GESTOS PRECURSORES DE LA PLANIFICACIÓN TURÍSTICA ESTATAL DURANTE EL PRIMER PERONISMO (1943 – 1955

August 8, 2017 | Autor: C. Bassan | Categoría: Peronismo
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VI Congreso Latinoamericano de Investigación Turística Neuquén, 25, 26 y 27 de Septiembre de 2014

GESTOS PRECURSORES DE LA PLANIFICACIÓN TURÍSTICA ESTATAL DURANTE EL PRIMER PERONISMO (1943 – 1955) Lic. Carlos E. Bassan [email protected] FEHGRA – UADE

Introducción: El presente trabajo aborda, dentro de la historia del turismo en la República Argentina, el período correspondiente a los primeros gobiernos peronistas o conocido también como Peronismo Clásico (1943-1955). Este gobierno se caracterizó por la configuración de un modelo de desarrollo turístico paradigmático y con un fuerte contenido e ingerencia social que repercutiría en todo el sistema turístico nacional e implantaría definitivamente una nueva concepción y práctica del turismo y del tiempo libre en la sociedad argentina. Si bien la historiografía ha dedicado numerosos estudios y volúmenes al tema del peronismo, los trabajos referidos específicamente al turismo en dicho período de gobierno no abundan. Esto no sorprende en realidad ya que el turismo y su historia como objeto de estudio en nuestro país han recibido escasa atención académica. Recién en estas dos últimas décadas surgieron trabajos que relevan y rescatan su legado. Por otra parte, es significativo que algunos estudios recientes presenten una valoración mucho más positiva de la experiencia peronista, aún cuando marcan variados matices en ese proceso de alta complejidad interpretativa. Nuestra investigación se propone analizar el fenómeno moderno de la planificación, como instrumento de organización y gestión del Estado en la esfera del turismo. De esta manera, intentamos avanzar en un aspecto controversial y poco estudiado del peronismo. Dentro de los trabajos que tratan algún aspecto del tema de la planificación y la política turística desarrollada durante el primer peronismo encontramos a Scarzanella (1998), Pastoriza (1999, 2002, 2004, 2008 y 2011), Schlüter (2001), Torre y Pastoriza (2002), Troncoso y Lois (2004), Capanegra (2006), Bertoncello (2006), Wallingre (2007), Villanueva (2007), Khatchikian y Murray (2008), AAVV (2008), Troncoso, Kuper y Ramírez (2010), Piglia (2010 y 2012). Estos estudios abordan parcialmente esta temática y lo hacen enfocando la intervención y política del Estado en materia de ocio y turismo social especialmente, sin poner el eje y dejando un vacío importante en lo relacionado a la organización y planificación del gobierno en materia de desarrollo turístico. En esta línea se inscribe nuestra investigación que pretende significar una nueva mirada en la materia a través del relevamiento y análisis de los Planes Quinquenales de Perón, los programas de turismo social, los discursos y demás publicaciones oficiales por considerarlos el corpus de fuentes primarias más relevante para nuestro trabajo.

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Del intervencionismo defensivo1 al Consejo Nacional de Posguerra: Antecedentes de la planificación estatal y “moderna” en nuestro país Los antecedentes de la planificación estatal “moderna” en nuestro país podemos hallarlos en los comienzos de la década del ’30, a través de aquellas primeras medidas intervencionistas defensivas del Estado, para hacer frente al gran impacto causado por la Crisis Mundial de 1929. Con la “Década Infame” de telón de fondo, la vida económica del país tiene como ejes dominantes esa crisis internacional y el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Para mitigar sus repercusiones se inicia en esta década un período de fuerte intervención del Estado, la cual pasa a ser la condicionante fundamental del Desarrollo Económico, acompañado por una expansión de la industria sustitutiva de importaciones. (Ferrer, 2004) El Plan de Acción Económica Nacional elaborado en 1933, presentado por el entonces Ministro de Hacienda, Federico Pinedo, y conocido públicamente por una serie de discursos radiales a fines de ese año, puede considerarse como el primer ensayo de intervención a mediano plazo en Argentina. Ese plan apuntaba a salvaguardar el crecimiento de la producción agropecuaria y a fortalecer el sistema financiero nacional, y contemplaba el control del comercio exterior y la política de cambios selectiva que ya se estaban llevando adelante. Como medida de protección para los distintos sectores productivos, fueron creados, entre agosto de 1933 y diciembre de 1935, diversos organismos de apoyo, como Juntas Reguladoras, Juntas Nacionales, Comisiones Nacionales y Comisiones Asesoras, destacándose entre ellos, la Junta Nacional de Carnes y la Junta Reguladora de Granos. La creación del Banco Central de la República Argentina el 31 de mayo de 1935 marcó un hito institucional en ese sentido. Por cierto, todas estas primeras regulaciones del Estado en la década del ’30 no respondieron a una planificación preordenada y precisa, pero sí irán evidenciando un cambio de actitud y protagonismo del mismo hacia un nuevo escenario de la economía mundial y nacional, a la vez que ratificarán la necesidad de la planificación –como fenómeno moderno- y herramienta fundamental para ordenar la acción del estado en el campo económico. El comienzo de la Segunda Guerra Mundial origina una nueva alteración en el comercio internacional que obliga a nuestro país a replantear su economía. Entonces aparece el Plan de Reactivación Económica, conocido como “el Plan Pinedo de 1940”, aunque su mentor intelectual y principal redactor fue Raúl Prebisch. La estrategia de desarrollo del Plan consistía en estimular la demanda interna, sustituir importaciones y diversificar las exportaciones promoviendo las industrias con potencialidad exportadora, hacia países vecinos y hacia Estados Unidos. Este Plan, que como muchos otros no llegó a aplicarse, fue aprobado por el Senado pero no logró igual resultado en la Cámara de Diputados, que ni siquiera llegó a tratarlo. Sin embargo muchos aspectos conceptuales fueron aplicados con posterioridad. Se frustraba así la puesta en marcha de un programa que según Llach (1984: 517) 1

Salvador Oría (1944).

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Tenía el significado especial de ser el primer documento del Estado en el que se considera la posibilidad de modificar parcialmente la estrategia de desarrollo económico vigente. A tal fin el programa procura conciliar la industrialización con la economía abierta, fomentar las relaciones comerciales de la Argentina con los Estados Unidos y con los países limítrofes y crear un mercado de capitales.

Las experiencias de intervención del estado en el escenario económico hasta aquí reseñadas constituyeron un conjunto de medidas coordinadas dirigidas a resguardar el desarrollo de determinados sectores y sostener el nivel de actividad económica más que verdaderos planes económicos tal como hoy se los definiría. De todas maneras, fueron creando, en nuestro país, la conciencia de la necesidad que el estado debía mostrarse activo en la orientación de los procesos económicos, más aún en las coyunturas de crisis (Cordone, 2004). En este sentido, Berrotarán (2003:7) afirma “si durante los primeros años de la década de 1930 se justificaba la intervención como respuesta circunstancial a la crisis, la depresión de 1937-1938, el inicio del conflicto mundial en general y el Plan de Reconstrucción Económica de 1940 -conocido como Plan Pinedo- en particular, instalaron definitivamente la idea según la cual el estado puede -y debe- crear condiciones favorables, ofrecer incentivos a las actividades del sector privado e imprimir todo el impulso para combatir la depresión económica”. Compartimos la idea de Predrazzoli y Fiszbein (2007) en que la expansión de la intervención estatal orientada al impulso del proceso de industrialización coincidió con el comienzo de la historia de la planificación en Argentina.

