Feria de ciencias: una propuesta para la enseñanza no formal

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Descripción

Feria de ciencias: una propuesta para la enseñanza no formal Paloma Zubieta López Instituto de Matemáticas, UNAM · [email protected] Ponencia para el XX Congreso Nacional de Divulgación de la Ciencia y la Tecnología: “La comunicación pública de la ciencia para una sociedad del conocimiento”, Centro de Convenciones y Exposiciones de Morelia, Michoacán, México, 18-20 de noviembre de 2014. Palabras clave: Educación no formal, feria de ciencias, popularización de las ciencias, sociedad del conocimiento, modelo

Resumen Por su formato lúdico, las ferias son espacios de popularización de las ciencias que buscan relacionar, integrar y fomentar el acercamiento espontáneo y libre de la sociedad hacia diversas disciplinas, al tiempo que movilizan recursos tanto humanos como didácticos. A partir de un conjunto de actividades y talleres, estos eventos contribuyen a mejorar la actitud social hacia las ciencias, a la vez que divierten y sorprenden. La sensibilidad ante la labor de divulgación que realizan y el nivel educativo de los facilitadores que atienden estas ferias es variopinto; además, el formato de las actividades y los talleres no asegura rigor ni claridad en los contenidos científicos que se transmiten. Este trabajo propone un modelo de enseñanza no formal para estructurar dichos eventos y ampliar su contribución en la sociedad del conocimiento al favorecer el acceso a todas las dimensiones posibles del conjunto. Lo anterior implica la sistematización de los contenidos —conceptuales y procedimentales— subyacentes al conjunto de actividades y talleres que integran las ferias para mejorar la transmisión de los conocimientos científicos desde los facilitadores hacia el público, al tiempo que se favorecen el aprendizaje y la comprensión de estas disciplinas.

I. Introducción En la actualidad, se concibe a la educación como un derecho fundamental “para todos” (Camors, 2009, p. 23-26). Por ello, se debe impulsarla como un proceso integral y continuo en el individuo a lo largo de su vida (Rodríguez 2013, p. 218; Balán 2009, p. 39). La educación no formal, dice Smitter

(2006, p. 242), debe “contribuir a la formación permanente del individuo” al presentar acciones que “puedan responder a las necesidades humanas” y “que favorezcan la participación activa, responsable y transformadora en la sociedad”. La cultura científica y la percepción pública de la ciencia y la tecnología (PPCT) son dos aspectos fundamentales para la sociedad del conocimiento. Como menciona Revuelta (2012, p.261): “de forma creciente, los estudios de PPCT fueron instalándose en las agendas de los países desarrollados y luego, de los países en desarrollo, con objetivos diversos: para elaborar estrategias y políticas públicas, para legitimar el desarrollo científico y tecnológico en la sociedad, para abordar académicamente contenidos, prácticas e instituciones de ciencia y tecnología, para democratizar tanto decisiones de políticas públicas como aplicaciones concretas y situadas de tecnologías”. Y añade que: “[la cultura científica, la PPCT y la popularización de la ciencia] son usados alternativamente o como sinónimos para hacer referencia a aspectos cognitivos, valorativos y actitudinales, expectativas, niveles de confianza y credibilidad, evaluación de canales de difusión, capacidad del ciudadano para participar en temas de política científica, y toda cuestión vinculada a la relación entre ciencia, tecnología y sociedad”. El acceso a la cultura científica implica, además de ampliar la transmisión de información especializada a la población, el desarrollo de capacidades para el análisis crítico así como el despertar y la orientación de vocaciones, entre otras muchas funciones. Lo anterior, supone aplicar estrategias y herramientas propias de la educación no formal (Smitter, 2006) y considerar todo tipo de aprendizajes para desarrollar habilidades y conocimientos complementarios a la educación que se imparte en las escuelas. Además, la educación no formal —por su ventaja de acceso, flexibilidad, dinamismo y al poder ser impartida en diversos espacios—, puede contribuir a la formación del individuo de acuerdo con su situación, necesidades e intereses; incluso, puede sustituir en algunos casos las deficiencias del proceso escolarizado. Todo lo anterior pone en relevancia la pertinencia de

