FIGUEROA 2016 Territorio de Narcotrafico Violencia contra la mujer y su representacion en la prensa sinaloense

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Descripción

Territorio de narcotráfico: violencia contra la mujer y su representación en la prensa sinaloense

Patricia Figueroa Sauceda Departamento de Ciencias Sociales/red alec Universidad Autónoma de Sinaloa (uas) Culiacán, México [email protected]

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Resumen En esta propuesta de comunicación se analiza la representación mediática de la violencia contra la mujer en un territorio de narcotráfico, como es el estado de Sinaloa, situado en el noroeste de México. Para tal efecto, se considera la recolección y sistematización de notas informativas y su constraste con las estadísticas que reflejan parte de la realidad de la violencia de género (violaciones sexuales, feminicidios, desapariciones). Se aborda, principalmente, la construcción social de la realidad respecto a la problemática del feminicidio, fenómeno que a partir de los discursos mediatizados se representa como una consecuencia de la violencia generada por el narcotráfico, creando una doble victimización y un campo discursivo donde se anula o invisibiliza la exigencia de justicia, el derecho de las víctimas y la obligación del Estado frente a la impunidad. Palabras clave: Feminicidio, violencia, violencia de género, narcotráfico, prensa, representación mediática. Abstract The following proposal focuses on analyzing diverse representations of violence against women in drug trafficking territories, such as the state of Sinaloa, located northwest of Mexico. For this purpose, the information collected from news reports will be contrasted with statistics that reflect part of the reality around gender violence (regarding rape, femicide and disappearances). The social construction of reality is addressed here from the femicide perspective that is communicated through a mediated discourse that attributes this phenomenon almost exclusively to the violence generated by drug trafficking, creating a double victimization and a discourse that systematically vanishes and / or invisibilizes their demands for justice, the rights of victims, and the State’s obligations to prevent these crimes to go unpunished. Keywords: Femicide, violence, violence against women, drug trafficking, journalism, media representation.

Introducción Si yo compré tu hermosura que no compre lo demás, por ahí me llegó el mitote que tú me quieres dejar […]. No quiero arruinar tu vida es que te quiero de más, sabes que cuando me encelas me convierto en animal, ya vete haciendo la idea: nunca te voy a dejar Julión Álvarez, La Fory Fay

La violencia contra las mujeres es un fenómeno extendido en el mundo, pero que tiene diversas formas de atenderse, dimensionarse y comprenderse, dependiendo de la estructura económica, cultural y moral de cada sociedad. El fenónemo en cuestión es un asunto de poder, de sumisión y abuso. De acuerdo con estudios de organismos internacionales, este tipo de violencia genera más de 60 mil mujeres muertas cada año a escala mundial.1 Según la organización de investigación independiente, denominada Small Arms Survey, con sede en Ginebra, Suiza, los países centroamericanos como Guatemala, Honduras y El Salvador, junto con Sudáfrica, Rusia, y otros países más de Latinoamérica como Colombia, forman parte del grupo de los 25 con mayores tasas de feminicidios en el mundo. En el informe del organismo se explica que estas muertes violentas de mujeres se dan en zonas caracterizadas por altos niveles de violencia, y aun cuando México no aparezca en la lista de la muerte de féminas como uno de los peores, sí aparece Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, con la tasa de feminicidios más alta del planeta.2 1

.

En 2009, Ciudad Juárez, en el estado fronterizo de Chihuahua, tuvo una tasa de feminicidios de 19.1 por cada 100 000 habitantes del género femenino, mientras que la media nacional en México fue del 2.5 en el periodo 2004-2009. . 2

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En los países europeos, las estadísticas tampoco han sido halagüeñas; destacan como los casos más dramáticos España, Reino Unido e Italia. En el caso de España, en 2011 se registraron 122 casos de mujeres asesinadas por sus parejas y en los reportes se señala que la mayoría había denunciado violencia intrafamiliar ante las autoridades de servicio social y policial de su comunidad. En el Reino Unido, en 2011, el registro de mujeres asesinadas, específicamente por su expareja o pareja sentimental, fue de 98.3 En Italia, tomando ese mismo año para efectos comparativos, se registraron 170 feminicidios y la incidencia del fenómeno en su territorio se ha mantenido prácticamente constante en los últimos diez años.4 La violencia contra la mujer en Sinaloa,5 en México y cualquier parte del mundo, tiene su más dramática expresión en el feminicidio; sin embargo, muchas otras expresiones violentas, como el maltrato emocional y psicológico, acoso y violación sexual, prostitución, abuso infantil, mutilación de genitales, violencia doméstica (Fragoso, 2002) deben atenderse con oportunidad para evitar que sean la antesala de una muerte anunciada.

