Hablan los poetas (reseña del libro \"El hacer poético\" compilado por Julio Ortega)

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Descripción

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Domingo 23 de diciembre de 2012 Nº 83

Pintan y escriben

Cartas al niño Dios y otros cuentos Elisbeth Hernández y Luis Bustamante ocuparon los primeros puestos en el Premio Municipal de Literatura “Arturo Uslar Pietri”, mención cuento infantil. Con ese bagaje, enviaron sus misivas navideñas al pequeño Jesús. Un par que se labra un camino en las letras sin dejar de divertirse en la vía

Andrés Moncada

P/24 y 25

Epístola desde la acera

Jamón de amor

Héctor Torres, autor de Caracas muerde, compone sus peticiones decembrinas. Una ciudad que exige nuevos viandantes

Algunos dedican canciones, Álvaro Campolargo, panes de jamón. En su Cueva de Santa Eduvigis, hornea pasiones

P/ 22 y 23

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Una carta sin prisa

Cortometraje

Querido Niño Jesús Trasnocho Lucas García @LucasGarciaP

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l noventa por ciento de los cuatro años de carrera de Diseño Gráfico los pasé despierto hasta altas horas de la madrugada, trabajando. Estar despierto a las tres la mañana le da a uno otras perspectivas sobre la vida. Te haces preguntas. Una de las que más recuerdo es: ¿Qué demonios hago despierto a las tres y media de la mañana? Te estás preparando para ganarte la vida, solía responder una vocecita interior parecida a la de Pepito Grillo e igual de ingenua, si a ver vamos, teniendo en cuenta cómo fueron a parar las cosas tres lustros después, con esta crisis económica mundial de mis tormentos mordiéndome, como a muchos, el derriere. La voz de Pepito Grillo me sigue pareciendo bienintencionada pero carente de visión a largo plazo. Tal como van las cosas debió aconsejarme que estudiase una carrera universitaria como hizo mi hermano con la Ingeniería de Producción. Lo que me hace reflexionar sobre si me hacía las preguntas correctas o daba con las respuestas acertadas. Las tres de la mañana siempre es una buena hora para reflexionar, incluso en medio de una rumba. ¿Quién no ha entrado en un baño, en el fragor de la fiesta, paloteado, y se ha visto en el espejo para, durante unos segundos intensísimos, no reconocerse en la imagen reflejada o, lo que

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es más heavy, verse realmente como se es? No quiero subestimar a nadie, pero un psiquiatra te cobra un pastón para lograr eso luego de medio millón de sesiones y hay tipos de la Nueva Era que se ponen verdes de incienso para asomarse siquiera al borde de semejantes cimas de la introspección. Últimamente me pasa que de golpe me despierto a esa hora. En alguna película de terror escuché que las tres de la mañana es la hora del diablo, la inversión de la hora en que enterraron a Jesús, así que los primeros segundos los paso mal tripeando, a la espera de que se me aparezca el “Cuernos”. Pasado ese momento el cerebro me empieza funcionar a millón y hay veces, Dios me perdone y me proteja, que preferiría la visita del “Cuernos”. Hago un recuento de mi vida, de lo que hice y dejé de hacer. Reflexiono sobre el estado de las cosas, los grandes temas del mundo y del país. Me montó en vainas puntuales que no van para ningún lado, del tipo: ¿El alunizaje en la luna fue falso? ¿Lo filmó Kubrick? ¿Por qué lo hizo? Para cuando son las cuatro y pico quiero que alguien me golpee en la cabeza con un martillo y apague la computadora. Respuestas a mi preguntas hay muchas, pero al final lo único real, lo verdaderamente cierto, termina siendo el trasnocho.

