Género, tecnología y pobreza. El caso de las explotaciones familiares algodoneras en el Chaco argentino

June 16, 2017 | Autor: Gabriela Sued | Categoría: Estudios de Género, Chaco, Ciencia tecnología y sociedad
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Descripción

XI REUNIÓN DE ANTROPOLOGÍA DEL MERCOSUR. Mesa Redonda 3 CIENCIA, TECNOLOGÍA, CULTURA Y GÉNERO, en la Facultad de Derecho, Salón 2 de 18:30 a 20 :30 Montevideo, 28 de noviembre de 2015 Nombre de la ponencia: Género, tecnología y pobreza. El caso de las explotaciones familiares algodoneras en el Chaco argentino.

Autoras: Gabriela Sued, Magalí Turkenich, María Elina Estebanez Instituciones: Centro Redes, UBA, UNLP http://www.centroredes.org.ar e-mail: [email protected] Introducción El trabajo que hoy presentamos forma parte de un proyecto de investigación que aborda el rol de las mujeres en la producción algodonera actual de baja escala, desarrollada en establecimientos menores a 50 ha. ubicados en la región chaqueña argentina. El mismo deriva de una investigación marco orientada al diseño de políticas tecnológicas destinadas a los pequeños productores algodoneros. El problema común que abordan ambos proyectos es la introducción de semillas transgénicas de algodón- más el paquete tecnológico de fertilizantes, herbicidas y nuevos modos de siembra y cosecha- en el proceso de producción algodonera, y los efectos que dicha introducción produjo en los pequeños productores. En particular, nuestro trabajo intenta determinar el rol de las mujeres pequeñas productoras de algodón en ese contexto, apoyándonos en tres marcos analíticos que han incluido una perspectiva de género para abordar los problemas del desarrollo, el estudio del mundo rural, y la relación entre tecnología y sociedad. Intentando presentar una mirada diferente a 1

la problemática de la vida de la mujer rural, nos apoyamos particularmente en los estudios de género y tecnología, para entender de qué manera la introducción de las innovaciones tecnológicas mencionadas afectan tanto los roles productivos como los domésticos de las mujeres productoras. En este trabajo nos limitamos a exponer dos ejes importantes para nuestro trabajo: la circulación de conocimientos y las representaciones sociales sobre el sistema productivo algodonero. Describiremos a través de estos dos puntos dos tipos de patrones de innovación asociados a estos procesos: uno asociado a sistema productivo transgénico, y otro asociado al agrobiológico. Se nos presentó como interesante que estas dos modalidades diferentes de siembra dieron lugar a patrones de género distintos. En este trabajo iremos viendo diferencias en el rol de la mujer, sobre todo en el modo en que circulan conocimientos y se construyen representaciones sociales. Estos dos procesos admiten variaciones según el sistema de siembra practicado. 2. Consideraciones metodológicas: otorgando visibilidad a los actores Siendo nuestro propósito el de otorgarle visibilidad a las mujeres productoras de algodón, la investigación se planteó desde sus inicios como microsociológica y cualitativa . El insumo central del análisis que presentamos en este documento se compone de los testimonios orales y visuales recogidos en el trabajo de campo . Este se desarrolló entre los meses de septiembre y noviembre de 2010 en las zonas de General Pinedo y Pampa del Indio, ubicadas en el sureste y el norte respectivamente, de la provincia de Chaco, y la localidad de Pirané, ubicada en la provincia de Formosa pero lindante inmediatamente con la región noreste . Pudimos relevar los casos de trece establecimientos productivos, entrevistando en cada ocasión tanto a las mujeres y los varones propietarios de las fincas. En ocasiones también se encontraban presentes algunos de sus hijas e hijos, quienes también intervenían en las respuestas. También fueron entrevistados informantes claves de cada región, por ejemplo técnicos y funcionarios del INTA o directivos de organizaciones de campesinos que tenían una relación estrecha con los productores entrevistados o con el circuito productivo del algodón. Dentro de los establecimientos que relevamos hemos encontrado dos modalidades diferentes de cultivo: transgénica, por un lado, a partir del uso de semillas genéticamente modificadas (sin certificar) y agrobiológica por otro, a partir del uso de semillas no modificadas genéticamente, y sin aplicación de agroquímicos. Este esquema se da especialmente en la zona de Pampa del Indio a partir de la intervención de la Asociación Pequeños Productores del Chaco.

