González Ruibal, A., C. Ferro Vázquez, C. Marín Suárez, L. Picornell Gelabert, M. Sánchez-Elipe Llorente, and C. Otero Vilariño. 2012. Arqueología en el Estuario del Muni (Guinea Ecuatorial). De la Edad del Hierro a la Descolonización. Campaña de 2012. Memoria inédita, Incipit-CSIC.
Descripción
Arqueología en el Estuario del Muni (Guinea Ecuatorial). De la Edad del Hierro a la Descolonización Campaña de 2012. Alfredo González Ruibal, Mª Cuz Ferro Vázquez, Carlos Marín Suárez, Llorenç Picornell Gelabert, Manuel Sánchez-Elipe Lorente.
2 PARTE I. INTRODUCCIÓN 1.1. Antecedentes y resumen de la campaña de 2012. 1.2. Localización de la zona estudiada. PARTE II. EXCAVACIONES EN EL YACIMIENTO DE NANDÁ (CORISCO). 2.1. Planteamiento y metodología. 2.2. Sector 1. Cronologia. Resultados. 2.3. Sector 2. Cronología: fases de ocupación. El registro doméstico. El registro funerario. 2.4. Sector 3. Cronología: fases de ocupación. El registro doméstico. El registro funerario. 2.5. Sector 4. Cronología. El registro doméstico. El registro funerario. 2.6. Materiales cerámicos. 2.7. Síntesis de las excavaciones. PARTE III. PROSPECCIONES EN LA ISLA DE CORISCO. 3.1. Arqueología prehistórica. 3.2. Arqueología histórica. 3.3. Síntesis de las prospecciones. CONCLUSIONES, RESULTADOS Y VALORACIONES FINALES. REFERENCIAS. ANEXO I. Análisis del material cerámico prehistórico. ANEXO II. Prospección paleoambiental.
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PARTE I. INTRODUCCIÓN 1.1. Antecedentes y resumen de la campaña de 2012 La campaña arqueológica realizada en el Estuario del Muni (Guinea Ecuatorial) durante 2012 es la tercera llevada a cabo en la zona desde el año 2009. La primera fue de prospección y limpieza de perfiles (2009) (González‐Ruibal et al. 2011), la segunda de excavación (2011) (Ayán et al. 2011; González‐Ruibal et al. en prensa) y la tercera (2012) de excavación y prospección. Los trabajos de excavación se concentraron en el yacimiento de la Edad del Hierro de Nandá, donde se lleva interviniendo desde 2009. Por su extensión y por la espectacularidad de los hallazgos, se trata de uno de los yacimientos prehistóricos recientes más importantes de África Ecuatorial. La última campaña ha vuelto a poner de manifiesto su importancia y ha permitido clarificar importantes aspectos de la evolución y organización del asentamiento humano en la zona entre mediados del primer milenio a.C. e inicios del segundo milenio d.C. Durante la campaña de 2012 se prosiguió la excavación en extensión del sitio de Nandá, identificado durante 2011 como un lugar de enterramiento. Las nuevas excavaciones, que han cubierto un área de unos 600 metros cuadrados, han puesto al descubierto 20 nuevas tumbas de inicios y mediados de la Edad del Hierro (tradición Oveng y Nandá) y de época histórica (tradición Benga). Asimismo, durante este año se ha podido descubrir restos de poblados de la Edad del Hierro que permiten comprender mejor como se articulaba el espacio entre el 50 a.C. y el 1200 d.C.: los enterramientos se realizaban en los patios de los conjuntos de habitación, siguiendo una costumbre que perdura en la región casi hasta nuestros días. Entre las tumbas cabe destacar la que indudablemente pertenece a un jefe de linaje, pues en ella aparecieron cuatro grandes collares de hierro y 18 vasijas cerámicas, la mitad de ellas botellas de licor. Asimismo es reseñable la aparición de una de las mayores hachas‐ moneda prehistóricas descubiertas hasta la fecha en África (45 cm de largo).
Por lo que se refiere a la prospección, la continuación de las obras a lo largo de
la isla ha sacado a la luz nuevos yacimientos, entre los que se encuentran media docena más pertenecientes al Hierro Tardío (ca. 1100‐1500 d.C.), uno del Hierro Medio
4 (600‐1100 d.C.) y uno del Hierro Antiguo (50 a.C. – 600 d.C.). Se ha encontrado material en yacimientos ya conocidos que permiten afinar su cronología.
Por lo que se refiere a la arqueología histórica, se localizaron más yacimientos
arqueológicos y numerosos materiales de importación que corroboran las cronologías registradas en campañas previas y demuestran los contactos a larga distancia y floreciente economía del Muni entre fines del siglo XVIII y mediados del siglo XIX. La información arqueológica permite confirmar la hipótesis de que la ocupación actual de la isla es muy reciente, en ningún caso anterior a mediados del siglo XVIII, tras un hiato de 300 años.
1.2. Localización de la zona estudiada. Durante este año los trabajos se centraron en la Isla de Corisco. Las facilidades logísticas ofrecidas por la empresa constructora SOMAGEC que trabaja en la isla recomendaron concentrarnos en la excavación en extensión del sitio de Nandá. Gracias a la pala excavadora puesta a nuestro servicio durante la campaña pudimos abrir una superficie de terreno considerablemente más amplia que en la campaña de 2012, pese a contar con menos personal. Por otro lado, consideramos más rentable y productivo centrarnos en el yacimiento y en la prospección intensiva de la isla que en otros puntos del Estuario del Muni. Fuera de Corisco, la única zona que se exploró fue Ayene, en el arranque del estuario, cerca de Kogo.
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Isla de Corisco con ubicación de yacimientos prehistóricos (a partir de las prospecciones 2009‐2012). Los yacimientos sin icono son de cronología indeterminada.
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PARTE II. EXCAVACIONES EN EL YACIMIENTO DE NANDÁ (CORISCO) 2.1. Resultados previos, planteamiento y metodología Resultados previos El yacimiento de Nandá fue descubierto durante la prospección de agosto de 2009 (González‐Ruibal et al. 2011). Se definieron entonces tres áreas diferentes en función del tipo de hallazgos y su densidad: Área 6 En la parte más meridional, está limitado al sur por un arroyo y al norte por un mogote de tierra que no fue terraplenado durante las obras del aeropuerto. En esta zona se detectó material removido de tradición Oveng (50 a.C. – 550 d.C.), así como material histórico en pequeña cantidad (s. XIX‐XX) y materiales líticos de la Late Stone Age (LSA). No se detectaron materiales metálicos significativos. Área 7 Linda al sur con el Área 6 y al norte se estableció una frontera convencional marcada por el perfil E‐W dejado por la excavación de las palas excavadoras. En esta área aparece una gran cantidad de cerámica de época Oveng (50 a.C. – 600 d.C.), más abundante hacia el E. Dentro del Área 7 se diferenciaron dos sectores: el Sector 1 es la única parte inalterada del yacimiento. Se ubica en la franja de tierra situada entre la costa oriental de la isla y el socavón del aeropuerto. El Sector 2 comprende una lengua de tierra en dirección N‐S que se salvó de los desmontes del aeropuerto. Durante la limpieza de perfiles de 2009 se identificaron en el Área 7 varias tumbas, una de ellas (Depósito 3) encuadrable en el denominado Grupo II (Clist 2004) o Tradición Nandá (600‐1100 d.C.) (González‐Ruibal et al. en prensa) y otras tres (Depósito 1, 2a/b y 2c) en la Tradición Oveng. Durante la excavación de 2011 se realizaron excavaciones en extensión en el Sector 2 y varios sondeos en el Sector 1. Resultado de ello fue el descubrimiento de nuevos enterramientos, adscribibles a las dos fases señaladas. Las dataciones radiocarbónicas y los materiales ofrecen los siguientes cuadros:
7 Depó sito # 1
Fase Oveng (Hierro Antiguo) Materiales asociados
Restos humanos
Fecha C14 (cal. 2 σ)1
SectorAño
1 hacha?, 6 hachas-moneda medianas, 2 brazaletes compuestos 15 hachas, 1 collar compuesto, 2 tobilleras compuestas, 2 puntas de lanza, 2 cucharas, 3 hachas-moneda medianas, 1 hacha-moneda, 1 anillo/prendedor de pelo, 1 objeto de hierro indet. 4 hachas
-
-
1-2009
-
-
1-2009
-
-
1 hacha, 1 gran hacha-moneda, 1 brazalete/tobillera compuesto 1 hachas, 1 collar compuesto, 3 tobilleras simples, 1 brazalete compuesto, 1 hachamoneda mediana?, 1 hierro indet., 1 hierro curvo indet. (cuchillo?). 1 vasija exvasada completa con decoración incisa 2 hachas, 3 cuchillos-hoz, 1 cuchara, 2 puntas de lanza, 1 hacha
-
-
12009/11 2-2011
Sí
-
2-2011
-
-
1-2011
-
1-2011
1 collar simple con apliques de hueso o marfil, 2 lúnulas, 1 collar compuesto, 2 brazaletes compuestos, 2 tobilleras compuestas, 1 anillo/prendedor para el pelo, 1 hierro ident., 4 vasijas exvasadas, incisas 1 hacha, 1 brazalete en espiral.
Sí
Beta-296113: 1640 +/- 40 BP 263-537 cal AD -
1-2011
18 20
1 hacha-moneda grande 1 collar simple, fragmentos de una o más vasijas
Sí
21
1 hacha, 1 punta de lanza, 1 anillo/prendedor de pelo, 2 pastillas de hierro, 1 brazalete compuesto (o tobillera), 1 hierro indet.
Sí
Beta-296116: 1750 +/- 40 BP 140-397 AD Ua-42374: 1808 +/- 30 BP 127-323 AD Beta-296117: 1940 +/- 40 BP 45 BC-136 AD
2a/b
2c/d 11 12
13 15
16
17
-
1-2011
2-2011 2-2011
2-2011
Fase Nandá (Hierro Medio)
Depósito # 6 1
Cerámica
Objetos metálicos
Fecha C14
7 vasijas.
1 cuchillo curvo, 1 azuela, 6 brazaletes/tobilleras.
-
Curva de calibración: Bronk Ramsey 2009: Bronk Ramsey, C. (2009). Bayesian analysis of radiocarbon dates. Radiocarbon 51(1): 337-360.
8 7
5 vasijas (2 botellas).
1 azuela?
8
8 vasijas (6 botellas).
4 cuchillos curvos, 1 azuela, 1 brazalete/tobillera.
9
7 vasijas (1 botellas, 1 bonbone).
2 cuchillos curvos, 2 azuelas, 4 tobilleras, 2 brazaletes, 2 collares.
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7/8 vasijas (1 botella).
1 campana de hierro en miniatura
Ua-42372: 951+/-30 BP 1024-1155 Ua-42371 962+/-30 BP 1020-1155 Ua-42373: 949+/-30 1024-1156 Beta-296115: 940+/-30 BP 1025-1160 -
En total se localizaron 12 tumbas del Hierro Inicial (Oveng) y 5 del Hierro Medio (Nandá o Grupo II). A ello hay que añadir otras tres tumbas de Tradición Nandá de las que sólo se recuperaron vasijas completas en la limpieza de perfiles (Depósitos 3, 4 y 5), durante la campaña de 2009. Así pues, al comenzar la campaña de 2012 teníamos un total de 12 tumbas del Hierro Inicial y 8 tumbas del Hierro Medio. Durante las excavaciones del Área 7 en 2011 se pudieron documentar restos importantes de un poblado del final de la fase Oveng (s. V‐VI d.C.), entre los que cabe señalar tres fosas de cerca de un metro de profundidad (Sector 2) y un posible horno metalúrgico (Sector 1). El poblado sella las tumbas Oveng previas y es a su vez perforado por las tumbas de la Tradición Nandá, al menos en el Sector 2, pues en el Sector 1 el poblado Oveng está cubierto por una duna estéril y posteriormente por una ocupación reciente (s. XIX‐XX). Estas se han datado en un lapso estrecho entre el 1020 y el 1150 d.C., es decir, al final del período cubierto por esta tradición (y que se inicia en torno al 550‐600 d.C.). Hay un hiato aparentemente de unos cuatro siglos entre el final de la ocupación Oveng (ca. 600 d.C.) y el comienzo de la ocupación Nandá (ca. 1020 d.C.). Área 8. Aquí se practicó un sondeo en 2011 en una zona donde se habían detectado materiales en superficie en la prospección de 2009. Apareció una tumba de Tradición Nandá, con varias vasijas y una campanilla de hierro. En el límite W de la cata localizamos el arranque de una fosa con materiales cerámicos que no se acabó de excavar.
9 Planteamiento y metodología A partir de estos resultados se planteó la campaña de 2012. El objetivo era ampliar todos los sectores abiertos, especialmente en aquellas zonas donde los hallazgos habían sido más numerosos y ofrecían una mayor densidad en el espacio. Como se ha señalado, durante la presente campaña contamos con la generosa ayuda de la empresa constructora SOMAGEC, quien, entre otras cosas, puso a nuestra disposición una pala excavadora. Decidimos utilizar los nuevos medios para realizar una gran ampliación del Sector 2, de unos 400 metros cuadrados. Los sectores 1 y 3 ofrecían más problemas para utilizar la pala, por lo que la ampliación de los sondeos se realizó por medios manuales. Asimismo, se abrió un nuevo sondeo mecánico en el que denominamos Sector 4, situado a medio camino entre el Sector 2 y el 3.
Tanto los sondeos mecánicos como los manuales siguieron el mismo
procedimiento. Por las excavaciones de 2011 sabíamos que en toda el Área 7 había una potente capa alterada antes de llegar a los niveles intactos. Dicha capa superaba en ocasiones el metro de profundidad. En el Sector 1, si bien no contamos con esta alteración, nos enfrentamos a un estrato estéril considerablemente potente (en ocasiones de un metro). El primer estrato fértil se corresponde con el poblado de la Tradición Oveng (s. V‐VI d.C.). Dicho estrato está alterado todavía por las obras del aeropuerto en el Sector 2 o por procesos posdeposicionales antiguos en el Sector 1. Así pues, fuera por medios mecánicos o manuales, la capa inmediatamente superior al nivel del poblado Oveng se eliminó de forma expeditiva y el trabajo más fino de decapado no comenzó hasta llegar a este. Durante la campaña de 2012 decidimos realizar un registro sistemático y exhaustivo de prueba en el Sector 1 y 3. Se documentó con la estación la totalidad de los fragmentos cerámicos identificados en el nivel de ocupación del poblado Oveng. Si bien se observaron densidades diferenciales notables entre el Sector 1 y el 3, en ninguno de los dos casos se pudo apreciar patrón alguno ni correlación entre la distribución de los fragmentos y las estructuras infrayacentes (agujeros de postes y fosas). Debido a ello y tras este experimento, del nivel de ocupación del poblado, del que por otro lado contábamos ya con abundante material documentado y fechas radiocarbónicas (González‐Ruibal et al. en prensa),
10 sólo se recogió material selecto, sin mapear, y se cuantificaron los fragmentos no diagnósticos.
Comienzo del decapado con pala excavadora en el Sector 2.
Decapado manual en el Sector 2. Se advierten agujeros de poste y fosas.
11 Respecto a los depósitos estructurados, este año desarrollamos un nuevo método de registro. En vez de dibujar en el campo, se realizó una documentación fotográfica exhaustiva para su posterior procesado con software 3D (Agisoft). Este procedimiento se aplicó tanto a las estructuras funerarias como a su contenido: muchas cerámicas se encuentran en un estado de tal fragilidad que se destruyen nada más salir y los fragmentos se desmenuzan, en parte debido a las condiciones geoquímicas, en parte debido a la defectuosa cocción de los cacharros. Esto las hace difícil de dibujar posteriormente. Por ello decidimos fotografiarlas en campo para su procesado 3D. Tanto en el caso de las tumbas como de las vasijas, el software 3D permite obtener una imagen ortogonal con escala, sobre la cual se realiza posteriormente el dibujo arqueológico. En el caso de las estructuras, dado que estas están registradas con la estación total, es posible después encajar la ortoimagen en el plano general.
