Guadalquivir querido, llévanos a la mar.

July 12, 2017 | Autor: M. Becerra Romana | Categoría: Poetry, Poesie, Poesia
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Descripción

Guadalquivir querido, llévanos a la mar.

Antología poética

Otoño de 2010

Miguel Becerra Romana

I

Índice.

Introducción…………………………….

1

PARTE PRIMERA. Amores a la espera. Anhelos………………………………… El amante de la rosa……………………… Háblame con tus ojos………………….. El encuentro……………………………. Baño en el arroyo………………………. Mis versos……………………………… Deseos hondos…………………………. Requiebros, loores……………………… Niña mía………………………………... Diálogo de enamorados………………… No tardes……………………………….. Buscar por el planeta…………………… Espigadores…………………………….. Piltrafa en Sevilla………………………. Prostitutas………………………………. Deja que el amor……………………….. Exigir el amor………………………….. Amor…amar…………………………… Te soñé…………………………………. Quereres………………………………… La rosa sin espinos………………………

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Gratis y misterioso……………………… II

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Índice.

PARTE SEGUNDA. Soledades. Las palabras, los besos y la mirada…….. Libertad ausente………………………… Hogar en las entrañas…………………… Ciudadanos……………………………… Celos……………………………………. Despertar……………………………….. Macarena……………………………….. La cárcel………………………………… Hogaño por las rutas……………………. Algo desde dentro se mueve y suena…………………………………..

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III Índice.

PARTE TERCERA. Melancolías. Libertad de hierro………………………. Sueños………………………………….. La paloma, las ovejas, los pastores y la casa…………………………… El señorito………………………………. Hablar en libertad……………………….. Jesuitas del 56…………………………… Enhorabuena…………………………….. Libertad gratuita…………………………. ¿Qué será si te vas?.................................... Ausente…………………………………... Inclina tu figura………………………….. Bodas de luto…………………………….. Aquella juventud…………………………

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IV Índice.

PARTE CUARTA. Principiante en amores. Muchacha andaluza…………………….. Alegre y distinguida……………………. La chica, la fuente y el burrito…………. Por eso te quiero……………………….. Platónica verdad………………………... La fe primera……………………………

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V

Índice.

PARTE QUINTA. Desde abajo.

Poetizar es implicarse en aquel imposible………………………… Metafísica de los sentidos……………… Don Manolito………………………….. Verdades y mentiras…………………… Paralelas presencias…………………… Bienaventurados los pobres del sistema…………………………….. Los ángeles de santa Ángela………….. Hijos de Dios………………………….. ¿Dónde está tu tesoro?............................ Camino azul……………………………

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VI Índice.

PARTE SEXTA. Camino de la frontera. Andante………………………………… Rumores del Sinaí……………………… Sin futuro………………………………. Amores en la frontera………………….. El poeta………………………………… Miedo al vacío…………………………. Volar…………………………………… Música…………………………………. Teológico doncel………………………. Morir es hermoso, pero no la muerte…... Paso de la frontera……………………… De Jerusalén nos has librado…………… Místico empirismo………………………

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VII Índice.

PARTE SÉPTIMA. Lugares. Planeta herido………………………….. La noche del silencio físico……………. Paseos por Cazalla……………………... Cazalla silenciosa………………………. Lugar de los poemas……………………. País de color…………………………….. Ronda…………………………………… Los olivares……………………………… Divertimento en el parque de María Luisa.

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Introducción.

Siete sabidurías tiene el poeta: política, social, ecológica y estética, musical y lírica y, al fin, contemplativa, propia, asimismo, del profeta. Disculpen mi atrevimiento. Soy un cantor de poemas que, nacidos de mi pluma, están encarnados, no obstante, por personajes, acciones, cosas y decires de mi entorno. Muy satisfechos se sentirán mis actores y yo mismo, si ustedes tienen la gentileza, la paciencia y la curiosidad de leer estos versos. Ahí van, pues, nacidos vuestros, míos y de todos. Sevilla, otoño del año 2010.

2 PARTE PRIMERA.

Amores a la espera.

Anhelos 2008 ¿Por qué retrasas tanto tu llegada, si sabes que de amores, sedienta está mi alma que paciente espera? ¿Adónde iré, pobre dolor, desnuda criatura? ¿A qué lugar y hogar incierto, donde yo pueda orientar mi largo caminar por el desierto? ¿Adónde amor te has ido y distante te demoras…? Que si a tu lado, estas mis horas eternidades fueran, nunca más anhelante yo estuviera.

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Amores a la espera.

El amante de la rosa. 2008 Como una marioneta, suspendido de tu calor, tu risa, tu semblante, enamorado amante de la rosa, voy buscándote, amor, en cada cosa. Que mientras tú estés ido, y mis manos abiertas, vacías, deseosas, nada habrá para mí más importante que gozarte allí donde te posas.

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Amores a la espera.

Háblame con tus ojos 1976 ¿Eres acaso el rumor y la fuente de mis aguas? ¿Son tuyos los sonidos que seducen mis oídos? ¿Quién eres tú que me miras fijamente sin palabras? Háblame con tus ojos y todo mi cuerpo se enamore, con la luz de tus miradas, y el silencio de tus gestos. Y dime sin tardanza, que aquella mañana, ahora tan lejana, ya me amabas, que pronto estoy a rendir mis alabanzas.

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Amores a la espera.

El encuentro 1993 Encuentro es una chispa y llamada escondida, deseo desvelado y pasos solitarios que se buscan. Beso fundido, poseer y ser poseído. Gozo, relax, pequeña plenitud desconocida.

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Amores a la espera.

Baño en el arroyo 2002 Mirada meditada aquella, la del trovador que a sí mismo se decía… Trovador de requiebros y versos finos, cántale a tu señora divertimentos con esas tus canciones que la enamoran, y en buena hora, déjate seducir por sus candores. Trovador de loores y versos finos, goza la libertad de los amores. Y saliendo de sí, imploraba a las criaturas.

Arroyito de plata que vas al río, 7

Amores a la espera.

navégame solito junto a mi amada. Donde el recodo, las piedras hablan de estares y quereres. Y en la corriente, los peces saltan. Y sediento de amores suspiraba. ¡Ay, quien pudiera, señora mía, llevarte a la rivera y entre peces y piedras tu belleza bañaras y yo muriera!

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Amores a la espera.

Mis versos 2006 Mis versos son jazmines de esta mi tierra fértil germinados. Mis versos son geranios, racimos de azahares… desgajados. Mis versos junto a ti ponerlos quiero, muy cerca de tu amor, donde yo muero.

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Amores a la espera.

Deseos hondos 1993 Mis deseos, ¡oh, mujer! en el ignoto origen tienen su nacimiento y enardecen las entrañas escondidas en mi pecho, veladas en mi vientre. Y me das locura, e invadirte quiero, apoderarme de ti, de tus momentos… rendirte vasallaje, hembra y amante, eco fecundo de mi oración al viento.

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Amores a la espera.

Requiebros, loores. 1994 ¿Sabes tú, criatura, pequeña, graciosa, mi amor? Cuando los albores están despertando la línea del sol, todos mis amores gozosos esperan, piropos, calor, tus cálidos labios, que quedos regalan suspiros, loores, susurros discretos, silencios canoros, trovas en derredor.

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Amores a la espera

Niña mía 1977 A María Teresa Macarena, mi mujer. Porque tienes ganas de vivir y tu deseo está hecho de cosas infinitas, yo me pongo a tu lado para andar un viaje de gozos y de cuitas. Atrévete a mirar a la vida de frente, sin miedos, sin engaños. Hela ahí cómo pasa, tan linda, tan amarga, los espinos, las rosas, los días y los años. Acércate a la mar, que allá las olas frescas, enjugarán, Teresa,

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los sollozos rimados con las mutuas promesas. Amores a la espera.

Adéntrate en el bosque en las lóbregas selvas, cunas de libertad, nudos lugares.

Asómate a la noche regalada de estrellas. Escóndete en mi pecho, que acompañarte quiero, desde las mieses bellas hasta la eternidad. Aléjate y rechaza los semblantes grotescos, de falsos parlamentos, que se apartan taimados de mitos quijotescos. ¿Entiendes el lenguaje sereno y mayestático de las montañas jóvenes? Mira vacíos los ojos

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que a golpes han perdido el norte y el sentido. Amores a la espera.

Regala calor, comparte ternura y sencillez. Olvídate, querida, de quienes te brindaron los caminos torcidos que están hechos de tedio y de monotonías. Andar quiero, Teresa, contigo este viaje, las horas y los días, las lágrimas amargas, la triste sonrisa, los claveles rojos y las melancolías. Noches azules, prados abiertos, ríos transparentes y el placer de tenerte a mi lado, de la mano, reposados.

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Amores a la espera.

Habla el joven varón que despierta a la eternidad del sexo. Responde la doncella amada, deseosa de plenitudes.

Diálogo de enamorados 1967 El amante: Tu vida es un sol sin ocaso, alada y elusiva. Tu amor… anhélito divino, un lirio de agua blanco, sin mancilla, un beso que no cesa, morada iluminada para la amistad y los encantos. La amada: Me turban tus decires y embargan tus baladas, que nunca mujer pudo

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estar tan llena como de tu boca regalada. Amores a la espera.

El amante. Placer gratuito, gozo pristino, adolescencia pura, que, día tras día, estrenas tu destino, musitas a mi vera lindas coqueterías, soledades secretas, poemas escondidos en las mitologías que queman mis entrañas en ciertas consonancias cálidas y extrañas. La amada: Luz cenital que me enamora, silencio locuaz, fortaleza segura, entre la dulzura y la locura.

