Hacer juntos(as). Dinámicas, contornos y relieves de la política colectiva.

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Descripción

María Inés Fernández Álvarez editora

ISBN 978-987-691-368-3

Editorial Biblos Investigaciones y ensayos

María Inés Fernández Álvarez editora

Este libro reúne estudios etnográficos sobre un conjunto de prácticas políticas colectivas vinculadas al trabajo desarrolladas en la Argentina –empresas recuperadas, cooperativas de trabajo, organizaciones territoriales, sindicatos–, interrogando una serie de supuestos ampliamente generalizados en la literatura que sostiene la unicidad de los actores colectivos cristalizada en categorías como “movimiento social”, “autogestión” o “cooperativa”. Partiendo del registro de situaciones concretas, una reflexión situada y una mirada vivida, los capítulos que componen este libro ponen entre paréntesis estas nociones para abordarlas como categorías de la práctica. Desde esta óptica, las experiencias aquí analizadas dejan de definir un objeto con contornos fijos para configurar más bien un horizonte, un proyecto a menudo conflictivo que se define, negocia y tensiona en el día a día. Poniendo en diálogo resultados de un equipo de investigación local con estudios realizados por autores internacionales (Estados Unidos, Francia e Inglaterra), los artículos aquí reunidos buscan capturar el carácter contradictorio de las prácticas que analizan para ponderar procesos que a la vez internalizan formas de dominación y generan espacios de autonomía, relaciones de poder y acciones igualitarias, lógicas individuales y prácticas solidarias. Sobre la base de este análisis, el libro nos invita a interrogar el sentido de lo colectivo proponiendo una conceptualización de estas prácticas como un hacer juntos(as) que resalta su carácter necesariamente contingente, contradictorio, fluido, parcial; el continuum de aquello que se produce en ese hacer poniendo en primer plano el transcurrir mismo. La propuesta encierra, por ende, una preocupación a la vez teórica y política en tanto se nutre de ese potencial para interpelar el sentido normativo que suele primar sobre las prácticas, las experiencias y los procesos que son el objeto de este libro.

HACER JUNTOS(AS)

9 789876 913683

HACER JUNTOS(AS) Dinámicas, contornos y relieves de la política colectiva

Editorial Biblos Investigaciones y ensayos

María Inés Fernández Álvarez (editora)

Hacer juntos(as) Dinámicas, contornos y relieves de la política colectiva

Hacer juntos(as): dinámicas, contornos y relieves de la política colectiva / María Inés Fernández Álvarez ... [et.al.]; edición literaria a cargo de María Inés Fernández Álvarez.- 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Biblos, 2016. 326 p.; 16x23 cm. ISBN 978-987-691-368-3 1. Antropología. 2. Etnografía. I. Fernández Álvarez, María Inés II. Fernández Álvarez, María Inés, ed. lit. CDD 306 Comité de evaluación: Gloria Rodríguez, Escuela de Antropología Social, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario, y Julieta Quirós, Instituto de Antropología de Córdoba-Conicet. Este libro fue financiado con fondos de los siguientes proyectos: Ubacyt FI547BA “Etnografía de procesos de organización colectiva del trabajo en sectores subalternos: entre lógicas racionales, prácticas creativas y dinámicas políticas”, Instituto de Ciencias Antropológicas, FFYL, UBA, programación 2014-2016. Ubacyt 20020110200064 “La productividad política de la autogestión: etnografía de las prácticas cotidianas de organización colectiva en el área metropolitana de Buenos Aires”, Instituto de Ciencias Antropológicas, FFYL, UBA, programación 2012-2014. PIP Conicet 11220120100220CO “Estado, sectores subalternos y vida cotidiana. Etnografía de procesos políticos colectivos del trabajo, la tierra y la vivienda”, programación 2013-2015.

Imagen tapa: Eva Capece Woronowicz, El Anatsui (fragmento), aluminio y cable de cobre, 2006 Diseño de tapa: Luciano Tirabassi U. Ar­ma­do: Luciano Paez S. © Los autores, 2016 © Edi­to­rial Bi­blos, 2016 Pa­sa­je Jo­sé M. Giuf­fra 318, C1064ADD Bue­nos Ai­res info@e­di­to­rial­bi­blos­.com / ww­w.e­di­to­rial­bi­blos­.com He­cho el de­pó­si­to que dis­po­ne la Ley 11.723 Im­pre­so en la Ar­gen­ti­na No se per­mi­te la re­pro­duc­ción par­cial o to­tal, el al­ma­ce­na­mien­to, el al­qui­ler, la trans­ mi­sión o la trans­for­ma­ción de es­te li­bro, en cual­quier for­ma o por cual­quier me­dio, sea elec­tró­ni­co o me­cá­ni­co, me­dian­te fo­to­co­pias, di­gi­ta­li­za­ción u otros mé­to­dos, sin el per­mi­so pre­vio y es­cri­to del edi­tor. Su in­frac­ción es­tá pe­na­da por las le­yes 11.723 y 25.446. Es­ta pri­me­ra edi­ción se ter­mi­nó de im­pri­mir en, Imprenta Dorrego, Avenida Dorrego 1102, Bue­nos Ai­res, Re­pú­bli­ca Ar­gen­ti­na, en febrero de 2016

Índice

Introducción. El desafío de hacer juntos(as) María Inés Fernández Álvarez ........................................................ 11 PRIMERA PARTE

Construyendo juntos(as) Del valor y los valores: un análisis etnográfico de la definición de reglas colectivas en emprendimientos productivos impulsados por organizaciones sociales Dolores Señorans .............................................................................. 33 “El proyecto de sostener la autogestión”: trabajo pedagógico y construcciones morales en una organización de la economía social Leila Litman ..................................................................................... 59 Relaciones laborales en la economía social a lo largo del tiempo: reflexiones a partir de la revisita de una cooperativa textil en autogestión Pía V. Rius ........................................................................................ 79 Valores y usos de la autogestión: avatares de una socialización renegociada Maxime Quijoux ............................................................................. 103

SEGUNDA PARTE

Disputando juntos(as) Decir, hacer, actuar: análisis del proceso de puesta del Programa de Plantas Sociales de Ceamse desde el enfoque de la experiencia Cecilia Cross .................................................................................. 129 La política de lo testimonial: agencias estatales y ONG en la regulación del trabajo cartonero Santiago Sorroche .......................................................................... 153 La construcción de modelos de gestión colectiva del trabajo: las significaciones de la sustentabilidad y la solidaridad en empresas recuperadas Florencia Partenio .......................................................................... 173 Devenires de la copa de leche. Prácticas colectivas en torno a la puesta a andar de las políticas estatales María Victoria Taruselli ............................................................... 199 TERCERA PARTE

Imaginando juntos(as) La potencialidad de las situaciones truncas en el estudio de la política colectiva María Inés Fernández Álvarez ..................................................... 223 Lucha, trabajo y cultura: sentidos del cooperativismo y ciudadanía en una empresa recuperada Karen Ann Faulk ............................................................................ 245 “Equivocándote aprendés”: dinámicas corporales, dinámicas ejemplares Cecilia Espinosa ............................................................................. 275 Narrativa histórica, tiempo político ordinario y momentos revolucionarios: temporalidades coexistentes en la experiencia vivida de los movimientos sociales Sian Lazar ...................................................................................... 295 Las y los autores ............................................................................ 323