Sinaloa: territorio de narcotráfico y violencia Culiacán, capital del estado de Sinaloa, en México, como ciudad interconectada, más que globalizada, debe parte de su flujo económico a la actividad de la producción, transformación y tráfico de diversos tipos de productos narcóticos ilegales generando, además, grupos sociales, políticos y empresariales, sin cuya participación el «narco» no se ha-

3 Ver «Feminicidio: un fenómeno global, de Santiago a Bruselas», publicado en 2015 por la Heinrich-Böll-Stiftung–ue. .

Información disponible en . 4

Para dimensionar la gravedad del fenómeno en Sinaloa, basta notar que en 2011 se asesinó a 115 mujeres, es decir, el 96% del total asesinadas en toda España ese mismo año. Referencia tomada de la tabla iii de este documento.

5

mujeres, derechos y políticas públicas en américa y el caribe

bría desarrollado y consolidado a escala global a sus actuales niveles.6 El poderío del Cártel de Sinaloa puede explicarse a partir de la tradición de corrupción en México que involucra necesariamente diversos sectores de la población, que con sus prácticas corruptas impulsan el desarrollo y crecimiento de la delincuencia organizada y el acceso de los narcotraficantes a las estructuras políticas de poder (Shelley, 2001). Sinaloa es un estado con vocación económica preponderamente primaria o agrícola, con un cada vez más desarrollado sistema de servicios, pero aún alejado de un esquema de producción a partir del cual pudiera calificarse como región industrial. Con todo y eso, la región sinaloense se ha convertido en una de las principales exportadoras de dólares en efectivo hacia Estados Unidos, según evidenció un documento del Departamento de Justicia publicado a finales de 2012 donde se advierte al Grupo hsbc del riesgo de lavado de dinero al hacer negocios en dólares en el estado de Sinaloa.7 El documento citado refiere «transacciones sospechosas» que provienen del tráfico de drogas por el Cártel de Sinaloa. En esta zona del país, es innegable la influencia de la economía de sombras, no regulada e ilícita, surgida del narcotráfico. Esta economía no oficial o de sombras está ligada a la corrupción y convive necesariamente con actividades empresariales legalmente establecidas (Dreher & Schneider, 2010). En estos contextos de corrupción y violencia, Cameron H. Holmes (2014) destaca la «fascinación de los medios de comunicación» por la elevada tasa de homicidios a causa de la violencia generada por el tráfico de drogas y reconoce que una de las principales metas del gobierno de Enrique Peña Nieto es precisamente reducir este foco de atención Hasta antes de la tercera captura de Joaquín El Chapo Guzmán en enero de 2016, el gobierno de Estados Unidos consideraba el Cártel de Sinaloa como el líder del mercado de las drogas ilícitas en territorio estadounidense y al sinaloense como el capo más peligroso del mundo. Ver . 6

Entre 2006 y 2008, hsbc México exportó desde Sinaloa, específicamente desde Culiacán hacia hsbc Bank usa, alrededor de mil cien millones de dólares (1.1 billion us dollars) en un esquema denominado massive money-laundering. Ver .