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Amores a la espera.

El amante: ¿No oyes el rumor de músicos lejanos, que con ritmos y sones regalan los oídos, alegran en concierto los espacios vacíos y el hálito caído? La amada: ¡Ay, dolor, qué éxtasis! ¡Qué sutil placidez me tiene complacida! Que sólo tu querer, amor, quisiera y así, feliz y solazada, gozar de mi ceguera.

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Amores a la espera

No tardes 1992 Ven acá, roedor de miserias, corredor de surcos enfangados. Ven conmigo que en casa ya no hay daño ni acoso de enemigos, felonías o engaños. Sí pan tierno, puerta abierta y un sol grande. Ven, no tardes.

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Amores a la espera.

Buscar por el planeta 2008 Quiero ser un poeta de escudriñar haceres sustantivos, amar, acariciar la Tierra. Sinestésico agente de las musas. Buscar por el planeta el halo luminoso allí donde se siente. Vestir con lujo las palabras, nombrar las cosas de ahí fuera, que no las entidades hueras.

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Amores a la espera.

Mostrar que el sentido de la vida aquesta es siempre singular y a cada cual le cuesta andar la senda empinada, enhiesta. Quiero ser un poeta perdido en las tinieblas, cegado por un tul, como un juego de azar, hasta ver y encontrar esa brisa ligera que me lleve, no más, a aquel lugar arcano que soñara en la espera.

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Amores a la espera.

Espigadores 2008 Espigadores somos que entre rastrojos, rendidos, inclinados donde la Tierra amada, serviles al sistema, un poco de sazón buscamos. Sin pausas y sin prisas, trovador de altos vuelos, allá donde la encuentres, vocea tu jolgorio y alegría, que faltos ahora estamos de profetas, pobres de poesías y poetas. Espigadores inclinados hacia la Tierra, altivos, cabe el misterio del amor amado.

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Amores a la espera.

Piltrafa en Sevilla 1969 Pobres alienados pobres. Del vino y la locura, la triste figura, sentidos sin sentires y mente dislocada si la hubieras. ¿No tienes corazón? ¿Dónde está tu tesoro? ¡Mi amigo, mi vecino! ¿Recuerdas tu cuna y el amor? Cantares en la noche, arrullos calientes, un eco sin futuro. Y vive en la pobreza al pie de una iglesia que no lo redime. Y escucha campanas, paralelas lindezas,

actitudes lejanas. 22

Amores a la espera.

¡Ah, sonar penetrante, del alegre bronce, que salta y retumba…! Mas distante.

¡Mi pobre vecino, recorre mil veces las mismas esquinas, grisáceas, terrosas, esquivas! En su voz un canto, lo hondo que grita desnudo, dormido… Mi amigo, mi vecino.

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Amores a la espera.

Prostituta 1969 ¡Ay tu cuerpo ajado, pantalón ceñido, greñas ariscas y pestañas tiesas! Tu cara verdea prostituta amiga. Furcia te dicen, de sal escondida. Hembra doliente. Lívido rostro, sin color. Labios robados. sin calor. Y el alma acurrucada en tu entraña, temerosa de tu viejo pudor.

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Amores a la espera

Deja que el amor 1989 Deja que el amor llegue volando, que pie sones, silbos en derredor y que te azore, te llene de miradas y canciones. Arrímese, sencillo, libre, y al acercarse, sosiega su temblor con roces de tu boca y acepta sin temor. Con él irá tu corazón y tu cabeza… loca.

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Amores a la espera.

Exigir el amor 1992 Exigir el amor. ¡Qué bufonada! Si el amor no está, ya sabes… eso es todo, no hay nada. ¡Exigir el amor! ¡Qué gran locura! Cuando llegue el dolor, la soledad oscura, de manera honorable, eleva tu figura. Deja, si llega el caso, dormir el sentimiento para mejores horas. Goza ya de tu tiempo y sonríele amable. Olvida lo pasado y lanza una canción al viento.

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Amores a la espera.

¡Amor, ... amar! 1991 Mi amor, amar más que sentir, es hacer sentir. Más que tener, es quedar vacío. Más que esperar, es llegar primero.

¡No estorbes al amor! ¡No lo pongas a prueba! Deja el amor a su amor, que, en todo caso, amor no fuera nunca sin libertad a cada paso.

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Amores a la espera.

Te soñé 1979 Tienes la soltura del inmenso mar. De la selva, la virgen frescura. De la flor, el aroma escondido. …y ese dulce secreto de amar. Te soñé. Que soñar es vivir, vaciar el corazón, sin más, para después morir.

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Amores a la espera.

Quereres 1982 Del cariño la savia es agua y sal, cercana intimidad. Su entraña, la entrega virgen, la esperanza gratis. Lo más hermoso, hacer de la indigencia algo valioso. Desde tu huerto, olvidar que te das y estar despierto, libre de por vida, ajeno a las huidas.

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Amores a la espera.

La rosa sin espinos 1995 El tiempo de la flor es el tiempo de contemplar la flor. El tiempo del amor es el tiempo de dar el amor. El tiempo de morir es el tiempo de decir adiós. ¡Ay, quién pudiera vivir como una flor, perfumar sin aviso y ser bien recibido allá en el paraíso!

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Amores a la espera.

Gratis y misterioso 1993

Tu que al fin vuelas, las vísceras abiertas, los sentires, las penas, los gozos encendidos. ¡Corazón ganador! Tú que de grado entregas tu ceguera, sin mirar que te pasa, ni analizar siquiera, de calidez guiado, viajero enamorado, hacia la frontera.

¿Sabes tú ganador cuándo llega el amor, el amor sin penas?

31 PARTE SEGUNDA.

Soledades.

Las palabras, los besos y la mirada. 1982 Mil palabras mensajeras, por tu mirar seducidas, buscaron saciar tu sed… y llevaron buen cuidado de llenar todo tu ser. ¿Sabes tú, pequeño amor, que por los besos ausentes, por el sentir delicado, tal vez por miedo o pudor, se frustraron mis deseos de gozarte enamorado…? Ahora la ruta se acaba, déjame morir en paz, porque fue mi error, no más, quererte amar. Mas si en tu mirada habita el misterio de la mar, querida búscame allá, abrumado por mis cuitas,

pues en la marea temprana,

quisiera yo descansar. 32

Soledades.

Libertad ausente 1991 Sólo un beso de amor y soledad dejarte quiero, te sientas libre y lleves mi calor y me recuerdes. Que de mi haber y de mis cosas, en tu memoria esté presente, del corazón, un poema de miel y de mis ojos, una mirada clara y amorosa. Llévate entre tus labios estos mis pobres versos, y en la distancia, si ausente de ternuras estuvieras, asume sin rebozo

aquestos mis amores y soledades puras. 33

Soledades.

Hogar en las entrañas 1995 Si a la mañana te abate la tristeza y de ti misma prefieres olvidarte. Si del amor dobleces te torturan y candaron sus puertas con cerrojos esos quereres que antaño te buscaban, rompe a llorar que respirar no puedes ni caminar sola sobre tus despojos. Si tu vida es un fluir de turbias aguas, desazón y angustia reprimidas, y un hilo negro, acrónico, colgado, oscuro y solitario te une a tu recuerdo. Si te ataron los brazos y las manos a tu cuerpo enteco y aturdido, cual columna de carne atribulada, de un lado a otro, gran fluir caótico, burla del sistema y elementos vagos. Si los rayos del sol son chuzos cristalinos y te hieren agujas invisibles. Si tu música suena en clave esquizofrenia

y una pesada losa oprime tus sentires. 34

Soledades. Si tus ojos manan pus y tu vientre se devora en amargos dolores interiores.

Si tal vez ya no existes, pues cosieron tus labios con hebras de oro fino para hacerlos callar eternamente… ¡Grita, grita sin descanso, desaforada y loca, que tus gritos se oigan allende la frontera! Y un ángel compañero venga pronto a hacer justicia a tanto desafuero. Si tu estar es el de un Job empobrecido… ¡abre los ojos y observa las pisadas de aquel que mora en las montañas! Que apenas pide gratis un poco de tu alma, entrar en tus entrañas, hacer hogar, poner en orden la morada tan triste y desolada. Sembrar con rosas el jardín que otrora tu labrabas. Llenar de libertad

tus tristes horas. 35

Soledades. Ciudadanos 1969 A Alonso Quijano, infatigable caballero andante, justiciero y amante. A todos los quijotes de Oriente a Occidente.

Así habló el ciudadano sistemático: -¿Por qué sigues, amigo? ¿No ves que los espinos estrechan tus caminos? Que ahora ya no es tiempo, y causas pena, lástima, dolor y risas. ¿Por qué te empeñas, hombre? ¡Patético, sonado!

¡Libera el corazón, gozador de la vida, hundido en el vacío de tu cabeza ida!

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Soledades.

¿Por qué tu vida arriesgas y discurres en rudos avatares? Sin poder, sin dinero, sin astucias o engaños, no serás el primero jamás en estos años Así habló el ciudadano caballero: - Es una sombra clara, es la mañana blanca, un alba plateada. Es la orilla y el mar, la luna que yo amara. Diseño libertades, …es mi pequeña lid, …es mi tarea, mi amor, el dolor y la muerte, la pasión por vivir.

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Soledades.

Celos 2008 El amor sin fianzas, de claridades mutuas, de entrelazar crianzas, no admite celos, no tiene velos. Mucho confía, sabe de quien se fía. Firme, sereno, seguro, lleno.