Introducción El desafío de hacer juntos(as) María Inés Fernández Álvarez

Este libro tiene una historia que vale la pena compartir, volver inteligible el espíritu que organiza su propuesta. Comenzamos a esbozar su contenido hace ya más de dos años con el propósito de hacer públicos –en el sentido que Didier Fassin (2013) da a este término–1 los alcances de una línea de investigación que inicié en forma individual en 2007 y se transformó luego en un trabajo colectivo.2 Su objetivo ha sido estudiar en un período prolongado de tiempo, un conjunto de prácticas colectivas de sectores subalternos vinculadas especialmente al trabajo, atendiendo a la operatoria de variadas formas de dominación y gobierno. Respondiendo a este objetivo, el punto de partida de esta publicación consiste en interrogar una serie de supuestos ampliamente generalizados en la literatura –no sólo local sino tam-

1. Afirmando la importancia de la etnografía para la comprensión de las sociedades contemporáneas por su capacidad a la vez de iluminar lo desconocido e interrogar lo evidente, el autor aboga por el desarrollo de una práctica crítica y pública, esto es, abierta a múltiples audiencias que no se reduzcan únicamente a los círculos académicos de manera que sus resultados puedan ser apropiados, debatidos, contestados y usados. 2. Esta línea de investigación retoma resultados de mi estudio doctoral que luego confluyó en la coordinación de una serie de proyectos colectivos bajo mi dirección con financiación del Conicet (PIP 11220120100220CO, 2013-2015) y la UBA (Proyectos Ubacyt FI547BA, 2014-2016; F064, 2012-2014; F253, 2010-2012 y F603, 2008-2010) desarrollados en el Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). El equipo de investigación actual se completa con la participación de Cecilia Espinosa, Santiago Sorroche, Leila Litman, Dolores Señorans, Victoria Taruselli y Florencia Pacifico, quienes integran el equipo en calidad de becarios y tesistas doctorales; Blanca Carrozzi y Lucía Testoni, investigadoras en formación y estudiante respectivamente. Finalmente, Cecilia Cross y Florencia Partenio han integrado el equipo en calidad de investigadoras externas. [ 11 ]

bién extranjera– que sostiene la unicidad de los actores colectivos cristalizada en categorías como “movimiento social”, “autogestión” o “cooperativa”.3 Desde esta idea de unicidad estos colectivos suelen ser caracterizados y definidos a partir de una serie de atributos definidos a priori como “solidaridad”, “horizontalidad” o “autonomía”, perspectiva que suele portar con una fuerte carga normativa. Desde esta óptica, las prácticas, procesos y experiencias que aquí analizamos suelen ser evaluadas por su distancia o proximidad con estos principios normativos y en consecuencia los vínculos con formas variadas de gobierno (empresas, ONG, Estado) suelen ser explicados bajo categorías como “cooptación”, “institucionalización” o prácticas “heterónomas” que impiden su pleno desarrollo. Los trabajos incluidos en este libro parten de un punto en común: poner entre paréntesis por un momento estas nociones para abordarlas como categorías de la práctica. Desde esta perspectiva, estas categorías dejan de definir un objeto con contornos fijos para configurar más bien un horizonte, un proyecto a menudo conflictivo que se define, negocia y tensiona en el día a día. Nuestra mirada, entonces, se propone capturar de manera vívida el carácter contradictorio de estas prácticas en el curso del cual se desarrollan procesos que a la vez internalizan formas de dominación y espacios de autonomía, relaciones de poder y acciones igualitarias, lógicas individuales y prácticas solidarias.4 Así, este volumen reúne estudios etnográficos que partiendo del registro de situaciones concretas, una reflexión situada y una mirada vivida, brinde nuevas luces para reflexionar sobre el sentido y el carácter de lo colectivo. Tal es, pues, el primer objetivo de la publicación: contribuir a la conceptualización de estas prácticas como un hacer juntos(as) lo que supone para nosotros resaltar su carácter necesariamente contingente, contradictorio, fluido, parcial. Esta propuesta cobra especial significación si tomamos en cuenta que en la Argentina las experiencias y prácticas que aquí analiza-

3. En esta obra acordamos utilizar comillas dobles para citas textuales incluyendo categorías sociales o nativas y bastardillas para enfatizar o relativizar términos. 4. Este punto de partida encuentra cercanía con la propuesta sintetizada por Luis Reygadas (2014) en la introducción a un volumen que reúne estudios etnográficos sobre un conjunto variado de “economías alternativas” –siguiendo el término que utilizan los compiladores del libro–, en México, la Argentina y España. Afirma allí el autor: “Ir más allá de la mera evaluación normativa y clasificatoria que divide experiencias en dos grupos, las positivas y negativas, las puras e impuras, las que coinciden con nuestra visión del mundo y las que difieren” (2014: 21) habilita una mirada de los “procesos emergentes” –retomando la categoría de Sousa Santos– con sus contradicciones, paradojas e impedimentos estructurales. [ 12 ]

mos cobraron en la última década un impulso notable como consecuencia de un doble movimiento: la acción de organizaciones sociales que desarrollaron procesos variados de demanda e iniciativas colectivas; y la implementación de una política sostenida de economía social y promoción del trabajo asociativo. Doble movimiento en tanto no es posible comprender el desarrollo de estas políticas sin atender a las acciones o demandas de movimientos y organizaciones sociales; como tampoco es posible reducir el desarrollo de estas iniciativas por fuera o más allá de estos dispositivos estatales. En particular las experiencias de gestión colectiva del trabajo sobre las que se han concentrado particularmente nuestras investigaciones han tenido en este contexto un destacado incremento.5 Acompañando este crecimiento numérico en la última década se ha desarrollado una prolífica literatura sobre la temática desde perspectivas como la “economía social”, “el cooperativismo” o “la acción colectiva” que contribuyeron a documentar este crecimiento.6 Con ánimo de aportar nuevas luces sobre este campo de estudios, nuestros esfuerzos investigativos han estado orientados a señalar que ideas como “cooperativa” o “autogestión” incluso “economía social” constituyen modelos cuya existencia tiene más lugar en el papel que en la contingencia cotidiana de las prácticas concretas.7 Pero sobre todo, tal como lo he señalado en otro lado (Fernández Álvarez, 2014), hemos buscado aprehender los múltiples modos de ser, estar y hacer que nos fueron mostrando nuestros interlocutores en el campo y las variadas acepciones que estas categorías tomaban en contextos específicos: un lenguaje de demanda, una modalidad de intervención

