Factores Psicosociales del Consumo de Alcohol en Juventud Universitaria

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Descripción

JUVENTUD Y ALCOHOL 1

UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA “JOSÉ SIMEÓN CAÑAS”

TRABAJO DE GRADUACIÓN PREPARADO PARA LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

PARA OPTAR AL GRADO DE LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

FACTORES PSICOSOCIALES DEL CONSUMO DE ALCOHOL EN JUVENTUD UNIVERSITARIA

POR CARLOS ENRIQUE ESCALANTE RUIZ ANDREA ELENA MCLEOD ALVARADO ADELA ESMERALDA ZAYAS HERNÁNDEZ

AGOSTO 2016 SAN SALVADOR, EL SALVADOR, C.A.

JUVENTUD Y ALCOHOL 2

UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA “JOSÉ SIMEÓN CAÑAS”

RECTOR Ing. Andreu Oliva, S.J.

SECRETARIA GENERAL Mtra. Silvia Azucena de Fernández

DECANA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES Mtra. Mercedes Rodríguez De Burgos

DIRECTORA DEL TRABAJO DE GRADUACIÓN Dra. Sol Yánez

JUVENTUD Y ALCOHOL 3 Agradecimiento Agradecemos en primer lugar a nuestras madres y a nuestros padres, por habernos traído a este mundo y por brindarnos todo el amor que pudieron; de igual manera a nuestros hermanos, hermanas y familia, gracias por confiar en nosotros y apoyarnos en alcanzar nuestros sueños. Agradecemos a los diferentes profesores y profesoras que compartieron sus conocimientos, aquellos que nos hicieron reflexionar más profundamente y quienes nos inspiraron a poner los nuestros al servicio de los demás. Gracias a todas nuestras compañeras y compañeros por construir el conocimiento en el aula y en los pasillos; principalmente, gracias a nuestras amigas y amigos, por acompañar el proceso de transformación que experimentamos a lo largo de la carrera. También queremos agradecer a nuestra asesora de tesis, la Dra. Sol Yanes, por acompañarnos en el proceso de graduación y motivarnos a culminar con éxito. Finalmente, gracias a la vida, por permitirnos coincidir y encontrarnos, gracias por permitirnos terminar juntos un proceso de crecimiento espiritual, cognitivo y emocional, ha sido un gusto compartir este camino entre nosotras/os. - Adela, Carlos y Andrea.

JUVENTUD Y ALCOHOL 4 Resumen La fuerte incidencia de consumo de alcohol se identifica como una de las principales problemáticas que afectan a la juventud Salvadoreña. Escasas investigaciones describen este fenómeno en el contexto universitario, a pesar de la importancia que tiene este entorno en la transición hacia la vida independiente de la juventud. En este contexto, se describen los principales Factores Personales e Interpersonales que influyen en el consumo de alcohol, a través del Inventario Situacional de Consumo de Alcohol. La muestra estuvo compuesta por 445 estudiantes, entre 18 y 21 años, cursando los primeros tres años universitarios, de los cuales 260 fueron mujeres y 185 hombres. Se seleccionaron tres universidades privadas con mayor población estudiantil del sector metropolitano. Los resultados comprueban la hipótesis de investigación, indicando mayor influencia de Factores Interpersonales en el consumo de alcohol, específicamente se reporta un riesgo moderado de consumo en las subescalas de Presión Social y Momentos Agradables. El consumo de alcohol es analizado como parte del recurso adaptativo que facilita la relación con el grupo de pares dentro de la cultura juvenil universitaria. La aceptación social influye directamente en aspectos individuales esenciales para alcanzar la consolidación de la identidad. Palabras clave: Juventud, Consumo de Alcohol, Factores Psicosociales

El alcohol afecta a las personas y a la sociedad de diferentes maneras, sus efectos están determinados por el volumen de alcohol, los hábitos de consumo y, en algunas ocasiones, la calidad del alcohol (Organización Mundial de la Salud, 2014). El alto consumo de alcohol puede aumentar el riesgo de trastornos, accidentes y problemas sociales (Shi y Stevens, 2005; citado en Babor et al., 2010). Cada año se producen 3,3 millones de muertes en el mundo debido al abuso de alcohol, lo que representa un 5.9% de todas las defunciones (OMS, 2014). La Organización Panamericana de la Salud reporta que El Salvador se encuentra entre los países Latinoamericanos que tienen las tasas más altas de mortalidad por causas atribuibles al alcohol, lo cual refleja que existen patrones nocivos de consumo en el país (OPS, 2014). Según el Reporte de Status Global de Alcohol y Salud, en El Salvador, por cada 100,000 habitantes, 54.3 hombres mueren en accidentes de tránsito, estando 37.6% de estos casos relacionados al consumo de alcohol. Por otro lado, 12 mujeres mueren a causa de la misma situación, estando el 13% de los casos relacionados al alcohol (OMS, 2014). El alcohol, como cualquier sustancia psicoactiva, contiene propiedades capaces de afectar el estado físico y psíquico de una persona (OMS, 2014). A medida que se bebe aumenta el nivel de Concentración de Alcohol en Sangre (BAC por sus siglas en inglés). Cuanto mayor sea el BAC, mayores serán los efectos del alcohol. El Instituto Nacional del Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA, 2016), describe que el alcohol entra al torrente sanguíneo desde el primer sorbo y los efectos inmediatos pueden aparecer aproximadamente luego de diez minutos tras haber ingerido la sustancia. Estos efectos pueden incluir: reducción de las inhibiciones, trastornos del habla, alteraciones motoras, confusión, problemas de memoria, problemas de concentración, problemas respiratorios, coma y muerte; según la intensidad del consumo (Estruch, 2002).

JUVENTUD Y ALCOHOL 5 En términos de cantidad, se considera como consumo de riesgo cuando la ingesta de alcohol aumenta la posibilidad de consecuencias adversas para la salud del individuo y si el hábito de consumo es persistente (López-Pinedo, 2012). Para facilitar su estudio el consumo de alcohol puede describirse en términos de gramos de alcohol ingerido o por el contenido alcohólico de las bebidas (Madrid, 2016). La Organización Mundial de la Salud (citado en Organización Panamericana de la Salud, 2008) describe como consumo regular: de 20 a 40 gramos diarios de alcohol en mujeres y de 40 a 60 gramos diarios en hombres. El Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación describe que para determinar si la persona enfrenta un problema de salud frente al consumo es importante conocer la frecuencia y cantidad de ingesta (ICFES, 1995; citado en Albarracín y Muñoz, 2008). El consumo del alcohol superior a la norma aceptada y la ingesta en circunstancias no habituales son indicadores de un posible abuso del alcohol, sin que haya una adicción a la sustancia. Otras características como la preocupación por la adquisición de alcohol, el uso compulsivo a pesar de consecuencias adversas y el patrón repetido de uso y recaídas, son indicadores de adicción a1 alcohol. Por otro lado, indicadores de una dependencia al alcohol, son la presencia de síntomas al cesar el consumo, los cuales desaparecen con la ingesta de la sustancia. El inicio temprano de consumo de alcohol puede estar fuertemente relacionado con un mayor riesgo de dependencia y abuso de la sustancia, según la Organización de los Estados Americanos en su informe “El Problema de Drogas en las Américas” (OEA, 2013). Esta afirmación se refuerza con los datos estadísticos del país en donde se detallan las edades de inicio y el porcentaje que continúa bebiendo en la actualidad. El 51.8% de las personas que iniciaron a consumir bebidas alcohólicas antes de los 10 años de edad todavía continúan bebiendo, de igual manera, el 32.1% de las personas que empezaron a beber entre los 10 y 14 años lo continúan haciendo; también, el 36.9% de las personas que iniciaron entre los 15 y 19 años. Finalmente, la cifra disminuye a un 34.6% en aquellas personas que iniciaron entre los 20 y 30 años. La Comisión Nacional Antidrogas (CNA), encontró en un estudio realizado a nivel nacional que la bebida alcohólica de mayor prevalencia en El Salvador es la cerveza (CNA, 2005; citado en Bautista 2011). Además se ha demostrado, según los resultados de la Encuesta Nacional de Alcohol y Tabaco (ENAT), realizada por el Fondo Solidario para la Salud, que son los hombres quienes experimentan el consumo de alcohol antes que las mujeres. En esta encuesta se encontró que el 53.1% de los hombres inicio a consumir esta bebida antes de cumplir los 18 años, mientras que el 43.8% de las mujeres inició su consumo hasta los 20 a 30 años de edad (FOSALUD, 2014). En el país existe una diferencia de consumo en cuanto a género, en el año 2010 se reportó una media de consumo de 7.3 litros de alcohol puro per cápita entre ambos sexos, siendo los hombres los mayores consumidores con 9.0 litros y las mujeres con 5.1 litros (OMS, 2014). En esa misma línea, se ha encontrado que además de consumir más en cantidad; es mayor la población masculina que consume alcohol, de 4, 080,562 personas mayores de 18 años, 1,345,900 son hombres consumidores en contraparte con 760,978 de mujeres, con una diferencia de 584,922 (FOSALUD, 2014). A pesar de esto, se debe señalar que ahora la mujer tiene oportunidad de participar en un abanico más amplio de escenarios sociales, lo cual la expone ante múltiples actores y factores de riesgo. En los últimos años se ha demostrado que la mujer ha incrementado su

JUVENTUD Y ALCOHOL 6 participación en la práctica del consumo de alcohol (Sanhueza, 2010). Por lo que el consumo ahora podría representar mayores problemas de salud pública para ellas, estando éstos relacionados a enfermedades, accidentes y problemáticas sociales complejas, como la discriminación o la violencia en sus múltiples dimensiones (NIAAA, 2005). Las estadísticas de consumo parten de una construcción social en donde el consumo de alcohol ocurre de manera diferenciada en hombres y mujeres. La influencia cultural afecta la cosmovisión juvenil referente a las conductas de consumo, reproduciendo patrones observados en su entorno (Bandura, 1987; citado en Salamó, et al., 2010). Por lo que no solo se adoptan patrones de consumo hacia la sustancia, sino también los roles conductuales asociados al género del que consume. Entre los hombres, el consumo de alcohol es percibido como una conducta natural, social y hasta exigida culturalmente; en cambio, entre las mujeres supone un reto a los valores sociales dominantes (Sánchez, 2013). Existen características comportamentales culturalmente asociados al hombre, en el caso del alcohol es usualmente asociado a agresividad, poder y actividad sexual. Según Baró (2010), en su tipología del machismo y hembrismo, el hombre gana estatus social de macho cuando se caracteriza por una tendencia frecuente hacia la agresión corporal, una actitud de valeverguismo y una valoración excesiva de la actividad genital. Por otro lado, de la mujer se espera una actitud de subordinación instrumental frente al macho, se da una exigencia de la virginidad, cultivo de la sensibilidad y afectividad, el conservadurismo y la religiosidad (Sánchez, 2013). La percepción social de acuerdo al género que consume la sustancia y los riesgos que entraña tanto su consumo esporádico como habitual son elementos involucrados en los niveles de consumo de hombres y mujeres (Sánchez, 2013). La construcción de género condiciona las relaciones que las personas mantienen con las drogas, entre ellas el alcohol. Al género masculino, como se ha mencionado anteriormente, se le exige un consumo de alcohol recurrente, ya que este se asocia a características masculinas deseables. Muchas veces el consumo en hombres, al verse motivado por la influencia social, genera un necesidad de probar que se tiene control sobre la bebida y que puede regular su consumo. La ilusión de poder que genera este proceso individual usualmente tiende a prolongar e incrementar la ingesta, satisfaciendo exigencias sociales y personales. A diferencia de la mujer, el consumidor hombre obtiene gratificaciones positivas, como el reconocimiento y la valoración social, a través del consumo de bebidas embriagantes. Estas gratificaciones no se producen de inmediato al consumo, más bien involucran el entramado de interacciones sociales que el consumidor tiene mientras realiza la acción de beber alcohol. Esto ya ha sido descrito por Berndt (1999; citado en Méndez y Muñoz, 2008), quien describe que el consumo de alcohol tiende a asociarse a momentos agradables. Aunque muchas mujeres comparten con los hombres hábitos de consumo, en general mantienen un patrón menos nocivo para la salud, consumiendo con menor frecuencia y en menores cantidades que los hombres (OPS, 2014). A diferencia de los hombres, a la mujer se le presiona a limitar su comportamiento relacionado al consumo de bebidas embriagantes. De manera que, al no estar tan presionadas socialmente, el género femenino no tiene necesidad de desafiar la regulación de su consumo (Maffia, Colace y Lerena, 2011).

JUVENTUD Y ALCOHOL 7 A pesar de las diferencias en cuanto a género, en la cultura juvenil pesan las creencias y gratificaciones positivas, como el reconocimiento y la valoración social, obtenidas a través de la sustancia. El alcohol queda entonces asociado a expectativas positivas e incluso deseadas por los jóvenes, considerando la gran cantidad de factores que influyen en esta etapa de su desarrollo. Muchas de estas expectativa suponen la interpretación del consumo de alcohol como facilitador de la interacción grupal, expresividad verbal, desinhibición, incremento de la sexualidad y reducción de la tensión psicológica (Mora y Natera, 2001). Investigaciones nacionales demuestran que más de la mitad de los salvadoreños/as mayores de 18 años consumen bebidas alcohólicas, es por esto que este estudio focaliza su interés en la juventud Salvadoreña (FOSALUD, 2014). Específicamente interesa la población que reside en el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS). Esto debido a que en El Salvador esta zona geográfica presenta una mayor prevalencia en el consumo de alcohol, representando un 13.6%; mientras que en el departamento de Sonsonate se registra la menor prevalencia con un 3.8%. Se analiza que todos los departamentos, a excepción de la AMSS, se encuentran por debajo del promedio general. Por lo que puede decirse que el 72.2% de los consumidores residen en esta área (FOSALUD, 2014). El consumo perjudicial de alcohol es una temática relevante incluso identificada por la misma población juvenil. En el Diálogo Nacional con Juventudes, llevado a cabo en El Salvador en el año 2011, participaron aproximadamente 6,646 jóvenes de diferentes municipios del país, quienes identificaron el alcoholismo como unas de las principales problemáticas a las que se enfrentan (Gobierno de El Salvador, 2011). López-Pinedo (2012) considera que los jóvenes son una de las poblaciones más vulnerables al consumo de alcohol. Los adolescentes son el objetivo de mensajes nocivos por parte de los medios de comunicación, alcanzando al 90% de ellos en muchos países Latinoamericanos (OEA, 2011). Generando que el consumo de alcohol quede impregnado en el imaginario colectivo juvenil. En un estudio realizado a estudiantes universitarios Salvadoreños, se encontró que el 70.8% declara haber consumido algún tipo de sustancia a lo largo de su vida (OEA, 2011). La misma investigación refleja que el 64.5% de los estudiantes declara haber usado alcohol al menos una vez en la vida. Otra investigación nacional reveló que a medida que aumenta la escolaridad, aumenta el consumo de alcohol, resultando alto en los estudiantes de bachillerato y educación superior (CNA, 2005; citado en Bautista, 2011). Una de las etapas más importantes de la juventud es la transición de la escuela a la universidad, este periodo universitario enmarca la transición de la juventud hacia el mercado de trabajo y representa el paso de ser joven a ser adulto. Este proceso puede resultar en una experiencia abrumadora. La nueva experiencia para algunos estudiantes con poco control parental, los coloca en alto riesgo de uso y/o abuso de sustancias. Además, la universidad es a menudo una cultura de numerosas oportunidades y a veces en los campus universitarios se promueve el consumo de alcohol y otras sustancias como un método para aliviar la tensión y fomentar la diversión (Pillon, Brien y Chávez, 2015; citado en López-Pinedo, 2012). Los años de formación universitaria se encuentran relacionados con una población joven poco identificada con los problemas de salud que les afectan. Manteniendo la creencia de que estos aparecen hasta en etapas posteriores del ciclo vital. Sin embargo, entre las condiciones de salud negativas más comunes en esta población se encuentra el consumo de alcohol excesivo (Monteiro, 2013; OPS, 2015; citado en Calero, Schmidt y Bugallo, 2016).