Mas, si el amor se fuga, se va de casa, se entrega en otros brazos, se vende a plazos, míralo como pasa, no lo detengas y olvida tu desgracia.

38

Soledades.

Despertar 1994

Al despertar del sueño, el alma siento… …lastimada. ¡Ay, qué lamento! Que por no herirte, querida, olvidé de otros años el navegar al viento.

39

Soledades.

Macarena 1989 A María Teresa, Macarena, mi mujer, amiga de muchas soledades.

Tú tienes ojos de luna y mirada de ser buena, y tú gustas na´más verte al que se asoma a tu vida, mi querida Macarena.

40

Soledades. La cárcel 1989 Camino de sauces, que lleva a la cárcel, ¡qué triste, que oscura la tarde, la noche sin verte, sin tenerte! ¡Dolorida, inocente! Pajarillo que sabes, romances, cantiñas, trova los amores, visita a las niñas de nuestros dolores, Canoro que trinas, que pías, regala tus sones, tu música alegre, dulce chirimía, sencillas canciones. Y desde el alfeizar de cada ventana,

llama con tu pico. Reparte ilusiones. 41

Soledades.

Hogaño por las rutas 2010 ¡Oh, colores extraños de lugares y tiempos, ilustres testigos de otros años! Los húmedos carrizos por entre los maizales repartidos. Caminos oscilantes, pantanos movedizos, al andar. ¡Qué soledades!… En cada paso creo, pero los pies se hunden y estrellan mis deseos. Voy buscando la mar…

42

Soledades.

¿Volverá ella conmigo hogaño por las rutas, los atajos de antaño, caminando la orilla, con mis pobres abarcas, desnudar los anhelos, de inmensidades llenos, de risas y de baños?

Que si acaso la vieras, dile tú, mar querida, que suspiro por ella y reposar quisiera, otra vez, en la sonrisa aquella.

43 Soledades.

Algo desde dentro se mueve y suena. 2008 Tú eres el alba, tú mi eterna sorpresa, lluvia malva rosada, límpida amanecida. Como un niño entregado a su madre te deseo. Sol de cenitales luces, me haces descubrir las hormigas, los perros, las mandrágoras, los caracoles y los peces. Mas… no sólo. Tú eres más. Tejados y azoteas,

los patios de las casas. 44 Soledades.

Ya vienes otra vez como una plaga de millones de témpanos aéreos, transparentes, jugando con los árboles gigantes y lo inundas todo. Rocíos desbordados en lujos de diamantes. Mas…no sólo. Tú eres más. Apenas puedo balbucear tu nombre, pero sé que eres tú, el mar, el rayo, la tormenta… Lantanas, jazmines, azahares, jacintos, azucenas. Mas…no sólo. Tú eres más.

45

Soledades.

Sé que estás en los deseos de las gentes, que algo desde dentro se mueve y suena. Eres tú. Como la piel me acompañas. Hueles a trigo, a miel, a polen y semillas. ¡No te vayas, pues me quedo solo. Me hundo, desaparezco todo! Eres noche serena, cálido amor correspondido.

Mas…no sólo. 46 PARTE TERCERA. Melancolías. Libertad de hierro 1993 De hierro son tus rejas, libertad, de bienes, quereres y sentires, que no las observancias del sistema, de marketing y mentiras llenas. No estás en la epidermis, sino en las honduras situada, donde reina el vivir, donde nace el morir. Allá, intensa, de carne inexplicable, eres tú, hermosa libertad, endodermis secreta, gentil y amable. De hierro tus cadenas, a lo ancho de la vida derramadas. Del misterio señora, entre todos los seres repartida. ¡Libertad honorable! Irregular, humilde, enorme eres, gozosa, si estás bien arropada

por la Tierra que te quiere.

47

Melancolías.

Sueños 2009 En julio de mañana del año ochenta y dos, cargada la ilusión en un viejo camión, dejaron su morada, cegados en ensueños, por sureños carriles, por entre las majadas, lejos de los madriles, a cuestas con su empeño. Absortos, asustados, dudosos y risueños, como dos justicieros por la Mancha, que mezclan lo social y las quimeras, sin miedo a desafueros, buscando disciplinas en lo más natural, con sus miradas finas.

Con el hatillo lleno de empiria desatada, cartesianos, fieros. 48

Melancolías.

¿Adónde vais, penosos, con vuestros dos cachorros, bien crecidos, hermosos? ¿No teméis a la suerte que fue tan dura a veces, y tal vez os proponga algún extraño ente distinto de los prados y el solaz compartido que el corazón pretende?

49

Melancolías.

La paloma, las ovejas, los pastores y la casa. 1997

¡Ay, paloma mensajera! ¡Ay, tus vuelos por los cielos, sobre las mieses doradas! Atrevida, sin espera, se posó, ya por la tarde, en los llanos de la era. ¿Por qué te fuiste, querida?… Fue acogida en la majada entre ovejas y pastores, bienvenidas … y dulzores. Y se la ve en la alborada, planear sobre la brisa.

50

Melancolías.

Desde la ermita cercana que del otero resbala, mi mirada con sollozos, cada día te divisa. Vuelve pequeña paloma, vuelve al palomar, a casa, reposa en el árbol grande. … Mira sus hojas desnudas de rencores o acechanzas, verdes como la esperanza.

51

Melancolías. El señorito 2010 No puedo reconocerte, pues me han dicho que posees, sin estorbos, reflexiones ni cuidados, aquello que fuera hecho para todos los humanos. Y que lo llevas a gala como señor de algo tuyo, dueño con muchos papeles, de tierras que Dios bendijo y libremente entregara a todos, todos sus hijos, sin dominios ni cuarteles. ¡Dios bendito nos ampare, antes de que el señorito, lleno el cargador de balas del sistema ignominioso, nos dispare.

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Melancolías. Hablar en libertad 1980 Dejadme hablar, soltar las ataduras de mi mente, que ya gritar no puedo, infausto, desgraciado, por los suelos derramado. Dejadme hablar, desoxidar los objetos escondidos, tanto tiempo ausentes, prisioneros y latentes. Váyame a gozar la nueva vida, la cabeza serena, bien altiva. Sea todo mi vivir una explosión de ser, sonora, interminable, que no de parecer. De las palabras queden los sonidos grabados en las calles, en los aires. Dejadme hablar

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que enfermo y muero. Por una fiesta vivo, y no por las cadenas y el olvido. Melancolías. Jesuitas del 56 2007

Más fuerte que la muerte. Una ilusión, un deseo, un fuego ardiente, me pudo entretener al ritmo del vaivén adolescente. Una tensión callada, sin mesura, una fuerza más fuerte que la muerte yo tuviera y un vendaval de querer desfallecido, me retornó del lado de la vida, que, desde lo profundo, en otro tiempo hubiera.

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Melancolías Añil y blanco. A la estación del Puerto me ha llegado la mula torda, que tira alegre de una vieja berlina, al ritmo inquieto de un traqueteo de llantas contra cantos fieros. Su trote va luciendo, rompiendo la gallarda el silencio encalado, añil y blanco de las calles del pueblo de marinero encanto. ¡Qué derroche de luz y de bonanza, Puerto de Santa María, que triste duelo!

55

Melancolías.

La rectitud del suelo. Enorme caserón de atrio acristalado, la brisa húmeda, olorosa, ha llenado tus muros de oquedades.

Un zaguán, que el tiempo reventó, desde el grueso postigo, se adivina. Y una planta de sombra disimula la rectitud del suelo levantado.

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Melancolías Olor a mar. ¡Qué triste está la tarde acá en el caserón acristalado! Olor a mar, tan próximo y lejano, donde el aliento de Dios se hace cercano. ¡Qué noche más ajena a mis quereres! Que en la arena suave de la orilla, encontrarán solaz mis pesadillas. Ángeles malos. Un san Luis Gonzaga, entero y solitario, de la escalera en el rellano, cuenta en latín su personal estrés.

57

Melancolías.

“Mea maxima poenitentia vita communis est.” Recuerdos del infierno vienen a mi memoria del filósofo Sartre, que viera en los hermanos a los ángeles malos, tan lejos, de aquellas enseñanzas que yo hubiera, pues que Dios en la gente, yo pensaba, más que en nada tiene su morada y nos espera.

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Melancolías. Su propia estima.

Antes que el sol asome, el postulante toma la disciplina y con fuerza divina, santamente airado, enrojece sus glúteos, abaja las pasiones, complace, ¡oh, misterio! con dolor, su propia estima. Canciones al alba. Ese sutil sonar de pájaros e insectos, más allá de la humedad intacta, de la paz dolida. Voces recortadas que desde la arboleda hasta mi celdilla llegan, son canciones al alba, músicas mañaneras,

tareas de pescadores, faenas de alboradas, levantadas lejanas. 59

Melancolías. Desnudas al sol. La eucaristía pasa latina y silenciosa, junto a un portal, que regala luz, enardecida naturaleza viva y un fino tul cual una vidriera singular de claridad ungida. Mientras, libélulas encendidas, desnudas al sol se dejan ver en transparencias, como quien desvela las creencias.

60

Melancolías.

María de soledades. Un ángel junior, en las primeras excursiones me acompaña y, lleno de buenos pensamientos, del oficio parvo sus entrañas, y de Santa María sus loores, me viene a dar conocimiento. María de soledades y momentos. Cual fantasmas Místico corredor de juniores deambulantes, larguísimas hileras de cabizbajos jóvenes que esconden la mirada, cual fantasmas, llenos como están, no obstante, de la más grande ilusión que haber pudieran.

