Francois Hollande y la víspera de las elecciones en Francia

August 21, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Portugal, Reino Unido, José Luis Rodríguez Zapatero
Share Embed


Descripción



Francois Hollande y la víspera de las elecciones en Francia

"Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo"
Albert Camus

Dieciséis es el número de los gobiernos de países europeos que han caído desde el inicio de la crisis financiera internacional que azota al mundo, pero que ha sido particularmente difícil en el viejo continente. Los casos más comentados han sido el del gobierno laborista del Reino Unido, la escandalosa dimisión en Italia de "Il Cavaliere" Silvio Berlusconi, las elecciones anticipadas en España que significaron el fin de la era de José Luis Rodríguez Zapatero y el regreso del Partido Popular con Mariano Rajoy a la cabeza, curioso también lo que sucedió en Bélgica que rompió el récord mundial al estar 535 días sin gobierno y que decir de Portugal y la dramática cuestión de Grecia. En Holanda que ha sido el caso más reciente, la reina Beatriz ha recibo la renuncia de dos coaliciones gubernamentales en solo dos años, fenómeno que también se ha repetido en Finlandia. Excepcional fue el caso de Islandia que juzgó y condenó por negligencia ante la crisis a su ex primer ministro Geir Haarde. Claro está que en algunos gobiernos sobre todo el del Reino Unido y el de España terminaba el periodo constitucional del que emanaron, pero la gran mayoría de las caídas se han debido a los saldos del manejo de la crisis financiera, en cualquier caso; la crisis y las medidas de austeridad adoptadas han sido determinantes para calificar la actuación de los gobiernos salientes que se desgastaron porque le apostaron a la austeridad, a la disciplina fiscal y a los recortes presupuestales en los programas sociales.

Para este domingo los ojos del mundo están puestos en Francia que en lo económico arrastra una enorme deuda pública del 83% del PIB, que solo crecerá este año 0.5 por ciento, que presenta niveles de desempleo del diez por ciento de su PEA y que en lo político enfrentará al presidente actual Nicolás Sarkozy identificado en el espectro ideológico de centro-derecha y al socialista y actual líder opositor Francois Hollande en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. El presidente Sarkozy quiere la reelección al cargo que obtuvo en el año de 2007 y Hollande busca ser el primer presidente socialista de Francia después de 17 años de la gestión de François Mitterrand.

La figura de Hollande ha sido llamativa más allá de las fronteras francesas por varias razones, primero porque curiosamente fue pareja sentimental de Ségolene Royal la ex candidata socialista que fue derrotada por Sarkozy en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2007.

Hollande es el hijo menor de un otorrinolaringólogo con un pasado político de extrema derecha y de una maestra normalista simpatizante de la izquierda política, nació en agosto de 1954 en la ciudad de Tulle, es un abogado con estudios en administración que construyó una carrera política desde la alcaldía de su ciudad natal, pasando a ser el primer secretario del Partido Socialista, diputado en el parlamento europeo y diputado también en el parlamento de la nación.

La campaña electoral que culmina este domingo ha sido particularmente dura, sobre todo porque el sistema electoral francés permite que esta sea de seis meses; durante este tiempo Hollande ha recorrido Francia entera caracterizándose por las casi nulas medidas de seguridad de su staff y porque según las crónicas periodísticas se ha pasado horas escuchando lo que cada ciudadano quiera decirle; en contraste la televisión francesa se dio un festín cuando en un acto político en la legendaria plaza de La Concorde, en París; Sarkozy se quita de la muñeca y guarda en el bolsillo un costoso reloj de 55 mil euros regalo de su esposa la modelo italiana Carla Bruni.

También durante este tiempo Hollande ha acusado al equipo de Sarkozy de atacarlo llamándolo "flan" incluso sufrió "fuego amigo" cuando desde las huestes socialistas se le acusó de no tener agallas. Además sufrió el desaire de la canciller alemana Angela Merkel quien se negó a recibirlo, pero "Monsieur Normal" o el "favorito por accidente" como lo llama la prensa francesa ha superado todos estos obstáculos. Hollande se concentra en esquivar las acusaciones que le endosan falta de experiencia política ya que nunca ha sido ministro de estado; estas acusaciones las contrarresta con el argumento de que a partir de la derrota electoral de Ségolène Royal, los socialistas franceses se encontraban divididos y su trabajo político ha permitido la unión que los tiene en la antesala del Palacio del Elíseo.

Lo cierto es que a fuerza de insistir al electorado con su lema de campaña "El cambio es ahora" y de insistir en sus arengas políticas en que quiere "devolverle la magia al sueño francés"; Hollande ha logrado inclinar hasta el momento la balanza a su favor diferenciando su programa político-económico con una preferencia del 53% contra 47% de su rival. De hecho la columna vertebral de la plataforma política de Sarkozy se refiere a tomar las medidas necesarias para reducir la inmigración a Francia y fortalecer las finanzas públicas eliminando las lagunas legales que le permiten a las grandes empresas evadir impuestos. Hollande por su parte propone una cuota de inmigrantes consensuada con los organismos empresariales, también propone que quienes ganen más de un millón de euros paguen correctamente sus impuestos y sobre todo plantea la revisión del pacto fiscal de la Unión Europea para dejar atrás la austeridad y estimular el crecimiento económico.

