Gijoneses contra la tauromaquia: precedentes históricos (I y II)

Sábado 12.09.15 EL COMERCIO

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a tradicional protesta antitaurina frente a la plaza de El Bibio alcanzó el pasado mes de agosto una repercusión mediática inusitada, especialmente si la comparamos con las que se organizaron en veranos anteriores. El debate ha continuado incluso tras la Feria de Begoña, hasta que este jueves se votaron en el pleno del Ayuntamiento unas proposiciones que se saldaron con el rechazo a una eventual prohibición del espectáculo taurino, de forma que puedan seguir acudiendo a verlo quienes lo deseen. Al margen de la opinión que le merezcan a cada uno, las protestas antitaurinas entroncan con una tradición que, siquiera desde el punto de vista histórico, no tiene menos legitimidad que la que se arrogan los defensores de la lidia. Así que se equivocan quienes consideran que es fruto de una moda pasajera o hija de los últimos años, porque el rechazo de la tauromaquia se documenta en Gijón desde épocas bastante antiguas, pudiendo hallarse unos cuantos ejemplos de lo que, al correr del tiempo, terminó alumbrando un verdadero movimiento de opinión. El historiador avilesino David Arias, al estudiar la documentación municipal de su ciudad a finales del ochocientos, constató que ya hacia los siglos XVI y XVII hubo «enemigos de lo que hoy llamamos fiesta nacional», como por ejemplo los regidores que consideraban «superfluos los gastos que ocasionaban los toros». La razón en este caso era crematística, pero el dato resultaba bastante significativo. Si nos centramos en Gijón, la primera referencia obligada es Jovellanos, que ya en el siglo XVIII

SERGIO SÁNCHEZ COLLANTES

PROFESOR E INVESTIGADOR EN LA UNIVERSIDAD DE BURGOS

GIJONESES CONTRA LA TAUROMAQUIA: PRECEDENTES HISTÓRICOS

Gaspar Melchor de Jovellanos en un retrato de Francisco de Goya . ponía en cuestión el calificativo de «diversión nacional» que entonces, antes incluso de que surgiera el Estado-nación, tanto se usaba para aludir a las corridas de

Bautizo de surf a favor de los afectados de fibrosis quística :: E. C. GIJÓN. La playa de San Lorenzo será escenario esta tarde, de 16.30 a 18.30 horas, del primer bautizo de surf solidario en favor de los afectados de fibrosis quística de Asturias, coincidiendo este mes con la celebración del día mundial. Esta innovadora actividad está organizada por uno de los afectados, Abraham Clemente, y la firma Tablas Surf School,

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en colaboración con la Asociación Asturiana de Lucha contra la Fibrosis Quística. El evento está dedicado a los afectados por esta enfermedad, que pasarán dos horas lejos de pastillas, inhaladores, aerosoles y fisioterapias para disfrutar de una de las mejores medicinas, que es el deporte. Los organizadores apuntan, además, que el surf moviliza todos los seg-

toros. Lo hizo en una memoria sobre los espectáculos públicos de 1790, en la que calculaba que, en realidad, quienes las presenciaban no eran más de una centésima

mentos del cuerpo, mejora la capacidad pulmonar y ayuda a la limpieza de las vías respiratorias. La finalidad de este bautizo de surf es la divulgación de la dolencia entre las personas que se acerquen o pasen por el evento, así como demostrar a los propios enfermos la capacidad que tienen para realizar actividades cotidianas a pesar de las muchas complicaciones y barreras a las que se enfrentan. Los organizadores ya están pensando en realizar el próximo año un segundo bautizo de surf con muchas novedades y mayor afán informativo a la población.

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parte de los españoles. Frente a otros testimonios que sostenían lo contrario, matizaba su alcance de una manera sustancial: «no ha sido jamás una diversión, ni cotidiana ni muy frecuentada, ni de todos los pueblos de España, ni generalmente buscada y aplaudida. En muchas provincias no se conoció jamás; en otras se circunscribió a las capitales». La producción escrita del ilustrado contiene otras apreciaciones de lo más elocuentes. En una carta que en 1792 le remitió al teniente de navío José Vargas Ponce, por ejemplo, aseguraba que «el reino de Galicia, el de León y las dos Asturias» desconocían «enteramente» las corridas de toros; que en Europa veían a los españoles como bárbaros por mantenerlas, y que su extensión habría de resultar nociva para los ánimos populares, la agricultura y la industria. Avanzó el siglo XIX, prendieron las nuevas ideas liberales, y después las republicanas, socialistas y anarquistas; y en todas esas culturas políticas hubo gijoneses que preservaron el fuego antitaurino. Evaristo Escalera consideró «un espectáculo exótico» las corridas que se organizaron en la villa en 1865, al tiempo que apostillaba: «¡Toros en Gijón! El autor de este artículo no puede acostumbrarse a esta idea, porque representa para él una cosa extraña, como una danza prima entonada en corro por un centenar de chulos». Tampoco faltaron en las instituciones municipales representantes opuestos a la lidia, como se puso de manifiesto en 1874, concretamente en la sesión del 28 de julio. Entonces, varios concejales rechazaron la propuesta de construir una plaza de toros en la villa.

