Grupos de Cazadores–Recolectores en la cuenca baja del río Guadalteba. Zonificación del área y aproximación a sus producciones líticas y contexto social (Parque Guadalteba, Campillos. Málaga)

September 24, 2017 | Autor: F. Medianero Soto | Categoría: Palaeolithic Archaeology
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Descripción

GRUPOS DE CAZADORES-RECOLECTORES EN LA CUENCA BAJA DEL RIO GUADALTEBA. ZONIFICACIÓN DEL ÁREA Y APROXIMACIÓN A SUS PRODUCCIONES LÍTICAS Y CONTEXTO SOCIAL. (PARQUE ARQUEOLÓGICO GUADALTEBA. CAMPILLOS, MÁLAGA)

Javier Medianero Soto José Ramos Muñoz Pedro Cantalejo Duarte María del Mar Espejo Herrerías Rafael Maura Mijares Juan José Durán Valsero

Resumen: Los trabajos arqueológicos desarrollados en el curso bajo del río Guadalteba (Parque Guadalteba) por las diversas Escuelas Talleres promovidas por el Consorcio Guadalteba, han permitido zonificar y documentar una extensa área de actividad antrópica de amplia secuencia. Presentamos un avance de las producciones líticas documentadas y su contexto social.

Palabras clave: Grupos de cazadores – recolectores, Parque Guadalteba, producciones líticas, Paleolítico y Prehistoria Reciente.

Introducción En este trabajo se presenta un avance al conocimiento de las nuevas evidencias de actividad prehistórica en las terrazas del río Guadalteba (Campillos, provincia de Málaga); investigación realizada con la autorización de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura en Parque Guadalteba. Los trabajos, financiados por 2

diversos organismos , se han desarrollado en el entorno de Parque Guadalteba, un espacio

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frontera entre el altiplano antequerano y las sierras rondeñas y que a lo largo de su dilatada historia ha servido de nexo entre el interior andaluz y las vertientes mediterránea y atlántica del Sur de la Península Ibérica. Los datos de campo han sido recogidos e integrados en bases de datos de apoyo a la investigación y para su posterior gestión en el Sistema de Información Geográfica del Área de Patrimonio del Consorcio Guadalteba. La base cartográfica a escala 1:100.000 ha sido la facilitada por la Consejería de Obras Públicas y Transportes (Instituto de Cartografía de Andalucía) en ficheros formato ARC/INFO en diversas capas integradas. Los registros arqueológicos, de los que se realizará un avance somero, presentan muchas posibilidades de investigación, para el estudio de diversas sociedades primitivas. Se aportarán unas ideas de su enmarque geográfico y geológico para posteriormente indicar algunas referencias de los productos arqueológicos documentados. Se aportará además un suscinto encuadre tecnológico con sus referencias y contexto histórico.

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El espacio más cercano: Sierra Teba – Peñarrubia El área objeto de estudio se localiza sobre una terraza amplia, descendiente desde el piedemonte del Castillón de Peñarrubia, sobre una altitud de 368 m s.n.m., conformada por una meseta con bruscos desniveles hacia el antiguo cauce del río, hoy convertido en el Embalse del Guadalteba. La Sierra de Peñarrubia (AA.VV., 1990) macizo de unos 3.600 metros de longitud en sentido este – oeste, alberga interesantes restos arqueológicos, como al Abrigo de la Sierra de Peñarrubia y El Castillón (Caballero, 1973; García et al., 3 1995; Recio, 2000) . Su encuadre geológico y geomorfológico La región de Campillos – Teba – Ardales, presenta una serie de características geológicas singulares. Así, por un lado, el sustrato compuesto por unidades pertenecientes a la Zona Externa de la cordillera Bética y al Complejo de Flyschs del Campo de Gibraltar, es de una gran complejidad geológica, con una notable variedad estructural y paleogeográfica. Por otro lado, afloran ampliamente en esta zona, en contraste con otros lugares de la provincia, sedimentos continentales cuaternarios de origen fluvial, estructurados en terrazas ligadas a la red de drenaje actual con cierta entidad geomorfológica. En el sector de la Sierra de Peñarrubia, la geología local está constituida por un sustrato Mesozoico y Cenozoico del Penibético, al que se superponen una serie de materiales coluviales y fluviales del cuaternario. El relieve más notable, la propia Sierra de Peñarrubia, es un afloramiento de calizas jurásicas y margocalizas en facies de capas rojas del Cretácico del Subbético Interno – Penibético. Circundando al mismo, existen afloramientos de diversas unidades cuyas litologías son fácilmente erosionables y que ofrecen relieves poco acusados, lomas suaves o valles. Estos afloramientos, al sur de la sierra, pertenecen a la Unidad de Algeciras (margas con niveles detríticos de edad oligocena), a las areniscas de Aljibe, y al denominado “Complejo del Águila” (margocalizas claras y capas rojas cretácicas, removilizadas tectose-

