FIGUEROA 2016 Corrupcion fenomeno de sombras a la luz del analisis del discurso

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Descripción

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA Juan Eulogio Guerra Liera / Rector Jesús Madueña Molina / Secretario general Ilda Elizabeth Moreno Rojas / Directora de Editorial Juan Carlos Ayala Barrón / Director de la Imprenta Universitaria FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Jorge Rafael Figueroa Elenes / Director de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales Francisco Higuera Castro / Secretario Académico de la FACES Benjamín E. Saavedra Núñez del Arco / Coordinador de Posgrado de la FACES Irvin Mikhail Soto Zazueta / Director de la Revista Ciencia y Universidad Moisés Alejandro Alarcón Osuna / Editor de Ciencia y Universidad Guillermo Sandoval Gutiérrez / Editor Técnico de Ciencia y Universidad COMITÉ EDITORIAL Dra. Nora Teresa Millán López / UAS. México. Dr. Moisés Alejandro Alarcón Osuna. / UAS. México. Dr Arturo Retamoza López. / UAS. México. Dr. Rafael Rentería Zatarain. / UAS. México. CONSEJO EDITORIAL Ph.D. Ajit Singh / University of Cambridge Ph.D. Charles Jones / University of Cambridge Ph.D. Ha-Joon Chang / University of Cambridge Dra. Aida Rosario Hernández / INAH, UNAM. México. Dr. Roberto Escalante Semerena / UDUAL Dr. Carlos Tello Macías / UNAM. México. Dr. Rolando Cordera Campos / UNAM. México. Dr. Alberto Acosta / FLACSO. Ecuador. Dr. René Ramírez / SENESCYT. Ecuador. Dr Pablo Martín Urbano / UAM. España. Dr. Pablo Lacoste / Universidad de Santiago de Chile. Chile Dra. Ana Urraca Ruiz / Universidade Federal Fluminense. Brasil. Dra. Gemma Durán Romero / UAM. España. Dr. Juan Ignacio Sánchez / UAM. España. Dr. Wilman Gómez Muñoz / UdeA. Colombia. Dr. José Antonio Negrin de la Peña / UCLM. España. Dr. Eduardo Mendoza Cota / COLEF. México.

Índice Heterogeneidad estructural y distribución del ingreso. El pasaje del estructuralismo latinoamericano al neoestructuralismo Pablo Ignacio Chena ……………………………………………………..… 5 Enfoques neoclásico y postkeynesiano sobre el crecimiento económico Juan Ramiro de la Rosa Mendoza, Alejandro Segundo Valdés ……………31 El Ejército de Reserva Industrial en México: una aproximación (2005-2015). José Jesús Lechuga Montenegro, Felipe Docoa Hernández ……………….57 El neoinstitucionalismo económico (fundamentación teórica y evidencias empíricas) Gerardo Eloy Soto Ruiz ……………………………………………………87 Corrupción, fenómeno de sombras a la luz del análisis del discurso Patricia Figueroa ………………………………………….………………111

Corrupción, fenómeno de sombras a la luz del análisis del discurso1

Patricia Figueroa Doctorado en Ciencias Sociales Universidad Autónoma de Sinaloa, México

Revista Ciencia y Universidad No. 35 Julio-Diciembre 2016 Universidad Autónoma de Sinaloa. México.

ISSN 0185-6618 INDAUTOR (Reserva de derechos al uso exclusivo) 04-2016-122014592500-102

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En la revisión final del presente documento se contó con la valiosa colaboración y aportaciones del Dr. José Mateo Bastidas, catedrático de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

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Resumen El presente trabajo es resultado de una investigación que trata de la relación periodista-policía en una sociedad influenciada por el narcotráfico. En los primeros dos apartados se exploran brevemente los diferentes enfoques teóricos del concepto corrupción y se enfatiza la pertinencia del uso de la Teoría Institucional de la Corrupción para el estudio de este complejo fenómeno. En un tercer apartado se expone al soborno como la más recurrente práctica de corrupción en México, mientras que en el apartado empírico se analizan las percepciones de algunos de estos actores claves de la sociedad (periodistas y policías) ante la corrupción, apoyándonos en la técnica metodológica del análisis del discurso, aplicándola a testimonios de primera mano de periodistas y policías de la ciudad de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, México. Palabras claves: corrupción, policía, periodista, narcotráfico, teoría institucional de la corrupción, análisis del discurso Abstract This work results from an exploratory investigation of journalist-police relationship in a society influenced by drug trafficking. In the first two sections briefly explore the different theoretical approaches to the concept corruption and the relevance of using the institutional corruption theory for the study of this complex phenomenon is emphasized. In a third section exposed to bribery as the most recurrent practice of corruption in Mexico, while in the empirical section, we present journalists and police’s perceptions of corruption, as a key actors against corruption, finally we rely on scientific research methodological technique of discourse analysis, applying it to firsthand accounts of journalists and police in the city of Culiacan, Sinaloa's state capital in México. Keywords: corruption, police, journalists, drug trafficking, institutional corruption theory, discourse analysis Introducción El concepto de corrupción se encuentra actualmente en reconstrucción debido a la complejidad del fenómeno en un mundo cada vez más globalizado (Cepik, Jornada & Schneider, 2009; Naím, 2005; Elliott, 1997; Ivanov, 2007; 112

PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… Ritzer, 2007) donde, a pesar de no ser un tema nuevo, con registros desde la Antigüedad2, se ha convertido en un tópico de interés mundial. Las motivaciones fundamentales para este renovado interés son el impacto sociopolítico negativo que la corrupción tiene en la inversión, el desarrollo económico y en las decisiones políticas, así como en la legitimación del Estado mismo (Elliott, 1997; Johnston, 2000; Treisman, 2000; Rose-Ackerman, 2001; Debiel y Gawrich, 2014). Estos aspectos, que son los mayormente abordados en los estudios sobre el tema –bienestar económico y democracia- son analizados tanto de manera individual como correlacionadas y desde las perspectivas de las causas y las consecuencias de la corrupción (Tanzi, 1998; Lambsdorff, 2005-2007; Neudorfer, 2015; Ades y Di Tella, 1996). En torno a la redefinición del término que para muchos investigadores va más allá del simple “abuso de un cargo público para beneficio privado”3 (Johnston & Heidenheimer, 2007; Charron, 2008) y donde actúa fundamentalmente un funcionario público (McMullan, 1961), Michael Johnston (2005) considera que una actividad puede ser corrupta cuando se da el abuso de la confianza y se beneficia a pocos a expensas de muchos4. De esta manera es posible hablar de empresarios, líderes sociales y sindicales, periodistas, médicos, académicos y hasta sacerdotes corruptos. David H. Bayley (1966) al analizar los efectos de la corrupción en países en desarrollo como los africanos, latinoamericanos – entre ellos México-, del Medio Oeste y Sur y Sudeste de Asia, advertía niveles de moralidad pública ‘deplorablemente” bajos, reconociendo que la corrupción es una práctica humana 2

En la República romana el tema de la corrupción era ya abordado desde la perspectiva política. Caius Licinius Verres, gobernador de Sicilia entre el 73 y 71 a.C., arquetipo de la corrupción política en la sociedad romana, pasó a la historia por sus abusos y extorsiones, las que Marco Tulio Cicerón (106 a.C.-43 a.C.) denunció a través de sus célebres discursos acusatorios conocidos como Le Verrines, donde expone la malversación de fondos públicos de Verres y ofrece testimonio de cómo este gobernador quebrantaba los ‘procedimientos establecidos’ con amenazas y violencia, abusando de su posición de poder (Dubouloz & Pittia, 2007). 3 Esta es la definición de “corrupción” de acuerdo al Banco Mundial y en torno a ella se despliegan una serie de conceptos relacionados como transparencia, acceso a la información pública y el buen gobierno (Haller, D. & Shore, C., 2009) 4 Desde un enfoque sistémico, el “beneficio de pocos a expensas de muchos” nos remite a la regla paretiana del 80/20 donde un 20% (los pocos) obtiene el 80% de los beneficios que se generan en el sistema, mientras que un 80% (los muchos) se reparten el otro 20%. En el contexto paretiano de las élites (los pocos) - sobre todo las de carácter político- carecen de escrúpulos y son dominados por su deseo de riqueza (Marshall, 2016).

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que responde a circunstancias “condicionadas por códigos morales” pero que puede ser útil en los países en vías de la modernización, siempre que se eviten consecuencias que dañen la paz y el esfuerzo del propio desarrollo. Tal como lo hace Bayley, Margaret Goodman (1974) analiza los argumentos a favor de la corrupción -como lubricante del sistema-, sin llegar a aprobar esta visión funcionalista. Esta visión occidental de la corrupción como un mal necesario en los países en desarrollo fue presentada también por Samuel Huntington (1968) quien consideró que en el proceso de modernización de una sociedad un ‘poco’ de corrupción puede ser positiva. Poco antes, en 1964, Shmuel Noah Eisenstadt (1964) advertía que la corrupción podía ser “tradicional” –en un sentido de tolerable y necesaria- pero habría de tenerse cuidado con una burocracia que tuviera los dos ingredientes: ineficiente y corrupta. Amplia literatura en este sentido, aborda el tema de la corrupción desde la teoría de la modernización (Iyanda, 2012; Chang & Chu, 2006; Theobald, 1990; Shleifer & Vishny, 1993; Aidt, 2009). Más que declinar, la teoría de la modernización ha tomado nuevos aires entre los académicos para explicar fenómenos como la corrupción y señala un “antes” de la teoría –de 1949 a 1979- y un “ahora” –a partir del 2000- donde el concepto de globalización es fundamental (Marsh, 2014). En su crítica al enfoque de la teoría de la modernización, Rose-Ackerman (2006) señala que en esos países donde la corrupción supuestamente funciona como un elemento facilitador del desarrollo económico y cuando el crecimiento se da, algunos utilizan su estatus para enriquecerse desproporcionadamente, de modo que a aquellos defensores de la corrupción como una práctica que facilita el crecimiento es importante recordarles que “el crecimiento económico no es la única meta social, aun cuando la corrupción parezca consistente con el crecimiento” (Ibídem: xvi). En otras palabras, el crecimiento económico es condición del desarrollo económico, pero no todo crecimiento económico implica un desarrollo económico. Lo que se expondrá en los siguientes segmentos es parte de una investigación doctoral que se apoya en algunos elementos de un anterior trabajo de campo sobre las percepciones de policías y periodistas sobre la corrupción en un ambiente altamente influenciado por el narcotráfico. Todo ello en Culiacán, capital del estado de Sinaloa (México), llevado a cabo en los años 2013 y 2014. 114

PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… Aproximación a una definición transdisciplinaria de la corrupción Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional coinciden en definir la corrupción como “el abuso de la función pública para beneficio privado” (Wei, 1999). El mainstream del enfoque económico y de las ciencias políticas sobre la corrupción acepta esta definición con algunas variantes (Johnston, 2000; Treisman, 2000; Lambsdorff, 2007; Aidt, 2009; Shleifer & Vishny, 1999; Grossman, 2008). Robert Klitgaard (1998) va al grano sin “desperdiciar mucho tiempo en definiciones” e invita a ver la corrupción como un sistema representándolo de la siguiente manera: C = M + D – R donde “la corrupción (C) es igual a monopolio5 (M) más discrecionalidad (D) menos rendición de cuentas (R). La actividad puede ser pública, privada o sin fines de lucro”. El punto polémico de este autor es su señalamiento de que la corrupción es “un delito de cálculo, no de pasión” por lo que la interpretación sería que cualquiera que pueda obtener una alta renta a un bajo riesgo puede caer en la ‘tentación’ de la corrupción. Estudiosos del ámbito antropológico y social han abordado el tema con un enfoque mucho más amplio (Gupta, 1995; Haller & Shore, 2005; Nuijten & Anders, 2007; Torsello & Vernard, 2015). Para Gupta la corrupción es, ‘por definición’, “una violación a las normas y estándares de conducta” (1995:388). Para Debiel & Gawrich “el fenómeno es una de varias capas, y puede ser interpretado de manera diferente en distintos contextos culturales y políticos” (2014: 2). Davide Torsello & Bertrand Venard (2015) invitan a abordar la corrupción desde un enfoque antropológico señalando que “los antropólogos no adoptan una perspectiva moralista y no retratan la corrupción como meramente negativa (…), para el antropólogo los estándares morales se construyen social y culturalmente” (Ibídem: 2). En el enfoque durkheimniano, las manifestaciones de los individuos tienen siempre una expresión social, y éstos se encuentran sometidos a un poder coercitivo que se manifiesta a través de las instituciones, es decir, de las creencias o modos de conducta ampliamente aceptados por una sociedad (Durkheim, 2001). 5

