F.J. PRESEDO, P. GUINEA, J.M. CORTÉS, R. URÍAS (eds.), Χαῖρε. II Reunión de Historiadores del Mundo Griego Antiguo

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Descripción

XulpE

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XalpE II REUNIÓN DE HISTORIADORES DEL MUNDO GRIEGO ANTIGUO (Sevilla, 18-21 de diciembre de 1995)

HOMENAJE AL PROFESOR FERNANDO GASCÓ F. J. Presedo- P. Guinea- J. M. Cortés- R. Urías (eds.)

Scriptorium

SEVILLA 1997

©

F.J. Presedo, P. Guinea J.M. Cortés, R. Urías

Imagen de portada:

Estela de Democlides Museo Nacional de Atenas

Depósito Legal: SE-2735/97 I.S.B.N.: 84-922394-6-8 Tecnographic, S.L. Imprime: Polígono Calonge, e/ A 41007 SEVILLA Pedidos a:

Scriptorium Apartado de correos (P.O. Box) 404 E-41080 SEVILLA (ESPAÑA)

Quizás sea justo consagrar los templos a los dioses, pero a los hombres ilustres se les debe honrar con la ofrenda de los libros. Elio Aristides, Discursos Sagrados, V 63

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PRÓLOGO

Allá por el año 1994 fuimos invitados, junto con otros muchos colegas y amigos de la Universidad Española, a participar en lo que vino a denominarse Primera Reunión de Historiadores del Mundo Griego Antiguo. La iniciativa había partido de la Universidad Complutense de Madrid y a todos nos pareció, sencillamente, extraordinaria. La posibilidad que se nos ofrecía para reunirnos, conocernos y debatir estaba destinada a fructificar. De la Universidad de Sevilla acudimos algunos, bajo la égida de Fernando Gaseó, para hablar de esa parcela tan mal conocida que es la historia de la Grecia romana. Entusiasmados, nos comprometimos a dar la réplica a los madrileños en nuestra ciudad. ¡Quién nos podría haber dicho en aquel entonces que se celebraría en circunstancias tan diferentes! Tras la enfermedad y muerte de nuestro querido maestro, decidimos hacer realidad el designio que ya habíamos concebido: celebrar esta 11 Reunión convertida en un homenaje. Entonces al proyecto se sumó, entristecido, pero lleno de determinación, el Prof. Presec(o, sin cuya participación habría sido más difícil cualquier intento de realizarlo. A diferencia de lo que había ocurrido en la ocasión anterior, decidimos no proponer un tema. A cambio de perder concentración y profundidad, deseábamos que todos aquellos que quisieran sumarse a la iniciativa pudieran venir a Sevilla sin ninguna limitación. Y la respuesta fue sorprendente. De todas partes de España comenzaron a llegar los billetes en los que se anunciaba la asistencia. Profesores de las Universidades de Pavía y Florencia, enterados del proyecto de reunión, nos comunicaron su deseo de estar presentes. Y aquí estuvimos todos. Aquellos cuatro días de diciembre de 1995 fueron vividos con intensidad. Los casi sesenta participantes y la generosa respuesta de los alumnos de la Universidad de Sevilla, especialmente de la Escuela de Magisterio y de la Facultad de Geografía e Historia, entre los que Fernando gozaba de la mayor estimación, contribuyeron al éxito de la Reunión. Ahora, dos años después y tras salvar indecibles obstáculos, por fin ve la luz la publicación. Es este el momento de pedir excusas por el retraso y por todo aquello que hicimos mal. Esperamos que sepan disculparnos. Creemos que, de alguna manera, la publicación de este libro viene a cerrar un ciclo que nunca debería haberse iniciado. Entre la celebración de la Reunión y la presentación del libro otros, numerosos, homenajes vieron la luz: la asociación ARYS le dedicó el volumen titulado Ritual y conciencio cívica (Madrid, 1995); desde Italia VII

se preparó Italia sul Baetis (Turín, 1996); la asociación Kolaios publicó Arqueólogos, Historiadores y Filólogos (Sevilla. 1996); las Universidades de Sevilla y Huelva reunieron en un volumen sus Opuscula selecta (Sevilla-Huelva, 1996). Y ahora, el libro que tienen entre las manos. Recuérdese siempre que, de aquí en adelante, nuestro trabajo continuará siendo un acto de gratitud a quien nos introdujo y guió con mano firme, pero entraü.able, por la Historia Antigua y la vida universitaria. Nuestro más profundo sentimiento de gratitud va dirigido a Emma Falque, que siguió con interés toda la preparación de la reunión, nos prestó siempre su inestimable ayuda, y ~os acompaü.ó durante la misma actuando de anfitriona, llena de coraje. Queremos dar las gracias a todos aquellos que vinieron a Sevilla, a quienes anunciaron su presencia pero que, por algún motivo, no asistieron, y a aquellos que, aunque estuvieron presentes, no quisieron o no pudieron enviar su ponencia para la publicación. Un lugar destacado merecen F.J. Lomas, por su dedicación, A. Lozano, por su compañía, y los organizadores de la I Reunión, D. Plácido, J. Alvar, J.M. Casillas y C. Fornis, que nos allanaron el terreno con su experiencia. M 3 José García-Matres y F. Reina se desvivieron, con enomre generosidad, para que pudiéramos disponer de un cartel digno del evento. El resultado, y el aplauso general, demostraron cuánto fue su interés. No podemos olvidar, y siempre gozarán de nuestro agradecimiento, aquel nutrido grupo de estudiantes (M a .L. Alvarez, F.E. Alvarez, J. Ballesteros, A. Brito, J. De la Hoz, S. García-Dils, R. Hurtado. P. Inés, S. Jurado, A.R. Menéndez, E. Muü.iz, C. Muü.oz, O. Rivas, D. Vida!) que, desinteresadamente, colaboró con nosotros en la logística del acto. Sin su concurso hubiésemos conocido el auténtico sentido del caos. El Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla, tanto la institución como las personas que lo fom1an, encabezados por su director, se pusieron a nuestra disposición y colaboraron en todo lo que pudieron. La Facultad de Geografía e Historia y su decano pusieron todo su empeü.o para garantizar el éxito de la Reunión. E. González Ferrín y el Colegio Mayor Maese Rodrigo se encargaron de la nada desdeü.able tarea de dar alojamiento a todos los que vinieron. El Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Urúversidad de Sevilla contribuyó a la financiación del acto, al igual que la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Cultura, y el Ministerio de Cultura, por la acción de la Dirección General de Investigación Científica y Técrúca. gracias a cuyo concurso este libro puede publicarse.

