FORTALEZAS EGIPCIAS EN LA FRONTERA SUR PUERTA DE ENTRADA PARA LOS PUEBLOS MERIDIONALES DEL NILO

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ARQUEOLOGÍA GENERAL

FORTALEZAS EGIPCIAS EN LA FRONTERA SUR PUERTA DE ENTRADA PARA LOS PUEBLOS MERIDIONALES DEL NILO JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE 29/12/2013

Para protegerse del peligro de Nubia, para poder abastecer su insaciable apetito comercial y para salvaguardar la integridad de su imperio, Egipto edificó estos verdaderos complejos fortificados que son los grandes desconocidos en la larga historia egipcia.

JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………….3 LAS FORTALEZAS SUMERGIDAS………………………..5 LAS FORTALEZAS. VESTIGIOS MÁS IMPORTANTES.9 LAS FORTALEZAS DE LA SEGUNDA CATARATA…….16 CONCLUSIÓN……………………………………………….24 BIBLIOGRAFÍA……………………………………………..25

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INTRODUCCIÓN La naturaleza de este trabajo es estudiar las fortificaciones egipcias en la frontera nubia, para ello, intentaremos analizar las fortalezas más importantes y también abarcaremos la cuestión de las que están sumergidas por la construcción de la presa de Assuán y el posterior lago Nasser. También le daremos importancia a las fuentes documentales, para poder configurar unas ideas generales sobre que son, que funciones cumplían y cuáles son estas fortalezas nubias, que fueron esenciales para el Antiguo Egipto y que tan desconocidas son para la mayoría de los amantes de esta milenaria civilización. El interés de Egipto por Nubia ha estado presente a lo largo de la historia, ya que constituía un polo de atracción tanto para el comercio, como para su política de expansión. Extendiéndose a partir de la primera catarata, la región ofrecía la posibilidad de obtener materias primas indispensables y objetos de alta gama, con los cuales, mantener la fidelidad de la elite egipcia, lo cual era de vital importancia para la cohesión del sistema dinástico. Durante el proceso de consolidación del estado, durante el Reino Antiguo, se hizo necesario mantener relaciones con las regiones fronterizas, impulsado por la necesidad de la definición de su propio territorio nacional. Esto se haría desde el control de los recursos y la diferenciación de las poblaciones. El afianzamiento del sistema políticoeconómico egipcio así lo exigía para la dar respuesta a los problemas entre las diferentes secciones del poder y la posibilidad de luchas dinásticas. El estado egipcio estableció diferentes estrategias de control según los diferentes periodos históricos. Para lo cual, la base fundamental son las evidencias documentales y arqueológicas, las cuales son necesarias para entender las herramientas de control de Egipto sobre Nubia. Sobre este aspecto, Egipto adopto varias estrategias de dominación sobre Nubia, respondiendo estas a sus objetivos o a la complejidad del grupo dominado, de los cambios dentro de Egipto o de la situación con Nubia. Por ejemplo en el caso del Reino Antiguo, la estrategia adoptada corresponde a un modelo de imperialismo en el que hubo una incipiente ocupación territorial como parece afirmarlo la fortaleza de Buhen, sin un elevado coste imperial, en el que el costo expedicionario era menor que el beneficio obtenido y, a su vez, era acorde a las posibilidades y objetivos del estado egipcio en aquella época. Pero fue en el Reino Medio cuando esta zona se convirtió en un objetivo claro de la administración egipcia, ya que no hay que olvidar que Nubia suponía un lugar lleno de materias primas de donde abastecer el apetito insaciable del imperio, pero también era una peligro constante y acechante, ya que invadieron el Imperio egipcio en alguna ocasión e incluso llegaron a coronarse faraones nubios, además que durante la dinastía XVIII( Reino Nuevo) era costumbre a la muerte de cada faraón, los levantamientos nubios, los cuales obligaban a tomar medidas bélicas y de control.

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JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL Estas apreciaciones nos dejan entrever algo importante, y es la complejidad de objetivos para los cuales, estos verdaderos complejos fortificados eran erigidos y la importancia de estos para el devenir del imperio egipcio.

Plano con las fortalezas.

