GARRIGUET MATA, J. A. (2009/2010): “Samuel de los Santos Gener y los inicios de la Arqueología urbana en Córdoba”, AnAAC, nº 2, 11-17.

November 22, 2017 | Autor: G. Universidad de... | Categoría: Arqueología urbana, Historiografía de la Arqueología
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Descripción

anejos de anales de

arqueología

cordobesa AnAAC [ 2 ] 2009-2010

Córdoba, 2010

Revista publicada por el Grupo de Investigación Sísifo (P.A.I., HUM-236), de la Universidad de Córdoba, y la Gerencia Municipal de Urbanismo de Córdoba, en el marco de su convenio de colaboración para la realización de actividades arqueológicas en Córdoba, entendida como yacimiento único. www.arqueocordoba.com

comité de redacción Directores

Desiderio VAQUERIZO GIL (Universidad de Córdoba) Juan Fco. MURILLO REDONDO (GMU, Ayto. de Córdoba) Secretarios

José A. Garriguet Mata (Universidad de Córdoba) Alberto León Muñoz (Universidad de Córdoba) Vocales

Alicia ARÉVALO JIMÉNEZ (Universidad de Cádiz) Silvia CARMONA BERENGUER (Convenio GMU-UCO) Isabel FERNÁNDEZ GARCÍA (Universidad de Granada) Eduardo FERRER ALBELDA (Universidad de Sevilla) Bartolomé MORA SERRANO (Universidad de Málaga) Dolores RUIZ LARA (GMU, Ayto. de Córdoba) Nuria de la O VIDAL TERUEL (Universidad de Huelva)

Evaluadores Externos Agustín AZKÁRATE GARAI-OLAÚN (Universidad del País Vasco) Julia BELTRÁN DE HEREDIA BERCERO (Museu d'Historia de la Ciutat, Barcelona) Gian Pietro BROGIOLO (Università di Padova) Juan M. CAMPOS CARRASCO (Universidad de Huelva) Teresa CHAPA BRUNET (Universidad Complutense de Madrid) Patrice CRESSIER (CRNS, Université Lyon 2) Simon KEAY (University of Southampton) Paolo LIVERANI (Università di Firenze) Francisco REYES TÉLLEZ (Universidad Rey Juan Carlos, Madrid) Joaquín RUIZ DE ARBULO BAYONA (Universitat de Lleida)

Correspondencia e intercambios Área de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras Plaza de Cardenal Salazar, 3. 14003 CÓRDOBA Tel.: 957 218 804 - Fax: 957 218 366 E-mail: [email protected] www.arqueocordoba.com

Foto de portada: Triclinio, zona media de la pared de la domus del parque infantil de tráfico de Córdoba, decoración figurada, sátiro (Fotog. Á. Cánovas, © Convenio GMU-UCO). D. L. CO: 857/2010 I.S.S.N.: 1888-7449 Confección e impresión:

Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba www.imprentasanpablo.com

La dirección de AnAAC no se hace responsable de las opiniones o contenidos recogidos en los textos, que competen en todo caso a sus autores

AnAAC

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Córdoba

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ÍNDICE Pág. 11 / 18 Garriguet Mata, José Antonio: “Samuel de los Santos Gener y los inicios de la Arqueología Urbana en Córdoba”.

Arqueología Clásica Pág. 21 / 44 Rodríguez, M.ª Carmen: “El poblamiento rural del Ager Cordubensis: Patrones de asentamiento y evolución diacrónica”. Pág. 45 / 72 León Pastor, Enrique: “Portus Cordubensis”. Pág. 73 / 86 Cánovas Ubera, Álvaro; Castro del Río, Elena; Vargas Cantos, Sonia: “Intervención arqueológica preventiva en la nueva sede de EMACSA (Avda. Llanos del Pretorio, Córdoba)”. Pág. 87 / 102 Gutiérrez, M.ª Isabel; Mañas Romera, Irene: “Los pavimentos del Convento de Jesús Crucificado, Córdoba”. Pág. 103 / 120 García, Begoña; Pizarro, Guadalupe; Vargas, Sonia: “Evolución del trazado urbanístico de Córdoba en torno al Eje Tendillas-Mezquita. Hallazgo de una cisterna romana de abastecimiento de agua”. Pág. 121 / 140 Castro, Elena; Cánovas, Álvaro: “La domus del Parque infantil de Tráfico (Córdoba)”.