5. Para ilustrar este crecimiento basta con reparar en el total de cooperativas de trabajo registradas en el Inaes que para 2013 alcanzaban 27.290 en todo el país. Esta cifra contrasta notablemente con las 409 entidades contabilizadas en 1984 e incluso con el total correspondiente a una década después cuyo número ascendía a 2.632 (Ciolli y Roffinelli, 2009). 6. Cabe mencionar entre otros: Hintze (2007), Voutto (2007), Masetti (2011), Grassi (2012) y Hopp (2013). 7. En la misma dirección, Fernando Balbi (1998) señaló hace ya varios años sobre la base del estudio de una cooperativa pesquera del delta entrerriano la contraposición entre “organización real” y “modelo ideal” –o “carta mítica” invitando a estudiar las cooperativas concretas en lugar del modelo que toma como referencia una definición formal e institucionalizada. Propuso atender al modo en que ese modelo ideal opera en la dinámica de las relaciones que establecen los asociados siendo movilizado en el curso de conflictos entre ellos, destacando el modo en que las miradas normativas sobre estas experiencias limitan nuestra capacidad de ensayar una mirada más compleja acerca de su dinámica cotidiana. [ 13 ]

del Estado, un modo de hacer política, un emprendimiento para generar ingresos, entre otras. Desde este punto de partida, los artículos aquí reunidos evidencian la manera en que en estos espacios el trabajo y política resultaron prácticas mutuamente imbricadas antes que espacios diferenciados de acción. Y es en esa articulación donde radica su mayor riqueza. Por un lado, estas prácticas renovaron formas de militancia y participación, en tanto desarrollar una cooperativa de trabajo o promover experiencias de autogestión del empleo constituyeron modos de “hacer política”. Por otro, estas prácticas pasaron a estar reguladas, organizadas, modeladas por formatos y lenguajes laborales que implicaron adecuar tiempos, ritmos y relaciones políticas como dinámicas productivas. Así, las fronteras sobre qué es y cómo se entiende el trabajo o qué es y cómo se entiende la política se hicieron por momentos borrosas, yuxtaponiéndose, mientras que por otros se cristalizaron en prácticas y categorías que configuran lenguajes para disputar o negociar, modos de clasificar a las personas o definir relaciones, formas de participar o estar en las organizaciones. En particular, hemos observado el modo en que esto se traduce en discusiones sobre qué supone el compromiso en estos espacios, cuyo significado lejos de ser homogéneo o delimitado a priori se construye, negocia y define en el día a día, organizando de manera tensa y cambiante las formas legítimas de estar y hacer colectivamente, tal como lo muestran los trabajos reunidos en este volumen. Una apuesta teórica por el transcurrir El libro reúne y pone en diálogo dos conjuntos de artículos. Por un lado, una serie de textos elaborados por integrantes del equipo de investigación mencionado, quienes hemos venido desarrollando estudios etnográficos en espacios variados como empresas recuperadas por sus trabajadores, cooperativas de reciclado impulsadas por “cartoneros”, organizaciones no gubernamentales que gestionan créditos para cooperativas de trabajo u organizaciones territoriales que desarrollan proyectos productivos o de servicios negociando para ello recursos estatales o de ONG.8

8. El conjunto de estos textos fue objeto de una serie de reuniones preparatorias en las que hicimos una lectura cruzada de las versiones preliminares que se prolongaron a lo largo de estos dos años. Así, los textos recogen estos intercambios que enriquecieron las propuestas originales. [ 14 ]

Por otro, una serie de artículos sobre prácticas políticas colectivas en la Argentina realizados por colegas de otros países con quienes hemos logrado construir un fructífero diálogo en estos años. La incorporación en español de esta producción elaborada en otros contextos intelectuales –como Estados Unidos, Francia o Inglaterra– y difundida en circuitos editoriales extranjeros, busca poner en perspectiva nuestros resultados, nutriéndose y a la vez debatiendo con una literatura en la cual América Latina –y en especial países como Argentina– se convirtió en el curso de la última década en una suerte de “laboratorio” u “observatorio social”.9 Hecho al que contribuyó sin duda el desarrollo de un notable proceso de movilización difundido a escala mundial gracias a la “crisis de 2001”, del que fueron protagonistas las empresas recuperadas, como lo atestiguan los capítulos de Karen Faulk y Maxime Quijoux incluidos en este volumen. En años más recientes, en el contexto de la crisis financiera global de 2008, académicos y militantes especialmente de países como Francia, España o Grecia encontraron en estas experiencias colectivas una suerte de inspiración práctica. Vale como dato ilustrativo el crecimiento de espacios de intercambio a nivel mundial, como los encuentros de economía de los trabajadores del que hemos venido participando desde su primera edición en la Argentina que en enero de 2014 tuvo su primera convocatoria europea realizada en una empresa recuperada del sur de Francia donde las experiencias locales participaron como pioneras.10 Así, los artículos incluidos en este libro reflexionan sobre la manera en que las iniciativas y los procesos locales de demanda, organización y disputa pero también los dispositivos de gobierno están modelados y a la vez redefinen categorías, lenguajes y prácticas cuya comprensión no se circunscribe al ámbito local y cuyo estudio –por ende– requiere sobrepasar estos límites geográficos para prestar atención a su circulación también académica. Encuentre aquí nuestro lector el segundo objetivo de este volumen: aportar a la reflexión sobre cómo la perspectiva etnográfica puede también informar el estudio de estas articulaciones, cómo es posible capturar en términos descriptivos y analíticos esta operatoria. Buscamos por tanto que

9. A título ilustrativo se pueden mencionar: Raimbeau y Hérard (2006), QuattrocchiWoisson (2007) y Sitrin (2012). 10. El encuentro tuvo lugar entre el 31 de enero y el 1 de febrero 2014 en la fábrica ocupada Fralib, ubicada en Gémeno (distrito de Marsella), para más información: http://www.recuperadasdoc.com.ar/Encuentro_europeo.html (fecha de consulta: 10 de enero de 2015). [ 15 ]

esta publicación permita establecer un puente entre estudios empíricos sobre un mismo objeto que si bien fueron pensados desde problemas diferentes –la construcción de ciudadanía(s), el desarrollo de prácticas alternativas al neoliberalismo, la sustentabilidad de las cooperativas o la autonomía de los movimientos sociales–, aportan significativamente a conceptualizar la política colectiva como un hacer juntos(as). Aunque es la intención de quien escribe esta introducción que los contornos, relieves y dinámicas de ese hacer juntos(as) cobren pleno sentido al recorrer el conjunto de las contribuciones, ensayo aquí una primera aproximación a modo de guía que acompañe la lectura sobre la base de una serie de reflexiones esbozadas en trabajos previos (Fernández Álvarez, 2011, 2012, 2014). Para ello me permito desarmar la fórmula que propongo aclarando desde un comienzo que a mis ojos el sentido se encuentra únicamente en su articulación como totalidad. Comienzo por el verbo que da contenido a la propuesta. Hacer, que más bien debería enunciarse en gerundio, haciendo, tiene la intención de enfatizar el carácter contingente y fluido de estas prácticas.11 El continuum de aquello que se produce en ese hacer. Donde lo que importa es la experiencia de estar viviendo y haciendo (historia) como lo sugiere Sian Lazar al analizar las diferentes temporalidades experimentadas por militantes sindicales del sector público explorando los momentos en que parte de estas experiencias se convierten en lo que la autora denomina “políticas del tiempo”. Esto no quiere decir, por tanto, desconocer el modo en que ese hacer (juntos) requiere materializarse en narrativas donde lo colectivo cobra sentido, presencia, contenido, se corporiza como lo analizo en el capítulo bajo mi autoría y lo evidencian Sian Lazar, Cecilia Cross, Florencia Partenio, Leila Litman y Cecilia Espinosa en sus contribuciones. Una producción de narrativas que se construye por y a través de cuerpos, sentimientos, emociones, evocando experiencias históricas y trayectorias de militancia, que es por lo tanto historia vívida. Se trata pues de poner en primer plano ese transcurrir mismo, lo que se crea en ese recorrido cuyo contenido no queda necesariamente cristalizado, salvo de manera excepcional, sino que está siendo. Aquello que se produce en la puesta a andar (de la política) para usar los términos que elige Victoria Taruselli en su análisis de los múltiples sentidos que adquiere “la copa de leche” en manos de una organización barrial de la comunidad qom asentada en los suburbios de Rosario.