7

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168 | Violencias y derechos de las mujeres

sobre los homicidios y la violencia, generando condiciones más propicias para el intercambio comercial con Estados Unidos. En su análisis sobre el crimen organizado (término con que se refiere no sólo a tráfico de drogas, sino a tráfico de mujeres, de armas y fraude, entre otros delitos), Fijnaut sostiene que estas asociaciones delictuosas utilizan varias estrategias para desarrollarse: «la compra de la nulificación de la vigilancia hacia ellos, la corrupción y la intimidación, el uso de los medios de comunicación y de personas influyentes» (1998:4). Otros instrumentos que menciona el autor son la intimidación y la violencia. Violencia y poder han dado forma a las estructuras sociales de todos los tiempos, ya que, como bien señala Clastres, «la sociedad primitiva sabe, por naturaleza, que la violencia es la esencia del poder. En este saber se arraiga la preocupación de mantener constantemente separado uno de otro el poder y la institución, el mando y el jefe» (1978:139). Es imposible comprender a cabalidad los niveles de violencia en México en los primeros años de este siglo sin atender la política de Estado en materia de seguridad: el combate al crimen organizado inciado en enero de 2001 por el presidente Fox en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, bajo el nombre de Cruzada Nacional Contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado.8 Esta estrategia tuvo su continuación con la Estrategia Nacional de Seguridad, presentada en diciembre de 2006 por el presidente Felipe Calderón. Cabe señalar que en el sexenio calderonista se incrementó el cultivo de amapola y de cannabis en territorio mexicano, además de evidenciarse a escala internacional el incremento de cárteles y organizaciones mexicanos dedicados al crimen organizado (Wolf, 2011). A partir de 2006 y hasta el presente año, la violencia medida por el número de homicidios coloca a Culiacán entre las ciudades más peligrosas y violentas del mundo (tabla 1). 8 La Jornada (enero 25, 2001). «Se puso en marcha la cruzada nacional contra el crimen». En http://www.jornada.unam.mx/2001/01/25/001n1por.html y en URL: .

mujeres, derechos y políticas públicas en américa y el caribe

Tabla 1. Las ciudades de México más violentas del mundo, 2010-2015 Año

2010

2011

2012

2013

2014

2015

Posición

Posición a escala mundial

Homicidios

Juárez

1

3042

Mazatlán

8

388

Culiacán

9

754

Juárez

2

1974

Culiacán

13

649

Mazatlán

15

307

Acapulco

2

1170

Culiacán

15

549

Mazatlán

N/A

N/A

Acapulco

3

940

Culiacán

16

490

Mazatlán

N/A

N/A

Acapulco

3

883

Culiacán

24

384

Mazatlán

N/A

N/A

Acapulco

4

903

Culiacán

17

518

Mazatlán

N/A

N/A

Fuente: Elaboración propia, con datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, ac. Ver .

Violencia contra las mujeres en Sinaloa, zona de conflicto El fenómeno de la violencia ha generado discusiones, aún vigentes, sobre la naturaleza del ser humano. ¿Somos de naturaleza gentil y altruista o somos seres violentos, sutilmente civilizados por nuestra cultura? (Denno, 1990). El dilema de cómo afrontar el tema de la violencia es si ésta debe considerarse una herramienta social de control o

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como una desviación de la sociedad (Lenclud, Claverie & Jamin, 1984). Entrando ligeramente en los terrenos de la psicología, la relación de agresión y violencia es asociada con un sistema de poder, en el entendido de que el individuo violento busca control sobre otra persona o personas (Shaver et al., 2011). En el terreno de los juicios éticos, la violencia es vista como una agresión que afecta no sólo el cuerpo, sino también la dignidad y los valores de las personas (Naepels, 2006). Sobre la violencia contra la mujer en México, específicamente en Sinaloa, es destacable que, a pesar de que el asesinato de mujeres es un tema mundial, la manera de reaccionar9 de cada sociedad, de sus organizaciones no gubernamentales, de sus gobiernos y, sobre todo, de sus medios de comunicación, no es siempre la misma, y preocupa que en países como el nuestro la indiferencia sea cómplice callada de la impunidad que rodea este fenómeno.10 Ciudad Juárez es caso emblemático de violencia contra las mujeres en el mundo, con un registro oficial de 379 mujeres asesinadas de 1993 a 2005; sin embargo, las estadísticas oficiales y no oficiales no reflejan con exactitud la realidad de este fenómeno de violencia sistemática en aquella ciudad (Martín et al., 2008). Contrario a lo que ha pasado en México, en Argentina el caso de una joven adolescente de origen humilde asesinada brutalmente en 1990 movilizó a ciudadanos de todo el país, quienes organizaron marchas de silencio para exigir justicia; en poco tiempo, las autoridades sentenciaron a los culpables, uno de ellos hijo de una influyente figura política (Melgar et al., 2005).

