Genealogías del Profeta Mahoma: evolución en la literatura latina [C.E. Prieto Entrialgo (ed.), Arabes in patria Asturiensium, Documentos y estudios sobre el período tardorromano y medieval en el noroeste hispano 3, Ovideo, 2011, 205-223 -NB. Esta redacción es previa a la versión impresa-]

June 30, 2017 | Autor: Ó. De la Cruz Palma | Categoría: Medieval Literature, Medieval History
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Descripción

Genealogías del Profeta Mahoma: evolución en la literatura latina *

ÓSCAR DE LA CRUZ PALMA Universitat Autònoma de Barcelona [email protected] De las tres crónicas ovetenses1 (la Crónica Albeldense, la Crónica Profética y la Crónica de Alfonso III)2, la llamada Crónica profética ofrece informaciones sobre la historia de los sarracenos y sobre la presencia de éstos en al-Andalus que, hipotéticamente, han de proceder de fuentes árabes directas: una genealogia Sarracenorum (ed. Bonnaz 1987: §3: 3-4)3; a continuación, una Historia de Mahmeth pseudo prophetae (ed. Bonnaz 1987: §4: 5-6); y hacia el final, una relación de gobernantes musulmanes (ed. Bonnaz 1987: §7: 8-9). La cuarta parte, esta uita Mahumeti, es mejor

Este trabajo ha sido elaborado en el marco del proyecto de investigación La percepción del Islam en la Europa cristiana. Traducciones latinas del Corán y controversias islamocristianas (FFI2008-06919-C02-02/FILO del SPGPI-MICINN) y del projecte de recerca consolidat SG 00824 de la AGAUR-Generalitat de Catalunya, dirigidos por el Dr. José Martínez Gázquez. Para la transcripción de las palabras árabes, seguimos los criterios de la Encyclopédie de l’Islam (=EI2). *

Para el estado de la cuestión más actualizado sobre la naturaleza y relación entre las crónicas asturianas, ver Rodríguez Muñoz (2010: 1-23). 1

Citamos por la edición de Bonnaz (1987: 1-9), aunque la comparamos con la de Gil Fernández & Moralejo Álvarez & Ruiz de la Peña (1985), que edita la Chronica Albendensia con la parte que toma de la Chronica prophetica, aunque en orden inverso, en las págs. 181-187. 2

3

El nombre le fue puesto por Gómez Moreno (1932: 609-628).

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conocida debido a que también se encuentra transmitida por Eulogio de Córdoba (Eulogius Cordubensis) en su Liber apologeticus martyrum, 15-164, compuesto en el año 857. Respecto a estas noticias sobre Mahmeth, Eulogio dice que transmite una vida anónima que ha encontrado en el monasterio de Leire, cerca de Pamplona 5. Los mismos datos, aunque abreviados, aparecen también en su contemporáneo Juan de Sevilla (Iohannes Hispalensis) en la epístola dirigia a Pablo de Córdoba (Paulus Albarus Cordubensis, m. c. 860), Epistola 6, 8-9 (ed. Gil 1973, CSM: 200201). Díaz y Díaz (1970: 334) ha deducido, pues, que esta uita Mahumeti circulaba desde mediados del s. IX entre los mozárabes hispanos6. Más problemas da y mucho menos estudiada ha sido la genealogia Sarracenorum, que ofrece exclusivamente la Crónica profética (ed. Bonnaz 1987: §3: 3-4). [Ver FIGURA 1]. Prácticamente sólo cabe recoger la afirmación de Gómez Moreno (1932) en cuanto a que remite a una fuente árabe directa7, lo cual parece fácil de admitir teniendo en cuenta la exactitud de la transcripción de los nombres árabes en latín. Efectivamente, esta genealogia Sarracenorum es un hápax en la literatura latina8. No es, sin embargo, la única genealogía del Profeta Mahoma en

Citamos por la edición de Gil Fernández (1973: 475-495), en donde, la Adnotatio Mammetis Arabum principis se lee en las págs. 483-486. 4

Liber apologeticus martyrum 15 (ed. Gil 1973, CSM: 483): Cum essem olim in Pampilonensi oppido positus est apud Legerense coenobium demorarer cunctaque uolumina quae ibi erant gratia dignoscendi incomperta reuoluerem, subito in quadam parte cuiusdamm opusculi hanc de nefando uate historiolam absque auctoris nomine repperi: (16) “Exortus est namque Mahomat...” 5

6

Ver la descripción y comentarios de Baxter Wolf (1996: 85-108).