Directora: Toña Bethencourt Diseño: Pedro Rafael Pérez Q. Redactor: Boris D. Saavedra R. Colaboradores: Aline dos Reis, Esteban Pérez Ruiz, Oriana Rivas, Nadia Gonçalves, Leonardo Angulo, Omar Osorio Amoretti y Fabricio Rojas. Articulistas: Lucas García y Héctor Torres email: [email protected]

Héctor Torres, autor de El regalo de Pandora y de uno de los títulos más vendidos de la última temporada: Caracas muerde, le escribe al niño Dios. Es diciembre y el tiempo es propicio para pedir cosas nuevas. O empezar de cero. Héctor Torres @hectorres

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e apena un poco escribirte porque entiendo que estos días te están dando todo el trabajo que no sueles tener durante el resto del año. De hecho, imagino lo ocupado que debes estar enfrentando, como todos los años, esas situaciones “propias de tu oficio”: determinar qué niños fingen seguir creyendo en ciertas cosas en las que en realidad ya no creen, o cuáles hacen el bien por el cálculo de salir bien posicionados en la evaluación de comportamiento… y cosas por el estilo. Como si ya eso no fuera bastante, entiendo que este año, además, debes estar con los pelos de punta por todo ese rollo del Sitme, Cadivi y el innombrable ese de valor inalcanzable. De hecho, no me extrañaría que Cadivi te haya incluido en la lista negra de sospechosos de negociaciones fraudulentas con el cupo. Son los gajes de ejercer tu oficio en un país que estimula la importación pero dificulta la adquisición de esa moneda políglota que se entiende con todos los comerciantes del mundo. (Bien visto, es un contrasentido que el país que patentó la frase “yo todo lo compro hecho” en respuesta a la pregunta “¿Qué estás haciendo?”, tenga un control de cambio. Pero no te asustes, no te voy a hablar de política. La polarización es otro contrasentido en el país del cheverismo y del “no vamos a pelear por eso”. Pero, en fin…) Yendo al grano, no te quiero agobiar con una extensa carta de juguetes que están por las nubes y que si se intentan comprar por Ama-

zon llegarán para Semana Santa. De hecho, no vengo a pedirte objetos materiales. Tanto es así, que si quieres puedes procesar mi carta luego de entregado el último Wii (devenido, “por error”, en DS) y la Barbie de moda, esa que los adultos vemos igualita a las anteriores pero las nenas reconocen en los detalles más inadvertidos. De hecho, si quieres, puedes abrir mi carta cuando los papeles de regalo, escogidos minuciosamente en función de la película de moda, estén en el basurero, y los niños abocados a la dura tarea de probar sistemáticamente la durabilidad y resistencia de los juguetes recibidos. Mi solicitud es de otro tipo. No te voy a pedir una ciudad nueva. Que no niego que esa idea pase por mi mente cada cierto tiempo. Se trata de algo para mi vieja ciudad (sí, ya sé, es un cliché enorme, pero qué se le hace si nosotros somos un cliché enorme). Lo que pido es un Hombre Nuevo. Pero no ese Hombre Nuevo que ya vino viejo, con el cual nos has arreglado estos últimos quince años y que quién sabe de qué remate sacaste. Lo que te pido para mi ciudad es un Hombre Nuevo, pero de verdad. No sin uso, que es otra cosa. Hay por ahí unos que nunca han usado el corazón o el cerebro y creen que eso basta para venderse como nuevos. Yo me refiero a un Hombre Nuevo reloaded. Un hombre Nuevo que se pueda clonar la cantidad de veces que haga falta para ver si cambiando al que la habita no sea necesario cambiar la ciudad. Total, a esta ya le agarramos cariño, con su basura, sus huecos caníbales y su ruido. A veces pienso que no es tu culpa. Que con tantos pedidos y con

