Género, documentos e interpretaciones: Un estudio de Agripina menor

May 23, 2017 | Autor: Fábio Faversani | Categoría: Roman History, Historia Antiga, Imperio romano, Antiguidade Clássica, Agrippina Minor
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Descripción

Género, documentos e interpretaciones: Un estudio de Agripina menor[1].

(Conferencia presentada en la Universidad de Salamanca por invitación de la
Profa. Maria José Hidalgo de la Vega en 2012).




Los historiadores son considerados tradicionalmente como aquellos
profesionales altamente capacitados y expertos que pueden descubrir,
desvelar, revelar lo que había pasado. Curiosamente, los historiadores
ellos mismos no creen que esto es lo que hacen. Los historiadores, como
sabemos, se dividen en lo que realmente hacen.

Sin embargo, hay una cosa sobre en la que todos historiadores están de
acuerdo: la historia que escribimos está profundamente influenciada por el
contexto en el que vivimos. Las preguntas que nos hacemos sobre el pasado,
las cosas que nos interesan en el estudio de la historia, están
profundamente influenciados por nuestras vivencias en el presente, por
nuestros conflictos, nuestros dramas. Cada generación tiene sus problemas y
por lo tanto cada época produce su propia historia. Supongo que podría
decir mismo que cada generación no produce una historia, sino muchas
historias. Una vez que los historiadores no tienen los mismos puntos de
vista, las mismas experiencias de los demás, terminan produciendo muchas
visiones diferentes e incluso visiones abiertamente contradictorias de las
historias pasadas. Creo que podríamos repetir la misma acusación que hizo
Josefo contra nuestros colegas griegos en el primo siglo a los
historiadores contemporáneos. El dijo que "se relacionan entre sí en sus
libros y no dudan en decir lo más contradictorio sobre las mismas cosas"
(Contra Apio. 3,15).

Cuando se trata de Agripina eso es notable. Sabemos que el surgimiento
de los movimientos feministas de los años 70, principalmente, llevaron a
una promoción de estudios sobre la mujer y más tarde, después de una fase
inicial que se podría llamar "combativa", tenemos un momento en que se pasó
a estudiar las relaciones entre los géneros. Más que una historia de las
mujeres, fue dada atención a las relaciones entre los géneros, pensados
como el binomio hombre-mujer. En la actualidad, contudo, hay una crítica
cada vez más intensa sobre la adecuación de los polos masculino y femenino
para el análisis de las relaciones de género.

En los estudios clásicos, las relaciones de género recibieron atención
notable, como saben. A partir del años 90, después de haber sido
consolidado los estudios de género con foco en las mujeres, se pasó a
estudiar más los hombres en los Estudios Clásicos. Por consiguiente, tanto
los estudios sobre las mujeres en las relaciones de género y, más
recientemente, ese repensar el campo de las relaciones a partir de los
hombres mismos, los estudios abundan[2]. Para atestar esta nueva dirección,
tal vez marcada por el agotamiento de una parte importante de la agenda de
las luchas del feminismo, basta leer los títulos de algunas de las obras
que estantes de las bibliotecas: Thomas Van Northwick Imagining men: Ideals
of masculinity in Ancient Greek Culture (2008); e When men were men:
masculinity, power, and identity in classical antiquity y, en un último
ejemplo, Thinking men: Masculinity and its self-representation in the
classical tradition, ambos editados por Lin Foxhall and John Salmon (1998).
Natalie Boymel Kampen, en el prefacio de este último libro, exclama: "Que
días de sol para los estudios de género!"[3]

