Fuentes para el estudio de las Milicias Guaraníes, posibilidades y limitaciones. Los pedidos de los Gobernadores del Paraguay (S.XVII-XVIII)

August 7, 2017 | Autor: P. Svriz Wucherer | Categoría: Historia colonial, Jesuits, Historia de América, Misiones Jesuíticas
Share Embed


Descripción

María Laura Salinas - María Gabriela Quiñonez (Compiladoras)

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL Nuevas miradas y perspectivas

Fuentes para la historia social : nuevas miradas y perspectivas / Autores Varios ... [et.al.]. - 1a ed. - Rosario : Didascalia, 2014. 396 p. ; 21x15 cm. ISBN 978-950-787-090-3 1. Historia Social. CDD 306 Fecha de catalogación: 21/05/2014

© Ediciones Didascalia Presidente Roca 150 2000 Rosario, Santa Fe, Argentina Diseño: María Jimena Zaeta Impreso en: Acquatint Prohibida la reproducción total y parcial en cualquier forma. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. Impreso en Argentina. Printed in Argentina.

3

INDICE Agradecimientos ........................................................................................ Presentación por Ernesto J. A. Maeder .......................................................

5 7

SIMPOSIO “Las misiones jesuíticas a través de archivos y fuentes” Julio Folkenand: El jesuita Felipe Suárez. Biografía Anónima de mediados del siglo XVIII ...................................................................... 11 Ernesto J. A. Maeder: El Obispo de Río de Janeiro Lorenzo Hurtado De Mendoza y la libertad de los Indios .............................................................. 37 Pedro M.O. Svriz Wucherer: Fuentes para el estudio de las milicias guaraníes. Posibilidades y limitaciones. Los pedidos de los gobernadores del Paraguay/ (S. XVII-XVIII) ……..…............................................. 51 Raúl Sánchez Andaur: Temporalidades jesuitas en el Obispado de Concepción. El caso de la Procuraduría de Misiones (1612-1767) ………................. 69 Sezinando Luiz Menezes- Célio Juvenal Costa: As cartas e sermões jesuíticos como fonte para a Historia da América Portuguesa ………......………............ 91 Isackson L. Cavilha Mendes: A “Razão” da escrita inaciana e a “mala lengua” feminina …………………................................................................... 109 Mercedes de Avellaneda: La esclavitud indígena indígena en el Paraguay. Cautiverio, intercambios y proceso de legitimación. Siglos XVI, XVII y XVIII ………………………........................................................................ 123

SIMPOSIO “El problema de las Fuentes. Nuevas miradas y perspectivas metodológicas” Ana María Martínez de Sánchez: Fuentes, teoría y métodos para el estudio de la vida cotidiana …………………..................................................... Susana Frías: Las fuentes eclesiásticas. Riqueza y riesgos de su uso …....... Silvia C. Mallo: La sociedad colonial y sus conflictos. Explorando las fuentes judiciales (Siglo XVIII) .................................................................... Silvano G. A. Benito Moya: Abordajes de la cultura escrita a través de las testamentarías del Tucumán ……….............................................................. Ernesto J. A. Maeder: Fuentes para el estudio de las Misiones Jesuíticas de guaraníes ……………………………......................................................

153 171 195 213 237

4

María Laura Salinas: Las visitas de indios como fuentes demográficas. El caso de Corrientes. Siglos XVII-XVIII ………………….......................….. José Braunstein: Cambio social y estratificación étnica en el Gran Chaco: crítica de fuentes e impostación teórica .………............................................ Herib Caballero Campos: El Archivo Nacional de Asunción ….................... Enrique Schaller: Los documentos de la hacienda pública de la provincia de Corrientes (1771-1862) …........................................................................ Hugo Humberto Beck: Fuentes para el estudio de la Inmigración ……........ Oscar D. Cantero: El siglo XIX en Misiones. El problema de las fuentes...... Sobre los autores .........................................................................................

259 285 321 331 345 377 391

51

FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LAS MILICIAS GUARANÍES, POSIBILIDADES Y LIMITACIONES. LOS PEDIDOS DE LOS GOBERNADORES DEL PARAGUAY (S.XVII-XVIII) Pedro M. Omar Svriz Wucherer1 La gobernación del Paraguay con capital en Asunción, fue creada en las primeras décadas del siglo XVII. Desde los albores de esta jurisdicción, los conflictos con los indios que habitaban el Gran Chaco fueron permanentes, sucediéndose periodos de paz y de guerra a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Frente a estas coyunturas, los distintos gobernadores del Paraguay recurrieron a solicitar la ayuda de las milicias guaraníes provenientes de las reducciones jesuíticas cercanas. La presente ponencia se propone analizar estas movilizaciones de milicias desde dichas reducciones a partir de los pedidos realizados por los gobernadores residentes en Asunción. Desde el punto de vista de las fuentes, nos encontramos con una gran variedad de documentos que permiten observar las particularidades de cada movilización como también establecer una suerte de “rasgos generales” de estas acciones. De esta manera, los documentos realizados por los padres de la Compañía (memoriales, cartas anuas, instrucciones, entre otros) como aquellos elaborados por las instituciones locales (actas capitulares, documentos de gobierno, protocolos, etc.) nos permiten reconstruir cada una de las intervenciones que tuvieron estas milicias en la zona cercana a la frontera con el Gran Chaco. Desde la construcción de fuertes hasta la escolta de algunos gobernadores, pasando por las “entradas” al territorio “infiel” y la defensa de Asunción cuando se hallaba amenazada; son algunas de las actividades que emprendieron estas milicias. A partir de esas fuentes nos permite una perspectiva regional o local de estas vicisitudes que afrontaban los gobernadores. Esta variedad de fuentes desde nuestra perspectiva deben ser puestas en discusión y analizadas minuciosamente para lograr comprender mejor cada una de las movilizaciones de estas milicias guaraníes a lo largo de dos centurias.