lo difícil que resulta entrenar ayudantes que sepan establecer controles de calidad, en esas masivas compras decembrinas los comerciantes inescrupulosos aprovecharán el bululú y te meterán gato por liebre. Entonces es mejor que te señale algunas de las características que debes tener en cuenta para que no te vuelvan a engañar con el mismo hombre viejo remozado. No es nada del otro mundo. No debe volar ni proponerse hazañas épicas. Ni atravesar Los Andes a caballo. Ese Hombre Nuevo debe tener, para serlo, las siguientes mínimas condiciones: Respetar al prójimo. Verlo como un interlocutor cuyas opiniones sean tan valederas como la suya. Que cuando ande en carro, que entienda la inmensa responsabilidad de andar por la calle contaminando y haciendo ruido. Que su carro no produzca más emanaciones tóxicas de lo necesario ni que toque corneta ansiosamente cada cinco segundos, y que tampoco lo estacione en la acera. Cuando ande a pie, que no bote la basura en la calle ni se colee en el Metro. Cuando ande en moto… bueno, mejor que no ande en moto, porque eso requiere mucha responsabilidad para esta primera edición. Y así, muy al contrario de poseer cualidades épicas, que reconozca sus limitaciones. Que se sienta un ciudadano más, sin privilegios ni llamados a hacer la Historia. Que sepa que, al contrario, si cientos, miles, millones de Hombres Nuevos hacen su modesta labor, la ciudad notará los grandes cambios. Y ya. Y, bueno, si andando por ahí de compras ves un Ipad…

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Ciudad taquicardia

La advertencia Héctor Torres @Hectorres

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a polarización nos ha quitado algo más que la posibilidad de opinar con cierta autonomía de criterio. Nos ha reducido la posibilidad de procesar información de los hechos cotidianos, con la suficiente libertad para que nuestras percepciones no queden atrapadas en un tablero de ajedrez. Incluso cuando hacemos alarde de nuestra objetividad, lo hacemos sujetos a una necesidad tan urgente de demostrarlo, que tal propósito queda anulado. Observemos, por ejemplo, las opiniones en torno al bulevar de Sabana Grande. Es mucha la gente que alaba su recuperación, agregando a “lo bonito que quedó”, el hecho de que haya retomado su condición de paseo peatonal icónico, no solo del caraqueño, sino de“lo caraqueño”. Que se logró algo que parecía imposible: desalojar a los buhoneros. Quienes así se expresan, obvian que el ente que los desalojó fue el mismo que permitió que en este espacio se desarrollaran auténticas fortalezas del comercio informal y las transacciones de dudosa legalidad. Y, lo más grave, que estos años de anarquía e inseguridad provocaron el cierre de muchos locales que eran parte de su fisonomía. Obvian que ese mismo ente que desalojó a los buhoneros del bulevar de Sabana Grande demostró estar en condiciones de hacerlo con otros espacios de la ciudad, pero al parecer ha decidido no hacerlo. Y hay otras cosas que obvian. Como que, si bien es cierto que hay un bulevar recuperado (y eso no se pone en duda), si quisiésemos ejercer la verdadera objetividad y el sentido crítico, veríamos que ese bulevar amplio y reluciente, lleno de bancos y parques para niños, es un espacio carente (excepto por la penúltima cuadra en sentido Plaza Venezuela - Chacaito) de árboles y

D que, pese lo reciente de su reinauguración, le fue dejada una cuadra de tolerancia a la buhonería, el ruido, la suciedad y la contaminación sónica. Precisamente la que hace de frontera entre los municipios Libertador y Chacao. Y hay, por sobre todas las cosas, un evidente discurso político: un lamentable culto al poco creativo y parasitario rentismo petrolero, a la nación monoproductora e importadora y, en fin, al Estado todopoderoso, tutelar de toda actividad de la sociedad (por ejemplo, los grupos culturales que hacen vida en el bulevar deben registrarse ante algún organismo, que no me extraña que sea PDVSA), el cual maneja la chequera petrolera con el claro objetivo de alcanzar la cohesión total del Poder. Así, a secas, sin apellido que lo atenúe. Cuando somos capaces de observar que detrás de toda esa simbología hay un discurso político de demostración de fuerza a través del petróleo, es que entendemos por qué en lugar de amables policías turísticos desplazándose en bicicletas, en el bulevar de Sabana Grande los peatones deben estar atentos a esos intimidantes Guardias Nacionales que los sortean en sus poderosas motos, con sus cascos, botas, chalecos y todos los aperos propios de una guerra. Que su función no es resguardar la integridad de los contribuyentes que hacen uso del sitio, sino algo más sutil y perverso: reforzar un discurso presente en toda la estética del bulevar: recordarnos que el poderoso Estado petrolero que financió ese espacio ciudadano, con el músculo financiero del petróleo, es quien tiene la sartén agarrada por el mango. Que ese espacio tiene dueño. Como para que no se nos olvide.