Cambios en los horarios del servicio de salvamento en las playas gijonesas :: E. C. GIJÓN. El Ayuntamiento de Gijón ha informado de los cambios en los horarios del servicio de salvamento que se pondrán en marcha a partir de pasado mañana. En la playa de San Lorenzo, este ser-

Se trataba de los ediles Víctor Menéndez Morán –pariente de Azcárate–, Francisco Roces y Nemesio Sanz Crespo, un histórico progresista cercano al ideario democrático que había presidido la Junta Revolucionaria que se formó en la ciudad en 1868. Pues bien, en ese pleno veraniego se discutían los proyectos a los que habría de ajustarse la construcción del complejo de ocio de Los Campos Elíseos, y el edil conservador Jove y Hevia impugnó uno de los diseños porque no preveía la existencia de una plaza de toros, algo que a su juicio serviría para atraer visitantes. Entonces, los tres concejales mencionados arriba se opusieron a la idea de que fuese conveniente añadir un coso, alegando «que ni las costumbres de la localidad aceptaban tan repugnante espectáculo, ni el pueblo tendría ventajas con la venida de forasteros», pues si únicamente asistían a las corridas su estancia «sería momentánea». Como sabemos, Gijón dispuso finalmente de una plaza, pero no en Los Campos, sino en El Bibio, donde se inauguró en agosto de 1888. Su construcción no se produjo sin controversias, ya que la tauromaquia seguía teniendo sus detractores y el goteo de críticas siguió en las tertulias y en la prensa. En los periódicos de la villa se hallan diseminadas un montón de referencias que atestiguan el rechazo de la lidia en un sector de la opinión vecinal. Sirva como botón de muestra una viñeta que publicó La Comedia Gijonesa el 11 de agosto de 1889. En ella se ve a dos hombres que charlan, y uno dice: «¿Yo a los toros?... ¡No señor! / No quiero juegos brutales. / ¡Y además soy protector / de animales!».

vicio estará activo entre las 11 y las 19 horas, mientras que en los arenales de Poniente y El Arbeyal lo estará de 12 a 19 horas. En muchas de las playas asturianas el servicio de salvamento ya se dio por finalizado el pasado martes, pero en los tres principales arenales de Gijón continuarán este mes. Durante el grueso de la temporada estival la plantilla del servicio de salvamento llegó a contar con 48 socorristas, que vigilaron seis arenales en prevención de cualquier incidente. A partir del lunes solo se vigilarán tres playas.

Domingo 13.09.15 EL COMERCIO

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l empezar el siglo XX esa corriente de opinión sobrevivía. Incluso se había producido una confluencia de sectores políticos de la izquierda que auspiciaron iniciativas tan singulares como la ‘Fiesta Cultural y Antitaurina’, organizada en El Coto de San Nicolás la tarde del sábado 15 de agosto de 1914, coincidiendo con las fiestas de Begoña. Se trató de un acto masivo al aire libre planteado como una especie de jira campestre, de merienda democrática en la que hombres y mujeres, niños y ancianos podían ensayar un ocio alternativo que resultase fraternal, edificante y virtuoso; todo lo contrario del sangriento espectáculo verificado en las plazas, al cual respondieron simbólicamente implicando a los niños en el gesto de liberar decenas de pájaros. Allí, en medio de una escenografía realzada con flores, lemas, estandartes y música, se reunieron -según algunos periódicoshasta 4.000 personas. Habían respondido a un llamamiento hecho «al pueblo consciente» para que asistiera a lo que los promotores consideraban una «fiesta de cultura social, de sano naturismo, que se inspira en nobilísimos sentimientos de humanidad y que responde a elevados ideales de civilización y progreso»; «un canto potente y efusivo a la vida»; un acto que encarnaba «el avance de los elementos progresivos en lucha contra la barbarie». La octavilla de la convocatoria se remataba con un emotivo colofón: «Ni la pusilanimidad ni el apocamiento determinan nuestra profunda aversión a la tauromaquia, sino un vivísimo anhelo de robar víctimas al dolor, evitar inútiles derramamientos de sangre, ahogar instintos de cobarde crueldad, ennoblecer al hombre».

