Grupos Operativos en el aprendizaje de la Psicología Clínica.

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Descripción





Grupos operativos, en el aprendizaje
de la psicología clínica.

Francisco Mora Larch
"La educación no puede ser pensada solo en términos instrumentales, relativos a propuestas, ya sea didácticas o de planificación del conjunto del sistema escolar"
Roberto A. Follari (2008)
Introducción.-
Hoy hablaré sobre Grupos operativos en el contexto de la formación en psicología. Necesitamos de los grupos aun y cuando "ellos" puedan prescindir de nosotros. Dice R. Battegay (1978) que son nuestro entorno vital, de ahí surgimos, son nuestro "origen".
En la clase, el docente entra a un salón como un "amo", y luego toma posesión y dice "es mi grupo", si lo cree, este conjunto de personas se vuelven un objeto y él las pierde como sujetos, ya que Amo y esclavo son las "figuras del poder y del sometimiento en todas partes" (Percia, M.: 249);
Hay una inercia del poder institucional en educación, existe la clase pero no el grupo. Y si el grupo no existe como tal no puede ser utilizado en su capacidad potencial para generar aprendizaje y cambios entre sus miembros.
Freire (1970:37) señala que "uno de los elementos básicos de la mediación opresores-oprimidos (la relación Amo-esclavo), es la prescripción, basada en un vínculo de sometimiento, realizada como discurso que Lacan llama del "Amo". Toda prescripción es la imposición de la opción de una conciencia a otra, que 'aloja' a la conciencia opresora".
Si defino al grupo como un conjunto de personas reunidas en un tiempo espacio, con una tarea común, descubro que las personas están juntas pero aisladas, asisten a la tarea pero no al encuentro entre humanos, importa la tarea pero no el vínculo, uno de los vacios donde la formación se pone a producir.
Desde otra visión, Cirigliano y Villaverde (1987) nos hablan del grupo como un poder educador, quizás evocando a P. Freire (op cit.,: 86) cuando expresa que "nadie educa a nadie, nadie se educa solo, los hombres se educan en comunión". La historia nos enseña que lo que no pueden los individuos aislados, se conquista colectivamente, grupalmente. Los grupos, pueden ser un recurso y un instrumento clave para los profesionales de la educación y la psicología.
La praxis de la psicología clínica.
Partiendo de Freud y de los requerimientos de formación del psicoanalista, dice José Bleger (1966) que el instrumento del psicólogo es su propia personalidad, es decir, es él mismo.
El trabajo con personas, es una labor espinosa y más para jóvenes que deben atender a adultos, lo que ya de entrada presenta una dificultad: el estudiante de psicología se piensa en términos "activos", por lo que el planteo es erróneo desde el inicio, el Psicoanálisis recurre a la escucha como una actividad, difícil de tramitar racionalmente por el estudiante, deseoso de hacer o decir algo a su paciente.
Pichon Riviere (1951: 217) nos mostraba que el contacto temprano con el enfermo genera un grado de ansiedad importante que dificulta el aprendizaje: "El problema se plantea así: para poder conocer al paciente, entrar dentro de él, el aprendiz tiene que asumir el rol del paciente. El rol del paciente es un rol que resulta angustiante porque es el rol de un enfermo mental. Es decir, que un acercamiento auténtico frente al enfermo significa para el estudiante un peligro, una ansiedad particular".
Uno no conoce a un sujeto desde una teoría psicológica por más sofisticada que esta sea, el único modo de conocer al otro es a través del vínculo, donde la empatía juega un papel fundamental en función de poder comprenderlo, significa ponerme en su lugar, entrar en sus zapatos, intentar sentir lo que siente, a eso se refiere Pichon cuando afirma que hay que "entrar dentro de él".
Las prácticas de asignatura y propedéuticas al ser realizadas, exigirían para aquél que elige la carrera de psicología, desarrollar un bagaje, donde se propicie la confianza en sí mismo, identificar y manejar la angustia y el desarrollo de habilidades de comunicación con vínculos de receptividad, apoyo y esclarecimiento. Este bagaje puede construirse, desde un inicio, en una experiencia de formación como la que ofrece el dispositivo de Grupo operativo, para que aquello que la formación académica no puede, ni alcanza a resolver, sea tramitado en un espacio idóneo (Langer, M. 1977).
Hemos visto desde la práctica docente y psicosocial las bondades y los resultados de la labor de prevención en el terreno de la salud mental y en el de la educación, utilizando diversos dispositivos grupales; una función preventiva la constituye el trabajo en grupos, para enfocar las dificultades personales y subjetivas con la que los estudiantes llegan a la universidad (Mora Larch, F. 2009; 2011).