Una vasija recién retirada de la tumba y lista para fotografía 3D.
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2.2. Sector 1. Cronología. Como se indicó, al contrario que en el Sector 2, aquí sólo se documenta una fase prehistórica, correspondiente al final de la Tradición Oveng, la cual ha sido datada con dos muestras radiocarbónicas entre el 409 y el 637 d.C. (cal. 2 sigmas). Las fechas son 1510±40 bp (Beta 264858) (campaña de 2009) y 1570±40 BP (Beta 296114) (campaña de 2011). En superficie aparecen cuentas de pasta vítrea, fragmentos de porcelana, ollas de hierro y botellas de perfume que se pueden datar entre mediados del siglo XIX e inicios del XX.
Vista general del Sector 1. En primer plano, la parte superior del nivel de ocupación Oveng (UE 51), identificado por su color más oscuro. En segundo plano, el nivel histórico (fines del s. XIX‐inicios del s. XX).
Resultados. Los resultados fueron pobres. Decidimos extender hacia el E el sondeo más meridional de los practicados durante la campaña de 2011, pues allí fue donde apareció el horno metalúrgico el año anterior y dos ricos depósitos funerarios (campaña de 2009).
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Plano general del Sector 1, con las intervenciones de 2011 y 2012.
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Plano de detalle de la zona intervenida durante 2012. En la mitad septentrional del sondeo se procedió al registro sistemático de todos los fragmentos de cerámica presentes en la UE 51 (nivel de ocupación Oveng). No se pudo apreciar un patrón claro.
15 Identificamos varias fosas y agujeros de poste, pero no suministraron materiales interesantes, más allá de las consabidas cerámicas Oveng (cf. Laboratorio de Patrimonio 2011: 14‐15) y líticos igualmente característicos de este período (molederas y afiladeras). Cabe destacar un mazo de piedra pulimentado muy semejantes a los que registró Martín del Molino (1965) en la Isla de Bioko, pertenecientes a la Cultura de Carboneras, la cual tiene dataciones semejantes a la Tradición Nandá (ca. 600‐1100 d.C.). La estructura más llamativa es una gran fosa oval rellena con distintos sedimentos (arena blanca y tierra ocre). Su ubicación, en el eje de la Fosa 01 (horno metalúrgico) excavada en la campaña anterior, hace pensar que está relacionada con la mencionada estructura. También podrían estar vinculadas al conjunto las series de postes que flanquean la gran fosa por el S. Hipotéticamente se puede aventurar que toda la estructura está relacionada con el trabajo metalúrgico.
Fosa con relleno de distintos sedimentos en el Sector 1.
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2.3. Sector 2. Aquí se abrió una superficie con ayuda de la pala excavadora de cerca de 400 metros cuadrados, que incluye todo el largo (N‐S) del sondeo practicado en la campaña previa. Hay que tener en cuenta, no obstante, que una parte notable del sondeo está afectado por las excavadoras que trabajaron en esta zona y que alteraron el sector. En la parte en cuestión, las palas excavadoras bajaron demasiado y destruyeron no sólo los niveles prehistóricos superiores, sino la totalidad de estos, hasta llegar a la duna natural. El nuevo sondeo corta la lengua de tierra que conforma el Sector 2 casi por completo de E a W. El límite W no se trabajó por estar muy alterado por arroyadas.
Vista general del Sector 2 hacia el final de la excavación.
Cronología: fases de ocupación. Desgraciadamente, es en el sector más afectado por las palas excavadoras donde se documenta una secuencia de ocupación más larga. Las fases, que reconstruimos a partir de estructuras, fechas radiocarbónicas y materiales, más que de la secuencia estratigráfica, son las siguientes:
Fase I: Enterramientos Oveng (C14: 45 a.C. – 323 cal. d.C.)
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Vista general del Sector 2 (campaña de 2011 y de 2012). En negro, agujeros de poste de cronología indeterminada. En blanco, fosas de cronología indeterminada.
18 Fase II: Poblado Oveng (C14: 415‐585 cal. d.C.)
Fase III: Poblado y enterramientos Nandá (C14: 1020‐1160 cal. d.C.)
Fase IV: Poblado? y enterramientos Benga (ca. 1750‐1850 d.C.)
El registro doméstico. Probablemente uno de los resultados más reseñables en esta campaña sea el avance en la comprensión de la lógica del espacio en la Edad del Hierro. El gran problema es la ausencia de una estratigrafía vertical, lo que hace que algunas de las estructuras sea difícil atribuirlas al Hierro Inicial o al Hierro Medio. En cualquier caso, la excavación en extensión permite comprender mejor como se articulan las tumbas y las estructuras no funerarias.
En el plano general del Sector 2 se observa como las fosas y agujeros de poste y
las estructuras funerarias ocupan espacios relativamente diferenciales: las zonas de mayor densidad de agujeros de poste tienen una densidad muy baja de tumbas y fosas viceversa. De hecho, en el plano se puede observar que tanto las tumbas como las fosas de mayor tamaño (posibles tumbas) de los tres períodos documentados (Oveng, Nandá y Benga), se distribuyen prioritariamente por los márgenes de las acumulaciones de postes y fosas de menor tamaño. Este patrón espacial coincide con el que observábamos en la anterior campaña. En 2011 encontramos una gran acumulación de postes en la parte más meridional de la zona excavada, que se encontraba en la periferia de las tumbas. El mayor número de estructuras que relacionamos con un poblado se sitúan en la parte central del área excavada, de la cual ocupan aproximadamente un 70%. Aquí existen dos conjuntos de agujeros de poste que relacionamos tentativamente con sendas cabañas de planta elipsoidal. La situada más al norte posee lo que parece un canal de drenaje. La más meridional cuenta al W con una gran fosa adyacente (Fosa 48) de carácter aparentemente detritico.
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Vista de una parte de las estructuras negativas del Sector 2 tras el decapado y la limpieza. De izquierda a derecha: una posible fosa Oveng (tumba?), agujeros de poste Oveng o Nandá, enterramiento Benga y posible fosa Oveng.
La cronología de las hipotéticas cabañas es difícil de discernir con seguridad. Los suelos no se conservan y los estratos que las cubren tienen material muy rodado, mayoritariamente Oveng, pero también de Tradición Nandá. Quizá un elemento importante sea la fosa detrítica. En su interior aparece material fundamentalmente de Tradición Nandá. En consecuencia, es posible que las dos cabañas pertenezcan a este último período. No obstante, muchos agujeros de poste y fosas indudablemente pertenecen a la fase Oveng: el problema, como ya hemos señalado, es que nos encontramos ante un palimpsesto que tiene la dificultad añadida de que las distintas fases son difíciles de datar. Con frecuencia, las fosas suministran algún fragmento de cerámica Oveng, pero dado que las ocupaciones posteriores perforaron los niveles Oveng, se trata de un testimonio ambiguo. La principal duda que permanece es si los enterramientos más antiguos (45 a.C. ‐ 323 cal. d.C.) están asociados a estructuras domésticas o no, dado que existe un hiato de unos cien años entre la fecha de las tumbas y la del poblado. La asociación entre cabañas y enterramientos, en cambio, parece clara para el período Nandá (1020‐1060 cal. d.C.), si consideramos que las dos estructuras elipsoidales pertenecen a esta fase. Esta impresión queda corroborada, como veremos, en el Sector 4, que posee aparentemente un solo nivel de ocupación. La impresión general es que la zona de habitación propiamente dicha del poblado se situaría hacia el W, mientras que las tumbas bordearían las estructuras de habitación por el E. El sondeo exploratorio que se abrió al suroeste del sondeo
20 principal del Sector 2 en 2011 sacó a la luz una gran cantidad de agujeros de poste, pero ninguna tumba.
Acumulación de agujeros de poste en el Sector 2 correspondientes a una o más cabañas de planta elipsoidal.
Aparte de la distribución de estructuras funerarias y agujeros de poste, corroboraría esta interpretación el hecho de que en la parte más occidental es donde se concentra la mayor cantidad de cerámica, algo que se advierte también en superficie: mientras los perfiles dejados por las palas excavadoras en el oeste y las torrenteras de esta zona muestran enormes acumulaciones de material (González‐Ruibal et al. 2011: fig. 10), los que encontramos hacia el lado E arrojan muchas menos cerámicas. El registro funerario. Durante la presente campaña se excavaron un total de 10 depósitos funerarios en esta zona, a los que hay que añadir tres muy probables y uno posible. Los diez depósitos con ajuar se agrupan por fases de la siguiente manera: Hierro Antiguo ‐ Tradición Oveng
Depósito 27
21
Depósito 28
Depósito 30
Depósito 31
Depósito 32
Depósito 34
Hierro Medio – Tradición Nandá
Depósito 25
Depósito 26
Depósito 29
Histórico – Tradición Benga
Depósito 34
Hierro Antiguo – Tradición Oveng Se localizaron seis tumbas pertenecientes a este período. En todos los casos se trata de pequeñas fosas, nunca de más de 50 cm de diámetro y de escasa profundidad (40 cm máximo). Casi siempre son fosas circulares u oblongas. En el interior de la fosa se depositaban los objetos del muerto y sus huesos. Estos últimos no se han conservado (al contrario que en la anterior campaña), no así sus posesiones, conformadas sobre todo por objetos metálicos (hachas‐moneda o ekuele, hachas, collares, brazaletes, etc). Se trata de enterramientos secundarios, lo que explica el pequeño tamaño de las fosas. ・ Depósito 27 Esta es la tumba Oveng más rica de esta campaña. Se trata de una fosa oblonga que contenía restos de al menos cinco vasijas aplastadas, una gran hacha‐moneda (la mayor localizada hasta la fecha), collares, dos tobilleras, dos brazaletes y prendedores de pelo. Seguramente nos hallamos ante un enterramiento femenino, según demuestran los adornos. Este tipo de adornos, además, siempre va asociado a cerámica (como en el Depósito 16 de 2011), que no aparece, en cambio, en las tumbas con objetos más característicamente masculinos (González‐Ruibal et al. el prensa).
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Ortoimagen del Depósito 27.
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Hacha‐moneda y adorno (¿anilla para el pelo?) procedente del Depósito 27.
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Collar y brazaletes del Depósito 27
25
・ Depósito 28 Es una pequeña fosa muy poco profunda con forma de corazón que contenía dos vasijas, una totalmente destruida, dos brazaletes y un collar pequeño. Probablemente se trate de un enterramiento femenino. Está al lado del Depósito 30, lo que hace pensar que existe algún tipo de vínculo familiar entre los individuos enterrados en ambos depósitos, al igual que sucedería en otros depósitos adyacentes documentados (Depósito 16 y 17).
Ortoimagen del Depósito 28.
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Depósito 28: ajuar.
27 ・ Depósito 30 Se trata de una fosa en forma de ocho—quizá dos fosas originalmente—que contenía dos vasijas aplastadas: una de ellas muestra señales de arrastre. Seguramente nos hallamos también aquí ante un enterramiento femenino.
Ortoimagen del Depósito 30, con Fosa 49 adyacente, quizá otro enterramiento. Es posible que hubiera tres depósitos funerarios originalmente. Se advierte también un agujero de poste debajo del Depósito 30.
・ Depósito 31 Este depósito lo conforma una fosa oblonga con tres collares circulares gruesos de hierro, que aparecieron juntos, uno encima de otro. La parte superior de la fosa quedó tajada por la pala excavadora, que descolocó uno de los collares de su posición original. Dos de los collares, los más gruesos, son casi idénticos. El tercero es de sección más fina y extremos adelgazados.
28
Ajuar del Depósito 30.
・ Depósito 32 La fosa de este depósito estaba destruida por la pala, con lo que resulta imposible saber su forma y dimensiones. La existencia de este depósito, sin embargo, está fuera de toda duda, pues se recuperaron, en una misma zona, una serie de materiales metálicos de los que aparecen en depósitos funerarios: al menos 11 hachas‐moneda o ekuele y un hacha alargada. De los ekuele, nueve aparecieron pegados en dos grupos. Seguramente todas las hachas‐moneda estarían formando un hatillo, una práctica que se ha documentado arqueológicamente en el sur de Camerún y etnográficamente hasta inicios del siglo XX entre los Fang de Guinea y Camerún (Meister y Eggert 2008: fig. 8, n. 6 y 7; Guyer 1986: 586‐7; Tessmann 2003: 536).
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Ajuar del Depósito 31.
・ Depósito 34 Este enigmático depósito contenía en una pequeña fosa circular de escasa profundidad una única cuchara de hierro, de uso ritual. Cucharas similares han aparecido en otros dos depósitos del yacimiento (Depósito 2a/b y 15) (González‐Ruibal et al. 2011, en prensa), así como en contextos funerarios y rituales del vecino Camerún (Meister 2010: 243, 244).
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Hacha (izquierda) y hachas‐moneda (derecha) del Depósito 32.
31
Fotografía desde el W del Depósito 34, en el cual tan solo se depositó una cuchara. Se puede observar la escasa profundidad de la fosa. El hecho de que la fosa se extienda considerablemente hacia el W de la cuchara indica que debía haber algo más enterrado de carácter perecedero, quizá huesos o alguna sustancia relacionada con la propia cuchara.
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Cuchara del Depósito 34.