1 Profesor en Historia por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Becario de Postgrado de CONICET.

52

Las cartas de los gobernadores del Paraguay, sus aportes al estudio de las milicias guaraníes En trabajos precedentes hemos comenzado a establecer los pedidos de milicias guaraníes por parte de los gobernadores del Paraguay, a las reducciones jesuíticas2. En esas primeras aproximaciones acudimos a documentación elaborada por los propios miembros de la Compañía de Jesús, quienes perseguían fundamentalmente justificar esas acciones ante las autoridades de la propia orden, dirigidas en su mayoría al padre provincial residente en Córdoba, Argentina3. A fines de complementar y/o completar la información obtenida hemos continuado nuestra investigación, particularmente en el Archivo General de Indias de Sevilla, España. Este repositorio se erige en uno de los más importantes para el estudio de la época colonial en tierras rioplatenses. En sus fondos se conserva documentación numerosa y diversa que nos permite comenzar a establecer de qué forma se insertaban las milicias guaraníes en un contexto más amplio, el de la administración de los territorios dominados por la monarquía hispánica. Consideramos que esta perspectiva nos permitirá ir más allá de una mirada local de los conflictos fronterizos en el sector nororiental del Gran Chaco, para ser entendidos en términos más amplios. Nuestro interés reviste en establecer qué se informaba a la corona sobre las acciones de las milicias guaraníes en la gobernación del Paraguay y si efectivamente se reconocían ante las autoridades peninsulares las actividades de dichos cuerpos armados4. Con este objetivo hemos 2 Véanse Pedro Miguel Omar Svriz Wucherer. “Jesuitas, guaraníes y armas. Las solicitudes de Milicias Guaraníes frente a los indios del Gran Chaco según un inédito documento del siglo XVIII”. En: Revista História. Revista Interdisciplinaria de Estudios Coloniales. N° 15 (2). Mayo/agosto 2011. Sao Leopoldo, UNISINOS, 2011, 281-293; y del mismo autor “El Informe del padre provincial jesuita Jaime de Aguilar (1735). Fuente para el estudio de las actividades de las milicias guaraníes en la gobernación del Paraguay”. En Folia Histórica del Nordeste. N° 19 IIGHI-CONICET. Instituto de Historia-Facultad de Humanidades-UNNE. Resistencia. 2011, 119-141. 3 Estas fuentes se localizan fundamentalmente en Archivo General de la Nación Argentina (en adelante AGN). Sala IX. 06 09 03, 06 09 04, 06 09 05, 06 09 06, 06 09 07, y 06 10 01. También hallamos otros documentos dirigidos al rey, como es el caso del Informe del padre provincial Jaime Aguilar del año 1735, en el cual se expresan los servicios que los indios de las reducciones jesuíticas brindaron a los gobernadores de Buenos Aires y Paraguay. Véase dicho documento en AGN. Sala VII. Colección Andrés Lamas (en adelante CAL). Legajo N° 2.609. 4 Futuros abordajes nos llevarán a estudiar de forma semejante lo que informaban o no los miembros de la Compañía de Jesús a su padre general residente en Roma, constituyendo las Cartas Anuas fuentes documentales clave en este sentido.

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL / 53

abordado las epístolas de los gobernadores del Paraguay desde mediados del siglo XVII hasta la primera mitad de la centuria siguiente. Estas cartas se conservan dentro de la sección Gobierno del AGI, en el fondo correspondiente a la Audiencia de Charcas y ocupan diversos legajos del mismo5. A su vez, su información se complementa con las misivas que la propia Audiencia enviaba al monarca, a fines de informar las disposiciones que se adoptaron ante cada acción6. Para entender estas fuentes y su contenido, debemos en primera instancia referirnos a la comunicación que existió entre los gobernadores del Paraguay y las autoridades peninsulares; la cual permitió unir ambas orillas del Atlántico a través de cartas que demoraban muchos meses en obtener una respuesta. Para darnos una idea más concreta de esta comunicación, observemos que una carta del gobernador del Paraguay Diego de los Reyes Balmaceda7, escrita el 24.VII.1719, en la cual daba cuenta de la fabricación del castillo de San Agustín en el paraje de Arecutacuá (paso principal de los “enemigos de tierra”) es recibida en el Consejo Real el 4.VI.1721. Años más tarde, una epístola del gobernador Martín de Barúa8, fechada en Asunción el 18.III.1730, en la cual informaba sobre los ataques de los indios payaguás y pedía ayuda para la defensa de la ciudad; es recibida en Madrid el 18.IX.17319. Estos son sólo dos ejemplos de los numerosos que se presentan en los escritos que se dirigieron a uno y otro lado del océano, a fines de informar lo sucedido en las fronteras del imperio. Por lo cual, debemos entender que los factores de tiempo y distancia deben ser puestos en la balanza al momento de analizar la ad5 Archivo General de Indias (en adelante AGI). Audiencia de Charcas, N° 30, 216, 217, 220, 282, 304, 313, 324 y 347. 6 AGI. Audiencia de Charcas, N° 23 y 25. 7 Diego de los Reyes Balmaceda ejerció como gobernador del Paraguay entre los años 1717 y 1721. Antonio Victoria fue designado en futura de Bazán de Pedraza por Real Cédula del 25.V.1711, y un donativo de 1.300 pesos y derecho a ceder su título. Esto último lo hizo a favor de Reyes Balmaceda, quien se recibió el 5.II.1717. Gobernó hasta su suspensión dispuesta por el juez pesquisidor José de Antequera, el 15.IX.1721. Véase Ernesto J. A. Maeder. Nómina de Gobernantes civiles y eclesiásticos de la Argentina durante la época española (1500-1810). Resistencia, Instituto de Historia de la Facultad de Humanidades de la UNNE, 1972, 66. 8 Martín de Barúa fue gobernador del Paraguay en el periodo 1725-1731. El virrey del Perú ordenó a Bruno Mauricio de Zabala pacificar el Paraguay, por provisión de julio de 1724, y un despacho en blanco para designar gobernador. Una vez entrado en Asunción, nombró a Martín de Barúa, quien se recibió el 5.V.1725, por designación del 18.VII.1724. Y gobernó hasta el alzamiento del Común. Véase Ernesto J. A. Maeder. Nómina de Gobernantes civiles y eclesiásticos de la Argentina durante la época española (1500-1810). Resistencia, Instituto de Historia de la Facultad de Humanidades de la UNNE, 1972, 66-67. 9 Véase AGI. Audiencia de Charcas, 217.

