma categoría semántica. Los resultados entre las dos modalidades de encuesta diferían sustancialmente ya que: “The strength of association among instances is not necessarily equivalent to the strength of association between category label and the instances”. 53 El asociacionismo tal y como se consideraba en sus orígenes, ligado en algunas de sus versiones a las teorías freudianas, fue superado ampliamente por la teoría psicológica posterior. Aunque los presupuestos teóricos evolucionaron, el método continuó empleándose para la indagación en la constitución de redes léxicas.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

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chomskiana- que defendía que la asociación era una consecuencia de la habilidad del ser humano para entender y producir el lenguaje: “whenever two words occur together or in close proximity, and ‘asociative’ link is formed between them in the mind of the hearer and the more frequently they occur together the stronguer the ‘asociation’” (Clark 1970:273). Este autor enunció una serie de principios de asociación entre los términos basados en las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas, que modificadas, han continuado hasta hoy54. Una de las reelaboraciones más citadas es la que propuso Aitchison en su obra Words in the Mind (1994). Así resume las reglas de relación entre las palabras del lexicón: 1. Relaciones léxicas fuertes: o coordinación (sal-pimienta) o colocación (agua-salada) 2. Relaciones léxicas débiles: o hiperonimia e hiponimia (azul-color) o sinonimia, antonimia e incompatibilidad (asno-burro) Todos estos tipos de relaciones léxicas encuentran en las encuestas de léxico disponible uno de los lugares más fértiles para el análisis de su rentabilidad. Muestra de ello es el estudio que hizo Galloso (2002) en el que clasificaba las relaciones asociativas entre las respuestas dadas por los estudiantes en el distrito universitario de Salamanca55 . Los cinco mecanismos asociativos que consideró, inspirándose en 54

Una breve descripción de las reglas (Clark 1970): Reglas paradigmáticas: 1. Contraste mínimo entre los términos. 2. Se enuncia del valor marcado al valor no marcado. 3. Se actúa según un procedimiento de supresión de un rasgo o de adición de un rasgo. 4. Se conserva la categoría gramatical. Reglas sintagmáticas: 1. Selección de los rasgos que intervienen en el contexto potencial de la palabra. 2. Selección de las formas que completan las lexías o compuestos sintagmáticos fijados en la lengua. Los niños dan más respuestas sintagmáticas que los adultos, incluso para aquellas palabras que tienen antónimos muy comunes. Si se responde muy rápido al estímulo suelen producirse palabras de contraste tipo frío-caliente y coordinados manzana-pera; si se produce en un tiempo de ejecución más dilatado aparecen sinónimos y términos supraordinados; y finalmente, las asociaciones funcionales, como pan-comer, sólo emergen cuando el sujeto responde lentamente a la prueba. 55 Anteriormente también Rodríguez Fonseca y López Chávez (1992; apud Samper et alii 2003: 109) también habían propuesto una clasificación de los vocablos en relación con el papel que desempeña cada término en las relaciones asociativas: núcleos lexicales (o vocablos rectores), nódulos léxicos en diversos grados (o vocablos subordinados que rigen agrupaciones menores) y, finalmente, vocablos dependientes o terminales.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Bustos Tovar -y en estrategias lingüísticas más que en cognitivas, aunque con los mismos resultados, ya que coinciden parcialmente con las reglas de Clark y la taxonomía de Aitchison- fueron: ƒ

significante similar (bollo, pollo)

ƒ

significante y significado similar (fruta, frutero)

ƒ

significado similar (cerdo, gorrino)

ƒ

antonimia (pobres, ricos)

ƒ

hiperonimia e hiponimina (infusión, manzanilla)

Ya comentamos al comienzo del apartado 3.2.1. que la asociación libre de palabras podía ser discreta o continua. La asociación continua se rechazó muy pronto, ya que daba lugar a efectos de encadenamiento (chaning) difícilmente reducibles a patrones comunes56. En ellos un término lleva a otro y este segundo a otro sucesivamente más alejado del anterior sin tener en cuenta el estímulo primero. Así, cada individuo presenta un comportamiento idiosincrásico difícil de sistematizar, ya que las relaciones de una palabra en segundo o tercer grado de asociación se multiplican casi infinitamente. Sin embargo, aunque las relaciones de primer orden son las pistas más valiosas para el diseño de las redes léxicas, también hay que observar las relaciones indirectas que pueden añadir fuerza a las conexiones principales (Nelson, Bennett y Leibert 1997). Así, la asociación continua no sólo nos da el índice de la fuerza en las conexiones, también nos da indicios del tamaño de los subgrupos que las conforman y de la probabilidad de su aparición (Nelson, McEvoy y Denis 2000). 56

Nelson, McEvoy y Denis (2000) rechazan explícitamente la asociación continua, ya que no sólo altera la producción sino que el encadenamiento funciona como inhibidor de las respuestas “correctas”. En las encuestas de disponibilidad aparecen algunos casos claros de encadenamiento en los que los estudiantes se dejan llevar por la asociación libre y pierden la referencia de la etiqueta categorial: Encuestado 80 de Guadalajara, Profesiones: informático, económico, trabajo, dinero, esfuerzo, correo, universidad. Encuestado 110 de Ciudad Real, Calefacción e iluminación: calor, luz, quemadura, puerta, habitación, clases, aulas, dormitorios, sala de estar, pasillo, cocina, baño, servicios, oscuro, casa, instituto, pisos, pueblos, ciudades, sitio. Encuestado 163 de Ciudad Real, Medios de transporte: a pie, vehículo, contaminación, ruido, ciudad. Encuestado 226 de Ciudad Real, Trabajos del campo y del jardín: ganadero, agricultor, estudiante, albañil, confeccionista, comerciante, banqueros, maquinista, cerrajero, profesor. Encuestado 042 de Cuenca, Inteligencia: listo, empollón, tonto, cerebro, estudiar, colegio, semana, recreo, diversión, salir, discoteca, fiesta, botellón, beber, pastillas, dormir, cama, sueño, juegos, follar, amor, caricias, querer, amigos, desear, pensar, rallarse, comerse la cabeza, llorar, triste, amargada.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

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Como curiosidad terminológica, en la asociación libre de palabras Rubin y Friendly (1986) utilizaron la availability measure o “medida de disponibilidad” llamada por otros autores accessibility o “accesibilidad”- para valorar la “ease with which a word comes to mind in free association” teniendo en cuenta el número de veces que una palabra era dada asociada a otra. Los autores reconocen que la definición del término es un tanto vaga: quizá nuestra definición de disponibilidad, similar a ésta, también lo sea. Es notable que desde dos paradigmas distintos se utilice la misma terminología para designar un fenómeno abstracto similar, “la facilidad con la que una palabra viene a la mente”, aunque basándose en pruebas experimentales distintas y en resultados computados de diferente manera. La aplicación actual de la asociación libre de palabras está centrada en la creación de espacios semánticos y de conjuntos de normas de proximidad léxica (Hirsh y Tree 2001, Steyvers, Shiffrin y Nelson en prensa) como las Florida Free Association Norms (Nelson, McEvoy, Schereiber 1998), que constituyen una extensa base de datos que contiene las matrices de relación para 750000 palabras del inglés, en la que han participado 6000 sujetos en una tarea de asociación discreta: “We assume that a dynamic associative structure is created in memory that involves representations of the word themselves as well as connections to other words” (Nelson, McEvoy, Schereiber 1998:4). Cada palabra posee un “índice de accesibilidad”- semejante al que utilizaban Rubin y Friendly (1986)- que se define también como la facilidad con la que una palabra viene a la mente en la asociación libre a partir de una serie de estímulos. Por ejemplo, food (comida) es una palabra con una alta accesibilidad porque es producida por una gran variedad de palabras. Este concepto se diferencia del nuestro en que la disponibilidad no depende de la facilidad con la que una palabra aparece sugerida por muchas otras formas (cena-comida, bebida-comida, pan-comida) sino de la mayor cantidad de veces que esa palabra aparece asociada a una sola etiqueta categorial. La disponibilidad en el contexto de la Léxico-estadística es una disponibilidad “dependiente de” un campo nocional, por esa razón una misma palabra puede tener diferentes índices de disponibilidad según el centro de interés al que se asocie. A partir de las matrices de asociaciones de las normas de Florida, Steyvers, Shiffrin y Nelson (en prensa) han creado una red simulada de los espacios semánticos en los que se observan las relaciones de las palabras dentro del almacén

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

mental57. No sólo se producen las relaciones semánticas paradigmáticas estrictamente categoriales como pintura-escultura (que serán analizadas en el capítulo siguiente) sino también relaciones sintagmáticas del tipo pan-molde. Asimismo, se observan asimetrías en la distribución léxica: A produce B, pero B no produce A, o se registran espacios léxicos muy densos en que son más accesibles (esto se pone en relación con el concepto de las vecindades de léxicas (neighbourhoods) que veremos en el 5.1.4.3.). Las aplicaciones prácticas sobre la asociación libre de palabras en español se han desarrollado más tarde. Es en esta última década cuando se han acometido la mayor parte de los proyectos. En la Universidad de Salamanca el Grupo de Investigaciones Cognitivas ha desarrollado unas normas del español para 911 palabras basadas en experimentos de libre asociación de palabras58. Como compendio de todos los trabajos normativos del español, Pérez, Campoy y Navalón (2001) presentaron un artículo donde se recogen y describen la mayor parte de los publicados hasta la fecha. En el campo de la disponibilidad léxica en que se inscribe nuestro trabajo, dependiendo de lo estrictos que seamos en la recogida de datos, daremos cabida o no a palabras que se relacionen no sólo semánticamente sino también asociativamente con el centro de interés (tanto asociaciones secundarias o encadenamientos, como relaciones sintagmáticas). Esta inquietud teórico-metodológica ya estaba presente en los estudios de disponibilidad de los años 70: Galisson (1979) propuso sustituir los centros de interés por un concepto mucho más amplio, los temas predilectos, definidos estos últimos como los dominios de la experiencia sobre los cuales el sujeto ejercía preferentemente su reflexión. Este autor presenta un concepto de la disponibilidad más amplio, tanto temático como asociativo (de hecho considera la disponibilidad de Micheá meramente temática). Es decir, acepta todos los vocablos que indirectamente o directamente estén ligados a evocar un campo determinado de

57

Proyección de esta misma inquietud son muchos de los proyectos que se están llevando a cabo en Lingüística Computacional que se basan en medidas de la distancia semántica para la creación de aplicaciones prácticas como la comunicación hombre-máquina o la traducción (Rodríguez 2002). Uno de los más representativos y de más amplia cobertura y difusión es el proyecto FrameNet llevado a cabo por el International Computer Science Institute de Berkeley (http://www.icsi.berkeley.edu/~framenet/ ) en el que colabora la Universidad Autónoma de Barcelona con el Spanish FrameNet Project (http://gemini.uab.es/SFN y Subirats, en prensa). 58 La página electrónica donde se encuentran las normas desarrolladas por los profesores Ángel Fernández, Emiliano Díez y colaboradores es: http://web.usal.es/~emid/normas/ .

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la experiencia. Para ello propone realizar dos tipos de encuestas, una lexemática y otra sintagmática. La motivación de Galisson era sin duda ampliar el número de palabras seleccionadas para la elaboración de un corpus más completo y efectivo en la enseñanza de las lenguas y no necesariamente introducir un planteamiento reformador dentro de la línea de investigación lingüística que se desarrollaba entonces. Hoy en día dentro de las normas generales del Proyecto Panhispánico no se ha dado una defición sobre el carácter temático o asociativo de la actual recogida del léxico disponible. Siguiendo las pautas de Gougenheim, Michéa y sus colaboradores nos podemos considerar herederos de una disponibilidad de carácter temático y no asociativo. Sin embargo, algunas tendencias como la de mantener todas las respuestas dadas por los informantes aunque no estén ligadas al campo nocional correspondiente o conservar variantes formales de las palabras nos acerca de nuevo al carácter asociativo de la disponibilidad59. Definir esta concepción es importante puesto que puede hacer oscilar el método de recogida de los datos entre una concepción más estricta (a) o una concepción más flexible (b):

(a) Instrucciones para la encuesta: “Escribid todas las palabras que sepáis que pertenezcan a la categoría El campo, única y exclusivamente las que pertenezcan a la categoría”; con la consecuente supresión en los listados editados de las palabras que no formen parte de la categoría y que puedan considerarse errores de los sujetos

(b) Instrucciones para la encuesta: “Escribid todas las palabras que sepáis relacionadas de alguna manera con el campo”. En este segundo supuesto se conservarían todas y cada una de las palabras dadas por los informantes, incluso las producidas por relaciones asociativas tangenciales.

Para terminar con la revisión de la asociación libre de palabras, nos gustaría añadir que uno de los presupuestos con los que trabaja este tipo de investigaciones es 59

Algunos investigadores actuales ya han abogado por la concepción asociativa de la disponibilidad como Gómez Devís (2003) en las conclusiones de su tesis doctoral.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

que una respuesta sólo es válida cuando es producida por dos o más participantes, con el fin de evitar las respuestas idiosincrásicas de escasa fiabilidad para el conjunto de los resultados. Esta medida y otras similares, consideradas en disponibilidad cuando se trata de contrastar dos sintopías (Bartol 2001), han sido ampliamente discutidas para fijar los límites de la parte del corpus que ha de ser comparada. En nuestra opinión, la medida tomada por los psicólogos constituye el mínimo de respuestas que han de ser retiradas para configurar las bases de datos comparables. Si bien una convención futura puede ampliar este número, nunca debería reducirlo.

3.2.2. La fluencia semántica

3.2.2.1. Aplicaciones actuales Al comienzo del apartado 3.2.1. puntualizamos que la fluencia verbal podía observarse tanto en la actualización de categorías semánticas (con lo que se estudia el conocimiento semántico) como en la de grupos de palabras que empiezan por la misma letra (donde se observa el acceso al lexicón mental de las formas). Pues bien, la actividad de producción del léxico disponible es propiamente una tarea de fluencia de categoría semántica60. Los investigadores confluyen en que es una de las tareas más adecuadas para estudiar la memoria semántica y los procesos de recuperación del material almacenado (Warrington y McCarthy 1987, Damasio 1990, Saffran y Sehwartz 1994, Garrard, Perry y Hodges 1997, Caramazza 1998). Para llevar a cabo satisfactoriamente una activación de los miembros de una categoría en la fluencia verbal se requiere la efectividad a varios niveles: “the verbal fluency task is an indirect measure of semantic memory impairment because it is complex with many cognitive demands” (Chertkow y Bub 1990:400). La primera actividad requerida es la activación de la memoria semántica, que ha de estar intacta y organizada según los patrones de los sujetos normales. La segunda es la capacidad de búsqueda, la velocidad y la eficacia en la extracción del material, que conlleva un 60

Las pruebas de fluencia de categoría en Psicología poseen a priori la misma metodología que los estudios de disponibilidad léxica. Las únicas variaciones se dan en el intervalo temporal (desde 30 segundos a dos minutos) o en el tipo de categorías semánticas empleadas: algunas son compartidas como Animales, otras son de carácter más amplio como Seres animados y otras más específicas como por ejemplo el test del supermercado (Tröster et alii 1989), que consiste en nombrar durante un minuto todos los objetos que pueden comprarse en él.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

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buen funcionamiento de procesos de atención, motivación, ordenación, etc. Si uno de estos procesos falla, el sujeto será incapaz de resolver la actividad satisfactoriamente. La gran importancia que ha cobrado esta tarea dentro de los estudios psicolingüísticos

viene

dada

también

por

una

transformación

social:

el

envejecimiento de la población. Cada vez hay mayor número de ancianos con problemas de Alzheimer61 y enfermedades degenerativas que afectan a la memoria semántica, y por esa causa, se han multiplicado los estudios de estas disfunciones apoyados por instituciones privadas y públicas. Esta es una de las razones por las que la mayor parte de las investigaciones que utilizan la fluencia de categoría tienen carácter clínico (Tröster, Salmon, McCullough y Butters 1989; Chertkow y Bub 1990; Monsch, Bondi, Butters, Paulsen, Salmon, Brugger y Swenson 1994; Sartori, Coltheart, Miozzo y Job 1994; Cuetos, Martínez, Martínez, Izura y Ellis 2003); aunque también se realizan pruebas de carácter contrastivo (Chang, Butters, Paulsen, Salmon, Swenson y Maloney 1993; Troyer, Moscovitch y Winocur 1997). En este contexto, es muy importante la creación de normas que sirvan como modelos de actuación de sujetos normales, para compararlos con personas de riesgo en las que se pueda realizar un diagnóstico precoz de enfermedades relacionadas con la demencia semántica. Este tipo de datos normativos, aparecidos en diversas comunidades lingüísticas, son de reciente implantación en el ámbito hispánico:

“Entre las numerosas dificultades con las que se encuentra un investigador de lengua castellana se puede resaltar la carencia de datos normativos a partir de los cuales realizar su trabajo experimental. Sin embargo, estos datos normativos son imprescindibles a la hora de realizar un experimento concreto. Sin ellos, nunca podemos estar seguros de que los ejemplos seleccionados por el investigador sean ejemplos poco o muy producidos por los 61

El daño producido por el Alzheimer es exclusivamente una erosión del conocimiento conceptual básico (donde los objetos y los significados son almacenados) y no es una limitación perceptual o lingüística. Una de las primeras funciones que se debilitan es la habilidad para diferenciar conceptos similares, por ejemplo, ver un dibujo de una rosa y decir clavel. Las pruebas de fluencia semántica, tareas que mejor discriminan pacientes de sujetos sanos, son decisivas para diagnosticar casos tempranos, ya que requieren un procesamiento conceptual-semántico de alto nivel (Monsch et alii 1994). En general, cualquiera de las tareas de categorización es una prueba efectiva para determinar los daños en el conocimiento semántico. Otros ejemplos de pruebas son dar el nombre de la categoría seguido de una letra (por ejemplo, Animal P o Animal C) y medir el tiempo que se tarda en responder; o hacer preguntas concretas sobre una imagen (un dibujo de un león) o una palabra (león): ¿es el animal peligroso o no? ¿vive en África?, ya que en algunas ocasiones podemos acceder a los conceptos sin saber si la integridad de la información semántica está alterada (Chertkow, Bub y Caplan 1992).

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD sujetos, nunca sabremos si los ejemplos seleccionados son correctos. Si lo que interesa es estudiar categorías naturales, como ocurre en este caso, necesitaremos una escala, obtenida a partir de una muestra lo suficientemente amplia, de los ejemplos producidos ante determinados términos categoriales” (Soto, Sebastián, García, del Amo, 1982:6)

Destaca, entre otros, el trabajo con hispanohablantes en general de Alamo, Mir, Olivares y Barroso (1999); la revisión en español de Argentina llevada a cabo por Butman, Allegri, Harris y Drake (2000); en México se presentaron las normas NEUROPSI; y el proyecto sobre fluidez fonética del español de EEUU de Pontón, Satz, Herrera, Ortiz, Urrutia, Young, D’Elia, Furst y Namerow (1996). La recolección de datos normativos también ha dado lugar a comparaciones entre lenguas diferentes: Kempler, Teng, Dick, Taussing y Davis (1998) llevaron a cabo una investigación con un grupo de hablantes del inglés y del chino mandarín. Los parámetros metodológicos eran: la categoría Animales, respuestas orales y un minuto de tiempo, según las siguientes instrucciones: “all animals you can think of in one minute”. Igualmente, Acevedo, Loewenstein, Barker, Hardwood, Luis, Bravo, Hurwitz, Agüero, Greenfield, Duara (2000) compararon ancianos hablantes de inglés y español62. Junto a los datos de carácter normativo es imprescindible la aparición de baterías de ejercicios que contengan todas las actividades necesarias para evaluar las capacidades cognitivas globales de los individuos. Adrados, González Labra, Sánchez Bernardos y Galeote Moreno (2001) presentaron una batería en español para diagnosticar el Alzheimer en el que incluían una prueba de fluencia verbal para cinco categorías (animales, ropa, plantas, vehículos, muebles). Una de las recopilaciones de normas en español más interesantes para los estudios de disponibilidad es la que llevaron a cabo Soto et alii (1982). La autora y sus colaboradoras publicaron los datos normativos de España para 45 categorías en el marco de los estudios sobre Educación y Pedagogía de la lengua. Lo verdaderamente interesante es que las normas que ofrecen no atienden a la competencia léxica de los sujetos (número de palabras que el hablante medio 62

La reciente aparición de estudios contrastivos entre inglés y español en EEUU viene también motivada por una necesidad social, el envejecimiento de la numerosa población inmigrante de origen hispano. Este estudio de Acevedo et alii (2000) es excelente como revisión de los trabajos que tienen en cuenta la influencia de las variables sociales en español realizados hasta la fecha.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

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produce sobre un determinado tema en un determinado tiempo) sino a qué palabras concretas aparecen en relación con la categoría. Es decir, evalúan los resultados como una cuestión de tipicidad de los ejemplos teniendo en cuenta tanto la frecuencia como el orden de aparición. Los cálculos que realizan para ponderar ambos datos son más sencillos que el logaritmo matemático empleado en disponibilidad:

“Se ha confeccionado una tabla para cada categoría, en la que se incluyen todos los ejemplos mencionados diez o más veces, ordenados de mayor a menor frecuencia total. Se detallan además las frecuencias parciales obtenidas, teniendo en cuenta el orden en que ha sido producido el ejemplo, desde la primera a la séptima posición, agrupando las restantes en la octava casilla. En último lugar figura el rango medio de respuestas, obtenido a partir de la multiplicación del número de orden por su frecuencia correspondiente, sumando todas las puntuaciones y dividiendo el resultado total por el número total de frecuencias” (1982:10, la negrita es mía)

Otra de las características de este trabajo es que unifica plurales y singulares cuando hay variación, pero detalla las frecuencias de cada una de las formas. Sin embargo, las diferencias entre los masculinos y los femeninos no son marcadas, dada su escasez. También consideran el número total de palabras y un índice al que dan el nombre de ‘dispersión’ (frecuencia total de respuestas entre el número de ejemplos producidos), que se asemeja a la densidad y al índice de cohesión de los estudios de disponibilidad ya que valora el grado de coincidencia de las respuestas de los sujetos en cada categoría. En total participaron en la recogida de datos 356 estudiantes de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid. Así resumen los autores el método utilizado (tomado a su vez de Batting and Montagne):

“El objetivo de este experimento es encontrar qué elementos y objetos considera la gente que pertenecen a varias categorías o clases. El procedimiento será el siguiente: primero diré el nombre o descripción de la categoría. Después tendréis 30 segundos para escribir tantos elementos de la categoría como podáis en el orden que se os ocurra. Por ejemplo, si se da la categoría “color”, se podría escribir, azul, rojo, granate, etc. Para cada categoría sólo se usará una página. Cuando se os diga la palabra “alto” tenéis que dejar de escribir y volver inmediatamente la hoja. Se os dirá el nombre de otra categoría y de nuevo volveréis a escribir los nombres de todos los miembros posibles de esa categoría. El procedimiento seguirá hasta

98

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD 45 categorías en total y para cada una de ellas se utilizará una página diferente ¿hay algún problema?” (Soto et alii 1982:9)

No hemos podido comprobar si este trabajo tiene alguna relación con las primeras investigaciones de disponibilidad, suponemos que no, ya que no hace referencia a ninguna fuente común. Por esta razón es quizá tan significativo que partiendo de dos paradigmas distintos, con objetivos y aplicaciones diferentes, las bases metodológicas sean tan cercanas. Esto demuestra una vez más que el fenómeno del léxico disponible no es una realidad exclusivamente lingüística, sino que alcanza a otros paradigmas dentro de las Ciencias Cognitivas. Por lo tanto, la verdadera teoría integradora del léxico disponible ha de venir de una comunión interdisciplinaria en la que la lingüística proporcione los fundamentos más sólidos (al fin y al cabo la disponibilidad es un estudio léxico) pero que en todo momento sea compatible con las conclusiones obtenidas desde otras perspectivas científicas. Las normas y baterías psicolingüísticas y neurolingüísticas para evaluar las capacidades léxicas de los pacientes también predicen qué variables sociales influyen en el crecimiento o decrecimiento de la actividad en la fluidez verbal. Esta información es muy interesante para los estudios de disponibilidad, especialmente para aquellos que no trabajan con alumnos preuniversitarios, sino que han abierto su alcance a otros grupos sociales más amplios. Repasemos algunos de estos resultados: •

El experimento en Argentina de Butman et alii (2000)63 concluye que se da

un mayor rendimiento cuanto mayor es el número de años de escolaridad y que la actividad decrece a partir de los 46 años. Por el contrario, no se observan diferencias en el comportamiento de los dos sexos. •

Kempler et alii (1998)64 también predicen que la edad y la educación son las

dos variables sociales que más influyen en la fluencia verbal. •

Sin embargo, Alamo et alii (1999)65 precisan que mientras que en la fluidez

fonética influyen la edad y el nivel educativo, en la fluidez semántica sólo influye la edad como factor social de alteración de los resultados normales.

