Fotografía y poder: la construcción del estado chileno (1843-1930)

July 18, 2017 | Autor: Lorena Antezana | Categoría: Fotografia
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Descripción

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Fotografía y poder: la construcc¡ón del Estado chileno

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1930)5 Lorena Antezana Barrios Universidad de Chile lorena. [email protected]

La fotografia en Chile, en el perlodo comprendiáo ¿¡irá r

a€ i r gáo;á .ár; constitúye

un testimonio histórícó de la presen'ciá de personajes,'lugares y eventos sino que nos permite comprender el

espíritu de una época de cambios y transiciones, donde a parlir de la lndependencia, se establecen los pilares básicos que sustentaran la organización de las relaciones sociales en un marco de referencia áipecÍfico: el chileno. El presenü texio. ig¡1árá dar cuenta del papel que la fotografia

jugó en distintas etapas de maduración de un proyecto colectivo moderno cuyos ejes fueron: el progreso y la nación, tomando como eje central las transformaciones de la ciudad. PALABRAS CLAVE Fotografía, ciudad, oi§ánización polÍtica.

INTRODUCCIÓN 1

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la

fotografía llega

a Chile y

con ella se hace explícito que el modelo de desarrollo que es aceptado

por la elite es el que debe imperar y extenderse hacia todos los habitantes. Ya la lndependencia de Chile en 1810 había implicado una nueva organización de los cuerpos en el territorio recién delimitado, y por tanto la administración del tiempo y el espacio en función de una promesa de orden que implicaba una interpretación del pasado y un proyecto futuro colectivo. El nuevo orden politico que se instaura en este marco sería funcional al desarrollo mercantilista que modificó el ordenamiento económico y ta fotografía, sería el dispositivo amplificador que apoyaría ese proceso, Analizamos un corpus de 487 fotos del periodo comprendido entre 1840 y 19306, realizando

una lectura de carácter transversal, plural y abierta vinculada con perspectivas socio-históricas y territoriales del periodo considerado. En el análisis realizado inteligibilizamos los imaginarios simbólicos que hablan a través deltexto fotográfico de manera de aproximarnos a las categorías de pensamiento cultural de los sujetos sociales a la base, los que están vinculados a unas condiciones

de existencia definidas, por lo que sus productos son significativos y legibles solamente dentro de los usos especÍficos que se le dan, De esta manera, en el texto que sigue, cruzaremos las

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Esta ponencia es parte de los resuliados de la investigación Fondecyt en curso, proyecto Regular 201 3

N' 1 130654, titulado "El ojo mecánico. Tecnologías visuales y estéticas polÍticas en Chile

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1930)'.

Las fotografías son parte de las colecciones patrimoniales disponibles en Chile en el Catálogo del Centro

del Patrimonio Fotográfico CENFOTO bajo las rúbricas de ciudad y urbano.

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fotografías, con los procesos históricos y los relatos de la vida cotidiana a la manera de un tejido que pueda destacar la complejidad del periodo que nos ocupa.

El contexto histórico bajo el cual se desarrolla este trabajo se inicia entonces con la lndependencia, periodo en el que la sociedad patricia reorganiza su vida cotidiana y orienta su desarrollo futuro basada fundamentalmente en los ejemplos y modelos provenientes de Francia, lnglaterra y, más adelante, Esiados Unidos. Sin embargo, además de "mostrarse" como modernas, las nacionalidades emergentes tenían como desafÍo central esbozar su propia personalidad y diseñar un itinerario posible de su marcha futura. El proceso de inserción de estos modelos foráneos en las formas de funcionamiento locales va produciendo una síntesis original que, aunque en principio pudiese haber sido rechazada por esa misma sociedad patricia, poco a poco adquiere un valor polÍtico. Esto puesto que el estado naciente requería construir conceptos comunes y reconocibles que permitieran la identificación de los habitantes de ese recién conquistado territorio y por otro lado, también necesitaba establecer claramente las diferencias que existían con otros. Sería la cultura local popular la que alimentaría esas particularidades distintivas que poco a poco, van apareciendo en las fotografías vinculadas a los hitos históricos que se desea destacar.