El Consejo Nacional de Posguerra: Primer organismo argentino de planificación En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial -agosto de 1944- el Gobierno argentino creó el “Consejo Nacional de Posguerra (CNP)”, un organismo de carácter consultivo que tendría como tarea principal la de “coordinar la acción del estado en cuanto se relaciona con las cuestiones de índole social y económica”2. Estuvo presidido por Juan Domingo Perón en calidad de Vicepresidente de la Nación, quién tendría a su cargo la dirección superior de los estudios sobre ordenamiento social y económico del país. Se estimaba que las repercusiones de la posguerra afectarían gravemente a la economía nacional generando una gran incertidumbre que recorría amplios sectores de las clases dirigentes. La actuación previsora del Consejo Nacional de Posguerra trató de dar respuesta a los problemas que éste consideraba más urgentes, a saber: dar ocupación a la “totalidad” de la mano de obra disponible; organizar un sistema completo de seguro social; mantener la libertad de la economía; y delimitar con precisión y prudencia el campo de acción del estado en el terreno económico-social. La formulación de un plan integral de desarrollo prevista al momento de su creación no alcanzó a concretarse. Pero en el transcurso de 1945 el CNP elaboró un documento 2

Vicepresidencia de la Nación Argentina, Consejo Nacional de Posguerra. (1945). Ordenamiento económico-social. Buenos Aires: G. Kraft. p.77.

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denominado “Ordenamiento económico y social”, que realizaba un diagnóstico sobre la situación económica y social de Argentina hasta 1943 y sugería un plan de acción de corto plazo y un conjunto de medidas con un horizonte de hasta cinco años, que apuntaban a profundizar la industrialización concentrando la atención en los sectores de materias primas de origen nacional, combustibles, energía eléctrica, maquinarias y medios de transporte (Moreno, 1978). Para el estudio se realizó un relevamiento sistemático de las estadísticas económicas y sociales disponibles. Las limitaciones y deficiencias en la información eran manifiestas y habían sido reconocidas. En 1944 se creó la Dirección Nacional de Estadísticas y Censos, que en 1947 llevaría a cabo el primer Censo Nacional. Si bien se pueden señalar limitaciones en su intento de formular un plan integral de desarrollo y no plasmar un programa homogéneo en su época, podemos reconocer que la acción del CNP fue intensa, coherente y trascendente constituyéndose en el núcleo operativo que debe ser considerado como el primer organismo argentino de planificación. (Oyuela, 1976). De esta manera, el Consejo acentuó la vocación planificadora del Estado, representando una de las formulaciones más atrevidas tanto respecto de la planificación económica y el ordenamiento social como del rol del Estado en ambos sentidos. Al respecto, el Presidente Perón recordaría más tarde la relevante acción del CNP en la presentación del Segundo Plan Quinquenal: (…) Fue mediante su acción que nos enteramos de que el país estaba sin maquinarias, que estaba encadenado, realmente, por factores indestructibles a poderes económicos extraños. Fue mediante ese Consejo Nacional de Posguerra que pude determinar y fijar cuáles eran esos hilos invisibles que nos ataban a la esclavitud económica; fue mediante esos conocimientos básicos que nos fue posible adquirir toda esa maquinaria sin la cual hoy el país tendría cientos de miles de desocupados. (Perón, 1953: 12).

Es importante destacar que este órgano consultivo se proyecta durante más de diez años con los únicos cambios de denominación: Secretaría Técnica de la Presidencia en 1946, Ministerio de Asuntos Técnicos en 1954. Tal característica de continuidad, tan poco usual en la administración pública argentina y que significa un principio fundamental inherente a la planificación fue lo que permitió en gran parte una evolución técnica, metodológica y conceptual en la elaboración de diagnósticos, planes y programas a lo largo de esa década peronista. Esta intensa y trascendente acción del CNP, permitió diagnosticar la realidad económica y social de aquella Argentina y conocer los principales obstáculos que frenaban su óptimo desarrollo. Además, su concepción y desarrollo evidencian previsión -otro principio inseparable del planeamiento- contra los efectos negativos que generaría en nuestro país el final de la Segunda Guerra Mundial. En este sentido Horacio González3 señala: El CNP lo crea Perón en 1944, el nombre es llamativo porque la Argentina no había estado directamente en guerra, pero quería señalar con ello que la Guerra Mundial que acababa de terminar o estaba terminando influiría totalmente en la 3 Entrevista Personal realizada al Dr. Horacio González (Director de la Biblioteca Nacional de la República Argentina. Buenos Aires, 22 de Abril de 2008.

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economía mundial que iba a seguir a la guerra. En ese sentido Perón es un planificador, toma esto de la Argentina de la época, toma esto del New Deal, de las experiencias europeas autoritarias y las coloca a la altura de las experiencias argentinas de los años treinta, donde habían proliferado las Juntas Reguladoras y al mismo tiempo no deja de releer las experiencias soviéticas también.

La democratización del ocio en una política turística nacional emergente El golpe militar del 4 de junio de 1943 y la posterior elección de Juan D. Perón como Presidente de la Nación iniciaron un proceso de transformación profunda de la realidad nacional. Su ascenso a la primera magistratura en 1945 fue facilitada por una novedosa alianza de la clase obrera y los pequeños y medianos empresarios industriales. La aparición de este nuevo movimiento y bloque que lidera el general Perón, apoyado en una línea nacionalista de las fuerzas armadas, es portador de un proyecto de desarrollo industrial radicalmente distinto al propugnado hasta ese momento por las diversas fracciones de la antigua clase dominante. En este nuevo modelo, su política se orientó a la reasignación de recursos para la producción y al desarrollo de una estrategia –de corte “distribucionista”-, en donde la industria constituye el objetivo central del proceso de desarrollo. Se impulsa de esta manera, una industrialización sustitutiva basada en el incremento de la demanda de bienes de consumo masivo en el mercado interno, la cual es generada a través del aumento del salario real. El modelo requiere así medidas redistributivas del ingreso que impulsan la demanda interna y la ocupación industrial y, por lo tanto, la acumulación. Como indica Susana Torrado (1992, p. 53), “el principal mecanismo para lograr estos objetivos fue la reasignación de recursos para la producción a través de la acción del Estado. Ello se logró mediante la expropiación parcial de la renta agraria a través de la nacionalización del comercio exterior de productos agropecuarios, transfiriendo los recursos así obtenidos al financiamiento del desarrollo industrial centrado en industrias de consumo masivo”. Por otra parte, el Estado también extiende su campo de acción económica y social al nacionalizar o crear importantes empresas de servicios públicos, y al acentuar su estrategia redistributiva a través de la asignación creciente de recursos a la educación, la salud, la vivienda y la seguridad social. Como expresara Tulio Halperín Donghi (2003) -reconocido historiador de marcada tendencia antiperonista- al referirse al porcentaje de redistribución, “el peronismo redistribuye cerca del 10 por ciento del producto bruto del capital al trabajo. Eso es una de las cosas más radicales que se pueden hacer en el marco del capitalismo. Estoy convencido de que en la Argentina hubo una sola revolución de veras, la revolución peronista”4. En este sentido, Galasso (2006, p. 475) afirma, “el proyecto económico nacional que el Gobierno impulsa, a través de las medidas señaladas, provoca transformaciones sociales importantísimas en la vida cotidiana de los argentinos. Si bien -además de la oligarquía 4 Citado por Galasso, Norberto. Perón: Formación, Ascenso y Caída (1893-1955) Tomo I. Ediciones Colihue S.R.L., Buenos Aires: Ediciones Colihue S.R.L. p. 476.