61

Melancolías.

En el mar Mas otro hogar tenía yo bien aprendido, que en la playa y el sol, en el mar, tiene Dios sus mil amores serenados. Y en las tranquilas aguas, con las caricias de las espumas y las rizadas olas, abrazados.

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Melancolías.

Enhorabuena 2009

Si tus raíces afloran libertad, si de ternuras haces crecer la Tierra, si aspiras aire limpio con fruición, si un triste amanecer no estorba a tu alegría, si puedes reposar sobre las piedras hoscas, si sabes navegar por entre las estrellas, si eterna primavera te consume, si sueñas con vivir también mañana… estás de enhorabuena, que se te nota Dios y raya la alborada en tus maneras.

63

Melancolías.

Libertad gratuita 1992 Libertad es la canción de aquellos tiempos lejanos que añoramos con nostalgia, con pasión. Que eternamente renace al rescoldo de lugares interiores, donde habitan los incendios, los amores. Que busca ganar la gloria, la Tierra… y los orbes exteriores.

Al amanecer dorado, entre juegos de colores, libertad gratis regala caminos ilusionados. Y al ocaso misterioso los espíritus llegados, la luna viste de gala, el mundo de los ensueños y el reposo

se hacen dueños. 64

Melancolías. Nocturnos y extraños dramas, de lógicas dislocadas, un tiempo sin sucesiones. Memoria de los deseos, libertades, frustraciones y el corazón en amores. Los incendios y las llamas. ¿Qué será si te vas? 2009 ¿Qué será de mi vida, el amor, la belleza, sin tus ojos serenos, donde el calor del cielo se adivina y empieza? ¿Qué destino tendrá tu sonrisa de ahora, que el fondo de mi alma necesita y añora? ¿Qué será si te vas y me dejas ausente en aquella dolida soledad de otrora? ¡Pobre de mí si lejos estuvieras

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y amanecer sin ti! ¡Pobre mi alma entera! Melancolías. Ausente 2009 Tu ausencia atardece mi mirada, ensombrece la sonrisa ayer habitual en mi semblante. Cambiaré de cosas y de gentes, de senderos, de hábitos y estares. Camino voy de aquel lugar donde la tierra y la mar se besan. Pues, perderme quiero en el concierto de las olas, mensajeras de recuerdos, … y vivir a solas.

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Melancolías.

Inclina tu figura 2010 Si de admirar tu ombligo, eternamente, quieres huir y compartir con muchos tu misterio, navega en positivo, disciplina la mente, entrega tu ternura, curva los labios, inclina tu figura, contempla hierático, cual geisha sonriente, esa parte gozosa de los buenos momentos de la gente.

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Melancolías. Bodas de luto 1983 ¿Qué le pasa a la tarde que lleva en sus entrañas tristezas y alegrías? En la arboleda, el viento silba premoniciones, rompedoras de paces y de ilusiones. Si las palomas blancas, encendidas, nerviosas, vuelan en azahares, ¿por qué la noche triste convertirá en pesares, en silencio y en llanto las rosas y los nardos, el ardor en espanto?

Por las callejas vienen, ya se acercan ligeras las galanas de blanco, músicos en hileras, marcan pasos de fiesta

hasta el templo santo. 68

Melancolías.

El vino y la alegría, las risas y los cantos, los besos y la brisa de una noche que pronto será una mueca absorta de muerte y desencanto. Un doblar de campanas oprime la mañana, que el sonado casorio en duelo negro se ha tornado. Por las callejas vienen, ya se acerca pesado un cortejo de luto. ¿Qué le pasa a la tarde, que lleva en sus entrañas tristezas y alegrías?

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Melancolías.

Aquella juventud 2010 ¡Oh, ínclita juventud, que en los años aciagos del gran inquisidor, alada de enterezas, de intrépida frescura, te arrimabas a empresas de gran predicamento, de nobles y lícitas locuras y buen entendimiento! ¿Quién recogió el testigo de atrevidas maneras y disciplinas finas, de la buena destreza y el cantar en la lucha por libertades y purezas? ¿Adónde fue el honor de tu vivir? ¿Adónde tu límpida sonrisa y sin vivir?

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PARTE CUARTA.

Principiante en amores.

Muchacha andaluza 2009 Zagala lozana de enhiesta mirada, la de la fontana. En cales añiles y blancas recorta gentil su silueta. Porte y estilo, cadencias aéreas, sube por las piedras limpias de mi pueblo. Pegado a su cuerpo, un cántaro adorna su talle resuelto. Ademán desnudo, un mandil granate y vestido negro.

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Principiante en amores.

El torso seguro, perfecto, las piernas huesudas, el paso pequeño. De la fuente viene, donde las mocitas hablan de quereres. Sus ojos lejanos se ablandan, me miran, me dicen… que no los comprendo.

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Principiante en amores. Alegre y distinguida 1969 La mañana. Sale de punta en blanco por la mañana y a los aires de mayo va pregonando que ella es la más bonita, la más galana. Y el ajetreo… de su cuerpo gracioso, lindo, orgulloso, ¡ay, que jaleo! a sus enamorados está matando. Frágil figura, chiquilla y armoniosa, adolescente, pura, su ritmo musical cautiva corazones. Ya viene de princesa, con sus tacones, alegre y distinguida, cual si tal cosa,

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coqueta y atrevida y tan airosa. Principiante en amores. La noche. A la fiesta esta noche está invitada. Corre que vuela, presumida se viste de lentejuelas. Una blusa de seda color canela y una falda ajustada con un volante. Dale que dale, las gotitas pequeñas hacen los mares. Zapatitos de ante y el pelo suelto. ¡Ole que ole! sus amores de niña saben a flores.

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Principiante en amores.

Todo su cuerpo tiene sabor a brisa y por sus venas corren cantares varios, esencias de narcisos, un gramo de locura y una sonrisa. Está hecha de sol, de sal, estirada y cálida tersura, y su mirar desvela lo más hondo del mar y todas las ternuras.

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Principiante en amores.

La chica, la fuente y el burrito 1969 Bajabas de la fuente y te he visto, morena, con un burrito blanco y las botijas llenas, por entre los tapiales, cardos, cantos y hierbabuenas. ¿Me dejas ver el aire jugar con tu melena, tu porte, tu cintura, el juego de tu falda recrear tu figura y tu elegante alura? Déjame que bendiga al Dios que hizo posible la fuente, el camino, la cal, el pollino, el fuego de tus ojos, tus aires de dominio y natural tan fino.

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Principiante en amores.

En la Salamanca de los años sesenta, un estudiante de filosofía se enamora de la hija de su patrona y aprende a valorar el amor escondido en las honduras. Por eso te quiero 1969 Naciste niña de simple ayuntamiento y unión de carnes, que no de ilustres genes ni orígenes de gran señalamiento. Y te dormiste pura sobre las grandes ubres de tu madre que te abrieron sensores a la Tierra. Aprendiste a tomar y dejar, a comer, a dormir, a bailar, a soñar… Y sólo adolescente,

te dejaste querer y conociste amar. 77

Principiante en amores.

Por eso te quiero y enamoras mi alma, mujer de mis deseos, misterio insondable, arcano sin fisuras, eterno, irresoluble, sin cordura. ¡Ay, tu hacer agitado, de variedades circulo infinito! ¡Ay, tus ansias gratuitas! y ese dulce mirar a la mirada… labios anaranjados y el sabor ancestral de tus besos robados. En tu pelo revuelto, yo me he visto envuelto y he sabido que el sexo era sabiduría, sin más entendimientos, ni análisis ni analogías.

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Principiante en amores

Déjame que caliente tu vida y la quemes conmigo y que aprendas la luz de las albas que nunca tardean. Quieras tú navegar por los mares de tu mundo interior y volar al celeste sin fin, que quiebras esencias y rompes los moldes sin altos conceptos, y cortas los aires con elícitas ansias, sin defectos. Y mantienes gentil tu silueta, mesurado y diestro vivir, discurso escondido, diamante sin pulir, tarea de poetas en cosas de las gentes bien curtido. Por eso te quiero.

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Principiante en amores. Platónica verdad 1969 Hoy he visto tu cuerpo, encendido de sol y nadar estirado, la ciudad de coral. Segura de ti misma, notable y ágil, tierna y distante, afrodita, frágil. Tu cuello es alta torre, sendero que se pierde en la espesura inmensa de tu pelo salvaje, que esconde delicado una parte del rostro un cielo regalado. De erótica materia son tus ojos modestos. Tu mirada secreta, falsamente enojada, por cualquiera parte

reposada. 80

Principiante en amores. Tu boca, cual placer delicioso y honesto. Los senos estandartes, hermosos abundantes, que proclaman grandezas, la belleza y el arte. ¡Oh vientre, gran morada y cercano lugar donde nace el misterio, por la fiesta de la vida macerado! Alegre cautiverio. Y esos tus muslos tersos y piernas distinguidas, sobre pequeños pies que peinan los caminos, inciertos, novedosos devenires divinos de las horas de oro, de juventud brillante. Hoy he visto tu cuerpo, en la húmeda lisura de la roca, sosegado, desnudo junto al mar,

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musical, misterioso, platónica verdad. Principiante en amores.

La fe primera 2009 Hay un niño en el templo que busca en lo profundo el amor de su Dios, cual secreto mayor, mejor que todo el mundo. Hay un niño en el templo que reza sonriente y es fiel a cada cita, pues su Señor, solícito le invita, apenas sale el sol por el Oriente.