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LAS FORTALEZAS SUMERGIDAS Esta cuestión es digna de una de las películas de Indiana Jones, ya que todo empezó en 1895, cuando en arqueólogo inglés J.E. Quibell descubrió en Tebas la tumba de un peculiar personaje, este descubrimiento se realizo detrás del Ramesseum, y correspondía a un medico. La tumba había sido saqueada, pero lo excepcional del descubrimiento era, el hallazgo de un lote de papiros en la tumba, este hallazgo de Quibell fue uno de los mas notables de la historia, ya que estos papiros estaban escritos en lenguaje hierático de fines del Reino Medio (1700 a. C.). Entre estos papiros se encontraban fragmentos de textos literarios muy famosos hoy en día, como es el de Sinuhé o el Cuento del Campesino. Tras papiros de administración y otros con multitud de nombres de plantas sin un aparente orden, luego pasaba a un determinado nombre de mamíferos, luego a nombres de pájaros…para luego hablar de panes y pasteles, cereales y partes del cuerpo humano, pero después de estos nombres, el texto se puso interesante, ya que ofrecía una relación a modo de lista de nombres geográficos, muy bien clasificados, pues partían del sur para descender por el Nilo, hacia el norte. Esto ayudo a que las campañas de excavaciones emprendidas a raíz del llamamiento de la Unesco (el 8 de marzo de 1960) para salvar los monumentos de Nubia, ya que este papiro ayudo sobre el terreno a identificar a los primeros 14 nombres geográficos enumerados en el mismo, llamado por los egiptólogos como el “Ramesseum Onomasticon”. Estos primeros catorce lugares, correspondían con las fortalezas o ciudades fortificadas que defendían la entrada de Egipto por el sur, estas eran: (desde el norte al sur) Elefantina, Biga, Kubán, Aniba (estas primeras están en territorio egipcio), Faras, Serra este, Buhen, Mirgissa, Askut, Sheik, Uronarti, Kumma, Semna Oeste y Semna Sur. Más de la mitad de esas fortalezas se encuentran en la región más desolada, pero también la más hermosa, de la Nubia sudanesa, región hoy, por desgracia, recubierta por las aguas de la gran presa de Assuán: el "Batn-el-Haggar" o "Vientre de Piedra". Gracias a esta campaña para salvar los monumentos de Nubia, se conoce mejor el papel que desempeñaban, ya que las excavaciones de Buhen, así como las de Mirgissa, Askut o Semna sur, nos han revelado la perfecta adaptación al terreno y su complejidad arquitectónica, pero eso es algo que hablare más adelante, cuando me centre en los estudios de las fortalezas más en profundidad.

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Distribución de las campañas realizadas por la comunidad internacional.

Los resultados de la exploración de las fortalezas nubias son, pues, brillantes. No obstante, no deben hacernos olvidar la pérdida de los edificios mismos, sumergidos bajo las aguas del nuevo lago. Ciertamente, los templos de piedra, desmontados, han podido ser transportados a Jartum, pero las altivas construcciones que dominaban con todo su poderío la belleza admirable y salvaje del Batn-el-Haggar han desaparecido para siempre con él. Una verdadera lástima, como se puede observar en las imágenes. [6]

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Localización y fotos de los monumentos salvados de las aguas.

No podía dejar mi mención a la intervención internacional en esta zona sin antes mencionar los trabajos realizados para la conservación en algunos casos, en los que menos, pero por lo menos, la documentación de estos yacimientos, todos ellos seleccionados, porque de una manera o de otra, son o tienen que ver con fortalezas: La expedición del Instituto de Egiptología de la Universidad de Praga, llevado a cabo por el arqueólogo Miloslav Vernerl. Estudio la fortaleza de Kirtasi, cerca de la cantera que sirvió para construir el templo de Filae, la cual esta escavada a modo de anfiteatro, tiene un nicho y está flanqueada por dos columnas, lo que le da sensación y apariencia de un antiguo templo en ruinas.

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Otra seria la expedición llevada a cabo por la Sociedad de Exploración Egipcia de Londres, dirigida por los arqueólogos J.M. Plumley y R.D. Anderson. Los cuales estudiaron la fortaleza de Qasr Ibrim, ya que la construcción de esta estructura seria Ptolemaica o Meroítica, siendo reconstruida y reforzada probablemente por el gobernador Petronio hacia el año 22 a. C. A estas dos, se le podría añadir la llevada a cabo por el Instituto Alemán de Arqueología, de la Republica Federal de Alemania, dirigida por el arqueólogo Erich Dinklerl, el cual estudio la aldea fortificada de Kulb, la cual data del s. VIII, y se encontraron muchos objetos con el nombre de Miguel, o con monogramas o cifras que lo abreviaban, siempre con caracteres griegos. Este descubrimiento, sumado al gran número de estos objetos, ha hecho pensar, que estos habitantes conocieran el alfabeto griego, algo peculiar por la zona. Por último, el plato fuerte de estas excavaciones, la llevada a cabo por la Mision Arqueológica Española, dirigida por los arqueólogos E. Ripoll-Perello y M. LLongueras Campana. Ellos comenzaron en 1961 y se dividió en dos grupos. Pero sus logros más importantes fueron el estudio de una fortaleza con sistema viario de tipo romano, esta es la fortaleza de Sheik Daud, de la segunda mitad del s. VI. Se excavaron 38 viviendas y una iglesia. Se pudo constatar de que respondía arquitectónicamente a un [8]

JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL campamento romano, pero con curiosidades. Abundaron los hallazgos cerámicos, los de metal y los arquitectónicos, alguna escultura… pero nada de fragmentos epigráficos.