Acercamiento a LA Clínica Grupal desde la Psicología Social
Pienso a los grupos como un dispositivo de trabajo para indagar la subjetividad humana y las formas de construir y armar el vínculo transformador de la realidad de la que proviene esa subjetividad.
La psicología social de Pichon intenta dar cuenta del hombre en situación, aborda los problemas en que convergen múltiples factores, nos referimos al campo de Lo Grupal (Fernández, A.M.; 1988). La cuestión de los grupos es sólo uno de los ámbitos en que se despliega la psicología social. Lo grupal puede ser pensado desde los ámbitos que señala José Bleger (1966, op cit):
Ámbito psicosocial (sujeto y contexto); Ámbito sociodinámico (grupos de referencia); Ámbito institucional y Ámbito comunitario.
Referido a lo grupal, dice Marta Souto (2009), "Lo grupal entendido en sentido amplio como dimensión constitutiva de lo social –histórico; como campo de atravesamientos múltiples de lo político, lo cultural, lo psíquico, lo deseante, lo ético, lo pedagógico".
Lo grupal no solo es lo existencial del sujeto sino su devenir y su destino y en este sentido pensamos lo grupal como un campo de problemáticas, con un marco general multidisciplinario referencial desde donde se pueden realizar lecturas e intervenciones en la realidad social y humana.
¿Qué son los grupos operativos?
Los grupos operativos son una técnica creada por Pichon Riviere para la intervención sociodinámica en el campo de la salud mental y que luego extendió al campo de la enseñanza, la investigación social, la formación de líderes, etc.
El grupo operativo puede concebirse como un proceso corrector y de objetivos limitados (Kesselman, H., 1970), en cualquier ámbito de actividad humana, deviniendo en un dispositivo grupal donde es posible desarrollar procesos de subjetivación y de auténtica praxis social, en la medida en que es generador de discursos que construyen acción transformadora en el contexto inmediato y mediato.
Pensado desde la didáctica, aparece como un dispositivo pedagógico de carácter no directivo, lo que le da un matiz particular y cuyos efectos se hacen sentir en el proceso enseñanza aprendizaje, que fomenta e invoca la aparición del sujeto de la educación, produciendo modificaciones subjetivas eficaces en la reconfiguración de percepciones, actitudes y cambios en el comportamiento.
Los grupos y el aprendizaje de la psicología.
Abandonar la mera apariencia de lo manifiesto y adentrarse en las complejidades y sutilezas de los vínculos pedagógicos puede, además de resultar interesante, ayudarnos a humanizar nuestra cotidiana tarea en el aula, ese tan amado y temido escenario".
Noemí Allidière.
Los grupos operativos son una metodología de trabajo que se aboca a integrar dos visiones: se ubican entre las dinámicas de grupos de aprendizaje, uno de cuyos modelos es el grupo de discusión, y los grupos de formación que no tienen tarea explicita, y cuya finalidad es el re-aprendizaje de los vínculos humanos.
El grupo operativo es un grupo de enseñanza-aprendizaje, el grupo se reúne para discutir un tema o tarea, con un coordinador que acompaña, pero renuncia a dirigir la discusión, establece las reglas "del juego" y se dedica a tratar de identificar aquello que obstaculiza la productividad del conjunto. Para el coordinador grupal la consigna es: "Enseñar es fundamentalmente, dejar aprender", si bien se adjudica al coordinador el saber sobre la tarea (que en un sentido "la conoce", pero no la agota).
La tarea del grupo es hacerse cargo de trabajar y re-crear el tema, mientras que el operador grupal se descentra del saber, para observar cómo aborda y resuelve el grupo la problemática que esa tarea le genera. Esto implica un nuevo aprendizaje para el operador, le exigirá competencias y destrezas a nivel de los vínculos. El coordinador grupal, no dirige, ni juzga, "toma distancia" y acompaña al grupo en una "aventura intelectual" (Ranciere, J. 2003).
Quien vive una experiencia grupal no directiva, des-cubre ciertos aspectos de sí escotomizados por una estructura subjetiva renuente a indagar lo que hay un nivel debajo de su devenir consciente, atornillada en un yo ilusorio, racional, que le impide descentrase para un proceso de auto observación que permita tomar distancia de sí y superar algunas cegueras socioemocionales. Referido a ello, Marcelo Percia (op cit.: 290) nos dice: "Distanciamiento: lejanía que aproxima una extrañeza".
