«Fiestas religiosas en el mimiambo I de Herondas», en J. Maestre Maestre et al. (eds.), Baetica Renascens, vol. I, Cádiz/Málaga: Federación Andaluza de Estudios Clásicos; Alcañiz: Instituto de Estudios Humanísticos, 2014, pp. 335-348.

July 22, 2017 | Autor: J. López Cruces | Categoría: Thesmophoriazusae, Herondas, Hellenistic poetry and its context, Anthesteria, Herodas, Thesmophoria
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Descripción

JOSÉ MARÍA MAESTRE MAESTRE, JOSÉ GUILLERMO MONTES CALA, RAFAEL J. GALLÉ CEJUDO, CRISTÓBAL MACÍAS VILLALOBOS, VIOLETA PÉREZ CUSTODIO, SANDRA I. RAMOS MALDONADO, MANUEL SÁNCHEZ ORTIZ DE LANDALUCE (EDS.)

BAETICA RENASCENS VOLUMEN I

CÁDIZ-MÁLAGA 2014

Baetica Renascens / José María Maestre Maestre, José Guillermo Montes Cala, Rafael J. Gallé Cejudo, Cristóbal Macías Villalobos, Violeta Pérez Custodio, Sandra I. Ramos Maldonado, Manuel Sánchez Ortiz de Landaluce, eds.- Cádiz- Málaga: Federación Andaluza de Estudios Clásicos; Alcañiz: Instituto de Estudios Humanísticos. 2014 2 v., XXII, p. 1364; 24 cms. I.S.B.N.: 978-84-942322-6-8 (Obra completa) I.S.B.N.: 978-84-942322-4-4 (Volumen I) 1. Arqueología- Historia Antigua- Epigrafía- Numismática. 2.- Filología Griega clásica. 3.- Filología Latina clásica, 4.- Filología Greco-Latina medieval. 5. Humanismo- Tradición Clásica. 6. Didáctica de las Lenguas Clásicas- I.- Maestre Maestre, José María, ed. II. Montes Cala, José Guillermo, ed. III. Gallé Cejudo, Rafael J., ed. IV. Macías Villalobos, Cristóbal, ed. V. Pérez Custodio, Violeta, ed. VI. Ramos Maldonado, Sandra I., ed. VII. Sánchez Ortiz de Landaluce, ed. VIII. Federación Andaluza de Estudios Clásicos, ed. IX. Instituto de Estudios Humanísticos, ed. X. Grupo Editorial 33, ed. XI. Título

© Federación Andaluza de Estudios Clásicos Instituto de Estudios Humanísticos Grupo Editorial 33 I.S.B.N.: 978-84-942322-6-8 (Obra completa) I.S.B.N.: 978-84-942322-4-4 (Volumen I) DEPÓSITO LEGAL: MA 1081-2014 DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Olga Ramos Maldonado IMPRESIÓN: Publidisa (Sevilla)

FIESTAS RELIGIOSAS EN EL MIMIAMBO I DE HERONDAS Juan Luis López Cruces Universidad de Almería

Los mimiambos de Herondas1 son el resultado del cruce de dos géneros literarios. Como los mimos, recrean la realidad, con sus excelencias y sus bajezas; como los yambos de Hiponacte, están escritos en coliambos y en un jónico arcaizante que remeda el que siglos antes había usado el yambógrafo; por lo demás, la convergencia de ambos géneros explica la extracción humilde de la mayor parte de sus personajes (como alcahuetas, heteras, esclavos), las situaciones a las que asistimos (como castigos físicos o conversaciones íntimas) y el lenguaje ocasionalmente vulgar.2 Este tenor de los mimiambos llevó a considerar a Herondas un poeta realista, incluso un defensor de la clase proletaria, pero ya en la década de 1920-30 se le empezó a considerar lo que es, un doctus poeta que domina la tradición literaria y se dirige a un público de eruditos que Proyecto “Género y forma de concepción y expresión en el teatro griego” (FFI2009-12687-C02-01), financiado por el MEC. Los pasajes de Herondas se citan por la edición de I. C. CUNNINGHAM, Herodas Mimiambi cum appendice fragmentorum mimorum papyraceorum, Leipzig: Teubner, 1997. Agradezco sus amistosas sugerencias y correcciones a los Dres. C. Miralles, X. Riu (Univ. de Barcelona), M. Sánchez Ortiz de Landaluce (Univ. de Cádiz), J. Campos Daroca y L. Romero Mariscal (Univ. de Almería). 1 Los mimiambos nos son conocidos en su mayor parte gracias a un papiro (British Museum Pap. 135), que contiene siete poemas legibles, restos de un octavo y el comienzo de un noveno. Vid. I. C. CUNNINGHAM (ed., com.), Herodas. Mimiambi, Oxford: Clarendon Press, 1971, 17-19 (papiros y tradición indirecta); L. DI GREGORIO (ed., trad., com.), Eronda, Mimiambi, vol. I (Biblioteca di Aevum Antiquum, 9), Milán: Vita e Pensiero, 1997, X-XII (nombre del autor), XII-XV (pervivencia de su obra), XV-XXVII (alejandrinismo); J. L. NAVARRO GONZÁLEZ, “Introducción” a Herodas, Mimiambos (Biblioteca Clásica Gredos, 44), Madrid: Gredos, 1974, 9-22 (p. 13 ss.). 2 Acerca de las tradiciones genéricas que convergen en los mimiambos, cf. CUNNINGHAM, Herodas, pp. 3-17; E. DEGANI, Studi su Ipponatte, Bari: Adriatica Editrice, 1984, pp. 25 (carácter genérico de la vulgaridad y la obscenidad en el yambo) y 50-56 (elementos hiponacteos en Herondas); N. HOPKINSON (ed., com.), A Hellenistic Anthology, Cambridge: Univ. Press, 1988 (reimpr. ibid. 1999), p. 233 (humildad de los temas y los personajes del mimo). *

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sabe captar las sutilezas de su poesía.3 Lo demuestra, entre otras cosas, su modo de distribuir a lo largo del texto una serie de marcas significativas que remiten a otros (hipo)textos y sugieren lecturas complementarias de la situación cotidiana que se pone en escena. Buen ejemplo de ello es el mimiambo I, llamado La encandiladora o La alcahueta (Prokukli;" h] mastropov"), que recrea una conversación entre dos mujeres. Una de ellas, la alcahueta Gílide,4 acude a casa de Métrique, en otro tiempo hetera,5 para hacerle una proposición deshonesta: dado que su amado Mandris lleva muchos meses ausente, puede iniciar en los placeres del amor al inexperto Grilo, un pugilista; obtendrá así placer y dinero. Métrique se ofende, porque desde su unión con Mandris vive la vida de una mujer honesta, y declina la oferta. Para desagraviar a la alcahueta, le ofrece una copa de vino; ésta la toma y, a continuación, se marcha. Es sobre esta sección final sobre la que queremos llamar la atención. Mientras que la esclava de Métrique prepara la copa de vino, la alcahueta aclara: “Oye, que de ningún modo he venido yo para convencerte, sino por los ritos” (ouj[.]......pa.[ ]| peivsousav s j h\lqon, ajll j e[. k. eti . . . tw` . n ij. r. w`n, v. 82 s.). Métrique la interrumpe: “Pues por ellos, Gílide, …” (w\n ou[neken, Gulliv, wjna[, v. 84), pero una laguna en el papiro impide saber qué ocurre a causa de los ritos y, sobre todo, de qué ritos se trata.6 Básicamente, se ha propuesto asociarlos con la procesión de Mise, mencionada en el v. 56, 7 con fiestas de Afrodita, omnipresente en el mimiambo,8 y con festivales dionisíacos 3 Cf. G. MASTROMARCO, The Public of Herondas (London Studies in Classical Philology, 11), Ámsterdam: J. C. Gieben, 1984 (edición original, Padua: Editrice Antenore, 1979), pp. 65 ss. 4 Cf. G. MASTROMARCO, “Eine alexandrinische Kupplerin”, WJA 6 (1990), 87-98 (trad. italiana, “Il mimo greco letterario”, Dioniso 61 [1991], 169-192). 5 Parece existir acuerdo acerca de la antigua profesión de Métrique; cf. L. DI GREGORIO, “La figura di Metriche nel primo Mimiambo di Eronda”, en L. BELLONI, G. MILANESE, A. PORRO (eds.), Studia classica Iohanni Tarditi oblata (Biblioteca di Aevum Antiquum, 7), Milán: Vita e Pensiero, 1995, I 675-694. Ello, sin embargo, no empece para que ahora sea la amante esposa de Mandris, como sostienen muchos, e. g. M. F. GALIANO - L. GIL, “Una vez más sobre Herodas”, en Studi in onore di Gino Funaioli, Roma, 1955, 67-82 (p. 70). Como señala E. ESPOSITO, “A proposito di una nuova edizione di Eronda”, Eikasmos 11 (2000), 219-234 (p. 231), la declaración de Métrique de que “nadie se ríe de Mandris a sus espaldas” (v. 77) apunta en el mundo griego al ámbito conyugal; cf. también DI GREGORIO, ibid., p. 683. 6 Estos “ritos” debían de consistir en ofrendas (cf. LSJ, s.v. iJerov" III 1). La distribución de intervenciones en el pasaje resulta problemática: si, como parece, Gílide no termina lo que iba a decir a causa de la interrupción de Métrique, puede que ijrav fuera no un sustantivo, sino un adjetivo que acompañaba a un sustantivo que la alcahueta no llega a pronunciar. Algunos editores posponen la interrupción de Métrique hasta el vocativo Gulliv, de modo que lo anterior formaría parte de la disculpa de Gílide; cf. CUNNINGHAM, Herodas, p. 78 ad loc. 7 Cf. O. C RUSIUS –R. H ERZOG (eds., trads.), Die Mimiamben des Herondas, trad. al alemán, con introducción y notas de O. C.; 2ª ed. completamente reelaborada, con texto griego e ilustraciones, revisada por R. H., Leipzig: Teubner, 1926, p. 72 ad I 83; A. D. KNOX (ed., trad.), Herodes, Cercidas and the Greek choliambic poets (Loeb Classical Library), Cambridge, Massachusetts–Londres: Harvard Univ. Press–William Heinemann Ltd., 1929 (reimpr. ibid. 1946), p. 91. 8 Cf. W. HEADLAM, Herodas. The mimes and fragments ed. by A. D. Knox, Cambridge: Univ. Press 1922 (reimpr. ibid. 1966; Londres: Bristol Classical Press–Duckworth, 2001), p. 57, quien remite a Ar., Lys. 898: ta; th`" jAfrodivth" iJer j ajnorgivastav soi ktl. y E., IT 1461: oJsiva" e{kati qeav q j o{pw" tima;" e[chi.