JUVENTUD Y ALCOHOL 8 El consumo excesivo y la dependencia de bebidas alcohólicas durante la juventud y la adolescencia generan un grave problema de salud. Las consecuencias tienden a ser mucho más graves en estas etapas de vida si se compara con las que experimenta la persona adulta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2014), el consumo nocivo, dentro de esta población, es un factor causal de más de 200 enfermedades y trastornos, como también la incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis, infecciones de transmisión sexual y el VIH/SIDA. En un estudio realizado por Florenzano y cols., (citado en Albarracín y Muñoz, 2008), se describen algunos factores que inducen al consumo de alcohol en la juventud universitaria, entre los que se encuentran los siguientes: la curiosidad, la imitación de conductas de otros jóvenes, la búsqueda de placer y el deseo de evadir situaciones desagradables. Estos son algunos aspectos psicológicos a tomar en cuenta cuando se trata sobre el consumo de alcohol, sin embargo estos también se encuentran ligados a elementos sociales que influyen en dicho comportamiento entre la población universitaria. Donovan (citado en Albarracín y Muñoz, 2008), expone que las relaciones interpersonales son de suma importancia en el consumo de alcohol. El grupo de amigos y pares más cercanos se transforman en una influencia que determina el consumo. Representando, en este sentido, una forma de selección y socialización en torno al alcohol y la interacción con otros. Por lo que las actitudes de aprobación del grupo de pares se convierten en un elemento asociado a éste “factor de socialización”. Antes de iniciar el estudio de un fenómeno social en una población específica es imprescindible comprender las características que dicha población tiene. La adolescencia y la juventud han sido definidas tradicionalmente como etapas de tránsito entre la niñez y adultez. La OMS (2016) define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta. Diversos autores coinciden en identificar la adolescencia como una transición importante que implica cambios que se producen a niveles físicos, cognitivos, emocionales y sociales (Hoffman, Paris y Hall, 1996; Cicchetti y Rogosch, 2002; citado en Papalia, Olds y Feldman, 2001). La Secretaría Nacional de la Familia (SNF) define a la población joven en El Salvador como los y las menores de 25 años y la Política Nacional de Juventud establece como parámetro la edad entre 15 y 24 años (Aguirre, 2002). Dentro de esta población los adolescentes entre 15 y 19 años representan el 11.4%, mientras que los jóvenes de 20 a 24 años constituyen un 9.2%, sumando un 20.6% de la población total en el país (Aguirre, 2002). La etapa de la adolescencia, sin importar su contexto, permanece como una etapa de crisis, adaptación, crecimiento y madurez, que se sabe cuándo inicia pero no cuando termina (Papalia y cols., 2001). Se han definido desde el ámbito de la investigación tres fases de la adolescencia, las cuales se identifican como: adolescencia inicial, adolescencia media y adolescencia final o juventud (Castillo, 1984; Griffa y Moreno, 2005; citado en Russián y Rodríguez, 2008). Según este modelo, la primera fase, adolescencia inicial sucede entre los 11 y 13 años de edad. Se caracteriza por ser una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano, en la que se produce un ritmo acelerado de crecimiento y de cambios corporales (OMS, 2016). Estos suscitan temores a la desproporción corporal y deseos de pasar

JUVENTUD Y ALCOHOL 9 desapercibido frente a los demás cuando el desarrollo es precoz (Griffa y Moreno, 2005; citado en Russián y Rodríguez, 2008). La segunda etapa, o adolescencia propiamente dicha corresponde al período entre los 13 a los 16 años. Se caracteriza por ambivalencias, vacilaciones y contradicciones debido al predominio de fantasías de independencia. El adolescente internamente intenta desvincularse de su imagen de infante, iniciando el proceso de maduración psicológica, intentando crear sus propios criterios mientras socialmente todavía no es aceptado como un adulto. Es el momento en el que se evidencia la construcción de la identidad sexual y personal (Craig, 1997; Delval, 2000; citado en Papalia et. al., 2001). El interés por nuevas actividades, la preocupación por lo social y la exploración de capacidades personales en la búsqueda de la autonomía intensifican los procesos de individuación. La búsqueda de una identidad grupal condiciona y trasciende la identidad de cada uno de los miembros y brinda un espacio diferenciador de la familia (Griffa y Moreno, 2005; citado en Russián y Rodríguez, 2008). La última fase, adolescencia tardía o juventud, inicia entre los 17 y 18 años. En esta etapa se espera lograr el desarrollo del pensamiento cognitivo formal, maduración en la capacidad de establecer relaciones sociales y la construcción de una identidad personal; la cual implica una autoimagen relativamente estable a lo largo del tiempo (Peñaherrera, 1998). Esta fase, al mismo tiempo que significa un momento de búsqueda del sentido de la vida, supone una serie de descubrimientos de valores y preocupación ética como forma de búsqueda de la afirmación personal y social (Griffa y Moreno, 2005; citado en Russián y Rodríguez, 2008). La búsqueda de la propia identidad y reconstrucción constante de la personalidad es la meta más importante durante el periodo juvenil (Palacios, 1993; Weissmann, 2012, citado en Rosa, 2015). Se caracteriza por ser una etapa de afianzamiento de las principales adquisiciones logradas en períodos anteriores. El adolescente busca autodefinirse, explorar y aprender de sus capacidades, destrezas, habilidades y limitaciones propias (Laespada y Elzo, 2007; citado en Pons y Buelga, 2011). Como se ha descrito anteriormente, esta etapa presenta nuevos significados para que el joven logre definirse a sí mismo, realizar cambios y desempeñar nuevos roles sociales (Cicchetti y Rogosch, 2002). La independencia se logra alcanzar al exterior del núcleo familiar, por lo que los pares comienzan a ganar importancia durante la juventud. Bordignon (2006) considera que a través de las relaciones interpersonales los jóvenes buscan la sintonía e identificación afectiva, cognitiva y comportamental con los demás; lo que es fundamental para establecer intimidad psicológica. De esta manera el joven se adaptará a las exigencias ambientales y a las normas de los grupos en donde se integra, los compromisos que en ellos asume y los valores que por la interacción grupal interioriza, contribuyendo a la construcción de su identidad (Woolfolk, 2008; citado en Pons y Buelga, 2011). Como se ha mencionado con anterioridad durante la juventud se dan en mayor medida las interacciones con pares esto influye en la búsqueda de experimentar sensaciones; llevando en ocasiones a un incremento en la prevalencia de comportamientos de riesgo (Casey, Jones y Hare, 2008; Gullone y Moore, 2000; citado en Gil, 2012). Muchos autores han vinculado este período de desarrollo directamente a las conductas de riesgo, siendo una de ellas el consumo abusivo de drogas, como el alcohol (Eaton et al, 2012; Fonseca, 2010; Maza, Navarro, Rivas,

JUVENTUD Y ALCOHOL 10 Alcides, Cerpa y López, 2007; Steinberg, 2008; citado en Ballester y Gil, 2008). La promoción de bebidas alcohólicas en los diferentes medios en los que se mueve el o la joven influye en la decisión de ingerirlas y mantener su consumo, lo cual puede en ciertas ocasiones generar un gran rango de consecuencias comportamentales (Cárdenas, 1991, citado en Carrero, Hidalgo, Matellanes, Moreno y Palmerín, 2003). Jessor (1991; citado en Peñaherrera, 1998) plantea que la aproximación a los comportamientos de riesgo se complejiza si consideramos que muchos de dichos comportamientos son funcionales y dirigidos a la meta de consolidar una identidad propia. En el caso de los jóvenes, se logra alcanzar a través de las relaciones sociales, muchas veces a través del consumo de alcohol. Dichas conductas forman parte de un proceso esencial de adaptación social, a través del cual los individuos se integran a un grupo determinado y al mismo tiempo logran adaptarse funcionalmente a un medio social (Peñaherrera, 1998). La teoría de la toma de riesgo, “risk­taking behaviour”, ofrece una visión que permite ampliar el análisis sobre estas conductas. Estas se definen como la tendencia a involucrarse en comportamientos que tienen la potencialidad de ser perjudiciales para el individuo, pero que paralelamente proporcionan la oportunidad de obtener un resultado positivo, el cual suele ser de carácter emocional (Ellis, 1973; citado en Priest, 1993). De manera que la persona se puede involucrar en el consumo por obtener beneficios sociales y personales. Según este esquema, a través de la exploración, los desórdenes emocionales y los comportamientos generadores de riesgo el joven afronta las tareas propias de su ciclo vital, comprometiendo su salud, su proyecto de vida, su propia supervivencia y la de otros (Krauskopf, 1995). De no realizarse este comportamiento, esto lo conduce a la infelicidad, desaprobación social y dificultades para realizar tareas subsecuentes (Peñaherrera, 1998). Es por esto que durante el periodo adolescente, las expectativas positivas hacia el alcohol predicen su consumo (Pons y Berjano, 1999; Randolph, Gerend y Miller, 2006; Zamboaga, 2005; citado en Musitu y Pons, 2010). El consumo de alcohol se instaura en el imaginario individual y colectivo a muy temprana edad. Hampson, Andrews, Barckley y Severson (2006; citado en Moreno, 2014) comprueban que conforme los niños y niñas crecen, cultivan imágenes positivas acerca del consumo de alcohol. Dichas imágenes influyen en las expectativas de los jóvenes en torno a la bebida, frecuentemente asociadas a experiencias positivas. Entre una de ellas se encuentra la desinhibición que da como resultado un aumento en los comportamientos de socialización, ofreciendo al joven una mayor probabilidad de aceptación. El ciclo de consumo se fortalece a través de las experiencias gratificantes que el individuo obtenga tanto de forma individual como en compañía (Allen, 2003; citado en Pons y Buelga 2011). Es necesario comprender las situaciones que favorecen el consumo de alcohol, volviéndose primordial conocer la interacción de los factores psicosociales dentro del contexto en el que se encuentra el individuo; ellos pueden clasificarse en Factores Interpersonales y Personales. Estos factores deben ser analizados en conjunto, ya que en la realidad interactúan entre sí constantemente. El conocimiento de estos factores son importantes ya que nos permiten desarrollar intervenciones más efectivas, contribuyendo al desarrollo integral del individuo y de la sociedad en general (Stimson, 2006). Se debe destacar que el consumo de alcohol no constituye un problema en sí mismo; sin embargo, puede ser el inicio de conductas adictivas (Madrid, 2016). La percepción,

JUVENTUD Y ALCOHOL 11 magnitud y patrones de consumo de alcohol no solo están mediados por factores personales, sino que son influidos por el medio: la familia y amigos, normas culturales, políticas públicas y los medios de comunicación (Bandura, 1986, citado en Carrero, et al., 2003). Estos intervienen, predisponiendo y aumentando la probabilidad del consumo en la población; por ello se consideran los factores psicosociales la forma más integral de abordar el fenómeno (Bell, Forthum y Sun, 2000; Jessor, 1991; citado en Pons, 2008). La OMS (2011) brinda un énfasis importante a los usos y patrones de consumo de alcohol para lograr reflejar cómo y para qué la gente bebe. A esta idea, el Instituto Nacional del Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA, 2016) aporta que las personas toman para socializar, celebrar y relajarse, asociando su consumo a sensaciones positivas. El alcohol juega un rol importante en muchas actividades de interacción social, como ocasiones especiales, reuniones, fiestas y eventos varios. Los beneficios para aquellos que toman durante eventos sociales son influenciados por la cultura, el lugar en el que ocurre el consumo y las expectativas de los efectos del alcohol (Goldman et al. 1987; Heath 1987; Leigh 1989; Leigh y Stacy, 1991; citado en Secretaría de la Salud y Servicios Humanos, 2000). Los beneficios del consumo de alcohol que se reportan con mayor frecuencia son: reducción de estrés, incremento de animos, mayor sociabilidad y relajación (Baum-Baicker, 1985; Hauge and Irgens-Jensen 1990; Leigh and Stacy, 1991; Mäkelä and Mustonen 1988; citado en Secretaría de la Salud y Servicios Humanos, 2000). Es por ello que la mayor relación que existe en cuanto a su consumo son las sensaciones positivas (NIAAA, 2016). En El Salvador a partir de los 18 años el consumo de alcohol es legalmente permitido y muchas veces hasta esperado; se promueve en lugares públicos como bares, discotecas, restaurantes y en reuniones familiares; sin embargo, existen limitaciones legales y sociales. A pesar de estas limitantes en general la sustancia es considerada poco peligrosa y hasta benevolente (Salamó, Gras y Font-Mayolas, 2010). Desde el punto de vista social, el alcohol es una sustancia aceptada e incluso apremiada; ello se debe a la promoción del consumo en los medios de comunicación. El consumo de alcohol es asociado a valores deseables como poder, dinero, juventud, entre otros (Medina-Mora, Natera y Borges, 2002; citado en Valdez, 2005). El hecho de que el consumo de bebidas alcohólicas se promueva y naturalice en la sociedad, impacta los patrones de consumo y formas de uso en la población. La realidad sociocultural salvadoreña se apega a lo que Pittman y Zinder (1962; citado en Albarracín y Muñoz, 2008), describen como una cultura permisiva; en donde se admite el consumo de alcohol en grupos pequeños, de amigos y familiares; no obstante, socialmente se rechaza el estado de embriaguez causado por la sustancia. Aportando a dicho punto se identifica que los momentos de diversión y desinhibición se vinculan al consumo de alcohol, lo cual continúa promoviendo su uso social (Laespada y Elzo, 2007; citado en Pons y Buelga 2011). De acuerdo al grado de consumo, el alcohol puede llegar a crear una atmósfera cooperativa, facilitar la comunicación y el intercambio compartido de sentimientos y experiencias, además de permitir los diferentes procesos de identificación entre iguales (Allen, Donohue, Griffin, Ryan y Turner, 2003, citado en Pons y Buelga 2011).