EL CONTROL DE LAS IMÁGENES

Observando las fotografías del periodo considerado algunas de las preguntas que debiésemos responder serían ¿de qué manera esas fotografías se vinculan con el Estado? ¿es qué existe una relación entre ambos? En este apartado intentaremos dejar en evidencia la forma en que concebimos la relaciÓn entre la imagen y el poder a nivel general y entre la fotografí.a y el Estado a nivel específico.

A nivel general, y en una somera revisión histórica, es posible afirmar que quienes detentan el poder "como norma histórica, (...) siempre ha[n] necesitado obligar, persuadir, formar determinadas creencias y estados de opinión, orlentary moldear las conductas hacia determinados fines" (Correa, 2011, p. 38)y para ello la ubicuidad y el poder de las imágenes y los rituales asociados a ellas, han sido un recurso eficaz. En occidente, la utilización de las imágenes y la creencia común en su capacidad de "ayudar a la memoria y llevar al espectador a imitarlas (...) se encuentra desde los primeros tiempos del cristianismo" (Freedberg,2010, p. 116) y ha servido a los intereses del poder religioso, político

y económico "descendiendo de su condición de sierva de la burguesía, antes de iransformar profundamente sus funciones desde la segunda mitad del siglo XlX" (Gubern, i gg6, p. 9g). Esto pues las imágenes tendrían la capacidad de estabilizar la memoria y de enriquecer los esquemas mentales gracias a los cuales los seres humanos organizamos nuestros conocimientos y experiencias acerca del mundo. Los nuevos conocimientos que vamos adquiriendo se apoyan "en nuestra reserva de experiencias visuales -experiencias no sólo de las cosas naturales que hemos visto sino también de las formas de representación más o menos convencionalizadas. En nuestras mentes, construimos imágenes basándonos en el recuerdo de las cosas que hemos visto, para captar lo no visto" (Freedberg, 2010, p. 22a) y las imágenes son las que vehiculizan gran parte de la información que nos permite re-conocer, re-organizar nuestra red conceptual lo que "presupone un capital gnósico acumulado por el pasado del sujeto, con el que se confronta cada nuevo precepto" (Gubern, 1996, p. 15).

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De acuerdo a Santo Tomás, habrían sido tres las razones de la lglesia para la utilización instltucionalde imágenes: primero, para la instrucción de los analfabetos, quienes podrían aprender en ellas como en los libros y por tanto, gracias a las imágenes, se podrían masificar las enseñanzas y doctrinas que la lglesia promovía; en segundo lugar, "el misterio de la Encarnación y los ejemplos de los santos podrían perdurar más firmemente en nuestra memoria viéndolos representados entre nosotros a diario; y tercera, las emociones se estimulan más eficazmente con cosas vistas que con cosas oídas" (Freedberg, 2012, p. 197), Y son estas mismas razones las que habrían motivado al Estado en la utilización de las imágenes.

Con la lndependencia surge una nueva forma de organizar la sociedad a partir de un ente regulador: el Estado, cuya función principal será la de garantizar la reproducción material de la sociedad a través de una racionalidad que organice el conjunto basada en el consenso, la consolidación de una identidad colectiva y un proyecto común futuro, desafío por tanto, no era menor. La bandera de lucha de la lndependencia estaba basada en la libertad y en la igualdad y bajo estas premisas la forma de organización social que se reconocería El

a la base de esta nueva propuesta sería la de la democracia, la que se podría entender como la perpetua búsqueda y construcción de un orden, "un objeto de deseo nunca plenamente alcanzado pero, por su mismo carácter de proceso inacabado, capaz de movilizar de manera constante las energías políticas y la subjetividad de los individuos en situaciones colectivas" (Lechner, 2005, p. 9) concepción vinculada por cierto al proyecto futuro, a la utopía, que siguiendo a este mismo