Fotografía aérea de la Segunda Catarata del Nilo, tomada antes de que comenzaran los trabajos de la Campaña Internacional de Nubia. En una de las islas pueden verse las ruinas de la fortaleza de Dabenarti. No lejos de allí, en la orilla izquierda del río, se encontraba la ciudadela de Mirgissa, uno de los eslabones más poderosos de la cadena de fortificaciones que protegían la ; entrada a Egipto por el sur. Uno de los méritos de la campaña de Nubia es el de haber dado a conocer mejor el papel determinante que desempeñaron las fortalezas egipcias de Nubia, la mayoría de las cuales se encuentran ahora sumergidas por las aguas de la gran presa de Asuán.

LAS FORTALEZAS. VESTIGIOS MÁS IMPORTANTES. Las fortalezas nubias se distribuyen más o menos en dos grupos, que representan, en parte, dos tipos distintos de terreno y, asimismo, dos grandes fases de construcción. Además, en algunos lugares las fortalezas edificadas durante la primera fase experimentaron varias remodelaciones y ampliaciones de importancia que,

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JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL probablemente, respondan a las iniciativas de las comunidades indígenas en actividad durante un periodo de más de dos siglos. Al primer grupo de fuertes se les puede denominar el “tipo de los llanos” y estaban construidos en las riberas planas o en declive del Nilo, al norte de la segunda catarata. Fueron las fortalezas más grandes levantadas en Nubia y, en el interior de las ciudadelas y del terreno aun más extenso que encerraba la muralla del perímetro exterior, podían haberse numerosas actividades y haber albergado a una elevada población de personas así como animales. La fortaleza de Buhen, en el extremo meridional de esta zona, es el yacimiento típico. Las inscripciones revelan que ya existía en el quinto año del reinado de Sesostris I (1967 a. C.). Se halla en una meseta con una suave pendiente que daba al rio, y no había cultivos de importancia en las proximidades. Tanto en tiempos antiguos como modernos, la población indígena estaba concentrada en la otra orilla, más fértil, del rio. Dos antiguas líneas de fortificación encerraban primero una ciudadela y luego, un espacio exterior.

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JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL La ciudadela media aproximadamente 150 x 138 metros y estaba junto al rio. La delimitaba una muralla de adobes de 5 metros de espesor y provista de torreones exteriores. Gracias a un tramo que queda en pie se ha podido calcular que, originalmente, tenía entre 8 y 9 metros de altura. Además, se protegió la fachada que daba al rio mediante dos murallones defensivos que prolongaban la muralla oriental por el norte y el sur y que también poseían torreones. Dos entradas se abrían sobre la zona ribereña. Por debajo de la que había más al norte pasaba un corredor de piedra, destinado a asegurar el suministro de agua en caso de asedio, lo que comúnmente se conoce con el nombre de coracha. Al oeste, una sola y majestuosa entrada daba acceso al desierto. Estaba protegida por dos murallones salientes y paralelos, también provistos de torreones. La base de la muralla estaba defendida no solo mediante a un foso, sino también por un corredor estrecho, con el suelo enladrillado y cubierto con un parapeto propio. El parapeto era un muro estrecho de ladrillo en el que se abrían troneras, agrupadas de tres en tres, destinadas a los arqueros. De trecho en trecho y en los ángulos, el corredor y el parapeto bajo se ensanchaban formando un bastión semicircular, en el que había una segunda hilera de troneras. Las aspilleras conservadas en el lado oeste apuntaban directamente al foso, pero en el norte y tal vez en los otros dos había una hilera que apuntaba directamente al horizonte. En cuanto al foso, no contenía agua y estaba excavado en la roca; sus dimensiones medias eran de 7.3 metros de ancho por 3.1 de profundidad. Al otro lado del foso se construyo una contraescarpa para aguantar el glacis.

Reconstrucción de una parte de la fortaleza de Buhen.