Arqueología Medieval Pág. 143 / 182 Casal, M.ª Teresa; Martínez, Rafael; Araque, M.ª del Mar: “Estudio de los vertederos domésticos del arrabal de Šaqunda: Ganadería, alimentación y usos derivados” (750 - 818 d.C.) (Córdoba). Pág. 183 / 230 Murillo, Juan F.; Ruiz, Dolores; Carmona, Silvia; León, Alberto; Rodríguez, M.ª Carmen; León, Enrique; Pizarro, Guadalupe: “Investigaciones Arqueológicas en la Muralla de la Huerta del Alcázar (Córdoba)”. Pág. 231 / 246 Pizarro, Guadalupe: “El alcantarillado árabe de Córdoba II. Evidencia arqueológica del testimonio historiográfico”. Pág. 247 / 274 Arnold, Felix: “El edificio singular del Vial Norte del Plan Parcial RENFE. Estudio arquitectónico”. Pág. 275 / 288 León Pastor, Enrique; Dortez, Teresa; Salinas, Elena: “Las áreas industriales en los arrabales de al-Yanib al Garbi de Qurtuba. El alfar del Cortijo del Cura”. [ 9 ]

Pág. 289 / 302 Salinas, Elena; Vargas, Sonia: “Un pozo tardoalmohade en el Hospital de Santa María de los Huérfanos de Córdoba”. Pág. 303 / 326 Martagón, María: “Qurtuba y su territorio: una aproximación al entorno rural de la ciudad islámica”. Pág. 327 / 342 Larrea Castillo, Isabel; Hiedra Rodríguez, Enrique: “La lápida hebrea de época emiral del Zumbacón. Apuntes sobre arqueología funeraria judía en Córdoba”. Pág. 343 / 362 Cánovas, Álvaro; Salinas, Elena: “Excavaciones Arqueológicas en el entorno de la Iglesia de Santa Marina de Córdoba”.

Publicaciones Pág. 365 / 382 Convenio GMU-UCO. Publicaciones y actividades 2008-2010.

Normas de redacción y presentación de originales Pág. 383 / 386 Normas de redacción y presentación de originales.

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SAMUEL DE LOS SANTOS GENER Y LOS INICIOS DE LA ARQUEOLOGÍA URBANA EN CÓRDOBA JOSÉ ANTONIO GARRIGUET MATA Área de Arqueología. Universidad de Córdoba Grupo de Investigación Sísifo (P.A.I., HUM-236) ✉✉ [email protected]

Resumen Se evocan en este trabajo la figura y la trayectoria profesional de Samuel de los Santos Gener, director del Museo Arqueológico de Córdoba entre 1926 y 1958 y uno de los pioneros de la arqueología urbana en dicha ciudad. Palabras clave: Santos Gener, Museo Arqueológico de Córdoba, arqueología urbana.

Summary This paper evokes the figure and career of Samuel de los Santos Gener, director of the Archaeological Museum of Cordoba from 1926 to 1958 and one of the pioneers of urban archaeology in this city. Keywords: Santos Gener, Archaeological Museum of Cordoba, urban archaeology.

La memoria humana, a la par que selectiva, suele ser bastante frágil; resulta casi tan volátil y quebradiza ante el imparable paso del tiempo como las manifestaciones de gratitud individuales o colectivas tributadas antaño a aquellas personas que, por su trayectoria profesional, se hicieron en su momento merecedoras de tal reconocimiento. Este hecho, que se halla bastante arraigado en nuestra vida cotidiana, es si cabe más notorio en el ámbito de la investigación científica, donde los avances metodológicos y técnicos que continuamente se producen, así como la mayor disponibilidad de fondos y medios con respecto a épocas pasadas, conducen muy a menudo a pensar –de manera errónea, ilusa y presuntuosa– que quienes nos precedieron en nuestro quehacer hace unos cuantos años o décadas fueron de algún modo “inferiores” a nosotros desde el punto de vista intelectual, y, por tanto, son dignos de nuestro olvido. Ciertamente, no abundan hoy día los estudiosos de las dife-

