Geo-arqueología en el estuario de Huelva: Evolución holocena y poblamiento

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Descripción

Geo-Guías, 10

Geo-arqueología en el estuario de Huelva: Evolución holocena y poblamiento J, Rodríguez Vidal1* y J.C. Vera Rodríguez2 1

Departamento de Ciencias de la Tierra, Facultad de CC Experimentales, Universidad de Huelva, Campus de El Carmen, 21071, Huelva. (*) Campus internacional CeiMar. 2

Departamento de Historia, Geografía y Antropología, Facultad de Humanidades, Universidad de Huelva, Campus de El Carmen, 21071, Huelva.

CONTENIDOS

Introducción ………………….……………………………... 218 Itinerario geológico y paradas………..……………………. 215 Parada 1: Cabezo del Conquero, Huelva …………………..

216

Parada 2: Aljaraque ...................………………..…………..

218

Parada 3: Cañada Honda, Aljaraque ………………..……..

222

Parada 4:La Orden-Seminario, Huelva ……………..……..

225

Parada 5: El Almendral, Isla Saltés ……………..…………..

228

Parada 6: El Eucaliptal, Punta Umbría ……………..……..

231

Bibliografía ………………………………………………

235

217

Introducción Durante el Holoceno medio, y coincidiendo con los momentos iniciales del actual máximo eustático Postglaciar, las desembocaduras fluviales de los ríos suratlánticos ibéricos se vieron invadidas por el ascenso paulatino de las aguas oceánicas y se impuso en los estuarios un medio marino, con dominio del oleaje y oscilaciones mareales. Los datos hasta ahora disponibles apuntan a que la fase sedimentaria inicial de estos estuarios (6,5-4 ka BP, Fig. 1) se produjo con un relleno fluvio-marino de fondo de canal y por playas protegidas de naturaleza arenosa, adosadas a las riberas de las ensenadas e intercaladas con aluviones y conos aluviales de pequeños arroyos (Parada 3: Cañada Honda).

Figura 1.- El estuario inferior de los ríos Tinto y Odiel y su modelo de evolución morfosedimentario, cronológico y poblacional.

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A partir de hace unos 4000 años (Fig. 1), los sedimentos dentro del estuario comenzaron a emerger en forma de llanuras mareales arenosas y de cheniers, y se fueron desplazando en cordones progradantes hacia la bocana. Primero fue la barrera arenosa del Almendral (Parada 5), hace unos 3000 años, que servía de antigua entrada al estuario, junto a las primitivas flechas de Punta Umbría (Parada 6: El Eucaliptal) y Punta Arenilla; después todo el sistema se iría trasladando hacia el sur, acompañando a la emersión de los cordones de El Acebuchal y La Cascajera. Este último se consolidó como barrera emergida en la antigua bocana de la romana Palus Erebea, durante el tránsito de los siglo I y II d.C. (Rodríguez-Vidal et al., 2015).

ITINERARIO GEOLÓGICO Y PARADAS

Los estudios geológicos de tiempos recientes son fundamentales para el conocimiento de los procesos geoambientales y nos ayudan a comprender dinámicamente los cambios en los paisajes del pasado, su evolución hacia el paisaje actual, y las posibles tendencias futuras. Los métodos y técnicas arqueológicas aportan valiosa información geológica en aquellos territorios que han sido intensamente antropizados desde hace muchos miles de años. El estuario de Huelva (ríos Tinto y Odiel) ha sufrido un rápido relleno sedimentario en los últimos 6000 años. Esta historia geológica, durante el Holoceno medio y superior, ha condicionado y dirigido la distribución de los asentamientos humanos ribereños y ha marcado las pautas del uso y organización territorial.

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La

excursión

irá

recorriendo

yacimientos geoarqueológicos

algunos

más

de

singulares

los del

paleoestuario (Fig. 2), así como afloramientos geológicos que nos ayudarán a comprender el modelo de evolución morfosedimentaria y la colonización humana desde la Prehistoria hasta época medieval.