54

ministración de estos lejanos territorios de la monarquía a través de esta documentación. El inconveniente de las distancias en el imperio hispánico no será superado a lo largo de los siglos XVII y XVIII, y constituye un elemento clave para comprender las posibilidades de administrar estos territorios paraguayos en contextos de guerra10. Sin duda las autoridades de esta jurisdicción conocían en menor o mayor medida los lapsos temporales que demoraba una carta en llegar a manos del monarca, y más aún estaban al tanto de la demora que conllevaba esperar una respuesta escrita por parte de la corona. Por tanto, desde nuestra perspectiva la elaboración de esas cartas por parte de las autoridades paraguayas, debe ser entendida más bien como acciones que responden a un proceso de legitimación de las actividades realizadas o próximas a efectuarse, y no con afán de avales pertinentes para desarrollar determinada labor bélica. Recordemos que los gobernadores contaban con los mecanismos legales para emprender este tipo de acciones, en el marco de la denominada “Guerra Justa”11. En otros escritos, o a veces en la misma epístola, observamos que el discurso convenientemente sufría modificaciones. Ya no se informa de lo realizado en nombre del rey sino que se detallan las difíciles coyunturas que se afrontaban en pos de obtener algún beneficio, fuera este una excepción de impuestos o de cierta participación militar; o el otorgamiento de encomiendas de indios capturados en acciones bélicas. 10 Si bien es cierto que estas distancias geográficas fueron insuperables, también fueron “comprendidas” paulatinamente. Esto significa que “…al dilatarse el espacio europeo integra, incorpora, anexa o intenta capturar otros espacios sin por lo tanto poder absorberlos. Por esta razón, podemos observar una comprensión sin precedentes de las distancias: lo desconocido se vuelve familiar, lo inaccesible se vuelve disponible mientras que lo lejano se aproxima de manera espectacular”. Véase Serge Gruzinski. “Mundialización, globalización y mestizajes en la Monarquía Católica”. En: Roger Chartier y Antonio Feros. Europa. América y el mundo: tiempos históricos. Madrid, Barcelona; Fundación Rafael del Pino; Fundación Carolina, Marcial Pons, 2006, 226. El conocimiento de los territorios paraguayos y chaqueños fueron siendo comprendidos a lo largo del periodo que analizamos, de forma paulatina. 11 La Recopilación de los Reynos de Indias de 1680 detalló las situaciones en las cuales podían efectuar actividades punitivas: “…si algunos indios hicieren daño a Españoles, o a indios de paz, en sus personas o haciendas, puedan luego o hasta tres meses enviar personas con armas a que los castiguen, o traigan presos…” (Recopilación… Libro III, Titulo IV, Ley X) y a ello agregaba que eran sólo los gobernadores los encargados de organizarlas: “si los indios hicieren tales excesos, que obliguen a grande demostración y remedio muy preciso, y a enviar gente con armas, y pasaren los tres meses… pueda sólo el que tuviere el gobierno de la provincia y no otra justicia, determinar lo que se ha de hacer acerca del castigo” (Recopilación… Libro III, Titulo IV, Ley XI).

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL / 55

Observemos por caso la epístola del gobernador Manuel de Robles de 23.III.1709. En ella, en su encabezado se expone que la provincia se hallaba en “miserable estado e indefención (sic) de los indios bárbaros enemigos por falta de armas, medios, y municiones existiendo un peligro evidente de su ruina”. Tras lo cual, justifica dicho estado en la mala gestión de los socorros realizados durante muchos años por la corona por parte de su antecesor, Juan Rodríguez Cota12. A ello agrega que “en la reseña general (de armas) que hice que los mas se componen de palos aguzados a forma de lanzas que la necesidad les obliga a cargar, sirviéndome de todos con desconsuelo, por no ser suficientes para rechazar a los indios enemigos de tantas naciones que se confederan…” Tras esto, realiza el gobernador el pedido concreto de un socorro de 600 carabinas “respecto de ser la mayor parte de los soldados de caballería, cien pares de pistolas, quinientas espadas, algunas bayonetas y pedreros, 20 quintales de pólvora y 40 de plomo…”13. Este esquema básico del discurso será respetado en la mayor parte de las cartas de los gobernadores del Paraguay. Ahora bien, esta referencia a los escritos de los gobernadores paraguayos no nos debe llevar a pensar en una frontera con gran autonomía, y en contraposición una metrópoli excesivamente débil. Es importante, para no cometer esta simplificación “…no exagerar la dicotomía entre el centro y periferia como falla de desgarramiento en la estructura de la monarquía española (…) si bien había mucho que separaba el centro y la periferia, también había mucho que los unía, y aunque los lazos eran a menudo invisibles e intangibles, no dejaban de constituir una fuerte atadura”14. Además de esos lazos intangibles que influenciaron en la elaboración de estos textos, vinculados íntimamente a la forma de pensar del 12 Este es otro de los recursos frecuentes que encontramos en las cartas de los gobernadores del Paraguay, el culpar al antecesor en el cargo de malas gestiones, decisiones militares y/o económicas son constantes a la hora de justificar el estado de la provincia y la necesidad de ayudas financieras, militares u otros auxilios. 13 La carta del gobernador Manuel de Robles del 23.III.1709, véase en AGI. Audiencia de Charcas, 216. 14 Véase John H. Elliott. España, Europa y el mundo de ultramar. 1500-1800. Madrid, Taurus, 2010, 237.

56

mestizo15, desde el punto de vista del tema que nos interesa (las milicias guaraníes) tampoco nos permite analizar estas comunicaciones desde la dicotomía centro-periferia. Cuando contrastamos estas cartas con los datos que nos otorga la documentación jesuítica, eso que a primera vista se nos presenta como una “autonomía de la periferia”; con los pedidos y la posterior movilización de las milicias guaraníes en la gobernación del Paraguay. En realidad ello se configura como resultado de la confluencia de varios centros con muchas fracturas administrativas, y a su vez varias periferias que influenciaron en mayor o menor medida en cada oportunidad que las milicias guaraníes salieron de las reducciones16. Posteriormente, estas ideas serán más claras a la hora de analizar las movilizaciones de milicias guaraníes que identificamos hasta el momento en el marco de la gobernación del Paraguay. Ahora bien, pasemos a un segundo punto importante para entender nuestro tema: la configuración de la frontera chaqueña. La construcción de la frontera chaqueña y sus habitantes desde Asunción La documentación analizada, especialmente las mencionadas cartas de los gobernadores, nos permiten observar cómo se construyó la frontera que separaba la jurisdicción paraguaya de los territorios chaqueños habitados por indios “hostiles”. Esto significa que nuestro interés se concentrará en las relaciones que se plantearon entre los habitantes del sector nororiental de la región llamada “Gran Chaco”, y aquellos que poblaban Asunción, a partir de las 15 No es este el lugar para profundizar con respecto a esta perspectiva de la mentalidad del mestizo paraguayo, sin embargo vale decir que consideramos que aún la historiografía no ha avanzado sobre el pensamiento mestizo de esta región durante los siglos XVII y XVIII. Desde nuestra perspectiva las cartas de los gobernadores del Paraguay reflejan una compleja confluencia del legado del conquistador hispano del siglo XVI y sus primeros descendientes junto con los intereses coyunturales y locales, lo cual merece un futuro estudio pormenorizado. En contraposición la primera etapa de la conquista y el surgimiento de las concepciones del mestizo en sus primeras generaciones fueron de mayor interés para los investigadores. Destacamos para el caso novohispano la obra de Serge Gruzinski. El pensamiento mestizo. Cultura Amerindia y civilización del Renacimiento. Barcelona, Paidos, 2007 (Publicada originalmente en francés por Fayard, Paris, en 1999 bajo el titulo “La pensé métisse”). 16 A estas diferencias administrativas, también deben considerarse los intereses de sectores políticos, religiosos, económicos y sociales que eran factores influyentes durante cada actividad de las milicias guaraníes, y que muchas veces no eran coherentes entre sí. Consideraciones que sin duda vuelven aún más complejo nuestro objeto de estudio.