JUVENTUD Y ALCOHOL 12 En la misma línea, McNamara y Wentzel (2006; citado en Cicua, Méndez y Muñoz, 2007) consideran que el consumo de alcohol está vinculado y moldeado por la interacción de unos con otros, relacionándose directamente al significado emocional de la amistad. La observación e interacción entre las personas, moldean comportamientos socialmente aceptables y permiten a los integrantes adoptarlos y reproducirlos. En el imaginario de la juventud, las actitudes de aprobación por parte de los pares constituye una gran influencia y un factor asociado al consumo de alcohol (Albarracín y Muñoz, 2008). Berndt (1999; citado en Cicua, Méndez y Muñoz, 2008), agrega que los jóvenes asocian los momentos agradables, tales como salidas, charlas, conciertos, etc., con emociones positivas como alegría, seguridad y confianza. El alcohol entonces condiciona la percepción de dichos momentos y emociones, generando la sensación de que sin la sustancia no se disfruta de la misma manera, generando una necesidad físico-social de consumir (Birmingham y Sheehy, 1984, citado en Pons, J. y Buelga, S. 2011). Es por ello que la satisfacción social obtenida a través de los momentos de socialización constituye un aspecto motivacional importante ligado al consumo de alcohol (Barnett, McDevitt-Murphy y Murphy, 2005, citado en Cicua et al., 2008). Existe un modelo motivacional postulado por Cox y Klinger (1988; citado en Cruz, et al., 2011) que permite comprender de mejor manera como la persona decide, ya sea consciente o inconscientemente consumir o no una bebida alcohólica según los momentos y emociones que le genera. Valderrama y Vicente (2000; citado en Cruz et al., 2011) encontraron que las emociones agradables principales que motivan el consumo en jóvenes son la sensación de alegría y desinhibición, la cual les permite superar la vergüenza. Es importante tener en cuenta las expectativas y creencias de los jóvenes vinculadas al consumo de alcohol. Dicha red de creencias inician a tejerse a partir del intercambio social entre el joven, su familia, sus pares y su comunidad (Londoño; García, Valencia y Vinaccia, 2005; Londoño y Valencia, 2008; citado en Londoño y Valencia, 2010). A pesar de conocer los riesgos y efectos nocivos, al consumir, los jóvenes simplemente esperan divertirse, sentirse bien, poder conquistar al sexo opuesto, desinhibirse y pertenecer a un grupo de amigos (Mena y Muñoz, 2010). De manera similar, Cortés, Espejo y Giménez (2008), describen que las expectativas y gratificaciones emocionales que promueven el consumo son: euforia, asumir comportamientos relacionales más arriesgados, sentir relajación y pérdida de la noción del tiempo. Estas gratificaciones emocionales y situacionales derivadas directamente de los efectos psicoactivos y de su significado son el motivo principal del consumo (Mackintosh, Earleywine y Dunn, 2006 citado en Pons y Buelga 2011). Por lo que se esperaría un consumo elevado en aquellos lugares donde se tienden a compartir momentos agradables entre grupos de pares. Aunque se ha hablado que el consumo de alcohol está ligado a emociones y momentos agradables; es importante destacar que los sentimientos y las emociones desagradables se pueden considerar también como un factor más que determina el consumo de alcohol (Donovan, 2004; Yeh, Chiang y Huang, 2005; citado en Albarracín y Muñoz, 2008). El estudio realizado por Chau y Van-Den-Broucke (2005; citado en Cajaleon, Gutiérrez, Lorenzo, 2012), demuestra que el consumo frecuente de alcohol en estudiantes se produce ante el estrés y ansiedad relacionada al rendimiento académico. El consumo de

JUVENTUD Y ALCOHOL 13 alcohol se convierte en un refugio ante las exigencias académicas; una manera de evitar la sensación de poco control en ámbito académico y laboral. De la misma forma Cooper, Russell y George (1988; citado en Londoño et al., 2005), identifican el consumo de alcohol en jóvenes como una forma de regular las emociones negativas que no logran controlar en condiciones normales. Esta situación puede llevar a la persona a abusar de la sustancia y a desarrollar una dependencia; esto puede verse evidenciado en personas que sufren a causa de trastornos psicológicos y consumen alcohol para aliviar su estrés (Castaneda y Cushman 1989; Kessler et al., 1997; citado en Secretaría de la Salud y Servicios Humanos, 2000). Este mismo mecanismo de respuestas auto-indulgentes puede ser evidenciado en el comportamiento de personas alcohólicas. Kessel y Walton (1991; citado en Albarracín y Muñoz, 2008) describen dos tipos de personalidad que caracterizan a estas personas. Por un lado, describen a los individuos mimados durante la infancia, sobre satisfechos, que no les exigieron responsabilidad ni a valerse por sí mismos, con padres excesivamente protectores y ansiosos. Describen que son personas que viven con la necesidad de dependencia, lo cual se encuentra a la base de la satisfacción que deriva de beber alcohol. Este tipo de personas cuando se tienen que enfrentar a la realidad del trabajo, de las relaciones sociales, a la conformación de un hogar con sus respectivas obligaciones y responsabilidades pueden llegar a sentirse ahogadas dentro de un rol que no aprendieron de pequeños. Cuando estas personas se encuentran decepcionadas o privadas de las satisfacciones que busca, a menudo surge una intensa ira, por la que se sienten culpable, se reprochan y castigan. En el otro extremo se encuentran las personas con baja autoestima y poca confianza en sí mismos; con carencias afectivas, descuidos y maltratos. Estas personas compensan su situación con muestras de alarde obtenidas por el alcohol (Kessel y Walton, 1991; citado en Albarracín y Muñoz, 2008). En este ciclo reiterado de sentimientos complicados, el alcohol sirve de alivio pasajero; aumentando el sentimiento de autoestima, produciendo satisfacción y calmando la ira (Kessel y Walton, 1991; citado en Albarracín y Muñoz, 2008). Asimismo, el contexto familiar muchas veces se convierte en un factor determinante en el consumo de alcohol. La percepción de un ambiente familiar problemático causa un conflicto interno en el joven ya que los padres adquieren una gran importancia en sus emociones; muchas veces se busca solventar fuera del círculo de la familia, a través de la bebida (Kessel y Walton, 1991; citado en Albarracín y Muñoz, 2008). En este sentido, el consumo de alcohol puede ser explicado como mecanismo de evitación que el joven utiliza como refugio o escape a una realidad que no es capaz de enfrentar (Valdez, 2005). Durante el periodo de la juventud el individuo se encuentra en la búsqueda de su propia identidad y tiende a rebelarse ante las figuras de autoridad, siguiendo patrones de comportamientos influenciados por su grupo de pares. En este periodo evolutivo, la identidad propia y la de grupo provocan que la voluntad de dominio o control de la ingesta de sustancias se vea influenciada en la mayoría de casos por la presión grupal (Mena y Muñoz, 2010). Los amigos, los pares más cercanos, parejas y grupos pequeños se convierten en una influencia dominante que incentiva el consumo (Albarracín y Muñoz, 2008). A esta misma idea Uruk y Demir (2003; citado en Londoño y Valencia, 2010) agregan que en la adolescencia, la valoración de estos pueden tornarse más importantes que las de la familia.

JUVENTUD Y ALCOHOL 14 El adolescente se enfrenta a dos tipos de presión, una directa que corresponde a la expresión abierta de los pares que incitan al joven a consumir y otra indirecta. La presión directa se da a través de burlas, peticiones o acciones manifiestas que promueven el consumo y la presión indirecta corresponde al conjunto de normas, creencias y acciones que de manera implícita los medios y el grupo social le imponen al individuo (Londoño et al, 2007; citado en Londoño y Valencia, 2010). En esta medida, los mecanismo de autocontrol se dan como respuesta hacia la influencia que ejerce la presencia de sus iguales en un contexto grupal (Burkhart, 2011, citada en Moreno, 2014). La capacidad de autocontrol se merma por otra necesidad que ocupa una posición central en la vida del adolescente, la reputación o reconocimiento social (Carroll, Green, Houghton y Wood, 2003; Emler y Reicher, 2005; citado en Pons y Buelga, 2011). Este elemento se vuelve clave para el joven debido a la importancia que el grupo de pares adquiere durante esta etapa del ciclo vital. Viéndose inmerso en el grupo, la reputación se encuentra asociada a las motivaciones básicas de autoestima y de pertenencia (Baumeister y Leary, 1995, citado en Pons y Buelga, 2011). En este sentido el Modelo Cognoscitivo Social Integrado del Consumo de Alcohol (MCSI), plantea que las creencias acerca de los efectos positivos esperados del consumo y el deseo del adolescente de ser aceptado actúan como mediadores entre la intención de consumir y la ingesta misma, afectando el balance decisional que hace el joven, basándose en las razones a favor y en contra de consumir (Londoño y Valencia, 2010). Es decir que el joven, aunque posea las habilidades sociales para oponerse al grupo, no se sentirá motivado hacerlo, debido a que no cuenta con una percepción de riesgo y vulnerabilidad al consumir la sustancia, dándole mayor peso al reconocimiento social y sucumbiendo a la presión. Así, para muchos jóvenes, la reputación se asocia con la realización de ciertas conductas de riesgo que implican atreverse a hacer algo calificado como peligroso (Buelga, et al., 2006). Beber alcohol puede ser una manera de incrementar la imagen que se ofrece ante los demás y de probarse así mismo sus propias posibilidades físicas y psicológicas (Palmonari, 1997; citado en Pons y Buelga, 2011). El deseo de oponerse ante la invitación a consumir hecha por los pares se encuentra estrechamente ligado al conjunto de creencias que el joven tiene respecto del consumo, el riesgo que reviste, sus efectos y las razones para no consumir (Londoño y Valencia, 2010). Estos resultados se respaldan por las exigencias evolutivas y a los mecanismos de adaptación e integración al entorno estudiantil universitario. Indicando que las situaciones en las cuales los jóvenes tienden a consumir alcohol están vinculadas fuertemente a sus relaciones afectivas, al manejo de sus propias emociones y a la dinámica intercultural y grupal de consumo. En la misma línea, otro de los beneficios asociados al consumo es evitar la exclusión social dentro del grupo de quienes consumen, ya que le permite al joven sentir aprobación por parte de los otros y así continuar consolidando su identidad (Donovan, 2004; Henry, Slater, y Oetting, 2005; citado en Albarracín y Muñoz, 2008). Esta fundamentación teórica ofrece un primer acercamiento al fenómeno del consumo de alcohol en jóvenes universitarios, mostrando la relación dinámica entre los factores psicosociales implicados en el proceso. Con la investigación se pretende brindar información empírica y contextualizada sobre el consumo de alcohol, contestando a la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son los factores psicosociales más influyentes en el consumo de alcohol en jóvenes universitarios, de 18 a 21 años de edad, cursando los primeros años dentro

JUVENTUD Y ALCOHOL 15 de universidades privadas del Área Metropolitana de San Salvador? Conociendo dichos factores se hace posible desarrollar intervenciones posteriores que tomen en cuenta la perspectiva amplia de la problemática, esto con el propósito tanto de reducir factores de riesgo, que atentan contra la juventud, como también aumentar los factores de protección para la misma población. Para lograr responder la pregunta de investigación planteada en este estudio se ha formulado como objetivo general el describir los factores psicosociales, tanto interpersonales como personales, que influyen en el consumo de alcohol en jóvenes universitarios de ambos sexos entre las edades de 18 a 21 años de edad. Como objetivos específicos se plantea: a) Determinar en primer lugar la prevalencia y frecuencia de consumo, tomando en cuenta características de la juventud analizada, como sexo, edad actual, edad de inicio de consumo de alcohol, año universitario e ingreso familiar mensual aproximado. b) Analizar los lugares en los que la juventud consume alcohol mayoritariamente, ya que este dato puede representar aquellas situaciones en las que esta población suele preferir llevar a cabo dicha actividad. Además también se plantea c) Examinar las correlaciones que existen entre los Factores Interpersonales y Personales, como también las implicaciones sobre el consumo de alcohol que esto conlleva. Finalmente d) Explicar las diferencias en cuanto a los factores psicosociales que influyen en el consumo de alcohol entre hombres y mujeres, tomando en cuenta elementos psicológicos y sociales. De acuerdo al marco teórico presentado en este estudio y a resultados obtenidos en investigaciones previas se plantea la siguiente hipótesis: el consumo de alcohol en jóvenes está mayormente influenciado por los Factores Interpersonales que por los Personales. Específicamente, se pretende encontrar que en los Factores Interpersonales existe una prevalencia de influencia a consumir alcohol por Momentos Agradables y Presión Social. Se espera mayor influencia de los factores que involucran a otras personas, debido a la etapa en el ciclo vital en la que se encuentran los jóvenes universitarios, las características que entrañan las dinámicas grupales en el contexto educativo, y en especial la influencia que representa para las actitudes del joven la relación con su grupo de pares. De igual manera, se espera que el contexto universitario mantenga una cultura de consumo de alcohol, llevando al joven a adoptar actitudes positivas hacia la bebida y permitiéndole adaptarse adecuadamente a su entorno. Es importante mencionar que el grupo de amigos se vuelve relevante en la juventud ya que le permite alcanzar ciertas metas personales, necesarias para una adecuada salud mental. Por lo que a nivel Personal se espera que sobresalgan las variables de Emociones Agradables y Probando Autocontrol. A través de estos elementos el joven puede lograr los hitos psicológicos más importantes durante su etapa etaria, principalmente la consolidación de una identidad estable. A continuación se describen las definiciones de todas las variables estudiadas, tanto individuales como interpersonales; las cuales son medibles a través del Inventario Situacional de Consumo de Alcohol (ISCA) (Annis, Graham y Davis, 1998). Dentro de las variables Personales, factor definido como circunstancias físicas o psicológicas durante las cuales se privilegia el acto de beber, se encuentran las siguientes variables: a) Emociones Desagradables: estímulos, sentimientos, miedos, angustias, vivencias y experiencias que a los adolescentes les generan malestar interno y que justifican el mantenimiento del consumo de bebidas alcohólicas. b) Malestar Físico: manifestaciones de dolor, padecimiento o molestias desagradables en alguna parte de su cuerpo que justifican el acto de beber.

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Siguiendo con: c) Emociones Agradables: hace referencia a aquellas situaciones que generan satisfacción o bienestar de manera circunstancial y que promueven situaciones de consumo. d) Probando Autocontrol: ejecución de repertorios conductuales desafiantes por parte del adolescente frente a su comportamiento adictivo, pensando que la ingesta de alcohol no lo llevarán al abuso ni a la dependencia; y finalmente e) necesidad o urgencia por consumir: es decir, estímulos que ofrece el contexto que invitan al inicio o mantenimiento del consumo de sustancias alcohólicas (Albarracín y Muñoz, 2008). Las variables interpersonales, las cuales involucran a terceras personas, son definidas como aquellas condiciones y situaciones en las cuales el consumo de bebidas alcohólicas está relacionado a respuestas frente a otros individuos (padres, pares, docentes, figuras de autoridad, etc.). Las variables de este factor son: a) Conflicto con Otros: está asociado a dificultades en la relación con otras personas que inducen al adolescente al consumo de bebidas alcohólicas. b) Presión Social: hace referencia a situaciones donde el sujeto se siente obligado a responder de manera consecuente con la exigencia social y c) Momentos Agradables: se tienen en cuenta situaciones gratificantes que favorecen el consumo (Albarracín y Muñoz, 2008).

Método Participantes La muestra estuvo compuesta por 445 estudiantes universitarios del Área Metropolitana de San Salvador, de los cuales 260 fueron mujeres y 185 hombres, entre las edades de 18 a 21 años de edad. Se seleccionaron tres de las universidades privadas con mayor población estudiantil del sector metropolitano: la Universidad Tecnológica, Universidad Francisco Gavidia y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (MINED, 2014). Los y las participantes fueron escogidos de manera intencional, atendiendo a los siguientes criterios de selección: a) estudiantes activos y matriculados en cualquiera de los tres primeros años universitarios b) pertenecientes a cualquiera de las universidades antes mencionadas y c) estudiantes de 18 a 21 años de edad. La cantidad de participantes por universidad fue elegida mediante un muestreo aleatorio simple proporcional. Se utilizó una fórmula para obtener el tamaño muestral, buscando una probabilidad de éxito y fracaso del 50%, un nivel de confianza de 95% con un margen de error del 0.05%. Con estos datos el tamaño de la muestra que se calculó fue de 385, número que se multiplicó por 1.1%, el cual representa los posibles datos inválidos que pueden existir en el levantamiento de información durante la investigación; dando como resultado final la muestra por alcanzar de 424 personas. Posteriormente se utilizó una regla de tres simple para conocer la muestra por universidad, la cual es proporcional a la cantidad de estudiantes inscritos en los tres primeros años universitarios. Dando como resultado, para el caso de la UCA 105 participantes, para la UFG 109 estudiantes y finalmente, para la UTEC 210 universitarios.