63

266 sujetos sanos de habla hispana, Animales, un minuto. 317 sujetos sanos de 54 a 99 años de edad, hablantes de chino, español, vietnamita e inglés, Animales, un minuto. 65 75 sujetos de 15 a 90 años de edad, Animales, un minuto. 64

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA



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Para terminar, Avecedo et alii (2000)66 encuentran tres variables que afectan

al decrecimiento o alteración de la actuación normal: la edad, la educación y el sexo.

Todas estas conclusiones confluyen con los resultados obtenidos en los trabajos de corte sociolingüístico de disponibilidad (panhispánicos y no panhispánicos), en los que además de la edad (Urrutia 2001), la cantidad y cualidad de la educación aparece como un factor determinante en la competencia léxica de los hablantes (Samper Hernández 2003). Este tipo de estudios tampoco dista apenas de las valoraciones cuantitativas que se llevan a cabo en la disponibilidad basadas en el número total de palabras y el número de palabras diferentes para cada uno de los grupos sociales. Urrutia (2001) en la Universidad de la Concepción de Chile diseñó una batería de seis tareas psicolingüísticas para valorar la competencia léxica de los sujetos en los que incluía la disponibilidad léxica, tal y como la conocemos en Lingüística. Los 30 sujetos entrevistados estaban divididos en tres grupos de edad, con 10 informantes cada uno: 15-25, 35-40 y 65-70. La disponibilidad léxica se recogió de forma oral durante dos minutos en cuatro centros de interés: Animales, Salud y Enfermedades, Problemas del Ambiente, Sentimientos y emociones. Cuadro 1. Promedio de respuestas por grupos de edad

Categorías/grupos de edad

15-25

35-40

65-70

26

21.1

18

Salud y Enfermedades

17.1

15.1

13.1

Problemas del Ambiente

12.8

15

9.2

Sentimientos y emociones

16.3

14.4

9.7

Total

18.1

16.5

12.5

Animales

Fuente: Urrutia (2001)

La conclusión general del estudio de Mabel Urrutia es que se produce un proceso de involución en la lengua debido al debilitamiento progresivo de la memoria a largo plazo. En los hablantes más jóvenes disminuye el tamaño de los 66

En tres categorías Animales, Vegetales y Frutas, con 424 hablantes de inglés y 278 hablantes de español.

100

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

subgrupos semánticos (dentro de Animales, por ejemplo, animales domésticos, animales salvajes, aves, peces, etc.) ya que hay más cambios de subgrupo nocional en el desarrollo del ejercicio. En el grupo de edad central se equilibra el número de cambios y de subgrupos, mientras que en el más anciano se reducen considerablemente los cambios y aumenta el tamaño de los subgrupos. A continuación aparecen tres ejemplos creados por nosotros según las actuaciones prototípicas de cada uno de los grupos sociales propuestas en el estudio anterior: ƒ

Un joven: perro, gato, caballo, lobo, zorro, perdiz, golondrina, águila, gallina, cerdo, vaca, pulpo, cangrejo, langosta, ballena, tiburón, cobra, cascabel. En la relación de palabras se producen muchos cambios de subgrupo (animales domésticos, animales del campo, aves, animales de la granja, mariscos, mamíferos marinos y serpientes) de manera que el número de ejemplos de cada una de las agrupaciones es más reducido.

ƒ

Un adulto joven: perro, gato, caballo, yegua, vaca, buey, gallo, gallina, cerdo, jabalí, gamo, ciervo, lobo, zorro, oso, león, tigre. Hay menos cambios de grupo (animales domésticos, animales de granja, animales del bosque y animales de la selva) pero aumenta relativamente el número de ejemplos, por lo que se equilibra la producción.

ƒ

Una persona mayor: perro, gato, gallina, gallo, caballo, burro, mula, buey, oveja. Hay un número de cambios más reducido (animales domésticos, animales de granja) y aumenta el número de ejemplos por subgrupo, pero aun así la producción general se ve disminuida.

Para terminar este apartado dedicado a la fluencia de semántica, hay algunos investigadores que utilizan este tipo de pruebas para crear mapas cognitivos de alcance categorial parecidos a los que mencionábamos en la asociación de palabras. En este caso se suelen basar en las agrupaciones y los cambios realizados por los hablantes dentro de la misma enumeración de palabras. Veamos un ejemplo basado en la categoría de Animales, la más frecuente en la fluencia verbal psicolingüística. Chang et alii (1993) realizaron un estudio en el

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que en una prueba de fluencia semántica obtenían la distancia media entre parejas de palabras (medida en el número de palabras intermedias) en las listas producidas por los sujetos. Cuanto más cercanos son los pares de palabras en la producción, más fuerte es la asociación semántica entre ellos y más cerca se sitúan en el supuesto almacén de la memoria semántica. Después transladaron los resultados a un eje de coordenadas y obtuvieron los mapas cognitivos de la categoría en tres tipos de sujetos: pacientes con Alzheimer, pacientes de la enfermedad de Huntington y sujetos sanos. Como puede observarse en las figuras 11 y 12 en los pacientes con alteraciones en la memoria semántica se han alterado los rasgos semánticos atribuidos a cada uno de los conceptos. Figura 11. Mapa cognitivo de la categoría Animales para sujetos sanos

Fuente: Chang et alii (1993) Figura 12. Mapa cognitivo de la categoría Animales para enfermos de Alzheimer

Fuente: Chang et alii (1993)

102

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

3.2.2.2. Problemas de la fluencia semántica

Debido a que en los estudios de léxico disponible no tratamos de obtener conclusiones sobre la conformación del lexicón mental de los hablantes, sino de la competencia lingüística, la consideración de los fenómenos no tiene unas imposiciones metodológico-experimentales tan estrictas. A pesar de esto, la problemática inherente a los estudios de fluencia de categoría, y en general a todos los experimentos psicolingüísticos, puede trasladarse a la recogida del léxico disponible. A continuación enumeramos algunos de los problemas más relevantes: 1. Los sujetos pueden desarrollar estrategias para solucionar la tarea de una manera más sencilla y que requiera menor esfuerzo, los cual puede falsear los procedimientos cognitivos reales (por ejemplo, en las Partes del cuerpo mirarse a sí mismo y comenzar de abajo a arriba, en La escuela mirar alrededor y hacer una descripción visual del entorno...). 2. El mismo resultado puede deberse a causas diversas que no podemos indentificar, ya que diferentes mecanismos de actuación son capaces de actualizar el mismo producto lingüístico. 3. Dar una respuesta inmediata a un estímulo experimental es en cierto modo una actividad artificial y sesgada que podría no reflejar el proceso de selección del léxico en el contexto de la comunicación habitual. 4. Los resultados estándar pueden ser alterados sustancialmente por mecanismos de la memoria implícita (priming) de los que los hablantes no son conscientes; por ejemplo, una palabra, un objeto, una conversación o actividad lingüística reciente, etc. De los cuatro problemas que hemos enunciado, el experimentador sólo puede controlar parcialmente el cuarto, cuidando al máximo las condiciones experimentales en las que se desarrolla la tarea. Una de las medidas para contrarrestar esta intrusión de un distractor puede ser la creación de un protocolo de instrucciones rigurosamente común para todas las encuestas del Proyecto Panhispánico.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

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3.2.2.3.Parámetros de la fluencia semántica

Hemos concluido que la fluencia de categoría es una actividad en la que fundamentalmente se evalúa la memoria semántica. Su aplicación efectiva requiere dos elementos fundamentales: unos almacenes de memoria intactos y unos procesos de búsqueda efectivos (Troyer, Moscovitch y Wincour 1997, Crowe 1998). A los procedimientos de búsqueda, se une la habilidad de la extracción del material semántico seleccionado. Si una de estas capacidades falla, la producción de la fluencia de categoría se puede ver afectada drásticamente. Junto a estas características internas, que dependen del estado del sistema cognitivo de los sujetos, hay otros parámetros externos observables en la ejecución de la actividad que también son indicio del tipo de actividades cognitivas implicadas.

3.2.2.3.1. TIEMPO Uno de los componentes de la fluencia semántica más estudiados por los psicolingüistas es la distribución de las respuestas en el tiempo y la creación de ‘grupos temporales’ en la generación de las palabras. El esfuerzo requerido para la producción de los términos aumenta conforme va transcurriendo el tiempo de la prueba y consecuentemente, la producción disminuye. De hecho, la producción constante en la fluidez verbal es una falacia experimental. Para analizar el decrecimiento del número de ejemplos se suelen marcar periodos de treinta segundos en las respuestas orales (Luckhurst y Lloyd-Jones 2001). Crowe (1998) llevó a cabo un estudio en el que analizaba la reducción de las respuestas en tareas de fluencia verbal dependiendo del tiempo transcurrido. Las causas del decrecimiento de la actuación son fundamentalmente tres: 1. Agotamiento de un almacén de palabras de alta frecuencia al que se accede en los primeros estadios de la tarea 2. Los efectos acumulativos de las limitaciones de la memoria en el transcurso del tiempo 3. Las limitaciones impuestas por el tamaño de la categoría.

104

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

La combinación de estas tres causas da respuesta a la pregunta que nos planteábamos en Hernández Muñoz (2004) al observar que el número de palabras diferentes no tenía relación directa con el tamaño de la categoría, ya que probablemente la tarea de recuperación de palabras imponía por sí misma las limitaciones: “La mayor o menor ‘disponibilidad léxica’ de un centro depende no de la cantidad de palabras que lo componen sino de la capacidad del hablante para acceder a ellas” (2004:108).

Kempler et alii (1998) en su estudio comparativo entre el chino y el inglés confirman que efectivamente la dimensión de la categoría no afecta el número de palabras por informante al llegar a la siguiente conclusión: “Análisis on the specific animal names produced in the verbal fluency task suggested that the variety of animal names available to a language group does not affect fluency perfomance. For example, although Chinese participants drew from the most restricted set of animals names, they produced the same mean number of animals names as the English speakers, who use the greatest variety of animals names” (1998: 536)

3.2.2.3.2. AGRUPACIONES Y CAMBIOS Troyer,

Moscovitch

y

Wincour

(1997)

describen

dos

elementos

fundamentales en los procesos cognitivos que subyacen a la fluencia de categoría: las agrupaciones y los cambios de grupo. Los dos fenómenos son fácilmente observables en las encuestas de disponibilidad léxica (ya habíamos hecho referencia a estos dos factores al resumir los resultados de la investigación de Mabel Urrutia en el 3.2.2.1.). El primero, la creación de agrupaciones, consiste en la aparición de subgrupos dentro de las categorías generales para ayudar a organizar la evocación de las palabras. Responde tanto a una organización del conocimiento como a una estrategia de eficacia en la actualización de las palabras. El segundo, los cambios de subgrupo, evalúa la habilidad del hablante para moverse de un tema a otro dentro del mismo campo nocional. Ambos elementos, que funcionan independientemente, correlacionan con el mayor número de palabras generadas en las pruebas de fluencia semántica. Es decir,

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

105

cuanto mayor sea la habilidad para crear grupos y cambiar entre ellos, mayor número de palabras serán evocadas. Troyer et alii (1997) compararon la actuación lingüística entre dos grupos de sujetos con diferentes edades y sin daño cerebral. El grupo de los adultos jóvenes produjo muchas más palabras y en él se registraron cambios más frecuentes entre las agrupaciones de palabras (lo que concuerda con Urrutia (2001)). 3.2.2.3.3. ERRORES Una de las precisiones metodológicas de carácter estricto a la que hacíamos referencia al comenzar el apartado 3.2.3 y que caracteriza a los estudios psicolingüísticos experimentales, es la exclusión de una serie de palabras que por alguna razón son consideradas desviaciones en la producción. Tradicionalmente se considera que hay cuatro tipos de errores en la fluencia de categoría (Crowe 1998, Luckhurst y Lloyd-Jones 2001): ƒ

Repeticiones

ƒ

Variantes de la misma palabra

ƒ

Intrusiones

ƒ

Nombres propios

No todos los casos que son eliminados en los trabajos psicológicos son considerados errores en las encuestas de disponibilidad. Las repeticiones son igualmente eliminadas en todos los casos y las variantes de la misma palabra suelen reducirse a una sola forma (esta norma parece estar clara en cuanto a las variantes morfológicas pero no en cuanto a otro tipo de variación como básquet/baloncesto, televisor/televisión). Por el contrario, el tratamiento de las intrusiones y de los nombres propios (en el que podrían incluirse las marcas) varía dependiendo del investigador. Así, el grupo investigador grancanario opta por suprimir ambos tipos de respuestas, sin embargo el grupo de la Universidad de Salamanca prefiere conservar todas las palabras por considerar que no se debe perder ningún tipo de información lingüística o cultural aportada por los informantes.

106

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

3.2.2.3.4. CONTEXTO

La fuerte influencia del contexto en la fluencia semántica está relacionada con dos de los problemas que presenta la fluencia de categoría y que comentábamos en el apartado 2.3: la creación de estrategias de respuesta y la existencia de un estímulo (consciente o inconsciente) lingüístico o físico que desvíe las respuestas. Por ejemplo en el estudiante 8 de Guadalajara nos encontramos con la siguiente enumeración en el centro de interés La escuela: chicos, chicas, profesores, mesas, sillas, pizarras, tizas, tizas de colores, relojes, estuches, pupitres, mesa para profesor, mesa para el alumno, carteles, ventanas, persianas, suelo, luces de emergencia, libros, biblioteca, bolis, papelería, fotocopiadoras, sala profes, psicólogo, secretaría, dirección, conserjería, sala música, sala audiovisuales. Los primeros diecinueve términos claramente responden a un repaso visual del entorno que le rodea. Después, se despega del contexto físico más cercano y describe otras dependencias del colegio. El recorrido visual, que puede considerarse tanto como una estrategia de recuperación de las palabras como un condicionante contextual, también es muy frecuente en otros centros de interés como las Partes del cuerpo o La ropa. Cuando nos referimos al contexto de los hablantes no sólo hacemos referencia al ambiente físico que los rodea, sino también al contexto emocional y episódico del sujeto. Ruiz Vargas (1994: 248) ya citaba la influencia de las características personales de los sujetos en la recuperación de los elementos desde la memoria: “Existen métodos que predicen cómo los procesos de memoria son afectados por la valencia emocional del conocimiento episódico y semántico o del ambiente en el que dicho conocimiento es codificado y recuperado”. Este aspecto, sin embargo, escapa al control del investigador. 3.2.2.3.5. PRIMING Troyer, Moscovitch y Wincour (1997) también consideran el priming o facilitación semántica y formal como un proceso cognitivo latente en la fluencia de

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

107

categoría. Por ahora sólo lo enunciaremos ya que lo trataremos con detenimiento en el capítulo quinto, apartado segundo (véase también 2.2.2.1.). 3.2.2.3.6. CANAL Las pruebas de fluencia de categoría pueden realizarse a través del canal oral o del canal escrito. En el Proyecto Panhispánico todas las encuestas se realizan de manera escrita, ya que, con ello se facilita la recogida y el análisis de los datos67. Samper, Bellón y Samper resumen así las ventajas: “Hay razones de tipo práctico que justifican tal decisión [utilización de encuestas por escrito]: las pruebas escritas ofrecen la gran ventaja de que permiten obtener un material muy importante en pocas sesiones ya que pueden realizarse de forma colectiva. En cambio, las pruebas orales- que deben ser grabadas- han de ser efectuadas de forma individual, lo que supone mucho tiempo si se desea contar con un número considerable de informantes” (2003: 65, el corchete es mío)

El proceso de escritura manual es considerado en la disponibilidad como un medio de recuperar la información, pero no como un código concreto que posee sus propias peculiaridades y que puede condicionar las respuestas de los sujetos. Habría que tener en cuenta aquellos fenómenos que dependen exclusivamente de los procesos de escritura. Los procesos de recuperación de la memoria son más largos en las encuestas escritas que en las orales ya que la activación de un término o grupo de términos ha de mantenerse mientras se llevan a cabo los ejercicios motores pertinentes, más extensos en el tiempo que la producción de sonidos (Cuetos 1991). Podemos observar este fenómeno en algunas sucesiones de palabras como: león, jirafa, ballena, tigre, delfín, calamar. En este caso el grupo ‘animales de la selva’ ha tenido que mantenerse activado mientras el sujeto escribía la palabra ballena. Este retraso puede provocar la desactivación de determinadas palabras que serían producidas en procesos de memoria más rápidos como las encuestas orales. También aparecen en las respuestas algunos casos de disgrafías como bibliería (Ellis 1982).

67

Suponemos que todos los alumnos que cursan segundo de bachillerato han superado las posibles dificultades en los procesos cognitivos o psicomotores de la lecto-escritura (Galen 1991) que impiden la realización satisfactoria de la encuesta.

108

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Los estudios de disponibilidad pueden ser un amplio corpus de estudio para las patologías de la escritura. En Psicolingüística las pruebas de fluencia de categoría suelen ser orales si se trabaja con pacientes, y si se trabaja con sujetos sin daño cerebral se suelen emplear ambos canales indistintamente68. Hay que tener en cuenta que las condiciones experimentales de tipo psicolingüístico son mucho más estrictas (por ejemplo, en la supresión de los errores, en la formulación de las instrucciones, etc.) y por tanto, se considera que se igualan las producciones. El carácter de los estudios de disponibilidad es más abierto y por lo tanto hay más posibilidad de que se produzca una variación significativa en las respuestas si se utiliza en canal oral. El siguiente apartado comprende un análisis exhaustivo de las diferencias observadas entre ambos tipos de pruebas que esperamos que contribuya a clarificar el uso de la metodología oral.

3.3.

EXPERIMENTO

1:

LÉXICO

DISPONIBLE

ORAL

VS.

LÉXICO DISPONIBLE ESCRITO

3.3.1. Marco teórico Como hemos visto en el apartado anterior, la metodología del Proyecto Panhispánico propone la recogida escrita del léxico disponible. La oralidad versus la escritura es el parámetro metodológico que menos ha sido revisado en los materiales historiográficos sobre disponibilidad publicados hasta la fecha. Sin embargo, la inquietud de rastrear qué sucede en las encuestas orales ha estado presente en varios investigadores: Dimitrijévic (1969) ya realizó encuestas orales con el inglés en Escocia al experimentar con los límites temporales de las listas abiertas, en aquel momento recientemente incluidas en la metodología. García Marcos (apud Mateo 1998: 81 y Samper et alii 2003:65) realizó una investigación experimental, a la que no hemos podido acceder, en la que concluye que los resultados orales y escritos no son sustancialmente diferentes ni cualitativa ni cuantitativamente.

68

Urrutia (2001), que es el único estudio de aplicación clínica que utiliza la disponibilidad léxica, utiliza encuestas orales para evaluar la producción léxica de sujetos sanos debido a que la franja de edad con la que trabaja incluye ancianos.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

109

El trabajo con sujetos cuyas edades difieren de las de los estudiantes preuniversitarios, especialmente si son personas de edad avanzada o niños muy pequeños, es el factor que en mayor número de casos motiva el cambio de metodología. Terrádez (1996) realizó un estudio del español hablado en Valencia donde combinan las respuestas orales y escritas –para mayores de 60 años- (apud Gómez Devís 2003: 76). Borrego (en prensa) realizó una comparación entre las “culturas léxicas” de los estudiantes universitarios y los jubilados de Salamancamayores de 60 años- en la que ambos colectivos respondieron a las encuestas de forma escrita, a pesar de las dificultades que encontraron en aplicar la encuesta a las personas de edad avanzada. Sin embargo, Borrego y Fernández Juncal (2003a) plantearon una encuesta oral grabada al entrevistar a personas mayores de la mitad oriental de Cantabria en su estudio sobre las relaciones entre léxico disponible y Dialectología; la causa fundamental de este cambio metodológico fue que el colectivo de informantes estaba poco habituado a escribir y una tarea escrita podría o bien provocar un rechazo a colaborar o unos resultados escasos y poco fiables69. En cuanto a los estudios con hablantes de edades tempranas, Sánchez Corrales y Murillo (1999:105) también utilizaron la metodología oral la recoger el léxico disponible de los niños costarricenses. En el capítulo anterior (2.3.2.) justificábamos el diseño de este experimento al reflexionar sobre la propuesta teórica de Alfonso Caramazza. El autor italiano defiende la independencia de la ruta grafémica en el acceso al léxico utilizado en la escritura, de manera que no hace falta pasar por un nivel intermedio de representaciones fonológicas para desarrollar la escritura productiva, sino que desde el “almacén” de los significados en la memoria semántica se accede directamente al “almacén grafémico”70 previo a la actividad motora en la escritura. Si, tal y como defendían Levelt et alii (1999) y Cuetos (1991), la frecuencia es el factor determinante de la selección léxica en el nivel de la representación formal, fonológica o grafémica, y si las representaciones y las características que se les atribuyen están segregadas en dos subsistemas diferentes, no sería de extrañar que hubiera cambios importantes en la selección de las palabras disponibles dependiendo 69

El cambio de canal no fue la única variación metodológica introducida en este estudio con respecto a los patrones panhispánicos: el tiempo de respuesta también se redujo a minuto y medio por considerar que las respuestas orales se producían de manera más rápida. 70 Recordemos la definición de “almacén grafémico” que aporta Cuetos (1991:37): almacén temporal en la memoria a corto plazo mientras se realizan las operaciones destinadas a convertir los grafemas todavía abstractos en signos gráficos.

110

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

del canal por el que se realizara la recogida de la información, por el simple hecho de que hay palabras que son muy frecuentes en el discurso oral y sin embargo, no lo son en el escrito y al contrario. En cualquier caso, la semejanza de las dos producciones no iría en contra de este modelo de producción, ya que hay otros muchos factores que podrían modificarlo y que no pueden ser controlados: que la selección no se produzca en ese nivel de representación sino en el semántico, que haya otras variables que operen en la selección léxica, etc. En conclusión, a lo largo de los años, debido a la ampliación de los horizontes experimentales, la curiosidad científica por el léxico disponible oral ha sido transformada en una necesidad metodológica. Este factor, unido a la nueva perspectiva cognitiva que estamos desarrollando y también a la reciente aplicación de análisis estadísticos a la valoración cuantitativa del léxico disponible, ha motivado esta nueva revisión de la oralidad y la escritura en las tareas de disponibilidad léxica.