Actualmente, la noción de monopolio, en general, plantea severas restricciones normativas. Más bien, de acuerdo con Beck, en el ámbito global sería la noción de consorcio. Ver Beck, U. y C. Lau (2005). Second modernity as a research agenda: theoretical and empirical explorations in the ‘meta-change’ of modern society. British Journal of Sociology 56(4), 525-557.

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Una corriente teórica que ha venido retomando fuerza en la última década y en la cual nos apoyamos, es la que propone estudiar la corrupción desde un enfoque institucional, yendo más allá del modelo de “conducta criminal” que prevalece en las ciencias políticas y la economía. Yadong Lou brinda, a partir del enfoque institucionalista aplicado al estudio de la corrupción, una definición que involucra aspectos organizacionales como el ambiente, cultura, objetivos, relaciones, comportamientos, resultados e infraestructura que estimulan la corrupción, llevándola al nivel de un “intercambio ilegítimo de recursos que envuelve el uso o abuso de responsabilidades públicas o colectivas para fines privados” (2005: 121). Como podemos observar, tal definición amplía el escenario en el cual se desenvuelven las prácticas corruptas, extendiendo su análisis más allá de los espacios políticos y burocráticos, para considerar la corrupción entre organizaciones que abusan de su responsabilidad colectiva, aun cuando éstas sean de carácter privado. Para Lou, el análisis de la corrupción obliga también a examinar la postura del sistema político, como organización social, ante el fenómeno y de cómo la prensa expone las prácticas corruptas. En defensa del modelo de Lou (Íbid), Soma Pillay y Ron Kluvers destacan la pertinencia de abordar el análisis de las prácticas corruptas con una perspectiva interdisciplinaria, enfocándose más a aspectos sociales y culturales, como un fenómeno multi-dimensional, lo que permite “arrojar luz sobre la relación entre las organizaciones y las personas que trabajan en ellas, dándonos una idea del impacto de los valores de tales individuos y su papel dentro de la organización” (2014: 117). A fin de cuentas, estamos ante un sistema de relaciones con claro impacto social. Así, Teorell (2007) también propone considerar la corrupción como una institución y apreciar a sus actores en un sentido horizontal como integrantes de diferentes sectores de la sociedad, mismos que pueden beneficiarse o afectarse por la corrupción. Desde un enfoque institucional podemos apreciar sistemas sociales que por su naturaleza deben ser confiables e íntegros: “abogados, médicos, empresarios, consejeros y otros profesionales que debe mantener relaciones de confianza con sus clientes” (Miller, 2013: 971) agregaríamos en esta lista a los policías y los periodistas6 que están obligadas a ser confiables y 6

En México la percepción de corrupción hacia los policías es de un 89.7%, mientras que la percepción de existencia de prácticas corruptas entre los periodistas es de un 62.3%. Ver 2da Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2013 del Instituto Nacional de

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PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… que además tiene un alto valor social7. La “medición” de la corrupción en México y el mundo. El soborno8 está entre las prácticas más mencionadas en la literatura sobre corrupción e incluso algunos autores dedican análisis específicos a esta extendida práctica, misma que buscan explicar en sus diversas manifestaciones e incluso medir9 (Chang y Chu, 2006; Alatas 1986, citado por Khondker, 2004; Canache y Allison, 2005; Aidt, 2009; Elliott, 1997; Barcharm, Hindess y Lamour, 2012; Torsello y Venard, 2015). Abordar científicamente el fenómeno de la corrupción nos enfrenta, por tanto, a variados conflictos respecto a su identificación y medición. Heidenheimer (2007) señala que la indefinición del término representa otro reto, lo que ha llevado a que algunos trabajos se enfoquen sólo en la “gran corrupción”, mientras que en otros, corrupción es sinónimo de “soborno”. A pesar de ello, la creación del índice de percepción por parte del organismo Transparency International Estadística y Geografía (INEGI). Disponible en URL: http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Boletines/Boletin/Comunicados/Especi ales/2014/junio/comunica3.pdf 7 En este sentido, vale la pena mencionar la Teoría del Actor Red de Bruno Latour que nos invita a rastrear los vínculos que se establecen entre los individuos, buscando comprender la conformación de grupos y por lo tanto, la construcción de lo social a partir de los intereses y las negociaciones que permiten ‘el ensamblaje de lo social’. Ver Latour, B. (2005). Reassembling the Social. Oxford, GB, OUP Oxford. 8 Alatas, quien se negaba a aceptar el paradigma dominante de la teoría occidental en relación a la corrupción y su papel en el desarrollo económico de los países subdesarrollados, consideraba tres tipos de corrupción: soborno, extorsión y nepotismo (Alatas, 1986: 7-8, citado por Khondker, 2004). 9 Es interesante aquí hacer mención del lobbying como práctica de presión de grupos de interés – sobre todo de tipo empresarial- para influir en las decisiones legislativas y de gobierno. Ya desde 1929 se advertía la importancia de regular y transparentar este tipo de prácticas, mismas que fueron definidas por un ex legislador estadounidense de principios del siglo XX como un ejercicio de poder que implica amenaza o soborno. Ver Logan, E. B. y N. P. F. Simon (1929). "Lobbying." The Annals of the American Academy of Political and Social Science 144, i-91. Más recientemente se discute la relación entre el lobbying , los niveles de corrupción política y el papel de la prensa, sin faltar algunos otros que analizan su papel como facilitador del ejercicio de gobierno y de la participación pública. Ver Campos, N. F. y F. Giovannoni (2007). "Lobbying, Corruption and Political Influence." Public Choice 131(1/2), 1-21; Sen, S. R. (1994). "Vote Power and Lobby Power." Economic and Political Weekly 29(33), 2138-2140; y Mayer, L. H. (2008). "What Is This "Lobbying" That We Are so Worried About?" Yale Law & Policy Review 26(2), 485-566.