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agropecuaria- hay sectores de clase media que sufren perjuicios, es innegable que la mayor parte de la sociedad mejora notablemente sus condiciones de vida, amplía sus proyectos, conquista nuevos derechos”. Estas variables contribuyeron a elevar la calidad de vida de los trabajadores y a fortalecer las asociaciones sindicales que, gracias a su elevado número de afiliados y a buenos salarios, gozaron de una situación económica próspera. En un escenario que podemos denominarlo de democratización del bienestar, estos dos primeros gobiernos peronistas han puesto en marcha un vasto programa de políticas públicas, en donde ubican y destacan preferentemente las cuestiones relacionadas al tiempo libre y el ocio popular. La conquista generalizada de las vacaciones pagas en la Argentina y la pluralidad de acceso a diferentes prácticas recreacionales y deportivas serán uno de los mayores logros alcanzados en dicha materia (Torre y Pastoriza, 2002). En este sentido, uno de los aspectos fundamentales a destacar dentro del primer gobierno peronista (1946-1952) fue la sanción de la Constitución de 1949, la cual incorpora dentro del decálogo de los derechos del trabajador, el Derecho al bienestar que contemplaba el descanso y el goce de expansiones espirituales y materiales (Constitución de la Nación Argentina, 1949). De esta manera, el acceso al descanso pasa a formar parte de los derechos inalienables de los trabajadores. El Estado Nacional intervino en el turismo social especialmente, sobre el cual, ya en 1945, el entonces coronel Perón (1947) tenía una idea definida: Pensamos estructurar el turismo social en forma que no sea un privilegio de los pudientes oxigenar o modificar su cuerpo después de un año de trabajo. El mar y la montaña deben ser accesibles a todos los hombres, ricos o pobres, porque la salud no reconoce distintos grados de necesidad; el obrero sin un desembolso que pueda perjudicarlo para el resto del año debe poder pasar quince o veinte días anuales en las playas o en las sierras. (p.198)

De esta manera quedaba plasmada una clara consigna y prioridad del líder sobre esta esfera del ocio y del turismo, garantizando el acceso al goce de las prácticas turísticas y recreacionales a todos los trabajadores y sectores menos favorecidos de la sociedad. Abonando a esta idea, Lettieri5 aclara: El turismo se enmarca dentro de una concepción estratégica del peronismo la cual tiene diversas posibilidades y atribuciones. Por un lado la ocupación efectiva del territorio, luego la importancia de la revalorización de lo nacional y la generación de determinados íconos asociados con determinadas variables paisajísticas y también lo más determinante dentro del proceso de revolución social que encarna Perón fue la construcción del proceso de ciudadanía y el hecho del acceso a determinadas prácticas o bienes culturales instalando culturalmente la idea de que el turismo era un derecho de todos y no era un privilegio de minorías como era en la etapa anterior.

5 Entrevista Personal realizada al Dr. Alberto Lettieri, (Director Académico del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. Bs. Aires, 23 de Marzo de 2010.

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La Administración General de Parques Nacionales y Turismo (1945-1950) y el inicio de una nueva etapa modernizadora. El origen y la creación de los Parques Nacionales en nuestro país trajeron aparejado luego un incipiente desarrollo institucional del turismo en la Argentina. Tomando como disparador y hecho histórico fundacional en la materia, la donación al Estado que hiciera el Perito Moreno6 en el año 1903, de 3 leguas de territorio, a los fines de ser conservadas como parque público natural por contar con lugares excepcionalmente hermosos y para el mejor provecho de las generaciones presentes y futuras, motivará años más tarde (1922) la creación del primer parque nacional del país. El mismo adoptó en una primera etapa el nombre de Parque Nacional del Sud, siendo años más tarde denominado Parque Nacional Nahuel Huapi. Recién en el año 1934 las áreas protegidas fueron institucionalizadas mediante la sanción de la Ley Nacional N° 12.103. Esta norma creaba la Dirección de Parques Nacionales en el ámbito del Ministerio de Agricultura de la Nación y oficializaba a Nahuel Huapi e Iguazú como los primeros parques nacionales argentinos ejerciendo la presidencia de ese organismo durante el primer período, Ezequiel Bustillo. Como sostienen Ballent y Gorelik (2002, p. 170), “recién en la década del treinta tuvo lugar una acción decidida por parte del Estado, basada en el objetivo de integrar la industria del ocio y del turismo en la tarea de puesta en régimen y explotación del territorio nacional, comenzando por los parques nacionales”. En este sentido, coincidimos con Piglia (2010), en que la creación de la Dirección de Parques Nacionales (DPN) fue el primer ensayo de política turística nacional sistemática, y agregamos, inaugura la etapa de desarrollo institucional de los Parques Nacionales y el Turismo en nuestro país. A partir de 1936, nuevas comisiones exploradoras recorrieron la región cordillerana de los entonces Territorios Nacionales del Neuquén, del Chubut y de Santa Cruz, teniendo como resultado la creación en 1937 de cuatro parques nacionales a saber: P.N. Lanín, P.N. Francisco P. Moreno y P.N. Los Glaciares. Tomando en cuenta el conflicto de límites con Chile en esa región patagónica durante las primeras décadas del Siglo XX, la creación de estas nuevas áreas no era azarosa, sino que respondían a una necesidad imperiosa de mayor presencia y reafirmación de la soberanía nacional en dicha zona. De esta manera, al espíritu colonizador que se le había impreso a la primera Ley de Parques Nacionales, y que había puesto énfasis en la creación y desarrollo del P.N. Nahuel Huapi, se le sumaban estas nuevas incorporaciones estratégicas en la frontera argentino-chilena reforzando la concepción institucional fundada en la lectura geopolítica del territorio. (Wallingre, 2007). En consonancia con esta tendencia o política colonizadora encarnada por la Argentina conservadora de esta década, la Dirección de Parques Nacionales como indica Pastoriza (2008), enunciaba consignas como “Hacer caminos es hacer grande a la Patria” y “Conocer la patria es un deber”7. La idea era que mediante los viajes turísticos, los trabajadores 6

Francisco Pascasio Moreno se desempeñó como perito y jefe de la Comisión de Límites durante el conflicto con Chile, recibiendo de parte del gobierno –en compensación de sus honorarios- 50.000 hectáreas que reunían las bellezas naturales más interesantes de lo que es hoy el Parque Nac. N. Huapi. 7 Estos mensajes ya figuraban en las Memorias de Parques Nacionales en el año 1935.-