3.3.2. Metodología La comparación entre los resultados orales y escritos podía llevarse a cabo de dos maneras diferentes: o bien aplicando la misma encuesta en sus dos versiones al mismo grupo de hablantes o bien seleccionando aleatoriamente dos grupos del mismo universo que responderían a dos versiones de la encuesta. La facilidad para la creación de estrategias en la realización de la prueba de disponibilidad nos hizo rechazar la primera versión del experimento; así los sujetos sólo se verían expuestos una vez a las condiciones experimentales. El colectivo seleccionado para la aplicación de la prueba oral fue el de los estudiantes de la Universidad de Salamanca. Aunque Borrego y Fernández Juncal (2003b) llegaron a la conclusión de que las diferencias entre los estudiantes preuniversitarios y los universitarios del último año no son sustanciales (exceptuando la madurez en el proceso de lexificación), decidimos comparar las respuestas de dos grupos pertenecientes al mismo ámbito –el universitario- en lugar de utilizar las respuestas escritas de uno de los centros educativos del corpus castellano-manchego, presuponiendo que la edad mental del colectivo de los estudiantes universitarios es más uniforme, ya que:

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

111

“La capacidad de evocación de un hablante enfrentado a un centro de interés está determinada no sólo por variables sociales geográficas y culturales, sino también por su edad mental, por cuanto dicha capacidad depende de la aptitud del hablante para reducir la diversidad de objetos a un número reducido de clases lógicas ” (Echeverría 1987:27)

Así, finalmente, los datos de las 24 encuestas escritas de alumnos de la Universidad de Salamanca procedieron del estudio de Borrego y Fernández Juncal (2003b). Las encuestas orales fueron realizadas por la autora de este trabajo en mayo de 2003 a 24 alumnos de la Universidad de Salamanca que se ofrecieron voluntarios para realizar el experimento; ninguno de los participantes en esta segunda parte había respondido con anterioridad a una prueba de disponibilidad. Para la recogida de los datos orales se seleccionaron cinco centros de interés: Partes del Cuerpo, La ropa, Muebles, Animales y Profesiones. El tiempo de respuesta fue de dos minutos, al igual que en las encuestas escritas. Una vez obtenidas las respuestas de los informantes, se realizó el proceso de estandarización de las palabras producidas. Para evitar las posibles divergencias en la lematización de los términos que falsearan los resultados posteriores, el proceso de edición de las 48 encuestas en bruto se llevó a cabo simultáneamente y de manera conjunta. Finalmente los datos se introdujeron en el banco de datos de www.dispolex.com para realizar los cálculos matemáticos y obtener el índice de disponibilidad. Para las comparaciones cuantitativas se utilizó el programa Lexidisp porque la herramienta que realiza los cálculos comparativos en Dispolex todavía estaba en periodo de desarrollo71.

3.3.3. Análisis cuantitativo: valores generales Si consideramos los resultados aportados por el cuadro 2, la diferencia entre las respuestas escritas y las orales se presenta, en primer lugar, en el número de palabras totales o de vocablos y, especialmente, en la distribución de las respuestas máximas y las mínimas. Las respuestas totales orales son más numerosas en tres de 71

En el momento de la presentación de esta tesis la herramienta de dispolex.com encargada de realizar las comparaciones cuantitativas entre conjuntos de términos ya estará completada; una de las mayores innovaciones introducidas será la selección del ámbito de comparación (total de vocablos, las 100 palabras más disponibles, las palabras que poseen más de 0.02 de disponibilidad, el 75% de la frecuencia acumulada).

112

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

los centros de interés, Partes del cuerpo, La ropa, Profesiones, mientras que las respuestas escritas aventajan a las orales en Muebles y Animales. El número de vocablos orales aventaja a los escritos en cuatro de los centros de interés: Partes del cuerpo, La ropa, Muebles y Profesiones; el campo nocional Animales sigue favoreciendo la recogida de los vocablos escritos. Los intervalos de las respuestas dadas en las encuestas orales son mucho más amplios que en las encuestas escritas. Por ejemplo, en Partes del cuerpo la variación entre el mínimo número de respuestas orales de un informante (16) y el máximo (60) es de 44, mientras que en las escritas, la diferencia entre el mínimo número de respuestas dado por un estudiante (13) y el máximo (35) es de 22. La variabilidad no aparece en las respuestas mínimas sino en las máximas, lo que indica que depende probablemente de la mayor velocidad en la producción articulatoria de los sonidos, en comparación con la producción psicomotora de la escritura.

Cuadro 2. Palabras totales, vocablos y valores máximos y mínimos P. del Cuerpo

Ropa

Muebles

Animales

Profesiones

689 595 145 126 16-60 13-35

636 597 218 125 12-49 15-33

361 392 110 105 9-27 10-26

701 743 169 180 14-44 22-37

606 592 216 186 16-33 14-31

Total de palabras orales Total de palabras escritas Vocablos orales Vocablos escritos Valores mínimos y máximos-orales Valores mínimos y máximos-escritas

3.3.4. Análisis estadístico Como hemos visto, los sujetos que respondieron a las pruebas de disponibilidad oralmente produjeron mayor número de unidades léxicas (palabras totales y vocablos) que los que contestaron en la modalidad escrita. Pero ¿la producción obtenida en las encuestas orales es realmente diferente a la producida en las respuestas escritas o la variación en el número de unidades obtenidas se debe al azar? En principio, las divergencias entre el número de expresiones y de vocablos que hemos resumido en el apartado anterior, no aseguran que las diferencias entre ambas realizaciones experimentales sean estadísticamente significativas.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

113

3.3.4.1.Número de palabras dadas por cada informante Para comprobar si se rechaza o se acepta la hipótesis nula -que postula que las diferencias observadas en dos muestras se deben al azar- se han realizado cinco análisis de la varianza simple (Kerlinger 1984: 156 y ss.) con el programa informático SPSS teniendo en cuenta el número de palabras producidas por cada individuo en cada uno de los centros de interés: Partes del cuerpo, Ropa, Muebles, Animales y Profesiones en ambas modalidades metodológicas (orales y escritas). Como podemos ver en el anexo 1 A, ninguno de los análisis obtiene un índice de probabilidad menor de 0.05, por lo que se debe aceptar la hipótesis nula72. Por tanto, las medias intergrupales se pueden considerar iguales, o lo que es lo mismo, no tenemos información suficiente que avale la existencia de diferencias significativas en cuanto a la realización de encuestas orales o escritas; todas las variaciones observadas pueden atribuirse a factores aleatorios. Estos resultados no dejan de ser, en cierto modo, sorprendentes, teniendo en cuenta la observación impresionista de los datos. Especialmente en lo que respecta a la observación de la diferencia entre el número mínimo y máximo de palabras dadas por los estudiantes que participaron en el experimento. Hay que tener en cuenta que el análisis estadístico neutraliza este tipo de desajustes numéricos individuales y considera sólo las medias de la población.

3.3.5. Compatibilidad El programa Lexidisp posibilita los cálculos de la magnitud de la intersección entre dos conjuntos de términos. El porcentaje de compatibilidad indica la coincidencia en los vocablos73 en una sistematización del componente cualitativo. Como vemos en el cuadro 3 los porcentajes de intersección / compatibilidad si consideramos el total de las palabras son bastante reducidos (véase el sombreado del cuadro): sólo en el caso de Animales supera el 50%, y en La ropa apenas alcanza el 72

Martín, Cabero y Ardanuy precisan lo siguiente: “Una hipótesis estadística es una proposición que se establece acerca de una o más poblaciones. [...] La terminología de rechazar o aceptar una hipótesis debe quedar clara. Es decir, el término rechazar una hipótesis significa concluir que es falsa, mientras que aceptar una hipótesis solamente implica que no se tiene la suficiente información como para rechazarla” (1999:113). 73 Recordemos que un vocablo es cada una de las palabras diferentes que conforman las listas definitivas de los centros de interés.

114

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

25 %. Respecto del número de vocablos sólo en Animales las respuestas escritas superan a las orales en 11 palabras. En el resto de los centros de interés la producción oral es más abundante. Es destacable la gran diferencia que hay en el número de palabras diferentes en el centro de interés La ropa: 218 en las encuestas orales y 125 en las escritas. Cuadro 3. Resultados de la comparación ORALES/ESCRITAS para el número de vocablos

A B Interseción Unión Complemento del conjunto A Complemento del conjunto B Compatibilidad Contribución A intersección Contribución B intersección Código exclusivo A Código exclusivo de B

Partes del cuerpo

Ropa

Muebles

Animales

Profesiones

145 126 76 197 69

218 125 64 282 154

110 105 53 167 57

169 180 122 229 47

216 186 115 292 101

50

61

52

58

71

39% 52% 59% 35% 22%

23% 29% 51% 55% 22%

33% 40% 50% 35% 32%

53% 72% 67% 21% 26%

39% 53% 61% 35% 25%

A: Orales, B: Escritas

Dado que los porcentajes de intersección son tan reducidos, extrajimos de los resultados las palabras dadas únicamente por un solo informante para realizar de nuevo los análisis de intersección de los conjuntos de vocablos. Las diferencias que observábamos entre el número de vocablos en La ropa y Animales se justifican por el número de palabras idiosincrásicas aportadas por sujetos aislados.

Cuadro 4. Vocablos aportados por un único informante

Orales Escritas

Partes del cuerpo

Ropa

Muebles

Animales

Profesiones

44 45

129 60

45 55

47 70

104 90

Sin embargo, aunque los porcentajes ascienden al considerar la intersección de conjuntos después de eliminar los vocablos dados por un solo informante, la

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

115

diferencia con los porcentajes anteriores no supone gran distancia (véase el sombreado del cuadro 5): asciende 8 puntos en las Partes del cuerpo, 4 en los Muebles, 7 en Animales y 8 en Profesiones. Tan sólo en La ropa se eleva 20 puntos, hasta alcanzar el 43% debido a que se reduce la diferencia entre el número de vocablos actualizados por A (orales) y B (escritas): de 93 vocablos desciende a 24. Cuadro 5. Resultados de comparación ORALES/ESCRITAS para los vocablos dados por dos o más informantes

A B Interseción Unión Complemento del conjunto A Complemento del conjunto B Compatibilidad Contribución A intersección Contribución B intersección Código exclusivo A Código exclusivo de B

Partes del cuerpo

Ropa

Muebles

Animales

Profesiones

101 81 59 125 42

89 65 47 110 42

65 50 31 84 34

122 110 88 146 34

112 96 68 145 44

22

18

19

22

28

47% 58% 71% 34% 19%

43% 52% 71% 40% 17%

37% 48% 62% 40% 23%

60% 72% 79% 24% 16%

47% 60% 69% 32% 21%

A:Orales, B:Escritas

Para terminar el análisis, aparecen los datos de los cinco centros de interés considerados como un conjunto único. La diferencia en el número de vocablos entre las dos condiciones experimentales cuando se considera el conjunto total de palabras es de 134 a favor de las orales. Sólo comparten un 37% del léxico disponible.

Cuadro 5a. Los centros de interés como conjunto único de vocablos

Total de vocablos A B Interseción Unión Compatibilidad A:Orales, B:Escritas

863 729 430 1162 37%

116

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Figura 13. Intersección entre todas las palabras de los 5 centros de interés

Si consideramos sólo los vocablos dados por dos o más informantes74 el tanto por ciento de la compatibilidad asciende al 48% y el número de vocablos en los que la encuesta oral supera a la escrita se reduce a 85. Cuadro 5b. Los centros de interés como conjunto único de vocablos (vocablos dados por dos o más informantes).

Total de vocablos A B Interseción Unión Compatibilidad

494 409 293 610 48%

A:Orales, B:Escritas

Figura 14. Intersección entre todas las palabras dadas por dos o más informantes

74

Bartol (2004) al calcular las compatibilidades entre los conjuntos de vocablos de los grupos sociales de Soria también elimina los ejemplos dados por un solo informante.

SOBRE LA FLUENCIA SEMÁNTICA

117

3.3.6. Análisis cualitativo Hemos concluido que cuantitativamente la diferencia entre una forma u otra de producción, por lo que respecta al número de palabras producidas y a los índices de disponibilidad de los vocablos, no es significativa estadísticamente. Por tanto, en lo que corresponde a la efectividad de los procesos de producción del léxico las dos metodologías dan resultados similares. Si nuestro objetivo es comparar cuantitativamente el número de unidades producidas- como puede ser el objetivo de los estudios de Psicolingüística clínica a la hora de evaluar las capacidades cognitivas de un sujeto dentro de un campo semántico concreto- ambas pruebas pueden ser utilizadas indistintamente. Sin embargo, también observamos que la magnitud de la intersección entre los dos conjuntos de vocablos no superaba el 50% de la producción –incluso después de eliminar las palabras dadas por un solo informante-, lo que indica que en el apartado cualitativo las variaciones parecen ser mayores. Al haber realizado el proceso de edición de los datos en bruto conjuntamente descartamos la idea de que se deba a diferencias en el proceso de unificación. Nuestro siguiente paso será observar qué tipo de términos (o de construcciones sintagmáticas) diferencia ambas producciones y provoca esta solo mediana compatibilidad. A continuación enumeraremos las divergencias cualitativas más importantes que hemos encontrado al revisar las tablas de disponibilidad. 1. Asociaciones y encadenamientos. En las encuestas orales se produce un mayor número de términos asociados que no pertenecen directamente a la categoría implicada, así como un mayor número de encadenamientos que hace que las respuestas se alejen de los campos temáticos propuestos. Este hecho acerca el léxico disponible a las respuestas observadas en la libre asociación de palabras, más que a las de la fluencia de categoría estricta. Observemos las respuestas de un informante en el centro de interés La ropa: pantalón, vaqueros, Levis, Stradivarius, Zara, Mango, Benetton, Pull and Bear, Berska, zapato, zapato con cordones, zapatos sin cordones, atados, deportivas, etc. En primer lugar comienza la enumeración de prendas de ropa, a continuación da el nombre de una marca de la última prenda enumerada (vaqueros-Levis) y a continuación una lista de marcas de ropa. Éste es, sin duda, el centro de interés de los

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cinco analizados, donde mayor número de asociaciones y de encadenamientos se producen; y por esta razón, se observaba tanta diferencia entre el número de vocablos de las encuestas orales y escritas. Otros ejemplos de encadenamientos, más alejados de la etiqueta categorial que la muestra anterior, son: La ropa: falda, vestido, zapato, calor, frío, invierno, otoño, primavera, elegante, tallas, sentar bien, sentar mal, vestir, calzarse, cambiarse, desnudo, moda, trasnochado. 2. Mayor número de enumeraciones de elementos del nivel subordinado en las encuestas orales. Borrego y Fernández Juncal (2003b), cuando compararon el léxico de alumnos preuniversitarios y de universitarios de último curso, llamaron a este fenómeno “improvisaciones sintagmáticas”. Se concreta en el hecho de que aumenta la presencia de construcciones de naturaleza sintagmática (sustantivo + adjetivo o sustantivo + preposición sustantivo / verbo). Este tipo de recurso creativo está presente en todo el léxico disponible, también en el escrito. La diferencia entre ambas modalidades de producción radica en que el léxico oral aparece muy desarrollado incluso en centros de interés donde este fenómeno era marginal. Así ocurre, por ejemplo, en Profesiones: escritor, periodista, periodista de informativos, periodista de Ana Rosa; en La ropa: piercing, piercing en la lengua, piercing en el ombligo, piercing en el pezón, piercing en el clítoris, bolso. 2.a. En algunas ocasiones, el núcleo de las improvisaciones, no es un hipónimo del centro de interés, sino que es el propio rótulo de la categoría semántica la que se utiliza como núcleo sintagmático: Por ejemplo, en La ropa encontramos: ropa vieja, ropa nueva, ropa de color, ropa negra, ropa informal, ropa de boda, ropa bonita. Además, en la producción oral en muchas ocasiones los informantes omiten el núcleo y se limitan a enumerar los adyacentes. En los Muebles aparecen: mueble de interior, mueble de exterior, mueble de salón, mueble de cocina, mueble de varios colores, mueble de un color; junto a: de pino, artesanos, decorativos. 2.b. Un caso más discutible lo forman aquellas enumeraciones que, aunque en un principio parecen ser construcciones como las anteriores en las que se ha omitido el núcleo sintagmático, en determinado momento se produce un cambio en la morfología de las palabra y se desvinculan de la estructura primera. Un ejemplo lo encontramos de nuevo en La ropa, cuando un sujeto está enumerando tipos de ropa: ropa de fiesta, alegre, triste, fuerte, ajustado. En un principio parece que alegre y

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triste pueden ser dos adjetivos que contienen implícita la forma ropa: ropa alegre y ropa triste. El adjetivo fuerte ya no es tan fácil de asociar con ropa (?ropa fuerte); quizá sería más correcto relacionarlo con tejido o material. Finalmente, el hecho de que ajustado sea enunciado en masculino demuestra que el hablante había perdido totalmente la referencia al núcleo sintagmático primero. 3. En las encuestas orales se pierde la capacidad de revisión de las palabras dichas y se producen repeticiones más frecuentes en las listas originales. Este tipo de redundancias son eliminadas en el proceso de edición. 4. En las encuestas orales hay fragmentos que no corresponden a elementos en la enumeración sino que son comentarios al entrevistador, como: me he quedado en blanco, ¿está bien?, ¿vale la palabra x? ¿queda mucho?, etc. Esta es una de las dificultades añadidas en la resolución oral de la tarea, ya que a los informantes les supone un esfuerzo abstraerse de los patrones de una interacción entre dos interlocutores y concentrarse en que se trata de una prueba experimental. La mayor parte de los comentarios se producen después de algunos segundos de silencio, en algunos casos con la clara intención de mantener el canal abierto entre las dos personas. Para restablecer al carácter experimental de la prueba, el entrevistador no intervenía ni respondía a ninguna de las preguntas que los estudiantes hacían durante los dos minutos que duraba la producción en cada centro de interés. Como destacábamos en párrafos anteriores, cualitativamente, los resultados observados en disponibilidad oral tienen más elementos en común con las pruebas de asociación libre de palabras que las respuestas recogidas en los listados escritos. Por otro lado, si consideramos los cuatro errores que los psicolingüístas identificaban en las pruebas de fluencia de categoría (repeticiones, intrusiones, nombres propios y variantes de la misma palabra), encontramos todos ellos en la producción oral con mayor frecuencia que en la producción escrita. Estos dos hechos favorecen la falta de compatibilidad entre los conjuntos de vocablos. Recordemos que el proceso psicomotor de la escritura es más lento que el de la producción oral. Quizá por eso, en la escritura el informante tiene mayor tiempo para reflexionar sobre la tarea y sobre los términos más efectivos para resolver el ejercicio que se le ha propuesto. En las respuestas orales, por otro lado, el tiempo de

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reflexión es menor y las respuestas son más espontáneas. Clark (1970) proponía que dependiendo de la dilación de las respuestas cambia el tipo de relaciones entre las palabras asociadas (véase nota al pie 54 de este capítulo). Sin embargo, a pesar de que existe este tipo de desequilibro temporal en la producción oral y escrita, y a pesar de descubrir estas variaciones cualitativas, los análisis estadísticos demuestran que en nuestros datos las medias del número de respuestas dadas en los dos minutos por los estudiantes de ambas modalidades son semejantes, o, mejor dicho, que las diferencias observadas no son significativas desde el punto de vista estadístico. Otro dato importante es que las cifras de la disponibilidad de los vocablos en las encuestas escritas son más altas que las de las encuestas orales (véase anexo 1 B), lo que indica una mayor coincidencia entre los informantes de cada grupo al dar preeminencia al mismo grupo de vocablos. Ya que los dos grupos fueron extraídos del mismo colectivo social, no podemos atribuir el efecto de concomitancia a ninguna otra variable que no sea el canal utilizado. Al igual que Borrego y Fernández Juncal (2003b) consideraban que las diferencias entre los estudiantes preuniversitarios y los estudiantes universitarios se basaban en la madurez del proceso de lexificación y en un avance hacia la estandarización, también observamos en las encuestas orales y escritas dos procesos de lexificación y estandarización diferentes. Las unidades léxicas evocadas en la encuesta oral se asemejan más a las que dieron los estudiantes preuniversitarios. En nuestro caso no podemos alegar la madurez mental de los sujetos, sino que las diferencias se deben sin duda al canal utilizado y al eco de los diferentes códigos utilizados en el lenguaje oral y en el escrito. ¿Acaso las respuestas de los preuniversitarios se acercan más al uso oral de la lengua? Esta sería una suposición coherente, pues los alumnos preuniversitarios todavía no dominan todos los registros escritos formales.

3.3.7. Conclusiones del experimento Los resultados recogidos muestran cómo cuantitativamente no existe variación estadísticamente significativa entre el número de palabras producidas por los hablantes de un mismo universo en una prueba oral de disponibilidad y en una prueba escrita, a pesar de que los procesos fono-articulatorios son más rápidos que

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los procesos motores implicados en la escritura. En consecuencia, si nuestro objetivo es comparar el número de palabras producidas por dos grupos podemos utilizar indistintamente ambos procedimientos. Las diferencias que se observen se deberán no a la variación metodológica, sino a otros factores, como la edad, el sexo, el nivel sociocultural de los informantes. Sin embargo, si nuestro objetivo es realizar una comparación cualitativa del léxico estudiado, la utilización de uno u otro canal de producción sí parece alterar el tipo de léxico actualizado. Por un lado, la compatibilidad de los conjuntos de vocablos apenas alcanza el 50% (incluso cuando se han suprimido las palabras dadas por un solo sujeto), por otro, los procesos de lexificación parecen obedecer a distintos patrones. El lenguaje oral promueve las asociaciones secundarias, los encadenamientos y las improvisaciones sintagmáticas. Para terminar, nuestros resultados son compatibles con el modelo propuesto por Caramazza que propone dos rutas diferentes de producción léxica para cada una de las modalidades: el paso por el “almacén” fonológico y por el “almacén” grafémico dirige procesos distintos que pueden contribuir a la diferencias en los procesos finales de lexificación.

3.4. CONCLUSIONES DEL CAPÍTULO TERCERO Observar la actividad generadora del léxico disponible es una labor imprescindible para alcanzar la comprensión global del su componente cognitivo. Las pruebas de asociación de palabras han estado siempre presentes en los estudios de Psicología Experimental, pero su desarrollo y especialización han hecho que las actuales técnicas empíricas se sitúen en una dimensión diferente a las que se emplearon en los primeros trabajos. Si nuestra intención es rastrear la historia del proceso de selección léxica que los autores pioneros franceses implantaron para la recogida del léxico disponible, debemos atender a dos pruebas experimentales utilizadas para diferentes fines en la Psicolingüística contemporánea: la fluencia semántica y la asociación libre de palabras. Estrictamente, el proceso de producción del léxico disponible es una prueba de fluencia de categoría semántica, sin embargo, no está planteado como una actividad con límites tan definidos y estrictos como la fluencia semántica en Psicología, ya que, desde nuestro punto de vista, contiene también elementos de la asociación libre de palabras (recursos asociativos más

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variados, encadenamientos etc.)75. Hay que destacar también que la mayor parte de las investigaciones donde se trabaja con producciones léxicas asociadas a un campo nocional están dedicadas al estudio de la memoria semántica y de los procesos clínicos asociados a ella, mientras que la asociación libre (y discreta) suele emplearse en la creación de redes léxicas simuladoras de la organización del espacio mental. En cualquier caso, las dos condiciones cognitivas necesarias para llevar a cabo una tarea de fluencia semántica (y de léxico disponible) son: tener intactos los almacenes de la memoria semántica y contar con unos procesos de búsqueda y de extracción de la información efectivos. Los primeros trabajos realizados por Michéa, Gougenheim y sus colaboradores defienden implícitamente una concepción exclusivamente temática de la disponibilidad. A lo largo de la historia del léxico disponible, todavía dentro de las aplicaciones didácticas, ha habido algunas voces como la de Galisson que propusieron una concepción de carácter asociativo mucho más amplia. Aunque sus propuestas no se extendieron y el mundo hispánico tomó el modelo de los primeros autores franceses, no existe una propuesta explícita que haya censurado el componente asociativo de la disponibilidad: ¿Qué debe contener el léxico disponible: las palabras que están ‘asociadas’ a una categoría o sólo las que ‘pertenecen’ a una categoría? En algunos grupos de investigación, como el de Salamanca, se mantiene una posición que defiende la máxima conservación de la información dada por los informantes, incluso aquellos términos o nombres propios que no pertenecen directamente a la categoría. Quizá la creación de un protocolo de instrucciones común para la realización de la encuesta aclararía esta postura y solventaría algunos de los problemas clásicos del proceso de edición. Uno de los hallazgos encontrados al analizar las investigaciones psicolingüísticas que trabajan con la libre asociación de palabras ha sido la existencia de una ‘disponibilidad’ entendida como la facilidad con la que accedemos a las palabras (Rubin y Friendly 1986) –concepto latente en la “disponibilidad” lingüística, aunque basada en diferentes procesos de cálculo. Este hecho confirma que la creación del concepto de ‘disponibilidad’ responde a una realidad del 75

En concreto, una de las mayores diferencias entre las pruebas estrictas de fluencia semántica y de disponibilidad léxica es que no consideramos los mismos errores en la producción. Nuestros criterios son mucho más permisivos en la inclusión de los términos en las listas finales. Otra de las diferencias es la flexibilidad en las instrucciones de la tarea, ligada también al tipo de categorías empleadas como herramienta de producción (este punto será tratado en el capítulo siguiente).

