GARCÍA TEYSSANDIER, E., CABACO ENCINAS, B., 2009, Avance sobre el hallazgo de la necrópolis fenicia, Hoya de los Rastros, de Ayamonte (Huelva), XIII Jornadas de Historia de Ayamonte, Noviembre de 2008, pp. 201-214.

XIII JORNADAS DE HISTORIA DE AYAMONTE

DEPOSITO FUNERARIO DE LA NECRÓPOLIS FENICIA Actividad Arqueológica de Urgencia en el sector 12 “Nuevo Parque”, del término Municipal de Ayamonte. Elisabet García Teyssandier y Benjamín Cabaco Encinas

Ayuntamiento de Ayamonte Área de Cultura 2009

AVANCE SOBRE EL HALLAZGO DE LA NECRÓPOLIS FENICIA, HOYA DE LOS RASTROS DE AYAMONTE

ELISABET GARCÍA TEYYSANDIER BENJAMÍN CABACO ENCINAS ARQUEÓLOGOS

XIII JORNADAS DE HISTORIA DE AYAMONTE AYUNTAMIENTO DE AYAMONTE. ÁREA DE CULTURA AYAMONTE 2009

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XII Jornadas de Historia de Ayamonte Excma. Diputación Provincial de Huelva Ayuntamiento de Ayamonte. Área de Cultura Ayamonte. 2009: 201-214

AVANCE SOBRE EL HALLAZGO DE LA NECRÓPOLIS FENICIA, HOYA DE LOS RASTROS DE AYAMONTE ELISABET GARCÍA TEYSSANDIER

BENJAMÍN CABACO ENCINAS

Resumen: Con este trabajo pretendemos dar a conocer el hallazgo y documentación de una Necrópolis Fenicia en Ayamonte (Huelva). Ésta fue localizada a través de un hallazgo casual y de la notificación de presuntas actuaciones de expolio y destrucción de estructuras funerarias, que originó una Actividad Arqueológica de Urgencia desarrollada durante la primavera del pasado año 2008. En dicha intervención se excavaron, entre otros trabajos, cinco tumbas fenicias fechadas, a priori, entre los siglos VIII-VII a.C.

Abstract: With this work we try to announce the discovery and the documentation of a Phoenician Necropolis in the city of Ayamonte (Huelva). It was located through the fortuitous find and through the notification of supposed actions of pillage and destruction of funeral structures that originated the accomplishment of an Archaelogical Activity of Urgency that we develop during the spring of last year 2008. In the above mentioned intervention, among other works, five Phoenician tombs were excavated that we have framed, a priori, between the centuries VIII – VII B.C.

INTRODUCCIÓN La presencia de restos fenicios en Ayamonte era desconocida hasta la aparición de la Necrópolis que presentamos con este trabajo. Realizamos el hallazgo durante los trabajos de urbanización que se estaban llevando a cabo en un Plan Parcial, el Sector 12, “Nuevo Parque”, sin control arqueológico. Por los peligros de pérdida y destrucción a los que estaban expuestos dichos restos arqueológicos, se llevó a cabo una Actividad Arqueológica de Urgencia encaminada a paliar los efectos negativos de dichos trabajos de urbanización así como delimitar y caracterizar la necrópolis o conjunto de necrópolis que contuviese dicho Plan Parcial. A raíz de dicha Intervención Arqueológica, la administración competente ha podido establecer, además, una serie de medidas cautelares con el objetivo de proteger y salvaguardar este importante yacimiento arqueológico, en gran parte destruido.

