Gobiernos y partidos en América Latina (1997)

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Rojas Campos Leticia Reseña. Gobiernos y partidos en América Latina. Un estudio comparado , Número: 6 (Año 5), Año: 1999 . Páginas: 15-19. México Disponible en: http://rimel.te.gob.mx/WebApplicationTrife/busquedas/DocumentoTrife.jsp?file=16916&type=ArchivoDocumento& view=pdf&docu=16729

Fuente: Boletín del CCJE ISSN: 1405-3403 Página web de la revista o institución editora:0 Nombre de la institución editora o responsable: Tribunal Federal Electoral

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Gobiernos y partidos en América Latina Un estudio comparado*

sta obra trata uno de los asuntos más relevantes dentro de los sistemas políticos contemporáneos y que es la vinculación entre los gobiernos y los partidos políticos, analizando el desempeño de las democracias contemporáneas. El análisis que se realiza toma en cuenta algunos de los países de América Latina en relación con sus sistemas políticos. A través de la obra en cita se realiza un estudio comparado de los gobiernos y partidos políticos en nuestro continente, por varios autores que son: César Cansino (coordinador de la obra), María Amparo Casar, Rachel Meneguello, Manuel Rojas Bolaños. El primer capítulo se titula «Las relaciones gobiernopartido en América Latina. Lineamientos teóricos para

* CANSINO , César (coordinador). Gobiernos y Partidos en América Latina. Un Estudio Comparado, México, D.F., Centro de Estudios de Política Comparada, A.C., 1997, 238 pp.

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el análisis comparado» por César Cansino en donde se examinan las condiciones de gobierno y partidos en América Latina planteando el cuestionamiento que los gobiernos democráticos están influidos por sus partidos políticos de tal manera que las decisiones asumidas por estos partidos oficiales, o bien, las políticas a seguir por el gobierno se pueden decidir en el seno de los partidos y que a través de ellos son capturados los funcionarios del gobierno. Considera los partidos políticos como instituciones a través de las cuales se establecen vínculos entre la sociedad y el Estado que ayudan a la formación de los gobiernos asegurando la personificación de la sociedad. En América Latina los partidos políticos se han encontrado con diversos obstáculos, como son inconvenientes para poder solidificarse y cumplir con sus actividades; se han encontrado con problemas de

«patrimonialismo», «caciquismo», «clientelismo», «corporativismo estatal», etcétera. Se hace referencia en este estudio a que es posible determinar tres tipos de relación gobierno-partidos que son: «separación», «fusión» y «coalición» y esto

puede medir las variables de predominio de los partidos políticos. El modelo de separación se presenta cuando el ejecutivo tiene independencia para la decisión de sus políticas aunque sea el congreso quien apruebe las acciones y en cuanto a los parti-

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dos su dominio no es programado ni influye en la decisión de las políticas. El modelo de la fusión es más especificativo en los sistemas parlamentarios donde se cuenta con la ayuda de los partidos políticos en el congreso. En el modelo de la coalición los partidos tienen un carácter dominante que por lo general se obtiene a través de pacto gubernamental que incluye un programa. Considera que el grado de influencia de los partidos políticos sobre el gobierno puede establecerse a través de: «El tipo de reclutamiento de personal gubernamental» cuando se crea el gobierno con integrantes del partido político. «El patrón clientelista» de atención gubernamental entre los partidos que es cuando se atiende a los partidos con favores específicos. Establece así niveles de vinculación gobierno-partido en el que hay una influencia de partidos en los gobiernos o inversamente cuando los gobiernos influyen y controlan a los partidos. Y así también se refiere a que la influencia puede ser alta, media, baja o nula dependiendo de las situaciones y problemáticas con las que se encuentren. También manifiesta que los países tienen «características comunes» y que de-

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ben considerarse los factores «político-institucionales». Así pues, se refieren a algunas características que se dan en los regímenes presidencialistas latinoamericanos en los cuales existen líderes así como una subordinación respecto del gobierno, además por regla general en el congreso hay una subordinación al ejecutivo, dándose la situación que dentro de los partidos políticos hay lealtad y sensibilidad en la cuestión electoral y que tienden a ser «clientelistas» a diferencia de los países occidentales. Considera además que los partidos en América Latina no dominan el proceso de creación de las políticas como sucede en algunos países de Europa, además que no representan a todos los grupos con poder en la sociedad, su influencia de gobierno es limitada. Sin embargo, considera que las elecciones pueden incrementar el papel de los partidos en el proceso de elaboración de políticas, porque ellos pueden colocar políticos del partido en la presidencia, en el legislativo y en buena parte de la burocracia; además reconoce que existen partidos en América Latina que han elaborado programas coherentes y formas constitucionales necesarias para cumplir el papel de gobierno de partido, como en el modelo