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conocimiento que supera los límites de la Lingüística. La inquietud por medir este fenómeno cognitivo también ha dado lugar a normas de categorización como las de Soto et alii (1984) en las que, al igual que en el “índice de disponibilidad”, se pondera la frecuencia y el orden de aparición de las palabras. La disponibilidad léxica no es tanto una medida de la facilidad con la que las palabras vienen a la mente, como se establecía en la libre asociación de palabras, sino una medida de la dependencia categorial. Por esta razón, en el siguiente capítulo analizaremos detalladamente la influencia de las categorías semánticas en los recuentos de léxico disponible. Otra de las líneas de investigación de la Psicolingüística, en consonancia con las inquietudes sociolingüísticas de la disponibilidad, aborda la diferencia en la actuación léxica de los diferentes grupos sociales. Aunque estos trabajos se han centrado especialmente en el estudio de los grupos de edad, también han tenido en cuenta otras variables como el nivel de educación, el sexo, el nivel sociocultural, la etnia, la lengua materna, etc. Las investigaciones concuerdan en que la edad y el nivel educativo son las variables que mejor predicen la actuación léxica de los sujetos en las pruebas de fluencia de categoría. Existe ya en el ámbito de la Psicología Clínica un estudio donde se incluye la prueba de disponibilidad léxica dentro de una batería de evaluación de la actividad léxica de los individuos desarrollado por Mabel Urrutia, que además de constatar la influencia de la edad en el decaimiento de la producción, identifica otros elementos que contribuyen a la mejora de las habilidades de producción: la creación de subgrupos dentro del campo nocional y la capacidad para cambiar entre ellos. La aparición de subgrupos temáticos y los cambios entre ellos no son los únicos parámetros que contribuyen a la mejora de la cantidad y de la calidad de las respuestas dadas por los sujetos en las pruebas de fluencia semántica, sino que existen otros. Entre ellos destaca el tiempo: conforme la tarea avanza la producción necesariamente disminuye, debido tanto a las características de la ‘bolsa léxica’, como a las facultades cognitivas del hablante. Se confirma, por tanto, que el número de palabras que componen la categoría no afecta necesariamente al número de palabras por informante (a menos que ésta tenga un número muy reducido de miembros). En conclusión, un mayor número de ejemplos en una categoría no implica necesariamente un mayor número de respuestas en la fluencia verbal (Kempler et alii 1998). También el contexto, los efectos de facilitación (priming) o el

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canal son elementos que condicionan la generación de palabras y que han de ser tenidos en cuenta. Uno de los futuros campos de trabajo podría ser evaluar estos parámetros y comprobar cómo influyen en la producción del léxico disponible para después contrastarlos con los resultados obtenidos en las pruebas psicolingüísticas experimentales que nos hayan precedido. En cualquier caso, la producción del léxico disponible no está exenta de los problemas intrínsecos que poseen las pruebas de asociación de palabras: los sujetos pueden desarrollar estrategias que falseen los procesos cognitivos reales; los mismos resultados pueden proceder de procesos diferentes; en cierto modo, se trata de una actividad artificial que puede no reflejar cómo se produce el acceso al léxico en el lenguaje cotidiano; y, finalmente, existen una serie de procesos inconscientes fundados en la memoria implícita (como el priming) que pueden alterar los resultados y son muy difíciles de controlar. Por consiguiente, toda interpretación de los datos obtenidos en los estudios de disponibilidad léxica que conlleve una reflexión sobre la organización del lexicón mental o la memoria semántica ha de hacerse con suma cautela. La existencia de un método más definido y estricto en Psicolingüística (como la eliminación de las palabras dadas por un solo informante, la supresión de las repeticiones, las intrusiones, las variantes de una palabra y los nombres propios) posibilita que puedan llevarse a cabo encuestas orales y escritas indistintamente en las pruebas de fluencia semánticas o de asociación libre. Algunos investigadores ya habían empleado pruebas orales en disponibilidad especialmente con sectores de la población muy concretos. Sin embargo, nadie había abordado un análisis estadístico riguroso en las comparaciones de ambas modalidades. Los estudios precedentes parecían coincidir en que las respuestas entre ambos canales de producción eran muy semejantes. Respaldados por las teorías de procesamiento léxico de A. Caramazza, realizamos un experimento con jóvenes de la misma comunidad universitaria que respondieron a la prueba de disponibilidad en las dos modalidades. Los resultados confirman parcialmente las conclusiones de los autores precedentes. Mientras que los análisis estadísticos muestran que cuantitativamente (número de unidades producidas por sujeto) no existen diferencias significativas entre las dos modalidades de la prueba de fluidez verbal, sí se observan variaciones cualitativas, tanto en la compatibilidad de los conjuntos de vocablos (sólo alcanza un 48% incluso extrayendo las respuestas dadas por un solo informante), como en las tareas de

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lexificación. Dependerá, por tanto, de los objetivos concretos del proyecto el uso de una, otra o ambas modalidades en la recogida de los datos.

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CAPÍTULO 4. HACIA LA IDENTIDAD DE LA DISPONIBILIDAD: CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS “¿Qué es el lenguaje? Al final, hay una sola vista desde Babel. El lenguaje es simplemente una ventana por la que podemos alargar la mano y tocar la mente de los demás. Cualquiera puede hacerlosea de cualquier raza o religión. Es el más íntimo de nuestros actos. Debemos asegurarnos de que nunca se cierre esa ventana” (Altmann 1999:217)

4.1. INTRODUCCIÓN Observemos los índices de disponibilidad de Partes del cuerpo: cabeza ha obtenido una disponibilidad de 0.7287, mientras que nuca ha obtenido un índice de 0.0203. Cabeza es por tanto una palabra más disponible que nuca, es decir, cabeza posee la cualidad de disponibilidad en mayor grado que nuca. Pero ¿en qué consiste exactamente esa cualidad de “ser más disponible”? Una de las explicaciones más sencillas proviene de los pioneros Gougenheim, Michéa, Rivenc y Sauvageot, quienes apuntan que el grado de disponibilidad corresponde a “la présence plus o moins immediate de ces mots dans notre memoire” (1964: 152). Según esto una palabra disponible es aquella que es emitida con mayor facilidad, rapidez y/o eficacia en un acto lingüístico determinado. Sin embargo, esta definición, al igual que la mayor parte de las que se han propuesto, tan sólo describe la consecuencia de ser disponible, pero no la causa, el porqué, la identidad cognitivo-lingüística de la disponibilidad. Algorítmicamente hablando, sabemos que el índice de disponibilidad de cada palabra depende de la frecuencia de aparición en las encuestas y de las posiciones que ocupa en las listas. La descripción matemática tampoco satisface la explicación global del fenómeno. Debemos profundizar en la naturaleza psicológica del signo lingüístico para encontrar las causas que producen la evocación ordenada y lógica de las palabras en los listados de disponibilidad léxica. Cualquier definición excesivamente simplificada entraña diversos problemas. En primer lugar, podría parecer que la disponibilidad es una propiedad fija de las palabras (entendidas aquí como la unión del concepto y la forma). Una palabra sería más o menos disponible al igual que una palabra es más o menos imaginable o más o menos familiar. Sin embargo, esto no sucede así, ya que la disponibilidad no depende únicamente de las características intrínsecas del término, sino que es un

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factor ligado al centro de interés al que se asocia la palabra en cada momento. Por ejemplo, en el diccionario de Castilla-la Mancha coche aparece en varias categorías: en Transportes tiene una disponibilidad de 0.870, en La ciudad de 0.691 y en El campo de 0.019. Otro ejemplo es el término perro, que en Animales tiene una disponibilidad de 0.891, en La ciudad de 0.041 y en El campo de 0.096. Por lo tanto, no podemos decir que una palabra aislada como coche es altamente o escasamente disponible, dependerá en primer lugar de la categoría conceptual donde se incluya. En los ejemplos anteriores coche y perro podían aludir al mismo referente, tan sólo cambia el marco donde se situa el concepto, pero ¿qué sucede con aquellas palabras que, sin ser polisémicas, aluden claramente a diferentes referentes al representar entidades distintas dentro de la misma clase de elementos? Reloj aparece en La ropa como reloj de pulsera con una disponibilidad de 0.009, en los Muebles obtiene 0.002 como un reloj de pared, en la Cocina y sus utensilios como reloj de cocina 0.010. ¿Cuál es la disponibilidad de reloj?, ¿son los significados lo que son más o menos disponibles? Las mismas preguntas surgen al tratar el caso de las palabras en las que el significado y la forma no tienen una relación unívoca, como son los homónimos y las palabras polisémicas. Por ejemplo, el término polisémico gemelos aparece en Partes del Cuerpo y en La ropa con diferentes disponibilidades, al igual que mono, en Animales y La ropa. A tratar el problema de la disponibilidad de las formas o de los significados dedicaremos el capítulo siguiente; en éste vamos a centrarnos en qué posibles elementos cognitivo-lingüísticos conforman la cualidad de “disponible”. Según los ejemplos anteriores, la disponibilidad depende de: •

Las características extrínsecas de la palabra dictadas principalmente por el contexto semántico (centro de interés).



Las características intrínsecas de la palabra que atañen tanto al significado como a la forma.

Otro de los problemas que surgen en torno a las definiciones de disponibilidad es qué entendemos exactamente por contexto. Reflexionemos sobre otra de las definiciones clásicas de palabras disponibles: “Un mot disponible est un mot qui, sans etre particulièrement fréquent, est cependant toujours pret à être employé, et se présente inmédiatement à l’espirit ou moment oú l’on en a besoin”

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(Michéa 1953: 340). Aquí se hace referencia a las palabras que sin ser particularmente frecuentes se presentan de forma natural cuando el hablante las necesita para tratar un determinado tema: estos términos tienen la peculiaridad de que no se actualizan a menos que se necesiten para comunicar un mensaje específico. En el capítulo primero (sección 1.2.) se destacaba que la definición teórica tradicional hacía referencia al uso hipotético en situaciones comunicativas, y sin embargo, el método actual de recogida del léxico disponible no se realizaba en situaciones de uso “real” de la lengua, sino en unas condiciones experimentales determinadas. Como toda generalización basada en datos empíricos, la consideración de los datos obtenidos en la disponibilidad como aplicables al uso de la lengua tiene un componente incierto. En primer lugar, es reconocido en las teorías psicolingüísticas que la selección léxica depende en gran parte del contexto lingüístico y del marco oracional, y no exclusivamente de los condicionamientos sociales o situacionales. El hecho de que una palabra sea más o menos fácil de actualizar en el discurso depende de muchos más factores, lingüísticos y extralingüísticos, que la mera disponibilidad de la palabra. El estudio del vocabulario disponible de una comunidad trabaja sólo con “posibilidades” lingüísticas ceñidas a situaciones experimentales y no con realizaciones lingüísticas globales. Por lo tanto, el fenómeno de la “disponibilidad” podría considerarse un hecho intralingüístico en el sentido de que es una reflexión sobre la lengua desligada del uso y al mismo tiempo es un reflejo de las posibilidades lingüísticas del sujeto, así como un reflejo de la concepción del mundo que tienen ciertas sociedades. En conclusión, el primer factor que determina la disponibilidad es la relación del término con su contexto categorial. Existen diversas teorías que permiten la descripción y cuantificación de las relaciones establecidas entre los términos de una misma categoría semántica (consecuentemente, son modelos teóricos que explican la organización de la memoria semántica, veáse 2.2.2.3.). La que más se adecua al conjunto de fenómenos que estamos intentando explicar es la teoría de los prototipos, aunque no es la única. Este marco teórico, no sólo de organización léxica y semántica, sino también filosófica, permite a las palabras obtener un grado de pertenencia a la categoría que recibe el nombre de tipicidad y que, como veremos, tiene gran repercusión en la obtención de los valores de disponibilidad léxica.

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El segundo grupo de factores que determina la gradación del léxico disponible son particularidades que dependen exclusivamente de los términos actualizados. Estas características intrínsecas de las palabras han de ser observables y cuantificables, y, al trabajar con signos lingüísticos completos, pueden ser propias tanto del significado como de la forma fonológica y ortográfica de los términos. Algunas de estas variables han sido ampliamente estudiadas por los psicolingüistas dedicados a analizar el procesamiento del léxico. Entre ellas destacan la frecuencia oral o escrita (no podemos olvidar que los léxicos de frecuencia son la génesis de la Léxico-estadística y que en cierto modo, todavía hoy en día la disponibilidad es una medida de un tipo de frecuencia), la edad de adquisición, la imaginabilidad, la familiaridad y la longitud de la cadena formal.

4.2.

LA CATEGORIZACIÓN

4.2.1. Categorizaciones en el léxico disponible Hay determinadas palabras cuya evocación favorece la de otros términos con los que guardan algún tipo de relación. Por ejemplo, luna favorece la activación de sol y de estrellas, al igual que grande, favorece la evocación de pequeño. De la misma manera, hay marcos conceptuales, que favorecen la aparición de las formas que los integran. Es el caso de Animales, que ineludiblemente facilita la aparición de león, caballo o gato. Estos marcos conceptuales no necesariamente son hiperónimos; en La escuela o La ciudad, los términos evocados no son subelementos de un nivel de agrupamiento superior, sino tan sólo palabras relacionadas. Hasta este momento cuando nos hemos referido a estos marcos conceptuales hemos utilizado los términos de categoría semántica o centro de interés. Las características de estos centros de interés (número de unidades que los componen, distribución de las mismas, relaciones entre ellas, número de subgrupos, concomitancia con otras categorías, límites más o menos difusos, correspondencia con categorías naturales, etc.) son el primer condicionante de la obtención de los índices de disponibilidad de las palabras. Los trabajos de disponibilidad caminan hacia una mayor consideración del estatuto de cada uno de los centros de interés. Desde sus comienzos se observó que las áreas temáticas seleccionadas no se comportaban de la misma manera ni cualitativamente ni cuantitativamente. De hecho, el índice de cohesión nació como

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necesidad de dar entidad a las diferencias observadas entre ellos (Echeverría 1991). El trabajo de Gómez Devís (2003) plantea que los resultados que afectan a cada una de las variables sociales varían dependiendo del centro de interés en cuestión. De hecho, ya existen algunos estudios que abordan el problema de la distribución intracategorial (Cañizal 1991, Romero 2000). Pero ¿qué es una categoría semántica? y ¿cómo son las categorías o centros de interés con los que se trabaja en disponibilidad? La creación de categorías o categorización es un fenómeno que no se circunscribe a la Lingüística, sino que atañe a muchas más áreas del conocimiento humano; según las teorías chomskianas76, las más extendidas en Psicolingüística, en realidad es el lenguaje el que está usando los mecanismos cognitivos generales del ser humano y no a la inversa. La categorización es el punto de enlace entre las disciplinas que confluyen en la disponibilidad léxica. Reducir la experiencia del mundo a conjuntos ordenados de fenómenos es la herramienta que permite al conocimiento humano dar sentido al mundo exterior, en palabras de Lakoff (1987:XI) “the main way we make sense of experience”. De ahí que tanto la Filosofía como la Psicología, la Antropología, la Inteligencia Artificial y la Lingüística hayan estado interesadas en la formación y el desarrollo de todo tipo de categorías, no sólo semánticas, fonéticas, morfosintácticas o de otra índole lingüística, sino también perceptivas, culturales, sociales, etc. Muchos son los autores que han tratado el tema de la formación de las categorías: algunos han hecho de la categorización un sistema del razonamiento humano (Lakoff 1987, Solomon, Medin y Lynch 1999), otros se han centrado en las manifestaciones antropológicas y culturales (Berlin y Kay 1969), otros exclusivamente en las implicaciones cognitivas (Rosch 1973, Rosch, Mervis, Gray, Johnson, Boyes-Braen 1976, 1978, Rosch y Mervis 1995) o en las que atañen meramente a la semántica léxica (Kleiber 1995). De esta preocupación general por cómo categoriza el ser humano proviene la extensa repercusión que han tenido estos modelos de pensamiento y en especial, la teoría de los prototipos, en las ciencias del conocimiento. En el apartado sobre la memoria semántica (veáse el capítulo dos, sección 2.2.2.) ya hicimos referencia al modelo de los prototipos como una de las 76

Algunos autores como De Vega (1984) opinan que parece acertado hablar de relativismo conceptual, ya que hay cierta evidencia de que los principios de categorización son universales: el sistema cognitivo reduce la variabilidad del universo a una estructura de conceptos finita -a pesar de que la cultura sea uno de los principios básicos de establecimiento de las categorías-.

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teorías más importantes de ordenamiento del conocimiento del mundo percibido. Ahora volveremos a tratarla, pero no como esquema general de organización de la memoria semántica, sino como regidora de la categorización semántica. La disponibilidad léxica no aborda directamente el problema de la categorización pero muchos de los cuestionamientos teóricos que los investigadores se han hecho atañen a la formación y a la estructuración interna de los centros de interés y, por lo tanto, al estudio de las categorías semánticas. De los grandes interrogantes que surgen en torno a la categorización: cuáles son las categorías distinguibles, cómo se estructuran internamente las categorías y cómo se construyen e incorporan nuevos miembros, nos interesa fundamentalmente el primero y el segundo77. Debido a que el léxico disponible trabaja con centros de interés que podemos considerar categorías naturales “clásicas” de corte hiperonímico, como Animales o Partes del cuerpo, corremos el riesgo de olvidar que en realidad estamos trabajando simultáneamente con diversos niveles categoriales. Las expresiones y los vocablos, como perro o brazo, son al mismo tiempo categorías naturales: “La palabra, o para ser exactos, el morfema, designa una categoría (o un concepto) e interrogarnos sobre los contextos para los que puede ser empleado nos lleva a preguntarnos sobre los miembros que forman parte de la categoría que representa” (Kleiber 1995:20)

El hablante de una lengua está haciendo uso de un complejo sistema de categorizaciones simultáneas. Las categorías no son independientes entre sí, sino que se interrelacionan. Pongamos un ejemplo: cuando seleccionamos la categoría Animales se activan todos los conceptos que pertenecen a esa categoría (perro, gato, león, caballo, papagayo...); al mismo tiempo, cuando enunciamos el término perro estamos seleccionando todos los referentes a los que puede aplicarse esa etiqueta nocional, tanto las diferentes razas, como los individuos particulares. Como resaltábamos al comienzo del capítulo, puede suceder que un concepto incluya referentes individuales distintos dependiendo de la categoría supraordinada a la que se refieran. Es el caso de reloj. También puede suceder que dos categorías se repartan los significados de un signo gráfico como en mono. La existencia de

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El tercero podría abordarse desde la teoría de la formación de los conceptos de Vigotsky (2001, capítulo 5).

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interferencias entre categorías posibilita la existencia de los términos polisémicos. En este argumento se basan los autores que consideran que la polisemia es un efecto cognitivo real, consecuencia lógica de nuestro modo de categorizar, y no un simple constructo teórico78 (Cuenca y Hilferty 1999). Otra de las categorizaciones implícitas en la teoría de la disponibilidad, ya desde sus orígenes, es la que hizo Michéa (1950) al dividir las palabras en atemáticas y en temáticas (véase nota al pie 50 del capítulo 3). Esta distinción no es sólo una categorización lingüística, sino también hay evidencia de que se trata de una categorización psicológica. Schillock y Bard (1993) defienden que las closed-class words y las open-class words son procesadas cognitivamente de diferente manera. Las primeras no equivalen totalmente a las palabras atemáticas pero se corresponden en gran medida con ellas, al menos en cuanto a las palabras gramaticales. Las palabras temáticas pertenecen a la categoría de palabras de clase abierta u open-class words. Este es otro pequeño ejemplo de que los indicios de tipo experimental que proceden de los estudios de disponibilidad y los que proceden de la Psicolingüística apuntan hacia el mismo tipo de fenómenos. Aunque, como se ha detallado, son varios los niveles de categorización que se ponen en funcionamiento al evocar el léxico disponible, aquel que más nos interesa es el que distingue los dieciséis campos nocionales seleccionados por la metodología tradicional: 1. Partes del cuerpo 2. La ropa 3. Partes de la casa (sin los muebles) 4. Los muebles 5. Alimentos y bebidas 6. Objetos colocados encima de la mesa para la comida 7. La cocina y sus utensilios 8. La escuela 9. Calefacción e iluminación y medios para airear un recinto 10. La ciudad 78

Schereuder y Flores d’Arcais (1989) defienden que la explicación de los fenómenos problemáticos como sinonimia, polisemia, ambigüedad, antonimia y vaguedad son las claves para evaluar los modelos de procesamiento del lexicón mental.

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11. El campo 12. Medios de transporte 13. Trabajos del campo y de jardín 14. Animales 15. Juegos y distracciones 16. Profesiones La primera reflexión que surge cuando se considera el conjunto de los centros de interés es que son categorías semánticas dispares: ni su ontogenia, ni su organización interna, ni su alcance son los mismos. Para comprender mejor la naturaleza de la tipología de los centros de interés es necesario hacer una revisión de los diferentes modelos de organización de las categorías semánticas, para así poder clasificar cada una de ellas, contrastarlas y razonar los resultados diferentes en cuanto a los índices cuantitativos (número total de palabras, número de palabras diferentes, número de palabras por informante, índice de cohesión y densidad).

4.2.2. Categorías semánticas Consideremos que x = coche e Y = medios de transporte. ¿Por qué agrupamos x en la categoría Y? ¿Cuáles son los criterios que permiten decidir si x pertenece a Y? ¿Cuáles son los criterios que deciden acerca del grado de pertenencia de x a Y? Existen diferentes respuestas a estas preguntas, dependiendo de los diferentes modelos de organización que ha surgido a lo largo de las últimas décadas. Algunos de ellos han tenido un alcance más allá de la Lingüística y la Psicología del Lenguaje, otros, tan sólo se han conocido en los círculos psicolingüísticos. La primera conclusión global es que no existe un único modelo de organización categorial que explique la fenomenología de todas las categorías del conocimiento humano. Aunque la mayor parte de los autores han intentado extender su modelo

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particular, siempre han aparecido grupos de categorías inaprensibles para las distintas teorías. Incluso Eleanor Rosch y sus colaboradores, autores de la teoría de los prototipos, encontraron numerosos problemas que les llevaron a modificar su propuesta inicial sustancialmente al final de su trayectoria. Junto a ella surgieron también otros modelos como la teoría de los ejemplares (the exemplar view) y el enfoque del conocimiento (the knowledge approach), los cuales tampoco son capaces de cubrir todos los fenómenos observados en la categorización semántica. Sin embargo, todos ellos aportan una información fundamental para el conocimiento de las diferentes categorías naturales79. Posteriormente, algunos autores realizaron estudios particulares complementarios sobre algunos tipos concretos que no encajaban a estos modelos generales. También a estos últimos nos referiremos de aquí en adelante. La última consideración general en cuanto a las teorías sobre la categorización es que todas ellas se suelen mover en el marco del análisis componencial del significado, es decir, que mantienen una concepción gestáltica y analítica de los conceptos (De Vega 1984). Entre los modelos de procesamiento lingüístico que consideramos en el capítulo segundo, sólo Caramazza (1997) mantenía esta postura descomposicional; Levelt, sin embargo, proponía una concepción sintética (véase el capítulo 2, sección 2.3).

