FUNDAMENTOS DE PSICOLOGÍA COGNITIVA TOMA DE DECISIONES

FUNDAMENTOS DE PSICOLOGÍA COGNITIVA


Aula N°306
Turno Mañana





TRABAJO PRÁCTICO

TOMA DE DECISIONES









Integrantes

Agustín Rosendo
Diego Calvo
Mateo Monserrat


INDICE


Introducción ……….…………………………………………………………………… 3


El papel que juega la Emoción
en la toma de decisiones………………………………………………………….. 4


Influencia del Estado de Ánimo
en la toma de decisiones …………………………………………………………. 4


El cerebro ………………………………………………………………………………… 5


Conciencia & Libre albedrío ……………………………………………………… 6


Decisiones de la vida cotidiana …………………………………………….…… 7


Funciones ejecutivas
en la toma de decisiones …………………………………………………….……. 7

Toma de decisiones frente
a situaciones complejas ……………………………………………………………. 8


Bibliografía ……………………………….……………………………………………… 9


Apéndice - Guía de preguntas (auto-evaluación)………………..…… 10


Introducción


Una decisión, es una elección entre diversas posibilidades. Implica
evaluar las líneas de acción disponibles y determinar qué acción se llevará
a cabo, y cual no. Una decisión, se presenta al momento que una persona con
una necesidad insatisfecha deba realizar una acción determinada para
satisfacerla, para que luego del accionar, alcance a reducir el nivel de
incertidumbre ocasionado por la situación desencadenada debido a aquella
necesidad preponderante ¿y por qué hablamos de incertidumbre? Porque al
momento de tomar una decisión, rara vez se dispone de toda la información
pertinente.
Existen situaciones que brindan un diverso grado de dificultad para la
toma de decisión, donde muchas decisiones resultan mucho más difíciles que
otras, pero para todas ellas, existen dos factores decisivos que hacen
prevalecer la subjetividad del proceso de toma de decisiones, en primer
lugar, hablamos del 'valor que tiene para nosotros cada opción' y en
segundo término, del 'resultado probable'.














El papel que juega la Emoción en la toma de decisiones

Muchas teorías asumen que las decisiones derivan de la evaluación de
diferentes alternativas frente a potenciales resultados, con un análisis
del tipo costo-beneficio. La evidencia científica más reciente indica que
decidimos básicamente con las Emociones; y que la toma de decisiones, es un
proceso que depende de áreas cerebrales involucradas precisamente en el
control de las emociones.
La emoción, suele describirse como la serie de reacciones relativamente
breves y sincronizadas (incluyendo la expresión facial, las respuestas
corporales y la evaluación subjetiva) que ocurren en respuesta a un suceso
significativo, interno o externo. El término emoción, hace referencia a una
serie de reacciones de duración limitada ante los acontecimientos, tales
como sentir alegría, miedo, ira, repugnancia sorpresa, o tristeza
(emociones básicas) en respuesta al conocimiento de una determinada
noticia.
En términos de actividad cerebral, se ha comprobado mediante diferentes
evaluaciones, que la emoción refleja su acción mediante distintas vías
neuronales.
Las emociones juegan un papel central durante el proceso de evaluación
de la toma de decisiones, pues se evalúa cuanto se quiere que ocurra o no
una consecuencia determinada.
Las emociones son el elemento dominante en nuestra evaluación, sobre
todo cuando consideramos consecuencias más importantes a nuestros intereses
afectivos, tales como las resultantes de nuestras interacciones sociales,
resultados que incluyen placeres viscerales o dolores, o que son
significativos para nuestra propia estima; incluso para consecuencias ´más
frías', como el manejo del dinero, las evaluaciones conllevan un componente
emocional significativo.


Influencia del Estado de Ánimo en la toma de decisiones

Los estados de ánimo son en general, estados afectivos más estables
duraderos y difusos que la emoción, de poca intensidad, y no
necesariamente ligados a un acontecimiento u objeto específico, y en
general, sin causa manifiesta.
La toma de decisiones es un mecanismo cognitivo complejo, y un déficit
en esta función puede manifestarse de distintas maneras. El influjo del
estado de ánimo es determinante, en personas con patología
neuropsiquiátrica, puede observarse que existen patrones deficientes, en la
toma de decisiones coherentes con las manifestaciones clínicas y
neuropsicológicas de la enfermedad. Por ejemplo, en experimentos relativos
a situaciones típicas de juego, pudo observarse que pacientes depresivos se
toman mucho más tiempo para realizar apuestas, que el que se toman
obsesivos y maníacos, quienes prefieren la recompensa inmediata y se
precipitan al juego sin intentar al menos desarrollar una buena estrategia.