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Principiante en amores.

Sencillo, confiado, agarrado a las rejas de una oscura capilla. Una pequeña luz ilumina su rostro, transportado. Hay un niño en el templo, que espera ilusionado entregar su candor… mientras todo se aleja.

83 PARTE QUINTA

Desde abajo.

Poetizar es implicarse en aquel imposible que a Kant turbara: construir saberes apropiados de aquellos objetos de los cuales no podemos tener sensibilidades físicas, tales como Dios, la libertad, la inmortalidad. La poesía extrae, de manera admirable, de la multiplicidad sensible, de los pucheros, saberes y postulados universales. Saberes de realidades, conocimientos más allá de la misma ciencia. El mismo Kant, en la conclusión de `La crítica de la razón pura´ se manifestó de esta manera: “Dos cosas llenan el espíritu de admiración y espanto siempre nuevos y siempre crecientes: encima de mí el cielo estrellado y la ley moral dentro de mí mismo.” El poeta escribe sobre esa admiración y ese espanto.

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Desde abajo.

Metafísica de los sentidos 2009 Tornósele a Kant la metafísica un dislate, pues que de empiria carecían los altos temas, que de más trascendencia aquella orgullosa ciencia presumía. Mas no quedó la cosa en puro disparate. Pues por creencias y poetizar mil experiencias pudo muy bien el ánima saber conocimientos trascendidos, por sólo sentimientos y sentires, que al punto, -¡oh, milagro de sensual dialéctica!vestidos de universal poético en un gran casamiento, a Dios, el alma, la libertad

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y los pucheros, viéronse en feliz ayuntamiento. Desde abajo.

Don Manolito 1994 Campanitas de plata tocan a misa. Se levanta y acude, pronto de prisa. - ¿Adónde vas cristiana tan de mañana? - Voy a la capillita de las hermanas, a rezar a la Virgen y a san Antonio. A llevarle a su altar, de paños finos, una limosna, una hogaza de pan y un sentimiento, que se cure mi padre de su tormento.

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Desde abajo.

Campanitas de plata han repicado, porque don Manolito ya se ha curado. ¡Ole que ole! que por el arroyito se van corriendo muchos dolores. ¡Vuela que vuela! que mi padre ya tiene buenos colores, sin más secuelas.

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Desde abajo. Verdad no es un concepto, ni siquiera una palabra afortunada. Verdad son las manos que tocan para amar, los ojos que miran y descubren la luz en la oscuridad, los labios que besan sin pedir nada a cambio, los oídos entregados a la música y al ritmo, el sabor de una fiesta que celebra la vida con comida compartida, romances pareados, cantes, bailes y libertad.

Verdades y mentiras 2009 De trigo se alimentan las verdades, de sal los paladares. Los corazones limpios, de amores y caricias sin dobleces y sencillas sonrisas. Millones de estrellas encendidas, fulgores de luz entre tinieblas, los hombres moribundos, silencio de los campos, dureza de las piedras, asombro de los perros,

son verdades. 88

Desde abajo. .

Piropos a la rosa en un jardín cualquiera, casas de la ribera, darse de bruces con el mundo entero, y gozarlo, si acaso se ofrece gallardo y generoso.

Mentira es ardid, una partida sucia jugada con ventaja, que pronto envejece, parece y no es, ni tiene entidad, ridícula, baja. Enferma nace, su vida es un tris y muere cabizbaja.

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Desde abajo.

La gente verdadera son como amaneceres, sensibles, virginales, cavidad abismal, colmadas de riquezas, derroche de empatías, libres, originales.

En sus ratos de sueños, llegan hasta lo lejos, cabe la frontera, donde las calidades posan desnudas, derramadas, sin dueños, por doquiera.

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Desde abajo. Paralelas presencias 1995 Aún muy joven, creyó en las campanas, en sus vuelos y alturas. Festejó lo sagrado al albor de los cielos y kairós soñados. Cantó en el silencio versos de gran locura, elusivos, distantes, como aéreos nenúfares. Y alojando en su mente flores celestes, cada mañana, delicadas abrían sus bellezas puras. Convivió con lenguajes y signos de muchos colores, con escalas y dulces esencias, en sus paces y guerras, del mundo apartado.

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Desde abajo.

Amador de sutiles afanes, proyectos mundiales, paralelas presencias. Aprendió de maestros noéticos que la ciencia de él dependía y toda existencia y sus gentes y todo el planeta esperaban una voz, un espíritu aséptico.

Mas, ¡ay, dolor! que nunca tuviera verdades tangibles ni abruptos pasados o bellas memorias de por estos pagos, que le hicieran gustar, complacido, dulces melancolías de los días vividos.

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Desde abajo.

Bienaventurados los pobres del sistema 2009 Me hirieron el espíritu temprano y pobre y malherido me dejaron, que no fuera capaz, ¡válgame el cielo! de alzarme con lo humano ni andar con lo divino de la mano. Me escondo de mi mismo año tras año, no se me oculta que el tiempo me hace daño. No sabría esquivar mis oquedades. Soy un fruto irregular, un ser extraño. Soy… mi peor enemigo, un sueño sin sentido. ¿Quién podrá detener mis desvaríos? Pude ser mies y me quedé en rastrojo, no tengo nada que pueda decir mío. Dura me trata la ley de cárcel y cerrojo, criminal sistema de bárbaros sicarios, modo de hacer justicia estrafalario.

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Por no saber, no sé de donde vengo. Desde abajo.

Taciturnos faros son mis ojos. Soy de los vencidos y caídos. Soy un galeote de este barco, con un paso de tuerca a cada paso. Mi presencia y talante es de ser pobre, sin mayor objetivo ni sentido. Me lleva el viento, me asusta la tormenta, el asesino rayo, el frío al que me inclino. Voy buscando refugios cada noche hasta encontrarme con la muerte un día. No me gusta mi porte ni mi acento ni mi parlamento transido de agonía. Mi libertad es sentarme en una esquina a esperar la nada mi vecina. Mi indigencia sube y baja a la cabeza, que como cosa cierta me asegura hundirme en lo más hondo del olvido. Analfabeto, simple, no instruido, veo pasar, sentado en las aceras, la felicidad, el lujo y el dinero, que nunca pudiera yo alcanzar más allá de sentirme pordiosero.

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Desde abajo.

Soy un pobre en toda la extensión de la pobreza, pobre, empobrecido. Mi único emblema y distintivo es la dulce promesa que me hiciera el nazareno amigo de pobres y tullidos. Bienaventurados, dijo en aquel día, sonados, asustados, burlados y mendigos. Gentes, en fin, todos de mi cofradía. Soy pobre de la bulla más hortera, sólo aspiro a sentirme recogido en un portal con un poco de vino. Soy un pobre de alma adormecida, de la peor manera malherido.

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Desde abajo.

Los ángeles de Santa Ángela 2008 Cuando la tarde se entrega a la noche y la humedad se adueña de las calles, en la vieja y medieval Sevilla, vírgenes marrón y blanco, doncellas del buen amor, asoman por las aceras, guiadas por las estrellas, vigilantes, candorosas, noctámbulas, buscadoras del dolor que las espera.

Andantes de andares santos, ¿adónde vais tan preciosas, luces en la noche oscura, limpias las miradas, bajas, hasta el albor tempranero, adoradoras secretas de Jesús en el madero?

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Desde abajo. Ángeles sois de santa Ángela, jardín llenito de flores, delicadas azucenas, ramilletes de lantanas de colores. Revolución silenciosa de la Sevilla escondida, que con vosotras, queridas, es más linda más hermosa.

Hijos de Dios 2010 ¡Qué pena me das, mi amor… tan colgado de las gentes, de las cosas, sin buscar, más bien a Dios, experiencia y libertad, intimidad permanente! ¡Qué pena me das, mi amor… tan ausente de la rosa!

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Desde abajo.

¿Dónde está tu tesoro? 2008 Vecino a la pradera, cabe el molino que el río mueve, la pasión descansa. El arrullo del agua y el silencio cálido, sensitivo, húmedo de los huertos. Tu cuerpo en tu tesoro reposado. Y subido a las horas de gozar de los gozos, se llenará de flores la ribera, de bailes, de vinos, los caminos, de pausas sonoras y alborozos los destinos.

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Desde abajo. Camino azul 1969 Amigos míos, mi camino era azul y hacia un castillo estrecho, alto y rojo, encaminado. Sabed que un hada, cónico gorro puntiagudo, varita de oro, manitas de plata y un globo colorado, desde el adarve, por las almenas nácar, se asomaba.

Y habéis de conocer que el hada, con globo rojo y colorado, más y más cada día, bien inflado de esencias e ideales, al cielo el castillo levantaba.

Pues bien, estalló el globo, cayó el castillo y el hada de varita de oro, de manitas de plata y

gorro puntiagudo. Y aquel encantamiento tornóse en un silencio desolado. 99

Desde abajo.

Ahora mi camino azul no busca ya los cielos, por donde las alturas, en tan subidos vuelos…

sino por los senderos y veredas, por la frondosa Tierra, horizontal, entera, donde el yantar y amar, laborar y yacer, donde el vivir de veras.

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PARTE SEXTA.

Camino de la frontera.

Andante 2008 Nunca pude escuchar, con ser valiosa, la palabra nacida polisémica, sin tomarla en burla divertida, flexionar las raíces, cruzar los semas. Venderla al precio sólo de livianas sonrisas de la bulla escénica. Que si el lenguaje, de música ambulante instrumento fuera, a Mozart imitar divertimentos me atreviera.