Sevilla, 1997. Los editores.

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Xaipt. Homenaje al Prof F. Gaseó, Sevilla, 1997

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EL MUNDO EGEO DEL II MILENIO Y LA PROTOHISTORIA DE LA IDEA DE EUROPA Marina PICAZO Universidad Pompeu Fabra de Barcelona

Cada generación de investigadores del mundo antiguo expresa las preocupaciones de su presente a través del estudio del pasado. Una de las cuestiones imperativas en las décadas finales del siglo XX es (o, en todo caso, tiene que ser) la constante devaluación hasta su desaparición de las percepciones colectivas que permiten o sostienen los todavía frecuentes conflictos entre las diferentes naciones, pueblos y grupos étnicos. Esas percepciones se han mantenido durante generaciones a partir de estereotipos connotativos que surgen y recorren la literatura occidental desde sus comienzos hasta la actualidad y desde los productos de divulgación popular hasta la "alta" producción científica. Así, en las primeras interpretaciones arqueológicas que se iniciaron en un período (la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del presente siglo) en que era importante para la cultura occidental entender sus orígenes para justificar su expansión por gran parte del mundo. La interpretación de ese pasado debía responder a las premisas modernas sobre las relaciones entre los estados europeos y el resto del mundo; debía responder a los mismos motivos estructurales que todavía hoy constituyen el "relato argumental" básico de nuestras relaciones con los "otros". Las narraciones históricas que fundaron el campo de conocimiento de la edad del bronce del Egeo trataban de ubicar las primeras civilizaciones europeas en su contexto para intentar comprender las relaciones contemporáneas entre las sociedades modernas, en las que los estados europeos- tenían un papel dominante. Durante largo tiempo, la historiografía moderna ha asumido que los iniciadores de las modemas disciplinas históricas, en el siglo XIX, crearon un método de lectura crítica de la fuentes que pemütió que el estudio de la historia se separase de la literatura y accediese a la "verdad" de "lo que realmente sucedió" en el pasado. Más recientemente, diversas corrientes críticas han empezado a preguntarse acerca de lo que no se contempló o de lo que se manipuló en esos primeros tiempos de la investigación histórica profesional. Esa crítica, que es responsable de un debate (frecuentemente muy vivo) en el seno de las diversas corrientes teórico-metodológicas de la historia contemporánea, ha afectado en escasa medida a la historiografía del

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pasado, tanto a la que se centra en el análisis de las fuentes escritas, como a la arqueológica 1• Por su parte, el discurso que se basa, total o parcialmente, en el análisis de objetos materiales presenta una fom1a específica de autoridad en sus narrativas interpretativas, porque los artefactos arqueológicos unen a su realidad pasada, su presencia (aunque sea fragmentada o incompleta) presente .. Esos objetos que, en principio, no fom1an parte del lenguaje, pueden actuar, sin embargo, como representaciones simbólicas poderosas de las culturas, modos de vida, pueblos a los que se atribuyen2 • En el discurso arqueológico-, los restos materiales son las "culturas", sinónimo de civilizaciones, sociedades, pueblos, etc ... y las interpretaciones de su sentido en el pasado son presentadas como "reales" a partir de su presencia en la excavación o en el museo, que actúa como prueba, para cada autor, de la explicación ofrecida. Por tanto, puede dotarse a los objetos de un carácter significativo más allá de su propia materialidad o de la función social que tuvieran para el grupo humano que los creó y utilizó. Otro aspecto de las narrativas históricas que afecta a la fom1a en que se presentan sus interpretaciones, está en estrecha conexión con las condiciones iniciales de la formación de las diversas disciplinas académicas. Respecto a la etapa de la que se ocupa este trabajo, las primeras interpretaciones de las sociedades de los "palacios" del Egeo corresponden a un momento en el que se estaban consolidando algunas ciencias sociales, como la antropología o la geografía. que implicaban procesos de obtención de datos mediante trabajos de campo. Este tipo de "exploración científica" frecuentemente tenía lugar en países lejanos y en sociedades exóticas desde la perspectiva occidental. Las expediciones arqueológicas constituían una fonna especial de viaje-exploración y exigían una movilidad que no sólo se efectuaba a través del espacio sino también, al menos aparentemente, por encima del tiempo. En el transcurso de esos viajes de exploración al pasado, los primeros arqueólogos y arqueólogas iniciaban una relación especial con los lugares y las gentes visitados. Sus actividades no sólo implicaban la intención de lograr una percepción "objetiva" de otros paisajes para proponer una interpretación de las cosas vistas sino que, además, para lograr sus objetivos, era necesario un largo proceso de recuperación de la evidencia material, algo que sólo era posible con la ayuda y la cooperación de la población local. Esa interacción con las poblaciones modernas que ocupaban el espacio del pasado que se intentaba examinar y entender, se realizaba generalmente desde el desconocimiento y la implícita desigualdad del poder que daba la superioridad económica y cultural de los exploradores. Cuando las excavaciones se realizaban en las áreas mediterráneas, ocupadas en la antigüedad por las ciudades griegas o romanas, la investigación se enfrentaba a la necesidad de hacer propias esas primeras

1 Con todo. la publicación de Blnck Alhena de Mattin Berna!, con su crítica a la hipótesis del origen indoeuropeo de la civilización griega. ha provocado una intensa reacción entre clasicistas y especialistas en arqueología tlel Mediterráneo. 2 Jolm Elsner. "From the pyramids to Pausanias and Piglet: monuments, travel and writing" en S. Goldhill ·R. Osbornc (Eds.). Arl and Texl in Ancie111 (7reek Cul!ure (Cambridge 1994) 225.