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dimentariamente en el Mioceno Inferior). Por encima de estos materiales del sustrato, se sitúan discordantemente los sedimentos continentales cuaternarios de origen fluvial, ligados a la evolución de la red de drenaje regional, fundamentalmente a los ríos Guadalhorce y Guadalteba. Las terrazas descritas por diversos autores en esta zona se agrupan en, al menos, siete niveles, con situación altimétrica respecto a los cauces actuales diferentes: +80 metros, +80 – 60 metros, +40 – 35 metros, +30 metros, +20 metros, +15 – 7 metros y + 3 - 2 metros. Las dos más altas podrían ser atribuidas por criterios regionales al Pleistoceno Inferior; las dos correspondientes a +40 – 35 y +30 metros, al Pleistoceno Medio y las dos siguientes al Pleistoceno Superior; perteneciendo la última y más baja al Holoceno. La composición litológica de todos los niveles de terrazas es similar, con cantos centimétricos a decimétricos, y algún canto de mayor tamaño (métrico) disperso. La petrología de los mismos es básicamente carbonática, procedente de los materiales subbéticos mesozoicos. Un porcentaje menor es de naturaleza areniscosa (cuarcítica), silícea (sílex), o de otras litologías menos abundantes (rocas básicas, etc). Los materiales de origen antrópico localizados en relación con estos depósitos de terrazas fluviales cuaternarias, se ubican en relación con las terrazas intermedias del río Guadalteba, sin que quepan por el momento precisiones cronoestratigráficas más precisas. Antecedentes de los trabajos de campo En la década de los ochenta del siglo pasado (Vallespí et al, 1988; Espejo y Cantalejo, 1990; García et al, 1995; Recio, 2000) en las terrazas del río Guadalteba, se documentaron productos líticos tallados vinculados a diversas sociedades primitivas. Con posterioridad, en 1999, tuvieron lugar una serie de hallazgos como consecuencia de la acción erosiva de las aguas del Embalse del Guadalteba y de la construcción de algunas infraestructuras lineales de transporte (carretera Málaga-Campillos). Estos fueron realizados de manera fortuita, en primer lugar, por D. Javier Ross. Los mismos consistían fundamentalmente en útiles recogidos en superficie, entre los cuáles se encontraban

piezas talladas en litologías muy diversas y con técnicas y posible adscripción tecnológica diferente, fruto de una posible mezcla reciente, debido a los procesos de desmantelamiento activo del lugar donde se encontraban primariamente los productos líticos tallados. Estos hallazgos fueron comunicados a Juan José Durán, con el ánimo de valorar el posible alcance e interés de lo encontrado. Tras cursar una visita al lugar de los hallazgos se pusieron de manifiesto tres circunstancias. La primera era el alto interés que presentaba el yacimiento, consistente en una pequeña terraza fluvial, con útiles en conexión con los sedimentos fluviales. La segunda era el alto riesgo que existía de pérdida total de la información contenida en el registro sedimentario y arqueológico, puesto que la acción del oleaje de las aguas embalsadas estaba socavando la base de la terraza, desmantelando los perfiles y arrastrando y mezclando los útiles contenidos en el sedimento. La tercera circunstancia es que un reconocimiento más extenso de campo, con criterios geomorfológicos, permitió constatar la existencia de otros perfiles similares, con materiales arqueológicos, algunos de ellos afectados por la construcción del tramo entre Ardales y Campillos de la nueva carretera. 4 Es a partir del año 2000 cuando se inicia la aproximación y estudio del yacimiento