4.2.3. La teoría de los prototipos La revolución que supuso la teoría de los prototipos de Eleanor Rosch ha de ser entendida en el contexto inmediatamente anterior. Hasta ese momento las doctrinas objetivistas clásicas consideraban a las categorías como conjuntos de elementos que tenían propiedades compartidas y que eran ajenas a las características de las personas que elaboraban la categorización. Esta concepción aristotélica, basada en los elementos comunes que comparten los miembros de una categoría (llamadas condiciones necesarias y suficientes (Kleiber 1995)) considera que los conceptos y las categorías son entidades con fronteras claramente delimitadas, en las 79

Entendemos por categoría natural aquella que responde a las características clásicas de una categoría semántica (límites más o menos definidos relacionados con características físicas o abstractas que nacen de la experiencia del mundo, identificación sencilla de los elementos que la constituyen, aceptación general de la comunidad científica, etc.) y que es explicada fácilmente por los modelos teóricos sobre categorización, bien sea la teoría de los prototipos, la teoría de los ejemplares o la teoría del conocimiento.

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que todos los miembros tienen un estatus equivalente. Sólo en este contexto, la teoría de los prototipos puede suponer una ruptura tan radical que traspasa los límites de la ciencia psicológica. La teoría de los prototipos posee dos etapas muy diferenciadas80. La primera etapa, hasta mediados de los 70, constituye la versión estándar. Bajo esta fórmula fue difundida la noción tradicional de prototipo. En un segundo momento sus autores ampliaron la concepción de prototipo hacia una definición mucho menos rígida. 4.2.3.1. La primera versión de la teoría de los prototipos postula que las categorías están organizadas en torno a un prototipo, ejemplar idóneo o caso central, con que el que los restantes miembros mantienen algún grado de similitud. La pertenencia a una categoría pasa a ser una cualidad gradual. Por ejemplo, en el caso de la Fruta el prototipo es manzana mientras que progresivamente plátano, melón, uva o chirimoya disminuyen en grado de ejemplaridad (o tipicidad) y paralelamente, disminuyen también en grado de centralidad en la categoría. Rosch y sus colaboradores realizaron un gran número de estudios empíricos que corroboraban la existencia de los prototipos: los elementos prototípicos son categorizados más rápidamente que los no prototípicos, los elementos prototípicos aparecen mencionados en primer lugar después de la etiqueta categorial (al igual que en disponibilidad), son punto de referencia cognitiva y son los primeros que aprenden los niños. En un determinado momento del desarrollo de las investigaciones, se produjo un avance hacia una concepción más abstracta del prototipo: el prototipo “condensa” las características prioritarias de la categoría y se convierte en la intersección de las propiedades típicas de la categoría. Esto permite que, si varios elementos poseen esos rasgos esenciales, existan dos o más elementos prototípicos en la misma categoría. De acuerdo con esto, existirían dos ópticas fundamentales en la concepción del prototipo: el prototipo-caso y el prototipo-combinación de rasgos típicos. En la figura 15, tomada de Kleiber (1995:55), tenemos un ejemplo de los rasgos que comparten los elementos de la categoría Pájaros. Cada uno de los cuadros con números corresponde a una característica. Sólo los casos que se 80

Lakoff (1987) considera que las etapas son tres: (1) finales de los 60 y principios de los 70, (2) mediados de los 70, (3) finales de los 70-principios de los 80.

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encuentran dentro del espacio rayado poseen todas las condiciones necesarias para ser considerados prototipos de la categoría. Un gorrión o una golondrina podrían ser casos prototípicos. Conforme los conceptos van perdiendo rasgos al situarse fuera de los recuadros, va disminuyendo su semejanza con el prototipo y su tipicidad. La pregunta que se nos plantea ahora es si también va disminuyendo la disponibilidad. ¿Es el prototipo la palabra más disponible? ¿Están todos los centros de interés organizados en torno a un prototipo?

Figura 15. Categoría de Pájaros

Fuente: Kleiber (1995)

A partir de 1978 Rosch comenzó a referirse a los “grados de prototipicidad” más que al “prototipo”, al que pasó a considerar una ficción gramatical cómoda para ilustrar la teoría. El prototipo ya no supone la entidad organizadora de la categoría. Se le priva del poder referencial para explicar el grado de pertenencia. ¿En qué se basa entonces la organización categorial en esta segunda versión de la teoría? Rosch y sus colaboradores no abandonan todos los presupuestos que habían desarrollado, sino que potencian uno de ellos presente ya en los trabajos pioneros: la semejanza de familia (Rosch y Mervis 1975). Esta idea, tomada de Wittgenstein (1953), mantiene que los elementos que conforman una categoría son elementos más o menos alejados

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

cuya única característica es que cada miembro comparte al menos una propiedad con otro miembro de la categoría. El ejemplo que da el propio Wittgenstein es el de Juegos (centro de interés utilizado en disponibilidad). ¿Qué rasgos comunes comparten los Juegos? Que hay un ganador Que sirven para divertirse Que se juegan en grupo Que son para niños Que hay equipos contrarios, etc. Ninguna de estas características es exclusiva de todos y cada uno de los ejemplos. No existe, por tanto, un prototipo central, sino que los miembros de la categoría comparten ciertas propiedades, y aunque no necesariamente las mismas, al menos una. A continuación, aparecen dos figuras que ilustran el cambio que se produjo en la teoría de los prototipos: la primera, propuesta por J. Rubba, representa una categoría cuya estructura responde al caso de un prototipo central (superficie rayada) que posee todas las características necesarias y suficientes (a, b, c y d). El segundo dibujo de T. Givon refleja la semejanza de familia en la que todas las características (a, b, c, d, e), que de alguna manera comparten los miembros de la categoría, no tienen por qué confluir necesariamente en un ejemplo prototípico. La estructura categorial se cimienta en el hecho de que las propiedades son compartidas al menos por dos de sus miembros. El elemento con mayor grado de tipicidad sería aquel que más rasgos compartiera con el mayor número de compañeros.

Figura 16. Categoría basada en el prototipo

Fuente: Kleiber (1995)

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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Figura 17. Categoría basada en la semejanza de familia

Fuente: Kleiber (1995)

Sin embargo, esta segunda reelaboración de la teoría no se popularizó, y la gran parte de los trabajos semánticos y psicolingüísticos posteriores conservaron la noción del prototipo como elemento conformador de las categorías, quizá por el gran poder explicativo de la versión estándar. En cualquier caso, la teoría de los prototipos en sus dos versiones es compatible con los casos anómalos que enumerábamos al comienzo del capítulo en los que una palabra como perro o reloj podía aparecer en dos categorías diferentes con distintos grados de disponibilidad, y con distintos grados de cercanía al prototipo. La imagen que aparece a continuación, realizada por J. Rubba (en Kleiber 1995:148), ilustra esa confluencia de dos campos nocionales diferentes en una sola palabra. Cada una de las letras representa propiedades de los conceptos y los núcleos circulares son casos que comparten mayor o menor número de rasgos con el prototipo. Figura 18. Elementos compartidos por categorías

Fuente: Kleiber (1995)

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

4.2.3.2. Hasta este momento nos hemos referido a la dimensión horizontal de la teoría de los prototipos. Sin embargo este modelo de organización también posee una estructura vertical que es relevante para comprender los resultados obtenidos en los recuentos de léxico disponible. Rosch (1976) establece tres niveles de inclusividad: nivel supraordinado nivel de base nivel subordinado

animal

frutas

muebles

gato

plátano

armario

siamés

plátano de canarias

armario de cocina

El nivel de base tiene prioridad cognitiva con respecto a los otros dos ya que es prioritario en el aprendizaje infantil de la categorización lingüística. A él le corresponden los lexemas primarios más cortos y los términos que son contextualmente neutros, es decir, que no resaltan el carácter especial del referente. Asimismo es el nivel de identificación más rápido y el nivel de denominación preferido. Otras de las características de esta arquitectura categorial es que el nivel de base y el nivel subordinado dan lugar a una imagen mental (abstracta o concreta) que representa a toda la categoría, mientras que el nivel supraordinado no puede dar forma a la imagen de la categoría. Igualmente el nivel supraordinado no determina el tipo de interacción entre el ser humano y el elemento designado, mientras que el nivel de base y el subordinado activan programas motores semejantes81. De acuerdo con las características que acabamos de enunciar, todos los centros de interés clásicos se situarían en el nivel supraordinado (Partes del cuerpo, La ropa, Partes de la casa, Los muebles, Alimentos y bebidas, Objetos colocados encima de la mesa para la comida, La cocina y sus utensilios, La escuela, Calefacción e iluminación, La ciudad, El campo, Medios de transporte, Trabajos del campo y de jardín, Animales, Juegos y distracciones, Profesiones). Sin embargo, algunos de ellos además engloban dos categorías supraordinadas como Calefacción e 81

Pongamos un ejemplo de esta última característica: un individuo posee unos códigos de memoria (basados en su experiencia del mundo) relacionados con los gatos (o los perros, o la radio, o las lentejas,...) que predisponen y activan sus sistemas motores (el tacto que tiene, cómo acariciarlo, el miedo o la alegría al verlo, cómo alimentarlo, etc.). La palabra animal, sin embargo, no activa una información de interacción del sujeto con el objeto tan precisa, porque no está definida en su sistema de memoria con los mismos patrones que la del elemento de nivel de base gato (véase también 2.2.2. en relación a la memoria semántica y a las características dadas por Michéa).

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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iluminación, Alimentos y bebidas, La cocina y sus utensilios, Trabajos de campo y de jardín y Juegos y distracciones. Al mismo tiempo, algunos centros de interés podrían subdividirse en otras categorías que también son del nivel supraordinado. Es el caso de Alimentos y bebidas. Alimentos puede subdividirse a su vez en subcategorías como frutas, verduras, carnes o pescados. Los estudios empíricos psicolingüísticos prefieren escoger categorías que claramente sean de nivel inmediatamente superior al nivel de base, por ejemplo, frutas o vegetales. El problema de campos nocionales como Alimentos es que las respuestas de los individuos no son necesariamente elementos de nivel de base sino que pueden ser elementos supraordinados o subordinados. Por ejemplo, en Alimentos y bebidas las respuestas pueden ser tan variadas como: fruta, carne (supraordinados), lubina, plátano, arroz (elementos de base), zumo de naranja, huevos fritos (elementos subordinados). Aunque esta característica no sea un inconveniente para los estudios léxicos descriptivos meramente lineales, sí lo es para los estudios estructurales que analizan la organización interna de los campos nocionales. Muchos de los problemas en la edición de los materiales del léxico disponible proceden de esta falta de coherencia del nivel categorial de las respuestas. Esto es debido a que hay que respetar entradas de todo tipo de niveles de inclusividad: por ejemplo coexisten vocablos de nivel de base como cuchillo o libro junto a otros de nivel subordinado como cuchillo de carne, cuchillo de pescado, libro de matemáticas o libro de lengua, e incluso ejemplos del mismo estadio jerárquico que la etiqueta del centro de interés: en La escuela se enuncian también colegio e instituto. Un caso más controvertido es la conservación del término básico entre paréntesis junto al subordinado cuando así es dado por los informantes como en pantalón, pantalón de pana, (pantalón) pirata o (pantalón) vaquero, mientras que en otras ocasiones su presencia fluctúa y origina combinaciones anómalas del tipo serpiente, (serpiente) pitón, (serpiente) víbora, (serpiente) boa o perro, perro de aguas, (perro) pequinés o (perro) pastor alemán. Este hecho también puede producir cierta alteración en las encuestas de los participantes ya que amplía la gama de estrategias de respuesta a la fluencia semántica. Por ejemplo, en el caso de Animales, un participante puede seleccionar exclusivamente subcategorías que pertenecen al nivel supraordinado como animales de la selva, o animales domésticos, animales de la granja, y en consecuencia,

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

responder aisladamente a cada una de ellas descartando inconscientemente el resto de los ejemplos. Un informante respondió en Animales: gato, perro, burro, perdices, codornices, conejos, patos, ovejas, vaca, gorriones, urracas, águilas, halcones, lucios, truchas, barbos, escorpiones, linces, jabalíes, ciervos, ranas, sapos, osos, gallina, toros, pavos, jirafas, rinocerontes, leones. En esta enumeración se pueden identificar clara y sucesivamente: animales domésticos (gato, perro, burro), animales de caza menor (perdices, codornices, conejos, patos) animales de granja (ovejas, vaca), aves (gorriones, urracas, águilas, halcones), peces (lucios, truchas, barbos), animales del campo (escorpiones, linces, jabalíes, ciervos, ranas, sapos, osos), otra vez animales de granja (gallina, toros, pavos) y animales de África (jirafas, rinocerontes, leones). Otro informante, además, aporta sustantivos que no son propiamente animales (en negrita) y que nos ayudan a seguir la evolución en la selección semántica de los términos: perro, gato, burro, caballo, vaca, granjas, cerdos, gallinas, gallo, hámster, tortugas, serpientes, culebras, koalas, focas, delfines, clínica veterinaria, veterinario, cucaracha, ciervos, gamos, jabalíes, campo, cebras. Por lo tanto, la enumeración podría no corresponder a los términos más disponibles de Animales sino a los términos más disponibles de cada una de las subcategorías. El uso de esta estrategia por gran número de participantes puede alterar los resultados de los índices de disponibilidad de las palabras. He aquí otros dos ejemplos dados por sendos informantes castellanomanchegos: “[mono], [perro, gato, burro], [corzo, ciervo, conejo, perdiz], [oca, gallina, avestruz], [vaca, ternera], [filete, hamburguesa], [sangre, plumas, pelos, piel, lana], [cerdo], [berrea, campo, comida, pastos], [rata], [caballo], [insecto, mariquita], [pájaro, gorrión], [hombre], [peces, merluza]” “[cerdo, burro, caballo], [volar, correr, morder, atacar, mascar, rumiar], [vaca], [matar], [león], [bebedero], [cargar, reproducirse], [perro, ladrar], [arañar, gato], [piar], [borrego]” En ellos pueden observarse muchos de los fenómenos descritos hasta ahora. Se distinguen perfectamente los subgrupos creados dentro de animales (marcados con corchete) y también los colectivos de palabras asimiladas por encadenamiento semántico. En la primera enumeración ¿es perro la palabra más disponible de los

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animales domésticos, corzo la de los animales del monte y oca de las aves de crianza? ¿Es sangre más disponible que otras partes de la anatomía de los animales? En muchos casos, se advierte que un término específico sirve de enlace entre dos subgrupos: por ejemplo, perdiz entre animales del monte y aves de crianza o ternera entre ganado vacuno y alimentos cárnicos. Otro suceso manifiesto es que normalmente no se repite un subgrupo temático en la enumeración, salvo en los casos en los que claramente continúa activado y sólo se introducen términos aislados ajenos al hilo temático82 como vaca entre las actividades que realizan los animales (mascar, rumiar, vaca, matar). Igualmente se observa que la creación de estos subgrupos temáticos propicia la aparición de elementos con diferente nivel de inclusividad categorial: en peces, merluza el primero podría considerarse categoría supraordinada y el segundo un término de base83. Otra de las implicaciones de la prioridad cognitiva del nivel de base afecta a las bases antropológicas de los estudios de disponibilidad léxica. En el ámbito peninsular español se han llevado y se están llevando a cabo varios proyectos donde se trabaja con hablantes bilingües de dos de las lenguas del estado (en el País Vasco, Azurmendi (1983), en Valencia Gómez Devís (2003), en Lérida Serrano Zapata (2003), en Castellón Blas y Casanova (2001-2003 y 2003), entre otros). Dejando a un lado los estudios estrictamente lingüísticos con respecto al contacto de lenguas, se puede plantear un análisis antropológico de los conceptos que emergen en cada una de las lenguas. De Vega (1984: 330-333) defiende que la realidad psicológica que posibilita los niveles de categorización es compartida por todos los seres humanos y se manifiesta por igual en todas las culturas. Y no sólo eso, sino que añade que los estudios empíricos sobre la tipicidad de las palabras demuestran que hay una gran consistencia intercultural (e interlingual) en los juicios sobre los elementos más típicos de una categoría. El psicolingüista español presenta un ejemplo de un estudio comparativo de la categoría supraordinada Vehículo en tres lenguas, gallego, castellano e inglés, con muestras de población canaria, gallega y norteamericana. Es sorprendente cómo las respuestas a estimaciones sobre la tipicidad son prácticamente similares. 82

Ya explicamos que esto se debe al desequilibrio temporal que se produce en los procesos de escritura entre la selección y la realización motora de los signos gráficos. 83 Aquí contamos con un problema añadido, y es que la teoría de los prototipos se ocupa fundamentalmente de las categorías nominales y en nuestra muestra, aparecen algunos verbos, que requieren una ordenación intergrupal diferente y probablemente, más compleja.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Cuadro 6. Ordenación según el grado de tipicidad de los miembros de la categoría supraordinada VEHÍCULO en muestras de la población norteamericana, gallega y canaria (De Vega y Fernández 1983, trabajo inédito recogido en De Vega 1984)

Rango Santiago

Rango La Laguna

Rango USA

1

AUTOMÓVIL

1

COCHE

1

AUTOMÓVIL

2

COCHE

2

AUTOMÓVIL

3

CAMIÓN

3

AUTOBÚS

4

AUTOBÚS

4

COCHE

5

TREN

6

AVIÓN

5.5

AUTOBÚS

6

AVIÓN

7

MOTO

9

MOTOCICLETA

7

MOTO

9

CAMIONETA

10

TRANVÍA

10

BARCO

10

TREN

11

CARROMATO

12

TROLEBÚS

11

MOTOCICLETA 14

TREN

13

MOTOCICLETA 13

BARCO

15

TROLEBÚS

14

HELICÓPTERO

15

METRO

18

AVÍON

15

CAMIONETA

16

HELICÓPTERO

19

BICICLETA

17.5

METRO

19

TRANVÍA

22

BARCO

17.5

TRANVÍA

20

BICICLETA

23

MOTO

20

BICICLETA

25

TRACTOR

24

TRACTOR

24

CANOA

26

CARRO

26

METRO

25

TRACTOR

28

TROLEBÚS

28

CARRETA

28

CARRO

32

TRICICLO

33

BARCA

29

COHETE

35

CANOA

35

TRICICLO

ESPACIAL 31

CARRETA

36

CARRETA

36

CANOA

32

CABALLO

38

COHETE

38

SUBMARINO

33

BARCA

42.5

CABALLO

40

CABALLO

35

TRICICLO

46

PATÍN

41

COHETE

37

CARRETILLA

49

PATINETA

43

PATINES

39.5

PATINETE

50

CARRETILLA

48

CARRETILLA

39.5

PATÍN Fuente: De Vega (1984)

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

145

Debido a que la correspondencia entre los índices de tipicidad y la disponibilidad léxica es muy alta, podemos deducir que este fenómeno de universalidad en la estructuración interna de algunas categorías es extensible al léxico disponible. No obstante, es una hipótesis que han de confirmar los estudios futuros con sujetos bilingües. Una vez que hemos revisado la teoría de los prototipos en su versión estándar y ampliada, y en sus dimensiones vertical y horizontal, reflexionemos sobre las palabras de Kleiber (1995:115): “En realidad, el poder de la semántica de los prototipos es inferior a su reputación. La teoría de los prototipos no podría aplicarse a todos los fenómenos cognitivos y semánticos vinculados a la categorización conceptual y léxica”. No todas las categorizaciones que realiza el ser humano responden necesariamente a un tratamiento prototípico. Este hecho está reconocido hoy unánimemente y han surgido diversos estudios que trabajan con taxonomías categoriales con el objetivo de establecer las explicaciones particulares que responden más satisfactoriamente a cada uno de los tipos de categorías cognitivas (Larrochelle, Richard y Souliéres 2000, Storms, Boeck y Ruts 2000). La conclusión lógica de este hecho es que en el conjunto de los centros de interés tradicionales del léxico disponible pueda haber categorías que no respondan a la estructuración prototípica, por ello es necesario valorar otros modelos teóricos y empíricos de categorización.

4.2.4. Otros modelos estructurales Otro de los modelos teóricos surgidos a finales de los años setenta, es the exemplar view o la teoría de los ejemplares (Medin and Schaeffer 1978), que desplaza el centro de la organización categorial al conjunto de ejemplos que componen una categoría. La categoría Frutas está representada por el conjunto de frutas que conocemos personalmente y el concepto de manzana es el conjunto de manzanas con las que hemos tenido contacto a lo largo de nuestra vida. En este modelo se conserva el valor de la tipicidad84 de un elemento, pero el elemento más

84

Las implicaciones de la teoría de los prototipos fueron tan profundas que muchos de sus presupuestos han quedado fijados en el estudio categorial y son adoptados por unos y otros defensores

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

típico no será el prototipo, sino aquel que tenga semejanza con el mayor número de entidades de la categoría. El desarrollo de la visión integradora de las Ciencias Cognitivas ha propiciado la aparición de un modelo de categorización que considera que los conceptos y las categorías son parte de nuestro conocimiento general sobre el mundo y no pueden desligarse de él. Es el llamado Knowledge approach. Las categorías y los conceptos están influenciados por nuestras “mental theories about the world” (Murphy 2002: 61). La adquisición de un nuevo elemento produce un cambio en nuestro conocimiento general. La importancia que este modelo puede tener para los centros de interés implicados en el léxico disponible se debe a que los promotores de este modelo exigen el uso del conocimiento global del ser humano para el establecimiento de las categorías semánticas. Esta idea posibilita la existencia de un tipo de categorías no convencionales que reciben el nombre de goal-derived categories o categorías ad hoc (Barsalou 1983), cuyos miembros se definen por ser elementos para la consecución de un objetivo concreto, por ejemplo: regalos de cumpleaños, alimentos que se comen cuando estás a dieta, cosas que metes en la mochila cuando vas de acampada, etc. Estas agrupaciones, creadas para un propósito concreto, no pueden ser explicadas por los prototipos, ni por la semejanza de familia, ni por la teoría de los ejemplares, sino que su estructura interna depende del conocimiento general del mundo que tenga el individuo. Para determinar el grado de tipicidad de los elementos que forman estas categorías habrá que hacer uso de unos determinados ideales. Así, el elemento más típico para regalos de cumpleaños, será aquel que mejor cumpla la función de ser el mejor regalo, aquel que más guste y sorprenda al destinatario. Entre los centros de interés clásicos de la disponibilidad hay uno que responde a este grupo de categorías ad hoc: Objetos colocados encima de la mesa para la comida. La fuerza aglutinadora de este campo nocional es el objetivo de

de los variados modelos teóricos. Quizá los más relevantes sean los límites difusos de las categorías y el hecho de que los elementos que las componen tienen diferentes grados de pertenencia (tipicidad): “La estructura difusa de las categorías no es un mero artefacto, sino que tiene verdadera entidad psicológica. Cuando a un grupo de sujetos se les pide que juzguen la tipicidad de los ejemplares de un concepto, admiten esta tarea como razonable y sencilla, y además exhiben un alto grado de acuerdo [...] Esto implica un conocimiento intuitivo y preciso de la prototipicidad” (De Vega 1984:339) Los efectos psicológicos de la tipicidad son una de las bases teóricas que sustentan la existencia de la disponibilidad, ya que demuestran que el hecho de que existan palabras mas o menos disponibles no es un artificio teórico, sino que es una realidad psicológica.

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

147

aportar todos aquellos elementos que se necesitan para una comida, no sólo los estrictamente necesarios, sino todos aquellos que hagan una comida más completa y placentera. Sólo de esta manera se entiende la presencia de términos tan dispares como pan, platos, mantel o florero. En este centro de interés no existe un prototipo identificable, es difícil encontrar los rasgos que encadenan a todos los miembros del grupo. ¿Cómo relacionamos subgrupos tan dispares como vajilla, cubiertos, comida o elementos decorativos? Lo que hace que un elemento sea más típico en esta categoría es el cumplimiento de la finalidad: aquello más imprescindible para poder comer en la mesa. En relación con la activación necesaria del conocimiento sobre el mundo para el ejercicio de la categorización, también se encuentran las categorías llamadas categorías radiales (terminología procedente de Lakoff 1987). Este tipo de agrupaciones de conceptos consiste en una subcategoría central con extensiones o ramificaciones sustentadas en diversos procedimientos entre los que destacan la metonimia o la metáfora. Están basadas en el hecho de que una palabra activa múltiples dominios cognitivos (redes conceptuales) que a su vez activan otros conceptos que no necesitan están relacionados con los primeros85. En el dibujo siguiente cada círculo representa un subgrupo dentro de la categoría. Algunos están unidos directamente con aquel que representa el lugar central de la categoría (resaltado en negro); otros, más periféricos, sólo comparten rasgos con grupos de elementos no centrales (dibujados con la línea de puntos).