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Este hallazgo es paradigmático si lo comparamos con los realizados hace 50 años en las costas del sureste peninsular. Recordamos unas palabras que pronunció el profesor Miguel Tarradell en el Symposium de Prehistoria Peninsular celebrado en el año 1959 y que fueron recogidas, posteriormente, por Manuel Pellicer Catalán en su monografía sobre la primera necrópolis fenicia descubierta y excavada en la Península Ibérica, la “Necrópolis Laurita”, en el Cerro de San Cristóbal, Almuñécar, Granada (Pellicer Catalán, 1962, 4): La valoración de las playas y terrenos adyacentes está cambiando el panorama de las costas soleadas de la España meridional. Son innumerables los lugares que hace pocos años eran perfectamente estudiables y que se están edificando a un ritmo vertiginoso que jamás se hubiera podido sospechar. Se pierden, pues, todos los días posibilidades arqueológicas y nuestra generación será responsable de no haber, dentro de nuestras medidas, hecho frente al problema; organizando excavaciones de urgencia en muchos lugares cuyas posibilidades son muchas y cuya exploración seremos probablemente los últimos arqueólogos que podrán realizar. Se trata de una tarea urgente, de una empresa general. Ayamonte es un claro ejemplo de lo que ya alertaba el profesor Tarradell en los años 60. Esta ciudad ha experimentado un gran desarrollo en los últimos 20 años, que se refleja en su expansión urbanística en relación a su entorno más inmediato. Debido a esto, la realización de obras de urbanización sin control arqueológico ha podido destruir parte del riquísimo patrimonio que contiene. Por ello consideramos prioritario la realización, igual que en otros municipios andaluces, de la Carta Arqueológica del Término Municipal de Ayamonte como única herramienta posible para la identificación, evaluación, diagnosis y normalización del Patrimonio Arqueológico existente y la vinculación de la protección y conservación de dicho patrimonio con el planeamiento territorial y urbanístico. Y como decía Jesús Altuna en relación a la preservación del patrimonio (MARIEZKURRENA Y BARRIO, 2005/2006, 469): He insistido en muchas ocasiones que se puede construir futuro sin destruir tanto pasado. El patrimonio no es nuestro sino de nuestros descendientes. Hemos de procurar que nada se pierda. Para que el futuro cobre sentido es necesaria la inspiración en el pasado. Renunciar a ello es pretender vivir en el vacío.

SITUACIÓN Y ENTORNO GEOGRÁFICO Ayamonte se encuentra situada en el suroeste peninsular, en el extremo más occidental de la provincia de Huelva y emplazada en la margen izquierda de la desembocadura del Río Guadiana, frente a la villa portuguesa de Castro Marín (Figura 1). Situada en el espacio de frontera entre la campiña y las marismas corresponde con la transición de los suelos carboníferos a los suelos cuaternarios. La reconstrucción paleogeográfica de la desembocadura del Guadiana nos muestra la conformación del territorio de Ayamonte hace tres mil años y su evolución, ejemplificada en la variación que la línea de costa ha sufrido desde el máximo transgresivo flandriense (6.500 B.P.) (Rodríguez, Cáceres y Rodríguez, 2000, 102).

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Figura 1. Situación de la necrópolis de La Hoya de los Rastros de Ayamonte (Huelva).

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Figura 2. Vista de la desembocadura del río Guadiana. Ubicación de la necrópolis en el casco urbano de Ayamonte (Fotografías de D. Lucio Madeira Alves).

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La actual Ayamonte se emplaza en la parte mas occidental de una antigua península que estaría enmarcada, al Norte, por el Estero de la Nao; al Oeste, por el río Guadiana; y al Sur, por la línea de costa del antiguo estuario que existiría en la desembocadura del Guadiana en el I milenio a.C. En este sentido, el antiguo director del museo de Huelva, Mariano del Amo, decía que su situación ofrece unas condiciones óptimas para el desarrollo de una población, similares a las que concurren en otras ciudades de la antigüedad y planteaba la hipótesis sobre la posible existencia un puerto marítimo-fluvial, generador de las más diversas actividades económicas y foco de relaciones comerciales y culturales en las rutas entre Oriente y Occidente (Del Amo, 2003, 7). El área donde se sitúa la Necrópolis Fenicia abarca los terrenos incluidos en el Plan Parcial, Sector 12, de la ciudad de Ayamonte. Con una superficie de 125.037,65 m2, está situado dentro del término municipal de Ayamonte, junto al actual cementerio. La las tumbas que se han excavado se encontraban en los terrenos de una antigua finca llamada La Hoya de los Rastros, entre el cerro de la Era de los Enamorados (+40 m.), y el de San Roque (+30 m.). Esta zona se encuentra separada del cerro donde se sitúa el actual Barrio de la Villa –el casco antiguo de la ciudad- por un paleocauce que discurre desde el noroeste del Sector 12 hasta el actual astillero de la ciudad (Figura 2). Este Plan Parcial, no contaba con ninguna figura de protección patrimonial por parte ni de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ni del Ayuntamiento de Ayamonte a través de su Catalogo de Bienes Protegidos ya que no existían evidencias sobre la existencia de restos arqueológicos en el mismo. Por este motivo no se aplicó ningún tipo de cautela arqueológica a los trabajos de urbanización que se estaban llevando a cabo en dicho sector 12.