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Saberes

@diaD_diario2001

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Estudio exploratorio sobre la comunicación de empresas

Ecos de lectura

La imagen vende Dos estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello establecieron que la identidad corporativa es fundamental para que una empresa de comunicaciones pueda ofertarse como una opción dentro del mercado

www.nissanusa.com

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l éxito de un negocio no solo depende del tipo de rubro al que se dedique. Para que una iniciativa se consolide como una oferta estable dentro de un mercado cambiante es importante que esta posea una imagen que inspire confianza y que sea cónsona con el producto que intenta vender. Yvohé Cammarata y Vanessa Cid son dos estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello que desarrollaron una investigación para crear una estrategia comunicacional de una empresa que se dedique a vender publicidad que utilice medios no masivos o como se conoce en la jerga publicitaria: BTL (Below The Line –debajo de la línea–). “Este trabajo de grado surge para establecer los elementos de la filosofía corporativa que enmarcarán la identidad de la empresa, ya que esta no tiene ninguna para ofrecer al mercado. Para llegar a la identidad corporativa se investigó el mercado caraqueño de publicidad BTL a partir de empresas demandantes de estos servicios y expertos en el área de comunicación”, describen las investigadoras. Las nuevas licenciadas en Comunicación Social crearon una compañía ficticia –“PublicArte. Producciones Comunicacionales”– para probar todas las estrategias que diseñaron en pos de ubicarla como un opción en el abanico disponible en el mercado caraqueño. “Después de haber estudiado la teoría, se encontró que de acuerdo

Ejemplo de publicidad BTL

a distintos autores especializados en la comunicación corporativa, el mejor momento para crear una identidad corporativa es antes de incursionar en el mercado. Se considera más efectivo proyectar estabilidad y seriedad desde el inicio dentro del sector comercial que se desea explotar”, aseguran. Según las tesistas, para que la estrategia tenga efecto se debe respetar una serie de pasos que están estrictamente diseñados para asegurar un buen posicionamiento de una marca determinada. “Se establecieron como parámetros para la identidad: el nombre comunicativo, quién es la empresa, la misión, visión, valores, logotipo, gama cromática y tipografía”, dicen que estos son elementos fundamentales para crear la imagen de una marca. A través de entrevistas a expertos en comunicación, como Valeria Melo, gerente de la marca Polar Light; David Lehrmann, supervisor de eventos especiales de Telefónica; entre otros, y a otras empresas que suelen contratar servicios de publicidad BTL. Como también la consulta de una extensa bibliografía referente a las comunicaciones publicitarias y las imágenes corporativas, las investigadoras lograron establecer las líneas a seguir para que una empresa se establezca como un competidor, y así demostrar que solo establecer el nicho de mercado no es suficiente para presentarse una propuesta exitosa.

Ficha técnica Tutor: Prof. Pedro Navarro

Sobre las autoras

Jurado: Prof. Ana Carolina González Prof. Lidia Pinto Título Obtenido: Licenciadas en Comunicación Social, mención Comunicaciones Publicitarias Institución Académica: Universidad Católica Andrés Bello Fecha: Septiembre 2012

Yvohé Cammarata tiene 22 años de edad y actualmente es Asistentes de Cuentas. Vanessa Cid también tiene 22, es coreógrafa y productora.