En el siglo XXI, hay una profundización de los estudios sobre la
masculinidad en el contexto de las relaciones de género, y, aun más, se
observa el surgimiento de una crítica del proprio binarismo de las
relaciones de género[4]. A partir de estudios de la antropología que han
sido durante mucho tiempo conocidos como el caso de los hijras en el sur de
Asia o de los berdaches en América del Norte, se ha propuesto una nueva
agenda para las relaciones de género en la vista de la lucha más actual de
los transexuales. Los hijras son personas que nacen con el sexo masculino,
pero viven con ropas femeninas y, en muchos casos, retiran el pene y el
escroto sin anestesia. Los hijras son atestiguados desde el imperio Mogol,
que se extendió desde 1526 hasta 1707. Berdache es un término para indicar
varias experiencias transexuales entre los diferentes pueblos indígenas de
América del Norte. Desde los años 90, el nombre que las personas
transexuales prefieren recibir es "dos espíritus", es decir, hombres y
mujeres a la vez. La llamada teoría del tercer sexo propone superar las
limitaciones biológicas, como se ha hecho particularmente con a la cuestión
de la raza, o sea, propone que también las relaciones de género puedan ser
pensadas como parte del campo de las opciones culturales. Actualmente, por
lo tanto, es presente una lectura antropológica y más abierta de las
relaciones de género según lo experimentado por las personas en lugar de
pre-determinar todo en el universal binarismo biológico. Las relaciones de
género deberían tener en cuenta no sólo hombres y mujeres, pero todas las
otras posibilidades, como las básicas MtF o FtM y todas las demás[5]. Como
se muestra en un reciente artículo "Los antropólogos han argumentado en
contra de las bases biológicas de la raza, del mismo modo que se han
opuesto a las bases biológicas de género" (...) "La existencia de la
"tercera" categoría puede implicar - erróneamente, a nuestro juicio – que
las categorías "primera" y "segunda" son inviolables y no habría problemas
con ellas"[6].

Nosotros clasicistas tendríamos mucho que estudiar en este sentido,
por supuesto. Pensemos por ejemplo en los eunucos o incluso como el caso de
Nerón que se casó cinco veces, tres veces con mujeres y dos veces con
hombres[7]. El epítome de Dion Casio nos dice que: "tanto Nerón sintió la
falta de ella (Sabina, esposa de Nerón que había muerto) después de su
muerte, que al ver que una mujer parecida, trató de acercarse a ella y ter
ella. Más tarde, tomó un joven liberto, que solía llamar Esporo y castrado
él, ya que también apareció con Sabina y tuvo como se fuera una esposa; en
su debido tiempo, a pesar de que Nerón se había casado con Pitágoras, un
liberto, se casó formalmente también con Esporo y destinó al joven lo dote
regular de acuerdo con el contrato, y los romanos, así como otros,
celebraron su matrimonio." Dio, 62, 28, 2-3.

En Tácito, Anales. XV, 37, 4, tenemos la descripción de ese otro
matrimonio de Nerón, "uno de los más depravados de la banda, llamado
Pitágoras, se le unió en nupcias solemnes. El emperador recibió el
flammeum; auspicios fueron consultados, se hizo la escritura de lo dote;
preparó el lecho nupcial y encendió la luces de nupcias. No faltó nada y
públicamente si permitió ver todo lo que se hace con las mujeres por la
noche." [8]

Como se ve, caso las luchas del presente sobre el matrimonio entre
personas del mismo sexo, sobre la condición de los transexuales y todos los
debates contemporáneos llamaren los Estudios Clásicos a dar su
contribución, van a encontrar una gran riqueza para sus análisis. Este
debate empieza ahora en Brasil. En un reciente artículo con el sugestivo
título "Entre macho e fêmea: santas travestidas na Antiguidade," Pedro
Ipiranga señala que "la imagen de la santa travestida no deja, por
supuesto, de ir más allá de los modelos de las imágenes de lo femenino y de
lo masculino (. ..), pero todavía se muestran también como espectáculo
simulando aspectos icónicos masculinos franquicia el poder de inserción y
el papel de la mujer dentro y fuera de las fronteras y de las categorías de
género".[9]

Pero mi pregunta es: ¿no hay límites a las preguntas que queremos
hacer para el pasado a partir de los problemas del presente? El problema no
es simple ni nuevo. Lo primero que llama la atención es el siguiente: Los
antiguos no hayan siquiera soñado que ahora, en 2012, el tema del tercer
género surgiría con fuerza. Por lo tanto, ¿podríamos calificar Nero como un
transgénero? Ninguna fuente de trata como tal. En este caso, claramente,
atribuiríamos comportamiento y la racionalidad con la que nunca soñó. En mi
opinión, sí esto se transpone al pasado de esa manera, perdemos lo más rico
que el pasado tiene: su alteridad, sus diferencias irreconciliables con el
presente. Yo creo que el pasado nos ayuda a entender muchas más cosas por
ser diferente de lo tiempo actual, y no mostrándonos cómo las cosas han
sido siempre. Prefiero pensar como L. P. Hartley, quien dice en la apertura
de su libro publicado en 1953, The go-between: "El pasado es un país
extranjero: ellos hacen las cosas de manera diferente allí". "The past is a
foreign country: they do things differently there."