Por lo visto, el interior de la ciudadela estuvo ocupado en su mayor parte por edificios rectangulares de ladrillo distribuidos alrededor del trazado rectilíneo u octogonal de las calles. Todos los edificios, excepto el que se encuentra en la esquina [11]

JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL noroeste y algunos hacia el ángulo noreste, estaban separados de la muralla principal por una calle continua. Las edificaciones situadas al oeste y al norte se han conservado en condiciones relativamente buenas, pero en cuanto a las restantes, la destrucción y la erosión las han reducido a unos tramos inconexos de los muros de los cimientos. La planta de este sector dibujada por el excavador, quien unió muchos de los tramos en líneas continúas, causa una impresión extraña que, en cierto modo, es ilusoria y puede que errónea. Eran mucho más fragmentarios de lo se presenta. Parece que el edificio situado en la esquina noroeste era el cuartel general de la guarnición. Se construyó junto a la muralla y poseía una escalera propia para subir a la parte superior de la muralla. El edificio tuvo al menos dos plantas. En el inferior, había salas con pilares y un patio con columnatas cuyo suelo era de piedra. En el suelo de la sala principal se excavo en piedra un depósito cuadrado de agua. Esta suele ser una estructura corriente en los grandes edificios del Imperio Medio y la vimos ya en las mansiones de Kahun. Los pilares de estas habitaciones habían sido de madera, octogonales y pintados de rojo, y se apoyaban sobre las bases circulares de piedra. Las jambras y los dinteles de las puertas eran de madera. Junto a este edificio, hacia el este, había un grupo de largas salas con columnatas que el excavador, W. B. Emery, creyó que serian los cuarteles para la tropa. Sin embargo, ello implicaría que, de modo oficial, se proporcionaba un alojamiento comunitario, cuando por lo visto en otros asentamientos parecidos, esto se realizaba en pequeños módulos de viviendas. Tal vez estas salas tuvieran otra finalidad, quizá como almacén. Todavía más al este, había otro edificio que fue identificado como un templo. Es lo que sugiere su planta y, además, se hallaba debajo del templo de la reina Hatshepsut, de finales de la dinastía XVIII. De todos modos, no se han encontrado que respalden esta idea y, a pesar de la existencia de inscripciones donde se comentan que se estaban realizando las obras de construcción de un templo a Horus, sabemos que durante el segundo Periodo Intermedio se reutilizo el edificio con una finalidad domestica. Junto a la cara interior de la muralla oeste de la ciudadela había varios edificios con la distribución entrelazada que ejemplariza la practica arquitectónica del Imperio Medio. Sobre grandes áreas del resto del yacimiento se dispuso una cuadricula rigurosa de muros. La mayor parte debían de ser los cimientos de las casas o los talleres, que estaban por módulos de habitaciones iguales. Algunos de los fuertes de la segunda catarata proporcionan ejemplos más pequeños de módulos de vivienda, cada uno con unas pocas habitaciones, adosados a la espalda. En la esquina noreste, había una concentración de cámaras rectangulares pegadas a la muralla. Conservan la suficiente altura para poder apreciar que muchas cámaras eran cerradas, a las cuales se accedían por el techo, y algunas debieron servir para almacenar grano. La línea exterior de fortificaciones encerraba un área que media aproximadamente 420 x 150 metros y dentro de la cual se hallaba la ciudadela. Las defensas exteriores formaban una serie de salientes rectangulares, con una muralla de ladrillos de 5.5 metros de espesor detrás suyo y torreones rectangulares en el exterior. El foso excavado en la muralla exterior, cuyo parapeto era liso, y una calzada de piedra lo cruzaba frente a la entrada monumental del lado oeste. Esta entrada tenia la forma de [12]

JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL dos muros idénticos, colocados en paralelo, con torreones en el exterior e interior. Este estilo de defensas exteriores podría haber sido una creación de finales del Imperio Medio, pues en algunos puntos se han encontrado debajo de ellas los restos de un parapeto mucho ms ligero, construido de ladrillos y provisto de torreones circulares, que tal vez sea un producto de inicios del Imperio Medio. Nunca se ha examinado con detenimiento el espacio que queda entre la ciudadela y la fortificación exterior, pero es muy poco probable que hubiese una gran concentración de edificios. En el lado oeste, las fortificaciones externas corren a lo largo de un escape de 2 metros de altura. Durante el Imperio Medio, se utilizo esa zona como cementerio, el cual se extendía en toda la longitud del terreno amurallado, Durante la excavación de aquel sector, no se encontraron restos de viviendas, lo que implica que toda el área occidental del recinto exterior carecía, si exceptuamos las tumbas, de construcciones. De la zona que queda al sur de la ciudadela apenas tenemos información, pero en la parte septentrional se hallo una construcción importante casi pegada a la muralla norte de la ciudadela. En realidad, se hallaba tan cerca que camuflaba y hacia inefectivo todo el lado norte de las fortificaciones de la ciudadela. Tan solo se han conservado los cimientos, corresponden a un edificio de 64,24 x 31,25 metros, algunas paredes llegan al 1,5 metros de altura, pero las mayoría son solo cimientos. Por su estilo corresponde al Imperio Medio. El estilo y solidez de las fortificaciones de Buhen parecen diseñados para frustrar un tipo de asedio muy sofisticado. Gracias a los testimonios pictóricos sabemos que en Egipto, a comienzos de la dinastía XII, ya se conocía la guerra por asedio mediante el uso de ingenios construidos con aquel fin, tal como muestra en un fresco de la tumba del portador del sello real y general Intef, de finales de la dinastía XI, en Uaset, donde se está usando una torre de asedio con ruedas. Lo que abre el abanico de cuestiones, como que Buhen refleja las manifestaciones de decisiones burocráticas en la estrategia local. En la misma área general d la Baja Nubia se encuentra también, en la ribera oriental del rio Nilo, la fortaleza de Serra. Lo extraordinario en ella es que el cauce del rio pasa por dentro del perímetro fortificado. Es un indicio importante de la función de un tipo de estas estructuras fortificadas, la de salvaguarda el tránsito de barcos egipcios en la Baja Nubia. Serra poseía un foso seco pero ningún camino cubierto o parapeto exterior. Sin embargo, el lado norte estaba defendido mediante una prolongación del foso que parece como si estuviese destinada a rodear la muralla lateral acabada en una torre. En esto guarda cierta similitud con los fuertes de la segunda catarata. Para adecuar los edificios del interior al declive del terreno, hubo que construirlos sobre terrazas artificiales. Se conserva lo suficiente de la terraza superior para reconocer unos edificios que siguen una cuadricula rigurosa y separados de la muralla que delimita el perímetro por una calle angosta.