Precisamente este punto centró el último tramo de la campaña política en los temas económicos, Sarkozy junto con su homóloga alemana pugnó por la firma del pacto fiscal que entrará en vigor en el 2013, pero el probable escenario del triunfo de Hollande cambia la coyuntura política europea. Por eso Francia, Europa e incluso el mundo siguió con atención y expectativa el desarrollo de el debate llevado a cabo el pasado miércoles. El evento que duró casi tres horas fue visto por cerca de 18 millones de franceses y para muchos el claro ganador fue Hollande, en el mejor de los casos a Sarkozy se le concedió el empate.

La prensa francesa e internacional calificó a este ejercicio político como "un choque frontal", un evento con mucho vigor y apasionamiento que refrendó el alto nivel de la política francesa, pero también destacó el intercambio de insultos de los protagonistas del debate, que llegaron a las palabras fuertes lo que por momentos tensó el ambiente; Sarkozy llamó a Hollande mentiroso y calumniador y este respondió acusando al todavía primer mandatario de amiguismo y de pensar solo en el favorecimiento de la clase pudiente sobre la protección de los intereses de las clases sociales más vulnerables. Otro reproche de la prensa fue que ninguno de los candidatos fue capaz de esbozar una visión del papel internacional de Francia, haciendo notar que los dos hablaron exclusivamente de temas domésticos.

El debate significó el cierre de las campañas que se hizo efectivo el viernes a la medianoche y a la par de que los analistas analizaran sus efectos sobre las campañas, se esperaban dos hechos concretos; el cierre de las encuestas que ratificó la ventaja de Hollande aunque con un ligero avance de Sarkozy y la definición del candidato centrista François Bayrou quien había prometido que al término del debate definiría su apoyo. Bayrou quien alcanzó un nueve por ciento de la votación era considerado como una alianza importante para cualquier lado que se inclinara; el jueves lo hizo y ofreció su apoyo personal a Hollande, pero conminó a sus partidarios a ejercer el voto libre por el candidato de sus preferencias. Con un 53 por ciento de las preferencias a favor de Hollande y el 47 por ciento para Sarkozy, el resultado está en el aire y solo se llegará a conocer hasta el final de la jornada electoral. Por ello los candidatos han enfocado desde hace un mes sus baterías hacia el voto de los "indecisos" que representan el 15 por ciento del electorado y promoviendo también el sufragio entre los ciudadanos que se han declarado abstencionistas. Las elecciones francesas convocarán a las urnas a 46 millones de personas en los momentos más difíciles de los últimos 65 años; en su última declaración a los medios Hollande reflexionó sobre las dificultades que encontrará su probable presidencia; advirtió que no habrá tiempo para disfrutar un periodo de gracia y pidió a los ciudadanos a darle una amplia victoria para tener la capacidad y los medios para actuar, a cambio ofreció que sus decisiones serán justas y coherentes. Sarkozy por su parte se declaró sereno y tranquilo prometiendo que abandonará la política si pierde la reelección.

Las elecciones en Francia serán seguidas con gran expectativa por el mundo entero porque está en juego la estabilidad europea, incluso desde Inglaterra se alerta sobre el probable triunfo de Hollande, donde el influyente rotativo The Economis recomienda no votar por él porque no ha mostrado firmeza cuando se trata de proponer reducciones del gasto público, generar equilibrio fiscal o salvar al sistema bancario financiero para poder dejar atrás la crisis. En Francia incluso todavía hay voces que apuestan por la victoria de Sarkozy.

Si Hollande gana lo hará por el voto anti Sarkozy; en las encuestas de opinión muchos franceses han externado su cansancio por la frivolidad y los desplantes del actual presidente, pero en el fondo son escépticos sobre si Hollande podrá cambiar el estado actual de las cosas. Seguramente si gana estará en condiciones de encabezar una probable rebelión con España, Irlanda, Grecia y Portugal, contra la austeridad promovida por Alemania, que ha matizado su posición pero que no cede en lo que al pacto fiscal de la UE se refiere. De cualquier forma existen grandes riegos para Francia y Europa con Sarkozy o Hollande al frente.

Cuando la prensa le pregunta sobre los riesgos para Francia de no reducir la deuda pública y de incumplir los compromisos europeos; Hollande recuerda rápidamente a Francois Mitterrand, el primer presidente socialista a quien los líderes de opinión le acusaban que representaba el arquetipo de viejo, mal vestido, obsoleto en sus ideas e ignorante de la ciencia económica. Pero cuando ganó la elección esos mismos exclamaron ¡Oh, la, la; que carisma, eso es un verdadero presidente! Concluyó Francois Hollande diciendo que Francia lo cambia todo. Si cambia Francia que cambie también el mundo, sea quien sea el nuevo presidente, ojala que este deseo se cumpla.



Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.