Cortesía de la tesistas

Título: Desarrollar la identidad corporativa de una empresa nueva para posicionarla en el mercado caraqueño de publicidad BTL: Inversiones Tres en Uno Autoras: Yvohé Cammarata Vanessa Cid Extensión: 201 páginas Tipo de Investigación: Estrategias de comunicación Calificación: 18 puntos

Si deseas postular tu tesis, escríbenos a

[email protected]

Hablan los poetas Omar Osorio Amoretti @osorioamoretti

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ecientemente, Monte Ávila Editores Latinoamericana reeditó los dos volúmenes de la obra El hacer poético, texto que reúne entrevistas realizadas a más de setenta poetas iberoamericanos. Así, en sus páginas el lector se encontrará con las voces literarias más representativas de cada país como el argentino Juan Gelman (1930), el colombiano Juan Gustavo Cobo Borda (1948), el chileno Óscar Hahn (1938) y los venezolanos Rafael Cadenas (1930) y Eugenio Montejo (1938-2008), entre otros. No es la primera vez que una editorial del Estado ejecuta una empresa de este estilo, tan atípica en el mercado editorial venezolano. Ya hace algunos años El Perro y la Rana publicó Escritura conquistada, de Floriano Martins (también de dos tomos) con el mismo objetivo. Hay, sin embargo, una diferencia esencial entre ambos textos: esta nueva publicación elabora las mismas preguntas a todos los poetas entrevistados. Y aunque parezca extraño, estas preguntas monótonas no nos traen respuestas del mismo tenor, sino una gama de ideas interesantes acerca del acto de escribir poesía y la visión que estos tienen de ella. Pero no todo es teoría en el libro. Hay también un espacio biográfico en el cual los autores hablan sobre sus primeros acercamientos a este arte, por lo que pueden ser vistos en una perspectiva que trasciende la simple faceta de creador con mayúscula, esa figura casi mítica, extraordinaria y hermética que ha sobrevivido en el imaginario popular. Con esto se facilita no solo la posibilidad de conocerlos un poco más a fondo (al hombre y su obra), sino también de actualizar a los lectores interesados en la producción poética contemporánea de Latinoamérica, contexto que en materia literaria, al decir de Carlos Noguera, no ha superado totalmente la insularidad. Todo lo antes mencionado hace de El hacer poético un excelente material documental para adentrarse a aquel fenómeno vasto y variado de la literatura latinoamericana.

Pie de página El hacer poético, Título Julio Ortega, Autor Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2011

Gastronomía Popular

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En diciembre venden más de 300 panes diarios

Pan para enamorar Esteban Pérez Ruiz @Rekeops

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l hablar de una receta, las personas esperan encontrarse cantidades medidas exactamente y procesos de cocción precisos para asegurar el éxito del producto. Pero de vez en cuando aparecen personajes, que de una manera sutil, han reinterpretado el significado de cocinar como verbo de compartir, y no solo de comer. Álvaro Campolargo es un gurú del pan de jamón, desde hace 30 años ha trabajado con uno de los emblemas culinarios venezolanos y exégesis de la bollería criolla. Su templo es la panadería Cueva de Iria en Santa Eduvigis, Caracas, y cuenta con una fama palpable: cada 24 de diciembre, la cola para poder comprar el pan de jamón tiene una extensión de cuadra y media, y en promedio, diariamente venden 300 hogazas. Álvaro apenas conserva un dejo de portugués en su tumbao caraqueño, y al ser interrogado sobre el secreto de uno de los panes más famosos en la ciudad, responde con una amplia sonrisa: “El éxito de los panes no depende de una sola persona, se necesita un equipo de personas. Los panaderos somos importantes, más no indispensables”. La panadería Cueva de Iria tiene la misma edad que Álvaro, 45 años, y desde los inicios del local han vendido el producto. “Elaboramos pan de jamón todo el año y, desde octubre aproximadamente, damos clases de elaboración del pan de jamón con la gente. ¡Todos lo pueden hacer porque lo hacemos desde cero!”, comenta Álvaro.