Partido Federal Entre las organizaciones que suscribieron la convocatoria y que estuvieron representadas en el comité organizador, se hallaban el Partido Federal, las secciones juveniles de varias agrupaciones políticas (reformista, socialista y republicana), las socieo dades del Centro Obrero que existía en la calle dee Anselmo Cifuentes, el Ateneo Obrero de Gijón,, eel Centro Instructivo Republicano, el Grupo Divulgación Libertaria, la Asociación de Agriculto-res y las diversas asociaeciones de Cultura e Higiene que se habían creado en los barrios de Tremaalñes, El Natahoyo y La Caliezada. A la protesta se unieurron, pronunciando discurecsos, algunos de los intelectuales más prestigiosos del nmomento, como el entonces rector Aniceto Sela o e, Gumersindo de Azcárate, quien años antes, junto

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identificó el universo taurino con «el baldón de España» y lo opuso a la inteligencia: «Mientras se adore al torero, los cerebros no trabajan en nobles funciones». A los obreros presentes, les espetó: «No puede haber ideas sociales mientras un torero gane en dos horas 6.000 pesetas». Y a los republicanos: «Creéis ver el mayor enemigo en el clericalismo, cuando ese peligro está en los toros». Además, describió el sufrimiento del toro en términos muy expresivos: «Quien supiese leer en aquellos ojos sanguinolentos, tristes, no volvería más a los toros». Y sus conclusiones eran tajantes: «El héroe, el artista, es el toro».

«Ella lo tomará»

Fiesta Cultural Antitaurina en Gijón (Mundo Gráfico, Madrid, 2-IX-1914, Biblioteca Nacional).

SERGIO SÁNCHEZ COLLANTES

PROFESOR E INVESTIGADOR EN LA UNIVERSIDAD DE BURGOS

GIJONESES CONTRA LA TAUROMAQUIA: PRECEDENTES HISTÓRICOS con Francisco Giner de los Ríos, había puesto Asturias como modelo de cultura argumentando que «en esta región plagada de escuelas y establecimientos de enseñanza no vivía ningún circo

taurino». Ahora bien, la principal impulsora, la responsable del llamamiento originario, fue la denominada Sociedad Antiflamenquista de Gijón, que decía haberse fu fundado «al calor de la pala palabra de Eugenio Noel». Este propagandista antitau taurino, que dio conferencias en varias poblaciones astu asturianas, había estado en la villa pocos meses ant antes, al poco de empezar la primavera p de 1913, y pro pronunció discursos en va varios locales. Era conside derado un publicista revo volucionario y hubo qu quienes -como algunos re redactores del diario co conservador El Carbayó yón- reclamaron que se p prohibiesen las interv venciones del combativ vo forastero, que tamb bién habló de ideas socciales, de movimiento o obrero, de progreso, de ccultura e historia europ peas y de avances cienttíficos. En un abarrotad do teatro de Jovellanos, el ateneísta Rafael Riera presentó a Noel recordando que «empezó su apostolado en na uri tita An y Fiesta Cultural contra el flamenquisConvocatoria de una ). ón Gij 4 (Archivo Municipal de mo y el torerismo por Gijón, en agosto de 191

creerlos originarios de muchos de nuestros males y por creer que nos denigran ante Europa». Específicamente antitaurina fue la conferencia que impartió en el teatro de los Campos Elíseos el domingo 30 de marzo. Según los cronistas, Noel explicó «los males que las corridas de toros causan a España»; habló de «señoritos chulos nutriendo los lupanares y burlándose de Europa»; ridiculizó la vestimenta del torero, negó su valor y lo definió como «el símbolo de un hombre degenerado»; censuró al poder eclesiástico por permitir las capillas en las plazas y añadió que «tanto a la Iglesia como a la monarquía les conviene la ignorancia del pueblo». En resumen,

No menos rotundos fueron los juicios vertidos en la intervención que había protagonizado en el Ateneo Obrero el lunes 24 de marzo. En ella, se lamentó de que en España se destinasen a la instrucción pública menos de 100 millones y al espectáculo taurino 232; que hubiera menos de una decena de universidades y casi 400 plazas de toros. Pero se mostró de todo menos conformista, exclamando: «Si a la cultura no se le da dinero, ella lo tomará». Lo más interesante es que su visita se financió mediante una suscripción a la que contribuyeron asociaciones pero también vecinos, lo que permite conocer nombres de varios antitaurinos del momento, algunos tan conocidos en la villa como Donato Argüelles, Lucas Merediz, Dionisio Cifuentes, Gervasio de la Riera o Claudio Fernández Rúa. El dinero recaudado sirvió para abonarle 300 pesetas a Noel y para pagar el hotel, el alquiler de locales y la impresión de octavillas.