JUVENTUD Y ALCOHOL 17 Instrumento Para realizar la investigación se utilizaron dos instrumentos: (a) la Ficha de Datos Generales (ver Anexo A), diseñada para describir los datos demográficos y las características del consumo de los encuestados. Desarrollada a partir de la ficha utilizada por Cicua, et al., (2007) y adaptada a la presente investigación en el contexto salvadoreño. Estas variables son descritas con mayor detalle a continuación (ver anexo B). Para obtener los datos generales de la población se solicitó información sobre la edad, sexo, situación laboral y el dato de ingreso mensual familiar aproximado de los encuestados. Para obtener información sobre la formación y nivel académico se solicitó responder a preguntas sobre el año de estudio universitario, carrera, facultad y nombre de la universidad en la que se encontraba inscrito el encuestado. Se tomaron en cuenta doce opciones de carreras: Comunicaciones, Psicología, Derecho, Mercadeo, Inglés / Idiomas, Administración de Empresas, Contaduría, Ingenierías, Diseño, Ciencias de la Salud, Economía, y Antropología; las cuales se distribuyeron entre cinco facultades: Ciencias Sociales, Ciencias Empresariales, Ingeniería, Diseño y Medicina. Para obtener información sobre las características de consumo de alcohol se solicitó brindar información sobre el lugar, frecuencia, la cantidad y la bebida de mayor consumo. Además, se indago sobre la edad en la que inició el consumo de alcohol por primera vez. Para la medición de los factores psicosociales implicados en el consumo de alcohol se utilizó la siguiente herramienta metodológica: (b) El Inventario Situacional de Consumo de Alcohol (ISCA), el cual proporciona un método para el estudio de los factores asociados al consumo de alcohol y funciona como indicador de la situación de consumo (ver Anexo C). El Inventario Situacional de Consumo de Alcohol (ISCA) se desarrolló para medir situaciones específicas de consumo de alcohol (Annis, 1986 citado en Echeverría, Ruiz, Salazar, Tiburcio y Ayala, 2004). Estas situaciones de consumo se adaptan al objetivo del presente estudio, en donde se pretende investigar tanto variables individuales como interpersonales de consumo. De manera que este instrumento fue seleccionado debido a que las variables analizadas eran de interés para la investigación, ya que permitían un análisis psicosocial del consumo de alcohol. El cuestionario contiene 100 ítems en total, los reactivos están diseñados para medir ocho categorías (situaciones de consumo de alcohol) divididas a la vez en dos grandes escalas (ver Anexo D). La primera son las situaciones personales, en las que se consideran las circunstancias físicas o psicológicas durante las cuals se privilegia el acto de beber. Está a la vez se subdivide en cinco categorías: a) Emociones Desagradables. b) Malestar Físico. c) Emociones Agradables. d) Probando Autocontrol. e) Necesidad Física o urgencia por consumir bebidas alcohólicas (Annis et al., 1998; citado en Muñoz, et al., 2012). Por otra parte se encuentran las situaciones que involucran a terceras personas, definidas como condiciones en las cuales el consumo de bebidas alcohólicas, está relacionado a respuestas frente a otros individuos. Esta se subdivide en tres categorías que son: a) Conflicto con Otros. b) Presión Social. c) Momentos Agradables. Las sugerencias para el contenido de los reactivos fueron obtenidas de pláticas con especialistas, alcohólicos y pacientes (Annis et al., 1998; citado en Muñoz, et al., 2012).

JUVENTUD Y ALCOHOL 18 Los reactivos se califican de la siguiente manera según el tipo de respuesta: “nunca” con una puntuación de cero, la respuesta “ocasionalmente” con una puntuación de uno, “frecuentemente” con una puntuación de dos y “casi siempre” con una puntaje de tres. Se calculan ocho subpuntajes que corresponden a las ocho subescalas, sumando simplemente los puntos de los reactivos que corresponden a esa categoría o subescala. Los subpuntajes obtenidos se pueden convertir en un puntaje final llamado "Índice de Problema", esto se hace dividiendo cada subpuntaje obtenido entre el subpuntaje máximo posible en esa subescala, y multiplicando por 100 (ver anexo E). Las propiedades psicométricas muestran un nivel aceptable de validez en investigaciones realizadas previamente (Annis et al., 1998; citado en Muñoz, et al., 2012). Mientras que el resultado de la confiabilidad del instrumento dentro del contexto de este estudio también fue positivo, siendo el resultado final obtenido a través del análisis Alfa de Cronbach de 0.96, lo cual refleja un alto grado de consistencia interna de los ítems del instrumento. Al analizar la confiabilidad interna de las Escalas se obtuvo en la escala Interpersonal un índice de confiabilidad interna de .906 (N = 40), mientras que en la escala Individual se obtuvo una confiabilidad interna de .946 (N = 60). Se presentan los grados de confiabilidad de cada una de las escalas y subescalas de medida del instrumento en la tabla (ver Anexo F). Procedimiento En la presente investigación se utilizó un diseño no experimental, con corte cuantitativo, tipo transeccional descriptivo (Hernández-Sampieri, Fernández y Baptista, 2006). Se utilizó este diseño debido a los propósitos de investigación, en la cual se busca primordialmente identificar qué factores, juntos con sus variables, son los que influyen más en el consumo de alcohol en jóvenes universitarios; y al mismo tiempo, analizar cómo se interactúan las variables medidas entre sí. En un primer momento se hizo contacto con cada una de las universidades seleccionadas, específicamente con el área de registro académico, en donde se hicieron dos solicitudes principalmente. En primer lugar se solicitó información estadística sobre los estudiantes inscritos en la universidad, segregados por año o ciclo inscrito, edad y sexo. En segundo lugar, se solicitó a los diferentes decanatos, por facultad, permiso para pasar el instrumento de evaluación a estudiantes que cumplieran con los requisitos del estudio. Al inicio del estudio, se escogieron cuatro universidades privadas del área metropolitanas de San Salvador. Sin embargo una de ellas fue excluida del estudio debido a que una de nuestras solicitudes no fue aprobada. La institución dio aval de aplicar el instrumento al estudiantado; sin embargo, no ofreció la información estadísticas, la cual era necesaria para realizar el muestreo. Por lo tanto, la investigación se realizó únicamente en tres universidades privadas de San Salvador. Con dichas instituciones, posteriormente, se acordaron citas con el decanato, dirección regional y el cuerpo docente, quienes facilitaron salones de clases para aplicar el Inventario Situacional de Consumo de Alcohol (ISCA). Al obtener la información y permisos requeridos se procedió a realizar visitas a cada institución de educación superior, se hicieron cuatro visitas a cada universidad, 12 en total aproximadamente. Algunos de los salones de clases no contaban con suficientes alumnos, por lo que en algunas universidades se tuvo que realizar más visitas de las programadas. Durante cada visita se cubrió dos salones de clases,

JUVENTUD Y ALCOHOL 19 con un número alrededor de 20 a 30 estudiantes que cumplían con las características requeridas. Antes de iniciar, se explicó e informó al estudiantado el objetivo de la investigación y el uso posterior de los resultados. Luego se entregó el Documento de Consentimiento Informado (ver Anexo G), en el cual se aseguraba la confidencialidad de los resultados y la protección de la identidad de cada persona. Si el estudiante estaba de acuerdo en participar en el estudio firmaba el consentimiento y posteriormente se le entregaba la ficha de datos sociodemográficos junto con el cuestionario ISCA. Luego se daba la siguiente consigna general: “A continuación se le presenta una lista de situaciones o eventos, por favor conteste a las preguntas con la mayor honestidad posible. Lea con cuidado cada frase y marque la opción de respuesta que mejor se apegue a su situación personal”. Luego se daban unos minutos para resolver dudas y se aplicaba el instrumento en sesiones grupales con un tiempo aproximado de 20 a 30 minutos para responder. Al finalizar la aplicación del instrumento se informó a los y las estudiantes que los resultados serían utilizados con fines meramente académicos. Además, se les comentó que podrían consultar dichos resultados, al haber terminado el proceso de graduación, en la Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J, de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. Se les mencionó a los estudiantes que el trabajo de tesis podrían encontrarlo bajo el siguiente título: Factores Psicosociales del Consumo de Alcohol en Universitarios de San Salvador. Lo siguiente fue proceder a calificar las respuestas del instrumento aplicado, para hacerlo, los datos fueron convertidos a puntajes finales llamados “Índice de Factores Psicosociales Asociados al Consumo de Alcohol”, esto se realizó dividiendo cada puntaje de las subescalas obtenido entre el puntaje máximo posible en esa subescala multiplicándolo por 100. De manera que los puntajes de cada subescala van de cero a 100, e indican la magnitud del problema del sujeto relacionado a su nivel de consumo en esa escala (ver Anexo E). Para la interpretación de los puntajes obtenidos en el instrumento se utilizó la “Guía de Interpretación del Índice de Problema” (Anexo H). A continuación se describen los rangos de puntuaciones y las interpretaciones correspondientes a cada uno. Un puntaje total de 0 puntos corresponde a la interpretación de Bajo Riesgo, lo cual significa que las situaciones presentadas no son de riesgo para el usuario. Un puntaje total dentro del rango entre uno y 33 corresponde a la interpretación de Riesgo Moderado, significando que las situaciones presentadas presentan un riesgo moderado. Un puntaje dentro del rango entre 34 y 66 corresponde a la interpretación de Alto Riesgo, significando que el tipo de situaciones descritas presentan un alto riesgo para el encuestado. Mientras que un puntaje entre 67 y 100 corresponde a la interpretación de Muy Alto Riesgo, el cual significa que las situaciones de ese tipo presentan un gran riesgo de consumo de alcohol para el usuario. Los análisis estadísticos fueron realizados utilizando el programa SPSS versión 18.0, de acuerdo al tipo de variable. Para la descripción de los resultados se tuvieron como base las herramientas y técnicas de la estadística descriptiva, se utilizaron tablas de frecuencias, medidas de resumen y de tendencia central para las variables cuantitativas. Luego del proceso descriptivo se realizaron análisis de comparación de medias sobre las variables de consumo y las demás variables incluidas en la Ficha de Datos Sociodemográficos. Se indagó sobre la

JUVENTUD Y ALCOHOL 20 relación entre las escalas del instrumento ISCA, mediante el análisis de correlación bivariada de Pearson. Se estableció para las asociaciones estadísticas significativas una p ≤ 0,05.

Resultados A continuación se describen las características de la muestra y se exponen las prácticas frente al consumo de alcohol en cada uno de los grupos poblaciones generados por las variables de segmentación (género, edad, grado universitario, institución educativa, e ingreso mensual). Además, se describen los datos de frecuencia, cantidad y lugar de consumo. Adicionalmente, se analizan cada una de las dimensiones: Situaciones Individuales y Situaciones Interpersonales. Se describen los factores asociados al consumo de alcohol en adolescentes universitarios que conforman el comportamiento de los sujetos frente al consumo; datos que posteriormente son analizados en función de las variables sociodemográficas. Finalmente se presentan los resultados concluyentes sobre estas variables, analizando las correlaciones existentes en las puntuaciones obtenidas por subescala. Para la presente investigación se contó con una muestra de 445 sujetos, de los cuales 185 (41.6 %) eran hombres y 260 (58.4 %) eran mujeres. La media de edad de los encuestados fue de 19.3 años, en un rango de edad entre los 18 y 21 años. Los datos de ingreso mensual familiar describen que el 19.3% de los encuestados obtiene un ingreso entre los $100 y $499, un mismo porcentaje obtiene ingresos entre los $500 y $999; mientras que un 23.4% obtiene ingreso mensual superior a los $1000. En relación al año universitario de la población encuestada, se describe que un 72.7% cursaba el primer año, un 15.7% cursaba su segundo año y 11.7% se encontraba cursando su tercer año académico. En cuanto a la frecuencia de consumo a nivel global, se describe que el 54.3% (N = 242) de los jóvenes encuestados se describen como no consumidores, mientras que el 45.7% (N = 194) expresa consumir alcohol. Al analizar la frecuencia de consumo de la población que dice consumir alcohol, la ingesta diaria se observa en un 0.5% de los casos, la ingesta semanal en un 6.9%, mensual en un 46.6%, hasta un consumo descrito como esporádico anual en el 46.1% de los casos. Se realizó un análisis de comparación de medias en función del año educativo de los encuestados y la frecuencia de consumo (ver Anexo I). Al comparar la frecuencia de consumo de estudiantes de primer año (M = .60, DE = .833) con el consumo de estudiantes de tercer año (M = 1.09, DE = .919), a pesar de un leve incremento entre los puntajes, la diferencia no es estadísticamente significativa, t (251) = -3.181, p = .383. De igual manera, al analizar la misma variable en función de la edad de los encuestados, a pesar de las diferencias entre la frecuencia de consumo de estudiantes de 18 años de edad (M = .605, DE = .861) con los estudiantes de 21 años de edad (M = .845, DE = .937), estas no son significativas, t (258) = -2.129, p = .120 (ver Anexo J). Considerando lo anterior, al observar la frecuencia de consumo de alcohol por sexo, se describe que el 53.4% de los hombres manifiesta consumir alcohol con una frecuencia entre anual y diaria, en contra de 46.5% que dice no consumir. En mujeres, el consumo se da en el 40.4% de los casos, variando entre anual a semanal, siendo mayor la población que expresa no consumir en el 59.6% de los casos. A pesar de estos resultados, no se encuentran diferencias significativa en la media de consumo entre hombres (M = 0.89, DE = 0.96) y mujeres (M = 0.64, DE = 0.87). Ambas medias de consumo se ubican dentro del rango entre

JUVENTUD Y ALCOHOL 21 uno y dos, significando una frecuencia predominante de consumo anual y mensual en ambo sexos, t (443) = 2.84, p = .143 (Anexo K). De similar manera, al analizar la cantidad de consumo entre hombres (M = 0.90, DE = 1.02) y mujeres (M = 0.65, DE = .93), no se encuentran diferencias significativas, t (443) = 2.713, p = .216. Se describe un consumo bajo en el 53.9% de los casos, un consumo moderado en el 27.5% y un consumo alto en el 18.6% de los casos. La bebida de mayor consumo reportado por el 62.7% de los consumidores encuestados es la cerveza, seguido por el vodka en un 24.5% (ver Anexo L). Se realizó un análisis de comparación de medias en función la variable de ingreso mensual por hogar y la frecuencia de consumo. Al comparar la frecuencia de consumo de la población con un ingreso superior a los $1000 mensuales (M = 1.161, DE = 1.084) con el consumo de la población encuestada con un ingreso mensual inferior a los $1000 (M = .610, DE = .814), se describen diferencias significativas, t (141.901) = 4.816, p = .000. Indicando que el consumo tiende a incrementar en hogares con un ingreso mensual más alto. De manera similar, la frecuencia de consumo tiende a incrementar en la población que labora (M = .9626, DE = .990), frente a la población que no labora (M = .664, DE = .872), a pesar de que la diferencia no sea significativa, t (438) = 2.983, p = .236. La edad media para el consumo de alcohol por primera vez es de 15.6 años (DE= 2.37), dentro de un rango de edad entre los seis y 21 años de edad. Se destaca que un 46.9% describe haber consumido alcohol por primera vez en edades tempranas a los 15 años. Al realizar el análisis de comparación de medias en función del sexo, no se observan diferencias significativa en el inicio de consumo entre hombres (M = 15.39, DE = 2.35) y mujeres (M = 15.85, DE = 2.37), t (287) = -1.645, p = .542 (ver Anexo M). Sobre los lugares donde se tiende a dar el consumo, el 39% de los jóvenes que consumen alcohol, lo hace en casa de sus amigos; asimismo un 30% lo hace en discotecas y clubs nocturnos. El 18% del consumo de jóvenes estudiantes universitarios se produce en bares. Mientras que un 13% del consumo se da en billares, tiendas y casinos (ver Figura 1). Casino, 2% Tienda, 5% Billar, 6%

Casa de Amigos, 39%

Bar, 18%

Disco Club , 30%

Figura 1. Lugar de consumo de alcohol. Fuente: Elaboración propia.

Al analizar las variables psicosociales, se describe que la media de puntuaciones obtenidas en la escala de factores Interpersonales (M= 16.73, DE= 14.63) es superior a la media obtenida en la escala de factores Individuales (M= 12.68, DE= 13.01) (ver Anexo N).