Figura 19. Categoría radial

85

Para una completa información sobre las implicaciones en la teoría de la semántica de las categorías radiales consultar Cuenca y Hilferty (1999, capítulo 5).

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Ejemplos de categorías radiales son El campo, La ciudad, La escuela y Calefacción e iluminación. Cada una de ellas posee diversos subgrupos entre los cuales unos son más centrales que otros y, en ese entramado, no hay necesidad de que todos se relacionen entre sí. Por ejemplo, en El campo existen diferentes agrupaciones de términos como elementos de la naturaleza inanimados (río, montaña, cielo, tierra), plantas (árbol, flor), animales (zorro, conejo, hormiga), agricultura (vid, sembrado, cosecha), aportaciones del hombre (camino, casa), diversiones (jugar, amigos), sentimientos (relax, paz, tranquilidad). El grupo central del área temática podría estar formado por los elementos inanimados, a él estarían unidos, los animales y las plantas. La agricultura estaría relacionada tanto con las plantas como con los elementos inanimados, y las aportaciones del hombre podrían unirse a la agricultura. Las diversiones y los sentimientos podrían enlazarse a las aportaciones del hombre. Aunque la mayor parte de las categorías poseen límites difusos, existe un tipo de agrupaciones llamadas categorías bien definidas (well-defined categories) que poseen una estructura de lista cerrada: los meses del año, números impares, los planetas del sistema solar86, etc.. En ellas, el criterio de pertenencia se resuelve respondiendo sí o no a la inclusión categorial de manera que no existe la posibilidad de gradación, o se pertenece o no se pertenece. Su estructura categorial tiene que ser necesariamente diferente. Se podría suponer que los elementos que las forman no poseen grados de tipicidad, ya que el grado de pertenencia a la categoría es idéntica para todos los miembros. Sin embargo, los hablantes de una lengua son capaces de medir esa pertenencia a la categoría dando diferentes valores de tipicidad a esos ejemplos. Larochelle, Richard y Soulières (2000) realizaron un estudio comparativo entre la tipicidad de las categorías “bien definidas” y las categorías naturales a través de un ejercicio de verificación semántica consistente en presentar a los sujetos pares de palabras del tipo CATEGORÍA-EJEMPLO (árbol-chopo, fruta-pera) o EJEMPLO-CATEGORÍA (pino-árbol, plátano-fruta) ante los cuales tenían que responder si el ejemplo correspondía o no correspondía a la forma supraordinada enunciada. Para el experimento seleccionaron tres grupos de categorías: categorías 86

Entre los investigadores existe cierta controversia a la hora de definir qué categorías pueden incluirse dentro de este grupo. Larochelle y sus colaboradores lo reconocen: “It is not an easy task to find a set of categories that every researcher will agree to be well-defined” (2000: 933).

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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“bien definidas” pequeñas (estaciones, continentes, vocales, días de la semana, planetas del sistema solar y meses del año), categorías “bien definidas” grandes (lenguajes hablados, partes de la anatomía humana, unidades de medida, números, animales hembra y figuras geométricas), categorías naturales (árboles, armas, joyas, legumbres, metales, muebles, pájaros, peces y telas). Asimismo, seleccionaron cuatro variables: tipicidad, dominio de categoría, dominio de ejemplar, familiaridad. La tipicidad no es el único índice utilizado en los estudios empíricos que evalúa las relaciones de un elemento con su categoría. El dominio de la categoría (category dominance) es la frecuencia de respuesta ante un determinado ejemplo de una etiqueta categoríal determinada: por ejemplo, perro es una palabra con elevado dominio de categoría porque si preguntas a un grupo de hablantes en qué grupo semántico lo incluyen la mayor parte de ellos responderá sin ninguna duda que a animales (el nivel jerárquico-semántico superior gravita –o incluso domina- sobre el elemento), mientras que ternera tiene una dominio menor, ya que las respuestas de los individuos ante la misma cuestión podrían estar repartidas entre animales y alimentos. En el caso contrario, el dominio de ejemplar (exemplar dominance) se presenta como la frecuencia de respuesta ante una etiqueta categorial de un determinado ejemplo: fruta es una categoría con elevado dominio de ejemplar porque casi todos los hablantes responden a ella con un mismo sustantivo, como manzana, mientras que las respuestas asociadas a hortalizas son más variadas y le atribuyen un dominio de ejemplar menor. Repárese en que las pruebas empleadas para la obtención del dominio del ejemplar son equivalentes a las de disponibilidad87, ya que se da al sujeto el nombre de un área temática y tiene que responder con una enumeración de ejemplares de esa categoría. No obstante, entre ellas varían los patrones metodológicos cronométricos. En concreto, en el estudio de Larrochell et alii (2000) para las categorías “bien definidas” se estipularon índices de medición diferentes, para las pequeñas los participantes dieron sólo tres ejemplos por categoría, y para las categorías más amplias el tiempo de respuesta se aumentó a treinta segundos y no se puso límite en el número de respuestas.

87

Aunque sean pruebas con metodología semejante, los índices resultantes son diferentes porque emplean procedimientos matemáticos distintos: el dominio de categoría es una frecuencia de aparición sencilla, mientras que la disponibilidad incorpora el orden de aparición con un algoritmo matemático más complejo.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Los autores aplicaron un análisis de regresión múltiple para averiguar cuál de las variables predecía los tiempos de reacción (tiempo tardado en responder sí o no a las parejas de CATEGORÍA-EJEMPLO o EJEMPLO-CATEGORÍA). Los resultados muestran que la única variable significativa es el dominio de categoría, es decir, la tipicidad no influye en el proceso de categorización para las categorías “bien definidas”. Sin embargo, en el experimento, los individuos fueron capaces de otorgar índices de tipicidad a cada uno de los ejemplos. ¿De qué dependía entonces la tipicidad valorada? Los autores concluyeron que es la familiaridad con cada uno de los ejemplos lo que hace que existan grados de tipicidad en las categorías “bien definidas”. Así, el elemento más típico de los planetas del sistema solar resultó ser la tierra, y la lengua extranjera más típica el inglés (los participantes pertenecían al Canadá francófono).

4.2.5. Esbozo de una taxonomía de los centros de interés Observadas estas cuestiones sobre los diferentes modelos categoriales, la primera gran diferencia que encontramos entre los centros de interés usados en los estudios de disponibilidad es que existen algunos centros “inclusivos” en los que los elementos que los componen se relacionan con la etiqueta categorial según una relación de pertenencia estricta. Estos son Partes del cuerpo, La ropa, Partes de la casa, Muebles, Alimentos y bebidas, Objetos colocados encima de la mesa para la comida, Calefacción e iluminación, Medios de transporte, Trabajos del campo y del jardín, Animales, Juegos y distracciones y Profesiones. En todos ellos se puede enunciar una proposición lógica del tipo “x es Y”88: La cabeza es una parte del cuerpo El pantalón es ropa El tejado es una parte de la casa La silla es un mueble El arroz es un alimento 88

Sólo en estas categorías existiría una jerarquía de tres niveles equivalente a la establecida por la teoría de los prototipos (supraordinado, nivel de base, subordinado). En algunas de ellas, el estamento supraordinado podría desdoblarse en dos niveldes de inclusividad (Alimentos: carne, pescado, fruta, verdura, etc.)

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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Un plato es un objeto colocado encima de la mesa para la comida El coche es un medio de transporte Arar es un trabajo del campo Un perro es un animal El escondite es un juego Profesor es una profesión También existen categorías “relacionales” como La escuela89, El campo, La ciudad o Calefacción e iluminación en las que no todos los elementos pueden identificarse con la etiqueta categorial tan fácilmente. El primer cambio que hay que realizar es sustituir la ecuación “x es Y” por “x es parte de Y”. Una silla es parte de la escuela, Un río es parte del campo, Un semáforo es parte de la ciudad, Un radiador es parte de la calefacción, Sin embargo, no todos los ejemplos aportados por los estudiantes admiten este tipo de construcción: Una silla es parte de la escuela, pero la falta de tiempo es parte de la escuela (?)90 Un río es parte del campo, pero las vacaciones son parte del campo(?) Un semáforo es parte de la ciudad, pero los amigos son parte de la ciudad (?) Un radiador es parte de la calefacción, 89

Incluimos La escuela en las categorías relacionales porque en nuestra recogida del léxico de Castilla-La Mancha no pusimos ningún límite semántico al centro de interés y aparecieron palabras como maestro, cafetería, suspender, aburrimiento, mesa, que sólo pueden incluirse en las categorías relacionales. En otros estudios se precisaban “muebles y materiales”, con lo que La escuela se convertía en una categoría inclusiva. 90 Otro problema añadido es la aparición de verbos o adjetivos en lugar de sustantivos. La identificación con la etiqueta del campo nocional es todavía más compleja: Madrugar es parte de la escuela (?), Maduros es parte de la escuela (?).

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

pero la comunidad es parte de la calefacción (?) La enunciación de la ecuación de pertenencia debería precisarse de la siguiente forma: “x está relacionado con Y”, o “x tienen algún tipo de relación con Y”. Aun así, muchas de estas diferencias entre los términos incluidos en un mismo centro de interés no están presentes en todas las recopilaciones léxicas, pues en cierto modo, dependen de las pautas metodológicas que el investigador que dirige las encuestas establezca en cada uno de los centros de interés en el momento de realizar la prueba, así como de los criterios de detección y supresión de “errores” en los procesos de edición. En esta primera clasificación hemos omitido el centro de interés La cocina y sus utensilios debido a que es algo más complejo que sus compañeros, ya que incluye dos áreas conceptuales supraordinadas de diferente naturaleza. La primera, La cocina, es una categoría radial como El campo o La ciudad, mientras que los utensilios de cocina sería una categoría inclusiva: un tenedor es un utensilio de cocina; pero el microondas es parte de la cocina o la escoba está relacionada con la cocina. Analicemos ahora las particularidades de algunos centros de interés concretos: Partes del cuerpo puede ser considerada como la única categoría bien definida en el conjunto de los 16 centros de interés -Larrochell et alii (2000) la incluyen en el experimento mencionado en el apartado anterior. También podría debatirse el estatuto de “bien definido” en algunos centros de interés como las Profesiones o La ropa: torero es una profesión o no lo es, una falda es una prenda de vestir o no lo es. Sin embargo, ¿mendigo o famoso son profesiones? ¿bolso o pendientes son ropa? Aquí sí cabría admitir que existen grados de pertenencia. Por el contrario, los miembros de Partes del cuerpo necesariamente se identifican en algún lugar de la anatomía humana. Aun así, cabeza y brazo son más disponibles (y quizá típicos) que nuca y riñón. En estos ejemplos, si aceptamos la hipótesis planteada por Larrochell y sus colaboradores, la familiaridad será en gran parte la responsable de que cabeza sea más disponible que nuca o riñón, así como de que en las regiones urbanas exista la tendencia a que cabeza sea la palabra más disponible, mientras que en algunas regiones rurales y agrarias sea brazo o mano.

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

153

En el apartado anterior apuntamos que dentro de los dieciséis centros de interés hay un núcleo temático que corresponde a las que Barsalou llamo categorías ad hoc, esto es, grupos de afiliación semántica que comparten entre sí un “objetivo” o “finalidad”. Así, en Objetos encima de la mesa para la comida, la referencia aglutinadora radica en el fin común de servir al desarrollo de una comida tradicional. En cierto modo, los apartados temáticos del centro de interés Calefacción, iluminación y medios para airear un recinto (el último de ellos, medios para airear un recinto, no se encuentra presente en algunas de las investigaciones, incluyendo la nuestra), también podría relacionarse con la idea de categoría ad hoc. Algunos informantes interpretan este centro de interés como “cosas que sirven para calentar y para iluminar”. Cuadro 7. Clasificación de los centros de interés según su estructura de organización interna y sus niveles de inclusividad.

CENTROS DE INTERÉS

ESTRUCTURA INTERNA Natural

Partes del cuerpo

Bien definida

Ad hoc

NIVELES DE INCLUSIVIDAD

Radial

X

Inclusiva X

La ropa

X

X

Partes de la casa

X

X

Muebles

X

X

Alimentos y bebidas

X

X

Objetos colocados encima de la mesa para la comida La cocina y sus utensilios

X X

La escuela Calefacción e iluminación

Relacional

X X

X

X

X X

X

X

La ciudad

X

X

El campo

X

X

Medios de transporte

X

X

Trabajos del campo y del jardín

X

X

Animales

X

X

Juegos y distracciones Profesiones

X X

X X

154

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Acabamos de resumir en el cuadro 7 la clasificación de los centros de interés. Las primeras cuatro columnas corresponden a la estructura interna de la categoría en su dimensión horizontal: categorías naturales91, categorías bien definidas, categorías radiales y categorías ad hoc. Las dos últimas columnas muestran la dimensión vertical, es decir, a la jerarquía intracategorial: categorías inclusivas y categorías relacionales Este tipo de indagaciones en la naturaleza de los centros de interés no se ocupa tanto de sus peculiaridades cuantitativas como de las cualitativas. En el capítulo anterior destacábamos que el número de palabras que componen una categoría semántica no afecta, en principio, a la capacidad de actuación de los informantes para producir un número determinado de ejemplos (Kempler et alii 1998) -siempre y cuando la categoría no sea excesivamente limitada, como días de la semana. Sin embargo, es una realidad que los promedios de respuestas por sujeto obtenidos por los centros de interés son dispares y, además, mantienen en las diferentes investigaciones una proporción intercategorial constante (Samper et alii 2003:58). Por tanto, quizá sean las discrepancias observadas en la naturaleza interna de los campos nocionales las causantes de esta falta de homogeneidad en la producción cuantitativa de las respuestas. Echeverría introdujo en los estudios hispanos de léxico disponible los llamados “índices de cohesión” que ahondaban, precisamente, en la relación entre la estructura interna del centro de interés (cuantitativamente hablando) y la manifestación que de ella hacían los informantes (también a través de estimaciones numéricas). La obtención de un índice de cohesión alto significaba que estábamos ante un centro de interés compacto, es decir, que el conjunto de términos evocado probablemente poseía unas dimensiones reducidas o medias y que todos los informantes eran capaces de extraer gran parte de la información contenida en él y así, obtener un promedio de respuestas elevado. Por el contrario, la obtención de un índice de cohesión menor indicaba que los informantes habían demostrado más “dificultades” a la hora de concretar las respuestas de un mismo centro, bien porque se trataba de un conjunto de términos muy amplio y difícil de aprehender en sólo dos 91

No diferenciamos entre los diferentes modelos de organización categorial ya que carecemos de la evidencia empírica para seleccionar uno de ellos. Las categorías que mantienen claramente una relación de semejanza de familia entre sus miembros las hemos considerado dentro de las categorías radiales.

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

155

minutos, o bien porque, siendo un centro de interés de amplitud mediana o pequeña, habían sido menos eficientes a la hora de obtener un promedio elevado de respuestas. Desde una nueva visión, el índice de cohesión es una manifestación cuantitativa de los efectos que produce en las respuestas de los hablantes el hecho de que los centros de interés sean tan diferentes en su concepción epistemológica. Más allá de la clasificación cuantitativa de los centros en “compactos” y “difusos”, es necesario preguntarse a qué razones estructurales obedece dicha consideración. Los centros de interés con un índice de cohesión por debajo de la media (véase el cuadro en el apartado 7.2.4), o bien tienen una estructura relacional o radial (El campo, La ciudad, La escuela, La cocina y sus utensilios, Calefacción e iluminación, Juegos y distracciones92) o bien se trata de categorías ad hoc (Objetos colocados encima de la mesa para la comida); sólo se distancian de esta relación Trabajos del campo y del jardín (que precisamente se trata de una de los centros de interés más difíciles de identificar conceptualmente –unos estudiantes enuncian profesiones, otros tareas agrícolas, otros herramientas, etc.-) y Profesiones. Otro hecho ostensible con respecto a la naturaleza de las categorías es que todos los centros de interés que Samper et alii (2003:55) califican de “validez universal”: Partes del cuerpo, La ropa, Partes de la casa, Alimentos y bebidas, Medios de transporte, Los animales (exceptuando Juegos y distracciones, que ya fue identificado con un estatuto especial), pertenecen al grupo de las categorías consideradas en los estudios psicolingüísticos como “naturales” y además, poseen unos índices de cohesión por encima de la media. En suma, no todos los centros de interés presentan la misma estructura de organización interna y este hecho se manifiesta directamente en diversos aspectos del léxico disponible. La hipótesis de que los términos disponibles son aquellos más cercanos al prototipo (o a los prototipos) de una categoría semántica es cuestionable, ya que no todos los centros de interés poseen una estructura prototípica identificable; hay que buscar esquemas de organización diferentes que admitan un fenómeno tan complejo como la disponibilidad. Nuestro interés por la estructura de los centros de

92

Estamos utilizando en este apartado la denominación general del centro de interés 15, Juegos y distracciones, en lugar de la terminología utilizada en Castilla-La Mancha, Juegos y diversiones, puesto que estamos haciendo referencia a las peculiaridades generales de la categoría semántica. Dadas las similitudes entre Juegos y distracciones y Juegos y diversiones las características observadas sobre la primera denominación pueden ser aplicadas también a la segunda.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

interés no radica en el simple hecho de describir pormenorizadamente los campos nocionales implicados, sino, principalmente, en que debido a esa diferente naturaleza estructural, la “disponibilidad” de sus miembros puede deberse a causas distintas, esto es, el “ser disponible” de un término puede indicar cosas diferentes dependiendo del centro de interés en el que nos encontremos.

4.3.

VARIABLES COGNITIVAS Y DISPONIBILIDAD LÉXICA

4.3.1. Variables categoriales: la tipicidad

Ya indicamos anteriormente que, después de la revolución de la teoría de los prototipos, uno de los grandes avances extendidos a la mayor parte de los paradigmas cognitivos fue la admisión de los límites difusos de las categorías como parte integral del procesamiento conceptual (Murphy 2002). Así, también se aceptó que el grado de pertenencia de los ejemplos a un determinado campo nocional podía variar (ver nota al pie 84). Esto motivaba que unos ejemplos pudieran ser más típicos que otros dentro de la misma categoría semántica. Manzana es para la fruta un elemento más típico que coco o frambuesa. La tipicidad puede definirse de varias maneras dependiendo del marco teórico en el que nos situemos. En el ejemplo anterior, manzana es más típica que coco porque se acerca más al prototipo de fruta (teoría del prototipo) o porque comparte más atributos comunes con el resto de frutas (teoría de los ejemplares)93 o porque cumple los “ideales” asignados a esa categoría, como ser un alimento más sano o sabroso (teoría del conocimiento). También concluimos que incluso dentro de las categorías “bien definidas”, aquellas que no admiten grados de pertenencia, los elementos pueden ordenarse según la tipicidad. Junto a la tipicidad describimos otras variables basadas en la dependencia cetegorial como el “dominio de categoría” o el “dominio de ejemplar” (véase el apartado 4.2.4.). Algunos trabajos se han dedicado a analizar las diferencias entre 93

Storms, Boeck y Ruts (2000) analizan si los cálculos realizados según el modelo de los prototipos o según el modelo de los ejemplares se ajustan más a la evidencia empírica basada en las variables categoriales citadas: tipicidad, dominio de categoría (aquí llamada “frecuencia de enumeración de la categoría”, category-naming frequencies) y dominio del ejemplar (llamada “frecuencia de enumeración del ejemplo”, exemplar-naming frequencies).

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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ellas a través de ejercicios de verificación semántica94 (Casey y Heath 1990, Casey 1992, Larrochelle y Pineau 1994). Sin embargo, la tipicidad es la variable categorial más estudiada. Recientemente Holmes y Ellis (en prensa) han encontrado efectos de tipicidad no sólo en tareas categoriales, sino en tareas cognitivas más generales como nombrar dibujos: los objetos que eran más típicos de la categoría eran nombrados con más rapidez que los objetos supuestamente atípicos. En los estudios clásicos sobre la estructura de la memoria semántica se toma la existencia de este tipo de variables categoriales (tipicidad, dominio de categoría o dominio de ejemplar), que afectan a los procesos de la cognición, como manifestación de la estructura interna de las categorías, pero todos los autores coinciden en que ésta es una presuposición muy arriesgada y por lo tanto, siempre existe un margen de duda con respecto a si realmente los datos de los que disponemos son un reflejo de propiedades internas de la distribución de la información semántica o de estrategias de recuperación y uso. Dada la gran repercusión que tiene la organización de cada uno de los centros de interés en la disponibilidad léxica de las palabras y que dicha organización se manifiesta a través de los valores de tipicidad, partimos de la hipótesis de que la tipicidad de las palabras podría predecir de alguna manera el índice de disponibilidad. ¿Son las palabras más típicas las más disponibles95? Algunos autores ya intentaron responder a esta cuestión. Romero Rubilar (2000) fue el primero que realizó una escuesta de disponibilidad seguida de un cuestionario de tipicidad. Seleccionó 40 estudiantes de tercer grado de enseñanza media, a los que aplicó dos veces ambas pruebas con un intervalo temporal de siete meses. Para el cuestionario de tipicidad (o prototipicidad, como lo denomina el autor ya que se sitúa en el marco referencial de la teoría de Rosch) seleccionó 15 términos de diferentes centros de interés según su grado de disponibilidad (alto, medio o bajo). Los participantes debían clasificarlos según “el grado de representatividad en alta, media o baja tipicidad, con el fin de observar la regularidad de sus respuestas y la 94

Un ejercicio de verificación semántica es, por ejemplo, aquel en el que un sujeto situado delante de un ordenador debe decidir si la sucesión de letras que aparece en la pantalla es o no es una palabra en la lengua en la que se desarrolla el estudio. 95 Nótese el cambio de perspectiva: al comienzo del capítulo nos preguntábamos si los prototipos eran las palabras más disponibles; ahora, dada la diversidad en la estructura interna de los centros de interés, planteamos la cuestión desde un punto de vista más amplio y más cercano a la ciencia empírica, asociándola a factores cognitivos cuya entidad ha sido demostrada experimentalmente y sin adoptar ningún modelo teórico.

158

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

probable coincidencia de éstas con el índice de disponibilidad léxica” (Romero Rubilar 2000:142). En los resultados de su trabajo, donde sólo analiza cuatro centros de interés, Animales, Naturaleza, Alimentos y Transportes, hay varias conclusiones relevantes: la primera es que entre las dos pruebas de disponibilidad realizadas con siete meses de diferencia, sólo se repiten el 51% de los vocablos, valor que nos parece relativamente reducido96; y la segunda es que el porcentaje de relación entre los niveles de disponibilidad léxica y de tipicidad es de un 84%. Esta última conclusión confirma la relación íntima que existe entre las dos variables cognitivolingüísticas.

4.3.2. Variables cognitivas intrínsecas

En los estudios psicolingüísticos dedicados al procesamiento del léxico, no sólo son tenidas en cuenta las variables categoriales. Éstas últimas son las más frecuentes cuando se trata de estudiar la recuperación de los contenidos de la memoria semántica. Sin embargo, cuando los experimentos tratan del procesamiento del léxico como un fenómeno global (que considera tanto la activación del contenido semántico como de la forma léxica) aparecen otras variables que manifiestan propiedades intrínsecas de las palabras y que condicionan en algún modo los procesos de comprensión o de producción. Estas propiedades, ajenas a la organización categorial del significado, pueden ser estudiadas en sí mismas o como parte de un conjunto de condiciones que explican un determinado fenómeno psicológico. Debido al número de investigaciones que han puesto de manifiesto su relevancia en los procesos cognitivos, se han seleccionado entre todas ellas: la edad de adquisición, la frecuencia, la imaginabilidad, la familiaridad y la longitud de las palabras. La disponibilidad léxica, como hemos visto, no puede explicarse únicamente por su característica de actividad categorial, sino que en ella influyen necesariamente

96

Mucha de la problemática surgida en torno a los parámetros de comparación entre los vocabularios disponibles de dos áreas geográficas (o humanas) diferentes (veánse, entre otros, López Chávez 1995, Alba 1998, Samper Padilla 1999, Bartol 2001) puede aplicarse a la comparación de dos pruebas realizadas al mismo grupo de informantes, ya que las alteraciones producidas por las respuestas individuales (muchas de ellas creadas en el mismo momento de realización de la encuesta) y relegadas a los últimos términos de las encuestas, son semejantes.