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culturas "europeas". Los precedentes remotos del mundo occidental, por remotos y ajenos que parecieran, habían de ser asumidos y comprendidos a partir de la adopción de una forma de narración comprensible a quienes interpretaban y a quienes leían (y asumían) la interpretación. De ahí la necesidad de una escritura arqueológico-histórica basada en esquemas estructurales «conocidos>>, familiares, estereotipos que se , constituían una imagen de los propuestos sucesos del pasado 3 •

- La protohistoria de la idea de Europa La idea de Europa en las narrativas de la edad de los "palacios" del Egeo se expresa por las interpretaciones dadas a las diversas formas de interacción (intercambio, influencia, colonización, conquista, "relación especial" .... ) propuestas para las sociedades egeas entre sí y respecto a otras sociedades contemporáneas. Son esas interacciones las que permiten definir los roles que las diversas sociedades (consideradas como "agentes históricos") ejercieron, supuestamente, en la dinámica de desarrollo cultural. Cuando se iniciaron los estudios sobre el II milenio en el Egeo, a partir de las excavaciones de Schliemann en Hissarlik, la investigación se enfrentó a un campo previamente connotado, probablemente en mayor medida que en el caso de la arqueología de cualquier otra región. Por una parte, resurgía con fuerza el viejo debate sobre la historicidad de los poemas homéricos en relación a la Grecia anterior al mundo de las poleis. Además, se trataba de las civilizaciones complejas más antiguas, que, por primera vez, mostraban una expresión monumental semejante (y contemporánea) a la de los antiguos imperios orientales. Las primeros trabajos sobre los nuevos yacimientos que gradualmente fueron apareciendo en la cuenca del Egeo se integraron, algo dudosamente, en el campo de la arqueología clásica, que de forma tradicional, ha utilizado en su discurso la figura de los factoides que, según MaierA son meras especulaciones que no han sido probadas (y que a menudo no pueden ser probadas) pero que, por repetición constante en la bibliografía específica, alcanzan el rango aparente de hecho establecido. La tendencia a hacer de la arqueología clásica de todos los períodos y especialmente, de los periféricos, como la edad del bronce, una disciplina con un discurso que toma la fonna de una historia de sucesos, la ha convertido en un campo privilegiado para la aparición de "factoides". La imagen de Europa e!l los relatos que interpretan la edad del bronce egea está fonnada esencialmente a partir de factoides. Uno de esos "hechos" históricos ampliamente aceptado, desde comienzos de las excavaciones arqueológicas a gran escala en Creta, es el de la expansión minoica por vía marítima en la cuenca del Egeo. Aun cuando hoy en día se tiende a presentar una versión más matizada de la de Evans, el excavador de Cnosos que pensaba en la

3 Hayden White. Tropics rf Discourse. Essays in Cultural Crilicism (Baltimore-Londrcs 1978). 4 franz Georg Maier. "Factoids in ancient History: the case oftítth-century Cyprus". JHS 105 (1985) 32-39.

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talasocracia- minoica como en un verdadero sistema colonial, extendido por todo el Egeo, se sigue h~blando de la expansión marítima y de su "confirmación arqueológica" 5 • La primera mención a la talasocracia cretense procede de textos griegos. En el contexto de la Atenas del siglo V a.C., imnersa en los conflictos relacionados con el mantenimiento de su dominio marítimo en el Egeo, Tucídides señala la importancia de ¡a figura de Minos como el primer monarca del que se decía que tuvo una flota que le aseguró el dominio del mar. Probablemente, la historia de Minos es un reflejo de los propios problemas atenienses para afianzar y conservar su propio dominio por vía marítima. Se ha seíialado6 que el contexto desde el que escribía Tucídides tiene algunos paralelismos con la etapa en la que la historia se convirtió en disciplina científica ( 1850-1920). Las principales potencias europeas del período eran marítimas y la marina de guerra se había convertido en instrumento de su imperialismo. Es decir, para el público europeo del período, el imperialismo marítimo era mecanismo directo de la conquista colonial. No es de extrañar, en ese contexto, que Evans enfatizara en toda su producción bibliográfica el poderío naval cretense, o que Pendlebury en la obra que, durante mucho tiempo, fue el manual clásico de la Creta minoica7 , comparase la génesis del imperio minoico con la conquista británica de la India. Las excavaciones de Cnosos se iniciaron pocos meses después de que Creta dejase de formar parte del imperio otomano, con lo que "volvía a formar parte de Europa". Los descubrimientos de Evans p01úan de relieve la existencia en el pasado más remoto de una civilización europea refinada, comparable a las civilizaciones orientales más antiguas, pero de la que era posible señalar su profunda e intrínsica originalidad, que la libraba de caer en los peores excesos de lo oriental, tal como en aquel período estaba siendo definido por el orientalismo: "El espíritu minoico era totalmente europeo y en ningún sentido oriental. De alú el naturalismo moderno, el verdadero sentimiento occiental por la vida y la naturaleza que distingue las cerámicas, los frescos, las gemas minoicas . . . . Por otra parte, en la industria, la ausencia de una fuerza de trabajo ilimitada a disposición del déspota, implicó una concentración en la invención y elaboración de herramientas y de am1as que anuncia la característica más notable de la civilización europea" 8 • De hecho, no existe una metodología fiable que permita discernir, a partir de evidencia exclusivamente arqueológica, la existencia de un "imperio" en Creta ni en ningún otro lugar. El salto cualitativo de las inferencias que se basan en la difusión