Figura 2.- Itinerario geológico de la excursión y situación de las paradas. Cartografía geomorfológica de terrazas fluviales y formaciones estuarinas, según Cáceres (1999).

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Parada 1 Cabezo del Conquero Localización: Mirador del Monte Conquero, en la zona más elevada de Huelva, a 68 m de altitud, con vistas hacia el estuario y las marismas del río Odiel. Observaciones: Vista a poniente de las marismas y los canales mareales del río Odiel. Al fondo, las terrazas fluviales de la margen derecha del río. Hacia el suroeste, la flecha litoral de Punta Umbría, barrera holocena de cierre del estuario. Objetivos: Introducir la excursión y sus paradas. Describir las formaciones geológicas del Neógeno y Cuaternario. Reconocer las principales etapas evolutivas del relleno sedimentario del estuario.

Descripción e interpretación geológica El pie de las colinas de Huelva, conocidas como “Cabezos”, están constituidos por la Formación Arcillas de Gibraleón (Fig. 3), que son arcillas y margas de color verde azulado, de origen marino, ricas en microfauna planctónica y bentónica. La edad es Mioceno superior (Tortoniense superior) y Plioceno inferior basal. Presenta una gran potencia, que se incrementa hacia el centro de la cuenca, al sur y sureste. La transición a la unidad suprayacente se hace por medio de un nivel condensado de arenas glauconíticas, que sirven para fechar la base de la Formación de Arenas de Huelva. Las Arenas de Huelva están constituidas por arenas y limos amarillentos, que alcanzan los 30 m de espesor. Representan facies marinas no muy profundas, con 221

abundantes fósiles de moluscos. La Formación Arenas de Bonares está formada por arenas finas basales que, progresivamente, se hacen más gruesas hacia el techo, incluso con niveles conglomeráticos. Se depositaron en un medio marino muy somero (playa), con intercalaciones continentales fluviales. El techo de la serie en El Conquero está representado por una formación de gravas y arenas silíceas de color rojo, de menos de 6 m de espesor, con cementaciones

y

costras

ferruginosas.

Aunque

regionalmente formarían parte del denominado Alto Nivel Aluvial, Cáceres (1999) lo asimila a las terrazas medias (T8/9) del antiguo sistema fluvial del Tinto-Odiel, con una edad del Pleistoceno inferior-medio.

Figura 3.- Mapa geológico y columna estratigráfica de la ciudad de Huelva (Camacho et al., 2008). Situación del Monte Conquero, donde se localiza la parada 1.

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Principales etapas evolutivas del estuario: Las flechas litorales constituyen uno de los elementos morfológicos fundamentales de esta costa, ya que su crecimiento ha ido cerrando los estuarios fluviales y creando el ambiente propicio para el desarrollo de las marismas. Los trabajos realizados hasta ahora, a nivel regional (Zazo et al., 1994; Rodríguez-Ramírez et al., 1996, entre otros), permiten diferenciar cuatro etapas morfosedimentarias de crecimiento de barreras litorales, separadas por episodios erosivos, que habrían evolucionado entre 6900-4500 años cal. BP, 42002600 años cal. BP, 2300-1100 años cal. BP y 1000 años cal. BP hasta la actualidad.

Parada 2 Aljaraque Localización: Mirador en la carretera de subida a la población de Aljaraque, a unos 30 m de altitud, situado al noreste del cabezo actualmente ocupado por dicha localidad. Su posición es dominante sobre las actuales marismas de la margen derecha del río Odiel e inmediata a una antigua ensenada. Observaciones: Aguas arriba y a mayor cota se encuentra el yacimiento prehistórico de Papa Uvas. La ensenada de la figura 4 podría corresponderse con la ubicación de un antiguo puerto o embarcadero asociado a la denominada Factoría Púnica de Aljaraque. Hacia el este es observable el estuario del Odiel. Objetivos: Introducir a la ocupación humana en un brazo secundario del antiguo estuario del río Odiel y a los inicios de su colmatación sedimentaria.

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Figura 4.- Ensenada de Aljaraque y posible lugar (área encharcada) del antiguo embarcadero.