JUVENTUD Y ALCOHOL 22 Al realizar un análisis de comparación de medias en función de la variable de sexo para la escala de factores Individuales no se observan diferencias significativas en las puntuaciones entre hombres (M= 13.15, DE= 13.84) y mujeres (M= 12.25, DE= 12.23), t (201) = .487, p = .333. En la escala de factores Interpersonales si se observan diferencias significativas al comparar los puntajes obtenidos entre hombres (M = 18.17, DE= 16.85) y mujeres (M= 15.38, DE= 12.12), t (175.174) = 1.345, p < .012. De manera que, a pesar de que en ambas escalas el puntaje obtenido por los hombres es superior al puntaje obtenido por mujeres, la diferencia es significativa solo en la escala de factores Interpersonales (ver Anexo O).

Índice de Sub-escalas ISCA 25 20 15 10 5 0

21.59

19.82

21.1

15.29 9.73

Emo. Desag

11.18 7.49

7.41

Mal. Físico

Emo. Agra

Prob. Neces. Autocon Física

Factores Individuales

Confl. Otros

Pres. Grup

Mom. Agra.

Factores Interpersonales

Figura 2. Puntaje de Subescalas ISCA de Factores Asociados al Consumo de Alcohol en Jóvenes Universitarios, N=445, datos según Tabla en Anexo P. Fuente: Elaboración propia.

Habiendo descrito los resultados escalares de los factores psicosociales, Situaciones Individuales e Interpersonales que presentan mayor influencia de consumo de alcohol en la población universitaria, se analizan los puntajes obtenidos en cada una de las subescalas del Instrumento ISCA (ver Figura 2). Dentro de la escala de Factores Interpersonales, las subescalas que presentan mayor influencia de consumo de alcohol sobre los encuestados son “la Presión Social” (M = 21.59, DE = 19.62) y “los Momentos Agradables” (M = 21.10, DE = 18.26). En la Escala Personal, las subescalas con mayor influencia son las “Emociones Agradables” (M = 19.82, DE= 20.62), “la Necesidad Física por consumir” (M = 15.29, DE = 16.99) y la subescala de “Probando Autocontrol” (M = 11.18, DE = 16.16) (ver Anexo P). Sub escalas ISCA y Sexo 30 25 20 15 10 5 0

Emo Mal Desag. Fisico Hombre 9.81 8.7 Mujer 9.65 6.1

Emo Agra. 18.95 20.63

Prob Auto. 12.96 9.52

Neces Fís. 15.31 15.27

Confl. Pres. Mom. Otros Grupal Agra. 8.83 24.05 21.63 6.24 19.3 20.6

Figura 3. Puntaje de Sub-escalas ISCA en función de variable de Sexo de Estudiantes Universitarios. N = 445, datos según Tabla en Anexo Q. Fuente: Elaboración propia.

JUVENTUD Y ALCOHOL 23 Al analizar estos puntajes mediante una t de Student en función de la variable de sexo se logra observar que la diferencias son significativas en las subescalas de Presión Grupal, Conflictos con Otros y Malestar Físico (ver Anexo Q). En la subescalas de Presión Grupal, el puntaje de hombres (M = 24.05, DE = 15.92) difiere significativamente del puntaje de mujeres (M = 19.30, DE = 1.55), t (172.24) = 1.71, p = .017. En la subescalas de Malestar Físico, el puntaje de hombres (8.71) difiere significativamente del puntaje de mujeres (6.19), t (156.7) = 1.34, p = .011. De igual forma, en la escala de Conflictos con Otros, el puntaje de hombres (8.83) difiere significativamente del puntaje de mujeres (6.24), t (154.7) = 1.30, p = .003. Tabla 1 Análisis de Valor r de Pearson entre Factores Psicosociales de Consumo Factor asociado 1 Momentos Agradables Momentos Agradables Momentos Agradables Conflictos con Otros Malestar Físico Presión Grupal

Factor asociado 2 Presión Grupal Emociones Agradables Necesidad Física Emociones Desagradables Emociones Desagradables Necesidad Físico

Valor r de Pearson r (445) = .832, p = .000* r (445) = .829, p = .000* r (445) = .806, p = .000* r (445) = .784, p = .000* r (445) = .765, p = .000* r (445) = .764, p = .000*

Nota. Se muestran los valores r > .750 que fueron considerados como correlaciones positivas fuertes, Correlaciones positivas con valor *p < .001. Fuente: Elaboración propia.

Mediante un análisis de Correlación Pearson se describen correlaciones positivas significativas sobre los resultados obtenidos en las subescalas de la prueba ISCA (ver Anexo R). Se describen las correlaciones más fuertes (r>.750) entre las subescalas (ver tabla 1). Estas son: Momentos Agradables y Presión Grupal (r(445)=.832, p=.000); Momentos Agradables y Emociones Agradables (r(445)=.829, p=.000); Momentos Agradables y Necesidad Física (r(445)=.806, p=.000); Conflictos con Otros y Emociones Desagradables (r(445)=.784, p=.000); Malestar Físico y Emociones Desagradables (r(445)=.765, p=.000); y las subescalas de Presión Grupal y Necesidad Física (r(445)=.764, p=.000).

Discusión Las consecuencias y patrones nocivos del consumo de alcohol en la juventud salvadoreña fueron elementos motivantes para la realización de este estudio. Investigaciones previas describen que son más de la mitad de los jóvenes salvadoreños mayores de 18 años quienes consumen bebidas alcohólicas (FOSALUD, 2014). Los resultados obtenidos contrastan con la información general de consumo en jóvenes, ya que es mayor la cantidad de jóvenes estudiantes de las instituciones privadas cursando los primeros años de su carrera universitaria quienes no consumen bebidas alcohólicas (54.3%). Al analizar a la población que describe ser consumidor habitual, los resultados sugieren que en esta población predomina el consumo mensual (46.6%) y anual (46.1%). La muestra para esta investigación estuvo constituida predominantemente por estudiantes del primer año de carrera universitaria, representando estos el 72.7% del total de encuestados. Se considera que los datos obtenidos representan a la población de estudiantes en sus primeros años de educación superior. También, hay que recalcar que se contó con mayor participación de mujeres (58.4 %) que hombres (41.6 %).

JUVENTUD Y ALCOHOL 24 La variable de sexo constituye al estudiar este fenómeno un eje fundamental de discusión ya que la expresión del consumo tiende a variar según el sexo de la persona. Al observar la frecuencia de consumo entre hombres (M = 0.89, DE = 0.96) y mujeres (M = 0.64, DE = 0.87) no se reportan diferencias significativas. Caso similar cuando se trata de cantidad de consumo entre hombres (M = 0.90, DE = 1.02) y mujeres (M = 0.65, DE = 0.93). Se esperaba un consumo elevado por parte del sexo masculino, tanto en cantidad y frecuencia, esto considerando las tendencias y expresiones de consumo descritas en investigaciones previas (OMS, 2014). El no haber encontrado diferencias significativas sugiere que la conducta de consumo entre hombres y mujeres, en esta población, podría estar manifestándose de manera similar. La edad media encontrada para el consumo de alcohol por primera vez es de 15.6 años (DE= 2.372). Un 46.9% de los participantes describe haber consumido alcohol por primera antes de los 15 años de edad. Esta tendencia concuerda con investigaciones recientes y podría estar sugiriendo que el inicio del consumo de bebidas alcohólicas durante el periodo de la juventud se presenta en edades cada vez más tempranas (OMS, 2014). Lo cual puede atribuirse en parte a que actualmente son en edades más tempranas en las que los jóvenes comienzan a dar inicio a sus salidas nocturnas, comienzan con la búsqueda de nuevas experiencias, y donde la televisión, la moda, y los amigos, ejercen una gran influencia. Al comparar las medias en función de sexo, no se observan diferencias significativas en cuanto al inicio de consumo de alcohol. A partir de evidencia previa a nivel nacional, se esperaba encontrar que el inicio de consumo fuera significativamente diferente entre hombres y mujeres, siendo el inicio de consumo en mujeres en edades más avanzadas. Sin embargo, estudios internacionales recientes exponen que las brechas entre sexos, en cuanto al consumo de alcohol, desaparecen cuando se analizan resultados en las generaciones más jóvenes. Esto puede deberse a avances significativos, a través del tiempo, en cuanto a la disparidad de género (Slade, 2008; citado en Sanhueza, 2010). Los estudios de Martín Baró (2010), junto con otros que toman en cuenta una perspectiva de género, permiten realizar un análisis social y contextual de estos datos cuantitativos. Según dichas investigaciones, en el periodo de la juventud existe una necesidad de asumir riesgos, especialmente entre los jóvenes, ya que estos son vistos como rituales de masculinización que permiten al joven “convertirse en hombre”. En muchos contextos latinoamericanos el inicio y mantenimiento de consumo de bebidas alcohólicas permite al hombre “hacerse”, a través de la ejecución de actividades riesgosas, como la conducción temeraria, la agresividad y el uso de violencia, todas conductas asociadas al consumo de alcohol, asumiendo ciertos roles y ganando algunos atributos particulares. Por lo que socialmente la sustancia representa más beneficios para el hombre que para la mujer, potenciando el consumo en la población masculina (Vázquez y Castro, 2009). La globalización, la economía, el cambio en la distribución del trabajo y los movimientos que buscan la reivindicación de género han permitido a la mujer mayor participación en diferentes ámbitos. La adquisición de nuevos roles y tareas dentro del mercado laboral, educación superior y participación política podrían afectar el consumo de alcohol y las edades en las que se inician a consumirse. En términos de roles de género, puede pensarse que el desarrollo en una sociedad más igualitaria, podría llevar a las mujeres a una normalización de conductas históricamente masculinas. Dándose este proceso a través de todo el ciclo vital, incluyendo la adolescencia donde suele iniciarse el consumo de bebidas alcohólicas (Sanhueza, 2010).

JUVENTUD Y ALCOHOL 25

En cuanto a la variable de ingreso mensual, esta se ve asociada al consumo de bebidas alcohólicas. La frecuencia de consumo de estudiantes con un ingreso familiar mensual por encima de los $1000.00 es significativamente superior al consumo de los estudiantes con ingresos inferiores a los $1000.00. Estos resultados pueden significar que entre los estudiantes, aquellos con mayor ingreso y estabilidad económica tienen una mayor frecuencia de consumo. Estos resultados pueden estar ligados a los lugares en los cuales se tiende a dar el consumo. A pesar de que el 39% de los jóvenes que consumen alcohol, describen hacerlo en casa de amigos; el 61% tiende a consumir en establecimientos comerciales donde prima la venta de la sustancia; un 30% lo hace en discotecas y clubs nocturnos, un 18% en bares, mientras que el 13% lo hace en billares, tiendas y casinos. Además, esto refleja que para la mayoría de los participantes es importante el consumo de alcohol en situaciones que involucran no solo a un grupo de amigos cercanos, sino también en donde se le dé la oportunidad de ampliar sus círculos, conociendo y socializando con otras personas. Dichas conductas forman parte de un proceso esencial de adaptación social, a través del cual los individuos se integran a un grupo determinado y al mismo tiempo logran adaptarse funcionalmente a un medio social (Jessor, 1991; citado en Peñaherrera, 1998). Realizar actividades dentro de grupos de pares permite al joven ganar independencia de las figuras de socialización primaria, pero paralelamente los acerca al mundo adulto, ofreciendo beneficios psicológicos y habilidades sociales útiles en roles que deberá asumir el joven en el futuro. El consumo de alcohol al interior de grupos de amigos no solo le brinda a la juventud la oportunidad de socializar, relajarse y divertirse, sino que también potencia el desarrollo de su identidad, sentimiento de pertenencia y una autoestima positiva, esto claro bajo ciertas condiciones. Debido a que el consumo de alcohol se da mayoritariamente fuera del contexto familiar existe un reducido control parental, por lo que se vuelve importante la educación al interior del hogar. La función educativa dentro del entorno familiar debe ir dirigida no solamente al establecimiento de límites y represiones de consumo, sino que además debe ser acompañada de la facilitación de información acerca de riesgos, consecuencias y efectos que produce el alcohol. Es necesario iniciar a formular propuestas, desde la comprensión del joven y la etapa del ciclo vital en la que se encuentra, en donde se hable de lo bueno y deseable en cuanto a su comportamiento relacionado al consumo de alcohol (Cicua, et al., 2007). Este trabajo tenía como propósito principal describir los principales factores psicosociales, individuales e interpersonales, que llevan a jóvenes universitarios de ambos sexos entre las edades de 18 a 21 años a consumir alcohol. Al analizar los resultados del Instrumentos ISCA, se comprueba la hipótesis inicial, describiendo que el consumo de alcohol está mayormente influenciado por factores interpersonales. Es decir, que los puntajes de la escala interpersonal (M = 16.73, DE = 14.63) son superiores al puntaje obtenido en la escala personal. Estos resultados corresponden a los obtenidos previamente por Albarracín y Muñoz (2008), en un estudio realizado con estudiantes universitarios. En ese sentido, para los y las jóvenes, las relaciones entre sus pares tienen un alto significado, lo que concuerda con la teoría expuesta pues es a través de esas relaciones que el joven consolida su identidad individual y social. La importancia del grupo de amigos comienza a acrecentarse en este periodo pues es a través de él que éste encuentra su afirmación personal. Dentro de esta escala, las subescalas que puntuaron más elevado fueron

JUVENTUD Y ALCOHOL 26 Presión Grupal (M = 21.59, DE = 19.62) y Momentos Agradables (M = 21.10, DE = 18.26). Con este resultado se acepta la hipótesis de la presente investigación; además, dichos resultados; también corresponden con lo encontrado en la investigación previa de Cicua, Méndez y Muñoz (2008), en la que las mismas subescalas interpersonales predominan en el consumo de bebidas alcohólicas en jóvenes universitarios. Los resultados obtenidos dentro de la escala de factores interpersonales podrían significar que el consumo de alcohol en la población joven, de los primeros años universitarios, está asociado en primer lugar a situaciones en donde el sujeto se siente obligado a responder de manera consecuente con la exigencia social. En segundo lugar, el consumo de alcohol se ve promovido al considerar o tomar en cuenta aquellos momentos y situaciones gratificantes que favorecen el consumo. Los puntajes obtenidos sugieren que las situaciones tanto de Presión Grupal como de Momentos Agradables presentan un riesgo moderado frente al consumo de alcohol en la población encuestada. La edad promedio de la población encuestada, 19.3 años, pone énfasis en las características de la última fase de la adolescencia, es decir adolescencia tardía o juventud. Una de las características centrales de este período del desarrollo puede describirse como ese culmen de la búsqueda de identidad a través de la afirmación social-interpersonal (Palacios, 1993; Weissmann, 2012, citado en Rosa, 2015; Peñaherrera, 1998). De manera que la presión grupal juega un rol fundamental en las decisiones cuando estas son valoradas por el medio. La toma de decisiones importantes, como lo es el decidir o no consumir alcohol, se convierte en una carga inmensa de atribuciones a la identidad del individuo. El consumo de alcohol, durante la etapa de la juventud, propicia la socialización entre pares. Situación que conlleva a un consumo esperado y casi impuesto socialmente, en el cual si el joven no es participe de estos espacios es excluido; lo cual podría afectar el proceso de adaptación a su entorno social. Los procesos de socialización están íntimamente relacionados con el sentido de pertenencia a un grupo social. De la misma manera Londoño y Valencia (2010), describen que el deseo del adolescente por ser aceptado actúa como mediador entre la intención de consumir y la ingesta misma, lo que convierte al consumo durante la juventud en una manera de fortalecer vínculos con otros. Sucumbiendo ante la presión del medio y asumiendo los roles sociales que le son impuestos, el joven intenta definirse y adaptarse a las exigencias ambientales y a las normas de los grupos. Es así cómo estos factores, Presión Grupal y Momentos Agradables, pueden estar tan estrechamente relacionados entre sí, r (445) = .832, p = .000. El adolescente se permite la conducta de consumo, esperando una gratificación y logrando la sintonía e identificación afectiva, cognitiva y comportamental con su grupo de pares (Pons y Buelga, 2011). De manera que un grupo o contexto social que promueva el consumo de alcohol como elemento indispensable de los momentos agradables, servirá de impulsor de conductas de consumo en esta población. La principal tarea del joven en este periodo evolutivo es la de consolidar su identidad; el valor de la amistad adquiere un determinante en el desarrollo de la misma. En esta línea Uruk y Demir (2003; citado en Londoño y Valencia, 2010), agregan que en la adolescencia, la valoración del grupo de pares puede tornarse más importante que la del núcleo familiar. Lo que denota que las exigencias desde el círculo de amigos tiene un impacto mayor para el adolescente.

