género, l@s letrados en el cambio de siglo en América Latina

July 29, 2017 | Autor: Devanir Concha | Categoría: Literatura Latinoamericana, Estudios de Género, Literatura, Género, Masculinidades
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Descripción

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Los letrados y las letradas del siglo XIX, sus autorías y posicionamiento ideológico.
mayo 12
2014
Curso Doctorado Problemas fundamentales de la cultura de américa latina II: La era republicana.
Autor: Devanir da Silva Concha



Respuesta:
Para hablar del letrado y de la letrada en el siglo XIX es preciso iniciar nuestra reflexión con la acotación y definición de la noción o concepto de campo cultural que hace Grinor Rojo. Nos dice que es aquella "totalidad histórica concreta en el interior de la cual ocurren prácticas disimiles y que a menudo están en una situación confrontacional". (Apuntes clases 28/3/2014) En la confrontación de las prácticas y discursos –en tanto una verbalización de la cosmología política de clase, etnia y género – estas delata una relación de poder y cuando una de estas toma preponderancia se altera el orden (cultural) de un momento dado y significa que se ha dado, o puede darse, el paso a una etapa nueva. Esta definición crucial porque permitiría explicar, periodizar y entender el proceso de construcción discursiva, o de formaciones discursivas (nacionalismos o continentalismo), de quienes –los y las letradas –se refieren y definen esto convocando o arengando a una acción entorno a la entidad que se llama América latina.
Estamos hablando de una época que abarca aproximadamente entre 1810 a 1920, separándose por una época "bisagra": 1870-90. ¿Porque bisagra? Por dos hechos: Gran Bretaña logra ser la primera potencia económica en el mundo y que hay una consolidación, exceptuando por México en donde el dictador Porfirio Díaz toma el poder en 1875, del Estado (en sus términos republicanos y de forma básica visto retrospectivamente) y la consolidación liberal general en el continente latinoamericano. La primera época, siguiendo lo señalado por Grinor Rojo en clases, es la pre-moderna que se caracteriza fundamentalmente por una fuerte presencia del orden colonial, guerras y luchas armadas por la separación (independencia de España). Y que la segunda etapa (1era modernidad) consiste en el inicio (o por lo menos la intención) a una independencia cultural (industria y producción de sujetos productores simbólicos) y que termina con el inicio de la vanguardia modernista. La primera etapa tiene que ver con la conquista territorial y acciones concretas, y muy poca escritura, entorno a "Nuestra América", ejemplificándolos con el caso de Tupac Amaru en 1809-13 y en 1791-1804 en Haiti con la guerra de castas. Y la segunda se asocia a una complejización del proceso de construcción de proyecto latinoamericano y del Estado-Nación, en el cual hay una confrontación entorno a las cosmovisiones que se presentan como caminos posibles (discursos ideológicos), y la validez (social) de las mismas. Este contexto está además marcado por un desplazamiento de origen del referente político-ideológico para los y las letradas. Mediados de siglo XIX en adelante el referente es EE.UU y previamente (primera época) el referente había sido Francia con su Revolución del 1789, y sus axiomas de la libertad en América latina con la idea de contrato social de Jean-Jacques Rousseau.
Dos niveles de análisis que usaremos aquí, es la histórica y literaria; contexto y subjetividad. Además, antes de seguir es importante mencionar que también haremos una consideración de las variables de género y clase. Una para distinguir elementos de tanto hombres y mujeres que escriben, en cómo ocurre esto, desde qué discurso y finalmente qué consecuencia tiene esto en el acto escritural.