ANTECEDENTES HISTORIOGRÁFICOS Y ARQUEOLÓGICOS Son escasas las informaciones existentes sobre el periodo protohistórico en la zona; ni los escritores clásicos, ni los historiadores y eruditos que desde el siglo XVI han escrito sobre Ayamonte aportaban datos concluyentes sobre la existencia de un poblamiento fenicio. Aunque hay una referencia que después del descubrimiento realizado toma un sentido muy interesante que debemos recordar. La cita es de Rodrigo Caro que en el siglo XVII, escribía que los moradores de Ayamonte me certificaron, que en una isleta, que hace la entrada del rio en el Occéano, se hallavan muchos rastros de antigua poblacion, a la qual los antiguos llamaban Tyro, y que desto se vian alli piedras escritas (Caro, 1634, 202). Por las indicaciones geográficas, dichos restos deben corresponderse con los restos romanos de Punta del Moral pero, aún así, no deja de sorprender que los habitantes del siglo XVII lo denominasen Tyro, lo que podría reflejar reminiscencias sobre un pasado tirio, es decir, sobre la presencia de colonos orientales en la zona. Igualmente debemos mencionar el libro sobre Geografía e Historia de Ayamonte de la profesora María Luisa Díaz Santos, en el que nos habla de la existencia de una supuesta presencia fenicia más o menos mítica. A pesar de no poder ser considerado como trabajo científico, nos sirve para conocer algunas de las creencias populares sobre los orígenes de Aya-

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monte, por ejemplo, comenta que son muchos los que creen que es desde aquí cuando empieza la historia de Ayamonte, olvidando toda la historia anterior; y hasta hay quien dice que Ayamonte es de origen fenicio (Díaz Santos, 1990, 56). El dato resulta llamativo por cuanto se constata que la leyenda existe desde mucho antes de que se detectara arqueológicamente la presencia de los fenicios en la zona. En cuanto a las evidencias arqueológicas existentes sobre la presencia fenicia en Ayamonte, hasta el año 2004, no se habían documentado ni hábitats ni elementos materiales significativos del I Milenio a.C. en la margen izquierda de la desembocadura del Guadiana, tan sólo algunos escasos fragmentos cerámicos a mano y a torno de adscripción protohistórica en el entorno más inmediato del Parador de Ayamonte (Gómez, Castiñeira, Campos, Borja, García, 1993, 244). En relación a esto se ha dicho que si debajo de la población actual de Ayamonte hubo una anterior de tipo tartésico y orientalizante, los datos conocidos actualmente no dan pie a considerar la existencia de un hábitat anterior a la Era cristiana de cierta importancia, que al menos, nunca tuvo repercusión a nivel de fuentes históricas ni otro tipo de transmisión posterior” (Castaño, Hernández, Gómez, Sánchez, 2002, 16). Por el contrario, se había documentado un importante asentamiento protohistórico en la margen derecha del Guadiana, frente a Ayamonte, en la actual Castro Marim, así como en otros puntos de dicha margen del río. De este modo, los investigadores pensaron que los asentamientos de este periodo se producirían en la margen derecha del Guadiana ya “que ofrecería mayores posibilidades de aprovechamiento del territorio y que serviría de interconexión con el actual territorio español cruzando el río” (Castaño, Hernández, Gómez, Sánchez, 2002, 17). Fue en el año 2004 cuando se realizaron dos intervenciones arqueológicas en Ayamonte. Una de ellas se realizó en el entorno del actual Parador Nacional, zona conocida como La Rodadera, con motivo de la realización de un Plan Parcial. En dicha actividad arqueológica se recogió material cerámico antiguo, medieval, moderno y contemporáneo en posición secundaria, resultado de actividades contemporáneas y que procederían de las zonas altas donde se encontraba ubicado el antiguo castillo de Ayamonte. (Muñoz Mateos, 2004, e.p.) Ese mismo año, se pudieron documentar, durante una Actividad Arqueológica que se realizó en uno de los promontorios del actual barrio de la Villa, el Cerro de las Flores, algunos fragmentos cerámicos de arrastre, fechados entre los siglos VII y VI a.C. Como decía el Director de la Actividad, Jesús de Haro, hasta el momento, las evidencias de este poblamiento protohistórico sólo se habían documentado, por materiales igualmente de arrastre, en el entorno del cerro en el que se ubicó el castillo de Ayamonte, ubicado al norte del referido en esta actuación, lo que evidencia que toda esta margen del río Guadiana, en torno al actual casco urbano de Ayamonte, manifestó un hábitat relativo a los siglos VII-VI a.C.” (De Haro, 2008, 1683-1695). La escasa información existente sobre el periodo protohistórico se resume, por tanto, a escasos fragmentos cerámicos recogidos tanto en el entorno del Parador de Ayamonte como en el Cerro de las Flores del barrio de la Villa, ambos en el promontorio situado junto al río. En ningún momento se hacía referencia a restos fenicios propiamente dichos ni a la zona donde se ha hallado esta Necrópolis, lo que supone la primera evidencia material fehaciente sobre la presencia fenicia en Ayamonte.