D. Samuel de los Santos Gener hacia 1958. Foto: BRAC n.º 78 (1955).

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rentes disciplinas del saber que demuestren en sus actos diarios la humildad de la que Isaac Newton hiciera gala en este sentido1. Lo que acabo de decir puede hacerse extensivo también, cómo no, a la Arqueología, materia de conocimiento humanístico y científico que trabaja con datos sometidos a una constante ampliación y renovación (los hallazgos se suceden en la actualidad a tal velocidad que su interpretación ha de hacerse casi a contrarreloj para no caer de inmediato en la obsolescencia), y en la que los gestos humildes y altruistas, por no decir la admiración y el agradecimiento sinceros hacia aquellos colegas que tiempo atrás abordaron problemas similares a los que ahora nos ocupan –abriéndonos así el camino, o al menos allanándonoslo–, no son, por desgracia, demasiado frecuentes; a diferencia de lo que sucede con las actitudes egoístas, soberbias y vanidosas, mucho más habituales, lamentablemente, entre la comunidad científica (a nivel tanto académico como personal) de lo que cabría esperar. Las reflexiones anteriores vienen a colación de la figura vinculada a la arqueología cordobesa del siglo XX que, continuando con la línea laudatoria inaugurada en el primer volumen de Anejos, he querido recordar en el marco de este segundo número; rindiéndole así un tributo breve pero emotivo que espero sea sólo la antesala de un futuro homenaje de mucho mayor calado por parte de la ciudad y la comunidad científica que la acogió. Me refiero a Samuel de los Santos Gener (o Jener, como a veces él mismo firmó sus escritos), “don Samuel” aún para muchos arqueólogos cordobeses, cuya trayectoria profesional y producción científica paso a glosar de manera sucinta en las líneas siguientes2. Nacido en diciembre de 1888 en Cartagena, urbe muy rica también como es sabido en Historia y Patrimonio Arqueológico, Santos Gener se licenció en 1910 en Filosofía Letras por la Universidad Central de Madrid. Durante el curso académico de 1913-1914 fue pensionado por el colegio evangelista alemán “El Porvenir” para ampliar sus estudios en Alemania, concretamente en las ciudades de Bielefield y Halle. De vuelta a España, recibió una beca en la Sección de Filología del Centro de Estudios Históricos, donde trabajó hasta 1924. En esos años su labor de investigación se centró sobre todo en la elaboración de glosarios para el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española de la Lengua y para algunas editoriales privadas. El 13 de noviembre de 1924 Santos Gener ingresó, mediante la correspondiente oposición, en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Esta fue la razón de su llegada a Córdoba, pues sólo un par de semanas más tarde fue destinado a la jefatura de la Biblioteca Pública de nuestra ciudad. En dicho puesto se mantendría hasta los primeros días de 1926, cuando fue trasladado al Museo Arqueológico Provincial de Córdoba –situado desde el año anterior en una casa de estilo mudéjar de la C/ Velázquez Bosco– en sustitución de Joaquín Mª de Navascués. Se inició así para él un primer periodo de aproximadamente diez años en la dirección del Museo cordobés, cuyos fondos se nutrían entonces generalmente de las donaciones de particulares, que concluiría en octubre de 1936. En la primera mitad de los años treinta Santos Gener compatibilizó dicho puesto con la docencia en la Escuela de Artes y Oficios y en el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Córdoba (donde enseñó lengua alemana), encargándose asimismo de nuevo de la Biblioteca Pública entre 1930 y 1933. El alzamiento militar de julio de 1936 y el rápido triunfo del mismo en Córdoba le acarrearon importantes consecuencias, tanto personales como profesionales. En efecto, por haber militado en el Partido Socialista hasta 1934 (y probablemente por practicar el credo protestante), se le abrió un expediente de depuración administrativa, quedando apartado temporalmente del Cuerpo y de la función pública, situación que padeció hasta febrero de 1938. Entre esa fecha y finales de julio de 1939 fue trasladado a Badajoz, donde hubo de ocuparse del Archivo de Hacienda, de la Biblioteca

1  En 1676, en una carta dirigida a su colega Robert Hooke, Newton escribió, quizá no sin cierta ironía, la celebérrima frase “If I have seen further it is only by standing on the shoulders of giants” (“si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”) (HAWKING, 2003). 2  Para los datos biográficos y la actividad laboral de Santos Gener remito a los trabajos de J. de D. Borrego et alii (2001: 69-70), S. Miranda (2004) y, sobre todo, M. Díaz-Andreu (2009).