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Corruption es, para el Heidenheimer, un gran avance en el aspecto de la medición del fenómeno. Michel Johnston coincide con Heidenheimer respecto a la limitación conceptual con la que muchos abordan la corrupción, generando incluso una relación sinonímica con la palabra ‘soborno’. Por ello, el autor hace “hincapié en la continua necesidad de una cada vez más rica mirada histórica y comparativa de la corrupción construida sobre diversos tipos de evidencia y teorías” (Johnston en Heidenheimer, 2007: 866). Existe varias formas de practicar la corrupción pero el soborno sigue siendo la reina de todas las prácticas corruptas y desde la perspectiva económica y política10 ha sido ampliamente estudiado y pretendidamente medido. El organismo no gubernamental denominado Transparency International presentó en 1999 un índice para medir este fenómeno en el mundo de los negocios, en su reporte Bribe Payers Index 2011, de una lista de 28 países Rusia, China y México son los más propensos a esta práctica, mientras que Holanda, Suiza, Bélgica y Alemania son los que menos tienden a sobornar. Este mismo organismo coloca a México entre los países más corruptos del mundo para 2014, situado en el lugar 103 entre 175 países con una puntuación de 35/100. Para 2015, México se encuentra en el lugar 95 entre 168 países manteniendo prácticamente las mismas puntuaciones durante al menos los últimos cinco años11. Tratar de medir la corrupción es una tarea que han emprendido sobre todo los economistas y politólogos, y a pesar de que el presente documento no se enfoca específicamente al aspecto de la medición de la corrupción y sus consecuencias, es importante destacar cómo en dichas mediciones el 90% de la población en México percibe que la corrupción en un problema, mientras que un

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Sexo, dinero y poder son las causas más recurrentes de numerosos escándalos de corrupción del siglo XX y siglo XXI. En Estados Unidos destacan los casos del pago de la administración Bush a columnistas de influyentes medios de comunicación para promover distintas iniciativas políticas. Ver Washington, L. T. M. (2014). Political scandals : the consequences of temporary gratification. Lanham, Md., University Press of America. Así como el escádalo financiero para la reelección de Clinton donde se habla de un exceso en gastos de campaña por 44 millones de dólares. Ver Grossman, M. (2008). Political corruption in America : an encyclopedia of scandals, power, and greed. Millerton, NY, Grey House Publishing –el autor explica que el affaire Clinton-Lewinsky no fue analizado en esta obra por no considerarlo propiamente un caso de corrupción política-. 11

Disponible en URL: https://www.transparency.org/cpi2015

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PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… 80% de la población piensa que es un problema serio12. María Amparo Casar (2015) enlista los principales indicadores con los que actualmente se mide la corrupción en el mundo: Barómetro Global de la Corrupción (de Transparency International); Indicadores de Percepción de la Corrupción (TI); Indice de Competitividad Global (TI); Índice de Fuentes de Soborno (TI); Latinobarómetro; Reporte de Integridad Global (Global Integrity). Policía y prensa ante el fenómeno de la corrupción Desde mediados de la década de 1990 se reconocía la necesidad de profesionalizar la policía en México. Daniel Sabet advierte que México posee un sistema policial altamente descentralizado, al igual que Estados Unidos donde “la falta de control organizacional sobre la policía provoca corrupción, abusos, ineficiencia y el uso de la policía para fines políticos” (2012: 7). Chabat (2002) relaciona la decisión del gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000) sobre el uso de las fuerzas armadas para combatir el tráfico de drogas con la corrupción policial, generadora de resultados ‘desalentadores’ en esta materia. Poco ha importado al Estado mexicano la violación de los derechos civiles al mantener vigente un práctico estado de sitio con la presencia militar en las calles. Se trata entonces de fortalecer el Estado soberano o incluso el Estado fiscal, pero no el Estado de Derecho lo que nos deja en un marcado estado de orfandad institucional. La globalización representa un espacio de oportunidad, no es abandono total. Diane Davis (2006) considera que la combinación de la corrupción policial y la debilidad de los sistemas judiciales genera un Estado de derecho debilitado, propicio para el incremento de la criminalidad, incluso entre los propios policías, en tanto que paralelamente la desconfianza de la ciudadanía hacia la policía crece, también, a partir de una prensa que insistentemente expone los altos niveles de corrupción e impunidad entre la policía y el ejército mexicano. 12

Para el caso mexicano, el amiguismo suele ser sinónimo de compadrazgo y aunque es válido reconocer que estos fenómenos no son exclusivos de nuestro país, son de amplio arraigo en la cultura mexicana: el amiguismo y compadrazgo representan la famosa “palanca” o “derecho de picarporte” con los cuales es más fácil avanzar en la política y en el terreno laboral. Mientras que el soborno es lo que conocemos folklóricamente como “la mordida”. Ver Ramos-Izquierdo, E. (2008). "Algunas pistas de la cultura mexicana." Pasajes(28), 34-51. Refiriéndonos al ejercicio periodístico, la famosa mordida (soborno) se convierte en embute o chayote, una práctica que persistente también a través de la dádiva, los favores y regalos a periodistas por parte de agentes del Estado.