la educación no formal como una práctica compensatoria en países como México (Balán, 2009; Marúm-Espinosa y Reynoso-Cantú, 2014; Mejía, 2005). Mediante una serie de recursos lúdicos y experiencias individuales o colectivas donde se vinculan personas, conocimientos, vivencias, habilidades e interesas, las ferias científicas son un lugar donde, como dice Revuelta (2012, p. 266), “se facilita el intercambio de experiencias y expectativas, se enriquece el abordaje de temáticas socialmente significativas y con validez científica”. Hoy día, es común la discusión en torno a si diversos escenarios como los museos de ciencia tienen como función principal la difusión de la ciencia y la cultura, la educación o el entretenimiento; sin embargo, se sabe que las formas de interacción libres y variadas que involucran son muy favorables para el aprendizaje (Mejía, 2005). Como espacios de educación no formal, las ferias científicas fomentan el acercamiento a una diversidad de disciplinas y buscan evidenciar su relación con la actividad humana, al tiempo que integran a diversos sectores de la población y movilizan recursos humanos y didácticos. En sus talleres y actividades lúdicas se promueve de manera libre y espontánea el intercambio de experiencias, se motiva la curiosidad y el interés por conocer, además de favorecer las actitudes positivas, combatir preconcepciones e incorporar el placer del descubrimiento. Diversos países como Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica y España se han preocupado por llevar las ciencias a la calle y en todos ellos, las ferias científicas han sido tan exitosas que se repiten año tras año y capitalizan el esfuerzo de vincular a la Academia con la sociedad (ver bibliografía en Internet). En nuestro país existen esfuerzos similares que rebasan las expectativas originalmente planteadas en cuanto a la asistencia de visitantes, tales como la la “Semana Nacional de la Ciencia y Tecnología” y “La Noche de las Estrellas”. Sin embargo, la mayoría de estos eventos consisten en una mera acumulación de experiencias que contribuyen sólo a mejorar la actitud hacia las ciencias en forma restringida, al tiempo que divierten y sorprenden sin dejar mayor huella en los asistentes. Existen además, diversos aspectos derivados de la heterogeneidad de los facilitadores que atienden las ferias que, más allá de

contribuir con los objetivos de comunicación pública, pueden generar confusión y transmitir conceptos erróneos. El proceso de aprendizaje en estos eventos de comunicación pública de la ciencia depende principalmente de la participación e interacción. La primera no puede anticiparse dado que cada persona elige en forma individual si acercarse o no a las actividades. Sin embargo, ¿podría modularse el tipo de interacción con las actividades y talleres? ¿Cómo hacer más evidente y claro el discurso científico que subyace al conjunto? ¿Es posible mejorar la transmisión de los contenidos conceptuales y procedimentales al público? El presente trabajo propone un modelo de enseñanza no formal para estructurar las ferias científicas —en el sentido que Camors postula (2009, p. 36)— de manera que se muestren al visitante las relaciones de interdependencia, analogías, inferencias y otras que subyacen a la totalidad del evento, si éste es visto en todas las dimensiones posibles y no como una serie de “actividades”. Es decir, habría que mostrar al público no sólo la lateralidad entre los distintos talleres o actividades sino el cúmulo de relaciones que se establecen al integrar cada uno de los anteriores y con ello, proporcionar habilidades y conocimientos para el alfabetismo científico, como lo plantea Cabral (2001, p. 10-13). A partir de lo anterior y con base en la sistematización de los contenidos — conceptuales y procedimentales—, se podría incidir en la capacitación de los facilitadores y por tanto, en la alfabetización científica al mejorar la transmisión y la comprensión de conceptos y competencias, además de continuar con la generación de actitudes positivas hacia las ciencias.