Igualmente, en los comentarios a su edición en Bonnaz (1987: 62-63), en donde compara esta genealogía con otra fuente árabe tardía, la de Abu-l-Fida (1273-1331), para demostrar la exactitud de los nombres, sin dar con la correspondencia de todos los nombres que aparecen en la genealogía. 7

No obstante, influyó en la tradición hispánica alfonsina, pues se encuentra, en la serie desde Abraham hasta el Profeta Mahoma, en la Primera crónica general de España, ed. Menéndez Pidal (1906, I: 261, n. 466): Cuenta la estoria que los moros uienen del linnage de Agar et de Ysmael su fijo que fue fiio de Abraham, de Ysmael salio Caydar, de Caydar salio Nepti (...) de Escim el primero fijo salio Abdelmutalib, de Abdelmutalib salio Abadlla. A continuación, y para concluir con la genealogía de los padres de Mahoma, la crónica 8

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el panorama latino medieval. Tanto la genealogía de la Crónica profética como las que iremos citando para la comparación tienen, todas ellas, fundamento en la tradición árabe, pero también cada una de ellas ofrece particularidades que remiten necesariamente a fuentes árabes distintas. La identificación exacta de tales fuentes árabes, sin embargo, ha resultado imposible no sólo a nosotros sino a cuantos lo han intentado. Para comprender mejor el valor de la información sobre la genealogía del Profeta Mahoma, conviene recordar, en primer lugar, algunas características de la tradición genealógica en la literatura árabe islámica. Los estudios árabes sobre la genalogía de Muhhammad (nasāb) querían demostrar que el Profeta descendía de 20.Ismael [Ismā„īl]9, el hijo de 19.Abraham [Ibrāhīm] con su sierva 19b.Agar [Agar]. Es muy probable que esta descendencia ya se estableciera en vida del Profeta10. Pero gracias a la influencia judía sobre los árabes (cf. Muir 1861), el

de Alfonso X acude a la fuente de la Historia Arabum, cap. I: Este Abdalla morando de souno con su muger Emina, fija que fue de Hayub et de Halima, en la uilla que dizen Yatrib que es acerca de Meca, concibio dun fijo a que dixeron Mahomat; en la Historia Arabum (ed. Fernández Valverde & Estévez Solá 1999: Rodericus Ximenii de Rada, Historiae Minores, Dialogus Libri vite, Corpus Christianorum Continuatio Mediaevalis 72B, Roderici Ximenii de Rada opera omnia t. III, Turnholt: 87): in uilla que Hyatrib dicitur prope Mecham erat homo Aly (sic) nomine filius Abdelmutalib et uxor eius Emina —nomen patris Emine Bayab et matris eius Halima—, que concepit et peperit filium quem uocauit Mahomat. Los números que acompañan a los nombres propios de la tradición árabe se corresponden con los establecidos en los cuadros genealógicos que ilustran este trabajo. En todos ellos se mantiene el mismo número para cada nombre, de manera que pueden leerse coordinados. 9

“The desire to regard, and possibly the endeavour to prove, the Prophet of Islam a descendant of Ishmael, began even in his life-time. To the same spirit we may attribute the continual and palpable endeavour to make Mahometan tradition and the legends of Arabia tally with the Scriptures of the Old Testament, and with Jewish tradition. (...) Many Jews, versed in the Scriptures, and won over by the inducements of Islam, were false to their own creed, and pandered their knowledge to the service of Mahomet and his followers. Jewish tradition had been long well-known in Medina and in the countries over which Islam early spread, and the Mahometan system was now made to fit upon it; for Islam did not ignore, but merely superseded, Judaism and Christianity, as the whole does a part, or rather as that which is complete swallows up an imperfect commencement” (Muir 1861, I). 10