11. Agradezco a Nashieli Loera por su señalamiento respecto de la importancia de enfatizar el gerundio que contiene esta formulación. [ 16 ]

Pero atención. Se trata de un hacer juntos(as), que, como lo evidencian los trabajos contenidos en este volumen, se desarrolla en el marco de procesos más amplios de construcción de hegemonías. Esta afirmación indica que las personas no actúan libremente por fuera de relaciones de dominación que imprimen límites a sus acciones (y a lo que es posible hacer y pensar). Así, la lectura que proponemos busca distanciarse de una mirada normativa que permita con este desplazamiento reponer el continuum de estas prácticas capturando su sentido imprevisto, sin caer por ello en una lectura romántica o encantada de estos procesos. Destacar el modo en que las formas de gobierno ejercidas tanto por agencias estatales como ONG constriñen ese hacer juntos(as) es el objetivo de la contribución propuesta por Santiago Sorroche sobre la base en la que reflexiona sobre las potencialidades y los límites de la “política de lo testimonial” que desarrollan estos emprendimientos. La propuesta encierra así una apuesta teórica –tercer objetivo de nuestra empresa– en tanto se trata de pensar en ese transcurrir dejando por un momento entre paréntesis la preocupación por los resultados (definidos como logros que se evalúan en términos de éxito o fracaso) para preguntarnos por lo que se crea como proyecto (colectivamente). Un transcurrir que se convierte en herramienta analítica en tanto cobra vida en el curso del trabajo etnográfico, aquel que se nutre del “punto de vista experiencial”, como lo afirma con elegancia Julieta Quirós (2014: 12) reconociendo que el conocimiento antropológico habilita principalmente un abordaje de “lo social” como proceso vivo. Dejemos por un momento el verbo para detenernos en el término que adjetiva la formulación propuesta. Juntos(as) tiene la intención de reconocer ante todo que lo colectivo no comprende, engloba ni condensa aquello que es del orden individual, heterogéneo, plural. Es una afirmación sobre el carácter necesariamente (en sentido de inmanente) inacabado, parcial, para tomar prestada la caracterización que propone Cecilia Espinosa sobre el Espacio de Mujeres que analiza en su artículo. La política colectiva es siempre parcial. Donde la permanencia pasa por la posibilidad de hacer con la circulación como propongo pensarlo a partir de mi trabajo con una cooperativa de cartoneros de La Matanza. Esta formulación nos invita a deshacernos definitivamente de una mirada que parta del individuo –y por tanto focaliza en las motivaciones como sumatoria– para explicar experiencias que son necesariamente colectivas centrando nuestra atención en las relaciones –incluyendo los afectos y las emociones– y las condiciones –social e históricamente definidas– que las hacen posibles (Fer[ 17 ]

nández Álvarez, 2011). Es por ello que como lo señalan en particular los capítulos de Cecilia Espinosa, Dolores Señorans y Leila Litman, hacer juntos(as) requiere un trabajo pedagógico que porta con él una dinámica ejemplar no excepta de relaciones de poder, sometido por tanto a múltiples tensiones. Un trabajo que implica negociar el sentido mismo de lo colectivo donde categorías como cooperativa o autogestión se alejan de nociones legales o formales para cobrar contenido afectivo, retomando la categoría que propone Karen Faulk, desde la cual se interpelan los modos de construcción de ciudadanía(s); o bien adquiriendo en la práctica cotidiana una pluralidad de formas que están modeladas tanto por los vínculos políticos como por modos históricos del trabajo y relaciones barriales, como lo analizan Maxime Quijoux y Pía Rius. En síntesis, hacer juntos(as) es una apuesta por contribuir a una elaboración teórica que permita trascender los casos (y sea por tanto traducible al análisis de otros procesos) sin perder de vista su carácter situado y experiencial. Asume el riesgo de poner en diálogo textos elaborados desde marcos analíticos y preocupaciones teóricas diversas, haciendo nuestra la invitación a la que nos convocan da Col y Graeber (2011: 2) en el número inaugural de la revista Hau: “Un llamado a revivir el potencial teórico de todo conocimiento etnográfico, su rol destacado en la generación de teoría” recuperando de la antropología el sentido de la imaginación como potencia para la construcción conceptual.12 Nuestra apuesta encierra por ende una preocupación a la vez teórica y política en tanto se nutre de ese potencial para interpelar el sentido normativo de la mirada académica que suele primar sobre las prácticas, experiencias y procesos que hacen el objeto de este libro.

12. Revindicando el sentido teórico de la noción maussiana de Hau los autores afirman allí que la etnografía es ante todo una investigación pragmática sobre “disyunciones conceptuales”. Para los autores, conceptos como Hau son básicamente “eventos inclasificables” que reorganizan nociones y categorías preconcebidas a partir de la yuxtaposición de posiciones e imágenes culturales diferentes. Desde este punto de partida ensayan una definición de teoría etnográfica como “una conversión de conceptos extraños (stranger-concepts) que no conlleva simplemente la intención de establecer una correspondencia de significados entre dos entidades o la construcción de una armonía heterónima entre dos palabras diferentes sino, en cambio, la generación de una disyunción homónima, aquella destrucción de cualquier sentido firme de lugar que únicamente puede resolverse en la formulación imaginativa de las novelas mundiales” (2011: 2). La imaginación es pues una herramienta necesaria al quehacer antropológico que permite producir términos y conceptos a partir de la conexión de antiguas categorías verbales no esenciales sobre las que se hace necesario establecer equivalencias. La traducción es mía. [ 18 ]