“Yo creo que el pan de jamón es como el alma llanera y la gaita. Se elabora con productos que, si bien no todos son típicos del país, solo en Venezuela se colocan de esa manera –Álvaro interrumpe la disertación para darse gusto con el café–. Quizás habrán otras partes del mundo que hagan lo mismo, pero no con la misma calidad, significado místico y particularidad criolla”. Para todos los gustos Los panes de jamón de Cueva de Iria han ganado fama gracias a la elaboración artesanal de su masa suave y semidulce. Aquí no existen decepciones a la hora de picar el pan y ver que su composición interna es puro aire y pasas, ya que el abundante relleno de jamón ahumado forma un espiral de sabor que, junto con las estelas de gusto que dejan las aceitunas y tocineta, impregnan la masa.“Te lo comes y es como un viaje, ese es el deber ser”, añade Álvaro. “Es el pan de jamón que haría tu mama, una comida de la casa –explica el maestro panadero. Pero para las mentes curiosas, saber los trucos ocultos mezclados en esta elaboración podría explicar el éxito–. ¿Para el amor hay secretos? No los hay, no existen pasos ocultos. Simplemente mi elaboración no es esquemática, hay que saber leerse a uno y a la masa; todos los días las cosas cambian. Aquí mezclamos los ingredientes hasta que esté listo, no es una receta lineal”. Y aunque entre gustos y colores no se han escrito los autores, Álvaro consciente y buscando satisfacer el paladar de su clientela, ofrece una variedad de panes de jamón –y sin el embutido– que tiene sus fieles adeptos. “Hacemos varios tipos de panes para la época navi-

deña. El de queso, el ‘Delicias del Mar’ con mariscos y pepitonas, el pan de jamón de pavo, el de hojaldre e incluso hay uno al que le incluimos ponche crema. También tenemos uno de manzana con pavo, el de hojaldre con vegetales y el tradicional”, hace el inventario. La rutina en Cueva de Iria es un quehacer constante y no para en todo el día. “Si vendemos 50 panes, metemos en seguida al horno otros 50 –dice Álvaro–. El deber ser es que los clientes se lleven el pan lo más fresco posible, y ese ha sido el objetivo de Cueva de Iria desde sus comienzos”, acota. Grandes amores y panes Álvaro afirma que sus panes gustan porque él es feliz al hacerlos. “No los hago como deben ser, sino como a mí me gustan. Mediante mis panes de jamón, me siento pleno”, dice. En la panadería Cueva de Iria tratan de inventar un pan navideño cada diciembre. Al preguntarle a Álvaro de dónde saca la inspiración, responde:“En la vida hay grandes amores, y no hay uno solo. Para vivir necesitas estar enamorado o ilusionado. Todos estos panes han sido elaborados con base en una ilusión o un amor, y sinceramente amo a todos mis panes, tienen un momento específico en mi vida. A mis amores les he dedicado un pan de jamón”, concluye con un destello de nostalgia.

¿Dónde está el pan? Panadería Cueva de Iria Quinta Riviera, PB, urbanización Santa Eduvigis, Caracas. 0212-2832568 / 2867181

Esteban Pérez Ruiz

Durante más de 30 años, Álvaro Campolargo se afana en conseguir el pan de jamón perfecto. Cada 24 de diciembre se hacen colas épicas alrededor de su local, Cueva de Iria, para saborear el fruto de unas manos inspiradas por el amor

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Apuntes

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Buon natale. Cenone llaman los italianos a su comida de Nochebuena. Debe estar basada en pescado y hacerse en familia. La carne queda para el 25. Pero el rey de las dos mesas es el panettone.

Se pasan

Fiesteros por naturaleza, los colombianos inician sus navidades el 7 de diciembre con la “Noche de las Velitas”, en la víspera del día de la Inmaculada Concepción. Lo curioso es cuándo las terminan: el 2 febrero, día de la Candelaria.

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¿Cuál crisis? Cordero, lombarda, pavo, nueces, turrones y mazapanes sirven los españoles en su mesa de Nochebuena. A las 12 en punto. Pero desde noviembre las ciudades compiten por el mejor encendido y este año las ahorradoras luces de led han iluminado la crisis.

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No somos suizos. Los excesos de alcohol durante las navidades son comunes en todo el planeta y lo prueba esto que se han inventado en Suiza: voluntarios que pescan conductores ebrios y se ofrecen a llevarlos hasta su casa. La ONG se llama Nariz Roja.

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Sigue el pavo. En Estados Unidos se suele cenar el 24 con un pavo bien relleno, con todo lo que sugiera la imaginación. A las 12 llega Santa con regalos, pero el espíritu navideño ha arrancado un mes atrás, el Día de Acción de Gracias.