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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otras peculiaridades de las palabras evocadas. En esta sección describiremos individualmente cada una de las variables consideradas y su relación con la disponibilidad léxica. En el apartado siguiente combinaremos la influencia de todas ellas (junto con la tipicidad) para poder establecer una jerarquía de predicción, con el objetivo de explicar cuáles son los factores que pueden provocar que una palabra sea más disponible que otra.

4.3.2.1. La edad de adquisición Numerosos trabajos han puesto de manifiesto que las palabras aprendidas a una edad más temprana son reconocidas y producidas con mayor rapidez y mayor exactitud que las palabras aprendidas más tarde. Este efecto de la edad de adquisición se ha encontrado en un diverso número de tareas cognitivas: nombrar dibujos o imágenes (en inglés, Carroll y White 1973, Ellis y Morrison 1998; en español Cuetos, Ellis y Álvarez 1999), lectura de palabras en voz alta (Gerhand y Barry 1998) y tareas de decisión léxica auditivas y visuales (Morrison y Ellis, 2000)97. Al mismo tiempo, también ha resultado ser una variable que predice satisfactoriamente la producción de palabras en pacientes con afasia o demencia semántica (Cuetos, Aguado, Izura y Ellis, 2002). Recientemente se ha comenzado a investigar la influencia de la edad de adquisición en los procesos de categorización, más concretamente en la producción de ejemplos de una determinada categoría. Catling y Johnston (2005) han encontrado efectos de la edad de adquisición en la rapidez con la que los sujetos reconocen un determinado ejemplo de una categoría semántica, cuando les presentaban el nombre de la categoría seguido de la letra inicial del ejemplo (Animal:H por horse(caballo)): los participantes respondían más rápido cuando se trataba de las palabras adquiridas siendo más pequeños. Todos estos datos nos indican que los efectos de la edad de adquisición no se limitan a nombrar dibujos sino que podrían afectar a cualquier tarea cognitiva que requiera una recuperación tanto de la información semántica como de la forma de las palabras. Por tanto, también podrían manifestarse en la disponibilidad léxica.

97

Incluso se han reconocido efectos de edad de adquisición en el reconocimiento de caras.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

Según estos experimentos se fueron dando a conocer, surgieron diversas teorías para explicar de dónde proceden los efectos de la edad de adquisición. Brown y Watson (1987) propusieron que las palabras aprendidas antes están representadas en el lexicón fonológico en un forma más “completa” (phonologycal completeness hypothesis) que las palabras aprendidas más tardíamente. Otra reciente explicación se centra en la posible frecuencia acumulativa de las palabras, debido a que las palabras aprendidas por el niño en sus primeros años de vida son aquellas que mayor número de veces han sido activadas y tienen un “tiempo de residencia” mnémico mayor y en consecuencia, también tienen una frecuencia acumulada mayor98. Esta teoría ilustra la controversia que ha existido desde hace unos años entre la frecuencia y la edad de adquisición. Antes de que comenzaran los estudios sobre edad de adquisición todos los fenómenos en la producción o reconocimiento de palabras se adscribían a la frecuencia99, sin embargo desde hace algunos años, numerosos autores se esfuerzan por aislar las dos variables y controlar los efectos que dependen de una o de otra. Recientemente Ellis y Lambon Ralph (2000) han propuesto la que parece ser la teoría más apoyada en la actualidad100 (Catling y Johnson, 2005): cuando el niño aprende las primeras palabras, las conexiones de su sistema cognitivo, todavía no formadas, se modelan para favorecer a estas primeras palabras aprendidas. Las palabras aprendidas posteriormente se insertan sin poder modificar el sistema, aunque las conexiones no sean las más apropiadas para ellas. Los intentos de las palabras aprendidas más tarde para cambiar la fuerza de las conexiones son resistidos por las palabras aprendidas anteriormente ya que éstas todavía siguen siendo utilizadas. Este modelo concuerda con las teorías del aprendizaje del lenguaje que defienden que hay mayor número de cambios neurológicos en las primeras etapas de

98

Morrison, Hirsh, Chappell y Ellis (2002) sin embargo, argumentan en contra de esta postura. Existen palabras que son aprendidas a edades muy tempranas pero que tienen una frecuencia muy baja como son los términos del vocabulario infantil de los cuentos: dragón, princesa, bruja... y palabras que son aprendidas muy tarde pero tienen una alta frecuencia, como son algunas palabras pertenecientes a la política o la economía: presidente, impuestos... 100 Esta teoría está basada en el diseño de una red neural simulada (neural network) con un vocabulario que se expande gradualmente y que refleja los procesos que ocurren cuando el lexicón de los hablantes de una lengua aumenta de tamaño, y en el que las palabras aprendidas temprano continúan activándose al mismo tiempo que las que se adquieren más tarde. Otros autores que defienden, con otros ejemplos, que la edad de adquisición es una propiedad intrínseca de las redes conexionistas son Smith, Cottrell y Anderson (2000). 99

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conocimiento. Asimismo, confirma que la historia del aprendizaje puede afectar a la conformación de los procesos mentales del adulto. Otra de las diferencias entre los investigadores emerge a la hora de situar la influencia de la edad de adquisición en la arquitectura de los procesos cognitivos, es decir, en el momento de señalar en qué nivel de la producción lingüística aparece dicho efecto. Algunos autores han defendido que en el nivel semántico, otros, que en el fonológico. Ellis y Lambon Ralph (2000), dentro del paradigma conexionista, adscriben esta influencia a las conexiones que unen el significado con la forma. Esto es, los efectos de la edad de adquisición se manifiestan entre diferentes grupos de representaciones más que como una propiedad intrínseca de las representaciones. En un trabajo posterior, Morrison, Hirsh, Chapel y Ellis (2002) concretan que los efectos de la edad de adquisición no afectan ni a la semántica ni a los procesos articulatorios, sino que se manifiestan exclusivamente en el proceso de lexicalización que incluye los nodos léxicos (representaciones abstractas de las formas llamadas lemmas101) y los nodos fonológicos (representaciones llamadas lexemas). Izura y Ellis (2002) estudiaron los efectos de edad de adquisición de las palabras en el aprendizaje de las segundas lenguas. Los efectos de la edad de adquisición en la L2 no manifiestan el orden de aprendizaje en la lengua materna sino que reflejan un proceso de fortalecimiento de determinadas conexiones para crear nuevos asociaciones entre las representaciones semánticas, fonológicas y ortográficas. Estos resultados concuerdan con las teorías que defienden que la edad de adquisición no es una característica de las representaciones semánticas sino de las representaciones grafémicas y fonológicas. Según esto, y en especial teniendo en cuenta los resultados de Catling y Johnston (2005) sobre la influencia de la edad de adquisición en la categorización, podemos predecir que la edad a la que se adquiere cada una de las palabras influirá en su índice de disponibilidad. En Hernández Muñoz (en prensa) comprobamos parcialmente esta hipótesis al estudiar aisladamente la disponibilidad léxica y la edad de adquisición. En este artículo comprobábamos que el grado de correspondencia entre las dos variables era muy heterogéneo para los diferentes centros de interés: entre aquellos estudiados, sólo encontramos efectos significativos de la edad de adquisición en Partes del Cuerpo. Al analizar cualitativamente las producciones de

101

Aquí utilizan el esquema conceptual propuesto por Levelt, Roelofs y Meyer (1999) (véase 2.3.1.).

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

palabras concluimos que: “las palabras más disponible son, en general adquiridas a edades más tempranas, sin embargo, no todas las palabras adquiridas primero son notoriamente disponibles”. Anteriormente ya había aparecido en los estudios de léxico disponible alguna breve y esporádica referencia a las palabras aprendidas a edades tempranas. Terrádez en su estudio sobre el léxico disponible valenciano realizado en 1996 (apud Gómez Devís 2003:60) consideraba que las palabras con más frecuencia y aprendidas más pronto ocupaban un lugar preeminente en la organización mental, y por esa razón se evocaban en primer lugar. 4.3.2.2. La frecuencia escrita En el apartado sobre la edad de adquisición ya hemos enunciado en cierta medida las implicaciones existentes entre los índices de frecuencia y de edad de adquisición. Es difícil desentrañar los efectos que dependen de uno o de otro factor. En cierto modo, tanto las medidas de edad de adquisición como las de frecuencia oral o escrita, incluso la familiaridad, no son sino recuentos de frecuencia, es decir, número de veces que entramos en contacto con una determinada palabra, aunque sea en ámbitos diferentes, la edad de adquisición en la escala temporal, la frecuencia, en el uso lingüístico y la familiaridad en el mundo conceptual de la vida cotidiana. Aun así, como han demostrado numerosos estudios empíricos, han de ser tratadas de manera independiente ya que afectan de modo autónomo a los procesos psicológicos del lenguaje. Ya establecimos que algunos modelos cognitivos de producción de palabras, como el de Levelt y sus colaboradores (1999 y 2001) y Cuetos (1991), proponen que la frecuencia afecta al acceso a las formas léxicas de las palabras (Levelt concretamente sitúa el efecto de la frecuencia en el acceso a las representaciones fonológicas o lexemes de las palabras orales (véase 2.3.1.); Fernando Cuetos en los almacenes grafémicos. A pesar de que algunos de los efectos de la frecuencia que tradicionalmente se le venían atribuyendo han sido asignados después a la edad de adquisición (desde Carrol y White 1973), continúan apareciendo algunos trabajos recientes que demuestran que la frecuencia tiene efectos independientes en la lectura en voz alta

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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(Gerhard y Barry 1998) o en la tarea de nombrar objetos, tanto en inglés (Barry, Morrison y Ellis 1997, Ellis y Morrison 1998) como en español (Cuetos, Ellis y Álvarez 1999). En este último trabajo 64 estudiantes de la universidad de Oviedo tuvieron que nombrar 140 dibujos. A través de sus respuestas, los autores estudiaban qué características de las palabras influían en la velocidad de reacción ante cada una de las imágenes (edad de adquisición, complejidad visual, familiaridad, acuerdo en la imagen, número de fonemas, número de sílabas y cinco medidas de frecuencia -una de lenguaje adulto y cuatro de lenguaje infantil y juvenil). Las frecuencias escritas con las que trabajaron en este estudio las tomaron del diccionario de frecuencias de Alameda y Cuetos (1995), que está basado en un corpus de textos que contiene dos millones de palabras. También utilizaron el corpus Vocabulario básico del español y su aplicación a la enseñanza del Instituto Español de Educación (ICE) de 1977 y el Vocabulario básico de EGB del Ministerio de Educación (MEC) de 1989. Ambas medidas se tomaron haciendo escribir a niños del sistema educativo español (3.150 niños y adolescentes de 8 a 17 años en el primero y 8.714 niños de 6 a 14 años en el segundo) todas las palabras en las que pudieran pensar -durante cinco minutos para los mayores y diez para los más pequeños. En el proyecto del MEC distinguieron además varios procedimientos: la frecuencia en la asociación libre (palabras cualesquiera que se activan a partir de otra) y la frecuencia en la asociación controlada a partir de 16 temas concretos (palabras que pertenezcan a tema en cuestión). Finalmente, también calcularon una tercera medida de frecuencia combinando las dos anteriores. Pues bien, en el experimento de Cuetos, Ellis y Álvarez (1999), entre todas las variables consideradas, resultaron significativas a la hora de predecir el tiempo de reacción de los sujetos, la edad de adquisición, la frecuencia escrita de adultos (Alameda y Cuetos 1995) y el número de sílabas. Como vemos, las tareas asociativas controladas pueden dar lugar a diversos índices cuantitativos. En este último caso los autores consideraron las medidas obtenidas como simples frecuencias de aparición (índice con el que también trabajamos en disponibilidad). En otras ocasiones hemos visto que se pueden obtener valores de dominio del ejemplar. Es difícil situar la disponibilidad entre todos ellos, ya que en su esencia son diferentes maneras de evaluar la misma actuación de los

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hablantes. La originalidad que siempre conserva la disponibilidad con respecto a estas otras medidas es que combina la frecuencia con el orden de aparición. No existe ningún corpus de frecuencia del español oral para estudios psicolingüísticos. Normalmente los autores trabajan con la frecuencia basada en textos escritos que compila el Diccionario de Frecuencias del Español de Alameda y Cuetos (1995). Esta será también la medida utilizada en el experimento que llevaremos a cabo en el apartado siguiente. Nuestra hipótesis con respecto a las relaciones entre la frecuencia y la disponibilidad es que las disimilitudes entre ambas variables serán elevadas, en primer lugar porque la disponibilidad incorpora una metodología más elaborada en la que domina la estructura categorial, y en segundo lugar, porque aunque las listas de disponibilidad se obtienen en condiciones experimentales, reflejan la producción natural y espontánea de los individuos, más cercana a la producción oral que a la escrita102. De esta distinción entre disponibilidad y frecuencia ya hablaba López Morales: “Existe en el lexicón mental una serie de términos que no se actualizan a menos que sea necesario para comunicar una información muy específica. Se trata de un léxico ‘disponible’, cuyo estudio no puede emprenderse manejando frecuencias, porque este factor es pertinente sólo en el caso de las actualizaciones léxicas efectivas, no de las potenciales” (1999:11, la negrita es mía)

Es importante considerar la frecuencia como variable cognitiva entroncada con la disponibilidad porque precisamente esta última nace de la preocupación por depurar los recuentos de frecuencia para aplicarlos a la enseñaza de la lengua. De la evolución de los estudios de disponibilidad se deduce que frecuencia y disponibilidad son dos variables diferentes; recordemos que las listas de frecuencia dejaban ver que ciertas palabras conocidas y usadas por todos los hablantes de la lengua estaban ausentes y por lo tanto, resultaban excluidas del diseño de los materiales para la enseñanza de la lengua:

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En los listados de léxico disponible aparecen palabras que normalmente no se escriben como bidet o tupperware. Muchos participantes tienen dudas sobre cuál es la grafía correcta de estos términos ya que hasta este momento ni las habían leído ni las habían tenido que escribir. Esto explicaría la sorprendente variación ortográfica de algunos ejemplos. Para más información sobre la oralidad en el léxico disponible se puede revisar el capítulo 3 de este trabajo.

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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“Como explicaron Micheá (1953) y Gougenheim (1967), las frecuencias no podían ser, sin más, índices adecuados para la elección de los vocablos que debían constituir el léxico fundamental. Esta razón llevó a los autores franceses a proponer un método que compensara el peso de las palabras frecuentes con el de las palabras disponibles (entendidas estas como el caudal léxico utilizable en una situación comunicativa dada), ya que quedaba claro que algunos términos comunes, e incluso usuales, no eran frecuentes” (Samper, Bellón y Samper 2003: 29)

El interés de la comparación de la variable cognitiva de la frecuencia no sólo revierte en la búsqueda de los factores cognitivos del léxico disponible, también afecta a la propia historia de la variable como medida estadística desgajada del tronco de las medidas lingüísticas de frecuencia. ¿Cuánto hay de la frecuencia de los léxicos básicos en la disponibilidad? Y ahora, ¿continúa siendo la frecuencia un valor subyacente poderoso en los listados de disponibilidad? 4.3.2.3. La imaginabilidad La capacidad que tiene una palabra para evocar la imagen mental del concepto al que se refiere recibe el nombre de imaginabilidad. Esta característica léxica está muy relacionada con la concreción o la facilidad que posee un término para poder ser experimentado con los sentidos. Algunos autores han defendido la independencia de ambos rasgos (Richardson 1975a, 1975b) como variables que afectan de manera diferente a los procesos psicológicos. Por ejemplo Richardson (1975a) da ejemplos de palabras inglesas con alta imaginabilidad como pollution (contaminación) o fantasy (fantasía) que, sin embargo, varían en la concreción ya que contaminación es una palabra más fácilmente experimentada por los sentidos que fantasía. Dos ejemplos de palabras de menor nivel de imaginabilidad pero con diferente grado de concreción son charlatan (charlatán) y Economy (economía): la primera es más fácilmente percibida por los sentidos que la segunda. No obstante, este tipo de ejemplos son los menos comunes y por regla general aquellas palabras que son más fáciles de imaginar son aquellas que más experimentamos con los sentidos y viceversa. La mayor parte de los estudios que han trabajado con imaginabilidad están dedicados a actividades de recuperación de la memoria. En ellos se observa que las palabras que evocan más fácilmente una imagen mental son más fáciles de recordar y

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

de producir que las que no lo hacen. Annette de Groot ha trabajado con diversos aspectos de la imaginabilidad. En 1989 publicó un trabajo en el que analizaba la imaginabilidad y la frecuencia en la asociación de palabras. Ya hemos visto en el capítulo tres cómo la asociación libre de palabras es una actividad más abierta que la que empleamos en disponibilidad pero que tiene muchos aspectos en común con ella. Esta autora utiliza en dos de sus experimentos técnicas asociativas libres y continuas en las que entrega a los participantes un cuadernillo con hojas en blanco con una palabra en lo alto de cada hoja. Los participantes deben escribir las palabras que relacionan con el término apuntado en cada hoja sin dejarse llevar por los encadenamientos, de manera que todas deben estar relacionadas con la que encabeza cada folio103. De Groot concluye que la imaginabilidad es un factor que afecta significativamente a la asociación libre de palabras mientras que la influencia de la frecuencia es apenas perceptible. Las palabras concretas y altamente imaginables son asociadas más rápidamente que las abstractas y difícilmente imaginables. La conclusión teórica que refuerza sus resultados establece que los nodos conceptuales de las palabras concretas, ligados al conocimiento perceptual, contienen más información que los nodos conceptuales abstractos. Esta teoría está imbricada con la distinción hecha por Barsalou (1982) entre la información dependiente del contexto (que poseen principalmente las palabras abstractas) y la información independiente del contexto (que poseen las palabras concretas). La actualización que se produce en el léxico disponible está desligada de un contexto comunicativo real. Aunque continuamente se afirme que son palabras cercanas al uso de la lengua, se trata de un uso “potencial” observado en un ejercicio metalingüístico. Según esto, la falta de motivación contextual podría favorecer la escasez de términos abstractos ya que poseen menos información perceptual y son dependientes del contexto (de Groot 1989104). Esta hipótesis estarían en consonancia con los resultados descritos en Hernández Muñoz (2004) tras analizar el centro de interés la Inteligencia: a pesar de la índole abstracta del campo nocional al que se enfrentaban los estudiantes, respondieron con mayor número de sustantivos concretos (52%) que abstractos (45%). El hecho de que la falta de contexto 103

Esta es una prueba asociativa equilibrada entre la asociación libre sin restricciones y la fluencia de categoría. En este sentido, este podría ser quizá el espíritu más cercano a las pruebas de obtención de los vocabularios disponibles. 104 En otro de sus trabajos de Groot (1992) ha encontrado un efecto de la imaginabilidad en la velocidad con la que los hablantes bilingües traducen de un lenguaje a otro.

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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“situacional” favorezca la aparición de sustantivos concretos es un aspecto que debería ser estudiado más profundamente en investigaciones futuras. Resumiendo, la mayor parte de las palabras que componen las compilaciones de disponibilidad son sustantivos concretos. Asimismo, son términos altamente imaginables. Un ejemplo de ello son los valores que hemos obtenido cuando un grupo de hablantes ha hecho estimaciones sobre la imaginabilidad de un conjunto de palabras muy disponibles. Si observamos el cuadro 8 del apartado 4.4.4. de este capítulo percibimos que incluso los valores de imaginabilidad para un centro de interés como la Inteligencia son muy altos (media 4.36 sobre 7). Esto se debe a que incluso en este centro de interés los ejemplos más disponibles son términos con alto grado de concreción e imaginabilidad relacionados con la fisonomía o el mundo de los estudios como cerebro, estudiar, neurona, libro o matemáticas. Volveremos sobre esta peculiaridad más tarde. Para terminar, la hipótesis de partida sobre la imaginabilidad es que influirá activamente en el grado de disponibilidad de las palabras aunque cuente con el sesgo de que casi todas las voces de las listas de léxico disponible poseen dicha cualidad en grado elevado. Las palabras altamente disponibles y poco imaginables serán, por tanto, escasas. 4.3.2.4. La familiaridad El término familiaridad puede resultar un tanto ambiguo. Cuándo decimos que un objeto nos es familiar hacemos referencia al grado de cercanía que mantenemos con él. Esa “cercanía” puede ser entendida de diferentes maneras: la profundidad o el grado de conocimiento que tenemos sobre el objeto o la frecuencia con la que tenemos contacto con él. Así, podemos tener un gran conocimiento sobre el mazapán porque conocemos el proceso de elaboración, pero, sin embargo, activar el concepto escasamente, porque sólo lo preparamos una vez al año; y al contrario, podemos calentar la leche para el desayuno todos los días, pero no poseer ningún conocimiento especial sobre ella. En este caso, vamos a considerar la familiaridad como un simple hecho de frecuencia; es decir, una palabra será más familiar cuantas más veces entramos en contacto con ella a lo largo del día. En los ejemplos anteriores leche será más familiar que mazapán.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

De la misma manera, cuando decimos que un término es muy familiar podemos estar haciendo referencia a la forma de la palabra o al significado. Por ejemplo, podemos activar a lo largo del día el concepto “ hambre”, “cansancio” u “ojo”, y sin embargo, no pronunciar, ni escribir, ni oír, ni leer ninguna vez estas palabras. El caso contrario es más difícil de demostrar: la existencia de palabras cuya forma sea activada muchas veces pero cuyo concepto no sea familiar (algunos autores consideran que no puede haber producción sin activación del significado). Para acotar esta diferencia, la mayor parte de los experimentos psicolingüísticos consideran la “familiaridad con el concepto”, la cual se define como: “the degree to which you come in contact with, or think about, the thing depicted” (Cuetos, Ellis y Álvarez 1999:651). En consecuencia, como destacamos en el apartado 4.3.2., la relación entre frecuencia y familiaridad es muy alta. Gernsbacher (1984) marca la diferencia entre las dos variables en un estudio en el que reciben el nombre de experimental familiarity (familiaridad experimental) y printed frequency (frecuencia impresa). La autora concluye que ambas afectan de manera distinta a los procesos cognitivos. Además, apunta que la familiaridad está muy influenciada por las bases demográficas de la población estudiada, es decir, que se trata de un índice condicionado por el grupo de hablantes que responden al estudio. Este hallazgo justifica por sí mismo la inclusión de la familiaridad con el concepto entre las variables más valiosas para el análisis de la naturaleza cognitiva de la disponibilidad, ya que es un hecho refrendado que el léxico disponible es un fenómeno transparente para las peculiaridades lingüísticas de una comunidad de hablantes. Cuetos, Ellis y Álvarez (1999) encontraron que la familiaridad tiene un efecto significativo en la velocidad con la que se nombran imágenes en español; así, las palabras más familiares son reconocidas más rápidamente que las menos familiares. También se han encontrado importantes efectos de la familiaridad en la capacidad para reconocer y categorizar objetos de pacientes con daños en la memoria semántica, especialmente en la categoría de cosas vivas (Gainoti, Di Betta y Silveri 1996, Bunn, Tyler y Moss 1998). Según los indicios empíricos que hemos resumido hasta aquí, podemos predecir que la familiaridad influirá también en la disponibilidad léxica de las palabras: cuanto más familiares sean las palabras mayor probabilidad habrá de que también sean más disponibles. Asimismo, predecimos que la familiaridad mantendrá una independencia de actuación con respecto a la frecuencia escrita.