9

La impunidad, la falta de justicia y de respeto de los derechos humanos de las mujeres en México ha generado insistentes recomendaciones y llamados de atención de organismos internacionales hacia el gobierno mexicano. La presión internacional por las mujeres muertas y desaparecidas de Ciudad Juárez llevó a la Cámara de Diputados a la creación, en noviembre de 2001, de la Comisión Especial para dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Homicidios de Mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua. Tuvieron que pasar más de cinco años para que, en marzo de 2007, se instalara la Comisión Especial para Conocer las Políticas y la Procuración de Justicia Vinculada a los Feminicidios en el País. . Ese mismo año, 2007, en el Diario Oficial de la Federación se publica la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. En .

10

mujeres, derechos y políticas públicas en américa y el caribe

A escala nacional, de 1985 a 2014 se registraron en México 47 178 Defunciones Femeninas con Presunción de Homicidio (dfph), ocurridas en el periodo 1985-2014 (tabla 2). En términos de tasa de dfph por cada 100 000 mujeres, para 2007 se registró una tasa de 1.9, que se incrementó paulatinamenta hasta alcanzar la tasa récord de 4.6 en 2012; para 2013 y 2014 se registraron descensos leves a 4.3 y 3.7. Tabla 2. Defunciones femeninas con presunción de homicidios en México, 1985-2014 Año/Periodo

Defunciones

Defunciones por cada 100 mil mujeres

1985-2000

22 177

3.1

2001

1311

2.5

2002

1284

2.4

2003

1324

2.5

2004

1214

2.2

2005

1298

2.4

2006

1296

2.3

2007

1087

1.9

2008

1449

2.5

2009

1943

3.4

2010

2435

4.2

2011

2716

4.6

2012

2761

4.6

2013

2594

4.3

2014

289

3.7

Total

47 178

Fuente: Elaboración propia, a partir de la gráfica «México: evolución de las tasas nacionales de defunciones femeninas con presunción de homicidio, según año de ocurrencia, 1985-2014», presentada en el resumen Ejecutivo «La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2014». En .

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Sinaloa, en su contexto histórico como estado violento y territorio de narcotráfico, ha destacado como una de las entidades que mayor número de homicidios aporta a las estadísticas nacionales, lo que resulta comprensible debido al binomio violencia-narcotráfico, y cuyo sexenio actual ha superado ya el número de homicidios respecto al anterior (Plascencia, 2016). A marzo de 2016, Sinaloa se sitúa entre los tres estados con mayor tasa de homicidios (2.9), por encima de la media histórica nacional, de 1.2, superado sólo por Guerrero, con 5.4, y Colima, con 4.4 (http://www.semaforo.mx/). Tabla 3. Defunciones por homicidio en México y Sinaloa, 2000-2015 En México Año

En Sinaloa %

%

Hombres

Mujeres

Total

11.96

428

30

458

6.55

10 285

12.46

464

24

488

4.92

1280

10 088

12.69

443

29

472

6.14

8754

1316

10 087

13.05

393

26

419

6.21

2004

8115

1206

9329

12.93

359

22

381

5.77

2005

8610

1297

9921

13.07

412

24

436

5.50

2006

9143

1298

10 452

12.42

433

24

457

5.25

2007

7776

1083

8867

12.21

368

29

397

7.30

2008

12 574

1425

14 006

10.17

790

30

820

3.66

2009

17 838

1925

19 803

9.72

1330

79

1413

5.59

2010

23 285

2418

25 757

9.39

2279

111

2397

4.63

2011

24 257

2693

27 213

9.90

1845

115

1967

5.85

2012

22 986

2764

25 967

10.64

1308

71

1380

5.14

2013

20 280

2648

23 063

11.48

1144

62

1206

5.14

2014

17 503

2408

20 010

12.03

1061

93

1154

8.06

Hombres

Mujeres

Total

2000

9442

1284

10 737

2001

8986

1282

2002

8797

2003

Mujeres

Mujeres

mujeres, derechos y políticas públicas en américa y el caribe

2015

13 577

1848

15 450

11.96

697

38

735

5.17

Total

221 923

28 175

251 035

11.22

13 754

807

14 580

5.53

Fuente: Elaboración propia, a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía (Inegi), obtenidos de la consulta de .