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del tipo de las Leneas.9 Las tres propuestas están justificadas: en primer lugar, a raíz de la procesión de Mise, como veremos más adelante, Gílide ha adquirido el compromiso de hablar a Métrique acerca de un pugilista que se ha enamorado de ella (vv. 58-60); en segundo lugar, lo que la alcahueta se trae entre manos es un asunto amoroso, que cae, por definición, bajo el patronazgo de Afrodita: “ese único desliz –le pide la celestina– concédeselo a la diosa (sc. a Afrodita); conságrate a ella, no pases por alto que la vejez te ha echado el ojo” (vv. 61-63); en tercer lugar, el ofrecimiento del vino es coherente con el contexto, ya que antes de la laguna del papiro se ofrece el vino a Gílide, y tras ella la anciana alaba la dulzura del vino que acaba de engullir.10 Para decidir entre estas opciones consideramos relevantes las indicaciones temporales que proporciona Herondas a lo largo del poema. Al comienzo, Métrique se sorprende de la visita de la alcahueta, porque hace unos cinco meses que no se ha acercado a su puerta (h[dh gavr eijsi pevnte kou, dokevw. , mh` . . n. e" . . / ejx eu\ se […] / pro;" th;n quvrhn ejlqou`san ei\dev ti" tauvthn, vv. 10-12); de hecho, al oír llamar a la puerta Métrique no piensa en ella, sino en algún allegado que viene del campo. Sabemos que ha pasado la temporada de lluvias por la mención del fango que en los últimos meses ha colmado las callejuelas de los arrabales (ejn de; th`i" lauvrhi" / oj phlo;" a[cri" ijgnuvwn prosevsthken, v. 13 s.).11 Si ahora Gílide acude de nuevo a casa de su amiga es por algo que ha acontecido tras su anterior visita: durante la procesión de Mise, Grilo, el pugilista, ha contemplado la belleza de Métrique y se ha enamorado de ella (v. 56 s.), y, como han pasado ya diez meses sin que Métrique reciba noticias de su amado, puede permitirse traicionarlo, tal como, en su opinión, él la está traicionando a ella (ejx eu\ ga;r eij" Ai[gupton ejstavlh Mavndri" / devk j eijsi mh`ne", koujde; gravmma soi pevmpei, / ajll j ejklevlhstai kaiv pevpwken ejk kainh`", vv. 23-25). De modo que con anterioridad a la conversación entre las mujeres han tenido lugar los siguientes sucesos: diez meses antes, la partida de Mandris a Egipto; unos cinco meses antes, la visita anterior de Gílide, y, entre esa visita y la presente, la procesión de Mise. Ha habido estudiosos que han desestimado estas indicaciones en su conjunto, por entender que los numerales “cinco” y “diez” en estos pasajes no están usados como indicaciones temporales precisas, sino como cifras redondas del sistema decimal griego, Lo han secundado CUNNINGHAM, Herodas, p. 78 ad loc.; R. G. USSHER, “The mimic tradition of ‘character’ in Herodas”, QUCC 50 (1985), 45-68 (p. 49); HOPKINSON, A Hellenistic Anthology, p. 241. 9 O. CRUSIUS, Untersuchungen zu den Mimiamben des Herondas, Leipzig: B. G. Teubner, 1892, p. 173 (su reconstrucción se lee infra, nota 43). Fue secundado por P. GROENEBOOM (ed., com.), Les Mimiambes d’Hérodas, I-VI, Groningen: Noordhoff, 1922 (reimpr. Roma: “L’Erma” di Bretschneider, 1973), p. 64; N. TERZAGHI (ed., com.), Eroda, I mimiambi, Torino: G. Chiantore, 1925 (reimpr. ibid., 1940), p. 26; Q. CATAUDELLA (ed., trad.), Eroda. I mimiambi (Classici greci e latini, 8), Milán: Istituto Editoriale Italiano, 1948, p. 15 n. 18. 10 Además de estas tres opciones, J. M. EDMONDS, “Some notes on the Herodas papyrus”, CQ 19 (1925), 129-146 (p. 130 s.), propuso un uso metafórico de ijrav para referirse a los juramentos de amistad que unen a las dos mujeres a partir del proverbio iJero;n sumboulhv, que se dice ejpi; tw`n kaqarw`" kai; ajdovlw" sumbouleuovntwn (cf. Schol. Pl., Thg. 122b). Por su parte, J. A. NAIRN (ed., com.), The Mimes of Herodas, Oxford: Clarendon Press, 1904, p. 14, creyó que la mención de las fiestas era una salida improvisada de la alcahueta, que no sabe qué decir tras la vehemente negativa de Métrique. 11 Cf. DI GREGORIO, Eronda, I p. 45. 337

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equivalentes a nuestras “media docena” y “una docena”.12 Ahora bien, tal interpretación parece poco adecuada para el numeral “cinco” (h[dh gavr eijsi pevnte kou, dokevw. , mh` . . n. e", .. v. 10), porque no tendría mucho sentido emplear la partícula kou para redondear una cifra de por sí aproximativa (algo así como “me parece que han pasado ya, aproximadamente, un montón de meses”).13 Cabe, pues, que el uso de los numerales en estos pasajes sea el acostumbrado, que es el que tiene el numeral pevnte más adelante (v. 51), cuando Gílide enumera las victorias pugilísticas de Grilo; así, en efecto, es como lo entienden habitualmente los traductores. Para saber, además, si las indicaciones temporales del poema son coherentes entre sí partiremos de la procesión de Mise, único hito que permite una datación más o menos precisa. Mise era una divinidad perteneciente al cortejo de la Diosa Madre.14 Según Antonino Liberal, que la llama Misme, fue ella quien atendió a Deméter en Eleusis y le ofreció el ciceón, la bebida sagrada del ritual eleusino, cuando la olímpica pasó por aquella localidad en busca de su hija Perséfone (o Core); vendría a ser, por tanto, una doble de Yambe.15 Herondas proporciona una indicación valiosa sobre su ceremonia: se trataba de una kavqodo", es decir, de un descenso a los Infiernos.16 Suele aceptarse la hipótesis de Otto Crusius de que debía de ser una réplica (Doublette) de la kavqodo" de Core, que daba nombre al segundo día de las Tesmoforias, cuando, para representar la unión de Hades con Core, mujeres escogidas arrojaban lechones y pasteles con la forma del sexo femenino en las grietas que había en el suelo del Tesmoforión.17 Si la intuición de Crusius es correcta, en los cinco meses que median entre las dos visitas de Gílide han

12 Cf. HEADLAM, Herodas, p. 133 ad III 23; GROENEBOOM, Les Mimiambes, p. 44 ad I 23; CUNNINGHAM, Herodas, p. 61 ad I 10. 13 A menos que se postule una redundancia cómica. Sobre el uso de la partícula kou para dar a una cifra un valor aproximativo, cf. los ejemplos herodoteos recogidos por J. D. DENNISTON, The greek particles, 2nd edition revised by K. J. DOVER, Oxford: Univ. Press, 1950 (reimpr. Londres: Bristol Classical Press–Duckworth, 2002), p. 492, cit. por CUNNINGHAM, Herodas, p. 61. 14 Cf. Hsch., s.v. Mivsh (m 1442 Latte): Mivsh: tw`n peri; th;n Mhtevra ti", h}n kai; ojmnuvousi. Lo prueba una inscripción del siglo II a.C. con su nombre, hallada en el recinto del santuario de Deméter en Pérgamo. En general sobre la diosa, cf. CRUSIUS, Untersuchungen, p. 17 s.; O. KERN, s.v. “Mise”, RE XV 2 (1932), 2040. El Himno órfico XLII la presenta como un joven bisexuado del cortejo de la Diosa Madre frigia, próximo a Adonis y asimilado a Dioniso; cf. G. RICCIARDELLI (ed., trad., com.), Inni orfici, Milán: Fondazione Lorenzo Valla, Arnoldo Mondadori Editore, 2000, p. 399 s. 15 Cf. Ant. Lib. XXIV (que sigue la versión de las Metamorfosis de Nicandro); sobre Yambe, J.-P. VERNANT, La muerte en los ojos. Figuras del Otro en la antigua Grecia, Barcelona: Gedisa, 1986 (edición original francesa, París: Hachette, 1985), 44-47, y C. MIRALLES, “El yambo”, EClás XXVIII 90 (1988) 11-25 (p. 13 s.) (recogido en ID., Studies on Elegy and Iambus [Lexis Suppl. 14], Ámsterdam: Hakkert, 2004, 106-117 [pp. 107-109]). Puede que Asclepíades de Trágilo (cf. Harp., Lex. s.v. Dusauvlh") la presentara como hija de Yambe y Disaules, si aceptamos la corrección de Nuvsan en Mivsan o Mivshn propuesta por C. MÜLLER (ed.), Fragmenta historicorum Graecorum, 5 vols., París: Firmin Didot, 1841-70, II p. 339. 16 Cf. Call., Aet. fr. 178, 26 Pfeiffer (= 89, 26 Massimilla): h{rwo" ka≥[q]ovdou. 17 Cf. Phot., Lex. s.v. Qesmoforivwn hJmevrai d: dekavth Qesmofovria: eJndekavth kavqodo" ktl. CRUSIUS, Untersuchungen, p. 18, remite a Plu., De Is. et Os. 578E, según quien beocios y aqueos explicaban el dolor de Deméter dia; th;n th`" Kovrh" kavqodon. Sobre las grietas del suelo, concebidas como una boca de los Infiernos, cf. Schol. in Luc., Dial. Mer. 2, 1; M. DARAKI, Dioniso y la diosa Tierra, Madrid: Abada Editores, 2005 (ed. orig., París: Arthaud, 1985; reimpr. ibid.: Flammarion, 1994), pp. 149 ss.