de forma sistemática por parte de la Escuela Taller Parque Guadalteba I y II (E.T.P.G. I y II), 5 promovida por el Consorcio Guadalteba . Desde entonces se han aportado y reforzado de forma cuantitativa y cualitativa 6 nuevos registros en superficie , zonificados con polígonos geométricos, superando el millón y medio de metros cuadrados reconocidos; y, en secuencias estratigráficas en la intervención en La Plataforma de Peñarrubia con unos 340 m2 excavados hasta la fecha (Medianero et al.: 2001 y 2002). La determinación del área de estudio El área queda comprendida en un amplio rectángulo con las siguientes coordenadas: nódulo - esquina NW x: 334.255 – y: 4.093.863; nódulo - esquina NE x: 337.433 – y: 4093.863; nódulo - esquina SW x: 334.254 – y: 4.090.414; nódulo - esquina SE: x: 337.432 – y: 4.090.414. Toda la zona engloba parte de la Sierra de Peñarrubia hasta el piedemonte del Castillón de Peñarrubia, a una altitud de 368 m s.n.m. y conformada por una meseta con bruscos desniveles hacia el antiguo cauce del río, hoy convertido en el Embalse del Guadalteba. Casi la práctica totalidad del terreno descrito correspondía al antiguo tér-

Localización del área

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Zonificación en la vigilancia en la repoblación de Confederación Hidrográfica del Sur de España (CHSE)

mino municipal de Peñarrubia; es en los años setenta del siglo pasado, como consecuencia de la construcción del embalse del Guadalteba, cuando pasa administrativamente a Campillos.

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Nada más comenzar los trabajos se realizó una vigilancia sobre los hoyos de repoblación llevada a cabo por la Confederación Hidrográfica del Sur de España (C.H.S.E.). Se dividió el espacio cercano a Parque

Guadalteba en cuatro zonas: Este (22.200 m2), Central (30.970 m2), Torre – Arroyo (25.800 m2) y Tras el Arroyo (25.800 m2). Abarca desde el antiguo enclave arqueológico de Eras de Peñarrubia y transcurre paralela a la carretera de Confederación hasta las coordenadas UTM: 335.519 – 4.092.410 ya en el mismo embalse Guadalteba. Todo este espacio se verja en una longitud aproximada de 2.100 metros permitiendo la mejor conservación de los yacimientos ubicados en sus límites. De los materiales extraídos se han documentado tecnocomplejos de adscripción normativa paleolítica y de la Prehistoria Reciente. Entre los primeros destacar la presencia de algunas BN1G (núcleos), BP (lascas) y BN2G (productos retocados) (Carbonell, Díez y Martín, 1987). De éstos cabe indicar la presencia de raederas. Los productos arqueológicos vinculados por sus rasgos morfológicos y tecnológicos con grupos humanos de la Prehistoria Reciente se caracterizan por una amplia presencia de restos de talla, muchas BN1G (núcleos) y BP (lascas) y pocas BN2G (productos retocados); lo que pone en evidencia que el yacimiento tuvo probable relación con una zona

de producción de materias primas abundantes en la zona (taller lítico) vinculado a la organización territorial de las sociedades clasistas iniciales en la zona (Ramos, Espejo y Cantalejo, 2004). Entre los productos retocados indicar presencia de un pico de tipo cam7

