Francisco Umbral, la pérdida en Mortal y Rosa

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Descripción

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID
TEMA DE LA PÉRDIDA EN MORTAL Y ROSA
COMPARADO CON LA PÉRDIDA EN OTRAS OBRAS DE LITERATURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA

Carmen Carrio González
LITERATURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA


"... esta corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito "

Pedro Salinas




El Diccionario de la Real Academia Española, define el término pérdida como "carencia o privación de lo que se poseía". Desde mi punto de vista, esta definición ofrece una visión muy deshumanizada y materialista de la pérdida.
Es cierto que la palabra pérdida se usa para referirse a la carencia de objetos materiales que antes se poseían como un móvil o un abrigo, pero también es utilizada para aludir a elementos mucho más trascendentales y humanos, por ejemplo, para expresar la ausencia de un ser querido, la falta de libertades o la pérdida de funciones psicomotrices.
La pérdida ha sido y es un tema muy recurrente en escritores de Literatura Española Contemporánea. Para estas generaciones de escritores surge una especie de necesidad de recordar temas dañinos para internar superarlos y olvidarlos por medio de su escritura.
Este trabajo, tiene como fin reflejar el tema de la pérdida desde las perspectivas de tres autores de Literatura Española Contemporánea, haciendo especial hincapié en la pérdida que se expone en la narrativa de Francisco Umbral en su obra de 1975 Mortal y Rosa.
Francisco Alejandro Pérez Martínez, más conocido como Francisco Umbral (1932 - 2007) fue un poeta, periodista, novelista y ensayista español.
Nació fruto de una relación entre Alejandro Urrutia, un abogado andaluz y su secretaria, Ana María Pérez Martínez en el hospital benéfico de la Maternidad, situado por aquel entonces en el madrileño barrio de Lavapiés. Su madre residía en Valladolid, pero se desplazó a la capital española para dar a luz con el fin de evitar las habladurías por ser madre soltera.
El futuro poeta pasó los primeros cinco años de su vida en la localidad de Laguna de Duero y fue muy tardíamente escolarizado. No terminó la educación general porque esto exigía presentar su partida de nacimiento y desvelar su origen. El niño era sin embargo un lector compulsivo y autodidacta de todo tipo de literatura.
En Valladolid comenzó a escribir en la revista Cisne. Emprenderá su carrera periodística en 1958 en El Norte de Castilla, un periódico español con sede en Valladolid, promocionado por el escritor Miguel Delibes. Tiempo después se traslada a León para trabajar en la emisora La Voz de León y colaborar en El Diario de León. Por entonces sus lecturas son sobre todo poesía, en especial la Poesía Pura de Juan Ramón Jiménez y también la de los poetas de la Generación del 27.
Francisco Umbral iniciará producción bibliográfica (que ronda el centenar de títulos) en 1965 con Balada de Gamberros, una de sus obras menos conocidas, caracterizada por ser una novela corta compuesta por una prosa ágil y un diálogo fresco.
La literatura del Francisco Umbral tiene una carga autobiográfica importante. Es un escritor de mirada introspectiva que combina lo íntimo y lo personal con los intereses y las pulsiones del hombre de su tiempo. Se casó con María España Suárez Garrido en septiembre de 1959 y ambos tuvieron un hijo, Francisco Pérez Suárez. A mediados de los años setenta, Umbral, según Félix Grande, "viajaba sin billete de vuelta al centro del dolor" debido a la prematura muerte de su hijo fallecido de leucemia con tan sólo cinco años. De este hecho nacerá su libro más lírico, dolido y personal: Mortal y rosa (1975).
Mortal y Rosa es un libro sin género definido, un monólogo misceláneo en el que subyacen dos temas fundamentales: el primero de ellos es la enfermedad de su hijo Francisco, la impotencia de un padre que no puede hacer nada mientras ve como la vida de la persona que más quiere en la vida se apaga ante sus ojos, mientras observa como le pierde poco a poco; el segundo, es el hecho de escribir, el único sosiego para el autor, lo que le ayuda a seguir adelante y no hundirse ante algo que ni comprende ni asume. Escribe para desahogar su tristeza.
