Factores de riesgo cardiovascular en docentes universitarios

May 31, 2017 | Autor: Yadira Pabón-Varela | Categoría: Cardiovascular, Memorias
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Descripción

Factores de riesgo cardiovascular en docentes universitarios1 Cardiovascular risk factors in university teachers Gisela González Ruiz* Yadira Pabón Varela** Naylen Meza Arias*** Presentado: 29 de febrero del 2012 Aprobado: 30 de abril del 2012

Resumen

Abstract

Introducción: los factores de riesgo cardiovascular son un problema de salud pública; es importante revisar su comportamiento en los profesionales de la salud, dedicados a la formación y prevención en los diferentes niveles de atención, como médicos y enfermeras docentes universitarios. Metodología: población conformada por 89 docentes de una facultad de ciencias de la salud, de los programas de enfermería y medicina de una entidad universitaria. Estudio descriptivo de corte transversal desarrollado en el 2010 utilizando como método la “Encuesta para tamizaje de pacientes con factores de riesgo cardiovascular” de la Asociación Colombiana de Cardiología. Resultados: población con índice de masa corporal sobre valores límites permisibles; ingesta de alcohol (62%), perímetro abdominal por encima de lo normal (45%), sedentarismo (44%), estrés (41%), hipertensión arterial (28%), antecedentes familiares de enfermedades coronarias (37%) y dislipidemias (15%) Conclusiones: los factores de riesgo cardiovascular tienen una alta presencia en la población de estudio.

Introduction: Cardiovascular risk factors are a public health problem, it is important to monitor their behavior in health professionals related to education and prevention in different levels, such as doctors and nurses that are university teachers. Methodology: The study was carried out on a population consisting of 89 teachers from the faculty of Health Sciences in the Nursing and Medicine programs of a University. We made a crosssectional, descriptive study developed in 2010 through the “Encuesta para tamizaje de pacientes con factores de riesgo cardiovascular” (Survey for the screening of cardiovascular risk factors) from the Colombian Association of Cardiology. Results: The following risk factors were found in the studied population: bmi above permissible limits, intake of alcohol (62%), abdominal circumference above normal (45%), sedentary lifestyle (44%), stress (41%), hypertension (28%), family history of coronary heart diseases (37%) and dyslipidemia (15%) Conclusions: Cardiovascular risk factors have a high presence in the studied population.

Palabras clave: cardiovascular, docentes, factores de riesgo, tamizaje.

Keywords: cardiovascular, teachers, risk factors, screening.

Como citar este artículo: González Ruiz, Gisela; Pabón Varela Yadira y Mesa Arias, Naylen (2012), “Factores de riesgo cardiovascular en docentes universitarios”, en Revista Memorias, vol. 10, núm. 18, pp. 129-136.

*

Enfermera de la Universidad de Cartagena. Magíster en Ciencias Básicas Biomédicas de la Universidad del Norte. Profesora Investigadora del Programa de Enfermería de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Santa Marta. Correo electrónico: [email protected].

1

Artículo de investigación del proyecto de investigación “Factores de riesgo cardiovascular en docentes universitarios vinculados a una facultad de ciencias de la salud”, desarrollado en el 2010 en la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Santa Marta, por el grupo de investigación “Educación, Salud y Comunidad”.

**

Enfermera de la Universidad del Norte. Magíster en Enfermería para el cuidado de la salud cardiovascular de la Universidad Nacional de Colombia. Profesora Investigadora del Programa de Enfermería de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Santa Marta. Correo electrónico: [email protected].

***

Enfermera de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Santa Marta. Correo electrónico: [email protected], [email protected].

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Introducción

cerebrovasculares, 610.000 de ellos como casos nuevos o por primera vez, y alrededor de 185.000 tienen lugar en personas que ya sufrieron un accidente cerebrovascular; tres cuartas partes ocurre en personas mayores de 65 años, aunque pueden ocurrir a cualquier edad, de hecho casi el 25% de estos accidentes aparece en personas menores de 65 años. Las personas con antecedentes familiares de accidente cerebrovascular son más propensas a sufrirlo.