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Actualmente existen importantes autores que han sentado los fundamentos teóricos y metodológicos para el análisis de la corrupción. El antropólogo Akhil Gupta, desarrolla su análisis de la corrupción a partir de la construcción del discurso del Estado, sosteniendo que la representación del Estado “se constituye, impugna y se transforma en la cultura pública” cuyo debate se lleva a cabo, principalmente, a través de los medios de comunicación, “por esta razón, el análisis de los informes en los periódicos locales y nacionales nos dicen mucho acerca de la manera en que el estado viene a ser imaginado” (1995: 385). Nadie duda de la influencia de los medios de comunicación mucho menos ahora que nos enfrentamos a una profunda crisis del Estado. Malgorzata Fuszara señala que la exposición de la corrupción a través de la prensa discute fundamentalmente “sus consecuencias económicas (…) y raramente pone atención a los aspectos éticos del problema” (1999: 281). El autor destaca que la falta de consenso en el significado de corrupción es un problema que enfrentan, no sólo los periodistas sino también los académicos. Fuszara sostiene que la representación de la corrupción en los medios de comunicación “es muy pobre” y presenta, en gran medida, “casos simples” –como los sobornos a los policías. Con todo, múltiples casos revelan el vínculo de los cuerpos policiacos con el crimen organizado. En este apartado debemos considerar que los periodistas son, en teoría, quienes por su naturaleza deontológica se dedican más a hablar del fenómeno de la corrupción. A este respecto, Moisés Naím (2006) destaca las transformaciones que han sufrido los medios de comunicación en los últimos años, a pesar de las cuales, siguen fungiendo como “conciencia social” ante la corrupción – especialmente en los espacios editoriales. Sin embargo, se antoja urgente y necesaria la más clara explicitación de la ética profesional. Para el caso mexicano, Claudio Lomnitz (2000) afirma que no existe un modelo general para analizar la historia de la corrupción, pero resulta preocupante que “las fuentes de ingreso corruptas para funcionarios dependen cada vez más del narcotráfico y de la malversación de fondos públicos, separando así las formas de acumulación de los políticos de los intereses directos de las clases industriales” (Ibíd.: 27). Lo que Cameron Holmes (2014) llama “empresas criminales” asentadas en México, se dedicaron básicamente, entre las décadas de 1960 y 1990, al tráfico de drogas y de personas. Para el nuevo siglo estas empresas se han transformado en grupos organizados “multi-criminales” que pasaron de ser organizaciones 120

PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… pasivas a tener un papel más agresivo en otras actividades ilegales, incursionando a su vez en el comercio legítimo “multinacional” lo que les permite fortalecer sus procesos de lavado de dinero. El poder de estas “empresas criminales” se ha acrecentado gracias –entre otros- a dos elementos fundamentales: la violencia y la corrupción, relación que se evidencia en la famosa consigna “plata o plomo” (2014: 17). En México, para David Arrellano Gault, la corrupción se ha institucionalizado y se la puede apreciar como un sistema donde participan actores “gubernamentales, políticos, privados, empresariales, familiares” (2012: 10), pudiéndose considerar como viable, no su erradicación, pero sí su control y disminución. Cabe aquí la pregunta: ¿la legalización de las drogas sería una solución para disminuir la corrupción en México? Cada vez más actores políticos toman conciencia de ello, sin dejar de ser un tema polémico13. Aquí es pertinente la siguiente pregunta: ¿Al servicio de quién se encuentra la prensa en México?, y si ¿están fungiendo como “conciencia social” contra la corrupción en este país? Vale plantearnos estas interrogantes también para el estado de Sinaloa14, al noroeste del territorio mexicano, donde el poder del narcotráfico se manifiesta cotidianamente y éste a su vez, se colude necesariamente con el poder político. Como hemos podido apreciar, el tema de la corrupción obliga a enfoques de tipo económico y político, pero sobre todo, y más aún para efectos del presente texto, de tipo cultural. A este último respecto, Giorgio Blundo asegura que la corrupción tiene dos caras: “la primera, abiertamente ilegal, la cual es ampliamente condenada, y la segunda es aquélla que se legitima por las prácticas sociales, que es tolerada y a veces, incluso, impulsada ‘no oficialmente’” (2006: 9), pero que es comúnmente aceptada. 13

El Estado mexicano convocó a principios del año 2016 al Debate Nacional Sobre el Uso de Marihuana. Ver URL http://www.gob.mx/debatemarihuana 14 La corrupción practicada por periodistas es un tópico altamente sensible y prácticamente nulificado en la esfera pública en México, donde es difícil encontrar evidencias de que exista una autocrítica del ejercicio periodístico respecto a este tema. En Sinaloa, el único caso de denuncia de ‘corrupción periodística’ que se registra en la historia relativamente reciente corresponde al periódico Noroeste, el cual expuso en junio de 1996 a supuestos “periodistas chayoteros” que recibieron cheques mensuales –de 250 pesos y hasta mil pesos- por parte de las autoridades municipales de la época. Ver Borjóquez, Ismael (Junio 20, 1996). “Sobornan a periodistas”. Noroeste, Sección Local.