piñoide y varias BP (lascas) y BN2G (productos retocados sobre soportes laminares). A primera vista los productos líticos paleolíticos podrían encuadrarse en un sentido normativo en el tecnocomplejo Musteriense de tradición Achelense, y los productos líticos de la Prehistoria Reciente, por la forma de los núcleos y la presencia del pico campiñoide, podrían estar entorno al III milenio a.n.e. Se destaca la existencia de algunos productos de pequeñas dimensiones (Bagolini, 1968), localizados todos en la zona entre la antigua torre eléctrica y el arroyo. En cuanto al material cerámico, en menor número, está representado por cerámicas de la época ya reseñadas así como de secuencias romanas y algún que otro fragmento de posible filiación musulmana. Seguidamente se realiza la documentación de las terrazas en dos tipos de prospecciones: intensivas, a cotas bajas y cercanas al embalse y, las extensivas localizadas en la per-

Zonas prospectadas de forma intensiva. Áreas A0 – A4

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Zonas prospectadas de forma extensiva. Áreas TP1 – TP6

pendicular a la excavación arqueológica. En cuanto a las intensivas se zonifican cuatro grandes áreas, desde la A0 a la A4, y otras que comprenden más allá de la verja mencionada; de las que más adelante daremos cuenta. De las primeras, los polígonos resultantes están ubicados entre las cotas 363 – 345 m.s.n.m. y sus dimensiones son diversas; desde los 2.300 metros cuadrados de la A3 hasta los 300 de la A2. El área A0 es la más occidental y tiene unas dimensiones de 690 m2. Ha aportado un escaso pero interesante registro arqueológico. A unos 160 metros hacia el sureste se extiende el área A1. Está localizada entre los 363 y 350 m s.n.m., con una superficie de 2.100 m2, destaca por su pronunciado desnivel. En su prospección se han distinguido dos áreas; la denominada A1 Terraza alta (363 – 360 m s.n.m.) y la A1 (360 – 350 m s.n.m.) propiamente dicha. A unos 120 metros al sureste y una altitud entre los 350 – 348 m s.n.m. se ubica la denominada A2. Es la de menor

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superficie de todas y en la que el material localizado ha sido escaso. La siguiente área, la A3, se sitúa a unos 270 metros al noreste de la A2 con una superficie de 2.300 m2. Está inmediatamente antes del arroyo de las Adelfas que junto con el de Tomillares forman el aterrazamiento superior de La Plataforma de Peñarrubia, donde se realizan las excavaciones arqueológicas. Frente a ésta última y a unos 30 metros al sureste se encuentra la denominada A4 de 400 m2. Esta área es una gravera y brecha de forma alargada y estrecha como consecuencia de su rápido descenso sobre el arroyo de las Adelfas. Respecto a las prospecciones extensivas se zonifican 6 aterrazamientos que denominamos Terraza de Peñarrubia (TP) y que desde la TP1 a la TP6 describen los distintos desniveles zonificados. La TP1 se corresponde con el más elevado de los aterrazamientos en esta zona y el área prospectada está situada entre los 364 y 365 m.s.n.m. Ha aportado escasísimo material aunque es destacable el hecho que el mate-

rial exhumado de La Plataforma de Peñarrubia pertenece a este mismo espacio, con aportación de registros líticos en sus respectivos cortes. Respecto a las TP2 y TP3 están localizadas, entre los 363 y 362 m.s.n.m. y presentan, al igual que el anterior nivel de terraza, una escasa erosión del terreno y abundante cubierta vegetal, hecho que imposibilita el control de productos arqueológicos. Es a partir de los 360 m.s.n.m. en la TP4, donde la erosión y el desmantelamiento de la terraza se hace evidente. Afloran abundantes cantos centimétricos y decimétricos aunque el material aportado ha sido escaso. Por su parte en la TP5, con una altitud media de 355 m.s.n.m., la pérdida de sedimentos finos es ya constatable. Se ha dividido en dos áreas, ésta propiamente dicha y la denominada “zona grisácea” caracterizada por una tierra de esta tonalidad y muy suelta. El último nivel de terraza documentada ha sido la denominada TP6 a una altitud de 350 m s.n.m. aportando abundante material lítico. En cuanto a las zonas más allá del verjado, se han documentado en la margen