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L

as enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en los países industrializados y en los países en desarrollo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (oms), estas alteraciones se deben a trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, entre ellos las cardiopatías coronarias, las enfermedades cerebrovasculares (apoplejía), el aumento de la tensión arterial (hipertensión), las vasculopatías periféricas, las cardiopatías reumáticas, las cardiopatías congénitas y la insuficiencia cardiaca. Se calcula que en el 2030 morirán cerca de 23,6 millones de personas por enfermedades cardiovasculares (ecv) —sobre todo por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares (acv)— y se prevé como la principal causa de muerte. Sus causas son bien conocidas, entre otros los “factores de riesgo modificables” como dieta malsana, inactividad física y consumo de tabaco, entre otros. Los efectos de la dieta malsana y de la inactividad física pueden manifestarse como “factores de riesgo intermedios”, que ocasionan aumento de la tensión arterial, del azúcar y los lípidos en la sangre, sobrepeso y obesidad, siendo responsables de aproximadamente un 80% de los casos de cardiopatía coronaria y enfermedad cerebrovascular.

En Colombia, según el Informe de Salud 2007, emitido por el Ministerio de Protección Social, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muertes tanto en hombres como en mujeres mayores de 45 años, e incluso supera las muertes violentas o por cáncer. La Revista de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo efectuó un estudio comparativo de artículos científicos de corte longitudinal y de casos y controles sobre “presión en el trabajo y enfermedades cardiovasculares” (Belki, K. et al., 2007), los cuales mostraron una tasa alta de validez, en 15 de 17 estudios longitudinales conducentes a incapacidad; seis de nueve estudios de casos y controles y cuatro longitudinales evidenciaron resultados positivos significativos entre presión laboral y enfermedades cardiovasculares. De acuerdo con las estadísticas sanitarias mundiales de la Organización Mundial de la Salud (2008), al 2030 las cuatro primeras causas de mortalidad en el mundo serán: cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc) e infecciones de vías respiratorias bajas.

En el informe de la Organización Mundial de la Salud (oms) y del Foro Económico Mundial: “Un evento conjunto” (2008), se recomienda el desarrollo de programas de prevención en el lugar de trabajo, destinados a luchar contra el sedentarismo y los hábitos alimenticios poco saludables que resulten efectivos en pro de mejorar las condiciones de la salud de la población trabajadora. En el 2007, en Estados Unidos murieron 135.952 personas a causa de accidentes cerebrovasculares, constituyéndose en la principal causa de discapacidad grave a largo plazo. Cada año ocurren cerca de 795.000 accidentes

Los factores que cada día empeoran esta situación son el envejecimiento de la población, la epidemia de la obesidad, la falta de implementación de estrategias de prevención, los cambios socioculturales, las condiciones económicas y los denominados estilos de vida, caracterizados

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investigaciones en ciencias de la salud, previa aplicación de una prueba piloto que tuvo como fin la contextualización del instrumento para dicha población, aplicado una sola vez; el procesamiento de los datos se efectuó mediante el programa estadístico spss.

Resultados y discusión La distribución de acuerdo con la vinculación a programas de ciencias de la salud en la población estudiada fue igual en cada uno, o sea, 50% de docentes del Programa de Medicina, y 50% del Programa de Enfermería, 44% de ellos vinculados a medio tiempo, y 56% de tiempo completo, sin diferencias significativas en cuanto a sexo. En cuanto a la distribución por edad, el 11% en edades comprendidas entre los 20 y los 30 años; el 30% ubicado en el grupo de 30 a 40 años; el 48% de los docentes en el grupo de 40 a 60 años, y el 15% estuvo por encima de los 60 años. Se observa una diferencia significativa entre los grupos de jóvenes (20 a 30 años) y el grupo de docentes mayores de 40 años, que representa más de la mitad de la población.