Además de estos dos conceptos fundamentales en la narración, vemos otros temas que podrían ser catalogados como temática de segundo plano y que son: el erotismo, el sexo, las vanguardias, la comparación entre la realidad y los sueños, la ciudad y lo cosmopolita, la infancia perdida , la escritura y la búsqueda de su sentido, el periodismo, la soledad, la salud y la enfermedad, los hospitales, la lectura, el deseo, la cultura en todas sus variedades, el metro como transporte y catatumba, la violencia de las calles, la fiebre, el miedo, la angustia, la muerte, la desolación y el tiempo herido. La ternura y el dolor. Todos estos sentimientos se cruzan en el discurso de Francisco Umbral, dotando a la obra de una gran complejidad y de un lenguaje elevado y muy cuidado. []
Dice el crítico español Félix Grande en su prólogo a Mortal y Rosa, que en el año 1974 Francisco Umbral escribía desde el mism simo infierno "Todo está negro, hijo», escribiría Umbral en el año 1974. Mortal y Rosa es el poema del infierno y es el retrato del infierno". El escritor encabeza una composición en la que carece de todo tipo de esperanza; está mirando una muerte, la lenta muerte de su hijo, enfermo de leucemia, contra la que no puede hacer nada.
"Estoy oyendo crecer a mi hijo" dice el autor en las primeras páginas de su discurso. Parece que al comienzo de la historia existe una especie de esperanza por parte del autor. Cuando comienza a escribir su relato, no se imagina que el niño al que oía crecer al comienzo de su narración iba a morir. La enfermedad se cuela en la historia como una experiencia fatal y desoladora. A pesar de esto, Mortal y Rosa no está concebido con la idea de contar la muerte del hijo. No nace con vocación de libro de duelo ni mucho menos. Vemos conforme avanzamos la lectura del libro que muerte de su hijo Francisco se cuela poco a poco en el relato, tornando la inicial esperanza de un padre en la más profunda de las desdichas.
Perder un hijo posiblemente sea la peor de las experiencias para un ser humano. Mortal y Rosa es, desde mi punto de vista, una de las narraciones que mejor han expresado esta pérdida y vacío vital "Los días se desprenden de mi cuerpo como la carne de los leprosos". Nadie en su sano juicio intentaría encontrarle sentido a la angustia que se derrama en la narración de Umbral ante la impotencia de presenciar la vida de su hijo apagarse, sin poder tener una solución para evitar su muerte.
El escritor, tambaleándose y maldiciendo la crueldad con la que le trata el destino, narra de forma conmovedora el que posiblemente sea el momento más duro de toda su vida. "Escribo, porque escribir es jugar y jugar es ser niño esencial. Sólo quiero la infancia, la mía y la del mundo, la de mi hijo y la de todos los hijos". Umbral se destripa a sí mismo porque amaba a su hijo. Ofrece sus sentimientos más oscuros a sus lectores y se reencuentra con su hijo a través de la escritura de su libro. El lector lo que hace es encontrarse con el escritor, con el hombre, con el padre del difunto niño.
Mortal y Rosa no sólo refleja la muerte del hijo del escritor, es también la muerte en vida de Umbral. El autor no sólo experimenta la pérdida de su hijo, de alguna forma, perder a este significa perderse a sí mismo. Escribe al final de su historia que él mismo ha muerto (muerto en vida). Nada volverá a ser igual en su historia ni en su vida porque ha perdido a la persona que daba sentido a estas:
"Te escribo, hijo, desde otra muerte que no es la tuya. Desde mi muerte. Porque lo más desolador es que ni en la muerte nos encontraremos. Cada cual se queda en su muerte, para siempre. Sólo de mí puedes vivir ahora, de tanto como en mí habitaste, hijo. Y sólo de ti puedo vivir. Sólo está vivo de mí lo que está vivo de ti: el recuerdo. Sólo vivo, estando vivo, en lo que tú vives, estando muerto. (...) Si supieras, hijo, desde qué páramo te escribo, desde qué confusión de lágrimas y ropas, desde qué revuelta desgana. Estoy viviendo muerte, porque la muerte hay que vivirla en la vida. Luego, en la muerte ya no hay muerte. Desvelado, dolorido, cansado, horrorizado del sol que hoy ha salido en el cielo, y que nada significa y sólo es como un inmenso estorbo entre tú y yo."
Umbral, Francisco, Mortal y Rosa, Unidad Editorial para El Mundo, Madrid, 1999 pág. 102
La injusticia y la pérdida, son los factores que llevan a Francisco Umbral a publicar Mortal y Rosa. Especialmente la pérdida que, en este caso, es la pérdida de un ser querido, de un niño, su niño, por el que sin duda él se hubiera intercambiado si hubiera podido. Su hijo morirá sin llegar a la adolescencia, sin su primera aventura amorosa, sin ver cumplidos la mitad de la mitad de todos los sueños que le esperaban. El poeta nunca alude ni reza a ningún Dios porque para él no existe ninguno. Nos lo deja claro en sus narraciones a lo largo del libro. Quizás si Dios existiera no dejaría que le ocurriera esto a su retoño. Lo único que ahora venera y aprecia Umbral es la escritura. Como han hecho otros autores, utilizará la literatura como método medicina, curativo, que le ayudará en cierta medida a desahogar el inmenso dolor que siente ante una situación que ningún padre debería de vivir.