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JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL Reconstrucción de la entrada por el Oeste. Fortaleza de Buhen.

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LAS FORTALEZAS DE LA SEGUNDA CATARATA El segundo grupo de fortalezas son consecuencia de la anexión egipcia de toda el área de la segunda catarata durante el reinado de Sesostris III. Pese a su nombre, la segunda catarata no es una caída bruta de agua, sino una serie de saltos menores distribuidos en dos grupos, separados entre sí por 35 km de aguas bastantes tranquilas. El extremo norte está delimitado por un grupo compacto de islotes rocosos, muy traicioneros a la navegación, mientras que el sur, en Semna, lo está por una estrecha barrera de rocas entre las cuales fluye con ímpetu el rio por varios torrentes. La navegación era muy peligrosa en ambos puntos cuando el rio estaba bajo, pero en el momento culminante de la riada los obstáculos quedaban bastante sumergidos para que los navegantes atentos pudieran cruzar a salvo. En aquel terreno escabroso y accidentado, los nuevos fuertes adoptaron la forma de una figura poligonal irregular proyectada para amoldarse a las prominencias desiguales del paisaje. Los cerros que llegaban hasta el asentamiento estaban cubiertos de murallas defensivas para volverlos seguros y en la mayoría de los lugares la fuerte pendiente del terreno hacía innecesario un foso. Son una muestra de que, cuando lo exigían las circunstancias, se podía renunciar de un modo sensato a la rigidez de una planificación octogonal. Un buen ejemplo de este tipo de fuertes es el de Shalfak, en la ribera occidental, al borde de un escarpado que domina el Nilo. El área fortificada es relativamente pequeña y mide 80 x 49 metros en su punto más ancho. Estaba rodeada por una [16]

JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL muralla de ladrillos de 5 metros de espesor con torreones externos. Sin embargo, la extensión del terreno defendido aumentaba de sobremanera gracias a unos murallones laterales de defensa: el del norte se prolongaba unos 115 metros. Al norte, una entrada pequeña conducía, bordeando los muros, a una escalinata que descendía precipicio abajo hasta llegar a las orillas del rio. La entrada principal estaba protegida por un par de murallones salientes. Todo el interior se hallaba edificado a excepción, claro está, de las callejuelas que corrían al pie de la muralla principal y separaban los grandes bloques de construcciones. Al otro lado de la entrada estaba el granero, que se ha conservado en buen estado y cuya planta recuerda a los de Kahun. Las cámaras para guardar el grano no presentan indicios de que tuviesen puertas laterales, así que se debía entrar por el techo. Junto a la muralla este se puede reconocer el puesto de mando gracias al espesor de sus muros, los cuales podían haber soportado mampostería suficiente como para que hubiese sido una torre. Los otros edificios estaban destinados probablemente a los ocupantes de la guarnición. Shalfak fue uno de un grupo de fuertes mandados construir por el faraón Sesostris III que se concentran en la parte meridional de la segunda catarata y que constituyen una clara agrupación con carácter defensivo en la estrecha garganta de Semna. Una inscripción de Sesostris III procedente de Semna confirma que, en realidad, se pretendía que fuera la frontera autentica.