Construir, disputar e imaginar Construir, disputar e imaginar, tres aristas de este hacer juntos(as) que recorren el conjunto de los capítulos y nos permiten desagregar la formula aquí esbozada. El volumen se organiza en tres partes atendiendo a la centralidad que estas ideas adquieren en cada contribución. El primer conjunto de trabajos atiende al carácter constructivo de hacer juntos(as) destacando el proceso creativo que allí tiene lugar, pero también señalando su carácter controvertido. Construir juntos(as) es pues un proceso contradictorio que se produce en y desde la tensión. El artículo de Dolores Señorans inaugura esta primera parte analizando el proceso de creación de reglas colectivas en torno a las formas de distribución de los ingresos en una organización social y política ubicada en el barrio porteño de La Boca para poner en funcionamiento una radio comunitaria. Haciendo de la distinción entre “valor” y “valores” –en los términos sugeridos por Graeber– un camino para reflexionar sobre las múltiples formas de valor que resultan significativas para las personas que componen el universo etnográfico que analiza –incluyendo las propias–, la autora muestra que este proceso de creación de reglas requirió objetivar la práctica cotidiana construyendo juntos(as) una serie de criterios y definiciones en torno a nociones de lo “justo” y la “justicia”. La necesidad de cuantificar estos criterios –no exenta de controversias– movilizó una práctica aprendida en la trayectoria de la organización por los militantes “históricos” cuya incorporación demandó un trabajo pedagógico haciendo explícitas construcciones morales –valoraciones para usar sus términos–, sobre las formas de participar en ese espacio. Así, el artículo evidencia hasta qué punto es en la práctica política donde se produce el valor (o los valores), las formas de valorización que dan contenido a ese hacer juntos(as) afirmando el potencial de esta perspectiva a la hora de pensar y ejercer una práctica académica que sea capaz de ir más allá de sí misma. La contribución de Leila Litman, que da continuidad a esta primera parte del libro, se detiene en el estudio de las prácticas cotidianas que desarrollan quienes integran la Fundación la Base Fondo de Microcréditos Solidarios –una ONG que gestiona préstamos para cooperativas de trabajo– analizando el modo en que estas personas significan su participación en este espacio. Involucrarse con estas personas, sostiene la autora, le permitió “empaparse” del proyecto político de la organización comprendiendo que para “los baseros” –como se autodenominan– la actividad que realizan sobrepasa los [ 19 ]

límites de aquello que se define como “trabajo”. Asumir una relación de complicidad, afinidad y afecto, como ella la describe, le permitió vivenciar con ellos qué supone el “compromiso” con ese proyecto político sintetizado en la fórmula “sostener la autogestión”. Afirmando el modo en que la construcción de este vínculo transformó no sólo su modo de estar en el campo sino los interrogantes que organizaban la investigación misma, Litman señala que el compromiso con ese proyecto conlleva un trabajo pedagógico cargado de construcciones morales sobre las formas correctas de gestionar los préstamos y en definitiva de “ser cooperativista”. Trabajo pedagógico que se expresa tanto en el vínculo con las cooperativas como en las relaciones cotidianas donde estas construcciones morales permean las formas de hacer y estar juntos(as). Iniciando el diálogo que este volumen propone con estudios sobre procesos locales desarrollados en otros contextos académicos, Pia Rius analiza las modalidades de participación en una cooperativa de trabajo formada en el seno de una organización territorial de la zona sur del Gran Buenos Aires. A partir de una revisita al taller de costura Las Juanas que fue objeto de una investigación prolongada desarrollada por la autora algunos años antes, el capítulo explora las distintas formas de trabajo teniendo en cuenta las contribuciones y producciones que sus integrantes realizan. Las competencias profesionales y las capacidades desarrolladas mediante el trabajo colectivo aparecen como elementos distintivos que confluyen en diferentes formas de coproducción sostenidas tanto en experiencias previas como en los aprendizajes que se produce en el día a día. Así, el capítulo muestra en particular cómo la pertenencia barrial, lejos de resultar un obstáculo, constituye un recurso que se puede movilizar. La escritura experimental –siguiendo la propuesta formulada por Alain Cotteraeu y Mohamed Marzok–, que guía su análisis contribuye a hilvanar el presente de este espacio de producción colectiva con el pasado de ese hacer junto(as) a la luz de su propia experiencia investigativa abriendo así nuevos interrogantes de pesquisa. Maxime Quijoux completa esta primera parte del libro proponiendo un análisis de las formas que en la práctica adopta la autogestión donde esta categoría deja de ser pensada en singular para mostrar el carácter múltiple y disputado, incluyendo el desarrollo de relaciones controvertidas y en tensión. El capítulo de este investigador francés inscribe su reflexión en la centralidad que el fenómeno de las empresas recuperadas cobró en los círculos altermundialistas donde la autogestión se presenta más bien con una categoría cargada de un fuerte sentido normativo. Sobre la base de un estudio [ 20 ]

etnográfico prolongado en dos fábricas recuperadas de la ciudad de Buenos Aires, el autor propone una mirada que, partiendo de las prácticas cotidianas desarrolladas en estas cooperativas, asume una perspectiva procesual dando centralidad al modo en que las relaciones y formas previas –bajo patrón– configuraron cada proceso de recuperación. Sin desconocer la profunda mutación de valores que este proceso significó, incluyendo sensaciones de angustia y situaciones de tensión, el capítulo muestra el modo en que estos valores heredados imprimieron tonalidades específicas a los sentidos y las formas que en cada caso asumió la autogestión. Animándose a salir de visiones normativas y asumiendo una mirada comprometida desde la crítica, este capítulo contribuye a interpelar el sentido de valores como la horizontalidad –tan caros en el estudio de estas experiencias– mostrando que el desarrollo de prácticas o relaciones jerárquicas puede ser la base para el sostenimiento de un proceso autogestivo sui generis. Así, el capítulo de Quijoux aporta nuevas claves desde las que reflexionar sobre el desafío de hacer juntos(as) donde esta construcción pasa también por hacer con y a pesar de prácticas que puede ser entendidas y pensadas como individuales sin necesariamente resolverlas. Exige en cambio un “bricolaje comunitario” cuyo horizonte, en el marco de una economía de mercado, es, cuando menos, incierto. Los trabajos de Cecilia Cross, Santiago Sorroche, Florencia Partenio y Victoria Taruselli se dedican a mostrar el carácter disputado de hacer juntos(as). En este conjunto de capítulos el Estado, a través de la acción de sus agentes, programas y modos de gobierno, cobra centralidad. Los artículos muestran cómo cuando la gestión cotidiana de las políticas es puesta a andar por organizaciones o movimientos sociales, lo que se disputa no es solamente el sentido de estas políticas, sino la experiencia misma de hacer junto(as). La contribución de Cecilia Cross, que abre esta segunda parte del libro, analiza la gestión cotidiana de políticas sociales en el conurbano bonaerense en un conjunto de barrios populares emplazados en torno al Complejo Sanitario Norte III de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse). Sobre la base de una prolongada investigación iniciada en 2001 que mantuvo continuidad desde entonces, el trabajo reflexiona sobre los sentidos en disputa en torno al programa de plantas sociales dirigido a quemeros y quemeras del Área Reconquista, es decir, a quienes acceden al relleno sanitario en busca de materiales para vender o mercadería para consumir. Con este objetivo, analiza cada testimonio, registro, declaración pública e interpretación académi[ 21 ]