Es necesario señalar que los factores de riesgo (fr) son simplemente expresiones de probabilidad; en otros términos, es la probabilidad de desarrollar, en un periodo de tiempo, alguna enfermedad que afecte el corazón y las arterias, tales como el infarto del miocardio, la angina de pecho o la trombosis cerebral. Dicha probabilidad depende de los factores de riesgo coadyuvantes como la hipertensión arterial, el consumo de tabaco, la hipercolesterolemia, la diabetes, la edad, el sexo, la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, la falta de ejercicio físico y los antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares a edades tempranas (Moya, 1998).

La edad es un factor relacionado con las alteraciones cardiovasculares, como afirma Cuevas (2008), pues hay cambios fisiológicos importantes que se presentan en la edad madura, además de que por el envejecimiento de los sistemas que regulan la homeostasis estos van perdiendo eficacia y los tejidos pierden elasticidad. La edad de las mujeres está relacionada con la menopausia, ya que, de acuerdo con Meldenson (2010) en su revisión sobre “efectos de los estrógenos sobre el sistema cardiovascular”, existen mecanismos claros mediante los cuales se dan los efectos benéficos de los estrógenos sobre el sistema cardiovascular. El estrógeno, señalado como posible responsable de esta cardioprotección, regula los ciclos menstruales, disminuye la concentración de cldl en grados variables según su relación

Metodología Estudio descriptivo de corte transversal que tuvo como población a 89 docentes vinculados a medio tiempo y tiempo completo de la Facultad de Ciencias de la Salud de una institución universitaria. El método utilizado en el estudio para la identificación de los factores de riesgo cardiovascular fue la “Encuesta para tamizaje de pacientes con factores de riesgo cardiovascular” de la Asociación Colombiana de Cardiología y aplicada por Estrada (2003). Se tuvo en cuenta el consentimiento informado otorgado por los profesionales objeto de estudio y coherente con las consideraciones éticas establecidas en la Resolución Colombiana Nº 008430 de 1993 para

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por la modificación de hábitos alimenticios, el uso social y a veces excesivo del alcohol, el consumo de alimentos procesados, el aumento inusitado del estrés laboral y extralaboral, la no aplicación de intervenciones de programas para prevención de la enfermedad y la falta de conciencia sobre el problema. Por eso es necesario fortalecer los programas de promoción y prevención institucional, máxime tratándose de trabajadores dedicados a la enseñanza de las ciencias de la salud.

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con la progesterona, posible razón por la que las mujeres en edad de procreación son menos propensas a la enfermedad cardiovascular.

la oms (2008), a medida que aumenta el índice de masa corporal, aumenta proporcionalmente el riesgo de sufrir enfermedades de las arterias coronarias o ataque cardíaco, valores que deben modificarse hacia los valores normales mediante programas laborales de prevención de factores de riesgos cardiovascular.

Por otro lado, Tomas (1999) señala que la tasa de mortalidad por cardiopatía coronaria (cc) en los varones es más alta que en las mujeres. Esta diferencia se mantiene a lo largo de toda la vida; sin embargo, a partir de los 50 años, la mortalidad coronaria de las mujeres aumenta de tal forma que tiende a acercarse a la de los varones.

De otro lado, en el estudio sobre sedentarismo y adiposidad en adolescentes y su relación con riesgo cardiovascular, Martínez et al. (2010) mostraron mediante análisis anova el mayor nivel de riesgo cardiovascular en los adolescentes con mayor nivel de adiposidad general y abdominal (p < 0,001 en ambas). La circunferencia de la cintura ha demostrado ser un factor influyente sobre el riesgo cardiovascular, ya que, aún teniendo un exceso de grasa en el organismo, si esta se concentra en la zona abdominal, el riesgo es superior que en quienes tienen un exceso de grasa localizado en las caderas y glúteos. La obesidad abdominal se asocia con una mayor probabilidad de desarrollar una cardiopatía o un ictus, aún en ausencia de otro factor de riesgo, puesto que la obesidad aumenta la presión arterial y los niveles de colesterol.