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL / 57

intervenciones de las milicias guaraníes17. En términos generales, el Gran Chaco fue representado en la cartografía colonial hasta bien avanzado el siglo XVIII, como un espacio “en blanco” o “vacío”, debido al poco éxito de los asentamientos hispanos en su interior. Inclusive, la ausencia de urbes duraderas y el reiterado fracaso en las misiones evangelizadoras a este territorio hicieron que los españoles tejieran historias legendarias sobre estas tierras y sus habitantes18. Todos estos tipos de relatos fueron contribuyendo a la erección de un espacio fronterizo, en el cual los términos de “infieles”19 e “indios enemigos”, vinculados especialmente para referirse a los guaycurúes y payaguás; se contraponen a los “indios amigos”, término vinculado a los guaraníes. De manera que la región en la cual confluyen los ríos Paraguay y Paraná se erigió al mismo tiempo en una frontera entre lo “civilizado” y lo “bárbaro”. Esta dicotomía junto con la simplificación de las relaciones de “lealtad” dejan de lado los matices que tiene esta región fronteriza, que presenta un funcionamiento diferente siendo totalmente porosa y permeable. Consideremos que en estos tiempos “la construcción de una “frontera” dista de ser lineal, y hay que acostumbrarse a tratar con objetos y categorías de contornos movedizos. Ni los indios amigos de hoy son los de mañana, ni los “amigos” de aquí son “amigos” en el mismo sentido”20. Para tener un ejemplo claro sobre esta situación de frontera permeable, podemos tomar la carta de 24.VII.1721 de Diego de los Reyes Balmaceda. En ella este gobernador se quejaba ante la corona de la alianza 17 Es importante aclarar que esta es la frontera en la cual nos centraremos, dado que el sector occidental y el austral del Gran Chaco se configuran de forma diferente y adquieren sus propias particularidades. Véase entre las numerosas obras que existen: para la primera región el trabajo de Beatriz Vitar. Guerra y misiones en la frontera chaqueña del Tucumán (1700-1767). Madrid, CSIC, 1997; y para la segunda, Nidia Areces (Comp.). Poder y sociedad. Santa Fe la Vieja. 1573-1660. Rosario, Manuel Suárez Editor & Prohistoria, 1999. 18 Por caso surge la leyenda de la Laguna de las Perlas que perdurará hasta finales del siglo XVIII, siendo de forma constante situada en regiones del Chaco que aún eran desconocidas para el español. Es decir este tipo de relatos fueron en gran medida propulsores de los intentos de conquistar esta región. Véase un análisis de esta leyenda en Marcos Altamirano. “La laguna de las perlas ¿Una leyenda impulsora de la conquista del Chaco?”. En: Actas de XXVIII° Encuentro de Geohistoria Regional. IIGHI-Conicet. Resistencia. 2008, 32-39. 19 Este término debe entenderse también en un plano bidireccional, propio de la modernidad, tanto entendiendo a estos individuos en su relación con la corona hispánica como también en cuanto a su fidelidad religiosa. 20 Véase Christophe Giudicelli. “Indios amigos” y movilización colonial en las fronteras americanas de la Monarquía católica (siglos XVI-XVII)”. En: José Javier Ruiz Ibáñez (coord.). Las milicias del rey de España: sociedad, política e identidad en las monarquías ibéricas. Madrid, FCE, 2009, 350.

58

de paz que hizo su antecesor Juan Gregorio Bazán con los indios payaguás. Dado que esto permitió que establecieran estos indios “sus tolderías en una isla que esta en medio del río arriba, cuatro leguas poco más o menos de esta ciudad (Asunción)”. Y no sólo eso sino que según este testimonio, también se desplazaban los payaguás por la ciudad efectuando intercambios por los cuales obtenían preciados objetos. Narraba el gobernador que andaban estos indios: “…con el motivo de rescate por esterillas de paja que hacen, pedacillos de cera que sacan de los montes y conchas, compraban cuñas, hachas, machetes y cuchillos de gente ignorante (…) con estas herramientas pasaba la introducción de ellos a casa de los herreros quienes les hacían mojarras y recatones de lanzas, terciados y casquilos (sic) de flechas con que en mas tiempo de año y medio se rehicieron de mejores armas que los españoles, que hasta sus macanas que eran de madera a forma de garrotes las llegaron a poner ruedas de bronce con puntas agudas en los remates que conseguían de los plateros y otras armas ofensivas…”21 Si bien es cierto que el gobernador Reyes Balmaceda pretende justificar una posible futura acción militar contra los payaguás22, su texto elaborado con otros objetivos nos expone las estrategias militares y económicas que tuvieron estos indígenas. Claramente el estudio de esta documentación nos permite observar en gran medida la óptica “hispano-criolla”, pero este tipo de testimonios también posibilitan apreciar a los indios no como sujetos pasivos que acataron las disposiciones reales sino como actores activos de este espacio fronterizo. En síntesis, debemos considerar que “no se trataba para colonos, administradores y misioneros de reproducir una realidad observada sino 21 AGI. Audiencia de Charcas, 216. 22 En ese mismo año de 1721 el gobernador del Tucumán Esteban de Urizar solicitó a Reyes Balmaceda emprender una entrada conjunta al río Pilcomayo para facilitar las comunicaciones y comercio con el Perú. De las reducciones jesuíticas participaron 63 indios que fueron con algunos españoles en tres embarcaciones a realizar dicha labor, sin embargo la falta de coordinación entre ambas expediciones hizo que fuera un fracaso, fundamentalmente por el ataque constante de los payaguás. Este afán, que manifiesta en esta carta Reyes Balmaceda, de terminar con los ataques de los payaguás a Asunción se vio finalmente trunco porque finaliza al poco tiempo su rol como gobernador. Véase AGN. Sala VII. CAL. Legajo N° 2.609. f.43v.