Esta legitimidad que se busca en la antigüedad puede ser buena para la
militancia, pero no para los estudiosos, puede rendir buenos voladores,
pero para los textos científicos no es bueno. Otro de los peligros de esta
transposición de lo presente para el pasado es que si le damos importancia
fundamental para el presente para construir nuestras cuestiones en
detrimento del pasado, luego el estudio de lo pasado se convierte en algo
irrelevante. El pasado se convierte así en una ilustración de lo presente.
El estudio de diferentes orígenes sería solamente un ejercicio de
reafirmación repetitivo de esto presente que si quiera recalcar.

Por lo tanto, sostengo que podemos pensar en el pasado a partir de las
múltiples lecturas que valorice los particularismos y la riqueza de este
pasado específico. Así, la reducción de los estudios de la mujer a los
estudios de género tal vez sea algo empobrecedor y que "pausterize" las
experiencias históricas de las mujeres a una uniformización, como se las
mujeres hayan sido siempre simplemente mujeres. Yo no creo que sea
productivo para estudiar las mujeres siempre hacerlo a través de las
relaciones de género. Las mujeres no son sólo las mujeres, también son
ricas o pobres, cristianas o judías, libres o esclavas, urbanas o
rurales[10]. Voy a dar un ejemplo de una mujer que nos llegó por las
fuentes con otras características y trazos de interacción social que son
tan o más importantes do que simplemente una mujer y sus relaciones de
género. Hablo sobre Agrippina Minor.

Agripina es presentada en la tradición textual como un verdadero
monstruo[11]. Creció en el centro del poder y cruzó los gobiernos de
Calígula, Claudio y Nerón siempre en medio a las disputas sangrientas que
afectaran estos emperadores. Ella era la hermana de Calígula, se casó con
su tío Claudio, quien ha asesinado para traer al poder su hijo Nerón, que
pos su vez ordenó que la matasen. Ella murió con unos 43 años. Todos
conocen la fama de esta domina. La imagen que tenemos de ella viene de esta
tradición textual y, especialmente, de las lecturas que se han hecho a
partir de estas fuentes. Más tradicionalmente, Agripina es retratada como
una mujer odiosa buscó a todo costo lo poder, sobre todo valiéndose de su
belleza para manipular a los hombres y de su poder para aterrorizar a las
mujeres, los libertos y los esclavos. Por lo tanto, Agripina fue hecha el
símbolo de la malicia y la desvergüenza de la mujer en general.

Por citar dos ejemplos de estas visiones que tenemos de Agripina en la
tradición textual, os traigo una pasaje de Suetonio y otra de Tácito.
Claudio, después de haber repudiado Mesalina, se queda indeciso en cuanto a
quién sería su esposa a seguir. Finalmente se decide a casarse con su
propia sobrina. Suetonio nos da las razones de esta elección: "Las caricias
de Agripina, la hija de su [Claudio] hermano Germánico, que tenía el
derecho de abrazarle y besarle, acabarán por fin le despertar el amor."
Suet. Cl. 27, 7[12]. Vale la pena recordar que Agripina fue acusada
también, Tácito nos recuerda, de tentar seducir de la misma manera a su
propio hijo, el emperador Nerón. Pero quiero traer otra pasaje de Tácito,
que arroja luz sobre otro aspecto del retrato de Agrippina en las fuentes
textuales, su ambición. Cuando Tácito relata el asesinato de Agripina,
recuerda que algunos dijeron: "Cuando los astrólogos fueran consultados
sobre los destinos de Nero, ellos respondieron que gobernaría y mataría a
la madre, a lo que ella respondió: "¡Que me mate, desde que gobierne!" Tac
. Ann. 14,9,1.[13]