auto¡ cumpliría una función de horizonte, de distancia y no de meta. "Una perspectiva que permite imaginar la superación de condiciones del presente pero nunca una concreción histórica acabada niun puerto de arribo" (Lechner, 2005, pp. 9-10). En esas condiciones, "el ejercicio de la democracia requería una pedagogía de la imagen, tan necesaria como lo fuera, en su momento, la de la lectura y la escritura, sobre la que se fundó la escuela republicana y con ella, la propia República" (Balandier, 1994, pp. '159-160; énfasis or:iginal). Y fue la fotografía la que permitió que el estado realizaraesa tarea puesto que "en el momento mismo del desarrollo técnico de la fotografía, se producía una extensión y diversificación de las funciones del Estado en formas que eran alavez más visibles y más rigurosas" (Tagg, 2005, p. B2). Su fuerza constativa "estaba estrechamente ligada a nuevas formas discursivas e institucionales, sometida al poder pero a su vez ejerciendo efectos reales de poder" fl-agg, 2005, p. 15). Los efectos de poder que podrían ser atribuidos a la fotografía radican en que este dispositivo establece un nuevo código visual que "altera y amplía nuestras nociones de lo que merece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar" (Sontag, 2006, p. 15), la fotografía por tanto se constituye en una nueva gramática estableciendo a la vez una ética de la visión. Como dispositivo tecnológico tiene la capacidad de "reproducir exactamente la realidad externa" dotándola de un carácter documental y haciéndola aparecer como "el procedimiento de reproducir más fiely más imparcial de la vida social" (Freund, 1993, p. B). Sin embargo, es necesario recordar que "el ojo que mira a través del objetivo de una cámara no es un ojo objetivo y neutral, sino que está cargado de ideología, actitudes, prejuicios y valores" (Correa, 201 1 , p. 1 1 1) y, en la época a la que nos referimos, este operador rápidamente forma parte de la clase social dominante. Cuando la fotografia (aunque inicialmente se tratase de daguerrotipos) llega como novedad técnica a América Latina, viene de la mano de viajeros y aventureros, inicialmente extranjeros, de origen inglés y francés (Rodríguez, 2001). Muchos de los cuales se instalan en las princlpales ciudades ofreciendo sus servicios a una sociedad que comenzaba a perfilarse en una también

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naciente nac¡ón. Por el alto costo del servicio en su etapa inicial, la clientela de estos fotógrafos era parte de la clase social dominante a la que, con el tiempo, ellos mismos llegaron a pertenecer. De esta manera, la fotografía va adquiriendo la capacidad de expresar los deseos

y

las

necesidades de las capas sociales más altas que son sus primeras y principales y usuarias, y va aprendiendo a interpreta¡ a su manera, los acontecimientos de la vida social en la que se inserta. Por tanto se pone al servicio de la clase social dominante, "la que tenía en sus manos el poder verdadero: industriales, propietarios de fábricas y banqueros, hombres de Estado, literatos y sabios y todo aquel que pertenecía a los medios intelectuales [de París]" (Freund, 1993, p, 24) y por extensión de América Latina.

LA CENTRALIDAD DE LA CIUDAD Paulatinamente, en el periodo anterior a la lndependencia, Ias ciudades habian ido adquiriendo centralidad, como ejes de la organización administrativa y centros de intercambio de productos y de personas. A nivel práctico, la ciudad cumplía una función importante a la hora de facilitar el intercambio de bienes y servicios pero también cumplÍa una función simbólica, asociada con el prestigio, la alta cultura y por tanto con las elites. Recordemos que "la ciudad -en rigor, la sociedad urbana- era la forma más alta que podía alcanzar la vida humana, la forma 'per.fecta', según habÍa sostenido Aristóteles (...) Y a ese ideal parecía tender el mundo mercantilista y burgués que era, cadavez más, un mundo de ciudades" (Romero, 2001, pp. 10-11). La ciudad también define su presencia en función de un territorio delimitado, apareciendo en primer lugar en oposición con el campo o la naturaleza. Dentro de ella está la civilización, el mundo moderno, actual, fuera está lo incivilizado, lo salvaje y lo bárbaro, En este ordenamienio espacial se intenta controlar al máximo los factores de riesgo, lo que adquiere especial relevancia en un territorio inestable como el chileno, periódicamente asolado por terremotos y otros desastres naturales. Las ciudades adquirieron mayor relevancia y centralidad no sólo porque el sector rural y su organización económica habían sido fuertemente golpeados en la etapa previa sino porque tras la lndependencia, la tradición colonial y el estilo patricio alimentaron una nueva forma de organización de las ciudades aunque fue "el desarrollo mercantilista lo que más profundamente modificó el ordenamiento económico" (Romero, 2001, p. 122). La ciudad como centro de operaciones de los nuevos Estados "absorbieron la ola rural, [pero] volvieron a manifestar su desdén por el campo, que a veces era marcado menosprecio" (Romero, 2001 , p. 195). La organización de la ciudad, respondía a la necesidad de generar una organización política basada en el orden y la estabilidad y, a lavez, creaba una sociedad acorde a esta propuesta. En una primera etapa sus principales instituciones normalizadoras fueron la lglesia y el ejército, más adelante otras instituciones comparlirían ese papel, como la Escuela y los Tribunales. Una vez delimitadas las funciones básicas de la ciudad, que garantizaban el orden y facilitaban el intercambio mercantil, "aparecieron los estilos de vida del conjunto y de cada uno de los grupos sociales, dibujando la peculiaridad de cada cultura urbana. Estas definiciones entrañaban una interpretación del pasado y un proyecto para el futuro: constituían las ideologías específicas con que cada una