5 R. Treuil el alli. Les civilisations égeénnes du Néolilique el de 1'Age du Bronze (París 1989) 318. 6 Claude Baurain. "Minos et la thalassocratie minoenne. Rétlexions historiografiques sur la naissance d'un mythe" en R. Laffineur: L. Basch (Eds. ). Tlzalassa. L 'Egee pre!ziswrique el la mer. Actes de la troisiéme Recontre internationale de l'Univcrsité de Liégc (Liége 1991) 257-266. 260. 7 J.D.S. Pendlebury, Arr!zaeology of Crele. An flllroduaion (Londres 1939). 8 V. Gordon Childe. Tlze Dmvn 1?( European Civiliza/ion (Londres 1927. 2• ed.) 29.

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de una clase de artefactos (normalmente cerámicas) desde sus áreas originales de producción a otras regiones vecinas y en su interpretación en témlinos políticos o económicos, es demasiado grande y no puede asumirse como prueba de un hecho histórico. En todo caso, que la primera civilización europea fuera a la vez un imperio marítimo y comercial era una imagen estrechamente relacionada con el espacio internacional en el que se crearon esas .primeras lecturas del mundo minoico. - Minoicos versus micénicos: una "relación espacial".

Por "relación especial" entiendo, en este contexto, lo que parece un recurso discursivo propio de un tipo de narraciones históricas para explicar una cierta forma de relación entre culturas. Esta estructura de interrelación incluye siempre procesos de influencia y dependencia entre dos culturas arqueológicas/ pueblos/ civilizaciones/ naciones. Sus rasgos característicos son: -la sociedad que domina el proceso de aculturación es más antigua y tiene un prestigio cultural superior, desde la perspectiva historiográfica presente. -el pueblo más joven presenta características relacionadas con la tendencia a la guerra, la conquista. la expansión exterior. -en su proceso de expansión, el pueblo más antiguo ha sido conquistado, o al menos, recorrido por el ejército del pueblo más joven. -la cultura más joven asume los rasgos culturales de la más antigua a la que reconoce su prestigio y superior "calidad". A pesar de ello, la cultura más joven reelabora los rasgos culturales que asume y los renueva, puesto que la antigua cultura siempre es representada con ciertos rasgos de decadencia. Las poblaciones minoica y micénica a lo largo de más de cien años de publicaciones han sido diversamente descritas y ubicadas en un contexto de significación simbólica cuya lectura final es la relación con lo occidental. Se presentan como similares y, al mismo tiempo, opuestas. Los micénicos son los guerreros, interesados en la caza y en las am1as, mientras los minoicos son presentados como una gente_ civilizada, controlada, amante de la paz, aunque no faltos de valor. Estas caracterizaciones abarcan todo el dicurso sobre lo minoico y lo micénico incluyendo las fórmulas estereotipadas sobre un arte minoico naturalista y dinámico frente al estilo esquemático, "emblemático". de los artistas micénicos. Se ha llegado a firmar que la yuxtaposición de las dos escenas, violenta y pacífica, de los famosos vasos de oro de la tumba de Vatio. puede explicarse porque los objetos. pese a su similitud. fueron realizados, respectivamente por un artesano micénico y un artesano minoico 9 •

9 Sarah P. Morris. "A Tale of two cities: The Miniature Frescoes from Thera and the Origins of Grcek Poetry" AJA 93 (1989) 511-535,521.

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Pese a la crítica que se puede establecer sobre este tipo de estereotipos narrativos, en el caso de cretenses y micénicos han funcionado y, de hecho, siguen funcionando, tanto a nivel de la discusión entre especialistas como. de fom1a significativa, en la divulgación. Evans desarrolló durante los primeros años de sus excavaciones un verdadero , "Cnosocentrismo" que aplicó a sus interpretaciones sobre el desarrollo histórico de la Edad del Bronce en el Egeo. Así, el témüno "micénicos" fue progresivamente abandonado en sus publicaciones, sustituido por el omnipresente "minoico" aplicado no sólo a Creta sino también a la Grecia continental, cuya cultura a partir del período de las tumbas de pozo de Micenas era considerada por Evans una rama lateral, de hecho, una provincia de un imperio minoico que habría controlado toda la cuenca del Egeo: "la rama continental de la cultura minoica en Micenas" 10 . A medida que se realizaban excavaciones en diversos yacimientos de la Grecia continental y, sobre todo, en la propia Micenas, algunos arqueólogos empezaron a proponer que la cultura del continente, aunque indudablemente influenciada por Creta, había sido en gran medida independiente. La propuesta encontró desde el principio la oposición de Evans que defendió su punto de vista hasta el final. El debate se convirtió en una lucha académica que duró años y que no facilitó el avance de los estudios sobre la Edad del Bronce egea. El director de la British School at Athens, AJan Wace, junto al arqueólogo americano Carl Blegen se convirtieron en los principales portavoces de la posición promicénica y, en 1939. publicaron un artículo conjunto 11 sobre las relaciones entre las diversas áreas del Egeo a partir de la difusión de la cerámica, que tuvo enorme influencia en la bibliografía especializada y en las explicaciones sobre las interrelaciones de las diversas áreas del Egeo 12 • Ambos arqueólogos proponían, de hecho, que fueron los micénicos, quienes en un momento del Bronce Reciente (MR ll) ejercieron un control directo sobre Creta al apoderarse de Cnosos. La destrucción de este palacio a finales del período podría atribuirse a una reacción de la población cretense contra el dominio de los señores micénicos. Para Blegen y Wace y sus seguidores, el desciframiento de Ventris fue la confim1ación de que sus hipótesis sobre las relaciones entre Creta y Micenas. Pendlebury, por su parte, mantuvo la hipótesis de la talasocracia cretense que habría llegado a dominar el continente. A pesar de ello, aceptaba que, tras la caída de Cnosos, la isla habría entrado en la órbita del mundo micénico hasta ser definitivamente conquistada por alguna dinastía griega. Esta hipótesis alcanzó también gran difusión. En uno de los escritos de Wace se establecía una comparación entre el impacto de la cultura minoica sobre la Grecia micénica y la influencia de la Grecia