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tenido lugar unas fiestas semejantes a las Tesmoforias atenienses en las que Mise desempeñaba el papel que en Atenas correspondía a Core.18 Nótese, por lo demás, que Herondas no precisa dónde se desarrolla el mimiambo, de modo que basta la mención del descenso a los Infiernos de un personaje del cortejo de Deméter para que el lector lo asocie con las Tesmoforias.19 Este festival, el más difundido de toda Grecia, era la forma más popular de culto a Deméter y estaba asociado a la siembra; en Atenas, Esparta y Abdera se celebraba entre los días 11 y 13 del mes de Pianepsión –llamado ‘Demetrio’ en Beocia–, es decir, hacia finales de octubre o comienzos de noviembre.20 Era una festividad exclusivamente femenina, donde se reforzaban los vínculos entre madre e hija por medio de la constitución de una sociedad de mujeres en la que el varón no tenía cabida. Como sus ritos eran secretos, lo que los varones podían imaginar de ellos no va más allá de lo que escenifica Aristófanes en Las Tesmoforiantes: mujeres hablando mal de sus maridos y juramentándose para hacer frente a sus enemigos comunes.21 Es fácil que las mujeres de nuestro poema coincidieran en estas fiestas, pero, tanto si lo hicieron como si no, da la impresión de que en el encuentro que presenciamos siguen reviviendo la solidaridad femenina de entonces. Varios elementos apuntan en esa dirección. En primer lugar, cuatro de los seis juramentos que profieren a lo largo del poema tienen que ver con las dos deidades, madre e hija, adoradas en estas fiestas como Tesmóforos: dos veces juran “por Deméter” (vv. 69, 86), una por la Madre de los dioses, a menudo asimilada a Deméter (ma`, v. 85),22 y una cuarta vez “por Core, Mise y Core aparecen identificadas en la inscripción de un altar hallado cerca de Pérgamo, que reza así: “La sacerdotisa Ántide ha dedicado este altar a Mise Core”; cf. GROENEBOOM, Les Mimiambes, p. 57. Con todo, como indica RICCIARDELLI, Inni orfici, p. 399, cabe también la posibilidad de entender el sintagma como “Mise, la joven”. 19 No sabemos a ciencia cierta dónde está ambientado este mimiambo, pero puede tratarse de una localidad del ámbito minorasiático (cf. infra). La mayoría de los estudiosos coinciden en situarlo en Cos; cf. DI GREGORIO, Eronda, I pp. 42-45. Varios argumentos confieren plausibilidad a la hipótesis: primero, Herondas demuestra un buen conocimiento de la historia de la isla en el mimiambo II y, probablemente, de su santuario de Asclepio en el IV; segundo, tanto en el mimiambo I como en el IV las mujeres juran “por las Moiras”, que eran objeto de culto en la isla (I 66, IV 30; cf. S. EITREM, s.v. “Moira”, RE XV 2 [1932], 2451 s.); tercero, en los mimiambos están atestiguados muchos nombres de persona –y sufijos de nombres– de Cos (cf. B. MANDILARÁS [ed., trad., com.], Oi mivmoi tou Hrwvnda, 2ª edición corregida y aumentada, Atenas: Kardamitsa, 1987, 41-43); y cuarto, el nombre de Mandris, el amado de Métrique, sólo está atestiguado en una inscripción de la isla de Cálimnos, vecina de Cos (cf. O. MASSON, “Deux ouvrages récents concernant Hérondas”, RPh 48 [1974], 81-91 [p. 87]). 20 Sobre la festividad, cf. W. BURKERT, Greek Religion, Cambridge, Massachusetts: Harvard Univ. Press, 1985 (ed. alemana, Stuttgart: W. Kohlhammer, 1977), pp. 242-246; E. SIMON, Festivals of Attica. An archaeological commentary, Madison, Wisconsin: The University of Wisconsin Press, 1982, pp. 18-22; DARAKI, Dioniso, p. 117 ss.; sobre las fechas de celebración, cf. Schol. in Luc., Dial. Mer. 2, 1; BURKERT, Greek Religion, p. 242 (en Sicilia duraba un total de diez días, según D.S. V 4, 7); sobre el trasfondo demetríaco del poema, cf. J. STERN, “Herodas’ Mimiamb 1”, GRBS 22 (1981), 161-165; C. MIRALLES, “La poetica di Eronda”, Aevum Antiquum 5 (1992), 89-113 (pp. 94-98) (recogido en ID., Studies, 236-253 [p. 240 ss.]). 21 En este caso, Eurípides, por la mala prensa que les da y por poner en guardia a sus maridos frente las felonías femeninas; cf. Ar., Th. 372 ss. 22 Cf. A., Supp. 890, 900 ma` Ga`, ma` Ga`, Eustath., in Il. V 408 kai; ma` hJ mhvthr, y, entre los modernos, HEADLAM, Herodas, p. 59 ad loc. y V. SCHMIDT, Sprachliche Untersuchungen zu Herondas. 18

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esposa de Hades” (ma; th;n A [ . idew Kouvrhn, v. 32), la hija perdida y añorada.23 En segundo lugar, se tratan entre sí como madre e hija: Métrique llama a Gílide “mamaíta” (ajmmivh, v. 7),24 y la alcahueta a Métrique, a su vez, “hija” (tevknon, vv. 13, 22, 59, 61, 85, 88). En tercer lugar, Métrique lanza a Gílide una pulla de naturaleza obscena, tal como acostumbraban a hacer entre sí las mujeres en las Tesmoforias:25 cuando la anciana deplora su avanzada edad, la antigua pupila opina que aún está “en condiciones de estrujar a unos cuantos”.26 En cuarto lugar, los ataques contra los varones eran el complemento de las burlas entre las mujeres y, como ellas, buscaban el refuerzo de los lazos de solidaridad femeninos. Esta hostilidad se exageró en relatos ejemplares, en los que los varones que osaban espiar los secretos de las mujeres corrían el riesgo de morir acuchillados por ellas.27 En nuestro poema Gílide arremete contra Mandris, el marido ausente de Métrique, porque hace diez meses que fue enviado a Egipto y desde entonces no ha dado señales de vida, lo cual es para la alcahueta un indicio inequívoco de que ha olvidado a su mujer (v. 25). La alcahueta refuerza interesadamente el vínculo entre mujeres para mostrar al varón como alguien extraño y animar así a su amiga a aceptar un amante. Pero esto plantea un serio problema, ya que el competidor de Mandris es también un varón. Gílide, maestra de la alcahuetería, solventará el problema presentando a Grilo como alguien más próximo a la esfera femenina que a la masculina. En primer lugar, lo nombra dando su genealogía materna: “Grilo, el hijo de Matalina la de Patecio” (v. 50). ¿Quién es Patecio, el esposo de Matalina o su padre? ¿O bien su madre? La forma en que aparece el nombre en el texto –Pataikivou, en genitivo– no permite dilucidarlo, y la ambigüedad puede ser deliberada.28 En segundo lugar, Grilo, pentacampeón en competiciones Mit einem kritisch-exegetischen Anhang (Untersuchungen zur antiken Literatur und Geschichte, 1), Berlín: Walter de Gruyter, 1968, pp. 12-14. 23 Los dos juramentos restantes se hacen “por las Moiras” (ma; ta;" Moivra", vv. 11, 66). Nótese que en Las Tesmoforiantes de Aristófanes el coro de mujeres invoca una vez a las “Moiras augustas” (v. 700). 24 Cf. Hsch., s.v. ajmmiva: mhvthr, trofov". Diversamente, USSHER, “The mimic tradition”, p. 48 s., entiende el término como un eufemismo para referirse a Gílide como ‘Madame’ del prostíbulo donde Métrique trabajó en otro tiempo. 25 Cf. BURKERT, Greek Religion, p. 244: “The women indulge in indecent speech, aischrologia; they may split into groups and abuse one another”; sobre las licencias de las mujeres en los ritos, cf. X. RIU, Dionysism and comedy, Lanham–Boulder–Nueva York–Oxford: Rowman & Littlefield Publishers, 1999, p. 186. 26 I 18: oi[h t j eij" gavr, Gulliv, khjtevrou" a[gcein. Sobre el sentido sexual de este término técnico de la lucha, cf. Hsch., s.v. a[gce: ... †plhsiavzeto† (Latte). Que se trata de una pulla queda patente en la respuesta de Gílide: “¡Tú burlate!” (sivll[a]ine, . . . . v. 19). MIRALLES, “La poetica”, p. 96 s., sugiere un double entendre sexual en la siguiente intervención de Métrique para tranquilizar a Gílide: “Pero no te calientes por eso” (ajll j ouj tou`to mhv se qermhvnhi, v. 20). 27 Cf. BURKERT, Greek Religion, p. 244. Las víctimas fueron el rey Bato de Cirene, que muere (cf. Ael., fr. 44 Hercher) y Aristómenes de Mesenia, quien, gracias a la intervención de una sacerdotisa, se salva (cf. Paus., IV 17, 1). La suerte de este último la compartirá el pariente de Eurípides de Las Tesmoforiantes aristofánicas. 28 Sobre este módulo expresivo en Herondas, cf. C. NERI, “Erinna in Eronda”, Eikasmos 5 (1994), 221-232 (p. 228 n. 48). En sus traducciones vertieron Pataikivou como gramaticalmente neutro, es decir, como nombre de mujer, CRUSIUS–HERZOG (Die Mimiamben, p. 71), L. LALOY (Hérondas, Mimes, texte établi par J. A. NAIRN et traduit par L. L., París, 1928 [reimpr. ibid., 1960], p. 42) y K. & U. TREU, Menander – Herondas. Werke in einem Band, Berlin und Weimar: Aufbau-Verlag, 1980, p. 366 ad I 50; así lo han entendido 340