Se observa que en territorio sinaloense el número de mujeres asesinadas ha evolucionado a partir de la instauración de la Estrategia de Seguridad Nacional para Enfrentar el Crimen Organizado en el sexenio de Felipe Calderón. Así, mientras que en 2006 fueron 24 los casos, para 2007 el número alcanzó las 29 ; en 2008 se registraron 30, para 2009 el número llegó a 79 (más del doble del año anterior), en 2010 fueron 111 y para 2011 el número de mujeres asesinadas aumentó a 115. A partir de 2012, y hasta el presente año, el número de mujeres asesinadas ha ido a la baja respecto al sexenio calderonista, pero se mantiene por encima del promedio en relación con el sexenio inmediato anterior. En lo que va de 2016, el número de asesinatos de féminas ha llegado ya a 62, según algunos reportes periodísticos.11 Las modalidades de estos asesinatos también han variado en cuanto a su saña, utilizándose en la mayor parte de los casos armas de fuego, siguiendo modalidades como apuñalamiento, estrangulamiento e incineraciones.

Representación de la violencia contra la mujer en la prensa sinaloense En tiempos recientes se aprecia, en la prensa mexicana, una respuesta cada vez más intensa de varios grupos de la sociedad, los cuales exigen justicia para las mujeres que han desaparecido o perdido la vida, como resultado de la violencia imperante en el país, parte de la cual —en los años recientes— es producto de los conflictos derivados de la lucha contra el narcotráfico.

Ver La República, periódico digital: «Van 62 feminicidios en Sinaloa», en .

11

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Ante las discusiones en los últimos años en Sinaloa sobre cuántos de los asesinatos en contra de mujeres entran en la clasificación de «feminicidio»12 —una discusión que tiene más que ver con la voluntad política que con abordar de frente una realidad— el papel de la prensa es fundamental, de modo que resulta imperativo analizar y comprender los alcances de la prensa ante la violencia de género y los feminicidios, sobre todo en estados como Sinaloa, que es una zona altamente impactada por la presencia del narcotráfico y donde el número de asesinatos, en general, es especialmente elevado. Alerta Ámber. Se ha señalado que la antesala de los feminicidios son los contextos de violencia y agresión contra la mujer, donde se incluye la violación sexual y el abuso infantil. En este último apartado, la Procuraduría de Justicia del Estado de Sinaloa mantiene activas 41 Alertas Ámber (para localización de niños, niñas y adolescentes) en el estado; 33 son de casos ocurridos en Sinaloa, de los cuales 11 corresponden a personas del sexo masculino y 22 del sexo femenino (74% son niñas y adolescentes entre los 11 y 17 años). Violación. Para el tema de las violaciones sexuales, los datos oficiales registran 878 casos denunciados de 2011 a 2015, es decir, una violación denunciada cada 48 horas, mientras que en el primer trimestre de 2016 se han registrado ya 41 casos.13 Mujeres desaparecidas. En las estadísticas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sinaloa (pgjes) se halla también el aparta12 A principios de 2012, el Congreso del Estado de Sinaloa aceptó, por unanimidad, la inserción del «feminicidio» como nuevo tipo penal en el estado. Dicha reforma al Código Penal (Capítulo I, Bis Feminicidio) fue publicada oficialmente el 25 de abril de 2012 especificando que el asesinato de una mujer tiene razones de género cuando se ejecuta con violencia sexual o intrafamiliar, con lesiones infamantes, degradantes o mutilaciones; cuando, previo al asesinato, sucedan amenazas, acoso, violencia o lesiones, cuando el cuerpo de la víctima sea expuesto o arrojado en lugar público, cuando haya indefensión por la víctima o cuando ésta haya sido incomunicada previo a su fallecimiento. La pena por feminicidio es de 22 a 50 años de prisión y de no acreditarse el mismo será considerado bajo las reglas del homicidio. Organo Oficial del Gobierno del Estado de Sinaloa. En . 13

Información en .