Mortal y Rosa representa el modo de pérdida más doloroso y radical que cualquier padre o madre puede experimentar, la pérdida por la muerte de un hijo. A pesar de esto, en la Literatura Española Contemporánea también existen muchos otros tipos de pérdida que ofrecen perspectivas de sufrimiento diferente. Estas pueden ser además igual de dolorosas para otros autores como es la pérdida de su hijo para Francisco Umbral.
En la obra de El Cuarto de Atrás, la quinta novela de la escritora española de origen salmantino Carmen Martín Gaite, atendemos a otros tipos de pérdida diferentes a los que plantea Francisco Umbral en Mortal y Rosa. La autora, al igual que Umbral recurre a la literatura como método terapéutico ante este sentimiento. La pérdida se observa en El Cuarto de Atrás desde dos perspectivas. La primera es la pérdida de la libertad que vivieron los españoles afectados por el Régimen Franquista tras la Guerra Civil Española. Carmen Martín Gaite nos recuerda hechos de una etapa dura dentro la historia de España. Ella, en ese momento era una niña de la guerra que fue privada de libertades de las que hoy si disfrutan los niños. A día de hoy pretende hablar sobre lo que entonces no se podía. No sólo quiere dar testimonios de hechos que vivió siendo niña durante el Régimen, también quiere explicar su punto de vista sobre estos hechos. La otra pérdida de la que se habla en El Cuarto de Atrás tiene que ver con cuestionar la memoria olímpica (la memoria que perdura siempre). En el libro atendemos a una defensa de la memoria como imparcial y efímera. Martín Gaite sostiene en su relato que en la mente humana también hay pérdida; pérdida de memoria conforme pasan los años, huecos y olvidos que dan lugar a espacios en blanco, a porosidades memorísticas.
El modo en el que Carmen Martín Gaite enfoca la escritura de El Cuarto de Atrás es totalmente peculiar desde el punto de vista de la pérdida de la memoria: siempre comienza a escribir algo sin acordarse de porque lo escribe (lo había olvidado). En la labor de escribir es donde comienza a recordar lo que había olvidado. El Cuarto de Atrás trata de un análisis introspectivo, de un viaje al interior de la propia autor en busca de su pasado. "-Me preocupa que últimamente estoy perdiendo mucho la memoria, con la buena memoria que tenía yo. -Y la sigues teniendo. -Para las cosas pasadas, pero en cambio se me olvida lo que acabo de hacer hace un momento". Como demuestra este fragmento, su memoria es imperfecta y con los años olvida ciertos hechos, pero no los hechos pasados que para su parecer son importantes.
En el proceso creativo de Carmen Martín Gaite, el objetivo es contar una historia sobre lo que se ha perdido, escribe porque se le ha privado de cosas, pero lo característico de la autora es que aborda esta pérdida con humor e ironía. Este es un modo terapéutico de señalar la diferencia y la pérdida de antes y ahora.
La literatura para la autora es un método medicinal que le permite curar los huecos en blanco de su mente, su pérdida de memoria. Para Francisco Umbral la escritura de Umbral y Rosa es una forma de sofocar en determinada medida el dolor y la impotencia que le provoca la muerte de su hijo. Ambos escriben para desahogar y curar de la pérdida de algo concreto.
Otra obra en la que podemos observar el tema de la pérdida desde otra perspectiva diferente a la abordada en los títulos anteriores, es en la novela El Desorden de tu Nombre, publicada en 1987 por Juan José Millás.
Podríamos calificar a esta como una novela generacional y urbana, en la que se entremezcla realidad y ficción y en donde el lector juega un papel muy importante en el desarrollo de la trama. En la novela hay un crimen, pero no es un género policiaco, hay un trio amoroso entre los protagonistas, pero no se corresponde con un relato de enredo. Podríamos concebir El Desorden de tu Nombre como una representación de la vida adulta llena de altibajos emocionales y existenciales.
El personaje sobre el que más recaen estos altibajos y existencialismos es Julio Orgaz, el protagonista principal de la historia narrada por Millás. Julio es un hombre que dedica su vida a trabajar en una editorial. No es cuestión de azar que Julio trabaje en esta organización. Siempre ha querido escribir una novela y tener éxito como escritor, aunque nunca ha llegado a terminar nada. La vida de Julio había cambiado desde que conoció a Teresa mientras estaba casado. Pero Teresa muere y la pérdida del que fue su único amor lleva a Julio Orgaz a una crisis existencial que no remitirá hasta el momento en el que conoce a Laura una mujer casada con su psicoanalista con quien cree haber encontrado la reencarnación de Teresa. "Laura ignora que Teresa vive en sus gestos o en sus ojos, o en su voz o, en fin, en el modo de derramar su pelo por mi pecho".