JUVENTUD Y ALCOHOL 27 El significado del consumo de bebidas alcohólicas varía según el género de quienes las consumen. Las atribuciones sociales dirigidas a hombres frente al consumo, son muy distintas a las que se le atribuyen al género femenino. Se entiende entonces los resultados obtenidos al analizar las puntuaciones de las subescalas en función del sexo; la influencia de la presión grupal sobre el consumo de alcohol en hombres es más elevada que en mujeres. Según lo esperado, es menor la influencia que ejerce la presión grupal frente al consumo de alcohol en mujeres (M = 19.30, DE = 1.55) en comparación a la influencia que ejerce esta variable en hombres (M = 24.05, DE = 15.92), t (172.24) = 1.71, p = .017. Análisis que puede ser interpretado desde un enfoque de género, como una percepción baja de presión grupal frente al consumo en mujeres, a diferencia del sexo masculino. De manera que cuando se habla de consumo de drogas, incluido el alcohol, las mujeres sufren una mayor estigmatización y discriminación, ya que la sociedad puede culparla de incumplir a su deber de ser un modelo de madre ideal, estando la mujer ejerciendo este rol o no. Se le empieza a considerar como irresponsable, menos confiable y hasta promiscua sexualmente (Maffia, Colace y Lerena, 2011). Por lo que para ellas el factor de Presión social, como lo describe la escala, no ejerce influencia en relación al consumo de alcohol, como lo hace en los hombres. McNamara y Wentzel (2006; citado en Cicua, et al., 2007), exponen que el consumo de alcohol está vinculado y moldeado por las interacciones con otros, relacionando directamente el consumo al significado emocional de la amistad. No es de extrañar que las escalas de Emociones Agradables y de Momentos Agradables tengan una correlación positiva alta, r (445) = .829, p= .000. De manera que el contexto o momento en el cual sucede el consumo, está íntimamente relacionado a las experiencias individuales que produce. Cuando el consumo se da en un ambiente agradable, es muy probable que este produzca emociones y reacciones físicas similares en quien consume. Usualmente, los lugares de consumo frecuente como los son clubes nocturnos, discotecas y bares, promueven la interacción, diversión, baile y la amistad. Normalmente se frecuenta a estos lugares en compañía de amistades y grupos de pares; quienes también tienden a generar emociones positivas como alegría, seguridad y confianza. Los resultados obtenidos de lugares frecuentes de consumo corresponden a este análisis. Se considera relevante este elemento, ya que son en estos lugares donde se tiende a llevar a cabo la asociación entre el consumo, los momentos y las emociones entorno al consumo. De manera que son estos lugares los que permiten la interrelación de los factores tanto personales como aquellos que involucran a terceras personas. El fenómeno de consumo de alcohol en estudiantes universitarios, a pesar de verse mayormente influenciado por los factores interpersonales, también se ve influenciado por factores personales. De manera que para generar una discusión más integral del fenómeno resulta importante revisar más detenidamente aquellas características internas del individuo que se ven involucradas en la expresión del fenómeno de consumo. En esta escala se esperaba encontrar una prevalencia de consumo asociado a las subescalas de Emociones Agradables y Probando Autocontrol. Los resultados demuestran efectivamente una prevalencia de consumo por influencia de la subescala de Emociones Agradables (M = 19.82, DE = 20.62), seguido de la subescala de necesidad física por consumir (M = 15.29, DE = 16.99), y la subescala de probando autocontrol (M = 11.18, DE = 16.16). A pesar de que la subescala de Probando Autocontrol se ubica por debajo de la subescala de Necesidad Física, se considera que los resultados corresponden a lo esperado.

JUVENTUD Y ALCOHOL 28 Los resultados obtenidos dentro de la escala de factores personales pueden significar que el consumo de alcohol en la población joven, de los primeros años universitarios, se ve influenciado, en primer lugar, por situaciones que generan satisfacción o bienestar de manera circunstancial y que al mismo tiempo promueven el consumo de bebidas embriagantes. En segundo lugar, por la necesidad física, es decir aquellos estímulos que ofrece el contexto que invitan al inicio o mantenimiento del consumo de sustancias alcohólicas. Y en tercer lugar, por la ejecución de repertorios conductuales desafiantes frente al consumo, pensando que la ingesta de alcohol no lo llevará al abuso ni a la dependencia (Albarracín y Muñoz, 2008). Estos factores, tanto de Emociones Agradables como de Necesidad Física y Probando Autocontrol, presentan un riesgo moderado frente al consumo de alcohol en la población encuestada. En esta misma línea, los resultados de esta segunda escala de factores personales corresponden a los analizados previamente en la escala interpersonal. Se comprende la fuerte influencia de los factores que involucran a terceras personas sobre la experiencia personal de consumo. De manera que el consumo de alcohol en jóvenes universitarios, al verse motivado por momentos agradables y la fuerte influencia de la presión grupal, promueve en estos experiencias subjetivas correspondientes. Las emociones agradables asociadas al consumo son generadas por la influencia del medio, especialmente por momentos en donde la alegría, la celebración y el entusiasmo se manifiestan en torno a la bebida. Estos momentos ofrecen al joven sentimientos positivos y la oportunidad de desinhibirse. Valderrama y Vicente (2000; citado en Cruz et al., 2011) confirman que las emociones principales que motivan el consumo en jóvenes son la sensación de alegría y desinhibición. Estas asociaciones emocionales no sólo dependen de las experiencias de consumo, momentos y emociones, sino que también dependen de las actitudes, representaciones del imaginario colectivo hacia el consumo. En esta línea, sobresale el análisis de correlación Pearson entre subescalas, cuyos resultados muestran una fuerte correlación entre las escalas de Emociones Agradables y la Necesidad Física del consumo, r (445) = .806, p= .000. Esto podría ser indicador de que las emociones agradables hacia el consumo pueden estar ligadas a estímulos que ofrece el contexto que invitan iniciar o mantener el consumo de alcohol. A través de la socialización como de la influencia de las relaciones sociales sobre las ideas y actitudes que promueven el consumo en la población joven se desarrolla una necesidad física hacia el mismo. De acuerdo a la OEA (2011), los mensajes por parte de los medios de comunicación sobre el consumo de alcohol alcanzan al 90% de la población juvenil en Latinoamérica. Ello contribuye a una normativa implícita de que se debe consumir alcohol como un estilo de vida juvenil. El joven entonces se ve impulsado a saciar la necesidad de consumo como un intento de adaptarse a su medio y continuar el desarrollo de su identidad. A pesar de que la influencia de esta variable no había sido considerada dentro de la hipótesis de esta investigación, se considera que cumple un importante rol en el consumo de alcohol juvenil. Marcando la influencia del medio en la cosmovisión juvenil, determinada por los patrones culturales desde donde se desarrolla la persona (Bandura, 1987; citado en Salamó, et al., 2010). Los resultados analizados demuestran la fuerte influencia del medio, tanto de los Momentos Agradables y Presión grupal, como de factores individuales que inciden en la reproducción de conductas de consumo. Es importante considerar las fuertes presiones e

JUVENTUD Y ALCOHOL 29 influencias que los estudiantes deben resistir. El autocontrol es el recurso principal con el cual se cuenta en este sentido, de manera que el joven debe ir desarrollando esta habilidad. Este subescala obtuvo la tercera puntuación más alta dentro de la escala de factores personales, indicado la presencia de conductas desafiantes entre los estudiantes al momento de consumir. En este sentido, para quienes se consideran consumidores, es a través de la experimentación de consumo, las relaciones e interacción con el medio social y la sustancia, la única forma en la que el joven puede ir definiendo los límites para sí mismo. Proceso que realiza mediante la regulación de la ingesta, frente a la influencia que tienen sus pares, en el contexto de grupo (Burkhart, 2011, citada en Moreno, 2014). Por lo tanto, se considera que el joven se encuentra en la necesidad de involucrarse en situaciones que le lleven a experimentar la autorregulación. Para futuras investigaciones, valdría la pena conocer las actitudes y creencias sociales que sostienen los mecanismos de autocontrol en población no consumidora. En cuanto a los conflictos relacionados al consumo de alcohol, el ingreso y la permanencia al entorno universitario también expone al individuo a una variedad de situaciones desagradables, conflictos con otros, malestares físicos y emocionales. Generalmente se intenta fomentar un estilo de vida saludable para esta población; a pesar de ello, muchos universitarios enfrentan crisis personales, debido a la etapa en el ciclo vital en la que se encuentran, que los llevan a desórdenes del comportamiento, rebeldía, lucha intergeneracional, consumo o abuso de alcohol y drogas, entre otros (Camacho, 2005). Una de las crisis que el joven puede enfrentar son los conflictos con otros, ya sean estos con parientes, miembros de la familia nuclear, amigos o hasta docentes. Es interesante que dentro de los Factores Personales se reportan diferencias significativas entre hombres (M = 8.8265 DE = 17.11629) y mujeres (M = 6.2381 DE = 10.06132) en la subescala de conflicto con otros, t (154.651) = 1.302, p = .003. Además, también se encuentran puntuaciones significativamente diferentes para hombres (M = 8.7075 DE = 16.10129) y mujeres (M = 6.1905 DE = 9.66787) en la subescala de malestar físico, t (156.713) = 1.339, p = .011. Se debe mencionar que los resultados obtenidos en ambas subescalas representan un riesgo bajo de consumo de alcohol. Sin embargo, lo que interesa discutir y analizar son las diferencias existentes según género. En un estudio realizado por Sullivan, Tripp y Santor (2000; citado por Moretti y Medrano, 2014) se encontró, respecto a las conductas de dolor, malestar físico y las diferencias entre sexos, que las mujeres comúnmente son más expresivas que los hombres. Estos resultados son coherentes con otras investigaciones que revelan que las mujeres tienden a utilizar en mayor medida la queja verbal que los hombres, mientras que estos últimos usan comúnmente estrategias no verbales y conductas de evitación (Moretti y Medrano, 2014). Los comportamientos evitativos, en hombres, se suelen presentar de manera similar cuando se enfrentan a una situación conflictiva con otros. Al analizar estas conductas no debe dejarse de lado el contexto en el que se encuentra inmerso el individuo. Los patrones de socialización han educado al hombre a reprimir lo que siente, ya que la expresión de sentimientos no va de acorde con las características atribuidas por la sociedad a su género. Por lo que esta población para no enfrentar o expresar lo que sucede internamente se refugia en conductas evitativas, como el consumo de alcohol o comportamientos agresivos

JUVENTUD Y ALCOHOL 30 (Garaigordobil y Maganto, 2011). Provocando patrones de consumo que podrían representar riesgos para el individuo. Cabe mencionar que la subescala de este elemento, conflictos con otros, se encontró altamente correlacionada con otra de las subescalas del ISCA: emociones desagradables, r (445) = .784, p= .000. Los conflictos con terceros ponen al joven en una situación de crisis, como se mencionó anteriormente, en donde pueden tomar control las emociones desagradables experimentadas. Por lo que no resulta extraño que en estas ocasiones el joven recurra al consumo de alcohol, como medio para aliviar tensiones psicológicas. Al mismo tiempo, según la correlación positiva obtenida entre las subescalas de malestar físico y emociones desagradables, r (445) = .765, p= .000, las emociones desagradables también pueden tener impacto en la salud del individuo, produciendo malestar físico. Al respecto se ha encontrado que las personas buscan el alcohol porque creen que les reduce la tensión física frente a situaciones estresantes, es decir que el consumo de alcohol se incrementa frente a circunstancias que generan tensión (Cooper y cols. 1988; citado en Camacho, 2005). Cuando la tensión física y psicológica no es manejable bajo situaciones normales, muchas veces se recurre al uso de sustancias que producen consecuencias sociales deseables o la reducción de sentimientos negativos; convirtiéndose su consumo en un reforzamiento poderoso para continuar su uso. La expectativa de que el consumo de alcohol puede ser un tipo de afrontamiento efectivo; es decir, la creencia de que el consumo es un modo eficaz y apropiado de hacerle frente a la tensión y a otras emociones negativas puede convertirse en un factor de mantenimiento importante de la conducta de beber. Esto favorece la predictibilidad de patrones de consumo en estudiantes, relacionándose de forma directa con las problemáticas que presentan los estudiantes bebedores (Camacho, 2005). Los elementos discutidos en este apartado muestran los datos más relevantes, de los resultados obtenidos, sobre jóvenes de tres diferentes universidades privadas del área metropolitana de San Salvador. Se debe reconocer que el proceso investigativo tuvo limitantes y fortalezas. Estas se detallan a continuación. Durante la etapa de investigación de campo se enfrentó a la limitante de un proceso muy burocrático de parte de la mayoría de instituciones educativas para dar solución a las peticiones presentadas. A cada universidad se les presentó una solicitud formal, a través de una carta sellada y firmada por la directora del estudio. En una de las universidades el proceso fue bastante rápido, aceptando la solicitud presentada y agilizando la ayuda. En las otras dos instituciones, el proceso fue menos ágil. Se realizaron varias visitas, antes de poder obtener lo solicitado, esto debido a que constantemente se cambiaban los requerimientos para aprobar la solicitud. Lo cual ocasionó un retraso en el levantamiento de datos y las fases posteriores del estudio. Es importante también mencionar que al inicio de la investigación se contaba con cuatro universidades de San Salvador. Sin embargo una de ellas tuvo que ser descartada debido a la aprobación incompleta de la solicitud presentada. La institución ofreció espacio para llevar a cabo el levantamiento de datos, pero denegó información sobre la población estudiantil; la cual era necesaria para conocer la muestra del estudio.

