¿HACIA DÓNDE VA LA CIENCIA ECONÓMICA?

August 21, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Pobreza Empleo Politica Social Economia Regional
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¿HACIA DÓNDE VA LA CIENCIA ECONÓMICA?

"No compres hoy lo innecesario, para que mañana no tengas que vender lo indispensable"
Luis Peñaranda

Fernando Álvarez Simán*

Si nos abstrajéramos un momento del estudio de las causas y los efectos de la crisis financiera internacional y nos detuviéramos a pensar ¿qué sigue después de ella? nos encontraríamos que a pesar de la crisis, hemos logrado alcanzar algunos avances en materia de Economía para entender, explicar y aplicar soluciones a los problemas económicos que dicho sea de paso, cada vez son más complejos. Incluso, las mismas explicaciones que hemos recibido de las causas de la crisis puede que no nos satisfagan enteramente, porque nos preguntamos ¿por qué estas son recurrentes?, ¿por qué el mundo ha sufrido las consecuencias de ellas? o dicho de otra forma más clara ¿por qué seguimos sin aprender de nuestros errores?

Una primera aproximación para contestar estas preguntas es que generalmente las crisis económicas siempre responden a problemas de tipo coyuntural aunque tengan un trasfondo estructural. El aspecto estructural es generalmente la falta de reglas claras para la operación de los agentes económicos, los mercados y el papel del Estado como árbitro de las relaciones económicas. El coyuntural es la aparición de las llamadas "burbujas económicas" que no son más que fenómenos donde tres factores se conjugan para primero aumentar el número de compradores, y así aumenta la cantidad demandada de un producto y también su precio, estos compradores de hoy tienen la esperanza de vender más caro en el futuro. Pero esta alza de precios de los bienes no es eterna, y la burbuja estalla cuando los compradores pierden la confianza en el bien e inician su venta masiva, pero encuentran pocos compradores. De pronto el precio del producto sufre una caída pronunciada que lo lleva incluso a niveles por debajo de su costo de producción, lo que provoca que los antes inversionistas se conviertan en deudores.

Hablamos de tres factores que se conjugan para que estalle esta burbuja y ellos son: 1) La incertidumbre, pues no se conoce el futuro y lo único que importa es la confianza de quien decide invertir. 2) La especulación, entendida como la previsión y anticipación de las fluctuaciones de los precios de los bienes y; 3) La racionalidad limitada, porque no siempre se cuenta con toda la información y porque el tiempo para tomar una decisión es apremiante.

Básicamente esto es lo que sucedió con la crisis financiera internacional del 2010 de la que el mundo aún no se recupera. La burbuja inmobiliaria norteamericana estalla porque se abarataron enormemente los precios para adquirir vivienda, cuando el ritmo de compra y venta no se pudo sostener porque el dinero circulante era excesivo; lo que provocó una espiral inflacionaria, las financieras americanas de pronto descubrieron que por la inflación, la gente no podría pagar los créditos hipotecarios adquiridos. Para resolver este problema crearon paquetes de inversión que vendieron a instituciones financieras internacionales, contagiando con ello al mundo entero de deudas prácticamente incobrables. Este proceso explica perfectamente lo que da origen a una burbuja económica: el trinomio incertidumbre-especulación-racionalidad limitada y también conocemos ya el final esperado.

Actualmente hay ya alarma sobre por lo menos tres nuevas burbujas económicas en formación: a) el alto costo de las materias primas internacionales por el avance económico de los países emergentes, como Brasil, China e India, b) el refugio de los especuladores financieros internacionales en la compra-venta de oro que ha alcanzado sus más altos precios históricos y c) el fenómeno del desarrollo inmobiliario chino donde el proceso de migración campo-ciudad auspiciado por el gobierno generó tierras urbanas baratas que atraen a la industria de la construcción, pero que hoy el gobierno quiere controlar y regular con estrictos requisitos hipotecarios y la aparición de nuevos impuestos inmobiliarios.

Sin embargo, las burbujas económicas se han conocido desde hace muchos años, hay por ejemplo evidencia que con el florecimiento del comercio internacional por el descubrimiento de nuevas rutas y la acumulación de riqueza, las flores exóticas eran un símbolo que daba un status alto, ello dio inicio a la Tulipomanía, que llevó a la riqueza y posterior quiebra a la Holanda del siglo XVII. Después aparece la burbuja de los "mares del sur" de 1720, cuando las posibilidades de intercambio comercial con el continente americano ilusionaron a numerosos inversionistas británicos que compran bonos del gobierno para financiar los viajes y donde el gobierno no pudo sostener sus compromisos de pago por la inflación desatada cuando la población sacó sus ahorros del colchón y los puso a circular masivamente.

Más recientemente el 29 de octubre de 1929 es la fecha de inicio de la "Gran Depresión Norteamericana", cuando la caída de la bolsa de Nueva York provocó que el desempleo en Norteamérica llegara a niveles del 25% de la población económicamente activa y como efecto cascada el comercio internacional descendiera casi la mitad. Fue quizá la primera vez en la historia que el ciudadano medio invertía en una bolsa de valores con la esperanza de volverse millonario, primero lo hizo echando mano a sus ahorros y después pidiendo prestado, hasta que la inflación ya no permitió sostener el ritmo de inversión y el dinero comenzó a escasear.