El comportamiento de Julio, refleja, desde mi punto de vista, otro modo de vivir la pérdida. En su caso, es la pérdida de la persona que uno ama. Julio no asume en ningún momento la muerte de Teresa y esto le lleva a buscarla en otra mujer, en Laura concretamente, hasta el punto de auto convencerse de que Teresa vive dentro de su nueva amante.
Lo que llama la atención del personaje es que, aunque se auto engañe buscando a Teresa en otra persona, esto le resulta útil ya que, conforme avanza la acción, vemos cómo va superando sus fobias e inseguridades (lleva a cabo la escritura de la novela que siempre había deseado y que se convertirá en un éxito, supera sus diferencias con la canción de la Internacional que antes le generaba constante rechazo...).
Presenciamos en El Desorden de tu Nombre que, al contrario de lo que ocurre en la escritura de Francisco Umbral y de Carmen Martín Gaite, el fin del personaje de Millás no es resignarse ante la irremediable pérdida. En el Desorden de tu Nombre a pesar de que presenciamos la muerte de un ser querido, esta pérdida no se asume, sólo se intenta sustituir. Julio prefiere enmascarar esta pérdida en vez de superarla. Pretende sanar su vacío con otra persona diferente, pero cambiar a alguien que hemos perdido no nos hace superar su pérdida.
Finalmente quiero destacar que existen multitud de diferencias en el modo en el que los autores de cada obra afrontan la escritura de sus textos. Todos tienen un fin con su escritura, pero dicho fin es diferente en cada escritor.
Comenzando por Francisco Umbral, autor fundamental en el que me he basado a la hora de exponer el tema de la pérdida, vemos como ante la ausencia de su ser más querido, trata de acercarse a este niño mediante las palabras escritas. Con este acercamiento su fin fundamental es desahogar su pena por medio de las palabras. Escribe para superar la muerte de su hijo y también, de algún modo, para hablar con el fantasma de su hijo fallecido. "Este libro, hijo, que nació no sé cómo, que creció en torno a ti, sin saberlo, se ha convertido en el lugar secreto de nuestras citas, en el refugio solo de mi conversación, de mi monólogo contigo, aunque ya toda mi vida es ese monólogo y no hacemos otra cosa que conversar, tú y yo, sin que nadie nos oiga".
Lo mismo ocurre con Carmen Martín Gaite. Su escritura del El Cuarto de Atrás, es una constante sesión terapéutica que tiene como interlocutores al propio lector y también al personaje de El Hombre de Negro. Además, el modo en el que la autora escribe le permite desahogar sucesos que le han marcado a lo largo de su vida. El modo en el que escribe conforma una literatura que actúa como método medicinal para Carmen Martín Gaite. No busca ningún tipo de fama o reconocimiento escribiendo esta historia, sino reflejar una disconformidad y una ética contra un régimen. También vemos en la obra una defensa por parte de la autora pérdida de la memoria. De alguna forma se cuestiona la memoria olímpica que perdura siempre y se defiende la mente humana que tiene huecos y olvidos, la memoria imperfecta.
Frente a estos dos escritores, el fin que persigue el personaje de Juan José Millás en El Desorden de tu Nombre no es un lamento, ni un llanto ante algo perdido. El fin de la creación de su novela es tener una repercusión comercial a nivel nacional e internacional, es decir, buscar el éxito de su novela. Julio termina alcanzando este sueño, pero no le mueve una necesidad. No escribe para cambiar el mundo, escribe por el triunfo y quiere alcanzar dicho triunfo a toda costa, sin importar pisar a los demás.
La pérdida en la literatura es cualquier cosa menos algo concebido con un fin material. Cada autor que hemos analizado nos da cuenta de esto, incluso Juan José Millás por medio del personaje de Julio Orgaz concibe a la pérdida de forma humanizada. Julio ha perdido un amor y ha visto la solución a su dolor en sustituir la figura de Teresa con la de Laura. Carmen Martín Gaite ha visto que la solución para su tipo de pérdida es escribir, escribir para curarse de lo que le hace daño.
Finalmente, Francisco Umbral no encontró solución a su pena, pero hacer lo que mejor se le daba, escribir, le ayudó a sofocar el dolor que sentía en el año1975. Escribiendo se sentía más cerca de su hijo Francisco, hablaba con él.




