II. Desarrollo Como ya se dijo en la introducción, el proceso de aprendizaje en las ferias de ciencias depende de la interacción. ¿Cómo podríamos modularla y así, mejorar la transmisión de contenidos al público? Proponemos como punto de partida el modelo más simple de comunicación, donde un emisor transmite un mensaje a un receptor. En la popularización de las ciencias, si bien se puede tipificar al receptor dependiendo del lugar en que se realice el evento, podemos considerarlo como una variable desconocida: es imposible anticipar específicamente quién se va a acercar ni tampoco saber en forma detallada cuáles son sus

antecedentes sobre temas científicos. Por lo anterior, tendríamos que centrar el presente análisis en el emisor y, por otro lado, en las características del mensaje. a) Análisis del emisor en las ferias de ciencias: el facilitador La mayoría de las ferias de ciencias en México están organizadas por instituciones, asociaciones o entidades educativas, que pueden ser o no gubernamentales y que suelen estar de una u otra manera, vinculadas con la Academia. Para los eventos de popularización de la ciencia — en especial, los masivos—, se recluta a facilitadores —en su mayoría estudiantes y profesores relacionados con las ciencias. Estos facilitadores son quienes en realidad tienen contacto directo con el público asistente al evento, conducen la interacción y transmiten la información científica. El apoyo de las organizaciones a sus facilitadores varía. Por ejemplo, a veces, se ofrece algún tipo de capacitación y, en muchos casos, no hay remuneración económica por el trabajo realizado. Además, los organizadores deciden los criterios para reclutar facilitadores; huelga decir que son de lo más variados. El evento se lleva generalmente a cabo sin que nadie haya valorado habilidades o recursos —académicos y verbales, entre otros— de los facilitadores. Algunos de los factores que influyen en el desempeño de estos voluntarios se muestran en las Tablas 1 y 2. Factor de formación o historia de vida

Tipo de impacto en desempeño

Edad

Rigurosidad, percepción del público

Escolaridad

Rigurosidad, claridad e interés del público

Habilidades comunicativas*

Claridad e interés del público

Recursos para la divulgación*

Claridad, rigurosidad e interés del público

Perfil para la actividad*

Interés y percepción del público

Experiencias previas

Rigurosidad, claridad, interés del público

Conocimiento previo sobre el tema de la actividad*

Claridad, rigurosidad, interés y percepción del público

Conocimiento sobre la actividad (dinámica, objetivos, materiales, etc.)

Claridad, interés y percepción del público

Motivación

Percepción e interés del público

Tabla 1. Algunos factores de formación o de historia de vida que influyen en el desempeño individual de los facilitadores en una feria de ciencias. Con (*) se indican aquellos que los organizadores suelen desconocer.

Factor de organización del evento

Tipo de impacto en desempeño

Convocatoria

Universo de facilitadores

Tiempos

Disponibilidad personal

Capacitación / conocimiento objetivos del evento

Preparación del facilitador, formación de comunidad y atención al público

Comunicación con el comité organizador

Formación de comunidad, interés y percepción del público

Beneficios

Constancias, playeras, alimentos, remuneración en especie y/o económica, condiciones de trabajo, etcétera

Otras motivaciones

Amigos, familiares, formar parte de un evento que llame la atención y otorgue un ‘valor social’

Tabla 2. Algunos factores de la organización del evento que influyen en el desempeño de los facilitadores.