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Nuestro análisis toma en cuenta tanto las voces femeninas como las masculinas, dando prioridad a las primeras toda vez que nos fue posible, ya que tratamos de comprender el lugar de la mujer dentro del SSA, y el análisis de sus testimonios nos resulta fundamental a tal fin. La identificación de diferencias nos llevará luego a poder interpretarlas en función de asimetrías, relaciones de poder, exclusión, ventajas, desventajas u oportunidades para las mujeres, y a formular algunas hipótesis sobre sus causas, que son para nosotros siempre de orden social o cultural, y no técnicas o biológicas. En trabajos anteriores y más amplios hemos construido diversos ejes de trabajo para dar cuenta del rol de las mujeres en el sistema productivo algodonero de baja escala. Entre ellos, identificamos patrones de distribución del trabajo en el proceso productivo y en las tareas de negociación, identificamos los modos de circulación de conocimiento sobre el cultivo del algodón y las innovaciones introducidas en los últimos años, y analizamos las representaciones sociales de mujeres y hombres sobre el cultivo del algodón. En esta oportunidad comunicaremos los resultados obtenidos en estos dos últimos ítems: circulación de conocimientos y representaciones sociales. 3. Caracterización del grupo Una de las primeras evidencias que se desprenden del trabajo realizado es que la realidad del universo de los pequeños productores algodoneros es heterogénea. Si bien todos los casos seleccionados pueden ubicarse dentro de la categoría que comprende a los productores minifundistas es decir, aquellos que poseen hasta 50 hectáreas, el análisis de los diferentes modos en que sus tierras son utilizadas, la estructura de la propiedad de las mismas y el acceso a recursos –culturales, financieros, tecnológicos- y demás aspectos analizados en la investigación marco de esta ponencia, permiten comprender divergencias sensibles entre las diferentes unidades familiares y fundamentalmente sobre las relaciones de género en las mismas. Los aspectos centrales identificados para la caracterización estructural del grupo estudiado son: el acceso a la tierra, el acceso al dinero; la educación propia y de los hijos, la salud, la accesibilidad geográfica, los medios de transporte, los medios de comunicación disponibles y el acceso a

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servicios de infraestructura (luz eléctrica, gas, agua). Estos temas se han analizado privilegiando la voz de las protagonistas, sus descripciones, percepciones y representaciones1. 4 .Conocimiento y prácticas productivas. Diferencias de género. En la mayoría de los casos, sin distinción de género, la mayoría de los entrevistados desciende de familias productoras, y es en el seno de las mismas donde han aprendido los quehaceres del algodón: “Entrevistadora: ¿Cómo aprendiste lo que sabés del algodón? C: con mi viejo ..yo era metiche…yo andaba con el (yo no soy hija de mi viejo..esa es mi mamá pero yo no la reconozco…el papá de ella era mi abuelo pero para mi era mi viejo y ella para mi es mi hermana) bueno y yo era metiche…y como ya no había nadie acá…mi viejo hacía los venenos para curar y yo estaba ahí…yo estaba ahí, le acarreaba el agua…todo..y siempre le preguntaba…que cuanto, para que…siempre le estaba preguntando...no me quedaba con la duda” (C, Corzuela, 28 años). Los productores siguen ejerciendo algunas de esas prácticas sin variación, por ejemplo la siembra manual, el carpido (aunque éste cada vez se realiza menos cuando se planta semilla transgénica, variedad RR) y la cosecha manual. Sobre este conocimiento implícito, transmitido generacionalmente y a partir de la práctica, no parece haber diferencias entre hombres y mujeres. Entre las entrevistadas hay mujeres que saben, por ejemplo, cómo sembrar y cómo regar con mochila pero no lo hacen. Las mujeres de la zona de Pampa del Indio coinciden en que la siembra la realizan “siempre los hombres”, aunque también afirman que “ las mujeres sí sabían sembrar”. No tienen una explicación acerca de por qué no realizan estas tareas, sólo responden que les corresponde a los hombres, y que en su familia de origen las realizaban sus padres o sus hermanos. Hacia el final del punto mencionado postulamos algunas razones de esta separación entre saberes y quehaceres. Respecto de la manera en que circulan los conocimientos vinculados a las innovaciones y su acceso por parte de varones y mujeres, podemos establecer diferencias entre las modalidades transgénica por un lado, y agroecológica por el otro. Respecto de la primera modalidad, no identificamos en estos casos una instancia de conocimiento formalizada a través de cursos o encuentros. Aunque el INTA ofrece este tipo de capacitaciones, por ejemplo en la Agencia de Experimentación Rural de Gral. Pinedo, éstas no llegan a la capa de los productores más pequeños Según la Ingeniera E, de esa dependencia, el curso sobre plagas y desmalezado que el INTA dicta 1

Por razones de espacio, no se incluyen en la presentación los fragmentos analizados. Un análisis detallado puede encontrarse en Turkenich, M (2011).