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conocieran y se apropiaran de su país en un reencuentro con la nación mediante el conocimiento de sus paisajes y su historia. El tiempo de viaje era a su vez un tiempo político y patriótico. Con la llegada del peronismo, estas tendencias continuarán y se acentuarán al punto de que el turismo tendrá una fuerte raigambre en la dimensión política del mismo. Esta década8 de ordenamiento institucional del turismo y los parques nacionales (19341944), se destaca por la oficialización de algunas actividades que, en el día a día, ya tenían vigencia desde tiempo antes. Así, el 22 de febrero de 1941 y por iniciativa del Dr. Ezequiel Bustillo, Presidente de Parques Nacionales, el Poder Ejecutivo Nacional dictó el Decreto N° 85.322, que crea la Comisión Nacional de Turismo. Luego, al año siguiente (1942) la Comisión Nacional de Turismo pasa a denominarse Dirección Nacional de Turismo, presidida por el Ministro de Agricultura de la Nación, en este caso Daniel Amadeo Videla. (AAVV, 2008). A partir del año 1943, se produjeron en el país una serie de transformaciones que dieron lugar a profundos cambios en el campo político, económico y social. La Dirección de Parques Nacionales también se vio afectada. Como indica Schlüter (2001), la anexión de una dirección de turismo al organismo, la drástica reducción de partidas presupuestarias que impedían realizar las obras proyectadas y, finalmente, la encarcelación de uno de sus colaboradores, hizo que Bustillo renunciara a su cargo de Presidente del Directorio de Parques Nacionales. Con su alejamiento el 13 de junio de 1944 se cerró definitivamente una etapa muy importante en la vida institucional de los parques nacionales. Es importante destacar que, si bien la estrategia de Bustillo apuntó a captar en primera instancia un turismo de elite e internacional a través de un proceso de turistificación de lugares consagrados como bellezas desde el punto de vista turístico, su política y gestión contribuyó al desarrollo económico y turístico de las zonas comprendidas en los parques, a través de la remodelación del paisaje, de la inversión en infraestructura, y de su instalación en el imaginario como lugar turístico deseable y como paisaje patriótico. Sin embargo, según enuncia el Segundo Plan Quinquenal (SPQ): En materia de turismo, la llegada del general Perón y del movimiento peronista al poder encontraron prácticamente al país en la total inacción. La creación de la Dirección Nacional de Turismo en 1938 y de la Comisión Nacional de Turismo en 1941 había sido inoperante; con excepción de algunas acciones especiales destinadas a favorecer algunos intereses oligárquicos, vinculados con la propiedad de la tierra, que estaban involucrados o contenidos en los centros o zonas de turismo, no se había hecho absolutamente nada a este respecto. (1953, p. 117).

En 1943, el gobierno de la Revolución incorporó por Decreto N° 12.380 nuevas funciones relacionadas con el desarrollo del turismo a la Dirección de Parques Nacionales. La misma, pasó a ser un ente autárquico en 1945 a través del Decreto N° 9.504 que otorgó una mayor jerarquía a la sección de turismo, denominándola Administración de Parques Nacionales y Turismo, y dependiendo del Ministerio de Obras Públicas y contaba entre sus funciones

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Nos basamos en la Cronología de las Áreas Protegidas propuesta por Raúl Chiesa (2011).

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dirigir y fiscalizar las actividades relacionadas con el turismo en la ciudad de Buenos Aires y en los Territorios Nacionales. Como indica la Memoria de dicho organismo correspondiente a 1945, en el ejercicio de ese año, fue modificada fundamentalmente la estructura de la Repartición, en donde los diferentes servicios fueron reorganizados asignando categoría de Departamento a las Divisiones de Contaduría, Parques y Reservas, Construcciones y Turismo y reestructurando asimismo las demás dependencias. Se destaca la dotación de viviendas y el aumento de los sueldos para el personal destacado de los parques nacionales entre otros aspectos. También reafirma la labor de la AGPNyT dentro de su definida política, tendiendo a la conservación y mejoramiento de los territorios confiados a su cargo tanto en el aspecto vial como edilicio, en el cuidado y reforestación de sus grandes masas boscosas, de protección a la fauna o bien en el orden cultural y social. Para Chiesa (2011), en 1945 y con la nueva denominación, la Administración General de Parques Nacionales y Turismo inicia una etapa “modernizadora” del sistema. Se modifica el paradigma anterior de identificación para nuevas áreas inaugurando un concepto más ecosistémico y menos paisajístico, que derivó en la creación de cinco nuevas unidades: los parques nacionales Laguna Blanca, El Rey, Río Pilcomayo y Chaco, junto el Monumento Natural Bosques Petrificados. A pesar de los cambios producidos por la nueva gestión, coincidimos con Piglia (2010) en que se presentarán fuertes continuidades entre las políticas iniciales del peronismo y las políticas de los gobiernos conservadores; y que además, de todos los ensayos de política turística nacional sistemática, practicados desde la creación de la Dirección de Parques Nacionales (1934), la AGPNyT (1945-1950) fue el más exitoso de todos. La misma, no se limitó a la propaganda y la recopilación de información, sino que desarrolló –a través de cierta mirada técnica-, una política turística muy activa que logró centralizar y potenciar en una buena medida, las distintas experiencias de intervención estatal ensayadas durante los años treinta, organizados ahora bajo la única consigna de la democratización del turismo. (Piglia, 2010). Entre las medidas legales más relevantes que ha encarnado esta política turística peronista en sus primeros años encontramos: la generalización de las vacaciones remuneradas a través del decreto 1740, la creación a través del Decreto 33.302 de 1945 del Instituto Nacional de las Remuneraciones y la implantación del “salario básico, mínimo y vital”. Dispuso además, la obligatoriedad del pago del aguinaldo ó sueldo anual complementario del que recaudaba el 5% destinado a un Fondo de Fomento del Turismo Social que financiaba planes de turismo social y creación de Colonias de Vacaciones. También, a través del Decreto 23.852 de Personería Gremial, permitió a los sindicatos fundar instituciones de previsión y asistencia social. Paralelamente, el Decreto 9504/45 otorgó una mayor jerarquía a la sección turismo, que ya funcionaba en la Dirección de Parques Nacionales. En el decreto 12.054 de 1946, la Dirección pasó a llamarse Administración General de Parques Nacionales y Turismo y fue incluida en la órbita del Ministerio de Obras Públicas. Esta comunión continuaría hasta agosto de 1951 cuando la

