Friedrich Weilenmann - ¿un agente de los alemanes?

July 23, 2017 | Autor: Gerhard Lang | Categoría: Postal History, Spanish History, Swiss History, Andorra
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Descripción

Friedrich Weilenmann - ¿un agente de los alemanes?





Gerhard Lang-Valchs




Este artículo pretende ampliar un poco la información sobre el suizo
Friedrich Weilenmann que intervino entre 1925 y 1936 en la política
andorrana. Se sabe que intentó organizar un servicio y una administración
postal propios en los Valles[1]. Pero también pretendió fomentar la idea de
la independencia de Andorra de los copríncipes y la reorganización de su
sistema político a través de sus actividades en la Asociació dels Andorrans
emigrats cuyo vicepresidente fue durante algunos años.

¿Qué dicen otros historiadores que se han ocupado de la historia moderna de
Andorra de Friedrich Weilenmann? Poco. Tan sólo tres le dedican cierto
espacio en sus publicaciones. Una de las razones más importantes para ese
desinterés es, a mi juicio, el desconocimiento de la lengua alemana por
parte de los posibles autores. Esto, por un lado, les impide conocer el
contenido del libro sobre Andorra que publicó el propio Weilenmann y por lo
tanto valorar su punto de vista y gran parte de su actuación y ese
desconocimiento, por otro, también dificulta el acceso a documentos en
lengua alemana procedentes de archivos suizos. ¿Aprovechó Weilenmann sus
conocimientos y contactos para servir de agente a los alemanes? Eso al
menos es la impresión que le puede quedar al lector de las obras de Amparo
Soriano, Arnau Gonzàlez y Francesc Badia que se refieren a ese personaje.

Francesc Badia le dedica en su libro sobre el obispo Guitart un párrafo de
ocho líneas en el contexto de la historia postal andorrana, una nota a pie
de página bastante amplia y luego le vuelve a mencionar en otra.[2] No vale
la pena detenerse en la última. En el texto del mencionado párrafo no habla
de la relación de Weilenmann con el obispo, tan sólo menciona una propuesta
suya hecha al Consejo General para la emisión de unos sellos de correo que
en un principio parecían gustarles a sus miembros pero que luego desecharon
en favor de otra. Eso es todo.

En cuanto a los datos sobre el suizo que reproduce se fía totalmente de
Amparo Soriano[3]. En la nota a pie de página deja muy claro que casi todo
lo que él dice son citas ["L'autora és crítica amb...", "Afirma que el
diari barceloní el Diluvio..."]. No ha verificado las citas, pero sobre
todo no ha valorado su contenido. Sus conclusiones, sin embargo, son
formuladas con mucha cautela. Evita u omite hábilmente los puntos poco
claros del texto de Soriano.

Badia presenta a Weilenmann como "un personatge estrany" cuyas relaciones
con Andorra "no es limitaven pas als afers de correus." Según Badia publicó
bajo el seudónimo de Bonell artículos en el periódico L'Andorrà contando
con la "colaboració econòmica d'un tal Schaub". Estas últimas informaciones
no las sacó del libro de Amparo Soriano, pero no dice de dónde.[4]

También Arnau Gonzàlez dedica en su libro sobre La Revolución de la
modernidad como reza el subtítulo un par de páginas a Weilenmann[5]. Aunque
nos remite en la nota a pie de página al libro de A. Soriano, al libro del
mismo Weilenmann y al inicialmente citado artículo Friedrich Weilenmann i
el correu d'Andorra no saca nada más que una sola información del primero
de ellos. "Weilenmann, juntament amb el seu ajudant i intèrpret Schaub
resident a Barcelona, arriba a la capital catalana el 1926." Es un dato
equivocado. En las obras que cita él mismo se ve claramente su error. No es
cierto que llegaran juntos a España. Hasta conocer a Schaub se sirve de
varios traductores e intérpretes como claramente se desprende de varios
documentos del dossier Weilenmann que llevaba la veguería francesa desde
1928.[6] Schaub no llega a colaborar con Weilenmann antes de los años 30 y
además queda muy claro, hasta en el proceso contra Schaub ante el Tribunal
de Corts en primavera del 1934, que éste residía en Madrid.[7]

A Weilenmann y sus actividades Gonzàlez los despacha pronto resaltando su
interés por "...la concessió de diferents negocis a Andorra..." mencionando
que "... actuant en complicitat amb el primer [=Masó] havia conseguit la
promesa del monpoli de l'emissió de segells de les Valls."

Ningún otro documento de los muchos que se refieren a Weilenmann establece
una relación entre Masó y el suizo. Se conocerían, probablemente, pero la
pretendida complicidad resulta al menos difícil dada la "inepititud
lingüistica" constatada por el autor. Ni Masó habla de él, ni Weilenmann de
Masó.

Después de referirse a la preocupación con la que veía el viguier adjoint
Carbonell la presencia de dos alemanes en los Valles, de Schaub – que no es
alemán – y de un supuesto médico que actuaban "avec une manière tout à fait
Hitlerienne", descubre Gonzàlez que Weilenmann necesitaba siempre un
traductor.

Sigue el autor: "L'atenció a les activitats de ciutadans alemanys a les
Valls, doncs, preocupava sobre manera." Esta valoración la considero una
exageración total y absoluta. Después de no (poder?) decir nada concreto
sobre supuestas actividades alemanas en los Valles nos presenta a los
franceses como muy preocupados por no se sabe qué actividades germanas.
"Per tant, tot allò que pogués tenir resonàncies alemanyes provocava
l'alarma general a l'Hexàgon." Sigue exagerando. Menos mal que unos tres
meses más tarde René Baulard sabiendo de la presencia de agentes alemanes
en la Seo, se tomó la situación con mucha calma. 

A otras actividades de Weilenmann Gonzàlez le dedica más tarde un capítulo
entero.[8] Son cuatro páginas y media en total. Más de media página la
ocupan las correspondientes notas a pie de página, necesita casi tres
páginas para presentar dos citas y la reproducción del texto íntegro de la
nota de protesta presentada en Ginebra por el destituido Consejo General,
citada según A. Morell. En apenas una página que le queda no consigue
aclarar el papel que juega Weilenmann en el contexto de la protesta
andorrana contra la intervención francesa. En la nota a pie de página
confunde a Weilenmann con el abogado vienés Emil von Hofmannsthal.[9]

Amparo Soriano le dedica una página entera a Weilenmann.[10] Ella le
menciona en el contexto de unos comentarios sobre la prensa barcelonesa.
Sus actividades anteriores en el fondo le interesan poco ya que – como reza
el título de su libro – se centra en los años de la Guerra Civil. Como
fuente de su información cita expresamente El Diluvio, sin dar más detalles
sobre la fecha de la publicación. Así que no he podido comprobar si Badia y
ella tienen la misma fuente o si ella tiene otra(s), aparte del periódico.
En el artículo referido se le relaciona a Weilenmann con el espionaje
alemán, asunto que trataremos más abajo.

"El butlletí editat a Barcelona havia nascut de la mà d'un estranger: el
suis Weilenmann, que l'any 1926 arribava a la Seu amb un bisbe de
nacionalitat alemanya, Raymond Netzhaler. Fritz Weilenmann havia nascut a
Zurich el 1882 i era propietari d'una granja avícola a Opfikan (cantó de
Zurich). Aviat es va relacionar amb els grups d'ideologia dretana, i va
arribar a tenir una entrevista amb el Gauführer, cabdill nazi del cantó, i
divers missioners procedents de Bucarest." Así nos presenta al suizo.

Casi todas las demás informaciones sobre el suizo se basan en un dossier
francés del año 1936 que se encuentra entre los documentos del Consulado de
Barcelona y que se conserva en los archivos de Nantes.[11] Coinciden casi
todos los detalles del dossier, sobre todo la incorrecta grafía del nombre
de su acompañante [Raymond Netzhaler en vez de Raimund Netzhammer] y la
equivocada fecha de nacimiento de Weilenmann [1882 en vez de 1880] con los
datos reproducidos por ella.

La primera parte de la tercera frase ["Aviat..."] sugiere contactos con
varias personas o grupos de ideología derechista. ¿Y qué quiere decir
Soriano con "aviat"? ¿Estaba en contacto con esos grupos desde hace años
(en Suiza) o se puso en contacto con ellos un poco antes o después de
llegar a España? De esos tempranos o rápidos contactos no sabemos nada ni
dice nada el informe francés del año 1936. Habla de su supuesto apoyo al
Frente Nacional y de una entrevista con el Gauführer. O sea que –
independientemente de la valoración de su entrevista con éste y de su
comportamiento aparentemente "nazífilo" – los manifiestos contactos con una
o varias persona(s) ligada(s) a ideologías fascistas parecen bastante
recientes. Y no puede ser de otra forma porque cuando Weilenmann llegó a
Andorra en el año 1926 aún no existía en Suiza ninguna organización de
corte nacionalsocialista.[12]

¿Y a qué se refiere la última parte de la frase? ¿Se relacionó Weilenmann
(también) con unos misioneros, tuvo una entrevista con ellos o qué? Queda
totalmente en el aire lo que pasó y sobre todo qué tienen que ver unos
misioneros con Andorra o con la ideología nazi. ¿Qué hay detrás de esto? Se
trata de una información obviamente mal interpretada o mal entendida.
Raimund Netzhammer que había acompañado como intérprete a Weilenmann con
motivo de su primera visita al obispo Guitart en febrero de 1927 había sido
obispo católico de Bucarest, o sea en un territorio donde la Iglesia
Católica es una minoría. A los religiosos que trabajan en esos sitios se
les llama misioneros.[13]

Weilenmann, según Soriano, quería ser "el redemptor, donar a tots els
andorrans una constitució més d'acort amb els temps actuals..." "...i ser
el seu director, volia acabar amb el poder omnímode, inoportú i obsolet
dels coprínceps..." Luego valora su actuación: "Volia, en definitiva, fer
les amèriques sense moure's del continent europeu."

Esta conclusión no convence. No veo cómo alguien puede hacer las Américas
con las citadas reivindicaciones. Eso es política pura. No estamos hablando
de un oportunista como Massó[14] que se mudaba a cualquier aire. La
pretendida concesión postal que ella no menciona para nada quizá hubiera
podido ser un (¿buen?) negocio para él, pero de aquí hasta hacer las
Américas hay un buen trecho. Es una presentación poco adecuada y
diferenciada de un personaje sin duda alguna extraño.

Resumamos: La figura de Weilenmann prácticamente no está presente en la
historiografía andorrana. Lo poco que se ha publicado no le hace justicia.
Parece persona non grata y sin embargo fue nombrado ciudadano honorífico de
Andorra por el Consejo General en 1933. Valoremos la figura de Weilenmann
como queramos, parece que se merece al menos un par de líneas más.

Friedrich Weilenmann y Andrés Masó son, a parte de los políticos de
aquellos años, probablemente los personajes extranjeros más importantes de
la historia andorrana de los años 20 y 30.[15] Se ha dicho y escrito mucho
sobre Masó y poco sobre Weilenmann, y pocas fueron las alabanzas que este
último recibió. ¿Quién era realmente ese señor, qué pretendía, qué movía y
qué consiguió?



A modo de biografía


Muy poco sabemos de la juventud de Friedrich Weilenmann, un poco más de lo
que hizo durante la segunda y a principios de la tercera década de siglo
pasado cuando aún no había tenido contacto con Andorra o mejor dicho con
los andorranos.[16] Nació el 10 de junio de 1880. Conocemos el nombre y el
apellido de sus padres, pero nada más sabemos de su situación familiar.
Opfikon, el pueblo donde nació, forma hoy día parte de la ciudad de Zürich,
capital del cantón del mismo nombre. Está ubicado en la parte de Suiza
donde se habla alemán.