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HALLAZGO Y DOCUMENTACIÓN DE LA NECRÓPOLIS FENICIA DE LA HOYA DE LOS RASTROS La documentación de parte de esta Necrópolis Fenicia que damos a conocer a través de este trabajo, pudo llevarse a cabo gracias al hallazgo casual de un depósito funerario fenicio (Figura 3) y a la notificación, que realizamos ante la Delegación Provincial de Cultura en Huelva, de presuntas actuaciones de expolio y destrucción de otros restos arqueológicos durante la ejecución de unos trabajos de urbanización que se venían desarrollando en el Plan Parcial, Sector 12, de Ayamonte, que no contaba con ningún tipo de cautela arqueológica en el momento en el que se tramitó dicho proyecto de urbanización.

Figura 3. Deposito funerario seccionado por una maquina hallado de forma casual. (Fotografía de B. Cabaco Encinas)

Ante el riesgo de pérdida y destrucción de restos arqueológicos, la Delegación Provincial de Cultura exige la realización de una Actividad Arqueológica con carácter de urgencia en los terrenos incluidos en el Plan Parcial, Sector 12, de Ayamonte, actividad que se nos adjudicó como trabajadores autónomos y que realizamos entre los meses de marzo y julio de 2008. Así mismo cursó denuncia ante el SEPRONA quienes iniciaron una investigación al respecto, recuperando información y algunos materiales arqueológicos. Esta Intervención se ha realizado teniendo en cuenta los siguientes objetivos: por un lado, anular el impacto de la obra sobre los bienes arqueológicos que pudiera contener este plan parcial y, por otro, delimitar y caracterizar la necrópolis o conjunto de necrópolis de época protohistórica existente en este Plan Parcial. Los trabajos arqueológicos consistieron en: el control arqueológico de los movimientos de tierra que quedaban por realizar ya que el resto de la urbanización del Plan Parcial se encontraba concluido; la prospección intensiva del Sector 12; la limpieza de determinados perfiles estratigráficos en el área donde se habían producido las actuaciones de clandestinos; la apertura de dos áreas de excavación donde se delimitaron y catalogaron todas las estructuras arqueológicas existentes; y, finalmente, la excavación de cinco de las tumbas fenicias localizadas y otras estructuras de menor entidad patrimonial.

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Figura 4. Estructuras arqueológicas en el área de excavación B. (Fotografía de B. Cabaco Encinas y E. García Teyssandier)