Descripción e interpretación geoarqueológica A partir del Neolítico final, a mediados de IV milenio a.C., y a lo largo del Calcolítico (III milenio a.C.), hasta los primeros siglos del II milenio a.C. (época campaniforme e inicios de la fase más antigua de la Edad del Bronce), las evidencias de ocupación en ambas orillas del río Odiel se multiplican. Desde aproximadamente el 3500 a.C., comienza a documentarse una red de poblamiento más estable, a partir de asentamientos estratégicamente situados en las zonas interiores del estuario o en la propia península de Huelva. Se trata de un conjunto de yacimientos de extensión variable en el tiempo y en el espacio, que permiten establecer una cierta complementariedad socio-económica, desde lugares de captación y transformación de materias primas y de recursos subsistenciales, en los puntales próximos a Aljaraque, hasta grandes poblados abiertos (La Orden-Seminario, en Huelva) o bien delimitados por fosos

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(Papa Uvas, en Aljaraque), de ocupación reiterada y muy prolongada en el tiempo, pasando por pequeñas aldeas de ocupación temporal más discreta como Casa del Río (Aljaraque). Papa Uvas es uno de los yacimientos más investigados y mejor conocidos del sector (Martín de la Cruz, 1986, entre otros trabajos). Se trata de un gran poblado en llano, ubicado a unos 34 m de altitud y muy próximo a la antigua línea de costa. Los grupos humanos que lo habitaron eran agricultores y ganaderos, que complementaban su economía de subsistencia con la explotación de recursos marinos, principalmente malacofauna, sin despreciar para el consumo la aparición ocasional de grandes mamíferos marinos, varados en las aguas poco profundas del estuario.

Figura 5.- Perfil estratigráfico de zanjas de Papa Uvas, según la Fig. 92 de Martín de la Cruz (1986).

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En la secuencia del yacimiento se han diferenciado hasta la fecha un total de cuatro fases sucesivas y sin aparente interrupción a lo largo de un milenio de ocupación, caracterizadas por la evolución de la cultura material y por los cambios de las estructuras de hábitat. Uno de los rasgos que dotan de mayor personalidad a Papa Uvas es la abundancia de estructuras excavadas en el sustrato plioceno, ya sean circulares u ovoidales, como "silos" y "fondos de cabaña", o alargadas como las zanjas (Fig. 5), que aparecen amortizadas y colmatadas por rellenos, en los que abundan materiales arqueológicos. Las primeras zanjas se remontan a la Fase I, neolítica, y constituyen un conjunto de fosos de forma sensiblemente circular. A lo largo de las fases calcolíticas (II-IV), el espacio se reorganiza con el trazado de dos grandes zanjas defensivas de dimensiones progresivamente mayores (6-6,5 m. de anchura y 2,40-3 m. de profundidad). Tras un periodo de desocupación, en Papa Uvas se han documentado algunos grandes fondos de cabaña correspondientes al Bronce final (inicios del I milenio a.C.), momento a partir del cual se abandona definitivamente el asentamiento. Las evidencias de continuidad poblacional durante el periodo orientalizante se localizan en el punto más elevado del Cabezo de Aljaraque, donde se ubica la denominada "Factoría púnica" con ocupación entre los siglos VI al III a.C. (Blázquez et al., 1971). Esto ha sido interpretado entre otros factores como un traslado poblacional, debido a la búsqueda de zonas de mayor facilidad de atraque, dada la progresiva colmatación sedimentaria del estuario.

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Parada 3 Cañada Honda Localización: Km. 2,3 de la carretera local de Corrales a la Urbanización El Recreo de Aljaraque.

Parada 3.1 Observaciones: Perfil estratigráfico del techo de la terraza degradada T3 de +18 m del río Odiel y su contenido de industria lítica (Fig. 6).

Figura 6.- Imagen Google-Earth modificada del sitio de Cañada Honda. 1. Perfil estratigráfico de la terraza degradada T3 de +18 m del río Odiel. 2. Perfil del conchero protohistórico en el corte del antiguo ferrocarril minero de Corrales a Tharsis.