Entonces, este campo de producción cultural ocurre también en un lugar físico. Esto sería la ciudad. Retomando el libro "Ciudad Letrada" de Ángel Rama podríamos mencionar que en este conglomerado de sujetos, producto de la necesidad del capitalismo de tener la fuerza de trabajo en un solo lugar, no solo trabaja para "el sistema" sino además produce con la imaginación un mundo simbólico de la vida cotidiana pero también imágenes proyectadas e inventadas en/con/de la comunidad. Es también aquí, en la ciudad con los distintos formatos y soportes materiales, (folletines, diario, libro etc), donde se difunde esos imaginarios y discursos. La ciudad concentra entonces no solo dinero, sino también multiplica la interacción entre sujetos y posibilitan así, entre otras cosas, una producción intelectual, en literatura, ciencia política o humanidades, que entra a participar, con incidencia del factor de clase, a la configuración de la (idea de) Nación y su estructura sociopolítica. Esto es un campo de disputa, tanto simbólica y física, que produce un choque pero también diálogos (ritos de inclusión y exclusión) sobre qué continente (nación) queremos, y además quiénes están dispuestos a sacrificarse por ello. La relativa distancia o cercanía (o sea la hispanofobia o hispanofilia por decir algo) a esta es lo que contribuye a conformar los campos discursivos, o ideológico, que posteriormente lleva a la materialización (guerras y conflictos de diversa intensidad) de esta. Ej. Constitucionalismo de Simón Bolívar y lo político en José Martí.
Entonces los letrados y letradas son ese "equipo intelectual propio", en desigualdad de género por cierto, de América Latina que ha conformado ese espacio de disputa y construcción entorno la respuesta, tanto en retrospectiva y viviéndola, a la pregunta: ¿Qué es América latina? Ciertamente las condiciones en que se mueven los letrados y letradas son del tipo ideológicas y no neutras. Y las dos facciones, con todas sus tonalidades intermedias y contradicciones, son los liberales y conservadores en Chile (y de gran parte de América latina y como un replicando del modelo político de EE.UU naciente), los colorados y unitarios en Argentina.
Los hombres letrados
Simón Bolívar, desde 1805 hasta 1830 cuando fallece, publica un sinfín de declaraciones y discursos sobre la necesidad de independizarse de España. En su libro "Doctrina del libertador" es elocuente en cuanto a la evocación de la autoría masculina desde la pluma (con el tema de la formación estética del hombre) y finalmente de espada tomada. Sería una autoría ideal, de lo masculino, a medida que integra ambos aspectos – el intelecto y la acción - en su persona. José Martí sería una masculinidad de la pluma que finalmente tuvo que concretizar e incurrir a lo que él dijo como la "guerra necesaria" para realizar el sueño. Rubén Darío es una suerte de involución en la medida que su biografía es reflejo de la modernidad y su retracción al subjetivismo, sin una toma de armas o acción "masculina", digna, o heroica. Entonces, basándome en la lectura de las reflexiones en el libro editado por Ana Peluffo et alter, las autorías de los letrados podría ser, en el mismo orden, y a modo de propuesta: la heroica, aventurera y sentimental (hedonista, flaneur). En este sentido, nos situamos desde la metáfora comparativa "Hombres de papel y mujeres de género" porque es, a propósito de una columna de un colega, una invitación a pensar las masculinidades y a las feminidades desde sus acciones en la historia latinoamericana. El papel es más frágil que la tela pero los varones sostienen todo el quehacer escritural masculino (heroico, aventurero u sentimental) sobre ese débil medio de la civilización (el papel aguanta todo o por lo menos pretende), mientras que ellas, al parecer, sostienen su quehacer sobre un trabajo entrelazado, más íntimo, sororario, mucho más resistente que el papel que, paradojalmente, soporta una nación entera o la vida emocional de un hombre. Todos los grandes hombres en la historia plasman su "grandeza" pública en el papel. Simón Bolívar con la constitución, Darío, y su puesta en papel de la dimensión vivencial-intimista, modernista, del sujeto masculino. También el peruano José Carlos Mariátegui entraría en la categoría de autoría hedonista que Darío, dado la época por cierto pero también por el carácter de renuncia al carácter de individuo o ciudadano, clásico del pensamiento político liberal clásico del siglo XIX.
Es cierto que esto no es para victimizar al varón (como discurso del real sexo débil) sino ejemplificar el ethos o matriz de la forma en cómo lo masculino y femenino se ha entendido y funcionado en la historia. Es interesante hacer notar que, por ejemplo, que en José Martí le da a la tierra un carácter femenino, pero es un varón emitiendo ese juicio. "Madre América", es el denominativo a esta tierra que hay que bautizar y conquistar como nuestro (en masculino) Además, esta feminización de la tierra es muy superficial porque esconde el hecho de que la tierra es, jurídicamente hablando, una posesión de los varones. Sin embargo, es bien sabido que esa escritura es androcéntrica. También se nota cuando Rodó asocia o vincula, dentro del romanticismo europeo, Ariel con Calibán. Ariel como la razón y lo que imprime un control a los bajos estímulos de la irracionalidad de lo terrenal, carnal y sentimental (considerado o asociado a, en la cultura, occidental a lo femenino, de Calibán. La heteronormatividad implícita es lo que también caracteriza la autoría y/o acto escritural de estos varones héroes, aventureros o sentimentales, y también de las autorías femeninas porque es una puesta en escena en una sociedad y en una normatividad..