Los depósitos del Hierro Antiguo recuperados durante la presente campaña, si bien son menos espectaculares que los del año 2011, resultan de enorme importancia para comprender mejor la sociedad de este período y sus rituales. Durante las dos primeras campañas, los hallazgos habían sido, predominantemente, de tumbas ricas. Algunas eran excepcionalmente ricas (Depósito 2a/b y Depósito 15), pero en general la mayor parte tenían numerosos hallazgos metálicos. Tan sólo una estructura (Depósito 13) podía considerarse como un enterramiento pobre, pues apareció en ella una sola vasija cerámica. Se podrían añadir otras dos tumbas (Depósito 17) en la que apareció tan solo un hacha y un collar espiral, pero el hacha es de las más grandes localizadas hasta el momento y además el depósito aparece adyacente a una tumba muy rica (Depósito 16). Más verosímil sería incluir aquí el Depósito 20, que suministró en 2011 un único collar y restos de una vasija o más de una. El panorama ha cambiado durante esta campaña, pues si bien tenemos dos enterramientos que se pueden considerar ricos (Depósito 27 y 32), existen otros dos (Depósito 28 y 30), que se pueden definir como pobres o muy pobres. La ratio, en cualquier caso, sigue siendo desproporcionada, pues tendríamos un total de cuatro depósitos pobres (Depósito 13, 20, 28, 30) frente a no menos de ocho depósitos ricos o muy ricos (Depósito 1, 2a/b, 15, 16, 12, 21, 27, 32). Es interesante indicar que en el 100% de las tumbas pobres aparecen cerámicas
33 asociadas, mientras que sólo dos tumbas ricas de ocho (25%) poseen algún objeto cerámico. Esto podría relacionarse con el tradicional estatus secundario de las mujeres en esta zona, a las que se asocian las vasijas. El por qué de la desproporción de tumbas ricas se puede explicar en razón a que sólo un porcentaje de la población recibiría el tipo de ritual funerario que hemos documentado. En otro lugar hemos sugerido que las personas enterradas serían individuos especiales (González‐Ruibal et al. en prensa), reconocidos por su prestigio y virtudes dentro de la comunidad, en la línea de lo que sucedía tradicionalmente con el Melan o culto de los cráneos de los ancestros practicado por los Fang (Ondo Mangue 2010). Las personas (generalmente hombres, pero no sólo) que recibían el tratamiento del Melan, una vez muertas pasaban por un doble ritual funerario: primero se enterraba el cadáver y pasado un tiempo un especialista ritual iba al lugar del enterramiento y recuperaba algunos huesos (principalmente el cráneo). Los huesos del ancestro se incorporaban entonces a relicarios y se utilizaban en rituales apotropaicos, propiciatorios y de fertilidad. Los depósitos pobres que hemos documentado podrían corresponderse con individuos que no gozaban de un estatus prestigioso o sólo secundariamente por su vinculación a personas que sí lo poseían. Por otro lado, es posible que el número de tumbas comunes fuera mayor, si contamos como tales las fosas que se encuentran en la cercanía de depósitos con ajuar pero que aparecen vacías. Así, en el entorno inmediato de los Depósitos 28 y 30 aparecen al menos otras cuatro fosas (una destruida por una tumba posterior de Tradición Nandá: Depósito 26). Dadas sus dimensiones y su localización—en el límite exterior de la dispersión de agujeros de poste—, creemos que podría tratarse de estructuras vinculadas a los depósitos funerarios. Un patrón semejante se observó en la campaña de 2011, en la parte meridional del Sector 2. Aquí, en la misma zona en la que se identificaron cuatro depósitos (11, 12, 18 y 20) aparecieron cinco fosas de morfología semejante a las que contenían ajuar. Una de ellas, de hecho, suministró un fragmento de un útil de hierro no identificable, lo que demuestra su uso en la misma época que los depósitos estructurados: fue entonces considerada un depósito (Depósito 14). En 2011 se recogió sedimento de varias de estas fosas vacías para análisis geoquímico. Desgraciadamente, no encontramos ningún indicador químico que nos permitiera
34 dilucidar su posible uso funerario, debido a que las altas temperaturas e intensas precipitaciones disolvieron y lavaron todas las posibles trazas orgánicas. La campaña de 2012 puso al descubierto, además, otros depósitos de más difícil interpretación: concretamente el 31 y 33. En ambos casos aparece una sola categoría de objeto (collares en el primer caso, cuchara en el segundo). Si bien en el caso de los collares se podría pensar que están metonímicamente representando a una persona por su rango (el collar es tradicionalmente un símbolo personal de poder político en África Central), el caso de la cuchara es más extraño. Este tipo de depósito se podría relacionar con el Depósito 18 recuperado en la campaña de 2011 que arrojó una única hacha‐moneda (ekuele), de grandes dimensiones. Es posible que en estos casos nos encontremos ante rituales de otro tipo, quizá propiciatorios, que se celebran en los mismos cementerios en los que están enterrados los huesos de los ancestros más poderosos. Hierro Medio – Tradición Nandá La importancia de las tumbas de tradición Nandá descubiertas durante esta campaña en el Sector 2 radica en que son las primeras que se descubren intactas de este período en toda la zona ecuatorial africana. Previamente se habían localizado algunas muy similares en Sablières (Gabón) (Clist 2004), pero sin que se pudiera documentar su planta, pues aparecieron durante la extracción de áridos. En 2009 pudimos documentar por primera vez el perfil de una de estas tumbas (González‐Ruibal et al. 2011) y en 2011 la planta casi completa de un par de tumbas (Ayán et al. 2011; González‐Ruibal et al. en prensa): Depósito 7 y 9. No obstante, ambas contaban con afecciones debidas a las obras del aeropuerto (arrastre de materiales o destrucción parcial). La excavación en extensión de 2012 ha permitido recuperar tres depósitos íntegros en el Sector 2 y otros dos en el Sector 1. Además los nuevos hallazgos permiten comprender mejor la distribución espacial de las tumbas. En el Sector 2, las tumbas están separadas unas de otras por unos 10 a 15 metros. Así, en una superficie de unos 800 metros cuadrados tenemos un total de 7 tumbas, lo que supone quizá una tumba por cada 100 metros cuadrados, si consideramos que el área arrasada por las palas en la ampliación del Sector 2 podría tener al menos un enterramiento. Esta baja densidad de tumbas es coherente con el tipo de organización espacial que ha
35 prevalecido en la zona históricamente y que todavía se mantiene en cierta medida. Más que poblados propiamente dicho, lo que tenemos son agrupaciones laxas de tres o cuatro conjuntos de habitación (“patios”) compuestos por dos o tres estructuras residenciales y sus respectivas tumbas. Entre agrupación y agrupación hay campos de cultivo y zonas de bosque secundario o pradera. Así, un yacimiento de grandes dimensiones como Nandá (unas 4 hectáreas para el Hierro Medio), podría tener en realidad una población reducida. Con la ratio de tumbas que manejamos hasta ahora en el Sector 2, que es el más ampliamente excavado, estaríamos hablando de 400 enterramientos individuales. Dado que la densidad parece ser mayor en los Sectores 3 y 4 (véase más abajo), podríamos considerar quizá hasta 600 enterramientos de la Tradición Nandá. Durante la campaña de 2012 se excavaron tres tumbas y se documentó una cuarta destruida por la pala excavadora al abrir un sondeo estratigráfico. Estas tumbas se caracterizan por amplias fosas de hasta dos metros de longitud y un metro de ancho en las que se depositaba al muerto rodeado de cerámicas, vistiendo sus adornos y con una serie de herramientas metálicas (uno o más cuchillos curvos y una azuela). Los cuchillos curvos son similares a los usados tradicionalmente por los fang y otros pueblos vecinos para la circuncisión. La azuela es de las usadas generalmente para trabajar la madera. La cabeza está siempre situada al sur, probablemente mirando hacia el este, y los pies hacia el norte. ・ Depósito 23 Destruido durante el sondeo mecánico. Contenía al menos tres vasijas típicas de la Tradición Nandá, una de ellas idéntica a la documentada en el Depósito 3 excavado en 2009 (González‐Ruibal et al. 2011: fig. 23). ・ Depósito 25 Se trata de la tumba de Tradición Nandá más rica excavada hasta la fecha. Se trata del enterramiento de un hombre poderoso, como demuestran los cuatro collares de tipo torques, con sección cuadrada y remate en lazo, encontrados y 18 vasijas cerámicas, siete de las cuales son botellas posiblemente para tope (licor de palma). Algunas de las vasijas son grandes contenedores con cuello troncocónico y abundante decoración
36 incisa e impresa. La desaparición del cadáver hizo que las cerámicas cayeran sobre el hueco dejado por el cuerpo, por lo que no se conservan en su posición original. Además aparecieron un cuchillo curvo, un cuchillito romo y una azuela, todo de hierro.
Depósito 25: ortoimagen y plano.
Depósito 25: torques.
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Depósito 25: detalle de las vasijas. Se puede ver la gran cantidad de botellas de licor que componían el ajuar de este enterramiento (la escala NO indica el norte).
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Depósito 25: cuchillos rituales.
・ Depósito 26 Al contrario que el depósito interior, este se descubrió en perfecto estado, lo que permite adivinar, por la distribución de los objetos, que el fallecido tenía una mano sujetando la cabeza y otra sobre el pecho. Se documentaron siete cerámicas (que es el número habitual en estos enterramientos), colocadas sobre todo a la derecha del cadáver. A su izquierda se recogieron dos cuchillos curvos y uno pequeño alargado. Apareció también, junto a los cuchillos, una azuela de hierro, la más grande encontrada hasta la fecha. Esta tumba deparó un importante número de brazaletes, collares y tobilleras. La parte distal de la tumba cortó una fosa más antigua.
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Depósito 26: Ortoimagen y plano de la tumba. A la derecha se advierte una fosa circular, quizá un enterramiento sin ajuar de época Oveng. A los pies del depósito hay otra fosa, que fue destruida al construir la nueva tumba: queda la traza en la forma que adoptó la zanja del Depósito 26.
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Reconstrucción de la posición del cadáver a partir de los adornos corporales en el Depósito 26.
Grandes jarras y botella en el Depósito 26.
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Azuela y cuchillos rituales del Depósito 26.
Brazaletes del Depósito 26.
42 ・ Depósito 29 La fosa es similar a las anteriores. Aunque las palas excavadoras cortaron aquí la parte superior de la tumba durante las primeras obras del aeropuerto de Corisco, la planta se conserva perfectamente y el ajuar está íntegro, si bien las vasijas quedaron tajadas en su parte superior por el cazo de la pala. Este es bastante pobre y está compuesto por un cuchillito de hoja roma y una pequeña azuela. Se recogieron seis cerámicas enteras pero en mal estado, incluidas dos botellas. Todas las vasijas son de pequeñas dimensiones.
Depósito 29: ortoimagen y plano.
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Ajuar metálico del Depósito 29. Este depósito es el que deparó la azuela de menores dimensiones (izquierda), lo cual está probablemente en relación con el estatus (¿de edad?) del individuo enterrado.
Las diferencias con el período anterior no pueden ser más claras: enterramientos primarios frente a secundarios, ajuar predominantemente cerámico frente a ajuar predominantemente metálico, cambio en los artefactos rituales (cuchillos y azuelas frente a hachas, cucharas y puntas de lanza)... Da la impresión de que en este período el enterramiento se generaliza, al menos para la población considerada adulta. El ritual y el ajuar son monótonos, lo que contrasta con la variedad de la tradición Oveng. En este período parece que existe una forma muy canónica de enterrar a los muertos, tanto en la posición que ocupan en la tumba los cadáveres como los tipos de objeto que se entierran con ellos y su ubicación en la fosa. En todas las tumbas aparecen exactamente el mismo tipo de objetos: vasijas grandes de cuello troncocónico, vasijas pequeñas globulares y botellas, por lo que respecta a la cerámica, y cuchillos de hoja curva, azuelas, brazaletes, tobilleras y collares, por lo que respecta al hierro. Sólo
44 cambia ligeramente el tamaño y, sobre todo, la cantidad. La variedad tipológica, además, es muy limitada (como se observa en los cuchillos curvos), nuevamente en contraste con la tradición Oveng. No obstante, existen diferencias claras de unos enterramientos a otros: los extremos son los que permiten calibrar mejor las diferencias. Frente a las cinco vasijas y dos útiles metálicos del Depósito 7, tenemos las 18 vasijas, cuatro collares, dos cuchillos y azuela del Depósito 25. Estas diferencias de estatus no tienen porque entenderse necesariamente como diferencias socioeconómicas. El individuo enterrado en el Depósito 25 puede ser un jefe de linaje o aldea, pero el poder en las sociedades de esta región del Golfo de Guinea ha estado siempre sometido a importantes mecanismos corporativos de restricción (Vansina 1990: 159). Histórico – Tradición Benga En el perfil N del Sector 2 localizamos una tumba (Depósito 34) alargada flexionada hacia el centro, que debió acoger un individuo con la cintura doblada. En su interior aparecieron dos manillas de hierro macizo. Tipológicamente, las manillas se corresponden con las habituales en el Golfo de Guinea a partir del contacto con Europa (ca. 1500 d.C. en adelante). Además, estratigráficamente se puede con claridad observar como la tumba corta los niveles prehistóricos. Se trata de la primera tumba de fecha histórica documentada en Corisco. Los Benga llegaron a la isla no antes de mediados del siglo XVIII, según las averiguaciones del historiador Gustau Nerín (encargado de la parte histórica de este proyecto). Consideramos que la tumba localizada debe corresponderse con la etapa inicial de la ocupación benga (fines del s. XVIII – inicios del s. XIX), que es cuando este tipo de elementos estaba más en auge. La influencia europea afectó rápidamente al atuendo, la cultura material y las costumbres de los benga. Hacia finales del siglo XIX vestían al estilo occidental. Consideramos que las fosas 47 y 52, que tienen la misma forma y se sitúan en paralelo al Depósito 34, deben ser igualmente tumbas benga. Durante 2011 se nos informó de la existencia de un cementerio benga antigua en la zona, pero este se sitúa a unos 80 al E de los enterramientos localizados. Es posible que estas tumbas estén en relación con un al norte datables en torno al 1800 (porcelanas shell‐edged, cuentas de pasta vítrea, etc.).
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Imagen 3D del Depósito 33 (tumba benga).
Manillas de hierro del Depósito 33.
2.4. Sector 3. Como hemos señalado, durante la campaña de 2011 se excavó aquí una tumba (Depósito 10), perteneciente a la Tradición Nandá y se comenzó a descubrir una fosa que arrojaban materiales, aparentemente Oveng, en el límite W de la cata. Durante
46 esta campaña se amplió el sondeo hacia el W. La excavación puso al descubierto una serie de estructuras negativas y la secuencia prehistórica más completa descubierta hasta la fecha en Nandá.
Vista del Sector 3 desde el N. A la derecha se puede observar el gran socavón excavado por las palas durante las obras del aeropuerto y que modificó sustancialmente la topografía del lugar. L
Cronología: fases de ocupación. Al contrario que en otros lugares, sí que se conserva, en este caso, una cierta superposición de niveles que se advierte en las paredes del perfil. No obstante, también aquí las palas excavadoras y la deficiente estratificación natural del terreno impiden documentar una secuencia estratigráfica satisfactoria. Aún así, podemos distinguir las siguientes fases:
Fase I: Enterramiento(s) Okala (primer milenio a.C.).
Fase II: Poblado Oveng (ca. 50 a.C. – 600 d.C.).
Fase III: Poblado y tumbas Nandá (ca. 600 – 1100 d.C.)
Se recogieron varias muestras de carbón para datación radiocarbónica, lo que permitirá precisar las fechas arriba propuestas.
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Plano general del Sector 3 (campaña de 2011 y 2012).
48 El registro doméstico. Como tal pueden considerarse varios suelos y fosas. Existe un suelo de habitación de período Oveng, conservado a parches, cuya cronología viene dada por cerámicas diagnósticas de esta tradición. A esta época corresponde también una fosa oval rellena de materiales detríticos (Fosa 42), fundamentalmente cerámica característica. Llama la atención la abundancia de cerámica decorada, especialmente incisiones reticuladas. Se trataría de un basurero semejante al documentado en el Sector 1 en 2011 (Fosa 1). Este basurero sella un depósito más antiguo, de época neolítica, al que nos referiremos en el siguiente apartado. Sobre el poblado Oveng se estableció posteriormente uno de la Tradición Nandá. El problema es que los suelos Oveng y Nandá están formados por un sólo paquete de tierra oscura con abundante material y raramente se distinguen con claridad como unidades estratigráficas distintas: de hecho, es difícil distinguir donde arranca una fosa, pues el relleno y el piso suelen ser del mismo sedimento y tener los mismos materiales. Este problema es extensible a la segunda fosa detrítica excavada en este sector (Fosa 43). En este caso es una fosa de planta irregular y grandes dimensiones, que probablemente resulte de la ampliación de dos o tres fosas previas de menor tamaño. En su interior apareció material cerámico de Tradición Oveng y de Tradición Nandá. Posiblemente haya que datar la fosa en este segundo período: al perforar niveles Oveng en el interior se mezclaron cerámicas de ambas tradiciones. En este caso, la interpretación de la estructura se complica por el hecho de estar parcialmente decapada por las palas excavadoras y posteriormente degradada por procesos de formación de suelo natural. Existe una tercera fosa, de menores dimensiones, que se puede datar en época Oveng, si bien suministró muy poco material.
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Cerámica procedente de la fosa detrítica (Fosa 42). Período Oveng (50 a.C. – 600 d.C.).
Imagen 3D de la Fosa 43. Se puede observar la planta y perfil irregulares.