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sanción de la ley 15.780 transfirió nuevamente Parques Nacionales al Ministerio de Agricultura y Ganadería con excepción de las funciones inherentes al fomento y organización del turismo, las que estarán en lo sucesivo a cargo del Ministerio de Transporte. Dos ejes principales tuvo esta política nacional en materia de turismo, por un lado la intervención directa del Estado nacional a través de la AGPNyT, y por el otro, el apoyo a los sindicatos, que empiezan lentamente a desarrollar programas turísticos para sus afiliados teniendo su mayor apogeo recién en los años sesenta y setenta como indica Pastoriza (2008). Con respecto a la política de la AGPNyT, puso un fuerte énfasis en la obra pública enfocándose en la construcción de nuevos lugares turísticos a través de la hotelería estatal, la democratización del turismo en los parques nacionales y la mejora del nivel de vida de las poblaciones de los parques. La construcción y adquisición de hoteles en los parques nacionales fue parte de una política más amplia de compra, ampliación, acondicionamiento y construcción de hoteles y hosterías en todo el país. El propio Perón expresaba en una publicidad que realizó la AGPNyT en 1946 y que apareció en la Revista Automovilismo: “Organizaremos viajes colectivos, se construirán campamentos y se habilitarán colonias de vacaciones y hoteles económicos en la sierra y el mar, para que este programa no se limite a un pequeño sector del pueblo, posiblemente el que menos necesite oxigenarse, sino a todos los que pueden desplazarse y aprovechar 15 ó 20 días del año, con un pequeño desembolso y repara sus energías”. (ACA, 1946; N°327). Basta revisar las Memorias de esos años de la AGPNyT para ver como se iban desarrollando y financiando en forma detallada no sólo esas construcciones de hoteles y hosterías nacionales de turismo, sino tantas otras obras que incluían urbanizaciones y barrios de viviendas, construcción de escuelas, hospitales y policlínicos, casas de salud, teatros, cinematógrafos, casas de recreo o veraneo, muelles y embarcaderos, embarcaciones, y demás instalaciones turísticas como el emblemático cable carril del Cerro Catedral. Todas estas grandes inversiones y obras se realizaron desde el principio de la gestión y con una visión a largo plazo, alcanzando diferentes puntos de nuestra geografía, y siendo proyectadas técnicamente y contempladas por las partidas presupuestarias del Primer Plan Quinquenal significando un gran desarrollo del sistema turístico nacional y elevando la calidad de vida de esas comunidades receptoras. Con respecto a las comunicaciones y al transporte, esta gestión consolidará la red caminera -impulsada en la década del treinta- que abarcará todo el país y se complementará con la red ferroviaria siendo un punto clave en el desarrollo de la actividad turística, especialmente con la rápida difusión del automóvil. Además del trabajo desempeñado por el Estado, es importante destacar el impulso y apoyo del ACA, del Touring Club Argentino e YPF en su concreción (Troncoso y Lois, 2004). Las obras de infraestructura desarrollados durante el primer gobierno peronista se coronaron con la planificación, construcción e inauguración del Complejo Ezeiza. El núcleo principal del mismo, era el Aeropuerto Internacional inaugurado en 1949 y en torno a él, se ubicaban conjuntos habitacionales, instalaciones deportivas,

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educacionales, asistenciales y sanitarias, a las que se accedía a través de una rápida vía de comunicación, la Autopista Ricchieri. (Ballent, 2002). En La Nación Argentina. Justa, Libre, Soberana (1950), puede apreciarse en forma ilustrativa y con estadísticas de apoyo esos avances y desarrollos durante los primeros años de gestión. El aumento de la capacidad hotelera fue otro puntal exitoso en el desarrollo del turismo esos años. A partir de 1947, el muy activo Ministerio de Obras Públicas -a cargo del Ministro Pistarini- se abocó a la construcción de hoteles en distintas localidades del país; y además, otros hoteles preexistentes pasaron a manos estatales y fueron administrados directamente por la AGPNyT. Asimismo, la hotelería privada se vio estimulada a partir de 1947, con un sistema de créditos denominado Préstamo Nacional Hotelero, el cual era otorgado por el Banco Hipotecario Nacional. La AGPNyT evaluaba las propuestas teniendo en cuenta variables como la localización, el estilo arquitectónico y la conveniencia desde el punto de vista turístico. De esta manera, la gestión pública organizaba la red hotelera y controlaba la intervención privada, a la que consideraba complementaria. También participaban los sindicatos, los ministerios nacionales y la Fundación Eva Perón en la administración de los hoteles. Los sindicatos construyeron sus propios hoteles beneficiados también por el Préstamo y, en algunas ocasiones utilizaban parte de la capacidad hotelera que gestionaba la Fundación. Por su parte esta última también utilizaba los hoteles administrados por la AGPNyT y algunos ministerios, generando una suerte de triangulación en la prestación.

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Fuente: La Nación Argentina. Justa, Libre, Soberana (1950: 463)

Otro aspecto relevante en esta suerte de “operador turístico” que jugó el Estado peronista en esa década, fue el de estimular y facilitar los desplazamientos y viajes turísticos a través de descuentos en las tarifas ferroviarias para grupos de turistas y la organización de viajes colectivos. La AGPNyT fue una de las dependencias que organizó este tipo de viajes para contingentes de trabajadores y alumnos articulando en este último caso con el Ministerio de Educación de la Nación. Además, se realizaron acuerdos para el intercambio de turistas entre diferentes gobiernos provinciales (Scarzanella, 1998). A este proceso de democratización y turismo popular de los parques nacionales, se suman otros lugares ya consolidados como destinos turísticos disfrutados por la oligarquía y los sectores medios, como ser Mar del Plata especialmente, las sierras de Córdoba y la zona de Bariloche. Estas acciones no hacían más que afirmar la política turística del gobierno peronista de poner las bellezas de la patria al alcance del pueblo. El Tercer Congreso Interamericano de Turismo que se celebró en 1949 en Bariloche, brindaría la ocasión para dar muestra de los logros

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peronistas, a través de un balance de las obras públicas y subvencionadas y del turismo social que se desarrolla. El caso de la Provincia de Buenos Aires durante la gobernación de Domingo Mercante representó un caso paradigmático en la puesta en marcha de planes de turismo social. Los principales planes eran el PLAN A – Turismo provincial de verano y PLAN B Turismo provincial de invierno; y con una duración de 10 días por contingente beneficiaba a obreros, empleados públicos y privados, pensionistas, jubilados y familiares a cargo de los mismos. El estado proporcionaba el hospedaje gratuito completo en diferentes destinos ya sea de verano o de invierno, quedando a cargo del usuario el pasaje. Entre 1948 y 1955 fue utilizado por alrededor de 215.000 personas. “Usted se paga el viaje, el gobierno el hospedaje”, ese fue el slogan que sintetizó dicha política pionera.

“Tren de excursión”, grafodrama elaborado por Luis J. Medrano (1947)

Es importante destacar que todas las reformas sociales llevadas adelante por el gobierno de Perón que consideró entre otros derechos para los trabajadores el de las vacaciones pagas, tendió a desarrollar el turismo social, siendo la Argentina -a partir del año 1946- el primer país de América Latina en implementar este tipo de turismo. Por otra parte, el 8 de julio de 1948, se creó la Fundación Eva Perón, presidida por Evita, que desarrolló una enorme obra social que llegó prácticamente a todos los niños, ancianos, madres solteras, y mujeres que eran único sustento de familia, pertenecientes a los estratos más carenciados de la población. Dentro del amplio espectro de actividades sociales encontramos: la construcción de hospitales, asilos, hogares para madres solteras, para

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jóvenes que llegaban desde el interior del país a Buenos Aires para continuar sus estudios, escuelas, colonia de vacaciones, hasta el otorgamiento de becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promoción de la mujer en diversas facetas. También, distribuía libros, alimentos, ropa, máquinas de coser, y juguetes para familias de bajos recursos del país. La Fundación estaba financiada por el Estado, por las donaciones de los trabajadores y los empresarios siendo destinada a atender determinadas carencias sociales. A partir de la ley 13.992 de 1950, y en forma complementaria-, pasó a administrar los fondos recaudados para el turismo social que hasta entonces eran administrados por el Instituto Nacional de Remuneraciones y tomó bajo su responsabilidad la administración de las Colonias de Vacaciones. Se construyó en La Plata la Ciudad de los Niños, las colonias de vacaciones en Ezeiza, las piletas recreativas linderas a Aeroparque, las unidades turísticas de Embalse en Río Tercero (Córdoba), Chapadmalal en Mar del Plata y de alta montaña en Puente del Inca y Las Cuevas, provincia de Mendoza. Dentro de los planes y acciones relacionados al turismo y la recreación que la Fundación Eva Perón llevó a cabo, se pueden identificar los siguientes según Wallingre (2007: 111): Plan Nacional de Turismo Cultural dirigido a estudiantes secundarios de todo el país; Plan de Turismo y Recreación para la Tercera Edad residente en Capital Federal y Gran Buenos Aires; Turismo Familiar dirigido a grupos familiares de todo el país; Turismo Estudiantil ya sea del nivel primario o secundarios de todo el país; Turismo Infantil destinado a niños provenientes de instituciones asistenciales y de menores; y Congresos y Reuniones en donde se otorgaban plazas a organizaciones afines.