Año 16, tercer mes de invierno: Su Majestad estableció la frontera meridional en Heh. Cualquier hijo mío que defendiere esta frontera que Mi Majestad ha establecido, será hijo mío nacido de mi Majestad… Pero quienquiera que la abandonare y no luchare por ella, no será hijo mío, no habrá nacido de mí… Mi Majestad ha mandado colocar una estatua de Mi Majestad en esta frontera que Mi Majestad ha establecido para que ella os inspire y luchéis en su nombre.

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JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL En Semna, una barrera de rocas cristalinas atravesaba de lado a lado el Nilo, dejando tan solo un espacio libre con una anchura de 400 metros. Sobre un promontorio de cada orilla, Sesostris III emplazó una fortaleza: Semna, la más grande, al oeste, y Kumna al este.

El fuerte de Semna tenía una planta en forma de L y el ala occidental se extendía sobre un terreno relativamente llano. Las dimensiones principales son alrededor de 130 metros de norte a sur y lo mismo de este a oeste. En los lados de la muralla orientados tierra a dentro sobresalían, a espacios regulares, unos torreones, reforzados a intervalos mayores por unos bastiones más saledizos. El terreno que rodeaba la muralla era llano, pero aun así no se considero necesario construir un camino cubierto o un parapeto. En cambio, se despejo hasta una distancia de 29 metros, mas alla de la cual se apilaron los materiales y se les cubrió con un pavimento de piedra para hacer un glacis y una contraescarpa. A cada extremo del ala oriental, la muralla se abría formado dos entradas fortificadas y una carretera, que salvaba el terreno hasta el glacis mediante calzadas elevadas y cruzaba por en medio del fuerte. En la muralla [19]

JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL este, una entrada angosta llevaba a una escalera que descendía hasta la orilla del rio. Se la protegió con un sólido corredor de muro seco. Las callejuelas del interior de Semna estaban pavimentadas con losas irregulares. Bordeaban el pie de la muralla y dividían el interior en bloques. Lamentablemente, no disponemos de un plano completo del interior. Una parte habría desaparecido o quedado ocultada por el templo de piedra que se erigió en medio del ala oriental en tiempos de la dinastía XVIII, y buena parte de lo que queda jamás se ha excavado. En el ala occidental, la pendiente ascendía hacia el oeste y en el punto más alto de la fortaleza había un edificio de construcción solida que tal vez fuese el puesto de mando. Los muros conservaban altura suficiente para dejar ver las huellas reveladoras de los extremos de las vigas de madera que sostuvieron el suelo de un piso situado encima. Otros edificios muestran la utilización de un principio de distribución en módulos y, según parece, eran viviendas de dos o tres habitaciones. No se ha identificado ningún granero. La inscripción de Sesostris III menciona una estatua del faraón colocada en el fuerte que alentaría a la posteridad a defender la frontera. La estatua original no se ha hallado. Pero en el reinado de Tutmosis III de la dinastía XVIII se construyó un pequeño templo de arenisca en medio del ala este. Una de las estatuas veneradas en su interior era la del faraón Sesostris III, el fundador de Semna. En las paredes del santuario había relieves con el dibujo de la estatua, sentada en una barca sagrada del estilo del Imperio Nuevo. Al otro lado del rio, enfrente de Semna, se encontraba el fuerte de Kumna, de dimensiones más reducidas y edificado sobre un empinado promontorio rocoso. Las laderas más reducidas eran tan escarpadas que en algunos puntos hubo que levantar los muros encima de terraplenes de tierra. La fortaleza tiene el contorno de un cuadrilátero irregular y unas murallas defensivas laterales que cubren unos cerros más bajos. En el ángulo norte había una puerta y una escalinata que conducían al rio. En el interior había el típico trazado de callejuelas que, al igual que en Semna, estaban pavimentadas con losas irregulares. Entre los edificios se puede reconocer fácilmente un granero. Las defensas de la garganta de Semna incluían una tercera fortaleza, situada a unos 1500 metros al sur del fuerte del mismo nombre. Actualmente, está en el extremo meridional de una llanura de aluvión, pero en la antigüedad debía de hallarse en el lado más alejado de un entrante que formaba el rio. Era una fortaleza pequeña y cuadrada, de unos 52 metros de lado. Poseía una muralla principal de 9 metros de ancho en la base, reforzada con bastiones en los ángulos, luego un foso y una contramuralla encima de un glacis. Por lo visto, el interior del fuerte estaba vacío. Un corredor revestido con bloques de granito, destinado a asegurar el abastecimiento de agua dulce, cruzaba por debajo de las murallas y el foso. Esta construcción, que se descubrió bajo la llanura de aluvión actual, es la que demuestra que el fuerte se encontraba originariamente en la orilla del rio. El tamaño reducido de Semna sur da a