Los facilitadores de las ferias de ciencias son los que guían al público en cuanto a qué hay que hacer y qué observar o entender; son también quienes ofrecen las explicaciones científicas que fundamentan actividades y talleres, aunque en muchos casos, no poseen los conocimientos conceptuales básicos o desconocen las características generales de la divulgación para cumplir dicha función. Por consiguiente, su papel en los eventos está muchas veces limitado a explicar la dinámica de la actividad: cómo se dobla o recorta el papel para formar tal objeto; cómo se prepara tal o cual experimento y se observa tal fenómeno; cómo se lleva a cabo tal o cual juego, etc. Más aún, no todos los facilitadores de las actividades o talleres tienen el mismo nivel educativo ni están sensibilizados de igual manera con la labor de divulgación que realizan; incluso, cabe la posibilidad de que algunos de ellos ni siquiera comprendan claramente los contenidos científicos que exponen, las relaciones entre unas actividades y otras o incluso, los objetivos del evento. Todo ello, dificulta la transmisión del mensaje científico hacia el público.

b) Análisis del mensaje en las ferias de ciencias: los contenidos Para que un mensaje se transmita adecuadamente se requiere que sea claro. Si en las ferias científicas partimos de que los facilitadores son un grupo heterogéneo, habría que estandarizar el mensaje de manera que este fuera claro para distintos niveles de formación y habilidades. Cada una de las actividades que forman parte de una feria científica posee uno o varios contenidos conceptuales. Lo anterior significa que una actividad puede estar centrada en diversos conceptos y dependiendo de ello, su presentación al público puede variar. Habría que probar y analizar para cada actividad cuál es el contenido conceptual que mejor se transmite hacia el público y en qué condiciones; sería importante de igual manera establecer jerarquías entre dichos contenidos y priorizar aquel que sea más claro de transmitir. También existen los contenidos procedimentales que en cualquier formación científica tienen un papel fundamental. Poco se ha trabajado con ellos en el ámbito no formal. Sin importar cuáles son los conceptos con los que cada actividad está relacionada, el conocer los procedimientos o habilidades también podría aclarar la transmisión del mensaje realizada por los facilitadores en una feria de ciencias. A partir de una capacitación que contemple el énfasis en los contenidos conceptuales y procedimentales sin importar el perfil del facilitador, sería mucho más probable que su transmisión al público fuera más efectiva. En conjunto, los contenidos conceptuales y procedimentales podrían estructurar el contenido de cualquier feria científica. A la vez, establecerían las relaciones entre las actividades y darían pie a una mirada distinta del conjunto; más aún, podría aclarar tanto a facilitadores como al público, qué es lo que hay en dicho evento y resaltar lo que se puede aprender en él.

c) Modelo propuesto de enseñanza no formal Para este modelo, se propone que los contenidos que se resalten para cada actividad sean llamados foco. De esta manera, el foco estructuraría el mensaje en cada caso y, sin importar el perfil del facilitador, la explicación al público de la actividad estaría centrada en dicho concepto y procedimiento.

El que los facilitadores comprendan cuál es la relación entre los contenidos de diversas actividades mediante el foco favorece, además de la transmisión del mensaje, que sean ellos mismos quienes sugieran otras actividades al público para ampliar un cierto contenido o reforzarlo. Si además de los conceptos, el organizador de una feria científica conoce los procedimientos o habilidades ligadas a cada actividad, con ellos podría trazar un ‘mapa’ de contenidos que permita conocer diversas dimensiones del evento, aclarar las relaciones entre las actividades y descubrir estas múltiples ‘lecturas’ o dimensiones que subyacen al evento. Con base en esto, las capacitaciones a los facilitadores deberían estar centradas en los focos de las actividades, que a la vez, serían la parte preponderante del mensaje hacia el público y que, en cierto modo, facilitarían el aprendizaje en el entorno no formal. Con el mapa de contenidos, el organizador podría proponer mapas de ubicación de las actividades que facilitaran a los visitantes, la comprensión de los contenidos. Incluso podría hacer sugerencias de recorridos que atendieran los contenidos. Este modelo de enseñanza no formal, contemplaría la estandarización de las actividades a partir de los contenidos y mejoraría la transmisión de estos al públicos, convirtiendo a las ferias de ciencias en un entorno favorecedor del aprendizaje por su multidimensionalidad.