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Provincial y del Museo Arqueológico de aquella ciudad. A partir del verano de 1939 pudo regresar a Córdoba y asumir de nuevo la dirección de su Museo Arqueológico, en esta ocasión por un periodo ininterrumpido de casi veinte años (concretamente, hasta febrero de 1959), de la que ya sólo lo apartó su jubilación, que dejó el testigo a una jovencísima Ana Mª Vicent. Durante los años cuarenta y cincuenta don Samuel alternó sus múltiples responsabilidades en el Museo –entre las que la búsqueda y adaptación de una nueva sede, mejor y más amplia, para las diferentes colecciones constituyó una de sus labores prioritarias3– con otros cargos institucionales relacionados directamente con la arqueología cordobesa, entre los que destacan el de Comisario local (1947-1951) y provincial (1951-1955) de Excavaciones Arqueológicas (DÍAZ- ANDREU, RAMÍREZ: 2001: 332-333). Ello le permitió tener un conocimiento aún más directo de los hallazgos que por aquél entonces acaecían en la ciudad y su provincia. Con más de treinta y cinco años de servicio público a sus espaldas, murió en Córdoba en 1965. En reconocimiento a su larga y fructífera carrera el Ayuntamiento cordobés le dedicó una calle en la ciudad, la misma calleja sin salida en la que el Museo Arqueológico tuvo su sede durante las décadas en las que Santos Gener estuvo al frente del mismo. Desde su llegada a la capital andaluza a mediados de los años veinte hasta su muerte, cuarenta años más tarde, don Samuel tuvo la oportunidad de conocer y a veces también de colaborar codo con codo con un nutrido grupo de intelectuales, profesionales y estudiosos nacidos o afincados, como él, en Córdoba. Entre ellos cabe recordar al archivero José de la Torre y del Cerro, al veterinario y arabista Rafael Castejón y Martínez de Arizala, al historiador y político republicano Antonio Jaén Morente, al arquitecto municipal Víctor Escribano Ucelay o a los principales miembros de la influyente familia Cruz-Conde. No obstante, dos personalidades destacan sobre las demás: Enrique Romero de Torres y Félix Hernández Giménez. Con el primero, pintor como su padre y su hermano más famoso, Julio, pero asimismo académico y arqueólogo (BORREGO et alii, 2001: 69; PALENCIA, 2006), mantuvo frecuentes contactos personales y oficiales, sobre todo a finales de los años veinte y durante la II República; época en la que Romero de Torres, como miembro de la Comisión Provincial de Monumentos (al igual que don Samuel), excavó en las áreas funerarias del Camino Viejo de Almodóvar y los Llanos de Vistalegre (GARRIGUET, 2001; RUIZ OSUNA, 2005)4, lo que permitió nutrir considerablemente las colecciones del Museo. Precisamente, fue a Romero de Torres a quien Santos Gener sustituyó en el cargo de Comisario Local de Excavaciones Arqueológicas en 1947 (DÍAZ-ANDREU, RAMÍREZ, 2001: 332). En cuanto al segundo, arquitecto barcelonés especializado en intervenciones sobre edificios y conjuntos históricos y cuyo nombre acabaría estrechamente vinculado a Medina Azahara (DE LA GRANJA, 1975; FERNÁNDEZ-PUERTAS, 1975), fue el autor del proyecto de remodelación del Palacio de los Páez de Castillejo para su conversión en sede del Museo Arqueológico, llevado a la práctica entre los años cuarenta y cincuenta (GARCÍA, MARTÍNEZ, MORGADO, 1995: 98). También apoyó a Santos Gener en los trabajos dirigidos por éste a partir de 1951 en el solar municipal de las calles Capitulares-Claudio Marcelo, al que más abajo volveremos a referirnos. La infatigable actividad arqueológica desarrollada en Córdoba por Samuel de los Santos Gener durante más de tres décadas discurrió entre la gestión cotidiana y monótona del Museo, la vigilancia

3  En 1942, y gracias a la iniciativa de Santos Gener, el Ministerio de Educación Nacional adquirió el palacio renacentista de la familia Páez de Castillejo, sito en la Plaza de Jerónimo Páez, para su conversión en la nueva (y actual) sede del Museo Arqueológico de Córdoba. Con este fin se acometieron en los años siguientes algunas reformas en el citado inmueble, según un proyecto del arquitecto Félix Hernández. No obstante, el traslado definitivo del Museo desde la casa Mudéjar no se produjo hasta principios de los años 60, cuando Ana Mª Vicent ejercía ya como directora de la institución (GARCÍA, MARTÍNEZ, MORGADO, 1995: 98). 4  Una parte de la interesante correspondencia oficial que Romero de Torres y Santos Gener intercambiaron durante esos años puede consultarse entre la documentación familiar del primero, conservada en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba.