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JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL entender que era una dependencia del fuerte de Semna, bien un puesto de observación adelantado o un punto de control del tráfico que llegaba del sur. En 1965-1966 se descubrió otra obra con carácter defensivo de la garganta de Semna. Era una muralla de ladrillos de adobe de 2,5 metros de ancho, fortificada con torreones en los puntos altos y que corría junto a la carretera que, después de dejar atrás la entrada norte de la fortaleza de Semna, bordeaba el rio a través del área de la segunda catarata. Se la pudo seguir sobre una distancia de 4,5 kilómetros; en realidad, comenzaba más al sur de Semna y rodeaba la fortaleza por el oeste a fin de crear una amplia zona protegida. Tal vez Semna sur señalaba su verdadero inicio. Este murallón hace que nos demos cuenta de la seriedad de la amenaza que los egipcios percibían en la región, así como del importante papel que el tráfico terrestre desempeñaba en su estrategia. Es también un primer ejemplo de una línea defensiva territorial (del mismo tipo que la muro de Adriano), y probablemente tiene homologo de la misma época en Asuán, destinado a proteger la ruta terrestre que bordeaba la primera catarata. Los fuertes de la segunda catarata son ejemplos notables de la arquitectura militar de todos los tiempos e ilustran la difusión de la planificación urbana que ya encontramos en Kahun y otros lugares. Pero también ejemplifican la burocracia egipcia en dos aspectos más: los fuertes eran el centro de unas actividades dirigidas sobre un vasto territorio, y constituyen un testimonio muy grafico de la magnitud y la importancia de prever el suministro de raciones. La estrategia egipcia en Nubia no se reducía a una defensa pasiva al abrigo de unas murallas imponentes. Se guarnecieron varios puestos de vigilancia en la zona de la segunda catarata. Los conocemos casi todos, gracias a los grupos de grafitos dejados en los lugares indicados por las personas del Imperio Medio. También se ha propuesto que los puestos de vigilancia y los fuertes de la segunda catarata se comunicaban a través de señales, probablemente columnas de humo. Un grupo de documentos, procedentes de una tumba en Luxor y pertenecientes al reinado del faraón Amenemhat III, demuestran de manera más explícita que los fuertes estaban en contacto entre ellos y con su base, puede que la misma Uaset, por medio de unos informes escritos con regularidad. A estos documentos se les conoce como los Despachos de Semna. También Prueban que se seguía activamente un sistema de vigilancia del desierto, mediante el envío de patrullas que buscaban rastros y traían a los viajeros para interrogarlos. Para ello, los egipcios tenían a su servicio a los hombres del desierto del Nubia, los medyau. Este sistema daba origen a informes como el siguiente: “La patrulla que partió en misión al borde del desierto…ha regresado y me ha informado de lo siguiente: Hemos encontrado el rastro de 32 hombres y 3 burros”. Otros despachos se ocupaban del comercio con los nubios en la misma fortaleza limítrofe de Semna. La minuciosidad que aparece en estas misivas, las cuales por lo visto eran sometidas a un severo examen en Uaset, es característica del ansia de los egipcios por dejar constancia de unos sucesos que a un oficial superior le pudieran reportar algún interés, y documentan muy bien el trasfondo burocrático de la presencia egipcia en Nubia.

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JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL La red de control absoluto que los egipcios extendieron sobre la región incluía también la regulación de los contactos con las comunidades nubias que vivían al sur, fuera de los límites del dominio directo egipcio. También se tenía que reconocer y regular adecuadamente el comercio y la diplomacia con los enemigos. Hay otra fortaleza, punto de comercio indicado en inscripciones de Sesostris III, esta es Iqen. Durante años el emplazamiento de esta fue motivo de polémica, esta polémica quedo zanjada con los descubrimientos de la década de los años sesenta, que mostraron que Iqen era el nombre dado en la antigüedad a la gran fortaleza de Mirgissa, la cual se halla bastante apartada de la zona limítrofe fortificada, en el extremo norte de la segunda catarata. Esta fortaleza ofrece un buen ejemplo de fortificación y alojamientos planificados. Los fuertes nubios alrededor de la segunda catarata y al sur de Mirgissa fueron mandados construir por Sesostris III para defender la frontera que acababa de fijar. Sin embrago, las acciones militares emprendidas en aquel momento incluían también campañas a zonas situadas más al sur. Los soldados necesitaban raciones y, aunque sin duda debían de albergar la esperanza de capturar los almacenes de grano de los nubios derrotados, la maquinaria admistrativa del Imperio Medio no podía dejar los suministros y raciones en manos del azar. Por eso la importancia de los graneros en estos fuertes, ya que estos entran dentro de esta cadena de suministros y la importancia dentro de la mentalidad militar en esta fortificaciones. Ya que el granero ocupa una zona muy grande, como zona esencial, la cual hay que proteger y administrar. La importancia de los graneros se puede observar en la fortaleza de Askut.