De acuerdo con los datos obtenidos por el índice de masa corporal en toda la población estudiada, se observa que hay riesgo de sobrepeso (25 a 30 Kg/m2), lo que indica que los docentes presentan un riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, si no se establecen los controles respectivos para la reducción de dicho riesgo (figura 1). 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0

45%

27%

IMC27 kg/m2

IMC

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Figura 1. Índice de masa corporal de docentes la Facultad de Ciencias de la Salud, 2010

Los resultados sobre ingesta de alcohol muestran que el 62% de la población posee este hábito en algunas de sus formas, predominando el consumidor ocasional (45%); el 38% de la población restante niega el consumo de alcohol, mientras que el consumo de tabaco es habitualmente practicado por el 16% de la población estudiada; de ellos, el 12% consume de 5 a 19 cigarrillos diarios. Al momento de la valoración este factor estuvo ausente en el 84% de los docentes.

Fuente: resultado de la aplicación de la encuesta para tamizaje de pacientes con factores de riesgo cardiovascular (asc) 2010

El riesgo derivado del perímetro abdominal mostró que el 36% de la población estudiada posee riesgo moderado; el 25% riesgo alto, y el 22% riesgo muy alto de obesidad central, predisponente a alteraciones de tipo cardiovascular; o sea, el 83% de la población posee este tipo de riesgo, lo que los hace propensos a sufrir alteraciones cardiovasculares.

El hábito de consumo de tabaco fue bajo, mas no así el de alcohol. Al respecto, en su artículo de revisión, Fernández (2005) observa que el alcohol posee diversos efectos sobre el sistema cardiovascular. Aunque en dosis bajas se han demostrado efectos benéficos, en dosis altas resulta

El índice de masa corporal y el perímetro abdominal constituyen dos factores de riesgo observados en la población estudiada. Según

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los 65 años. Martínez et al. (2010) concluyeron que la hipertensión arterial está presente en el 35% de todos los eventos cardiovasculares ateroscleróticos, y en el 49% de todos los casos de falla cardíaca, además de incrementar el riesgo de eventos cerebrovasculares.

Con relación al hábito de fumar y las enfermedades cardiovasculares, Urina-Triana (2009) comenta que es sabido que fumar aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, pero pocos saben que además aumenta apreciablemente el riesgo de enfermedad cardiovascular y de enfermedad vascular periférica. Quienes fuman 20 cigarrillos diarios o más, tienen de 2 a 3 veces más riesgo de desarrollar enfermedad coronaria que quienes no fuman. Además de incrementar el riesgo de infarto agudo del miocardio, aumenta el riesgo de muerte súbita, desarrollo de aneurisma aórtico, enfermedad vascular periférica y evento cerebrovascular isquémico.

Las dislipedemias constituyeron otro de los focos del estudio, cuyos resultados se esquematizan en la figura 2. 85%

90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20%

15%

10% 0%

Con respecto a la diabetes, un 10% de los docentes manifestó padecer algún tipo de diabetes; de este porcentaje, el 35% poseen antecedentes familiares de dicha alteración, mientras que el 56% niegan antecedentes de la patología. Cuevas (2008) manifiesta que los pacientes con diabetes mellitus e intolerancia a la glucosa tienen un riesgo incrementado de padecer alguna enfermedad cardiovascular.

Casos dislipidemias

Sin dislipidemias

Figura 2. Distribución de casos de dislipidemias en docentes de ciencias de la salud de una institución universitaria, 2010 Fuente: resultado de la encuesta para tamizaje de pacientes con factores de riesgo cardiovascular (asc) 2010

Del 15% de afectados por dislipidemias, el 21% poseen aumento del colesterol y el 25% de triglicéridos. Se denomina hipertrigliceridemia a un tipo de lípidos formados en el intestino a partir del consumo de ciertos alimentos (productos grasos, independientemente del tipo de grasa saturada o insaturada, alimentos azucarados y alcohol), aunque también son sintetizados en el hígado por el propio organismo. Puede ser causada por defectos genéticos (primaria) o por factores ambientales (secundarias). La Guía de práctica clínica sobre el manejo de los lípidos (Blanco et al., 2004) analiza la asociación directa entre el triglicérido y la enfermedad cardiovascular, mientras que el metaanálisis de 29 estudios prospectivos sobre el tema —adelantado por Medrano et al. (2007)— observó un aumento del riesgo de enfermedad