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El análisis del discurso como herramienta metodológica para estudiar la corrupción. El análisis del discurso explora el sentido y la forma de transmisión de un mensaje, para lo cual se debe considerar tanto al emisor como al destinatario del mismo. A pesar de ser una herramienta cuya eventual subjetividad representa la debilidad que sus detractores más destacan, el análisis del discurso abre la posibilidad de ‘ver entre las sombras’ a partir de palabras claves, de la práctica social, de la relación emisor-receptor, del contexto interpretativo, la intencionalidad y los mensajes explícitos o implícitos. En suma, “el análisis del discurso comprende diversos abordajes y exige sensibilidad del investigador para captar e interpretar la subjetividad del objeto de investigación” (Vergara, 2004: 27). Uno de los más respetados impulsores del análisis del discurso es Teun A. Van Dijk para quien las conversaciones del día a día, las notas de la prensa, los discursos políticos y otros textos como novelas, poesías, de carácter técnico y/o legal, e incluso sociales y de tipo publicitario son oportunidades para analizar la lengua, la comunicación y la interacción humanas, con sus problemas sociales: racismo, discriminación, manipulación, entre otros. Sin embargo, para Van Dijk el análisis del discurso es una herramienta y no un fin en sí mismo, dado que se deben recorrer amplios caminos a través de la lingüística, la comunicación, la lógica, la filosofía y la psicología (…) para “por fin intentar aplicar nuestra penetración en las estructuras y funciones del discurso al contexto social y cultural” (1978: 294). La intención de establecer puentes racionales (y no racionales) en temas relevantes como la corrupción, e incluso el crimen organizado, nos vislumbra un buen género del análisis de la literatura local (respecto al caso de Sinaloa). Además del análisis del discurso para dar luz al fenómeno de la corrupción a través de la prensa local, se han utilizado, entre otros instrumentos, entrevistas semiestructuradas –con un enfoque cualitativo- con agentes sociales que por las características propias de su labor deben enfrentarse cotidianamente a hechos de corrupción: policías y periodistas. Dada la naturaleza de los propios sujetos explorados se optó por entrevistas semiestructuradas omitiendo el uso de dispositivos electrónicos de grabación –sean de audio o video-, permitiendo así que el entrevistado tuviera 122

PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… una sensación de libertad y confianza al expresarse, sobre todo considerando que los temas a tratar –en el contexto social local referido- se consideran peligrosos e incómodos. Presentamos a continuación segmentos de dos testimonios –de una serie de más de 20 entrevistas semiestructuradas- recabados en agosto de 201415, uno de un policía municipal y otro de un periodista de nota roja de Culiacán16. En ambos casos nos limitamos a tomar nota, con papel y lápiz, de la manera más discreta, buscando evitar un cambio consciente de discurso donde la verdad se nos fuera negada por cuestiones de desconfianza, temor, vergüenza o por un sentido de autoprotección. El diseño de nuestras herramientas se ha apoyado también en el enfoque teórico de Robert K. Merton en la tradición del estructuralismo sociológico donde es sumamente importante el análisis funcional de las palabras, ya que “con excesiva frecuencia, se ha empleado una misma palabra para simbolizar conceptos diferentes, así como un concepto ha sido simbolizado por diferentes palabras” (1992: 93) considerando tal como lo expresa Paul Ernest que “toda duda, creencia o conocimiento (…) presupone la institución social del lenguaje” (1998: 131). Testimonio de policía municipal de Culiacán. “Yo no soy un santo, pero no me siento corrupto, cuando he aceptado dinero es porque me lo han ofrecido insistentemente. Es la gente la que insiste en ofrecerle a uno dinero y luego te dicen: Ándele! Écheme la mano! Es que ando con prisa… y entonces te dicen que le hagas el favor, y uno ganando seis mil

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Resulta importante mencionar que aún en esa fecha y a partir de la detención de Joaquín El Chapo Guzmán Loera en Mazatlán en febrero de 2014, la información sobre abusos policiales en contra de periodistas se intensificó. Las supuestas agresiones de policías municipales de Culiacán a periodistas se evidenciaron a nivel nacional e incluso internacional a partir de la manifestación del 3 de febrero de 2014 a favor de El Chapo Guzmán en la capital sinaloense, donde un fotógrafo del periódico Noreste fue, de acuerdo a la información del propio diario, golpeado, esposado y amenazado por policías. 16 El 13 de enero del 2001 el entonces gobernador Juan S. Millán, refiriéndose a Sinaloa y su capital Culiacán, señaló: "Debemos reconocer la vergüenza de ser la cuna del narcotráfico en México", once días después el Presidente Vicente Fox Quesada anunció en tierras culiacanenses la Cruzada Nacional contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado.

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pesos17 a la quincena pues que va a alcanzar con dos hijos, la mujer, con la casa… y los que pagan renta todavía menos. Cuando le ofrecen a uno dinero, insistentemente, a veces uno lo agarra pensando en los hijos. Yo cuando he agarrado dinero, siempre lo he hecho pensando en mis hijos. A veces me preguntan por qué no hacemos nada cuando vemos que un narco o una persona de ésas que se pasan un alto o cometen un delito… la regla del policía es que actúe sólo si está en superioridad de circunstancias en relación a la persona que va a detener… y con los narcos, empezando por las armas, ya están por encima. Así que debemos actuar si estamos en condiciones de ventaja para disipar un problema, tampoco se trata de que nos maten o ser héroes”. Desarrollo del análisis del discurso. En la selección lexical se destacan ofrecer y aceptar (“le ofrecen a uno dinero insistentemente”), mismas que implican que la corrupción es un fenómeno de doble vía, es decir, debe existir un corruptor (el que ofrece) y un corrupto (el que acepta); selecciones como echar la mano, andar con prisa, hacer el favor, ganar, funcionan como justificaciones para caer en las prácticas corruptas, ante un estilo de vida que no permite darse tiempo para pagar una multa. Es solidarizarse con el ciudadano “ayudándolo” a ahorrar tiempo, y un mal salario que obliga al agente público a aceptar el dinero para salir adelante con sus gastos cotidianos. En los principales recorridos semánticos destacan trayectorias de corte ético y económico como corrupción y bajos salarios, así como de corte cultural: la familia, la solidaridad, el riesgo y la muerte. En aspectos de la sintaxis discursiva aparecen figuras del lenguaje como “¡Ándele!” y “¡Écheme la mano!” son expresiones idiomáticas que denotan urgencia, que es una variable importante en el testimonio. En este testimonio el discurso muestra variantes religiosas (“ayudar” al prójimo y el amor la familia), culturales (se defienden usos y costumbres) y económicas (se señala la necesidad de un mejor sueldo para los policías). En el aspecto ideológico el discurso del policía combate la idea que se está haciendo algo realmente malo por aceptar dinero de un ciudadano y se enfatiza que es el ciudadano el que corrompe al policía. 17

En el marco laboral mexicano, un salario de 12 mil pesos mensuales se ubica en el rango de más de 5 salarios mínimos, lo que impone una definición de status/rol de clase social media.