Parece que Weilenmann no tenía ni estudios medios ni superiores. No hablaba
ni francés ni español y que sepamos tampoco inglés. El catalán tampoco lo
hablaba, claro está, por lo cual se tendría más tarde siempre que servir de
intérpretes y traductores para poder comunicarse y llevar a cabo sus
actividades en Barcelona y Andorra.

Tampoco queda claro qué oficio aprendió y ejerció ni cuando se casó. Sólo
parece claro que sobrevivió a su mujer. Las pocas informaciones asequibles
nos lo presentan ejerciendo actividades variopintas. En una carta del año
1928, enviada por el Ministerio del Interior de la República Francesa al
Prefecto de Perpiñán se dice que Weilenmann se hace pasar ahora por
comerciante y que antes era mecánico.[17] Y en un segundo documento
paralelo que contiene información recabada por los servicios secretos
franceses en Suiza[18] se habla de algunas de sus actividades.

Es este último un extracto de un fallo judicial; se refiere a los años
antes y durante la Primera Guerra Mundial en su neutral patria. Una demanda
contra un oficial de policía interpuesta por el propio Weilenmann que
alegaba una difamación había causado el fallo. Weilenmann había solicitado
de las autoridades locales responsables de la educación la oportunidad de
presentar a los alumnos de un colegio local – como aviador que decía ser –
un avión cobrando una pequeña suma. Un comisario de policía, alarmado por
un anuncio correspondiente en la prensa local, había avisado a la autoridad
municipal de la dudosa reputación de Weilenmann[19] resaltando que era un
conocido proxeneta, que tenía pendiente un juicio por tráfico ilegal de
medicamentos, que no era piloto y que tan sólo había pilotado un avión una
sola vez en su vida saliendo lesionado del accidente que ocasionó.

En primera instancia el tribunal, efectivamente, consideró difamatorias
estas afirmaciones y condenó al comisario a pagar una indemnización y a
correr con los gastos del juicio. Tanto éste como Weilenmann recurrieron la
sentencia. Weilenmann y su abogado, sin embargo, no se presentaron al
segundo juicio y fueron condenados a indemnizar al comisario al considerar
probado el tribunal, una vez valorado las pruebas aportadas, que el
comisario estaba en su pleno derecho y había cumplido con su deber
informando a la autoridad de la dudosa reputación de Weilenmann quien ya
había sido juzgado por homosexualidad en 1912.

En el mismo documento de los servicios secretos también se le relacionaba
con el espionaje. Dice el texto, sin embargo, que no fue nunca oficialmente
denunciado ni acusado ni se aportaron en ningún momento pruebas que
pudieran fundamentar tales sospechas. No se sabe a favor de qué nación
extranjera debía espiar, presuntamente, en su neutral Suiza.

En 1922 Friedrich Weilenmann entra por primera vez en contacto con
andorranos, en la Feria de ganado de Chur (Suiza) según cuenta él mismo en
su libro.[20] Entonces, o lo más tarde tres años después, debía de disponer
de dinero o ingresos regulares suficientes como para dejar su patria y su
negocio u ocupación, fueran lo que fueren, por lo menos temporalmente,
para trasladarse durante épocas cada vez más prolongadas a Barcelona y
Andorra y financiar, aparte de esos viajes y estancias, las no pocas
actividades desarrolladas en y alrededor de los Valles, en Madrid y París,
Berna, Ginebra y quizás también en Bruselas.

A la Feria del ganado del año 1925 había viajado un grupo de andorranos
para comprar ganado vacuno y llevarlo a su patria.[21] A la hora de
organizar el transporte del ganado adquirido y de cumplimentar las
formalidades aduaneras surgieron dificultades. Entonces Weilenmann
intercedió y les echó una mano. El, parco en palabras sobre los primeros
contactos en Suiza, Andorra y Barcelona, no nos hace partícipes del
desarrollo de esos contactos.

¿Habían viajado los andorranos anteriormente a Suiza? ¿Cómo se les ocurrió
ir precisamente a Suiza? ¿Le conocían ya a Weilenmann cuando fueron o
cuando volvieron al año siguiente? ¿Le agradecieron su ayuda invitándole a
visitar su país? ¿Quiénes fueron? Muchas preguntas difíciles o imposibles
de contestar.

No habrá habido mucha gente en los Valles que en aquel entonces se pudiera
permitir el lujo de ir a Suiza para asistir a una feria. No sabemos nada
sobre el inicio de los contactos entre Weilenmann y los andorranos. Pero
algún contacto anterior – y bastante intenso – tuvo que haber existido
porque cuando Weilenmann comenta su primera visita a Andorra en diciembre
de 1925 dice haber empezado directamente a convertir en realidad sus planes
de reforma para Andorra.[22] Tuvo que haberse informado y preparado mucho
antes de su primer viaje porque, a pesar de su cortísima estancia en
Andorra que no llegó ni a un día entero, se había traído un valedor e
intérprete de alto rango a Raymund Netzhammer, ex-obispo de Bucarest, que
después de dejar su sede episcopal en 1924, vivía algunos años retirado en
el monasterio de Einsiedeln (Suiza).[23]

Weilenmann se sintió llamado a organizar un servicio y una administración
de correo modernos en los Valles como base de ingresos para la financiación
de proyectos en otros campos como p.e. la educación y la sanidad. Y esto, a
su vez, debía servir de base para llegar a establecer un nuevo status
político-social en Andorra y conseguir una auténtica independencia del
"yugo de los copríncipes", idea esa última que supo esconder durante años
detrás de sus esfuerzos en el campo de la administración postal. Tan sólo
los franceses, más exactamente el prefecto de Perpiñán y el veguer francés,
poseían informaciones que hubieran permitido llegar a esas
conclusiones.[24] Los franceses no querían intervenir, el copríncipe
episcopal no se dio cuenta de las intenciones y del verdadero alcance de
los planes del suizo.

Y parece que su contacto con Andorra y sus vivencias allí y con sus amigos
habían sido para él una especie de conversión paulina, o dado el caso
concreto, agustina. En todo el tiempo que pasó en Andorra y Barcelona no se
oyó ni se publicó[25] la más mínima cosa que le implicara en algún negocio
turbio. De haber sido así hubiera sido una oportunidad magnífica para sus
no pocos enemigos para discreditarle a él personalmente y su proyecto y, a
partir de 1934, también a la organización que copresidía.

La cuestión postal: 1925-1931[26]

La mayor parte de su actividad hasta 1933 gira alrededor de los intentos de
la instauración de un servicio postal andorrano para cuyo funcionamiento
había desarrollado junto con el subsíndico Cairat y Pere Torres Riba un
plan bastante detallado. Desde un principio tenía muy claro que lo más
importante en ese contexto era el reconocimiento de Andorra como miembro de
la Unión Postal Universal (UPU), cosa que no mencionaba cuando trataba con
las autoridades españolas y francesas.

Francia – impulsada por las constantes quejas de los andorranos[27]
referentes a su deficiente servicio postal que realmente no era más que el
servicio de correo interno de la Viguería – había intentado en vano
garantizar una conducción y entrega regular de su correo. Al no conseguir
ningún resultado concreto se dirigió en 1924 a Madrid para organizar
conjuntamente con el país vecino tal propósito encaminando el correo por
territorio español vía Bourg-Madame-Puigcerdá- [Le Seo de Urgel]/ Andorra.
Los españoles, sin embargo, no mostraron ningún interés a pesar de los
repetidos intentos franceses entre otras cosas porque después del primero
habían puesto en marcha una propia iniciativa para la reorganización de sus
servicios rudimentarios, pero eficaces. De esta forma la Dictadura de Primo
de Rivera quería asegurar la influencia española en los Valles.

Los españoles dieron largas a las propuestas francesas y utilizaron al
obispo para elaborar un dossier de viabilidad de su proyecto. Todo se hizo
de forma casi secreta e inoficial así que los andorranos no tenían ni idea
de lo que planeaban sus vecinos y el obispo creía que la larga fase de
planificación era un síntoma de la conocida ineficacia burocrática que
llevaría al final al olvido del proyecto.

Ante el aparente desinterés de llegar a un acuerdo con la España de Primo
de Rivera, en París Exteriores empezó a estudiar más detenidamente las
propuestas andorranas que Weilenmann había presentado mientras tanto[28] y
que se consideraban en un principio viables pero aún poco detalladas. El
veguer Charles Romeu tuvo que mandar a París un corto pero completo dossier
sobre el estado del servicio de correo en los Valles y al Consejo General
se le pedía que detallase sus planes.

Parece que parte de la culpa por la que no prosperaron los esfuerzos del
suizo fue la falta de unidad en el Consejo, debido, probablemente, a
rencillas e intrigas internas. Algunos miembros rechazaban a Weilenmann y
sus intentos porque le consideraban "el hombre del obispo". Había
conseguido el apoyo del obispo por el poder de convicción del ex-arzobispo
Raymund Netzhammer quien avalaba las ideas y buenas intenciones del
suizo.[29]

El juego del Consejo General y de la Sindicatura es difícil de comprender.
Por un lado apoyaron a Weilenmann y le mandaron a Perpiñán para que
expusiera sus propuestas al prefecto. Oficialmente, sin embargo, le dieron
la espalda, alegando que no tenía ningún mandato y presentaron una moción
propia que el mismo prefecto califica de idéntica a la de Weilenmann lo
que, en efecto, era.

El Consejo rechazó oficialmente la solicitud de concesión del servicio
postal del suizo en la que éste además había pedido que se le concediese la
nacionalidad andorrana para poder negociar mejor tanto con las naciones
vecinas como ante la Unión Postal Universal (UPU) en Berna y en Ginebra
ante la Sociedad de Naciones (SDN). La concesión para la emisión de sellos
andorranos se la dieron a Fernando Escala y Coste[30], un empleado del
Ayuntamiento de Barcelona, quien, una vez establecido el servicio español,
renunciaría a sus derechos.[31]

Apoyado por el obispo, Weilenmann empieza a negociar también en Madrid. En
el ministerio le dan largas. El Gobierno de Primo de Rivera no desvela ni a
él ni al obispo que ya estaba firmemente decidido a implantar una
administración postal española en los Valles a su gusto, sin tener en
cuenta las exigencias del Mitrado ni la voluntad de los andorranos.

Cuando entre mediados y finales de noviembre el obispo y los andorranos se
dan cuenta de la jugarreta del gobierno español ya es tarde. El obispo no
quiere admitir ante el Consejo General que ha sido engañado por Primo de
Rivera, los andorranos, sorprendidos y sin información previa por parte del
obispo, se sienten traicionados por él y creen en un complot tramado entre
él y el gobierno de la Dictadura. Los franceses, igualmente sorprendidos,
pronto se dan cuenta de que España no dará marcha atrás, pero se niegan a
vetar la medida española porque podría poner en peligro sus propias
aspiraciones en ese campo. Así que no toman ninguna medida en contra.[32]

Una vez instaladas las oficinas españolas las negociaciones del obispo con
Madrid tenían pocas perspectivas de éxito. Al final el obispo Guitart tiene
que aceptar la medida española, sólo le queda una cláusula según la cual es
imprescindible su participación y anuencia en el caso de cualquier cambio
futuro dentro del la organización del servicio postal.

Weilenmann que había estado negociando en Madrid, París y Perpiñán se vio
igual de engañado que los andorranos, pero no se dio por vencido. De vez en
cuando daba una conferencia en los Valles, explicando sus planes para un
servicio postal andorrano, siempre asistido por alguien que hablara
castellano o catalán.