50 El registro funerario. A la tumba de tradición Nandá excavada en 2011 se añadieron este año dos nuevas: ・ Depósito 22. Consideramos este depósito tentativamente como una tumba, siguiendo las propuestas de Meister (2010). Se trata de una fosa de planta circular y considerablemente profunda para lo que es habitual (50 cm), en cuyo interior se documentaron cuatro vasijas enteras, aunque rotas. La funcionalidad ritual está fuera de toda duda. En cuanto a la cronología, la cerámica es muy distinta a la Tradición Oveng y Nandá. Si bien la muestra es reducida, algunos elementos nos hacen pensar en la Tradición Okala, que es la que representa el Neolítico en esta región: grandes vasijas cilídricas con paredes gruesas, modelado tosco, superficies sin tratamiento, bordes adelgazados con labio bífido, fondos curvos, decoración incisa basta y dobles perforaciones, como decoración o modo de suspensión. La morfología de la fosa se corresponde bien, también, con las de la Tradición Okala (para paralelos de Okala cf. Clist 2004: 243 y ss.).
Ortoimagen del Depósito 22.
51 El inicio de la agricultura tiene lugar en esta zona de África durante la primera mitad del primer milenio a.C. La Tradición Okala se considera neolítica pues no se documenta más que instrumental lítico (material tallado de tradición LSA y hachas y otros útiles pulimentados). Llegaría a su fin durante el último siglo antes de la Era, cuando llegan a la costa los primeros agricultores con metalurgia (Tradición Oveng), procedentes del interior y el norte. A la espera de su datación radiocarbónica, este depósito se presenta como el contexto arqueológico más antiguo de los excavados hasta la fecha en Corisco. Tiene, además, el doble interés de, por un lado, ofrecer un precedente a los enterramientos en fosa de la Edad del Hierro y, por otro, de retrasar la ocupación estable de la isla en al menos medio milenio. ・ Depósito 24. Se trata de una característica tumba de la Tradición Nandá. Tiene la peculiaridad de estar orientada W‐E, algo de lo que sólo tenemos por ahora un paralelo (Depósito 6), pues la mayor parte se orientan S‐N o SW‐NE. Se trata de un depósito pobre, pues no aparecieron elementos metálicos y sólo cuatro (quizá cinco) vasijas, todas de pequeñas dimensiones, incluidas dos botellas. Recuerda por tamaño y ajuar al Depósito 29 del Sector 1. A partir de los datos obtenidos en este sector durante la presente campaña, podemos decir que la ocupación Oveng se extiende más al norte de lo que originalmente pensábamos, pues es ahora cuando aparece de forma fehaciente material de esta tradición tan al norte. El contexto Okala es muy interesante pero puntual. En ninguno de los otros amplios sondeos realizados hasta la fecha hemos encontrado nada de semejante antigüedad. Las prospecciones tampoco han suministrado material inequívoco de la época, aunque existe al menos una localidad que podría tener una fase de este período (Gobé‐Domande). En todo caso, parece que no es hasta la fase Oveng cuando se generaliza la ocupación de la isla. Necesitamos esperar a las dataciones radiocarbónicas para poder saber si las ocupaciones Oveng y Nandá son coetáneas a las de más al sur.
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Proceso de excavación del Depósito 24.
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2.5. Sector 4. Decidimos abrir un nuevo sector para comprobar la continuidad del registro entre el Sector 2 y el 3. Conviene tener en cuenta que ambos sectores están separados por 100 metros. De este terreno carecemos de información, puesto que no se observan materiales en superficie. Se planteó un sondeo mecánico de 100 metros cuadrados, de los cuales se excavó posteriormente de forma manual un 80% aproximadamente (por falta de tiempo no se pudo completar la excavación de la totalidad de la cata). La excavación sacó a la luz un conjunto variado de estructuras negativas, aparentemente todas datables en el mismo período.
Vista del Sector 4 desde el E. Se aprecian numerosos agujeros de poste en primer plano, seguramente pertenecientes a una cabaña. Junto al jalón, una de las tumbas de Tradición Nandá.
Cronología. Al igual que el sector 1, documentamos aquí exclusivamente una fase de ocupación. Afortunadamente, se trata del Hierro Medio o Tradición Nandá (ca. 600 d.C. – 1100 d.C.), de la que todavía no habíamos detectado un contexto completo y coherente. Se
54 recogieron muestras de todas las estructuras para comprobar su sincronía por datación radiocarbónica. El registro doméstico. El registro doméstico está compuesto en este caso por tres tipos de estructuras: una fosa detrítica de en torno a un metro de profundidad por un metro de ancho, un conjunto de agujeros de poste que probablemente se correspondan con una cabaña o varias (re)construidas repetidamente en el mismo lugar y un suelo de ocupación con las características habituales de este tipo de elementos en el yacimiento de Nandá: tierra negruzca muy compacta y con material cerámico rodado y aplastado. La fosa detrítica (Fosa 55) suministró una gran cantidad de material cerámico, en su mayoría cuencos carenados con borde entrante, sin decoración, y con cocción reductora. Se trata de una tipología no documentada hasta la fecha. Sólo se ha registrado un material semejante en prospección en el yacimiento de Cruz II, en el sur de la isla. Pensamos que se puede tratar de la cerámica doméstica de la Tradición Nandá. Conviene recordar que dicha tradición es conocida casi exclusivamente por las vasijas funerarias. Al igual que sucede con Oveng, es más que probable que la cerámica fúnebre y la de uso diario varíen tipológica y tecnológicamente. La datación radiocarbónica de este contexto, en cualquier caso, nos permitirá salir de dudas.
Fosa detrítica vista desde el W al comenzar su excavación. La cota de inicio, como suele suceder con todas las fosas de este yacimiento, no se distingue con claridad, pues el estrato de relleno y el suelo son del mismo color y tienen la misma textura.
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Plano general del Sector 4. En negro, agujeros de poste; en blanco, fosas de uso indeterminado.
56 El registro funerario. Descubrimos tres tumbas, dos de ellas intactas y una tercera afectada por la pala excavadora. Se trata de estructuras características de la Tradición Nandá, por forma, ajuar y orientación. ・ Depósito 35 Se trata de una tumba mal conservada debido a la acción de las palas excavadoras. El trazado de la planta no se ha podido recuperar, pero parece que la disposición y orientación del cadáver era la habitual: esto es, la cabeza hacia el sur (SE según parece en este caso) y los pies hacia el norte (NW). Aparecieron restos de dos vasijas casi completas, aunque había indudablemente más, varias pulseras y tobilleras, dos collares, dos cuchillo curvos y una azuela: el ajuar característico de la Tradición Nandá.
Imagen 3D del Depósito 35.
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Depósito 35: Azuela. Se observa en la parte superior la impronta de unas cuerdas, quizá parte del enmangue original.
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Parte del ajuar metálico del Depósito 35: cuchillos curvos, brazalete compuesto, tobilleras con bordes engrosados y azuela.
・ Depósito 36 Esta tumba y la siguiente están orientadas N‐S una al norte de otra. La 35 ofreció cinco cerámicas (una gran vasija con cuello troncocónico y decoración inciso‐impresa, un cacharro mediano de perfil flexionado, una botella y dos vasijas pequeñas), varios brazaletes de tira, característicos de este período, y un cuchillo curvo.
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Imagen 3D del Depósito 36.
Parte del ajuar metálico del Depósito 26: cuchillo curvo y brazaletes de tira.
・ Depósito 37 Se trata de una tumba en fosa característica de este período, con ajuar compuesto por seis vasijas, dos collares de hierro tipo torques, brazaletes, tobilleras y cuchillo curvo.
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Proceso de excavación del Depósito 37.
Es llamativa la concentración de tumbas, respecto al Sector 2. De hecho, la densidad de estructuras funerarias es tres veces mayor que la del Sector 1. La densidad sería más cercana a la del Sector 3, donde aparecen dos tumbas en un sondeo de menos de
61 50 metros cuadrados. La distribución de estructuras negativas hace pensar que nos hallamos ante un típico “patio”, con una estructura residencial (agujeros de poste), un basurero y tres tumbas de miembros de la unidad de habitación.
2.6. Síntesis de las excavaciones La campaña de 2012 ha permitido avanzar notablemente nuestro conocimiento sobre los yacimientos arqueológicos de Nandá y, por extensión, sobre la Prehistoria reciente del Golfo de Guinea.
Se han excavado un total de 581 metros cuadrados, es decir, unas cinco veces más superficie que en la campaña de 2011. El uso de la pala excavadora y del registro fotográfico 3D ha permitido multiplicar el rendimiento del trabajo sin perder precisión.
Los orígenes de la ocupación se pueden retrotraer al Neolítico (Tradición Oveng), es decir, el primer milenio a.C. Esta fase está representada por un solo deposito de cerámicas de carácter votivo o funerario.
Durante inicios de la Edad del Hierro (50 a.C. – 450 d.C.) (Tradición Oveng) comienzan a practicarse enterramientos secundarios, muchos de los cuales corresponden a individuos importantes, como lo demuestran los ricos ajuares documentados, fundamentalmente metálicos. No sabemos si en estos momentos iniciales existía un poblado junto a los enterramientos.
En este período comienzan a utilizarse hachas‐moneda como forma de intercambio y, seguramente, para la compra de la novia. Los tipos están estandarizados y se usan en una amplia zona costera entre el sur de Camerún y el norte de Gabón.
En esta época existen diferencias sociales claras: algunas tumbas son extraordinariamente ricas, como prueban las abundantes hachas‐moneda, adornos y otros objetos metálicos, y otras muy pobres (una o dos vasijas y algún adorno).
Las vasijas cerámicas están vinculadas a individuos de bajo estatus o mujeres.
En torno al 450 d.C., pero todavía dentro del Hierro Inicial, dejan de practicarse enterramientos y aparecen varios conjuntos de habitación a lo largo de las zonas que hemos denominado Área 6, Área 7 y el sur del Área 8. Esta zona, que
62 ocupa unas 5 hectáreas, no estaría ocupada por poblados de forma continua. Así, entre el N del Área 7 y el centro del Área 8 (Sector 4) no se ha detectado presencia Oveng.
Hacia el 600 d.C. el lugar se abandona por completo y no s reocupa hasta el cambio de milenio.
En torno al 1000 d.C., durante el Hierro Medio (Tradición Nandá), parte de la zona ocupada anteriormente vuelve a ver el establecimiento de poblados. La zona habitada en este momento es la comprendida entre la parte septentrional del Área 7 y toda el Área 8. El poblamiento, al igual que sucedía a inicios del Hierro, se caracteriza por pequeños núcleos de habitación, de tres o cuatro unidades residenciales. En cada unidad residencial (“patio”) se entierran los miembros de dicha unidad, en el margen de la zona habitada.
En esta época se generaliza el enterramiento, que es de carácter primario. Continúan las diferencias entre los ajuares de las distintas tumbas, aunque estos están muy estandarizados—más que en el período anterior: siempre aparecen los mismos objetos: botellas de cerámica, cuchillos curvos, azuelas. La cerámica tiene ahora un papel mucho más relevante en el culto funerario y se utiliza tanto en las tumbas masculinas como femeninas. El ritual funerario es igualmente canónico: los cadáveres se sitúan en la mayor parte de los casos con la cabeza hacia el S.
En la campaña de 2012 hemos descubierto tanto tumbas de personajes importantes (Depósito 25), caracterizadas por abundancia de vasijas y torques (insignia de poder) como de individuos de bajo estatus, quizá por edad (Depósito 29).
Calculamos que habría entre 400 y 600 enterramientos de Tradición Nandá en la zona ocupada por el Área 7 y 8.
Hacia el 1100 d.C., a comienzos del Hierro Reciente (Tradición Angondjé) se abandonan por completo las Áreas 6, 7 y 8 y el poblamiento se desplaza hacia el S y el N, donde se han detectado numerosos espacios de habitación de grandes dimensiones datados tipológicamente en 1100‐1400 d.C. (Área 1, 2, 4‐ 5, 9 y 10).
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La isla queda abandonada por completo hacia el 1400 d.C.
La zona de Nandá no se vuelve a ocupar hasta mediados‐finales del siglo XVIII, coincidiendo con la llegada a la isla de los benga. Se establecen entonces algunas casas con sus respectivos enterramientos primarios en esta zona (N. del Área 7 y Área 8). A mediados del siglo XX comienza un proceso de abandono paulatino. En la actualidad sólo queda una casa habitada en Nandá.
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PARTE III. PROSPECCIONES EN LA ISLA DE CORISCO. Durante la campaña de 2012 se completó la prospección de la Isla de Corisco, que cubre aproximadamente un 30% de la isla, concretamente la afectada por obras de diverso tipo (aeropuerto, carreteras, edificios). El otro 70% se encuentra cubierto por bosque secundario y pantanos que impiden por completo la prospección o, menos habitualmente, praderas, que tampoco posibilitan la detección de yacimientos. Las nuevas obras que están previstas para los próximos tres años sin duda alguna sacarán a la luz nuevas trazas de ocupación prehistórica e histórica.
3.1. Arqueología prehistórica (ca. 500 a.C. – 1400 d.C.) La secuencia de ocupación humana de Corisco abarca un período de unos 2.500 años. Antes del primer milenio a.C. existieron ocupaciones esporádicas de cazadores‐ recolectores de la Edad de la Piedra Reciente (Late Stone Age), de las que quedan huellas en forma de útiles de piedra y restos de talla lítica en dos yacimientos al menos: Área 3 y Área 7 del aeropuerto (vid. infra). Materiales semejantes fueron documentados en Elobey Grande, en los alrededores de la antigua escuela, durante la campaña de 2011. La cronología general que se maneja, basada en la secuencia establecida para la zona del Estuario en Gabón (Clist 2004), es la siguiente: Tradición Okala: Neolítico, 1000 a.C. – 50 a.C. Tradición Oveng: Edad del Hierro Inicial, 50 a.C. – 600 d.C. Tradición Nandá o Grupo II: Edad del Hierro Media, 600 – 1100 d.C. Tradición Angondjé: Edad del Hierro Tardía, 1100 – 1400/1500 d.C. Yacimientos del sur y oeste de Corisco La localización de los yacimientos arqueológicos ha dependido de la existencia de caminos, carreteras, solares excavados u otras obras que hayan retirado la cobertura forestal y el manto húmico. En las zonas donde esto no ha sucedido, ha sido imposible realizar la prospección. Esto explica la gran concentración de yacimientos en el entorno de la carretera que conduce del aeropuerto al ayuntamiento de Corisco y que
65 en cambio todo el interior de la isla haya quedado prácticamente inexplorado. Esto no significa necesariamente que no existan pautas culturales detrás de la distribución de sitios. Así, en toda la costa occidental sólo hemos identificado dos sitios con material (COR‐15 y 15bis) que seguramente pertenecen a un mismo asentamiento, pese a que hay una pista abierta en el sedimento arenoso que discurre paralela al litoral—donde precisamente localizamos los yacimientos mencionados. En la costa norte también existen caminos y casas, sobre todo en la parte noroeste, pero no depararon material prehistórico alguno. Esto significa que posiblemente en época prehistórica la zona litoral más poblada de la isla era efectivamente la oriental. La cronología de la práctica totalidad de los yacimientos prehistóricos se encuadra dentro de la Edad del Hierro (ca. 50 a.C. – 1500 d.C.). COR-003 GARCÍA Cerámica a mano aparecida en los terraplenes de la carretera que lleva al ayuntamiento desde el patio de la empresa Somagec. Mucha cerámica a ambos lados de la carretera principal que corta el lugar de García. Sobre todo en un desmonte al sur de la carretera junto a la vaguada de un arroyo. Pomos decorados, tapaderas, fondos anulares. Cronología Angondjé. COR-004 SOMAGEC BAS VIE En el patio de Somagec. Cerámicas decoradas, incluido algún borde y un pomo de tapadera. Probablemente Grupo Angondjé.