Señalo dos tipos de elaboración psíquica en la experiencia grupal, al favorecer en una sensibilización paulatina el estilo del vínculo, el sujeto descubre que sus modos "naturales" de ser, pensar, actuar o relacionarse no son tan naturales, remiten a una recreación de patrones de comportamiento aprendidos en la trama vincular de sus orígenes, la institución familiar que lo constituyó como tal sujeto.
Se posibilita que el individuo (re) aprenda el diálogo, superando las tendencias competitivas generadas por el contexto social, se significa la habilidad para co-operar, referida al apoyo mutuo; se desliza un corrimiento en la posición subjetiva, el diálogo admite la discusión pausada, y la pasión atemperada, que harían posible una flexibilización del intelecto y de la razón, favoreciendo el parto de una renovada subjetividad.
Esto prepara el terreno para que al momento de integración grupal, y el reacomodo del yo favorecido por nuevas identificaciones, se logre una actitud de apertura en el esquema cognitivo-afectivo. Así, ciertos escotomas pueden ser removidos para una visión más integral de los aspectos personales que transforman los estilos de vínculo sostenidos hasta el momento.
El segundo aspecto: el grupo funciona como contenedor y reasegurador para facilitar la superación de los miedos generados en el vínculo con los otros, donde la confianza sustituye al temor, la inseguridad y la desconfianza, superando sensaciones de vulnerabilidad.
Pienso el vínculo desde una ética del yo y no del superyó, la labor psicosocial del agente, señala los momentos en los que el grupo da pie para el trabajo más personal, favorece que la teoría se aterrice en un trabajo de elaboración propia, y el sujeto vence las resistencias superyoicas a la expresión de emociones o sentimientos.
La experiencia grupal, permite que el estudiante en formación, construya su bagaje subjetivo, favorecedor de habilidades de relación que todo psicólogo debe poseer. Así, cuando el estudiante aborde el momento de la práctica, lo hará en una situación mucho más favorable al tramitar y procesar la carga afectiva que le puede bloquear su operación preprofesional.
Las prácticas propedéuticas o de asignaturas, deben ser pensadas y reformuladas desde la docencia como experiencias generadoras de altos montos de ansiedad, para muchos estudiantes. El estudiante en formación se enfrenta a un objeto, que es otro semejante, en el que no se reconoce, no se piensa, más cuando sus miedos lo atenazan desde diferentes flancos, la empatía aparece como ausente, inhibida y la posibilidad del vínculo se pierde en la frustración y la impotencia.
Una experiencia en el aprendizaje de la biología en educación superior.
Ilustro la cuestión así planteada con una experiencia educativa en nuestro terreno, el de la Educación Superior, en la formación del estudiante de Biología. J.L. Abercrombie (1989) nos narra la forma en que desde la tutoría grupal desglosa la clave del uso del grupo de clase. Ella enseñaba la didáctica de la biología, en función de lograr que los estudiantes aprendieran las competencias de "observación" disciplinaria requeridas para la investigación, después de algunos cursos se mostraba insatisfecha con los resultados.
Un día deja de dar la clase magistral y se decide a funcionar como un facilitador no-directivo del trabajo que los estudiantes llevan a cabo; en las primeras sesiones hay mucha hostilidad de algunos por la forma de llevar la clase. Comentando esto con un colega, un asistente del Dr. S.H. Foulkes, la invita a una sesión de psicoterapia de grupo, a lo que accede. La visita y la experiencia la llevan a ingresar a una psicoterapia de grupo.
De lo aprendido, Abercrombie, se plantea lo siguiente: "Inmediatamente me di cuenta de que si yo podía establecer la clase de clima psicológico que percibí en ese grupo terapéutico, la mayoría de mis problemas en los grupos de enseñanza se resolverían", y concluye: "El modelo convencional de la situación de enseñanza- aprendizaje está basado en la relación madre- hijo, un grupo de dos que perpetúa la relación de transferencia. Esta es aún la relación educacional más valorada, …por aquellos que tienen el dinero suficiente, de un tutor o asesor personal, o como… la Universidad de Oxbridge hasta hace poco tiempo, el sistema de tutores universitarios".