Entonces los hombres han sido, en nuestro contexto histórico de la construcción de naciones y forjadores del Estado al parecer, de dos tipos. Por un lado, los escritores, que han sido los ideólogos, mediante el ejercicio escritural, de una imaginería de un futuro grandilocuente por realizarse. La función de estos sería el agitador de masas, específicamente de otros varones para realizar y concretizar esa imagen proyectada de la latinidad o latinoamericanismo. Por otro lado, los guerreros (caudillos, ejército etc) fueron aquellos pusieron en marcha el símbolo legitimado socialmente (Slogan de Revolución Francesa: libertad, fraternidad y igualdad). Esto se hace desde un lugar, ideológico por cierto. Primero, un primer lugar sería el conservador, y en esta línea debiéramos considerar a Sarmiento con su libro Facundo, y su tipologización, basada en el darwinismo social, con pinceladas de racismo escondido dentro de un romanticismo o arcaísmo étnico. El re-alzamiento, disfrazado, del gaucho argentino- y que en gran medida es la misma lógica que ocurre en Chile con el guaso -, es la plataforma simbólica o el velo que esconde el etnocidio en américa latina. Segundo, sería el liberalismo por cuanto buscan plasmar afirmaciones señaladas tanto en Francia y EE.UU pero que, con una mirada crítica, estaría condicionanda por la estructura económica del capitalismo global emergente.
Las mujeres letradas
Las mujeres letradas aparecen, a diferencia de los hombres, con una escritura basada, desde el inicio, en/desde la vivencia intima, de las relaciones de la vida, de lo cotidiano. La Novela-folletín "Alberto El jugador", de Rosario Orrego, es ejemplo de esto. Así como lo plantea Carolina Arcos en su artículo "Musas del hogar y la fe: la escritura pública de Rosario Orrego de Uribe" deja entrever dos cosas en su texto: lo privado puesto en lo público, y que se hace desde la noción de la femineidad tradicional, esa formato publico legitimado. Los grupos de lectura, y otros espacios de micro-política, se constituye en ese tejido de lo íntimo que muestra una potencialidad (aún no totalmente explorada) entorno a lo privado-político. Como acto escritural, ellas transitaron desde la autoformación, anonimato hacia una autoría pública y reconocida, hasta el ingreso y posteriores mujeres tituladas en distintas profesiones oficios. Desde Flora Tristán hasta Eloísa Díaz.
Graciela Batticuore señala las autorías femeninas en tres: autoridad escondida, exhibida e intervenida. La primera habla de una actuación de saber callar y ser una perfecta en disimular las habilidades para no aparecer más que los varones. El tema de los seudónimos, como un avatar literario, para las mujeres en esta época es fundamental, que es una precondición para escribir. Y en el caso de las autorías exhibidas, tal como plantea Batticuore, tiene que ver con la jugada hacia la visibilización publica y ejemplificar que "sí se puede" a pesar de todas las trabas de la época y sociedad androcéntrica. Se comienza exhibir los nombres verdaderos frente al lector/a y así se muestra una figura de las mujeres que subordina o pone en juego en el debate la noción de maternidad frente a la idea de ciudadanía que hasta entonces era "neutro". Finalmente el caso de la autoridad intervenida está asociado al hecho de que se tensiona la verdad (de los hechos relatados) y la ficción, y la intervención de los/las editoras y los arreglos de los textos mismos en concordancia de un texto a una autoría femenino, cercenando elementos cruciales y que la autoría originaria no eliminó.