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de obras de construcción en la capital y la provincia, la realización de alguna que otra excavación puntual (pagada con fondos estatales) y la publicación de sus investigaciones, siendo prácticamente imposible desligar una tarea de las otras. En efecto, desde su llegada al Museo llevó a cabo un inventario pormenorizado y minucioso de todos los materiales que casi a diario, y gracias en gran medida a su poder de convicción, se iban depositando en aquél; cuyo número experimentó un notable incremento desde principios de los años cuarenta como consecuencia, fundamentalmente, de la paulatina expansión urbanística experimentada entonces por la ciudad –tanto hacia Poniente (Ciudad Jardín) como hacia Levante (Cañero) o al otro lado del río Guadalquivir (Barriada de Fray Albino)–, que sacó a la luz de manera fortuita, y también destruyó, una gran cantidad de restos arqueológicos. Pero, a la vez, y a partir de la información proporcionada por otros (principalmente arquitectos) o conocida por él de primera mano –la supervisión de obras (hoy diríamos “seguimiento”) fue otra de las tareas que frecuentemente hubo de afrontar en aquel tiempo desde su cargo en el Museo y, posteriormente, en la Comisaría de Excavaciones–, Santos Gener elaboró poco a poco, pacientemente, un concienzudo “Registro de Hallazgos” arqueológicos (SANTOS GENER, 1958a) que describió y situó en múltiples croquis, dibujos, etc. salidos de su pluma, con el fin último de “emprender algún día la reconstrucción del plano total, a base de ellos, para trazar la planta de la ciudad romana intramuros” (SANTOS GENER, 1955a: 67). Como se ha señalado en alguna ocasión (BORREGO et alii, 2001: 70), este valiosísimo documento puede considerarse el germen de la moderna Carta Arqueológica de Riesgo de Córdoba, elaborada en la segunda mitad de los años 90 (LEÓN, 2008: 12). Sin embargo, y de manera un tanto sorprendente, permanece inédito, siendo además de muy difícil acceso para los investigadores. Puede afirmarse, por tanto, que con Santos Gener inició su andadura la arqueología urbana cordobesa; y ello en una coyuntura muy complicada, a la que tuvo que hacer frente en solitario, derivada de las durísimas condiciones de vida que presentaban la España y la Córdoba de posguerra: miseria y penuria generalizadas, incomprensión o indiferencia de la mayor parte de la sociedad (en buena parte analfabeta y famélica), precariedad absoluta en lo que respecta a financiación, medios materiales y humanos –palabras como equipo, grupo o proyecto de investigación, tan en boga hoy en día, no existían en el vocabulario de entonces–, ausencia de cobertura legal, etc.5 A todas estas adversidades opuso don Samuel una voluntad férrea y una dedicación plena. Desde nuestra perspectiva actual tal vez podríamos reprocharle su mentalidad de “anticuario”, más propia del siglo XIX que del XX, que le llevó a sobrevalorar la búsqueda y recuperación de piezas notables (especialmente de época

5  En la Memoria de Actividades correspondiente a 1948 el propio Santos Gener expuso con toda claridad y sin tapujos los principales problemas a los que debía enfrentarse a diario a la hora de llevar a cabo sus responsabilidades: “La labor de vigilancia e inspección de las excavaciones en una ciudad de interés histórico y arqueológico tan complicado como Córdoba exige una constancia incansable, que a duras penas, a pesar de su entusiasmo, puede realizar de un modo completo y competente un solo funcionario. La ciudad vieja, debido al incremento actual de su número de habitantes, se renueva y extiende en recientes trabajos de urbanización, y a cada momento surgen problemas y complicaciones, debido al gran número de ruinas que se descubren fortuitamente sin previo aviso, y cuyo control hemos de realizar a fuerza de paseos en busca de las obras (…)”. “Las excavaciones a que se limitan estas Memorias se refieren única y exclusivamente a las de índole particular para construir zanjas de cimientos o fosas de sótanos destinadas a edificios de nueva planta, con trabajos de excavación pagados a contrata y con deliberado propósito de no dejarse molestar ni intervenir por personal oficial que vigile las labores de zapa y paleo de las tierras u obligue a realizar otros trabajos de descubrimiento, detención de obras o conservación de ruinas”. “El propietario, por lo general, no se opone, pero tampoco ayuda, y casi siempre deja sin contestar los avisos o permisos que se les comunican; y así, nuestro trabajo es realizado, si no con oposición, con la indiferencia, más aparente que real, hacia los hallazgos, pues gusta de retenerlos si halla en ellos valor artístico comercial”. “La Ley, además, es ambigua en su artículo 6º, que autoriza a que estos objetos sean retenidos por el propietario del terreno o llevados a una colección particular, en igualdad de derecho que los Museos oficiales de Arqueología; ello da origen en poblaciones como Córdoba, a que nuestra labor sea un continuo forcejeo por la adquisición de piezas de interés artístico o comercial, en que, por lo general, queda lesionado el estudio serio de las ruinas descubiertas” (SANTOS GENER, 1955a: 95-96).

