Fuerte rechazo al acuerdo por las esclavas sexuales surcoreanas de la armada imperial de Japón

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http://www.panorama-nacional.com.ar/es/articulo/37400/Fuerte-rechazo-al-acuerdopor-las-esclavas-sexuales-surcoreanas-de-la-armada-imperial-de-Japon Diario Panorama Naciona, Argentina 03-01-2016

Fuerte rechazo al acuerdo por las esclavas sexuales surcoreanas de la armada imperial de Japón Pese al optimismo expresado en la prensa mundial, varias ONG se oponen al acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Seúl y Tokio. La investigadora de Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador, María Pilar Álvarez, analiza el caso. Por María Pilar Álvarez *

El lunes 28 de diciembre gran parte de la prensa internacional se mostró optimista frente al acuerdo para resolver el conflicto de las ex esclavas sexuales de la armada imperial japonesa alcanzado entre los ministros de relaciones exteriores de Corea del Sur y Japón. Tras 12 rondas de negociaciones, el gobierno del primer ministro Shinzo Abe y la presidenta Park Geun Hye convinieron la creación de una fundación en Corea del Sur con fondos del gobierno de Japón (unos 8,3 millones de dólares) destinada a compensar a las supervivientes. Asimismo, Japón asume la responsabilidad en el establecimiento y funcionamiento de la red de esclavitud sexual militar y Shinzo Abe, como representante del gobierno japonés, pide perdón por lo ocurrido. Sin embargo, a pocas horas de darse a conocer la noticia, distintas voces discordantes manifestaron el rotundo rechazo al acuerdo. La ONG surcoreana más importante a favor de estas mujeres, el Consejo coreano por las mujeres raptadas por Japón como esclavas sexuales de los militares, publicó una declaración oficial explicando su disconformidad. A 70 años de finalizada la guerra del Pacífico, el Consejo repudia el acuerdo por haber sido firmado sin consultar a las víctimas ni haber tenido en cuenta las reivindicaciones de los ONGs y fundaciones que apoyan la lucha de las supervivientes. Éste, que no especifica la aplicación de políticas de memoria, solicita la remoción del Monumento de la Paz que se encuentra frente a la Embajada de Japón en Seúl en conmemoración a las marchas que se realizan los miércoles. Omisiones y provocaciones que se refuerzan con la cláusula en la que Corea se compromete a dar por cerrado el tema. El líder de la oposición coreana, Moon Jae In, agregó que el acuerdo no fue aprobado por la Asamblea Nacional. Por su parte, Choug Byung Guk, del partido de gobierno (Saenuri), declaró que el mismo no refleja la voluntad de estas mujeres.

Esta medida no es el primer intento bilateral tendiente a resolver la controversia. En el marco del Tratado de Restablecimiento de Relaciones Diplomáticas de 1965, Japón otorgó una compensación en concepto de reparaciones para las víctimas de la guerra (sin mencionar específicamente el caso de las esclavas sexuales) a cambio se anulaba el derecho de los ciudadanos surcoreanos a demandar al país vecino. El dinero nunca se entregó a los beneficiarios. Fue utilizado por el gobierno autoritario del padre de la

actual presidenta de Corea, Park Chung Hee, para desplegar sus planes de desarrollo de la industria pesada (Pohang Steel). Otros intentos llegaron con la instauración de la democracia surcoreana. En 1991, la primera demanda judicial presentada en los Tribunales de Tokio por una víctima surcoreana, Kim Hak Sun, conmocionó a la región. Si bien fue desestimada, en enero de 1992, el por entonces primer ministro de Japón, Miyazawa Kiichi, pidió disculpas y sugirió la necesidad de tomar medidas al respecto. Tres años después, bajo el gobierno de Murayama, se creó una fundación civil, el Fondo de Mujeres Asiáticas, destinado a compensar a las sobrevivientes, enviarles una carta de perdón y apoyar actividades en la lucha contra la violencia sexual de las mujeres. Aunque algunas mujeres aceptaron el subsidio, las ONGs más destacadas repudiaron la propuesta por considerarla insuficiente. En el 2007, a pedido de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Shinzo Abe efectuó una disculpa pública que también fue ampliamente impugnada por víctimas y movimientos sociales. El problema central en el bloqueo en las negociaciones es la falta de coherencia de las disculpas oficiales. Para resolver el conflicto, Japón debe estar dispuesto a pagar no sólo un costo material por su arrepentimiento sino también el costo político de encarar un profundo proceso de rectificación histórica. El caso de las esclavas sexuales no constituye un reclamo aislado. Por el contrario, su resolución depende de otras polémicas relacionadas con el pasado agresor de Japón en la región. Mientras los funcionarios japoneses continúen visitando el Santuario Yasukuni y no se modifiquen los libros de texto aprobados por el Ministerio de Educación de Japón que omiten las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la época imperialista, la credibilidad del “perdón” seguirá siendo cuestionada. El Acuerdo lejos de poner fin a las exigencias de verdad y justicia por parte de las víctimas, sugiere el comienzo de una nueva batalla: “No estamos luchando por dinero. (…) Si van a pedir disculpas, que lo hagan correctamente. Y si el gobierno de Corea quiere resolver el tema, que lo haga correctamente. Si hacen esto por la paz, entonces espero que lo hagan de manera correcta en vez de herir nuestros sentimientos” (extraído de la declaración de Kim Dong Bok, víctima surcoreana, publicada por el Consejo Coreano). * Investigadora docente del área de estudios del Este de Asia del Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales (IDICSO-CONICET) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador (USAL). Vivió seis años en Corea del Sur donde realizó sus estudios de maestría en la Universidad Yonsei. Ha publicado recientemente el libro “Memoria Histórica y Poscolonialismo en Corea del Sur” http://edicionesimagomundi.com/memoria-historica-y-poscolonialismo-en-corea-del-sur/

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