De manera preliminar, pueden aportarse una serie de datos para la delimitación y caracterización de esta necrópolis fenicia documentada en el Sector 12 del Plan Parcial de Ayamonte (Figura 4). Delimitación espacial de la necrópolis La prospección arqueológica, encaminada a la delimitación espacial de la necrópolis o conjunto de necrópolis existente en el Sector 12, ha estado condicionada por la situación en la que se encontraban los terrenos de dicho Plan Parcial en el momento en el que se inició la Actividad Arqueológica. La urbanización estaba prácticamente concluida por lo que para la realización de los viales se habían realizado trabajos de desmonte en algunas zonas utilizando el material extraído para el relleno de otras; también se habían creado grandes escombreras en distintos puntos que, junto con la abundante vegetación existente en las áreas intactas, imposibilitaba la correcta visualización de las superficies prospectadas. Por tanto y teniendo en cuenta que tan sólo se ha podido sondear una mínima parte de la superficie del Sector 12, la delimitación espacial que proponemos para la Necrópolis debe ser considerada provisional hasta que pueda intervenirse arqueológicamente en todas las parcelas que la componen. Así, hemos establecido provisionalmente dos áreas de enterramientos en función de los datos arqueológicos con los que contamos. La primera de ellas comprende, al menos, tres de las parcelas intervenidas arqueológicamente, situadas en los terrenos de una antigua finca llamada Hoya de los Rastros. Esta zona se encuentra en la ladera que queda entre el Cerro de San Roque -donde se sitúa el actual cementerio- y el Cerro de la Era de los Enamorados en su vertiente suroccidental. En estas parcelas se han abierto dos áreas de excavación y se han limpiado una serie de perfiles estratigráficos dejados por la excavación del terreno para la construcción de los viales. En esta área se han podido documentar 32 estructuras funerarias y otras 8 de dudosa adscripción al momento de ocupación protohistórica, lo que supondría una alta densidad de tumbas en la zona. El otro área de enterramiento en la que no se ha intervenido arqueológicamente, se situaría en torno al hallazgo casual que realizamos de un depósito funerario compuesto por una ur-

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na cruz del negro con restos óseos en su interior y un jarro de boca de seta de engobe rojo (Figura 2.2), a unos 400 m. al Norte de la anterior, en la ladera nororiental del Cerro de la Era de los Enamorados. Como en esta zona no se han realizado trabajos de excavación arqueológica, habrá que esperar a la realización de los estudios arqueológicos de dichas parcelas para conocer su extensión y la relación existente entre ambas (Figura 5 y 6).

Figura 5. Fragmentos de un Jarro de Boca de Seta correspondiente al depósito funerario. (Fotografía de. Cabaco Encinas y E. García)

Figura 6. Fragmentos de una Urna “Cruz del Negro” correspondiente al deposito funerario. (Fotografía de B. Cabaco Encinas y E. García Teyssandier)

Caracterización de la necrópolis A través de los trabajos arqueológicos realizados durante esta AAU se ha puesto de manifiesto la existencia en los terrenos que comprenden el sector 12 de Ayamonte de una necrópolis arcaica fenicia fechada, grosso modo, entre los siglo VIII a.C. y VII a.C., a la espera de la finalización del estudio de materiales. Las estructuras funerarias se encuentran bajo un nivel de cobertura vegetal de unos 20 cm. de potencia aproximadamente y han sido excavadas directamente en el terreno calcáreo y en los depósitos de lutita que éste contiene. En cuanto a las estructuras funerarias no afectadas por los movimientos de tierra de desmonte realizados durante los trabajos de urbanización del Sector 12, previos al inicio de la AAU, podemos decir que su registro estratigráfico y material tan sólo ha sido alterado por otras estructuras de menor entidad patrimonial como alcorques probablemente modernocontemporáneas y zanjas de distinta morfología de las que no se ha podido confirmar su cronología. Como ya hemos comentado, en el primer área de enterramiento se documentaron 32 estructuras funerarias pertenecientes a la necrópolis fenicia y otras 8 de dudosa adscripción al momento de ocupación protohistórica. En cuanto a la tipología de las tumbas excavadas, se han documentado 1 tumba en hoyo con urna cineraria y 4 tumbas en pozo (Figura 7). El rito funerario empleado en todas las tumbas excavadas ha sido el de incineración. El material cerámico recuperado en estas tumbas está compuesto por ánforas, urnas tipo cruz del negro, jarros de boca trilobulada y de boca de seta de engobe rojo, platos, cuencos, una olla y un ungüentario.

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Figura 7. Particular de una tumba en pozo. (Fotografía de B. Cabaco Encinas y E. García Teyssandier)

Igualmente, se ha registrado superficialmente, sin haber sido excavadas debido al carácter de urgencia de la intervención arqueológica que hemos desarrollado, un posible ustrinum o crematorio colectivo en uno de los perfiles estratigráficos (Figura 8) y estructuras que podrían corresponderse con tumbas en fosa y tumbas en hoyo sin urna (bustum); por último, tenemos constancia tanto por informaciones orales como por las investigaciones llevadas a cabo por el SEPRONA, de la destrucción y el expolio de una tumba de inhumación.