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Camino de la frontera

Rumores del Sinaí. Cantos de libertad. 1993

No cometerás agresiones contra la vida. No desearás el ruido ni la necedad y estarás atento al canto de los pájaros. Respetarás hasta la muerte la intimidad propia y ajena. Contemplarás las estrellas y cuidarás la Tierra. No dejarás sin agua ni comida ni vestido ni sonrisa a tu hermano. Te entregarás a ser feliz siempre y a convertir la mueca de la muerte en paz y en armonía. Te enamorarás de las cosas y las gentes verdaderas y respetarás el candor de las rosas. Te unirás a tu pareja con toda la fuerza de tu amor y tu sexo. No usarás a persona alguna. ¡No la usarás! ¡No la usarás! Asumirás los pactos y promesas. No atenderás normas o leyes del sistema. Si eres creyente, no dejarás nunca la vida de amor a Dios. Si no lo eres, de buscarlo eternamente.

Serás fiel a tu conciencia que llevarás como presente a la frontera.

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Camino de la frontera.

Sin futuro 2009

Tomado de la mano del futuro, de novedad vestido, temeroso y alegre, pobre de primaveras, casi sin darme cuenta, me encontré de repente gozoso ante el misterio. El alma velada en transparencias, de aliento alimentada. Y las tímidas luces, de claridades puras, y el corazón en llamas. Mi sendero es ahora una estrecha vereda

de lunas y de estrellas allá posicionadas, lejos del universo todo. 103

Camino de la frontera. El último recodo, la postrer carrera, terrizo y lodo hacia la frontera. Cayado y hatillo preparados. Quedos estares y el honor guardado.

Amores en la frontera 1990 Del árbol desprendida, la fruta del amor que yo quisiera es silencio y belleza entretenidas. Dulzor de las beldades de la Tierra, sazonados haceres, péndulos asistidos, caminares,

eternos seguimientos, caótica procesión de las presencias. 104

Camino de la frontera. El poeta 2006 ¿Adonde vas, amigo, que del poema sigues las huellas, los caminos y asilas en los versos, cálidos como besos, verdad y disciplina, la honorosa justeza y realidad pristinas? Tus ansias de sentir, de gozar y de amar, se tornen generosas en vivos sin vivires que narren los poemas, las serenadas penas. Si la guadaña asoma, alégrate con rimas. silencia con tus sones el estertor innoble de la muerte.

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Y lanza al viento redobles de timbales, repiques de los bronces de tu templo. Camino de la frontera. Que una fiesta de orquídeas y violetas sea, al fin, el dulce coronar de los poetas.

¿Miedo al vacío? 2009 ¡Ay, luna de tez plateada que con tu luz macilenta escudriñas las montañas, las vereda y hondonadas! Que nos visitas de noche y perdida entre los peces de las aguas onduladas, te solazas, te contemplas. ¿Acaso oíste balar a tres ovejas pequeñas, que en la tarde, distraídas,

alegres, como jugando, bajaron a darse un baño junto a ti, luna querida? 106

Camino de la frontera. Al punto llegó la noche. Ya lejos de la majada, el rebaño recogido. ¡Qué soledad y vacío! Que se fueron con sus juegos hasta el río. Y en la calma de los campos, de las mieses, tienen miedo y mucho frío. Soñolientas, temerosas, las ovejitas se arriman al cobijo de una higuera. Apenas rayaba el alba, apenas alboreaba, que, vadeando las aguas, pasan tres hombres furtivos, armados con tres fusiles, buscando sórdida caza, amenazantes y viles.

Mas la luna se ha escondido para hacer en la penumbra una larga amanecida. 107

Camino de la frontera.

Se ha acercado a la dehesa, avisado a toros bravos, y llamando en la majada a las cabras, los corderos, las ovejas, los pastores del ganado han despertado. Formaron tanta tormenta, tal balar y barahúnda y mugir de los astados, que los ladrones de ovejas se fueron por do venidos, asustados y corridos. Cabras, corderos y ovejas y los toros bullangueros andan celebrando fiestas, pues las queridas pequeñas y la lunita lunera, de la muerte se han burlado. Que a bañarse habían bajado,

con su juego a la rivera.

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Camino de la frontera.

Volar Ese trozo del camino, de ausencias y soledades, es el que nos hace fuertes, y aleja de vanidades, templa la carrera loca, curte el cuerpo y asegura, que vamos hacia buen puerto y que el ánima lo toca. Ese salto en la montaña y volar por las alturas, en que tememos caer, justo es bueno y necesario, para ver tras la frontera, contemplar los horizontes, la vida que el alma espera.

2010

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Camino de la frontera. Música

2009 A mi hijo Luis.

Música es complicidad. Cadencias sagradas. Identidades. Múltiples empatías, diversas, totales. Infinitos, prestos, vivos, pausados, alegres, tristes, divertidos ritmos…Presencias, melancolías. ¡Cuántos ojos llorando risas! ¡Cuánto amor en los pentagramas! Vibración a los aires, ebrios de placer, voz del amado. Metales, cuerdas, percusión divina. Dilectos sonidos, en viejos instrumentos, alojados.

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Música y tiempos, por donde, seducida, la humanidad camina. Camino de la frontera.

Teológico doncel 1997

¡Ay, dolor, cuánta tristeza! Que nuestro doncel se fue, y lo perdimos, Señor sin saber justo por qué. Dolorido de mi amor, va volando en la palabra, solitario, sin temor. ¡Buscador de teologías, si encuentras roca o arena, vida o muerte, monte, campo, ríos verdes, luna llena, pequeño, agárrate fuerte, que Dios está en las faenas, espigando entre las gentes!

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Camino de la frontera.

Vuelve querido al hogar, no nos dejes de este lado, en la orilla desolados. Vuelve a la vida y al pan, a los sudores y lágrimas, pues los amores son cosas y las cosas alabanzas. Que la palabra desnuda, quédase en la lontananza.

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Camino de la frontera Morir es hermoso, pero no la muerte 2009

Morir es un paso de la vida, pero creer en la muerte es un error de perspectiva.

Lejos de mí los hospitales socializados, sucios, ruidosos, tristes, impersonales. Enormes casas donde todos los males se almacenan como en una gran de enfermedades alacena. Lejos de mí aquellos doctores y enfermeras que cambiaran el trato distinguido, amable, tierno, por rutinas dialécticas, en momentos

en que pedir quisiera silencio y una palabra verdadera. 113

Camino de la frontera.

No, no quiero morir como un derecho, por haber cotizado, tantos años, a la seguridad social y sus pertrechos. No quiero ser expuesto detrás de una vitrina, entre paredes grises, oficial tanatorio con horas de oficina.

Quiero estar serenamente muerto, del mundo despedido, en casa, junto a mis familiares, en mi lecho, en donde los ensayos de morir cada noche, de soñar tantos hechos,

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escoltado por cirios cuyas llamas destruyan los primeros hedores de mi ser descompuesto. Camino de la frontera.

Y que mis gentes vean que morir es hermoso y que, muerto, Dios se encarga del resto y del reposo. Quiero que mis hijos y mis nietos me recuerden plácidamente ido, fallecido, sin entorpecimientos ni gentes que tomen los oficios al efecto, como un esparcimiento.

Antes de no ver más esa mirada triste, dolida, misteriosa, extática, turbada, de quienes me acompañan a mi última morada,

besar última vez, dejarme quiero, para ir a la Tierra o al fuego incineral 115

Camino de la frontera.

del “pulvis eris,” ardiente, destructor, majestuoso, al duelo, al llanto y soledad tendida. Se me recuerde alegre y divertido, peculiar, respetuoso, mas nunca distante, o distraído de la ruta segura caminante, que hace leve morir después de tanta espera. Buscador de por vida, arriesgado en la fe, justiciero impaciente. Que mis gentes me vean como Dios quiso verme de este trance dolido,

en el que el existir juega con la muerte.

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Camino de la frontera.

Váyame de este mundo, entre cantes flamencos y poemas valientes, musicales, graciosos, llenos de vida… y atravesar el puente. Un entierro a la puerta de mi casa, para dar testimonio de esta pascua, con gran parafernalia, solemne y fuerte. Que si de la luz ya hube gozado, acercarse a morir es sólo un accidente.

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Camino de la frontera.

Paso de la frontera 1995 Llévenme cuando yo muera a esa nueva primavera por el mismito camino, por donde la vida vino. Llévenme hasta la frontera y decidles que estoy muerto, deseoso de plantar eternamente mi huerto. Gustaré de estar allá, de ese lado de la vida, lejos ya de este vallado de hisopos, cardos y acantos.

Allí pondré yo mi casa y mi jardín de azucenas. Gozaré los resplandores,

los laureles del edén, cipreses y hierbabuenas.

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Camino de la frontera. De Jerusalén nos has librado. 2007 Estaba el buen Jesús prendido por las manos de la muerte, su frente con sudor ensangrentado, rezando sentimientos, al pie de los olivos, de amigos soñolientos olvidado. Jesús, ¡oh, buen Jesús! Jerusalén arriba has caminado. La noche sin sentido, la sombra de la cruz en su semblante. Y Judas traicionero, guiando la partida de armada soldadesca, con un siniestro beso lo ha entregado.