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romana) para nutrir los fondos del Museo cordobés; pero en eso don Samuel era hijo de su tiempo y de sus circunstancias. Lo que desde luego no se le puede discutir es su decidida vocación de servicio público, como tampoco su firme deseo de avanzar, en la medida de sus escasas posibilidades, en el conocimiento histórico-arqueológico de la ciudad a través del descubrimiento, la salvaguarda y el estudio de sus testimonios materiales. La faceta investigadora de Santos Gener está íntimamente ligada a sus infatigables labores de gestión en Córdoba y ha quedado reflejada en un sinfín de publicaciones “menores”, aparecidas en su inmensa mayoría en revistas locales6 o nacionales7; y, sobre todo, en las Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales (editadas entre los años cuarenta y cincuenta), así como en diversos Congresos. Dedicados a temas muy variados (cerámica, toréutica, orfebrería, arquitectura, pintura, etc.), tales estudios abarcan, prácticamente, todos los periodos históricos: desde la Prehistoria hasta la Baja Edad Media, con un interés especial en las épocas romana, visigoda y medieval islámica. Don Samuel llegó también a publicar dos monografías: una Guía del Museo Arqueológico cordobés (SANTOS GENER, 1950) y la muy conocida Memoria de las Excavaciones del Plan Nacional (SANTOS GENER, 1955a), dejando por desgracia inéditos otros dos trabajos monográficos de no menor valor: una Historia de Córdoba manuscrita (SANTOS GENER, 1955b) y el ya comentado Registro de Hallazgos Arqueológicos (SANTOS GENER, 1958a). Todas estas obras han constituido la base de numerosas investigaciones posteriores8, y siguen siendo, todavía en nuestros días, de obligada consulta. Así se ha puesto de manifiesto con motivo de los hallazgos acaecidos en fechas recientes en los terrenos de la antigua Facultad de Veterinaria (MURILLO et alii, 2009). De la prolija contribución científica de Santos Gener probablemente sean las páginas que dedicó a la topografía, el urbanismo y los principales monumentos de la Córdoba romana aquéllas que más han trascendido; esto es, las que le han proporcionado un lugar de relevancia en la historiografía de la arqueología cordobesa del siglo XX. Así, su plano de localización de los principales hallazgos correspondientes al periodo romano sobre el callejero de la ciudad de los años cincuenta (SANTOS GENER, 1955a, fig. 17, Plano VI) constituye el primer intento serio de restituir la planta general de CordubaColonia Patricia a partir de la documentación arqueológica (LUZÓN, 2004: 31). Esta metodología de trabajo, que hoy nos puede parecer rudimentaria, aunque constituye el punto de partida de nuestros modernos SIG, no tuvo continuidad, sin embargo, hasta mediados de los ochenta, cuando A. Marcos y A. Mª Vicent (1985) y, sobre todo, A. U. Stylow (1990) dieron a conocer sus respectivas plantas arqueológicas de aquélla. En la actualidad, algunas de las hipótesis e interpretaciones planteadas en su día por don Samuel en relación a la Córdoba republicana e imperial se han demostrado incorrectas o erróneas. Es el caso, por ejemplo, de su propuesta de ubicación de los edificios de espectáculos: el teatro, y, muy especialmente, el anfiteatro (que localizó bajo la iglesia de San Pablo), y el circo, o “estadio” (situado según Santos Gener en los terrenos de la Facultad de Veterinaria). Pero tales “equivocaciones” no deben considerarse demérito suyo, sino una consecuencia lógica de la situación en la que se encontraba, y se desarrollaba, en su época la investigación arqueológica sobre Córdoba. Pues sólo en los últimos quince años, con muchos más medios de los que él nunca dispuso y más metros cúbicos de tierra removidos, se ha podido determinar con precisión el emplazamiento de aquéllos. Probablemente, la intervención arqueológica urbana más importante y complicada a la que hubo de enfrentarse Santos Gener en sus largos años de servicio, aunque contara para ello con la ayuda de Félix Hernández, fue la realizada a partir de 1951 en el solar municipal sito en la esquina de la C/ Claudio Marcelo, la “Calle Nueva”, con C/ Capitulares, entonces Calvo Sotelo (SANTOS GENER,

6  Anales de la Comisión Provincial de Monumentos Histórico-Artísticos de Córdoba (años 1926-1928), Boletín de la Real Academia de Córdoba, etc. 7  Al-Andalus, Archivo Español de Arte, … 8  Por ejemplo, no pueden entenderse las respectivas monografías sobre la Córdoba romana de R. C. Knapp (1983) y A. Ibáñez (1983) sin los trabajos, publicados o no, de Santos Gener.