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listado genealógico que se derivaba desde 19.Abraham hasta Muhhammad fue ampliado hasta el primer hombre, 1.Adán [Ādam]. Así, para la construcción del prístino tramo entre Adán y Abraham, la tradición genealógica hebrea del Antiguo Testamento fue muy útil (sobre todo el Génesis), a partir de la cual bastaba con adaptar los nombres al árabe, no sin dificultad, como se puede apreciar en algún caso (así, por ejemplo, en la FIGURA 3: 7.Kanok [*] - 8.Haunak [Akhnukh -sc. Enoc-]. De este modo, las genealogías árabes se bifurcan, haciendo descender al Profeta o bien desde Adán [FIGURAS 2 y 3], o bien desde Abraham. [Ver FIGURA 1]. En ambos casos, la lista de nombres se hacía muy insegura en ciertos tramos. Si bien los especialistas están de acuerdo en que la sucesión genalógica entre Muhhammad y 32.Adnan [„Adnān] es relativamente segura y estable11, en algunos tramos de la ascendencia, especialmente entre este último y los hijos de Noé, desde 12. Sem [Sām], las variantes de los nombres que ofrecen las genealogías son muy significativas, de donde se obtienen evidencias de las múltiples transmisiones existentes. La descripción de las tradiciones árabes sobre la genalogía de Muhhammad (nasāb) es una tarea muy especializada y ardua, y sobre cuyas variantes parece no haber acuerdo. Tampoco nosotros pretendemos conseguirlo. De manera semejante a lo que ocurre en la Crónica Profética (ed. Bonnaz 1987: §3-4: 3-6), las genealogías daban paso a los relatos sobre la vida del Profeta (sīra) y se transmitían de autoridad a autoridad, haciendo uso de la cita de los transmisores (isnād) para garantizar la autenticidad de las fuentes. De entre las biografías más influyentes hay que citar la de Ibn Ishhaq (m. 151H./767 d.C. en Bagdad), quizás el más reconocido de los biografistas árabes del Profeta Muhhammad, aunque su obra se conserva gracias al epítome elaborado por Ibn Hishām (m. 213H/833 d.C.), sobre el que la tradición descargó algunas críticas de autenticidad. A pesar de la solución de continuidad entre ambos, mientras que Ibn Ishhaq hacía ascender la genealogía del Profeta hasta Adán, Ibn Hishām la reducía hasta Abraham. No son menos importantes las biografías,

Por citar un trabajo reciente de esta opinión común: Martin Varisco (1995: 139156). 11

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siempre compiladas de varias autoridades, de Omar al-Waqidi (c.120130H. - 207H. /c. 748-822 d.C.) y su secretario Muhammad ibn Sa„d (m. c. 230H/845 d.C.); o la voluminosa biografía de al-Tabari (m. 923 d.C.). Sin embargo, cabe decir que el número de biógrafos musulmanes clásicos es amplísimo y, por razones de tradición, enmarañadamente entrecruzado. Las vidas árabes del Profeta suelen amplificarse con pasajes más o menos míticos, con versos laudatorios hacia los protagonistas y con constantes invocaciones. Aunque la genealogía del Profeta no es un tema crucial en la piedad islámica, en todo caso fue tratado con verosimilitud y con finalidad panegírica y proislámica. Si bien la genealogía del Profeta ocupaba la apertura del relato, durante el trascurso de la biografía se ampliaban los datos sobre los familiares, los primeros conversos (llamados habitualmente “los compañeros del Profeta”), o los enemigos, en el caso de los pasajes bélicos. Además, no tardaron en surgir relatos de tipo piadoso y popular especializados en ciertos episodios de la vida de Muhhammad, como es el caso del Libro de las luces, que ya circulaba por El Cairo en una versión árabe en el s. IX (Shoshan 1993) —el Kitāb al-anwār, después más conocido en la versión de la segunda mitad del s. XIII de Abū l-Hasn al-Bakrī— en la que, antes de centrarse ampliamente en la infancia de Muhhammad, se halla una primera parte sobre el traspaso de la luz mística (nūr) desde Adán hasta Muhhammad, dándose detalles sobre ciertos profetas históricos y los parientes antecesores del Profeta. Como iremos viendo, algunos de los relatos biográficos árabes trascendieron a la tradición occidental por medio de las traducciones latinas, sobre todo a partir de mediados del siglo XII en la Península. Así, hemos descubierto que el Liber de generatione Mahumet traducido del árabe al latín por Hermán de Carintia (1142-1143) se corresponde con una versión del mencionado Libro de las luces (De la Cruz Palma, en prensa). De este relato podemos obtener una genealogía de Muhhammad, si retomamos los datos que se van hallando en el relato [Ver FIGURA 2]. Como es sabido, las noticias sobre Mahoma que encontramos en la tradición latina occidental suelen tener un marcado estilo denigratorio. Sin ir más lejos, la misma Historia de Mahmeth que encontramos en la Crónica Profética (Bonnaz 1987: §4: 5-6) así lo demuestra, en donde se refiere al Profeta como nefandus propheta, astutior tenebrae filius o como pseudo propheta. A pesar de ello, estas uitae Mahometi medievales, en contra