Jesús, ¡oh, buen Jesús! Solo, frente al sistema abandonado. 119

Camino de la frontera. Su cuerpo tembloroso, qué seca está su boca, judíos y romanos lo detienen. Su corazón se agota. Serena se mantiene su mirada, tan triste y apagada. Jesús,¡o h, buen Jesús! Jerusalén servil te ha secuestrado. Sumido en la vergüenza de verse despreciado, recibe vejaciones de la gente. por entre las tinieblas de ciegos indolentes se debate. Jesús, ¡oh, buen Jesús! contra Jerusalén te has atrevido.

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Camino de la frontera.

La noche silenciosa deviene sigilosa. Amigos del Maestro, del reo inusitado, asoman vigilantes, discurren doloridos, por donde las callejas, absortos y confusos, ayes del alma salen, y lágrimas se asoman a sus ojos. Jesús el Nazareno, camina entre soldados imperiales. Al sumo sacerdote lo conducen, Caifás, jefe supremo de senadores y letrados. Jesús allí confiesa que de su Padre, es el hijo amado. Jesús, ¡oh, buen Jesús!

Jerusalén te quiere sometido.

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Camino de la frontera.

Que larga fue la noche de soledad tejida, de amarguras y rezos, de insomnios y sueños desgraciados. Llegada la mañana es objeto de burlas y grotescos insultos. Jesús guarda silencio, ante el poder de Herodes maltratado.

Jesús, ¡oh, buen Jesús! profeta por los tuyos despreciado.

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Camino de la frontera.

Jesús frente a Pilato proclama ser el rey de pobres y mendigos, de amor y libertades reino en el que Dios es padre y nuestro fiel amigo. Tiene miedo el pretor y un horror subterráneo le atenaza la mente, pues cual vulgar vasallo, en el poder ha puesto su esperanza. Siniestro, temeroso, hacia la dejadez inclina la balanza.

Jesús, ¡oh, buen Jesús! amor y libertad has regalado.

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Camino de la frontera.

Y en la hora suprema, la cruz enhiesta deja colgar su cuerpo, descompuesto y frío, mirándose en la muerte, que tanto amor no pudo llegar a la frontera de otra suerte.

Jesús, ¡oh, buen Jesús que de Jerusalén nos has librado

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Camino de la frontera. Místico empirismo 2008 Las manos de Francisco, son marfiles, estigmadas, finas, los pies de nácar, traspasados, severo el rostro y afilado, serena seriedad amortajada, que muy ajado el cuerpo, las muchas penitencias le han dejado. Coro:

¡Luna de fuego, fulgurante, ligera, serafín de seis alas, de monte Alvernia! Tomaron sus hermanos al finado y a san Damián lo llevan doloridos. Desfiles de frailes con capuchas,

desde los cuatro puntos cardinales, al noble enterramiento se encaminan. 125

Camino de la frontera. Coro:

La vida de Francisco vuela al cielo, como una estrella grande que deja en la penumbra a los luceros.

Los niños, las doncellas, las viejas, los mendigos, los animales todos, no saben consolarse de este duelo. El pueblo arrebatado imaginarse quiere a Francisco redivivo, en su dulce y ardorosa candidez divina sorprendido.

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Camino de la frontera. Entre ramos y palmas, crespones negros. Las plañideras gimen, al tiempo que las gentes, gran pelotón desordenado, gritan: ¡Francisco ha muerto! ¡Viva Francisco! Coro:

Allá en Santa María, San Damián y San Pedro hay ángeles que cantan. Termine el llanto ya, se torne la tristeza en himnos y en euforia, en ínclita algazara, que ahora es cuando empieza la mejor parte de la historia. De Clara los clamores han hundido el hermoso piar de las aves en el bosque. Las hojas de los árboles que el viento hace cantar, silenciosas están, enmudecidas.

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Camino de la frontera.

Un profundo rigor de amaneceres fríos envuelve el claustro y sólo se percibe el tímido llorar de las clarisas, palidez en sus rostros, no ya más su habitual sonrisa. Coro: De hinojos, tras las rejas, los brazos extendidos, suplicando piedades al Dios bueno, estaban las esposas compungidas, próximas al cortejo. Llegado que lo vieron, adelantose al punto, tomó Clara sus manos, derramó sus dulzores, le regaló caricias y limpió con su velo

las lágrimas caídas en tanto desconsuelo.

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Camino de la frontera. Coro:

Y fuera de sí misma, el gesto resignado, así oró la clarisa, pues su dolor se aleja de su lado. - ¡Compañero del alba quiebras mi alma! Me enamoró Francisco, tu semblante lleno de Dios, de amor sereno. No te vayas querido sin un beso, que dejándome sola, no sé cómo soportar podría tanto peso. ¡Oh, manantial secreto, que desde mis mejillas deslízase a tu muerte! ¡Oh, suspiros y ayes reprimidos!

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Camino de la frontera.

Resucitar quisiera tu figura, amante de Dios enloquecido. Y allá en el huerto de mi alma atormentada, gozar ligera místicos parlamentos, no más…tristes pensamientos.

Desconsuelos de Clara, que con Francisco hubiera místico empirismo, sensible trascendido, oraciones, arrobos. ¡Ay, si de mi pena arrancar pudiera estos lamentos que me hieren y serenar mi celo, mis cuidados con alegrías y nostalgias de otros tiempos,

en que pusiéramos al mundo precioso pedestal de amor y vuelos! 130

Camino de la frontera.

Francisco bueno, viviendo verdadero, Jesús fue traspasado en el madero. Tus manos y tus pies llagados, muertos, testimoniar quisieron tus amores, pequeño pordiosero.

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PARTE SÉPTIMA

Lugares.

Planeta herido 2009 ¡ Mi pequeña Tierra! ¿Qué hicieron de ti? Vencida, hundida en la miseria, desnuda, castigada, humillada con yugos arbitrarios. Mil veces mil, tus nobles piedras perdieron el honor. Sicarios despiadados mancharon por doquier tu vocación de libertad. ¡No estés triste! ¿No oyes el clamor universal de tus amantes que te quieren, que te adornan, que te viven?

Numerosos, ejércitos de girasoles extasiados, mudos, observan, eternos, tus beldades. Campos de flores revestidos, campiñas verdes, tormentas y bonanzas complacidas, posan sus vidas sobre la Tierra madre. 132 Lugares.

¿Tal vez un día, desolación y muerte, triste melancolía? Tal vez… un día… ¡Mares azules, solitarios! ¡Silenciosos desiertos! ¡Manantiales! Tal vez…

¡Mi pequeña y pobre Tierra! ¿Qué hicieron de ti? Un mercado, un pasatiempo, una ilusión torpe y gris. Vergüenza tienes de tus hijos que violaron la pureza del mar, mancillaron sus virginidades. Las altas cimas, los valles recogidos, arroyos presurosos, por do las arboledas y trigales.

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Los lagos transparentes, los bosques misteriosos. Tus hijos, ciegos, hundieron el brillo de sus ojos en sus vientres. Lugares. ´

¡Oh, ínclita mía! De tu nobleza hicieron un burdel de infieles, grotesca decadencia, para ajarte y dejarte inerte, sucia, desgarrada, empobrecida!

Pero tú, querida, seguirás girando, incansable, eternamente.

Volverán a lucir tus primaveras, cuando los salteadores egoístas del sistema fiero se hallaren abismados en la total ceguera de no alcanzar a

contemplarte ni quererte. Que tú, tan generosa con la vida, a tus detractores dejas a su suerte.

134

Lugares.

La noche del silencio físico 1992

¿Qué tenéis las gentes, los animales, las plantas, las cosas de humanidad nacidas, que sin vosotras el mundo sería tan diferente? Breve fue la tormenta que cargada vino del espacio físico, sustancial, caótico, certero, eterno. Temerosos estábamos, ¡oh, madre naturaleza alborotada! ¡Qué horas aquellas… contemplación y espanto!

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Recogidos en casa, las puertas, las ventanas, las mesas y las camas, por retretes y armarios… solitarios. Lugares.

Las cosas siempre fieles, calladas, sin hablar, se entregaban sin límites juntas con sus hermanos, técnicos y electrónicos objetos que a gritos pedían buen trato y empatía. Sus signos, cual lenguajes desnudos, sin pudor, solícitos, iterativos, locos. Silencios, sonidos silenciosos, chirriar de las duelas truenos lejanos, en la noche inquieta, caliginosas pisadas de ultratumba. Dulce tic, tac de relojes en vano derramados

en los tiempos, las horas y los días, dalidianos entes amantes de la quietud, insobornables, insistentes. 136

Lugares.

Crepitar de las aguas en cristales. Y en la noche húmeda, lluviosa, los álamos, portadores de caricias, susurran ternuras, secretas, oscuras, fuertes, consistentes sus tersuras. Las hojas deleitadas en la lluvia, del viento temerosas. Dormían los pájaros atentos, sus bebés acurrucados en los nidos. Despiertos los papás, preocupados, soñolientos. Sopló el cierzo sobre el yermo llano.

Sonaron los árboles frondosos por donde la ribera, y en la campiña, mientras, las mieses dolidas se inclinaron. 137

Lugares.

Con gracia contenida, los árboles doncellas, vírgenes de la noche destemplada, véseles insinuar coquetos movimientos, femeninos, estirados.

Por machos muy robustos fueron polinizadas lanzando hacia los vientos pólenes en cantidad sin cuento, en un gran espectáculo de vida, de amores y de sexos, mensajeros del misterio de los tiempos. Silencio de los entes,

los entes en silencio.

138

Lugares.

Paseos por Cazalla 2007 Plaza de Manuel Nosea, a la sombra incierta de palmeras viejas, de naranjos. Parquecito humilde que regalas esencias, del pasado. Bandas de gorriones saltarines, donde los huertos con rosaledas, buscan semillas que el viento lleva.