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de las ciudades iba sust¡tuyendo poco a poco la ideología genér¡ca de la colonización; y al diferenciarse, remodelaban el cuadro del imperio originario -utópicamente homogéneo- e insinuaban el nuevo ordenamiento que vendría más tarde" (Romero, 2001, p. 17). Las transformaciones de la ciudad se relacionaban con la concepción de espacio público de las elites y de los modelos de referencia que tenían considerados. Es asíque en una primera eiapa, la elite se concentra en el centro histórico de las ciudades, desarrollando allísus vinculos cercanos.

Eran las mujeres las encargadas de cultivar las relaciones sociales pero, "santiago, aunque fuese la capital indiscutida de la actlvidad nacionaly una ciudad en vías de desarrollo, distaba de pertenecer al rango de las metrópolis modernas" (Vicuña, 2010, p. 136). La elite a la que nos referimos en esta

etapa es mixta puesto que se trata de aristócratas y burgueses, que consolidan su alianzaa través de matrimonios que a su vez se concretan en reuniones "privadas" y en eventos públicos (teatro, fiestas, paseos, etc.). Quizás es necesario detenerse un poco en el proceso de desarrollo en el que se encontraba Chile, panorama no muy distinto al que se vivía en América Latina. De acuerdo a Echeverria "la modernización de la América Latina en la época 'barroca' parece haber sido tan profunda

que las otras que vinieron después -la del colonialismo ilustrado en el siglo XVlll, la de

la

nacionalización republicana en el siglo XIX y la de la capitalización dependiente en este siglo, por identificarlas de algún modo- no han sido capaces de alterar sustancialmente lo que ella fundó en su tiempo" (2000, p. 57),. Es posible observar en las fotografías de la época la importancia que se le daba a las plazas

y monumentos de héroes. Lo que coincide con las observaciones realizadas por Romero quien constata que "creció el número de plazas y plazuelas, cuidadas con esmero las de los barrios altos, y en las más importantes de las cuales se levantaban los monumentos a los héroes" (2001, p. 2771. En nuestro caso, el 15% de las fotografías analizadas corresponde precisamente a plazas y monumentos.

A medida que la sociedad se ajustaba a las nuevas formas de organización social, sus ciudades se hacían eco de esta nueva propuesta, transformándose. En el periodo considerado y gracias a la prosperidad económica "de que gozó Chile entre 1840 y 1870, la clase rica de Santiago alcanzó un gran esplendor delque fueron reflejos las casonas o petit-hotels que los más poderosos de sus miembros hicieron edificar. Los Ossa tuvieron el capricho de tener una casa que imitara a la Alambra. Enrique Meiggs, el norteamericano enriquecido con los contratos de trabajo públicos, quiso tener su casa bostoniano. Pero la mayoría recogió la influencia francesa: los Blanco Encalada,

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Siguiendo el hilo de su argumentación, este autor entiende por modernidad "un proyecio civilizatorio especÍfico de la historia europea, un proyecto histórico de larga duración, que aparece ya en los siglos Xll y Xlll, que se cumple de múltiples formas desde entonces" y por barroco "una "voluntad de forma" especifica, una determinada manera de comportarse con cualquier sustancia para organizarla, para sacarla de un estado amorfo previo o para metamorfose-arla; una manera de conformar o configurar que se encontraría en todo el cuerpo social y en toda su actividad" (Echeverría, 2000, p. 5B).