En los años 80 del siglo veinte, Japón en ese entonces la segunda potencia económica mundial, registra un gran crecimiento económico que deriva en un gran superávit comercial, los bancos japoneses deciden entonces fomentar el sector inmobiliario que llegó a crecer a un ritmo de 10% anual, este sector incluso engrosó las ganancias de las grandes compañías tecnológicas japonesas hasta que la inflación amenazó con volverse incontrolable por lo que el gobierno eleva las tasas de interés encareciendo el crédito inmobiliario, ello provocó una caída en pagos de la población a los bancos y la caída en un 60% de la bolsa de Tokio.

Entre 1997 y el 2001 se desató la euforia internacional por invertir en empresas vinculadas a los servicios ofrecidos por internet, a este fenómeno se le denominó la "burbuja.com", fenómeno que vio aparecer con la misma rapidez con la que desaparecieron, a numerosas empresas orientadas a los rubros tecnológicos emergentes; en este proceso, obvio está que numerosos inversionistas perdieron su dinero cuando en el proceso de fusiones, desapariciones, ventas y absorciones de las corporaciones las empresas perdían su valor al ser superadas por otras que desarrollaban mejores aplicaciones a los cambiantes procesos tecnológicos que en esa época se ponían en marcha.

Si nos damos cuenta, desde la tulipomanía, pasando por la burbuja de los mares del sur, el crack del 29, la crisis japonesa y el fenómeno de la burbuja.com, hasta la crisis de las hipotecas norteamericanas, podemos afirmar que al trinomio incertidumbre-especulación-racionalidad limitada puede agregársele un cuarto elemento: la modernización social, un fenómeno emergente o un nuevo desarrollo tecnológico que represente una nueva área de oportunidad para las inversiones.

En ese sentido, el descubrimiento de nuevas rutas comerciales, el consecuente intercambio comercial, la oportunidad de ampliar el abanico de inversionistas, el desarrollo de nuevas tecnologías y la aparición de nuevos esquemas de negocios, se tropiezan tarde o temprano con los efectos de los ciclos económicos. Quizá el mismo progreso mundial incluya dentro de sí, el desarrollo de nuevas burbujas económicas y tal vez por ello son recurrentes y hoy la ciencia económica no logra conocer sus efectos para prevenirlas. Aunado a ello el entorno mundial que cada vez se globaliza más mantiene un rumbo en dos sentidos, primero la creación y en segundo lugar la transferencia del conocimiento, o la carretera de la información y "la sociedad del conocimiento" si se prefiere.

Por eso, más allá de analizar los efectos de la última burbuja especulativa, para responder las preguntas iniciales de este articulo conviene reflexionar sobre ¿qué hacer para evitar las burbujas especulativas? tomando en cuenta que son fenómenos muy costosos, tanto en lo social como en lo económico, ¿hacia dónde va la ciencia económica? La corriente de pensamiento económico Keynesiana avanzó mucho al estudiar la demanda agregada, pero convirtió en estadísticas y simples números, los deseos de las personas, cuando la relación individuo-sociedad es muchos más compleja.

Si la macroeconomía estudia el comportamiento de los grandes grupos humanos y la microeconomía a los individuos, hoy la ciencia económica avanza en el estudio de la manera como las personas toman sus decisiones. Las contribuciones de teóricos del bienestar que hablan de procesos económicos sostenibles, de relaciones comerciales de ganar-ganar, de desarrollo humano y de economía verde, avanzan en analizar la realidad económica desde la persona misma sin dejar de lado el comportamiento social y cultural de la comunidad donde vive. Algunos avances de ello se encuentran en la economía conductual, que combina las ciencias económicas con el estudio de las tendencias cognitivas y emocionales humanas y sociales, para comprender la toma de decisiones económicas en contextos más complejos y como estas decisiones afectan a los precios de mercado, los beneficios y a la asignación de recursos.


Es decir la Ciencia Económica intenta explicar con el apoyo de otras ciencias el trinomio incertidumbre-especulación-racionalidad limitada. Hoy los avances en este sentido apenas son incipientes, pero se vislumbran corrientes de pensamiento económico que más allá del keynesianismo y el neoclasismo, intentan primero identificar las causas de las crisis recurrentes y después poder contrarrestar sus efectos devastadores.

Muchas veces se acusa a la Ciencia Económica, de que en aras de lograr un equilibrio entre oferta y demanda, entre empleo y producción, entre ingresos y egresos, deja de lado lo que realmente importa; el bienestar humano, hoy se puede explicar lo que ocurre cuando suceden fenómenos que provocan estos desequilibrios, pero hoy también se avanza en corregirlos desde donde se pueden potencializar todos los cambios posibles: la persona. En la actualidad los economistas debemos caminar hacia la comprensión del comportamiento individual ante la complejidad, ojalá y que a nuevas generaciones a quienes hoy afectan las crisis económicas recurrentes se les cumpla el deseo de ver y disfrutar épocas de mucho empleo y oportunidades de crecimiento, en lugar de escases y de desesperanza, ese es el gran reto por alcanzar para la Ciencia Económica, porque en los senderos escabrosos de la ciencia y de la vida no existen calzadas fáciles.

* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas




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