La fuente del paseo, melancólico ritmo de musicales aguas ahora enmudecidas. 139

Lugares.

Un concierto de pájaros, de invisibles cantores, hace ancho el placer y el silencio sedoso, serrano, mañanero, de encinares viejos Desde el ayuntamiento, en las almenas altas, gorjeos de palomas, monotonías suenan y acompañan la paz de los bancos corridos, frontera entre el edén de la quietud sonora y el entorno. Irregular encuentro que ubican

las sencillas casas encaladas.

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Lugares.

Perfumes de encinares, límpidos, verdes. Por el camino, aéreas fragancias de olivares, aromas de los campos, vienen a vernos y hacen más armoniosos, en estas albas, los dulces sueños. Cazalla de la Sierra y del silencio.

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Lugares.

Cazalla silenciosa 2007 Cazalla, pincelada blanca en la sierra norte , mora y cristiana de alturas, que en la noche azulada se viste de luna sobre fondo de estrellas.

Me enamoró tu silencio, Cazalla, pueblo hermano de ésta mi Sevilla ahora ruidosa, que en otro tiempo disfrutara los cantos del almuédano, llamando a la oración y al pensamiento.

Me enamoró tu silencio, porque mi ánimo de eremita urbano, sin él está sediento y lleno de nostalgias de aquel entendimiento. 142

Lugares.

Acoge mi mirada por donde tus callejas, perdido y de la mano de los aires serranos, alborozo de risas singulares, estares en las plazas, solitarios lugares, caminantes sin prisas, al amor de lo humano. Las torres, las campanas, Cazalla de la Sierra, cual una novia virgen, de su amante enamorada, con su vestido blanco y el aroma suave de sus campos.

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Lugares. Lugar de los poemas 2010 Poema que arrancas ternuras a la Tierra, que a solas vuelas sobre nevados naranjos de azahares. Poema peregrino por donde los sembrados. Que subes a las cimas de altivos glaciares y a las entrañas bajas profundas del planeta. Te bañas en ríos de purezas, en los manantiales y haces llorar los ojos serenos del poeta.

Descúbrenos secretos y finas disciplinas.

Montados en los versos, llévanos por los cielos con las aves.

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Lugares. Acércanos al mar, buscando las nereidas, jugando con las olas. Navéganos los ríos, allá donde las náyades prefieren su morada. A la orilla del lago silencioso, al calor del volcán estruendoso. Y déjanos oír los secretos rumores, y sigilosos sones, el bailar de las sílfides del bosque. Desnuda nuestro ser en la selva sagrada y escondida.

Poema compañero, oasis de mis sueños, por encontrar tu reino vivo y muero. . 145

Lugares.

País de color 1969 Benditos los que creyeron en ideales imposibles. Mi casa tiene un guardia con patas de madera y fusil de latón. Mi casa está frontera a un país de color y tiene una prisión que guarda prisioneros, con un candado grande y un viejo carcelero de cartón. Llegada la mañana,

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se asoman las trompetas, se anuncia la embajada, músicos en derredor. Su linda algarabía, fanfarrias y tambores… melodías. Lugares.

Y el guardia de madera, con fusil de latón marcha, salta y dispara, pues ha salido el sol. El viejo carcelero libera las prisión, la luz entra en las celdas, redime los cautivos y danzan en la fiesta títeres, volatineros. Amigos, buen humor.

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Lugares. Ronda

1994 Ronda, pentagrama de viejos sonidos andaluces. Ronda, vieja de historia, densa sobriedad abigarrada, atrevida belleza. Ronda de piedra, de madera, de hierro. Escudos señoriales, arcos e iglesias. Caminos, puentes, tajos, fuentes. Rejas, balcones, cierros, forjados eternos. Sólida gracia naïf

,

cerámica de hierbabuena y perejil. Ronda de la serranía, ungida en mil esencias de la vieja Andalucía. 148

Olivares 1996 Tonos verdes de los olivares. Reposo del mirar y el pensamiento. Tierra roja y eterna del Guadalquivir, adulta, madura, vientre de hembra hermosa. Tierra de vida llena.

Silencio es reposar junto a un olivo, sólo mirar, contemplación y olvido. Largos años pasaron lentamente para gustar sus frutos, plenitud y sazón, arbusto retorcido y estirado. Silencio es reposar junto a un olivo, allí no hablar,

mas contemplar inmuto.

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Lugares.

DIVERTIMENTO EN EL PARQUE DE MARÍA LUISA 2010

Como en trono de virgen de batallas, junto a un huerto florido de setos desmochados y tiesos a sus pies, Luisa Fernanda, luce su natural aliño recatado, sabrosa melodía de actitudes eternas cada día. Es la historia de su pequeño reino, al pueblo de Sevilla

regalado.

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Lugares.

Impasible, digna, honorable, preside el bello parque, hoy, tal vez, bastante ajado, mas, al tiempo, por los años remozado. Sus manos recogen, delicadas, el tul o manto de poder que a su poético dominio corresponde. Un coro en semicírculo, ubica aquel salón de estar con bancos de ladrillos, de conceptos y haceres de alarifes sencillos, do los enamorados,

musitan sus quereres y cuidados.

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Lugares. Al lugar, esta mañana han arrivado jardineros que alborotan con vientos de fusiles que en derredor avientan, poderosos, sutiles, un fugaz cierzo de fuerza ventolera que hace espantar los pájaros e insectos en su sin par barrida y batalla fiera. Luisa Fernanda los mira sonriente, que ve en la barahunda la intemporalidad, el paso de la gente y que por un momento, cual un inglés dijera, sintiérase ´upset´ por la movida tempranera.

Al fin ya la bullanga de ecólogos armados, venidos de otros mundos, se ha marchado. 152

Lugares.

El fresco relajante de junio en la mañana, sin lamento, remueve la calma, de porcelana fina, de gran encantamiento en el jardín afrancesado con rectitudes curvas y calidades con acentos. Un mirlo de luto riguroso, al desamparo del parque, averiza activo y empinado, desde las aristocráticas alturas y pasea, levita y caballero, inspeccionando el seto mutilado. Señor de los senderos, va y viene y Fernanda entretiene su mirada sobre el mirlo paseante,

pensativo, aristotélico, peripatético, académico, de negro endomingado.

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Lugares.

Acá el plátano oriental, y poco más allá una pequeña fiesta de palmeras chinas, que cantan y dialogan con sus parientes datileras. Recuerdos de Palmira que vienen a la mente, Zenobia caminante entre columnas finas. Apenas cuatro pasos damos, boje y fresno se yerguen cobijo de aligustres, cual ilustres gabachos, envarados, en cenitales anchos terminados. Una alfombra de hiedra verde intenso, junto a las entradas metafísicas,

rodea la glorieta.

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Lugares. En el estanque, moruno y rectilíneo, dos chorros de agua dialogan sin mesura, y dan a la piscina perfecta envergadura.

Los jardineros dicen, y así es el testimonio de pájaros nocturnos del entorno, que en noches calurosas, su pedestal la infanta deja. Pudorosa, distinguida, baña su cuerpo, mientras búhos y lechuzas la contemplan. Y sus pies desnudos pisan la yedra

en un rito noctámbulo, misterioso, oculto, de la dama de piedra. Pavana de Ravel, para una infanta siempre amanecida. 155

Lugares.

Se retuercen los troncos, amantes adheridos, trepadores. Se alzan y escalan hojas de corazones, por ver desde lo alto el vuelo lineal, ondulado, rítmico, naturaleza viva.

Bajo las pérgolas, galerías cual del cielo descendidas, paseo de jubilados, placer de compañía, voluntades aladas, sentimientos de los viejos sentires,

colmados ahora de sabores, sonreires.

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Lugares.

La cigarra canta sin descanso a la mística atmósfera de esos caprichos que María Luisa, estilita intemporal, guarda desde su trono que cambiar no quiere, pues gusta sea lo mismo mañana y siempre y que así lo prefiere. Existe en la glorieta un lugar principal de árboles y flores, secreto, inaccesible, de un foso liviano rodeado. Colonias de algas en río serenísimo, fondo esmeralda.

Nenúfares, papiros… Mezcla de poesía y proporciones. Platónica armonía, “que nadie entre aquí sin saber geometría”. 157

Lugares.

Caminar caótico de patos y de peces, ciudadanos al uso de las aguas inmóviles y la presteza exacta de los alures puros, vivos, justos. Allá todo está ido y todo permanece, que se dijera diseñado por Parménides, tanta bondad sedada, acontecida. Barcos varados, caminos misteriosos de naves marineras, con la ilusión perdida de buscar otros ríos abiertos a la mar

entera.

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Lugares. Desde la entrada príncipe, el edén se adivina, y allá a lo hondo, la musa pensativa, la calima vahída, pequeño clima, algo ya declinado hacia el verano que se arrima. Ánforas azules, cerámicos relieves que sostienen frutas. Sargentos cabezones vestidos de bonito, al acceso a palacio con fustes encalados. Cristales de colores de altísimas vidrieras, y un eco de vísperas que corta el aire,

de San Telmo llega, ausentes del tiempo y el espacio, soledades brillantes de aquellas tardes jamás atardecidas. 159

Lugares. Bien puede Sevilla presumir de un rincón donde el encuentro de forma y contenido es toda una lección y gran evento. Que aquí se aprende a gozar de músicas, en cruces de culturas bautizadas, con los rigores de las ciencias puras.

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