10 Arthur J. Evans. "TI1e Minoa and Myccnaean Elcment in Hclcnic Life" JHS 32 (1912) 277-297. 11 Alan Wace- Carl Blegen, "Pottery as Evidence for Trade and Colonisation in the Aegcan Bronze Age" Klio (1939) 131-147. 12 Caro! Zerncr- Pctcr Zcrncr- Jolm Windcr (EJs.). Ware ond flle[ie!l. Prmery a.\ El'idenrefor Trode in rile Aefieml Brnnze Age, 1939-1989. Proceedings of the International Confercncc held at the American School of Classical Studies at Athens (Decemher 2-3. l9S9) (AmsterJam 1993).

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clásica sobre la Italia protohistórica 13 . Esa comparación ha seguido siendo un punto de referencia en la explicación sobre las dos culturas palaciegas del bronce egeo hasta la actualidad 14 • Pocas experiencias de la antigüedad clásica han tetúdo una resonancia similar a la que rodea todavía al encuentro de Roma con el legado cultural griego. La relación entre el heleJÚsmo y la evolución cultural romana fue un fenómeno complejo que ha recibido lecturas diversas: una relación amor-odio, la consecuencia de un complejo de inferioridad por parte de los conquistadores romanos 15 • Durante un período que abarcó gran parte de los siglos III y li a. C. se produjo la etapa de mayor· asimilación de la cultura griega por la nobleza romana quien aprendió la lengua, aceptó los dioses y asumió algunas líneas generales del lenguaje político de las ciudades helenas. De hecho, ese complejo proceso puede considerarse el origen probable del prototipo de la estructura narrativa de la "relación especial" entre dos culturas europeas. Por otra parte, esa estructura narrativa parece seguir tetúendo una función en las modernas versiones de la historia de las "relaciones especiales" y, sobre todo, la que de fom1a sistemática surge en los discursos actuales, en prensa y diversos medios de commúcación sobre las relaciones entre los Estados Unidos de América y Europa, especialmente la Gran Bretaña. De nuevo, en este caso, nos encontramos con un país más joven y fuerte que ha aceptado gran parte del legado cultural más viejo y "prestigioso", transfom1ándolo y renovándolo. De hecho, la imagen se ha reforzado con referencias al pasado europeo. Así, desde los inicios de la república americana se pretendió que existía un nexo particular entre la antigüedad clásica y los Estados U nidos y, especialmente, entre' Roma y los Estados Unidos, dos repúblicas democráticas regidas por la ley. Los creadores de la constitución estadounidense compartían una concepción básica de "república" que procedía, en parte, de lecturas escolares de autores latinos. Estos republicanos fundadores glorificaron sus an~ecedentes clásicos en multitud de símbolos, en las monedas, los billetes y los sellos oficiales con diseños basados en motivos romanos 16 • Por otra parte, las relaciones entre la cultura griega y los estados europeos fueron enfatizadas desde el Romanticismo por los creadores de las modernas disciplinas de estudios clásicos y de arqueología clásica 17 quienes enfatizaron la directa conexión entre Europa y lo helénico.

13 AJan Wace, "foreword" en M. Ventris: J. Chadwick (Eds.), Documell/s in Mycenaean Greek (Cambridge 1955) xvii-xxxi, xxi. 14 Sarah P. Morris. "A Tale of two citics: The Miniaturc frescoes from Thera and thc Origins of Grcek Poetry" AlA 93 (1989) 511-535. 52 L 15 Erich S. Gruen, Culture and Nmional /delllity in Repuhlican Rome (Londres 1993) 2. 16 M.N.S. Scllers. American Repuhliranism. Roman ldeology in the l!nired Stares Constitution (Lontlres 1993) 19. 17 Sarah P. Mon·is. "A Tale of two citics: Thc Miniature Frescocs from Thcra and the Origins of Greek Poetry" AJA 93 (1989) 511-535.