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cuatro meses por año recién en esta campaña se dictará en terreno. Hasta ahora se había realizado sólo en la sede de INTA Pinedo, lo que deja fuera a los productores más pequeños por imposibilidades de traslado. Sólo pudimos identificar a través de los testimonios algunas acciones aisladas en cuanto a presencia de ingenieros especializados en las fincas. Estas interacciones siempre tienen lugar entre los especialistas y los varones. Por otro lado, los técnicos del INTA señalan que cierta información necesaria para el control de plagas (fechas de siembra, control de rastrojos) no logra penetrar en la capa de los productores más pequeños: o bien no acceden a ella o bien no la respetan. De este modo, el problema del acceso a la información lo es tanto para varones como para mujeres, aunque los primeros tienden a compensarlo con la práctica cotidiana, con la visita esporádica de algún técnico, o alguna acción colectiva aislada que pudimos identificar en casos particulares. Por el contrario, las mujeres tienden a conservar su conocimiento tradicional sobre el tema, heredado de sus familias primitivas, pero al no realizar ciertas tareas productivas, no tienen el conocimiento empírico asociado a innovaciones tales como tipo de semilla, precio de venta, nombre del comprador y otras: “Entrevistadora: …vos sabés que hay muchas variedades de algodón.¿vos sabés qué variedad …vendíamos

así

a

la

compró ? A: si…no no, no sé.” (A, El Palmar) . “R:

desmotadora..ese

del

gobierno..ese

que

está

acá

en

Dos

trece…Entrevistadora: ¿Y con quién trataba? R: con…mm..ese señor..no me acuerdo…una desmotadora que hay acá en Dos trece” (R, El Colorado). Si bien podría suponerse que la ignorancia sobre la variedad podría deberse a la falta de identificación de semillas en el mercado informal, resulta relevante aclarar que todos los hombres pudieron identificar o denominar de alguna manera la variedad de semillas adquiridas, así que podemos deducir que en el caso de la mujer la no identificación de la semilla se debe a su falta de conocimiento. Por otra parte, la relación con el conocimiento es diferente en la modalidad agrobiológica, ya que ésta se sustenta a partir de la acción colectiva (Mwangi et al, 2008)2

de la Asociación

Pequeños Productores de Chaco (APPCH), en cuyas actividades participan tanto varones como

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Mwangi E, Markelova, H Collective action and property rights for poverty. A Review of Methods and Approaches CGIAR Systemwide Program on Collective Action and Property Rights (CAPRi) CAPRi Working Paper No. 82, 2008

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mujeres, reduciendo la asimetría en el acceso a los conocimientos necesarios para el cultivo de algodón agroecológico. Revisando la evidencia disponible, encontramos que las productoras de este sistema tienen mayor información sobre la modalidad del cultivo, sobre los motivos que dieron lugar al pasaje de semilla transgénica a la convencional usada en la modalidad agrobiológica a la forma de acceder a la semilla, y al precio de venta. No obstante su mayor acceso al conocimiento, la participación de la mujer en el sistema productivo es similar a la de otras modalidades. Ése es el caso de G, de Pampa del Indio, quien con diez años de militancia en la APPCH está muy al tanto de los canales de acceso a las semillas, del precio de la semilla por bolsa, del precio de venta del algodón y de sus posibilidades de colocación en el mercado. G describe de esta manera el circuito de acceso a la semilla: “ y eso se trabaja a través de un conjunto que se hizo a través de una cooperativa de San Martín me creería…no estoy muy segura…nos traen la semilla hasta el salón…ese contacto lo tienen más con Altamirano. … nosotros tenemos que solicitar la cantidad de semillas que vamos a querer cada uno y a través del pedido que hacemos ellos nos acercan hasta el CECAP, ahí nuestro salón... y eso no los descuentan cuando nosotros entregamos en algodón. Por ahora ya en los tres años que estamos trabajando con ellos, serían 70 pesos que nos cobran la bolsa de semillas y tampoco…si nosotros pagamos cuando cosechamos tampoco tiene ninguna clase de interés, nada. Lo pagamos al precio que nos dan: 70 pesos.” Sin embargo, la inclusión de las mujeres en la APPCH y su acceso al conocimiento resulta fundamental para la continuidad de los productores y productoras dentro del sistema, y contribuye a construir el aspecto simbólico del sistema sociotécnico algodonero (retomaremos este punto en las conclusiones de la sección). Notamos que en el testimonio de los entrevistados surgen diferencias respecto a la adquisición del conocimiento según éstos siembren semilla transgénica y convencional por un lado , o agroecológica por otro. Pero suponemos que éstas no se basan meramente en la diferencia de la modalidad de producción, sino en la participación de los productores en la APPCH, variable que no se encuentra presente en la primera modalidad. También es pertinente mencionar otras variables que producen diferencias en la adquisición de conocimiento por parte de las mujeres, tales como su edad. Las mujeres más jóvenes parecen más enteradas de las particularidades del proceso productivo por acompañar más a sus padres,