JUVENTUD Y ALCOHOL 31 Por otra parte, algunas de las bases de datos ofrecidas por las instituciones educativas no cumplían con los requerimientos de la solicitud. Los investigadores solicitaron al área de Registro Académico de cada universidad, una base de datos donde se presentase información de la población estudiantil segregada por edad, año o ciclo cursado y sexo. Una de las instituciones de educación superior no contaba con esta información, teniendo acceso solamente a población por año cursado y sexo. Esto sin duda afectó la población muestral, ya que sin este dato los investigadores se vieron obligados a realizar el cálculo de la muestra tomando en cuenta solamente año cursado y sexo, excluyendo la edad de los participantes. Otra de las limitantes del estudio fue el hecho que el proceso de levantamiento de datos fue llevado a cabo dentro de las instituciones educativas, lo cual pudo promover el sesgo de deseabilidad social en las respuestas del estudiantado por el contexto formal en el que se encontraban. Además, el cuestionario era sobre el consumo de alcohol, el cual es un tema, aún para la juventud, muy delicado de tratar debido a las penalidades sociales y legales que este hábito implica (Pons y Berjano, 1999). A pesar de esto, el estudio también contó con ciertas fortalezas, siendo una de ellas la alta participación del estudiantado de las universidades. Se sabe que el consumo de alcohol es asociado a conductas de riesgo que suelen ser castigadas socialmente, en la mayoría de perspectivas, lo cual puede ocasionar la retracción de algunos de los universitarios a participar. Sin embargo, los y las estudiantes se mostraron muy colaboradores y comprometidos durante el levantamiento de información. De igual manera, es positivo que el instrumento, a través del cual se obtuvo los resultados, tenga un Alfa de Cronbach de 0.96, lo cual demuestra una alta consistencia de los ítems del instrumento, midiendo lo que dice medir. Otra de las fortalezas importantes de la investigación es que se asume una perspectiva desde la juventud. Se trata de comprender al joven desde la etapa del ciclo vital en la que se encuentra, generando explicaciones del consumo de alcohol a partir de sus características y necesidades biológicas, psicológicas y sociales. Tomando en cuenta los factores psicosociales que son relevantes durante este periodo. Toda investigación debe ir orientada a la comprensión integral de un fenómeno para darle solución a este, formulando propuestas de intervención. Todo lo descrito dentro de este apartado brinda uno de los primeros acercamientos al fenómeno del consumo de alcohol entre jóvenes, y los elementos psicosociales que ejercen influencia en este hábito. Estos factores se vuelven de suma importancia para el inicio de propuestas novedosas de intervención que sean integrales para la juventud en el país. Es necesario tomar en cuenta la manera de ver el mundo, de sentir y de vivir dentro de la realidad que rodea a los y las jóvenes de este país, el cual es sumamente diferente al de otros contextos donde se han llevado a cabo investigaciones similares. Se recomienda realizar investigaciones que abarquen otras poblaciones universitarias, a nivel nacional, cubriendo no solo el área metropolitana, sino también el interior del país. De esta manera los resultados pueden ser generalizables a la juventud salvadoreña, permitiendo el desarrollo de intervenciones más apegadas a la realidad de El Salvador. Dentro del presente estudio se encontró que la edad de inicio de consumo de alcohol es aproximadamente los 15 años. Por lo que otra de las recomendaciones, para futuras investigaciones, va orientada a iniciar investigaciones con esta población. Realizar estudios

JUVENTUD Y ALCOHOL 32 con estudiantes escolares permitiría conocer otros factores psicosociales que influyen en el consumo de alcohol. Ofreciendo, probablemente, otras perspectivas para comprender este fenómeno social. Las aproximaciones cuantitativas son siempre relevantes y necesarias al iniciar el estudio de una temática, pero también se considera importante complementar estos hallazgos con estudios cualitativos. Usando más recursos, técnicos, temporales, monetarios, materiales y de personal puede lograrse una profundización en este tema, aportando conocimiento necesario para la prevención de enfermedades y accidentes entre la juventud. La etapa de la juventud está marcada por una de las crisis más fundamentales en la vida de todo ser humano, saber quién es, esto entraña una lucha interna que se manifiesta en los planos sociales externos. Los entes primarios y secundarios son fundamentales para proporcionar una orientación dirigida a la resolución de este conflicto. El acompañamiento adecuado a las necesidades del adolescente, fuera de la perspectiva adultocentrista permitirá que el joven no se vuelque en comportamientos de riesgo, como el consumo de alcohol, para probar su valía. La idea de que el joven se encuentra en riesgo es una perspectiva bastante reduccionista que ocasiona la represión de sus conductas, hábitos y estilos de vida. Bloqueando, de esta manera, cualquier acción o comportamiento que no se apegue a la norma establecida por la sociedad. Los jóvenes universitarios tienen mucho que aportar a la sociedad, se deben promover sus ideas, sus sentimientos, y sus acciones para lograr la transformación social; ya que en ellos se encuentra el potencial de cambio necesario para el progreso e innovación del país.

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JUVENTUD Y ALCOHOL 37 Anexos Anexo A Ficha de Datos Generales FICHA DE DATOS GENERALES

# _________

La información que usted proporcione en la siguiente ficha es confidencial y anónima, por favor responda con la mayor sinceridad posible. Carrera cursada: ___________________________

Promedio de Ingreso Familiar (aprox mensual):

Facultad: _________________________________ Marque su edad: ( ) 18 años

________________________________

( ) 19 años ( ) 20 años

Sexo: Masculino

( ) 21 años

Femenino

Labora Actualmente?

A los _________años probé alcohol por primera vez. Señale la frecuencia con la que usted suele consumir alcohol:

Otra: _______

SI

NO

De los siguientes lugares señale aquel (los) lugar (es) en el (los) cual (es) usted consume alcohol con mayor frecuencia:

Diario Tiendas:

Semanal Bares:

Mensual

Discotecas:

Anual

Club Social:

No tomo

Billares:

Casinos: que más consume y su respectiva cantidad: Frente a su consumo de alcohol, señale el tipo de bebida alcohólica

1 a 3 botellas o latas Cerveza 4 a 6 botellas o latas Hasta ¼ de botella ¼ a ½ botella Aguardiente Hasta ¼ de botella ¼ a ½ botella Otro Vodka

¿Cuál?: ______________

Especifique cantidad: ______________

JUVENTUD Y ALCOHOL 38

Anexo B Tabla de Variables Sociodemográficas Nombre Enumerador

Universidad

Indicadores Numero de Encuesta Universidad en la que estudia el encuestado

Carrera de estudio de el encuestado

Carrera

Año de estudio del encuestado Año

Aproximado mensual de ingreso familiar Ingreso

Facultad

Facultad en la que se encuentra inscrito el encuestado

Items Variable que indica el número de cada encuesta que es única para cada persona encuestada. Variable que indica el nombre de la Universidad. Variable nominal. (1) = "UCA" (3) = "UTEC" (4) = "UFG" Variable que indica la carrera en la que el encuestado se encuentra inscrito. Variable nominal. (0) = "N/a" (1) = Comunicaciones (2) = Psicología (3) = Derecho (4) = Mercadeo (5) = Ingles / Idiomas (6) = Administración de Empresas (7) = Contaduría (8) = Ingenierías (9) = Diseño (10) = Ciencias de la Salud (11) = Economía (12) = Antropología Variable que indica el año en el que el encuestado se encuentra inscrito. Variable ordinal. (0) = Primer ano (1) = Segundo ano (2) = Tercer ano Variable que indica la cantidad de ingreso mensual familiar por encuestado. Variable Ordinal. (0) = N/a (1) $100 – 499 (2) $500 – 999 (3) $1000 – 3999 (4) $4000 – 7999 (5) $8000 – en adelante Variable que indica el nombre de la facultad en la que se encuentra inscrito el encuestado. Variable nominal. (0) = N/a (1) = Ciencias Sociales (2) = Ciencias Empresariales (3) = Ingeniería (4) = Diseño (5) = Medicina

JUVENTUD Y ALCOHOL 39

Edad

Edad de la persona al momento de la encuesta

Género del encuestado Sexo

Labora Edad Alcohol

Frecuencia de Consumo

Situación laboral de la persona encuestada Edad en la que el encuestado probó por primera vez alcohol Frecuencia con la que el encuestado suele consumir.

Lugar en el que suele darse el consumo de los encuestados. Lugar de Consumo

Bebida

Tipo de bebida que el encuestado suele consumir con mayor frecuencia.

Cantidad de la bebida que el encuestado suele consumir. Cantidad

Cuál es su edad en años cumplidos. Variable nominal. (1) = 18 años (2) = 19 años (3) = 20 años (4) = 21 años Sexo: Variable nominal (1) = Masculino (2) = Femenino Labora: Variable Dicotómica (1) = Si (2) = No A los _________años probé alcohol por primera vez. Variable escalar abierta. Señale la frecuencia con la que usted suele consumir alcohol: (0) = No toma (1) = Anual (2) = Mensual (3) = Semanal (4) = Diario De los siguientes lugares señale aquel (los) lugar (es) en el (los) cual (es) usted consume alcohol con mayor frecuencia:  VAR1TIENDAS  VAR2BAR  VAR3DISCO  VAR4CLUB  VAR5BILLAR  VAR6CASINO  VAR7AMIGO  VAR8NINGUNO Frente a su consumo de alcohol, señale el tipo de bebida alcohólica que más consume y su respectiva cantidad: (0) = N/a (1) = Cerveza (2) = Agua Ardiente (3) = Vodka (4) = Otro Frente a su consumo de alcohol, señale el tipo de bebida alcohólica que más consume y su respectiva cantidad: (0) = No aplica (1) = Baja (2) = Moderada (3) = Alta

JUVENTUD Y ALCOHOL 40 Anexo C Instrumento “Inventario de Situaciones de Consumo de Alcohol” - ISCA

JUVENTUD Y ALCOHOL 41

JUVENTUD Y ALCOHOL 42

JUVENTUD Y ALCOHOL 43 Anexo D Distribución de los reactivos de las 8 Subescalas del ISCA – 100 ESCALA DE SITUACIONES PERSONALES 1. EMOCIONES DESAGRADABLES:

(02) Cuando estaba deprimido (16) Cuando me entristecía al recordar algo que había sucedido (23) Cuando sentía que no tenía a quién acudir (24) Cuando sentía que me estaba deprimiendo (26) Cuando estaba aburrido (33) Cuando me empezaba a sentir harto de la vida (34) Cuando estaba confundido y necesitaba pensar más claramente (35) Cuando me sentía solo (53) Cuando me sentía muy presionado (55) Cuando parecía que nada de lo que hacía me estaba saliendo bien (59) Cuando sentía que a nadie le importaba real-mente lo que me pasaba (61) Cuando me sentía inseguro y quería funcionar mejor (63) Cuando me parecía que no podía hacer las cosas que intento (64) Cuando tenía miedo de que las cosas no me iban a salir bien (68) Cuando me sentía vacío interiormente (71) Cuando todo me estaba saliendo mal (74) Cuando me sentía culpable por algo (76) Cuando estaba enojado respecto al curso que habían tomado algunas cosas (83) Cuando me sentía confundido respecto a lo que debía de hacer (90) Cuando necesitaba valor para enfrentarme a alguien 2. MALESTAR FÍSICO

(04) (11) (40) (41) (42) (51) (70) (75) (86) (97)

Cuando me sentía nervioso y mal de salud Cuando no podía dormir Cuando me sentía soñoliento y quería estar alerta Cuando estaba cansado Cuando tenía un dolor físico Cuando me sentía mareado y con náuseas Cuando me sentía muy cansado Cuando me sentía nervioso y tenso Cuando tenía dolor de cabeza Cuando sentía el estómago "hecho nudo”

3. EMOCIONES AGRADABLES

(03) (14) (31) (37) (58) (65) (78) (79) (85) (98)

Cuando sentía que finalmente todo iba por buen camino Cuando me sentía muy contento Cuando me sentía seguro y relajado Cuando me estaba sintiendo "el dueño del mundo" Cuando todo me estaba saliendo bien Cuando me sentía satisfecho por algo que había hecho Cuando algo bueno sucedía y quería celebrarlo Cuando me sentía contento con mi vida Cuando quería celebrar una ocasión especial,como la Navidad. Cuando me sentía feliz al recordar algo queme había pasado

JUVENTUD Y ALCOHOL 44

4. PROBANDO AUTO-CONTROL

(05) (17) (36) (43) (45) (54) (57) (80) (81) (91)

Cuando decidí demostrar mi fuerza de voluntad dejando de beber Cuando pensaba que el alcohol ya no era un problema para mí Cuando me podía convencer que era una nueva persona que podía Cuando me sentía seguro de que podía beber sólo una cuantas copas Cuando comencé a pensar que nunca conocería mis límites Cuando dudaba de mi auto-control respecto al alcohol y quería Cuando pensaba que finalmente me había curado y que podía Cuando pensaba que realmente no dependía de la bebida Cuando pensaba que una copa no podía hacerme daño Cuando quería probarme a mí mismo que podía beber pocas copas

5. NECESIDAD FÍSICA

(07) (13) (15) (20) (29) (32) (38) (47) (67) (89)

Cuando veía un anuncio de mi bebida favorita Cuando me daban como regalo una botella de mi bebida favorita Cuando volvía a estar en reuniones en donde siempre bebía Cuando pensaba qué fresca y sabrosa puede ser la bebida Cuando me acordaba lo bien que sabe mi bebida favorita Cuando veía algo que me recordaba la bebida Cuando pasaba por donde venden bebida Cuando de repente me encontraba una botella de mi bebida favorita Cuando pasaba frente a un bar Cuando de repente sentía urgencia de beber una copa

ESCALA INTERPERSONAL (Situaciones que involucran a terceras personas) 6. CONFLICTO CON OTROS

(01) Cuando tuve una discusión con un(a) amigo(a) (08) Cuando me sentía a disgusto en la presencia de alguien (09) Cuando alguien me criticaba (18) Cuando algunas personas a mi alrededor me ponían tenso (25) Cuando me sentía rechazado sexualmente (27) Cuando no era capaz de expresar mis sentimientos (28) Cuando la gente era injusta conmigo (30) Cuando me sentía rechazado por mis amigos (44) Cuando alguien cercano a mí estaba sufriendo (50) Cuando no le simpatizaba a algunas personas (52) Cuando me sentía inseguro de poder lograr lo que esperan de mí (56) Cuando otras personas interferían con mis planes (62) Cuando me sentía presionado por las exigencias de mi jefe (66) Cuando sentía envidia por algo que había hecho otra persona (77) Cuando me sentí muy presionado por mi familia (87) Cuando no me llevaba bien con mis compañeros de trabajo (92) Cuando había problemas en mi hogar (94) Cuando tenía problemas en el trabajo (99) Cuando necesitaba valor para enfrentarme a alguien (100) Cuando sentía que alguien estaba tratando de controlarme y...

JUVENTUD Y ALCOHOL 45 7. PRESION SOCIAL

(10) Cuando alguien me invitaba a su casa y me ofrecía una copa (19) Cuando al salir con amigos éstos entraban aun bar a beber una copa (22) Cuando alguien en la misma habitación estaba bebiendo (39) Cuando estaba en una situación en la que siempre bebía (49) Cuando me ofrecían una copa y me sentía incómodo de rechazarla (60) Cuando en una fiesta, otras personas estaban bebiendo (69) Cuando estaba en un restaurante y las personas junto a mí ... (73) Cuando alguien me presionaba a demostrarque podía tomar una copa (84) Cuando me reunía con un(a) amigo (a) y sugería tomar una copa juntos (96) Cuando mi jefe me ofrecía una copa 8. MOMENTOS AGRADABLES CON OTROS

(06) (12) (21) (46) (48) (72) (82) (88) (93) (95)

Cuando mis amigos llegaban de visita y me sentía emocionado Cuando quería aumentar mi placer sexual Cuando quería estar más cerca de alguien que me gustaba Cuando salí con mis amigos a divertirme y quise disfrutar ... Cuando estaba platicando y quise contar una anécdota Cuando quería celebrar con un(a) amigo (a) Cuando me estaba divirtiendo con mis amigos y quería aumentar Cuando me estaba divirtiendo en una fiesta y quería sentirme... Cuando disfrutando de una comida con amigos, pensaba que... Cuando estaba a gusto con un(a) amigo (a) y quería tener…

JUVENTUD Y ALCOHOL 46 Anexo E Hoja de Calificación del Inventario de Situaciones de Consumo de Alcohol - ISCA

JUVENTUD Y ALCOHOL 47 Anexo F Análisis de Confiabilidad Alfa de Cronbach de Escalas y Subescalas Escala Individual

.946 N=60

Escala Interpersonal

.906 N=40

Emociones Desagradables

.911 N=20

Conflicto con Otros

.787 N=20

Malestar Físico

.767 N=10

Presión Social

.778 N=10

Emociones Agradables

.886 N=10

Momentos Agradables

.841 N=10

Probando Autocontrol

.729 N=10

Necesidad Física

.825 N=10

Tabla de Análisis de Confiabilidad Alfa de Cronbach de las escalas y subescalas ISCA.

JUVENTUD Y ALCOHOL 48 Anexo G Documento de Consentimiento Informado para Participantes del Estudio San Salvador, Abril 2016 Universidad José Simeón Cañas, UCA. Antiguo Cuscatlán, La libertad.