Bibliografía
España Suárez, María, Francisco Umbral, lector y escritor, Intramuros: biografías, autobiografías y memorias, ISSN 0329-3416, nª32, 2010.
García Jambrina, Luis Miguel, Francisco Umbral: Bibliografía, Ínsula: revista de letras y ciencias humana, ISSN 0020-4536 Nº 581, 1995 (Ejemplar dedicado a: Francisco Umbral: la escritura perpetua), págs. 15-17.
Martín Gaite, Carmen, El Cuarto de atrás, Siruela, Madrid, 2012.
Millás, Juan José, El Desorden de tu Nombre, Alfaguara, Madrid, 1992.
Penedo Picos, Antonio, Del sentimiento trágico de la pérdida en Francisco Umbral, Valoración de Francisco Umbral (ensayos críticos en torno a su obra) / coord. Carlos X. Ardavín, 2003, ISBN 84-96117-03-0, págs. 144-159.
Umbral, Francisco, Mortal y Rosa, Planeta, Barcelona, 2007.
Umbral Francisco, Mortal y Rosa, Unidad Editorial para El Mundo, Madrid, 1999 (Prólogo de Félix Grande).




María España Suarez Garrido, nació el 3 de marzo de 1936 en un pueblo de Zamora. A finales de los años 50's se casó con Francisco Umbral. Estudió fotografía y llegó a trabajar como fotógrafa en el diario El País.
Félix Grande Lara (Mérida, Badajoz, 4 de febrero de 1937 - Madrid, 30 de enero de 2014) fue un poeta, flamencólogo y crítico español, considerado uno de los grandes renovadores de la poesía española de los años sesenta.

Prólogo a Mortal y Rosa (Félix Grande Pág. 3) Unidad Editorial para El Mundo, Madrid, 1999
Umbral, Francisco Mortal y Rosa, Unidad Editorial para El Mundo, Madrid, 1999 pág.1

Umbral Francisco, Mortal y Rosa, Unidad Editorial para El Mundo, Madrid, 1999 pág. 63
Umbral Francisco, Mortal y Rosa, Unidad Editorial para El Mundo, Madrid, 1999
Carmen Martín Gaite (1925- 2000) fue una escritora española, una de las figuras más importantes de las letras hispánicas del siglo XX. Recibió, entre otros, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 1988
Martín Gaite, Carmen El Cuarto de Atrás, Siruela, Madrid, 2009, pág. 67
Juan José Millás (1946) es un escritor y periodista español. Es uno de los escritores más destacados de la Literatura Española Contemporánea. Su obra narrativa ha sido traducida a 23 idiomas. Tiene una extensa producción literaria que comienza en 1975 con Cerbero en las Sombras.
Millás, Juan José, El Desorden de tu Nombre, Alfaguara, Madrid, 1992. Pág.101

Umbral Francisco, Mortal y Rosa, Unidad Editorial para El Mundo, Madrid, 1999 pag.101


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