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como ejemplifica el testimonio de C, de Corzuela, transcripto en el primer párrafo de este apartado. Por otro lado el nivel educativo de las mujeres influye negativamente si es muy bajo, ya que induce a una muy baja participación de la mujer en el proceso productivo: “E: él si sabe leer. Y el nomás siempre anda por eso…porque yo no sé leer” (E, Corzuela). Esta cita funciona a modo de ilustración del tema, pero la falta de alfabetización de las mujeres las relega de prácticamente todas las tareas de negociación, intercambio, registro y contratación de personal. A la inversa, el nivel de educación puede influir positivamente en una mayor participación de la mujer si es alto, ya que se identificó en ese caso mayor conocimiento en el proceso y relativa participación en la toma de decisiones y de coordinación de personal. Tal es el caso de M, de El Colorado, con nivel terciario completo, quien interviene en la toma de decisiones tecnológicas, aunque las tareas centrales del proceso productivo son asumidas por su marido con la colaboración de su hijo mayor: “…. y en realidad entre pagar el servicio y él estar con el trabajo que él realiza, le daba más o menos lo mismo. Entonces decidimos que él iba a hacer siembra directa y contrató el servicio”. 5. Perspectivas de género en las percepciones y representaciones sociales sobre el sistema sociotécnico algodonero. Trabajamos en esta sección con las representaciones sociales, percepciones, reflexiones, pensamientos y juicios que las productoras y productores emitieron en sus testimonios sobre la producción del algodón. Abordaremos dos tipos de percepciones. En primer lugar, las que se construyen acerca de la introducción de innovaciones en el proceso productivo, y por último aquéllas que tratan sobre las ventajas y desventajas que conlleva dedicarse a la actividad. 5.1 Género y representaciones sociales sobre la innovación. Dentro de los establecimientos observados, hemos identificado que sus integrantes perciben diferencias en el proceso productivo del algodón. Si bien los productores y productoras se han formado en el cultivo en los establecimientos de sus mayores y las prácticas siguen ciertas tradiciones, pueden reconocer que el modo de producción ha cambiado en los últimos años, principalmente a partir de la introducción en el mercado de la semilla transgénica, que llevó a su vez a un cambio en las modalidades de preparación del suelo, de siembra y de regado con

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agroquímicos. Incluso, la mayoría de ellos usa semilla transgénica y algunos componentes del paquete tecnológico, aunque nunca éste completo. La adopción de semilla transgénica depende de varios factores, entre ellos, la zona de cultivo, si la semilla es entregada por el gobierno o si es comprada por los productores. En la zona de Corzuela- Las Breñas, la mayor parte de los productores usa semilla transgénica RR, que es la repartida por el gobierno provincial. Si eventualmente la compran, si por ejemplo el gobierno entrega fuera de fecha, a otros productores mayores o acopiadores de la zona, lo hacen de segunda multiplicación. Por otro lado, en la zona de La Leonesa y El Palmar, de tres casos, dos usaban Guazuncho 2 INTA y uno solo transgénica RR. En la zona de Pampa del Indio hay productores que incentivados por la APPCH siembran semillas no modificadas genéticamente, bajo el esquema de cultivo agroecológico. En El Colorado, Formosa, por último, los entrevistados dicen usar “semilla RR /BT