El cerebro

Decidimos permanentemente, y dada la velocidad de los eventos que nos
suceden se aprecia que no existe tiempo factible para racionalizar los pros
y contra de cada decisión que tomamos, por lo cual, las decisiones dependen
-y en función de la disponibilidad del tiempo con que se cuente- de qué
región cerebral emerge victoriosa de una batalla que se libra entre los
centros racionales y los emocionales.
Las neurociencias sugieren que el razonamiento, guiado por las
emociones, facilita el proceso de toma de decisiones. Investigaciones
neurocientíficas del área orbitofrontalFig1 del cerebro humano –área
íntimamente relacionada con las estructuras emocionales- resulta crítica
para el proceso de toma de decisiones. Asimismo, se descubrió mediante
estudios de neuroimágenes, que la corteza prefrontal dorsolateralFig1 y la
dorsomedialFig2 también resultan críticas para el proceso de toma de
decisiones-estas áreas son de mayor índole cognitiva que emocional, pues
también se encuentran involucradas en el procesamiento de la memoria
operativa, la planificación y la atención-. Es decir, la una y las otras,
interactúan en el proceso normal de toma de decisiones.
El ser humano está provisto de experiencia, intuición, aprendizaje y
emoción, por lo cual integra toda la información que percibe en un contexto
que cambia de modo rápido y permanente. Se ha determinado que la corteza
frontal cerebral –independientemente de la participación de otras áreas
cerebrales- desempeña un papel clave en la toma de decisiones y en la
integración de ese contexto.
Mediante el estudio de lesiones se ha descubierto y determinado que en
el lóbulo frontalFig3 radica nuestra propia personalidad, y es esta región
cerebral la más importante al momento de recuperar información almacenada
en otras regiones del cerebro para entonces facilitar la ejecución de
diferentes funciones intelectuales –como ser, la combinación de diferentes
recuerdos de infinitas maneras- activando entre otros procesos, el de la
Toma de Decisión. En consecuencia, un daño en el lóbulo frontal, además de
despojarnos de nuestra propia personalidad, de nuestra subjetividad, la que
involucra nuestros valores, la que manifiesta singularmente nuestras
emociones, también nos privaría de atender la toma de decisiones más
complejas, para la cual deberíamos acudir a diversos recuerdos alojados en
otras áreas cerebrales y entonces activar los procesos racionales. En
síntesis, la afección del lóbulo frontal interviene directamente en la toma
de decisión de cualquier grado de complejidad.






Conciencia & Libre albedrío

¿Poseemos libre albedrío? Para un análisis sobre esta pregunta, se
requiere tomar en cuenta el proceso de Toma de Decisiones, puesto que éste,
en la mayoría de los casos se encuentra influenciado por procesos
implícitos que en general no alcanzan la conciencia. Por ejemplo, en el
supuesto caso de un sujeto adicto a las drogas, puede apreciarse como
aflora la miopía del futuro que opera sobre su proceso de toma de
decisiones, siendo que en el adicto, prima la recompensa inmediata a pesar
de su conocimiento consciente acerca de que dicho accionar repercuta
negativamente en el largo plazo; pues el adicto, Incluso comprendiendo con
certeza que el consumo intenso de drogas le traerá problemas sociales,
económicos y familiares, no puede resistir la tentación frente a esa
recompensa inmediata que proporcionan las sustancias. Esto no se explica
por dificultad en la racionalidad, sino, por una disfunción emocional que
impacta desventajosamente sobre la toma de decisiones.




Decisiones de la vida cotidiana

En comparación con ciertas decisiones de carácter abstracto, las
decisiones a tomar en la vida cotidiana parecen fáciles y sencillas. Sin
embargo, tanto las simples (como elegir qué desayunar) como las más
complejas (compartir o no, la vida con una pareja) implican un alto grado
de incertidumbre y requieren de un vasto aprendizaje de hábitos sociales
muy sofisticados. Luego, al momento de decidir, por un lado hacemos uso del
sentido común (conjunto de aprendizajes sociales que nos indican cómo
comportarnos en determinadas situaciones), por el otro, al tomar
decisiones, nos guiamos por claves emocionales que nos orientan, y muchas
veces, de modo totalmente inconsciente. Finalmente, si no utilizáramos la
información emocional (que reviste de relevancia a una decisión) y el
sentido común (que ayuda a elegir acorde al contexto) la cantidad de
información que nuestro cerebro debería evaluar resultaría excesivamente
trabajosa y lenta, por lo tanto, inadecuada para nuestro típico contexto de
cambio rápido y permanente. Por ello el cerebro utiliza 'atajos' en la toma
de decisiones, a fin de poder elegir adaptativamente la información
relevante del conjunto de datos masivos que se nos presenta en una
situación.




