FEMINICIDIO Y VIOLENCIA DE GÉNERO: ORIGEN DEL CONFLICTO

June 14, 2017 | Autor: Liliana Trujillo | Categoría: Derechos Humanos, Violencia De Género, Mujeres, Mujer, Violencia contra las mujeres
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FEMINICIDIO Y VIOLENCIA DE GÉNERO: ORIGEN DEL CONFLICTO Por: LILIANA VICTORIA TRUJILLO GUARNIZO LIC. PEDAGOGA INFANTIL ESP. EN DDHH

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CASO: “Humberto López de 45 años ingeniero de petróleos, no soportó que su compañera de varios años tomara la determinación de acabar con esa relación, y le dijo que se vieran un momento porque le tenía un regalo, Johana Rodríguez Sánchez le dijo que se dirigía a su trabajo en Chevyplan Villavicencio, según versiones el sujeto la alcanzo en su vehículo y sin mediar palabra le rocío gasolina y le prendió fuego al auto con la mujer adentro, mientras tanto el sujeto no se movía del lado del carro para evitar que Johana, saliera del vehículo en llamas, el hombre también se prendió en llamas. Ambos fallecieron”. (http://cambioin.com/era-tolimense-la-mujer-que-incinero-el-novio-dentro-delcarro-en-villavicencio#sthash.mVvJYA9x.dpuf)

El Exsecretario General de las Naciones Unidas y Premio Nobel de la Paz Kofi Annan, expresó: “La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz” La violencia contra las mujeres se ha instalado en un espacio de preocupación social y política. Desentrañar sus causas y las dificultades para erradicarla, contenerla, reglamentarla y atenderla, en el marco de los derechos humanos de todas las personas, ha permitido reconocer que se trata de un asunto de interés de Estado.

Reconocer los factores de Violencia tiene un trasfondo importante. El triángulo de la violencia es un concepto introducido por Johan Galtung para representar la relación existente entre los tres tipos de violencia que él define en su teoría: Violencia directa, violencia estructural y violencia cultural.

La violencia nace de ésta forma según Galtung; primero desde que nacemos estamos bombardeados de la necesidad de posesión de una persona hacia otra, el hombre hacia su esposa, de los padres a los hijos, y así sucesivamente. El comportamiento familiar influye en el desarrollo de los niños que por su etapa de crecimiento son como esponjas, que absorben todo lo que hay a su alrededor; es aquí donde reconocemos la primera etapa de violencia: La violencia estructural, que se centra en el conjunto de estructuras que no permiten la satisfacción de las necesidades y se concreta, precisamente, en la negación de las necesidades.

Sumado a esto, la violencia cultural crea un marco legitimador de la violencia estructural y se concreta en actitudes de violencia directa. Desde las épocas más remotas de la cultura humana se ha manifestado siempre la subordinación de las mujeres respecto a los hombres. Este fenómeno no se ha limitado sólo a concebir la inferioridad femenina, sino que ha trascendido las fronteras de lo racional, hasta llegar incluso a manifestarse mediante comportamientos agresivos, que acreditados por el patriarcado y ratificados luego por las sociedades ulteriores, conforman la ya histórica y universal violencia de género.

A menudo, las causas de la violencia directa están relacionadas con situaciones de violencia estructural justificadas por la violencia cultural: muchas situaciones son consecuencia de un abuso de poder que recae sobre un grupo oprimido, o de una situación de injusticia social y reciben el espaldarazo de discursos que justifican estas violencias. Así, podemos señalar que la violencia de género es uno de los efectos colaterales del sistema patriarcal y androcéntrico en el que hemos nacido mujeres y hombres, todavía se piensa que la violencia contra las mujeres es natural, que quien domina o manda “naturalmente” tiene derecho a corregir, a humillar, a disciplinar y puede, porque es autoridad, usar su fuerza para golpear, para herir y para lastimar. Se cree, que quien manda tiene derechos indiscutibles sobre quien está en posición subordinada.

“Triángulo de la violencia de Johan Galtung”

ORIGEN DEL CONFLICTO: Cuando se juntan dos o más personas se establecen puntos de unión y puntos de diferenciación. Los puntos de unión nos permiten ver al otro como un ser cercano, pero los puntos de diferenciación nos alejan y nos llevan al conflicto. Muchas diferencias en la pareja provienen del hecho que cada uno trae consigo su propia experiencia de vida y cultura. Es decir, con frecuencia cada cónyuge tiene una forma de hacer las cosas y de ver el mundo muy distintas, según lo aprendieron en sus respectivas familias o en el ambiente donde crecieron.

Es fácil hacer un inventario de las áreas de conflicto de una pareja. Abarcan todas aquellas en las que se mueve la relación. Las disputas en los matrimonios se dan a menudo sobre las responsabilidades y el poder, las finanzas, las relaciones con miembros de la familia de origen, el cuidado de los hijos, actividades sociales y de trabajo fuera de la familia, sexualidad e intimidad y la comunicación.

Jhon Gottman profesor emérito en la psicología conocida por su trabajo en el matrimonio indica que se han determinado patrones conductuales que se instalan en las parejas con conflictos: El más problemático es cuando a una comunicación negativa se responde generalmente con otra comunicación negativa por parte del otro estableciéndose una reciprocidad en la negatividad que puede acabar en una escalada de violencia.

La cultura también enseña cómo actuar frente a los conflictos. Por ejemplo, en muchas de las culturas latinoamericanas mientras al hombre se le permite no sólo expresar su enojo sino incluso ser agresivo, a la mujer por el contrario se le ha enseñado a quedarse callada para evitar los conflictos, no expresando lo que siente o necesita. Este tipo de actitudes aprendidas de la cultura y en la familia son precisamente las que hacen difícil que haya un diálogo franco entre los dos cónyuges, que les permita crecer juntos y resolver sus conflictos de una manera saludable.

