Fragmentos de un anti-Apocalipsis.

May 25, 2017 | Autor: Cristina Mondragón | Categoría: Literatura Fantástica, Metaficción, Gonzalo Torrente Ballester
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Descripción

, Fragmentos de

un anti-Apocalipsis

CRISTINA MONDR,\GÓN Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México

Resumen z En Fragnentos de Aþocalþsis (1977), Gonzalo Torrente Ballester recupetâ el rema del fìn del mundo paralelo aI ttabajo metâtextual constante en toda Ia novela. Como pârte de la llamada "Tnlo.gía fantâsnca", Fragrnentos de Apocalipsi: recurre no sóIo al recurso metatextual y a motivos propios de lo maravilloso p^n^ lograr su acercamiento a lo fantástico: también sat,Lriza el cliscurso apocalíptìco al proponer como parte.de esta novela un pseudo-A.pocalipsis o Revelacìón profética. En este ffabajo, analizo principalmente las Secuenciat profeticas ala huz de Ia teoría de l.o fantástico y del apocalipsismo, a fin d.e encontrar cuáles son los elementos de este modo discursivo que recupera el âutor; mostraté también cómo la separaèión de los niveles diegéticos, Ia pres'enc.ia del discurso apocalíptico y su transgresión permiten la ptesencia de lo f¿ntástjco.

Palabras clave:

Fragmentos de Apocaþsis, zpocabpticismo,

fin del mundo,

modo

fantáitico, fìcción apocalíptica.

,dbsttact : In Fragmentos deÀpocølþsis (1977), Gonzalo Torrente Ball.ester recovers the End of the Vøã¿¿ topic withjn the metatextual work which is present all along this novel. .As a pan of the so called "Fantastic Trilogy", Frøgme"ntos de Aþocalþsis approaches tlie fantastic mode based on the use of metatextuality and marvelous (almost fantasy) rnotivs, but also with a satyric use of apocaþtic discoutse on a pseudo-Book of Revelations inserted throughout the text.'Flere I" analjze the iecøencia¡ profet'ìca.s uncler the theory of apocaþticism and fantastjc theory in order to find which specifìc elements of apocaþticism âre recovered and how afe used in this novel. Furthermore I attend to show how the diffetence in diegetic levels, apocaþtic discourse and its transgressjon open the posibility for fantastic.

.(^

Key word s; Fragmento¡ d.e Apocatþsis, apoczlytscism, End of the wotld; fantastjc mocle, apo calyptic fict-ion.

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Cristina Mondragon

Para abordar una obra compleja y estudiada como 1o es Fragnentot de Apocaltp:i¡, quiero comerizar con dos aspectÒs que sobre este texto se han -sólo leet el título. En asentado sin lugar a discusión y $re se adivinan con

pnmer iugar, no se puede hablar de una novela en el sentido más estricto a la segunda del término; es, como 1o indica Torrente do; en qae los edición, " el tesfrmonio de an þroceso. creador contenido¡ será,n fcticios (acaso aþønos no lo redn), pero el þrlcesz, n0" (forrente IJallester: 1998,14. Cursivas del original), o bien lo que hoy llamaffros ufìa metanovela. Pero Fragn.entor v^ un pâso más a)Iâ de sólo relatat las vicisitudes de la cteaciórhteraria: su carácter ftagmentario,las constantes relaciones intertextuales, las referencias teóricas y z La realidad extratextual, el tono paródico, la construcción misma del texto hacen que sea "at one and the same 'time a self-reflective diary, a dialogue-essay on literary theory and a ficrional exploration of the nature of mimesis and its ontological impircations" Qérez; 1988, 1,61). En efecto,.el narcador principal de êsta obra reitera constant'emente Ia naur.aleza ficcional propia y åe la mímesis: no permite al lector olvidar que todo el univetso alrededot de Villasanta de Ia Estrella no es sino palabras. El segundo aspecto que considero fundamental para la comprensión plena de la obra es su relación no siempre peróds,ca con el Âpocaþsis, mejor dicho, con la tradtción apocalíptica. A lo Iargo del texto, en los ues niveles que forman el universo diegético, el Jector encueritrâ varias alusiones alaiconografia escatológica de latradtción judeocristiana; más aún, el inicio del texto evoca el poder creadot de la palabta, tal y corno se lèe en el G,ínesis bíblico. Desde esta petspectiva, coincido con Marco I(unz en la importancia de este intertexto:

'

Consciente de que todo comienzo de libro puede entendetse como una rePetición simbólica de la creación del mundo y de que todo finai es un pequefio apocalipti,t fi.gurado, Gonzalo Torrente Ballester combina en Fragmenl'os dá Apocalil>sis La narración metafìccional de ia génesis de una novela con la profecía de Ia' destrucción dei universo novelesco. [...] I-os dos movimienros opuestos de construcción y destrucción recuerdan la estructurâ de Ia Biblia en que el mito cosmogónico aI comienzo del A.ntigao Teltameito, efl ei G,ínesh, tiene su contrapartida en la profecía del final del Apocalþsis de San Jaan qge ciefra eI Naeuo Testamento. Una lectura del fìnal. de la novela dË Torrente Ballester no puede hacer abstracción del principio

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Fragmentos de un anti-Apocalipsis

genésico dominante en la parte inicial del libro y también tiene que tomar en consideración ambos intertextos bíbljcos. (I(unz: 1997,351,-352)

Es decir, la construcción novelesca (o metanovelesca) recirpera más delApocølþ:is deJuan-, hay que temas y motivos bíblicos -especjalmente una reflexión ontológica (como apuntâ janet P&ez en la cita más arriba), sí, pero que supera la mímesis narrativ?! abarca también la cosmovisjón lineal ãr.^,oìógt., d.l pensamiento cristiana'.I-a idea de un Final con mayúscula efectivamente, opuesta al inicio genésico propio del apocalipsismo ^Ftarece, pero con una diferencia fundamental que concuerda con el escepticismo moderno que aþunta Frank I(ermode en The ,Sense of an Ending "ouf scepticism, ãur cÀanged principles of realiry, force us to discard the fictions that arc too fully explanatofy, too consoling" (I(er.mode: 1968, 161). Esta ùteractón de lo apocalíptico, tânto en la cliégesis principal como en Ia ,lecuenciasþrorttiro¿-, desde mi lectura, hace ðe Fragmentos metad.iégesis -las delApocal;ipsisunanovela fantâsttca en el sentido teórico eslricto del término. Quizás a primera vjsta esta âsevenciín p^tezc un lugar común, después de todo Fragmentos de Apocalþsis ha sido considerada por Ia críaca como uRa novela fantástica, junto colt I-ø sagal fuga de J'8. y I-ø isla de lo¡ jacintos cortados. En buena medida esta consideración descansa enIa creación de r-rna realidad "demasiado relativz- y proteica pan clasificarse como'tal, puesto que se metâmorfosea continuamente, obligando al lector ^ obviamente lo hace el novelista- ¿Qué es la realiclad? pregunrarse -como novelesco el escritor alega repetidamente que lz:úntca b.Ãtto del contexto real-idacl es la de la palabrr- hecha ¡anació¡ [...], equiparando realidad y ficcióf ' Qêrez [G.]: 1988, 424). ,{sí, dentro de esta rcaltdad cuyo referlnte n,o es otfo que l.a misma constfucción linguística que la compone, funcionan sin problema alguno una seÌi'e de motivos sobrènaurales ya provenientes de la ttadición popular galTega, ya de los intertextos, sobre todo, del relato apocalíptico. Sin embargo Ia mayotia de estos motivos no se cod.ific àÍa' en eI texto como extfaños a Ia rca].tdad representada, prccisamente por su naturàleza relatlz y proteica como bien âpuntâ Genaro Pérez. Por eiemplo, el vuelo dei Arzobispo en el Diario:

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, diio, y de ptonto me sentí aif:febatzdo y cruzando ufi espacio que no veia; no sé si muy aritba o muy abalo, pefo, en todo caso, por ei aire. Hasta que sentí bajo mis

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.l ,

:

Cristina Mondr.agín

ples un suelo pétreo.

t...] sentí un escalofrío y, con éI, la

tentación de preguntar al'arzobispo que cómo había hecho para volaf, pelo me pâfeció que tozab^ un Secfeto de cuya î îlralezzlo ignoraba todo, y,preferí callarme (Torrente Ballester: 1'998,71,72).

sobrenatural, Ia cabalgata noctufna, ^P^f.ece inmediatamente después de la Narración que sigue ^ Ia ctta anterior: Manolito, hiio de Ramiro, presencia todas las noches esta apariciín fantasmal cuyo ciclo. previene también el día del 'Juicio de Dios" como pâfte cle la ,rid, ,ro.t.ritu de la catedral. Igualmente en el Diario y en clan

Otro motivo

alusión parôârca a la icono grafía apocaltpnca de Los Beatos, èl nartador-autor y Lénuchka vtzjan sobre los rayos del soi hasta Ia gruta del Dragón Feo, try^ d"s.ripción hace honor d. epíteto: "ult cuefpo largo fue emergendo, ; horrend^-ãrrt" escamoso, entre de boa constrictor y de catmâî, pero con aias atrofiadas como de piedra, venia después un tófax iorobadO, y el arranque de siete p.r.o"ros delgaditos, ridículos en proporción al cuerpo" (forrËnte Ballester. 1,998, 1,35), Ias cabezas con aperiencia de varios animales al mismo tiempo, "especies todas dotadas de natural belleza, mírese como se mire, p.io qn., mezcladas como ùJi aparccían, quedaban feas" (Iorrente Ballester: 1,998,1,36), una bestia apocalípticâ que bien podría ilevar montada a la' ramera de'Babilonia. Sin embargo, este dragón que resulta una Ec¡brevivi ô a Ia caza de san Jorge por intercesión del pueblo criattra amigable y cantarina, ceÍrrrrLl-yoz esplendoroqa. I-uego de su visita aI Dragón, el narador-autor y Lénuchka se transfÔrman en gaviotas pan volar hasta una czbzña. En las Narraciones también.se pueden encontrar motivos maravillosos: el viaje en el tiempo que reahzan monsieur Mathieu, Pablo y Juanucha, el vtaie astral del Bonzo ert La nauacíón apícrifz, la aoi-".ión de las estâtuâs enlacatedral, en fi.n. Lo que deseo r.eïaltar aquí es que ninguno de estos motivos se codifican como extrâños' a Iz nattación, quira,pîo-roqn"n algo de asombro Ç4 los personaies, pero se asumen como parte del funcionamiento de paracligma de reahðad codificado. apocalipsismo, por su parte, se encuentra privilegiado en esta novela no sólo en el título sino en 1^, Srrørrucias profêticas, metarrelato a cargo de un personaje singular, don Justo Samaniego, y en ei uso coflstante de

El

,"-u, y motiío,

apo.alípticos de

la

tradiãión judía

y

cristiana, cuya

pre sencia en Fragmentos ha trabajado minuciosamente JanetP&ez. Comjenza por Ia etimología del término griego aþokalþsis, 'revelación'*resulta más

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Fragmentós de un anti-Âpocalipsis