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de una opinión muy extendida, suelen estar construidas con material básicamente correcto sobre el islam y sobre el Profeta Muhhammad12. En cuanto a las noticias sobre los parientes de Mahoma, las alusiones suelen mantener relación con las explicaciones sobre el origen de esta nueva secta, presentando a Mahoma no sólo como líder, sino como inventor de las doctrinas que mantienen los Sarracenos y, desde el principio, como pseudopropheta. Además, aparecen relacionadas con explicaciones sobre el origen de los Sarracenos, es decir, el pueblo (gens, populus, secta) que ha traído nuevos peligros sobre los dominios cristianos. Para explicar el origen de los Sarracenos, la tradición occidental acudió a la tradición veterotestamentaria, en donde halló explicaciones para el origen de los “descendientes de Sara” o los “descendientes de Ismael” o los “descendientes de Agar” 13. Pero la retórica latina occidental acudió al modelo del Génesis para incorporar justificadamente en sus textos las genealogías propuestas para Mahoma, y en el Evangelio de san Mateo 1, 1-18 una genealogía para Jesucristo que podía ser comparada con la de Mahoma. Tales noticias genealógicas, puestas en comparación, demostraban las falsedades de la genealogía de Mahoma y contribuían así a abundar en la argumentación de ser un falso profeta. Dicho de otro modo, un lector culto medieval vería en la genealogía sobre Mahoma una burda imitación de las genealogías del Génesis y de san Mateo, con lo que, per se, las genealogías sobre Muhhammad que se hallan en las fuentes latinas, por muy fieles al original árabe que se mantuvieran, funcionaban como prueba para la refutación del pseudopropheta Mahoma y, por lo tanto, del islam. En parte, este es el sentido que tiene la genealogía encontrada en la Crónica profética,

Esta es la teoría que sostiene Daniel (1960). La traducción francesa posterior (1993) amplía y actualiza la primera edición gracias a la colaboración del autor, razón por la cual parece más aconsejable. 12

Ya en san Isidoro, Etym. IX, 6 (ed. Oroz Reta & Marcos Casquero 1993: 742): Ismael filius Abraham, a quo Ismaelitae, qui nunc corrupto nomine Saraceni, quasi a Sara, et Agareni ab Agar; y Is. Etym IX, 57: Saraceni dicti, vel quia ex Sara genitos se praedicent, vel sicut gentiles aiunt, quod ex origine Syrorum sint, quasi Syriginae. Hi peramplam habitant solitudinem. Ipsi sunt et Ismaelitae, ut liber Geneseos docet, quod sint ex Ismaele. Ipsi Cedar a filio Ismaelis. Ipsi Agareni ab Agar; qui, ut diximus, perverso nomine Saraceni vocantur, quia ex Sara se genitos gloriantur. 13

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cuando viene encabezada del modo siguiente: Sarraceni peruerse se putant esse ex Sarra. Verius Agareni ab Agar et Ismaelitae ab Ismael. Origo autem eorum ita est: Abraham genuit Ismael ex Agar (ed. Bonnaz 1987: §3). Y, cuando acaba la enumeración genealógica en la Crónica profética, la aparición de una Historia de Mahmeth pseudoprophetae (Bonnaz 1987: §4: 5-6) subraya la denostación por Muhhammad. Esta biografía, junto con la citada genealogía, forma, pues, una eficaz unidad de denostación del Profeta Muhhammad y, por lo tanto, del islam. Además en los relatos islámicos de tipo histórico, la genealogía de Muhhammad sirvió para explicar las relaciones de parentesco entre el Profeta y los califas imperantes. Es evidente que es lo que ocurre en la fuente árabe de la Chronica mendosa, en la que, sin embargo, se aprecia un solo error en cuanto a la situación de los abuelos y tíos de Mahoma. De ella se desprende el cuadro que hemos podido deducir en la FIGURA 3. La Chronica mendosa et ridicula Sarracenorum es el título que le dio su traductor latino, Robert de Ketton, a su traducción realizada entre los años 1142-1143, entregando así a Pedro el Venerable uno de los textos del corpus islamolatinum14. Indudablemente, el texto original de su traducción latina es árabe, aunque esta fuente todavía no ha sido identificada. Tras un primer capítulo sobre la creación del mundo y sobre los profetas antiguos, ofrece una Generacio Mahumet filii diaboli et primogeniti Sathane que incluye la ascendencia de Mahoma hasta Adán. La Chronica mendosa continúa relatando episodios históricos del Profeta y después una breve biografía de los primeros califas, hasta Yazid I (reg. 680-683). Así, este final permite preguntarnos si la interrupción del relato en Yazid I obedece a la fecha de composición del texto árabe que traduce Robert de Ketton, es decir, del s. VII. Todavía no hay respuesta. Lo que ahora nos interesa remarcar es que de la lectura de la Chronica mendosa se desprende un completísimo esquema genealógico, no sólo