Objetivos: Relación entre la dinámica fluvial / ladera y la frecuentación humana durante el Paleolítico.

Descripción e interpretación geológica: Según Cáceres (1999), para la terraza T3 existe un afloramiento, en la zona

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denominada como el Grillito, en la margen izquierda del río Odiel, en el que se han constatado piezas en conexión estratigráfica con el depósito (Castiñeira y García Rincón, 1985). Estas piezas se han asignado al Paleolítico medio, lo que situaría esta formación en el Pleistoceno superior. El techo del depósito fluvial está formado por arenas finas de inundación con industria lítica ocasional. La parte superior corresponde con un glacis de ladera, de baja pendiente, que arrastra arenas y pisolítos ferruginosos de terrazas y paleosuelos más antiguos (Fig. 7).

Figura 7.- Perfil estratigráfico de la terraza degradada T3 de +18 m del río Odiel (Pleistoceno superior) en la zona de Cañada Honda.

Parada 3.2 Localización: Unos 500 m al Este de la anterior parada 3.1, junto a las marismas del Odiel (Fig. 6). Observaciones:

Perfil estratigráfico de un

vertedero

prehistórico de ladera, básicamente de tipo conchero.

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Objetivos: Ejemplificar la relación de los grupos humanos del Holoceno antiguo (Epipaleolítico/Neolítico) con el nuevo ecosistema, resultante de la transgresión flandriense y la explotación económica de los recursos marinos litorales, principalmente malacológicos.

Descripción e interpretación geoarqueológica: El conchero de Cañada Honda se sitúa en una ladera aterrazada, a 6 m de altura sobre la actual marisma del río Odiel, y puede apreciarse su contenido estratigráfico oriental gracias al corte de la trinchera del antiguo ferrocarril minero de Corrales a Tharsis, así como por el corte meridional de una gravera abandonada (Fig. 6). El espesor de este afloramiento antrópico es muy variable, entre 0,40 y 1 m, rellenando pequeñas irregularidades topográficas y creando una ladera regularizada, que vertía hacia el estuario (Fig. 8).

Figura 8.- Corte de la trinchera del ferrocarril minero de Corrales a Tharsis y antiguo perfil estratigráfico vertical, realizado y publicado por Borja et al. (1994).

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Este yacimiento de ladera, de tipo conchero, aun sin suficiente investigación, será un lugar clave para los futuros trabajos paleoambientales sobre la fase final del último ascenso marino Postglaciar (primera mitad del Holoceno). El único análisis estratigráfico de su perfil (Borja et al., 1994) ha permitido diferenciar dos unidades en la sección del conchero (Fig. 8), de las cuales la inferior tan solo presentaba

industria

lítica

tallada

entre

los

restos

malacológicos, mientras que la superior ofreció un registro más diversificado, con cerámicas, estructuras siliformes y acumulaciones óseas. Por lo tanto, se trata de un yacimiento necesitado

de

trabajos

en

extensión,

que

permitan

documentar el proceso de tránsito desde unas estrategias predadoras y móviles hasta otras productoras y sedentarias. Este registro mostraría el paso del Epipaleolítico al Neolítico, alrededor del VI milenio a.C. (García et al., 1996), pero siempre en relación con la importancia económica de los recursos marisqueros (Martín y Campos, 1995).

Parada 4 La Orden-Seminario Localización: Al norte del actual casco urbano de la ciudad de Huelva. Se corresponde con el Sector B3 de la Zona Arqueológica de Huelva, ocupando unas 23 ha, actualmente protegidas. Observaciones: El yacimiento se ubica en una posición septentrional y central de la península de Huelva, sobre dos elevaciones de entre 45 y 39 m de altitud, que le confieren un amplio dominio visual del entorno inmediato, tanto terrestre como fluvial (Fig. 9). En su perímetro nacían una serie de arroyos de escaso porte que eran tributarios del 230

Estero del Rincón, que en épocas pasadas supondría una importante barrera física para el acceso por tierra al extremo meridional de la península. La posición relativamente elevada en la que se sitúa el yacimiento, así como su localización en el nacimiento del propio estero, le conferiría igualmente un carácter de control del acceso a la zona de los cabezos, con relieve más abrupto.