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pugilísticas de prestigio, tiene virtudes de mujer casadera: aportaría dinero a la unión (“poseedor de una hermosa fortuna”, v. 54 s.), es dócil (“ni una brizna de paja mueve del suelo”, ibid.) y no ha conocido el amor; en palabras de Gílide, es un “sello intacto en los asuntos de Citerea” (a[qikto" . . . hn sfrhgiv", v. 55). En esta última cali. . ej. ". Kuqhriv ficación caben dos interpretaciones del término griego sfrhgiv" y del castellano ‘sello’: puede tratarse propiamente del sello que deja su impronta en la cera, pero también de la impronta misma.29 Cunningham30 ha optado por la primera solución, en la idea de que sfrhgiv" puede usarse para describir la virginidad femenina (como en Nonn. D. II 305: a[yauston eJh`" sfrhgi`da koreivh"), pero difícilmente la masculina. Ahora bien, como ha propuesto Esposito, la presentación femenina del pugilista posibilita igualmente esta segunda opción; efectivamente, el adjetivo a[qikto" (“intacto”) se aplica a las doncellas en contextos muy marcados.31 Refuerzan esta elección dos elementos: uno, que los modelos cercanos y remotos de la descripción de los symptomata amoris del pugilista sean mayoritariamente femeninos, y dos, que en ella la alcahueta emplee el participio ajnoistrhqeiv" para verter el aguijonamiento del amor en el corazón de enamorado, pues se trata de un verbo que, anteriormente, sólo había empleado Eurípides por boca de las mujeres del coro de Bacantes para describir el desvarío de otras mujeres, las hijas de Cadmo.32 Todo apunta en la misma dirección: Grilo es presentado por Gílide como una joven virgen, de manera que aquello que en la ortodoxia masculina sería una unión heterosexual adúltera puede interpretarse de un modo completamente distinto en el “pueblo de las mujeres” que se instituye en las Tesmoforias.33 A esta caracterización ha contribuido directamente Herondas –si no la propia Gílide– al presentar a Grilo como una ofrenda a la divinidad, cosa que ha conseguido mediante también CUNNINGHAM, Herodas, p. 71 ad loc., y HOPKINSON, A Hellenistic Anthology, p. 238. El verso se ha considerado exponente de la existencia de un matriarcado primitivo, herencia del sustrato pregriego en las poblaciones del Asia Menor; cf. GROENEBOOM, Les Mimiambes, p. 54 ad loc. Sobre las asociaciones que podían suscitar estos nombres de la familia de Grilo, cf. DI GREGORIO, Eronda, I p. 92 s. 29 CUNNINGHAM, Herodas, p. 72 ad loc. 30 CUNNINGHAM, ibid., secundado por DI GREGORIO, Eronda, I p. 87. 31 ESPOSITO, “A proposito”, p. 232 s. Cf. Anon. Antiatt., Lex. Seguer. s.v. a[qikto": hJ parqevno"; Ion Trag., fr. 11 Snell: ajqivkt〈ou" k〉ovra"; también E., Hipp. 1003 s., donde el protagonista, que rechaza el matrimonio y vive consagrado, como las doncellas, a Ártemis, se defiende ante su padre de la falsa acusación de haber tratado de violar a Fedra, diciendo: eJno;" d j a[qikto", w|i me nu`n e[cein dokei`": / levcou" ga;r eij" tovd j hJmevra" aJgno;n devma". 32 Como paralelos, cf. Sapph., fr. 31 Voigt; E., Med. 8 (Medea), Hipp. 27 s. (Fedra); Thcr., II 23-26, 39-41, 55 s., etc. (Simeta; sobre la relación estrecha del mimiambo I con este idilio, cf. F.-J. SIMON, Ta; kuvll j ajeivdein. Interpretationen zu den Mimiamben des Herodas [Studien zur klassischen Philologie, 57], Fráncfort–Berna–Nueva York–París: Peter Lang, 1991, 19-25 y 46-51); sobre ajnoistrevw, cf. Ba. 977979: i[te qoai; Luvssa" kuvne", i[t j eij" o[ro", / qivason e[nq j e[cousi Kavdmou kovrai: / ajnoistrhvsatev nin ktl. 33 Coherente con esta reivindicación de una sexualidad femenina sin el varón es un pasaje de una comedia de Cratino (fr. 354 K.-A.: mishtai; de; gunai`ke" ojlivsboisin crhvsontai), si es que debe traducirse “Las mujeres que rinden culto a Mise harán uso de consoladores” en vez de “Resultarán odiosas las mujeres que hagan uso de consoladores”. L. MASSA POSITANO (ed., trad, com.), Eroda, Mimiambo I (Collana di Studi Greci, 51), Nápoles: Libreria Scientifica Editrice, 1970, p. 76, atribuyó al descenso de Mise un carácter orgiástico. 341

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la elección de un nombre significativo, Gruvllo".34 Aunque muchas personas se llamaban así –por ejemplo, el hijo de Jenofonte fallecido en la batalla de Mantinea–, la presentación femenina del personaje permite interpretar el nombre de un modo insospechado: el sustantivo significa también “cerdo”, un animal cuyas diferentes denominaciones (coi`ro", devlfax, delfavkion, u|", u{ssako") servían desde antiguo para designar las partes pudendas de la mujer.35 Procede insistir en que el día del Descenso de Core, para simbolizar la unión de la ‘Joven’ con Hades, en las grietas del suelo del Tesmoforión se arrojaban lechones recién sacrificados, símbolo de los gunaikei`a aijdoi`a, y pasteles con forma del sexo femenino.36 Oportunamente, este Grilo-lechón es ofrecido a Métrique, cuyo nombre deriva, como ‘Deméter’, de la Madre (Mhvthr).37 Así pues, muchos indicios sugieren, por un lado, la evocación por parte de las dos mujeres de las Tesmoforias pasadas y, por otro, un intento de Gílide de rentabilizar profesionalmente esa evocación de la solidaridad femenina de las fiestas presentándose como una suerte de Mise-Yambe que busca alegrar a Deméter-Métrique, entristecida por la añoranza de un ser querido.38 Y, sin embargo, la interesada evocación del mundo exclusivo de las mujeres, pese a su buena factura, fracasa, porque Métrique, en otro tiempo cortesana, lleva ahora la vida de una respetable y amante esposa.39 Ofendida por la proposición, se enoja, y ratifica su negativa con un gesto significativo: ofrece vino a la anciana. El ofrecimiento, que en la lectura superficial del poema sirve para desagraviar a Gílide, en esta lectura religiosa que proponemos rompe con el universo de las Tesmoforias que 34 El papiro da gullo", pero al margen una mano, al parecer más reciente, ha escrito ·grul·, es decir, grullo", corrección generalmente aceptada. El nombre reaparece en el v. 2 del mimiambo XIII. 35 Cf. Suda, s.v. Gruvllo" (G 463): ... kai; Gruvllo", oJ coi`ro", relacionado con grullivzein “gruñir” (sentido señalado por HEADLAM, Herodas, p. 37 ad I 50); ejemplos de las otras denominaciones del cerdo con connotaciones sexuales se leen en Hiponacte (fr. 183a-d Degani) y Aristófanes, para el cual cf. J. HENDERSON, The Maculate Muse. Obscene language in Attic comedy, 2ª ed., Nueva York–Oxford: Oxford Univ. Press, 1991, p. 131 s. Gruvllo" se usa también para designar a una persona desproporcionada que tiene la cabeza grande y las extremidades pequeñas; cf. SIMON, Ta; kuvll j ajeivdein, p. 48 n. 78, para quien esta significación aumentaría el contraste entre Delfis, el joven del que se enamora la protagonista del Idilio II de Teócrito, descrito como atlético, buen corredor y especialmente hermoso (vv. 115, 120, 124 s.), y este Grilo que se enamora de Métrique, pugilista al que habría que imaginar lento y, de aceptar esta interpretación de su nombre, deforme. Finalmente, debe señalarse que un Grilo figura en la lista de vencedores olímpicos en la carrera del estadio, cf. CRUSIUS, Untersuchungen, p. 173 s., y DI GREGORIO, Eronda, I p. 91 s. 36 Cf. DARAKI, Dioniso, p. 150; BURKERT, Greek Religion, pp. 242-245 (p. 242). Según Teodoreto de Ciro (Affect. III 84), una imagen de los aijdoi`a femeninos era objeto de adoración en las Tesmoforias, y, de hecho, en el templo de las Dos Diosas de Priene han aparecido estatuillas de un sexo femenino dotado de brazos y piernas (cf. DARAKI, ibid., p. 163). 37 El sacrificio de cerdos era una de las formas básicas del culto a Deméter en todas sus fiestas; cf. W. BURKERT, Homo Necans. The anthropology of ancient Greek sacrifical ritual and myth, Berkeley–Los Ángeles: Univ. of California Press, 1983 (ed. orig., Berlín: de Gruyter, 1972), p. 256 ss. Sobre el nombre de Métrique, cf. J. C. AUSTIN, “The significant name in Herondas”, TAPhA 53 (1922), XVI-XVII; A. MELERO, “Consideraciones en torno a los Mimiambos de Herodas”, CFC 7 (1974), 303-316 (p. 312). 38 “Muéstrate gozosa” (kijlarh; katavsthqi, v. 40), le recomienda. Cf. BURKERT, Greek Religion, p. 244 (“Baubo [i. e. Yambe], who makes the goddess laugh by exposing herself, belongs to the Thesmophoria”); MIRALLES, “La poetica”, p. 96 s. 39 Cf. supra, nota 5.