Llamamos corpus islamolatinum al que Alvervy (1956: 202-218) llamó collectio Toletana. Nuclearmente, se trata del conjunto siguiente: la primera traducción latina del Corán; la Chronica mendosa et ridicula Sarracenorum; el Liber de generatione Mahumet; el Liber de doctrina Mahumet; además de algunos textos compuestos por el mismo abad de Cluny Pedro el Venerable, especialmente la Summa totius haeresis Sarracenorum y el Liber contra sectam Sarracenorum. Para todos ellos ver la información que ofrecemos en http:hipatia.uab.es/islamolatina. 14

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sobre Muhhammad, sino sobre las relaciones de parentesco entre el Profeta y los siguientes califas. [Ver FIGURA 3]. Quizás el esquema que se deduce de la Chronica mendosa resulta ser el más completo que conocemos en la tradición medieval sobre la genealogía de Muhhammad y sus descendientes. Las relaciones de parentesco entre Muhhammad y los califas posteriores, pues, que ofrece la Chronica mendosa permiten derivar conclusiones de interés histórico sobre esta fuente. Se trata de la legitimidad de los califas en el poder. Una función semejante tiene la genealogía que ofrece la Crónica profética. [Ver FIGURA 1]. En la Crónica profética ocurre que el antecesor Abdilmenef representa la bisagra que doblará la serie genealógica en dos ramas: 1) entre 54.Abdilmenef y Mahomat; 2) entre 54.Abdilmenef y 114. Mohomat, este último el emir de al-Andalus Muhhammad I entre los años 822-852. Al observar la genealogía de la Crónica profética, podemos extraer algunos datos de interés. Por una parte, como ocurre con la genealogía que se desprende de la Chronica mendosa, la de la Crónica profética sirve para demostrar la relación de parentesco entre los últimos de la cadena, los emires de al-Andalus, y el Profeta Muhhammad, con lo que esta genealogía también se presenta como argumento árabe de legitimación del poder. Por otra parte, la genealogía que ofrece la Crónica profética señala a la familia gobernante en al-Andalus también como descendientes de 70.Vmeya, es decir, de la familia Omeya, dato que también resulta correcto. Además de ello, la genealogía de la Crónica profética concluye con la mención de los hijos de 114.Mohomad: Mohomad genuit Almudar et Abdallah, siendo el primero 115.al-Mundhir, emir de Córdoba entre los años 886-888; y el segundo, 116.„Abdallāh, entre el 888-912. Sin embargo, la Crónica profética parece detenerse en el padre, Mohomad, es decir 114. Muhhammad I (reg. 852-886). ¿Se deduce, pues, que la fuente utilizada para esta genealogía estaba redactada en época de 114. Muhhammad I, cuando todavía no habían ascendido al poder sus hijos? Si es así, cabría pensar en una fuente árabe redactada durante el gobierno de 114. Muhhammad I. Para poder continuar, hay que tener en cuenta la fecha que se ha propuesto para la redacción de la Crónica profética, “abril del año 883” (Rodríguez Muñoz 2010: 6). De hecho, la misma Crónica profética concluye con la relación de reges qui regnauerunt in Spania ex origine

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Ismaelitarum Beniumeia (Bonnaz 1987: §7: 8-9) precisamente con Mohomad, a. XXXII, corroborado por la subsiguiente suscriptio (Bonnaz 1987: §8: 9), es decir, en el año 883/884, y, por lo tanto, durante el emirato de Muhhammad I. De ser así, la genealogía que ofrece la Crónica profética estaría tomada de una fuente árabe que habría sido redactada en la misma época que la Crónica profética, es decir, durante el gobierno del emir Muhhammad I (reg. 852-886). A esta fuente árabe, el cronista añade seguidamente la Historia de Mahmeth pseudoprophetae (Bonnaz 1987: §4), probablemente tomada de otra fuente distinta a la de la genalogía, pero redactada aproximadamente 30 años antes, pues la fecha dada por los especialistas para esta Historia de Mahmeth, sin duda provenientes de un ámbito mozárabe, es el año aproximado de 85015. Seguimos pensado en ver dos fuentes distintas entre la genealogía de Mahoma y la Historia de Mahoma que ofrece la Crónica profética. Así, por ejemplo, la ortografía oscilante entre Mahomat para la genealogía (en las variantes de los manuscritos: Mohomad y Muhumat) y Mahmeth (sin variantes ortográficas) para la Historia de Mahoma. Las fechas dadas para estos dos lugares, efectivamente, no invierten ni corrigen las fechas dadas para la redacción de la Crónica profética, al tiempo que hablan de un método de compilación de varias fuentes de procedencia árabe para la redacción de la misma. Pero ¿qué fuentes árabes podemos considerar? Gracias a Gayangos (1850: 13-14), sabemos que en estos momentos trabajaba en la corte del emir Muhhammad I el historiador oficial (al-tarikhī) Muhhammad Ibn Mūsa al-Rāzī (m. 886), que compuso una Akhbār mulūk al-Andalus, es decir, una Historia de los reyes de al-Andalus. La historia de Ibn Mūsa al-Rāzī contenía una descripción de la geografía de la Península y una historia de los reyes latinos y godos, para concluir con