Gottman también señala que antes que se produzca el conflicto externo, en forma de choque o enfrentamiento, se observa un estado intermedio en el que la persona que ha tomado conciencia que la otra persona es diferente siente deseo de cambiarle y a pesar que durante este periodo pareciera que no existe conflicto ya hay una actitud agresiva basada en el miedo que implica llegar a tener que admitir que no se posee la verdad. Es más posible que una persona insegura entre en conflicto pues dicha inseguridad les pone en estado de alerta y les genera el estado de dolor necesario para entrar en conflicto.

Si la otra persona no quiere hacer ese cambio y mantiene sus posiciones total o parcialmente intactas, es muy probable que la situación se tense y se pongan en marcha acciones que acaben en un choque abierto o en el alejamiento de las personas.

“CONFLICTO: Gernika Gogoratuz”

La señal más evidente es la forma de control que el hombre intenta ejercer sobre la mujer en todos los ámbitos de su vida; desde su forma de vestir, de arreglarse y relacionarse con los demás. Evelyn Flores, de la Fundación Puntos de Encuentro señala: “Por lo general, los agresores intentan alejar a la mujer de su familia y de sus amigos para que no tenga redes de apoyo que le permitan salir del círculo de la violencia”. Según ella, estos potenciales agresores hacen uso además de la descalificación para mermar la autoestima de la víctima.

Las destrezas en negociación y resolución de conflictos pueden ayudar a impedir que las emociones y la conducta crítica escalen y lleven a la pareja a una relación auto-destructiva donde intenten hacerse daño consciente o inconscientemente, directa o indirectamente. Cuando existen conflictos en la pareja, es común que la relación se enfríe y los miembros opten por apartarse el uno del otro debido a las diferencias que tienen y que no han sido tomadas con la seriedad necesaria. El apartarse, callar y guardar las molestias para evitar más el conflicto, en lugar de mejorar la relación, la empeora.

Decidirse aceptar en forma adulta y madura que se tiene un conflicto o que "algo" no anda bien en la relación, y que es necesario enfrentar ese hecho para buscar las soluciones, buscar el dialogo propositivo enfocado a las soluciones, proponer cambios que les sirvan a los dos, estar dispuestos a ceder si es razonable y dar un tiempo prudente para que funcionen las soluciones son la propuesta de Gustavo Adolfo Escobar Isaza en su Guía para construir una relación Duradera.

LUCHA POR QUIEN PREDOMINA

PROPONER CAMBIOS EN AMBOS

ENTABLAR DIALOGO PROPOSITIVO

APARTARSE EL UNO DEL OTRO

SOMETERSE SIN OBTENER NADA

CONFLICTO / TRATAMIENTO: “Matriz de Thomas y Kilmann” Adaptación Gernika Gogoratuz

Regularmente un feminicida es una persona común y corriente, pero en las relaciones de pareja el factor influyente en estos tipos de casos, son los celos constantes que manifiesta el agresor, desencadenando expresiones muy marcadas de violencia que en la mayoría de los casos terminan con la muerte. La violencia ejercida a las mujeres es un problema social que tiene raíces muy profundas que no están íntimamente relacionadas con el estrato social o la preparación académica, por ello la Fundación Mujer sin Cadenas presenta algunos indicios que pueden alertar a la mujer sobre la presencia de un posible agresor: * En la mayoría de los casos de mujeres asesinadas, los agresores tuvieron una relación de pareja con la víctima. El hogar es el sitio que ocupa el primer lugar donde se produce la violencia. * El abusador o asesino de mujeres regularmente muestra alteraciones psicopatológicas, celos infundados, conductas controladoras extremas, dependencia emocional, depresión, tienen una historia de conductas violentas, bien con parejas anteriores o con otras personas, puede carecer de preparación académica (no es una regla) y provenir de un hogar violento * Los agresores se ubican, generalmente, entre los 26 y los 45 años. * Según expertos en el tema, mucha gente piensa que los abusadores son personas del campo, pero los datos arrojados en varios estudios indican lo contrario. La mayoría son personas de la ciudad.

Lo ideal es que la mujer se mantenga alerta y cuando se dé cuenta de una mínima señal, debe alejarse de inmediato del alcance de su agresor y denunciar los malos tratos y violencia que padece. La situación puede llevarlo a cometer un homicidio, por odio hacia la sociedad y la mujer, aunque hay personas que pueden llegar a experimentar placer en el acto homicida que al final lo satisface. Los asesinos de mujeres pueden también experimentar intencionalidad suicida y concretarla en algunos casos. El suicidio se da por temor a las repercusiones negativas de la conducta realizada. Se trata en estos casos de un suicidio evitativo, cuyo objetivo es evitar las consecuencias posteriores del homicidio como el rechazo social y castigo penal. Las leyes necesitan tipificar el feminicidio, mejorar las medidas preventivas y de protección hacia la mujer, la atención sicológica a los hombres, garantizar la seguridad de los hijos, fortalecer los refugios y los albergues, incluir la violencia de género dentro del currículo educativo, para que los niños aprenden a identificarla y la corrijan, e impulsar campañas de sensibilización. MUJER: NO PERMITAS ni justifiques ningún tipo de violencia, ROMPE el círculo de violencia, DENUNCIA, solo así podrás ejercer tu derecho a la protección y seguridad y RECUERDA: La violencia se incrementa y podría culminar con fatales e irremediables consecuencias para ti.

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