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do «Mujeres desaparecidas y/o no localizadas».14 En la lista figuran 143 casos (ocho se incluyen también en la lista de Alerta Ámber). De este listado, 34 casos tienen el estatus de «localizadas», 6 aparecen con estatus de «occisas», mientras que el resto (103) continúa como «desaparecidas». El caso de las seis mujeres asesinadas recibió amplia difusión en la prensa local (tabla 4). Tabla 4. Mujeres desaparecidas con estatus de «occisas» y su representación en la prensa sinaloense Localización

Nombre

Edad

Desaparición

Ingrid Murillo Sierra1

19

18/10/2010

12/4/2011, Ahome

«Confirman: Ethel e Ingrid Murillo, narcofosas», Línea Directa

Alma Arcelia Caro Jara

38

6/11/2011

23/11/2011, Sonora

«Torturan y asesinan a una familia en Sonora», El Universal “«Apturan a presuntos asesinos de maestra y su hija vecinos de Los Mochis», El Sol

del cadáver

Titulares de prensa

Amalia Ramírez de Dios

42

22/1/2012

14/2/2012, El Fuerte

Ivonne Saucedo Ramírez

21

22/1/2012

14/2/2012, El Fuerte

(Notas de prensa se refieren a madre e hija) «Localizan muerta a la segunda mujer plagiada en Angostura», Noroeste «Encuentran a mujeres desaparecidas; asesinadas», El Sol

Deysi Avendaño Gaxiola

30

22/3/2012

3/4/2012, Angostura

Yeny Gpe. Brugos Ureta

24

22/3/2012

3/4/2012, Angostura

Fuente: Elaboración propia, con información de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sinaloa. Disponible.

De los 103 casos de mujeres que continúan como desaparecidas en el listado oficial de la pgje, más de la tercera parte (35%) corresponde a 14

Ver .

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casos de niñas y jovencitas de entre 11 a 18 años. Otro grupo importante es el de jóvenes mujeres de entre 19 y 30 años (28%), sumando el 63% de los casos totales. El resto corresponde a casos de niñas menores de 10 años (8%) y a mujeres mayores de 30 (25%).15 Además de los casos de mujeres desaparecidas con estatus de occisas, toman notoriedad en la prensa local aquellos con expresiones violentas relacionadas con el narcotráfico o la inseguridad pública, como el de madre e hija (Martha Ivannova Ibarra Osuna y Consuelo Isuna Báez): «Desesperada búsqueda de mujeres ‘levantadas’» (Noroeste, 6/8/2006), o el caso de Manuela González Vega: «Desaparece Manuela González Vega de oficio maestra» (Noroeste, 18/11/2008). Otro caso con cobertura en prensa fue el de la jovencita María Fernanda Ochoa López: «pgje continúa investigación en caso de desaparecida» (La Policiaca, 5/5/2012). El caso de las dos jóvenes, de 19 y 24 años, Karla Gabriela Jiménez Falomir y Cruz Alejandra Peña Beltrán, también llamó la atención de la prensa: «Reportan la desaparición de dos jóvenes en Los Mochis» (Línea Directa, 10/6/2013). El caso de Modesta Isela González Sánchez, de 37 años, se consideró como hecho policiaco y se relacionó con el ‘narco’: «’Levantan’ a una mujer y dos hombres en Praderas de Villa» (El Debate, 18/1/2014). González Sánchez había sido motivo de una nota por supuesto narcomenudeo. Otros tres casos de mujeres desaparecidas tuvieron su mención en prensa —antes o después de su desaparición— en términos como «Traía droga», «Podrían borrar evidencia de la desaparición de tres personas» y «No fue por secuestro ni extorsión la desaparición de ‘Rosita’». En las pocas descripciones de los hechos que aparecen en las fichas de los casos de mujeres desaparecidas, se encuentran anotaciones como: «salió con su pareja», «salió a cortar leña», «salió a conocer un amigo que conoció por ‘internet’», «se fue con una persona de nombre Mario». Otros ‘hechos’ narran casos como el de una niña «raptada por su tío» y de una menor de edad «sustraída de su domicilio por un hombre de 30 años», e incluso aparecen dos casos donde se presumen, Se desconoce la edad en cuatro de los casos enlistados, lo que representa el 4% de los casos totales.