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL / 59

de integrarla en el esquema global de la sociedad que establecían en el mismo momento en que se apoderaban de sus elementos nombrándolos, otorgándoles un lugar preciso”23. Desde esta perspectiva debemos abordar las fuentes que refieren a esta frontera. Sólo a partir de estos recaudos en el análisis de estos documentos, podremos analizar la frontera en términos generales, y particularmente la del Gran Chaco cercana a Asunción. Un punto clave es prestar especial atención a la construcción de esas representaciones y a cómo se fue erigiendo la dicotomía entre indio fiel e indio infiel. Las acciones de las milicias guaraníes en gran medida nos permiten entender cómo se desarrolló esta dicotomía, incorporando otros actores que también nos interesan en nuestro estudio: los guaraníes reducidos por los jesuitas que se trasladaban hacia Asunción y/o realizaban entradas al Gran Chaco en el marco de las milicias guaraníes. Las movilizaciones de guaraníes de las reducciones jesuíticas a la gobernación del Paraguay Ahora bien, ¿qué datos nos brindan estas cartas de gobernadores acerca de las milicias guaraníes? El análisis realizado nos permitió observar que el término de milicias guaraníes no se emplea en las epístolas de los gobernadores que se hallan en el AGI sino que refieren a los indios auxiliares o amigos24 de los pueblos cercanos a Asunción. Esta particularidad de los documentos del Paraguay se debe a que los gobernadores buscaron permanentemente exaltar la acción de los hispano-criollos en todas las actividades propias de la guerra fronteriza, como ser construcción de fuertes, entradas al territorio chaqueño, entre otras. Refieren a ellos como castellanos o españoles, y les otorgan un papel protagónico en cada acción25. No obstante, esto no implica que no hayan sido utilizados los indios de las reducciones jesuíticas próximas a Asunción durante cada 23 Christophe Giudicelli. “Historia de un equívoco. La traducción etnográfica de las clasificaciones coloniales. El caso neovizcaíno”. En: Christophe Giudicelli (ed). Fronteras movedizas. Clasificaciones coloniales y dinámicas socioculturales en las fronteras americanas. México, Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos; El Colegio de Michoacán. A.C.; Casa de Velázquez, 2010, 153. 24 Definimos a estos como “…indios que, en alguna acción de guerra, -pacificación o conquista-, luchan al lado de los españoles” Véase Christophe Giudicelli. Op. Cit. 2010, 351. Consideramos que esta definición así como la tipología que propone Christophe Giudicelli son aplicables en la jurisdicción del Paraguay. Véase Christophe Giudicelli. Op. Cit. 2010, 351-362. 25 En un segundo plano quedaban los “mestizos” o “hijos de la tierra” durante el relato de cada acción armada.

60

una de esas actividades. Para saber acerca de esas movilizaciones de los guaraníes es necesario contrastar esta documentación con otras fuentes que nos lo permiten. Por caso, durante el gobierno de Felipe Rexe Corvalán26 se produce la entrada a territorio chaqueño más grande que hasta el momento pudimos registrar. Se observa a través de esta carta las particularidades de este tipo de acciones. En primera instancia se expone la causa de la entrada. El 29 de octubre de 1674 el gobernador se entera que el enemigo se hallaba a siete leguas de Asunción e intentaba pasar el río, por ello despachó al maestre de campo Juan Caballero Bazán con el mayor número de gente que pudo reunir. Sin embargo actuaron “con tanta pusilanimidad que antes de embestirles el enemigo huyeron de él…” El saldo de este intento de defender la ciudad fue que “siguiéndole el alcance le mataron ocho españoles pasando a ser hasta 60 muertos y cautivos de españoles e indios de todos sexos, llevándose más de 200 caballos y los despojos que hallaron en sus pobres chacras de paja, y entre los que mataron fue un clérigo presbítero…”27 Además de emplear nuevamente el vocablo de “españoles” para referirse a los asesinados por estos indios, en el argumento también se incorpora el justificativo de haber causado la muerte de un clérigo, hecho que agrava aún más el ataque y justifica una respuesta armada mayor e inmediata. Así comienza la segunda instancia, la represalia al dicho ataque. Esta acción fracasó en un primer momento dado que “tocando arma y en más de tres horas no pude juntar seis criollos de la tierra y sólo algunos forasteros con gran cuidado y vigilancia me asistieron”, nos dice el propio gobernador28. No analizaremos aquí las relaciones que tuvo Rexe Corvalán con el cabildo asunceño, pero sin duda influyeron en el poco éxito de respuesta a la primera convocatoria del dicho gobernador29. 26 Felipe Rexe Corvalán fue designado gobernador del Paraguay por Real Cédula del 24.IV.1669. Se recibió el 13.IV.1671. Fue acusado y depuesto por el Cabildo de Asunción (gobernó el tiempo que duró la prisión y juicio de Rexe Corvalán, entre el 01.VII.1675 y el 08.VII.1676) fue repuesto posteriormente y gobernó hasta 1681. Véase Ernesto J. A. Maeder. Op. Cit., 1972, 64-65. 27 Carta de Felipe Rexe Corvalán del 28.III.1675, en AGI, Audiencia de Charcas, 30. f.31v. 28 Véase Carta de Felipe Rexe Corvalán del 28.III.1675, en AGI, Audiencia de Charcas, 30. f.32. 29 Recordemos que el gobernador Rexe Corvalán fue desplazado del gobierno durante un año, acusado de negligencia en el desempeño de su cargo. Finalmente fue restituido en el mismo, durante un año lo había ejercido el cabildo de Asunción.