Cf. Wolf (1996: 93): “A thirt assessment of Islam, a short and singularly unsympathetic life of Muhammad known as the Istoria de Mahomet, still exists in its entirety, but without any indications as to authorship. [For a transcription and translation of the codex of Roda version of this life, see Wolf, “The Earliest Latin...”]. We know that the Istoria had to have been written sometime before 850, when it was discovered by a visitor to the Navarrese monastery of Leyre [Eulogius of Cordoba found it there in 850 where visiting Leyre. Eulogius, Liber apologeticus martyrum 16; Eulogius, Epistola 3. Paulus Alvarus referred to its contents in a letter to John of Seville. Alvarus Epistola 6.9]”. 15

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una historia de los emires musulmanes de al-Andalus hasta su época. Su libro de historia, que no se conserva, fue continuado por su hijo Ahhmad ibn Muhhammad Ibn Mūsa al-Rāzī (m. 344/955)16, actualizando las sucesiones de gobernantes pocos años más adelante. Aunque tampoco se conserva la versión árabe, ésta fue traducida al portugués por Gil Pérez, en colaboración con un árabe llamado Mohamed, durante el reinado del rey don Dionís (1279-1325). La crítica le ha dado el nombre de Crónica del moro Rasis (ed. Catalán 1975), en alusión al nombre del autor árabe. Así consta en el incipit: Rasis mouro: cronista do Miramamolin de Marrocos, screueo hun liuro das cousas de Hispania. Ho qual liuro foi de lingua Arabica trasladado en Portughesa per meestre Mafamede mouro dos que en Portugal sohia hauer, e screueo ho com elle hûo Gil Pirez capellâo de Pedreanes de Portel, filho de dom Ioâ de Auoim, ho que deu ha villa do Marmellar aa ordêe de sanct Ioan 17.

De la versión portuguesa escasamente se conservan algunos fragmentos. Sin embargo, en época imprecisa, pero antes de 143018, fue trasladada al castellano, la cual se conserva casi al completo en tres manuscritos españoles y parcialmente dentro de las refundiciones posteriores de la Crónica general de Espanha de 1344 y en la Crónica sarracina de Pedro del Corral (ca. 1430). La Crónica del moro Rasis resulta ser, pues, producto de una larga tradición de versiones, pero, según lo dicho, en ella podemos ver un representante tardío de la crónica árabe que pudo haber sido utilizada por el compositor de la Crónica profética.

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Estas noticias también corroboradas por Aillet (2010: 22-23).

Catalán (1975: 3) da también la versión latina elaborada por su primer editor, André de Resende, en Historia da antiguidade da ciidade Evora (Lisboa, 1553): Incipit liber Rasae, historici Dalharab Marrochium Miramamolin Cordubaeque regis quem ipsius iussu composuit. Versus est in linguam Lusitanam ex Arabica, per me magistrum Machometum Saracenum nobilem architectum. Et scribebat mecum Aegidius Petri, clericus Domini Petri Joannidae Portellensis, patris Domini Ioannis Auolini. 17

La fecha viene dada por Catalán (1975: XIII), cuando relaciona los manuscritos castellanos con la posterior Crónica Sarracina de Pedro del Corral y la Crónica geral de Espanha de 1344. Para un esquema de las intrincadas relaciones entre estas crónicas, ver Catalán (1975: XXV). 18

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La relación entre el libro de al-Rāzī y los capítulos de la Crónica profética dedicados a la historia Gothorum (Bonnaz 1987: §6-7) merecen un estudio aparte, ya que la fuente árabe de al-Rāzī fue compuesta gracias también a fuentes latinas anteriores, como las Etymologiae de san Isidoro, las Historiae aduersum paganos de Paulo Orosio, alguna geografía latina de época del emperador Marciano (450-457) y otras fuentes menores no sin importancia19. Sin embargo, si tanto la genealogia Sarracenorum (Bonnaz 1987: § 3: 3-4) como la última relación fechada de gobernantes y emires de al-Andalus (Bonnaz 1987: §7: 8-9) sólo pueden haber sido traídas de fuentes árabes, nuestra propuesta ahora es ver una fuente árabe para la composición de la Crónica profética en la perdida crónica de al-Rāzī, es decir, en su representante tardío la Crónica del moro Rasis. Lo cierto es que los críticos ya han llamado la atención sobre evidencia de fuentes árabes para explicar la relación de gobernantes y emires que ofrece la Crónica profética (ed. Bonnaz 1987: §7: 8-9), aunque tales fuentes siguen sin ser identificadas20. Nuestra hipótesis de relacionar la Crónica profética con la Crónica del moro Rasis permitirá, a nuestro juicio, aportar pruebas del interés de esta última fuente hispana para el estudio aquélla. Creemos que el siguiente cuadro comparativo demuestra que la relación de gobernantes y emires de la Crónica profética