El Turismo en los Planes Quinquenales de Perón El Primer Plan Quinquenal (1947-1951) El Consejo Nacional de Posguerra fue disuelto luego del triunfo de Perón en las elecciones de febrero de 1946, pero sus ideas, sus funciones, personal y presupuesto fueron transferidos a la recientemente creada Secretaría Técnica de la Presidencia, en cuya dirección fue designado José Figuerola9. El triunfo del peronismo acentuará las tendencias ya señaladas hasta aquí, en cuanto al avance del estado como actor económico e impulsor de la planificación. A la Secretaría Técnica se le encomendó, poco después el estudio, informe y propuestas referentes a la reforma administrativa, y, asimismo en lo ateniente a la planificación, coordinación y forma de ejecución en todo lo vinculado a los problemas financieros, económicos y sociales. Además, recibió formalmente la tarea de elaborar el Primer Plan Quinquenal, que fue presentado algunos meses más tarde. Este plan se elaboró en base a estudios realizados en el seno del Consejo Nacional de Posguerra, siendo el principal antecedente conceptual el ya mencionado Plan de Ordenamiento Económico y Social. El 9 Como describe Rein (2008), Figuerola pertenecía a la segunda línea del liderazgo peronista, cuya influencia en el nacimiento del primer peronismo aún no ha sido lo bastante valorada (…) este brillante personaje merece un párrafo aparte. Poseedor de una vasta capacitación en las áreas de la administración, estadística y legislación social y laboral, conquistó muy rápidamente la confianza de Perón en el Departamento Nacional de Trabajo y fue un artífice relevante en las tareas del Consejo Nacional de Posguerra y en el desarrollo de planes sociales y laborales de Perón”.

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mismo no se trataba de un plan orgánico de desarrollo sino de un proyecto de ley cuyo Artículo 1ero. aprobaba el Plan de Realizaciones e Inversiones y agregaba un conjunto de 27 proyectos de Ley correspondientes a una cantidad de sectores, entre ellos: organización de los Ministerios; organización de la Sanidad Pública; bases para la educación; reforma universitaria; reorganización de la justicia federal; ampliación del fuero laboral; inmigración, colonización y población; arrendamiento y aparcerías rurales; institución del seguro social; bases para el fomento a la vivienda; ley nacional de energía; ley de fomento a la industria nacional; derechos electorales de la mujer; ley de aduanas, etc. El Plan estaba organizado en tres Secciones: Gobernación del Estado, Defensa Nacional y Economía y su principal objetivo era la consolidación del sector industrial, considerada una “aspiración suprema de la Nación”, fijándose metas específicas para cada rama a ser alcanzadas en 195110. También, se señalaron como principales finalidades sociales del Plan evitar la desocupación y elevar el nivel de vida de los trabajadores y como principales finalidades económicas elevar la renta nacional, mejorar la distribución de la riqueza, lograr la estabilidad de precios, aumentar la inversión y fortalecer los recursos gubernamentales. Si bien no encontramos un capítulo específico del turismo, este Primer Plan Quinquenal considera extensamente en la Sección III, correspondiente a Economía, la realización de grandes obras e inversiones en infraestructura básica, especialmente energética y de transporte que tendrán un fuerte impacto positivo y que significarán una sólida plataforma y estructura fundamental para el posterior desarrollo turístico en nuestro país. Con referencia a los medios de transporte el objetivo es extender al máximo las redes de ferrocarriles, transportes fluviales y viales. Asimismo acelerar las obras del aeropuerto internacional de Ezeiza y concluir las obras iniciadas de nuevos puertos e iniciar la construcción de otros. El Plan de Trabajos Públicos contempla edificios ministeriales, educacionales, hoteles de turismo y elevadores de granos entre otros. Otro punto interesante a analizar es la ubicación que tuvo el Turismo dentro de la organización administrativa del Estado durante los primeros gobiernos peronistas. En primera instancia (1946-1951), el área de turismo depende del Ministerio de Obras Públicas y luego (1951-1955) del Ministerio de Transporte (Ex. Ministerio de Obras Públicas). Esta relación de dependencia ministerial refleja también la relación de dependencia de desarrollo a la que está sujeto el sector turístico, ya que las grandes obras de infraestructura (de transporte, de comunicaciones, de energía, de sanidad) representan las redes básicas y fundamentales que condicionan cualquier tipo de desarrollo turístico posterior. En 1943, el gobierno de la Revolución incorporó la Dirección Nacional de Turismo a la Administración Nacional de Parques. Desde 1946 a 1952 la acción del turismo ha sido intensa: más que pensar en una organización nacional de turismo, se ha ido a la ejecución en materia de turismo. Durante el Primer Plan Quinquenal se ha estimulado mediante créditos y el auspicio del Estado la construcción de hoteles de distintas asociaciones profesionales. Fue simbólico y significativo ver a lo largo de las rutas donde antes solamente existían hoteles para las clases privilegiadas, hoteles de las asociaciones profesionales. 10

Presidencia de la Nación, Secretaría Técnica, Plan de Gobierno 1947-1951, Tomo I, Bs. Aires, 1946

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Esta acción no surgió por sí sola, sino que el Estado ha invertido en el Primer Plan Quinquenal 340 millones de pesos en obras de turismo, aparte de la acción crediticia concurrente. (Segundo Plan Quinquenal, 1953: 153). Como indicamos anteriormente, este Documento no se trataba de un plan orgánico de desarrollo, sumado a la falta de información, estudios de base y estadísticas disponibles en esos tiempos, desembocarían en un éxito muy limitado del Plan. Sin embargo, las evaluaciones posteriores afirmarían que el plan de inversiones se cumplió aceptadamente dentro del vasto programa de inversiones previstas para ese quinquenio.