'claro el término en inglés: 'anueilin¿!-, 9ue dacioma con

).a reuelacitin metaficcional de los mecanismos de cteación novelescâ. DeI Apacalþ¡ù de Jaan, también llamado Libro de las Reuelacionei, Torrente Ballester toma motivos como el uso mâglco del núrnero siete, Ios temas de la destrucción y 'el milenarisrno, las secuencias proféticas, una variedad de monstruós, la recurrencia a pseudóhimos, la Ftgaru del visionario, el viaje astral,Ia profecía,, la inminencia del final del tiempo,las calamidades, la lúcha del bien contra el mal, etc. Qé,rez:1988, 167-1,68) Villasanta", Pàfz- esta investigadora, ocupa el lugar de Jerusalén puesto que ahí y^ceî los restos de Esclatamunda, Ia'Luz del mundo'. En' general, entonces, "Apocaþse js the basic structuring motif of Fragmentos, and is treated both on larger and smaller scales; âs Part of the rzise eru ablme technique [.,.]. The question as to why use apocalypse may still require a final claríficanon, howeverl' @érez: 1,988, 177-1178). Me ztfevo a pfoponef, entonces, una'fespuesta para este cuestionamiento: el uso de lotapãcalíptico es lo que permite La transgresi6n fantâsts.ca y, por lo tanto, la presericia de rasgos de este modo discursivo en la novela de Torrente Ballester. Á.nte todo, debo establecer qué entenderé como fantástico para los fines dç este texto: sigo en mi definición la postura de Itène Bçssière y Rosemary Jackson, para quienes lo fantástico es un moclo del discurso' presente en unâ diversidad de relatos en los cuales se pueden identifiçar iancterísticas estructurales similaresl. A partìt cle la distinción que propone Todorov en su Introdaction à la litteratare fantastiqøe eqtre lo maravilloso, 1o extraño y Io fantâstico como un género muy limitado y evanescente êfltrê ambos, Rosemary Jackson, siguiendo a Bessière, encuen'r:a mâs a{nplia la noción de modo discursivo: "it is perhaps more helpful to define the føritastic as a literary raodetather.thana gente, and to place it betrveen the opposite modes of the marvellous and the mimetic. The..¡vays in which it oþãtut.r cân then be understood by its combination.of elements of these two different modes [...] which then âssumes diffetent generic: forms" (Jackson: 1981, 32-35l-as cursivas son del original.). Así, 1o que distingue a un texto fantástico (o con rasgos fantásticos) sen^ la .confusión o confrontación de lo mimético y Io maravilloso: dos codificacior:ì.es de realidad irreconciliables cuya trânsgresión provocâ una inestabildad tanto

Cf. Bessiére, Irène (197a): I¿

ricit fantastiqae. I-a poétiquc de l'incertain. París:

Larousse.

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t1a'i-:

Cri¡tìna Mondragín

en el n tf.adot como en el lector repfesentadO. En est6s relâtos, pues, el esta[us de "rea]idad" se cuestiona constantemente, lo que subvierte la visión unívoca del relato mimético (realista) o maravilloso (to realista) introduciendo confusién y diversas alternativas de teahdad posibles. Entonces, se puede definir como fantástico un relato donde un paradigma de realidad qoe estructufa el univetso diegético sufre la irrupción de una de realidad alternaque no responde a las'mismas nofmas de funcionamiento la realidad cod.ifìcad, .ot o mimética. Esta irrupción fantâsttca fesÚlta incomprensil¡le dentro dei texto, fompe con la famitatidad de lo conocido tal quË aþna entidad del relato, genefalmente ei narr.ador, necesarizmente lo codifica como inquietante: "it is to introduce dzÃ< aréas, Òf something of the completely other an uflseen, the spaces outside-the limiting frame 'hunìan' ànå 'r.1', outside the contrÔl of the 'word' and of the 'look"' las nofmâs de causalidad, temporalidad Sackson: 1981, 17g). Al romperse o individualidad þ."r.rr,", pasado y futuro se confunden en los personajes) (ìe ,.oel-r.^ i-porible distinguirrr.çntre yo I el àtro) el universo diegético nunca àambia ,in poribildad de retorno, y el cambio en este tipo de relatos resulìâ consolador. Apocalip.ru se pueden distinguir Pot i9 menos dos åotr"sponden con esta definición' Me guiaté' realidad