Figura 8. Posible ustrinum. (Fotografía de B. Cabaco Encinas y E. García Teyssandier)

PRIMERAS HIPÓTESIS SOBRE LA PRESENCIA FENICIA DE AYAMONTE La presencia de esta necrópolis fenicia arcaica, que hemos llamado La Hoya de los Rastros y que hemos fechado, grosso modo, entre los siglos VIII-VII a.C., puede considerarse una de las necrópolis fenicias más occidentales conocidas hasta el momento en la Península Ibérica. Este descubrimiento abre un nuevo horizonte para la investigación de la presencia fenicia en occidente, en general, y del suroeste peninsular, en particular. Además nos ha obligado a revisar las evidencias arqueológicas recogidas hasta el momento en Ayamonte, cobrando un nuevo y revitalizado significado.

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Los fragmentos cerámicos protohistóricos recuperados, tanto en el Cerro de las Flores, situado en el actual barrio de la Villa de Ayamonte como en el entorno del Parador Nacional, al Norte del mismo, nos hacen pensar que el hábitat fenicio asociado a esta necrópolis o conjunto de necrópolis debe situarse en el actual barrio de la Villa, casco antiguo de Ayamonte, y en el cerro del Castillo, donde se encuentra el actual Parador Nacional, coronando dicho promontorio. Además, vecinos de Ayamonte aseguran haber visto estructuras murárias y otros materiales arqueológicos durante obras de construcción en distintos puntos del barrio de la Villa que podrían pertenecer a dicho hábitat. Los colonos fenicios establecían sus asentamientos preferentemente en islas, penínsulas y promontorios rocosos. Todos ellos presentaban unas características comunes como era la preferencia por los lugares en altura e islas, siempre cerca de un cauce fluvial, lo que los convertía en emplazamientos idóneos desde un punto de vista marítimo, al disponer de excelentes puntos de embarque, y la existencia de una relación entre los asentamientos y sus necrópolis, de forma que las segundas se situaban en la orilla opuesta del hábitat (Martín, 1995, 29). Como explica Manuel Pellicer, las necrópolis fenicias de la Península Ibérica suelen emplazarse en colina, a una distancia entre 300 y 800 metros del poblado correspondiente, situado en estuario o desembocadura de río y en su margen opuesta (Pellicer, 2004, 14). De esta forma, el hábitat, situado a lo largo del barrio de la Villa y la zona alta del cerro del antiguo castillo, se encontraría a una distancia 500 metros de la necrópolis y los separaría un cauce de agua, que en la actualidad corresponde con un acuífero superficial, que desemboca en el Guadiana cerca del actual astillero de la ciudad. La Ayamonte fenicia se presenta como el típico patrón de asentamiento fenicio arcaico. Por último, no es descartable que en una de las antiguas isla-barrera, de la desembocadura del Guadiana en su sector sureste, pudiera haberse ubicado una isla-faro, que sirviera como punto de referencia a los navegantes y donde poder haber consagrado un santuario, preocupación constante por parte de los primeros colonos llegados a occidente con el fin de legitimizar la fundación (Aubet, 1997, 142). En relación a esto, tenemos constancia de un hallazgo casual hace algunos años de una estatuilla de bronce en la antigua isla del Pinillo que pudiera significar algo al respecto. Recordemos la cita de Rodrigo Caro sobre la denominación de Tyro a una isla situada frente a Ayamonte por sus vecinos en el S. XVII. Si se corroboraran estos planteamientos, a través de las investigaciones que estamos llevando a cabo y de futuras intervenciones arqueológicas que se realicen en Ayamonte, confirmaríamos la existencia del asentamiento fenicio arcaico que constituiría un excelente puerto marítimo-fluvial de redistribución comercial, que conectaría las poblaciones del interior con las principales rutas marítimas del momento. BIBLIOGRAFÍA AUBET, M.E. (1997), Tiro y las colonias fenicias de occidente, Barcelona. CARO, R. (1634), Antigüedades y Principado de la Ilustrísima Ciudad de Sevilla, Y Chorografhia de su convento jurídico, Sevilla.

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