Muchos de los estudios tradicionales de Agripina la toman cómo la
demostración de todo lo mal que las mujeres pueden hacer cuando no son
dominadas y pueden perseguir el logro de sus deseos insaciables. En
estudios renovados por la perspectiva de género, tratamos de explicar que
Agripina se convirtió en inaceptable para los romanos por haber ejercido
las funciones reservadas a los hombres. Al mostrar una mujer masculinazada,
fue criticada por sus contemporáneos. De alguna manera, Agripina se
presenta en esas lecturas como una heroína que buscó un espacio para
afirmar su autonomía en un mundo dominado por los hombres. Confieso que no
me gustan estas dos lecturas por un número de razones. Pero este no es mi
punto hoy. Quiero ver con ustedes que Agripina encontraremos si la vemos en
otros documentos. Vamos a ver si encontramos esta Agripina que viola todas
las reglas también, por ejemplo, en las monedas.

MONEDAS:



Gaius. RIC I, 33. (ref. BMC 37) Sestertius

Las hermanas Agripina, Drusilla y Iulia aparecen en esa moneda como
"seguridad", "armonía" y "fortuna". Dada la posición asumida por los
personajes en esta moneda acuñada, Miriam Griffin dice: "Sus [Calígula]
tres hermanas fueran exaltados por encima de la posición anteriormente
dedicada a las princesas imperiales. No sólo se hicieron las vírgenes
vestales y honores recibidos, pero les permitió ver los juegos en los
asientos del circo imperial, y han sido representadas como figuras
alegóricas en las monedas y se incluye en el preámbulo de las propuestas
senatoriales, votos anuales sobre la seguridad del emperador, y tanto en el
juramento de lealtad a él como en su juramento anual en sus acta. La
inclusión en estos juramentos es el honor más importante hasta entonces
desde que la hizo abiertamente reconocidas como parte de la 'familia
real'." [14] Por lo tanto, es evidente que la representación de las
hermanas en la moneda tiene poco o nada que ver con su condición femenina
en particular o las relaciones de género establecidas por ellas[15].
Aparecen en las monedas y son honradas por varias otras rutas para resaltar
la dignidad de ellas no como individuos que tienen una identidad y
subjetividad, pero como siendo la familia a la que pertenecen. Lo que está
en el centro de la representación es por excelencia un par unidad
colectiva, la domus. El fundamento del poder imperial se sitúa en la
existencia de una casa reinante desde que Octavio. Intentar comprender la
posición de estos tres personajes al igual que mujeres inmersas en las
relaciones de género las empobrece.

Gaius. RIC I, 55. Sestertius.

A continuación pasamos a otro tema que hasta cierto punto
independiente del género. Tenemos acá Calígula que, a través de una sanción
pública (véase la leyenda SPQR), presta honores a su madre muerta. Aquí la
atención se centra en la piedad filial. Esta devoción filial se debe a la
madre y al padre por igual, y aun mismo en el caso de que el padre lo sea
por vínculos creados por la adopción. Así que Calígula todavía demostró
esta devoción filial también por Tiberio, y no sólo por Germánico. Asimismo
hará posteriormente Nero con sus padres biológico (Domicio) y de adopción
(Claudio).

Claudius. RIC I, 119. Cistophoros.

En esa moneda, acuñada en el taller de Éfeso, vemos las efigies
superpuestas de Claudio y Agrippina, lo que indica la unión entre el
Augusto y la Augusta. El tema de la unidad familiar aparece una vez más, en
este caso desde un taller fuera de Roma. Por lo tanto, esperamos que quede
claro que la presencia de la figura femenina en las monedas difícilmente se
puede atribuir a un esfuerzo hecho por Agripina dentro de la casa reinante,
solamente. La circulación de esa imagen debe ser entendida de una manera un
poco menos personalista, ligada a la idea de una casa reinante y a los
lazos familiares que contribuyen para la legitimidad de su posición
prominente. Así, la casa reinante es más que simplemente la casa del
emperador. Es la casa del emperador y de otros miembros que también
contribuyen a componer un patrimonio genético que se remonta a varias
familias en alianza.