Figura 9.- Vista aérea oblicua de la parcela arqueológica de la Orden-Seminario, con vistas hacia el Este de la marisma del río Tinto.

Objetivos: Introducir a la ocupación humana de la península de Huelva desde la Prehistoria reciente, a partir de las excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento desde 2005.

Descripción e interpretación arqueológica: La OrdenSeminario es un gran poblado abierto, de ocupación reiterada por parte de comunidades que practicaban una economía agrícola y ganadera, plenamente asentada. Junto al

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cultivo de cereales y leguminosas, se pastoreaban especies domésticas como ovicápridos, bóvidos y suidos, además de contar con perros. La dieta se complementaba con una importante recolección de bivalvos estuarinos (almejas y navajas) y escasa actividad cazadora. Durante la Prehistoria, abundan las estructuras excavadas en los terrenos terciarios, ya sean circulares u ovoidales, como "silos" y "fondos de cabaña" (Fig. 10), que aparecen amortizadas y colmatadas por rellenos, en los que abundan materiales arqueológicos o bien estructuras funerarias y "votivas" más o menos complejas. Su interés se acrecienta por las relaciones estratigráficas entre las estructuras que se cortan, se superponen o se asocian, proporcionando un marco cronológico y secuencial de antero-posterioridad a la organización espacial del poblado y a los materiales arqueológicos de los rellenos.

Figura 10.- Fondo de cabaña de época prehistórica, amortizada y colmatada de relleno arqueológico.

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Podemos atisbar el mundo simbólico de estas sociedades a partir de dos espectaculares depósitos de ídolos cilíndricos asociados a una de las agrupaciones calcolíticas de estructuras de hábitat en sendas estructuras "votivas" (Fig.11). Las ofrendas se depositaron en el interior de estructuras subterráneas cubiertas de manera similar a las cabañas y sobre suelos cuidadosamente elaborados (Vera et al., 2010).

Figura 11.- Depósito de ídolos cilíndricos en el interior de estructuras votivas calcolíticas.

Parada 5 El Almendral, Isla Saltés Localización: En el Paraje Natural de las Marismas del Odiel, en el flanco norte de la Isla de Saltés, dentro del cordón arenoso conocido como El Almendral. Observaciones: Visita al extremo NO del cordón estuarino más antiguo del Almendral, que registra las primeras

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evidencias de poblamiento dentro del estuario, a partir del siglo VII a.C. Objetivos: Presentar las excavaciones arqueológicas del yacimiento islámico de Saltish, desde la emersión de este cordón arenoso, hace algo más de 3000 años, hasta su ocupación como ciudad fortificada en época medieval.

Excavaciones arqueológicas al NO del Almendral: Las excavaciones realizadas en Saltish entre 1988 y 2001, publicadas por Bazzana y Bedia (2005), muestran que los niveles arqueológicos inferiores reposan sobre arena natural y estéril, con restos de conchas marinas, que proporcionan una edad calibrada de 3,5 a 3 ka BP y nos marcan la fecha de emersión definitiva de la barrera del Almendral (Fig. 12). Por encima, se encuentran algunas estructuras de cantos unidos

con

arcilla

y

material

cerámico

de

época

protohistórica que, por comparación con cerámicas extraídas en la cercana Huelva (Cabezo de San Pedro), nos indican una cronología que va desde finales del siglo VII hasta el siglo III a.C., en un ámbito claramente orientalizante. Las dataciones AMS calibradas (IntCal13, 2σ) del nivel basal de carbón y conchas alcanzan hasta 750 años a.C. Este sería, posiblemente, el inicio del poblamiento de esta barrera estuarina, tal vez como un asentamiento pesquero. No están tan claros los datos del período romano, que sólo aparecen bien representados en el reborde norte de la isla, al lado de la Alcazaba de Saltish, donde se han recuperado vestigios de varias piletas de salazón. De la misma época son también unos sillares sueltos, hallados en la orilla de la ría, posiblemente testimonio de un antiguo edificio, tal vez un templo.