III. Conclusión Más allá de cumplir los objetivos para las que fueron planteadas, es posible que las ferias puedan generar confusión y conceptos erróneos entre la población que en nada contribuyen a la cultura científica. Para favorecer la labor de comunicación de la ciencia en una feria, la capacitación de facilitadores —que además contribuye a formar una comunidad cohesionada para atender el evento — y el proceso de sensibilización ante la labor de divulgación que desempeñan debería ser una prioridad de los organizadores. Los beneficios y otras motivaciones también juegan un papel importante en el éxito del evento. Para que en un evento de esta naturaleza pueda existir un mensaje claro, se requiere de una sistematización a nivel de los contenidos en cada una de las actividades presentes en el conjunto. En

este modelo se propone el uso de la palabra foco para designarlos. Los focos estructurarían la capacitación y serían enfatizados por los facilitadores hacia el público, garantizando una mejor transmisión de los mensajes y por tanto, favoreciendo el aprendizaje. Además, los focos permitirían a los organizadores del evento comprender mejor al conjunto de la feria y por tanto, podrían ser utilizados para estructurarlas —mediante una serie de recorridos, por ejemplo— de una manera más clara y precisa hacia el público. Más aún, a partir de los focos sería posible establecer un sistema de evaluación tanto de los facilitadores como del evento y determinar los aprendizajes que estén causando mayor o menor impacto en el público. De esta manera, el organizador podría, incluso, seleccionar actividades e incluirlas o no, en eventos futuros. Más allá de despertar vocaciones y de desarrollar actitudes positivas hacia las ciencias, este modelo propone una manera sistematizada de estructurar las ferias favoreciendo la transmisión de los contenidos conceptuales y procedimentales, es decir, de los aprendizajes, desde el organizador hasta el público en un ámbito no formal.

IV. Referencias bibliográficas ❖

En medios impresos: 1. Balán, J. (2009). Las políticas de educación no formal y de educación de jóvenes y adultos desde la perspectiva del aprendizaje a lo largo de toda la vida. En: Apuntes para la elaboración de propuestas educativas, Morales, M. (compilador), OEI, Uruguay: pp. 23-38. 2. Cabral, I. (2001). Analfabetismo científico y educación. Revista Iberoamericana de Educación, OEI - México: 1-14 3. Camors, J. (2009). Educación no formal. Una oportunidad para aprender. En: Apuntes para la elaboración de propuestas educativas, Manuel Morales (compilador), OEI, Uruguay: pp. 23-38. 4. Marúm-Espinosa, E. y E.L. Reynoso-Cantú (2014). La importancia de la educación no formal para el desarrollo humano sustentable en México. Revista Iberoamericana de Educación Superior - México V (12): 137-155. 5. Mejía, R. (2005). Tendencias actuales en la investigación del aprendizaje informal. Revista Electrónica Sinéctica 26 (febrero-julio): 4-11. 6. Revuelta, A.C. (2012). Cultura Científica: la ciencia como actividad creativa y de inclusión. Experiencias en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral. Fundamentos en Humanidades, Universidad Nacional de San Luis - Argentina, XIII (II): 259-268.

7. Smitter, Y. (2006). Hacia una perspectiva sistémica de la educación no formal. Laurus Venezuela, 12 (22): 241-256.



En Internet: 8. Proyecto Explora de Universidad de Chile (2010, 15 febrero). Ferias Científicas benefician a más de 100 mil estudiantes en la Región Metropolitana. Disponible en: http://explorarm.com/ fc-recuento-2010/ 9. La importancia de las ferias para fomentar la cultura científica, a debate en Empírika 2012 (2012, 25 octubre). Agencia Iberoamericana para la difusión de la Ciencia y la Tecnología. Disponible en: http://www.dicyt.com/noticias/la-importancia-de-las-ferias-para-fomentar-lacultura-cientifica-a-debate-en-empirika-2012 10.Consejo Federal de Educación, Argentina. Reglamento para la participación en ferias de ciencia y tecnología. Disponible en: http://avelonus.files.wordpress.com/2011/06/ reglament.pdf

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