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En cualquier época, la edad del bronce, el período clásico del mundo grecorromano o la actualidad, la "relación especial" entre sociedades occidentales permite utilizar una forma de discuso histórico en el que se establecen las distancias con los demás, los "otros" del discurso occidental. Y de este modo se iniciaron, de hecho. las lecturas históricas sobre la edad del bronce en el Egeo. Mi intención en este trabajo no es negar la aportación de pioneros de la investigación arqueológica como Schliemann, Evans, Wace, Blegen, .... que crearon a lo largo de aproximadamente medio siglo, los fundamentos del conocimiento moderno de las antiguas civilizaciones que se desarrollaron en la cuenca del Egeo durante más de dos núlenios. Su ingente tarea de ordenación de todo tipo de materiales. incluyendo los documentos escritos de Lineal B constituyó, con seguridad, una fascinante aventura para "entender" un mundo de restos arqueológicos que era enteramente desconocido antes de que Schliemann clavase en pico en la colina de Hissarlik. Con todo, es importante distinguir en las interpretaciones históricas de cualquier período aquellas imágenes del pasado elegidas por los estudiosos y que están relacionados con su propio entorno, desde lo político a lo cotidiano. Cuando Evans afirma en su monumental "The Palace of Knossos" que su identificación de la Sala de la Reina se basa en la presencia de asientos (tronos) más bajos y anchos que los que había hallado en otras zonas del palacio, o cuando Graham. el arqueólogo americano que llevó a cabo uno de los mejores estudios monográficos de la arquitectura de los palacios cretenses, afinna que la ubicación aislada y ligada a la Sala del Rey, de esa núsma Sala de la Reina, resp~mde al "respeto por la privacidad del bello sexo y, al mismo tiempo, a la debida apreciación de su compañía ... " 18 están narrando según una imagen (física en el caso de Evans y de "status" en el de Graham) propia de la época en que vivieron y publicaron. Son visiones sexistas que hoy parecen anticuadas pero no lo eran para ellos ni para el público que los leía en el momento de las respectivas publicaciones. Parece evidente que reflexionar sobre las narrativas originales de la historia de la edad del bronce en el Egeo es una forma de autocrítica que cualquier disciplina científica debe realizar de forn1a regular. Por otra parte, esas narrativas pasan a formar parte del entramado de nuestra cultura y son transmitidas en forma de estereotipos que refuerzan nuestras concepciones sobre las relaciones de género, las de clase o las relaciones entre las diversas sociedades del pasado y del presente. Sin duda, no podemos evitar que nuestra propia tran.i¡) que, en su condición de aristócrata y de integrante de una sociedad dominada por el principio de la vergüenza

Cfr. el nombre · 17nro¡.¡Éw;; en Apollod. 3.15.8: según algunas versiones el varón que consigue desposar a Atalanta no se llama Melanión sino · I7nro¡lÉ1•1) IIPO) = caballo y la analogía entre el védico -medha = sacrificio y el galo *meda ( > MlllHJOSl = embn'aguez, de sentido diferente pero cercano al término védico del que es casi homófono. Nuestro Hipómenes podría ser la versión griega de la serie por metaforización del segundo término del compuesto. Éste evoca, en védico, la bebida embriagadora y el sacrificio. palabras que tienen la misma raíz. mientras que el término griego pasaría de un sacrificio no realizado, a una "fuerza". ménos, o a una locura. manía, igualmente irracionales. F. Le Roux, "Recherches sur les éléments rituels d'élection royale irlandaisc et ccltique" Ogam 15 (1963) 123-137, descarta la analogía entre el episodio obsceno del aj}l\'Wnedlw y el rito céltico de sacrificio de una yegua con motivo de la entronización de un rey. Ver además Dumézil, Féies, op.cit., 211-219. El sacrificio lusitano del caballo también se integra en la herencia indoeuropea, ver M. V. García Quintela. "El Sacrificio Lusitano. Estudio Comparativo" Lato mus 5112 (1991) 337-354. M. Capozza. art. cit.. passim. reune abundante material comparativo dentro del mundo indoeuropeo mostrando. sobre todo. las diversas finalidades y ocasiones de sacrificar caballos en distintos pueblos. 29 Los textos están reunidos en traducción francesa por P.E. Dumont, L'Asmmedha. I>escriplion du sacrifice solennel du cheval dan> le cuiJe t·édique d'apre.\ Les Iexles du Yajurveda hlanr (Lovaina 1927).

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M.V. GARCÍA QUINTELA

de los reyes, en donde se hacía gotear su sangre sobre un altar, mientras que la cabeza era objeto de disputa entre los residentes de dos barrios, si ganaban los de Subura la llevaba a la Torre Mamilia, si ganaban los de la Sacra Via la ataban a un muro de la Regia30 • Nos interesa ahora el episodio obsceno del rito védico que carece de paralelos en el ritual romano. Lo protagonizan las cuatro esposas del rey: la mahisi primera esposa y reina consagrada acompañada por hijas de reyes; la vavata o favorita seguida por hijas de familias de guerreros; la parivrkta o desdeñada acompañada por hijas de vaisya del más alto status y la palagali acompañada por hijas de familias de castas inferiores 31 • Es decir, las mujeres junto con sus acompañantes representan a toda la sociedad. Pero mientras que la mahisi realiza un simulacro de unión sexual con el caballo recién muerto y todavía caliente, las restantes se limitan a intercambiar obscenidades con los sacerdotes que participan en la ceremonia. Esta parte del rito tiene por objeto la fecundidad de las participantes. Así pues, la mahisi ejecuta el simulacro de unión narrado de fom1a explícita32 , en este momento el rey sacrificante se dirige al caballo identificándose sexualmente con él al decir "mete en el guda (vulva) de aquella que separa sus muslos e introduce, o macho, aquel que unge, la gran alegría de las mujeres". El objetivo de esta intervención es el "miedo que que alguien rivalice con el sacrificante" 33 sólo el propio rey o el caballo en esta peculiar situación pueden tener acceso sexual a la mahisi. Seguidamente cada una de las mujeres intercambia expresiones de sentido claramente sexual con uno de los sacerdotes que intervienen en la ceremonia. El texto ofrece explicaciones para cada uno de los gestos o palabras. Así en el simulacro de relación entre el caballo y la joven (que se une a las esposas en esta parte del ritual) se explica que su vagina es el pueblo y el pene del caballo el poder real 34 • La respuesta que recibe del sacerdote la cuarta esposa también nos interesa ahora como otra expresión de la cercanía conceptual entre el alimento y la unión sexual subyacente en todo el episodio: "Cuando la gacela come el trigo, desprecia a los a1úmales que la alimentan", la explicación es que el trigo es el pueblo y la gacela el poder real y el poder real se alimenta del pueblo35 • Llegados a este punto podemos comparar el rito védico de incremento del poder real con el mito ateniense sobre el fin de la dinastía real entendiendo este último como una inversión consciente de elementos significativos del primero:

30 Textos y análisis en los trabajos de Dumézil citados en n. 27. 31 Dumont, op. cit., 16-17. §§ 39-44. 32 !bid., 178, §§ 507-510. 33 !bid .. 178-179, §§ 511-512. 34 !bid., 179. § 514; lo mismo con otras palabras y con protagonismo de la mahisi en págs. 1~9-lRO. § 516. 35 !bid.. 181. § 521.