Otras actividades




Los intentos de Weilenmann de instaurar una administración postal andorrana
tuvieron en cuenta desde un principio la proyección internacional que a la
fuerza requería tal empresa a la corta o a la larga. Una administración
propia no tenía ningún valor práctico ni prometía ningún beneficio si se
limitaba a los Valles y no solucionaba el envío del correo a Francia y
España así como el nfuncionamiento de otros servicios complementarios como
p.e. el giro postal dentro del marco de la UPU y más allá de ella. Ser
miembro (de derecho propio) de la UPU era la única garantía de seguridad
posible para tales servicios. Sin esa especie de garantía internacional que
al mismo tiempo hubiera significado un cierto "reconocimiento" jurídico-
político de Andorra como estado no había ninguna base estable y duradera.

La idea de Weilenmann no era solamente proporcionar a Andorra una
administración independiente de sus vecinos sino sentar las bases para una
independencia total de Andorra de sus copríncipes. Como el país no tenía
una constitución política (moderna y democrática) había que conseguir el
reconocimiento de su derecho a una propia. Como los copríncipes no estaban
dispuestos a ceder sus derechos en los Valles había que intentar apuntar a
Andorra a algún organismo internacional consiguiendo así implícitamente el
derecho de la gestión propia de sus asuntos. Tales organismos eran p.e. la
UPU y la SDN.

Había que preparar el terreno poco a poco. A falta de partidos políticos y
periódicos y sin la posibilidad de asociarse dentro de los Valles era muy
difícil llegar a la gente y más como extranjero. En Barcelona con varios
centenares de andorranos residentes era más fácil. No solamente en Andorra,
también y quizás más claramente visible fuera de ella, empezaron los
andorranos a despertar y concienciarse en aquellos años de que tenían que
hacer algo para que sus compatriotas en casa se dieran cuenta de la
necesidad de hacer algo por el desarrollo de los Valles y para que su
patria saliera de la Edad Media y participara en los progresos del mundo
moderno.

Tal como lo estaban haciendo los andorranos en Béziers y Perpignan, también
en Barcelona se reunieron los allí residentes y se organizaron.[33] Luego
publicarían el Buttletí de la Societat Andorrana de Residents à Barcelona
con el que querían hacer llegar sus ideas, bastante moderadas, por cierto,
a sus compatriotas.[34] En ese momento Weilenmann intenta meter baza allí.
Convoca una reunión en el seno de los residentes en Barcelona y expone sus
ideas. Pero la conveniencia de prescindir de los copríncipes era una opción
que aún no cuajaba entre los asistentes. No había aún razones suficientes
como para que tal proyecto resultara medianamente razonable y lógico. El
obispo tenía todavía mucho prestigio y su postura en la cuestión postal
(mal entendida y nunca realmente explicada a los andorranos) era hasta el
momento lo único que hubiera podido desprestigiarle. Y la mayoría de la
población veía tan sólo las ventajas del correo español y de sus nuevos
servicios y no se daba cuenta de las implicaciones políticas que
conllevaba.

Así que Weilenmann consiguió reunir tan sólo una docena de gente
potencialmente interesada en acciones políticas en los Valles. Y, teniendo
en cuenta lo anteriormente dicho, no debe de extrañar que su intento fuera
un fracaso rotundo. La mayoría de los asistentes por lo visto interpretó
sus ideas como intentos de intromisión en donde no le habían llamado y de
instrumentalización de su "naciente" organización y de los emigrantes para
fines izquierdistas.[35]

En su discurso había propuesto además la fundación de una organización que
debiera de ocuparse de que se oyera la voz de Andorra en Europa para que se
reconociera de alguna forma la existencia de este país y de su derecho a
decidir y defender de una forma moderna y democrática sus derechos a la
forma de gobierno y de convivencia que a ellos les pareciera adecuada. Para
conseguir este fin había redactado un esbozo de unos estatutos que presentó
en esa ocasión.[36]

Además de la intención de darse a conocer en Ginebra, la sede de la SDN,
había proyectado afilarse en la Liga Pacifista y entrar en contacto con la
Corte de Justicia Internacional en Bruselas.[37] La funadación de una
Asociación Andorrana para la Sociedad de Naciones (Liga de Paz y de la
Sociedad de Naciones) parece haber fracasado. No habla de ella en su libro
ni se encuentran más evidencias sobre el intento de fundación ni sobre la
necesaria inscripción en el registro de asociaciones de Barcelona.

Weilenmann no pudo convencer a los asistentes así que tuvo que desistir,
por el momento, de este intento. Los únicos resultados palpables de su
actución en esa dirección son dos artículos sobre Andorra publicados en
periódicos suizos.[38]



La cuestión postal: 1931-33

Entre 1930 y 1931 se deterioran espectacularmente las relaciones entre el
Consejo General y ambos copríncipes. Donde más se nota es en las relaciones
con el obispo. Después de la políticamente nunca aceptada implantación del
servicio postal español del que los andorranos culpan al obispo las
relaciones entre ambas partes van de mal en peor. La concesión a la
F.H.A.S.A., negociada entre inversores y copríncipes prácticamente sin la
intervención del Consejo, el acuerdo franco-hispano en el congreso postal
de Londres en el que los dos países se repartieron los derechos sobre la
administración del correo y la consiguiente instalación de una segunda
administración postal, ahora francesa, el rechazo de una nueva propuesta
para un servicio de correo interno y la nulidad de los contratos de
concesión para una lotería de caballos, impuesta por los copríncipes,
habían envenenado el clima político. De hecho ya no había relaciones entre
el Consejo y el obispo más tarde calificaría la situación de ruptura.

En estas circunstancias que luego se agravarían y complicarían aún más con
el asunto de las escuelas "episcopales" y el de las solicitudes de una
reforma electoral para nombrar nada más que los dos conflictos más
llamativos, el final de la monarquía en España y la proclamación de la
República al Consejo General le viene como anillo al dedo. Mientras la
República piensa en suplantar al obispo en su papel de copríncipe, el
Consejo quiere aprovechar la oportunidad para organizarse con la supuesta
ayuda desinteresada por parte de la República e independizarse, primero del
obispo y luego del copríncipe francés. Para conseguir estos objetivos se
sirve de Andrés Masó y de Friedrich Weilenmann. Mientras que Andrés Masó se
ocupaba principalmente de las relaciones con el gobierno de la República
Española, el suizo seguía ocupándose de la cuestión postal y de las
relaciones internacionales imprescindibles en este contexto.

Desde que empezó a ocuparse de la cuestión de un servicio de correo
andorrano cuatro años antes, tenía muy claro que la puesta en marcha de tal
proyecto iba a ser muy difícil sin la anuencia del los copríncipes y de
España. Después del fracaso de sus negociaciones en Paris, Perpiñán y
Madrid en 1927, de su solicitud de concesión en el Consejo General, después
de la instalación de los servicios postales español (1928), el acuerdo
franco-hispano en el Congreso postal de Londres de 1929, el rechazo
definitivo de la propuesta del Consejo General en 1930 de crear unos sellos
andorranos adicionales[39], y la instalación de los servicios postales
franceses en los Valles (1931) sólo quedó una última posiblidad que
inicialmente había sido ideada como último paso para la eliminación del
poder de los copríncipesa a saber, una intervención directa ante las
autoridades internacionales: la Sociedad de Naciones (en Ginebra), la Unión
Postal Universal (en Berna) y quizá ante la corte de Justicia de la Haya,
una especie de suborganización de la Sociedad de Naciones.

En otoño de 1931 al Consejo General no le queda ya otra opción si quiere
conseguir todavía algo en el campo del correo que recurrir a una nueva idea
de Weilenmann y emitir una serie de sellos de beneficiencia.[40] Ese
proyecto especulaba con la obtención de unos ingresos fáciles a través de
la venta filatélica de esos sellos durante tan sólo unos pocos días. Pero
el visto bueno de las administraciones de los países vecinos hubiera podido
sentar también un precedente jurídico.

El Consejo General le concede a Weilenmann dos poderes.[41] El primero se
refiere a la emisión de la serie y le "confiere amplio poder al Sr.
Weile[n]mann para que en nombre y representación del mismo Consejo pueda
comparecer ante cualesquiera Autoridades, Ministros y Gobiernos al efecto
de hacer las gestiones necesarias y pudiendo hacer uso de todos los medios
legales para obtener la ejecución de la citada emisión de sellos."[42], la
segunda le autoriza a "... intervenir acerca del Gobierno Suizo
(Departamento Político) en el Secretariado General de la Unión Postal en
Berna referente al protocolo del Congreso Internacional de Correos en
Londres, a fin de pedir la anulación de dicho protocolo de Londres en vista
de que ni la Delegación de España ni la de Francia tenían el derecho ni
estaban autorizadas por el Consejo General de Andorra para gestionar y
hacer proposiciones en la Conferencia de Londres respecto a los Correos de
Andorra."[43] Lo sorprendente es que el obispo le vuelva a apoyar y le
entregue una carta de recomendación para el gobierno de Madrid.[44]

Una vez conseguidos los poderes Weilenmann vuelve a Suiza e intenta poner
en práctica sus planes. Se dirige a Giuseppe Motta[45], con quien ya había
tratado en años anteriores y éste le concede una entrevista durante la cual
Weilenmann le presenta su nuevo proyecto. Motta no pierde tiempo y se pone
inmediatamente en contacto con la UPU en Berna. El día siguiente ya recibe
la respuesta.

Garbani-Nerini, su Secretario General, le comunica, que notre Bureau ne
pourrait guère, sans commettre un acte d'indélicatesse, écrire aux
Administrations des postes de France et d'Espagne pour leur faire connaître
que vous nous avez soumis les pleins pouvoirs qui vous ont été conférés par
le Conseil général d'Andorre en vue de pourparlers à engager avec ces
Administrations au sujet de l'administration de timbres-poste pro juventute
qui seraient émis par ce Conseil général et vous recommander à leur
bienveillance. »[46] Se le recomienda a Weilenmann ponerse directamente en
contacto con las administraciones francesa y española. Es imposible saber
si es por delicadeza diplomática o para evitarse complicaciones,
probablemente una mezla de ambos motivos.[47]

A pesar de la contestación negativa Weilenmann, sin embargo, aun no tira la
toalla. Después de un nuevo viaje a Barcelona y Andorra entre Navidad y Año
Nuevo se vuelve a poner en contacto con el consejero suizo para pedirle
ayuda y apoyo para el recomendado intento de presentar su plan en Madrid y
París. Pretende que la diplomacia suiza "le preste apoyo introduciéndole
ante los correspondientes gobiernos."[48] Motta realmente le proporciona la
ayuda solicitada; sin embargo le indica muy claramente que "...el asunto es
una cosa totalmente privada."[49]

Las dos cartas que los embajadores mandan a Berna después de la visita de
Weilenmann en ambas capitales entre finales de febrero y principios de
marzo son los únicos documentos oficiales que demuestran el fracaso de su
misión.[50] Que dirait-on, en effet, au Département Politique d'un
Espagnol ou d'un Français qui se mêlerait d'apporter des changements aux
rapports existant actuellement entre la Suisse et la Principauté de
Liechtenstein?" comenta el Embajador de Suiza desde París, « … je crois
qu'il y a lieu de calmer par tous le moyens l'ardeur de M. Weilenmann.»
« Il parle même de saisir la Cour internationale de Justice et la Société
des Nations.».