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Figura

12.-

Croquis

de

localización

de

las

estructuras

protohistóricas 216 y 237 y corte estratigráfico de la Calle 200 (según Bazzana y Bedia, 2005): 1. Muro medieval, 2. Muro protohistórico, 3. Relleno de la Calle 200, 4. Capas de conchas, 5. Arena virgen.

Figura 13.- Reconstrucción hipotética del paisaje urbano de Saltés, con la Alcazaba en primer plano, las atarazanas a su izquierda, la medina a su espalda y los talleres metalúrgicos al fondo a la izquierda. Dibujo de Marie-NöelleBaudrand (1998), extraído de Bazzana y Bedia (2005).

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Las prospecciones y excavaciones realizadas en los últimos años, en diferentes puntos de El Almendral, constatan la existencia de restos de ocupación en casi todo el espacio disponible. No obstante, el sector correspondiente a la ciudad medieval se sitúa al norte (Fig. 13), en una zona de relieve casi llano, a excepción hecha del castillo o alcazaba que se eleva 9 m respecto a la marisma. El análisis de los restos documentados nos hablan de un hábitat urbano que arranca, al menos, del inicio del siglo X, siendo la última fase de ocupación del tránsito entre los siglos XII y XIII, al que pertenecen la mayor parte de los restos excavados. Según los autores árabes, la ciudad de Saltish no presentaba recinto fortificado y su tejido urbano era denso. Las excavaciones muestran que las casas, muy numerosas, se apoyan unas a otras, ocupando ambos lados de calles y callejones de desarrollo subortogonal. A la ciudad principal, la medina, se le añadían varios arrabales, un puerto bien protegido y atarazanas. Las prospecciones han localizado la ubicación de los astilleros, el puerto y los talleres para la metalurgia del hierro y otros metales (Fig. 13). La ciudad de Saltish constituye uno de los yacimientos medievales claves para la comprensión de la historia económica del mundo hispano-musulmán de Al-Andalus y el mejor conocimiento de su cultura material.

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Parada 6 El Eucaliptal Localización: En el extremo norte de la población de Punta Umbría, junto a la orilla del canal y bajo el polígono industrial antiguo. Observaciones: Significado estratégico de la factoría romana y localización de los sitios excavados. Objetivos: Introducir la problemática de las industrias costeras romanas, su cronología y perduración, así como la relación con la evolución morfológica del estuario.

Descripción e interpretación geoarqueológica: El yacimiento romano de El Eucaliptal se encuentra ubicado en la flecha litoral de Punta Umbría, a las afueras del casco urbano y al noroeste del mismo (Fig. 14). Se extiende bajo el viejo polígono industrial, llegando a alcanzar la zona de La Peguera, frente al asentamiento de la Isla de Saltés. Los límites este y oeste los definen respectivamente la orilla del canal de Punta Umbría y el camino de prolongación de la Avenida de la Marina (Campos y Vidal, 2004). Hasta hace sólo unos años, la parte más importante del yacimiento se encontraba sin construir, en una zona cubierta por un depósito de dunas, poblado con pinos que, hasta la década de los ochenta, lo estuvo por un eucaliptal, dando al lugar el nombre por el que hoy se le conoce. Actualmente, una parte del yacimiento está ocupada por las construcciones del polígono, así como por otras edificaciones diversas y, sobre todo, por la reciente urbanización para la instalación de un complejo lúdico, en el que se ha reservado una zona para integrar parte del yacimiento, del cual aún permanecen áreas sin excavar.

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Figura 14.- Situación del yacimiento arqueológico de El Eucaliptal (línea gruesa discontinua), al norte de Punta Umbría (Campo y Vidal, 2004), y lugar de la parada 6 (rectángulo rojo) con parte aflorante de las excavaciones.