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se ha construido desde el inicio del poema. En efecto, cuenta el Himno homérico a Deméter que, cuando la reina de Eleusis ofreció vino a la compungida Deméter, ésta lo rechazó, y pidió, en cambio, que le prepararan la bebida sagrada del ritual eleusino, el ciceón.40 Recordemos, además, que en Las Tesmoforiantes de Aristófanes una mujer introduce subrepticiamente en el Tesmoforión un odre de vino disfrazado de criatura, y que el pariente de Eurípides calcula su edad en “tres o cuatro jarros” (trei`" coa`" h] tevttara", v. 746), contrastando la fiesta presente con la pasada de las Antesterias, cuando se abrieron las tinajas del vino joven (cf. infra). El vino, pues, rompe la evocación de las fiestas pasadas y devuelve a Gílide a la realidad: las cosas han cambiado y ahora las fiestas son otras, relacionadas con Dioniso y el vino, de modo que nos hallamos ante la misma tensión entre Tesmoforias y fiesta del vino que en el pasaje aristofánico citado, pero vista desde esta última; además, no se busca el apartamiento del varón, sino la unión con él, algo que deja claro Métrique cuando, al comenzar su intervención, integra en un juramento a su esposo con Deméter (“¡por el regreso de Mandris y la querida Deméter!”).41 Ahora ya podemos volver al pasaje del que partíamos. Recordemos que, tras la negativa de Métrique, Gílide dice: “Oye, que de ningún modo he venido yo para convencerte, sino por los ritos” (e[. k. eti . . . tw` . n .ijr. w`n, v. 82 s.), y que Métrique la interrumpe, diciendo: “Pues por ellos, Gílide, …” (w\n ou[neken, Gulliv, v. 84). El trasfondo religioso que hemos individuado permite privilegiar una interpretación del pasaje sobre las demás posibles: la alcahueta emplea el término ijrav para referirse a las fiestas pasadas, donde las mujeres reforzaron sus lazos de amistad (por ellos viene Gílide a salvar a su amiga del abandono y a alegrarla con su “ofrenda”), pero Métrique la interrumpe y lo aplica a las fiestas presentes, que tienen que ver, verosímilmente, con el vino. El pasaje es lagunoso, pero, dado que en los versos anteriores a los que acabamos de mencionar

40 Cf. h.Cer. 206-208. En otro nivel (cf. infra, nota 55), la expresión que usa Métrique para ofrecer el vino a Gílide (th`, Gulliv, pi`qi, v. 82) invita a asimilar la alcahueta al Cíclope homérico; cf. Od. IX 347: th`, pive oi\non; Cratin. Com., fr. 145 Kassel-Austin (de Los Odiseos): th` nu`n tovde pi`qi labw;n h[dh. Sobre el paralelo, cf. MASTROMARCO, “Eine alexandrinische”, p. 89 s. (= “Il mimo”, p. 178 s.), y sobre la ebrietas cómica de las ancianas, H. G. OERI, Der Typ der komischen Alten in der griechischern Komödie, seine Nachwirkungen und seine Herkunft, Tesis Doctoral, Basilea: Benno Schwabe & Co., 1948, pp. 13-18, 39-46. 41 Cf. infra, nota 58. Muestra de esta ruptura con el universo de las Tesmoforias es el hecho de que Métrique se traslade al yambo masculino al declarar que, de no haber sido Gílide sino otra quien le hacía la proposición, “le habría enseñado a cantar coja canciones cojas” (cwlh;n d j ajeivdein cwvl j a]n ejxepaivdeusa, v. 71), en alusión al verso de los mimiambos, el coliambo o “yambo cojo”. Con ello, como indica MIRALLES (“La poetica”, p. 94 ss.), evoca otro episodio protagonizado por Yambe (Hipp., test. 21a-d Degani): cuando lavaba lana a orillas del mar, Hiponacte se acercó a la cesta de la lana y la asustó; la anciana le dijo: “Apártate, hombre, no vayas a volcarme la cesta”, lo cual, si el verbo está en presente (ajnatrevpei"), es en griego un trímetro yámbico, pero si está en futuro (ajnatrevyei"), un coliambo. El poeta, pues, hizo que la anciana cantara “canciones cojas”, como Métrique hubiera hecho con cualquier otra que no fuera Gílide; cf. también R. L. HUNTER, “ The presentation of Herodas’ Mimiamboi”, Antichthon 27 (1993), 31-44 (p. 33). En la misma dirección apunta que Métrique hable de sí misma dando su ascendencia paterna (v. 76) y que el nombre de su padre sea Pites, como el de Hiponacte según la Suda (s.v. JIppwvnax = Hipp., test. 7 Degani). Han pensado en una coincidencia deliberada de los nombres paternos, por ejemplo, HOPKINSON, A Hellenistic Anthology, p. 240; E. ESPOSITO, “Allusività epica e ispirazione giambica in Herond. 1 e 8”, Eikasmos 12 (2001), 141-159 (p. 157 y nota 82).

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Métrique ha dado orden a su criada de servir vino a Gílide e invitado a la anciana a beberlo (vv. 79-82),42 y en los posteriores la alcahueta alaba la calidad del vino que se le ha ofrecido (vv. 85-87), no es implausible que ése fuera el tema de la intervención de Métrique y que dijera, como propuso Crusius, algo como “Pues por ellos, Gílide, has podido gozar de mi vino”.43 De ser así, en nuestra propuesta convergerían varias de las interpretaciones del término ijrav que recogíamos más arriba, ya que aludiría tanto a la procesión de Mise, con los juramentos de amistad que entonces hicieron entre sí las mujeres (Gílide), como a una fiesta del vino (Métrique). Sólo quedaría por aclarar qué fiesta dionisíaca constituye el trasfondo de la conversación entre las mujeres. Alguna luz pueden arrojar los datos temporales que expusimos más arriba. Si aceptamos, primero, que la procesión de Mise formaba parte de unas fiestas que se celebraban, como las Tesmoforias de Atenas, Esparta y Abdera, en la época de la siembra, hacia finales de octubre o comienzos de noviembre, y, segundo, que han tenido lugar en algún momento de los cinco meses que median entre las dos visitas de Gílide, de ello resulta que el mimiambo tiene que estar ambientado en los meses que van desde la segunda mitad de noviembre a la primera de marzo: Maimacterión, Posideón, Gamelión y Antesterión –por usar los nombres del calendario ateniense–, durante los cuales se celebraban varias festividades dionisíacas.44 Entre ellos, dos datos invitan a optar por el último de ellos, Antesterión (febrero-marzo). En primer lugar, Gílide aduce el fango de las calles para justificar por qué no ha visitado a Métrique durante los últimos cinco meses (v. 13 s.), de donde se deduce que sólo vuelve a visitarla cuando ya ha pasado la mala estación, es decir, el período que cubre del final del otoño al final del invierno.45 En segundo lugar, el vino y el sexo, motivos centrales en nuestro poema, lo son también en unas fiestas muy populares que dan su nombre al mes: las Antesterias, el festival Según algunos editores, el ofrecimiento lo hace directamente la esclava de Métrique; cf. DI GREGORIO, Eronda, I p. 106. 43 CRUSIUS, Untersuchungen, p. 173, reconstruyó los vv. 83-85 del siguiente modo: w|n ou{neken moi, Gulliv, w[na j [hJdivstou]. — G. o{" sou gevnoito, ma` tevknon, p[olu;" lhnw`/]. Cf. las críticas de CUNNINGHAM, Herodas, p. 78 s. 44 Sobre estas festividades cf. SIMON, Festivals, p. 89 ss., así como, al final del presente trabajo, el apéndice sobre las ubicaciones temporales posibles de los acontecimientos del poema. Nuestro cálculo implica que Mandris ha partido a Egipto en meses propicios para la navegación. La temporada del mare apertum (marzo-octubre) se inauguraba con la fiesta conocida como ploiafevsia o Nauigium Isidis, que en época helenístico-romana se celebraba el 5 de marzo; cf. Apul., Met. XI 5; D. WACHSMUTH, s.v. “Ploiaphesia”, Der kleine Pauly 4 (reimpr. 1979), 938 s. No sería plausible que Herondas hubiera situado la partida de Mandris durante el mare clausum, época en que, aunque escaso, seguía habiendo tráfico marítimo en el Mediterráneo oriental; cf. L. CASSON, Los antiguos marineros. Navegantes y guerreros del mar en el Mediterráneo de la Antigüedad, Buenos Aires: Paidós, 1969 (ed. orig., Nueva York–Toronto: The MacMillan Company, 1967), p. 115. 45 Como ha indicado DI GREGORIO, Eronda, I p. 58. Dado que el otoño y el final del invierno son los períodos de lluvias intensas en el mar Egeo, las que ahora enfangan las callejuelas del barrio de Gílide tienen que haber sido las que anuncian la primavera, ya que las del otoño van precedidas de buen tiempo. Sobre la climatología de Grecia y, en concreto, sobre los períodos de lluvias, cf. L. FAUGÈRES, “El marco geográfico”, en R. TREUIL, P. DARCQUE, J.-C. POURSAT, G. TOUCHAIS (eds.), Las civilizaciones egeas del neolítico y de la Edad del Bronce, Barcelona: Labor, 1992 (ed. orig., París: P.U.F., 1989), 21-46 (p. 28 s.), y sobre la posible localización del poema en la isla de Cos, supra, nota 19. 42