EL ÚLTIMO REY DE ATENAS: ENTRE EL MITO Y EL RITO INDIA (RITO) rey marcial. en plenitud de su poder con esposas legítimas mata al caballo marcial su mahisi se une al caballo(= rey) las mujeres obtienen fecundidad el rey ve incrementado su poder

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GRECIA (MITO) rey débil, afeminado relación ambigua con hija 1 esposa mata al moichós en el carro hija comida por caballo (=rey/amante) la descendenci,a es imposible . el rey pierde su status

En definitiva, Hipómenes es un antiguerrero que pretende actuar como un superguerrero. En vez de realizar la guerra exterior, como corresponde a un buen rey, realiza una manifestación de fuerza en su entomo familiar. Cada uno de los gestos recuerda una parte del ashvamedha, pero en cada caso se realiza de forma aberrante, de modo que, en realidad, resulta ser un antiashvamedha que, en lugar de incrementar su fuerza a ojos de los atenienses en su calidad de representante de la vieja dinastía real, provoca su pérdida del poder en una doble dimensión, primero porque es destituido, como afirma la tradición, segundo porque su acción anula sus posibilidades de descendencia legítima o de trasmisión de la realeza a través de su hija. 4.

Del Mito a la Historia.

El último paso de nuestro análisis consiste en regresar del mito a la historia. En efecto, dentro de los estudios indoeuropeos el caso griego ha presentado problemas por las condiciones especiales de la presencia en la cultura griega de elementos de herencia indoeuropea claramente contrastados. En todo caso, estos elementos se buscan y se encuentran cada vez en mayor número, aunque siempre cabe la discusión sobre la representatividad de cada caso analizado o la pertinencia de las comparaciones puestas a punto 36 • Para lo que al10ra nos interesa conviene resaltar que uno de los puntos en donde parece haberse dado un grado importante de conservadurismo ideológico de matriz indoeuropea es, precisamente, en torno a la función real. En efecto, F. Vian ha destacado una definición tri funcional de la Soberarúa en distintos episodios míticos relacionados con Beocia37 • Por su parte B. Sergent ha estudiado cómo los atributos de los reyes de cada una de las dinastías reales espartanas responden coherentemente al aspecto varuniano o mitraico de la sobermúa 38 •

36 Por ejemplo, B. Sergent, "Les trois fonctions des lndo-européens dans la Grece ancienne: l.lilan critique" Annales ESC 34 (1979) 1155-86; D. Pralon. "Le modele triparti dans la philosophie grecque du IV' siecle aC" en AA VV. Georges Dumézil (Paris 1981) 121-136; G. Dumézil, Apollon sonare el aUlres essais (Paris 1982). 37 F. Vian, "La tria de des rois d'Orcomcnc; Étéoclé,. Phlégya,. Minyas" en Hommages á G. Dumézil (Bruselas 1960) 215-224. icL Les origines de Ihebes Cadmos el les s¡,anes r,Paris 1963) 177-201. 38 !.l. Sergcnt. "La représent~tion spartiatc de la royauré" RJIR 189 (1976) 3-52.

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M. V. GARCÍA QUIN TELA

Aproximaciones análogas se hicieron en Atenas. Así W. T. Magrath se detuvo en el examen de las figuras de Cécrope, Erictonio y Erecteo (primeros reyes de la primera dinastía real ateniense) para mostrar el carácter real (varuniano), del primero, sacerdotal (mitraico), del segundo, y decididamente bélico del tercero 39 . Por su parte R. Bodéüs descendió del mito a la historia para analizar las figuras institucionales de los arc/1ame in Ancielll Greek Urerarure (Oxford 1993) 148-ss. para Hesíodo.