El Segundo Plan Quinquenal (1953-1957) En cuanto la coyuntura económica de 1949-1952 mostró signos de recuperación, el Ministerio de Asuntos Técnicos culmina y anuncia la aplicación del Segundo Plan Quinquenal 1953-1957. Este Plan era un documento más sólido y más completo que el anterior. Estuvo respaldado por el trabajo del Consejo Nacional de Planificación, organismo integrado por representantes de cada Ministerio y de los Gobiernos Provinciales, lo cual posibilitó la incorporación de nuevos sectores económicos y sociales. El SPQ pretendía impulsar una profundización del desarrollo industrial hacia las ramas pesadas y superar el problema de provisión de divisas a través del desarrollo agropecuario y el incremento de la oferta energética. Su estructura mostró importantes avances metodológicos así como el tratamiento de elementos que debían configurar un plan económico: una información precisa y exhaustiva (recordemos que en 1947 se había realizado un Censo Nacional), un diagnóstico certero de la coyuntura, la formulación adecuada de los objetivos y de los medios para alcanzarlos, la coordinación y control de su ejecución y la evaluación de sus resultados. El mismo presidente en la presentación del Plan en el parlamento se refirió a las circunstancias que diferenciaron la confección de los dos planes: El 1er. Plan Quinquenal, por circunstancias sobradamente conocidas, no pudo tener ni la racionalización absoluta de su contenido, ni tampoco los estudios de base permitieron afirmarlo en realidades absolutas, desde que la falta de estadísticas, la falta de censos y el desconocimiento en que el país vivía de su propia realidad no me permitieron realizar una planificación perfecta (…) La elaboración del 2do. Plan Quinquenal ha sido más propicia y ajustada: hemos tenido cinco años para preparar los organismos necesarios que nos permitieron, no solamente realizar todos los estudios de base necesarios para planificar sino también establecer los organismos permanentes de planificación y de racionalización. (Perón, 1953: 11)

Es importante destacar también que por primera vez el Turismo fue considerado dentro de la organización y contenido de un Plan Nacional de Desarrollo. Allí detectamos que en el primero de los cinco temas o ejes centrales del plan, correspondiente a la Acción Social, se dedica todo un capítulo (IX) al sector turístico en donde se focalizan tres áreas principales en la Organización Nacional de Turismo, a saber: Turismo Social, para que puedan acceder

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los sectores de menos recursos; Turismo Escolar, con iguales propósitos y con fines de divulgación del territorio nacional; y el Turismo Internacional. Para respaldar estos propósitos el Plan prevé inversiones en hotelería e infraestructura. Por otra parte, el capítulo está estructurado en diferentes niveles de objetivos, en donde cita en primera instancia a los Objetivos Fundamentales (SPQ, 1953: 153) en materia de turismo, a saber: a) Posibilitar el acceso del pueblo al conocimiento de las bellezas naturales del país y las creaciones del esfuerzo argentino aprovechando, al mismo tiempo, los beneficios del descanso físico y espiritual del turismo11; b) Facilitar el acceso del mayor número posible de extranjeros al conocimiento integral del país mediante la organización adecuada del turismo hacia los centros de mayor belleza y atracción De esta manera, se menciona a los dos grandes grupos de beneficiarios: el turismo interno o nacional y el turismo externo o internacional, haciendo referencia a esta primera y gran clasificación básica del turismo que responde a los factores del lugar de residencia del turista y el ámbito de su desplazamiento. A continuación citamos el Organigrama correspondiente a la organización y desarrollo turístico presentado en el Segundo Plan Quinquenal, a fin de poder visualizar claramente los diferentes componentes y aspectos que lo conforman:

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“El general Perón ha querido que cada uno de los trabajadores conozca su país, y la mayoría de los trabajadores argentinos, durante el tiempo de sus vacaciones, puede hacer en estos momentos turismo social. Ese es uno de los puntos básicos del presente capítulo del Plan (…) Que cada argentino pueda disfrutar de las bellezas de nuestra patria, que son de todos, de los pobres y de los ricos en la misma medida” (p.153).

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Luego presenta los Objetivos Generales que promueven el desarrollo de las zonas y centros turísticos actuales y potenciales a través de planes y trabajos de infraestructura pública, el turismo social posibilitando el acceso a los destinos por parte de la población trabajadora y asociaciones profesionales, el turismo internacional facilitando el conocimiento de las bellezas naturales y creaciones12 del pueblo argentino, el turismo escolar promovido y organizado a fin de que todos los escolares y estudiantes del país disfruten parte de sus vacaciones en las zonas y centros turísticos del país, el fomento en la construcción privada de hoteles y hosterías facilitada mediante un crédito bancario, el apoyo a las actividades privadas vinculadas al turismo, la coordinación público-privada en acciones de propaganda y difusión turística, la firma de convenios que fomenten el turismo internacional y la promoción de prácticas deportivas propias de cada zona o centro de turismo. En el análisis de estos objetivos puede apreciarse en principio la prioridad otorgada a la organización, desarrollo y promoción de dos tipos de Turismo Interno o Nacional: el “Turismo Social”13 y el “Turismo Escolar”, lo cual nos habla -una vez más- de un Plan que tiene un contenido esencialmente social. También, el Estado aparece muy presente como promotor y facilitador en la inversión y construcción de equipamiento hotelero y obras de infraestructura necesarias para la creación y mejoramiento de centros y zonas turísticas. A la luz del relevamiento y análisis de los hechos y obras concretas hasta aquí presentados, podemos inferir que la mayoría de estos objetivos han sido alcanzados satisfactoriamente, incluso algunos vienen cumpliéndose desde el Primer Plan Quinquenal. Finalmente, hacia el final de éste capítulo (pp.155), se presentan una serie de Objetivos Especiales, que son las realizaciones destinadas a cumplirse en el 2° Plan Quinquenal entre el año 1953 y el año 1957 inclusive, y que centran su atención en la Organización Nacional del Sector Turístico a través de la creación de un organismo específico a cargo del Ministerio de Transportes de la Nación; la Capacitación y Formación Profesional instrumentado a partir de la creación de una Escuela Nacional de Hotelería y de formación técnico-profesional para el personal de empresas de turismo; la Regulación de Servicios Hoteleros donde el organismo nacional a cargo junto con las provincias, establecerá las normas para la clasificación de hoteles por categorías y fijará los tarifas máximas de los servicios hoteleros en las distintas zonas del país; la Legislación nacional en materia de turismo será ordenada y actualizada en una Ley de Turismo a fin de promover, facilitar, organizar y coordinar en todo el territorio de la Nación la actividad turística según las bases generales que señalan los objetivos del presente Plan; y por último, referido a las Inversiones que el Estado realizará en la construcción de hoteles y hosterías determinadas en el capítulo “Inversiones del Estado”.

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“Nuestro país tiene los mejores lugares del mundo en materia de bellezas, las que, en razón de haber estado mirando nuestro país hacia fuera durante tanto años, nosotros mismos no conocíamos con la exactitud necesaria”. El general Perón conoce el país de punta a punta porque lo ha recorrido en su actuación específicamente militar. Conoce las bellezas del país, y es por este motivo que ha querido que se incluya el conocimiento de las bellezas naturales del país dentro de los objetivos fundamentales de este 2° Plan Quinquenal. Además, se desea que el turista extranjero conozca al Pueblo argentino y sus creaciones. 13 Como lo define Miguel Ángel Acerenza, “por turismo social se pretende identificar al turismo que realizan los sectores de menores ingresos de la población: empleados, obreros, estudiantes, jubilados y en general, los sectores económicamente menos favorecidos” (1999: 47).