Las monedas, así como las estatuas, eran instrumentos importantes para
difundir a través de un vasto imperio, no sólo la imagen del emperador,
sino también a de su familia. Las elites locales en muchos municipia
utilizaran estas imágenes para producir imágenes nuevas de los miembros de
la familia imperial, que no sólo decoraran espacios públicos de estas
ciudades, sino también a sus hogares, buscando construir lazos entre ellos
y la casa gobernante del imperio. Del mismo modo se pasaba con los
augustales, eso colegio formado por hombres libertos a través del imperio,
que se dedicó a reproducir, difundir y hacer crecer estas imágenes de los
miembros de la domus Caesaris, incluyendo tanto a los que han muerto,
especialmente los emperadores divinizados, cuanto sus descendientes.

Para eso también se sirve de las estatuas, especialmente los bustos,
como el que ilustró el cartel de mi presentación. Afortunadamente, esa
cabeza de Agripina tiene también el cuerpo que le corresponde. Pero, no tan
afortunadamente, la cabeza está en Dinamarca, en Copenhagen y el cuerpo
está en Roma:



Aparte de el honor o el poder individual, tuvo gran importancia la
honra y el poder de la familia imperial, el poder interno, especialmente,
pero no sólo, el poder de las Caesarum domus. La reputación positiva o
negativa de cada miembro de la familia implica en consecuencias para todos
los demás. Los ejemplos paradigmáticos de la mujer de César y la hija de
Augusto son elocuentes a ese respecto. Pero esos ejemplos están centrados
como la mala reputación de las mujeres. Para citar un ejemplo bastante
claro de una situación en que la mujer es afectada por la fama de los
hombres, recuerdo un episodio narrado por Tácito. Dice el historiador que,
en la elección de una nueva virgen vestal en el año 19, la hija de Agripa
Fonteyo no había recibido cualquiera restricción a la cuenta de sí misma.
Sin embargo, ya no fue elegida porque su casa era considerada contaminada
por el divorcio de su padre. (Nam Agripa discidio domum imminuerat. Tac.
Ann. II, 86).




En este sentido, el honor del gobernante está vinculado a su familia
como colectividad, independientemente de que sea hombre o mujer. Lo que se
destaca en este punto no son los individuos que componen la domus incluso
las relaciones entre ellos, pero el grupo.

Cómo Saller nos enseña, a la familia como una entidad compuesta de
parentescos consanguíneos perderá importancia en el imperio. Pasó a ganar
cada vez más importancia en la composición de las familias aristocráticas
las relaciones de parentesco agnadas, generadas por los matrimonios y las
adopciones, por ejemplo. La familia progresivamente dejará de ser solamente
el resultado de un linaje genético - de la que nada se puede hacer - para
que coincida con un conjunto de relaciones que se pueden construir. En
palabras de Saller: "Un círculo de parentesco respetable y que estaba bien
construido era otra medida de la posición de una persona. Como Livia
claramente ha demostrado, esta relación no necesitaba ser agnada para ser
mucho valiosa. (...) En la medida que criterios alternativos de la
condición social se mostraban más efectivos, la linaje de la familia habría
comenzado a aparecer como algo vacío." [16]



Nerón. RIC, I. Aureus, con la figuración de una cuadriga de elefantes
llevan dos hombres. Uno de ellos es Claudio, el otro Augusto.

En ese aureus tenemos un claro ejemplo de la proyección de una familia
como aquella expuesta anteriormente en el análisis de Saller. Aquí están
unidos en el verso Augusto y Claudio y, en el anverso, Nerón y Agripina. El
nombre mismo que damos a la dinastía que terminó con Nero, Julio-Claudia,
que es un nombre compuesto, es una muestra elocuente de esta nueva forma de
presentación y difusión de familia. Las relaciones agnadas e cognadas
claramente no hacen diferencia. Por lo tanto, creemos que nuestra hipótesis
se ve reforzada: o sea en la mayoría de los casos en que tenemos Agrippina
minor en las monedas, ella no figura ahí por ser una mujer. Aún más, la
mejor lectura de las imágenes tiene como clave no simplemente reducirla a
su condición de mujer, pero que se le piense en su existencia
multifacética. Es mujer, pero no puede ser reducida ni solamente a su
condición de individuo ni simplemente a su género. Además de pensar en él
como individuo, que se piense en ella también como parte de distintos
grupos, en este caso en particular de la familia, pero también y sobre todo
de una domus, y una domus muy particular: la domus Caesarum.