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griego más antiguo de que tenemos noticia, que en Atenas y en un gran número de localidades griegas del Egeo y la costa minorasiática tenía lugar entre los días 11 y 13 del mes (fines de febrero-comienzos de marzo).46 Comencemos por el vino. De los tres días que los atenienses dedicaban a la fiesta,47 el primero recibía el nombre de Piqoigiva, por estar destinado a la apertura de las tinajas que durante meses habían contenido el vino joven. Al ponerse el sol comenzaba el segundo día, el de “los Jarros” (Cove"), durante el cual se bebía el vino recién abierto en una ceremonia colectiva y competitiva que tenía lugar tanto en el interior del santuario del Dioniso de los Pantanos (Limnaîos), que sólo abría sus puertas este día en todo el año, como por toda la ciudad (cf. infra). Hay incluso dos informaciones antiguas que invitan a pensar que, cuando Métrique dice algo como “Pues por los ritos, Gílide, has podido gozar de mi vino”, se está refiriendo a un elemento obligado del festival. Un escolio al v. 368 de Los trabajos y los días de Hesíodo informa de que el día de la Piqoigiva era ley sagrada que no se impidiese disfrutar del vino ni a los sirvientes ni a los jornaleros (ou[te oijkevthn ou[te misqwtovn), algo que en tiempos de Adriano reforzó Zenobio48 al explicar el proverbio “¡Fuera Carios, ya no hay Antesterias!” como un dicho con el que los atenienses invitaban a los esclavos carios que había en el Ática –muchos, según él– a volver al trabajo después de las fiestas.49 Así pues, la ciudad se veía infestada durante la festividad de los esclavos y los trabajadores de los propietarios de tierras que vivían en la ciudad,50 y, según una segunda interpretación del proverbio mencionado transmitida igualmente por Zenobio, los atenienses estaban obligados a recibirlos “en la ciudad y en sus casas” (tw`/ a[stei kai; tai`" oijkivai"). Si la costumbre de las Antesterias atenienses puede extenderse a estas otras fiestas de Herondas, ya sea por su parentesco o por obra y gracia de la erudición del poeta,51 encontraríamos una nueva explicación, 46 Un resumen de lo que sabemos de estas fiestas, basado sobre todo en las fuentes literarias, puede verse en A. W. PICKARD-CAMBRIDGE, The Dramatic Festivals of Athens, 2ª ed. revisada por J. GOULD - D. M. LEWIS, Oxford: Clarendon Press, 1968, pp. 1-25; BURKERT, Homo Necans, pp. 213-247; SIMON, Festivals, pp. 92-99. Cf. además R. HAMILTON, Choes & Anthesteria. Athenian iconography and ritual, Ann Arbor, Michigan: The University of Michigan Press, 1992, quien suma al estudio de las fuentes literarias (pp. 5-62), especialmente inconsistentes a su juicio, el análisis de las documentales, en concreto, de los tipos de jarros. 47 Según Dídimo (ca. 80-10 a.C.), la fiesta duraría un solo día (versión apoyada por HAMILTON, Choes, pp. 42-50). 48 Sobre las versiones de la recopilación de proverbios de Zenobio y su relación con la labor de Dídimo al respecto, cf. R. Mª MARIÑO SÁNCHEZ-ELVIRA - F. GARCÍA ROMERO (trads.), Proverbios griegos–Menandro, Sentencias (Biblioteca Clásica Gredos, 272), Madrid: Gredos, 1999, p. 20 ss. 49 Zen. P IV 33. Un códice de Zenobio, la Biblioteca de Focio y la Suda añaden a la noticia una versión más, según la cual no se trataría de carios (Ka`re"), sino de muertos (Kh`re"). Hoy tiende a pensarse que el añadido es erróneo; cf. un estado de la cuestión en MARIÑO SÁNCHEZ-ELVIRA - GARCÍA ROMERO, Proverbios griegos, p. 156 n. 244. 50 Cf. BURKERT, Homo necans, p. 218. También aparecían ahora los hacendados que rara vez entraban en la ciudad. 51 Según un aserto irrefutable de Tucídides (II 15, 4; cf. BURKERT, Homo necans, p. 213; SIMON, Festivals, p. 92), tanto el festival como el nombre del mes tienen que ser anteriores a la colonización de Asia Menor, de donde cabe deducir cierta analogía en el desarrollo esencial de la fiesta. Con todo, debe reconocerse que, más allá de la semejanza básica, fiestas homónimas podían tener lugar en fechas diferentes o desarrollarse de un modo distinto; cf. L. GERNET–A. BOULANGER, El genio griego en la religión, México: UTEHA,

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en primer lugar, de por qué al comienzo del poema, cuando Métrique oye llamar a su puerta, piensa que se trata de “alguno de los nuestros que viene del campo” (m[hv] t[i"] . par j hJmevwn ejx ajgroikivh" h[kei, v. 2),52 y, en segundo lugar, de por qué la mujer no sólo recibe en su casa a Gílide, como en otras ocasiones, sino que, además, le ofrece vino, pero un vino que no es convival, sino uno que la anciana bebe a solas y en silencio, lo cual parece una nueva evocación de las fiestas.53 Además del vino, decíamos, el sexo. Al comenzar su reconvención a la alcahueta, Métrique jura “por el retorno de Mandris y por la querida Deméter” (ma; th;n ga;r Mavndrio" katav . . plwsin / kai; th;n fivlhn Dhvmhtra, v. 68 s.). “Retorno” traduce el griego katavplwsi", un hapax construido a partir del verbo kataplwvw,54 que tiene el sentido de volver a casa por mar; Mandris, en efecto, volverá verosímilmente por mar desde Egipto. Lo significativo es que el regreso desde el mar es una de las epifanías características de Dioniso, dios navegante y señor del líquido elemento.55 En sus Retornos atenienses, que algunos estudiosos conectan con las Antesterias, una estatua de Dioniso era llevada sobre un barco provisto de ruedas por toda la ciudad.56 En los Retornos de Esmirna (ejn toi`" Katavploi", cf. Aristid., Or. XVII 6), que quizá puedan identificarse también con las Antesterias, se dedicaban cantos a una trirreme sagrada que simbolizaba una victoria sobre los quiotas y que, pilotada por un sacerdote de Dioniso, era arrastrada 1960, p. 209. Así pues, cabe pensar igualmente en un influjo estrictamente literario, sobre todo si la fiesta de los Jarros (cf. infra, nota 53) tenía lugar únicamente en el Ática, como ha propuesto HAMILTON, Choes, basándose en el volumen casi exclusivamente ateniense de la documentación no literaria que se puede relacionar con ella. 52 Quien llama realmente es Gílide, que viene también de las afueras (makrh;n ajpoikevw, v. 13). En el papiro que transmite el poema se lee apoikih", pero sobre la P figura la corrección GR esto es, agroikih". Pese a la aceptación generalizada de la corrección, debe admitirse que también existen buenos argumentos para defender la lección original, entendiendo que con “colonia” (ajpoikivh") Métrique se está refiriendo a Egipto y a la posible llegada de noticias de Mandris; cf. G. GIANGRANDE, “Interpretations of Herodas”, QUCC 15 (1973), 82-98 (pp. 82-85). 53 Durante el Día de los Jarros tenía lugar una competición de bebida, en la que cada participante disponía de una mesa y una jarra propias y, tras oír la señal de la trompeta, bebía en silencio una cantidad de vino estipulada; cf. Plu., Quaest. Conv. 613B, 643A; E., IT 951; BURKERT, Homo necans, p. 219 s. Nótese que Gílide sólo vuelve a hablar una vez que ha apurado completamente el vino. No puede precisarse cuánto bebe, si mucho, como era costumbre en las Antesterias, o poco; cf. DI GREGORIO, Eronda, I p. 104. 54 Cf. LSJ s.v.; HEADLAM, Herodas, p. 50, y los ejemplos herodoteos recogidos por DI GREGORIO, Eronda, I p. 98. En DMort. X 9 y 13, Luciano emplea, respectivamente, katavplou" y katapleuvkamen para la travesía y la llegada al Hades en la barca de Caronte (cf. STERN, “Herodas’ Mimiamb 1”, p. 163). 55 Cf. DARAKI, Dioniso, pp. 38-55. Existe una interpretación literaria del regreso, compatible con la religiosa, que tiene que ver con el rol que asume Métrique en la conversación. Como ha mostrado ESPOSITO (“Allusività”, pp. 150 s., 155-157), asume el papel de la Penélope homérica: recibe a la celestina como la reina de Ítaca a su hermana (Od. IV 810-814), y se enoja con aquélla como Penélope con Euriclea cuando la nodriza la insta a abrazar a su esposo tras la matanza de los pretendientes (Od. XXIII 11-24). La esperanza del regreso del esposo también sería, pues, evocación de la fidelidad de Penélope. 56 Cf. SIMON, Festivals, p. 93 s.; contra, HAMILTON, Choes, p. 26 s., para quien el hecho de que tanto los testimonios sobre las burlas desde el carro como sobre la existencia de katagwvgia atenienses sean tardíos (Hesiquio, Focio, la Suda) debilita su credibilidad. Sobre los “retornos” de Dioniso y su “carro naval”, cf. PICKARD-CAMBRIDGE, The Dramatic Festivals, p. 12; BURKERT, Homo necans, p. 200 s. 346

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sobre ruedas desde el puerto hasta el ágora durante las Dionisias.57 Así pues, si en la lectura primera del mimiambo Métrique confía en la katavplwsi" de su esposo, en la lectura religiosa que proponemos la expresión que la mujer utiliza para este regreso evoca, en el marco de las Antesterias, el retorno del esposo por excelencia: Dioniso.58 Aunque las fuentes no precisan el día de las fiestas en que tenía lugar –seguramente en la noche del segundo al tercero–, uno de los episodios centrales del festival era la sagrada unión en un edificio del ágora, el Bucoleo, de Dioniso con la “reina” (basivlinna) de Atenas, la esposa del Arconte Rey, que ese día hacía las veces de sacerdotisa del templo de Dioniso Limneo.59 Con este trasfondo religioso de la conversación entre las mujeres, es de esperar que Métrique tenga muy presente el reencuentro con su marido; como demuestra su reacción airada, Gílide se ha equivocado al apurar demasiado el tiempo, convencida de que la debilidad de su amiga aumentaría en proporción a los meses de soledad y de abandono; Métrique permanecerá fiel a su esposo. No en vano, unos días después de las Antesterias tendrá lugar el comienzo de la temporada de navegación,60 de modo que las probabilidades de que se produzca el regreso de Mandris serán mayores. Concluimos ya. Herondas, poeta docto, ha construido en el poema diferentes niveles de lectura: uno es el evidente, la conversación entre las mujeres, y otro distinto, el que sugiere el trasfondo religioso, que permite entender aquélla de un modo más rico. El juego que se establece entre los dos festivales más famosos del ámbito jónico-ático –que es seguramente el de la poesía de Herondas61– y entre los valores de la sociedad 57 Filóstrato (VS I 25 p. 531 Kayser) sitúa la ceremonia de la nave en el mes de Antesterión, mientras que Elio Aristides (Or. XXI 4, XVII 6 Keil), en las Dionisias, pero especifica: trihvrh" ti" h\n deiknumevnh me;n Dionusivoi", uJmnoumevnh d j ejn toi`" Katavploi", sin que pueda precisarse si los Retornos eran una fiesta independiente o una parte de las Dionisias; cf. BURKERT, Homo necans, p. 200 s., con la nota 26. En Esmirna hubo también unos Misterios de Deméter y Core Tesmóforos; sobre su culto, documentado en época romana, cf. M. P. NILSSON, Geschichte der griechischen Religion, tomo B II: Die hellenistische und römische Zeit, 3ª edición revisada y aumentada, Múnich: B. H. Beck’sche Verlagsbücherei, 1974, p. 357. Agradezco al Dr. CAMPOS DAROCA clarificadoras indicaciones sobre las fiestas de Esmirna. 58 Cf. DARAKI, Dioniso, pp. 93-146 y 166 ss., cuyo análisis de la unión de Dioniso con Deméter y Perséfone en el ritual eleusino podría dar un sentido más pregnante a la integración de Mandris y la diosa en la exclamación de Métrique mencionada supra: la mujer habría hecho frente a Gílide oponiendo a la Deméter que ayuna en las Tesmoforias la Deméter que se une a Dioniso en el rito eleusino. Agradezco al Dr. MIRALLES una orientadora observación a este respecto. 59 La Reina era la encargada de tomar juramento a sus catorce asistentes, las “venerables” (gevrairai), una por cada altar ateniense de Dioniso, lo que supone un elevado número de ofrendas sacrificiales (iJerav) en honor del dios. Cf., además del discurso Contra Neera de Pseudo-Demóstenes (§§ 73-76), Arist., Ath. Pol. 3.5; Hsch., s.v. Dionuvsou gavmo", y, sobre la presencia de esta unión en las Antesterias y el momento de la fiesta en que tenía lugar, BURKERT, Homo necans, p. 233, con la nota 10. Como me indica la Dra. ROMERO MARISCAL, tanto el hecho de que el Dioniso del Bucoleo fuera una estela coronada por una máscara del dios como la existencia de certámenes cómicos durante las fiestas (cf. los testimonios recogidos por HAMILTON, Choes, pp. 38-42, en especial Ps.-Plu., Vit. X orat. 841F) invitan a entender la alusión al dios del teatro como un elemento metapoético referido a la condición dramática de los mimiambos, sobre la cual cf. MASTROMARCO, The Public; HUNTER, “The presentation”, y A. FOUNTOULAKIS, “Herondas 8.66-79: Generic self-consciousness and artistic claims in Herondas’ mimiambs”, Mnemosyne, serie IV 55 (2002), 301-319. 60 Cf. supra, nota 44. 61 Cf. C. MIRALLES, “Consideraciones acerca de la cronología y de la posible localización geográfica de algunos mimiambos de Herodas”, Emerita 37 (1969), 353-369 (p. 364 s.) (= ID., Studies, 210-219 [p. 219]).