A 600 metros de la poderosa fortaleza militar egipcia de Mirgissa, que dominaba los rápidos de la Segunda Catarata, los arqueólogos descubrieron en una fosa un depósito de textos y figurillas antropomórficas utilizadas con fines de embrujamiento. Tras [22]

JUAN FRANCISCO BERMÚDEZ CALLE ARGUEOLOGÍA GENERAL inscribir en piezas de alfarería fórmulas maléficas destinadas a reducir al enemigo a la impotencia, las defensoras de la fortaleza las quebraban y enterraban en el suelo, en un acto ritual

Esta pista estaba enterrada bajo varios metros de arena. Mide dos metros de ancho y tenía a intervalos regulares varias vigas de madera. Se la recubría de limo húmedo del río, con lo cual podían deslizarse por ella fácilmente los barcos y evitar así los rápidos de la Segunda Catarata, infranqueables durante el estiaje del Nilo.

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Plantas de los fuertes estudiados.

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CONCLUSIÓN Los testimonios arqueológicos de Nubia son una importante huella de la presión a la que Egipto sometió durante milenios al reino de Kerma, algo que fue aun más intenso, según las evidencias arqueológicas, en el Imperio Medio, sobre todo durante el reinado Sesostris III. Estos fuertes eran más que un bastión defensivo, eran los puntos neurálgicos de la zona, ya que se encargaban del control del comercio, de los trámites diplomáticos y de la gestión administrativa del lugar. Hay evidencias, como es el caso de los graneros, que los transportan a una dimensión especial a estos conjuntos arquitectónicos, ya que los cargan de una complejidad aun mayor. Cada uno de estos fuertes, respondían a unas necesidades y formaban parte de una red total de protección, control y explotación de los territorios limítrofes y de los puntos Nubios más alejados pero dentro de su radio de influencia. El control es más que una gestión y limitación de unos derechos a una población en concreto respecto a otra, es un arma política, además de una herramienta económica, muestra de ello es el minucioso y estricto trabajo llevado a cabo por los escribas de las fortalezas sobre el control en el Nilo y en el desierto, ya que cualquier vía de paso, ya sea para el comercio o para el simple paso poblacional, debía de ser registrado, con sus consecuencias económicas pertinentes. Así, las fortalezas de Nubia desempeñan un doble papel. En primer lugar, militar: por un lado, protegen a Egipto contra una invasión masiva de los temibles guerreros que siempre fueron los habitantes del actual Sudán y, por otro, constituyen bases de partida para las expediciones hacia el sur, tanto siguiendo el Nilo como por las pistas del desierto. Fue de Semna de donde salió el ejército de Sesostris III (1880-1850 a.C.) que franqueó los rápidos de la Catarata de Dal y preparó así la anexión por los faraones de la XVIII Dinastía de toda la región situada entre el Batn-el-Haggar y la Tercera Catarata. La otra misión de las fortalezas es la de mantener y facilitar la libertad de circulación en las rutas que desde Egipto se introducen en el sur. A esta misión se debe asimismo la "corredera" de Mirgissa destinada a facilitar el paso de la Gran Catarata por los barcos que iban y venían de Egipto a Nubia, y el "dique" edificado por Amenemes III (hacia 1850-1800 a. C.) en Semna, que, al elevar el nivel del Nilo durante el estiaje, facilitaba las comunicaciones fluviales y el paso del Batn-elHaggar. Es decir, que la red de fortalezas egipcias en la frontera sur de Nubia, constituían todo un sistema complejo e importantísimo no solo de control administrativo o defensivo, era una declaración de intenciones y una apología a la superioridad cultural egipcia sobre sus vecinos y una herramienta económica de explotación sobre ellos. No hay que olvidar que los antiguos egipcios se consideraban muy superiores a sus enemigos nubios y esta red fronteriza fortificada es un ejemplo excepcional de ello, además de una muestra de su capacidad técnica, administrativa, burocrática, militar y económica.

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BIBLIOGRAFÍA WILLIAMS, Ronald. “Scribal Training in Ancient Egypt”, en Journal of the American Oriental Society, Vol. 92, No. 2 Massachusetts (1972). pp. 214- 221. VERCOUTTER, Jean. El Correo de la Unesco. París, 1979. SERRANO DELGADO, José Miguel. Textos para la Historia Antigua de Egipto. Madrid, 1993. KEMP, B. J. El Antiguo Egipto. Anatomía de una civilización . Barcelona, 1996. pp. 212-228. URRUELA QUESADA, Jesús. Egipto faraónico. Política, economía y sociedad. Salamanca, 2006.

Uno de los despachos de Semna.

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