AGRIPINA RELIEVES



Relevo de mármol de Agripina tiendo como aderezo un cuerno de la abundancia
y coronando a Nerón. Sebasteion de Afrodisias, en Caria, en la costa
sudoeste de Asia Menor.




En la estatuaria la misma interpretación nos parece acertada.
Agripina, por ejemplo, es figurada en los famosos relevos del Sebasteion de
Aphrodisias haciendo la coronación de Nerón. Lo que tenemos aquí no es un
ejemplo de usurpación del poder por las mujeres, como se podía leer en una
perspectiva de género, un caso de dux femina, o mismo como estaríamos
tentados a deducir a partir de las interpretaciones que se hacen de las
fuentes literarias. Sin embargo, tenemos proyectado acá, en este relieve,
una unidad familiar más amplia, que se remonta a Augusto, no solamente
madre e hijo. El énfasis recae no sobre los individuos e incluso en las
relaciones entre ellos, sino que simplemente forman un conjunto, un grupo,
una familia y una domus, siendo que su composición qua domus gana cada vez
más preponderancia con relación a la formación de familias cognadas. El
mérito del grupo no reside en la buena o mala suerte de los nacimientos,
pero en la selección de los parentescos por una decisión racional e
estudiada.




No hay ninguna otra razón que en la otra parte de este relevo, Claudio
aparezca desnudo dando la mano a una figura femenina (Agripina?), que leva
algunos cereales (trigo?) e está siendo coronado por una figura masculina
togada (el Senado o el Pueblo de Roma?).



Si el monumento afirma el poder de una mujer, por fin ¿cómo explicar
que este relevo se encuentre en el mismo monumento donde Claudio es
figurado como conquistador de la Britannia? La Britannia es figurada como
una mujer, pero eso nada tiene que ver con relaciones de género en nuestra
opinión.



AGRIPINA LAS PAREDES:

Pasemos, por fin, a otro tipo de documento, lo último, para llegar a
nuestras conclusiones. Por supuesto, una de las grandes dificultades que
impone el uso de las inscripciones es la casi omnipresente imposibilidad de
datación segura. Las inscripciones de Pompeya, incluso, que tienen un
delimitador cronológico claro en la erupción del Vesubio, que sepultó la
ciudad en 79, como saben, también tiene el mismo problema. A pesar de que
no tienen entradas posteriores en el año 79 por razones obvias, no es fácil
en la gran mayoría de los casos determinar en qué momento más precisamente
fueron producidos. Podemos suponer que las intervenciones parietales
tendría una vida relativamente corta que de las monumentales por la obra de
dealbatores. Los municipia confiaban a aquellos trabajadores la tarea de
limpiar las paredes para que nuevas inscripciones tuviesen espacio. Por lo
tanto, podemos pensar que hubo una sucesión relativamente rápida en este
tipo de producción de documentos y la mayor parte de las intervenciones
parietales no debía ser demasiado anciana. Sin embargo, podemos estar
seguros de que algunos de ellos fueron período neroniano - o al menos se
refiere a la época de Nerón. Esto es explícitamente el caso de esta
inscripción:



CIL IV, 8075

Autorizado por lo tanto creo que algunas otras inscripciones como esa
hacen referencia al contexto que estamos estudiando, aun que no sean tan
claras. Voy analizar a este pentámetro que parece muy apropiado para
nuestra discusión considerando que sea de esa época o a ella se refiera:



CIL IV, 6893

Tres conclusiones son posibles a partir de la lectura de esta
inscripción. La primera es que este sería el primer manifiesto feminista de
la historia. Un mensaje que nos recuerda que no hay grandes hombres que sin
mujeres en su misma origen. Todos los grandes hombres tienen madres, es
cierto. La segunda es que alguno tendría hecho un ataque sexista en contra
Agripina o la madre de otro de emperador cualquier. El mensaje de ese modo
se modifica de todo, por lo tanto. Alguno podría leer en la inscripción
algo como la madre del emperador era una mujer, y una mujer que era astuta,
peligrosa, sensual, un peligro público que debría ser controlada. O, por
último, una tercera conclusión, que es: tenemos que alejarnos de lecturas
simplistas, de aceptar respuestas fáciles, derivadas de nuestro propio
tiempo para cumplir con los conflictos contemporáneos, y también tenemos
mucho que estudiar para ser capaz de decir algo con certeza sobre esta
inscripción, teniendo en cuenta todos los documentos múltiples y diversos
que tenemos y que nos pueden ayudar a comprender el contexto de su
producción y recepción, sin imponer nuestros propios prejuicios como
nuestra lectura única. Obviamente, estamos con la tercera opción. La opción
del dialogo. Un dialogo en que la Antigüedad no tiene sentido en sí misma,
como algo apartado de nosotros, pero en que nos hablé algo que es propio a
ella. La Antigüedad es vista así como un país extranjero que nos hablaba
Hartley. No debemos invadirlo ni destruirlo, apenas visitarlo, respectando
sus características propias e los costumbres de sus habitantes. En mi
opinión eso imperialismo del presente hace más mal do que bien.

MUCHAS GRACIÁS




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[1] Estoy muy agradecido por el cóndilo Camila Condilo y Sarah Lino de
Azevedo Fernandes, que me permitirán me beneficiar con un longo debate que
hemos tenido en este tema y, más aún, favoreceran el acceso a los textos
que ellas han producido y también proporcionado referencias importantes
para mi estudio personal. Agradezco mucho a Carmen López San Segundo por el
asistencia con la traducción de esa presentación.

[2] Ainda que Sarah Pomeroy, no Prefácio que escreveu para a obra When men
were men, diga que "Men's studies is still in its infancy". Claro que ela
se refere a estudos sobre os homens em uma perspectiva de gênero, uma vez
que é bem sabido que a historiografia sempre se dedicou a estudar
preferencialmente os homens. Como tentamos destacar, aqui fica claro que
cada época procurou os homens que lhe interessou na Antiguidade. Tanto é
assim que Lin Foxhall abrirá sua introdução a esse mesmo volume afirmando
que: "The history of classical antiquity is a history of men, though it is
never studied that way". POMEROY, Sarah B. "Preface". In: FOXHALL, Lin;
SALMON, John. (eds.). When men were men: masculinity, power, and identity
in classical antiquity. London: Routledge, 1998. p. xii. e FOXHALL, Lin.
"Introduction". In: Idem. p. 1.

[3] Kampen "Introduction" In: FOXHALL, Lin; SALMON, John. (eds.). Thinking
men: Masculinity and its self-representation in the classical tradition.
London: Routledge, 1998. p. x.

[4] Ou até mesmo dos binarismos em geral como elementos para pensar as
identidades com base na dupla eu-outro. Assim, em obra coletiva recente, os
organizadores apresentam esta oposição aos binarismos como consensual entre
os autores, e apontam para as possibilidades de pensar as fronteiras: "Os
capítulos que constituem este livro se apoiam em visões sobre a vida social
que desejam questionar posições fincadas em binarismos fechados,
homogeneizados e bem delineados sobre quem somos. (...) Colocar o pé, por
assim dizer, nos dois lados de tais binarismos ao mesmo tempo é colaborar
na construção de uma epistemologia que, ao prestigiar a fronteira ou o
fluxo entre os dois polos, oferece uma lente alternativa para compreender a
vida social em trânsito, em movimento ou nos entrelugares." LOPES, Luiz
Paulo da Moita e BASTOS, Liliana Cabral. "Introdução. A experiência
identitária na lógica dos fluxos. Uma lente para se compreender a vida
social." In: LOPES, Luiz Paulo da Moita e BASTOS, Liliana Cabral. (orgs.)
Para além das identidades. Fluxos, movimentos e trânsitos. Belo Horizonte:
Editora UFMG, 2010. pp. 9 e 11.

[5] O grupo Os Satyros, por exemplo, promoveu o projeto Lou-Léo como uma
forma de "financiamento colaborativo" para a realização de mastectomia
total das duas mamas por Léo Moreira de Sá, nascido Lourdes Helena. Mas Léo
não define o procedimento como mudança de sexo, nem a sim mesmo como
transexual. A questão é colocada por ele nos seguintes termos: "Sou um
homem? Não. Nem mulher, nem homem nem transexual. Sou pós-gênero. Não sou
uma resposta. Eu sou uma pergunta." CAPRIGLIONE, Laura. "Em mutação. Perfil
Léo Moreira Sá, 53". In: Folha de São Paulo. São Paulo: Empresa Folha da
Manhã, 09 de outubro de 2011, p. C4.