En el caso de las mujeres letradas se puede notar que no existe ese idealismo político (heroico) como en los varones, pero si el romanticismo, intimismo pero solo como un lugar, que puede ser leído como marginal pero también es una posición/autoría desde adentro de una clase letrada. Las mujeres letradas, en el siglo XIX, aparecerían en el escenario en tanto sujetas que extienden "su rol" educativo y formativo, más allá de lo doméstico, con la maternidad incluida, pero desde ese lugar tradicional, o sea "si va a salir del castillo debe hacerlo en función del rol de princesa y no otra figura".
Como plantea Alicia Salomone, puede que las escrituras femeninas están hecho en "código" distinto al masculino, sin embargo eso sería como naturalizar la escritura masculina como neutro. Concuerdo que hay que (re)leer la escritura femenina pero con el cuidado de no esencializarlas sino problematizar y polítizarlas. Tal como el escrito de Sor Juana Inés de la Cruz llamado El Divino Narciso, sobre la formación e integración latinoamericana.
Ciertamente las autorías femeninas contribuyen en visibilizar "desde adentro" lo que ocurre en el sistema patriarcal republicano, tal como lo plantea Sara Beatriz Guardia en su texto "Literatura y Escritura femenina en América Latina", y que además muestran la misma tendencia señalada por la profesora Carol Arcos, que debiera apuntar a una potencial relecturas de cada una de las autoras resaltando más que una enumeración cuantitativa de los aportes de mujeres a la literatura. No digo esto para negar sino potenciar el aporte cualitativo del entendimiento de "Nuestra América" desde las autorías femeninas, más allá de la mera tipologización de autorías invisibilizadas sino empoderando esas autoras desde los elementos políticos, disfrazados de esa autoría más íntima, metafórica y en código.
Carol Arcos señala, en concordancia con el desarrollo general de las autorías femeninas, que pasan por una primera etapa publicitaria, que abren el espacio al segundo grupo de mujeres que desarrollan una voluntad y búsqueda de estilo literario y el ultimo es donde aparece la idea de editora que permite visualizar la condición de clase y que es una línea emergente al contexto emergente de los medios de comunicación. Y a medida que "baja" a clases medias profesionales y proletariado la literatura y la producción simbólica se va alejando del conservadurismo, liberalismo a una concepción política socialista, comunista o anarquista libertaria, así como delata la fundación del diario Las Libertarias de 1902. Así como el caso de Mercedes Cabello, peruana, y su libro El conspirador de 1892 y que terminó en un manicomio después de exigir educación laica (que el contexto de hoy todavía se está pidiendo) y de que ellas debieran conocer su propio cuerpo.
Síntesis
Los varones letrados que denuncian el antiguo colonial y protegen los marginales son José Martí o Simón Bolívar y los liberales. Por otro lado, Domingo Faustino Sarmiento es un protector, con el discurso romántico o arcaísmo étnico, del sistema conservador y guardián del status quo de la sociedad de castas feudal europea. El sistema patriarcal consideraba a las mujeres como, incluso bien entrado siglo XX, seres sin condición de ser un ser humano pensante, racional y menos con derecho legal, expresado en el voto (de ahí la lógica del sufragismo a inicios de siglo XX). Entonces tiene sentido que desde tal condición (de mujer tradicional y madre) se desplegaron estrategias para lograr la legitimidad social del feminismo (primera ola: igualitario).
El conservadurismo se podría decir que es transversal pero que se va matizando a medida que también ese discurso va siendo tensionado por la presión posturas más "marginales" dentro del campo cultural, como la literatura, legitimado. O sea, se criticaba la sociedad desde el lugar (significante) de madre, interpelando desde ese significante legitimado. Ej. "Casarse con quien quiero (amor romántico). y no a los arreglos matrimoniales" Esto ciertamente se va relativizando a medida que la soltería también se deviene en un lugar, narrativo y autobiográfico, desde el cual ciertas autorías femeninas se posicionarán hacia finales del siglo XIX, sin dejar lo íntimo-personal como lugar privilegiado desde el cual se escribe.