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL / 61

Sin embargo, y es muy curioso cómo luego de reunir un consejo de guerra, se deciden “juntar las mayores fuerzas posibles” logrando un total de 300 españoles y 1.500 indios amigos. Aunque no especifica la procedencia de dichos nativos, fuentes jesuíticas expresan que unos 900 indios provenían de las reducciones de la Compañía30. En tercer lugar se refiere en la epístola Rexe Corvalán a la realización de la entrada y los resultados obtenidos de dicha expedición. Esta acción encabezada por el propio gobernador duró cuatro meses, rescató algunos cautivos, sufrió ataques constantes de los indios y debió regresar a Asunción por la falta de agua y pastos. A ello se sumaba una gran cantidad de enfermos y heridos en las tropas31. Ahora bien, dado que nuestro interés se centra en las milicias guaraníes y la forma en que participaron en estas entradas, aspectos que no aparecen explícitos en esta documentación. Como punto de partida podemos señalar cómo se desarrollaba la movilización de estos cuerpos armados una vez efectuado un pedido del gobernador del Paraguay. Comenzaba siendo de forma intrarregional, es decir, dentro de la región que ocupaban las reducciones de guaraníes administradas por los jesuitas. El proceso de pedido de las milicias guaraníes desde el punto de vista legal debía iniciarse con una solicitud por escrito de parte del gobernador dirigida al padre provincial residente en Córdoba (capital de la provincia jesuítica del Paraguay). En esa carta solicitaba cierto número de indios de las reducciones, y detallaba la tarea para la cual eran necesarios. Luego el provincial jesuita, en caso de considerar pertinente dicha acción, se comunicaba con el padre superior de las reducciones para ordenarle la disposición de todo lo necesario para cumplir con la solicitud32. Luego quedaba en manos del superior distribuir el número de in30 Véase AGN. Sala VII. CAL. Legajo N° 2.609. f.43. 31 Véase AGI, Audiencia de Charcas, 30. f.32-f.33v. 32 Esto se presenta en la mayor parte de las reducciones jesuíticas, pero en el caso de San Ignacio Guazú encontramos un sistema de administración diferente. Esto influyó en que el gobernador del Paraguay tenía las facultades suficientes para sancionar Mandamientos por los cuales convocar a indios de la reducción sin tener que llevar a cabo todo el proceso descripto. Por ejemplo, el 31.X.1664 Rexe Corvalán mandaba “…encargo al reverendo padre Matheo Martínez (…) del pueblo de San Ignacio (…) disponga que el corregidor de el dho pueblo salga de el dentro de veynte y quatro horas de como con este despacho sea rrequerido con ducientos indios de guerra casiques y tributarios de veinte y sinco años de hedad para arriva con todas sus armas ofensivas y defensivas para dha guerra…”. AGN. Compañía de Jesús. 1676-1702. 694. Bs. As. f.6-f.6vta.

62

dios con los cuales colaboraría cada reducción, para lo cual consideraba la población de las mismas basándose en las listas confeccionadas para tal fin. Para efectuar este proceso se elaboraba una notificación en papel que debía circular por las reducciones, y cada padre encargado debía tomar nota de la tarea y cantidad de indios con los cuales debía colaborar su establecimiento misional33. Los caciques desempeñaron un rol clave en la coordinación militar no sólo dentro de cada reducción sino que también a nivel intrarregional, incluso “por algún tiempo hubo un comandante general guaraní cuya autoridad… se extendía más allá de los límites de la Reducción a la que pertenecía”34. Muchos de esos líderes llegaron a destacarse a tal punto de lograr ser reconocidos por las propias autoridades con títulos de capitanes y maestres de campo35. Sin embargo en las cartas dirigidas desde el Paraguay a las autoridades peninsulares no se mencionan las labores de esos líderes indígenas. Ahora bien, debe considerarse que la colaboración de cada establecimiento misional estuvo permanentemente condicionada, a lo largo de los años que abordamos, por la confluencia de diversos factores que brevemente señalamos: -En primer lugar, el estado de la reducción, El padre superior, a la hora de establecer los indios y recursos que aportaría cada reducción, consideraba si la misma había sufrido algún tipo de epidemia reciente, si existía faltante de alimentos en ese pueblo u otra coyuntura que generara la disminución de su población y/o la necesidad de mantener el número de hombres trabajando en la reducción; por todo lo cual no podían ser sacados los indios de aquel establecimiento misional. Por este motivo co33 José Cardiel. “Breve relación de las Misiones del Paraguay [1770]”. En: Pablo Hernández. Organización Social de las Doctrinas Guaraníes de la Compañía de Jesús. Gustavo Gili, Barcelona, Vol.1, 1913, 582. 34 Alberto Armani. Ciudad de Dios y ciudad del sol: El “estado” jesuita de los guaraníes (1609-1768). México, FCE, 1988, 114. 35 El otorgamiento de estas prerrogativas hasta el momento las hemos localizado en acciones frente al enemigo portugués y no contra indios “infieles”, la continuidad de nuestra investigación nos permitirá observar si esto es o no una constante. Véase especialmente el artículo de María Laura Salinas. “Liderazgos indígenas en las Misiones Jesuíticas. Títulos de capitanes concedidos a los caciques guaraníes en el siglo XVII”. En Folia Histórica del Nordeste, núm. 16, IIGHI-CONICET, Instituto de Historia-Facultad de Humanidades-UNNE, Resistencia, 2006, 267-276; en el cual se analizan esos liderazgos y se transcribe un documento del gobernador Pedro de Baygorri en que se expone el otorgamiento de estos títulos a diversos caciques de las reducciones jesuíticas hasta el año 1656. Esta fuente se hallaba en el Archivo Nacional de Chile (Vol.203. N°2), hoy se encuentra extraviada como pudimos confirmar, lo cual valoriza aún más la trascripción realizada en María Laura Salinas. Op. Cit., 2006, 270-276.

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL / 63

braban gran importancia las listas de población elaboradas previamente. -En segundo término influyó la región a la cual debía enviarse el auxilio militar por eso la mayor parte de la ayuda enviada al actual territorio paraguayo, especialmente a la ciudad de Asunción; tuvo su origen en los pueblos jesuíticos más cercanos, los denominados “pueblos de arriba”. Mientras que los llamados “pueblos de abajo” se encargaron mayoritariamente de las movilizaciones hacia Santa Fe o Buenos Aires, por ejemplo. -También consideraba el padre superior el número de indios solicitados, esto significaba que si era una “cifra menor”, podía ser solventada por sólo algunas reducciones sin necesidad de una movilización desde diversos puntos del territorio que ocupaban las misiones jesuíticas. Ello evitaba que un gran número de reducciones fueran afectadas por el envío de tropas, al mismo tiempo que se lograba ahorrar tiempo y recursos para efectuar cada movilización intrarregional. Vale decir que se torna difícil establecer un número preciso para la expresión utilizada de “cifra menor”; lo que podemos referir es que las fuentes exponen que para algunas de las reducciones jesuíticas, en determinadas circunstancias, la movilización de cien o doscientos indios podía ser considerada una “cifra menor”, algo muy diferente a lo que hallamos en otras ciudades rioplatenses durante aquellos años36. Ahora bien, sin duda esa “cifra menor” en reiteradas oportunidades también significó un gran perjuicio para la vida en la reducción. En el caso del Paraguay se nos presenta como ejemplo San Ignacio Guazú. Si bien no contamos con referencias detalladas de todas las movilizaciones de indios durante las dos centurias de presencia jesuítica, una serie de mandamientos conservados en el AGN nos permiten observar la continuidad y frecuencia en que se armaron los indios de ese pueblo durante algunos años del siglo XVII. 36 La lectura de las Actas Capitulares de Corrientes nos brindan ejemplos que corroboran estas diferencias. En reiteradas oportunidades la ciudad de Corrientes envió hombres pertrechados para auxiliar a Santa Fe, pero ello al mismo tiempo generaba consecuencias económicas y militares negativas para la urbe. El 7 de enero de 1667 se enviaron cincuenta soldados desde Corrientes, entre los cuales figuraban vecinos encomenderos, junto con doscientos indios amigos para realizar una campaña contra los indios rebelados en el llamado “Valle de Calchaquí”, particular toponimia aplicada al actual norte santafesino. Esa movilización ocasionó que los indios que estuvieran en las chacras cercanas a Corrientes regresaran a sus respectivos pueblos, y que los españoles que se encontraban alejados debieran volver rápidamente a la ciudad para defenderla, hasta tanto regresaran los enviados a Santa Fe. Meses más tarde se producía reiteradamente el pedido de regreso de esos hombres, por la falta de mano de obra y la extrema pobreza que sufría la ciudad. Véase “Actas capitulares de Corrientes”. Tomo IV (1667-1676). Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1946, 10-12, 22-23, 55-56 y 92-93.