COR-005 COVADONGA En la carretera que va del patio de Somagec a Ulato, con especial concentración en torno a Covadonga. Yacimiento prehistórico con mucha cerámica decorada con incisión (espigas) e impresión. Puede ser una extensión del sitio anterior. Grupo Angondjé y quizá Grupo II.
COR-006 UPACA En la carretera que va del patio de Somagec a Ulato. Cerámica a mano sin decorar, modelado tosco, cocción reductora, pasta de color gris, negro y marrón oscuro.
66 Desgrasante vegetal. Materiales muy semejantes a Ulato/COR‐007‐A. Es posible que sea el mismo yacimiento, si bien un arroyo separa ambas zonas.
COR-007 ULATO En la curva que rodea el lugar de Ulato y bajo las casas de este. Cerámica a mano decorada muy abundante y con decoraciones complejas. Salieron vasijas enteras (Perramón 1968). Limpiamos el corte sur de la carretera que delimita Ulato al norte y aparecen muchas cerámicas decoradas con impresión e incisión, con líneas horizontales, triángulos, cuerdas, etc. Aparecen las típicas vasijas cilíndricas con decoración a lo largo de una ancha banda central, que caracterizan en Corisco a la Tradición Angondjé. Muchos carboncillos: se recogieron varios para datar. Un brazalete de aleación de cobre, quizá reciente.
COR-015 BEDUBU Cerámica a mano con alguna decoración impresa en el camino que discurre paralelo a la playa al norte del pueblo de Bedubu. Material muy rodado. Un pomo Angondjé.
COR-015 bis. A unos 100 metros del anterior, probablemente parte del mismo yacimiento. Sale mucha cerámica rodada, la mayor parte lisa pero también bastantes fragmentos decorados por impresión mayoritariamente y alguna incisión, fragmentos informes de hierro, cantos pulidos de arenisca. Probablemente Angondjé.
COR-017 Yacimiento prehistórico Edad del Hierro, cerámica a mano rodada, fondo anular. Gubia de hierro semejante a las del depósito de Libreville (Clist y Farine 1990) En una zona amplia de tierra removida al lado de la carretera que une el aeropuerto y las aldeas. El fondo anular es característico del Grupo Angondjé.
COR-023
67 En la carretera cerca del extremo meridional del aeropuerto. Muchas tapaderas. Cuenta de barro cilíndrica (cf. Perramón 1968). Una azuela o gubia de hierro. Alguna decoración típica. Yacimiento grupo Angondjé, quizá extensión de COR‐017.
COR-024 y 24bis AYUNTAMIENTO En la zona del ayuntamiento. Pomo de tapadera decorado, decoraciones típicas Angondjé ¿Materiales procedentes del aeropuerto?
COR-026. CRUZ-CAMPAMENTO COLONIAL Materiales de tipo Grupo II y Oveng bajo los bungalós de Ipico Penda y en el camino que lleva a la playa al oeste de la base de Somagec.
COR-027. CRUZ II. Junto al mar y al oeste del yacimiento anterior, del que está separado por una corriente de agua. Abundante material cerámico in situ en suelos de ocupación de color negro, expuesto por las obras de un bungaló. Casi ninguna decoración (sólo un fragmento inciso) y muchos bordes lisos carenados. El material es idéntico al que aparece en la Fosa 55 del Sector 4 del Área 8 del aeropuerto excavado en 2012. Quizá Grupo II. COR-029. ARENA BLANCA. En la pradera del SE, a ambos lados del camino que lleva a los bungalós de los directivos de Somagec. Mucha cerámica, bastante rodada. No hay material diagnóstico, pero aparece un trozo de torta de fundición. Edad del Hierro.
COR-030. COMBO. Frente a las ruinas de la factoría, en un camino abierto por Somagec que acaba en la propia factoría se documenta abundante material cerámico, incluidas algunas decoraciones Angondjé y un pomo. Alguna cerámica incisa de cocción reductora parece más antigua. COR-031 GOBÉ-DOMANDE.
68 Cerámica tipo Angondjé y quizá Okala (panza decorada con cordado cubriente) en el camino abierto sobre el antiguo que llevaba a la desembocadura del río Lembue.
Yacimientos del Aeropuerto de Corisco En el aeropuerto decidimos distinguir áreas de distribución de materiales en vez de sitios o yacimientos, pues estos últimos términos podían inducir a confusión. En total delimitamos diez áreas, ocho se identificaron en la prospección de 2009 y dos en la de 2012. Todos los yacimientos poseen ocupación de la Edad del Hierro, si bien uno (Área 8) suministró materiales neolíticos seguros, otro (Área 10) probables y otros dos yacimientos arrojaron materiales no contextualizados de época paleolítica (Área 3 y Área 7). Distinguimos las áreas en dos grupos: las que están al oeste de la pista (Sector W) y las que se extienden por el lado oriental (Sector E). Estos yacimientos han sido publicados en González‐Ruibal et al. (2011).
SECTOR W. ÁREA 1. COR-010 Es la segunda zona de distribución de materiales más extensa y con más densidad de hallazgos (Fig. 6). La dispersión de material afecta a unas 10 hectáreas. El área arqueológica se sitúa al norte del espacio abierto para la pista del aeropuerto. Puede que todavía contenga una parte sin alterar por las obras en la zona occidental e incluso en el sector ya terraplenado pero a una cota inferior, pues el tajo aquí fue menos profundo que en la zona meridional. Aparece una gran cantidad de cerámica en superficie, con variedad de decoraciones incisas e impresas a cuerda. Se localizaron numerosos pomos de tapadera decorados y fondos anulares, muy característicos del Grupo Angondjé. Los materiales metálicos son igualmente abundantes: destacan los collares de hierro de sección circular o cuadrangular, brazaletes o tobilleras de espiral y puntas de flecha. También aparecen escorias, mineral de hierro y restos de torta de fundición. Se identificaron algunos materiales líticos pulidos—morteros y alisadores—que recuerdan a los “morteros de ocre” recogidos por Martín del Molino (1965) en Bioko para la fase Carboneras y Baolapí (ca. 800‐1200 d.C.).
El sitio parece tener dos fases: Hierro Antiguo de Tradición Oveng (50 a.C. – 600
d.C.) y Hierro Tardío (1100‐1500 d.C.).
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SECTOR W. ÁREA 2. COR-011. Separada de la anterior área por 250 metros lineales en los que no se localiza nada de material, parece que fue afectada por las obras del aeropuerto sólo de forma marginal. La distribución y densidad de restos es escasa. Es posible que el yacimiento se extienda sobre todo hacia el oeste de la pista, en dirección a la vaguada formada por las dos grandes vías fluviales del centro de Corisco. La parte no alterada del yacimiento se encuentra cubierta por una duna de menos de un metro de altura sobre el terreno circundante. La superficie con restos visibles del yacimiento ocupa unos 3.500 metros cuadrados.
Aparecen escasos materiales cerámicos, poco diagnósticos. Junto a la vaguada
de un torrente, que delimita el yacimiento por el sur, identificamos un hacha plana y un fragmento de torta de fundición.
La cronología debe ser equivalente a la fase final del área anterior (Grupo
Angondjé, 1000‐1500 d.C.).
SECTOR W. ÁREA 3. COR-012 Se sitúa a 1.000 metros lineales del área anterior. El corte del aeropuerto tajó aquí sedimentos dunares de tres metros de potencia. La colmatación del corte ha formado un talud que impide la documentación de la estratigrafía que, según nos informó el ingeniero al cargo del proyecto del aeropuerto, era claramente visible en el momento de realización de las obras. En dicha estratigrafía se advertía un nivel de ocupación claro donde se encontraban los materiales arqueológicos.
Identificamos varios materiales cerámicos, en general muy rodados (fig. 5), con
decoraciones incisas e impresas. Se nos informó por parte de un operario que en esta área salieron a la luz gran número de vasijas enteras. Es posible que algunos de los ejemplares que se encontraban en posesión de varias familias de la isla y que dibujamos provengan de esta área. Además de los restos cerámicos registramos varios elementos líticos, láminas, lascas y restos de talla, en sílex deshidratado de color blanco, que indican una ocupación paleolítica del sitio.
Respecto a la cronología de la ocupación principal, creemos que este
yacimiento es de un momento antiguo de la Edad del Hierro, equivalente al Grupo II de
70 Gabón (ca. 500 – 1000 d.C.) (Clist 1995). Se trataría previsiblemente de una necrópolis equivalente a la del Área 7‐8 (vid. infr.). SECTOR E. ÁREA 4. COR-018 Se trata de una zona arqueológica bien delimitada por vaguadas de torrentes por tres de sus lados. El yacimiento ocupa unos 6.000 metros cuadrados. Como el resto de los yacimientos del aeropuerto, el eje de dispersión del material sigue una orientación N‐S. El área se encuentra a 400 metros lineales en dirección NE del Área 3. Aparecen fragmentos de cerámica muy rodados pero con decoraciones Angondjé típicas y materiales metálicos entre los que destaca una punta de flecha y dos trozos de collar de sección circular, uno de ellos hueco (Fig. 11).
La cronología es la del Grupo Angondjé (1000‐1500 d.C.).
SECTOR E. ÁREA 5. COR-019 Al este de la vaguada oriental, que tiene una profundidad considerable, se extiende el Área 5, que sin duda es parte del yacimiento que acabamos de describir. Aquí aparece mucha cerámica menos rodada que la anterior y en fragmentos de mayores dimensiones. Abundantes y ricas decoraciones de tipo Angondjé, incluidos algunos pomos. Aparecen escorias pero no útiles de hierro. La dispersión del material ocupa unos 2.000 metros cuadrados.
La cronología es la del Grupo Angondjé (1000‐1500 d.C.).
SECTOR E. ÁREAS 6-9. COR-20, COR-21, COR-25, COR-28 Esta es el área arqueológica más importante y la que mayor número de restos ha deparado de la zona del aeropuerto. Dado el tamaño del área, decidimos subdividirla en tres partes, aunque no existe solución de continuidad en la dispersión de los vestigios arqueológicos. En total, el sitio cubre unas 5 hectáreas, de las que unas 3,5 han sido destruidas por las obras del aeropuerto. Los restos arqueológicos prehistóricos aparecen a una profundidad de unos 50 cm de la superficie y hasta 1,25 metros de profundidad.
Área 6
71 Llega por el sur a la misma vaguada que delimita el Área 4 y 5 por el norte, de las que la separa una distancia lineal de 200 metros. Aparece material cerámico disperso que va creciendo en densidad hacia el norte. En el límite entre el Área 6 y 7 aparece una gran hacha plana de filo desenvuelto del tipo hacha‐moneda o ekuele y acumulaciones de sílex deshidratado. Hacia el lado oriental se documentan materiales europeos, básicamente porcelanas, procedentes de un nivel superficial.
Área 7
Esta es la zona central del yacimiento y la que ha ofrecido materiales más espectaculares y reveladores respecto a la función del lugar. Afortunadamente, una buena parte del área quedó sin tocar por las máquinas excavadoras. Para la descripción véase la parte II de este informe.
Área 8
Es la prolongación del Área 7. En su mayor parte se encuentra sin alterar y por lo tanto ofrece pocos materiales en superficie, que en cualquier caso son coherentes con las dos áreas previas: cerámicas decoradas, una punta de lanza de hierro y otros materiales metálicos. Se identificó el único brazalete de cobre recuperado durante las prospecciones en toda la isla. En la zona este del área 8 aparecen dos urnas enteras, una de ellas con un brazalete de espiral asociado. Hay materiales más recientes que se corresponden con un nivel superior (olla metálica de tres pies, cuenta de pasta vítrea, porcelana). Para la descripción de este sitio véase la Parte II de este informe.
Área 9. Cor‐028
En la parte más meridional del desmonte abierto para la pista del aeropuerto, al este de la pista y a unos 200 metros al W del mar. Material Angondjé típico. SECTOR NORTE - Area 10. COR-031 Yacimiento localizado en un cerro amesetado de una media hectárea al W de Punta Italo, al norte del final de la pista del aeropuerto. Al norte del sitio discurre un arroyo que va a dar el mar, el cual dista unos 50 metros del yacimiento. Aparecen abundantes materiales de época Angondjé, puesto al descubierto por el desbosque de la zona
72 durante las obras del aeropuerto. Varios recipientes casi enteros. Aparece el repertorio típico Angondjé. En algunas zonas parece aflorar el suelo de ocupación, en forma de un estrato negruzco con una compacta masa de fragmentos cerámicos. Se localizaron tres cuchillos de hierro. Apareció también una punta de flecha triangular de sílex blanco, de una ocupación anterior del sitio, quizá neolítica. A esta fase puede corresponder una cerámica de modelado tosco y decorado con impresión de punzón grueso.
3.2. Arqueología histórica (1600? – actualidad) Durante las prospecciones se localizaron varios yacimientos históricos, datados todos ellos entre fines del siglo XVIII y los años 70 del pasado siglo. En éste caso su hallazgo se debió a tres cuestiones: por un lado, a la prospección de los alrededores de los vestigios históricos visibles en la isla, como las antiguas misiones claretiana de Combo y presbiteriana de punta Elongo; en segundo lugar, a la localización de sitios mencionados en la documentación histórica consultada y señalados por los mismos habitantes de la isla; en tercer lugar, puntos localizados de forma casual en los caminos y veredas prospectados. En el siguiente inventario sólo se incluyen imágenes en aquellos lugares descubiertos o estudiados durante la campaña de 2012.
COR-001 BIAMENO. Acumulación de abundantes fragmentos de cerámica y vidrio en los márgenes del camino de Ibenga a punta Elongo. Aparece material datable entre fines del siglo XVIII y la primera década del siglo XIX. Destaca la abundante y variada porcelana, de la que el yacimiento ofrece la mejor colección de la isla hasta la fecha. La mayor parte de las porcelanas se datan entre 1780 y 1840: se trata de pearlware y creamware con decoración monochrome blue, polychrome, shell‐edged, annular y transfer (de Staffordshire). Se identificaron además algunos fragmentos de stoneware procedentes de Nottingham. Por lo que respecta al vidrio, se documentó un elevado número de botellas de ginebra alemana (1890‐1910) y en menor medida de vino. Apareció una importante colección de frascos de perfume y medicinas. Descubierto en la prospección de 2009 y excavado en 2011 (Laboratorio de Patrimonio 2011).
73 COR-002 MISIÓN CATÓLICA. En el camino de la misión católica de Combo encontramos una acumulación de fragmentos de materiales de procedencia europea. La cantidad de material encontrado es menor que en COR‐OO1 pero parecen proceder de la misma segunda mitad del siglo XIX. En éste caso destacamos los fragmentos de porcelana inglesa con estampado azul (transfer), porcelana pintada a mano y una cuenta de pasta vítrea azul que se encuentran rodeados de numerosos fragmentos informes de vidrio, procedentes de botellas de vino, ginebra y ron. Entre inicios y fines del siglo XIX. COR-007 ULATO. En los márgenes del camino de Ulato, especialmente en el corte norte del camino, encontramos numerosos fragmentos de porcelana de estampado azul y pintados a mano, fragmentos de vidrio y un tintero de cristal prácticamente entero. Los fragmentos podrían pertenecer a la antigua aldea de Ulato y no aparecen relacionados con los restos prehistóricos encontrados en la zona (vid. Infra.). Abundante stoneware, algún fragmento con decoración en relieve, lo que sugiere una datación temprana para el origen del poblado. Cerámica: Annular; Transfer azul con motivos chinos; Cork stamped. 1750 ‐ 1900. Apareció una gran cuenta de pasta vítrea de color azul ultramar.
Distintos tipos de stoneware y cerámica vidriada melada. El stoneware con decoración a molde (vid) es de fines del siglo XVIII.