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hijas de la Noche en la Teogonía es el retrato negativo de la Eunornia, Dysnomia. Un siglo después, en el poema Eunomía de Solón reaparecen los mismos tópicos, expresados de un modo que refleja circunstancias históricas diferentes. Mientras a Hesíodo parece que lo que más le preocupaba era la justicia (o injusticia) de las sentencias de los basileos en los tribunales, Solón se refiere a la ambición más genérica de los nobles (o~¡.wv ~'Y~tv/..ov 7rÓAE!J-ÓV 6' EVOovT' hEÍpH, 19) que implican el final de todo bienestar y todo progreso, tanto público como privado 12 • Solón exhorta a los atenienses a apartarse de la Dysnomía y venerar a Eunomía, porque Eunonúa hace cesar las disputas (1raÚEL o' Ep')'a OóXOCJTaCJír¡r;, 1raÚH o' éxp')'at..Ér¡r; Epóbor; xó/..ov, 37-38), frena también la ambición y la violencia (1raÚH Kópov, uf]pw éx¡J-avpof, 34), endereza las sentencias y concede justicia y sensatez a los hombres (36, 39) 13 • Todo esto indica que eunomía no es sino la situación de una comunidad pacífica y justa. Dice Solón que Eunomía es la causante de que todo sea adecuado y ordenado (EÜKOCJ¡J-a wi &pna 7ráV7' éx1rocj>aívEó, 32); y creo que podemos ver en Hesíodo, para quien el nomos= justicia era una disposición ordenada que Zeus imponía a los seres humanos para diferenciarlos de los animales, el antecedente de la reflexión soloniana. En suma, los efectos de Eunomía en el legislador ateniense son los mismos que Hesíodo describe para la sociedad que obedece el nomos de Zeus: ausencia de disputas intestinas, prosperidad individual y común, y, en consecuencia, engrandecimiento de la ciudad. Las tres características que Hesíodo personificó en diosas descendientes de la rectitud tradicional (Themis), están, desde su aparición en el pensamiento griego, inextricablemente unidas: la paz intema y la justicia social hacen que una ciudad prospere y crezca; permiten mirar al futuro con confianza; y conducen a una sociedad respetuosa del orden y no-violenta, es decir una ciudad eunómica. Eunomia, Dike y Eirene se oponen siempre a anomia, paranomia o dysnomia. a hybris y a stásis; pero sobre todo son causantes de la abundancia económica de los individuos y de la comunidad, hacen posible el crecimiento de la potencia de la ciudad y, por tanto, son responsables de sus éxitos bélicos. Por eso no es de extraüar que un poeta-filósofo como Jenófanes de Colofón, apenas medio siglo después de Solón, haya añadido su granito de arena a la reflexión política de los efectos de la eunomia. Jenófanes poseía una mente crítica capaz de enfrentarse a las creencias tradicionales e irracionales de los griegos sobre sus dioses (B 11; B 14; B 15; B 16); de atacar la jerarquía de valores de la aristocracia (B 2; B 3); y de vislumbrar un futuro mejorable para el género humano gracias al esfuerzo

12 G. V lastos, "Solonian Justice", Cl.Piz. 41 (!946) pp. 66-68, opina que Solón. aun siendo tan moralista como Hesíodo, racionaliza y polítiza el concepto de justicia convirtiéndolo en cuestión de interés común. 13 La owpooiol'r¡ y la d!f]ovl\ía. sabiduría. prudencia. sabiduría práctica. moderación, son nociones que a veces están en relación con ia JUSticia y la eunomia.

DEFENSA DEL

NOMO!::

ENTRE EYNOMIA Y DEMOCRACIA

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indagador (B 18) 14 • Conecta con esta postura el modo en el que en el fragmento B 2 contrasta el Filósofo-poeta la falta de efectos positivos que las victorias atléticas tienen para el buen funcionamiento de la ciudad (v. 19: Tov VEKEV &v b~ ¡J,&J...J...ov Év EÍ!Vo¡J,ÍrJ íTÓALs Eir¡) con los que sí tiene la sabiduría (vv. 12 y 14: CJocpír¡), capaz de llenar los graneros de la misma (v. 22), es decir de traer la prosperidad a toda la comunidad y a cada familia. Jenófanes no expone, como era tradicional si tenemos en cuenta los dos antecedentes comentados 15 • ia imagen del mal causado por los aristócratas con su comportamiento injusto, sino que se contenta con ma1úfestar la inutilidad de su forma de vida y contraponerla a la actividad del resto de los ciudadanos. Su planteamiento es menos simple y arcaico: ya no es sólo que la injusticia de los poderosos pueda atraer el castigo divino a toda la comunidad como exponían los intentos de teodicea de Hesíodo y de Solón, sino que su ocio no reporta a ésta nada útil, y que la eun01nía no se presenta espontáneamente ante la negación de injusticia, sino gracias a la sabiduría y trabajo de los individuos que componen la ciudad. En suma, el de Colofón parece estar pensando en la necesidad de un esfuerso positivo, tanto en materia de organización política como de trabajo manual, para que eunomia -y quizás también sus hermanas- se hagan presentes en la ciudad. La sabiduría, a la que Jenófames alude, probablemente no sea la sabiduría contemplativa y teórica que acostumbramos a entender en los pensadores del siglo IV, sino, en consonancia con la semántica más arcaica del térnúno 16 , una noción de sabiduría práctica que corresponde a la inexistencia de separación conceptual entre espíritu y cuerpo, y que tiene sus efectos en los resultados políticos en el orden social, y materiales, en el bienestar económico. En ese sentido, Jenófanes contrapone las hazañas hueras y personalistas de los aristócratas en sus competiciones atléticas con los efectos sociales de la aportación en logros políticos y técnicos de "nuestra sabiduría" (12) o de "la buena sabiduría" (14), esos efectos son la eunomia -de la que sabemos ya que sólo existe cuando el nomos es obedecido y, por tanto, la sociedad es justa y pacífica- y la riqueza, la prosperidad que es la manifestación obvia de la situación mencionada.

14 Sobre este fragmento. un estudio reciente e interesante es el de A. Tuplin, "Xenophanes Fr. 18 D.-K. and the Origins of the Idea of Progress" Hermes 121, 2 (1993) 129-138, quien, aun reconocinedo que el fragmento no permite concluir que Jenófanes haya sido autor de una antropología, sitúa al poeta en la cabecera cronológica de quienes desarrollaron la idea de que la mejora de la situación vital para los hombres procedía de sus propios esfuerzos. 15 Una comprobación de hasta qué punto la conexión de las nociones que estamos barajando es ya tópica en época arcaica podemos buscarla en la Colección Teognidea: cf. 43-ss: 541-2; 603-6; 667-ss; 855-6: 1081-ss; 1103-4, aunque el espíritu y el mensaje de estos poemas no sea el mismo de Hesíodo o Solón. 16 Cf. B. Snell, Der Weg zum Denken und zur Wahrheit. Studien zur jrühgriechischen Sprache (Gotinga 1978) pp., 32-34. Y L. Camerer. Praktische Klugheit bei Herodol. Untersurhungen zu den Begriffen !1'1/XO'V'fj, Tixvr¡, ao
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