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previo a la desaparición, amenazas de muerte hacia la víctima y su familia, y en el caso de Sofía Sainz Quintero, de 52 años, se menciona su desaparición del domicilio donde se encontró un cuchillo con rastros de sangre. Éstos y el resto de los casos de desapariciones —particularmente de jovencitas que no regresaron a sus domicilios— no llamaron la atención de la prensa local. Ante la falta de seguimiento de la mayor parte de los casos, tanto por la prensa local como por las autoridades locales y estatales, destaca la formación de «Las Rastreadoras», un grupo de rastreo de cadáveres y tumbas clandestinas formado por familiares de desaparecidos (Proceso, 19/12/2015, ). Asimismo, se han escuchado algunas voces aisladas que advierten sobre la desaparición de jovencitas en Sinaloa (El Diario, 10/10/2013, ) y de la posibilidad de ‘trata de blancas’ al ser jóvenes —en general— consideradas bonitas.16 Más que una especulación sin fundamento, la advertencia de algunas voces sociales tienen sus bases en la realidad mundial de la persistencia del delito de tráfico de mujeres, el cual, de acuerdo con datos de las Naciones Unidas, tiene origen en 127 países, 98 de ellos territorios de tránsito, e identificando 137 regiones como destino de este tráfico humano. En los territorios identificados con el tráfico de drogas y crimen organizado —como es el caso de Sinaloa— se conjugan actividades como la prostitución y ‘trata de blancas’. En América Latina y el Caribe se calculan 5 millones de víctimas del delito de tráfico de personas —o ‘trata’—, calculándose que en México podrían ser alrededor de 500 mil (Valenzuela, 2012). Ante los numerosos casos de mujeres asesinadas, desaparecidas, agredidas o violadas en Sinaloa y que son invisibilizados por la prensa, destacan, en contraparte, las portadas y notas amplias de casos donde se presume participación del narcotráfico y violencia: «Asesinan con Otro caso reciente de desaparición es el de tres adolescentes (de 12, 13 y 14 años) de la comunidad de Pericos, Mocorito. Café Negro Portal, 16/3/2016: «Denuncian desaparición de tres adolescentes de Pericos». En .

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‘cuerno de chivo’ a Susana en Culiacán» (El Debate, 29/2/2016); «Levanta sujeto armado a adolescente en El Barrio, Culiacán», y sobre la misma víctima de quien no se protegió la identidad: «Flor ya está con su familia, tras ser ‘levantada’» (Línea Directa, 9/4/2016 y 11/4/.2016) y «Vinculan a mujer asesinada con ‘La Emperatriz’» (Noroeste, 3/1/2014). Para Escalante-Gonzalbo, «el crimen organizado es también una creación de los medios de comunicación», y es posible bajo este mismo enfoque llevar su concepto al «retrato esquemático» de la mujer sinaloense, cuya construcción imaginaria parte igualmente de información más o menos dispersa que se tiene, los hechos conocidos y las conjeturas, las noticias, la historia y la estadística que tienen que organizarse de alguna manera. Y siempre habrá una dosis de fantasía […], de prejuicio, distorsiones interesadas o accidentadas (2012:151).

Para Rodríguez-Santa Ana, el ‘efectismo’ por encima de la ‘confiabilidad’ que la prensa mexicana imprime en el manejo de la nota roja refleja la esencia de un género periodístico caracterizado por el ‘morbo’ y ‘la manipulación colectiva’ que privilegia el rumor, no la noticia, evidenciando la creación de un escenario, especialmente en la radio y televisión, de «sensacionalismo, amarillismo y manipulación que magnifica la nota roja con antecedentes como Alarma y Alerta» (2001:2). Para el autor, los medios se han convertido en fiscales y jueces y no favorecen el debate sobre los casos judiciales, ya que actúan con un afán de mercado.