La hipertensión, como factor de riesgo cardiovascular, estuvo presente en el 28% de los docentes; de este valor, el 14% como hipertensión primaria y el 4% hipertensión secundaria; sin embargo, el 45% del total de la población manifestó poseer antecedentes familiares de hipertensión, lo que aumenta el riesgo a padecer esta enfermedad. De acuerdo con el estudio de Márquez et al. (2007) sobre el perfil del riesgo cardiovascular en pacientes hipertensos no controlados, se concluyó que su riesgo cardiovascular absoluto es muy relevante. El riesgo de padecer problemas cardiovasculares es mayor si un familiar masculino de primer grado (padre o hermano) ha sufrido un infarto antes de

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perjudicial para varios sistemas, entre ellos el cardiovascular, provocando arritmias, hipertensión arterial, y miocardiopatía alcohólica.

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coronaria en pacientes con hipertrigliceridemia. Se denomina colesterol alto al aumento anormal de lípidos sanguíneos a causa tanto del consumo de grasas —especialmente de origen animal— de alcohol y de cigarrillo, como del sedentarismo y la obesidad. Algunas variedades de colesterol se adhieren a las paredes de las arterias disminuyendo el espacio por donde circula la sangre y aumentando el riesgo de que se produzcan obstrucciones. La dislipidemia forma parte del grupo de patologías de alto riesgo cardiovascular que, si no se detectan y controlan a tiempo, pueden desencadenar en enfermedades graves como derrames cerebrales (enfermedad cerebrovascular) o infartos (cardiopatía isquémica).

coronaria de forma considerable, manteniendo un estilo de vida cardiosaludable, realizando ejercicio físico periódicamente, llevando una nutrición adecuada y evitando el consumo de tabaco. De acuerdo con Bolet y Socarras (2003), el hábito de fumar constituye un factor de riesgo independiente y de primer orden para el ataque cardiaco; es uno de los hábitos tóxicos socialmente adquiridos que interviene en un grupo numeroso de enfermedades como la cardiopatía coronaria, el cáncer del pulmón, la enfermedad arterial periférica, la úlcera gastroduodenal y las enfermedades crónicas pulmonares obstructivas, entre otras; podría considerarse como el principal factor modificable de cardiopatía coronaria.

Relacionado con los antecedentes de enfermedades coronarias, se encontró que el 3% de la población estudiada posee este tipo de riesgo, y que este riesgo parece tener un factor genético predisponente y cierta tendencia a ser familiar. Aunque sea difícil determinar si está implicado el código genético o una influencia ambiental, puede haber razones para suponer que las personas con antecedentes familiares documentados son más susceptibles a sufrir una enfermedad cardiovascular. Por tanto, tienen un factor de riesgo si ha existido algún antecedente familiar de infarto de miocardio, revascularización coronaria (Bypass) o muerte súbita en padre biológico u otro pariente varón de primer grado (hermanos o hijos) antes de los 55 años, o madre biológica u otro pariente femenino de primer grado antes de los 65 años.

La práctica de ejercicio físico es un factor protector para el sistema cardiovascular. En el grupo estudiado se encontró que solo el 45% efectúa algún tipo de actividad física, el 39% de ese valor realiza las actividades físicas con una frecuencia de 3 a 6 veces por semana; el resto de la población, o sea el 55% restante, no aplica dicho estilo de vida, que le ayudaría a protegerse de enfermedades cardiovasculares (figura 3). 60% 50%