64 Tabla N°1: Movilizaciones de los indios de San Ignacio Guazú

Fecha

N° de indios

1660

22037

Hacer frente a la rebelión de Arecayá

Actividad

1662.III.03

100

Prevenir invasión del fronterizo guaycurú a Asunción

1664.X.31

200

Enfrentar a 500 indios fronterizos que provienen de la “otra banda” y amenazan Asunción

1667.X.10

15

Asistir al gobernador Juan Diez de Andino en su viaje a la Villarrica

1669.XII.07

15

Construir embarcaciones

1670.XI.24

60

Defender Asunción del ataque de la confederación de indios infieles

1672.I.04

300

Pedido del gobernador Rege Corbalán, no especifica en el mandamiento la función

1672.III.20

20

Para reparar los presidios de la costa38

1675.III.29

100

Realizar labor de peones obreros de una fortaleza al otro lado del río Paraguay

1675.IX.20

200

Defender Asunción de posible ataque de los indios fronterizos

1676.IV.27

40039

Socorrer a los pueblos de Ipané y Gaurambaré del ataque de portugueses

1677.III.15

40

Restaurar el castillo de San Ildefonso

1679.XI.09

12

Reparar el presidio de Tobatí Fuente: AGN. 06 09 04

Esta tabla debe ser perfeccionada a partir del avance de nuestra investigación, pero sin duda comienza a mostrarnos la continuidad en los mandamientos de los gobernadores del Paraguay que afectaron a los indios de esta reducción, o al menos durante la segunda mitad del siglo XVII. 37 Estos indios fueron movilizados desde San Ignacio Guazú y de Nuestra Señora de Fe, sin precisar el número con el cual colaboró cada una de estas reducciones. 38 En esta carta del gobernador Rexe Corvalán nos encontramos con la particularidad que ante la necesidad de 140 indios para dicha acción de reparar los fuertes de la costa, aclara que de San Ignacio Guazú se envíen “…sólo veinte por considerarlos cansados por la vuelta del viaje a esta ciudad hicieron cuando los envié a llamar y por esta razón que todos los pueblos más vecinos sirvan a Su Majestad…” AGN. 06 09 04. f.9. 39 Este número de indios provino de las reducciones de Nuestra Señora de Fe, Santiago y de San Ignacio Guazú, sin precisar cuántos provinieron de cada uno de ellos.

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL / 65

Incluso si no contáramos los casos en que no tenemos la cifra exacta de los movilizados desde San Ignacio Guazú (1660 y 1676), se establecen al menos 700 nativos de este pueblo que se trasladaron por motivos militares (defender Asunción, escoltar a un gobernador o construir/ reparar fuertes) a diferentes puntos de la gobernación paraguaya, en un periodo de tan sólo 17 años (1662-1679). Sin duda, nuestra pesquisa debe continuar en observar los impactos locales de cada movilización, dada que la coyuntura de las distintas reducciones no era la misma. Por otro lado, las movilizaciones eran diferentes si el número solicitado excedía las posibilidades de una o dos reducciones. Esto sucede especialmente cuando debían trasladarse miles de indios, situación particular en la cual todos los pueblos debían aportar guaraníes armados. Al comenzar la campaña contra los portugueses establecidos en la Colonia del Sacramento, el gobernador de Buenos Aires decide solicitar a las reducciones unos 3.000 indios armados, la mitad a caballo y la mitad a pie. Por tal motivo el padre superior Cristóbal Altamirano escribe una orden por la cual distribuyó la colaboración entre todas las reducciones, “según la prorrata hecha de sus familias… Itapúa, 190; Candelaria, 200; San Miguel, 235; Mártires, 80; Santa Ana, 85; San Ignacio, 150; Loreto, 155; Corpus, 60; San Carlos, 235; San José, 90; Santa María, 235; San Javier, 160; Concepción, 275; San Nicolás 275; Santo Tomé, 275; Asunción, 150; Reyes, 150…”40. Este constituye uno de los documentos más precisos en cuanto al número de indios movilizados desde cada misión, permitiéndonos además exponer lo variable que podía ser la contribución que daba cada reducción. Si bien esta no es una acción dirigida hacia la gobernación del Paraguay, nos sirve como ejemplo de cómo se distribuía el esfuerzo entre las reducciones a la hora de una movilización de tal magnitud. Este número no lo encontramos en los pedidos de los gobernadores del Paraguay, de hecho la mayor movilización efectuada hacia aquella jurisdicción fue la antes referida de 1674 con un total de 900 40 Cfr. Archivo General de la Nación. Campaña del Brasil. Antecedentes coloniales. Tomo I. Kraft, Buenos Aires, 1931, 155-156; y Pablo Pastells. Historia de la Compañía de Jesús en la Provincia del Paraguay. (Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú, Bolivia y Brasil, según los documentos originales del Archivo General de Indias). Librería General de Victoriano Suárez, Madrid, 1918, Tomo III, 287.