[6] TOWLE, Evan B.; MORGAN, Lynn Marie. "Romancing the transgender native:
Rethinking the use of the 'third gender' concept. In: GLQ: A Journal of
Lesbian and Gay Studies, vol.8, n. 4, Durham: Duke University Press, 2002
p.469-497. pp.473; 483-484.

[7] Além dos casamentos de Nero com pessoas do mesmo sexo, temos ainda
referências em autores antigos a um estilo de vida que o aproximava de uma
existência assimilada a de mulheres. Dion Cássio, ao transmitir o discurso
da rainha dos Icênios aos Bretões em revolta contra os Romanos, afirma que
ela teria dito: "não governo (...) os Romanos como fez Messalina antes,
Agripina depois e Nero agora (o qual, mesmo com o nome de homem, é na
verdade mulher, como fica provado por cantar, tocar lira e ficar se
embelezando)." Dio. 72,6,3.

[8] "uni ex illo contaminatorum grege (nomen Pythagorae fuit) in modum
solemnium coniugiorum denupsisset. Inditum imperatori flammeum, missi
auspices, dos et genitaleis torus et faces nuptiales, cuncta denique
spectata, quae etiam in femina nox operit"

[9] Revista Letras, n. 80. Curitiba: Editora UFPR, jan./abr. 2010. p. 59-
69. p. 66.

[10] E essa alternativa de estudar as mulheres sem considerar de forma
central as relações de gênero tem sido exercida. Como exemplo de produção
recente no âmbito lusófono, cf. RODRIGUES, Nuno Simões. "Agripina e as
outras. Redes femininas de poder nas cortes de Calígula, Cláudio e Nero".
Gérion. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2008. vol. 26, num. 1,
pp. 281-295. Nesse estudo, o autor procura entender o poder das mulheres em
razão das redes de clientela que algumas delas foram capazes de controlar
no século I d.C.

[11] Não tocaremos aqui em um problema que nos parece importante e que é
destacado por Riikk Hälikkä: "In Tacitean narrative, women and issues of
gender come to occupy a proeminent place. We do not know however how much
this correlates to real female visibility in Rome in his lifetime".
("Discourses of boby, gender and power in Tacitus". In: SETÄLÄ, Päivi et
alii (eds.) Women, wealth and power in the Roman empire. Rome: Institutum
Romanum Finlandiae, 2002. pp. 75-104. p. 104.

[12] "uerum inlecebris Agrippinae, Germanici fratris sui filiae, per ius
osculi et blanditiarum occasiones pellectus in amorem"

[13] nam consulenti super Nerone responderunt Chaldaei fore ut imperaret
matremque occideret; atque illa 'occidat' inquit, 'dum imperet.'

[14] GRIFFIN, Miriam. Nero. The end of a dinasty. New Haven: Yale
University Press, 1984. p. 26

[15] Para quem deseje interpretar que esta projeção das irmãs se deva às
relações amorosas que Calígula teria tido com elas, será importante atentar
às interpretações mais contemporâneas que colocam em dúvida que tais
incestos tenham de fato sido cometidos. Uma vez que nem Filo, nem Sêneca,
nem Tácito fazem menção a isto, tais interpretações têm indicado que as
relações incestuosas de Calígula com as irmãs seriam uma acusação
posterior. Nas palavras de Aloys Winterling: "A afirmação de que o
imperador teria violado suas três irmãs, que aparece em Suetônio cerca de
um século depois da morte de Calígula, assim prova ser um calúnia póstuma."
WINTERLING, Aloys. "Meangniful madness. The emperor Caligula". In: Politics
ans society in imperial Rome. Chichester: Wiley-Blackwell, 2009. p. 109.

[16] SALLER, Richard. " ) * 4 5 I U \ ] i
j q r ~ ' ž Patriarchy, property and death in the
Roman family. Cambridge: Cambridge University Press, 1994, p. 95.
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