En Fragmentos

de

codifìcacior., ã. þ" do narrado' Iz rclación p^rìhacer esta d.istin.ión "ttlos diversos texto' Juan þrr", esta relación señala n url nivel b^.1ç, Lertor.a identifica a un "narrado inrned-iatamenre infedor respecto del nivel anterior [el nivel ëxtradiegético texto], que se d.e un primer' narcador externo a.las zcciofles, quien abre el consutoye en narcador r.rpo.rr"Ële del discurso que geney eI ftagmento inicial, Di"rio de tlabajo y las Narraciones' Como suieto del enunciado es "i p"rsoÁr¡. del mund o narcað,o; como natradot diegéUco, .l,ot momento de so dis.rrrso ced.e Pafte de la na:ració¡ a otro personaie, Justo Samaniego" es quien constfuye eI universo Q-ertorz: 1990, +Z¡. Este ¡arcadot-auto( un diegéUco Y, con é1, a Justo Samaniego, quien será el natraðot-autor de las .îecaincias profeticas. El narrador intradiegético es quien ^Jt^rrrl^io, orgariza el relato y estâblece los niveles de nattaciín aunque constantemente ceda la voz ttutf.^ilva a otros pefsonãies en el mismo nrvel. - Como personaje, ad,emás, participa lo mismo en lâs Narracioles que en el Diario. ãe tabaio: sólo al final intervendrá. en 1a metadiégesis cuando las Secu'encias,las Narraciones y el Diario confluyan en un solo d'iscurso' I

I

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Fragmentos de un anti-Apocalipsis

Tendremos entonces un universo diegético creado à patit de palabras: como mencioné líneas arclba, el acto genésico divino gracias a'l cual' pueden existir Villasanta de la Estrella, su caçedral, la torre Berengatiøy toåa la enumeración poética que encontramos efl Ia primera entrada del Diario de trabajo. En est" codificación de realidad, es eI nanador quien tiene eI control sobre cuanto puede existjr o no erl su relato, inventa la historia de Esclarar,nunda Benclaña, el oBispo Sisnado y:labatil)a contralos vikingos, el laberinto con el sepulcro de la doncella y la amenaza mtfenarta deL rey Olaf. Esto cambia en la entrada del 10 de junio, cuando de una pLñata comienzan salir sin sef 'llamados otros person.aies a quienes el rralir:ador va ^reconociendo y nombrando: Bernârdez, Pablo, don Procopio quien cusrodia el manuscrito de l-ps conentarios alApocalþsiq de san Beato de Liébana; y justo al mencionar los mil años del. manuscrito, comienza a hablar sin presentâción alguna don Justo Samaniego, "Especialistâ en manuscritos medievales", a ciuien no reconoce el natrador ni l.e daciona con nâdie como lo hizo con los anteriores personaies.

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Esta es ìa primera indicación textual que singu larizaâ este petsonaje. La segun da aparece poco después, cuando muestra saber la historia de los vikingts, Esciaramnttd" y el regreso milenado del rey Olaf pata conquistar y a Villasanta de \a Estrella, historia que ninguno de los otros ^rt^tàt personajes parece conocer. Más.adelante, en Ia enftada siguiente del Diariq, el narrador visita à don Jrfsto en su deSpacho y'codifica vÍn' tercefâ singularidad relacionada con el personaje: está rodeado de gallinas que sólo sostienen, mientras ver el nanadot. Durante el diálogo que puede -afirma ^Su-urri.go con fuerza, "Pefo se queja de las políticas universitaøt y se joden. Yo soy el que soy" (Tofrente Ballester: 1998, 51); palabfas que repetirá casi textualmente el Suptemo, nartador espurio que se entroffiete en' el relato y se erige como el gran enemigo del natradof "Ieà|", éste ve con asornbro que ei ãespacho comíenza a llenarse de gallinas cuya existencia en Ia rcaltdað de l.a d.iégesis queda en duda: Samaniego'no las vë, o al menos eso dice, y tf.^t^ de loco zl nanadof: "
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