izquierda del cauce actual del río Guadalteba dos áreas. La primera se llama Eras de Peñarrubia y la segunda Tumba viii Guadalteba (Recio, 2000); el material aportado ha sido abundante aunque no podemos olvidar que sobre la terraza, en proceso de desmantelamiento, se superponen estructuras de hábitat y necrópolis de época romana y visigoda (Serrano, 1989; Medianero et al., en prensa). En cuanto a la margen derecha, los polígonos del Cerro del Almendro y Cerro del 9

Almendro 1 (Recio, 1996; Corrales, 1997) cuentan con productos líticos tallados muy rodados. El denominado Capellanía 2 responde, en parte, a las coordenadas del enclave arqueológico conocido como Huertas de 10

Peñarrubia (García, 1999) y el de Huerta de Vitorino se localizaría cerca del enclave de Hoz de Peñarrubia (García, 1995). Así mismo fueron localizadas toda una serie de estructuras de carácter hidráulico de mediados de siglo pasado como trasvase de agua de la cuenca del Guadalteba al embalse del Conde del Guadalhorce y que están siendo colmatadas por el limo en el

Zonas prospectadas de forma extensiva en el embalse

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mismo embalse del Guadalteba . Enmarque de la tecnología y tipología de la industria lítica tallada Los hallazgos preliminares en estudio permiten intuir que la cuenca baja del río Guadalteba es un entorno arqueológico de extraordinario interés. Los productos líticos documentados muestran la existencia de yacimientos arqueológicos al aire libre (en terrazas fluviales), y tienen un interesante enmar-

rias primas, polínicos etc), conectados con el estudio de los materiales arqueológicos presentes. Hemos documentado series líticas de productos tallados y un conjunto destacado asociado a los niveles altos de las terrazas de productos (BN1GE) con cantos de talla unifacial y bifacial, hendedores, bifaces espesos, triedros y (BN2G) lascas retocadas. Los productos de talla se documentan con (BN1GC) y la presencia de núcleos unipolares, bipolares y

Características de las zonas y sus producciones

que en la secuencia del Pleistoceno del Sur de la Península Ibérica. A este dato hay que añadir que existe constancia de conexión con el registro sedimentario fluvial, lo que aporta un gran interés, pues permitirá realizar una serie de estudios geológicos (geomorfológicos, sedimentológicos, paleontológicos, análisis de mate-

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poliédricos. A través de ellos y en sintonía con las (BP) (lascas obtenidas de dichos núcleos, de descortezado, de semidescortezado, internas) se puede reconstruir la “cadena operativa” que nos indicaría el proceso de trabajo. Entendemos la tecnología vinculada al trabajo, en el marco de procesos de producción. Las herramientas líticas informan así de su distribución y consumo.

Arqueológicamente esta serie de productos líticos tallados, pertenecientes al nivel más alto de la terraza (TP1) se pueden adscribir al tecnocomplejo Achelense Antiguo Ibérico (Vallespí, 1986a, 1986b, 1992). Las materias primas son calizas, sílex y cuarcitas.