Así se esfumaron las posibilidades de emitir sellos andorranos de
beneficiencia. En verano, después de volver a discutir la situación, la
Sindicadura optó por otro camino para conseguir su meta. Decidió presentar
en la sede de la UPU en Berna con ayuda del gobierno suizo una solicitud de
adhesión a esta organización. A raíz de las negociaciones fracasadas en
Francia y España no había otra posibilidad que encomendarse a la ayuda
helvética. Además de la adhesión Weilenmann pide en nombre de los
andorranos la anulación de los párrafos sobre Andorra incorporados a raíz
de un acuerdo franco-hispano en los protocolos del congreso postal de
Londres de 1929 en el que París y Madrid se repartieron los derechos sobre
la administración postal de los Valles.[51]

La respuesta de Motta es contundente: Su comunicación obtuvo nuestra plena
atención y fue examinada a conciencia. Tuvimos que concluir, sin embargo,
que las bases jurídicas no nos permiten cursar su solicitud a las
autoridades internacionales o a los gobiernos competentes."[52] La
iniciativa de Weilenmann y del Consejo General ha fracasado.

A principios del año 1933 parecía haber llegado, por fin, la hora que había
esperado la Sindicadura. Los nuevos aires republicanos que entraron en los
Valles desde España después de la abdicación de Alfonso XIII y la
instauración de la República habían hecho mella en Andorra y levantaron
esperanzas de cambio. Fueron un catalizador más para las reivindicaciones
que muchos jóvenes y no tan jóvenes andorranos dentro y fuera de los Valles
estaban propagando desde hacía algún tiempo. Parecía que Andorra se iba a
abrir al mundo no sólo en el plano económico (turismo, FHASA, sin hablar de
diversos posibles proyectos planteados) sino también en el plano político
(sesiones públicas del Consejo General, derecho a voto activo a los 20,
pasivo a los 30 y sobre todo el proyecto de elaboración de una nueva
constitución).

Ahora, por fin, después del fracaso de todas sus anteriores iniciativas y
después de la instalación de la oficina española y el bureau francés, el
Consejo General accede a la renovada solicitud de Weilenmann quien parece
ser la única esperanza que le ha quedado al Consejo General. Le concede la
nacionalidad andorrana, le renueva y confirma los plenos poderes para que
negocie oficialmente la adhesión de Andorra a la UPU, primeros pasos para
una total independencia del país. Y en reconocimiento de su larga e
incansable lucha le nombra además ciudadano honorario de Andorra.[53]

Weilenmann pone manos a la obra y vuelve a intentar lo que en sus
anteriores intentos no había logrado. Pero después de sus últimos fracasos
no le quedaban de momento pasos concretos. Había que esperar hasta el
próximo congreso de la UPU que se iba a celebrar en 1934 en El Cairo. Como
la solicitud de adhesión había fracasado en la Secretaría General de la UPU
se le encargó al suizo volver a solicitar lo mismo personalmente o
acompañado de una delegación andorrana durante la celebración del siguiente
congreso.[54]

Sin embargo, todos sus esfuerzos se quedan truncados por la intervención de
los gendarmes franceses en agosto del 1933.


Una nueva etapa


Con la entrada de los gendarmes franceses el panorama político de los
Valles cambia decisivamente. Los andorranos pronto se dan cuenta de que no
tiene sentido oponer resistencia a la intervención francesa consentida y
tolerada por el obispo. Aceptan lo inevitable. Sin embargo, el Consejo
General destituido juega sus últimas bazas. Se reúne con la presencia de
Weilenmann en un hotel de Barcelona y decide protestar contra la medida
francesa ante la Sociedad de Naciones. Interpreta la actuación francesa
como una agresión bélica y la considera una flagrante violación del pacto
Kellogg.[55] Pide la retirada inmediata de las fuerzas francesas. Es otra
vez en Weilenmann en quien recae la tarea de representar a los andorranos y
defender sus intereses ante las autoridades internacionales en Ginebra.

Weilenmann envía la protesta a Ginebra el 30 de agosto, acompañada además
de copias del fallo del Tribunal de Corts del 10 de julio en el que ordenó
la destitución del Consejo General así como los dictámenes del abogado
barcelonés Odón Hurtado y otro de los abogados Emilio Román, Ramón Valls y
Josep Casals relativo al mismo fallo.[56] La protesta llega a su destino el
día 1 de septiembre según consta en el sello de entrada.

Pero esa nota no es el primer escrito que llega a Ginebra en el contexto de
la acción francesa. El 19 a las 23.20 se manda desde Barcelona un telegrama
al presidente de la Sociedad de Naciones protestando en nombre del Consejo
General.[57] El telegrama llega el día 21 y es presentado el día siguiente
con un comentario y una nota al Secretario General. Al no conocer la
identidad del remitente Pierre Font y al considerar que sólo los
copríncipes tienen el derecho de representar Andorra internacionalmente se
llega a la propuesta: "The conclusion would seem to be that no official
action can be taken on this telegram."

Así que tampoco sorprende que en el seno de la Sociedad de Naciones no
hubiera mucho interés en remover el asunto a raíz de la protesta enviada
por Weilenmann semana y media más tarde.[58] Una nota manuscrita en el
mismo encabezamiento de su carta lo demuestra: "M. Azcárate est d'opinion
qu'on ne doit pas répondre. 5.9.1933".

Es de suponer que el suizo intentó repetidamente ponerse en contacto con
algún cargo importante de la organización porque medio año más tarde aún no
había tirado la toalla a pesar de no haber conseguido nada concreto. El
archivo de la Sociedad de Naciones conserva una carta de él del día 22 de
abril en la que se dirige al Sr. Avenol, Secretario General de la
organización: Weilenmann pide que sea recibido para poder presentar
personalmente sus poderes e interesarse por la protesta andorrana. No
recibirá contestación.

Con las rápidas elecciones y la retirada de los gendarmes se normaliza la
situación en Andorra. La crisis ha durado apenas dos meses. Con unas
elecciones celebradas dentro de la "antigua" legalidad todavía vigente y la
constitución de un nuevo Consejo General, Andorra empieza de nuevo como si
en los últimos tres años no hubiera pasado nada. Y aunque – como parece –
en el nuevo Consejo los consejeros favorables a los copríncipes tenían tan
sólo una estrecha mayoría, había pocas esperanzas de conseguir un cambio
político más allá de la reforma electoral que se había quedado corta tal y
como los copríncipes finalmente la habían enfocado. La vieja Sindicadura
estaba discreditada y no había podido presentarse a las elecciones. Por
otro lado existía el miedo de que los franceses pudieran volver a
intervenir en caso de una política hostil a los copríncipes.

A partir de aquí empieza una nueva etapa para Weilenmann. La cuestión
postal pierde su importancia y el protagonismo lo adquiere la lucha abierta
contra los copríncipes por la independencia de Andorra. La nueva situación
ha puesto fin a las actividades del suizo alemán al servicio del Consejo
General. Ya no tiene amigos en posiciones influyentes en Andorra.

Si Weilenmann no quería dar todo por perdido tenía que poner ahora sus
cartas sobre la mesa. Y eso fue lo que hizo. Después de sus intervenciones
fracasadas, funda junto con Eduardo Bonell y otros activistas la Asociació
dels Andorrans Emigrats en Barcelona. Ahora, después del fracaso de la idea
independista y de la amplia reforma electoral inicialmente planeada, sí se
encuentra en Barcelona alguna gente que apoya su idea de una Andorra
independiente de los copríncipes. Para difundir su ideario edita a partir
de diciembre de 1933 el periódico El Andorrà.

Al principio, el suizo sigue intentando meter baza en la politica andorrana
con la ayuda de su secretario Albert Schaub. No sabemos de qué forma
concreta lo hizo, probablemaente hizo imprimir y distribuir algunos
pasquines o panfletos. Lo que sí queda claro es que intentaba influir la
opinión de algunos consejeros, cónsules y otros personajes importantes con
cartas que defendían sus ideas y llamaban a apoyarlas. Pero los copríncipes
intervienen con cierta rapidez y contundencia. A finales de febrero de 1934
Schaub es detenido en un hotel de Escaldes mientras preparaba la llegada de
Weilenmann a Andorra. Se le acusa ante el Tribunal de Corts. El 1 de marzo
se publica la sentencia, se ha decidido "l'expulsió indefinit del territori
andorrà d'Albert Guillaume Schaub" por su "... intervenció ... en els
assumptes polítics d'aquestes Valls ...".

Después de la expulsión de su secretario la actividad de Weilenmann en
Andorra es cada vez más reducida ya que, como sabemos, dependía de su
secretario para hacerse entender. Ya no se atreve a pisar suelo andorrano.
En el primer aniversario de la "declaración de independencia" en la
Asamblea Magna del 29 de julio de 1933 hace imprimir y distribuir una
especie de número extra de El Andorrà. Se titula 29 de Juliol. Conmemora
los acontecimientos del año anterior, lamenta el desarrollo posterior y
condena la postura y la actuación de los copríncipes.

Su periódico no se publicó de forma regular, pero la media era de una
edición cada dos meses. Comprendía entre cuatro y ocho páginas y se vendía
también en uno o dos quioscos de la Seu de Urgel. Su primer número se
publicó en diciembre de 1933, el último, el número 18, en julio de 1936.
Parece que Weilenmann mismo no escribió ni un sólo artículo en su
periódico, dos o tres artículos parecen estar inspirados más o menos
directamente por él. Se limita a financiar la publicación.

En su artículos se denuncian hasta el cominenzo de la Guerra Civil Española
una y otra vez el injusto fallo del Tribunal de Corts del 10 de junio de
1933 que había destituido al antiguo Consejo General, el caso omiso que
habían hecho los copríncipes a la voluntad popular a favor de la
independencia de Andorra expresada en la Asamblea Magna del 29 de julio, la
intervención francesa, los abusos de los copríncipes y los intentos de
manipular la política andorrana. Se lamentaba de que "Tres anys de la
lluita d'Andorra contra els seus senyors feudals"[59] no habían dado
todavía ningún resultado palpable.

Es muy difícil determinar qué influencia real tenía el periódico en
Andorra. Lo que sí queda claro es que los artículos allí publicados y los
reiterados intentos de distribución en los Valles molestaban bastante a
ambos copríncipes. Las protestas del obispo ante José Tarongí, el delegado
de la República Española ante el obispo, surten cierto efecto. Tarongí
actúa y realmente consigue que la censura se ocupe regularmente de la
revisión y control de los artículos del periódico como se puede apreciar en
los correspondientes avisos redaccionales y los espacios y columnas vacíos
de las ediciones de los últimos dos años. Se llegó incluso a sugerir a la
adminstración postal no entregar envíos de ese periódico.[60] El prefecto
de Perpiñán recomendó incluso subvencionar el periódico Poble Andorrà,
publicado por el Casal Andorrà, otra asociación políticamente más moderada
de los emigrantes que no optaba por la independencia del país para
contraarrestar un tanto la propaganda antifrancesa de El Andorrà.[61] Y el
embajador francés en Madrid[62] recibe órdenes desde París de protestar
contra el periódico y la actuación del pequeño, pero muy activo grupo de
Weilenmann.

El último número de El Andorrà, el 18, anuncia el final de las actividades
del suizo en Barcelona. Ante la imposibilidad de actuar en Andorra a causa
del aislamiento de los Valles durante la Guerra Civil finalmente se retira
de Andorra y Barcelona y se vuelve a dedicar a su granja avícola en Suiza.

Como especie de memoria o testamento publica en 1939 en Zurich el ya
mencionado libro con el que pretende desenmascarar a los copríncipes y
demás actores interesados en el escenario andorrano contando su verdad
sobre Andorra. A partir de los años 40 ya no tenemos noticias de
Weilenmann. Su mujer murió antes que él. Los documentos sobre Andorra que
tenía en su poder se han perdido para siempre. Intentos por parte de unos
filatélicos de encontrarlos y salvarlos ya fueron en vano a los pocos años
de su muerte.