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Como evaluación técnica final de todo el Plan, podemos deducir que este documento representa un sólido y enriquecido Instrumento de la política y estrategia justicialista en el cual se capitalizaron las experiencias previas acumuladas desde el coherente e intenso trabajo del Consejo Nacional de Posguerra hasta la elaboración del Primer Plan Quinquenal. Apoyado en estadísticas y diagnósticos más actualizados y certeros, presenta un voluminoso trabajo bien estructurado, orgánico y de lectura simple, es decir, entendible para los diferentes actores de la comunidad. Este principio de continuidad tan importante en la planificación, se vio acompañado por una fuerte convicción y voluntad política para su realización, lo cual representa una de sus mayores fortalezas. Otro aspecto relevante a destacar es la consideración de diferentes sectores y organismos, lo cual habla de su enfoque participativo e integral, permitiendo también alcanzar un importante grado de unidad. La racionalidad de este proceso de planificación, también se ve reflejada en el planteo de un sistema claro y coherente de objetivos de diferente alcance y prioridades, el cual se ve correspondido con el detalle de los medios y recursos que permitirían alcanzarlos. En referencia al tratamiento del “Turismo”, si bien no se puede hablar de un plan ó planificación específicamente turística, este Segundo Plan Quinquenal es el primer Plan Nacional de Desarrollo en considerarlo, dedicándole todo un capítulo dentro del eje de Acción Social del mismo. Además, contempla el tratamiento y fortalecimiento de aspectos o componentes fundamentales en el sistema turístico nacional, como ser: la dotación y desarrollo de los diferentes centros y zonas turísticas, la construcción de equipamiento hotelero y mejoras de infraestructura básica para su desarrollo, la organización nacional del sector, el desarrollo de un marco legal y regulador de la actividad turística, así como la necesidad de capacitación y formación que demanda este joven sector. Cabe recordar que este Segundo Plan Quinquenal culminó con la realización de 75.000 obras en el orden material, significando una plataforma y estructura básica y fundamental que posibilitará luego un importante crecimiento y desarrollo del sector turístico. De todas las experiencias de planificación reseñadas y analizadas hasta el momento, se infiere la organicidad y solidez de este Segundo Plan Quinquenal, por lo que se puede considerar como el primer Plan Nacional de Desarrollo Integral que pudo haber funcionado como modelo de planificación estatal. Lamentablemente, los resultados finales de la implementación de este detallado plan de gobierno no pueden ser correctamente evaluados pues el golpe de estado de septiembre de 1955 no permitió concluir su aplicación. Hasta el mes de agosto de ese año el estado de ejecución del Plan daba cuenta de inversiones por 19.653 millones de pesos sobre un presupuesto total actualizado de 39.500 millones de pesos (dto. 12.469/55).

Principales conclusiones: Si bien el tema de la planificación estatal durante el primer peronismo despierta controversias, en parte fundadas por el alto nivel de pragmatismo en la formulación y aplicación de las políticas públicas ejercidas; en lo referente a la esfera del turismo, y tomando en cuenta todo el vasto repertorio de obras y realizaciones físicas, políticas y

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medidas, planes y viajes de turismo social y demás beneficios y bienes tangibles e intangibles generados por estos primeros gobiernos peronistas, es impensable que hayan sido fruto del azar o la improvisación, sino por el contrario, demuestran un alto nivel de intervención, organización y compromiso del Estado en este campo. A pesar de que algunas opiniones afirman que se producían políticas y acciones de planificación turística en forma dispersa, fragmentaria y sin ningún organismo oficial que actuara y controlara el sector; el peronismo llevará a cabo un proceso de gestación y construcción de un Estado que se presenta con nuevas capacidades de formulación de políticas y procesos de planificación turística, a través de mecanismos de previsión, intervención y control que impactarán directamente en el sistema turístico nacional y constituirán a nuestro entender, la primera política turística integral y nacional y el comienzo de la etapa modernizadora de la actividad turística en nuestro país. Tal es el caso de Administración General de Parques Nacionales y Turismo (1945-1950), la cual desplegó una política turística muy activa y con el desarrollo de ciertas capacidades técnicas, centralizando y articulando diferentes acciones de intervención estatal ensayadas durante los años treinta y con el principal propósito de desarrollar un turismo más nacional, popular y democrático. Entre sus principales logros se encuentran la construcción de nuevos destinos turísticos a partir de una fuerte inversión en infraestructura y equipamiento hotelero estatal, el acceso y disfrute garantizado a todos de los parques nacionales como propiedad del Pueblo, y la mejora de la calidad de vida de las poblaciones de esos territorios. La oferta turística estaría luego operada por tres grupos de actores, a saber: las instituciones públicas (gobiernos provinciales, ministerios), los sindicatos (que reciben subvenciones públicas para ese fin) y la Fundación Eva Perón. Este modelo significó un caso particular de organización y articulación en materia de turismo, ocio y recreación, beneficiando a través de sus medidas y programas de turismo social a cientos de miles de personas adultas, jóvenes y menores. En referencia a los Planes Quinquenales y su incidencia en el área del turismo, podemos observar que en el caso del primer Plan (1947-1951), a pesar del limitado éxito que le atribuyen algunos autores, podemos destacar que a través del mismo se cumpliría un vasto y fundamental plan de inversiones que impactaría en el sector turístico especialmente a través de nuevas obras y mejoras en materia de infraestructura vial y de transporte, equipamiento hotelero y dotación de redes básicas para áreas naturales y destinos emergentes. Con respecto al Segundo Plan Quinquenal (1953-1957), este fue un instrumento más sólido y más completo que el Plan anterior. Si bien no se puede hablar de un plan de desarrollo turístico propiamente dicho, es el primer Plan Nacional de Desarrollo en considerar al “Turismo”, dedicándole todo un capítulo dentro del eje de Acción Social del mismo. Además, plantea un coherente sistema de objetivos para ésta área, asignando recursos e inversiones específicas para el desarrollo de los diferentes centros y zonas turísticas, así como en construcción de equipamiento hotelero y mejoras de infraestructura básica para su desarrollo. También, propone la organización nacional del sector, el desarrollo de un marco

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legal y regulador de la actividad turística, así como la necesidad de capacitación y formación que demanda este joven sector. Su implementación como hemos reseñado, se verá interrumpida por el golpe de facto llevado a cabo por la Revolución Libertadora en septiembre de 1955. Finalmente, es importante destacar que el trabajo más abocado al relevamiento de la planificación turística en nuestro país es el de Alicia Gemelli (1986), el cual propone como comienzos de la planificación turística en nuestro país el período 1966-1973, desestimando las acciones realizadas durante el primer peronismo. Si bien la gestión peronista -como observamos- no tendrá el nivel de especificidad ni el carácter técnico en materia turística que empezó a desarrollarse a fines de la década de los sesenta, consideramos que todas las medidas, programas, acciones y demás elementos inherentes a la planificación realizados en esa década peronista, conforman un cuerpo considerable de antecedentes para ser considerados los gestos precursores de la planificación turística en la Argentina. De esta manera, podemos observar la forma coherente e inteligente en que esa política turística nacional concebida y diseñada por el primer peronismo se tradujo en acciones planificadas que se materializaron en un vasto legado de obras tangibles e intangibles, conformando un modelo de desarrollo turístico paradigmático y de fuerte contenido social que beneficiaría a una enorme cantidad de argentinos. Así, constituyendo un caso inédito de intervención del Estado en la democratización de la esfera del Ocio y del Turismo, ha ubicado a la Argentina entre los países precursores en cuanto a la inserción del turismo entre el conjunto de derechos del trabajador y su familia plasmado en la Constitución de 1949 y haciendo realidad la Declaración Universal de los Derechos Humanos del mismo año. No solo dejó atrás el concepto del turismo como actividad relacionada a una elite nacional solamente; sino que además, logró el desarrollo de un turismo nacional y popular que desempeñó un rol clave en el acompañamiento de las políticas de industrialización y sustitución de importaciones, incrementado un proceso de distribución equitativa de la riqueza y generando una mayor cantidad y calidad de fuentes de trabajo que pudo ver su continuación en las décadas posteriores.

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