Procedente también de otro nivel (señalar cual) de la terraza hay una serie de productos líticos tallados en sílex, y cuarcita, con (BN1GE) bifaces más planos, cordiformes, subcordiformes y parciales, hendedores más elaborados y triedros, con destacados productos retocados (BN2G) sobre lascas con raederas, lascas retocadas, puntas retocadas y muescas. Entre las BN1G destacan las de técnica centrípeta, levallois y multipolares. Hay productos (BP) de talla levallois, puntas levallois, lascas internas y del inicio de la talla. Arqueológicamente estas series líticas de los niveles de terrazas se pueden adscribir normativamente a un tecnocomplejo Achelense Pleno Ibérico con indicios de adscripción Musteriense (Vallespí, 1986a, 1992, 1994). Las zonas más bajas de la terraza y más altas, respectivamente, cuentan con registros arqueológicos de deposición Holocena, con productos líticos de adscripción normativa Neolítica y posterior, con hojas de talla a presión, elemento de hoz y núcleos característicos para hojas. Estos productos han sido elaborados en sílex y tienen un contexto histórico de gran interés en la zona, como área de captación y producción (Ramos, Espejo y Cantalejo, 2004). Atribución tecnologica previa y contexto socio - histórico La localización de evidencias estratificadas en las terrazas del río Guadalteba (Campillos) supone el hallazgo excepcional de industria lítica y fauna en conexión estratigráfica. La secuencia cronoestratigráfica probable de las terrazas es Pleistoceno Medio (terraza alta: TP1), Pleistoceno superior (terraza media: TP2, TP3 y TP4) y Holoceno (terraza 12

baja: TP5 y TP6) .

El análisis de la industria lítica tallada, en una asociación de productos en sílex y cuarcitas ha permitido documentar series de (BN1GE) bifaces, hendedores, triedros, cantos trabajados con productos retocados sobre lascas (BN2G) en sílex y cuarcita de raederas, muescas y lascas retocadas. Junto a ellos se han documentado series de (BN1GC) de diversas técnicas de elaboración. Todo el conjunto tecnológico permite un planteamiento genérico de atribución Achelense. Tecnológicamente plantea la problemática inmersa en el momento actual de la investigación de los conjuntos del Pleistoceno Medio. Según la nomenclatura de Vallespí se trataría de conjuntos característicos de Achelense Antiguo Ibérico y Achelense Pleno Ibérico (Vallespí, 1986a, 1992). La propia vinculación funcional preliminar de los productos analizados permite plantear como hipótesis de trabajo unas actividades desarrollados por grupos de cazadores-recolectores en estos medios fluviales del interior de la cuenca del río Guadateba. Se pueden inferir actividades vinculadas con la caza por la asociación de instrumental de tipo (BN1GE) (bifaces, triedros). Hay productos vinculados con el despiece y la carnicería (BN1GE) (hendedores), (BN2G) (grandes lascas retocadas) e incluso con actividades domésticas BP2G) (en las herramientas sobre lascas: raederas, muescas). La situación espacial en una terraza vinculada al sistema fluvial del río Guadalteba en la cuenca del río Guadalhorce permite plantear la ocupación de estos ámbitos fluviales por bandas de cazadores-recolectores en la misma época que el desarrollo del sistema de terrazas. Las localizaciones obedecen a un modo de vida definido en la caza de grandes mamíferos, como se evidencia del registro regional relacionado con estos productos arqueológicos (Barroso et al., 1989; Díaz del Olmo, Vallespí y Baena, 1992; Giles et al., 1996; Ruiz Bustos, 1995,1997; Vallespí, 1992,1994; Castañeda, Herrero y Ramos, 1999; Castañeda, 2003).

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En el ámbito regional, los emplazamientos arqueológicos son lugares de ocupación que obedecen a causas estratégicas muy claras (oteo y control de la fauna en cerros prominentes), con buena disponibilidad de localización de recursos en las terrazas fluviales. El interés que alcanzan estos conjuntos radica en la localización en una zona como es el Medio Guadalhorce en un enmarque histórico y regional Atlántico-Mediterráneo. La sintonía histórica es manifiesta con los conjuntos líticos vinculados a grupos humanos portadores de la tecnología de modo 3 de la Baja Andalucía (Cuenca del