de segunda multiplicación” , provista por el gobierno (es el caso del

establecimiento de R y S ) o adquirida en una desmotadora de la zona (el del establecimiento de M y R). Según la Ingeniera del INTA E, “hoy los que hacen algodón quieren las semillas modificadas y no con RR para Roundup, para glifosato, la quieren modificada BT, porque el problema es la capullera…” (Ing. E, INTA Pinedo). La ingeniera afirma que en la campaña 2010 la semilla BT llegará en mayor cantidad a los productores pequeños, ya que existe una demanda de los productores hacia ese tipo de semillas. Ocurre que el gobierno no les provee de agroquímicos insecticidas y ese control deben hacerlo culturalmente o comprando ellos mismos los agroquímicos. Podemos inferir entonces que hay un mínimo conocimiento sobre variedades de transgénicos y una demanda de innovación por parte de los productores pequeños. Los productores no suelen utilizar la expresión “transgénico”, sólo lo hacen en pocos casos. Directamente nombran la variedad de la semilla o la identifican como un tipo de semilla a la que hay que “echarle matayuyos”, o que “si le tirás veneno no le hace nada a la planta”: “Entrevistadora: y qué está usando? ¿En la última campaña qué semilla usó? M: la… como le llaman a esta semilla que es para curar, para echarle veneno a la planta y no le hace nada, o sea que hasta ahora tenemos, se ve que les quedó… esa semilla, no me acuerdo cómo se llama, es para curar el yuyo cuando, y no le hace nada a la planta…Entrevistadora: y la que están usando, me dijeron los otros productores en la BT RR…M: y capaz que sea esa… puede ser, porque el año pasado dieron esa, a muchos le dieron esa…” (M, Corzuela). 8

En cuanto a las percepciones sobre la calidad de la fibra y el rinde, las opiniones de los productores y productoras son heterogéneas. Algunos opinan que el rinde es bajo: “Entrevistadora: ¿Y el algodón de ahora, sale bien, o salía mejor el de antes? A: no, el de antes ..si…yo me acuerdo! Era una planta! Con capullos por donde la miraras” (A, mujer, Corzuela)y otros que es mejor que el de la semilla tradicional: “..la primera vez...porque más antes daba la municipalidad..daban la otra la común nomás..la “guazuncho” o la “…” cómo le dicen a esa..buena esa sembraba siempre mi papá Entrevistadora: ¿ Y cómo le iba con esa? C: y ahí.. Entrevistadora: con la RR te parece que mejor? C: para mi que si…le rindió demasiado, le rindió lindo. (C, mujer, Corzuela)” Pero en esa diferencia de valoración no encontramos una variable de género, aunque los hombres realizan mayor cantidad de aseveraciones sobre el rinde y la calidad de la fibra que las mujeres. Por otro lado, los únicos que hicieron una evaluación negativa de la semilla transgénica son los productores y productoras de algodón orgánico, aunque pueden encontrarse algunas diferencias de género en esa valoración. Las mujeres tienden más a resaltar que sin usar veneno se conserva mejor la tierra y se sustentan los cultivos: “Pero ahora que estamos trabajando con el algodón este orgánico dejamos ya, tres, cuatro años atrás que no usamos más veneno en nuestra tierra, a través de eso nos ayuda a cuidar nuestro suelo, mejorar nuestra siembra, vemos que también ayuda más con el clima que nosotros tenemos, que sin echarle veneno se sustenta más la plantita a través de la sequía..si le echamos veneno parece que eso más pronto se funde con el tema de la sequía que tenemos” (Gr, Pampa del Indio). Por otro lado, los hombres refieren más a que las semillas transgénicas no habían dado buenos resultados en campañas anteriores, aunque no queda claro si por la semilla en sí misma, por la sequía, o por las dos razones. En lo que hace al conocimiento de la clase de semillas usadas, encontramos diferencias de género. En la mayoría de los casos, las mujeres no reconocen ni mencionan la semilla transgénica, pero sí los hombres. Hay pocos casos donde la mujer sabe qué variedad de semillas se están utilizando, y en éstos el conocimiento puede relacionarse con tres variables. En primer lugar, observamos que las mujeres más jóvenes están más informadas, por ejemplo C, de Corzuela, de 28 años o G, hija de productores de El Palmar, de 21 años. Las dos aprendieron acompañando a sus padres, lo que no sucede con las mujeres de más de cincuenta años, quienes siendo más jóvenes no acompañaban a sus padres en las tareas de siembra, sólo lo hacían en el carpido y la cosecha. En segundo lugar, encontramos el caso de M, de El Colorado quien tiene treinta y ocho años y nivel terciario educativo completo. Teniendo en cuenta este caso, podemos suponer que el 9