74
Cerámica anular (1780-1840).
Shell/feather-edged (1785-1840).
75
Transfer de motivos chinos (1830‐1840).
Cork‐stamped (1830‐1900).
COR-008 GOBÉ.
76 En el alto que conforma el cabo de Gobé se observan restos de edificaciones con basa de piedra cogida con cemento y techo de chapa ondulada. Hay un vértice geodésico de cemento puesto por la Marina española en 1950. Los materiales son en su inmensa mayoría del siglo XX: numerosas botellas de vino y jerez, dos botellas de Coca‐Cola con leyenda en francés, un frasco de perfume Myrurgia (1930‐1950), platos de imitación de porcelana. Entre los materiales más antiguos cabe mencionar un plato shell‐edged, cerámica anular y underglaze monochrome blue (1780‐1830), además de un fondo de botella en stoneware. Estas cerámicas aparecen en una zona concreta de la ladera norte. En el promontorio se advierten trabajos de cantería. La entrada al poblado se encuentra por el lado E, es decir, junto a la desembocadura del río Lembue.
La cerámica más antigua de Gobé: underglaze monochrone, anular (arriba) y feather‐edged.
77 COR-009 MISIÓN CLARETIANA. Fundada en 1885, destruida por un incendio en 1949. No se reconstruyó: a 20 m al E se levantó una iglesia nueva de cemento. Todo el conjunto menos la casa rectoral moderna están abandonados. En la casa rectoral se reúnen para celebrar misa de vez en cuando, aunque en 2012 los militares han construido una capilla temporal de madera. Los edificios de la misión están realizados en mampostería, supuestamente obtenida del fuerte portugués de Punta Joko, cogida con cemento. La misión tiene dos pisos, una galería porticada con columnas octogonales y dos torres. Parece que quedó a medio hacer.
COR-014 UPÉ. Poblado de Upé, construido en un cabo rocoso al este de la misión. El lugar ha sido rozado recientemente. Restos de una cama de hierro, orinales, muchas botellas de vidrio (Figs. 28). Hay un basurero en el lado oeste del cabo, en una zona acantilada que baja a una cala. Los materiales son en su mayor parte de mediados del siglo XIX, pero hay varias porcelanas bien conservadas del siglo XIX.
COR-022 NANDÁ. Materiales europeos: ocho cuentas de pasta vítrea de distintos tamaños y color azul ultramar, azul turquesa y blanco, pequeños fragmentos de porcelana (entre los que se cuenta un Shell‐edged de inicios del s. XIX), ollas trípodes de hierro, algún fragmento de botella de ginebra alemana (1890‐1910). La mayor concentración de material se da dentro del Área 8 a unos 50 metros al noreste del Área 7. Cuatro tumbas localizadas en el Área 7, Sector 2 en 2012 se corresponden seguramente con la ocupación original de Nandá por los Benga, a fines del siglo XVIII o inicios del XIX.
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Cuentas de pasta vítrea de Nandá
COR-030. COMBO. Factoría de paredes de cemento sobre base de mampostería de inicios del siglo XX, entre el actual pueblo de Combo y el mar, pero más cerca del primero. Frente a la factoría aparecen numerosos materiales históricos que en general se corresponden con las fechas de la factoría: botellas de ginebra alemana (Herwig), vino y jerez españoles. Porcelanas whiteware y más recientes. Varias botellas de perfume. Cuatro cuentas distintas de pasta vítrea de color azul turquesa. El material más antiguo es un borde de shell‐edged (1780‐1830) y posiblemente una cerámica a torno sin vidriar y con pintura color turquesa. En el pueblo de Combo aparecieron dos fragmentos de pipa de caolín en un antiguo basurero en el que se observaron fragmentos de cork‐ stamped y otras porcelanas de la segunda mitad del s. XIX. Se nos informó de la aparición de una pipa de caolín completa.
Cuentas de pasta vítrea de Combo. Como sucede en el resto de la isla, son todas de color azul en diversas tonalidades.
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Cerámica diversa de Combo (1780‐1900).
Biscuits de Combo.
80 COR-031. GOBÉ-DOMANDE. En el camino que va a parar al río Lembue, inmediatamente al norte de Gobé salen a la luz numerosos restos arqueológicos históricos: porcelanas datables entre 1780 y el siglo XX. El material más reciente aparece en torno al antiguo campamento colonial, junto a una casa que reaprovecha los cimientos de un barracón y el río Lembue. El material más antiguo se localiza en la parte más alta del camino y lo componen porcelanas de tipo pearlware y creamware con decoración anular, transfer, polychrome y shell‐edged. También whiteware con decoración cork‐stamped (1840‐ 1860).
Stoneware de Domande, siglo XVIII.
Shell/feather‐edged, 1785‐1840.
81 COR-32. CEMENTERIO PRESBITERIANO DE EVANGUESIMBA. Se trata del lugar de enterramiento de los misioneros norteamericanos y sus familias, antes de que se trasladaran a Elongo. Las tumbas se datan en los años 60 del siglo XIX. Las lápidas son de arenisca.
Arriba, vista general del cementerio presbiteriano. Abajo, detalle de la decoración de una lápida.
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3.3. Síntesis de la prospección La prospección de Corisco ha sacado a la luz un número ingente de yacimientos (32) dada la superficie de la isla (14 km2), lo que significa más de dos yacimientos por km2. De estos 15 son prehistóricos (1 yacimiento por km2). Hay que tener en cuenta además, como ya señalamos, que sólo se ha prospectado intensivamente el 30% de la isla, con lo que cabe esperar la aparición de nuevos sitios. La orla costera, sin embargo, que es la explorada más intensamente, es seguramente la que acoge un mayor número de sitios, frente a la zona interior, que está parcialmente ocupada por pantanos desde tiempos prehistóricos.
La distribución del poblamiento ha basculado a lo largo de los siglos, pero en
general ha permanecido estable. Además de la ocupación litoral preferente, hay que señalar que el asentamiento se produce siempre primero por la costa oriental, que es la que da al continente y la que está menos batida por las tormentas. Así, es en esta zona donde aparecen los testimonios de frecuentación paleolítica, donde se detecta la primera ocupación neolítica y donde hay un número mayor de sitios de la Edad del Hierro. Es también la costa oriental la que se ocupa primero en época histórica por los benga, según sus tradiciones orales. Si bien la zona oriental tiene un asentamiento poco denso en época histórica, al contrario que en la Prehistoria, la costa meridional tiene una gran densidad de población tanto en la Edad del Hierro como durante los últimos doscientos años. Si bien es cierto que el sector oriental y meridional es el más fácilmente prospectable, lo que puede distorsionar la imagen del poblamiento, también es cierto que a largo del camino que recorre la costa occidental sólo se encuentra un yacimiento y que la erosión marina, que va invadiendo la costa occidental, no está sacando a la luz sitios arqueológicos.
El éxito de las poblaciones que ocuparon Corisco a lo largo de los últimos dos
milenios está detrás de su fracaso: en un terreno circunscrito como es el de una isla y en un ambiente frágil como es el de la selva tropical, el crecimiento de la población lleva inevitablemente a una situación insostenible pasado un determinado umbral. Esto podría explicar los abandonos que se han detectado: el del siglo VI d.C. y el del XV d.C. En ambos casos, Corisco quedó abandonada durante más de tres siglos. El último abandono, durante el siglo XX, tiene que ver con razones de otro tipo. Es, en todo caso, de no menor entidad: del millar de habitantes de fines del siglo XIX se ha pasó a algo
83 más de un centenar a inicios del siglo XXI. Esto ha generado un inmenso registro arqueológico, no menos interesante que el de períodos anteriores.
CONCLUSIONES A lo largo de las tres campañas en que se ha llevado a cabo el proyecto Arqueología en el Estuario del Muni se ha conseguido construir una narrativa arqueológica e histórica precisa de esta zona de África entre el primer milenio a.C. y la actualidad. Los principales hallazgos se recogen en las siguientes conclusiones.
1. Se ha construido la primera secuencia arqueológica para Guinea Ecuatorial fuera de la Isla de Bioko. Esto permite enlazar con las secuencias de Camerún y Gabón y llenar un importante vacío en la investigación prehistórica del Golfo de Guinea (Clist 2004; Meister y Eggert 2008; Meister 2010; Gouem Gouem 2011). 2. Se ha arrojado luz sobre fenómenos arqueológicos conocidos en los países vecinos pero insuficientemente comprendidos, como la emergencia de la tradición política bantú (Vansina 1990; González‐Ruibal et al. en prensa), la organización social y su evolución y los rituales funerarios. 3. Se descubre ahora un panorama social mucho más complejo y variado para la Prehistoria del África Ecuatorial de lo que intuía hasta la fecha. Esta zona de África, con sus selvas impenetrables, había permanecido hasta la actualidad al margen del conocimiento arqueológico. El proyecto de arqueología en el Muni ha supuesto una oportunidad única para conocer en profundidad una zona específica del cinturón selvático africano. 4. Se han podido estudiar tradiciones culturales de larga duración, como el uso generalizado de elementos premonetarios desde inicios de la Edad del Hierro, las raíces prehistóricas del culto a los huesos ancestrales, la práctica del tatuaje y la circuncisión desde hace mil años y la organización del espacio doméstico en patios en los que se entierra a los miembros del conjunto de habitación. Todas estas costumbres han permanecido vigentes hasta bien entrado el siglo XX en Camerún, Guinea Ecuatorial y Gabón y en algunos casos aún perviven.
84 5. Por lo que se refiere a la arqueología histórica, se documenta una situación de contacto cultural entre africanos y occidentales de enorme interés, en el cual los africanos abandonan por completo su cultura material y la reemplazan por la europea en un momento muy temprano (fines del siglo XVIII). 6. Además, arqueológicamente hemos podido comprobar como el Muni se inserta perfectamente dentro de la koiné esclavista atlántica, un mundo que hasta ahora era bien conocido en las Antillas y el sur de Estados Unidos, pero mucho menos en el Golfo de Guinea. Nuestro proyecto ha sido el primero en cubrir en detalle la arqueología histórica del África Centro‐Occidental, con particular atención al comercio esclavista y la colonización.
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ANEXO I. DESCRIPCIÓN DE LAS CERÁMICAS DE LA CAMPAÑA CORISCO 2012 Manuel Sánchez‐Elipe Lorente ÁREA 7. SECTOR 2 ‐ EDAD DEL HIERRO ANTIGUO (Oveng) UE 36 Es la unidad estratigráfica que cubre el yacimiento, en la que se excavaron las fosas Oveng y la que fue atravesada para excavar las posteriores fosas del grupo Nanda. Se concluye que la UE 36 constituye el suelo de ocupación Oveng (Edad del Hierro Antiguo). La UE 36 ofrece una variedad de fragmentos cerámicos que pueden caracterizarse como pertenecientes al grupo Oveng (cfr. Clist 2004, 541‐75). Entre los bordes hallados encontramos los típicos cuellos carenados convexos definidos por Clist como tipo D (2004, 564 Tableau 7‐4.D), algunos rectos y otros exvasados, bien sin decorar o decorados en su parte superior con retículas incisas. Otro tipo de borde típico es el recto, plano y engrosado de tal modo que presenta una arista saliente. Por lo general se decoran tanto en su parte superior como en la parte saliente, o se bisela la parte interior, que también va decorada. Esas decoraciones son acanaladas e incisas, tanto en forma de círculos como de pequeños segmentos rectilíneos. El resto son pequeños galbos que no sugieren la forma del recipiente. Sus decoraciones son variadas, incluyendo el acanalamiento, la incisión con punzón redondo y cuadrado, las espigas, la excisión, etc. En ocasiones combinan más de un tipo de decoración en el mismo fragmento.
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Depósito 27 (UUEE 7235‐7236) Depósito de la fase Oveng. Entre sus cerámicas cuenta con dos recipientes fragmentados de borde exvasado y labio biselado. Uno de ellos, que conserva un resto de la panza, muestra decoración de punzón circular impreso. Desconocemos la forma de sus fondos. Un galbo recuperado está decorado con líneas incisas
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formando una retícula. Ambos recipientes podrían inscribirse dentro del grupo 'pots à col concave' de Clist (Clist 2004, 564 Tableau7‐4.A).
Depósito 28 (UUEE 7307‐7308) Depósito de la fase Oveng que contiene una cerámica completa cuya base ha sido destruida por la acción de la pala excavadora, por lo que desconocemos su forma. El
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recipiente no tiene decoración alguna y tiene un borde entrante apuntado. Pertenece al grupo 'pots à col convexe' de Clist (Clist 2004, 564 Tableau 7‐4.D)
Depósito 30 (UUEE 7205‐7206) Depósito de la fase Oveng que contiene dos recipientes cerámicos fragmentados. Ambos recipientes tienen un borde exvasado de labio biselado y partido. Uno de
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ellos no presenta decoración mientras que el otro está decorado con pequeñas impresiones de punzón formando líneas (semejante a la decoración de una cerámica del deposito 27). Los tipos cerámicos son similares a los del depósito 27, esto es, al grupo 'pots à col convexe' de Clist (Clist 2004, 564 Tableau 7‐4.D)
92 ÁREA 8. SECTOR 3
El sector 3, ubicado en el Área 8, está situado al norte de los sectores 2 y 4. Fosa 42 (UUEE 8001‐8002) Los bordes sin decorar presentan un cambio de orientación fuertemente pronunciado, generando en los casos mas acusados una doble curvatura cóncavo‐ convexa. Son todos ellos rectos o ligeramente entrantes. Los labios son redondeados. Los diámetros de los recipientes oscilan entre 9 y 13 centímetros. De entre los bordes decorados podemos diferenciar al menos tres tipos. Los que presentan formas semejantes a los que no están decorados (incluyendo uno cuya carena está formada por un ángulo de 90º), con labios redondeados o planos. Los ligeramente salientes, con labio redondeado o biselado y cuyo pequeño tamaño apenas permite adivinar la forma del recipiente. Y los labios engrosados, planos o entrantes, decorados en todas sus partes. Las decoraciones incluyen la cuadrícula incisa, incisiones de líneas paralelas y en espiga, zig‐zags, acanaladuras, impresión de punzón circular y cuadrado (cfr. Clist 2004, 562‐63). Por lo general, la decoración cubre la totalidad del fragmento, incluyendo el labio en el caso de los engrosados. Los galbos presentan decoraciones parecidas, a excepción de uno que muestra una doble alineación de rectángulos realizada con excisión. Uno de los fragmentos es muy similar en forma y decoración a uno de los presentados por Clist dentro de la tradición Oveng, el tipo A 'pots à col concave' (Clist 2004, 559 Fig.7‐18.A; 556 Fig.7‐ 22.5). Los fondos son planos, con umbo interior y una hendidura en su parte central. Todos estos materiales son muy parecidos a los encontrados durante la campaña de prospección de 2009 en las áreas 6 y 7 (González‐Ruibal et al. 2011, 56 Figs. 14‐15) y la campaña de excavación de 2011 en la fosa 1 (González‐Ruibal et al. e.p. Fig.15).