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¡Ups! Dicen que al sonar de una campanilla en el salón de reunión familiar, los niños alemanes buscan sus regalos en el arbolito, pero… antes de abrir los presentes, deben entonar el tradicional villancico “Noche de Paz”.

Equipo díaD

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Cuando el espíritu de una fiesta prende entre 2.200 millones de personas en el mundo, es seguro que el resto se debe enterar. Estas son apenas 20 formas que tienen los pueblos de obsequiarse una Feliz Navidad

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En India ya pasó. Más de 25 millones de cristianos celebran la Navidad en la India, con Santa Claus y Nochebuena, pero la fiesta del año en esa nación mayoritariamente hindú es el festival de Diwali, que ocurre entre octubre y noviembre. Así que por esos lares el bonche ya pasó.

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Tocón quemado. Los portugueses acostumbran ir a la Misa del Gallo y después quemar el tocón de Navidad. Son troncos que arden por todo Portugal en una tradición que representan el triunfo de la luz sobre las tinieblas.

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Titiriteros. Los pesebres polacos tienen algo especial: incluyen títeres al lado de la Sagrada Familia. Un pequeño escenario para marionetas en donde se suelen representar episodios del natalicio de Jesús e historias satíricas y costumbristas.

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A pleno sol

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Mesa bárbara. Los argentinos montan el arbolito el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, y para la cena del 24 montan la parrilla. En casi todas las casas se come asado –carne a la brasa– o, en su defecto, pollo al horno. De postre coctel de frutas y helados.

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Sobre ruedas. Salir a patinar en Navidad, después de la típica cena, es lo que acostumbran en Bélgica. Las familias se colocan sus patines y se deslizan sobre los ríos helados. Eso el 24 porque los regalos de Santa llegan antes, el 6 de diciembre.

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De cábala. Curiosa costumbre entre los británicos: para Navidad, cuelgan ramas de muérdago en sus casas. La tradición celta atribuye a esta planta propiedades mágicas contra demonios y efectos sortarios en el hogar donde se enarbola.

Posadas y piñatas constituyen el centro de atracción de la Navidad mexicana. Las primeras para rezarle a José y María y las segundas para derribar con el palo de la virtud a la vanidad. Claro que no falta el clásico arbolito navideño con guirnaldas y bolas de colores.

“Un regalo, un poema”. Este es el lema navideño en Letonia donde se acostumbra después de la cena de Nochebuena buscar junto al árbol los regalos de Navidad. Ojo, nadie podrá tomar el suyo sin recitar antes un pequeño poema.

Para los australianos estas fiestas caen durante su estación de verano por lo que el clásico ambiente navideño de nieve y frío anglosajón les es ajeno. Así que tienen playas y un Santa Claus veraniego.

A la francesa. París bien vale una fiesta y sus habitantes entran en ánimo desde el 25 de noviembre, día de Santa Catherine. Mención aparte tiene el festejo del 6 de diciembre con la llegada de San Nicolás y sus regalos infantiles.

Órale mano

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Janucá. Aunque no se celebre la Navidad cristiana, las fechas decembrinas coinciden con la fiesta judía de Janucá. La tradición contempla el encendido de un candelabro de nueve luces durante ocho días e incluye juegos y obsequios para niños y adolescentes.

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Apágame la vela. Una gran vela blanca colocada en la entrada de la casa o en alguna ventana, indica que es Nochebuena en Irlanda. La llama la enciende el más pequeño de la casa y solo podrá apagarla alguien que se llame María, en alusión a la madre de Dios.

La más larga. Filipinas tiene la Navidad más larga del mundo: desde septiembre hasta después del 9 de Pura hermandad. A los enero. Muy católicos, los filipinos cefinlandeses les gusta collebran nueve misas entre el 16 y el gar de las ramas del árbol 24 de diciembre, para culminar con de Navidad hileras de banderas de la cena de Nochebuena. Cerdo asado distintos países como símbolo de heres el plato típico. mandad entre pueblos y culturas.

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