Conclusiones Se habla de violencia feminicida en los medios de comunicación y la prensa en general aborda el tema de la violencia y agresión contra las mujeres cuando éstas ya están muertas ; en raros casos se presenta a la luz pública un agresor que haya asesinado a una mujer, mucho menos un agresor que haya golpeado a una de ellas. Se requiere, por tanto, de un análisis adecuado de la realidad y de la representación en la esfera

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pública de esta realidad, generando con ello mayor conciencia social frente a la violencia de género y los feminicidios, a través de estadísticas y análisis profundos para entender las causas sociales, culturales y económicas que genera cada caso, desmitificando creencias colectivas, como aquella de que se asesina a más mujeres porque se incrementa el número de éstas en las filas del crimen organizado.17 Para alcanzar este objetivo, es necesario contar con una prensa cada vez más responsable y conocedora del tema. A la sociedad se le está presentando distorsionadamente el fenómeno de la violencia de género y los feminicidios que de ella derivan ; de igual manera, los medios de comunicación, a partir de sus coberturas superficiales, carentes en general de seguimiento y compromiso con el tema, han colaborado con esta falta de comprensión, reforzando, incluso, estereotipos encaminados a consolidar la cultura machista de un sistema patriarcal que, además, se fortalece ante la manifestación violenta del crimen organizado. Hay otros muchos casos referidos en la prensa nacional y local que nos permitirán comprender con mayor claridad el valor desproporcionado que la prensa mexicana otorga a diferentes casos de violencia contra las mujeres. Así, vale mencionar el caso de Paulette Gebara (), en el Estado de México, cuya muerte desató una cobertura inusitada, cuando por esas mismas fechas, en Sinaloa, una pequeña llamada Gloria (http://tribunadelicias1.blogspot.mx/2010/04/ hallan-nina-hija-de-chihuahuense.html), de apenas 7 años e hija de jornaleros agrícolas, fue encontrada dentro de una maleta, violentada sexualmente y asesinada. Su caso recibió nula atención a escala nacional. En enero de 2012 otra menor, Erika (http://www.lineadirectaportal.com/publicacion.php?noticia=68290), de apenas 12 años, fue raptada y violada en Choix, municipio al norte de Sinaloa; su caso recibió apenas una nota de bajo perfil en interiores de un diario local y cayó Este tipo de mitos se refuerzan con la proliferación de mujeres que se han transformado en la versión femenina del narcotraficante poderoso: La Reina del Sur, La Emperatriz de los Antrax, la Reina del Pacífico, entre muchas otras. 17

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en el olvido mediático y, por tanto, en el olvido de las autoridades. Estos son sólo algunos de los casos de asesinatos brutales de mujeres ocurridos en nuestro entorno social y es importante analizar cuántos casos nunca fueron dados a conocer por algún medio de comunicación y quedaron, por ende, destinados al olvido y la impunidad. Retomando las reflexiones del historiador Pablo Piccato (2008) sobre el valor discursivo de la antigua nota roja como espacio de discusión pública, de denuncia y exigencia de justicia, nos encontramos ante un escenario que ya hemos planteado para la violencia en Sinaloa, donde la prensa busca la nota que «vende»18 a partir de la simple representación de los hechos criminales, sin ir más allá en el análisis de los numerosos factores que generan los casos de violencia, en este caso contra las mujeres, mucho menos presentando historias explicativas de los casos, muchos de los cuales ni siquiera ganan un espacio en la prensa local. Respecto a la violencia contra las mujeres en Sinaloa, estamos ante un escenario donde el «narco» continúa fungiendo como un minimizador de fenómenos sociales que han evolucionado negativamente a lo largo de la historia, dejando la mayor parte de los casos de feminicidios, violaciones, desapariciones y violencia sexual e intrafamiliar fuera del campo discursivo de la esfera pública que representan los medios de comunicación, creando una doble victimización y un campo discursivo limitado, donde se anula o invisibiliza la exigencia de justicia, el derecho de las víctimas y la obligación del Estado ante la impunidad.

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