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Fosa 43 (UUEE 8013, 8014, 8015, 8016) La fosa 43 podría definirse como un agregado de fosas, pues se trata de un gran depósito formado por la intersección de varias fosas que debieron excavarse en diferentes momentos. Entre los materiales cerámicos encontrados en ella destacamos los siguientes:
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Bordes exvasados de labio redondeado o biselado, en ocasiones sin decoración. Cuando van decorados los motivos realizados son acanaladuras o incisiones en zig‐ zag o espiga o imitación de trenzado de fibra. Los diámetros de los recipientes van de los 13 a los 19 centímetros. Estos bordes podrían pertenecer a las típicas botellas del grupo Nandá (Sablières/Groupe II) (cfr. Clist 2004, 603 Fig.7‐47.1/3; González‐ Ruibal et al. 2011, 52 Fig.8; González‐Ruibal et al. e.p. Fig.18). Bordes apuntados o entrantes, en ocasiones engrosados y con la parte superior decorada. Sus decoraciones son acanaladuras, impresión de punzón circular o rectangular y retículas incisas. Aunque este tipo de bordes engrosados no aparece en la tipología realizada por Clist para el grupo Oveng (Clist 2004, 559 Fig. 7.18) nosotros le otorgamos esta cronología por haber aparecido bordes semejantes en la fosa 1, excavada en la campaña de 2011 y datada en ese periodo (González‐Ruibal et al. e.p.) Los galbos recuperados son de pequeño tamaño. La decoración más abundante es la línea ondulada (wavy‐line) que puede estar ligeramente insinuada o profundamente marcada. También se decoran con espigas impresas, acanaladuras y retículas incisas. De nuevo, la decoración de líneas onduladas es muy representativa del grupo Nandá (ver Clist 2004, 605 Fig.7‐49.2, 606 Fig.7‐50, 607 Fig.7.51.1). La variedad de materiales en esta fosa puede deberse al hecho de que sea en realidad la superposición de varias fosas excavadas en momentos diferentes o que la excavación de la fosa durante la fase Nandá arrastrase materiales Oveng de superficie a su interior.
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UE 8003 Los fragmentos encontrados corresponden a recipientes con paredes curvas y bordes salientes de labio redondeado. Bien decoradas con líneas incisas en zig‐zag o sin decoración. Otro fragmento sin decorar muestra una fuerte curvatura cerca del labio pero no llega a ser una carena. El labio de este fragmento es entrante y plano; probablemente se trataría de un cuenco.
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Los diámetros de los recipientes van de los 14 a los 18 centímetros. Algunos fragmentos bien podrían pertenecer a los cuellos de las típicas botellas del grupo Nandá (Sablières) (cfr. Clist 2004, 610 Fig.7‐54).
UE 8004
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UE superficial que cubre todo el sector 3. De entre los bordes recuperados tan sólo dos nos dan información sobre el diámetro del recipiente, siendo 11 y 13 centímetros. Son en su mayoría bordes exvasados, varían entre los muy exvasados y los ligeramente salientes. Los hay también rectos y algún entrante, entre ellos uno cuenta con un labio engrosado y decorado en su parte exterior y superior, del tipo de los que aparecen en la UE 8011. Todos tienen labios planos o biselados. La mayoría están decorados con acanaladuras o líneas incisas formando retículas. Al menos uno de ellos (COR12/80065) presenta las características típicas del grupo Angondjé (ver Clist 1995, 168; 2004, 632‐52). Los galbos recuperados apenas permiten hacerse una idea de la forma del recipiente. Presentan decoraciones variadas: impresión de cortos segmentos rectilíneos, incisión en zig‐zag, acanaladura y copia de trenzado vegetal. Se ha encontrado un fondo cóncavo con umbo y un fondo plano perforado y con los extremos pulidos, lo que nos lleva a pensar que pudo ser utilizado como peso de red.
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UE 8009 La UE 8009 es la capa superior de una gran fosa (fosa 43), que al ser excavada resultó ser la unión de varias. Se han recuperado fragmentos de recipientes con bordes exvasado y labios redondeados. Las decoraciones que presentan son acanaladuras profundas, retículas
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incisas imitando trenzados de fibra vegetal e incisiones rectilíneas paralelas. El tamaño de los fragmentos impide conocer el diámetro de los recipientes. También se ha encontrado en esta UE un fragmento cerámico correspondiente a un asa en forma de aplique de sección ovoide y borde redondeado. El asa está sin decorar pero la parte del fragmento correspondiente al galbo está decorado con pequeños toques de peine que forman cortos segmentos rectilíneos incisos.
UE 8011 Esta UE fue interpretada como un suelo de ocupación Oveng, veremos cómo los materiales encontrados en ella refuerzan esta hipótesis. Se han localizado bordes salientes de labio redondeado y decoración acanalada muy similares a los de la UE 8009. También se han encontrado bordes rectos de labio redondeado y apuntados cóncavo‐convexos con un baquetón en el cambio de orientación; son muy parecidos a los encontrados en la campaña de prospección de 2009 en las Áreas 6 y 7 (González‐Ruibal et al. 2011, 56 Fig.14) y a alguno localizado en el interior de la fosa 1 (González‐Ruibal et al. e.p. Fig. 15). Por último se han encontrado fragmentos de borde con labios entrantes y engrosados, decorados en su parte superior. Las decoraciones de estos fragmentos son líneas y retículas incisas, zig‐zags, acanaladuras, impresión de punzón redondeado y roulette.
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Depósito 22 (UUEE 8007‐8008) Posible depósito de la fase Okala (Neolítico). La cerámica encontrada en este depósito no se parece a la encontrada hasta ahora en el yacimiento, eso nos lleva a suponer que pertenece a una fase diferente. A la espera de los análisis radiocarbónicos, el estudio de las piezas encontradas nos hace suponer una cronología anterior a la fase Oveng.
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Se localizaron un total de cuatro recipientes cerámicos. Tres de ellos presentan una forma similar con cuerpos acampanados y bordes exvasados terminados en labios biselados partidos. La decoración de estos recipientes incluye las líneas incisas onduladas y rectas y también en zig‐zag. Los fondos son cóncavos con umbo. Tanto las formas como las decoraciones recuerdan a la fase Okala definida por Clist para la provincia del Estuario de Gabón (Clist 2004, 489‐540). Un cuarto recipiente, más fragmentado, de fondo plano y forma abierta presenta cuatro perforaciones, elemento también común en la cerámica de la fase Okala (cfr. Clist 2004, 489 Figure 2‐216).
106 ÁREA 8. SECTOR 4
El sector 4 es un sondeo de 10x10 metros abierto en el Área 8, al norte del sector 2 y al sur del sector 3. Además de varios enterramientos del grupo Nandá y agujeros de poste se localizó una fosa detrítica (fosa 55) con abundantes fragmentos cerámicos de pequeño tamaño. Fosa 55 (UUEE 8400‐8401) Todos los bordes encontrados parecen ser variaciones de una misma forma, semejante a la de los 'pots à col convexe' definidos por Clist para el grupo Oveng (Clist 2004, 564 Tableau 7‐4.D), es decir, los cuellos muestran una carena más o menos pronunciada, entre angular y redondeada, convirtiendo los bordes bien en entrantes, bien en ligeramente exvasados. Los labios son redondeados o planos y los diámetros de los recipientes están entre los 10 y los 34 centímetros. Los bordes decorados muestran incisiones de pequeñas líneas onduladas o impresión continua de pequeños segmentos curvos (¿ungulaciones?). El borde más decorado incluye acanaladuras y excisiones formando hileras de pequeños cuadrados. Finalmente, los fondos encontrados son cóncavos, presentando umbos desde ligeramente insinuados a fuertemente marcados. La forma del fondo en uno de los fragmentos sugiere la utilización de la técnica de colombino en espiral (Gosselain 2000, 201 Fig.4.2). Se propone que estos tipos cerámicos correspondan con la cerámica doméstica del grupo Nandá.
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PROSPECCIÓN ‐ EDAD DEL HIERRO MEDIA‐FINAL Los materiales cerámicos hallados en dos de los tres yacimientos que pasamos a comentar (Área 10 y García) corresponden al grupo Angondjé, definido por Clist (1995, 168; 2004, 632‐52) para la provincia del Estuario en Gabón. En ninguno de los tres se recuperaron piezas completas, pero sí todos los elementos característicos de este grupo. El tercer yacimiento (Cruz II) ofreció materiales semejantes a las del grupo Oveng (Clist 2004, 541‐75), pero con alguna diferencia. Área 10 Yacimiento situado en la costa noreste de la isla, al noroeste de punta Italo. Los materiales encontrados son: Restos de tapaderas sin decorar y pomos de tapadera decorados con incisiones y aplicaciones cerámicas (cfr. Clist 2004, 649 Figs.7‐85.1/4; González‐Ruibal et al. 2011, 50 Fig.5). Fondos anulares sin decoración (cfr. Clist 2004, 647 Fig. 7‐83.5) y un asa o agarradera circular (puesto que no se conocen recipientes cerámicos de la tradición Angondjé con asas cabe la posibilidad que sea la agarradera de una tapadera). Las formas cerámicas corresponden, por un lado, a cuencos con diámetros que oscilan entre los 7 y los 9 centímetros. Uno de ellos, al menos, tiene fondo curvo; el fondo del resto lo desconocemos. Los bordes son rectos, ligeramente exvasados y de labio redondeado o biselado. Por otro lado, los recipientes de mayor tamaño cuentan con diámetros que llegan hasta los 12 centímetros, las paredes son rectas y, en ocasiones, algo exvasadas al llegar al borde, culminando en labios redondeados o biselados. En una de las piezas, la de mayor tamaño, encontramos una carena que le otorga una forma acampanada (cfr. Clist 2004, 645 Fig.7‐81.1). El grosor de las paredes puede considerarse fino, no excediendo nunca el centímetro.
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Las decoraciones son las típicas de la cerámica Angondjé: líneas incisas formando retículas, impresión de punzón y conchas, líneas rectas u onduladas de 'perlas' realizadas con excisión, acanaladuras, etc. Los diseños más sencillos incluyen retículas incisas, mientras que los más complejos llenan la superficie cerámica combinando todas las decoraciones posibles. Como suele ser habitual en la cerámica Angondjé suele dejarse una franja superior, la más cercana al borde, sin decorar.
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García Yacimiento situado al suroeste de la isla, a escasos 200 metros al norte del yacimiento Cruz II. Los materiales encontrados son: Un fragmento de tapadera y dos pomos de tapadera, uno sin decorar y otro con aplicaciones cerámicas (cfr. Clist 2004, 649 Figs.7‐85.1/4; González‐Ruibal et al. 2011, 50 Fig.5). Fondos anulares sin decoración (cfr. Clist 2004, 647 Fig. 7‐83.5). Los recipientes cerámicos tienen diámetros que oscilan entre los 7 y los 14 centímetros. Las paredes son rectas, ligeramente exvasadas, terminando en labios biselados o redondeados, en alguna ocasión presentan carenas. Las decoraciones más abundantes son las incisiones en forma de zig‐zag y espigas, aunque también se encuentran acanaladuras rectas y onduladas y retículas de líneas incisas. Hay un fragmento muy similar a otro encontrado durante la campaña de prospección de 2009 (cfr. González‐Ruibal 2011, 55 Fig.3.2). También hay decoraciones muy semejantes a las encontradas en el Área 10 durante las prospecciones de este año.
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Cruz II Yacimiento situado en la costa suroeste de la isla, al este de Punta Ugoni, junto a Punta Upé. En este yacimiento se encontraron pequeños fragmentos cerámicos con formas semejantes a las del grupo Oveng (Clist 2004, 541‐75) pero sin decoración. Entre ellos, bordes entrantes de labio plano y con carena más o menos pronunciada, coincidentes con la modalidad D 'pots à col convexe' de Clist (2004, 564 Tableau 7‐ 4.D). Los recipientes tienen un diámetro que va de los 14 a los 22 centímetros. También se encontró un fondo ligeramente cóncavo con umbo interior, típico del grupo Oveng, muy semejante al del tipo B de Clist (2004, 559 Fig.7‐18.B). El único fragmento decorado es un pequeño trozo de cerámica con líneas curvas incisas. Se propone que esta tipología cerámica corresponda con la cerámica de cocina del grupo Oveng.
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BIBLIOGRAFÍA: CLIST, B. 1995. Gabon: 100.000 ans d'Histoire, Libreville, Centre Culturel Français Saint‐Exupéry, Sépia. CLIST, B. 2004. Des premiers villages aux premiers europeens autour de l'Estuaire du Gabon. Quatre millenaires d'interactions entre l'homme et son milieu, Université Libre de Bruxelles, Thèse présentée pur l'obtention du grade de Docteur en Philosophie et Lettres. GONZÁLEZ‐RUIBAL, A., PICORNELL GELABERT, L. & VALENCIANO MAÑÉ, A. 2011. Early Iron Age burials from Equatorial Guinea: the sites of Corisco Island. Journal of African Archaeology, 9, 41‐66. GONZÁLEZ‐RUIBAL, A.; SÁNCHEZ‐ELIPE LORENTE, M. & OTERO VILARIÑO, C. e.p. An ancient and common tradition: funerary rituals and society in Equatorial Guinea (1st ‐ 12th century AD), African Archaeological Review. GOSSELAIN, O. P. 2000. Materializing identities: an African perspective. Journal of Archaeological Method and Theory, 7, 187‐217.
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Anexo II. Prospección paleoambiental Mª Cruz Ferro Vázquez
Introducción El medio ambiente actual es un sistema dinámico de gran complejidad, el producto de muchas interacciones ‐ retroalimentaciones, acoplamientos, perturbaciones, inducciones, etc. ‐ establecidos entre sus partes constituyentes, básicamente litosfera, atmósfera, hidrosfera y biosfera. Esta complejidad exige una visión integral e interdisciplinaria de la investigación para una reconstrucción razonable de la evolución del paisaje. La reconstrucción paleoambiental trata de invertir la flecha del tiempo: parte de las propiedades actuales observadas e intenta establecer los procesos relacionados con su génesis y los ambientes del pasado que la gobernaban. Es necesario tener en cuenta que tanto las vías progresivas como las regresivas probablemente han ocurrido, y la información que almacenan los archivos ambientales (suelos, secuencias sedimentarias, etc.) sobre los procesos genéticos puede haber desaparecido. La reconstrucción es siempre parcial porque es imposible obtener información de todas las complejidades. Además, algunos ambientes del pasado pueden haber tenido condiciones no comparables a cualquier entorno actual (Martínez Cortizas, 2000). Desde este punto de vista, hemos tratado de caracterizar las formaciones superficiales y los procesos morfogenéticos implicados en su génesis y evolución en la Isla de Corisco, con el objetivo de determinar la secuencia de eventos erosivos / acumulativos que tuvieron lugar y sus posibles causas, las vías pedogenéticas principales y su cronología. La finalidad es identificar las contribuciones naturales y antrópicas a los cambios ambientales que provocaron estos procesos en la Isla de Corisco, en particular durante los últimos 2000 años.
Prospección No existe mucha información acerca de los eventos geológicos que intervinieron en la formación de la Isla de Corisco. La hipótesis que manejamos propone el levantamiento de capas sedimentarias oceánicas a raíz movimientos geológicos relacionados con la actividad volcánica de la zona, que dio lugar a las islas de Annobon y Bioko y a los islotes Elobey Grande y Elobey Chico. Este levantamiento probablemente formó una barrera al movimiento natural del sedimento en la salida del estuario del Muni produciendo la acumulación de materiales sedimentarios de origen continental, arrastrados por el curso fluvial hasta el mar y depositados en este punto por la deriva marina. La consolidación de estos materiales y su colonización por especie vegetales permite la aparición del componente eólico como factor formador provocando, hipotéticamente, el crecimiento de la duna en cota. Los cambios en el nivel en el mar o en la dirección y energía de las corrientes marinas son factores moduladores de la evolución del relieve y configuración de la isla. Actualmente, el N y W de la isla muestran indicios de predominio de procesos erosivos, mientras que en el W y el S el contexto es netamente acumulativo como demuestra la evolución reciente de la estructura de flecha situada al SW de la isla.