ca –propia y ajena– en su contexto de producción, sin sustraerlos de los acontecimientos que se sucedieron con posterioridad y los rastros de la experiencia previa de quien habló. La autora se pregunta sobre cómo trabajar con la palabra, los gestos y silencios recabados a lo largo del proceso de investigación, reflexionando para ello sobre las raíces filosóficas de conceptos como acción y experiencia así como a las implicancias teórico-metodológicas de situarse dentro de las distintas tradiciones analíticas que han pensado estos conceptos. Sobre la base de esta reflexión analiza los principales ejes sobre los que se asentaron las disputas por el sentido del programa de plantas sociales. Tomando prestados los conceptos de comunidad de valores y capacidades colectivas desarrollados por Ricoeur, muestra que los términos de esta disputa se hacen visibles al observar el hilván que conecta los hechos desde el que se construyen el mythos –el discurso natural acerca de la acción– que da sentido al programa de plantas sociales. En sentido análogo, el punto de partida para contar la historia y los eventos que se incluyen en ellos –es decir, el modo en que se construye la narrativa– pone en evidencia los términos en que se expresa el conflicto en torno al programa a lo largo del tiempo. Reconstruir este proceso de disputa sobre el sentido del programa, identificando el modo en que en ese curso se fueron modificando las demandas de las personas que allí trabajan, le permite evidenciar al mismo tiempo cómo en ese curso las personas también transformaron su experiencia subjetiva relegando la idea de necesidad para afirmarse desde las capacidades –singulares y colectivas– de hacer juntos(as). El análisis sobre las vinculaciones de una cooperativa de “cartoneros” de La Matanza con agencias estatales y ONG propuesto por Santiago Sorroche da continuidad a esta segunda parte del libro que reflexiona sobre el sentido disputado de hacer juntos(as) contribuyendo en su caso a señalar la incidencia de lenguajes, dispositivos y normativas que trascienden el ámbito local. El capítulo muestra la centralidad de estos vínculos en el desarrollo cotidiano de la cooperativa –acceso a recursos no sólo económicos sino también políticos– señalando al mismo tiempo la manera en que esas relaciones modelan el desarrollo de lo que llama “política de lo testimonial”. Articulando la propuesta teórico-metodológica desarrollada por Eric Wolf –en particular la noción de conexión– y la categoría de gubernamentalidad de Michel Foucault, el autor busca inscribir estas vinculaciones en un análisis de la macrofísica del Estado que sienta las bases para el ejercicio de una microfísica de la política. Así, mientras la noción de conexión le permite problematizar el análisis de dichos vínculos atendiendo a la articulación entre prácticas y [ 22 ]

dinámicas locales con marcos globales, la categoría de gubernamentalidad contribuye a evidenciar el modo en que estas relaciones ponen en práctica un ejercicio compartido de gobierno orientado a la regulación del trabajo “cartonero”. Sobre la base de esta articulación conceptual, el autor analiza una serie de requisitos que las ONG plantean para el otorgamiento de fondos hacia las cooperativas –como su autosustentabilidad– de los que estos emprendimientos se apropian y a la vez contornean al sostener sus demandas. Desarrollan así una “política de lo testimonial” que se expresa mostrando capacidad y voluntad y, de manera contradictoria, evidenciando los límites de estos requisitos al articular el desarrollo de su práctica cotidiana reivindicando el reconocimiento de su actividad como servicio público. La manera en que la noción de sustentabilidad constriñe las prácticas de gestión colectiva del trabajo convirtiéndose en una categoría en disputa es también objeto de la contribución de Florencia Partenio a partir de una prolongada investigación con una empresa recuperada del sector textil ubicada en el Partido de Saavedra en la provincia de Buenos Aires. La autora nos alerta sobre el modo en que esta preocupación sumamente recurrente en la literatura desde la que se interroga el rol del Estado es también una inquietud para quienes protagonizan estas experiencias que interpela su horizonte de posibilidades. El capítulo analiza la disputa sobre las vías y los modelos posibles de proyección en el tiempo explorando dos dimensiones articuladas: los sentidos movilizados en torno a las nociones de sustentabilidad y solidaridad; y la vinculación entre los discursos provenientes de los actores involucrados en la gestión con los modelos construidos. El capítulo muestra cómo estos modelos están atravesados tanto por la tensión del “trabajo hacia adentro” y del “trabajo hacia afuera” de la cooperativa como por el ritmo de las negociaciones y los litigios políticos. En esta arena de disputa a nivel local y provincial, la articulación con el Estado nacional se transformó en una fuente de recursos –materiales y simbólicos– para el proyecto cooperativo que logró instalarse en la comunidad al mostrarse capaz de generar condiciones de “sustentabilidad y desarrollo” a emprendimientos asociativos de la región. En este ritmo, hacer juntos(as) supuso transformar un “proyecto cooperativo” en un “proyecto productivo”, siendo disputado por otro modelo –bajo gestión privada– que se presentaba como más “eficiente” y con garantía de sustentabilidad. Esto conllevó un trabajo político complejo: despegarse de la noción estrictamente económica exigida en los planes de la cooperativa que no suelen requeridas a empresas privadas de la región. El análisis propuesto por la autora [ 23 ]

muestra lo complejo que ha resultado para el “proyecto cooperativo” esta tarea –despegarse de la noción estrictamente económica y acreditar acciones “justas, solidarias y de inclusión social”– afirmando con Rancière que la batalla política es también una disputa por regímenes de visibilidad, es decir, por un mundo que no se deja mostrar o que no se quiere ver. La contribución de Victoria Taruselli cierra este segundo bloque de artículos aportando nuevas luces para pensar el sentido disputado de hacer juntos(as) sobre la base de su investigación con una organización barrial de una comunidad qom en la Ciudad de Rosario. El capítulo analiza la puesta a andar de una política de “asistencia directa” que consistía básicamente en la entrega de alimentos a población vulnerable y se convirtió en manos de la organización en “la copa de leche”, desarrollando así un proceso de (re)creación de prácticas colectivas y relaciones entre las mujeres encargadas de la preparación de la merienda, las demás familias del barrio y el Estado. Recuperando aportes de estudios antropológicos contemporáneos sobre el Estado y las políticas, la autora muestra cómo esta puesta a andar excedió ampliamente tanto el objetivo de asistencia alimentaria estatalmente enunciado como los procedimientos rutinizados de dicha política. Esta perspectiva analítica le permitió mostrar que “la leche” permeaba las relaciones en el territorio, actualizándose en un modo particular de lo que Timothy Mitchell llamó efectos de Estado. Al mismo tiempo, su puesta a andar involucraba una multiplicidad de relaciones y prácticas que configuraban un espacio/tiempo en el que se (re)creaba la política de la organización. Sobre la base de este análisis, la autora sostiene que “la leche” era parte de esa construcción política en tanto la experiencia cotidiana de “habitar la copa” excedía ampliamente la función específica de preparar la merienda habilitando (y disputando) grados de autonomía las mujeres frente a sus parejas y construyendo un espacio que trascendía las fronteras de lo íntimo-doméstico en el que se recrearon diferencias y especificidades de género. Así, en ese hacer juntas las mujeres construían un espacio de socialización por fuera del ámbito doméstico y “hacían política”, lo que le permite sostener que “la leche” estaba haciéndose cotidianamente junto con la historia de la organización. Un hacer que no puede pensarse sin reflexionar sobre el Estado que permea esa actividad cotidiana y nos obliga a ampliar la mirada sobre la política pública desbordada por las prácticas y relaciones vividas. Este artículo oficia de puente con la tercera y última parte de este volumen titulada “Imaginando juntos(as)”, cuyos capítulos incorporan en su análisis la dimensión a la vez temporal y proyectual [ 24 ]