Weilenmann y Boris Skossyreff


Friedrich Weilenmann también conocía a otro "ilustre" personaje de la
historia moderna andorrana, a Boris Skossyreff, el pretendiente al (nunca
existente) trono de Andorra. Nunca hubo ningún encuentro personal entre
ambos, y parece que le había visto al ruso tan sólo en dos ocasiones,
entretenido en conversaciones intensas con Michel Roig, el encargado de la
oficina del correo francesa, y con el Maréchal des Logis-Chef Larrieu
quien era el instructor de la policía andorrana entre 1931 y 1933.[63] Pero
Weilenmann sabía o creía saber quién realmente era Skossyreff y para qué
había venido a Andorra.[64] En su libro sobre Andorra le dedica un capítulo
entero con el título "El falso príncipe de Andorra".[65] Cree haber
descubierto su papel de agente francés, encargado de desacreditar
definitivamente la política contra los copríncipes de los años 1931-33 y
sobre todo a él personalmente.[66]

Después de haberse instalado a principios de 1934 en el hotel Parilla de
Escaldes junto con su amante Florence Marmon empieza a iniciar sus
actividades. El primer paso para conseguir su objetivo era la carta que un
tal Prince Guy John di Parillo manda a Andorra y que se presenta en febrero
de 1934 ante el Consejo General.[67] En ella el autor ofrece en nombre de
su supuesto primo, cambios políticos y económicos importantes en los Valles
a cambio de la corona de Andorra y la instalación de su familia como
familia dinástica. La corona se haría cargo de todos los gastos
administrativos, le pagaría 400.000 pesetas al obispo, la suma aproximada
que los andorranos tendrían que pagar en concepto de quistia en los
próximos mil años, para que el obispo considerara satisfechos sus derechos.
Aseguraría la entrada del país en la Sociedad de Naciones, establecería
relaciones diplomáticas con Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña y
Alemania, fomentaría el turismo, reorganizaría el sistema escolar y
garantizaría una solución satisfactoria en cuanto a las diferentes
concesiones otorgadas o por otorgar por el Consejo General.

La carta nunca fue hecha pública. Sólo corrían rumores sobre su autor y su
contenido exacto lo cual llevaba a muchas especulaciones no solo en la
prensa española sobre la verdadera autoría de la oferta allí
presentada.[68] Esta carta era realmente el preludio de la actuación de
Skossyreff, ideado y concertado por los mismos franceses.

El 7 de febrero empieza la actuación del ruso. Dirige una carta abierta al
Duque de Guisa, el pretendiente al trono de Francia, que reside en el
exilio cerca de Bruselas.[69] De forma retóricamente muy astuta sugiere
Skossyreff que él mismo sea el autor de la oferta de 800.000 pesetas
anuales (¡!) hecha al Consejo General dejando hábilmente en el aire su
papel en este asunto y en otros que también menciona.[70] Concluye que la
corona de Andorra sólo le corresponde al Duque de Guisa y que su propio
papel es el de un mediador o sustituto (temporal) del Duque. Con la misma
habilidad sugiere que él ha pedido e incluso obtenido el consentimiento del
Duque con su actuación: El Duque de Guisa está dispuesto a aceptar la
corona y/o el poder en Andorra que Skossyreff asumiría provisionalmente en
su nombre.[71]

El 12 de junio lanza desde Saint-Cannat[72] un panfleto contra el
presidente de la República francesa. El texto presuntamente había
acompañado su antes mencionada solicitud en el Consejo General del 17 de
mayo que le había valido la expulsión de los Valles.[73] Allí demuestra de
forma genealogicamente correcta el derecho del Duque de Guisa a la
soberanía sobre Andorra, cosa que con sorpresa tiene que admitir también
Weilenmann que se había ocupado ampliamente en los primeros capítulos de su
libro de esa parte de la historia andorrana llegando a la misma
conclusión.[74] Según el panfleto el Duque había pedido ante un tribunal
parisino que le reconociera los mencionados derechos ya que los andorranos
le apoyaban.

Skossyreff sigue con su plan de implicar desde La Seo de Urgel a todos los
amigos de la independencia de Andorra de los copríncipes para luego
compremeterlos en beneficio de los franceses. Así que, para camuflar sus
verdaderas intenciones, lanza el 24 de junio un panfleto contra el veguer
Samalens y el ex-ministro francés Albert Sarrault.

El 9 de julio le manda una carta a Weilenmann para animarle e invitarle a
participar en lo que tiene preparado.[75] El contenido le descubre como
agent provocateur. Dos días más tarde lanza su famoso Manifest: declara la
guerra al obispo, se autoproclama Boris I., príncipe de los Valles de
Andorra, destituye el Consejo General, instaura un gobierno provisional
bajo la presidencia de Pere Torres Ribas que celebrará elecciones antes del
1 de agosto.

Al día siguiente le llega a Weilenmann otra carta. La firma (¿y escribe?)
Florence Marmon, la querida de Skossyreff.[76] Le invita en nombre de Boris
a participar en su golpe de estado. "Me pidió que le rogara venir lo más
pronto posible para ayudarle a proporcionar a ese pequeño país un gobierno
digno."[77]

La detención del pretendiente en Seo de Urgel el 21 de julio pone un fin
provisional a esa comedia que termina con su encarcelación en la cárcel
Modelo de Madrid y su juicio en septiembre, cuando es condenado a un año de
cárcel. El hecho de que a Skossyreff le soltaran después de haber estado
tan sólo un escaso mes en prisión y le expulsaran hacia Portugal es otro
indicio más que prueba que actuó como agente francés.


Weilenmann ¿un agente alemán?


Después de ver lo que Weilenmann hizo en Andorra y Barcelona queda la
pregunta si realmente era un agente de alguna potencia extranjera tal y
como algunos autores sostienen. Hay dos fuentes para esa afirmación. Una es
el ya mencionado artículo del periódico El Diluvio de 1928, otra el dossier
de los servicios secretos franceses recabado en Suiza en el año y por
último queda un informe del cónsul francés en Zurich del 16.4.1936.[78]

Pero vamos a enfocar primero el problema desde una perspectiva un poco más
amplia. ¿Quién podía tener interés en recabar informaciones de carácter
militar, policial, político o económico sobre Andorra?

Hasta los años 20 y principios de los 30 del siglo pasado la economía
andorrana se basaba casi exclusivamente en la agricultura y la ganadería. A
falta de infraestructuras modernas los apartados y casi inaccesibles Valles
representaban aún dentro de su pequeñez una nimia potencia económica. A
falta de una propia fuerza militar y a falta de intereses expansivos
tampoco había necesidad ni posibilidad de buscar ni de encontrar
información militar propiamente dicha. Y es casi ridículo pensar que la
minúscula fuerza policial fuera objeto de espionaje.

¿No recababan, pues, las naciones vecinas información sobre Andorra? Sí.
Aunque del mismo país no salía ningún peligro de agresión, sí se podía
pensar en la utilización de Andorra en un posible enfrentamiento entre
España y Francia. Los militares españoles pensaban, efectivamente, en tal
posibilidad. Desde la invasión napoleónica de la Península, España era
consciente de esa opción y de la superioridad militar de su vecino.[79]

Creo, sin embargo, que se puede descartar una actividad de los servicios
secretos españoles en y alrededor de Andorra durante esa época. Parece que
el gobierno de la República tenía a sus servicios ocupados en la vigilancia
de sus propios militares sospechosos de poder planear un golpe de
estado.[80]

Parece ser que tampoco existieron planes militares franceses para usar el
territorio andorrano como puerta de entrada hacia España.[81] El teniente-
coronel Baulard tuvo que informarse de incógnito de la situación en Andorra
y dijo no tener ninguna información militar previa de la que hubiera podido
disponer para preparar sus operaciones.

La Viguerie d'Andorre sí tenía dossiers sobre algunas personas, sobre todo
extranjeras, que vivían en los Valles o los visitaban con frecuencia.[82]
Hasta mediados de los años 20 esos dossiers contenían casi exclusivamente
solicitudes y correspondencia oficial de las correspondientes personas con
la autoridad. Se trata de asuntos de pasaportes o de nacionalidad, en
ocasiones de casos judiciales o policiales. Weilenmann es, por cierto, uno
de los primeros sobre los que se recopila información más abundante: se
documenta ampliamente su actuación dentro y fuera del territorio andorrano
Andorra.

¿Y no había otros países que pudieran estar interesados en Andorra? ¿En
cuáles podríamos pensar? Inglaterra, Alemania, Italia y Estados Unidos
podrían ser candidatos. El Foreign Office se ocupará por primera vez y de
forma pasajera de Andorra a raíz de la intervención francesa de 1933.[83]
Hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando Andorra cobra cierta importancia
por ser uno de los pasos de salida para pilotos americanos derribados sobre
territorio enemigo, los Valles no preocupan a los americanos para nada. Con
Inglaterra ocurre algo parecido. En dos o tres legajos de los National
Archives en Kew se encuentran fotos de Andorra, un par de cartas y el
resumen de unas impresiones de un viaje privado de un militar por Andorra
en el año 1925/26.

Italia, como nos lo demuestra A. Gonzàlez, llega a interesarse por Andorra
a principios de los años 1930, un interés también pasajero que por lo visto
despertó Andrés Masó.[84] Puede que ese interés haya ido incluso un poco
más lejos de lo que dice Gonzàlez, al menos en un principio. La viguería
francesa sospecha de un noble italiano, acompañado por un oficial de la
reserva. A los dos les tienen vigilados durante su visita a Andorra.[85]

Queda Alemania. Y por sorprendente que parezca, los alemanes sí tenían
material sobre Andorra. Los correspondientes legajos en el archivo de
Berlín, sin embargo, ya no contienen ninguna documentación, las carpetas
están vacías. Aunque en teoría existen copias microfilmadas de ese material
perdido en los archivos ingleses parece que ya no nos podremos enterar de
qué tipo de material se trataba porque los microfilmes están – según dicen
los archiveros ingleses – tan deteriorados que ya no se permite su
manipulación. El material era de 1870 en adelante. Tampoco queda material
de los años 1920 hasta 1940 ni en Berlín ni en el archivo militar de
Freiburg.

Pero hay que detenerse un poco más con el asunto porque empezaron a partir
de la segunda década del siglo pasado a interesarse por España y en
especial por Cataluña. Allí estaban trabajando con especial dedicación,
allí prácticamente se "fundó" durante la primera guerra mundial lo que se
podría llamar la sucursal del servicio secreto alemán en España. En 1917
fue trasladado a Madrid.[86]

Cataluña era al principio el terreno preferido de la actuación los
servicios secretos alemanes en España. Era, aparte del País Vasco, el
centro industrial de España donde la actividad sindicalista era mayor y más
virulenta. A principios de los años 20, antes de la Dictadura de Primo de
Rivera, los enfrentamiemtos entre anarco-sindicalistas y empresarios habían
producido varios cientos de muertos anuales. Ahí intervenían también, con
la tácita venia de ciertos militares o cargos policiales españoles, agentes
alemanes financiando entre otras cosas a algunos de esos pistoleros. Las
actitividades del famoso "cónsul König" que también forman el trasfondo de
la novela de Eduardo Mendoza, La verdad sobre el caso Savolta, dan buena
cuenta de la situación de aquel entonces.[87]

La Marina alemana mantenía sus propios agentes en España. Eran muchas veces
los cónsules honorarios que solían residir en su mayoría en ciudades
portuarias, e informaban sobre la entrada y salida de barcos en los
correspondientes puertos, de su carga y de su destino.[88]

Los alemanes no disponían de un agente fijo en los Valles. En los días de
la "Revolución Andorrana", entre abril y septiembre de 1933, oimos en una
ocasión de un (presunto) agente alemán que estaba de visita en la
capital.[89] En su informe al Ministerio de Asuntos Exteriores, Origines de
la crise andorrane, comenta el nuevo veguer Samalens que "... plusieurs
agents [allemands] ont circulé ces temps derniers dans les Vallées".[90]
Según los informes de Baulard había unos agentes alemanes en la Seo, pero
el entonces teniente-coronel no sabe qué persiguen. Casi con toda seguridad
se trataba de agentes que tenían como meta preparar actuaciones en el marco
de los conflictos laborales de la F.H.A.S.A. Vendrían, igual que los
activistas de la FAI, de cuyas actividades se tienen bastantes noticias, de
Barcelona donde había sido reclutado el grueso de los obreros empleados en
las diferentes obras de la central eléctrica en construcción siguiendo la
ya arriba mencionada "tradición" alemana de inmiscuirse en las luchas
obreras catalanas. Más tarde, sin embargo, nunca más se vuelve a oír hablar
ni de él ni de otro(s).