55% 45%

40% 30% 20% 10% 0% Sí

El componente genético es un factor de riesgo no modificable, de ahí que las personas con mayor predisposición genética a las enfermedades cardiovasculares deban hacer mayor énfasis en desarrollar hábitos de vida saludables que incidan en la reducción del riesgo de padecer la enfermedad, pues, al margen de los antecedentes familiares, se puede minimizar el riesgo de enfermedad

No

Figura 3. Práctica de ejercicio en docentes universitarios de ciencias de la salud Fuente: resultado de la encuesta para tamizaje de pacientes con factores de riesgo cardiovasculares (asc) 2010

Los beneficios que el ejercicio aporta a la salud pueden notarse si se realizan actividades físicas moderadas, y son evidentes en las personas sedentarias que cambian sus hábitos y se vuelven

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forma de cambiar las tendencias de morbimortalidad por causas cardiovasculares, y disminuir la demanda de atención médica por estas, mediante programas de estilos de vida y trabajo saludable, de acuerdo con lo contemplado en la Ley 776 del 2002, o Ley de Riesgos Profesionales. En los factores de riesgos modificables presentes en los docentes de ciencias de la salud, se encontró que el índice de masa corporal se valoró en sobrepeso, lo que puede conllevar a alteraciones cardiovasculares, sumado a condiciones de hipertensión e hiperlipidemia, enfermedades de alta prevalencia para desarrollar una enfermedad cardiovascular.

La Organización Mundial de la Salud (oms, 2008) estima que a nivel mundial solo el 5% al 10% de los trabajadores de los países en desarrollo, y entre el 20% y 50% de los trabajadores en países industrializados, tienen acceso a servicios de salud ocupacional adecuados. En el caso de Colombia, se omite el cumplimiento de los programas establecidos para la prevención de los factores de riesgos sicosociales, emanados por el Ministerio de Protección Social, a través de la Resolución 2646 del 2008.

Referente al consumo de alcohol y cigarrillo, estos son hábitos modificables que, una vez superados, reducen el potencial efecto adverso sobre el sistema cardiovascular. El cumplimiento de la Resolución 2646 del 2008, emanada por el Ministerio de Protección Social, y que busca la identificación, evaluación, prevención, intervención y monitoreo permanente de la exposición a factores de riesgos sicosociales en los trabajadores, se convierte en una herramienta válida para la prevención y el control del estrés como factor de riesgo cardiovascular, fortaleciendo además la productividad laboral de los trabajadores.

Conclusiones y recomendaciones Los factores de riesgo cardiovascular están presentes en la población de médicos y enfermeras objeto de estudio y dedicados a la enseñanza de ciencias de la salud, factor que amerita implementar, de manera obligada, programas de vigilancia epidemiológica de promoción y prevención del riesgo a nivel organizacional, que conlleven al mejoramiento de las condiciones de salud de los trabajadores. La aplicación de dichos programas repercutirá directamente en la reducción de costos indirectos, al lograr reducir el ausentismo por enfermedad común. Estos hallazgos son una evidencia de la urgente prioridad de fomentar cambios de actitud por parte de los profesionales hacia la prevención como

Asimismo, los cambios de actitud relacionados con hábitos alimenticios y actividad física requieren el compromiso de los profesionales y de la institución, implementando programas de formación en nutrición, higiene postural y pausas activas que coadyuven la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos, además de obtener, como valor agregado, el fortalecimiento del sistema osteomuscular. Los antecedentes de hipertensión y enfermedad coronaria también pueden controlarse mediante aplicación de medidas de fortalecimiento de estilos de vida y trabajo saludables.

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más activas. La inactividad física no es solo uno de los principales factores de riesgo coronario, sino que también puede causar hipertensión arterial, niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (hdl o “colesterol bueno”) y diabetes. Hacer ejercicio físico durante 30 o 40 minutos por lo menos 3 o 4 veces por semana disminuye la presión arterial. Curto (2004), en su estudio sobre factores de riesgos en Uruguay, encontró tabaquismo (45%), sedentarismo (28%), obesidad y sobrepeso (53%) e hipertensión arterial (22%), cifras cercanas a las encontradas en el presente estudio.

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