nivel educativo puede ser una variable para la identificación de clase de semilla usada. En tercer lugar, un mayor conocimiento con la semilla se asocia a la participación colectiva de la mujer, tal el caso de Gr, de Pampa del Indio y las mujeres de la APPCH. Hay que mencionar que el esquema de algodón agroecológico promueve en sí mismo el agrupamiento de los productores. Por otro lado, la APPCH estableció una alianza con la organización Altromercato3 , que compra la producción agrobiológica bajo los principios del “comercio justo”. Estos principios incluyen, entre otros, la igualdad de género. Una vez obtenida la semilla, el proceso productivo del algodón termina siendo un tipo de adaptación tecnológica del paquete transgénico a las posibilidades del pequeño productor. Por ejemplo, el productor usa semilla RR pero en muchos casos no riega con plaguicidas, sigue carpiendo manualmente, no utiliza las técnicas de siembra directa, no consigue adquirir los paquetes de agroquímicos correspondientes, es decir, adapta el cultivo del transgénico a la medida de sus posibilidades. Por otro lado, podemos suponer que si bien los productores históricamente han contratado jornaleros para la cosecha, su incorporación a otras tareas, la preparación de la tierra, la siembra con tractor, son una adaptación al paquete tecnológico actual: “porque el sembró ahora, la semana pasada…también hizo sembrar…porque nunca….por eso te digo que es re distinto a otros años… con su sembradora de cuatro surcos y el año pasado hizo surco estrecho, algodón de surco estrecho y estuvo 1 semana para sembrar 11 has. porque era…le llevaba mucho tiempo..y bueno este año le dio una disqueada a la tierra y pago o sea, el servicio de siembra directa y ahora va a tener que pagar también para que le curen, para que le echen el glisofato .” (M, El Colorado). En conclusión, al fortalecerse en el proceso de adaptación a la innovación prácticas que no incorporan a la mujer, y a la vez debilitarse las tareas que sí la incluyen, por ejemplo el carpido, o tercerizarse otras, tal el caso de la cosecha, vemos que las mujeres van quedando excluidas del sistema productivo del algodón. Incluso, si bien a partir del uso del RR disminuye la tarea del carpido, aunque son pocos los productores que mencionan que no hace falta carpir a partir del uso de la semilla RR, las mujeres no toman otro lugar dentro del sistema. Sin embargo, en el próximo apartado veremos que la mujer no queda completamente afuera del sistema, sino que se incluye en

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http://www.altromercato.it/es/informacion-general/quienes-somos

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él dotándolo de dimensiones simbólicas que se presentan como importantes para la continuidad del cultivo del algodón en los pequeños establecimientos. 5.2 Representaciones sociales sobre los resultados del algodón. En lo que hace a los resultados económicos, la mujer hace más valoraciones que el hombre. Como explicitábamos más arriba, las mujeres apuntan más al resultado del algodón, y los hombres al proceso. Son las mujeres las que cuentan en qué invierten las familias el dinero que surge de la venta del algodón. En ese sentido, la valoración de los resultados del algodón es generalmente positiva. En ocasiones tiene un alto valor simbólico: “el algodón es la esperanza nuestra porque date cuenta que teniendo una hectárea de algodón vamos al pueblo y decimos `tenemos una hectárea de algodón: nos fías hasta que esté la cosecha’” (G, Corzuela). En otras es más práctica: “…con la plata del algodón compramos la tele…y después… para la tele nomás casi alcanzó y pagamos la luz……y después otras cosas que le faltaban a los chicos…bicicletas que iban a la escuela …..después no alcanza más..” (A, El Palmar), pero en pocos casos es negativa. Incluso en el establecimiento donde sus dueños ya no cultivan algodón desde hace unos años, la decisión se presenta como tomada más por el hombre que por la mujer, en referencia a las complicaciones del proceso productivo que a sus resultados. Mientras que N aprecia los resultados de la última cosecha, “…y como no había llovido ese tiempo entonces no sembró..de hecho puso pasto acá para las vacas..pero el ante año pasado sembró para aquella orilla y le fue re bien” (N, El Palmar), A, su marido, refiere más a la relación costo-beneficio como el motivo principal por el que ha dejado el algodón: “Entrevistadora: ¿Y cómo te iba? A: y el último año más o menos N: muy caro se iban las semillas, el veneno A: usabas para trabajar y … cada año te cobraban más caro, más caro” (N y A, El Palmar)” Debemos tener en cuenta que en muchos de los establecimientos la producción se orienta al autoconsumo, a la venta de su excedente, y al cultivo del algodón, que muchas veces es la única producción comercializable que les permite obtener una cantidad de dinero importante para su economía: “Entrevistadora: ¿Qué les parece..qué les deja más ganancia el algodón o todo lo demás? C: el algodón …cuando uno vende el algodón ve plata por lo menos” (C, El Palmar) En general, las mujeres afirman que el dinero que surge del algodón se emplea en bienes que hacen a la mejora de la situación de toda la familia: una buena cosecha puede posibilitar la construcción de una casa, la compra de una moto, de una televisión, de bicicletas para los hijos, que se usan muchas veces para concurrir a la escuela: “..y.. si..nosotros ese año que cosechamos 11