de la formulación propuesta. En primer término, mi contribución es una apuesta por reivindicar el potencial analítico –y, por qué no, político– de las situaciones aparentemente truncas en el estudio de la política colectiva. Sobre la base de un prolongado trabajo de investigación en colabor con la cooperativa Reciclando Sueños de La Matanza, el capítulo analiza el derrotero de un programa de recolección diferenciada en el distrito impulsado por la cooperativa hasta su repentina interrupción. Explicitando mis propias frustraciones frente a lo que a mis ojos se presentaba como un proyecto trunco, el artículo busca perturbar nuestra habitual preocupación por el éxito (o fracaso) de las prácticas y procesos que estudiamos. Con este objetivo, reflexiono sobre el aparente contraste entre lo que denomino narrativa de la cooperativa y el carácter contingente, fluido y móvil de esta experiencia, dado tanto por lo circunstancial de los vínculos y personas que circulaban por ese espacio como por el modo en que el programa y la cooperativa se encontraban permanente amenazados. Sobre la base de este aparente contraste, analizo el sentido que la construcción narrativa de la cooperativa tiene para la conceptualización de las prácticas colectivas, sosteniendo que a esta construcción narrativa –en tanto acción– es parte inherente de hacer juntos(as). Sostengo en esta dirección que muchas veces la permanencia misma pasa por la circulación. Inspirada en la noción de imaginación en los términos en que la entiende David Graeber, la reflexión que propongo busca iluminar el carácter proyectual de ese hacer juntos(as). Esto exige desplazar el foco de nuestro análisis del resultado al proceso donde lo que cobra centralidad no es el logro de determinados objetivos, sino ese transcurrir mismo. Este desplazamiento conlleva una advertencia metodológica que movilizo en la reconstrucción del universo etnográfico analizado: dejarnos guiar por lo que se nos presenta como discontinuo o reversible antes que partir de una lógica secuencial agregativa con un horizonte relativamente prefigurado. El capítulo señala la fertilidad de esta empresa si queremos trascender no sólo las visiones miserabilistas que suelen primar al describir esta población, sino también para señalar cómo aún a partir de experiencias que pueden resultar a simple vista truncas, imaginan junto(as) y al hacerlo logran ampliar el horizonte de los posibles. El artículo que le sigue complementa el análisis que propongo ampliando la reflexión sobre el sentido proyectual de hacer juntos(as) a partir de los resultados de la investigación desarrollada por Karen Faulk en torno a las ideas y prácticas de ciudadanía y el sentido de “derechos” entre participantes en movilizaciones sociales de la ciu[ 25 ]

dad de Buenos Aires luego de la crisis de 2001. El artículo examina la construcción de una visión alternativa del trabajo y una reconstrucción de lo que significa el (con)vivir en sociedad, focalizando específicamente en una empresa recuperada, el Hotel Bauen, como un lugar clave para la exploración de esta visión y su puesta en práctica dentro del movimiento de empresas recuperadas. Tomando en cuenta la historia y el desarrollo del cooperativismo en la Argentina, la autora sostiene que este proceso se consolidó como un desafío puntual a las ideas de ciudadanía y trabajo presentes en la política neoliberal aplicada en este país en décadas previas. El capítulo muestra cómo la lógica de cooperativismo desplegada dentro y a través del movimiento de empresas recuperadas contribuye a recrear la noción de trabajador, lo que siguiendo la línea propuesta por Álvarez, Dagnino y Escobar, consistió para la autora en una “política cultural” que abrió un espacio para el surgimiento de concepciones revitalizadas sobre el trabajo y la ciudadanía sobre la base de un discurso sobre la corrupción que deslegitima el programa de los grupos dominantes. Así, a través del énfasis en ideas como “cooperación”, “solidaridad” o “asociación con la comunidad”, la idea de cooperativismo operó como una lógica contraria a la concepción individualizada y materialista de ciudadanía promocionada por el capitalismo neoliberal. La autora sostiene que estas alternativas imaginadas están basadas en socializaciones sumergidas, que son revividas, reinventadas y afirmadas. A continuación, Cecilia Espinosa propone un ángulo diferente desde el que pensar el carácter proyectual o imaginario de este hacer juntos(as), a partir de su estudio sobre el Espacio de Mujeres desarrollado en el marco de una organización que, surgida de los llamados “movimientos piqueteros”, se conformó luego como una articulación de militancia territorial, estudiantil y sindical. En su caso, el espacio para imaginar se ancla en los cuerpos, o más precisamente en la palabra como técnica corporal, recordándonos con Malinowski que el lenguaje es antes que nada un modo de acción. Imaginar juntas es aquí en primer lugar hacer desde la construcción de esas narrativas encarnadas en historias de vida, en trayectorias militantes y prácticas pedagógicas. Retomando enfoques socioantropológicos que consideran el cuerpo y las emociones como constitutivos de la acción colectiva y la sensibilidad política, la autora se detiene en los momentos de socialización, formación y politización que expresamente se proponen como una exaltación emocional y corporal de sentidos compartidos y a compartir. El capítulo pone así de relieve el modo en que la práctica de hablar puede ser vista como algo que se cultiva y se entrena no sólo en relación con lo que se dice, sino a [ 26 ]