347

JUAN LUIS LÓPEZ CRUCES

exclusivamente femenina de las Tesmoforias y los de la ortodoxia cívica y el matrimonio de las Antesterias mejora, a nuestro juicio, la comprensión de las intervenciones de Gílide y Métrique a favor del adulterio y del eros del matrimonio, respectivamente.62 APÉNDICE: INDICACIONES TEMPORALES DEL MIMIAMBO I63

MESES

MESES

ANTIGUOS

MODERNOS

POSIBLES UBICACIONES TEMPORALES DE LOS ACONTECIMIENTOS LA QUE APOYAMOS

Gamelión

enero-febrero

Antesterión

febrero-marzo

Elafebolión

marzo-abril

Muniquión

abril-mayo

Targelión

mayo-junio

Esciroforión

junio-julio

Hecatombeón

julio-agosto

Metaguitnión

agosto-septiembre

Boedromión

septiembre-octubre

Pianepsión

octubre-noviembre

Maimacterión

noviembre-diciembre

Posideón

diciembre-enero

Gamelión

enero-febrero

Antesterión

febrero-marzo

A A A A

B B B B Procesión de Mise (Tesmoforias) C C C C

A = Partida de Mandris a Egipto B = Primera visita de Gílide (cinco meses más tarde), anterior a la procesión de Mise C = Segunda visita de Gílide (diez meses más tarde), posterior a la procesión de Mise 62 También ayuda a comprender cómo construye un autor varón un mimo con personajes exclusivamente femeninos. La distinción entre mimos “masculinos” y “femeninos” que la Suda atribuye a Sofrón (s.v. Swvfrwn, S 893) puede aplicarse también a Herondas; cf. J. H. HORDERN (ed.), Sophron’s Mimes. Text, translation, and commentary, Oxford: University Press, 2004, p. 4 s. 63 Como orientación añadimos junto a los meses modernos el nombre de los meses antiguos según el calendario ateniense. Acerca de los calendarios griegos, diferentes según ciudades y tribus, cf. BURKERT, Greek Religion, p. 225 s.

348

ÍNDICE GENERAL

ÍNDICE

VOLUMEN I:

MAESTRE MAESTRE, JOSÉ MARÍA, “Prólogo” ..........................................................

Págs.

VII

1. ARQUEOLOGÍA, HISTORIA ANTIGUA Y EPIGRAFÍA ARÉVALO GONZÁLEZ, ALICIA, “El legado urbano en la Bética romana: una visión a través de la arqueología” ..............................................................................

3

DE BOCK CANO, LEONOR, “Gádira” ........................................................................

27

CAÑIZAR PALACIOS, JOSÉ LUIS, “Incidencia en la Bética de la legislación sobre el patrimonio público de las ciudades en tiempos tardoantiguos”......................

47

FORNELL MUÑOZ, ALEJANDRO, “La huella de Roma en el Alto Guadalquivir (Jaén): ciuitates y villae” ..............................................................................................

59

GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, JULIÁN, “Tradición y originalidad en los documentos epigráficos de la Bética” ..................................................................................

73

DEL HOYO CALLEJA, JAVIER , “Canulei en Lacippo. Nueva lectura de CIL II 1937”

87

LAGÓSTENA BARRIOS, LÁZARO, “Nuevas consideraciones sobre la Societas Cetariorum Gaditanorum” ................................................................................

93

LAGÓSTENA GUTIÉRREZ, JOSÉ, “Arqueología del mundo cristiano en la Antigüedad Tardía. Síntesis de las evidencias materiales en la provincia de Cádiz”........

109

LÁZARO PÉREZ, RAFAEL, “Nuevas aportaciones a la epigrafía latina de Almería” LÓPEZ CASTRO, J.L. – LÓPEZ MUÑOZ, M., “Livio XXXIII, 21, 6-9 y las ciudades fenicias del sur de Hispania”............................................................................

125 131

LOZANO GÓMEZ, FERNANDO, “El pasado clásico de la Bética en la Historia general de Andalucía de Joaquín Guichot y Parody” ..................................................

139

MARTÍN CAMACHO, JESÚS, “Edición y comentario filológico de CIL II2/5, 1055 y CIL II2/5, 1079: la necesidad de contar con el entorno epigráfico para estudiar los Carmina latina epigraphica”........................................................

147

ÍNDICE

MIRÓN PÉREZ, Mª DOLORES, “Mujeres y movilidad territorial en la Bética romana: notas sobre género, epigrafía y prosopografía” ................................ MORALES MUÑOZ, CRISTINA MARÍA, “Las manifestaciones de dolor ante la muerte en el mundo romano” ......................................................................................

161 175

MORALES RODRÍGUEZ, EVA Mª, “Magistraturas municipales en las fundaciones flavias de la Bética” ........................................................................................

185

PASTOR MUÑOZ, MAURICIO, “Epigrafía y sociedad en el municipio romano de Sexi (Almuñécar, Granada)” ............................................................................

207

PENA GIMENO, Mª JOSÉ, “Los Canulei y el texto de Livio, 43, 3. Sobre la fundación de la colonia latina de Carteia” ......................................................

233

RODRÍGUEZ MORENO, INMACULADA, “Filosofía y medicina en la Antigüedad: dos disciplinas complementarias” ....................................................................

247

RUIZ LÓPEZ, ILDEFONSO DAVID, “La circulación monetaria en la ulterior: el caso de las cecas con escritura ibérica meridional” ................................................

261

2. FILOLOGÍA GRIEGA CLÁSICA BERNABÉ PAJARES, ALBERTO, “El vocabulario filosófico griego: nacimiento de una terminología” ....................................................................................................

281

GARCÍA CABALLERO, ROSA Mª, “El mármol verde de Tesalia en los textos griegos”

301

JIMÉNEZ DELGADO, JOSÉ MIGUEL, “Sintaxis de los pronombres reflexivos en Heródoto” .......................................................................................................... JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, ANA ISABEL, “Las serpientes en el orfismo”.................. LÓPEZ CRUCES, JUAN LUIS, “Fiestas religiosas en el mimiambo I de Herondas” MACÍAS OTERO, SARA Mª, “Reso 962 SS., Un destino especial en el más allá” .. MARTÍN HERNÁNDEZ, RAQUEL, “El papel escatológico de las Erinis en los testimonios órficos” .......................................................................................... MELERO BELLIDO, ANTONIO, “La utopía de los confines: pueblos lejanos y exóticos de la literatura griega” ......................................................................

313 323 335 349 361 373

PAJÓN LEYRA, IRENE, “La etapa inicial del viaje de Piteas de Marsella: Gádira y el estrecho, foco de atracción intelectual en el siglo IV a. C.” ....................

391

SOLÍS BERNI, REBECA, “Breve análisis del funcionamiento de los dobles plurales en la literatura homérica” ................................................................................

405

ÍNDICE

3. FILOLOGÍA LATINA CLÁSICA BAEZA ANGULO, EULOGIO, “Elegía “amorosa” en Ovidius Exul” ..........................

423

BELTRÁN SERRA, JOAQUÍN, “Sobre el odio en la obra de Séneca” ........................

433

CORREA RODRÍGUEZ, JOSÉ ANTONIO, “Tipología sintáctica del articulado de las leyes malacitana e irnitana”..............................................................................

445

FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, CONCEPCIÓN, “Relectura de un Carmen Epigraphicum malacitano: ¿El fin de una leyenda?” ..............................................................

457

GIL ABELLÁN, Mª CARMEN, “Una recreación pictórica de Juvenco mediante el uso de adjetivos. Interacción fondo - forma en I 715-730 de la Historia evangélica” ........................................................................................................

463

GÓMEZ PALLARÈS, JOAN, “Paseo entre el amor y la muerte: poesía epigráfica latina del conuentus Gaditanus” ......................................................................

477

HERNÁNDEZ MAYOR, Mª DOLORES, “De la caracterización de dos personajes en Lucano y Sedulio: Marcia - Sara y Mario – Herodes” ..................................