compramos la mesa…las seis sillas, el aparador, compramos la cocina…todo cuando vendimos el algodón”(C, El Palmar). Para las mujeres, el algodón representa una posibilidad de progreso: “En el año 2008 hemos sembrado algodón: compramos una vaca… cargada. Me dice él `vamos a invertir el algodón comprando una vaquita cargada´. Y bueno, compramos. Cargada: y nos dio cría a los 8, 9 meses que trajimos nos dio cría…. Años atrás, sembramos algodón e hicimos el pozo en el año `96 me parece…Si, 600 pesos de algodón ¿`96 o `86…? Ahí hicimos el pozo… El algodón a nosotros siempre nos deja.” (G, Corzuela). Para los hombres es una actividad que les permite no salir a buscar trabajo afuera: “si pero es una lucha… me decían acá, los vecinos, “para qué sembrás”, es que si yo no siembro algodón, no sé, voy a tener que salir a buscar un trabajo afuera, voy a tener que salir de peón a un campo de otro… y no quiero…” (F, El Palmar)”. Esta posibilidad de progreso que las mujeres atribuyen al algodón es relevante para la permanencia del sistema productivo. Y si bien la mujer no está tan presente en el sistema desde las prácticas ejercidas, podemos afirmar que sí lo está desde las construcciones simbólicas necesarias para la prolongación en el tiempo del cultivo del algodón. 6. El rol de la mujer en el sistema sociotécnico algodonero actual. Esquema de conclusiones preliminares. Nos interesa en esta última sección relacionar el análisis desarrollado con algunos conceptos provenientes de los estudios sociales de la tecnología, a fines de delinear el o los roles de la mujer en el SSA, de determinar algunas variables que promueven su mayor participación y de considerarla en calidad de usuaria del SSA. Identificamos los siguientes puntos para avanzar en esa dirección: •

Identificamos variables “sensibles” a la reducción de asimetrías

dentro del sistema

sociotécnico. Estas variables son, por lo menos, edad, nivel educativo y sociabilidad y participación colectiva. •

Dentro del sistema productivo del algodón, la mujer es parte de la fuerza de trabajo menos

calificada y más masiva. Participa de las tareas que requieren menor cantidad de conocimientos y mayor cantidad de personal. Sin embargo, nos preguntamos si ante el contexto en el que viven y operan, cumpliendo gran cantidad de tareas productivas y reproductivas, sería pertinente pensar un eventual avance de las mujeres hacia otras tareas productivas. ¿Este eventual avance habilitaría una mayor autonomía de la mujer, o una sobrecarga en sus tareas? 12



Dentro del SSA, la mujer cumple el rol de sostener el aspecto simbólico cultural de la

configuración sociotécnica algodonera. Desde este lugar cultural, la mujer se incluye de una manera importante pero menos obvia dentro del sistema sociotécnico, contribuyendo a sostener la continuidad del cultivo algodonero desde la pertenencia a una cultura y como posibilidad de mejoría de la calidad de vida de la familia. En términos sociotécnicos, la mujer sería el grupo social relevante (Pinch y Bijker, 1989) que le atribuye al SSA un valor cultural hacia el pasado y un valor de progreso hacia el futuro. 