Entonces los hombres recorren su camino escritural desde lo público hacia lo íntimo (Simón Bolívar, José Martí y Rubén Darío), mientras que las mujeres recorren el camino inverso, desde lo íntimo (Alberto el Jugador) hacia en/lo público (Diario Las Libertarias). Ciertamente no es una regla sino una tendencia que se visualiza en los letrados y las letradas en América latina en el siglo XIX. La dimensión de clase que atraviesa a ambos casos en el sentido desde que se recorre desde la autoformación o autodidacta a una formación formal en Europa. La producción (formación formal) de la elite pensante ocurre, durante el siglo XIX, en las universidades pero ciertamente no está constreñido a aquello. Esto es la profesionalización (finales del XIX e inicios de siglo XX) donde la emergencia de un grupo significativo de intelectuales, de claro perfil mesocrático, muestra que están sustentadas por el proceso de la modernización (proceso económico) y modernidad (idea estética de la sociedad) entran a jugar y incidir en el proceso de construcción, política (pero no solo desde ahí), de la tierra donde vivimos y son, finalmente, también hij@s de su época.


Identidad del continente latinoamericano como un nivel de pertenencia supra nacional.
Considerando lo relativo de esto a medida que Olympe de Gouges planteo una declaración para ellas que no fue contemplada y negada.
Aquí el concepto de comunidad imaginada de Benedict Anderson es fundamental en la medida que es o son los letrados que constituyen los que imaginan y escriben esa imaginación, para posteriormente difundir y captar adhesión para la legitimidad de sus propuestas de sociedad del futuro. Son, los y las letradas, incitadoras y hacen arenga de la creciente masa urbana, síntoma de la modernidad misma, ávida por sentido de pertenencia. La vivencia urbana como tal es muy desconcertante porque la ciudad en si misma propone una nueva forma de sociabilidad, propone una nueva forma de trabajar, una nueva forma de habitar etc En suma una nueva forma de vida total. Y frente a eso los sujetos, dispersos y confundidos, configuran una imaginación, transportada por los libros, que incita a pensarse en tanto su relación con la vivencia concreta. Y ahí las ideas de ciudadanía y libertad son las principales ideas (provenientes de la revolución francesa y posteriormente de EE.UU y su guerra civil) que seducen a esas masas.
De ahí una primera lectura de género y masculinidades en el sentido de que este campo está dominado exclusivamente por varones que son, por un lado, los que toman la pluma, y, por otro, los que toman la espada para concretizar tal acto estructural e ideológico.
Esto también distingue las masculinidades como tal. Es distinto, la representación simbólica de masculinidad, que podemos configurar de José Martí y Ruben Dario, pensando en sus biografías como sujetos pilares de la conformación de la identidad latinoamericana.
Sobre las problemáticas historiográficas de estas dos facciones http://www.elcaribe.com.do/2014/01/24/pensamiento-conservador-latinoamericano-los-procesos-independentistas-america-latina-del-siglo-xix-3
Capítulo I y II (página IX-XXXVIII) en Pensamiento conservador 1815-1898 en donde se plantea un conservadurismo liberal con el ecuatoriano Garcia Moreno que era protecnologia que estaban en contra o se diferenciaban de los conservadores originarios, "puros" porque el factor económico es un divisor de aguas dentro del mismo pensamiento conservador.
http://www.gbv.de/dms/sub-hamburg/612367231.pdf
Para ser considerado con lo que plantea Batticuore para el caso de las autorías femeninas en el siglo XIX.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=17745
Al parecer el dicho se acuñó en la época de las batallas entre Carlos V y Francisco I de Francia, a mediados del Siglo XVI. El rey Francisco I envió una declaración de guerra a Carlos V que le devolvió este dicho como respuesta. Viene a significar que algo escrito, dicho o planeado no tiene porqué luego poder llevarse a la realidad. Web http://empapelando.blogspot.com/2011/02/el-papel-lo-aguanta-todo.html
Para ver esto más profundamente la reflexión de Juan Pablo Sutherland sobre el dandismo en america latina es fundamental.
Como los sindicatos
http://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/1743/salomonecuyo13.pdf
http://www.uesc.br/seminariomulher/anais/PDF/conferencias/SARA_ORIGINAL.pdf
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22952009000100001
En Chile la imagen del araucano.
Se puede hacer una lectura de esto a propósito del mismo dia de la madre de estos días y el origen conservador del mismo.
Historia de las universidades en la América Latina. http://www.udual.org/CIDU/ColUDUAL/10/HistUnivI.pdf
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