La primera intervención arqueológica, realizada en el año 1993, permitió definir que, en general, los sectores más cercanos a la playa presentaban mayores concentraciones de materiales, con piletas de salazones asociadas a ánforas y contenedores, mientras que en los situados por encima del cantil de la playa predominaban las estructuras de habitación con cerámicas de tipo doméstico. Los depósitos faunísticos de esta factoría han sido de vital importancia para definir la actividad económica del asentamiento. Del total de la fauna recuperada en el yacimiento (96 huesos y 506 restos malacológicos), la terrestre de consumo presenta un porcentaje bajísimo respecto al total de la muestra (15,9 %), frente a un 84 % de

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especies marinas. Estas últimas, a excepción de dos ejemplares de dorada y otros dos de marrajo, consisten en su totalidad en moluscos de 24 especies, de las que la mayor parte la constituyen en este orden: cañadillas, navajas, almendras de mar y ostras, acumuladas en un depósito antrópico. La aparición de varias acumulaciones de Murexbrandaris y Trunculariopsis trunculus, en cantidades significativas, y el idéntico estado de fragmentación en que aparecen todos los ejemplares hallados, hacen pensar que en la factoría también se llevaron a cabo actividades relacionadas con la fabricación de púrpura. La situación del área industrial, para la fabricación de salazones, no ofrece ninguna duda (Fig. 15). Las piletas se situaban a lo largo de la orilla de la ría, si bien hay que tener en cuenta que informaciones orales hablan de otras unidades aún más al noroeste, alcanzando la zona de La Peguera, frente al asentamiento de Saltés, donde también se localizan piletas de época romana. Por otro lado, es necesario reseñar una circunstancia de interés, y es el hecho de que la pileta excavada más al noroeste presenta una cronología de abandono del siglo III d.C., mientras que la más al sureste se abandona en los siglos IV-V d.C. Esto podría indicar un avance de la situación de la factoría a medida que la flecha de Punta Umbría progradaba hacia el sur, pues la existencia del asentamiento se extiende entre los siglos II y VII d.C., tiempo suficiente para pensar en un avance importante de la misma. Las estructuras de habitación, en cambio, demuestran la continuidad del yacimiento, pues aparece un muro fechado en la primera mitad del siglo II d.C., construido con piedras y ladrillos, otro fechable probablemente a fines del siglo II

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d.C., con factura de ladrillos, y un último con cronología de la primera mitad del siglo III d.C., construido con piedras.

Figura 15.- Vista aérea parcial de las excavaciones.

El sector de necrópolis excavado ofrece tres fases de enterramientos, desde la segunda mitad del siglo II d.C. al siglo VII d.C., aunque los enterramientos de incineración correspondientes al siglo II d.C. están representados por una cuppae aparecida en el perfil de la excavación (Campos et al., 1999). El Eucaliptal es, por tanto, un asentamiento que responde al modelo de cetaria, dedicado a la pesca y transformación de recursos

marinos (elaboración de salazones, púrpura,

etc.), y presenta una ocupación desde mediados del siglo I d.C. hasta inicios del siglo VII d.C. (Campos y Vidal, 2004). Si atendemos a las dataciones más extremas, obtenidas de los artefactos de las excavaciones y de la prospección superficial, el asentamiento abarca una banda cronológica que cabría situar entre los siglos I y VII d.C., estableciéndose una secuencia sin solución de continuidad a lo largo de estos siglos; si bien hay que reseñar que los

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materiales pertenecientes a fines del siglo II y principios del siglo III d.C. son algo más escasos, sobre todo en lo que se refiere a las ánforas. Esta circunstancia, que se produce en todas las cetariae excavadas en el litoral onubense, podría estar indicando la existencia de algún evento natural que hiciera entrar a las factorías en un receso hasta su paulatina recuperación (Campos, 2011; Campos et al., 2014). En cuanto a las construcciones, las piletas encontradas corresponden a los siglos II y IV d.C., lo que corrobora una posible ausencia, o cuando menos reducción, de la actividad de salazón en el siglo III d.C.

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