Las primeras indagaciones sobre las diferentes modalidades de siembra nos permiten

agruparlas en dos: la modalidad transgénica (aquí incluimos también a los dos casos que usan Guazuncho 2 INTA pero con una modalidad de trabajo similar a la transgénica), y la modalidad agrobiológica. De estas dos modalidades emergen diferentes patrones de usuarias. Como señalan las perspectivas feministas de estudios sobre tecnología, no todos los usuarios se posicionan de la misma manera ante las tecnologías. Ni las mujeres y los hombres lo hacen de la misma manera, ni tampoco todas las mujeres lo hacen igual. Por ejemplo, la mujeres en cuyos establecimientos se siembran semillas transgénicas o convencionales, se acercan a la clase de usuario que Oudshoorn y Pinch (2008)4 denominan “sin voz”, éstos son los beneficiados por una innovación pero no tienen una voz en el proceso, sino que son representados por otros actores. Por ejemplo, muchas veces el rol de la mujer aparece silenciado en las entrevistas debajo del uso de una denominación colectiva, “todos”, o de una concepción familiar que invisibiliza las asimetrías entre géneros. Este patrón de usuarias puede correlacionarse también con el tipo de usuario que la sociología feminista ha

denominado “actores implicados” (Clarke, 2005)5. Los actores implicados son

aquéllos silenciosos o no presentes pero afectados por la acción. Este concepto incluye dos categorías: aquéllos que no es encuentran físicamente presentes pero son construidos discursivamente por otros, y aquéllos que están físicamente presentes pero que generalmente son silenciados/ignorados/invisibilizados por los que están en el poder.

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Oudshoorn, N., & Pinch, T. (2008). “User-Technology Relationships: Some Recent Developments.” en Hackett E., Amsterdamska O., Lynch M, Wajcman J. (2008). The Handbook of Science and Technology Studies, Third Edition. (pp. 541-565). Cambridge (MA); London The MIT Press

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Clarke, A. E. (2005) Situational Analysis: Grounded Theory After the Postmodern Turn (Thousand Oaks, CA: Sage).Citada en Oudshoorn, N., & Pinch, T (op. cit.)

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No sería éste el caso de las mujeres productoras de algodón agroecológico, quienes mediante la participación colectiva intentan construir un discurso referido a la producción algodonera y a través de él logran mayor inclusión dentro del sistema logrando reducir asimetrías. En este caso, no estaríamos ante usuarias sin voz sino por el contrario, frente a usuarias que participan activamente en la difusión del algodón agroecológico . En términos de Oudshoorn y Pinch estas usuarias se relacionan interactivamente con los proveedores de la innovación, construyendo aprendizaje social . Nos interesa destacar que la diferencia entre estos dos grupos de mujeres no está dada por la modalidad de siembra en sí misma, sino por su modalidad de difusión tecnológica, donde en el segundo caso la participación colectiva es fundamental. 7. Bibliografía Araya Umaña, S (2002) “Las representaciones sociales: Ejes teóricos para su discusión” Cuaderno de Ciencias Sociales 127 San José de Costa Rica, FLACSO http://www.flacso.or.cr/fileadmin/documentos/FLACSO/Cuaderno127.pdf Arza, V.; Fazio, M. E.; Goldberg, L. y van Zwanenberg, P. , (2010). 'Problemas De La Regulación En Semillas: El Caso Del Algodón Transgénico En El Chaco', Desarrollo Económico, Vol. 49, No. 196, pp. 605-28. Arza V, Fazio M E , Goldberg, L. y van Zwanenberg, P. (2009) “Whose really counts when designing regulations on transgenic seeds in cotton production?” Documento de Trabajo Nro 37 Fundación Cenit Buenos Aires, http://www.fund-cenit.org.ar/investigaciones/dt37.pdf Chiappe, (2005). “La situación de las mujeres rurales en la agricultura familiar de cinco países de A. La situación de las mujeres rurales en la agricultura familiar de cinco países de A. Latina”. Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción, Uruguay http://www.generoycomercio.org/areas/investigacion/Mujeresrurales.doc CEPAL,(1989). Mujeres rurales de América Latina y el Caribe: Resultados de programas y proyectos. División de Desarrollo Social. Unidad mujer y desarrollo. Serie mujer y desarrollo 1. Santiago, Chile. Naciones Unidas. Clarke, A. E. (2005) Situational Analysis: Grounded Theory After the Postmodern Turn (Thousand Oaks, CA: Sage). Citada en Oudshoorn, N., & Pinch,T (1998). “User-Technology Relationships: Some Recent Developments.” en Hackett E., Amsterdamska O., Lynch M, Wajcman J. (2008). The Handbook of Science and Technology Studies, Third Edition. (pp. 541565). Cambridge (MA); London The MIT Press Cockburn, C (1992) “The circuit of technology: gender, identity and power”, en Silverstone, R Hirsch E (eds) Consuming Technologies: Media and Information in Domestic Spaces, (pp.32-47). London, Routledge) 14

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