Los datos pertenecen a Catalán (1975: latinas. 19

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ss.), con el análisis de estas fuentes

Bonnaz (1987: LXI): “Les historiens ont souligné le caractère mozarabe de cette chronique pleine d‟informations souvent exactes sur l‟Islam, comme seul un chrétien originaire du sud de l‟Espagne povait en accumuler. Ainsi, l‟auteur relie justement, comme le veut la tradition, l‟ascendance des Oméiyades de Cordove à celle de Mahomet, et les erreurs commises sur les premières générations [cf. nuestra FIGURA 1] ne font que reflécter les désacords des généalogistes arabes sur cette question (...). La chronologie des walis et des émirs de Cordove ne s‟écarte pas sensiblement de celles qu‟indiquent les sources de langue arabe”. Gil Fernández et al. (1985: 37): “[La Crónica profética] completa la información de la crónica una lista de los gobernantes árabes, con indicación de los años y meses de duración de su mandato, que alcanza hasta Muhammad, reinando en al-Andalus al tiempo que aquélla se escribe. Es esta nómina, muy exacta, únicamente se omiten los datos relativos al valí Anbasa o Gambaza (...) Es la única fuente cristiana del ciclo alfonsino que presta una atención detenida a la España islámica. De ahí el unánime reconocimiento del fundamental valor histórico de este breve texto”. 20

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se corresponde con cierta exactitud, en forma de listado epítome, con los últimos capítulos de la Crónica del moro Rasis, dedicados al mismo asunto: Crónica Profética (Bonnaz 1987: §7: 8-9) Supradictus quidem Muza iben Muzeir ingressus est in Spaniam regnauit a. I, m. III Abdelaziz iben Muza a. II, m. VI Aiub m. I

Alhor iben Abderrahman a. II, m. X Zamaha iben Melic a.II, m. VIII Abderrahman iben Abdalla m. I

Odera qui fuit loco positus de Ambaza m. I Iahia iben Zeele a. II, m. VI Hodeife iben Aluei m. VI Hotman iben Abiunez m. IIII Allaitham iben Hobeid m. X Mohomad Halasci m. I Abderrahman iben Abdalla a. I, m. X Abdelmelic iben Katum a. II Hocba iben Alhgeg a. IIII, m. V Abdelmelic a. I, m. I Abulhatar iben Dinar a. II Tauba iben Maleme a. I, m. II

Crónica del moro Rasis (Catalán 1975)

cap. CXLIV: De Abenlacin, rey de España: Despues que Muza obo fecho rrey a su fijo (...) cap. CXLVI: (...) E rreyno diez años. cap. CXLVIII: Como alzaron por rrey a vn fijo de Abib: Despues que Abelancin fue muerto (...) alzaron por rrey a vn fijo de Abib, sobrino de Muza el fijo de Nacair. E rreyno cinco meses non mas e veinte dias. cap. CXLIX: Como alzaron por rrey a Alhor: (...) fijo de Abderrahme. (...) E fue rrey dos años e nuebe messes. cap. CL: Como alzaron por rrey a Abrahen: (...) fijo de Amelic. (...) E rreyno siete años, e tres messes. cap. CLI: Como alzaron por rrey a Abderrame, fixo de Abdalla: (...) E rreyno dos años e siete messes. cap. CLII: Como alzaron por rrey a Omar, hijo de Tair: (...) E rreyno dos años e tres messes. cap. CLIII: Como reynaron Resser, Andiacay, Beste, Vdeifacen, Mafomat e Abderramen Alfaqui cap. CLIV: De Delmeque, que fue mal rrey e brabo cap. CLV: De como Cabat, fijo de Lateneur, mato a los le ficieron rey. cap. CLVI: Del rrey Abomelec, fijo de Tausta. cap. CLVII: Del rrey Abalhatar cap. CLVIII: De como Miramamolin embio a España a Coreb, fijo de Corin cap. CLIX: Como Abderrame, fijo de Zogir, fue señor de España.