europeo. Manifiesta que cuando estos partidos suben al poder, la mayoría desempeña papeles importantes para exaltar las habilidades del jefe del ejecutivo y para poner en práctica sus políticas. Lo anterior, considera el autor, permite tener una idea aproximada del grado de partidismo en el gobierno en América Latina y tentativamente permite ubicar a los países del área en el tipo de relación gobiernopolítico llamado de separación. El segundo capítulo titulado «Las relaciones gobierno-partido en México» por María Amparo Casar, expone el tipo de relación que existe en México entre el Partido Revolucionario Institucional y los gobiernos que, al menos formalmente han llegado al poder desde 1929. Explica los orígenes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se ha mantenido en el poder por más de seis décadas, y que desde 1929 ha llevado al poder a 12 presidentes. Comenta cómo el PRI (originalmente Partido Nacional Revolucionario) es creado por la élite que asumió el poder como resultado de una gesta revolucionaria. Las prioridades del grupo político que llegó al poder después de la Revolución

era concentrar el poder político en una autoridad nacional incuestionable. Cuando el partido fue creado en 1929, se formó como una coalición de partido y otra de asociaciones que aceptaron suscribir voluntariamente principios comunes y, más importante aún, disciplinarse con respeto a la dirección política. Por tanto fue considerado como un aparato para legitimar, continuar y apoyar las políticas gubernamentales, creando un mecanismo para llevar al personal adecuado a los puestos administrativos y de representación popular. En 1933 el partido deja de ser una coalición de partidos, pues éstos fueron suprimidos o simplemente disueltos. Entre 1933 y 1938 el partido adquiere su estructura actual y define sus prácticas políticas sustantivas, es decir, construye su base con las organizaciones sociales. Se hace mención de las organizaciones de trabajadores rurales y urbanos, que comenzaron antes de que la coalición revolucionaria creara la constitución de un partido nacional y cita como las más importantes organizaciones la casa del Obrero Mundial en 1915, Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) en 1918, Partido Laborista en 1919, Confederación Noviembre - diciembre de 1999

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General de Trabajadores en 1929, Liga de Comunidades Agrarias, Ligas Campesinas y Partido Nacional Agrarista en los inicios de los años veinte, Liga Nacional Campesina en 1926. Su participación política y su cercanía al gobierno no eran nuevos; sin embargo, muchas de estas organizaciones estaban estrechamente vinculadas a los hombres fuertes de sus regiones de origen. Posteriormente hace una referencia a la situación histórica que privó ante la crisis Obregón-Calles y cómo Lázaro Cárdenas fue nombrado candidato por el PNR para el período presidencial 1934-1940. Relata que Calles controlaba los hilos del poder, surgiendo por esto la necesidad de Cárdenas de acercarse a los grupos que hicieron la revolución y crearon la Constitución. Finalmente, menciona cómo Cárdenas transformó a las organizaciones sociales en puestos reales de poder, resultando exitoso su proyecto. También menciona que el gobierno mexicano en sus más altas esferas no ha sido un gobierno formado de hombres de partido, pues estos realizan sus carreras fuera del partido. Realiza un estudio y estadística en relación con el reclutamiento de la clase política tratando de descubrir Noviembre - diciembre de 1999

las posiciones y la influencia que estos tuvieron en el partido antes de asumir cargos públicos. Por otra parte, realiza una serie de aseveraciones respecto del poder ejecutivo. Además menciona que ambas cámaras del poder legislativo estuvieron dominadas por el «partido casi único» de 1934 a 1988, y dado que el faccionalismo —particularmente a nivel parlamentario— no es producto de nuestro partido dominante, no existe conflicto en este aspecto. Reconoce que el gobierno mexicano, como cualquier otro, actúa bajo una serie de restricciones que incluyen como actores políticos sociales más relevantes a las instituciones. La tradición también reconoce que los partidos de oposición y los grupos de presión se han multiplicado, sobre todo, han ganado un mayor status en la arena política. Menciona también el «clientelismo», al que conceptúa como relaciones patrón-cliente que son un fenómeno que permite tanto la estructura formal como el funcionamiento del sistema político mexicano, y que es un práctica inevitable que rige la interacción política. Finalmente, después de un análisis de los últimos gobiernos de México, llega a la conclusión siguiente:

Que mientras las cabezas del ejecutivo van y vienen cada seis años, el PRI permanece como la institución que confiere permanencia y continuidad al sistema político mexicano. Además considera que cada uno de estos puntos requiere de mayor investigación y de mejor elaboración, que estudios posteriores podrían dirigirse a indagar si la relación gobierno-partido se encamina hacia la «abdicación» al poder por parte del PRI o si se trataría más bien de un fenómeno de delegación. El tercer capítulo se titula «Las relaciones gobiernopartido en Brasil» por Rachel Meneguello, quien dice que su estudio se basa en la relación gobierno-político, inicio de la nueva república brasileña (1985-1992) y que trata de evaluar los patrones políticos comunes. Considera que en Brasil existe una fragilidad partidista y un papel dominante del estado. En este aspecto cita al tratadista Touraine que en 1986 manifestó que la principal debilidad de la democracia fue y sigue siendo el haber establecido actores sociales independientes, lo que hizo irrealizable la afirmación de partidos políticos representantes de intereses organizados, que la diferencia de América Latina con respecto a las democracias es que éstas

basan su fuerza en la institucionalización previa del conflicto existente entre las fuerzas sociales de las sociedades democráticas. En Brasil el estado asumió la iniciativa de estructurar el sistema político-nacional perjudicando la institucionalización del sistema de partidos del país que, desde 1889 (en el período republicano), se carece de raíces sociales en su composición y presenta un perfil débil, que por tanto son raros los grupos de características ideológicas o clasistas. Hace mención de la formación del Partido Comunista en 1922, el cual existió legalmente de 1945 a 1947, y después en 1985 y de partidos de los trabajadores en 1979, considerando que representan asociaciones políticas legítimas y cuentan con un perfil ideológico que representa intereses organizados con independencia de la élite política tradicional. Considera que en el caso brasileño, a diferencia de las democracias occidentales incluyendo las latinoamericanas, la estructura estatal funcionó como una variable determinante de la formación y las acciones de los partidos políticos, haciendo difícil la institucionalización del sistema político. Relata la extinción de los 13 partidos que existieron

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entre 1946 y 1964 y el establecimiento bipartidista que se crea mediante un acta de gobierno militar en 1965, Alianza Renovadora Nacional Partido del Gobierno (ARENA) y Movimiento Democrático Brasileño (MDB), partido de oposición que agrupa a la clase de política y a la mayoría de las organizaciones sociales. Relata cómo en la Nueva República (1985-1992) se consigue una diferente normatividad y surge un programa de la Alianza Democrática, por lo que se crea otro régimen de conciliación política estableciendo metas de combate contra la pobreza y la inflación; la reorganización institucional, incluyendo cambios en la legislación electoral en los partidos y en la elaboración de una nueva Constitución en el año 1988 con medidas de descentralización y desburocratización. La autora considera que en el caso brasileño las estructuras partidistas tienen una baja influencia en la dinámica gubernamental, pero existen límites de la dimensión de las élites en el gobierno de partido, lo que supone un gobierno formado por hombres de partido. En términos generales, considera los siguientes elementos en la situación relación gobierno-partido: Existen aspectos de coalición política que involucran

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la presencia de partidos ideológicamente diferentes, debilidad de estructuras partidistas, un fuerte poder ejecutivo centralizado, un gobierno federal muy dependiente de gobiernos estatales debido al peso estructural y político de la federación y dificultades para lograr apoyo político en el congreso. En Brasil la vasta extensión geográfica y la diversidad cultural no representan mayores dificultades para el poder central; por el contrario, el proceso de construcción del estado nación se desarrolló desde el inicio del período republicano. En la Nueva República nace el Plan Cruzado en julio de 1984, en donde un grupo de economistas se reunió para discutir las políticas de precios y un plan para combatir la inflación. Esto creó la definición de los aspectos sustantivos de las políticas, a pesar de que el plan fue la combinación de medidas progresistas de distribución del ingreso y una forma imperial de tomar las decisiones, tuvo un débil apoyo político. También observa que se dan las relaciones de «clientelismo» y «patronazgo» que son prácticas políticas sociales que surgen debido a la cultura política nacional en relación con las formas de organización y representación de intereses. Concluye el capítulo ma-

nifestando que las debilidades del gobierno de partido brasileño residen en la escasa capacidad de los partidos para arraigarse socialmente. El capítulo cuarto trata de «Las relaciones gobierno-partido en Costa Rica» por Manuel Rojas Bolaños. El autor considera que las relaciones entre partidos políticos y gobiernos electos han sido poco estudiadas en Costa Rica, donde resalta la actuación de los partidos políticos Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana. Por otra parte, hace referencia al impedimento que tienen los empleados públicos, pues no pueden dedicarse a las actividades políticas durante su jornada laboral así como tampoco el presidente de la república, los ministros, viceministros, al igual que los oficiales mayores de los ministerios no pueden realizar ningún tipo de acción partidista durante el ejercicio de sus cargos, de conformidad con el artículo 88 constitucional. Hace referencia a las elecciones de 1994, en las que participaron ocho partidos a nivel nacional, siete de ellos con candidatos presidenciales; siete inscritos a nivel provincial (con candidatos diputados y munícipes) y uno a nivel cantonal. Pero esta imagen de pluralismo se rompe ante la rea-