Funciones ejecutivas en la toma de decisiones

Las Funciones ejecutivas son los procesos que se generan en pos de la
creación de planes de acción para alcanzar metas y que se encuentran
direccionados por la actividad del lóbulo frontal. Estas funciones
ejecutivas, son las encargadas de coordinar capacidades cognitivas,
emociones y regular las respuestas conductuales que emergen frente a
diferentes demandas ambientales.
Las funciones ejecutivas son habilidades que pueden dividirse en dos
grupos, el de Habilidades Metacognitivas, que incluyen resolución de
problemas, pensamiento abstracto, memoria de trabajo, planificación,
estrategia e implementación de acciones; y el grupo conformado por las
Habilidades Emocionales que son las responsables de coordinar la cognición
y la emoción, es decir, de encontrar estrategias aceptables para los
impulsos, por ejemplo: la inhibición de aquellas emociones básicas -Proceso
que falla en sujetos con lesiones del lóbulo frontal-.
En síntesis, como dijimos anteriormente, gran parte de nuestras
decisiones se encuentran guiadas por nuestros estados afectivos –regulados
éstos, en parte, por el lóbulo frontal- y por procesos implícitos que no
siempre alcanzan la conciencia. Durante su evolución, el cerebro humano ha
desarrollado un proceso de toma de decisiones en el que se involucran
simultáneamente áreas ligadas a lo lógico, lo computacional, pero también a
lo emocional. Durante una toma de decisión, el ´punto de vista emocional'
opera desde las sombras, y con mucha mayor fuerza en el caso en que se
jueguen valores que nos lleven a una situación de poder, de sumisión, de
beneficios personales o de situaciones de fuerte implicancia personal. El
énfasis en el control del comportamiento, el anticiparse a las
consecuencias de una conducta y otras habilidades semejantes, han
contribuido a la falsa idea de que nos regimos sólo por la racionalidad.


Toma de decisiones frente a situaciones complejas

Cuando determinadas situaciones se vuelven más inciertas o ambiguas, o
sea, cuando aumenta la complejidad de las mismas, las personas se basan
fuertemente en los procesos heurísticos que simplifican el proceso de
decisión. Pero aparenta existir un buen equilibrio entre la importancia de
una decisión y la cantidad de esfuerzo cognitivo que se emplea para
tomarla, de ese modo, las decisiones importantes se acercan más a las
estrategias racionales.
Algunos elementos heurísticos dependen de un aprendizaje previo
extensivo debido a que requieren conocer qué señales predicen mejor los
acontecimientos que se están considerando. La evaluación está influida
habitualmente por experiencias previas con consecuencias similares, las
cuales también dependen del aprendizaje y de la memoria, para alcanzar la
información relativa a esos resultados.
En estudios de laboratorio realizados a pacientes con daño cerebral
sobre las elecciones tomadas frente a tareas emocionalmente complejas,
éstos parecen incapaces de conectar alarmas emocionales con las situaciones
en las que eligen, y eligen pues, de un modo imprudente; mientras que
sujetos de referencia parecen confiar en respuestas rápidas, condicionadas
emocionalmente para realizar mejores elecciones.
Este último resultado ha sido especialmente influyente y controvertido
dado que sugiere un tipo de valor positivo de la emoción en la toma de
decisiones.








Fig1 Fig2 Fig3
















BIBLIOGRAFÍA


Manes Facundo & Mateo Niro: USAR EL CEREBRO. Buenos Aires, PLANETA 2014
(ISBN 978-950-49-3692-3)


Edward E. Smith & Stephen M. Kosslyn: PROCESOS COGNITIVOS: Modelos y bases
neurales. Madrid, Pearson Educación S.A. 2008 (ISBN 978-84-8322-396-3)


Richard E. Mayer: El futuro de la Psicología Cognitiva. Madrid, Alianza
Editorial 1991 (ISBN 84-206-6507-X)






APENDICE 1
GUÍA DE PREGUNTAS – AUTOEVALUACIÓN

1- ¿Qué es una decisión?

2- Defina Emoción

3- ¿Cómo interviene la Emoción en la toma de decisiones?

4- ¿Qué son los estados de ánimo?

5- ¿Cómo influye el estado de ánimo en el proceso de toma de decisión?

6- ¿Qué partes del cerebro interactúan en la toma de decisiones?

7- ¿Qué tipo de estructuras psíquicas dominan cada una de las áreas

8- ¿Cómo se relaciona la toma de decisión con el contexto circundante?

9- Indique por qué el accionar del Lóbulo frontal es imprescindible en la
toma de decisiones

10- ¿Cómo influye una lesión en el lóbulo frontal en la toma de decisiones
más complejas?

11- El ser humano ¿dispone de Libre albedrío? Justifique

12- ¿Qué factores intervienen durante la toma de decisión en la vida
cotidiana?

13- ¿Cómo administra el cerebro la frondosa información disponible en la
vida cotidiana para tomar decisión?

14- ¿Qué son, y qué direcciona a las Funciones Ejecutivas durante la toma
de decisiones?

15- ¿Cómo se clasifican las Funciones Ejecutivas?

16- ¿Sobre qué estructuras cognitivas operan las áreas cerebrales
influyentes en la toma de decisiones?

17- ¿Hasta qué punto las emociones determinan un comportamiento?

18- ¿Cómo toma una decisión compleja una persona; de qué recursos dispone?