Documento de Consentimiento Informado El presente documento está dirigido a estudiantes universitarios hombres y mujeres que se encuentren cursando los dos primeros años de educación superior, con edades entre los 18 y 21 años de edad. Este Documento de Consentimiento Informado tiene dos partes: • Información (proporciona información sobre el estudio) • Formulario de Consentimiento (para firmar si está de acuerdo en participar) Todo participante puede solicitar una copia del Documento completo de Consentimiento Informado PARTE I: Información Como trabajo de graduación para optar al título de Licenciatura en Psicología, nos encontramos realizando una investigación que busca conocer cuáles son aquellos motivos implicados en el consumo de alcohol en jóvenes universitarios de ambos sexos. El alcohol es la sustancia de mayor consumo en cuanto a drogas de dependencia en El Salvador y sus efectos nocivos como sus múltiples manifestaciones terminan afectando en su mayoría a la población juvenil. Estamos investigando sobre este tema ya que, como país a pesar de tener un consumo per cápita relativamente bajo entre los países de las Américas, tenemos una de las tasas más altas de mortalidad por causas atribuibles al alcohol. A partir de los resultados de esta investigación pretendemos dar a conocer importante información sobre el consumo que tienen los jóvenes del alcohol y así contribuirá a facilitar la formulación de futuras intervenciones. Nuestro propósito es brindarle esta información e invitarle a participar en esta investigación llenando la FICHA DE DATOS GENERALES y el INVENTARIO DE SITUACIONES DE CONSUMO DE ALCOHOL (ISCA) que se le presenta a continuación. La encuesta dura una aproximado de 20 minutos en completar. Al finalizar, le pedimos guardar silencio y esperar a que los demás estudiantes también finalicen. Si tiene cualquier pregunta puede hacerlas ahora o más tarde, incluso después de haber terminado de responder el cuestionario, puede contactar a cualquiera de las personas del equipo de investigación. Su participación en esta investigación es totalmente voluntaria. Usted puede elegir participar o no hacerlo sin verse afectado de ninguna manera. Usted puede cambiar de idea más tarde y dejar de participar aun cuando haya aceptado antes. Toda su información es completamente anónima. No es requisito brindar su información personal como nombres, número de teléfono, direcciones, etc; está en todo derecho de no hacerlo. Por otro lado, los fines de esta investigación son meramente académicos por lo que la información recolectada será tratada con suma confidencialidad. Al finalizar con la recolección de los datos se publicaran los resultados para que otras personas interesadas puedan aprender de nuestra investigación; estará disponible en la biblioteca P. Florentino Idoate, SJ, dentro de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”.

PARTE II: Formulario de Consentimiento He leído la información proporcionada. He tenido la oportunidad de preguntar sobre ella y se me ha contestado satisfactoriamente las preguntas que he realizado. Consiento voluntariamente participar en esta investigación y responder a las preguntas con total sinceridad. Entiendo que tengo el derecho de retirarme de la investigación en cualquier momento sin que me afecte en ninguna manera. Nombre del Participante: __________________ Firma del Participante: ___________________ Fecha: ___________________________ Día/mes/año ¡Muchas Gracias!

JUVENTUD Y ALCOHOL 49 Anexo H Guía de Interpretación de “Indice de Problema” de Instrumento ISCA

Fuente: Instrumento ISCA, (Annis et al., 1998).

Anexo I Tabla de Comparación de Medias de Frecuencia de Consumo por Año Educativo Group Statistics Año de Carrera Frecuencia de Consumo

N

Mean

Std. Deviation

Std. Error Mean



218

.5963

.83273

.05640



35

1.0857

.91944

.15541

dimension1

Independent Samples Test Levene's Test for Equality of Variances

F Frecuencia de Equal variances assumed Consumo

Equal variances not assumed

Sig. .763

.383

t-test for Equality of Means

t -3.181

df

Sig. (2-

Mean

Std. Error

tailed)

Difference

Difference

251

.002

-.48938

.15387

-2.960 43.427

.005

-.48938

.16533

JUVENTUD Y ALCOHOL 50 Anexo J Comparación de Medias de Frecuencia de Consumo por Edad Group Statistics Edad Frecuencia de Consumo

N

Mean

Std. Deviation

Std. Error Mean

18

157

.6051

.86052

.06868

21

103

.8447

.93680

.09231

Independent Samples Test Levene's Test for Equality of Variances

t-test for Equality of Means Mean

F Frecuencia de

Equal variances assumed

Consumo

Equal variances not assumed

Sig. 2.430

t .120

.035

-.23956

-2.082

205.090

.039

-.23956

Cumulative

Valid

Percent

Anual

94

46.1

46.1

46.1

Mensual

95

46.6

46.6

92.6

Semanal

14

6.9

6.9

99.5

1

.5

.5

100.0

204

100.0

100.0

Diario Total

Statistics Hombres Frecuencia de Consumo N

Valid Percent

Valid Missing

Mean Std. Deviation

185 0 .8865 .95728

Difference

258

Anexo de Frecuencia de Consumo General

Percent

Sig. (2-tailed)

-2.119

Anexo K Estadísticos de Frecuencia de Consumo General y en Función de Sexo

Frequency

df

JUVENTUD Y ALCOHOL 51 Frecuencia de Consumo en Hombres Cumulative Frequency Valid

Percent

Valid Percent

Percent

No Toma

86

46.5

46.5

46.5

Anual

43

23.2

23.2

69.7

Mensual

48

25.9

25.9

95.7

Semanal

7

3.8

3.8

99.5

Diario

1

.5

.5

100.0

185

100.0

100.0

Total

Statistics Mujeres Frecuencia de Consumo N

Valid

260

Missing

0

Mean

.6385

Std. Deviation

.86995

Frecuencia de Consumo en Mujeres Cumulative Frequency Valid

No Toma

Percent

Valid Percent

Percent

155

59.6

59.6

59.6

Anual

51

19.6

19.6

79.2

Mensual

47

18.1

18.1

97.3

Semanal

7

2.7

2.7

100.0

260

100.0

100.0

Total

Estadísticos Grupales: Comparación de Medias de Frecuencia de Consumo en Función de Sexo Sexo Frecuencia de Consumo

N

Mean

Std. Deviation

Std. Error Mean

Hombre

185

.8865

.95728

.07038

Mujer

260

.6385

.86995

.05395

JUVENTUD Y ALCOHOL 52 Independent Samples Test Levene's Test for Equality of Variances

t-test for Equality of Means Mean

F Frecuencia de

Equal variances assumed

Consumo

Equal variances not

Sig. 2.149

t

.143

df

Sig. (2-tailed)

Difference

2.842

443

.005

.24802

2.797

372.424

.005

.24802

assumed

Anexo L Tabla de Estadísticos Descriptivos de Cantidad de Consumo de Alcohol Cantidad de Consumo de Alcohol de Población General Cumulative Frequency Valid

Baja

Percent

Valid Percent

Percent

110

53.9

53.9

53.9

Moderada

56

27.5

27.5

81.4

Alta

38

18.6

18.6

100.0

Total

204

100.0

100.0

Estadísticos Grupales: Comparación de Medias de Cantidad de Consumo en Función de Sexo Sexo

N

Mean

Std. Deviation

Std. Error Mean

Cantidad de Consumo de

Hombre

185

.9027

1.02217

.07515

Alcohol

Mujer

260

.6500

.92821

.05757

Independent Samples Test Levene's Test for Equality of Variances

F Cantidad de

Equal variances

1.534

Sig. .216

t-test for Equality of Means

t 2.713

df

Sig. (2-

Mean

Std. Error

tailed)

Difference

Difference

443

.007

.25270

.09314

2.669 372.229

.008

.25270

.09467

Consumo de Alcohol assumed Equal variances not assumed

JUVENTUD Y ALCOHOL 53 Anexo M Tabla de Edad de Inicio de Consumo

Descriptive Statistics N

Minimum

Edad a la que probé por primera vez alcohol

290

Valid N (listwise)

290

Maximum

6.00

Mean

21.00

Std. Deviation

15.6517

2.37185

Estadísticos Grupales: Comparación de Medias de Edad de Inicio de Consumo en Función de Sexo Sexo

N

Mean

Std. Deviation

Std. Error Mean

Edad a la que probé por primera Hombre

131

15.3893

2.34872

.20521

vez alcohol

158

15.8481

2.37067

.18860

Mujer

Independent Samples Test Levene's Test for Equality of Variances

t-test for Equality of Means

Sig. (2F Edad a la que probe

Equal variances

Sig. .374

t .542

-1.645

df

Mean

tailed) Difference

Std. Error Difference

287

.101

-.45879

.27896

-1.646 278.08

.101

-.45879

.27871

por primera vez alcohol assumed Equal variances not assumed

3

Anexo N Puntuaciones Medias entre Escalas de Factores Individuales e Interpersonales Descriptive Statistics N

Minimum

Maximum

Mean

Std. Deviation

Escala INDIV

203

.00

61.67

12.6847

13.00724

Escala INTER

203

.00

82.78

16.7269

14.62513

Valid N (listwise)

203

JUVENTUD Y ALCOHOL 54 Anexo O Análisis de Comparación de Medias entre Hombres y Mujeres en las Escalas de Factores Psicosociales Group Statistics Sexo factorINDIVID

N

Hombre Mujer

factorINTERP

Hombre Mujer

Mean

Std. Deviation

Std. Error Mean

98

13.1463

13.83548

1.39759

105

12.2540

12.23484

1.19400

98

18.1689

16.85031

1.70214

105

15.3810

12.11768

1.18256

Independent Samples Test Levene's Test for Equality of Variances

F Factor

Equal variances assumed

INDIVID

Equal variances not assumed

Factor

Equal variances assumed

INTERP

Equal variances not assumed

t-test for Equality of Means

Sig.

.943

6.414

t

.333

df

.487

.012

Sig. (2-

Mean

Std. Error

tailed)

Difference

Difference

201

.626

.89229

1.83040

.485 193.918

.628

.89229

1.83818

201

.175

2.78798

2.04988

1.345 175.174

.180

2.78798

2.07262

1.360

Anexo P Análisis Descriptivo de Factores Psicosociales ISCA – Solo Consumo Descriptive Statistics N

Minimum

Maximum

Mean

Std. Deviation

Escala de Emociones Desagradables

203

.00

66.67

9.7291

14.43263

Escala de Malestar Fisico

203

.00

106.67

7.4056

13.19863

Escala de Emociones Agradable

203

.00

130.00

19.8194

20.62340

Escala de Presion Grupal

203

.00

136.67

21.5928

19.62331

Escala de Momentos Agradables con Otros

203

.00

83.33

21.1002

18.25875

Escala de Probando Autocontrol

203

.00

136.67

11.1823

16.16142

Escala de Necesidad Fisica

203

.00

86.67

15.2874

16.98903

Escala de Conflictos con Otros

203

.00

88.33

7.4877

13.94568

Valid N (listwise)

203

JUVENTUD Y ALCOHOL 55

Anexo Q Análisis de Comparación de medias de puntuación entre escalas ISCA entre hombres y mujeres Group Statistics Sexo Escala de Emociones Desagradables Hombre )

Mujer

Escala de Malestar Fisico

Hombre Mujer

Escala de Emociones Agradables

Hombre Mujer

Escala de Presion Grupal

Hombre Mujer

Escala de Momentos Agradables

Hombre

con Otros

Mujer

Escala de Porbando Autocontrol

Hombre Mujer

Escala de Necesidad Fisica

Hombre Mujer

Escala de Conflictos con Otros

Hombre Mujer

N

Mean

Std. Deviation

Std. Error Mean

98

9.8129

14.72521

1.48747

105

9.6508

14.22442

1.38816

98

8.7075

16.10129

1.62648

105

6.1905

9.66787

.94349

98

18.9456

18.41731

1.86043

105

20.6349

22.54670

2.20033

98

24.0476

22.77058

2.30018

105

19.3016

15.91709

1.55335

98

21.6327

18.97877

1.91714

105

20.6032

17.63702

1.72120

98

12.9592

15.33051

1.54862

105

9.5238

16.80347

1.63985

98

15.3061

16.22322

1.63879

105

15.2698

17.75174

1.73239

98

8.8265

17.11629

1.72901

105

6.2381

10.06132

.98188

JUVENTUD Y ALCOHOL 56

Independent Samples Test Levene's Test for Equality of Variances

F Escala de Emociones

Equal variances assumed

Desagradables

Equal variances not assumed

Escala de Malestar

Equal variances assumed

Fisico

Equal variances not assumed

Escala de Emociones

Equal variances assumed

Agradables

Equal variances not assumed

Escala de Presion

Equal variances assumed

Grupal

Equal variances not assumed

Escala de Momentos

Equal variances assumed

Sig. .486

6.539

.738

3.152

.723

.487

.011

.391

.017

.396

Agradables con Otros Equal variances not assumed Escala de Porbando

Equal variances assumed

Autocontrol

Equal variances not assumed

Escala de Necesidad

Equal variances assumed

Fisica

Equal variances not assumed

Escala de Conflictos

Equal variances assumed

con Otros

Equal variances not assumed

1.383

.021

8.800

.241

.885

.003

t-test for Equality of Means

t

df

Sig. (2-

Mean

Std. Error

tailed)

Difference

Difference

.080

201

.936

.16213

2.03215

.080

198.854

.937

.16213

2.03459

1.361

201

.175

2.51701

1.84993

1.339

156.713

.183

2.51701

1.88032

-.582

201

.561

-1.68934

2.90143

-.586

197.583

.558

-1.68934

2.88143

1.730

201

.085

4.74603

2.74271

1.710

172.237

.089

4.74603

2.77555

.401

201

.689

1.02948

2.56990

.400

197.010

.690

1.02948

2.57642

1.518

201

.131

3.43537

2.26267

1.523

200.899

.129

3.43537

2.25551

.015

201

.988

.03628

2.39214

.015

200.914

.988

.03628

2.38471

1.324

201

.187

2.58844

1.95512

1.302

154.651

.195

2.58844

1.98836

JUVENTUD Y ALCOHOL 57

Anexo R Analisis de Correlacion Pearson entre Subescalas de la Prueba ISCA.

Escala de Emociones Desagradabl es Escala de Malestar Fisico Escala de Emociones Agradables Escala de Presion

Escala de Momentos Agradables con Otros Escala de Porbando Autocontrol Escala de Necesidad Física Escala de Conflictos con Otros

Pearson Correlation Sig. (2-tailed) N Pearson Correlation Sig. (2-tailed) N Pearson Correlation Sig. (2-tailed) N Pearson Correlation Sig. (2-tailed) N Pearson Correlation Sig. (2-tailed) N Pearson Correlation Sig. (2-tailed) N Pearson Correlation Sig. (2-tailed) N Pearson Correlation Sig. (2-tailed) N

Escala de Emociones Desagradable s

Escala de Malestar Físico

Escala de Emociones Agradables

Escala de Presión Grupal

Escala de Momentos Agradables con Otros

Escala de Probando Autocontrol

Escala de Necesidad Física

Escala de Conflictos con Otros

1

.765**

.570**

.662**

.631**

.682**

.681**

.784**

445 .765**

.000 445 1

.000 445 .524**

.000 445 .535**

.000 445 .526**

.000 445 .669**

.000 445 .596**

.000 445 .723**

.000 445 .570**

445 .524**

.000 445 1

.000 445 .731**

.000 445 .829**

.000 445 .575**

.000 445 .745**

.000 445 .502**

.000 445 .662**

.000 445 .535**

445 .731**

.000 445 1

.000 445 .832**

.000 445 .688**

.000 445 .764**

.000 445 .593**

.000 445 .631**

.000 445 .526**

.000 445 .829**

445 .832**

.000 445 1

.000 445 .707**

.000 445 .806**

.000 445 .553**

.000 445

.000 445

.000 445

.000 445

445

.000 445

.000 445

.000 445

.682**

.669**

.575**

.688**

.707**

1

.731**

.661**

.000 445 .681**

.000 445 .596**

.000 445 .745**

.000 445 .764**

.000 445 .806**

445 .731**

.000 445 1

.000 445 .607**

.000 445 .784**

.000 445 .723**

.000 445 .502**

.000 445 .593**

.000 445 .553**

.000 445 .661**

445 .607**

.000 445 1

.000 445

.000 445

.000 445

.000 445

.000 445

.000 445

.000 445

445

**. Correlaciones significativas con valor p < 0.01 level (2-tailed).

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