El interés alemán en Andorra despertó con la llegada al poder de Adolf
Hitler en enero del 1933. Era un interés indirecto. Los servicios secretas
germanos no querían espiar – ya vimos que no había qué espiar – querían
fomentar las tendencias independentistas en Andorra que en la primavera del
1933 casi hubieran triunfado si no hubiera sido por la intervención de la
Gendarmería francesa. Su meta era desestabilizar Andorra y – en el mejor de
los casos – no solamente crear problemas a los franceses sino conseguir que
Andorra se independizara.

O sea que no es tan improbable como parece a primera vista que Weilenmann
sirviera de agente a los alemanes. Lo que, a mi juicio, sin embargo ya se
puede descartar es que esa presunta colaboración se diera desde el
principio de sus contactos con Andorra.

¿En qué se basaban, pues, las informaciones de los servicios secretos
franceses que decían que a Weilenmann le había sido reprochado ser un
agente alemán, pero que no se habían presentado pruebas correspondientes?
En agosto de 1915 Friedrich Weilenmann había sido detenido y acusado, en
efecto, de espionaje. Pero esta detención y la consiguiente encarcelación
se produjo en Colonia, o sea en Alemania. Weilenmann había viajado en enero
de 1915 a Colonia para hacer allí negocios. Por un lado traía dinero para
comprar a viudas de la guerra necesitadas de dinero las colecciones de
sellos de sus difuntos maridos, sobre todo colecciones de sellos de las
colonias alemanas en parte ya no existentes a esa altura de la contienda.
Por otro lado intentaba hacer algunos negocios de compensación. Intentaba
comprar en Alemania ácido acetil-salicílico para llevarlo a Suiza e
importar a cambio en Alemania lana y caucho.[91] Parece que algún
filatélico profesional de Colonia que temía por su negocio le denunció
alegando que la compra de sellos no era otra cosa que una tapadera para sus
actividades de espionaje contra Alemania. El día 5 de agosto Weilenmann fue
detenido sin que la detención fuera comunicada a su familia.[92] La
investigación policial del asunto no pudo dar con ninguna evidencia así que
el Tribunal de Guerra Extraordinario de Colonia le absolvió finalmente por
falta de pruebas. El 21 de noviembre salió de la cárcel y tuvo que dejar
Alemania.[93]

Creo que estos documentos prueban claramente que el informe de los
servicios secretos franceses estaba equivocado o más bien había causado
confusión. No se habían dado cuenta de que todo esto había pasado en
Alemania y no en Suiza. O sea que nadie le había reprochado nunca a
Weilenmann haber sido un agente de los alemanes.

Tenemos luego el artículo de El Diluvio que tanto preocupaba al veguer
francés. Es el único periódico que en una sola ocasión publicó algo sobre
las supuestas actividades de Weilenman como agente alemán. A parte de unas
extensas explicaciones de las (no en todos los puntos consistentes)
presuntas intenciones del espionaje alemán en Andorra dice que Weilenmann
frecuentaba en la capital catalana el local donde se reunían los espías
alemanes. Puede ser el punto de partida de unas sospechas, pero no hay nada
más. Investigaciones a propósito, hechas por el Consulado General de
Francia en Barcelona, no dieron ningún resultado.

Y, por último, queda el ya citado informe de la embajada francesa de Berna
de abril del 1936. Se basaba, como reza el texto, en información
confidencial de un desconocido que quería guardar el anonimato.[94] Como
ninguno de los informes de la policía suiza sugiere o constata ninguna
actividad o ningún contacto de Weilenmann con la extrema derecha se puede
cuestionar la seriedad de la acusación. Pero sea como fuere, esta
información no influye para nada en la cuestión de sí Weilenmann era un
agente alemán o no.

A la convicción de algunos autores de que Weilenmann era nazi posiblemente
haya contribuido una mal entendida o mal interpretada información a la que
se puede acceder por internet.[95] En 1947 se celebró en Luzern (Suiza) un
juicio contra un grupo de (neo-) nazis. Entre ellos figuraba un tal
Friedrich Weilenmann.

Nuestro Weilenmann comparte nombre y apellido con aquel, pero no comparten
fecha de nacimiento ni, por tanto, identidad. El (neo-) nazi Friedrich
Weilenmann nació el 5.11.1917 y no tiene tampoco ningún parentesco con su
tocayo.

Llama poderosamente la atención el hecho de que ni policía ni los servicios
secretos aportaran después de esa acusación grave y – a primera vista
bastante fundada – ningún indicio más sobre una actividad subversiva de
Weilenmann. Através del veguer, del battle y más tarde del viguier adjoint
el prefecto estaba al tanto de sus movimientos y actividades, pero nunca
hubo ni el más mínimo indicio añadido para un supuesto trabajo clandestino.
Aún así al Ministerio de Asuntos Exteriores francés no le preocupaba nada
de que el suizo pudiera ser un agente alemán ya que no se había presentado
ninguna prueba.[96] Y el dossier Weilenmann es el más copioso entre todos
los dossiers de la veguería a excepción del de Boris Skossyreff.


ADN = Archives Diplomatiques de Nantes (Nantes, F)
AMAE = Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores (Madrid, E)
AMU = Archivo de la Mitra de Urgel (Seo de Urgel, E)
ANA = Arxiu Nacional d'Andorra (Andorra la Velha, AND)
LDA = Llibre d'Actes
LDD = Llibre de les Decrets
APO = Archives des Pyrénées Orientales (Perpignan, F)
DPA = Délégation permanente pour Andorre
BAR = Schweizerisches Bundesarchiv (Bern, CH)
LNA = United Nations Office of Geneva, League of Nations Archives (Genève,
CH)
SHD = Service Historique de la Défense, Château de Vincennes (Paris, F)

-----------------------
[1] Véase Gerhard Lang-Valchs (GLV): Friedrich Weilenmann i el correu
d'Andorra, Papers de recerca històrica 5 (2009), pág. 103-117 y GLV:
L'organització del servei postal francès a Andorra. Papers de Recerca
Històrica 6, 2009, S. 14-21.
[2] Francesc Badia: El coprincep Mons. Justí Guitart i el seu temps (1920-
1940), Publicacions de l'Abadia de Montserrat, 2007, pág. 80 y 188.
[3] Amparo Soriano: Andorra durant la Guerra Civil espanyola, Andorra 2006,
pág. 27/28 y 34/35.
[4] Weilenmann no publicó ningún artículo propio en L'Andorrà, pero parece
que inspiró p.e. el artículo sobre Boris Skossyreff al que luego nos
referiremos. Schaub, su secretario, traductor e intérprete, redactaría
algún texto suyo en castellano para que otros lo tradujeran luego al
catalán. Bonell no es un pseudónimo. Se trata del conocido Eduardo Bonell,
ex-miembro de la Societat Andorrana de Residents à Barcelona y anterior
colaborador del periódico de esa asociación; a partir de 1934 se apunta a
la nueva . Era un conocido activista de tendencia izquierdista. Nos topamos
con el incluso en algunas actas del Consejo General (LDA, 274 del 8.9.1931,
LDA, 275 del 21.12. 1931 y LDA, 276 del 21.3.1932). Además aparece
identificado en una foto publicada en El Andorrà (nº 18, juliol 1936,
pág.1) que A. Gonzàlez publica en la página 48 de su libro abajo citado.
Que Schaub colaborara económicamente en la publicación de L'Andorrà parece
poco probable ya que era el secretario de Weilenmann y cobraba de él un
sueldo. Fue el mismo Weilenmann quien financió en gran parte esa
publicación.
[5] Arnau Gonzàlez Vilalta: La cruïlla andorrana de 1933, Fundació Julià
Reig, San Julià de Lòria 2009, pág. 47-48 y 169-174 dedicadas a sus
actividades después de la intervención francesa.
[6] APO, DPA, 1723W, cartón 203 (Surveillance des étrangers. Lettre S-Z),
dossier Weilenmann. Parece que tanto Badia como Soriano y Gonzàlez
desconocen esa documentación.
[7] BAR, B. 31. 9. Andorra (1932/34), Schaub, Albert (Villaverde, Madrid),
Ausweisung aus Andorra.
[8] A.Gonzàlez: La cruïlla, pág. 169-174. La protesta andorrana davant la
Societat de les Nacions.
[9] ¿Cómo se le puede adjudicar (aunque "suposadament") un telegrama
firmado por el mismo Hofmannsthal a Weilenmann? Si Gonzàlez hubiera leído
atentamente el libro de Weilenmann no se le habría escapado que Weilenmann
dedica varias páginas al abogado vienés y nos revela incluso el contenido
de una carta de éste a Roc Pallarès, el entonces Síndico General. Véase F.
Weilenmann: Die Wahrheit, pág. 138-142.
[10] A. Soriano: Andorra, pág. 27-28.
[11] ADN, Ambassade de Barcelone, B et C, nº 42 et 51, sous-dossier
Andorrans à Barcelone.
[12] Véase Michael Palomino: Die nationalsozialistisch orientierten Front-
Organisationen in der Schweiz 1930-1957 en Walter Wolf: Faschismus in der
Schweiz. Die Geschichte der Frontenbewegung in der deutschen Schweiz 1930-
1945. Flamberg-Verlag Zürich 1969. Sobre Weilenmann existían varios
dossiers de la policía suiza que vigilaba sus actividades. La entrevista
con el Gauführer es el único contacto con el mundo nacionalsocialista que
mencionan los dossiers. Pero esa entrevista no le hace sospechar a la
policía ni un momento que Weilenmann estuviera ligado ni activa ni
ideológicamente con los nazis. Al revés. Parece que le vigilan porque uno
de sus colaboradores es un conocido activista comunista. [BAR E 4320-01
(C), 1996/203, Staatsschutzfiche Weilenmann Fritz, 10.6.1880, 1937-1943,
Bd.574 y BAR E 4320 (B), 1990/266, Az. C.16-00057, Weilenmann Fritz 1880,
1937-1943, 58.] Y, independientemente de todo eso ¿qué tendrán que ver los
nazis en Suiza con Andorra?
[13] Uno de sus libros habla de su estancia en Rumanía; se titula "Skizzen
aus der römisch-katholischen Mission".
[14] Arnau Gonzàlez Vilalta: Un personatge polèmic: Andreu Massó i López en
la cruïlla andorrana dels trenta. Papers de Recerca històrica 4, 2007, pág.
47-62.
[15] Naturalmente no hay que olvidar a Miquel Mateu cuya actuación a favor
de Andorra, sobre todo durante la Guerra Civil española, es eficaz y
positiva mientras que no se pueda decir lo mismo de Masó y de Weilenmann. Y
tampoco debieramos olvidar al coronel René Baulard que también llegó a ser
ciudadano honorífico de Andorra. Por algo sería.
[16] No existe ninguna biografía sobre él. De los muchos documentos
relacionados con Andorra que tenía no ha quedado casi nada, sólo sobrevivió
lo que de ellos incluyó en su libro "Die Wahrheit über Andorra" (La verdad
sobre Andorra) que publicó por cuenta propia en 1939 en su pueblo natal con
ayuda del abogado y redactor Alphons Haas. Los últimos lejanos parientes
suyos – estaba casado pero murió sin dejar descendencia – le calificaron de
"pájaro raro" con el que habían pretendido no tener contacto. Un primo de
él de segundo o tercer grado - veterinario por cierto – me confirmó que
tenía su libro desde hace décadas en su librería sin haber leído ni una
sola línea.
[17] APO, DPA, 1723W, cartons 202/203 (Surveillance des étrangers. lettre S-
Z), dossier Weilenmann, (resumen del) extracto del fallo del 11-10-1917 de
la Corte de Apelaciones de Zürich, cámara 2ª, nº 171 que acompañaba la
carta secreta del 14-02-1928 del Ministro del Interior dirigida al prefecto
de Perpiñán (Los documentos de ese fondo están sin clasificar.). Autrefois
mécanicien, il se dit comerçant."
[18] Ibidem.
[19] Ibidem. "... de la fâcheuse réputation ..."
[20] Friedrich Weilenmann: Die Wahrheit über Andorra, Opfikon-Zürich 1939,
pág. 99. Weilenmann era, tal como demuestra la copia y traducción del poder
correspondiente (El Andorrà, nº 8, juliol 1935, p. 4), el encargado de una
comisión de la Asociación de Ganaderos regional. Le había encargado para
actuar en varios países del imperio austro-húngaro para cambiar allí ganado
regional con otros productos de aquellos países.
[21] APO, DPA, 1723W, carton 310, Subdossier Douanes, Requête de M. Jean
Canturri…
[22] F. Weilenmann: Die Wahrheit, pág. 99-100.
[23] http://ro.wikipedia.org/wiki/Raymund_Netzhammer [último acceso 16-01-
2011, 18.00].
[24] El ya mencionado dossier Weilenmann contiene varios documentos que se
citarán más adelante cuyo contenido junto con sus actividades a partir de
1933 no deja lugar a dudas cuáles eran sus intenciones.
[25] De la única excepción hablaremos más tarde detalladamente.
[26] El contenido de este párrafo y del siguiente no es una mera repetición
de lo ya explicado en mis artículos anteriormente citados. Más bien se
mencionan cosas nuevas basadas sobre todo en los documentos conservados en
Perpiñán a las que aún no había tenido acceso al redactar los artículos
anteriores.
[27] GLV: L'organització, pág. 16-17.
[28] Cuando Weilenmann expuso sus propuestas en Perpiñán ya las había
presentado en París.
[29] Véase la correspondencia de Netzhammer con Guitart: AMU, Correus 2,
1412068-1412032, Diligencias sobre las pretensiones del súbdito suizo Mr.
F. Weilenmann...
[30] ANA, LDA, 29.10.1928 y APO, DPA, 1723W, carton 136, Concessions des
Timbres Poste d'Andorre, carta del veguer del 22.11. al prefecto. Escalas,
representado a su vez por un tal Luis Aymat, probablemente quería
aprovecharse de los intereses españoles en Andorra y de su presunta amistad
con el conocido general Anido. En 1925 el Consejo había otorgado una
concesión para la impresión de sellos postales andorranos a Joan Fornesa,
propietario de una imprenta en Seo de Urgel. (ANA, LDD, 21 del 18.5.1926.).