485

LIMÓN BELÉN, MARÍA, “La fíbula de Preneste: estado de la cuestión” ................

495

MOLERO ALCARAZ, LEONOR E., “Los finales abiertos en el corpus trágico de Séneca” ..............................................................................................................

505

NAVARRO LÓPEZ, JUAQUÍN, “Aproximación a Gades en la poesía latina antigua”

519

POCIÑA PÉREZ, ANDRÉS, “Otra lectura de Lucrecio: su pasión por los animales”

535

PUJANTE SERRANO, MARÍA JOSÉ, “Mujer y mito en los Amores de Ovidio” ........

553

QUINTILLÀ ZANUY, Mª TERESA, “Las puellae gaditanae: del tópico literario a la realidad profesional” ........................................................................................

563

RODRÍGUEZ PANTOJA, MIGUEL, “Griego - latín (y viceversa) en el habla cotidiana”

577

RUIZ CASTELLANOS, ANTONIO, “Hic deíctico en Veleyo Patérculo, Historia de Roma” ................................................................................................................

601

SOLANO SOLANO, Mª DOLORES, “Creencias, costumbres y supersticiones en los Fastos de Ovidio” ............................................................................................

611

THOMSEN, AUGUST H,. WEIMER, CHRISTOPHER M., NEGENBORN, RUDY R., “Catullus: poeta flagrans an doctus”..................................................................................

621

ÍNDICE GENERAL ............................................................................................

651

ÍNDICE

VOLUMEN II:

Págs.

4. FILOLOGÍA GRECO-LATINA MEDIEVAL ALBERTE GONZÁLEZ, ANTONIO, “Relevancia de las Artes dictaminum” ................

669

ARÉVALO MARTÍN, BEATRIZ, “La presencia de las Epistulae ad Lucilium de Séneca en los florilegios conservados en España” ..........................................

691

LÓPEZ QUERO, SALVADOR, “Latinismos en el Cancionero de Baena” ..................

703

PÉREZ JIMÉNEZ, AURELIO, “Autoridades griegas en la astrología medieval” ........

711

5. HUMANISMO Y TRADICIÓN CLÁSICA ALARCOS MARTÍNEZ, MIGUEL, “El contraste heliodórico entre héroes y bandidos al comienzo de las Etiópicas: su reelaboración cervantina en el Persiles”....

745

ANDINO SÁNCHEZ, ANTONIO DE PADUA, “Cervantes: actitud y manejo de las fuentes grecolatinas” ......................................................................................................

757

A SENCIO G ONZÁLEZ , E MILIO , “Los códigos del arte barroco: la literatura emblemática como clauis interpretandi”..........................................................

769

ASENCIO SÁNCHEZ, PABLO, “El léxico de la traducción del De rerum natura por José Marchena” ................................................................................................

781

BENÍTEZ RODRÍGUEZ, ENRIQUE M., “En las redes de Afrodita” .............................. BERMÚDEZ RAMIRO, JESÚS, “El mundo clásico en la poesía de Rafael Alberti de 1920 a 1938” ....................................................................................................

787 803

CARDONA CABANILLAS, SONIA, “Uso de las fuentes en el De scribenda historia liber de Viperano” ............................................................................................

811

CONTRERAS CONTRERAS, DIEGO, “Dos elegías funerales de Pedro Mártir de Anglería: a la muerte del Príncipe Juan y Alonso de Cárdenas” ..................

819

DELGADO SANTOS, JOSÉ ÁNGEL, “La tradición clásica en la poesía de Antonio Colinas” ............................................................................................................

827

DURÁN LÓPEZ, Mª ÁNGELES, “La Exposición de la República de Platón por Averroes: ¿recurso o pretexto?”........................................................................

839

FALQUE REY, EMMA, “La pasión de san Servando y san Germán y la obra teatral Así fueron nuestros mártires de don Adolfo Vila Valencia” ..........................

847

FLORISTÁN IMÍZCOZ, JOSÉ MANUEL, “«Bizancio después de Bizancio»: la herencia imperial de Constantinopla y la política exterior de los Austrias españoles (1517-1621)”......................................................................................................

863

ÍNDICE

GALLARDO MEDIAVILLA, CARMEN – FLORES SANTAMARÍA, PRIMITIVA, “Teatro escolar latino en los jesuitas de Cádiz: la fiesta del estreno de El triunfo de la fe”

877

GALLÉ CEJUDO, RAFAEL, “Ecos de tradición clásica en los dramaturgos andaluces del siglo XVII”..................................................................................................

889

GARCÍA GONZÁLEZ, JESÚS Mª, “La Historia Mulierum Philosopharum de Aegidius Menagius”..........................................................................................................

903

GARCÍA DE PASO, Mª DOLORES – RODRÍGUEZ HERRERA, GREGORIO, “El metatexto de los Progymnasmata de Aftonio: una aproximación al Epítome de Juan de Mal Lara” ..........................................................................................................

917

GARCÍA ROMERO, FRANCISCO ANTONIO, “Los clásicos en el padre Coloma” ........

929

GÓMEZ GÓMEZ, JUAN MARÍA, “El legado de la Eneida en La conquista de la Bética de Juan de la Cueva” ............................................................................

935

GONZÁLEZ DELGADO, RAMIRO, “La Biblioteca de Autores Griegos y Latinos del Círculo Científico y Literario de Cádiz (1858-1859)” ....................................

947

GONZÁLEZ GONZÁLEZ, MARTA, “La Tumba de Antígona de María Zambrano. A propósito de la figura de Ana” ....................................................................

961

GONZÁLEZ VÁZQUEZ, JOSÉ, “El legado clásico en la obra latina de fray Luis de Granada” ............................................................................................................

969

HUALDE PASCUAL, Mª PILAR, “Dafnis y Cloe entre dos traductores andaluces: de Juan Valera a Carmen de Burgos” ..............................................................

981

IGLESIAS MONTIEL, ROSA Mª – ÁLVAREZ MORÁN. Mª CONSUELO, “De la narratio épica a los libretos de Ópera” ..........................................................................

993

LÓPEZ LÓPEZ, PABLO, “De graece latineque philosophicis notionibus” ................

1021

MAESTRE MAESTRE, JOSE MARÍA, “Horacianismo y biblismo en la oda sáfica Pro incolumitate fontis Ariae Montani” ..........................................................

1029

MARTÍN GARCÍA, JUAN MANUEL, “Mecenazgo y cultura clásica en el primer círculo humanista de Granada” ........................................................................

1055

MARTÍNEZ RODRÍGUEZ DE LEMA, Mª ELENA, “La evolución de los fondos humanísticos del Real Observatorio de la Armada de San Fernando en el último tercio del s. XIX: Cecilio Pujazón y el Astronomicum Caesareuvm Apiani”

1067

MARTÍNEZ SARIEGO, MÓNICA MARÍA, “Tres poemas de inspiración horaciana en las Poesías filosóficas de Alberto Lista” ........................................................

1083

MILHO CORDEIRO, ADRIANO, “A comedia classica na renascença portuguesa. Un legado a preservar” ....................................................................................

1095

MUÑOZ MARTÍN, Mª NIEVES – SÁNCHEZ MARÍN, JOSÉ A., “El nacimiento de la tragedia según la Poética de J.C. Escalígero” ................................................

1107

ÍNDICE

ORTEGA SÁNCHEZ, DELFÍN, “La natura del niño en el proceso educativo. Una utilidad pedagógica en el De liberis educandis libellus de Nebrija” ....

1115

PELÁEZ BERBELL, JOSÉ JAIME, “El legado clásico en la Silua locorum” ..............

1125

PÉREZ CUSTODIO, Mª VIOLETA, “El elogio al rector por su doctorado: un subtipo de la epidíctica complutense del s. XVI”........................................................

1143

PINO CAMPOS, LUIS MIGUEL, “Los presocráticos en la filosofía de María Zambrano: la importancia de Anaximandro” ..................................................

1163

POZUELO CALERO, BARTOLOMÉ, “El inconformismo juvenil del licenciado Francisco Pacheco” ..........................................................................................

1173

RAMOS MALDONADO, SANDRA INÉS, “¿Antiperistasis o antiparistasis?: de Nebrija a Terreros y Pando” ..........................................................................................

1189

ROBLES SÁNCHEZ, Mª ÁNGELES, “Análisis del comentario de Badius Ascensius a la Declamatio I atribuida a Quintiliano” ........................................................

1207

SALAS ÁLVAREZ, JESÚS, “Patricio Gutiérrez Bravo, el cura de Arahal: un ejemplo del interés de la ilustración por el legado clásico en Andalucía” ..................

1221

SÁNCHEZ ORTIZ DE LANDALUCE, MANUEL, “Teoría y práctica de la traducción en Cristóbal de Castillejo” ....................................................................................

1241

SÁNCHEZ PIÑERO, EMILIO ANTONIO, “Reminiscencias clásicas en la Soledad de Pedro Espinosa” ................................................................................................

1259

SANTAMARÍA HERNÁNDEZ, Mª TERESA, “Isidoro de Sevilla sobre las serpientes: entre la medicina y la historia natural” ..........................................................

1271

URBÁN FERNÁNDEZ, ÁNGEL, “El arte de gobernar: consideraciones sobre la fortuna de Virgilio, Aen. 6, 853 en la literatura latina cristiana y en la emblemática” ....................................................................................................

1279

6. DIDÁCTICA CANALES MUÑOZ, EMILIO – GONZÁLEZ AMADOR, ANTONIO, “La enseñanza del latín a través del método inductivo-contextual”..............................................

1293

MACÍAS VILLALOBOS, CRISTÓBAL, “Una experiencia de teletutoría en la enseñanza del latín a nivel universitario”..........................................................................

1313

MARTÍNEZ AGUIRRE, CARLOS, “Didáctica de las lenguas clásicas: panorama de la enseñanza del griego clásico. Bases metodológicas” ......................................

1329

ORTEGA VERA, JOSÉ MANUEL, “El empleo de internet como apoyo a la clase presencial” ........................................................................................................

1339

ÍNDICE GENERAL ............................................................................................

1355

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