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los Larraín Zañarlu,los Concha y Toro, los Subercaseaux, los Cousiño". (Romero, 2001 , pp. 224-225). Pero no sólo se trataba del embellecimiento de las moradas puesto que, ese mismo periodo fue "crucial en lo concerniente a las reformas urbanas (...), cuando se crearon nuevas instituciones

y se llevó a cabo la remodelación de la capital" (Vicuña, 2010, p.41). Entonces la ciudad de santiago se erigía como centro del país, mostrándose a la vanguardia del progreso. Elemento gatillador de este proceso fue, sin lugar a duda, la proyección y diseño de un cierto

tipo de espacio urbano llevada a cabo por Vicuña Mackennas, quien "logró transformar el cerro Santa Lucía, en el pasado un agreste peñón de rocas al descubierto, en un original parque y paseo público" (Vicuña, 2010, p. 43). Las fotografías de la época dan cuenta de este proceso que además constituyó la expresión más acabada de sus ideas sobre el significado social del embellecimiento urbano. Con Vicuña Mackenna y su propuesta arquitectónica, se hacía más evidente elvínculo entre estética y politica puesto que para él "realzar labelleza de una capital mediante la creación de monumentos, implicaba la formación

de una ciudadanía comprometida con el bienestar de su ciudad, dado que a las obras de arte competía instaurar los cánones estéticos de los barrios donde estaban situadas. En la práctica, Vicuña Mackenna le condecía al arte o, para ser más exacto, al progreso material en general, la capacidad de educar a la población de Santiago, pues sus habitantes, diarios

testigos de las obras de adelanto edilicio, se sentirÍan en la obligación de ofrecer a éstas, a juicio suyo, un entorno en armonía con sus cualidades estéticas. Así la remodelación pÚblica de la ciudad, si bien originalmente parcial y selectiva, en último término suscitaría un movimiento de reforma privado, igualmente progresista pero de mayor envergadura" (Vicuña,

2010, p. 43). Otra de las transformaciones arquitectónicas que se produjeron en esta época en Santiago residencia tradicional, organizada en torno a un patio interior. La casona retraída, celosa de sus secretos dio paso a la casa volcada al exterior, que demandaba la atención de un público urbano" (Vicuña, 2010, p. a$, haciendo notoria una nueva concepción de espacio público que se iría consolidando con los años. El progreso urbano que permitiría de alguna manera la expansión de sus beneficios a todos sectores los sociales, de acuerdo a la concepción con la que operabaVicuña Mackenna, no significó establecer mecanismos de igualdad puesto que "las familias de clase alta -las que solían llamarse 'las de laplaza'- empezaron a emigrar en un movimiento inverso al de los sectores populares que ocupaban las grandes residencias transformándolas en conventillos o callejones. Nuevos barrios aleiados del centro acogieron a los que abandonaban las vecindades de laplazamayor. La Alameda y luego los barrios que surgieron sobre la avenida Providencia atrajeron en Santiago de Chile a las clases pudientes" (Romero, 2001, p. 278), iniciando el proceso de segregación espacial que nos caracleriza a la fecha.

y en otras ciudades latinoamericanas consistió en el abandono de "la

lntendente de Santiago entre 1871 y 1875.

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Parte de este proceso de exclusividad espacial también se hizo evidente con el Parque Cousiño, que "enclavado en la ciudad (...) consiituyó un alarde de jardineríia francesa" (Romero, 2001 , pp. 224-225). Este, al igual que los "no menos que los selectos clubes masculinos fundados en las décadas de l860 y 1870, represent[aron]a la perfección eldecidido rechazo y abandono, por parte de la elite, del medio urbano socialmente heterogéneo y variopinto de las décadas precedentes" (Vicuña, 2010, p. 47).