Las conclusiones que proporciona la autora son esclarecedoras:"Se alentaba a los estudiantes a hablar libre y espontáneamente... En esta discusión libre y asociativa, el estudiante podía aprender cómo su propio juicio sobre asuntos científicos había sido influenciado por poderosos factores de los que no se había dado cuenta y que no podía evaluar." Llevando un grupo control, se permite realizar el análisis comparativo y distingue los efectos del factor metodológico grupal:
"Comparados con estudiantes que no habían tomado el curso, aquellos que sí lo habían tomado
tendían a distinguir mejor entre afirmaciones inferenciales y descriptivas, - -
hacían menos inferencias falsas,
consideraban inferencias alternativas en lugar de confinar su atención sólo a una y
tendían a ser menos rígidos, esto es, a estar menos influenciados inapropiadamente en el trabajo con un problema…
Estos resultados indican que el curso ayudaba a los estudiantes a efectuar juicios más razonables en asuntos científicos" La experiencia grupal no-directiva, actuó como catalizador de las estructuras cognitivas, las que influidas por la "nueva experiencia", se ven de pronto cuestionadas, y retroalimentadas por la información inédita a la que se ven expuestas…".
¿Qué tenemos aquí?: El poder "educador del grupo", que usado como recurso instrumental, planifica y direcciona el cambio de actitudes, justo a donde apunta lo que muchos llaman: "formación integral".
La Clínica grupal en el aprendizaje de la psicología clínica.
En un texto interesante, Foladori, H. (2009) nos enumera en una experiencia de trabajo grupal con estudiantes de Psicología, las dificultades más comunes que presentan cuando se ven confrontados a la práctica clínica. Entre estas dificultades se encuentran:
La experiencia de "la primera vez"
La diferencia de la edad.
El problema de la distancia emocional, es decir ponerse a llorar con el paciente (descontrol emocional).
¿Cómo presentarse ante el otro? El problema de la identidad profesional.
El temor al "contagio" de la locura.
Hace dos años, al analizar a un estudiante de psicología, su dificultad con los usuarios de sus servicios en tutoría, era que cada chica que podía atender podía convertirse en un posible objeto de amor, por lo que la distancia necesaria para operativizar su labor se veía perturbada por esta tendencia neurótica (ítem 3).
Un poco antes, otro estudiante de la misma carrera, pero en situación de grupo, reaccionaba así: ante un señalamiento o hipótesis formulada por el coordinador a un integrante, se alarmaba, con exclamaciones que evidenciaban que su lectura de la intervención psi era, una acción sádica del técnico sobre el participante.
Los miedos y angustias generadas por la situación de asistir a un paciente de servicios psicológicos, puede ser modulada en la experiencia grupal de no-directividad que oferta el dispositivo de grupo operativo, lugar de experiencia donde se puede jugar a ser asistente o asistido, y esta referencia derivada de la propia vivencia es un aprendizaje insustituible para el futuro psicólogo.
Las prácticas de asignaturas o propedéuticas, son vistas por los estudiantes como los espacios idóneos para la construcción de su identidad profesional (Beltrán, M. y Fornasari, M. comp., 2012), que pone a prueba lo aprendido y lo incorpora en sus esquemas de acción. En la concepción operativa de grupo, es posible articular lo aprendido con la práctica concreta y las dificultades detectadas en la intervención que hace el joven en su labor de "entrenamiento".
Este último debe ser una experiencia que repercuta en la subjetividad del aprendiz de psicología, que sea índice de que el encuentro entre humanos es posible, superando actitudes extremas de fusión-indiscriminación con su asistido, o con las opuestas de evitación fóbica o huida ante el otro. La modulación que busca hacer operativa y eficaz la intervención psicosocial se enfoca a fomentar el autoconocimiento a través del vinculo y en los avances que identifica el operador social en la mejora y el pulimiento de la técnica que logra el formando.
Insisto, mi planteo no solo visualiza un trabajo de prevención de la salud mental del estudiante, sino fundamentalmente una labor que incida favorablemente en los usuarios de los servicios, es pensar (y considerar) su bienestar y en la mejora social en general.
Para terminar.
En la práctica institucional aplico la técnica de los grupos operativos, la capacitación profesional, los grupos de formación y la práctica privada con estudiantes y graduados de psicología. Hago uso del dispositivo denominado grupos centrados en una tarea (Jasiner, G. 2007)
El marco teórico general, remite a la psicología social, de la cual se desprende una concepción explicita del sujeto. La psicología social, como teoría, debe dar paso a la comprensión y el conocimiento crítico de qué tipo de intervenciones debe realizar el docente, y gran parte de ello deriva de un conocimiento profundo de las propias estructuras subjetivas, de los marcos teóricos de los que parte y de los modos de relación inter-subjetivos que despliega.