[31] Realmente renunció tan sólo a los derechos que tenían que ver con la
impresión de sellos con destino a terceros países. Se reservó expresamente
todos los derechos para el correo interno. Sin embargo no se conoce ningún
proyecto concreto suyo ni referente a un servicio postal general ni
interior. Y después de la renuncia no se vuelve a oir hablar más de él.
AMAE, R 444, 183 del 7.7.1928.
[32] El obispo junto con los andorranos hubiera podido impedir la apertura
de las oficinas de correo impidiendo la entrada de los funcionarios
designados o procediendo a su expulsión incluso "vendiendo" esa medida como
"represalia" andorrana (y no episcopal). El Consejo hubiera podido vetar el
alquiler de casas o habitaciones para el uso del correo español e incluso
la colaboración de carteros (designados o por designar) con la
administración española forzándola así a aceptar un jefe de correo de
nacionalidad andorrano tal y como el obispo desde un principio lo quería.
[33] APO, DPA, 1723W, carton 10, Projet de modification de la Constitution
Andorrane.
[34] Las exigencias publicadas en el Buttletí giraban en torno a la
modernización del país y una reforma electoral que permitiera una mayor
participación popular en las decisiones del Consejo General. La idea de una
independencia andorrana de los co-príncipes no aparece.
[35] Ibidem, carta del cónsul general de Barcelona al prefecto de Perignan
del 17.1.1930.
[36] Ibidem, Estatutos para la Asociación Andorrana de la Liga Pacifista.
No queda claro si ese documento es uno de varios originales escritos a mano
por Weilenmann para distribuirlo entre los participantes y posibles
firmantes de aquella reunión o si es la copia que hizo algún participante
que luego llegó a las manos de la Veguería.
[37] Ibidem, carton 136, Affaire Weilenmann, sous-dossier Association
andorrane. Mémoire Weilenmann del 3.12.1928. Se llamaba Cour permanente de
Justice internationale y realmente se sigue encontrando en La Haya.
[38] Tribune de Génève, 27.11.1928, p.6: Les pays pas connus; Neue Züricher
Zeitung, 1.11.1928, p.5: Die Republik Andorra.
[39] APO, DPA, 1723W, carton 136, Andorre, Timbre Postes, carta del Consejo
General al prefecto del 21.5.1930; carta del prefecto alConsejo General del
26.9.1930; AMU, Concessions, 413056/7 del 15.9.1930). En una memoria para
el Consejo General resume Weilenmann sus actividades. Ibidem, Affaire
Weilenmann, Rapport confidentiel, Mémoire (sin fecha, pero sin duda del año
1931).
[40] Sellos de beneficiencia son un tipo de timbres de franqueo con una
recarga de hasta un 50% sobre su valor facial (y de franqueo), suma
adicional destinada a fines benéficos. Este tipo de sellos lo inventaron
los suizos en 1912 cofinanciando así la entonces creada fundación Pro
juventute. Son hoy en día corrientes en los países de habla germana, en
Francia y España apenas hay algo parecido.
[41] Están reproducidos en las páginas 144 y 146 de su libro.
[42] BAR, E 2001 (C), 1000/1533, Bd. 19, 1932/34, B 14.3.1.b., Andorra.
Beitritte, Weltpostkonvention, Internationale. Poder del 21 de septiembre
de 1931, pág. 144.
[43] Ibidem, pág. 146 y carta de F. Weilenmann a Giuseppe Motta del
5.11.1931.
[44] A raíz de la decisión del gobierno español de organizar el servicio de
correo por cuenta propia la recomendación era obsoleta. La recomendación,
sin embargo, es otra prueba más que deja claro que el obispo no sabía lo
que el dictador trababa y que tampoco se había enterado de las verdaderas
intenciones de Weilenmann.
[45] Giuseppe Motta (1871-1940) era diputado federal (consejero federal)
del cantón de Ticino en la Asamblea Nacional. Entre 1920 y 1930 presidía el
Departamento Político lo que se corresponde con el Ministerio de Asuntos
Exteriores de otros países. En los años 1915, 1920, 1927 y 1932 fue
presidente federal, en 1926, 1931 y 1936 vicepresidente de la Confederación
Helvética.
[46] Ibidem, copia de la carta de Garbani-Nerini a Weilenmann del
15.12.1931 como anexo a la carta a Motta del mismo día.
[47] Ibidem, "D'autre part, il me paraît que les pleins pouvoirs qui vous
ont été remis par le Conseil général d'Andorre suffisent comme introduction
auprès des Administrations française et espagnole."
[48] Ibidem, ...bei den dortigen Regierungen zwecks Ei[n]führungen
behilflich sein." Carta de Weilenmann a Motta del 15.1.1932.
[49] Ibidem, ... die Angelegenheit eine rein private bleibt.", carta de
Motta a Weilenmann del 19.1.1932.
[50] Ibidem, carta de la Embajada Suiza de París a Motta del 2.3. (V.C.
2/27) y carta de la Embajada de Madrid a Motta del 17.3. (E.2.32.).
[51] Ibidem, carta de Weilenmann a Motta del 31.10.1932.
[52] Ibidem, Ihre Mitteilung hat unsere volle Aufmerksamkeit gefunden und
wurde von uns mit aller Sorgfalt geprüft. Indessen mussten wir zu dem
Schlusse gelangen, dass die völkerrechtlichen Voraussetzungen nicht gegeben
sind, um das von Ihnen übermittelte Gesuch an die zuständigen
internationalen Instanzen, bezw. an die Regierungen weiterzuleiten." Carta
de Motta a Weilenmann del 17.11.1932. Y sigue: Das völkerrechtliche Statut
der Republik der Täler von Andorra ist, wie Ihnen bekannt sein wird,
dasjenige eines Staates, der der Suzeränität Frankreichs und gleichzeitig
der ekklesiastischen Souveränität des Bischofs von Urgel in Spanien
unterstellt ist. Nach allgemeinen völkerrechtlichen Grundsätzen kann ein
der Suzeränität anderer Mächte unterstellter Staat nicht ohne weiteres, d.
h. ohne Mitwirkung der Suzeräne, so weittragende völkerrechtliche Akte
eingehen, wie dies beispielsweise der Beitritt zu einer internationalen
Konvention oder die Anfechtung bestehender Kollektivverträge darstellt."
[El estatuto de los Valles es, desde el punto de vista del Derecho
Internacional, como Vd. sabrá, el de un estado sujeto a la suzeranía de
Francia y a la soberanía eclesiástica del español obispo de la Seo de
Urgel. Según los principios generales del Derecho Internacional un estado
sujeto a la suzeranía de otros no puede, sin más, es decir, sin la
colaboración de los co-soberanos comprometerse con actos jurídicos de tal
alcance internacional como la adhesión a un convenio internacional o la
impugnación de convenios colectivos existentes.]
[53] En su libro reproduce el correspondiente certificado.
[54] APO, DPA, carton 136, Affaire Weilenmann, Rapport confidentiel de M.
Romeu sur les agissements dans les Vallées d'Andorre, carta del Viguier
adjoint al prefecto del 16.2.1933.
[55] El 27 de agosto de 1928 quince países, entre ellos Francia, firmaron
el así llamado pacto Briand-Kellogg. Las naciones signatarias renunciaban a
la guerra "como instrumento de política nacional en sus relaciones mutuas".
[56] El texto lo reproduce A. Morell: 52 dies d'ocupació? Appendix III, C;
también reproduce el texto del dictamen de Odón Hurtado en Appendix III, D.
En AMAE, R 1316, exp. 9 del 28.7.1933 se encuentra una copia del segunda
dictamen.
[57] Gouvernement et peuple andorrans élève a la Societé des Nations de
votre honorée présidence leur plus respectueuses et énergique protestation
pour la violation territoire andorran par la Gendarmerie française que
effectue des arrestations. Pour le Gouvernement. Le premier conseiller
d'Andorre. Pierre Font." [El original está escrito en mayúsculas.] LNA,
Political Section, 1933-1940, Reg. Nr. 6254, Situation in Andorra.
[58] Ibidem.
[59] Título de una serie de artículos (o de un artículo continuado durante
meses) en El Andorrà entre el número 12 y el número 17.
[60] ADN, Ambassade de Barcelone, B et C, nº 42 et 51, sous-dossier
Andorrans à Barcelone, carta del prefecto al ministro de Asuntos Exteriores
del 25.2.1936.
[61] Ibidem.
[62] Ibidem, carta del Ministro de Asuntos Exteriores a su embajador en
Madrid del 14.4.1936.
[63] El Andorrá, nº 15, Gener 1936, pág. 3-4, Un afer tèrbol. Era Boris
Skossyreff un agent francès?
[64] Los acontecimientos enfocados desde otra perspectiva diferente se
encuentran en Gerhard Lang-Valchs: Florence Marmon – la dona al costat de
Borís Skossyreff. Papers de Recerca Històrica 6, pág. 160-164.
[65] F. Weilenmann: Die Wahrheit, pág. 181-201.
[66] Sigo en este capítulo la argumentación de Weilenmann sin adentrarme en
la difícil tarea de aclarar el verdadero trasfondo de las actuaciones de
Skossyreff y de determinar hasta qué punto llevaba razón el suizo. Me
limito a unos cuantos comentarios que pretenden aclarar el contexto.
[67] F. Weilenmann: Die Wahrheit, pág 182-183 (en su correcta traducción al
alemán). El original se encuentra en el AMU, Vicissituds polítiques i
d'ordre públic 5171245. La carta, escrita en francés, excepto el
encabezamiento "Gentlemen", no va dirigida, como dice Weilenmann en el
encabezamiento de su traducción, al Sr. F. Font Aremy. El autor se dirige
al "Council of Andorra". La carta lleva la fecha del 5-10-1933.
[68] A raíz de un artículo en el periódico Miguel Mateu se ve obligado a
desmentir en una carta que él había sido el autor de la oferta. En la
prensa americana donde sorprendentemente también se habla del asunto, se
baraja un magnate americano, Samuel Insull