LA PROMESA DE PROGRESO Ya hemos adelantado que el Estado garanliza el orden social a partir de la administración de instituciones, donde aquellas que operan utilizando lafuerza -como la policía- "proporcionan las condiciones políticas parala acción de los 'aparatos ideológicos del Estado"' (lagg, 2005, p. 92) como las instituciones educativas, religiosas, familiares y comunicacionales entre otras, las cuales garantizan a su vez, en gran parte, la reproducción de las relaciones de producción. Las cámaras fotográficas, retrataron "la realidad de dos maneras esenciales para el funcionamiento de una sociedad industrial avanzada: como espectáculo (para las masas) y como objeto de vigilancia (para los gobernantes)" (Sontag, 2006, p.2ag). Sin embargo, en la etapa histórica que estamos abordando, también podrían agregarse dos propósitos más: como instrumento de construcción de referentes comunes -y por tanto elemento arliculador de un "nosotros"- y como factor movilizador de la producción. En este último ámbito, "elproblemaapremiante, en los ámbitos localygeneral,eralaformación y movilización de una fuerzade trabajo diversificada alavez que inculcar la docilidad y las prácticas de obediencia social requeridas por la industrialización avanzada en las concentraciones urbanas peligrosamente grandes" fl-agg, 2005, p. B3), si bien latuerza fue utilizada en algunos momentos para lograr este propósito, poco a poco el énfasis se desplaza hacia otras de las lnstituciones del Estado que colaboraran en la domesticación de los cuerpos. "Cambiaron las ciudades, pero también cambió el ámbito campesino. La lndependencia no modificó, por cierto, el sistema productivo. Subsistió el tipo de propiedad o de simple posesión como en los tiempos coloniales y se mantuvo durante varias décadas el sistema de mayorazgo. Y sin duda subsistieron los sistemas tradicionales de reclutamiento de mano de obra y las técnicas de producción" (Romero, 2001 , p. 178). El progreso se observaba en los puedos donde "crecía el movimiento portuario, y el tráfico interno se hizo más intenso y ágil a partir de la inauguración, en 1863, de lavíaférrea cjue unió Valparaíso con Santiago" (Romero, 2001, p. 2221. La transformación urbana que acompañó a este desarrollo económico fue notable. De acuerdo a las descripciones de Romero (2001), la zona portuaria había quedado unida con elsuburbio delAlmendralofreciendo un frente compacto de edificación. Nuevos edificios cambiaron el aspecto del centro, en tanto que el Almendral se transformaba en un barrio de hermosas casas ocupadas preferentemente por comerciantes extranjeros. Hoteles, negocios y bancos fueron instalándose sobre la esirecha calle de la Aduana -hoy Prat- a cuyo alrededor apenas quedaban vestigios de la vieja ciudad colonial. La urbanización puesta en marcha se reflejaba en las fotografías de la época donde es

posible obseruar estaciones de ferrocarril, puentes, carreteras, muelles y canales. Estas imágenes

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son coherentes con el desarrollo ya que "las obras públicas durante el siglo )0/lll consistían en la construcción ocasional de alguna iglesia, cárcel, fuerte, puente o camino. O bien, en la reparación de edificios públicos" (Salazar, 2000, p. 239). Otra muestra del progreso y sus beneficios para la vida cotidiana en las ciudades lo constituyó, sin lugar a dudas, el sistema de iluminación pública puesta en marcha, utilizando primero gas y más

adelante electricidad. En cuanto al sistema de transporte, los tranvías a caballo fueron reemplazados por los eléctricos, y más tarde empezaron a circular los autobuses, Vicuña señala que

"en 1902 arribó el primer auto al país; en los años sucesivos, el automovilismo rápidamente devino en un pasatiempo de moda y, ocasionalmente, en un deporte de competencia. De los'1910s data la incorporación de automóviles a los sistemas de transporte público de Santiago, Valparaíso, Viña del Mary Concepción; en 1916, según testimonio de la época, más de 1 .300 automóviles circulaban en la capital" (2010, p. 198). El acceso a todas estas innovaciones como a los nuevos medios de transporle, el ferrocarril,

la energía a vapor, la iluminación artificial, el telégrafo, la posibilidad de realizar transacciones comerciales internacionales, la construcción del sistema de alcantarillado, entre otros aportes, terminó por configurar ciudades modernas y enclaves industriales sustentados en la explotacrón