través de los cuerpos que sostienen esa expresión. Interroga al cuerpo en sus tensiones y transformaciones, considerando la actividad de hablar como un ejercicio corporal. Sobre la base de este análisis, sostiene que hablar de la conformación de un colectivo supone hacer lugar a las múltiples tensiones que se hacen presentes cuando acompañamos en clave etnográfica ese “hacer juntas”, afirmando por tanto su carácter parcial. Este camino la conduce a poner en el centro de su análisis las relaciones de género en tanto éstas se le presentaron como un eje que configuraba especializaciones persistentes y es en relación con el género donde se desarrolla un trabajo regular acerca de qué significa hablar. Así, la práctica de hablar –entrenarse corporalmente para hablar– puede ser una estrategia de género, feminista, que forja por tanto “voluntad de poder”. Es pues en ese recorrer, siguiendo a la autora, donde las prácticas colectivas se reconocen al mismo tiempo y con todas sus tensiones, experiencias de vida, historia social, y apuestas políticas. Cierra este tercer conjunto de trabajos el capítulo de Sian Lazar coronando también el libro. La autora explora las diferentes temporalidades que experimentan militantes sindicales del sector público en la Argentina, que analiza siguiendo a Nancy Munn como experiencias sociales del tiempo, deteniéndose en el análisis de dos temporalidades coexistentes que distingue como “tiempo histórico” y “tiempo ordinario”. Si el primero mira a la vez hacia el pasado construyendo una narrativa histórica de acción política y hacia el futuro imaginando posibilidades políticas; el segundo es un tiempo en el que tienen lugar las prácticas cotidianas de lucha, rutinario y de posible desgaste. Aun sin competir, ambas temporalidades tienen sentidos políticos diferentes –y eventualmente en tensión– que la autora explora poniéndolas en perspectiva con las experiencias del tiempo experimentadas por organizaciones sociales en El Alto, Bolivia –objeto de sus investigaciones previas–. Así, analiza cómo en determinados momentos las experiencias del tiempo pueden convertirse en políticas del tiempo reflexionando sobre el modo en que lo que llama “tiempo ordinario” se convierte en algo “extraordinario” llegando a ser reconocido como un acontecimiento. Sobre la base de esta reflexión, sostiene que aquello que llamamos “revolución” involucra una mediación entre temporalidades diferentes que incluyen no sólo las acciones que se reconocen como tales, sino también las “prácticas de aclamación”, es decir la construcción de una narrativa histórica que es tanto contemporánea como posterior a los hechos. De esta manera, las diferentes experiencias del tiempo se reúnen en una política del tiempo que coconstruyen un acontecimiento, como por ejemplo una revolución. En diálogo [ 27 ]

con lo que identifica como una antropología de los acontecimientos, su contribución explora cómo éstos pueden ser constituidos en el tiempo vivido, interrogando qué convierte el tiempo ordinario –una suerte de tiempo continuo que contiene en sí mismo la posibilidad de una constante discontinuidad– en extraordinario. De esta manera, la aclamación puede ser el resultado de una afirmación de discontinuidad –a menudo informada más por la experiencia del tiempo de antropólogos, sociólogos e intelectuales– que se construye incluso a partir de acontecimientos no necesariamente experimentados como momentos de ruptura (kairos) mientras trascurrían. En definitiva, su trabajo nos invita a interpelar miradas lineales para restituir el lugar de los “tiempos ordinarios”, haciendo lugar al sentido discontinuo de aquello que se produce en esa continuidad; prácticas, acciones, hechos que se nos presentan como rutinarios y por tanto a priori irrelevantes que contienen en ese devenir momentos de ruptura. Tal es la ruta que busca dejar abierta este libro: dar relevancia –teórica– a ese mientras tanto en el que se producen (producimos) cambios aun a partir de situaciones que a priori pueden ser experimentadas como truncas, desgastantes, inconducentes. Esta afirmación trae con ella una advertencia. Dar relevancia teórica al mientras tanto no es sinónimo, ni mucho menos, de reivindicar una perspectiva relativista que da por tierra con toda preocupación por el contenido de aquello que se produce. Lejos de ello, hacer junto(as) es una invitación a dejarnos sorprender por ese contenido en el curso de su producción. Explorar el objeto mismo de la política mientras se está haciendo. Allí radica, según la lectura de Didier Fassin (2014) que hacemos nuestra, el desplazamiento más significativo que la antropología hizo en los últimos años sobre este objeto: afirmar que lo político no está dado, sino que es el producto de la acción humana, es aquello que los hombres y las mujeres hacemos existir como tal a través de relaciones de fuerza y pruebas de verdad. Poner en el centro de nuestra preocupación no las instituciones o las formas de lo político, sino su materialidad. Lo cual en definitiva significa trascender el interés por las prácticas y las relaciones para iluminar la sustancia de la política, es decir, el contenido de aquello que se produce, crea y hace a partir de esas prácticas y relaciones. Aquello que señala David Graeber (2013) –y que hace suyo Dolores Señorans en este libro–, al afirmar que la política trata de la definición sobre qué es el valor y cómo se vinculan diferentes formas del valor con los proyectos políticos o las arenas imaginarias dentro de las cuales se realizan esos valores. Un camino, que así lo esperamos, brinde al quehacer aca[ 28 ]

démico –en particular aquel producido a partir de la investigación etnográfica que elegimos quienes hacemos este libro– la posibilidad de establecer con las personas y colectivos con los que desarrollamos esta práctica un diálogo no sólo más cercano, sino principalmente más productivo (en el sentido de útil y a la vez creativo). Bibliografía Balbi, Fernando (1998), “El modelo como carta mítica. Acerca de algunos presupuestos habituales en el análisis de cooperativas”, Cuadernos de Antropología Social, N° 10, Buenos Aires, pp. 177-190. Ciolli, Vanesa y Gabriela Roffinelli (2009), “Aproximaciones al cooperativismo de trabajo del siglo XXI. Límites y desafíos”, Revista Periferias, año 13, N° 18, Buenos Aires, pp. 115-138. Da Col, Giovanni y David Graeber (2011), “Foreword: The return of ethnographic theory”, HAU: Journal of Ethnographic Theory, vol. 1, N° 1, pp. VI-XXX http://www.haujournal.org/index.php/hau/article/view/ hau1.1.001 (fecha de consulta: 27 de julio 2014). Fassin, Didier (2013), “Why ethnography matters: On Anthropology and Its Publics”, Cultural Anthropology, vol. 28, N° 4, pp. 621-646. – (2014), Ripoliticizzare il mondo. Studi antropologici sulla vita, il corpo e la morale, Verona, Ombre Corte. Fernández Álvarez, María Inés (2011), “Más allá de la racionalidad: el estudio de las emociones como prácticas políticas”, Revista Mana, Estudos de Antropología Social, vol. 17, N° 1. Río de Janeiro, pp. 41-68. – (2012), “«Luchar» por trabajo, trabajar «luchando»: prácticas cotidianas de organización y demanda en una empresa recuperada de Buenos Aires”, Papeles de Trabajo, Nº 23, Rosario, pp. 11-26. – (2014), “La política colectiva como problema antropológico: reflexiones desde el estudio de las cooperativas de trabajo como categorías de la práctica”, QueHaceres. Revista digital del departamento de Ciencias Antropológicas, año 1, N° 1, Buenos Aires, pp. 25-36 http://filo.uba.ar/ contenidos/carreras/antropo/quehaceres/index.htm (fecha de consulta: 30 de octubre de 2014). Graeber, David (2013), “It is value that brings universes into being”, HAU: Journal of Ethnographic Theory, vol. 3 N° 2, pp. 219-243. http://www. haujournal.org/index.php/hau/article/view/hau3.2.012 (fecha de consulta: 15 de diciembre de 2014). Grassi, Estela (2012), “La política social y el trabajo en la Argentina contemporánea. Entre la novedad y la tradición”, e-l@tina Revista electrónica de estudios latinoamericanos, vol. 10, Nº 39, abril-junio, IEALC, pp. 5-34. http://iealc.sociales.uba.ar/publicaciones/e-latina (fecha de consulta: 25 de septiembre de 2013). Hintze, Susana (2007), Políticas sociales argentinas en el cambio de siglo. Conjeturas sobre lo posible. Buenos Aires, Espacio Editorial. [ 29 ]

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