[http//en.wikipedia.org/wiki/Samuel_Insull; 18.1.2011], como autor de la
oferta. Curiosamente también una estrellita de teatro o cabaret húngara,
Emmy Verebes, durante una gira por el extranjero ofrece una ayuda parecida
a la del "príncipe italo-americano" [The Strait Times, 14.8.1933].
[69] No queda claro en qué periódico se publicó la carta, sería en un
periódico francés ya que la carta estaba redactada en ese idioma. Según
Weilenmann se publicó el día 7 de febrero. También la cita Meritxell Pi en
las páginas 45 ss. de su Mémoire de Maîtrise: Les années 1930 en Andorre,
Montpellier 1989.
[70] Al decir que fue nombrado ciudadano honorario de Andorra el 20 de
diciembre de 1933, un completo disparate, se marca un farol como una
catedral. Sin embargo es cierta otra afirmación con la que quiere recordar
alguna de sus actuaciones anteriores. Menciona una solicitud suya de enero
de 1932 en la que se ofrecía a gestionar el ingreso de Andorra en la
Sociedad de Naciones. Esta solicitud, aunque luego denegada, realmente la
presentó. La cita él mismo en otra solicitud suya del 20 de marzo de 1934
cuando vuelve a ofrecer al Consejo lo mismo sugiriendo además que los
Valles se emancipen de una vez de los copríncipes. "Vista la present, L
Ilstre. Consell Decreta. Que cuant les Valls de Andorra creguin oportú y
convenient cambiar de regimen de Gobern aquestes allavors farán lo que
tinguian per convenient" es la respuesta oficial. LNA, Political Section,
1933-1940, Reg. Nr. 6254, Situation in Andorra, solicitud de Skossyreff al
Consejo General del 20 de marzo y la denegación manuscrita debajo con fecha
del mismo día.
[71] Una maniobra muy astuta para no pillarse los dedos en caso de que
fracase y se le acuse de usurpación de poderes. Weilenmann no menciona la
acción de Skossyreff del 20 de marzo ni la repetición de la misma a
mediados de mayo que le valdría la expulsión de Andorra. Skossyreff se
instaló en el hotel Mundial de la Seo de Urgel.
[72] Skossyreff residía en Saint-Cannat, un pequeño pueblo al lado de Aix-
en-Provence, Departement Bouches du Rhône, con su mujer Marie-Louise Parat.
Habían contraído matrimonio en 1931.
[73] Es muy lógico que ya lo presentara en mayo. Tampoco es de extrañar que
se haya perdido el documento ya que la solicitud del 17 de mayo se
encuentra en los archivos de la Sociedad de Naciones en Ginebra.
[74] El único punto discutible es la interpretación de los derechos de
Napoleón Bonaparte a raiz del decreto del 27 de marzo de 1806. Aceptada la
idea de la nulidad legal de ese decreto son totalmente lógicas las
conclusiones.
[75] F. Weilenmann: Die Wahrheit, pág. 195/196, « Cher Messieur, A peine
arrivé ici (er ist im Hotel Mundial in Seo de Urgel [está en el hotel
Mundial de la Seo de Urgel]) je m'empresse de vous faire connaître un
article, paru dans «L'Alt Urgel» du Député Canturri. J'ai beaucoup à dire,
mais je crois qu'il vaut mieux de le faire de vive voix.
S'il vous est possible de venir à la Seo, télégraphiez moi pour vous
réserver une chambre. Si par contre, il ne vous convient pas de vous
déplacer, je vous verrais dans 20 jours à Madrid.
Frappons tant que le fer est chaud – en ce moment le torchon BRULE, puisque
je poursuis en correctionelle de Lérida Dr. Sansa, Vicaire Général « pour
injure y difamación » contenu dans l'article, communiqué par suppot de
Samalens au « Courrier de Lérida » où il est dit que j'aurais du être
expulsé d'Andorre tout à cause des actes immoraux commis par moi.
Ça brule ! Cordialement à vous, Skossyreff. »
[76] Ibidem, pág. 191. Weilenmann por lo visto no la conoce y lee la firma
como Warmon.
[77] Ibidem. Er beauftragte mich, Sie zu ersuchen, so schnell als möglich
zu kommen, um ihm zu helfen, dem kleinen Land eine würdige Regierung zu
verleihen."
[78] ADN, Ambassade de Barcelone, B et C, nº 42 et 51, sous-dossier
Andorrans à Barcelone, copia de una carta y un dossier de la Emabajada
francesa en Berna basándose en un informe del cónsul (francés) de Zurich al
Ministerio de Asuntos Exteriores de Paris del 16.4.1936.
[79] El coronel Bonifaco Ulrich había estado en los Valles (entre 1841 y
1848) como Comisionado del Gobierno Español en una "misión de
reconocimiento" para recabar allí toda información militarmente
aprovechable para un supuesto caso de guerra con Francia alegando la lucha
contra el contrabando. Los miedos españoles a una invasión francesa se
reflejan también en los estudios y las construcciones militares en el
contexto de la planificación de la estación de ferrocarril transpirenaica
de Canfranc y también en la valoración estratégica de Andorra en caso de
guerra que se plantea en los estudios previos del Ministerio de Guerra
antes de la construcción de la carretera de la Seo de Urgel a la frontera
andorrana. La vía española, más ancha que la europea, también es fruto de
ese miedo.
[80] Manuel Ros Aguado: La guerra secreta de Franco (1939-1945), Barcelona
2002. Un trabajo "base" en ese sentido lo hizo José Tarongí recabando
información básica para Asuntos Exteriores sobre estructuras políticas,
infraestructura, etc. en los Valles. (AMU, Relacions amb Espanya, 1 (3),
Delegat de l'Estat espanyol ... (612332-612348). Durante la Guerra Civil
ninguno de los dos bandos dispone de agentes en los Valles. Los pocos
informes del SIM o del SIFNE sobre Andorra parecen, aparte de la ridícula
información real que contienen, más una letanía ideológica que un informe
sobre la situación allí. El "sucesor" de Tarongí, José María Imbert,
intenta sin éxito reclutar agentes en Andorra.
[81] Planes para una invasión de Cataluña – posiblemente también a través
de la frontera de Bourg-Madame/Puigcerdá – si que existían, pensados para
garantizar el abastecimiento y la logística de ejercito francés en
Marruecos en caso de guerra.
[82] APO, DPA, 1723W, cartón 202/203 (Surveillance des étrangers).
[83] Véase el ya citado artículo GLV: Florence Marmon. La dona.
[84] A. Gonzàlez: La cruïlla, pag. 195-204.
[85] APO, DPA, 1723W, cartón 188, Rapport de M. Tocabens, Lieutenant de
Gendarmerie à Prades au sujet de la présence en Andorre du Prince Della
Torre Tasso Alessandro.
[86] A. H. Hofer: Deutschtum in Spanien. Barcelona 1918. Der Deutsche
Nachrichtendienst für Spanien in Barcelona. Geschichte seiner Gründung und
seiner Entwicklung bis zur Übergabe an die Kaiserlich Deutsche Botschaft in
Madrid. August 1914 bis zum 31. Dezember 1917. Jens Albes: Worte wie
Waffen: Die deutsche Propaganda in Spanien während des Ersten Weltkrieges
(Schriften der Bibliothek für Zeitgeschichte) publicado también en versión
española bajo el título: La propaganda cinematográfica de los alemanes en
España durante la Primera Guerra Mundial.
[87] Véase también: Eduardo Ruiz Tosaus: El caso Savolta entre realidad y
ficción. [http://www.ucm.es /info/especulo/numero18/savolta2.html;
19.1.2011, 8.12].
[88] Heinz Höhne: Canaris. Patriot im Zwielicht. München 1976. Estas
informaciones o partes de ellas se podían, por cierto, sacar directamente
de los periódicos locales.
[89] APO, DPA, 1723W, carton 148, Affaires politiques 1C1 – à 307, Août
1933, Rapport de M. Samalens, Origines de la crise andorrane, pág. 11.
[90] Ibidem, pág. 5.
[91] BAR, B. 34.1.A.2.46, 1918/1920, Weilenmann, Fritz, Verhaftung in
Deutschland; carta de Weilenmann al MAE en Berna del 22.12.1915 desde
Zürich en la que intenta infructuosamente conseguir una indemnización por
su injustificada encarcelación y sus pérdidas económicas causadas por la
misma.
[92] Su hermano intervino ante la falta de noticias de él en el Ministerio
de Exteriores de Berna e intentó dar con su paradero a través de un bufete
de abogados de Zurich. Ibidem, carta del Tribunal de Guerra Extraordinario
de Colonia a los abogados Enderli y Pfenniger de Zurich del 1 de septiembre
de 1915 y carta del MAE de Berna al hermano de Weilenmann del 16 de
septiembre.
[93] Ibidem y carta de la Embajada de Suiza en Berlín al MAE en Berna del
22.1.1919.
[94] ADN, Ambassade de Barcelone, B et C, nº 42 et 51, sous-dossier
Andorrans à Barcelone, copia de una carta y un dossier de la Emabajada
francesa en Berna basándose en un informe del cónsul (francés) de Zurich al
Ministerio de Asuntos Exteriores de Paris del 16.4.1936. "Weilenmann se
comporte national socialiste et prête son appui au Front National dont le
"Gauführer" a eu une entrevue avec lui."
[95] La búsqueda en el archivo de la Universidad Técnica de Zürich
[http://onlinearchives.ethz.ch/xylix/] nos da bajo Weilenmann una
referencia que nos lleva al IB Juna-Archiv/388. Schweizerische
Bundesanwaltschaft, No C.2.516. Dr. L/H, Anklageschrift", Bern 15. Januar
1947.
[96] Una nota (secreta) de los servicios de inteligencia franceses del 22-3-
1935 sobre "... une reprise de l'agitation dans Andorre" en la que se hace
referencia al último número de L'Andorrà dice concluyendo: "Toutefois, en
dehors d'Andorre l'activité de Weile[n]mann n'a jamais pu être constatée."
Service Historique de la Défense. Paris. Château de Vincennes. (SHD). Fond
Moscou. 7N2 2173.
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