de

materias primas, especialmente minerales. "Se sumaron nuevas fuentes de trabajo que tenían que ver con las obras portuarias, servicios urbanos y el levantamiento de nuevos oficios proletarios que configuraron las primeras barriadas populares o los campamentos mineros administrados en un escenario donde las

chimeneas pasaron gradualmente a constituir los símbolos del progreso arribado desde ultramar" (Núñez, 2010, pp. 94-95). El progreso entonces, vieja idea que el siglo xviii había desarrollado cuidadosamente como una teoría de la historia y una filosofía de la vida, se instalaba en Chile, consolidándose poco a poco como la idea centralde la nueva organización social, y como el motor de cambio y la meta del pais.

Será el camino y el punto de llegada a la vez. Y la referencia comparativa obligada que permitirá medir éxitos y fracasos.

A MODO DE CIERRE Las fotografíias del periodo considerado en las categorías de urbano y ciudad, tal como hemos visto en el desarrollo de este texto se organizan en dos grandes ámbitos: fotografías que dan cuenta delembellecimiento de las ciudades y del progreso del país. En el primer caso se trata no sólo del crecimiento de las grandes urbes al transformarse en polos de atracción para la mano de obra disponible que provenía de las haciendas y del ámbito rural en general, sino también de la concentración de las elites y de la recepción de los extranjeros. Por tanto el embellecimiento no era algo suntuario o accesorio, era uno de los pilares sobre los que

se construyó el Estado moderno chileno, puesto que estaba vinculado con la organización de la ciudad.

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Las ciudades de esta manera se convertían en territorios "civilizados", en los que fluía la vida cotidiana y se establecían y consolidaban los vínculos y las relaciones que harían posible la consolidación del nuevo Estado. Las fotografías de la época dan cuenta de estos cambios: en una primera etapa, la clase aristócrata se concentraba en los perímetros centrales, surgían calles y avenidas que permitirían la utilización de coches y más adelante automóviles; las plazas y parques eran los espacios de paseo de hombres y mujeres de la elite; las fachadas de las casas daban cuenta de la opulencia de las familias y de su tradición. Más adelante surgirían nuevas instituciones: de educación, de salud y por cierto, la lglesia estaría siempre presente. Las estatuas y monumentos también serí.an parte del embellecimiento de la ciudad contribuyendo por su parte a construir ciertos hitos colectivos y reforzando su recuerdo, así desfilan héroes y próceres que en su conjunto crean un "nosotros" colectivo. El progreso por su parte desfila en las imágenes como puentes, fábricas, estaciones de tren, luminaria, puertos, riveras navegables y un sinnúmero de mejoras que la civilización va proveyendo. El progreso se perfila enionces como la meta *utopía- del nuevo estado nación, con su promesa implícita de mejorar la vida cotidiana de los chilenos y de construir una sociedad de iguales. Bajo el molde de la elite, En estas imágenes el gran ausente es el pueblo, sus necesidades, sus condiciones de vida, los lugares en los que habitaban y las formas de subsistencia que ejercían. Faltan fotografias del mercado, de los arrabales, de las chinganas... la fotografía es secuestrada por la elite, quienes hacen de ella un espejo de lo que desean mostrar: a ellos mismos y sus atributos modernos. De esta manera, la fotografía encarna lo que se desea ser y proyectar, y por tanto lo que se desea imponer como normas de buen gusto y deber ser. En síntesis, los temas ideológicos de la imagen fotográfica habrían sido la administración del futuro y la conformación de un nosotros en la época inicial de Chile. En función de lo anterior el país encarnado en la representación de "la ciudad" y la industria que representaría la idea de progreso

y modernidad se convierten en los contextos iconográficos a

representár, en términos de una conquista a largo plazo. En ese sentido, la construcción de calles, el embellecimiento de la ciudad, la naturaleza "dominada" de sus plazas, la edificación de monumentos que "recuerdan" hitos históricos y el territorio "controlado" donde sólo algunos pueden estar, se convieften en símbolos de este naciente Estado (Antezana, 2012).

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REFERENCIAS

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