Fiunt sub (uno). a. XXVII, m. XI Hii duces breuem principatum agebant tempora quia aliis alii succedebant; prout destinatum erat ab Amir Almuminin nonnullos (principatus) uitae finis terminabat. Item reges qui reganuerunt in Spania ex origine Ismaelitarum Beniumeia 110a.Iuzif regnauit a. XI

cap. CLX: Como ficieron rrey a Iuceph, e como vino a España Abderrame, fijo de Mohauia.

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110.Abderrahman iben Mahauia a. XXXII 111.Iscem a. VII, m. VI

112.Alhaccam a. XXVI, m. VI 113.Abderrahman a. XXXII, m. I 114.Mohomad a. XXXII Sunt omnes Arabum in Spania a. CLXVIII, m. V

cap. CLXI: Como reyno Issen e fue buen rrey e de mucha justicia: (...) E fasta que murio auia que reynaba treinta e nuebe años e quatro messes e ocho dias. cap. CLXII: Como Ademelique vencio a su hermano mayor: (...) E reyno seis años e nuebe messes e cinco dias. cap. CLXIII: Como rreyno vn fijo de Abderramen cap. CLXIV: Como alzaron por rrey a Majomat: Despues que este [sc. 113. Abderrahman] murio, alzaron los moros por rrey a vn su fijo llamado Majomat. (...) E murio este rrey quando andaba la era de los moros en docientos e setenta e ocho años e diez meses. cap. CLXV: Como alzaron por rrey a 115.Almandir. cap. CLXVI: Como alzaron por rrey a 116.Abdalla. cap. CLXVII: Como alzaron por rey a Abderramen. cap. CLXVII: Como, desque morio Elenquer, acordaron que el Miramamolin dixese quien debia ser rrey. explicit

En este cuadro, las discrepancias principales se encuentran en varios puntos: en la falta de coincidencia de las fechas; en la discrepancia de los nombres en los capítulos CLII, CLIII y CLVIII; en la amplitud de las noticias de la Crónica del moro Rasis frente a la simple enumeración de la Crónica profética; en la extensión de la relación de nombres en la crónica en castellano más allá de la que ofrece la crónica latina. Sin embargo, en lo esencial, ambas fuentes se parecen hasta el punto de ser hipotéticamente comparables: en el lugar que ocupa esta información hacia el final de la crónica; en el mismo orden de distribución, primero de los gobernantes y luego de los emires; en la estructura: nombre[anales, desaparecidos en la Crónica profética]-tiempo de mandato. Ante esta nueva propuesta de considerar la Crónica del moro Rasis como representante tardío de una fuente árabe utilizada por el redactorcompilador de la Crónica profética, tenemos admitir que, para dar explicación a la genealogía que hemos estudiado anteriormente, nuestra propuesta no parece de utilidad. Debemos concluir resumiendo que la

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información sobre los gobernantes y emires que ofrece la Crónica profética (Bonnaz 1987: §7: 8-9) puede relacionarse con la fuente árabe que representa la Crónica del moro Rasis; sin embargo, la genealogia Sarracenorum (Bonnaz 1987: §3: 3-4) de la Crónica profética, aun siendo indudablemente de origen árabe, sigue sin ser localizada. Visto que la función de esta genealogía era legitimar el parentesco del emir omeya Muhhammad I, en regencia cuando se redactó la Crónica profética, parecía verosímil hallar también esta genealogía en la crónica de su historiador oficial: pero la Crónica del moro Rasis no aporta pruebas de haber contenido una genealogía semejante. Como hemos visto en este estudio, si bien en la fuente árabe esta genealogía tenía una clara lectura política, una vez trasladada a la Crónica profética, su función cambia: se trata de presentar una genealogia Sarracenorum como antesala de la siguiente Historia de Mahmeth pseudopropheta, y, por lo tanto, un elemento más de denostación del Profeta Mahoma. El mecanismo de denostación funcionaba en tanto que la descendencia de Mahoma remitía a Abraham, cosa ridicula a ojos cristianos, cuando decían peruerse ser descendientes de Sara, siendo uerius que descendían de Agar y de Ismael (Bonnaz 1987: §3: 3). Tal ascendencia, en la mentalidad cristiana (de acuerdo con Gn. 16, 11-12: uocabisque nomen eius Ismahel eo quod audierit Dominus adflictionem tuam. hic erit ferus homo manus eius contra omnes et manus omnium contra eum et e regione uniuersorum fratrum suorum figet tabernacula) remitía directamente a la violencia de la conquista árabe.

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