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Guadalquivir, estaciones de la orla litoral atlántica) y con los enclaves subbéticos inmediatos (Alto Vélez, Genil, Depresiones interiores granadinas). Estas vinculaciones tecnológicas de los emplazamientos prueban la movilidad de las bandas de cazadores-recolectores y un cuadro genérico de un mismo modo de vida, concretado en específicas estrategias de caza organizada de grandes mamíferos en las depresiones y piedemontes de las sierras del interior. De la distribución regional de testimonios achelenses se infieren diversos modos de trabajo respecto a la fauna cazada en relación a

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los múltiples ecosistemas (ámbitos lacustres, depresiones interiores, vías fluviales de comunicación). La concreción empírica del uso de diversas materias primas puede permitir matizar, en relación a la variedad tecnológica y tipológica, precisiones de los modos de trabajo desarrollados en sus prácticas por los grupos humanos de esta formación social cazadora-recolectora (Vargas, 1990; Bate, 1998; Ramos, 1999).

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Parque Guadalteba III, en el piedemonte de la Sierra de Peñarrubia posibles abrigos y estructuras. Abrigo de la Escuela Taller Parque Guadalteba: x: 335412; y: 4093178; z: 431 m.s.n.m.. Abrigo de Villalba: x: 335418; y: 4093173; z: 430 m.s.n.m. Estructuras: x: 335620; y: 4095104; z: 395 m.s.n.m. El piedemonte de la Sierra de Peñarrubia ha recibido escasa atención, pero qué duda cabe que con las entidades patrimoniales documentadas es ya un referente de futuro estudio. 4

En 1997 se realiza, con motivo de la construcción de los edificios del Consorcio Guadalteba, una intervención de urgencia AA.VV., (e.p.), “Intervención Arqueológica de urgencia en La Plataforma de Peñarrubia”. Anuario Arqueológico de Andalucía. 5 Desde estas líneas agradecer a ambas instituciones la ayuda prestada en todo momento para la realización de los trabajos. 6 En este sentido se ha integrado material donado por D. Javier Ross perteneciente a la zona A1 como A1JR. Desde estas líneas agradecerle todas las atenciones que ha tenido con el equipo y en el momento de la recogida de material realizada por la Escuela Taller Parque Guadalteba I. 7

En los últimos años del siglo pasado ya se expuso la presencia lítica en: VALLESPI, E.; RAMOS MUÑOZ, J.; CANTALEJO, P.; ESPEJO, M.; MARTÍN CORDOBA, E., (1988) “Picos Campiñeses del tramo subbético de Málaga relacionables con el norte de África” Congreso Internacional El Estrecho de Gibraltar. Ceuta, 1987. Tomo I, UNED, Madrid: 271-284. 8

(1) Escuela Taller Parque Guadalteba, I, II y III, Consorcio Guadalteba, Campillos, [email protected] (2) Universidad de Cádiz, Cádiz. [email protected]; (3) Museo Municipal de Ardales, Ardales. www.cuevadeardales.com; (4) UNED, Madrid; (5) IGME y Universidad Autónoma de Madrid, Madrid. [email protected]. 2

Promovido por el Consorcio Guadalteba la implantación del programa formativo de Escuela Taller ha permitido la financiación de los trabajos arqueológicos desde el año 2000. 3

Cuando se estaba redactando este trabajo se visualiza, por profesores de la Escuela Taller

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En términos absolutos el aporte de material cerámico de época romana asciende a 1.350 productos y contrasta con el resto de las zonas, por lo que en términos relativos el aporte lítico debe ser considerado el de mayor porcentaje. 9

En la pendiente del Cerro del Almendro con abundante material cerámico y lítico siendo la recogida selectiva.

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No se apreciaron las estructuras del Bronce Final. 11

Un gran canal con diversas presas, puentes y molinos se suceden de forma ininterrumpida en la margen derecha río abajo. Así mismo y muy cercano al antiguo pueblo de Peñarrubia otro molino de harina y puentes de la antigua

carretera de Peñarrubia a Ardales han sido georreferenciados. Con esta documentación se realizará próximamente un estudio. xii No debemos olvidar que este zonificación responde a la documentación que se realiza en la línea de embalse en el año 2000

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