lidad, porque la escena política está dominada por dos grandes partidos: Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC). Explica cómo se ha consolidado el bipartidismo en la última década hasta principios de los años 80, en que existía la dominación del Partido Liberal Nacional que se funda en 1951 con un programa de modernización de la sociedad y el estado. Los partidos pequeños se coaligaban y es hasta 1984 cuando se conformó el Partido Unidad Social Cristiana y que actualmente tiene también influencia social. Al hacer referencia al sistema electoral y el régimen político, de acuerdo con el texto de la Constitución Política de 1949, Costa Rica es una república democrática, libre e independiente y el gobierno de la república es popular, representativo, alternativo y responsable. Lo ejercen tres poderes e independientes entre sí: legislativo, ejecutivo y judicial. La elección de presidente y vicepresidentes se realiza simultáneamente con la de diputados de la asamblea legislativa y con los munícipes. La elección presidencial ejerce una influencia directa en los resultados de las elecciones de diputados y munícipes. Noviembre - diciembre de 1999

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En lo referente a la clase política, relata que la pertenencia partidaria implica no solo simpatía por el partido, sino una posición de participación efectiva dentro de las actividades de éste. Hace referencia también que los partidos políticos juegan un papel importante canalizando demandas que provienen de los sectores sociales y de grupos de interés de diverso tipo presentes y también de los grupos fuera de la organización que se acercan al partido o a los cuales él desea acercarse. Como conclusión, hace mención que los dos grandes partidos analizados constituyen organizaciones con suficiente capacidad para participar en los procesos electorales, como movilizar al electorado y ganar las elecciones, pero que no son capaces de gobernar y que en raras ocasiones se hace sentir la presencia del partido actuando independientemente del ejecutivo en asuntos de trascendencia nacional. En el quinto capítulo «Las relaciones gobiernopartido en América Latina (Conclusiones)» por César Cansino, se hace referencia, a grandes rasgos, respecto a los puntos coincidentes de los países analizados en la obra y que son los siguientes: 1. Los partidos gobernantes por lo general no deNoviembre - diciembre de 1999

ciden en su interior las políticas de los gobiernos. El ejecutivo tiene una gran autonomía en las decisiones y no son responsables ante los partidos políticos; asimismo, los presidentes integran sus gabinetes de una manera independiente. 2. El nivel de partidismo en el gobierno es mínimo y por lo general se limita a presiones «clientelistas», que solo ejercen una influencia indirecta en la composición de los gobiernos. 3. Menciona que la relación gobierno-partido en América Latina está caracterizada por el modelo de separación debido a que el ejecutivo tiene una gran autonomía en cuanto al reclutamiento y para decidir las políticas que pondrá en práctica, independientemente que el Congreso pueda influir, en la medida en que le compete, para aprobar las acciones del ejecutivo, y que la influencia de los partidos se hace sentir en forma aleatoria. 4. Las relaciones gobiernopartido en América Latina establecen dependencias. Por otra parte, respecto de los países analizados, estima que Costa Rica constituye la democracia más estable en América Latina;

que Brasil se encuentra en un proceso de consolidación democrática, ya que tiene dificultades en la afirmación de los principales partidos políticos, y que México atraviesa por un proceso de transición democrática. Hace mención del «clientelismo» que aparece en el partidismo del gobierno de América Latina, aunque manifiesta que no es tan radical la presión que pudieran ejercer los partidos sobre el gobierno y que estos se vean obligados a canalizar recursos al partido para asegurar su respaldo. Destaca el predominio de los sistemas presidencialistas en los países de Amé-

rica Latina y manifiesta que los ordenamientos institucionales de nuestros países están urgidos de una reforma estructural del estado que contribuya a mejorar las relaciones gobierno-partido, modificándose así el funcionamiento centralizado y autónomo de la administración pública. Concluye diciendo que aún existe en América Latina el potencial y la inventiva necesarios para encauzar nuestras frágiles democracias en un camino más promisorio en la consolidación democrática. Lic. Leticia ROJAS CAMPOS Profesora Investigadora del CCJE

Unidad de Investigación y Análisis de la Coordinación de Comunicación Social

Los 14 estados en donde se realizarán elecciones locales

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