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PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… Respecto a la posición del discurso asoma la parte religiosa ya que en sociedades como la mexicana la práctica de la corrupción puede ser sinónimo de pecado. En la posición cultural, se sabe que en México la imagen del policía está fuertemente relacionada a prácticas de corrupción que incluyen, además de la práctica cotidiana del soborno, nexos con el crimen organizado. Y en la parte económica, los salarios de los policías en México –a pesar de que se han venido ajustando con ligeros incrementos en los últimos años- sigue siendo considerado bajo, considerando los riesgos a los que deben someterse. Los silenciamientos en el discurso son parte de una construcción de autovictimización por parte del policía que en ningún momento se reconoce a sí mismo como un elemento corrupto, dejándolo claro de manera explícita: “no me siento corrupto”, al mismo tiempo que aclara “yo no soy un santo” refiriendo valores religiosos los cuales, sin embargo, no implican una actitud del todo recta en el aspecto moral. Las rutas discursivas también presentan elementos donde el policía hace énfasis en su amor por la familia, su preocupación por darle todo lo necesario, la falta de apoyo institucional por mejorar sus sueldos y la crisis económica que eleva cada vez el costo de la vida: “uno ganando seis mil pesos a la quincena pues que va a alcanzar con dos hijos, la mujer, con la casa”, de esta manera encontramos un discurso insistente en el tema de la justificación de las prácticas corruptas: “Yo cuando he agarrado dinero, siempre lo he hecho pensando en mis hijos”. En un sentido racional, el policía explica su actitud pasiva ante criminales como los narcotraficantes, cuyo poder armado es mayor y justifica su pasividad señalando su sentido de supervivencia “tampoco se trata de que nos maten o ser héroes” . Testimonio de periodistas “A mí me tocó ver cómo el funcionario sacaba del cajón de su escritorio vales de gasolina y le preguntaba al reportero: ‘¿tienes carro?’...entonces, les daba varios vales. A mí me preguntó si tenía carro y le dije no, me quería dar vales, pero yo le dije que no los necesitaba, e insistí que no tenía carro. A fuerza quería que agarrara los vales. Claro que no los agarré. En otra ocasión, fui a entrevistar a alguien a su oficina y al final de la entrevista me dijo: ‘oiga, ahí tenemos su regalo’, yo no sabía de qué se trataba pero hablaba de los regalos de 125

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una reunión de festejo con periodistas, me negué a tomar el regalo porque me pareció de mal gusto salir con algo después de la entrevista… si hubiera ido al festejo, entonces, ya no se me hubiera hecho tan de mal gusto”. Desarrollo del análisis del discurso. La selección lexical de movimiento y de manera como “ver”, “sacar”, “dar”, “necesitar”, reflejan el intento del funcionario de corromper al periodista, el cual se resiste y niega a ser corrompido a pesar de la presión: “A fuerza quería que agarrara los vales. Claro que no los agarré”. Encontramos además selecciones como “tener su regalo” y “festejo de periodistas”18, los cuales evidencian las estrategias de los funcionarios por tener las simpatías del periodista y de este modo recibir un trato especial en sus entrevistas y coberturas de prensa. En el recorrido semántico del texto destacan trayectorias de corte ético con conceptos como soborno y el conflicto de interés, así como de corte cultural con conceptos como la oportunidad y las formas social y culturalmente aceptadas para dar y recibir regalos. Otros aspectos relevantes de la semántica discursiva, respecto al tiempo: en otra ocasión, en una reunión, después de la entrevista. En otros aspectos sintácticos discursivos destacan las figuras del lenguaje como “parecer de mal gusto”, figura idiomática que denota falta de oportunidad para llevar a cabo algo, desatendiendo las formas y pareciendo incluso maleducado e inoportuno. El discurso presenta aspectos éticos donde el periodista defiende conceptos como el distanciamiento del periodista con sus fuentes y lo importante que es mantenerse firme ante los intentos de soborno de funcionarios públicos, pero combate el conflicto de interés al que es sometido constantemente el periodista. En el aspecto cultural defiende las buenas maneras que deben ser atendidas por los funcionarios para acercarse a los periodistas y combate las formas que imperan en la práctica de brindar y recibir un regalo, buscando definir cuándo recibir un regalo compromete o es mal visto por la sociedad.

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El actual gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, en junio de 2011, en el marco del Día de la Libertad de Expresión y emulando a su antecesor Jesús Aguilar Padilla -quien rifaba autos entre los periodistas, sobre todo en las fiestas navideñas- rifó un automóvil entre los periodistas presentes en el festejo ofrecido por su administración, aclarando que su intención era agradecer, “no es comprar conciencias ni mucho menos cambiar líneas editoriales de nada, cada quien es libre”. Ver URL: http://pids.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=324:ficha-juanmanuel-millacosta&catid=1:timas&Itemid=76