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

169

4.3.2.5. Longitud Para terminar con la relación de las variables intrínsecas de las palabras que pueden condicionar la selección de los términos más disponibles, incluimos un factor que atañe exclusivamente a la forma las palabras: la longitud de éstas. Cuetos, Ellis y Álvarez (1999), en el estudio al que ya hemos hecho referencia en diversas ocasiones, obtienen un efecto significativo de la longitud de las palabras (medida en sílabas) en la rapidez con la que los sujetos nombran los dibujos; las palabras con menor número de sílabas son nombradas más rápidamente que las palabras con mayor número. Este dato, por el contrario, no se da en la longitud medida en fonemas. La gran variabilidad en el número de sílabas de las palabras españolas con respecto a otras lenguas hace que sea más fácil en español detectar el efecto de la longitud. Dentro de la teoría de los prototipos, no podemos dejar de mencionar que Rosch, al describir las propiedades del nivel categorial básico, daba como característica su brevedad. Aquellos términos pertenecientes al nivel de base solían ser más cortos que los que pertenecían a los niveles supraordinado y subordinado. Si la longitud afecta a la capacidad de nombrar y además es una característica del nivel de base al que pertenecen la mayor parte de los vocablos incluidos en las encuestas de disponibilidad, podemos pensar que también puede predecir la disponibilidad léxica de las palabras.

4.4. EXPERIMENTO 2: VARIABLES QUE INFLUYEN EN LA DISPONIBILIDAD

4.4.1. Hipótesis inicial En los apartados anteriores se han descrito seis variables cuya influencia en los procesos cognitivos ha sido probada en numerosas investigaciones empíricas. Ya que la recogida de léxico disponible participa del sistema de funciones que hace posible la activación de la memoria semántica y del lexicón mental hasta llegar a la escritura o la articulación de los sonidos, consideramos que dichas propiedades de las

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

palabras, categoriales o intrínsecas, pueden influir sustancialmente en el índice de disponibilidad. Nuestra hipótesis global -suma de las enunciadas en cada uno de los apartados de 4.3- considera que el conjunto de las variables seleccionadas será capaz de predecir la disponibilidad léxica en grado estadísticamente significativo. Sin embargo, el peso de cada una de ellas variará dependiendo de factores que intentaremos discriminar.

4.4.2. Método de recogida de los valores Debido a que no podíamos trabajar con la totalidad de palabras obtenidas en un solo corpus de disponibilidad, dada la gran cantidad de términos por cada unidad temática, seleccionamos cuatro de los dieciséis centros de interés que integran los estudios clásicos de la disponibilidad: Partes del cuerpo, La ropa, Muebles y Animales. Estos cuatro centros correspondían a algunas de las categorías más frecuentemente utilizadas en los experimentos de Psicolingüística (Muebles y Ropa, Rosch y Mervis 1975, Larrochelle y Pineau 1994; Partes de la anatomía humana Larrochelle et alii 2000; Muebles, Storms, Boeck y Ruts 2000; Muebles, Animales y Ropa, Warrington y McCarthy 1987, Chertwok, Bub y Caplan 1992; Animales y Partes del cuerpo, Tranel et alii 1997; Animales, Chang et alii 1993, Monsch et alii 1994, Troyer et alii 1997, Kempler et alii 1998, Acevedo et alii 2000). Todas ellas son categorías inclusivas supraordinadas y su alcance se limita a un campo nocional. Junto a ellas se ha añadido la Inteligencia, centro de interés que aunque no pertenece al diseño del Proyecto Panhispánico, se incluyó en Hernández Muñoz (2004) para analizar las diferencias entre los centros de interés de índole concreta y de índole abstracta105. A continuación seleccionamos las 100 palabras más disponibles en el léxico disponible de Cuenca de cada uno los cinco centros de interés citados. El conjunto, así pues, sumó 500 términos (la relación completa puede verse en el anexo 2 A).

105

La distinción entre formas léxicas “abstractas” y “concretas” no es sólo una dicotomía lingüística, también es una realidad psicológica como lo demuestran algunos trabajos como los de Kroll y Merves (1986).

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

171

4.4.2.1. Tipicidad106. Para obtener el índice de tipicidad se pasó un cuestionario a cincuenta jóvenes hablantes nativos de español que cursaban estudios en la universidad de Salamanca y en la Universidad de York (Inglaterra- Reino Unido). Las 500 palabras seleccionadas se dividieron en dos cuestionarios de 250 entradas cada uno, en los que aparecían 50 palabras por centro de interés ordenadas alfabéticamente. Debido a que la disponibilidad léxica es un índice con marcada dependencia categorial (recordemos que una palabra puede aparecer en diferentes categorías con un índice de disponibilidad muy distinto) preferimos, en lugar de distribuir los vocablos aleatoriamente, que los participantes valoraran la tipicidad de cada una de las palabras sin perder la referencia al campo nocional en el que habían sido producidas. La mitad de los informantes contestó a un cuestionario y la otra mitad al otro; así cada palabra fue evaluada por veinticinco sujetos. En la primera hoja de cada formulario aparecían las instrucciones para rellenar el resto de la encuesta (véase anexo 2 B) basadas en las que usaron Hampton y Gardiner (1983): “A continuación encontrarás diferentes categorías semánticas. Cada una contiene una serie de palabras que pertenecen a ese grupo. Nos gustaría que las evaluaras de acuerdo a si consideras que son o no son buenos ejemplos de esa categoría. Un 1 significa que ese elemento se encuentra lejos de ser un buen ejemplo de la categoría. Un 7 significa que es uno de los ejemplos más representativos. Intenta no dejarte influenciar por lo familiar que sea ese objeto para ti o lo que te guste. Puede que tu fruta preferida sean las frambuesas pero que no mucha gente las considere como el ejemplo perfecto de lo que una fruta típica debe ser.” 107.

4.4.2.2. Edad de adquisición. Debido a que no existe ningún corpus de medidas objetivas de edad de adquisición para el español, los valores se obtuvieron mediante a un cuestionario semejante al que se estableció para la obtención de la tipicidad. Algunos investigadores tienen cierta resistencia al estatus de las medidas de edad de adquisición ya que la mayor parte de ellas se basan en estimaciones hechas por adultos. Es razonable preguntarse qué hace exactamente un adulto cuando

106

Un listado completo de los valores obtenidos por cada palabra en cada una de las variables se puede consultar en Izura, Hernández y Ellis (en prensa). 107 Esta metodología procede de los primeros experimentos que Rosch y sus colaboradores hicieron para la elaboración de la teoría de los prototipos. A partir de entonces la mayor parte de los investigadores que obtienen sus propias medidas de tipicidad utilizan la escala de siete puntos.

172

FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

valora la edad a la que aprendió una palabra: podría ser una experiencia genuina del desarrollo del lenguaje o estar condicionada por otras propiedades como la familiaridad o la frecuencia. Morrison, Chapell y Ellis (1997) realizaron una investigación en la cual se planteaba la relación existente entre las medidas subjetivas dadas por adultos y las procedentes de estudios objetivos con niños108. Los resultados fueron notorios: la correlación entre las medidas objetivas y subjetivas obtuvo unos valores muy elevados (0.85 sobre 1), indicio de que incluso siendo adultos conservamos un considerable conocimiento “metaléxico” del aprendizaje. Para nuestro trabajo recogimos medidas subjetivas de edad de adquisición. Cincuenta estudiantes hablantes nativos de español de las Universidades de Salamanca y de York, distintos a los que habían dado los valores de tipicidad, contestaron a dos modelos de cuestionario con 250 palabras cada uno, ordenadas por centros de interés. Los participantes tenían que dar una estimación de la edad a la que aprendieron cada una de las palabras (véase anexo 2 B). Cada una de las 500 palabras fue valorada por un total de 25 alumnos. Las instrucciones fueron como sigue: “A continuación aparece una lista de nombres ordenados por categorías semánticas. Nos gustaría que valoraras la edad a la que piensas que aprendiste estas palabras: en su significado y en su forma (bien sea oral o escrita)”. 4.4.2.3. Frecuencia. Las medidas de frecuencia escrita proceden del Diccionario de frecuencias de Alameda y Cuetos (1995). A aquellas palabras que no estaban registradas en el diccionario le asignamos un valor 0 por considerar que su frecuencia de aparición en los textos revisados fue nula. 4.4.2.4. Imaginabilidad. Al igual que para la obtención de la tipicidad y la edad de adquisición (véase anexo 2 B) cincuenta estudiantes de la Universidad de Salamanca y de la Universidad de York, todos ellos hablantes nativos de español, valoraron en una escala del 1 al 7 la imaginabilidad de las palabras del cuestionario correspondiente de acuerdo con las siguientes instrucciones: “El propósito de este cuestionario es valorar una lista de palabras de acuerdo con lo fácil o difícil que sea imaginarlas mentalmente, dándoles a cada una de ellas un valor del 1 al 7. Si crea 108

En el estudio entrevistaron a 280 niños del área de York (Inglaterra) con edades comprendidas entre los 2 años y los 11 años. El objetivo era identificar a qué edades eran aprendidas una serie de palabras, para lo cual presentaron a los informantes una serie de dibujos que tenían que identificar; con este procedimiento valoraban tanto el conocimiento de la palabra como del concepto.

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fácilmente la imagen mental de una palabra, escriba un 7, si esa imagen es difícil o imposible de construir, escriba un 1. Si una palabra evoca una imagen mental pero es difícil construirla o es más imprecisa utilice un número intermedio para clasificarla”. Cada una de las 500 palabras fue valorada por un total de veinticinco alumnos. 4.4.2.5. Familiaridad. El método de recogida de las medidas de familiaridad fue similar a los de tipicidad e imaginabilidad (véase anexo 2 B). Cincuenta estudiantes de las universidades de Salamanca y York evaluaron los 500 términos distribuidos en las cinco categorías y divididos en dos grupos de 250 palabras cada uno, de manera que cada término obtuvo 25 medidas de familiaridad diferentes. Las instrucciones dadas fueron las siguientes: “El propósito de este cuestionario es valorar la familiaridad de algunos conceptos de acuerdo con el numero de veces que piensas o que tienes algún contacto con ellos. Para esto, vamos a darle a cada una de las palabras un valor del 1 al 7. Si se trata de un concepto que utilizas varias veces al día, la palabra obtendrá un 7, si se trata de un concepto en el que piensas menos de una vez al mes, la palabra obtendrá un 1. Si entras en contacto tan sólo de vez en cuando con el concepto, utiliza un número intermedio para clasificarlo”. Un dato importante es que ningún estudiante respondió a más de una variable. En total participaron 200 sujetos en las pruebas de medición. 4.4.2.6. Longitud. El valor de la longitud se ha calculado contando el número de sílabas de cada una de las palabras. 4.4.3. Análisis estadísticos Antes de someter los datos al análisis estadístico, 43 de las 500 palabras (8.6%) fueron eliminadas de los listados ya que podían distorsionar los resultados por diferentes causas. Estas fueron: los términos polisémicos que podían aparecer en más de una categoría, los que hacían referencia directa al rótulo de la categoría, los extranjerismos, las palabras dialectales y aquellas que los participantes dejaron en blanco por desconocimiento en alguno de los cuestionarios de medición de las variables. Una relación completa de las palabras que entraron a formar parte de los análisis estadísticos se puede ver en el anexo 2 C.

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Palabras suprimidas: Partes del cuerpo (4): cúbito, gemelos, muñeca, esternocleidomastoideo Ropa (14): body, ejecutivos, frac, fular, jeans, mono, palestino/a, peúcos, plumas, plumífero, roky’s, shorts, slips, top. Muebles (18): comodín, consola, coqueta, descalzadora, entradita, escabel, fregador, mural, nido, portalibros, posaplatos, puf, recibidor, secreter, sinfonier, WC, zapatero, taquillón Animales (3): colibrí, colorín, mono Inteligencia (4): inteligencia, inteligente, NASA, test

El esquema que aparece a continuación resume los análisis estadísticos que se han realizado y cuyos resultados se describirán en el apartado correspondiente. 1. Estadísticas descriptivas: medias, desviación estándar, máximas y mínimas. 2. Correlaciones de Pearson 3. Análisis de regresión múltiple a. Por centros de interés b. Análisis de regresión múltiple para el total de palabras en dos niveles (centros de interés y variables)

4.4.4. Análisis descriptivo Si observamos el cuadro 8 podemos descubrir algunos datos relevantes. En la familiaridad, resalta el hecho de que la Inteligencia tenga una mínima tan alta (3.08), por encima de las restantes variables computadas con la escala del uno al siete. En principio, dado que es un centro de interés de carácter abstracto, al igual que en la imaginabilidad, debería mostrar una tendencia a los valores reducidos, o al menos, mantener respuestas equilibradas con las restantes variables. Esto puede deberse a que muchos de los informantes que respondieron a la Inteligencia lo hicieron por medio de elementos del mundo académico como libros, exámenes, aprobado, estudiar, notas, con los que los estudiantes mantienen una relación constante y por eso, los índices de familiaridad e imaginabilidad muestran unos valores ostensiblemente elevados.

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Cuadro 8. Resumen de las medias (M), desviación estándar (D), mínima (Mín.) y máxima (Máx.)

Variables

Animales

P. Cuerpo

Ropa

Muebles

Inteligencia

Total

M

3.18

4.04

3.57

4.58

5.39

4.15

D

1.00

1.40

1.53

1.51

0.97

1.50

Mín.

1.44

1.68

1.16

1.16

3.08

1.16

Max.

6.04

6.56

6.68

6.76

6.76

6.76

M

4.82

4.68

3.83

4.01

4.56

4.39

D

1.15

1.20

1.60

1.47

1.16

1.36

Mín.

2.48

2.44

1.20

1.56

2.44

1.20

Max.

6.92

7.00

6.72

7.00

6.64

7.00

M

6.62

6.07

6.66

6.61

4.36

6.03

D

0.37

0.86

0.32

0.45

1.27

1.16

Mín.

5.36

3.68

4.67

4.16

2.52

2.52

Max.

7.00

7.00

7.00

7.00

6.96

7.00

M

5.70

7.00

7.24

6.70

7.05

6.73

D

1.39

2.28

2.63

2.25

1.85

2.16

Mín.

3.00

2.98

3.44

3.08

3.72

2.98

Max.

9.16

10.95

15.46

11.58

11.48

15.46

M

2.67

2.66

2.81

3.06

3.19

2.86

D

0.79

0.78

0.80

0.91

1.05

0.88

Mín.

1.00

1.00

1.00

2.00

1.00

1.00

Max.

5.00

5.00

5.00

5.00

6.00

6.00

Frecuencia

M

19.11

106.98

27.40

49.91

271.25

97.61

Alameda y Cuetos (1995)

D

33.17

210.71

36.98

100.33

492.57

266.61

Mín.

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

0.00

Max.

222.35

1268.10

169.00

601.33

3697.00

3697.00

Familiaridad

Tipicidad

Imaginabilidad

Edad adquisición

Longitud

Disponibilidad

M

0.12

0.11

0.13

0.09

0.04

0.09

Hernández Muñoz (2002)

D

0.11

0.18

0.17

0.17

0.04

0.14

Mín.

2.64

0.90

0.80

0.64

1.32

0.0090

Max.

0.8276

0.7168

0.7082

0.7880

0.2388

0.8276

Otro de los datos que deben ser comentados es la media global tan alta que obtienen las puntuaciones de imaginabilidad, 6.03 sobre 7.00. Aunque el centro de interés Inteligencia reduce un poco los valores medios (4.36), la mayor parte de las palabras valoradas son sustantivos que aumentan significativamente los índices. El centro de interés cuyos términos tienen una edad de adquisición más alta es La ropa, tanto en la media como en la máxima. Esto es debido a que algunas de

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

las palabras son términos incorporados recientemente al acervo español por influjo de la moda o son complementos utilizados exclusivamente por personas adultas, y por lo tanto, les fueron otorgadas unas edades de adquisición muy altas. El cuadro 8 muestra los valores de frecuencia escrita (Alameda y Cuetos 1995) y de disponibilidad (Hernández Muñoz 2004) tal y como los autores los presentan. Sin embargo, para los análisis estadísticos han tenido que ser transformados para acercarlos a la distribución de la curva normal y disminuir el sesgo (skewness) con la fórmula log (1+x) siguiendo un procedimiento utilizado comúnmente en Psicología Experimental (Cuetos, Ellis y Álvarez, 1999:652). Los índices de disponibilidad transformados se multiplicaron además por 100 para aumentar los valores. La imaginabilidad también aparece en el total de palabras (véanse los cuadros estadísticos del anexo 2 D) con un grado de skewness más alto que el favorable para los análisis de regresión, pero las transformaciones no dieron resultados satisfactorios y se conservaron los valores originales. En el análisis por centros de interés también la imaginabilidad sobrepasa los niveles favorables en La ropa, los Muebles y los Animales. Estas pequeñas anomalías no impiden la realización de los análisis en ningún caso. Finalmente se calculó la fiabilidad de los valores obtenidos para el análisis, dividiendo aleatoriamente el conjunto de palabras en dos grupos y calculando las medias de ambos grupos para cada una de las variables. La fiabilidad obtenida para familiaridad fue 0.92, para tipicidad 0.92, para imaginabilidad, 0.91 y para la edad de adquisición 0.88. En consecuencia, podemos afirmar que las medidas obtenidas en los cuestionarios son consideradas válidas y aconsejables para realizar los análisis pertinentes.

4.4.5. Correlaciones entre las variables Como podemos observar en el cuadro 9, la edad de adquisición, la frecuencia y la disponibilidad correlacionan significativamente109 con todas las demás variables. La familiaridad correlaciona con todos los factores menos con la longitud. 109

Cuando hablamos de que se produce una significación estadística estamos afirmando que se aleja significativamente de una variación producida por el azar y que se rechaza la hipótesis de nulidad según la cual no existen diferencias entre las medias en el nivel elegido de significación. Si un resultado es estadísticamente significativo al nivel de 0.05 significa que dicho resultado sólo podría ocurrir 5 veces en 100 intentos por causa del azar, si es significativo el nivel de 0.01, sólo podría producirse por causa del azar una de cada 100 veces. Tradicionalmente se ha escogido en nivel de 0.05 porque se considera que representa un riesgo razonablemente satisfactorio, aunque muchos autores prefieren el nivel de 0.01.

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Igualmente, la imaginabilidad correlaciona con todas las variables excepto con la tipicidad. La tipicidad correlaciona con la frecuencia, la disponibilidad, la familiaridad y la edad de adquisición. Por último, la longitud correlaciona con la frecuencia, la disponibilidad, la edad de adquisición y la imaginabilidad.

Cuadro 9. Matriz de las correlaciones (Pearson)110 Familiar.

Edad de

Imaginab. Tipicidad Longitud Frecuencia

adquisición Familiaridad

(Log)

Disp. (Log*100)

1

Edad de adquisición

-.465**

1

Imaginabilidad

-.093*

-.356**

1

Tipicidad

.252**

-.234**

.001

1

Longitud

-.030

.240**

-.180**

-.084

1

Frecuencia (Log)

.660**

-.433**

-.202**

.286**

-.188**

1

Disp. (log*1)

.235**

-.429**

.330**

.592**

-.144**

.211**

** correlación significativa p< 0.01 * correlación significativa p< 0.05

El hecho de que exista una correlación tan alta (aquella marcada con dos asteriscos, p< 0.01) entre las puntuaciones denota que la disponibilidad de una palabra puede predecirse parcialmente si se conoce la familiaridad, la imaginabilidad, la tipicidad, la edad de adquisición, la frecuencia y la longitud de dicha palabra. Por otro lado, este alto índice de correlación entre las variables indica que los resultados de los análisis de la varianza y de regresión múltiple han de ser observados con cautela. Cuanta mayor magnitud alcancen las correlaciones entre las variables

independientes

–en

este

caso

tipicidad,

edad

de

adquisición,

imaginabilidad, familiaridad, frecuencia y longitud-, más inestable es la situación interpretativa en un análisis multivariable, debido a que los efectos de unas y de otras pueden solaparse y ser difíciles de distinguir111. Sin embargo, ninguna de las correlaciones entre las variables predictivas es suficientemente alta como para desaconsejar el uso de un análisis de regresión múltiple (Miles y Shelvin, 2001). 110

Tanto para sintetizar los resultados de las correlaciones, como de los análisis de regresión posteriores, vamos a utilizar el modelo de presentación de resultados más común en los estudios psicolingüísticos empíricos recientes (Cuetos, Ellis y Álvarez 1999, Cuetos y Alija 2003, entre otros). 111 Kerlinger (1984:435) apunta que la situación predictiva ideal es una correlación baja entre las variables independientes y una correlación alta entre la variable dependiente y las variables independientes.

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FUNDAMENTOS COGNITIVOS DE LA DISPONIBILIDAD

La tipicidad tiene la correlación más alta con la disponibilidad, con lo que la distribución de los valores de las palabras consideradas más típicas tiende a igualarse con la de las palabras más disponibles. El segundo rango de correlación con la disponibilidad lo muestra la edad de adquisición, en consecuencia también las palabras aprendidas más temprano tienen una distribución paralela a la de las más disponibles.

4.4.6. Análisis de regresión múltiple Los análisis multivariables son uno de los métodos más apropiados para el estudio de las Ciencias Sociales y del conocimiento, y entre ellas la Psicolingüística, ya que reflejan la complejidad de la realidad del comportamiento humano donde los fenómenos se producen por dos o más factores interrelacionados (como es el caso de la disponibilidad). Entre los métodos multivariables se ha seleccionado el análisis de regresión múltiple: “método que se emplea para estudiar mediante los principios de correlación y regresión, los efectos y las magnitudes de dichos efectos que dos o más variables independientes tienen sobre una variable dependiente” (Kerlinger, 1984:422). Este procedimiento estadístico es el más comúnmente utilizado para analizar el efecto combinado de las variables independientes. Al observar las estadísticas descriptivas se advirtió que existía gran variabilidad entre los valores obtenidos, dependiendo del centro de interés, y que dicha variación podía interferir en el proceso de identificación de la cantidad de varianza que cada una de las variables independientes aportaba a la disponibilidad. Por esta razón se decidió hacer dos tipos de análisis de regresión múltiple. El primero, considerando sólo los datos de las variables dependiente e independiente para cada uno de los centros de interés por separado, el segundo, un análisis de regresión múltiple en dos fases para las 458 palabras, introduciendo, en primer lugar, los centros de interés como variables independientes, con el objetivo de aislar la cantidad de variación debida a ellos y, en segundo lugar, el resto de las variables consideradas. El orden de incorporación de cada una de los factores puede ser muy importante, ya que, cuando las variables independientes guardan correlación, como en este caso, la cantidad relativa de varianza que cada variable independiente aporta

CATEGORÍAS SEMÁNTICAS Y VARIABLES COGNITIVAS

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a la dependiente puede cambiar. En nuestro análisis hemos introducido las variables de la misma forma en todos los análisis: (1) familiaridad, (2) edad de adquisición, (3) imaginabilidad, (4) tipicidad, (5) longitud y (6) frecuencia. El primer dato significativo para nuestros objetivos será obtener el tanto por ciento de la varianza de la disponibilidad que explica el conjunto de todas las variables estudiadas. Cuanto más alto sea este índice, más seguros estaremos de que son estos condicionantes y no otros los que explican el índice de disponibilidad de las palabras. En segundo lugar, destacaremos si esta influencia obtenida se manifiesta en grado significativo, es decir, si podemos rechazar la hipótesis nula que postula que las concomitancias entre la variable dependiente y las independientes se deben al azar o a causas inciertas. En tercer lugar, veremos a qué nivel de significación se encuentran cada una de las variables independientes (en los cuadros correspondientes aparecen marcadas con asteriscos). Los procedimientos estadísticos completos pueden consultarse en el anexo 2 C. a) Partes del cuerpo Las seis variables independientes explican un 52% de la varianza de la disponibilidad (R²=.525). Tomadas todas juntas, son capaces de predecir el índice de disponibilidad en grado significativo, p
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