117 ológico del áárea es de origen o sedim mentario maarino y eólico y la Por lo tanto, el material geo ovilización de materiales en la Isla depende de d los factores eólico ee hidrológico o. Las remo condiciones clim máticas son de muy allta pluviosid dad (alreded dor de 30000 mm/año)), con peraturas altaas y muy pocca amplitud térmica (clim ma ecuatoria al hiperhúmeedo). Los pro ocesos temp de m mineralización de la matteria orgánicca están mu uy favorecid dos frente aa los procesos de humificación y accumulación, en perjuicio de la inform mación paleo oambiental aalmacenada en los os. suelo Se exxaminó visu ualmente todo el perím metro costero de la islla en buscaa de los arcchivos ambientales que contengan las señales dde los proce esos formativos, la contrribución marina y eólicaa, cronologíía del predo ominio de un compon nente o el otro y los motivos de e este predo ominio (cam mbios en el nivel del mar, camb bios en la dirección dde las corrie entes, deforrestación, etc). más, se llevó ó a cabo una a prospeccióón superficial tratando de cubrir la m mayor parte de la Adem superrficie de la isla, a excepción de las zzonas en que la selva ce errada impeddía el tránsito. Se obserrvó y describió la estrattigrafía de pperfiles expu uestos en diversos punttos de la isla a y se abrieron calicatass en los punttos indicadoss en el Mapaa 1:
Mapaa 1: Se mueestran en azzul los puntoos prospectaados median nte la aperttura de perffiles o calicaatas.
118 1, DE2, PNA7701): Se prettende caracterizar la histtoria sedimentaria Partee E de la Isla (puntos DE1 y edaafogenética een la parte E de la isla, enn la zona con ntigua a la exxcavación. A Actualmente es un ambiente sedimentario. Dessde el puntto de vista edafogenéttico, presennta evidencias de olización, con un E álbico o muy potennte y un horizzonte spódico bien desarrrollado. podzo Costaa W (puntos MG, CW1, C CW2, CW3): Estudio de los procesoss actuales enn la Costa W W de la isla. A a el ambiennte erosivo, la playa tie ene bastantee pendiente y las Actualmentee predomina dunas que cierrran la playa a se están desmoronando, formando taludess que descubren secueencias edafo osedimentarias que nos sservirán paraa caracterizar la deposici ón de materrial de las prrimeras capaas de la Isla
Costaa S (puntos C CS1, CS2): En n CS1 aflora eel sustrato se edimentario marino (fotoo), sobre él, capas de material eólico o edafizado, muy colonizzado por la vvegetación, lo que impidde la conservvación de un n registro paleoambienta al adecuado.
119 En el SE el ambiente es sedim mentario, conn una estructtura de flech ha arenosa a ctualmente activa y edaafizada. En el punto CS2 aparecen m ateriales arq queológicos d de distintas épocas, y se e tiene inform mación de su s repetida ocupación. o N No obstante,, la reciente intervenció n con maqu uinaria en eeste punto ha convertido el regisstro paleoam mbiental y arqueológicoo visible en n una escom mbrera.
de la parte c entral de la isla (casi pe ermanentem mente encharrcada) Fluviaal (puntos F1, F2): Desd discurren múltiples cursos de e agua haciaa el mar. Se prospectan dos puntos en este amb biente fluviaal para evalu uar la potenccialidad de eestos registro os para reconstrucción dde fases de m mayor aportte hídrico freente a etapass más secas yy su cronología. Pradeeras (puntoss PE1, PE2, P PW): Se explloran dos áreas actualmente destinaadas a prade era. El objettivo es enco ontrar registros aptos para evaluaar la cronología de la apertura, uso y abandono, de esttos espacios, y buscar seeñales de lass técnicas de manejo util izadas tanto o en el o como en laa explotación n. clareo Pueb blo (punto GC C, RF1, RF2): El punto GCC se prospecta aprovechando el desm monte de un n solar que d deja al descu ubierto una ssecuencia eddafosedimentaria entre e el pueblo (luggar de García) y la iglesia. Además, sse abren doss perfiles en la carretera que da acce eso al puebloo desde el E ((RF1 y RF2) aprovechando los talud des del cam ino. Ademáss, se limpian n varios perf rfiles en el acceso a recientemente ab bierto desde el camino h asta el lugarr llamado CS2 2 en el mapaa1.
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Estrrategia dee muestreo Para conseguir laa informació ón necesariaa para la recconstrucción paleoambieental, se tra ató de e entorno que nos oocupa: secue encias seleccionar los archivos más adecuad os según el mente sedim mentarias, con la mayoor potencia de sedimento posible ppara optimizar la netam resolución cronollógica de la información. Tenieendo en cueenta esta premisas geneerales, el muestreo se diseñó d de taal forma que nos perm mita atender aa los siguientes objetivoss: 1) Ob btener inforrmación sob bre los proccesos erosivo‐sedimenta arios que inntervinieron en la formaación e histo oria evolutiva a de la isla y de la dinámica erosivo‐sedimentariaa actual, 2) Invvestigar las ccondiciones a ambientales pasadas a partir de las p propiedades de los suelos 3) In nvestigar cuáál es el sen ntido y maggnitud de laas modificacciones de laa edafogéne esis a n y los processos geoquím micos asociad dos, y conseecuencia de la ocupación 4) Ob btener datoss acerca de la cronologíaa de la historria de ocupación de la Issla, las actividades desarrrolladas porr los distintos grupos y m motivos del abandono Para esto se seeleccionaron los puntoss marcados en Mapa 2, incluyen do dos tipo os de secueencias: punttos sin evid dencias de ocupación y y actividad antrópica yy secuenciass que conteengan las señ ñales de las a actividades aantrópicas.
Map pa 2: En rojo se muestrann los puntos en que se re ecogen muesstras.
121 untos sin evid dencias de o ocupación y actividad an ntrópica cuyya caracterizaación nos pe ermita 1. Pu conocer las prop piedades del suelo que proceden de e la edafogé énesis naturral y así utiliizarlas o línea base p para la interp pretación. como Partee E de la Isla:: Se muestrean 3 p puntos: e muestrea uuno de los ta aludes El sueelo DE1 se sitúa en una zona de des agüe del Aeropuerto. Se expueestos por el corte del de epósito arennoso de W a E. Se trata d de un depóssito de 7‐8 m metros de po otencia, que presenta un n horizonte con un band deado oscuro o y rojizo quue se identifica en camp po como horizonte spódiico, y se asum me su génessis natural. Se recogen 233 muestras, de las cualees 4 corresp ponden al ho orizonte supperficial y al E álbico, 17 1 a la partte bandeada a y la inmediatamente superior e in nferior y 2 al material por debajo de ésta.
FFoto: Corte trransversal a la duna por el que desagguan las preccipitaciones de la zona del Aeropuerto o
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Fo oto. Suelo muestreado enn el corte traansversal a la a duna E (DEE1). DE2 El sueelo DE2 es u un perfil tom mado en el margen NE de la excava ación arqueoológica. Se espera e que aporte inforrmación sob bre la edafoogénesis, complementarria al perfil DE1. Se recogen muesstras cada 10 0 cm hasta 1 160 cm de pprofundidad, y a 5 cm po or debajo, doonde aparecce una costra negra y rojjiza que se id dentifica com mo horizonte e spódico. onalmente se s recoge una muestra a 260 cm de d profundid dad en el seector 2 (PNA A701), Adicio donde aflora la caapa freática. Costaa W: Se muestrean 3 p puntos: W de la Isla,, que está siendo s CW1 está situado en la duna que cierraa la playa en la costa W mantelada po or la acción n del mar yy muestra un u perfil exp puesto. El oobjetivo de e ste desm muesstreo es obteener informa ación acerca de los proce esos sedimen ntarios de fo rmación ed lla isla. Se reecogen muesstras cada 10 1 cm hastaa una profun ndidad de 180 cm, donnde aflora la a capa freátiica. Inmediattamente al N N de este peerfil se muesttrea la parte inferior de lla duna (CW W3), de formaa solapada ccon CW1 (160 0‐ 220 cm), ccada 5 cm.
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F Foto: Suelo m muestreado een la costa o occidental de e la Isla (CW11)
Foto:: Parte inferior de la duna a que cierra la playa en la costa occid dental (CW3)) olumna CW2 2 correspond de a la zona de desagüe de un curso o fluvial per manente, au unque La co apareentemente de d caudal va ariable. Se ttrata de sedimento aren noso con unn bandeado negro centimétrico o in ncluso milimétrico, apareentemente orgánico, o pro ocedente deel curso fluvial. Se os de plásticco (de 0 a 62 2 cm y de 60 a 110 cm)) para obten ner un recoggen dos testigos en tubo registtro intacto del bandeado o.
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e desagüe dee un curso flu uvial en la co osta occidenttal (CW3) Foto. Bandeado een la zona de e contengan n las señales de las activiidades antró ópicas. 2. Seccuencias que Pradeeras. Las d dos praderass muestread das tienen, aaparentemente, la mism ma composi ción florísticca. Se recoggen columnaas de muesttras en tuboos de poliettileno. En la a pradera deel E de la isla se muesstrean 2 pun ntos, uno de ellos en la zzona centrall de la prade era (PE1, 1000 cm) y otro o en el bordee (PE2, 50 cm). c En amb bos casos see realizan so ondeos prevvios con unaa sonda man nual y apareecen microcaarbones entre 25 y 50 ccm de profun ndidad. En la a pradera deel W se reco oge un testiggo de 100 cm m (PW), en e el borde W. El objetivo de este mue estreo es avveriguar la hiistoria del uso de estas praderas: sii han sido p ermanentem mente explottadas de estte modo, o si s han no con avancce de la selvaa. tenido intervalos de abandon Perfill de García. En esste suelo (GC C en el Mapa 2) aparece m mucho mate erial cerámico (40‐115 cm m) y gran can ntidad de caarbones a distintas profu undidades. SSe recogen 3 36 muestras de 5 cm, enn una columna de 180 ccm de potencia. Ademá ás, se extraeen muestrass de carbón singulares para su dattación radio ocarbónica a 60 y 125 cm y material ccerámico a 60 cm para su u análisis meediante Py‐GC C/MS.
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Foto. Perfil abierto en la zonaa de García, con el suelo muestreadoo (GC) Muesstras relacionadas con estructuras aarqueológicas excavadas. Se muestrean trees puntos de la excavacióón, indicadoss en el mapa como FO42,, DEP22 y CB B. 8001‐01): se correspondde con el re elleno de la Fosa 42, enn el Área 8 de la FO422 (MUA8UE8 excavvación. Se reecogen 11 m muestras, cadda 5 cm, de las cuales 9 son del relleeno de la fosa y 2 del m material inmeediatamente e inferior. Se recoge un frragmento de e carbón (MU UA8UE8001‐‐02), a 25 cm m, para su daatación radio ocarbónica.
Foto: Fosa 42 en el Áreea8 de la excavación del A Aeropuerto
126 epósito 22, e en el Área 8 de la excavación. DEP‐222 (MUA8UEE8007‐01): se correspon de con el De Se recogen 10 mu uestras a 5 cm de espesoor.
127 del Depósito 22, en el Áreea 8 de la excavación del Aeropuertoo Foto. Muestreo d mna tomada en el Sectorr 1, cada 5 ccm hasta una profundid ad de 100 ccm. Se CB: EEs una colum trata de una secu uencia en una zona que ppresenta graan variedad d de estructuraas en la parte más ntal de la excavación. orien
Muestreo en el sector1 de la excavación (CB) Foto. M
Mettodologíaa de muesstreo y allmacenam miento En to odos los puntos de muesstreo se llevóó a cabo unaa lectura de la estratigraafía, que se utilizó para decidir la metodología m del muestreeo. En generral, el muestreo se llevóó a cabo de forma f 5 o 10 cm,, respetando las discontinuidades estratigráficas e contíínua, a inteervalos de 5 intentando no mezclar m matterial de disstintos nive eles estratigráficos. Paraa esto, en casos necesario un n muestreo m mucho más fino, llegand do a recogerr muestras d de tan particculares fue n sólo 1 cm de espesor. Las mu uestras se allmacenaron en bolsas plásticas para su transporrte. Se secarron al aire y sse tamizaron n por una maalla de 2 mm m de luz, para a separar la ffracción grue esa de la fraacción tierra fina, que será la que sse utilice para la analíticca posteriorr. Las muestras se almaccenan en reccipientes plásticos, en coondiciones frescas y de oscuridad. En el caso de los puntos de m muestreo PW W, PE1 y PE2 (que corresp ponden a lass praderas) yy CW3 es inferioress de la playaa en el W de d la isla y qque presentan un (correespondientee a los nivele
128 bandeado milimétrico difícilmente muestreable a mano) se recogieron testigos intactos mediante la inserción de tubos de polietileno en el sedimento. Los testigos almacenaron en frío (4ºC) para su posterior corte en muestras de 1‐2 cm respetando las variaciones estratigráficas.
Tratamiento de muestras y metodología analítica prevista Pretratamiento: Descripción de las propiedades físicas (color, estructura, consistencia, cambios texturales, presencia de raíces, concreciones o cementaciones, líneas de carbones, etc.) siguiendo las indicaciones de la Guía para la Descripción de Suelos de la FAO (2006). Secado al aire, Tamizado por una malla de 2 mm de luz para separar la fracción tierra fina del material grueso Separación de carbones > 2 mm por flotación.
Caracterización física: Cuantificación de carbones de la fracción >2mm. Nos proporcionan información acerca del uso del fuego, y también indican procesos erosivos. Cuantificación de material mineral >2mm. Las líneas de gravas proporcionan información acerca de eventos erosivos. Análisis granulométrico de la fracción tierra fina. La granulometría de un suelo depende del tipo de factores erosivo‐sedimentario y su intensidad, pero también de la edafogénesis posterior. También es útil para detectar materiales seleccionados antrópicamente. Morfometría de arenas y gravas. Nos aporta datos acerca del origen eólico o marino del material.
Caracterización química: Composición elemental: elementos mayoritarios y minoritarios (incluyendo Cl y Br) por espectroscopía de fluorescencia de rayos X. Cambios en la composición elemental pueden indicar diferentes áreas fuente del sedimento, pero también pueden ser útiles para detectar intervenciones antrópicas. Acidez del suelo mediante la determinación del pH en agua y en disolución salina. Contenido total de C, N, H, S y O mediante combustión total y cromatografía de gases, C orgánico total (TOC) tras la eliminación de los carbonatos con HCl, mediante combustión total y cromatografía de gases, que informa acerca de la cantidad de materia orgánica del suelo. C inorgánico tras la oxidación de la materia orgánica con H2O2, mediante combustión total y cromatografía de gases. Indica la cantidad de carbonatos que contiene el suelo, lo que constituye un indicador de la influencia marina. Composición isotópica (13C y 15N) de la materia orgánica, restos vegetales y carbones, mediante combustión total, cromatografía de gases y espectrometría de masas (IRMS). Nos aporta información acerca de cambios en las condiciones climáticas y sobre cambios en la composición de las comunidades vegetales.
129 Composición isotópica (13C y 18O) de los carbonatos mediante combustión total, cromatografía de gases y espectrometría de masas (IRMS), con el objetivo de obtener información acerca de variaciones de temperatura. Composición isotópica del Pb de los sedimentos, para intentar establecer su origen (geogénico o de contaminación) y trazar su origen. Pirólisis con cromatografía de gases y espectrometría de masas (Py‐GC/MS). Aporta información acerca de la composición de la materia orgánica, que puede ayudar en la reconstrucción de procesos genéticos tanto naturales como antrópicos. También puede utilizarse para diferenciar el origen de la materia orgánica (animal o vegetal) en material edáfico, cerámico, etc. Contextualización cronológica absoluta mediante dataciones radiocarbónicas (14C).
Caracterización mineralógica: Caracterización mediante difracción de rayos X, que aporta datos acerca de la edafogénesis y sobre ciertas prácticas antropogénicas (uso del fuego)
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