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PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… En el posicionamiento del discurso del periodista en la sociedad actual, se debe aclarar que en el periodismo sinaloense los regalos y las dádivas (como en este caso vales de gasolina), forman parte del esquema corruptor de funcionarios públicos que buscan comprometer al periodista halagándolo con regalos o ayudándolo económicamente. En el posicionamiento cultural, en el contexto sinaloense dar y recibir regalos forma parte de una práctica ligada no sólo a las relaciones de amistad, sino que se extiende a relaciones de tipo político y laboral, de ahí lo delicado de las formas cuando un regalo puede confundirse o, en realidad, es más bien un intento de soborno. Como aspectos discursivos relevantes se encuentran frases como “me quería dar vales, pero yo le dije que no los necesitaba”, evidencia el deseo del periodista de autorreferenciarse como un sujeto con cierto nivel de ética, capaz de rechazar un soborno de un funcionario lo que representa una contradicción si consideramos la idea de que es aceptable el regalo de un funcionario en ciertas circunstancias: “si hubiera ido al festejo”. Las rutas discursivas también presentan elementos donde el periodista hace énfasis en su ética y priorización del trabajo: “al final de la entrevista me dijo: ‘oiga, ahí tenemos su regalo’”, lo que también expresa la importancia del momento que el funcionario elija en su intento por sobornar a un periodista. Reflexiones finales ¿Qué es la corrupción? y ¿cómo funciona en una sociedad? son preguntas que permanecen vigentes y están tomando cada vez más importancia en la actualidad desde una perspectiva no sólo económica, sino también cultural y social. La corrupción endémica construida históricamente a partir de un poder político hegemónico, que en algunas regiones de México y específicamente en el caso de Sinaloa se ha desarrollado de manera aún más intensa con connotaciones de cacicazgo político, han estimado, además de la existencia de élites empresariales poco interesadas en influir en la disminución de la pobreza, la corrupción ligada a actividades altamente corruptoras como el narcotráfico. Retomamos aquí la distinción de Stephen Morris (1992) sobre la corrupción de ‘bajo nivel’ que ejercen algunos policías y periodistas en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, en México, mientras que la corrupción de ‘alto nivel’ corresponde a algunos jefes policiacos, empresarios y dueños de medios de 127

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comunicación que mantienen la línea de ‘silencio’ o ‘ataque’ por conveniencia con el doble propósito de obtener recursos del gobierno y poseer cierto nivel de influencia política. ¡Y ándale!19, como expresión local, se ha transformado en instrumento sonoro del medio de comunicación que escandaliza por las mañanas al denunciar el hecho trágico cotidiano. Es importante destacar que tanto el periodista como el policía sienten menor culpa cuando aceptan dinero, regalos o favores que les fueron ofrecidos y que no fueron solicitados por ellos. La consigna entre algunos los periodistas es: “tú no pidas, si te ofrecen es diferente” y para los policías, el “cómo nos podemos arreglar” implica que sea el ciudadano el que ofrezca el soborno y no ellos quienes lo soliciten. Sociológicamente, triste realidad de nuestra cotidianeidad en el ámbito de la comunicación y la seguridad pública. Se ha mencionado ya la vulnerabilidad al soborno tanto de algunos periodistas como de policías, considerando como parte de las causas sus históricos bajos sueldos. Algunos policías se justifican a partir de las necesidades familiares y en el ambiente periodístico recurrentemente se señala la falta de un ingreso justo para mantener decorosamente una familia, lo que lleva también a algunos periodistas a aceptar apoyos económicos, regalos o favores. Sin embargo, la percepción general, tanto de policías como de periodistas es que los bajos sueldos no son pretexto para corromperse pidiendo apoyos económicos, aunque los policías muestran una mayor tolerancia a estos esquemas de corrupción que los periodistas. Tratándose de dinero, regalos y favores, los periodistas muestran una marcada mayor tolerancia hacia los regalos, aunque en todos los casos señalados perciben un alto grado de conflicto de interés. Insistimos, por tanto, en la urgente necesidad de difundir y arraigar los códigos de ética profesional entre policías y periodistas. Ejercer un periodismo crítico en zonas con elevados niveles de violencia, como es el caso de Culiacán, es realmente riesgoso, no sólo para la integridad física sino también para la propia vida; sin embargo, sostenemos que, si bien, parte de la auto-censura o ‘censura’ abiertamente establecida tanto por poderes fácticos –narcotráfico- como por el poder establecido al que en los términos de 19

El Debate, periódico fundado el 21 de marzo de 1941 en la ciudad de Los Mochis , el cual nace para Culiacán en 1972, es hoy uno de los diarios de mayor circulación en Sinaloa y una de sus estrategias de venta directa más conocida es el perifoneo o sistema de audio externo a gran volumen –en automóviles, motocicletas o bicicletas que circulan en la ciudad y poblados- que de manera escandalosa ofrece avances de la nota roja iniciando cada nota con el sonido de tres golpes que semejan balazos y el grito de ¡y ándale!

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PATRICIA FIGUEROA : CORRUPCIÓN, FENÓMENO DE SOMBRAS… Johnston (2000) denominaremos el “Cártel de la Élite Sinaloense” –donde confluyen políticos y empresarios-, existe todavía un segmento importante de la prensa en Culiacán que ejerce sobre sí misma una censura que Lomnitz llama por ‘conveniencia’ y que Rodríguez Munguía (2012) –aun cuando la aplicó al periodismo de décadas atrás- reconoce como ‘el silencio por conveniencia antes que por ética’. Sin bienestar y opinión pública, es claro, se observan los límites y fallas de la democracia y de la propia república. Reconociendo que se han hecho esfuerzos importantes para comprender y “medir” la corrupción a partir de las percepciones, se debe recordar que éste es un fenómeno multifactorial que tiene mucho que ver con rasgos culturales, sociales y hasta religiosos. Quizá valga invertir los términos para estudiar cómo el principio local del narcotraficante alcanza su relevancia global. Por su propia naturaleza, la corrupción es un fenómeno que se mueve entre las sombras, por lo que cuantificar, cualificar e identificar a quienes ejercen las prácticas corruptas es difícil debido, precisamente, a ese sentido de complicidad que genera entre corruptos y corruptores. Herramientas de investigación cuantitativas que suelen ser pertinentes ante otros fenómenos y que pueden, a lo más, establecer registros de indicadores y destacar rasgos básicos del fenómeno que nos ocupa, reducen aquí su efectividad y confiabilidad, mientras que herramientas de investigación cualitativas, como el análisis del discurso, permiten dar luz a un espacio donde las actividades enmarcadas en el anonimato y la oscuridad social son importantes para la existencia del fenómeno mismo.

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