En la dimensión institucional, se pueden generar experiencias, donde la comunicación, los procesos identificatorios, la cooperación y los lazos sociales construidos, promuevan procesos de subjetivación de los que allí concurren, tendientes a conmover a través de los vínculos, la potencia creadora de los sujetos sociales, y la producción de sentido humano social.
Dice Araceli Colín (1998: 141) que en la participación grupal en el salón de clases, adviene de pronto un momento de gran importancia, cuando las visiones personales se exponen: "la presentación pública: Decir quién es él…quiénes son los suyos, contar algo que ha sido decisivo en su vida… tiene un valor inestimable. (…) Hacer pública una experiencia personal puede ser un acto subjetivador, a partir del cual pueden apreciarse los cambios personales profundos… y en su manera de mirarse a sí mismos: su lugar como sujetos habrá cambiado". Abercrombie como Colín hablan acerca de experiencias significativas desde el aula, cuando se apela y se invoca al sujeto, como actor y productor de un mundo que metaboliza y simboliza, creando sentido entre el conocimiento de la escuela y la realidad social.
Me parece aquí, que esta puede ser una alternativa viable para animarnos a llevar adelante una propuesta que haga de los diversos dispositivos grupales aplicados a la enseñanza, una estrategia educativa, y a la vez una actitud basada en la razón y en los aspectos afectivos (no racionales) que permitirían que esa razón empiece a entender las razones del corazón, que la hegemonía del mercado se niega a reconocer.

Referencias.
Abercrombie, M.L.J. ([1984] 1989) Análisis grupal y educación superior. Revista Ilusión grupal, No. 2, Cuernavaca, Universidad autónoma del estado de Morelos.
Allidière, N. (2008) El vinculo profesor-alumno. Buenos Aires. Editorial Biblos.
Battegay, R. (1978) El hombre en el grupo. Barcelona, editorial Herder.
Bauleo, A. (1970) Ideología, grupo y familia. Buenos Aires, ediciones Kargieman.
Beltrán, M. y Fornasari, M. comp. (2012) La formación del psicólogo en el campo educativo. Córdoba, Encuentro, grupo editor.
Bleger, José (1966) Psicohigiene y psicología institucional. Buenos Aires, 1966.
Cirigliano y Villaverde, (1981) Dinámica de grupos y educación, Buenos Aires, edit. Humanitas.
Colín, A. (1998) La historia familiar, la subjetividad y la escuela. En Toledo, M. et al. El traspatio escolar. Una mirada al aula desde el sujeto. México, Editorial Paidós.
Fernández, Ana M. (1988) El campo grupal. Cura e imaginario social. Buenos Aires, Nueva visión.
Foladori, H. (2009) Temores iniciales de los estudiantes de Psicología ante el inicio de la práctica de la Psicología Clínica. en Rev. terapia psicológica 2009, Vol. 27, N°2, 161-168, En línea en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718. Recuperado en 2013.
Follari, R. (2008) La educación en la encrucijada. Rosario, HomoSapiens ediciones.
Freire, P. (1970 [1977]) Pedagogía del oprimido, Bogotá, Siglo XXI editores.
Jasiner. G. (2007) Coordinando grupos. Buenos Aires, Lugar editorial.
Kesselman, H. (1970) Psicoterapia breve. Buenos Aires, ediciones Kargieman.
Langer, M. (1977) Experiencias de grupos terapéutico-didácticos con estudiantes de psicología clínica en el marco de su formación universitaria. Revista Imago, No. 2, Monterrey, Universidad Autónoma de Nuevo León. Puede consultarse en internet en: www.procesogrupal.overblog.com
Mora Larch, F. (2009) Tutoría en la educación. ¿Instrucción o formación? Monterrey, Editorial del FOCIM.
Mora Larch, F. (2011) Tutoría educativa. Hacia la formación integral. Monterrey, Editorial del Focim
Percia, M. (2011) Inconformidad. Arte, política y psicoanálisis. Buenos Aires, ediciones La cebra.
Pichon Riviere, E. (1951 [1971]) Aplicaciones de la psicoterapia de grupo, en Del psicoanálisis a la Psicología social. Tomo II. Buenos Aires, editorial Galerna.
Ranciere, J. (2003) El maestro ignorante. Madrid, Editorial Laertes.
Souto, Marta (2009) Los sentidos de lo grupal en el campo pedagógico en la actualidad. Rev. Huellas, año 1, No. 1. En línea: www.revistahuellas.es/pdf/5_Lossentidosdelogrupal.pdf
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Monterrey, Marzo de 2014.


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