66

indios (no sabemos precisamente desde qué reducciones se trasladaron hacia Asunción). Pero es un caso aislado ya que las restantes movilizaciones para efectuar entradas al Chaco oscilaron entre 100 y 300 indios de las reducciones jesuíticas. Consideraciones finales Nuestro abordaje de las cartas de los gobernadores del Paraguay nos permitió encontrar otra perspectiva desde la cual entender las movilizaciones de indios guaraníes. Si bien en estos textos las milicias se “ocultan” detrás del término de “indios auxiliares o amigos”, una lectura detenida y su contraste con otros documentos nos permite encontrar mayores precisiones sobre esas actividades militares y, especialmente, la participación indígena durante esos movimientos. Al mismo tiempo, la documentación analizada expone la forma en que se fue construyendo la frontera nororiental chaqueña, donde la dicotomía frecuentemente utilizada fue la de “bárbaro-civilizado”, a partir del límite natural que marcan los ríos Paraguay y Paraná en esta región. Sin embargo, esos mismos documentos nos dan las herramientas para entender esta frontera de forma dinámica y permeable, con un constante intercambio, muchas veces de forma violenta, situaciones en las cuales las milicias guaraníes tendría un destacado papel. Bibliografía

- ALONSO, Martín. Enciclopedia del Idioma. Diccionario histórico y moderno de la lengua española. Siglo XII al XX. Etimológico, regional e hispanoamericano, 3 Vols., Aguilar, Madrid, 1958. - ALTAMIRANO, Marcos. “La laguna de las perlas ¿Una leyenda impulsora de la conquista del Chaco?”. En: XXVIII° Encuentro de Geohistoria Regional. IIGHIConicet, Agosto 28-30; Resistencia, Chaco, 2008, 32-39. - ÁLVAREZ KERN, Arno, Missões: uma utopia política, Porto Alegre, Mercado Aberto, 1982. - ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. Campaña del Brasil. Antecedentes coloniales. Tomo I. Kraft, Buenos Aires, 1931. - ARMANI, Alberto. Ciudad de Dios y ciudad del sol: El “estado” jesuita de los guaraníes (1609-1768). México, FCE, 1988. - ASTRAIN, Antonio. Jesuitas, guaraníes y encomenderos, Centro de Estudios Paraguayos, Asunción, 1996. - BOCCARA, Guillaume. “Antropología política en los márgenes del Nuevo

FUENTES PARA LA HISTORIA SOCIAL / 67

Mundo. Categorías coloniales, tipologías antropológicas y producción de la diferencia”. En: Christophe Giudicelli (ed). Fronteras movedizas. Clasificaciones coloniales y dinámicas socioculturales en las fronteras americanas. México, Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos; El Colegio de Michoacán, A.C.; Casa de Velázquez, 2010, 103-135. - ----------. “Fronteras, mestizaje y etnogénesis en las Américas”. En: Raúl Mandrini y Carlos Paz (Comps.). Las Fronteras Hispanocriollas del Mundo Indígena Latinoamericano. Un estudio comparativo. Tandil, IEHS/Universidad Nacional del Centro. 2003, 63-108. - ----------. “Notas acerca de los dispositivos de poder en la sociedad colonialfronteriza, la Resistencia y la transculturación de los reche-mapuche del centrosur de Chile (XVI-XVIII)”. En: Revista de Indias. Vol. LVI. N° 208. 1996, 659-695. - CARDIEL, José. “Breve relación de las Misiones del Paraguay [1770]”. En: HERNÁNDEZ, Vol.1, 1913, 514-614. - ELLIOTT, John H. España, Europa y el mundo de ultramar. 1500-1800. Madrid, Taurus, 2010. - FURLONG, Guillermo. Misiones y sus pueblos de guaraníes. Posadas, 1978. -GIUDICELLI, Christophe. “Historia de un equívoco. La traducción etnográfica de las clasificaciones coloniales. El caso neovizcaíno”. En: Christophe Giudicelli (ed). Fronteras movedizas. Clasificaciones coloniales y dinámicas socioculturales en las fronteras americanas. México, Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos; El Colegio de Michoacán. A.C.; Casa de Velázquez, 2010, 139-171. - ----------. ““Indios amigos” y movilización colonial en las fronteras americanas de la Monarquía católica (siglos XVI-XVII)”. En: José Javier Ruiz Ibáñez (coord.). Las milicias del rey de España. Sociedad, políticas e identidad en las Monarquías Ibéricas. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2009, 349-377. - GRUZINSKI, Serge. “Mundialización, globalización y mestizajes en la Monarquía Católica”. En: Roger Chartier y Antonio Feros. Europa. América y el mundo: tiempos históricos. Madrid, Barcelona; Fundación Rafael del Pino; Fundación Carolina, Marcial Pons. 2006, 217-237. - HERNÁNDEZ, Pablo. Organización Social de las Doctrinas Guaraníes de la Compañía de Jesús. 2 Vols. Gustavo Gili, Barcelona, 1913. - JARQUE, Francisco y ALTAMIRANO, Diego Francisco. Las Misiones Jesuíticas en 1687, Academia Nacional de la Historia, Unión Académique Internationale, Buenos Aires, 2008. - MAEDER, Ernesto J. A. Nómina de Gobernantes civiles y eclesiásticos de la Argentina durante la época española (1500-1810). Resistencia, Instituto de Historia de la Facultad de Humanidades de la UNNE, 1972. - PASTELLS, Pablo. Historia de la Compañía de Jesús en la Provincia del Paraguay. (Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú, Bolivia y Brasil, según los documentos originales del Archivo General de Indias), Tomos II y III, Librería General de Victoriano

68

Suárez, Madrid, 1915 y 1918. - SALINAS, María Laura. “Liderazgos indígenas en las Misiones Jesuíticas. Títulos de capitanes concedidos a los caciques guaraníes en el siglo XVII”, Folia Histórica del Nordeste, núm. 16, IIGHI-CONICET, Instituto de Historia-Facultad de Humanidades-UNNE, Resistencia, 2006, 267-276. - SVRIZ WUCHERER, Pedro Miguel Omar. “Jesuitas, guaraníes y armas. Las solicitudes de Milicias Guaraníes frente a los indios del Gran Chaco según un inédito documento del siglo XVIII”. En: Revista História. Revista Interdisciplinaria de Estudios Coloniales. N° 15 (2). Mayo/agosto 2011. Sao Leopoldo, UNISINOS, 2011, 281-293. - ----------. “El Informe del padre provincial jesuita Jaime de Aguilar (1735). Fuente para el estudio de las actividades de las milicias guaraníes en la gobernación del Paraguay”. En Folia Histórica del Nordeste. N° 19 IIGHI-CONICET. Instituto de Historia-Facultad de Humanidades-UNNE. Resistencia, 2011, 119-141.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.