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1951; 1955a: 121 ss.). Allí se topó con los restos de una monumental edificación romana decorada con elementos marmóreos y muy alterada en los siglos tardoantiguos y medievales, lo que dificultaba enormemente su interpretación. Si bien don Samuel fue perfectamente consciente de la relevancia de aquellos vestigios –así como de la pérdida de información acaecida en fechas ya no tan lejanas9–, la identificación de los mismos con un templo de características similares a las de la Maison Carrée de Nîmes inserto en una plaza rodeada de pórticos se debe al insigne arqueólogo clásico Antonio García y Bellido, quien colaboró en su estudio a finales de los años cincuenta, practicando algunos sondeos en la zona del pronaos (GARCÍA Y BELLIDO, 1970). A pesar de su especial inclinación hacia el estudio de la Córdoba romana, Santos Gener dedicó uno de sus postreros trabajos de investigación (quizás el último, publicado a poco de dejar la dirección del Museo Arqueológico) a los materiales “visigodos” conservados en éste (SANTOS GENER, 1958b). En dicho texto, que constituyó el discurso de apertura del curso 1959-1960 en la Real Academia de Córdoba, dio a conocer –presentándolos a través de sus propios dibujos– elementos arquitectónicos aislados (capiteles, basas, cimacios, canceles…), sarcófagos, objetos de bronce y orfebrería (jarros, fíbulas, broches de cinturón, anillos) o inscripciones, fechados por él grosso modo entre los siglos V y VIII. También planteó la posible ubicación de algunas de las más importantes basílicas cristianas cordobesas. De este modo, ya al final de su carrera, Santos Gener se adentró con humildad, como siempre hizo, y con visión de futuro10 en un periodo histórico entonces prácticamente desconocido en nuestra ciudad desde la perspectiva arqueológica: la Antigüedad Tardía. De ahí que sus conclusiones acerca de tales vestigios, aunque equivocadas en algunos casos, deban considerarse el punto de partida de una línea de investigación –el análisis arqueológico de la Córdoba tardoantigua– que sólo en los últimos años ha empezado a cultivarse por sí misma y de manera más sistemática, al hilo del enorme desarrollo experimentado por la arqueología urbana. Aun cuando no creó escuela ni tuvo discípulos, a diferencia de su sucesora en la dirección del Museo (Ana Mª Vicent), la figura de Santos Gener merece ser recordada, con afecto, como la de un viejo maestro. Además, debería servirnos de acicate en estos tiempos de crisis para la arqueología urbana cordobesa; pues él, que vivió una época mucha más convulsa, mísera y difícil que la nuestra, no desfalleció nunca y puso en pos del conocimiento arqueológico e histórico de Córdoba posiblemente las mejores de sus virtudes: su compromiso con la ciudad y su sencilla vocación de trabajo.

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9  “A la vista de todo lo hallado nos resulta incomprensible la conducta de los constructores de la fachada moderna de la calle Claudio Marcelo, hoy derribada, quienes sin preocuparse de los bellos trozos arquitectónicos (…) sólo recogieron los más imprescindibles, sin tomar datos de muros, cimientos ni lugares de emplazamiento que dieran fe del edificio quizá más importante que la Córdoba romana lega a la posteridad (…)” (SANTOS GENER, 1955a: 140). 10  “Casi todo esto [se refiere don Samuel a los testimonios materiales de la etapa “visigoda”] desapareció y quedó reducido a cenizas o en fragmentos dispersos bajo tierra que nada hablan de su grandeza, pero que tuvimos gran interés en recoger, para que otros más hábiles pudieran tener base con que ilustrar el estudio de las artes de esta época y ponerlas en parangón con lo que otras ciudades de España o de Europa pudieron salvar” (SANTOS GENER, 1958: 147).

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GARCÍA Y BELLIDO, A. (1970): Los hallazgos cerámicos del área del templo romano de Córdoba. Anejos de AEspA V, Madrid.

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PALENCIA, J. Mª (2006): Enrique Romero de Torres, Córdoba. RUIZ OSUNA, A. B. (2005): “La via sephulcralis occidental: un ejemplo de monumentalización funeraria en Colonia Patricia Corduba”, AAC 16, 79-104. SANTOS GENER, S. de los (1950): Guía del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba, Madrid. SANTOS GENER, S. de los (1951): “Corduba Marcelli Aedificium”, Boletín de la Real Academia de Córdoba 64, 135-162. SANTOS GENER, S. de los (1955a): Memoria de las Excavaciones del Plan Nacional, realizadas en Córdoba (1948-1950), Informes y Memorias 31, Madrid. SANTOS GENER, S. de los (1955b): Historia de Córdoba, Inédito. SANTOS GENER, S. de los (1958a): Registro de Hallazgos arqueológicos en la provincia de Córdoba, recogidos y croquizados diariamente, Inédito. SANTOS GENER, S. de los (1958b): “Las artes en Córdoba durante la dominación de los pueblos germánicos”, Boletín de la Real Academia de Córdoba 78, 147-192. STYLOW, A. U. (1990): “Apuntes sobre el urbanismo de la Corduba romana”, en W. Trillmich, P. Zanker (Eds.), Stadtbild und Ideologie. Die Monumentalisierung hispanischer Städte zwischen Republik und Kaiserzeit (Madrid, 1987). Munich, 259‑282.

Anejos de Anales de Arqueología Cordobesa [ AnAAC ] 2 / 2009-2010

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2 [ 2009-2010 ]

Garriguet Mata, José Antonio: “Samuel de los Santos Gener y los inicios de la Arqueología Urbana en Córdoba”.

Arqueología Clásica Pág. 21 / 44

Rodríguez, M.ª Carmen: “El poblamiento rural del Ager Cordubensis: Patrones de asentamiento y evolución diacrónica”.

Pág. 45 / 72

León Pastor, Enrique: “Portus Cordubensis”.

Pág. 73 / 86

Cánovas Ubera, Álvaro; Castro del Río, Elena; Vargas Cantos, Sonia: “Intervención arqueológica preventiva en la nueva sede de EMACSA (Avda. Llanos del Pretorio, Córdoba)”.

Pág. 87 / 102

Pág. 103 / 120

Pág. 121 / 140

Gutiérrez, M.ª Isabel; Mañas Romera, Irene: “Los pavimentos del Convento de Jesús Crucificado, Córdoba”. García, Begoña; Pizarro, Guadalupe; Vargas, Sonia: “Evolución del trazado urbanístico de Córdoba en torno al Eje Tendillas-Mezquita. Hallazgo de una cisterna romana de abastecimiento de agua”. Castro, Elena; Cánovas, Álvaro: “La domus del Parque infantil de Tráfico (Córdoba)”.

Arqueología Medieval Pág. 143 / 182

Casal, M.ª Teresa; Martínez, Rafael; Araque, M.ª del Mar: “Estudio de los vertederos domésticos del arrabal de Šaqunda: Ganadería, alimentación y usos derivados” (750 - 818 d.C.) (Córdoba).

Pág. 183 / 230

Murillo, Juan F.; Ruiz, Dolores; Carmona, Silvia; León, Alberto; Rodríguez, M.ª Carmen; León, Enrique; Pizarro, Guadalupe: “Investigaciones Arqueológicas en la Muralla de la Huerta del Alcázar (Córdoba)”.

Pág. 231 / 246

Pizarro, Guadalupe: “El alcantarillado árabe de Córdoba II. Evidencia arqueológica del testimonio historiográfico”.

Pág. 247 / 274

Arnold, Felix: “El edificio singular del Vial Norte del Plan Parcial RENFE. Estudio arquitectónico”.

Pág. 275 / 288

León Pastor, Enrique; Dortez, Teresa; Salinas, Elena: “Las áreas industriales en los arrabales de al-Yanib al Garbi de Qurtuba. El alfar del Cortijo del Cura”.

Pág. 289 / 302

Salinas, Elena; Vargas, Sonia: “Un pozo tardoalmohade en el Hospital de Santa María de los Huérfanos de Córdoba”.

Pág. 303 / 326

Martagón, María: “Qurtuba y su territorio: una aproximación al entorno rural de la ciudad islámica”.

Pág. 327 / 342

Larrea Castillo, Isabel; Hiedra Rodríguez, Enrique: “La lápida hebrea de época emiral del Zumbacón. Apuntes sobre arqueología funeraria judía en Córdoba”.

Pág. 343 / 362

Cánovas, Álvaro; Salinas, Elena: “Excavaciones Arqueológicas en el entorno de la Iglesia de Santa Marina de Córdoba”.

Gerencia Municipal de Urbanismo

Área de Arqueología

anejos de anales de

arqueología

cordobesa

del Convenio de Colaboración entre el Área de Arqueología de la Universidad de Córdoba y el Ayuntamiento de la ciudad, que coordinan desde 2001 el

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Convenio GMU-UCO. Publicaciones y actividades 2008-2010.

Murillo (GMU), y sostiene el Grupo de Investigación del PAI HUM-236, dirigido también por D. Vaquerizo. AnAAC surge como instrumento para dar a conocer a la opinión pública, sometiéndolas de paso al juicio crítico de la comunidad científica internacional, las novedades que generan a diario nuestras intervenciones arqueológicas de carácter urbano o en el territorio, sin descartar colaboraciones de profesionales cordobeses o de otras procedencias que compartan el interés por la investigación arqueológica sobre Córdoba, entendida como ciudad histórica y yacimiento único.

Imagen de portada:

Publicaciones Pág. 365 / 382

Prof. Dr. Desiderio Vaquerizo (UCO) y el Dr. Juan Fco.

[ anejos de anales de arqueología cordobesa ]

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Anejos de Anales de Arqueología Cordobesa emana

[ 2009-2010 ]

ÍNDICE

Convenio de colaboración

UCO-GMU

Triclinio, zona media de la pared de la domus del parque infantil de tráfico de Córdoba, decoración figurada, sátiro (Fotog. Á. Cánovas, © Convenio GMU-UCO).

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